Cristal roto, convertido en polvo de estrellas. Magia distante, que lleva a soñar. Tu silencio me habla, frente a un café, al lado de la plaza. Hablas despacio, dejando fluir el tiempo, mi alma paciente escucha. De sueños rotos y esperanzas, tejes poco a poco la historia. Una taza de café, sobre un mantel blanco, la soledad compartida, es media soledad. Dos personas que escuchan, dos personas que hablan. En la acera caminan, sin percatarse del milagro, otras cien almas calladas.