Tu ángel protector

Hola, bueno este es mi primer original, es un One-Shot, espero que les guste.
Debo agradecer a Artemisa por su ayuda, de verdad mil gracias♥

Tu ángel protector​

La chica subía desesperadamente las escaleras de aquel viejo edificio, tropezando innumerables veces, su corazón latía desenfrenadamente, y las piernas de aquella muchacha de tez pálida temblaban. Cuando sus pies pisaron el último escalón, de golpe abrió aquella vieja y desgastada puerta de madera, haciendo notoria su presencia, y ahí fue cuando sus ojos azulados captaron su gran temor.

—¡No lo hagas, por favor!

Un grito desesperante salió de sus finos labios, quiso moverse, correr hacia aquella persona, pero su cuerpo no le respondía, el miedo la paralizó.

—No deberías estar aquí.

El chico de alta estatura giró su cuerpo para mirarla de reojo, sus ojos marrones demostraban cierta sorpresa.

—¿En qué estas pensando, Erick? Baja de ahí y volvamos a casa.

Su voz sonó entrecortada, y sin ya poder retenerlas, amargas lágrimas rodaron por sus mejillas enrojecidas. Al ver a Erick parado sobre aquel mural, tan frágil, que con la más simple brisa su vida se le escaparía, intensificó el gran miedo que la chica estaba experimentando.

Un silencio perturbador invadió el lugar. La suave brisa que inundaba aquella abandonada azotea, pasaba entre los cabellos negros del chico, y ahí es cuando Erick le habló, más decidido que nunca.

—No puedo, Alice. La decisión está tomada.

Alice, derrotada y abrumada al escuchar esas palabras, se dejó caer en el sucio suelo, maltratando levemente sus rodillas. Intentó calmarse y secar sus lágrimas, pero sólo eran esfuerzos en vano.

—¿Por qué haces esto? ¿Acaso piensas abandonarme?

—Nunca, pero te fallé y eso no tiene perdón.

—Dijiste que siempre me protegerías. Si mueres faltarás a esa promesa.

—En realidad ya falte, fracasé, no pude protegerte del maldito desgraciado que ha desgarrado tu vida.

Su mano derecha tomó la forma de puño, mientras sus profundos ojos marrones levemente se cristalizaban, producto de la rabia que en ese momento inundaba su ser.

—Eso era algo que tú no podías evitar, estaba fuera de tu alcance.

—¡Como tu hermano mayor que soy, se supone que debo protegerte!

Cegado ante el dolor y la rabia, gritó de manera desesperante, recordando el motivo por el cual estaba tomando esa decisión.

—Te necesito, no podré con esto yo sola, ¡te necesito!

Alice inmóvil en aquel rocoso piso, acarició su vientre, aún plano, intentando que con esta acción su hermano recapacitara y deseaba que así fuera.

—Necesito que por una semana no salgas de casa.

Le habló de manera serena, dándose vuelta, no queriendo mirarla más. La decisión estaba tomada, él sabía que era la mejor opción.

—¿Por qué? Baja de ahí por favor.

La chica le rogó a su hermano, mientras inútilmente intentaba quitar aquellos mechones castaños que a su rostro se habían adherido por culpa de las lágrimas, mismas que no tenían la intención de cesar y su corazón pareciera no querer volver a un ritmo normal.

—Quizás me tome algo de tiempo pedirle a Dios que me convierta en tu ángel protector.

Pronunció aquellas palabras mientras sus labios se curvaban en la más hermosa sonrisa que él poseía. Cerró sus ojos con fuerza y en un último suspiro lanzó su cuerpo al vacío.

—¡No, hermano, no! ¡Erick!

Alice, al ver a su hermano haciendo tal atrocidad, soltó grito desgarrador que resonó por toda la azotea y un poco más; su cuerpo en movimiento se puso, acercándose a aquel mural viendo como el cuerpo de su hermano aún con vida impactaba contra el frío suelo.