One-shot de Inuyasha - Traiciones que matan.

KONICHIWA! YA SE DEBO ESTAR LOCA PARA ANDAR ESCRIBIENDO Y NO CONTINUAR LOS DEMAS, PERO AGUANTEN AHI ESTE ES UN CUENTO QUE HIZE PARA UN CONCURSO INTERNO DE MI PREPA a: NO QUERIA PERO LA PROFE PRACTICAMENTE ME OBLIGO :LOL: Y NI MODO ESPERO LES GUSTE n,n
CAPITULO 1 :B
Estaciono su auto en el garaje como de costumbre y sonrió ampliamente al ver el auto de su esposo, hoy para ella era un día muy especial. Un día como hoy pero de hace dos años fue cuando contrajo matrimonio con su amado Inuyasha, le había avisado que no podría llegar a tiempo ya que el viaje de trabajo que estaba realizando se alargo y no podría pasar su aniversario con el, se entristeció mucho al saber aquello pero su jefe de ultima hora le dijo que podía irse antes, ya que el se encargaría de todo lo demás, tomo el primer avión hacia su ciudad y ahí se encontraba en el garaje saliendo de su auto emocionada por ver a su marido, en verdad lo extrañaba llevaba mas de dos semanas de viaje y no hablaba mucho con el, ya que tanto el como ella estaban muy ocupados en sus trabajos y con solo un momento que estuviesen juntos era especial, no le había avisado del cambio de planes ya que quería sorprenderlo y al parecer funcionaria.
Paro enfrente de la puerta y saco las llaves con sumo cuidado para que estas no hiciesen ni el menor ruido, pero cuando entro fue rápidamente descubierta por la ama de llaves que la miro sorprendida y con cierta confusión.
– ¡Señora Aome! – exclamo sorprendida la ama de llaves regordeta y de canosa melena al ver a su señora de cabellos azabaches y tez blanca llegar tan repentinamente, siendo que el señor Inuyasha le aviso que ella no regresaría hasta dentro de unos días más, un sentimiento de culpa invadió a la anciana que veía a la que consideraba su ahijada con confusión y tristeza.
–Buenas noches Kaede– dijo ella a la ama de llaves que consideraba como su nana, la mirada de la mencionada estaba llena de confusión y ¿Tristeza? Si eso era pero ¿Por qué ella se encontraba triste? – Nana ¿Qué pasa? – Pregunto Aome muy confundida y con la preocupación marcada en su rostro, empezó a sacar conclusiones y lo primero que se le vino a la mente fue su amado esposo al notar el silencio de su nana– ¿Inuyasha se encuentra bien? – Pregunto ella temiendo lo peor pero se tranquilizo al recibir un asentimiento por parte de la persona que se encontraba enfrente suyo– Entonces ¿Qué ocurre Kaede? – dijo ella exasperada por no recibir respuesta de su ama de llaves.
–El esta bien no te preocupes Aome…–musito por lo bajo y no concluyo la oración dejando a la azabache confundida–Se encuentra en su habitación– termino por decir con un deje de tristeza, Aome no espero nada mas y se encamino tranquilamente hacia allá pero antes de desaparecer de la vista de Kaede la escucho decir algo–Lo siento mi niña– dijo en un susurro que se llevo el viento ¿Por qué su nana le pedía disculpas? No entendía nada pero presentía que lo entendería al cruzar la puerta de la habitación que compartía con su esposo, subió las escaleras con sigilo y unos ruidos extraños empezaron a llegar a sus oídos, apresuro su paso al ver un abrigo rojo tirado enfrente de la puerta, los ruidos empezaron a hacerse mas fuertes y al llegar abrió la puerta de golpe encontrándose con la peor escena que pudo ver alguna vez en su vida, cubrió su boca con su mano derecha antes de que su garganta soltara un sonoro sollozo, las lagrimas no tardaron en hacer acto de presencia surcando el rostro de la joven que no podía creer lo que sus orbes cafés veían…
Ahí en la habitación que compartía con su amado esposo se encontraba el, pero no solo. Estaba nada mas y nada menos que teniendo relaciones con su media hermana Kikyo, los amantes que daban rienda suelta a su amorío se sobresaltaron al escuchar la puerta abriéndose y, se encontraron con la persona que menos esperaban haciendo que estos abrieran desmesuradamente los ojos de la sorpresa.
– ¿¡Aome!? – Dijo o más bien grito su adorado esposo de orbes doradas, el arrepentimiento y la culpa eran evidentes en su rostro– ¡Espera, déjame explicártelo!– le grito mas la mencionada solo los veía con ira contenida ¿Cómo el podía explicar aquello? Simplemente era imposible, y más que obvio que había sido engañada.
– ¡Los odio! –grito y se dio media vuelta aun con lagrimas saladas recorriendo su fino rostro, Kikyo solo se mantenía callada sabía que había hecho mal muy mal, Inuyasha solo veía como la mujer con la cual se caso y juro amor eterno se marchaba dejándolo con la palabra en la boca.
Estúpido, esa era la palabra correcta para definirlo en estos momentos, el mejor que nadie sabía cómo su adorada esposa se esforzaba en el trabajo y ahorraba la mayoría de ello para poder dejar de trabajar un tiempo y así poder complacerlo, para poder pasar tiempo juntos ¿Y que hacia él? Si, trabajaba pero cuando podía se iba a casa de su cuñada y no exactamente a hablar, ladeo su rostro para ver a la persona con la cual llevaba meses engañando a su esposa y la vio recogiendo su ropa y alistándose para marcharse, no la detendría tenia mejores cosas que hacer y pensar.
La joven que huía de la cruel realidad se encontró en el camino a su nana y la paso de largo como sino la hubiese visto, ahora lo entendía todo lo siento mi niña aquellas palabras resonaban en su mente ¿Lo sentía? Ella también por haber sido tan tonta y creer en su ama de llaves, en Inuyasha, en Kikyo, en que todo estaba bien, sintió una punzada en su corazón seguida de más lagrimas. Camino más ¿A dónde? No lo sabía solo quería huir de todo, mientras caminaba cientos de preguntas atormentaban su mente ¿Cuánto tiempo llevaba Inuyasha burlándose de ella? ¿Qué había hecho mal? ¿Por qué su nana se lo oculto? Ella feliz creyendo que todo iba perfecto cuando la realidad era otra ¿Qué había hecho ella para merecer esto? No lo sabía, tal vez simplemente el destino le estaba jugando mal. Paro frente a un establecimiento de comida e ingreso en el y tomo asiento cerca de la ventana recargando su cabeza en ella observando la nada, una mesera se acerco a ella sin que esta se diese cuenta.
– ¿Desea algo de comer o de beber? – pregunto una mesera castaña con una sonrisa de oreja a oreja, sobresaltando levemente a la azabache quien volteo sorprendiendo a la mesera quien observo detalladamente el rostro de su cliente el cual estaba inundado en lagrimas y con el maquillaje desecho en su fino rostro reflejando mediante sus ojos el sufrimiento por el cual estaba pasando–Le traeré un café– dijo por lo bajo y se retiro perdiéndose de la vista de la joven te tez blanca. Pronto llego con el café en las manos como lo había dicho–Aquí tiene– musito dejando la taza en la mesa y retirándose a pasa lento de ahí, Aome observo la taza y la tomo entre sus temblorosas manos acercándola lentamente a su boca y tomando un pequeño sorbo de ella. Su cabeza daba vueltas y su corazón le dolía, no sabía que iba a hacer después de esto, su vida era Inuyasha, trabajaba por él, vivía por él, se mantenía fuerte por el ¿Y ahora? Ya no lo tenía a él, estaba sola ni siquiera para decir que tenia familia ya que dejo todo y a todos atrás por Inuyasha, se arrepentía si, y mucho pero ya no había marcha atrás, cometió el peor error de su vida y lo estaba pagando caro tal vez demasiado, y todo eso por un hombre que no valía la pena, que se había estado burlando de ella por quien sabe cuánto tiempo.
Idiota, así se sentía. Suicidio, esa idea paso por su mente ¿Suicidarse? ¿Era tan cobarde como para hacer aquello? Negó con la cabeza y puso su mentón en alto, ella era Aome Higurashi una reconocida neurocirujana, no se dejaría derrumbar por un hombre, hombres había muchos, con ese pensamiento en la mente se levanto no sin antes llamar a la mesera quien se acerco rápidamente.
– ¿Cuánto es? – pregunto un poco desesperada.
–Cortesía de la casa– le respondió la misma castaña con una sincera sonrisa que la azabache correspondió.
–Gracias– respondió y sin más se retiro del lugar, camino a paso lento y pausado pensando en cómo reaccionar al ver a su aun esposo, le pediría el divorcio claro estaba y también le diría que jamás se le volviera a acercar en su vida a ella, con aquello resuelto camino y visualizo su casa a tan solo unos pasos y allí se encontraba el seguramente esperándola, se limpio la cara y camino con paso firme y seguro.
Todo ocurrió tan rápido que no le dio tiempo de reaccionar, un automóvil se aproximaba a ella, escucho a Inuyasha gritar algo como ¡Cuidado! Y en un segundo ya se encontraba impactando contra el parabrisas del auto y en otro a varios metros del suelo prácticamente volando, el sonido de su cuerpo impactando estrepitosamente sobre el suelo hizo eco en los oídos de Inuyasha paralizándolo por unos minutos para después salir de su trance y correr al cuerpo inerte de Aome. Ella respiraba entrecortadamente con sangre saliendo de su boca.
–Descuida Aome la ayuda ya viene en camino, resiste–dijo tratando de resistir las lagrimas que se querían escapar de sus ojos, ella solo lo miraba por que no podía moverse, le dolía todo y sabía perfectamente lo que eso significaba su fin había llegado. – ¡Kaede! – grito eufórico Inuyasha con Aome en sus brazos, la mencionada salió y se cubrió la boca mientras lagrimas empezaban a recorrer su arrugado rostro, entro rápidamente a la casa sabiendo bien que tenía que hacer–Aome resiste, estarás bien ya lo veras– dijo tratando de reconfortarla, la respiración de ella se hizo más pausada, con todo en esfuerzo que su cuerpo lastimado le permitía movió su mano posándola en la mejilla de su amado esposo.
–Te amo– dijo en un susurro débil para después dejar caer su mano y dejar de respirar, el conductor del auto que la atropello veía la escena desde lejos y decidió huir, Inuyasha se quedo helado ¿Aome había muerto? Su Aome estaba ¿Muerta? No conforme con ello le dio respiración de boca a boca mientras oprimía su pequeño pecho intentando regresarla pero nada funcionaba.
– ¡Aome! –grito y fue escuchado por Kaede quien imagino lo que había pasado y comenzó a derramar lagrimas sin cesar, Inuyasha no aguanto más y gruesas lagrimas se apoderaron de sus dorados ojos surcando rápidamente su rostro–Yo también te amo– dijo aun con lagrimas y besando los ya fríos labios de su amada derramando lagrimas también en el.

FIN
Arigato por leerc: espero le haya gustado :lol: comenten A: