Era una noche fría, en el cielo nocturno solo se podían divisar unas pocas estrellas, una chica de cabello azabache se encontraba sentada abrazando sus rodillas bajo un árbol, tenía sus ojos hinchados, y no dejaba de llorar. Se había alejado de sus amigos, para caminar un poco, no se había estado sintiendo nada bien estos últimos días, y ahora se sentía mucho peor, después de haber visto al hanyou con… ella, su corazón quedo completamente desecho. Había escuchado el murmullo de unas voces, y decidió ir a ver de quien provenían, aunque ya tenia el presentimiento de saber de quien eran ambas voces, y aun así quiso verlo con sus propios ojos, quizás por masoquismo o solo por el hecho de poder comprobar que su amor jamás podría ser correspondido. Mantenía la mirada perdida, y sus ojos estaban opacos no existía en ellos el brillo que siempre tenían. De ahora en adelante trataría de arrebatar ese amor de su corazón, ese amor que solo la lastima, se olvidaría de quien no la aprecia ni le da el valor que ella se merece, de quien la trata mal al lastimar sus sentimientos aunque no lo sepa, comenzaría a pensar y buscar su felicidad, pensar en ella antes que en los demás, no podía soportar seguir sufriendo. Prometería ser buena consigo misma para así después llegar a amar a quien realmente la merezca, y le ofrezca un amor incondicional. Trata de moverse pero le es imposible, al parecer alguien la tenia rodeada entre sus brazos, abre sus ojos lentamente y puede ver una tela roja sobre su vientre sabiendo que es el haori del hanyou, abre sus ojos lo mas que puede, como puede atreverse a irla a busca y además estarla abrazando de tal forma, después de haber estado con… Kikyo. - ¡Suéltame! –dice casi en un grito separándose rápidamente del hanyou y poniéndose de pie- - Kagome soy yo –lo dice el ojidorado levantándose y acercándose a la pelinegra, quizás había pensado que era alguien mas- - Se muy bien que eres tu, y no quiero que te me acerques –dice haciendo todo lo posible por calmar las ganas de llorar, si tal vez estuvieran en otra situación y la noche anterior no lo hubiese visto con su "querida Kikio", quizás seria diferente y se sentiría feliz al poder estar entre los brazos del hanyou, pero ahora solo podía sentirse humillada, porque ella solo era la otra- - Pero Kagome ¿Qué te sucede? –acercándose más a la chica y ve como ella da unos pasos hacia atrás como si estuviera impresionada al verlo, pero… ¿Por qué?- - No te me acerques –dice para comenzar a caminar en la dirección en donde se encontraban sus amigos, se marea un poco haciéndola caer sentada sobre sus rodillas- - ¡Kagome! -tratando de ir a tomarla entre sus brazos, pero ve como ella forma un campo de fuerza a su alrededor y así mantenerlo alejado, ¿Qué le sucedía?- Ve como la chica aun se mantenía sentada sobre la hierba, tratando de recobrar sus fuerzas, hace algunos días que la veía algo pálida, y anoche cuando la encontró pudo notar como tenia un poco fiebre y se encontraba temblando, así que lo único que pudo hacer fue abrazarla para brindarle un poco de su calor, lo menos que deseaba era que ella se enfermase. - ¡No te acerques! –escucha como lo grita la chica cuando coloca unas de sus manos sobre el campo de fuerza- - ¿Estas bien? –pregunta Inuyasha al ver como la chica comienza a ponerse de pie- - No tienes que preocuparte por eso, no es tu problema –responde de una manera fría sin dirigirle la mirada al chico- Queda paralizado al escuchar esa respuesta por parte de la chica, nunca antes le había hablado de esa forma, y ahora que lo hizo sintió comos si le hubiesen dado un gran golpe al cual no puede defenderse. Ve como la chica comienza a caminar nuevamente, y él empieza a caminar unos pasos detrás de ella. Quería acercarse a ella y poder preguntarle que era lo que le sucedía, y que le respondiera como siempre lo hacia y le regalara una de sus sonrisas. - ¡Kagome! –lo grita el kitsune al ver a la chica acercarse hacia ellos, y saltando a sus brazos- - Hola Shippo –dice la chica al pequeño zorrito entre sus brazos, y regalarle una sonrisa- - ¿Dónde estabas? Nos tenías preocupados –pregunta y dice Shippo- - Solo fui a caminar un poco, y me quede dormida –responde, y esa era la verdad- Poco después llego Inuyasha, puede ver como la pelinegra se mantenía abrazando al kitsune con una sonrisa, ahora se daba cuenta que solo estaba incomoda con él, y eso lo hería. - Sango –la llama Kagome, y ve como la taijiya voltea a verla- ¿Me prestarías a Kirara? - Claro, ¿A dónde iras? –pregunta viendo a su amiga- - Regresare a mi época –responde simplemente al saber que el hanyou ya ha llegado detrás de ella y sin importarle como lo tome- - No puedes hacer eso –dice el hanyou acercándose a la joven miko- no me lo habías dicho, y no puedes irte así como si nada - En primer lugar si puedo hacerlo –dice dándose vuelta para así poder ver a Inuyasha- en segundo ¿Por qué tengo que avisarte cada vez que voy a mi época? Ya me canse de esto –expresa un tanto alterada, mientras Shippo da un salto hacia la hierva- - Kagome, debes permanecer aquí porque tú eres la única que puede ver los fragmentos de la perla, y te necesitamos para poder buscarla –lo dice sencillamente, pero como tratando de ocultar algo- - En eso te equivocas, porque tu "querida Kikyo" –resaltando en las dos ultimas palabras- también puede verlos, así que puedes pedirle que te ayude, si te apresuras podrás alcanzarla no debe estar muy lejos –dice en forma cínica, aunque con esas palabras sentía como su corazón era destruido, pero no permitiría que él la viera llorar, no mas- - Ka… go… me –susurra casi para si mismo- - No, no digas nada, no tienes que hacerlo –dice sencillamente, al pensar que el hanyou querría defenderse- ya me canse de esto, de ser solo nada mas que un objeto para ti, un radar de los fragmentos, ¡No lo soporta mas! –lo grita tratando de que con eso pueda desahogarse un poco- - ¿Sabes? –pregunta la misma Kagome- yo soy humana, y siento dolor y sufrimiento aquí –llevando una de sus manos a su pecho, en donde esta su corazón- y talvez porque tu seas un hanyou no puedas darte cuenta de eso, y quizás no sufras de igual manera, y vaya que tienes suerte –dice dándose la vuelta y ver como Kirara se transforma y con ayuda de Sango sube en ella- - Regresare en dos semanas –informa la pelinegra- y si no lo hago, no te molestes en buscarme –dirigiendo su mirada al ojidorado mostrando un tanto de frialdad en ella- Solo se queda suspendido en sus pensamientos, analizando todo lo que acababa de decir la chica. Y talvez porque tú seas un hanyou no puedas darte cuenta de eso Ella nunca antes lo había llamado de esa forma, hanyou, ella siempre lo veía como alguien normal y fue por eso que pudo confiar en ella. Realmente era un verdadero miserable, por no haberse dado cuenta de todo el daño que le había hecho a Kagome. Y se merece lo que ella le dijo y mas. Comienza a caminar con el cabeza baja, sumido en sus pensamientos. - ¿A dónde vas, Inuyasha? –pregunta Miroku al ver como el hanyou ha comenzado a caminar- - A la aldea, a esperarla –responde simplemente ¿A dónde mas podría ir?- -.-.-.-.- Hace ya una semana que había regresado a su casa, una semana que no sabia nada de él, tratando de olvidar su amor, de borrar todo su sufrimiento, pero eso es algo que solo con el tiempo podrá hacerlo. Estaba sentada en el suelo de su habitación, mantenía su espalda recostada a la orilla de su cama, abraza sus rodillas escondiendo así su rostro. Sentía como si el suelo se rompiera en miles de pedazos en la misma forma que su corazón, y caía lentamente a un vacío sin final, del cual solo ella podría salir, al esforzarse y poder dejar todo su sufrimiento atrás, y poder encontrar al fin felicidad. De ahora en adelante trataría de borrar la voz arrogante de ese hanyou orgulloso, olvidar el sabor de sus labios, esos que solo tuvo una oportunidad de probar, lo que mas le costaría seria poder borrar todo el amor que sentía hacia él. Pero se esforzaría al máximo hasta poder lograrlo. Ella debía encontrar a alguien que la valorara, y que la mereciera, que no la tratara como un objeto, alguien que se diera cuanta de su dolor, y también alguien que sea capaz de ayudarla a poder sanar su corazón. Ahora ella seria su ángel curador, no se dejaría llorar más por dolor o sufrimiento, buscaría tan solo lágrimas de felicidad. Se daría su lugar y cuidaría su corazón más que a nada, ya que es su único tesoro, de ahora en adelante no más lágrimas, no más dolor, no más con un amor que solo la lastima, no mas… Inuyasha… Desde ahora se prohibiría verlo a los ojos la próxima vez que estuviera frente a él, su mirada solo acabaría con ella y separaría a su mente de su alma. Ya sus ojos no derramaban lágrimas, es como si se hubiesen cansado de tanto llorar, pero aun así su corazón seguía manteniendo un gran sufrimiento. Ese hanyou orgulloso había sido el único que ocupo su corazón, como lo amo a él, no había amado a nadie mas, y no esta segura de poder llegar a amar a alguien con toda la pasión que había sentido hacia el hanyou. Se encontraba parada delante del pozo que conecta a dos épocas completamente distintas, volvería al Sengoku, aunque en el fondo no quisiera, no quería volver a verlo, pero debía volver, después de todo ella tiene la responsabilidad de buscar aquella perla, pero después de recuperarla regresaría a su época para no volver nunca mas al Sengoku. Desde hoy al llegar al Sengoku, empezaría a vivir por ella misma, borraría a ese hanyou de su vida, o por lo menos lo intentaría, debía darle el lugar que él se merece, un lugar en el olvido donde no pudiese hacerle mas daño a su corazón. Da un profundo suspiro para luego saltar al pozo que conecta a aquella época de guerras, en donde conoció el amor y también el dolor, al enamorarse de alguien que no la ve como una mujer. Pero de ahora en adelante será todo diferente y comenzaría desde cero, como si el amor que sintió hacia el hanyou se hubiese desvanecido por completo. Ya no lloraría de nuevo por él, no seguiría sufriendo, no mas…
hola!!! pues a mi me gusta mucho tu idea del fic, ademas narras muy bien los sentimientos de los personajes y la trama es muy original, me gusto la decisión de Kagome ella no se merece seguir sufriendo por la idiotez de Inuyasha, y me quede mucha intriga de saber que sucedera cuando ella regrese y cual es la pareja principal del fic? en fin espero me avises de la contiiiiiiiiiii bye n_n
Yeah!!! así deberíamos actuar las mujeres cuando alguien nos lastima jeje me gustó la historia, y la manera que pusiste ese sentimiento en kagome :3 mega genial!!!!, sólo algunas faltas de ortografía, pero por lo demás, wow, me encantó, espero que la sigas publicando :)
Capitulo II.- Nuevo Comienzo Kagome ya tenía una semana de haber regresado al Sengoku, y el hanyou siempre buscaba la manera de hablar con ella, pero ella lo evadía. Se había alejado de sus amigos y del hanyou, al igual que todas las noches, necesitaba estar sola, y además no soportaba permanecer mucho tiempo con el hanyou. Se había prometido cambiar y lo estaba haciendo, ya no era la misma de antes o por lo menos no con el hanyou, ya no viajaba en su espalda, si no que montaba a Kirara junto a Sango, y por eso se ha disculpado un par de veces con Miroku. Se encontraba sentada en las raíces de algunos de los abundantes árboles que existen en el Sengoku. Dirige su mirada hacia el cielo nocturno viendo las abundantes estrellas que alumbraban aquel gran firmamento, sonríe levemente ante ello, ¿Cómo pueden existir lugares tan bellos, donde se puede estar en paz en esa época de guerras? Simplemente porque todo es posible, y si aquello era cierto entonces ella al final podría alejar al hanyou completamente de su vida, para no sufrir más, y comenzar de nuevo. Inuyasha mantenía su vista ambarina fija a la dirección que había tomado la chica, hace ya un buen rato que se había ido y no podía negar que estaba preocupado por ella, ya desde hace una semana que Kagome había regresado pero no le dirigía la palabra, y recuerda cuando él intento hablarle hace dos días. - Kagome por favor necesito hablarte –dice como suplica hacia la chica, que se encuentra parada delante de él dándole la espalda- Le había pedido a Sango, Miroku y Shippo que los dejaran solos por unos momentos, necesitaba hablar con la chica, no soportaba la indiferencia de ella, necesitaba aclarar las cosas y que todo volviera a ser como antes. - Ya te he dicho, que si no es sobre la perla o Naraku, no me importa lo que tengas que decirme –dice de una manera un tanto fría, sin voltear a ver al ojidorado- Escucha aquella respuesta por parte de la pelinegra y le afectaba, ¿Por cuanto tiempo mas mantendría esa actitud? - Además tu y yo no tenemos nada de que hablar, mi misión aquí es recuperar la perla y en cuanto lo haga regresare a mi época - Pero necesito explicarte… -es interrumpido por la chica- - No tienes que explicarme nada, porque simplemente tu y yo no somos nada, y no tienes porque darme razón de lo que hagas o dejes de hacer, porque no me importa, así como a ti no debería importarte lo haga con mi vida –dice simplemente de forma indiferente sin voltear a ver a Inuyasha- ¿Cómo que lo que ella hiciera no debía importarle? Le importaba y mucho, si a ella llegase a sucederle algo no se lo perdonaría a si mismo. - Kagome, por favor –suplica, dando un paso hacia delante y tomar uno de los brazos de la chica- escúchame - No lo haré, ahora suéltame - No pienso hacerlo hasta que me escuches –dice desafiante- - Eso ya lo veremos –dice de manera fría- ¡Osuwari! –lo grita sintiendo como el hanyou la suelta y luego cae al suelo golpeando su rostro con el- Se aleja de aquel lugar y se encamina a donde deben estar sus amigos, dejando al hanyou echado en la tierra. Aquello si que le había dolido, no precisamente el golpe que recibió contra el suelo si no la forma en que le hablo Kagome, se sintió completamente destruido por dentro, pero él era el único responsable, y sabia que se merecía aquello, pero aun así no se daría por vencido hasta hacer que la chica lo escuche, y vuelvan a ser los amigos de antes. Se pone de pie y se encamina hacia la dirección que tomo la pelinegra, podía olfatearla y sabia que no estaba muy lejos, camina un poco antes de encontrara. Allí estaba ella sentada en las raíces de un árbol, viendo al gran cielo colmado de estrellas, la luz de la luna la iluminaba tenuemente haciéndola ver tan linda, eso no podía negarlo. Da un paso hacia delante sin dirigir su vista hacia otro lugar que no sea ella. - No soy Kikyo –escucha que lo dice la chica haciéndolo detenerse por completo- Había sentido como el hanyou se acercaba al lugar donde se encontraba ella, pero de seguro se había dejado llevar por los deseos que tenia de ver a su "quería Kikio", ya hace un par de semanas antes de que ella decidiera irse a su época, él la había confundido con aquella miko. - Kagome, se muy bien que no eres Kikio –dando un paso hacia delante- - ¿Así? Por que hace un par de semanas me confundiste con ella –lo dice despreciativamente, sin dirigirle la mirada al hanyou, lo menos que deseba era ver aquella mirada- Al escuchar aquellas palabras por parte de la chica no puede evitar recordar aquella noche, por la cual aun se arrepiente. Aquella noche era un tanto fría y el cielo no mostraba la gran cantidad de estrellas que siempre se encontraban en aquel enorme firmamento. El hanyou había ido a caminar alejándose un tanto del grupo, necesitaba pensar en todo lo que estaba sucediendo, cada vez estaban más cerca de destruir a Naraku y se preguntaba ¿Qué haría después de destruirlo, y obtener la perla? ¿Acaso debía cumplir su promesa e ir con Kikyo al infierno para morir junto a aquella miko?, o ¿Debía permanecer con vida para proteger a Kagome? Su mente se encontraba confundida. Siente un poder espiritual siendo liberado, haciéndolo pensar ¿Quién podría ser? Kagome aun permanecía con los demás, talvez podría ser Kikyo… Se encamina hacia la dirección de donde provino aquella energía, se encuentra con un campo de fuerza que desaparece casi al instante de poder verlo, camina un poco mas y puede ver a una chica sentada en las raíces de un árbol recostando su espalda en el tronco de este como si estuviera recobrando sus fuerzas. - Kikyo… -susurra aquel nombre viendo como la chica voltea a verlo con un tanto de desprecio y se da cuenta de que no es aquella miko- - Lamento decepcionarte pero no soy tu "querida Kikyo" –dice un tanto dolida al haber sido confundida de esa forma por el hanyou, aun después de haber permanecido mas tres años juntos en busca de aquella joya- - Kagome lo siento –dice viendo como la chica dirige su mirada hacia otro lugar para no verlo a él- Ve como la chica trata de ponerse de pie cosa que se la hace casi imposible y vuelve a sentarse sobre las raíces de aquel árbol, trata de acercarse pero es detenido por un campo de energía. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Desde cuando Kagome podía crear campos de energía? - Déjame sola, por favor –escucha que lo dice la chica, viendo como esta vuelve a recostarse al tronco del árbol- Desde aquella noche Kagome había comenzado a formar campos de energía, y ya en estas semanas ha logrado controlarlo, aunque al comienzo perdía sus fuerzas casi por completo. Y debía agradecer por haber logrado crear esos campos de esa forma puede mantener un tanto alejado al hanyou, a menos que no tenga las fuerzas suficientes, y precisamente ahora no las tenia. - Lo lamento –dice el hanyou después de haber recordado aquella noche, se sentía como un miserable, y la chica no lo ayudaba a borrar su culpa- Ve como la chica se recuesta en el tronco del árbol, seguramente se encontraba débil, comienza a avanzar lentamente. - Necesitamos hablar –dice estando ya un poco mas cerca de la chica- - Ya te he dicho en mas de una ocasión, que no tenemos nada de que hablar –sin dirigirle la mirada al hanyou- - Bien si no quieres hablarme, al menos me escucharas –dice sentándose en una de la raíces de aquel árbol estando algo separado de la joven miko- No obtiene respuesta de la chica. - Kagome se que de alguna forma me merezco lo que me esta sucediendo, y si de alguna manera te hice daño lo lamento –dice el hanyou sinceramente- - Ja! Si claro –lo dice sarcásticamente- ya hablaste, puedes irte - Es cierto –acercándose mas a la chica, se coloca delante de ella y la toma de las manos enfocando sus ojos en los de ella- - Suéltame y aléjate de mí, por favor –poniéndose de pie y ve como el hanyou hace lo mismo sin tener intención de hacer lo que ella le pide- - No lo haré –dice desafiante, y de un momento a otro atrapa a la chica entre sus brazos en un abrazo- Siente como es rodeada por los brazos del hanyou, coloca sus manos en el pecho de él tratando de separarse pero se le hace inútil, él supera sus fuerzas y por mucho. - Volvamos a ser los mismos de antes por favor –suplica sin querer separarse de la pelinegra- - Eso es algo que no sucederá jamás –dice manteniéndose quieta entre el abrazo del ojidorado- ahora suéltame - No lo haré –dice sintiendo como la chica deja sus manos sobre su pecho- - ¡Suéltame! –lo grita haciendo que de sus manos sea liberada una corriente de energía que hace que el hanyou se aleje de ella- Lleva ambas manos a su pecho, ¿Qué era lo que había hecho la chica? - ¡¿Acaso no logras entender cuanto te odio? –expresa viendo al hanyou- te odio, te detesto mas que a nada en este mundo –y aquello era cierto, o por lo menos eso era lo que ella más deseaba creer- Aquellas palabras lo habían destrozado aun más de lo que ya estaba por la actitud de la chica con él, ella lo odiaba. - ¿A dónde vas? –viendo como la chica comienza a alejarse de él y precisamente no iba a la dirección en donde se encontraban los demás, ve como ella se detiene- - A un lugar donde pueda estar lejos de ti –dice para luego seguir con su camino- Ve como la pelinegra se aleja cada vez mas, y luego desparece entre la oscuridad de la noche, dejándolo allí, completamente solo como siempre lo estuvo. Se deja caer sentado sobre la hierba, dando un fuerte golpe sobre ella. La había perdido, la había perdido por completo y no podría hacer nada por recuperar la. - ¿Inuyasha, donde esta Kagome? –lo chilla el pequeño kitsune al ver como la chica no había regresado en toda la noche- - No lo se –lo susurra sin ánimos- - ¿Acaso no regreso en toda la noche? –pregunta el houshi, viendo como el hanyou baja la mirada- - No, y no creo que lo haga –responde con la voz apagada y su mirada opacada- - ¿Qué estas diciendo? ¿Por qué razón Kagome no regresaría con nosotros? –pregunta ahora Sango acercándose un poco al hanyou- - Es mi culpa –lo susurra lentamente, para luego darse la vuelta- - ¿Qué fue lo que le hiciste ahora para que no quiera regresar? –lo pregunta la misma Sango tratando de acercarse más al hanyou, pero es detenida por Miroku que la sujeta de un brazo, voltea a verlo y ve como este solo niega con la cabeza- Inuyasha se aleja de los chicos, y comienza a caminar en el profundo bosque hasta llegar a un riachuelo se sienta delante de este y ve su rostro reflejado en él, sus ojos denotaban algo de soledad, tristeza y también algo de culpa. Y es que no podía evitar sentirse culpable de lo que estaba sucediendo, y si algo le sucediera a la chica mientras esta sola, jamás podría perdonárselo, porque todo seria por su culpa, simplemente por no haber podido aclarar sus propios sentimientos. Kagome ha sufrido tanto por él, por verlo con aquella miko del pasado, el había prometido protegerla de cualquier cosa pero no lo hizo, ya que él fue quien mas daño le ha causado, y lo peor es que él lo sabia, y aun así a la primera noticia que tiene de aquella miko va tras ella, dejando a Kagome atrás, olvidándose de ella, y ahora que ya no la tenia a su lado y que quizás nunca vuelva a ver su rostro ni su sonrisa comenzaba a entenderlo, ahora que la había perdido… para siempre.
Gracias linda, por invitarme. Utiliza el guión largo. Separa más los renglones. (A veces duele y confunde, tenerlos así de pegados). Si quieres remarcar algo, utiliza simplemente las " " y no lo coloques en negrita. Te faltaron algunos acentos. Temática en general: Buena C: Adiós. At: Fer-chan.
Hola soy yo de nuevo XD XD XD gracias por invitarme a ver la historia, esta muy buena ehhhh nada mas ponle un poquito mas de espacios, es que me confunden jeje solo era eso n_n Pobre de Inu y Kagome =( Continualo esta muy interesante !!!! Te doy ANIMOS para ello =) Saludos...