Bueno estuve viendo imágenes de esta parejita y se me encendió el foco, ahora aquí estoy y espero que les guste este fanfic :D Un amor Congelado Capítulo 1 Un amigo igual a ella Era una noche como cualquier otra, en ese cuarto amplio y obscuro, con la nieve cayendo dentro de él como era ya de costumbre. Elsa estaba sola, casi había causado la muerte de su pequeña hermana Ana, y ahora estaba encerrada, aislada por seguridad propia y de los demás. Pero nadie parecía haber tomado en cuenta lo mal que iba a pasarla ella, tan pequeña, de apenas unos 8 años de edad, sola y encerrada en esa habitación, no tenia nadie con quien jugar, de vez en cuando se creaba un amigo de nieve, pero su padre luego le replicaba el haberlo hecho, puesto que pedía a la pequeña que ocultase sus poderes como fuese posible. Con el tiempo la pobre pequeña solo dejó que sus poderes durmiesen, o al menos eso intentaba, mas de una vez congelaba lo que tocaba, y a los 12 años de edad su padre le regalo guantes, para evitar este problema. Pero Elsa no era feliz, quería un amigo, necesitaba sentir que no estaba sola. Y esa noche lo descubrió. Esa noche la pequeña princesa no podía dormir, se había despertado repentinamente y ahora no conseguía conciliar el sueño. Estaba muy inquieta y no sabía exactamente el porqué, sentía como si alguien la estuviese observando mientras dormía, pero no se explicaba muy bien cómo podría suceder algo así, su habitación estaba en una zona alta del castillo, y no había manera de llegar a su ventana, a menos que se estuviese volando frente a ella... Afuera de la ventana, minutos antes de que la pequeña despertase, un despistado joven se paseaba por el reino, había salido a dar un vistazo a las islas cercanas, apenas hacía unos cuantos siglos desde que se había convertido en ese chico de hielo, y estaba disfrutándolo mucho. Esa noche parecía ser como cualquier otra noche, silenciosa, aburrida, y con la luna como única compañía, hasta que, observando a través de un castillo, encontró una pequeña habitación cuyo suelo estaba cubierto de nieve. — Que extraño es esto, ni siquiera es invierno y aquí dentro esta congelado — Dijo para sí mismo e intentó abrir la ventana con fuerza, causando un pequeño ruido que exaltó a la pequeña niña que yacía tranquila en su cama. Elsa ya estaba despierta desde el momento en el cual escuchó el fuerte viento que el joven había provocado al acercarse a la ventana, pero en el momento en el que escuchó como esta sonó, se sentó de golpe sobre la cama y volteó hacia su ventana. Pero no había nadie allí... ¿cómo era posible?, estaba segura de que algo o alguien estaba frente a su ventana, pero no, se había equivocado... o eso parecía. — ¿Quién esta allí? — Preguntó ella bajando de la cama y acercándose a la ventana. Nadie respondió. — No te voy a hacer daño, lo prometo, pero déjate ver — Dijo ella nuevamente, y se arrodilló en sus almohadones frente a la ventana. Pero el joven sabía que ella no podría verlo, por lo cual decidió simplemente marcharse, pasando por frente a la ventana. Pero lo que sucedió fue muy diferente a lo que esperaba. — ¡Oye tú! ¡No te vayas! — Gritó la niña. Ella lo había visto. — ¿Qué? Pero ¿cómo es posible? — Dijo él y regreso lentamente hacia la ventana. — Tú, niña, ¿puedes verme? — Dijo él, y Elsa apenas pudo entender lo que dijo, la ventana no dejaba escuchar demasiado lo que ambos decían. Elsa asintió, y con una sonrisa en su rostro abrió ligeramente la ventana, lo suficiente para que pudiesen escucharse mutuamente, pero no lo suficiente para dejar al joven entrar. — ¿Por qué no habría de verte? No eres invisible — Comentó ella inocentemente. — Es una larga historia en realidad... Mi nombre es Jack, Jack Frost, y ¿tú quién eres? — — Princesa Elsa, futura reina de Arrendelle — Dijo ella enérgicamente. Pero cuando el joven le ofreció su mano para presentarse ella la rechazó. — No, no puedo lo siento — — ¿Qué sucede? no voy a hacerte daño — Decía Jack amablemente. — No quiero hacerte daño — Comentó ella — ¿Cómo podrías hacerme daño? — Dijo él y luego observó que la niña tenía puestos un par de guantes, e inmediatamente observó el suelo, tras de ella habían marcas heladas de pisadas. — Espera, ¿eres tú la que mantiene esta habitación congelada? — Preguntó sorprendido. —Si, es algo con lo que he nacido — Dijo ella y se quitó uno de los guantes, tocó levemente la ventana con su pequeña mano, y esta se congeló parcialmente. — Wow... ¡Maravilloso! — Dijo Jack con una enorme sonrisa, e inmediatamente mostró sus poderes a la pequeña niña, haciendo un conejito de nieve con sus manos. — Tú también puedes... no soy solo yo, ¡lo sabía! siempre tuve fe de encontrar alguien como yo — Dijo la niña con una enorme sonrisa. Pero entonces el reloj del gran salón sonó fuertemente, eran las 12am. A esa hora ya era demasiado tarde para que una pequeña princesa estuviese despierta. — Tengo que ir a dormir, pero ¿podrías volver otro día? — Suplicó ella. — Por supuesto que si, espérame y verás que llegaré — Dijo Jack y se despidió de la pequeña. Esa noche Elsa durmió plácidamente con una hermosa sonrisa en su rostro, había otra persona igual a ella, ya no estaba sola, y ahora solo quedaba esperar a que Jack volviese... pero esta espera no había sido tan fácil como ella pensó que sería... ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Y hasta aquí está el primer cap. esperen el proximo!! :) y espero que les haya gustado!! Comenten!
OH. OH. OH. Amo Jelsa con todo mi corazón. Casi nunca shippeo parejas hetero pero este shipp es la excepción. Elsa y Jack son tal para cual, ambos han atravesado muchísimos problemas y se sienten solos, y cada día tratan de recomponer su vida. Realmente me alegra encontrar fanfics de ellos en español ;_; En fin, a mí me pareció un poco corto el primer capítulo porque esperaba más, no sé, pero como introducción está bien. El principio me recordó mucho a un vídeo Jelsa que vi hace un tiempo, estaba basado en la canción Afraid de The Neighbourhood (si no lo has visto, te lo recomiendo, es hermoso). Jack siempre con esa personalidad súper kawaii. Aish, lo amo mucho. xD Por otro lado tienes varios errores, te faltan tildes en los verbos, así como algunos diálogos están mal hechos, ojo con eso. Espero que lo continúes. Kiss ~
Gracias por los comentarios!!! Aws yo shippeo esta pareja desde que salio frozen, se me hacen tan cute! Bueno, nuevo cap, disfruten! Un largo invierno Se despertó una mañana, aletargada, cansada, con unas muy marcadas ojeras bajo sus hermosos ojos azules, y con el sentimiento de que algo se le estaba olvidando. Observó hacia la ventana, recordaba vagamente haberla dejado entrecerrada, por si el sonido reconocible del viento la pudiese hacer despertar. Habían pasado seis años desde que aquel joven peli-blanco había llegado a su vida, y para Elsa, aquello se sentía tan lejano como si de un sueño se tratase, un sueño que se sentía muy real. Los primeros años luego de la visita de Jack Frost, la joven Elsa lo esperaba durante horas, hasta que el reloj daba las 12am, y solo entonces se metía en su cama, convencida de que a la noche siguiente, él tal vez volvería. Cuando cumplió 15 años, comenzó a dejar la ventana abierta, convencida de que el deseo que había pedido al soplar las velas de su pastel se haría realidad, y que aquel joven de hielo y nieve volvería a su habitación en búsqueda de una pequeña niña que se estaba convirtiendo en una hermosa princesa. Cuando esto no sucedió, Elsa se dijo a sí misma que todo aquello había sido solo un sueño. Más sin embargo, aquella noche anterior necesitaba creerlo, deseaba creer que Jack volvería, y mucho más ahora que sus padres habían emprendido un viaje a los reinos lejanos, dejándola sola con su hermana Ana, a quien no había visto desde su infancia, y con la servidumbre del castillo. Entrecerró la ventana y esperó, horas y horas, hasta que el sueño la venció. Él no llegó. Aquella mañana, Elsa se estuvo arreglando durante algunas horas más allá de las comunes, si bien no salía nunca de su habitación, aquello no era motivo por el cual debía andar cual si hubiese recién salido de la cama, era coqueta, hermosa, se amarraba el cabello en una trenza cruzada alrededor de su cabeza, se miraba en el espejo constantemente. No podía evitar pensar cuan parecida a una reina solía lucir. — Ya tienes 18 años, pronto mamá y papá llegaran a ti, con un joven cuyo matrimonio contigo estará arreglado, y cuando ellos estés muy viejos para reinar, él y tu serán los nuevos reyes de Arendelle. Y luego, seguramente volverás a esta habitación — Se decía a sí misma mientras se observaba en el espejo, resignada al hecho de que no habría hombre en la tierra que pudiese vivir con una mujer que lo congelaba todo a su paso. Y lo que más parecía lastimarle, era la idea de quizás nunca poder tener hijos. Y entonces, sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de las pisadas de una jovencita al otro lado de la puerta, hacía años que ya reconocía el sonido del caminar de su hermana Ana, siempre hacía lo mismo, se acercaba veloz, se detenía frente a la puerta, e instantes después, se marchaba. Ya no tocaba la puerta como solía hacerlo antes, para pedirle que jugasen, o que saliese a conversar con ella. Pero esta vez algo había cambiado, los pasos no se detenían, seguían hasta el final del pasillo, y algunos gritos ahogados parecen provenir de la jovencita, algo que nunca antes había sucedido. Elsa se sintió confundida, en su vida jamás había escuchado correr de aquella forma tan pesada a su hermana Ana, algo debía de estar sucediendo, pero no tenía idea de qué. Está nerviosa, su estómago hace ruidos y no es precisamente por el hambre, sus manos empiezan a temblar y un mal presentimiento llega a ella sin saber el por qué. Pero justo antes de que su mano tocase la perilla de la puerta, una mucama entra envuelta en lágrimas, para darle la peor noticia posible: Sus padres han fallecido en una tormenta en medio del océano. — ¡No! ¡No puede ser cierto! — Grita ella mientras que un torrente de lágrimas recorren sus mejillas, sus rodillas tiemblan y ella cae al suelo hecha pedazos, nunca antes había sentido semejante dolor, nunca antes habría imaginado la posibilidad de que sus padres la dejasen sola, y menos de aquella forma. La mucama le lleva un vaso de agua con azúcar antes de que la noticia le pueda causar un desmayo, y deja que la joven princesa desahogue su dolor en las sábanas de su cama. Pasan las horas, y las sirvientas del castillo pasan una por una a dar el pésame a las hijas de aquellos amorosos reyes ahora difuntos, llevan ropajes negros a las princesas, pero solo Ana se prepara para el funeral, Elsa no está dispuesta a ir, está deprimida, y en su habitación la tormenta de nieve es tal que casi rompe los vidrios de la ventana. Todo parece doloroso, todo es gris y blanco, blanco y frío. Hasta que se escucha el sonar de golpeteos en la ventana... Por un segundo el llanto se detiene, la nieve permanece quieta en el espacio, como si se hubiese detenido el tiempo con el sonido en la ventana, Elsa espera, mientras intenta convencerse de que no puede ser real... Pero entonces, sucede de nuevo. Solo entonces se incorpora, y camina lentamente hacia la ventana con expectativa, casi con esperanza, y con el corazón hecho un nudo de latidos que bombean su sangre de forma veloz por cada vena y arteria de su cuerpo, sus manos vuelven a temblar, y un suave alarido escapa de sus labios al ver nuevamente, por primera vez en seis años, la hermosa sonrisa de Jack Frost. Su corazón parece detenerse en seco, mientras que abre la ventana para dejarlo entrar a su habitación, necesita tocarlo, necesita sentir que es real... — Wow, hola...Creo que ya no podré llamarte "pequeña" nuevamente — Dice él al entrar y observar de pies a cabeza a la princesa, ha crecido mucho, y ahora es una mujer preciosa en lugar de una niña ilusionada con conocer mejor a quien compartía sus poderes con ella — Estás... Eres... — Balbuceaba él mientras Elsa comenzaba a llorar nuevamente, confundiendo al joven Frost. — Estuve esperando por seis años, cada noche me decía que vendrías y cada mañana me convencía de que había sido solo un sueño, y ahora apareces con una sonrisa en el peor momento de mi vida, ¿ estabas esperando ver una niña? — Replicó ella, y Jack quedó mudo, borrando su sonrisa de su rostro. — Lo siento, por favor no llores, no querías que viniera ¿cierto? Pero no creo que por eso este sea el peor momento de tu vida. — ¡No es por ti egoísta! ¡Mis padres están muertos! — Dijo ella renovando con más fuerzas la tormenta en su habitación, que ahora escapaba ligeramente al exterior del castillo como una brisa gélida, y nubes grises comenzaban a cubrir el cielo. Jack abrió sus ojos de forma sorpresiva, no se esperaba que el día de su regreso a Arendelle fuese el día de la muerte de los padres de Elsa, y si bien no había tardado por razones egoístas, sino todo lo contrario. En aquella temporada había tenido que salvar al mundo de Pitch, convirtiéndose en guardián, tomando la responsabilidad por los creyentes del mundo, cuidando de sus amigos los niños, los cuales habían ayudado a combatir a Pitch, y llevando diversión a los hogares con algún día nevado. Era un trabajo fantástico, y para él era un placer ejercer como guardián, pero había olvidado a alguien muy importante, la primera persona que había creído en él, la primera que lo había visto antes de convertirse en guardián, se había olvidado de una promesa a una pequeña princesa, olvidó a Elsa. Y ahora, estaba pagando el precio por su olvido. Ver sufrir a Elsa de aquella manera, sin duda alguna, le rompía el corazón. Elsa se había arrodillado en el suelo, tomando distancia de Jack, quien la observaba llorar desconsolada hasta que finalmente se acercó a ella y tomándola en sus brazos se aferró a ella en un cálido abrazo, ella abrió los ojos como si fuesen platos, mientras que las lágrimas caían por sobre el hombro de Jack, y sin más por lo que protestar, se olvidó de aquellos años de abandono, aferrándose al único héroe de su infancia, que ahora estaba allí consolandola en su adultez. Las horas pasaron, y Jack no se pensaba marchar, no quería dejar sola ni por un segundo a la deprimida mujer, quien estaba arropada en su cama, y cuyo invierno personal no dejaba de llover en el interior de su habitación. Si bien ninguno de los dos sentía molestia alguna por el frío, Jack sentía que la jovencita necesitaba con urgencia una buena taza de chocolate caliente, que no solo le confortase del frío, sino también de la tristeza. — ¿Dónde está la cocina del castillo? — Preguntó él. — En la planta baja a la izquierda, la segunda puerta más grande que se ve, o al menos es así como la recuerdo. Siempre me traen mis alimentos los sirvientes, pero en este momento han de estar en el funeral. — Perfecto, en ese caso no hay riesgo de que alguien pueda verme. — ¿Verte? ¿a ti? Pero, ¿no que nadie podía verte además de mi? — Preguntó Elsa con cierta confusión, puesto que en su memoria seguía fresca la primera pregunta que había escuchado del joven. — Las cosas han cambiado mucho para mi en estos últimos seis años Elsa, es una larga historia la que tengo para contarte — Dijo él sonriendo, y su mano abrió la puerta de la habitación antes de que el resto de su cuerpo llegase a salir hacia el pasillo. Elsa se mantuvo recostada, no había olvidado esa sonrisa en seis años, era lo más memorable que tenía del joven Frost desde su partida aquella noche, por lo cual verla en persona nuevamente, le hacia sentir una suave calma y calidez reconfortante en su interior, una que no conocía del todo, pero que sin duda se sentía de maravilla en aquellos instantes de sumo dolor. Abajo, Jack intentaba moverse sigiloso de un lugar a otro, aunque confiaba que no hubiese alguien más en el castillo no podía darse el lujo se que alguien lo pudiese descubrir, no estaba preparado para tomar las riendas de una situación como esa. Por supuesto que, al bajar por las escaleras, sus pensamientos pasaron de estar alerta ante lo que se pueda presentar, a un estado de total asombro por la elegancia del castillo, las paredes, los cuadros, los muebles, e incluso las flores eran elegantes y hermosas, nunca antes se había imaginado viviendo en algún lugar, pero aquel castillo no parecía en lo absoluto un mal lugar para vivir. Llegó a la cocina y se sorprendió incluso más al ver las despensas llenas en su totalidad de alimentos frescos, frutas recién recogidas, carnes recién llegadas de los mataderos, verduras recién cosechadas, todo lucía delicioso. Luego recordó lo que se suponía que haría en aquel lugar, buscó así leche fresca, azúcar refinada y en una gaveta encontró una enorme caja llena de barras del más puro y delicioso chocolate semi amargo, amargo, con leche, relleno, con almendras, e infinidad de otros tipos de chocolate. Vivir en un castillo de esa manera, en definitiva, no estaba nada mal. Una vez comenzó a cocinar la bebida, los olores en su nariz le hicieron perderse por algunos segundos, se estaba antojando de aquella dulce exquisitez, por lo cual aprovechó de tomar un par de barras, y guardandolas dentro de su abrigo, continuó con su tarea. Algunos minutos más tarde, salió de la cocina cerciorándose de que no hubiese llegado nadie de forma inesperada, y para su sorpresa, la puerta de la entrada estaba siendo cerrada justo en ese momento por algunos sirvientes vestidos de luto. Jack salió lo más silenciosamente posible de la cocina, tomando vuelo para evitar ser visto o derramar las tazas de chocolate caliente que sostenía en sus manos. Así subió por sobre las escaleras, acercándose cada vez más a la habitación de Elsa, pero justo antes de llegar, pudo observar a una joven hablándole a la puerta de la habitación. Se parecía un poco a Elsa, pero era algunos años menor que ella, su cabello pelirrojo caía en un par de trenzas, y por sus mejillas corrían lágrimas. No había que ser muy listo para entender de quién se trataba. Pero no había tiempo que perder, Jack salió por una ventana en el muro junto a las escaleras, volando hacia la ventana de la habitación de Elsa, donde la joven de hielo se mantenía llorando sentada con la puerta a sus espaldas, sean cual fuesen las palabras de aquella jovencita, habían tocado el corazón de Elsa de forma dolorosa. Jack sabía que no podía hacer más por Elsa, y además de esto, ya había tardado demasiado fuera de sus oficios como guardián. Por lo cual, se acercó a la ventana y le dejó el chocolate a la chica en la mesita junto a la misma, con cautela tomó papel y pluma, y escribió a la joven una nota antes de marcharse. Media hora después, Elsa dejó de llorar, se arregló un poco, observando por primera vez su rostro deshecho por las lágrimas, tomó el chocolate caliente y se lo bebió poco a poco, aún estaba tibio. Luego de esto, tomó la nota de Jack y la leyó... "Prometo volver, y esta vez, prometo que será muy pronto. Espero te sientas mejor. Con cariño, Jack Frost." Soltó otra lágrima, pero al menos, por un segundo estuvo a punto de sonreír. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Bueno, diganme qué tal les pareció en los comentarios. Gracias!!
Gracias por avisarme de la actualización, este capítulo estuvo precioso. Mucho tiempo pasó para que ambos se reencontrasen, ¿no? Un Jack feliz y una destruida Elsa se encuentran. ¿Qué pasará? Mmmm... ( ͡° ͜ʖ ͡°) Supongo que retomarán su amistad, y espero que Jackie no espere otros seis años para volver. O sea, los shippeo tanto que no puedo imaginármelos ya adultos y separados (?) Not this ship, sister. En fin, no noté errores técnicos porque estaba concentrada en leer, y creo que dentro de todo está bien. Te agradezco por continuar este fic tan precioso y prometedor. ¡Saludos!
La verdad es que no conocía a Jack Frost y por eso me tiraba un poco para atrás el hecho de leer este fanfic, peeeero me he animado y lo he empezado a leer. :3 La verdad Jack es taaaaaaaan mono. *-* Y bueno, qué decir de Elsa y Ana, las dos siempre me han encantado, aunque me decanto más por la hermana mayor. Je. <3 Este segundo capítulo está muy bien redactado, no sé, lo noté mejor que el primero, no obstante, eso es bueno, vas mejorando. Seguiré leyendo esta bonita historia. *-* PD: Jack, plis, seis años no eh, no. ¡Sigue trabajando! ¡Un saludo! :)
Aww... Lamento haberme desaparecido tanto tiempo, y te agradezco que me avisaras de la actualizacion de la historia, la estare siguiendo. !Jack, dale¡ Espero que sigas avanzando me gusta esta historia, fue algo bueno para mi regreso, se que es tarde para decirlo pero, esperare la continuacion. Saludos.
Lamento haberme perdido por tanto tiempo, no había tenido tiempo entre los estudios y cuestiones personales para continuar con mis fanfics, y ahora quiero retomar varias de mis historias sin terminar, proximamente volveré con el 3er capítulo de este fic al cual le tengo un cariño especial, espero no me hayan olvidado jeje!