Mis llamas ascienden a lo más profundo de tu abismo, tratando de unirse a tu dudoso destino. Desde aquí puedo llegar a sentir tu espesa penumbra. Siento la dulzura y lo amargo de tu bella figura. No dejo de ver los millones de poros plasmados en tu piel. Trato de esquivar el dulce néctar de tus ojos color miel. Ando por allí, tratando de sacarte de mi mente; pero solo consigo en mi alma mantenerte. Ya no aguanto este sufrimiento, que va y viene como eterno tormento. Hoy te juro que me voy contigo a tu abismo. Me llevo dos velas para andar por allí. con una vela emprenderé el viaje hasta tu piel, con la otra vela, regresaré, evitando el sabor a hiel.