|Nagito y Hikari| Friendzone Desde aquél día ya nada volvió a ser lo mismo, nunca pensé que todo llegaría a este extremo...si ese idiota no hubiese actuado así, probablemente aún estaría aquí...conmigo. ¿Mi nombre? Mi nombre es Hikari Minami, tengo 16 años y pronto me graduaré en la academia Pico de la Esperanza. Bueno, os narraré yo misma cuándo fue esa gran tragedia, que hizo que dos amigos nunca más se volviesen a ver. ~~~~ Hikari Minami - 13 años. —¡Holaaaa Nagito! — exclamé sonriente al verlo que me estaba esperando en el mismo parque dónde solíamos quedar. —Oh, hola Hikari —me respondió con una dulce sonrisa. Nagito siempre fue muy amable conmigo, él era el único que me ayudaba cuando lo pasaba mal, el único que escuchaba mis idioteces...era él único por el que seguía viva. —Me prometiste que iríamos a ese sitio secreto que me dijiste —le comenté inflando las mejillas. —Claro, claro, no te preocupes, una promesa es una promesa —respondió con una leve risa. Empezamos a andar, y la verdad se me hacía eterno, pero si estoy con él no me importaba. Tras media hora andando, llegamos a un túnel, pero era un túnel muy raro, ya que no se veía el final. —¿Qué es este túnel? —pregunté ladeando la cabeza. —¡Al final de todo, verás algo que poca gente a visto! —exclamó contento como si hubiese descubierto América. Entramos en el túnel, yo iba delante y el detrás, todo iba siendo más oscuro cada vez que avanzábamos más y más, hasta llegar a quedarnos a oscuras completamente, lo curioso es que el túnel cada vez se hacía más pequeño, cosa que hizo que nos tuviésemos que agachar cada vez más. Al no ver nada, me tropecé con una roca no muy grande, pero lo suficiente para que me tropezase, pero tuve la suerte de que Nagito me tomase por la cintura, haciendo que por poco no me diese contra el suelo. —M-muchas gracias —dije aliviada, así que este me levantó mientras daba un paso hacia atrás para poder ponerme bien. —No hay de que, la verdad es que yo también siempre me tropezaba aquí, por eso sabía que a ti te pasaría lo mismo —comentó con un tono de humor. —¡Retiro el agradecimiento! —exclamé con un enfado fingido, pero luego empezamos a reír. Seguimos caminando durante 3 minutos, hasta poder ver la salida, así que sonreí y empezamos a correr hacia la salida. Al salir pudimos ver un pequeño río pasar, por lo que al no verlo lo pisé e hizo que me manchase las desportivas...genial, eran nuevas y me gustaban. Pasamos el pequeño río, y pudimos ver un prado lleno de flores de todo tipo, era todo tan bonito. —¡Vaya, este sitio es genial! —exclamé sonriendo mientras miraba a mis alrededores. —Y lo mejor es que poca gente a llegado al final del túnel, así que dieron marcha atrás y se fueron. —dijo Nagito sonriendo. Pasamos unas horas hablando, yo estaba tumbada en la hierba, él estaba sentado, con las manos apoyadas en la hierba por detrás de su espalda, ambos mirábamos las nubes. Yo de vez en cuando lo miraba de reojo, pero ya podía mirarle fijamente que estaba embobado mirando nubes. —Oye Nagito...— le dije en un intento de llamar su atención, cosa que conseguí. —Dime —me respondió mientras volvía su mirada a mí. —Tú y yo...¿Seremos siempre amigos? —le pregunté. —¡Claro! —me exclamó con un tono muy alegre. Todo eso...solo eran mentiras suyas... Sonreí al escuchar esa respuesta, él me hacía muy feliz, más de lo que el pensaba...pero era demasiado ingenuo para que él lo supiese. Aunque en verdad lo entiendo, con 13 años uno no va pensando en quién le quier...o eso creo yo. Finalmente va siendo hora de que le diga sobre mis sentimientos, siempre me ha gustado Nagito, desde que lo conocí aquel día en la primaria, apenas teníamos 6 años y gracias a él dejaron de meterse conmigo. Siempre me defendía. Era tan bueno conmigo. —Oye Nagito... —le volví a decir. —¿Qué? —dijo con una leve sonrisa. El corazón empezó a latirme cada vez más y más, parecía que fuese a salirse en cualquier momento. —Verás...quiero decirte...que siempre me has... —tomé aire y lo solté — ¡siempre me has gustado! Ese día fue un antes y un después en la vida de los dos...ojalá nunca me hubiese confesado. —Lo siento Hikari...a mi ya me gusta otra persona —lo dijo tan normal, como si no le importasen mis sentimientos. —Además de que solo te veo como una amiga, nunca me has atraído lo más mínimo. Me retuve las ganas de llorar, así que me fui corriendo de ese sitio, corrí lo que nunca he corrido en mi vida, el intentó detenerme, pero fue en vano ~~~~ Hikari - 16 años Desde aquél día ya nada volvió a ser lo mismo, nunca pensé que todo llegaría a este extremo...si ese idiota no hubiese actuado así, probablemente aún estaría aquí...conmigo. —Bueeeeeno, hoy empiezo en la academia pico de la esperanza —dije sonriendo, ya era hora de entrar. Hoy empezaba nueva vida con nuevos compañeros, lo mejor es que me tocó en la misma clase que mi mejor amigo, Fuyuhiko. Entré de las primeras, y me puse al fondo de todo, claro está, pasaba de tener que aguantar al profesor delante. Cada vez pasaron más alumnos, éramos un total de 18 personas. —Hey Hikari —me dijo Fuyuhiko, el cual me quitó de mis pensamientos y se sentó a mi lado. —¿Sabés que nos a tocado en la misma clase que él, no? —me comentó al ver a Nagito al fondo pero en la otra esquina, con esa tal Sakura. —Sí, y la verdad me da igual, yo ya hace 3 años que no sé nada de él, y ni quiero saberlo —le dije evadiendo el tema, así que Fuyuhiko por su parte asintió. Empezó la clase, y era realmente eterna, por lo que apenas atendía y me quedaba mirando la ventana, así casi hasta llegar por fin a la hora del recreo. —Bueno, yo voy al baño, esperame donde siempre —me comentó Fuyuhiko, a lo que yo asentí y este se fue, yo cogí mis cosas y me disponía a salir, pero alguien me tomó del brazo...de todas las personas era la que menos quería que fuese. —¿Hikari? ¿Eres tú? —me preguntó observándome de arriba a bajo, realmente él estaba más alto y mucho más formado. —Pues claro que soy yo —le respondí secamente sin darle importancia. —V-vaya, has crecido mucho, ni te reconocía —me dijo sonriendo, pero yo luego me zafé de su agarre que ya llevaba demasiado tiempo agarrado. —Ya no soy la misma cría de antes —le dije mientras me separaba de él. —Hikari...¿Por qué has estado estos 3 años desaparecida? Te mandaba mensajes e intentaba llamarte, pero nunca respondías. —me dijo Nagito —Tal vez porqué fuistes un gillipollas en nuestro último encuentro. — le comenté mientras me daba media vuelta y me iba. Solté un suspiro, ¿en serio ese idiota piensa que va volver a tener amistad conmigo? —Tsk, realmente lo odio. — pensé. Fui con Fuyuhiko, él me esperaba en los asientos que daban al campo de fútbol, así que me senté a su lado y empezamos a hablar. El recreo pasó muy rápido así que volvimos a nuestra clase. Vino la profesora y empezó a explicar...pero notaba algo raro, miré a Nagito, el cuál estaba clavando su mirada en mí. Me incomodaba muchísimo, pero...debo admitir que está más guapo, y además tiene buen cuerpo. Las horas pasaron, y realmente no me quitó la mirada de encima ni un segundo, cosa que me estresó muchísimo. Me despedí de Fuyuhiko y regresé a casa algo cansada, realmente ni sé por qué si no he hecho nada en todo el día. Entré por fin a casa, mi madre como siempre en el sofá y mi padre cocinando. Subí a la habitación, y fui a bajar las persianas...pero...lo vi a él, era Nagito mirándome fijamente mi ventana, con una sonrisa muy tétrica que realmente me asustó, acto seguido bajé la persiana rápido y eché la cortina. Me tumbé en la cama intentado olvidar lo ocurrido, pero esto solo había empezado. Mis padres me llamaron, se ve que alguien preguntaba por mí y que si podía subir; un mal presentimiento recorrió mi cuerpo, pero yo afirmé a su pregunta. Me senté en la silla, y al ver que abrieron la puerta me temí lo peor. —Nagito, ¿Qué haces aquí? —le pregunté. —Oh nada, solo vengo a visitarte, además de que tengo que contarte algo —me dijo mientras pasaba a mi cuarto y se sentaba en la cama.—Lo he dejado con Sakura. Aquello me sorprendió muchísimo, no podía creerlo, ¿realmente lo dejó con ella? —¿P-por qué lo has...? —no pude terminar ya que me interrumpió. —¡Pues por ti! —exclamó de una manera muy psicópata. —O-oye Nagito, tú ya no me gustas, ¿entiendes? —le dije alejándome de él. —así que vete si no quieres que te eche a patadas —añadí mientras abría la puerta. —Claro que no me iré —me dijo, lo cual hizo que se me pusiese la piel de gallina. —he estado estos tres años con la esperanza de volver a verte, siempre iba a tu casa a pesar que sabía que no estabas, siempre te escribía a pesar de que me tenías bloqueado, he intentado arreglar lo que hice, pero nunca me escuchaste —me dijo mientras se acercaba más a mí. —¿Es qué acaso no lo entiendes?—añadió mientras me tomaba del brazo y me empujaba contra él haciendo que me abrazase fuerte. Noté como algo me caía en la mejilla, levanté un poco la cabeza y vi como las lágrimas caían de sus ojos, pero él solo sonreía. —N-nagito, o-oye... —le dije y es cuando noté que me tomó de las mejillas para luego ver que se acercaba cada vez más y más, hasta el punto que pude notar su respiración. — V-Va en serio Nagito. Era en vano, realmente no sé qué le ha dado ahora conmigo, pero...¿por qué me siento tan bien abrazada a él? —Hikari, en estos tres años, te he querido decir que...yo te amo —soltó, pero no pude responderle ya que me besó. Me sorprendí mucho, ¿Realmente era el mismo Nagito que yo conocía? No pude separarme ya que pasó sus brazos por mi cintura y me aferró lo más que pudo a él, hasta que finalmente se lo correspondí. Pero como no, mi madre arruinó ese momento. —¡Hija, voy con tu padre al cine, volveremos tarde! —me exclamó para que la escuchase, así que me tuve que separar. —¡Vale mamá! — le exclamé igual, y de golpe escuché la puerta de abajo cerrarse. — mira Nagito, será mejor que te vayas, ya es tarde y te prometo que mañana hablamos —Está bien —me dijo sonriendo, así que bajamos y me despedí de él con un larguísimo abrazo. Esa noche dormí bien, ya no tenía pesadillas ni nada por el estilo. A la mañana siguiente me desperté por el sonido de la calle, joder, a buenas horas empiezan a taladrar. Me levanté y me preparé todo para ir a la academia. Salí de casa y me dirigí hacia Pico de la Esperanza, donde me encontré a Nagito sentando bajo un árbol. —Hoolaaaa —me dijo sonriendo, así que me acerqué a él. —Eyyy —le respondí mientras me sentaba a su lado, por lo que apoyó su cabeza en mi hombro. —Aún queda tiempo para que abran la academia, así que podemos quedarnos aquí —me propuso sonriendo, a lo que yo asentí. Nos quedamos ambos callados, de vez en cuando cruzabamos miradas algo sonrojados ambos, hasta que Nagito quiso romper el hielo. —Hikari...prometeme que pase lo que pase no te volverás a ir —dijo con una sonrisa dulce. —Te lo prometo —le respondí sonriendo, para luego abrazarle. Una promesa es una promesa.
|Fuyuhiko y Sakura| Friendzone Desde aquél día ya nada volvió a ser lo mismo, nunca pensé que todo llegaría a este extremo...si ese idiota no hubiese actuado así, probablemente aún estaría aquí...conmigo. ¿Mi nombre? Mi nombre es Sakura Berlitz, tengo 16 años y pronto me graduaré en la academia Pico de la Esperanza. Bueno, os narraré yo misma cuándo fue esa gran tragedia, que hizo que dos amigos nunca más se volviesen a ver. ~~~~ Sakura Berlitz - 13 años. Estaba esperando a Fuyuhiko a fuera de su casa, él se crió en la famosa familia Yakuza, eran todos mafiosos, pero él y yo éramos amigos desde pequeños, así que conmigo eran todos muy amables y siempre que iba me acogían bien. Esperé 5 minutos, y vi que al final salió. —Siento la espera, he tendio que convencer a Peko para que no viniese. — me dijo excusandose. —Oh, no te preocupes, está bien. — le dije sonriendo levemente. Empezamos a andar, estuvimos hablando sobre anécdotas que nos pasaron. Llegamos a un parque, por lo que yo me fui al columpio y empecé a columpiarme, Fuyuhiko hizo lo mismo, pero con la diferencia de que este apenas se movía. Me lo quedé mirando, parecía estar en las nubes, así que fui parando y le toqué el hombro para llamar su atención, sin logro alguno. —¿Te pasa algo? — le pregunté, eso hizo que reaccionase, así que me miró. —Perdon, estaba pensando en mis cosas. — me respondió, así que lo miré curiosa. —¿En qué pensabas? — le pregunté muy intrigada. —Verás, es algo que no te he podido decir...pero...mi familia se mudará de aquí, por lo que yo también me iré — me respondió bajando la mirada. Me dejó helada, ¿realmente se iba? ¿No lo podré ver más? Muchas preguntas empezaron a rodar por mi cabeza, no puedo creer que se vaya después de tanto tiempo. —¿Entonces no te veré más? — pregunté intentando romper ese silencio que se formo. —No jodas Sakura, claro que nos volveremos a ver. Realmente a veces no sé si lo dice por ser borde o porqué a cada frase añade un insulto. En fin, ese es con el Fuyuhiko que he estado toda mi vida, un tsundere de cuidado que va insultando y poniéndose borde porqué sí...el cual a lo mejor no le veo más. —Bueno, está bien, solo preguntaba. No hace falta que tengas que ponerte así — le dije dando un suspiro. Vi como se levantó y empezó a caminar, así que lo seguí, estuvimos toda la caminata callados, tan solo había puro silencio, bueno, sin descontar los ruidos de algunos coches y gente pasando. —Será mejor que me vaya ya a casa. — dijo rompiendo el silencio. —¿Qué? ¡Pero si apenas hemos estado una hora! — protesté, este solo dio un soplo de aire, como si le molestase. —Tengo que preparar las cosas para irme, me voy mañana — me dijo como si ahora no le importase. —¡Bueno, pues bien, vete! — le exclamé, así que me fui corriendo a casa lo más rápido que podía, perdiéndole de vista. Llegué a casa, apenas eran las 7 y ya estaba cansada. Me fui a mi habitación y me tumbé en la cama, pensando en todo lo de Fuyuhiko...realmente me daba igual, siempre era muy borde conmigo a pesar de que yo le trataba bien. Cerré los ojos y me quedé profundamente dormida. A la mañana siguiente me desperté por los rayos de sol...mierda, me olvidé de bajar la persiana, y encima ayer ni cené. Genial. Me levanté, y me fui a la cocina a comer algo, tomé unas galletas y me fui fuera a la calle. Mis padres estaban de vacaciones y hasta dentro de dos días no volverían. Caminando pasé al lado de la casa de los Yakuza, me la quedé mirando, pero di un pequeño suspiro y me acerqué a la puerta, realmente no podía dejar que se fuese sin decirle nada, al menos me quería despedir de él...Del chico que siempre me gustó. Piqué al timbre y me abrieron. —Oh, hola Sakura, ¿cómo estás? — me preguntó sonriente su madre. —Estoy bien. — le respondí sonriendo. —¿Puedo ver a Fuyuhiko? — le pregunté, ésta asintió y me dijo que estaba en su cuarto. Subí, y al abrir la puerta vi que estaba ordenándolo todo y empaquetándolo, pero rápidamente se dio cuenta de mi presencia. —¿Qué haces aquí? — me preguntó sorprendido al verme. —Bueno, no podía dejar que mi amigos se fuese sin despedirme de él. — le respondí, así que me senté en la cama Éste dio un suspiro, así que se levantó del suelo y se puso sentado a mi lado. —Mira, siento lo de ayer, ¿vale? Para mi es muy difícil esto del traslado. — me explicó, pero yo negué y lo abracé. —No pasa nada, es normal. — le dije sonriendo, a lo que este suspiró y me correspondió el abrazo Estuvimos así durante un corto tiempo, hasta que me armé de valor, tenía que confesarme antes de que él se fuese. —Oye Fuyuhiko... — le comenté mientras me separaba. —Dime. —Verás...quiero decirte...que siempre me has... —tomé aire y lo solté — ¡siempre me has gustado! ~~~~ Desde aquél día ya nada volvió a ser lo mismo, nunca pensé que todo llegaría a este extremo...si ese idiota no hubiese actuado así, probablemente aún estaría aquí...conmigo. Me levanté como siempre, al fin empezaría en la academia Pico de la Esperanza como una alumna, realmente me ilusionaba estar allí. Me vestí y tomé el desayuno, para luego dirigirme a la academia, pero me di cuenta de que había salido muy temprano, los nervios tontos pudieron conmigo. Solté un suspiro, así que me senté en uno de los bancos que había y esperé a que fuese la hora. —Bueno, bueno, me pregunto como me irá. — murmuré para mí. Tras un rato llegó la hora, la academia ya abrió. Antes de que pudiese entrar, alguien me tocó la espalda. —Perdona, ¿sabés dónde está la aula C? — esa voz me resultaba ligeramente familiar, me giré y pude ver con más claridad de quién se trataba. —¡¿Fuyuhiko?! — exclamé. —¡S-Sakura! — exclamó él, parecía más impresionado que yo. —¿¡Se puede saber dónde has estado estos tres años!? — exclamé mientras cruzaba mis brazos, realmente estaba molesta, desde aquel día él ya no volvió a hablarme, tras ese rechazo ni siquiera me habló para decir que estaba bien en su nueva casa. —Pues fuera, pero luego mi familia tuvo que volver aquí. — me respondió. —Oye, acerca de lo de hace 3 años... Le interrumpí. —Llegaremos tarde. — le dije, así que me di media vuelta y entré en la academia. Entré en clase y pillé el primer sitio que vi, al fondo. Para mi mala suerte Fuyuhiko se sentó a mi lado, pero a una distancia considerable. Se pasó casi todas las clases mirándome por el rabillo del ojo, como si no me diese cuenta. •Ding, dong, ding• Las clases terminaron, por mi parte recogí las cosas y me dirigí hacia mi casa, pero de camino, me encontré con que Fuyuhiko me estuvo siguiendo. —¡O-oye Sakura! — exclamó intentado pararme, cosa que consiguió. —¿Qué quieres Fuyuhiko? — le pregunté cansada. —Solo quería decirte...que lo siento. — dijo, yo me asombré, ya que pocas veces se disculpaba conmigo. —¿Con qué? — le volví a hacer una pregunta. —Pues con lo que pasó...hace 3 años. — me respondió desviando la mirada. —realmente dije algo que no sentía. — admitió. Lo que me decía para mí no tenía lógica, ¿a dónde quería llegar con todo esto? —Explicate. — le ordené cruzada de brazos. —Verás, no quería decirte nada por el simple hecho de que me iba, ¿cómo quieres que aceptase si me iba a ir a otro país? — me explicó, cosa que hizo que me quedase parada. —¿Entonces tú realmente...? — no terminé ya que me interrumpió. —Sí. — me dijo, pero me miró serio. —Pero que no se te suba a la cabeza, a mi estos temas me dan igual. Di una pequeña risa, realmente no había cambiado nada, seguía siendo el mismo borde de siempre. Al ser él un poco más bajo que yo tuve que agacharme un tanto, así que lo tomé de las mejillas y me acerqué a él para besarlo, cosa que hizo que se sonrojase, pero luego me separé. —B-bueno. — me dijo, así que me tomó de la mano. —Volvamos al parque, como los viejos tiempos. — añadió sonriente, le correspondí el agarre y fuimos al parque. Como los viejos tiempos.
Y eso señores, se llama EL KARMA. Luego de que rechazas a alguien, ese alguien te rechaza a ti. Nadi está a nuestra disposición. No he visto ese anime, pero me gustó tus one-shots. :3