1.  
    Megumi Chan

    Megumi Chan Entusiasta

    Sagitario
    Miembro desde:
    23 Septiembre 2008
    Mensajes:
    96
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Together
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2677
    Together

    Cap.1
    Fuego
    <I>“Todo…<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com<img src=" /><o:p></o:p></I>​
    <I>…todo…<o:p></o:p></I>​
    <I>…se había quemado”<o:p></o:p></I>​
    <I><o:p></o:p></I>​
    El calor del fuego me hacia arder mis mejillas cubiertas de cenizas, mientras me mantenía allí de pie aferrando mi almohada con fuerza; viendo como todo se quemaba, mi casa, mis cosas, mis padres, y mi pequeña hermana.
    <o:p></o:p>
    Todo se había quemado.
    <o:p></o:p>
    Los ojos me dolían por el efecto de las cenizas sobre ellos, no podía llorar, por mas que quisiera las lágrimas no salían, tampoco podía gritar, solo estar allí en silencio mirando.

    La calle estaba llena de mirones y vecinos preocupados por que se expandiera mas el incendio, mientras los bomberos intentaban apagarlo y sacaban uno a uno los cuerpos sin vida de mi pequeña familia.
    <o:p></o:p>
    Una enfermera de una de las ambulancias me tomo suavemente del brazo y me guio hasta una ambulancia en donde me pusieron una mascarilla para darme oxigeno. Pero yo no quería volver a respirar. Si el fuego se había llevado lo único que tenia ¿Por qué no me había llevado también con el?
    <o:p></o:p>
    La mujer me sacudió un poco por los hombros y me pidió algo angustiada que por favor respirara, me resigne y volví a respirar.
    <o:p></o:p>
    Se quedo allí por un rato para cerciorarse de que estaba respirando bien, y luego se fue a ayudar a atender a un bombero que había resultado herido.<o:p></o:p>
    <o:p></o:p>
    Aproveché aquel momento para dejar a un lado la mascarilla y alejarme de allí, escabulléndome por entre la multitud. Corrí todo lo que mis descalzos pies podían, aspirando con dolor el aire que por culpa de las heridas, provocadas por el aire caliente y el humo, me hacían doler la garganta.<o:p></o:p>
    <o:p></o:p>
    Agotada finalmente llegue hasta la playa, baje los tres escalones que separaban la vereda de la arena, y arrastre mis pies por sobre ella, sintiendo como esta se colaba entre mis dedos.<o:p></o:p>
    <o:p></o:p>
    Me senté allí a un metro de las pequeñas olas, abrazando mi almohada y mis rodillas.<o:p></o:p>
    Todo era tan confuso, ellos ya no estaba, ¿Qué iba a hacer yo ahora?<o:p></o:p>
    Quería desaparecer, quería ir a dónde ellos estaban… quería ver a mi mamá, a mi papá y a mi hermana Luz.<o:p></o:p>
    <o:p></o:p>
    ¿Por qué…porque tenia que pasar esto? ¿Qué fue lo que hice mal? ¿Qué fue lo que ellos hicieron mal?<o:p></o:p>
    <I><o:p></o:p></I>​
    <I>Mamá<o:p></o:p></I>​
    <I>Papá<o:p></o:p></I>​
    <I>Luz<o:p></o:p></I>​
    <I>¿Dónde están?<o:p></o:p></I>​
    <o:p></o:p>
    Apreté más el agarre contra la almohada, mi pecho me dolía, y mi respiración era dolorosa. La luna no estaba allí para iluminarme, solo habían un montón de estrellas.
    Me pregunto si ellos ahora serán una de esas estrellas.
    <o:p></o:p>
    ― ¡Hey señorita! ¿Estas sola?― Pude oír la voz de un hombre, parece que me estaba hablando, pero no teína ni fuerzas para responderle, y menos voltearme a ver quien era.
    <o:p></o:p>
    ― ¡Oye niña, te estoy hablando!―Aquel hombre me sujetó por los hombros y me arrojo de espaldas hacia la arena, aprisionándome con sus piernas alrededor de mis caderas. Apestaba a alcohol, y parecía tener cerca de unos cuarenta años.
    <o:p></o:p>
    ―Que niña tan bonita…mira es este color rojo― Dijo arrastrando las palabras, mientras llevaba una mano hacia mi cabello corto.
    <o:p></o:p>
    Acercó su rostro a mi cuello y pensé que tal vez me merecía aquello por ser la única que había quedado con vida. Entonces oí la voz de una chica.
    <o:p></o:p>
    ― ¡Suéltala pedazo de bestia!― Una piedra golpeó al hombre en la cabeza seguida de otra y otra, no eran mas grandes que mi puño.
    <o:p></o:p>
    ― ¡¿Quién fue?!― El hombre se levantó molesto, pude comprobar que sus ojos estaban completamente rojos, y su cara emanaba mucho odio.
    <o:p></o:p>
    ― ¡Aléjate de ella!― La chica volvió a gritar arrojándole mas piedras logrando que se alejara unos metros de mi.
    <o:p></o:p>
    Pude sentarme en la arena, sabia que mi rostro estaba completamente vacio y sin expresión alguna, aunque por dentro estuviera aterrada y hecha pedazos.
    <o:p></o:p>
    ― ¿Estas bien?― La chica se acercó a mi, tenia el cabello oscuro y tomado en dos coletas altas que caían en hondas hasta un poco mas abajo de sus hombros, llevaba un corto vestido negro, tan negro como sus ojos que contrastaban con su piel clara como la mía, parecía una princesa de la noche.
    <o:p></o:p>
    Me sujetó de los hombros y me miró preocupada al ver que no respondía a su pregunta, su mirada fue a parar a mi cuello, para luego soltar un suspiro.
    <o:p></o:p>
    ―Que alivio, no te a mordido― Murmuró y me atrajo hacia ella abrazándome, como si intentara tranquilizarme.
    <o:p></o:p>
    ― ¿Ella está bien?― Oí una voz masculina e inmediatamente vi a un chico llegar junto a nosotras. Era alto, mucho para mi metro cincuenta y cinco; tenía el cabello oscuro y desordenado, y la piel clara, seguramente era el hermano de la princesa, porque también tenía el mismo color de ojos negros. Llevaba un traje de noche completamente negro a excepción de la corbata blanca.
    <o:p></o:p>
    ―Si, no la ha mordido, aunque esta algo asustada y-― Comenzó a explicar mi estado la princesa pero fue interrumpida por su hermano.
    <o:p></o:p>
    ―Perfecto― Dijo el chico en tono autoritario, sonrió de medio lado y se quitó el saco negro, arrojándolo en la arena junto a nosotras; se arremango las mangas de la camisa y desvió su mirada hacia mi atacante.
    <o:p></o:p>
    En ese momento mi mirada se desvió también hacia el, y asustada descubrí que aquel hombre comenzaba a convulsionarse y su cuerpo se volvía extremadamente delgado, como si solo tuviera huesos bajo la piel, que tomaba ahora un tono azul.
    <o:p></o:p>
    ― ¿Q-que…es eso?― Dije ahogando un grito, sentí que la princesa me abrazaba con mas fuerza.
    <o:p></o:p>
    ―Es un demonio roba-alma, se alimenta de la tristeza de las personas― Me contestó en voz baja.
    <o:p></o:p>
    Mi mente intentaba asimilar lo que estaba pasando, ¿era un sueño…más bien una pesadilla?
    El chico juntó sus manos y luego de recitar unas palabras en un idioma que no pude reconocer, corrió ágilmente hacia el demonio quien intentaba evitarlo, hasta que el chico logro poner ambas manos sobre su pecho y el demonio se volvió polvo.
    <o:p></o:p>
    Mi cabeza daba vueltas, no sabía lo que estaba pasando, estaba aterrada, y mi cuerpo no pudo más. Perdí la conciencia en los brazos de la princesa.
    <o:p></o:p>
    * * *
    <o:p></o:p>​
    ― ¿Por qué no la despiertas? ¿Tiene que comer algo no?― Pude escuchar entre dormida una voz masculina que me parecía conocida, era la voz del chico con el que había soñado, abrí mis ojos lentamente para comprobarlo.
    <o:p></o:p>
    ―Por fin despiertas, has dormido todo el día― La princesa de mis sueños estaba sentada junto a mi y me sonreía amablemente…un segundo, si ellos estaban allí, entonces no había sido un sueño.
    <o:p></o:p>
    Me senté de golpe sobre la cama en la que estaba, no traía mi piyama si no un camisón sin mangas rosa, mis brazos y piernas estaban llenos de vendas, y tenía un parche en mi ojo izquierdo. La garganta me dolía al respirar, todo había sido real, el incendio, la muerte de mis padres, el demonio que quería atacarme y los chicos que me ayudaron. Mis ojos se llenaron de lágrimas, sentía que tenía un gran agujero en mi pecho que se hacia mas grande con cada segundo que pasaba.
    <o:p></o:p>
    ―Oh Alicia, tranquila, puedes quedarte con nosotros― La princesa me abrazó, y acaricio mi espalda para calmarme, mientras yo comenzaba a hipar inconscientemente.
    <o:p></o:p>
    ― ¿Cómo…como…sabes mi nombre?― Pregunté entre sollozos.
    <o:p></o:p>
    ―Alicia Noan, diecisiete años…la policía te estaba buscando por que desapareciste después del incendio, no tienes parientes en el país y Sara ha dicho que somos tus amigos y que te quedaras aquí… si estas de acuerdo― El chico alto habló, así que la princesa se llamaba Sara, ¿Pero por que ellos me estaban ayudando?
    <o:p></o:p>
    ― ¿P-porque?― Intente preguntar, soltándome del abraso de Sara y mirándolos a ambos confundida, mientras limpiaba mis lagrimas con mi puño y me desasía del parche de mi ojo izquierdo.
    <o:p></o:p>
    ―Es que sabes nuestro secreto, y por alguna razón mi hermano Daniel no puede borrarte la memoria para que olvides lo que paso anoche con el demonio― Me explico Sara, señalando al chico alto, al parecer había acertado y ellos si eran hermanos.
    <o:p></o:p>
    ― ¿S-su secreto?― Pregunté a lo que ellos dibujaron un pequeño circulo en el aire con su dedo índice y de este salieron unas pequeñas luces, dentro del circulo se formo una placa de oro.
    <o:p></o:p>
    ―Somos de la policía mágica de esta región del país, nos encargamos de que los seres ocultos de nuestro mundo no ataquen a los humanos ― Dijo Daniel en un tono que parecía orgulloso de su trabajo.
    <o:p></o:p>
    ―Entonces ustedes son…―
    <o:p></o:p>
    ―Hechiceros por supuesto, esta es la base central de la policía de la región, y también nuestra casa, y como sabes nuestro secreto, te quedaras aquí hasta que estemos seguros de que no se lo dirás a nadie― Me volvió a contestar Daniel con su aparente tono frio.
    <o:p></o:p>
    ― ¡Daniel no le hables así! Puedes quedarte aquí cuanto desees, aquí todos somos como una gran familia, espero que te sientas cómoda ― Sara me revolvió el cabello como si fuera una niña y se puso de pie.
    <o:p></o:p>
    ―Iré a hacerte algo de comer, debes tener hambre, enseguida vuelvo― Dijo Sara antes de salir de la habitación, dejándome a solas con su hermano.
    <o:p></o:p>
    Daniel me miraba con sus penetrantes ojos negros de pies a cabeza, su mirada fría me daba algo de escalofríos, y el silencio se estaba volviendo incomodo.
    <o:p></o:p>
    ―G-gracias― Dije con dificultad por el dolor de mi garganta.
    <o:p></o:p>
    El pareció sobresaltarse al ver mi dificultad para hablar, como si hubiese querido darse cuenta de eso mucho antes. Extendió la palma de su mano e izo aparecer un pequeño baso con una extraña infusión ámbar, se acercó un poco hacia mi y me extendió el vaso.
    <o:p></o:p>
    ―Ten, esto curará las heridas de tu garganta― Me dijo entregándome el vaso, el cual tome en mis manos y lo bebí sin dudar, esos hermanos parecían personas de confianza. El dolor desapareció casi inmediatamente al pasar el tibio líquido dulzón por mi garganta, alce la mirada para verlo sorprendida por aquello.
    <o:p></o:p>
    ―Si te sorprendes solo por eso, entonces vete preparando― Me dijo burlándose de mi cara de sorpresa.
    <o:p></o:p>
    ― ¡La cena esta lista! ¡¿Daniel, puedes traer a Alicia?!― La voz de Sara nos llamaba a comer y mi estomago respondió con un suave gruñido que Daniel alcanzó a oír y lo hiso sonreír de medio lado, ofreciéndome su mano.
    <o:p></o:p>
    ― ¿Puedes caminar?―
    <o:p></o:p>
    ―S-si―Tome su mano y baje de la cama. Me llevo fuera de la habitación, caminamos por un pasillo con una alfombra roja hasta llegar a una escalera que llevaba al primer piso, me guio hacia abajo aún tomados de la mano al llegar abajo donde estaba la sala, tras una puerta entramos a la cocina donde Sara ya tenia servido lo que parecía un estofado de carne.
    <o:p></o:p>
    ―Bueno esta es la cena de bienvenida Alicia― Dijo Sara con una radiante sonrisa, parecía emocionada.
    <o:p></o:p>
    ― ¿e?― Cuestione confundida
    <o:p></o:p>
    ―Bienvenida a tu nuevo hogar, Alicia― Esta vez fue Daniel quien hablo y al voltearme pude verlo sonreír, era una sonrisa tan amable, que sentí que el agujero de mi pecho era llenado por completo.
    <o:p></o:p>
    Sonreí y me adentre con Daniel a la cocina para poder comer.
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso