Yu-Gi-Oh! Un amor imposible, pero posible ( Ate}m y Mana ) [longfic]

Hola, bueno pues este es mi primer fic, espero que les guste, esta es una historia en la que me base en la vida del Faraón Atem en el antiguo Egipto hace 5000 años.



Un día en el palacio del Faraón...
El Faraón Atem se encargaba de sus deberes reales como siempre, se encontraba cansado y solo deseaba que el día terminara para irse a descansar el joven rey estaba cansado y angustiado, mientras del otro lado del palacio se encontraba sentada en la fuente del palacio una chica que también se estaba angustiada pero su angustia era diferente, por años ha temido el desirle al joven rey lo que siente por él, ahora él era el Faraón de Egipto pero para ella el aun era el príncipe, su amigo de la infancia.

—¡Mana! que haces aquí, acordamos con vernos en uno de los jardínes para que siguieras practicando tu magia.

— Lo siento Maestro, lo olvide, pero podemos ir ahora— Mana es una joven aprendíz de magia y su maestro es Mahad.

Mana se levanto de la fuente y se dirigio con su maestro a otro jardín a practicar.

Mientras tanto el Faraón Atem buscaba a Mahad para que lo ayudara con algunos deberes reales pues Mahad es uno de sus Sacerdotistas mas confiable y pues al igual que Mana gran amigo de la infancia, en uno de los jardínes encontro a Mahad junto a Mana practicando.

— Bien Mana levanta esa gran roca con tu magia — le dijo Mahad a Mana así podría ella ejercitar su magia.

Mientra ella levantaba la gran roca con magia llego el Faraón.

— Hola Mana — dijo el Atem
—¡Hola Faraon! saludo ella emocionada y al saludarlo se distrajo dejando caer la gran roca encima de Mahad, la roca estaba muy cerca de el y en el ultimo segundo antes que le cayera encima a Mahad el la levanto con magia, Atem solo sonrió al ver la escena que pasaba, y Mana ni en cuenta de lo que habia pasado detras de ella , hasta que...

—¡Mana! mira lo que has hecho.
—¡Ah! lo siento Maestro.

Mahad no dijo nada. Ya que el sabia lo que pasaba, desde hace tiempo el sospecha de la distracción de su aprendíz por el Faraón.

—¿Faraón que lo trae por acá? — dijo Mahad, haciendo una reverencia.
— Bueno, Mahad necesitaba que me ayudaras con algunos asuntos.
— Por su puesto Faraón le ayudare en lo que desee, Mana concluiremos con tus practicas de hoy.
— Esta bien maestro — dijo ella solamente, mientras veía a Mahad y a Atem alejarse, por parte se sintio un poco ignorada por Atem, pero por otro lado se sintio feliz de al fin haber terminado sus practicas de magia.

Ese día gracias a Mahad, Atem término sus deberes reales rápido, Atem iba caminando por uno de los pasillos del palacio muy agotado cuando volteo la mirada vió a alguien en la fuente.

Continuara...

 

——Bien aquí esta la siguiente continuación
Parte 2.
El paseo por el río Nilo.

Ese día gracias a Mahad, el Faraón término sus deberes reales rapido, Atem iba caminando muy agotado cuando volteo la mirada vio a alguien en la fuente.

—¿pero quien...? ¿Mana?,¿como es que..?¿A esta hora? Se desia para él mismo en su mente se acerco a ella y cuando la vio se veía triste.

—¿Mana?— Le dijo acercándose a ella.
— Faraón... Hola.
—¿Estas bien?
— Claro—. le dijo ella con una sonrisa.
—¿Que haces aqui? Creí que ya estarías dormida.
— ammm... Bueno... Cuando no puedo dormir acostumbro a venir aquí—. Dijo ella.
— ¿así? Es que nunca te había visto aquí a esta hora.
—bueno es que nunca me habia costado tanto dormir, ammm... ¿Faraón mañana estara muy ocupado?
— mmm... No lo creo...¿Porque?
— Quería saber si querías ir conmigo a dar una vuelta mañana por el pueblo...
—mmm... Bueno esta bien iremos tu y yo solos—. Le contestó el a ella.

Atem nunca le negaría nada a Mana, pues ella era muy importante para el, al igual que su felicidad, no importando cuantos deberes reales tubiera.

— Gracias Faraón—. Dijo ella sonriendole y al mismo tiempo abrazándolo, pues ha pasado tiempo desde la ultima vez que salierón ellos dos solos.

— Esta bien Mana, pero ya te he dicho que porfavor me llames por mi nombre—. Le dijo el sonriendole.
— Esta bien Fara... Digo Atem—dijo ella riendose.
— Bien, sera mejor que te vallas a descansar Mana, nos vemos mañana.
— Esta bien Atem, igual tu descansa. Dijo ella lenvantandose
— Claro, nos vemos, duerme bien, adiós.
— Si, igual tu, adiós.
Ambos se fueron a descansar.

Al día siguiente...

Mana se levanto emocionada, pues recordó que hoy saldría con Atem, luego de arreglarse salio de su habitación y se dirigió al comedor donde encontró al Faraón Atem hablando con Seth, sobre algunos asuntos reales.

— Buenos días—. Dijo Mana entrando al comedor.
— Buenos días Mana—. Dijo Atem quitándole toda la atención a Seth para hablar con Mana.
— Buenos días—. saludo Seth con un gran signo de interrogación, pues el Faraón prefirió hablar con Mana que arreglar sus asuntos reales.
— ammm... ¿majestad? Entonces... ¿Que es lo que debo hacer?— Pregunto Seth hacia el Faraón.
— Lo siento Seth, bien debemos hacer esto...

Mana no prestaba atención a lo que ellos dos hablaban entoncer prefirio no escucharlos y pensar mejor en como Atem y ella la pasarian hoy.

— Bien prepara todo—. Termino diciendo Atem a Seth mientras este se retiraba.

Mana al ver que Atem había terminado de hablar con Seth, continuo hablando con Atem.

— Bien,¿Mana en que estabamos?—. Dijo Atem.
—¡ah si! Me desias a que hora saldríamos hoy.
— Bueno que te parece al medio día.
—¡Si! Esta bien, Atem.
— Bien sera mejor que desayunemos.
— si, tienes razón.

Ambos terminarón de desayunar, Atem se dirigió al salón principal y Mana al jardín para practicar sola su magia y esperar el medio día, el tiempo se hizó largo parecía que pasaba una eternidad, se aburria y se sentaba en la fuente solo veia guardias caminar por el pasillo, incluso se veian sirvientes caminar como locos por todos lados llevando y trayendo cosas, Mana despidió ir a su habitación y descansar un poco, al paso del tiempo Mana despertó.

—¿Ya sera hora?
Salió de su habitación y si ya era medio día. Se dirigió a buscar al Faraón buscó por los jardines, pasillos por todos lado se empezaba a desesperar hasta que recordó que había buscado por todos lados menos por el salón principal, se dirigió hacia el salón y allí estaba Atem hablando con el Alto Consejo, Mana entró silenciosamente nadie noto su presencia, todos menos Atem, cuando él la vió dijo:

—me disculpan un momento por favor.
—claro, majestad—. Dijerón todos
—Mana, hola—. Dijo Atem.
— ammm... Hola Atem— saludó Mana.
—¿Que haces aquí?
—¿Bueno sabes que hora es?
— ammm...¿La hora del almuerzo?
— Atem... ¡que!¡acaso ya lo olvidaste! ¡Melo prometiste!
— Escucha Mana, se que prometí, pero te pido que me esperes un momento porfavor estoy un poco atareado pero te prometo que saldremos solo esperame un poco yo te buscare—. Desia Atem con suplica.

Mana lo pensó un poco y dijo:

— Bien, esta bien Faraón luego nos vemos—. Dijo algo triste.
— Esta bien, luego nos vemos.

Mana salio de allí, pero todos habían oído la conversación y la veían con enfado no solo por interrumpir la reunión si no también el Faraón seguía complaciendo sus caprichos.

— Con todo respeto Faraón, pero debemos hablar sobre Mana y usted. — Dijo Aknadin
— Si Faraón, creo que debe dejar de complacerle sus csprichos—. Dijo Seth.
— Yo creo que ella lo distrae mucho. Agrego Shimon.
— Bueno, la verdad... Es que... Bueno... Ella es mi mejor amiga y no aportaría verla triste porque le negué algo—. Dijo Atem.
— lo sabemos majestad, pero usted debe encargarse de sus deberes reales, ella podrá espererar, en algún momento que tenga libre podrán salir juntos—. Dijo Aknadin.
— Si, pero ya se lo prometí y no voy a faltar a mi palabra—. Termino Atem y salio de allí.

Todos los de la corte real se quedarón sorprendidos, sera que el joven rey tiene un secreto oculto.

—¿Sera que el Faraón no nos ha dicho algo, que debemos saber?—. Dijo Shada.
—mmm... No lo se pero siempre le complace todo a Mana—. Continuo Seth.
— No lo se, pues desde niños, el Faraón siempre fue así con Mana no me sorprende—. Agrego Isis.
— Si, pero no podemos dejar dejar que siga así, tendremos que distanciarlos un poco, el Faraón deja sus deberes reales por ella, no puede seguir así—. Término Aknadin.

Era de tarde y Mana estaba desesperada, pero mas que eso decepcionada, pensó que pasaría el día y Atem no cumpliría con su promesa, en ese momento Mana escuchó a alguien llegar, entonces volteo a ve quien era.

— ¿Atem?
— Hola Mana.
— Hola—.dijo Mana, algo triste.
— ¿porque estas triste?
—ammm... No es nada... Ammm... Faraón comprendo que este muy atareado y no podamos salir y....—. Mana no término de hablar ya que Atem la tomo de la mano y le dijo:
—espera ¿quien dijo que no saldriamos? —. Dijo Atem, viéndola fijamente a los ojos, Mana al sentir esa mirada que tanto le encantaba y al ver que Atem le había tomado la mano, se quedó muda y no pudo evitar sonrojarse.
— ammm...¿ Mana estas bien?—. Dijo Atem
—¿ah?¿Que?.. Ah si estoy bien—. Dijo Mana muy nerviosa.
— Esta bien entonces que te parece si nos vamos.
—¡ah! Si, claro.

Ambos decidierón llevar solo un caballo y salierón del palacio, cabalgaron por todo el pueblo, estaba anocheciendo y llegarón al río Nilo, sus lugar favorito, desde la infancia.

Mientras tanto en el palacio...

—¿Donde se habrá metido el Faraón? —. Se preguntaba Mahad, mientras los demás también lo buscaban.
—No lo se, pero no lo hemos visto desde hace mucho tiempo.¡ Oh no! ¿Y si le sucedio algo? Lo buscare con mi collar—. Desia Isis asustada.
— No sera necesario, creo saber exactamente donde esta e incluso puedo saber con quien esta—. Dijo Aknadin maliciosamente.

Mientras en el río Nilo...

Habían pasado allí toda la tarde, ambos estaban juntos sentados a la orilla del río Nilo.

— Mi parte favorita de estar en el río Nilo es el atardecer—. Dijo Mana con un suspiro.
—¿así? Pues mi parte favorita de estar en el río Nilo es la de estar aquí con tigo—. Dijo Atem también con un suspiro.

Mana al oír lo que Atem acababa de desir no pudo evitar sonrojarse.

— En... Enserio—. Dijo Mana nerviosa
— Si—. Dijo Atem, mientras se acercaba al rostro de Mana, Mana también se acercaba a Atem, estaban apunto de acortar totalmente la distancia entre sus labios, hasta que...

— ammm...¿Disculpe Faraón?—. mahad llegando junto a Aknadin. Eso hizó que Mana y Atem se alejaran de nuevo.


Continuara...

 

He aquí la continuación....

3ra parte
Ya no podremos vernos más.



—ammm... ¿Disculpe Faraón?—. Dijo Mahad llegando junto a Aknadin. Esto hizo que Mana y Atem se alejaran de nuevo.

— ¡aja! Lo sabía, sabía que aquí estaba con ella—. Dijo Aknadin victorioso.
— si, ¿a que se debe la interrupción?—
Dijo Atem molesto.
—¿Que? Disculpe Faraón pero debe avisar cada vez que sale del palacio.
Dijo Mahad con el tono de voz un poco alto.
— Bien, debemos irnos luego discutiremos esto—. Dijo Aknadin.

Atem y Mana se subierón a sus caballo, y todos se dirigierón al palacio, ni uno de los dos se dijo nada, pero Mana estaba ida en sus pensamientos.
—¿Que es lo que acaba de suceder? Todo lo que paso es ¿porque realmente Atem siente algo por mí? ¿Y si solo fue un impulso? Hay tantas preguntas y ninguna puedo responder—pensaba Mana.

Cuando llegaron al palacio...

— Mana te veo más tarde—. Dijo Atem a Mana.
— Esta bien, Faraón—. Dijo ella y se alejarón.

Atem se fue a términar sus asuntos reales y Mana regreso a su soledad, como siempre.

Al día siguiente por la mañana...

Mana se levantó muy contenta, pues estaba decidida a decirle al Faraón lo que realmente ella siente por el, pues quería sentirse libre al fin, se sentía segura porque Atem un día antes le había demostrado que ella le importaba así que lo empezó a buscar por todos lados a media búsqueda estaba cuando entonces...

— Mana, aquí estas—. Dijo Mahad llegando.
— Hola maestro—. Saludo Mana distraída.
— Mana necesito hablar contigo sobre algo muy importante.
— ¿asi? ¿Y que es tan importante?—. Dijo Mana todavía distraída y sin importancia.
— Es sobre el Faraón—. Dijo Mahad tratando de hacer que Mana lo escuchara.
Mana al escuchar mencionar "Faraón" cambió su cara y estaba mas interesada en escuchar a Mahad.
— Dime maestro—. Dijo Mana interesada.
Mahad suspiró y dijo:
— Escucha Mana ayer por la tarde, luego de regresar del río Nilo todos los del Alto Consejo acordamos algo...
— ¿Son malas noticias verdad?—. Dijo Mana volviendo a cambiar su rostro a uno mas triste.
— ammm... Escucha todos disen que distraes mucho al Faraón y decidimos que tú y el Faraón ya no se pueden seguir viendo mas.
—¿¡Que?! Como...¡¿Como pueden hacerme esto?!—. Dijo Mana bastante exaltada y con un tono de voz bastante alto.
— Mana tranquilizate, escucha.
— No, ya escuche demasiado, es hora que tu me escuches Mahad—. Dijo Mana exaltada.

Mahad se sorprendió al escuchar a Mana hablándole así, pues ella acostumbraba a hablarle con respeto y lo llamaba " Maestro" Mana solo se quedó en sílencio un momento al darse cuenta de su error y luego en un momento rompió ese sílencio que ella misma había provocado, entonces habló un poco más tranquila:

— Lo siento maestro—. Susurro más calmada.
— no, tienes razón, ya es hora que yo te escuche a tí—. Dijo Mahad con la mirada baja.

Ella se sento en un muro que estaba cerca y dijo:

— Enserio, perdoname Maestro, es que tú no comprendes como me hace sentir eso—. Dijo Mana en voz baja pero triste.
— Lo se... Pero...—. Dijo Mahad, pero fue interrumpido, por Mana.
— No, no lo sabes, no sabes lo que es querer desirle a esa persona realmente la verdad y tener miedo de ser rechazada—. Dijo Mana en tono triste.
— Mana, dime realmente ¿que es lo que sientes por el Faraón?—. Pregunto Mahad.
Mahad ya lo sabía, sabía lo que Mana sentía por Atem, pero quería oírlo de su propia boca, Mana suspiró y dijo:

— Él, él es... Es todo para mí, es el único que me escucha, que me hace sonreír en mis peores momentos, quien me apoya y... Bueno supongo que sí... Yo estoy, estoy... Estoy enamorada del Faraón—. Dijo Mana nerviosa, algo sonrojada y con la mirada baja para que Mahad no notara su sonrojo.

Mahad estaba sorprendido por lo que Mana acababa de desir, Mana era capaz de desircelo a otra persona menos quien debía realmente escuchar esas palabras Atem, Mahad lo analizó y le respondió:

— Escucha Mana, se que te sientes mal por todo esto pero debes darte cuenta que él es el Faraón y...
—si, lo se es un amor imposible, no soy nadie al lado de él—. Dijo Mana triste.
— No, Mana, no es eso lo que te quiero desir es que, es solo que... El necesita arreglar sus asuntos como Faraón, además, piensalo mientras menos tiempo pasen juntos, el más te extrañara y quedra pasar más tiempo con tigo, tanto sera así, que cada vez que te vea más quedra verte—. Dijo Mahad tratando de animarla.
Mana suspiró y dijo:
— si, que gran consuelo—. Dijo ella sarcásticamente.
— Lo siento, Mana pero yo no puedo hacer nada todos quieren eso.
— Pero,¿que haré ahora que razón tendré yo para estar aquí? Pues él era esa razón.
— Lo siento pero todos disen que tu distraes mucho al Faraón, acordemos algo, los días que el no tenga muchos deberes reales podras pasr más tiempo con el—. Dijo Mahad.
Mana lo vió y le dijo:
—¿Enserio?.
— Claro, Mana ¿que dises?
— Si, claro que sí, pero ¿por cuanto tiempo sera esta regla?—. Dijo Mana.
— Por muy poco tiempo, bien debo retirarme—. Dijo Mahad muy misteriosamente.
Mahad iba a retirarse, pero Isis llegó y le dijo a Mahad:
— Mahad, necesitamos tu ayuda para arreglar unos asuntos, porfavor.
— si, ahora voy—. Dijo Mahad y se retirarón.

Mana se quedo pensativa, pero lo que tenia triste a Mana es que ahora no podra ver al Faraón, pero esperen un momento ¿el Faraón estuvo deacuerdo con esa regla? O ¿el todavía no lo sabe? Mana tenía muchas preguntas.
Mana corrió a buscara a Atem, pues aun tenía la esperanza de que pudiera evitar esta locura, que pudiera evitar esa regla, ya que el es el Faraón puede evitar esa regla.
Cuando lo encontró estaba caminando por uno de los pasillos del palacio, cerca del jardín donde se encuntra la fuente.

—¡Faraón!—. Gritó Mana
Atem al oírla rápidamente volteo la mirada para verla.
—si Mana ¿que sucede?—. Dijo Atem sonriendole, aparentemente el todavía no lo sabía.
—¡Faraón! Necesito hablar contigo sobre muchas cosas.
—¿así? ¿Que sucede Mana?.
— Bueno primero...—. Mana no término de hablar ya que fue interrumpida por Aknadin.
—¡Faraón! Aquí esta, bueno tenemos que arreglara lago muy importante—. Dijo Aknadin haciendo como si Mana no estaba allí.
— Mana, luego hablamos—. Dijo Atem empezando a caminar con Aknadin.
— Pero Faraón, luego no podremos—. Dijo Mana tratando de convenserlo.
— Claro que si—. Dijo Atem retirándose con Aknadin.
Aknadin solo la volteo a ver con cara molesta tanto fue así que Mana se asusto.

Mana se sentía resignada, triste, sola, cuando Mahad le dijo a Mana que no podría ver a Atem sintió como si le arrancaran un pedazo de ella, luego de un tiempo Mana se encontraba, en el jardín donde esta la fuente cerca del pasillo sentada en la misma roca que casi le caía encima a Mahad, por su distracción, no sabía que pensar estaba muy triste, cuando de repente llegó Aknadin:

—¡Jovencita!¡Escuchame! Deja de distraer al Faraón, el tiene otras cosas que hacer no tiene tiempo para tus tonterias—. Le dijo Aknadin a Mana muy molesto.

Mana solo oía y bajo la mirada para que el no notara que ella estaba al borde de las lágrimas.

— Si desobedeces la regla de no verlo se te dara un gran castigo, un castigo que en tu vida nunca olvidaras. Dijo Aknadin enojado, se dio la vuelta y se marcho.

Mana al ver que se había marchado rompe a llorar, se levanto y salió corriendo de allí y llegó al río Nilo, no queria volver al palacio¿para que? Pensaba ella pero de todas formas debía volver, regresó y trato de que nadie la viera entonces se encerró en su cuarto, ella estaba desolada, desesperada, triste, no sabía realmente que hacer, se sentía un estorbo para todos.

Ese mismo día, Atem buscaba a Mana pues no la había visto desde la mañana, pero no la encontró en ninguna parte, hasta que pensó que podría estar en su habitación, llegó y toco la puerta, cuando Mana la abrió:



Continuara...

 

La continuación...

4ta parte.
Por tí, lo haría todo...




Ese mismo día, Atem buscaba a Mana pues no la había visto desde la mañana, pero no la encontró en ninguna parte hasta que pensó que podría estar en su habitación llegó y toco la puerta, cuando Mana la abrió:

—¡Atem!
— Mana, hola no te había visto, te he estado buscando y me es raro no haberte visto.

Mana recordó las palabras de Aknadin.

Flash Back

— Si desobedeces la regla de no verlo mas, se te dara un gran castigo, un castigo que nunca olvidaras.

Fin del Flash Back

— Atem, creo que... Debes irte—. Dijo Mana con la mirada baja.
— ¿¡pero porque!?—. Dijo Atem sorprendido.
— Es que ... No se como desirtelo.— Dijo Mana.
— Bueno, pues solo dímelo.
— Bueno pues...
— Mana dímelo o ¿no me tienes confianza ?
— Los de la Corte Real no quieren que nos veamos mas.
— ¿Que? Y ¿porque?— Dijo Atem asustado .
— porque dicen que yo te distraigo mucho.
— pero eso no es cierto y tu lo sabes.
— Lo se Atem, además yo necesito verte.
— Yo también Mana, además no dejaré que eso pase, hare lo posible por estar con tigo.
— De verdad Atem, harías eso por mí—. Dijo Mana algo sonrojada.
— Si, Mana.
— Gracias Atem, pero por ahora si no te vas me castigaran —. Dijo Mana asustada ya que Aknadin se acercaba.
— Esta bien adiós Mana—. Dijo Atem alejándose de allí.
— Adiós Atem—. Dijo Mana en un suspiro y triste.

Luego Atem se dirigió al salón principal y cuando entró, estaba muy molesto, todos los de la Corte Real estaban allí, cuando Atem entró dijo:

— Como es eso que Mana y yo ya no podemos vernos.
— Faraón dejenos explicarle tal cosa—. Dijo Shimon preocupado.
— por favor necesito una explicación —. Dijo Atem.
— Bien pues la Corte Real acordamos que Mana y usted no se verán—. Dijo Aknaden.
— ¿Pero porque?—. Dijo Atem
— Ella lo distrae mucho, usted deja sus deberes por ella—. Continuó Aknadin.
— Pero eso no es cierto—. Dijo Atem molesto.
— Faraón nosotros los de la Corte Real tenemos la obligación de hacer las cosas por su bien y seguridad—. Dijo Aknadin.
— Y ahora disen que Mana es una amenaza—. Continuó Atem.
— No, Faraón no es eso, es solo que ella es quien hace que usted se distraiga, y los presentes aquí no me lo van a negar, haber Faraón cuentenos porque Mana lo distrae tanto, pues no cualquier persona hace que usted se distraiga—. Dijo Aknadin tratando que el Faraón dijera algo que sorprendiera a todos.
— Bueno es solo que ella... ¡Ah! No importa la razón, pero saben algo, hagan lo que quieran, pues hagan lo que hagan, no evitaran que ella y yo nos veamos—. Dijo Atem muy molesto se dio la vuelta y se fue del lugar.

Con eso el Faraón les dio a entender a la Corte Real que sus reglas no le importaba, que pasara lo que pasara el veria a Mana, de igual forma aunque Atem y Mana pudieran verse, Mana recibiria un castigo si los veian juntos así que no podían dejar que lo hicieran.

En ese momento Atem fue a buscar a Mana, ella estaba sentada en la fuente como de costumbre, Atem la vió y se le acercó:

— Mana aquí estas.
— Atem que haces aquí me castigaran.
— No te preocupes, si no nos ven juntos, no pasara nada.
— ¿Pero Atem..?
— Tranquila—. Dijo Atem con una sonrisa cálida el cual hizo que ella se tranquilizara, pues ella confiaba en el.
— Esta bien—. Dijo Mana.
— yo por tí, romperé estas reglas—. Dijo Atem, se abalanzó sobre ella y la besó.

Mana no sabía lo que pasaba, estaba en shock, luego de unos segundos le correspondió el beso, estaba pasando lo que ella tanto deseaba, lo que ella siempre había soñado se hizó realidad, Mana no quería que se acabara ese momento era especial y perfecto. Cuando se alejarón ambos estaban sonrojados.

— Lo siento... Creo que... No debí...—. Dijo Atem y luego fue interrumpido.
— No, no te preocupes yo... Ammm...—. Dijo Mana nerviosa.
— Yo quiero desirte que...— Dijerón Mana y Atem al mismo tiempo y luego Atem habló.
— Mana quiero desirte que... Bueno... Tu... Eres muy importante para mí y... Bueno YO TE AM...—. Dijo Atem pero fue interrumpido al ver que Aknadin se acercaba y sabía que si los veía juntos castigarían a Mana, así que:

— Mana debo irme—. Dijo Atem y se fue.
— ¡Atem!—gritó Mana pero fue inevitable detenerlo.

Mana se sentía feliz y sorprendida a la vez, pues sabía que lo que había pasado era porque en verdad Atem siente algo por ella, así que se fue a su habitación se dejó caer en su cama y pensó en lo que había sucedido hasta que se quedó dormida.

Al día siguiente...

Mana se levantó, se arregló y salió de su habitación se dirigió al comedor a desayunar, allí encontró a Atem, cuando ella lo vió no pudo evitar sonrojarse al recordar lo que había sucedido un día antes, cuando ella entró Atem le dijo:

— Mana, hola.
— Hola, Atem.
— ¿Como estas?
— Pues estoy... Bien.

Era un momento incomodo.

— Mana, tengo que desirte algo.
— Dime Atem.
— Mira sobre lo de ayer...— Atem fue interrumpido por un guardia que entró en el momento.
— Faraón, tiene una visita.
— ¿Así? Dime.
— Se trata de la princesa Anzu de un pais vecino, la razón de la visita es para conocer el reino, conocerlo a usted y firmar un tratado de paz, claro si usted esta deacuerdo.
— Esta bien ahora voy—. Dijo Atem dejando a Mana sola y con la duda de que es lo que Atem le pensaba decir.

Luego que Atem se fue Mana lo siguió para conocer a la tal princesa Anzu, cuando llegarón allí estaba ella, ella era una chica de cabello corto y castaño, ojos azules y su piel raramente blanca ya que en Egipto no se acostumbra ver una piel blanca, cuando Anzu vió a Atem llegar...




Continuara...

 

Aquí esta la siguiente parte...
5ta parte
La llegada de Anzu




Luego que Atem se fue Mana lo siguió para conocer a la tal princesa Anzu, cuando llegarón allí estaba ella, ella era una chica de cabello corto y castaño, ojos azules y su piel raramente blanca ya que en Egipto no se acostumbra ver una piel blanca, cuando Anzu vió a Atem llegar...

— Faraón es un placer conocerlo, soy la princesa Anzu, pero usted puede llamarme solamente Anzu si gusta por supuesto—. Dijo Anzu viendo a Atem de arriba a abajo sin dejar de sonreír.

Mana cuando llegó y la observó oyó lo que Anzu dijo y vio la expresión de Atem hacia ella, pues el veía a Anzu bastante interesado, fue entonces cuando Mana sintió lo que todos llamamos "CELOS".

— El placer es todo mio, soy el Faraón Atem, pero siendo tu solo llámame Atem —. Dijo Atem con una voz bastante seductora.

Mana al ver eso se molesto.

— Bien preparen la habitación para la princesa a hecho un largo viaje y claramente quiere descansar —. Dijo Atem viéndola a ella fijamente a los ojos.
— Claro Faraón como usted ordene. Dijerón dos de los sirvientes reales y se dirigierón a un pasillo principal.
— Espero te guste el palacio, pues quiero que te sientas comoda—. Dijo Atem haciendo que Anzu se sonrojara.
Mana al ver eso se interpuso y dijo:
— Mucho gusto princesa, soy Mana. Dijo Mana tratando de ocultar su hipocresía ante ella.
— Mucho gusto Mana... Amm soy la princesa Anzu—. Dijo Anzu al ver la rara expresión de Mana.
—¿Mana?—. Dijo Atem al ver el raro comportamiento de su amiga, pues ella solía ser tímida ante las personas desconocidas y no hablar hasta que se lo pidieran.

Luego un sirviente llegó y dijo:
— La habitación de la princesa esta lista.
— Gracias— Dise Atem.
— Quiere que yo la lleve.— Dise el sirviente.
— No, no sera necesario yo lo haré. Dijo Atem
— Y yo te acompañaré —. Dijo Mana algo molesta.
— Esta bien— Dijo Atem sorprendido.

En el camino Atem y Anzu hablaban pero Mana no llegaba a oírlos, ella iba atrás de ellos y distanciada trataba de acercarse a ellos para oírlos pero no lo lograba, cuando llegarón a la habitación de Anzu...

— Bien esta es tu habitación ¿que te parece?
— Se ve cómoda, gracias Faraón— Dijo Anzu.
— Esta bien entonces dejare que puedas descansar.
—Gracias Faraón.

Atem se fue y cerró la puerta, cuando la cerró...

— Jajajajajajaja ahora solamente tendré que casarme con el Faraón y heredar el puesto como Reina, luego voy a asesinarlo y todo sera solo mio no voy a compartirlo con nadie.

Dijo Anzu pero ella no sabía que tenia una testiga, pues Mana ante sus dudas luego que Atem salió de la habitación Mana se quedo allí para escuchar a Anzu tras la puerta y pues la puerta no estaba muy bien cerrada y en un mal movimiento que hizo Mana, la puerta se abrió un poco a lo que Anzu rápidamente volteo a ver que sucedía cuando Anzu se acerco...
— ¿Que? Pero si eres tu—. Dijo Anzu molesta
— ammm ¿hola?
— no me digas que has estado aquí todo este tiempo.
— n...n...no, claro que no
— pues no te creo, se que oíste de mas y ahora te diré algo si le llegas a decir a Atem sobre lo que oíste lo pagaras caro oíste.
— amm... Pues me voy—. Dijo Mana y salió corriendo de allí.

— ay no y ahora que haré, ¿debo contarle esto a Atem? claro que si, debo hablarle sobre esto.

En ese momento Mana se dirigió a buscar al Faraón, y lo encontró en el salón principal, cuando lo encontró...

— Atem, debo hablarte sobre algo—. Le dijo Mana halándolo del brazo.
— Mana ahora no tengo tiempo, luego hablamos si quiere.
—¿Que? No, debe ser ahora.
— Mana ahora no.
— Pero Atem escuchame por favor.
— bien que sucede—. Dijo Atem un poco desesperado.
— Escucha es que la princesas Anzu, quiere hacerte un trampa y...
—¿Que? Mana debes estar alucinando eso no puede ser posible.
— Ni siquiera me prestas atención Atem.
— Claro que si Mana.
— Esta bien, entonces escuchame, Anzu quiere casarce con tigo y luego matarte para luego quedarse con el trono.
— Mana es una princesa debes llamarla así, además ella no sería capaz de eso es de la realeza.
— Pero Atem tu eres el faraón y te llamo por tu nombre, además yo se bien lo que oí y ella no es buena.
— Mana, por favor ya deja de decir eso, no puede ser así que te sucede de donde sacas todo eso—. Dijo Atem ya un poco molesto.
— Escucha Atem me canse que tu solo veas por ti y no por tu alrededor, creeme ella no es buena y yo se lo que te digo—. Dijo Mana muy molesta.
— Mana mejor deja de inventar tanta cosa, vete de aquí— Dijo Atem enojado, Mana al oír eso se sorprendió, bajo la voz y dijo:
— Eso es lo que quieres entonces, pues esta bien, me voy—. Dijo Mana triste pero a la vez muy enojada, se dio la vuelta y se fue.

Anzu oía la discusión y penso:
Jajajajajajaja bien ahora que ella esta fuera de mi camino, me toca a mi entrar jajajajajaja

— Atem ¿Que sucede?— pregunto Anzu llegando.
— Ammm... No es nada no te preocupes.
— mmm... No lo oí así ¿que sucede?
— Bien pues es que ella... Ella... Olvidalo no es nada, pero dime ¿que te parece el palacio?
— Pues me encanta es muy hermoso y cómodo, me gusta estar aquí.
—pues me alegro, puedes dar un recorrido si quieres, te acompañaría, pero tengo mucho que hacer, me disculpas.
—claro no te preocupes.
— que buena eres, tu si me comprendes por lo menos tu si lo haces.

Anzu empezó a caminar y mientras tanto pensaba: bien he estado vigilando al Faraón desde hace mucho tiempo, mas de un año talvez y se que Mana y él tienen algo que ver, se que él siente algo por ella y ella algo por él, entonces lo único que debo de hacer es que ellos sigan discutiendo a tal modo que él se olvide totalmente de ella y ella de él y así el se fijara en mí y así el segundo paso de mi plan se pondrá en marcha.

Luego Anzu se encontró a Mana sentada en la fuente, entonces Anzu se dirigió hacia ella y le dijo:



Continuara...