Tim´s Power: Sueños en Kalos

Hola, como están? Decidí volver a empezar esta historia porque me pareció que un trabajo bien narrado y entretenido no merecía quedar abandonado por mis descuidos.
La cosa va mas o menos así. Tim, un entrenador de cierto prestigio en Hoenn viaja a Kalos para ayudar al profesor Birch en una investigación pero algunos acontecimientos lo obligan a cambiar de planes y se ve forzado a hacer un viaje por toda la región, pero no irá solo, Serena, una entrenadora novata lo acompañará, y a la vez que adquiere experiencia en lo suyo, se convertirá en una persona muy importante en la vida del nacido en Hoenn.
Ya saben que van a encontrar en mi historia, espero que la disfruten... ¡¡¡A Leer!!!



"Nada mas que hacer, nada mas que dar, Tim ya sabía que pokemon estaba por salir y antes de liberarlo se dio el lujo de recordar por un momento, todo había comenzado hacía mas de un año atrás y todo empezó con un sueño en el que un Swampert se enfrentaba a un Salamence, Tim lo había decidido esa misma noche sin darse cuenta, sería un entrenador pokemon, tal vez uno de los mejores, con ese sueño conoció a su mejor amiga, su primer amor, quien sabe, tal vez el único, también se encontró con grandes rivales y amigos, con personas que habían tenido vidas menos felices que la suya, con pokemon legendarios y con grandes lecciones, por todo aquello su futuro no se podía resolver en una pelea, era una gran batalla pero solo una mas y en su futuro el chico se encontraría con mas de esto y apenas Tim comenzaba a descubrirlo, esto era todo lo que había imaginado antes de iniciar su viaje, amigos, rivales, enemigos, todos unidos por sueños, el motor de la vida. Salamence no pudo con Armadra, luego de caer al suelo tras recibir una onda trueno, el dragón volador fue rematado por un ataque llamado perforador y Stella obtendría la victoria y días mas tarde el campeonato, pero eso no era lo mas importante, Tim se había encontrado a si mismo y sabía que algún día podría tenerla revancha."



Capitulo 1: Cambio de planes


La noche serena reinaba sobre la pacifica región de Hoenn, no brillaban estrellas importantes y la luna apenas podía verse, aun así, el paisaje y la brisa casi otoñal creaban el ambiente perfecto, sin embargo, en un claro del bosque de Petalburgo se respiraban aires de temor y angustia, un chico de unos doce años de edad estaba rodeado por una manada de Rhydon que exhalaban furia por todos sus poros, pues al parecer, las bestias habían sido provocadas por el joven y de alguna manera, los monstruos querían su venganza. Fue el crujir de una rama pisada por el muchacho lo que acabó con la tensión y dio inicio a la estampida, sin embargo, el temor de aquel joven se convirtió en furia cuando sacó de su cinturón una pokeball y la lanzó al cielo dejando ver tras un cegador destello al mítico dragón Salamence
—Probemos el nuevo ataque —ordenó el entrenador
Y desde el vientre del dragón surgió una bola de luz que tras recorrer un corto trecho salió por la boca de aquel ser y se transformó en cientos de esferas de energía las cuales arrasaron con los seres rocosos
—Bien hecho Salamence, volvamos a casa.


Pasaron algunos meses desde que vimos a Tim y sus amigos en Ever grande compitiendo en la liga pokemon, ahora, el chico vive tranquilo en su casita de Villa Raíz e intenta ser una persona algo mas normal, aunque haber llegado a cuartos de final de una liga le ha dado cierto prestigio y cada vez que sale a la calle es acosado por algunos fans, y pese a que le gusta charlar con la gente y firmar pokeballs, a veces el entrenador se cansa de la muchedumbre y debe correr para escaparse y por esa razón adquirió una gran condición física.


No solo cambió la vida cotidiana para Tim, su apariencia también ha cambiado, además de que su cuerpo parece mas musculoso, su cabello ahora le llega a los hombros y esta bastante mas alto, pero no solo su aspecto cambió, Tim ha dejado de ser el niño inocente de antaño y ahora es un poco mas frío y calculador, también mas inteligente, aunque la alegría que lo caracterizaba no se perdió del todo, pero que pasó con Sakura, Blasco y los demás?
Tim decidió no estar en contacto con ellos, la soledad y los recuerdos a veces lo ponían de mal humor y para evitar eso el joven creyó conveniente alejarse y dedicar gran parte de su tiempo al entrenamiento, pues un largo viaje lo esperaba.


La luz del sol comenzaba a colarse por la ventana de su cuarto cuando Tim dio un salto y salió de su cama con gran entusiasmo. Había estado esperando con mucha intensidad este día, gracias a sus ahorros el chico pudo comprar un pasaje de avión para por fin poder irse a aquella región tan misteriosa llamada Argen, donde nuestro protagonista deseaba mas que nada tener una revancha contra aquella mujer que le había quitado la ilusión de ser campeón de liga, Stella.


Mientras que Tim terminaba con su desayuno y ultimaba los detalles de su partida, alguien entraba en la casa y se acercaba al niño, su bata blanca y su rostro bonachón lo hacían inconfundible
—Profesor Birch, que alegría verlo por aquí —exclamaba sonriente la madre de Tim
—¿A que se debe su visita? —preguntó el joven entrenador.
El científico tomó asiento junto a Tim y tras respirar profundo comenzó a hablar
—Verás Tim, se que estás a punto de irte de viaje pero necesito que suspendas esa aventura y me ayudes con una tarea.
Ante la sorpresa del chico, Birch sacó de su bolso un pequeño aparato de color rojo con detalles en negro
—Una pokedex —comentó el entrenador
—Tu pokedex —señaló el profesor —Hace tiempo que dejaste de usarla y tu madre la llevó a mi laboratorio y durante estos meses aproveché para hacerle algunas mejoras pero descubrí que nos falta mucha información sobre un nuevo tipo de pokemon, el tipo hada.


Tim y Birch siguieron charlando por un buen rato, el profesor explicó que estaba muy interesado en conocer mejor a esa clase de pokemon y sus habilidades pero que estaba muy ocupado para ir de viaje el mismo ya que los entrenadores principiantes comenzarían pronto su viaje, y además, su hijo Bruno, un entrenador bastante famoso en la ciudad, estaba bastante ocupado en una investigación sobre el virus pokerus por eso ponía toda su esperanza en que Tim podría hacer el trabajo, pero había un gran problema, Birch quería que Tim fuese a Kalos en vez de Argen puesto que en la ultima el clima político no estaba del todo bien y los extranjeros no estaban siendo bien recibidos por la población local.


Tim decidió investigar por si mismo, y tras un buen rato navegando en internet, comprobó que los comentarios de Birch eran ciertos, la gobernadora de Argen había sido derrocada recientemente por una logia ultranacionalista que usaba a los pokemon como maquinas de guerra y había prohibido toda clase de competencia e incluso había limitado el uso de pokemon al mínimo e indispensable por eso no le quedaba alternativa, así que después de hacer algunas modificaciones a su pasaje de avión y tras despedirse de sus padres, el chico emprendió rumbo a Petalburgo donde abordaría el vuelo que lo llevaría a su nuevo destino, la región de Kalos.

 

Buenos días, acá va un nuevo capitulo, ojala les guste!!!


Capitulo 2: Desde cero


Tim estaba placidamente sentado en su butaca y ojeaba con mucha atención una revista que contenía hermosas fotografías y mucha información sobre la región de Kalos, al parecer, el nuevo destino de Tim era un país muy grande y de variados relieves, con habitantes amantes de la cultura y del arte y con una enorme población de pokemon a los que el entrenador estudiaba con bastante atención.


El carreteo del avión puso a latir el corazón de Tim a gran velocidad, si bien el chico había viajado varias veces a velocidades supersónicas a lomo de su Salamence, viajar en avión era algo nuevo para él y por eso cada nuevo sonido o vibración por mas pequeña que fuese lo ponía alerta. Finalmente el avión alzó vuelo y la preocupación de Tim se convirtió en entusiasmo pues el joven comenzó a imaginar las miles de cosas que haría en la nueva región, aunque no pudo evitar el dejar caer una lágrima al desear haber podido viajar junto a su querida Sakura.


Varias horas pasaron y Tim se quedó dormido, aun así, no parecía poder dejar de pensar en su nueva aventura pues movía la cabeza de un lado a otro y balbuceaba cosas difíciles de comprender para quienes viajaban a su lado, aunque pronto comprenderían de que se trataba ya que el chico extendió uno de sus brazos hacia un costado
—Greninja, shuriken de agua —exclamó.
Pero al parecer la suerte no estaba junto a Tim pues en el momento que extendía su brazo, un aeromozo pasaba a su lado cargando algunas bebidas las cuales cayeron encima del niño.


El baño inesperado y la risa del pasaje despertaron a Tim quien al abrir sus ojos solo pudo ver el rostro enfadado de un hombre y una mirada extraña
—Vamos a limpiarnos —expresó el mayor
—Lo lo siento —murmuró Tim, apenado.
Finalmente, el sonido de ruedas desplegándose hacía saber a Tim que Kalos estaba muy cerca, así que enderezó su asiento y esperó con algo de preocupación el aterrizaje y para calmar sus ansias clavó su mirada en un enorme monumento, la torre prisma.


Por fin había llegado, después de realizar los trámites correspondientes, Tim dejó el aeropuerto y comenzó a caminar por las largas calles de Luminalia. Según tenia entendido, Tim debía ir a ver a un tal Profesor Ciprés, el científico actualizaría su pokedex para que pudiese estudiar con mayor tranquilidad los habitats de la región, así que tras mirar su mapa el chico emprendió rumbo al Bulevar sur, donde se encontraba el laboratorio.


Mientras marchaba, Tim no dejaba de maravillarse antelo que veía, además del rico paisaje, a cada paso se encontraba con pokemon muy diversos, Furfrou, Meowstic, Piroar, y algunos otros, pero algo no estaba del todo bien, por alguna razón, Tim sentía que lo observaban, y aunque trataba de no dar importancia, tuvo que hacerlo pues un viento extraño le arrancó el bolso, preocupado, el chico trató de levantar su equipaje pero un aire similar al anterior se llevó el bolso, aunque esta vez Tim pudo ver quien provocaba esas ráfagas de aire, era un Scyther, quien huía a gran velocidad, Tim intentó buscar una pokeball en su cinturón cuando recordó con gran frustracion que sus pokemon habían quedado junto a la pokedex en el bolso, así que sin otra opción, continuó con la carrera, hasta llegar a una esquina donde tuvo que detenerse a la fuerza pues se encontró con un hombre montado en un pájaro gigantesco, un Braviary
—Eres rápido chico, pero hasta aquí llegas.
El hombre dejó caer una superball la cual soltó a un Ferrothorn, quien a la orden de pin misil desplegó una ráfaga de espinas contra Tim, afortunadamente, un Growlithe guiado por una agente de policía calcinó los pinchos, por desgracia, el hombre escapó llevándose un preciado tesoro.


De rodillas, Tim observaba con suma impotencia como se robaban a sus queridos amigos y con ellos el esfuerzo de mucho tiempo
—Ayúdame oficial —rogaba el entrenador
—Ya he dado la alarma y otros oficiales han salido a buscar— expresó la agente de la ley, tratando de calmar al niño — ¿conoces a alguien que quisiera hacerte daño? —indagó Jenny
—Para nada, apenas he llegado, soy originario de Hoenn y vine a hacer una investigación para el profesor Birch, debía hablar con un tal Ciprés...
— ¿Ciprés dijiste? —Interrumpió de repente la mujer policía —Puedo llevarte a su laboratorio si quieres, déjale el trabajo a mis compañeros.


Tras un breve viaje en moto, Tim y Jenny llegaron al laboratorio, luego de una corta despedida en la que la oficial prometió al chico encontrar a los pokemon, Tim entró con cautela al edificio. después de anunciarse, el entrenador subió un par de pisos y por fin se encontró con el hombre que había descrito Jenny, el profesor local, se trataba de un hombre bastante alto y con un peinado algo extraño, Lucía como un profesor a pesar de aparentar ser bastante joven, Ciprés no estaba solo, una niña se encontraba a su lado, era algo mas baja que Tim, su cabello era de color castaño claro y tenia unos hermosos ojos azules, ciertamente aquella niña era hermosa
— ¿Po por que me estás mirando asi? —inquirió la joven, algo asustada
—Lo siento, no quise preocuparte, es que te pareces a alguien muy importante para mi —se excusó Tim
—Mi nombre es Serena y vine a buscar a mi primer pokemon
—Mucho gusto.


Ciprés se acercó a los chicos e indagó al recien llegado; tras escuchar lo vivido por el entrenador desde su llegada a Kalos, el profesor permitió al chico comunicarse a Hoenn para narrar su historia a Birch
—Lamento lo sucedido Tim, aunque quisiera ayudarte no puedo enviar a tus otros pokemon, es que el sistema de transporte no ha funcionado bien últimamente, tal vez se deba a las ondas solares
— ¿Y que hago entonces? —preguntó el entrenador al borde de la desesperación
—Pide un pokemon al profesor Ciprés y arma un nuevo equipo, tarde o temprano encontraremos a tus amigos, recuerda que la pokedex que te di tiene un dispositivo de rastreo.
Tim miró con esperanzas al profesor local
—Mmm, creo que puedo ayudarte, tal vez puedas entrenar a este pokemon.


El profesor dejó rodar una pokeball la cual liberó a un pequeño pokemon
—Un Bulbasaur —exclamó Tim
—Un entrenador lo abandonó en la calle y vino a parar a mi jardín —comentó el científico
—Gracias profesor, no sabe lo que significa esto para mi, daré mi vida por este pokemon.
La criatura, al percibir sinceridad en las palabras de Tim, extendió sus cepas y con suavidad le secó las lágrimas y con ese gesto marcó el inicio de una nueva amistad.



Nota: Mañana voy a subir un nuevo capitulo de las aventuras de Bianca, espero tenerlos alli...

 

Hola, hoy es un buen día para escribir.
@Plushy primero que nada gracias por leer y comentar siempre, me encanta. Segundo, no es necesario leer el otro fic, es un buen fic pero no es necesario leerlo para entender este. tercero, lo del viaje a la otra región era la continuación original de la historia, tenia una trama mas oscura e incluso había muchos fakemon pero bueno, soy cambiante y quise escribir esto primero, quien sabe, tal vez el viaje a la otra región sea la continuación de esta historia, tal vez cuando salga pokemon Z jeje.

en fin, que arranque el capitulo... a leer!!!


Capitulo 3: Furia desatada


Luego de una larga noche, y tras un merecido descanso, Tim ya estaba listo para partir en busca de sus queridos compañeros, ahora no solo contaba con un nuevo pokemon, llevaba pokeballs y una pokedex, podría decirse que era un principiante otra vez, solo que con un ardiente deseo de venganza.


Tras un suculento desayuno y después de una calida despedida repleta de agradecimientos, nuestro héroe dejó el laboratorio del profesor Ciprés y con paso veloz y firme partió rumbo a la aventura pero a pocos instantes de iniciar su camino, algo, o mejor dicho alguien lo detuvo, era nada mas y nada menos que Serena, la niña que el entrenador había conocido el día anterior, al parecer, la pequeña estaba muy interesada en la historia de Tim y además buscaba consejos de parte del chico, no hay que olvidar que Serena es una entrenadora novata.


Sorprendido pero a la vez alegre, Tim aceptó guiar a la muchacha y el primer consejo que le dio fue el compartir el mayor tiempo posible junto a los pokemon fuera del campo, el chico explicó que las batallas solo son una pequeña parte del entrenamiento por eso le pidió a la niña que libere a su pokemon y que caminen por la calle juntos, que coman juntos, que jueguen, y Serena, muy obediente así lo hizo. Frente a Tim ahora se hallaba una criatura muy particular, era un ser de apariencia canina, de pelaje amarillo y con ojos de color anaranjado, y aunque a primera vista parecía ser un pokemon serio, de inmediato sacó a relucir su naturaleza juguetona cuando empezó a mordisquear los cordones de las zapatillas de Tim
"FENNEKIN: Tras masticar e ingerir pequeñas ramas se siente pletórico y expulsa aire caliente por sus grandes orejas a temperaturas superiores a los 200 ºC." Señaló la pokedex del niño.


Tim, Serena, Fennekin y Bulbasaur pasaron bastante tiempo juntos e hicieron muchas cosas, primero visitaron un centro pokemon, después pasaron por la estación de tren, mas tarde vieron algunas boutiques y finalmente pararon en un café, Serena estaba sorprendida, Tim no solo conocía de entrenamiento, también sabía de moda y de comida, a los ojos de la niña, él era un espécimen raro, por otro lado, a Tim también le llamaba bastante la atención su nueva amiga, además de que se vestía muy bien y que era muy correcta, lo que le agradaba al chico era el hecho de que Serena no estaba interesada en seguir los pasos de su madre, una famosa jinete de Rhihorn
—Eres sorprendente Tim —exclamó Serena, tras darle un sorbo a su café
— ¿Aunque solo hable de pokemon y comida?


La charla estaba muy bien y los postres deliciosos pero Tim quería algo mas, así que sin miramientos retó a Serena a un combate, la chica, muy gustosa aceptó el desafío y ambos caminaron hasta llegar a una plaza. Frente a frente se encontraban un pokemon de fuego y otro de planta y quien inició las hostilidades fue el compañero de Serena disparando una bola de fuego por la boca, Bulbasaur la eludió con facilidad y emprendió una veloz carrera para embestir a su enemigo
—Vamos Fennekin, tu también usa placaje — mandó la niña
Pero en ese instante Tim pidió a su dirigido que usase el gruñido, el cual frenó en seco al zorro dándole la chance a Bulbasaur para atraparlo con las cepas y casi cortárle la respiración
—Fin de la pelea —sentenció Tim, y ambos entrenadores guardaron a sus pokemon.


Tras la contienda, un apretón de manos firmó la promesa de verse nuevamente algún día, Serena iría rumbo a Pueblo boceto para enseñarle el nuevo pokemon a su madre, Tim, buscaría el gimnasio local para probar suerte. Con su camino decidido, nuestro prota marchó en dirección de la Torre prisma, según una guía que había leído, Tim supo que en el interior del monumento se encontraba el gimnasio pero mayúscula fue la sorpresa del chico al llegar al sitio pues le informaron que el líder había salido de viaje y que por un tiempo no volvería, decepcionado, el entrenador se sentó en una banca y tras abrir un paquete de galletas comenzó a estudiar nuevamente su guía de turismo. Algo llamó la atención de Tim, alguien se había acercado al chico, un pájaro muy pequeño, con patas delgadas, con alas de color gris y pelaje rojo en la cabeza, la singular criatura picoteaba con entusiasmo las migajas que el niño dejaba caer al suelo
— ¿que eres tu? —preguntó el niño en voz baja y sacó la pokedex para investigar
"FLETCHING: Es muy amigable y se comunica con sus aliados mediante melodiosos gorjeos y el movimiento de su cola y sus gráciles alas."


A Tim le hacía gracia el actuar tan simpático del pokemon y comenzó a buscar la manera de ganarse su confianza pero un llamado de ayuda en la lejanía puso alto al plan del chico pues conocía la voz que pedía socorro, así que tras despedirse del pájaro, el entrenador corrió rápidamente hasta llegar a la plaza donde había combatido contra Serena y volvió a encontrarse con ella
— ¿que ocurrió Serena?
—Es que un niño con su Espurr me robaron la mochila y a mi pokemon —respondió la niña
—Voy por ellos —gritó Tim a la vez que iniciaba la marcha.


Tras un buen rato corriendo a gran velocidad, Tim pudo ver a un chico con la descripción que había dado Serena, el cual se estaba metiendo a un callejón
—No escaparás.
Tim corrió hasta estar a punto de agarrarlo pero para su sorpresa, el Espurr se interpuso entre Tim y el ladrón y usando la confusión detuvo a Tim y con su poder comenzó a infringirle un gran dolor
—Dos pokemon en un día, parece que el dios Arceus está con nosotros —dijo divertido el dueño del pokemon psíquico.


Por mas que intentaba, Tim no podía liberarse de la fuerza psíquica del Espurr y para colmo de males, el ladrón estaba cada vez mas cerca, pero para fortuna del oriundo de Hoenn, algo golpeó por la espalda al Espurr, se trataba del Fletching de antes quien había estado siguiendo a Tim, aprovechando la distracción de los malos, Tim sacó a su compañero y este atrapó al pokemon psíquico apretándolo fuertemente con las cepas y soltándole en todo el cuerpo semillas drenadoras, a la vez, y con una fuerza sorprendente, Tim tomó del cuello al ladrón de pokemon
—La gente como tú me da asco, siempre entre las sombras y tratando de sacar provecho de los demás, eres escoria, debería matarte en este callejón
—Esa niña no se merece tener un pokemon así, es débil, ni siquiera opuso resistencia —intentaba argumentar el vándalo
—Apenas ayer inició su viaje, ¿que esperabas? voy a terminar con esto ahora mismo
—Al menos suelta a mi pokemon, por favor —rogaba el ladrón, con la voz entrecortada
—Una porquería como tú se robó a mi equipo completo, no merecen vivir —afirmó Tim, quien estaba fuera de si...
—No hagas una estupidez.


Afortunadamente para todos, apareció el profesor Ciprés y dijo que conocía al niño, fue entonces que Tim soltó al maleante no sin antes darle una patada en el vientre, y Bulbasaur hizo lo mismo arrojando al Espurr contra una pared. Cuando las cosas se calmaron, Tim y el profesor hablaron un buen rato, el ladrón se llamaba Shura, era un niño de la calle que nunca se había metido en problemas pero en los últimos días había comenzado a robar y a atacar a las personas, Ciprés supo que Shura andaba buscando dinero para comprar un pokemon raro, tambien supo que el chico queria armar un equipo muy fuerte, pues estaba cansado de ser un marginado, creía que solo a través de la fuerza se iba a ganar el respeto de la gente, y Fennekin iba a ser su primer robo, pero para fortuna de Serena, las cosas terminaron bien, Shura pidió perdón y escapó, Fennekin regresó con su dueña, Ciprés prometió buscar a Shura, y Tim, tras recuperar la calma, agradeció a Fletching la ayuda y lo invitó a formar parte del equipo, muchas aventuras y galletas serían la paga perfecta para el pájaro que ni bien oyó la oferta se subió al hombro del entrenador.

 

Que no se acabe la inspiración!!!!


Capitulo 4: Mary


Habían transcurrido varios días desde que Tim y Serena iniciaron su viaje por Kalos, tras pensarlo mucho, ambos entrenadores creyeron conveniente ir juntos, al menos hasta Pueblo boceto, y el saldo hasta el momento había sido positivo, Serena estaba aprendiendo mucho, la verdad es que siempre fue una niña consentida y poco conocía de los que haceres diarios y de lo que implicaba ser responsable de su propia vida, además, su fortaleza como entrenadora crecía a cada momento, escolares, caza bichos, todos sufrían ante las llamas de Fennekin y los ataques eléctricos de Pichu, si, Serena había capturado uno; Para Tim y sus compañeros las cosas también estaban marchando de buena manera, tanto Bulbasaur como Fletching eran verdaderas bestias de batalla y les estaba llegando la hora de evolucionar, Tim también progresaba, la compañía de Serena le hacía muy bien, verla frustrarse al no poder armar una tienda de campaña o escucharla quejándose porque sus uñas se llenaban de tierra, sacaban una sonrisa en el rostro del chico y le hacían olvidar por momentos el dolor por su gran perdida.


Tim y Serena marchaban ahora por la ruta 4 y la atmósfera entre ellos era todo menos agradable, la niña confesó ser fan de un entrenador llamado Ash, oriundo del pueblo Paleta, allá en la región Kanto, Tim lo conocía de la televisión y por historias que narraba la gente, para el entrenador de Hoenn, aquel muchacho era un entrenador con mucha suerte y pensaba que poco podría hacer en una batalla real contra entrenadores serios. Los duros comentarios de Tim Hacían bastante daño al corazón de Serena, quien a cada paso levantaba más la voz y la temperatura de sus mejillas, pero la visión de un edificio a la distancia le hizo olvidar por un momento su enojo.


La noche estaba cada vez mas próxima y el cielo estaba pintado de gris oscuro, era evidente que la lluvia estaba cerca, por esa razón, los viajantes aceleraron el paso, tal vez en aquel edificio podrían conseguir refugio. Finalmente habían llegado, el aroma a bayas era exquisito, grupos de Miltank pastaban muy relajados, pequeños Mareep jugaban en un corral, y en la entrada de la granja, un anciano examinaba los rostros de los recién llegados
—Buenas tardes jóvenes —saludó — ¿se les ofrece algo?
—Vamos de camino a Pueblo boceto y mi olomisor se quedó sin carga, necesitamos un teléfono, es que desearía hablar con mi mamá para decirle donde estoy y dejarla tranquila —respondió con dulzura Serena
—Pasen, pasen, y tómense unas tazas de leche para recuperar vuestra energía —expresó sonriente una mujer, seguramente, la esposa del anciano.


Al momento que Serena tomó el teléfono, Tim se sentó en un sillón y puso sus ojos en el horizonte, el cual se dejaba ver a través de una ventana, ver a una niña corriendo hacia un granero le llamó la atención y sin dudar preguntó al dueño de la granja quien era ella
—Se llama Mary y es mi nieta, la pobre perdió a sus padres hace tiempo y nos hicimos cargo de su crianza, está encerrada en si misma desde que llegó a la granja, apenas si come —comentó con dolor el hombre.


Con la noche llegó el aguacero, obligados por la circunstancia, Tim y Serena tuvieron que compartir el cuarto, y aunque discutieron al respecto, mas en broma que en serio, ambos decidieron que la niña dormiría en la única cama y Tim lo haría en el suelo.
Ya era de madrugada cuando Tim oyó ruidos en el exterior, preocupado, dejó la casa y salió para ver de que se trataba, para su sorpresa, Mary marchaba al granero de antes cargando una bolsa pequeña, intrigado, el chico comenzó a seguirla, casi en la entrada del granero, la niña se giró preocupada, y al ver a Tim gritó con fuerza
—No te asustes por favor, no quiero hacerte daño, déjame ayudarte —imploró el niño.


Tim y Mary entraron juntos al edificio, allí, el chico descubrió el porque de los viajes de Mary al granero, un pokemon descansaba entre los fardos de pajay ella le estaba llevando bayas y pociones, el aspecto de aquella criatura no era el mejor, parecía haber sufrido envenenamiento o algo de eso pues respiraba con dificultad
—Lo encontré en el bosque, tenia una pokeball en la boca —murmuró Mary con timidez
—Vamos a ayudarlo los dos —exclamó Tim, alegre por oír a la niña hablando.
Grande fue la sorpresa del niño al revisar al pokemon, este tenía una marca, una de esas que se haces con hierro caliente, una marca hecha por la antigua dueña de aquella criatura, al ver eso el rostro de Tim se iluminó, no podía ser otro que su Migthyena, de alguna manera, había podido escapar de sus captores, y tal vez eso era un indicio de que sus otros pokemon podian estar cerca.


Un nuevo día inició y el cielo estaba despejado, Serena y Tim ya estaban listos para partir pero algo preocupaba al chico, Mary no estaba, o más bien, estaba en el campo, jugando con Migthyena
—No van a creerlo, Mary está jugando con un pokemon del bosque y sonríe, sonrie otra vez —comentó feliz la abuela de la niña.
Un dolor incalculable embargó el alma de Tim, todos los recuerdos vividos junto a su amigo le llegaban a la mente y le alegraba haberlo encontrado nuevamente, pero no podía llevárselo así como así y terminar de destrozarle el corazón a una pobre niña que comenzaba a recuperar sus ganas de existir, no era justo para ninguno.


Tim salió de la casona y caminó rumbo a Mary, al verlo llegar, la niña lo vio preocupada, ella también había estado pensando mucho, de corazón quería compartir mas tiempo con Migthyena pero no era suyo, y saber que Tim se lo llevaría, la hacía sufrir nuevamente. Cara a cara, corazón a corazón, ambos niños se miraban fijamente, la decisión estaba tomada
—Tim, yo...
—Cuida a mi amigo por favor, es muy fuerte y leal... y nunca dejes de sonreir.


Ahora si, Tim y Serena estaban listos para seguir su travesía, Ciudad Novarte los esperaba.

 

Holaaa. Hoy les traigo un nuevo capitulo del fic, nada mas y nada menos que las batallas en el gimnasio de Novarte... A leer!!!


Capitulo 5: Fotografías


Se levantó agitado, su noche había sido larga y sus sueños redundaban en un solo pensamiento, como pudo, Tim salió de la sección de dormitorios y caminó, con paso tambaleante hasta la cafetería del centro pokemon de Ciudad novarte donde Serena, quien se había levantado al parecer con mas animo que el chico, lo esperaba
—Buenos días Tim, ¿listo para tu batalla de gimnasio?
—No, ¿y tú? —respondió el entrenador de Hoenn, con sequedad
—Tampoco —exclamó Serena, en voz baja.


Sobre una pequeña mesa rectangular se posaban imponentes varios platos y jarras, había panes y fiambres, yogures y jugos, cereales y frutos, era un desayuno de campeones, adecuado para el momento que se aproximaba, y por curioso que pareciese, Serena y Tim comían a la par, la niña siempre había pensado que como aquellos centros eran lugares de paso, su comida no podía ser buena pero al notar sus labios llenos de crema, se daba cuenta de que había estado todo el tiempo en un error.


Tras el desayuno, y luego de dejar a sus pokemon en manos de una enfermera, los dos entrenadores salieron a recorrer la ciudad, Novarte era una bonita urbe con pintorescas casas antiguas a la par de edificios futuristas, los artistas predominaban aquí pues en cada esquina, los chicos podían encontrarse con alguno, malabaristas, tragafuegos, gimnastas, sumados a los graffitis y los recitales de bandas y poesía en las plazas daban un espectáculo mágico, que a dos chicos que habían visto solo llanura en la ultima semana, les llenaba el corazón de alegría.


Y el camino los llevó a una boutique, Serena dejó ver entre sus comentarios que Tim necesitaba un cambio de look pues su ropa estaba un poco vieja, la verdad eso no era así pero la niña buscaba excusas para no entrar sola a aquel sitio, para su sorpresa, el chico fue el primero en entrar, decía que necesitaba una gorra nueva y tal vez unas gafas para el sol. Ya dentro, ambos recorrían y examinaban estanterías y escaparates, Serena sugería algunos colores de camiseta y pantalones para Tim, él insistía en que ella se vería muy bien con alguna falda de jean o vestido corto, aunque esa vestimenta complicase los viajes por el campo.


Finalmente se decidieron, Tim fue austero y solo compró un pantalón negro y una chaqueta blanca con franjas horizontales, rojas y negras, Serena se lo tomaba mas en serio y revisaba cada prenda. Una vez decidida salio del probador y mostró a su nuevo amigo la elección, una falda de jean que terminaba unos centímetros arriba de las rodillas, una blusa rosa con un delicado detalle, un corazón dorado en el pecho y un finisimo saco de hilo blanco, ideal para las brisas otoñales
—Te ves preciosa —dijo Tim, con sinceridad y seguridad
— ¿De verdad? —preguntó ella, y sus mejillas se tornaron rojas.


Una vez que pagaron los productos, ambos entrenadores dejaron la tienda, y nada mas al salir se encontraron con una sorpresa, una chica algo mayor que ellos les estaba tomando fotos, asustado y preocupado, Tim la observó con mirada desafiante y se acercó con la intension de obtener una explicacion, al ver lo que se venía, la chica lo detuvo y le explicó que era una fotógrafa y estaba trabajando en un proyecto artístico y el tema era los novios. Al oír la palabra novios, ambos entrenadores comenzaron a balbucear cosas y a tratar de explicar lo que en realidad eran lo que causaba mucha risa a la adolecente, algo mas entendida en esos temas, para sorpresa de los chicos, aquella fotógrafa era Violeta, la líder del gimnasio local, al saber aquello, a Serena se le hizo un nudo en la garganta, pues era evidente que un reto importante estaba muy cerca, la cuestión para ella era saber si estaba lista para aquello.


Después de aceptar el desafío de Tim, Violeta regresó al gimnasio para preparar todo, mientras tanto, los entrenadores marcharon al centro pokemon para buscar a sus compañeros, en el trayecto, los chicos no cruzaron palabras, Tim estaba muy concentrado y Serena estaba muy nerviosa.


El tiempo pasó y la hora había llegado, el lugar de la contienda era un enorme invernadero cubierto con un imponente techo de vidrio el cual dejaba filtrar la luz solar y permitía el desarrollo de plantas y pequeños árboles a los costados de un rectángulo de tierra batida que hacía las veces de campo de batalla. El sorteo había decidido que Serena fuese la primera en luchar y antes de empezar, la niña se dio el tiempo de recordar el porque de su viaje, su motivación era solo una, demostrar a su madre que podía ser fuerte e independiente, no había mas.


Lo había pensado bien, lo estudió desde todos los ángulos, según sabía, Violeta se especializaba en pokemon bicho y el 80% de estos eran bicho/veneno y bicho/volador así que según sus cálculos podía vencer, entonces, con seguridad, Serena liberó a Fennekin, pero al ver a Surskit todo el plan se le fue al piso
—No puedo retractarme ahora, Psicorayo —mandó la niña, y su pokemon disparó un rayo multicolor con una potencia anormal para un pokemon de esa especie
—Doble equipo —respondió Violeta, y ahora una decena de bichos rodeaban al zorro de fuego.


Fennekin no iba a detenerse, y a la orden de su ama giró 360 grados tratando de atinar al verdadero Surskit, pero cuando llegaba e momento de acertarle, la pequeña criatura acuática respondió disparando una ráfaga de burbujas, y cuando ambos ataques chocaron se produjo una tremenda explosión que lanzó a ambos pokemon a los puntos mas lejanos del gimnasio.


Algo estaba pasando con el pokemon de Serena, la criatura emitía destellos blanquecinos, era evidente que la evolución estaba cerca pero por alguna razón, Fennekin no completaba el proceso, tal vez no estaba listo. Aprovechando la distracción de su rival, Surskit atacó con ataque rápido pero Fennekin no se iba a dejar tan fácil y aulló con toda su fuerza, sin embargo, aquella demostración de valor no hizo desistir al bichito acuático de su empresa, quien tras rodear a su rival con varios clones, y luego de obedecer a la orden de rayo burbuja, acabó con la primera baza de Serena.


No todo estaba perdido para la nacida en Pueblo boceto, Pichu era el siguiente en salir y su ventaja elemental le daba esperanzas a su dueña
—Rayo burbuja —pidió la líder, y el comando que había vencido a Fennekin se repetía
—Doble equipo, ataque rápido —contraatacó Serena, usando la estrategia de Violeta
—Hidrochorro.
Pichu dio un salto, tal vez esperando una ráfaga de burbujas como antes pero lejos de aquella sospecha, el pokemon de Violeta lanzó un chorro de agua al aire, el cual al caer bañó a ambos pokemon
—Impactrueno —gritó Serena
—Nooo —exclamó Tim, pero ya era tarde, y si bien Surskit quedó debilitado, Pichu también, y la razón era una sola, la especie ratón eléctrico necesita aislar la electricidad y su cola es el medio, estando en el aire, Pichu no podía aislarse y se dañó a si mismo, con lo que Serena quedaba fuera de combate.


Lagrimas, un mar de lagrimas empapaban el rostro de Serena, un intenso dolor la destrozaba por dentro, no podía entender la razón de su derrota, se había esforzado tanto y ahora todo aquello le parecía un desperdicio de tiempo. Tim había visto a su amiga salir corriendo del gimnasio y fue tras ella, y al verla en su estado, solo pudo contemplarla, él entendía lo que estaba viviendo Serena, todo entrenador que haya perdido alguna vez lo podía comprender, sin embargo no soportaba verla sufrir y por eso buscaba la manera de hacerla entrar en razón, otro día podría tener su revancha.


Con la frente en alto, ambos regresaron al gimnasio, esta vez era el momento de Tim, se había propuesto armar el equipo perfecto, sus viejos pokemon lo estaban esperando en algún lugar y él no podía defraudarlos. La historia se repetía una vez mas, Violeta iniciaba con Surskit, Tim con Bulbasaur. Como un rayo, el bicho salió disparado contra la planta de Tim, quien al ver venir a su rival soltó sus cepas y lo tomó, atrayéndolo hacia ella
—Polvo veneno —pidió Tim
—Protección.
En el aire, Surskit se cubrió con un muro de energía color esmeralda
—Lánzalo —ordenó el dueño del Bulbasaur, y este, muy obediente, arrojó con fuerza a su rival
—Rayo hielo —exclamó Violeta, desesperada ante lo inminente
—Desarrollo.
Enterrando sus pies en la tierra y trabando su musculatura, la cual había crecido, Bulbasaur soportó bien el ataque helado, y Surskit, bueno, terminó empotrado en una pared, totalmente inconsciente.


Tim ganaba la primera, pero Violeta se había ganado todo su respeto y por aquella razón, lo que se venia preocupaba a Tim, era un bicho volador, lucía imponentes alas rosas con algunos detalles en blanco y azul, era un Vivillon, un rival muy digno para Bulbasaur y Tim. Violeta no hizo esperar a su retador y pidió a su compañero que use el remolino, con un batir de sus alas tremendo, el pequeño bicho comenzó a levantar gran cantidad de tierra y rocas, también algunas plantas, todas en dirección de Bulbasaur
—Desarrollo.
Con mas fuerza que antes el pequeño pokemon de Tim se afirmó al suelo, tratando de soportar la ofensiva
—Tornado —Mandó Violeta, y su pokemon comenzó a dar vueltas al rededor del de Tim arrastrando todo a su paso y dándole una victoria más a su ama.


Boom, un estruendo alertó a todos en el gimnasio, el sonido había sido provocado por la caída de Vivillon, en el ultimo momento, Bulbasaur había logrado disparar sus drenadoras y ahora el mejor pokemon de la líder estaba atrapado en la enredadera. Fletching, quien recientemente había salido a luchar, esperaba impaciente el desenlace de aquella lucha personal, hasta que finalmente, la mariposa pudo romper las cadenas que la tenían prisionera
—Eres muy fuerte Tim pero para ganar esta medalla tendrás que sacar todo el potencial de tu equipo —dijo Violeta, agitada por la intensidad del combate
—Picotazo.
Fletching se lanzó a la caza de su rival, y su pico brillaba intensamente
—Confusión.


Contra todo pronostico, Fletching se detuvo en seco en el aire, sin embargo, el pajarito intentaba seguir arremetiendo, y las muecas de cansancio de Vivillon lo impulsaban a seguir adelante, era una batalla de voluntades y Fletching la estaba ganando, tanto era así que su cuerpo comenzó a emanar luz, a medida que aumentaba su fuerza, el tamaño de sus alas también lo hacía
—Lánzalo al piso —Gritó Violeta pero ya era tarde, un nuevo pokemon había nacido, un pájaro con una temible ansia de batalla, Fletchinder.
—Deeerrr — Gritó el nuevo pokemon al completar la metamorfosis, a la vez que escupía llamas al cielo.


Vivillon ya no tenia nada que hacer, la medalla insecto era para Tim; Feliz por la victoria, el entrenador se acercó a su rival para recibir la presea y luego fue en busca de Serena, quien desde las gradas contemplaba la epopeya
—Te felicito Tim, lo has hecho muy bien
—Gracias Serena, ahora tenemos que trabajar para tu revancha
—Respecto a eso, quiero ir a casa primero, allá me esperan unos amigos, tal vez pueda entrenar con ellos, es que tu entrenamiento es demasiado exigente
—De acuerdo amiga, yo seguiré trabajando y en dos semanas iré a buscarte, tu presencia me hace muy bien y deseo que vayamos juntos en este viaje
—Es una promesa Tim, en muy poco tiempo me demostraste que clase de persona eres y quiero que sepas que haré lo que pueda para ayudarte en tu búsqueda.


Tras ese dialogo cargado de sentimiento, ambos salieron del gimnasio y esta vez si, partieron con diferentes rumbos.


Continuará.

 

San viernes, hermoso día para escribir, por eso, acá les dejo el capitulo seis de mi fic, ojala les guste


Capitulo 6: Froakie


Silencio y calma, una calma que siempre anuncia el desastre, una calma que también le prosigue, solo reinaba el verde del bosque, a cada paso una planta, una flor, una roca, en otras circunstancias, aquella postal hubiese significado una miraba alegre, un comentario feliz en los labios de aquel chico, pero no esta vez.


Hacía casi una semana que Tim y Serena se habían separado y el niño pensó que sería buena idea irse a entrenar al bosque de Novarte, los lugareños le narraron increíbles historias de poderosos pokemon y de bayas extrañas, que combinadas podían crear pociones milagrosas, así que no lo dudó y se fue en búsqueda de aquello, pero lo que allí vio, era algo que jamás creyó poder encontrar en un lugar asi.


Tim marchaba por un sendero cuando lo vio junto a un charco, era un pokemon de color celeste, con unas extrañas burbujas que parecían algodón sobre su nariz y espalda, la pokedex lo identificó como Froakie, uno de los iniciales de Kalos. Tim se sorprendió mucho al verlo allí, siempre había pensado que los iniciales Vivian en criaderos y una vez que estuviesen listos eran llevados a los profesores de cada región para su posterior entrega a los principiantes, pero al parecer, también se los podría hallar salvajes, o quizás era un fugitivo, en cualquier caso, Tim deseaba tenerlo en su equipo y por eso se embarcó en una persecución que lo llevaría mas lejos de lo que el hubiese imaginado.


Los días pasaron y Tim se alejó demasiado de los senderos, los golpes del clima, el hambre y el cansancio lo estaban llevando a sus limites, pero no podía flaquear, no debía, sus pokemon también habían luchado, ellos, estoicos, soportaron el ataque de enjambres de Beedrill, la furia de algunos Scolipede, quienes incapaces de entender la motivación de Tim y sus compañeros, solo se empeñaban en defender lo suyo, y todo por la única razón de proteger a su entrenador, quien hacía largo tiempo, había desistido de buscar al escurridizo espécimen del tipo agua, pero parece que al destino le gusta jugar con las personas, pues en un claro del bosque, y ya exhalando sus ultimas esperanzas, Tim lo encontró otra vez, y la lucha fue encarnizada, Froakie parecía conocer demasiado bien el bosque, y sus saltos y ataques sorpresivos obligaban a sacar de Fletchinder y Bulbasaur lo mejor de si mismos, tanto, que a la pequeña planta pokemon se le había abierto el bulbo de su espalda y ahora lucía sobre la misma una llamativa flor, ahora era un Ivysaur.


Ya no había calor, ya no había humedad, ya no había dolor, tras un merecido descanso, Tim se encontraba ahora recostado sobre una camilla metálica, las luces blancas golpeando sus ojos y el frío paisaje circundante le hacían saber que estaba en un hospital, sin embargo, la mente del chico no estaba tranquila, ¿Cómo había llegado hasta ahí? ¿Qué fue de sus pokemon? Su último recuerdo era el verse lanzándole una superball al Froakie, mas no sabia si realmente lo había capturado pues sus ojos se cerraron al momento de arrojar el orbe metálico a la criatura.


La puerta del cuarto se abrió de repente, dejando ver a una mujer de porte serio y elegante, era una enfermera Joy, quien tras dejar algunos documentos sobre una mesita, se acercó al herido entrenador
—Buenos días, ¿te encuentras mejor? —saludó la enfermera
—Si, creo que si, pero, ¿Dónde estoy? ¿Y mis pokemon?


Tim miró a Joy con preocupación, necesitaba una respuesta, la cual no tardó en llegar, al parecer se encontraba en Pueblo acuarela, una hermosa villa situada entre el gran bosque de Novarte y el humilde Pueblo boceto, alguien lo había encontrado inconsciente e informó a la policía para que lo fuesen a buscar, sus amigos pokemon se encontraban ahora en una maquina de recuperación, habían luchado casi hasta el agotamiento y se merecían un buen descanso. Una nueva duda albergó a Tim, que había ocurrido con Froakie, intrigado, el chico indagó a la enfermera, pero cuando esta iba a narrarle lo sucedido, sus palabras fueron interrumpidas por la aguda voz de una jovencita, quien abrió la puerta del cuarto con ímpetu
—Hola enfermera, parece que por fin despertó.


Frente a Tim ahora se encontraba una niña bajita, delgada y con una mirada muy expresiva, sus tiernos ojos verdes recorrían de arriba hacia abajo una y otra vez al entrenador, quien a pesar del dolor en su cuerpo, se esforzaba por sentarse
—Me llamo Xana, yo te encontré en el bosque.


Tim y Xana estuvieron charlando por largo rato, la niña había resultado ser una entrenadora principiante que marchaba camino a Ciudad novarte para desafiar a Violeta cuando vio a Tim tirado en el verde césped
—Muchas gracias por ayudarme Xana, dime como puedo pagarte
—Mmm, ya sé, enséñame a entrenar a mi Froakie, la enfermera Joy me contó que tienes uno, y otros dos pokemon muy fuertes también, yo me esfuerzo mucho pero mi amiga Serena siempre me gana, su Braixen y su Pikachu son increíbles… ¡¡¡por favor, ayúdame!!!


Tim no pudo evitar alegrarse a pesar del dolor que le causaban sus heridas, las palabras de Xana no solo le hacían saber que había atrapado un nuevo pokemon, sino también, que Serena seguía mejorando.

 

El agua en aquel vaso se movía de manera errática por culpa de los bruscos temblores generados en la blanca mano que lo sujetaba, una niña de unos doce años caminaba de un lugar a otro dentro de su habitación y a veces miraba por la amplia ventana del dormitorio buscando a alguien en particular, a una persona que tiempo atrás le había hecho una promesa
— ¿Por que? ¿Por que? si dijo que vendría...


Capitulo 7: Los bailarines



Tim ya estaba listo para volver a su aventura, aunque le quedaban marcas y algunas heridas le provocaban escozor, ya no quería seguir alargando su estadía en el bonito pueblo Acuarela, Xana, su nueva amiga, y quien lo había acompañado en el proceso de recuperación, aun seguía junto a él y había decidido acompañarlo también a su próximo destino, Pueblo boceto,, los pokemon, a diferencia de su entrenador, se encontraban completamente reestablecidos, ciertamente la medicina y tecnología habían logrado grandes avances a la hora de la curación de los monstruos.


Por fin, y con rumbo sur, chico y chica comenzaron a caminar, a pocos pasos de iniciado el camino, Tim notaba que la diferencia de edad y sobre todo de madurez entre él y su amiga eran demasiado grandes, pues ciertas expresiones y preguntas que la niña pronunciaba, lo dejaban sin respuesta, pero no podía enojarse con ella por sus gustos, aunque Hiedra, la cantante de un grupo de rock llamado Toxic spikes fuese el objeto de admiración para Xana, ya que ella conocía mejor que él aquellos caminos y quería evitar a toda costa un debate sin sentido.


Ya avanzada la travesía, Xana propuso a su amigo una carrerita desde la Ruta 1 hasta el siguiente pueblo, desafío que Tim aceptó con gusto, si incluso decidió darle unos metros de ventaja a la niña, ya sabemos todos que Tim se había convertido en un velocista a causa de tener que escaparse de alguna fanática o de periodistas obsesivos, lo que el chico no esperó nunca es que Xana fuese una verdadera atleta, quien ni bien inició la competencia mostró una potencia notable para alguien de su edad, rareza que tenia su explicación.


Muy lejos ya de su compañero, y cuando estaba dando lo mejor de si, Xana detuvo su carrera repentinamente, unos sonidos provenientes de la espesura llamaron su atención, era música, una muy rítmica y llamativa con voces masculinas que cantaban palabras en un idioma extraño, intrigada, la niña se metió entre la verdura para oír mejor, al despejar una rama que bloqueaba su visión, la pequeña contempló una imagen que la llenó de asombro, dos chicos, uno alto y obeso y otro pequeño y pelirrojo, bailaban muy animados una coreografía de un grupo de k-pop, los bailarines eran conocidos en el pueblo Boceto como Beny y Trovo, dos pandilleros que habitualmente estaban molestando a Xana y sus amigos.


Al verlos así, tan animados, Xana no pudo evitar pensar en las duras batallas a las que había debido enfrentarse por culpa de aquel par, y en las duras palizas que esos chicos le habían propinado, tampoco pudo evitar soltar una carcajada, aquellos aparentemente rudos entrenadores le parecían ahora señoritos bailarines, pero reírse no fue lo mejor que la niña pudo haber hecho en ese momento pues Beny y Trovo no querían que nadie supiese de su afición
—Pero miren a quien tenemos aquí espiando —comentó el mas alto
—Si es Xana, la modelito del pueblo —agregó su compañero
—Parece que quieres otra paliza —dijeron ambos.


Tras su parlamento, los chicos soltaron a dos pokemon, Beny liberó a un Zubat, mientras que Trovo sacó a Pidgey, sin opción, pero extrañamente confiada, Xana sacó a su Froakie, fue entonces que la lucha dio inicio. Pidgey comenzó el ataque, el pequeño pajarito atacó con tornado, Froakie, quien había sido entrenado por el nuevo pokemon de Tim, eludió los embates saltando de rama en rama, a la vez que usaba el doble equipo, y cada vez que podía lanzaba pequeñas burbujas a sus enemigos, sin embargo, estos trabajaban bastante bien en equipo y parecían estar bien entrenados pues se deshacían de la ofensiva rival con facilidad.


Pronto llegó la ayuda para Xana, al oír los gritos de humanos y pokemon, Tim también se metió entre la hierba alta y se unió al combate acompañado de Fletchinder, quien gracias a su poder de fuego a distancia, era el compañero perfecto para el pokemon acuático de su amiga. La lucha fue breve, si bien Beny y Trovo se esforzaron, las diferencias de poder entre los pandilleros y dos entrenadores oficiales eran notorias, tras la victoria, Tim sacó a Ivysaur y le pidió que use el somnífero para dormir a sus enemigos y así poder por fin continuar el camino.


Era de noche cuando Beny y Trovo abrieron los ojos, no estaban solos, un hombre singular los estaba mirando
—Eh tu, ¿quien eres? —inquirió Beny, con temor
—Eso no importa, lo importante es lo que puedo ofrecerles
— ¿Y que nos ofreces? —cuestionó Trovo
—Vi como los humillaron, yo podría darles grandes pokemon y con ellos un gran poder, nadie va a menospreciarlos nunca mas
— ¿Que tendríamos que hacer? —preguntaron ambos entrenadores
—Hacerle la vida imposible al dueño del Ivysaur
— ¿Y podremos bailar? —repreguntaron
—Podrán hacer lo que quieran, en tanto y en cuanto cumplan con su mision.
Al saber aquello, ambos jóvenes se echaron una mirada de complicidad
—Aceptamos.


NOTA: Perdón si los capítulos les parecen algo cortos, es necesario que lo sean porque sirven de introducción y para ir conociendo de a poco a los personajes, prometo que mas adelante serán mas largos y con mas acción, en fin, como siempre les agradezco su tiempo... Nos leemos!!!

 

Un día mas, un nuevo capitulo, ojala les guste.


Capitulo 8: La respuesta de Serena


Con el ultimo rayo de sol de aquel día y terminando por fin con una espera mas extensa de lo que él hubiese imaginado, Tim y Xana, quien había renunciado momentáneamente a su viaje para brindar ayuda a su nuevo amigo, habían llegado a su destino.


Pueblo boceto es una pequeña villa situada al sur de la región Kalos, poblada por cinco mil personas quienes viven en bonitas casas bajas, ciertamente, no es un lugar que destaque mucho, sin embargo, sus calles amplias, sus canteros repletos de flores y la limpieza de sus aceras, le dan un toque especial al sitio.


A las puertas de un centro pokemon, los entrenadores tomaron caminos separados, Xana había ofrecido acilo en su casa a Tim pero este rehusó argumentando que no quería ser una molestia ni deseaba ocasionarle problemas a la niña; Habiéndose despedido de su amiga, Tim ingresó al hospicio, con el objeto de reservar un cuarto y así poder descansar de tanto trajín.


Tras una noche que transcurrió en calma, Tim y Xana se encontraron nuevamente, como había prometido, Tim recorrió el largo trecho que une Ciudad novarte con Pueblo boceto para buscar a su amiga Serena, y esa, era la misión de este día. Con paso tranquilo, ambos entrenadores comenzaron a caminar rumbo a la casa de Serena, mientras paseaban, Tim observaba los finos detalles en las casas y lo vacías que estaban las calles, y aquello le llamaba poderosamente la atención
— ¿Siempre es así de aburrido este pueblo? —preguntó entre bufidos el entrenador
—Normalmente las cosas son un poco mas alegres, aunque sea como hoy, día domingo —respondió Xana, también preocupada.


Justo después de doblar en una esquina, un afiche pegado en una pared daba respuesta a la inquietud de los chicos, el papel informaba de una gran competencia que se disputaría ese mismo día, era una carrera de Rhyhorn. Tras leer el cartel, Xana creyó conveniente cambiar de planes, la niña sabía que la madre de Serena era una famosa jinete, así que seguramente participaría, y por asociación, llegó a la conclusión de que Serena estaría con ella.


Si había un lugar que destacaba en el pueblo, ese era en el que se ubicaba la pista de carreras, se trata de una gran extensión de campos en la cual se trazaron circuitos con variada dificultad los cuales ponían a prueba y buscaban sacar lo mejor de aquellos singulares pokemon rocosos, y en esa dirección marchaban ahora Tim y Xana.


Una vez pudieron ingresar al sitio, y tras tomar asiento en las butacas asignadas, los chicos veían como un Rhyhorn montado por una mujer, que a lo lejos destacaba por su presencia, realizaba proezas increíbles en aquella pista de tierra y pasto y arrasaba con la competencia
—Es sorprendente —exclamó fascinado Tim
—Quien ves ahí es nada menos que la madre de Serena —comentó Xana
—Muy bien, aunque no veo a Serena por ninguna parte.


Ahí estaba nuevamente, sentada en su escritorio escribiendo en su tan preciado diario. Para muchos solo significaba escribir en un pedazo de papel palabras que tarde o temprano pasarán al olvido, pero para ella era más que eso, era la única forma en la que podía revelar sus tan preciados secretos.


Apenas con una lámpara encendida y con todas las cortinas de su cuarto cerradas, Serena daba rienda suelta a sus sentimientos, alguien, su mejor amigo, le había confesado su amor por ella y demandaba una respuesta hacía ya bastante tiempo, y salir, recorrer sola algunos caminos, pero por sobre todo aquello, el hecho de conocer a Tim le dificultaban mucho la decisión, y no es que el oriundo de Hoenn le gustase pero la seguridad de aquel chico, su fuerza, suvoluntad inquebrantable, generaban en la niña un sentimiento que nunca había tenido… admiración.


El golpeteo en la puerta principal sacaba de un transe que estaba llevándola a las lagrimas a Serena, al abrir, la niña se encontró con una chica llamada Mina, quien venía a buscarla para ir a dar un paseo, pues sabía de los sentimientos de Serena y como las buenas amigas, deseaba ayudarla.


Lejos de aquella casa, Tim se encontraba ahora frente a una mujer de cabello castaño y un cuerpo bien proporcionado, era la madre de Serena, quien revisaba con su mirada al entrenador de Hoenn
—Buenas tardes señora, soy Tim, un amigo de su hija y he venido a buscarla —saludó atentamente el chico
—Hmm, sé quien eres —dijo la mujer, con un tono que intimidó a Tim.
Serena le había hablado mucho a su madre sobre su nuevo amigo y de todas las cosas que este pasó, también le expresó su deseo de viajar junto a él para ayudarle en su búsqueda y esto no le agradaba mucho a esa mujer pues ese viaje exponía a un gran peligro a su hija.


En una coqueta cafetería, Serena y Mina se encontraban disfrutando unas chocolatadas, aunque eran muy amigas, un clima de tensión envolvía al par de chicas
— ¿Volviste para hablar con él verdad? —indagó sin vacilar Mina
—Si, ya tomé una decisión.


Ya en casa de Serena, Tim, Xana y la madre de su amiga estaban sentados sobre finos sillones disfrutando de un té, el ambiente no era el mejor pero mientras esperaban el regreso de Serena, Tim decidió ser directo y explicó sus intenciones y lo que esperaba de la niña, para su sorpresa, y lejos de tener que oir un rotundo nolo que recibió como respuesta de la jinete de Rhyhorn fue un reto a una batalla pokemon, aquella mujer sabía que no podía evitar la partida de su hija y quería comprobar el caracter del chico que se la llevaría.


Ya en el patio de la casa ambos entrenadores liberaron a sus bestias, Rhyhorn fue la elección de la mayor, Froakie el elegido por Tim. Con un potente pistoletazo de agua, el pokemon rana iniciaba las hostilidades, a Rhyhorn no parecía llamarle la atención aquella demostración de fuerza pues se dejó impactar a pesar de su debilidad al elemento liquido
—Megacuerno —mandó la retadora, y su compañero atacó con tal velocidad y fuerza, que al golpear al pequeño pokemon acuático, lo lanzó contra un árbol
—Rayo —pidió ahora la madre de Serena, pero esta vez el ataque no fue certero.


Trepado a una rama muy alta, Froakie observaba a su contrincante mientras respiraba con dificultad, en el suelo, Tim también lo observaba, un punto brillaba entre los ojos del pokemon rocoso, parecía una gema incrustada.


Un golpe cuerpo contra el árbol obligó a Froakie a descender nuevamente y fue cuando vio a su rival en tierra que Rhyhorn intentó dar la estocada final, pero esta vez sus cornadas no llegaban a destino, usando el doble equipo, y con una agilidad tremenda, Froakie estaba ahora montado sobre el lomo de su rival
—Vamos ranita, quitale la gema —gritó Tim, y a pesar de las violentas sacudidas de Rhyhorn, Froakie pudo hacerse con el objeto que había visto el entrenador, una piedra eterna.


Al ver a su pokemon desprovisto del objeto que frenaba su evolución, la madre de Serena decidió frenar el combate, ella y su amigo habían entrenado durante muchos años para ser los mejores corredores, y exponer a Rhyhorn a una batalla en la que debía liberar todo su poder, significaba correr un riesgo que ninguno de los dos quería, en fin, no era una victoria muy moral, pero era otra victoria para Tim.


No estaba lejos de su casa cuando vio una columna de tierra saliendo de la misma, así que preocupada, Serena corrió lo mas rápido que pudo, para su sorpresa, y por fortuna, nada malo había pasado, es mas, al llegar la chica vio a su madre estrechándole la mano a un joven, y al saber la identidad de ese chico, Serena corrió y se lanzó a sus brazos
—Por fin estás aquí —expresó la niña con evidente alegria
—Perdón por la tardanza, las cosas se complicaron en el camino —contestó Tim, alegre por tan calido recibimiento.


En ese mismo momento alguien mas llegaba a la casa de Serena, era un chico casi tan alto como Tim, de cabello castaño oscuro y flequillo dividido, era el joven que había confesado su amor aSerena, quien al ver semejante muestra de afecto a otro chico por parte de la chica que amaba no pudo emitir palabra y cayó de rodillas al suelo
—No es lo que piensas, Tim es mi compañero, solo eso —dijo Serena, quien al ver a su amigo en el piso, se acercó para calmarlo
—Yo quería saber si ya tienes la respuesta a mi pregunta —dijo el chico, quien dejaba notar en su rostro señales de una profunda angustia
—Si, debes saber que me honras con querer ser mi novio, pero en este momento no quiero pensar en esas cosas, además le prometí a Tim ayudarlo a recuperar a los pokemon que le robaron… lo siento.


Tras oír la respuesta de su amiga, el enamorado muchacho se retiró en silencio, su orgullo había sido herido pero no podía hacer nada, sin embargo, antes de dejar la casa de la niña, el chico prometió que no iba a rendirse, y que algún día volvería a intentarlo.



NOTA: Pronto voy a actualizar mi otro fic, Las aventuras de Bianca, asi que los que lo siguen, estén atentos... Nos leemos!!!

 

Capitulo 9: Al rescate parte 1


Ya pasaron varias semanas desde que Tim inició su viaje por la región Kalos, y aun que las cosas no comenzaron del todo bien, el chico logró renacer y de a poco estaba volviendo a ser lo que alguna vez fue.


Tras un prolongado viaje que comenzó con el robo de sus queridos pokemon por parte de un desconocido y sin un motivo aparente, tras la llegada de nuevos compañeros como Ivysaur, Fletchinder y Froakie, tras la llegada también de una jovencita llamada Serena, la vida de Tim mejoraba todo el tiempo, ahora de camino a Ciudad luminalia nuevamente, un futuro bastante prometedor se dejaba ver a la distancia.


Después de una calida despedida de una multitud, Tim, Serena y Xana, abandonaron el pueblo Boceto para re anudar sus caminos, en Acuarela, no hicieron mucho, solo recargar provisiones, en el bosque de Novarte, y sin escaparse de los senderos esta vez, los chicos obtuvieron mucha experiencia en batallas, y no solo eso, Xana había capturado a un Scatterbug. Ya en ciudad Novarte, Serena se reencontró con Violeta, la líder del gimnasio local, y tras una espectacular batalla, se hizo, al igual que Tim tiempo atrás, con la medalla insecto. Posteriormente, esta vez sin Xana, quien decidió quedarse entrenando con Violeta, para que su pokemon bicho llegase mas rápido a su ultima evolución, nuestros protas regresaron a la granja de Mary, donde Tim esperaba reencontrarse con su amigo Migthyena pero eso no fue posible pues el pokemon y la niña tambien salieron de viaje, y luego, por fin el destino los dejó a las puertas de la gran ciudad... Luminalia.


Tim y Serena habían llegado ya a la ciudad luz del mundo pokemon, a pesar de que ya la conocían, los entrenadores no dejaban de sorprenderse ante las maravillas que se podían ver. había mucho para hacer, y aunque los planes de Tim no eran precisamente relajados, tomarse un tiempo para despejar la mente no era mala idea, por eso, y primero que nada, los chicos llevaron a sus pokemon a un salón de belleza, a algunos, como Braixen y Pikachu les sentaba bastante bien el cambio, otros, como Ivysaur, se negaban rotundamente a ser tocados siquiera por otro humano que no fuese su entrenador, mas tarde visitaron el laboratorio del profesor Ciprés, donde tras unas chocolatadas de por medio, actualizaron sus pokedex, pero Tim no estaba del todo satisfecho con su estancia en la ciudad, quería hacer algo mas.


Desde que llegó a Kalos, Tim observó con mucha atención un lugar que para otros pasaría inadvertido, era un café, un sitio que con su fachada roja resaltaba sobre todo el entorno, no mucha gente entraba allí pues una atmósfera bastante pesada envolvía el ambiente, seguramente no sería refugio para gente de buena vida, por eso, Tim creía que tal vez podría encontrar información sobre sus pokemon robados y por eso insistía tanto en ir a ver, aunque a Serena le daba bastante miedo esa idea.


Ya de camino al café en cuestión, los chicos marchaban con cautela, y es que aunque Luminalia era una de las ciudades mas seguras del mundo, sus complicadas calles y sus oscuros callejones la hacían el lugar perfecto para toda clase de vándalos, y Tim y Serena lo experimentarían en carne propia. A pocos metros ya del café de nombre Lysson, los chicos vieron que tres masculinos se acercaban con paso lento pero muy seguro, y aunque estos no parecían estar muy interesados en los entrenadores, Tim creyó conveniente cambiar de camino, pero al girar para volver en sus pasos, se encontró con una poco grata sorpresa, otros tres chicos los esperaban con palos y piedras
—Al callejón —dijo uno de los vándalos, seguramente el líder del grupo.


Sin opción, Tim y Serena caminaban de frente a los gamberros y de espaldas al camino, era bastante complicado pensar en una estrategia de escape puesto que los seis ladrones estaban muy atentos a cada movimiento de sus victimas. Un olor fétido llamó la atención de Tim, eran bolsas de basura, pero bolsas con ojos, la palabra Trubbish resonó en la cabeza del niño, con esos pokemon un plan podía gestarse, sin embargo, eso no fue necesario, una bola de fuego, proveniente de la calle, hizo contacto con los pokemon veneno haciéndolos estallar y lanzando a todos los presentes a diferentes lugares, cuando el humo se disipó, nuestros protas, al igual que los gamberros, pudieron ver a varios metros de distancia a un curioso pokemon cuadrúpedo, de color marrón y de mirada dulce, era un Litleo, un espécimen del tipo normal y fuego, junto a él se hallaba un chico de la edad de Tim y su aspecto y fachas no diferían mucho del de los vándalos, curiosamente, el rostro de aquel joven llamaba bastante la atención de Serena, la niña sentía que ya lo había visto antes
—Hmmm, pero si es Shura, ahora piensas que eres mejor que nosotros solo porque te llevas bien con el profesor —comentó el líder de la banda tras ponerse de pie y sacudirse un poco la ropa
—Soy mejor que ustedes —sentenció el chico y liberó a un nuevo pokemon —Espurr, confusión.


Usando su fuerza psíquica, el pequeño pokemon retuvo por unos instantes a los ladrones permitiendo a Tim sacar a su pokemon planta quien tras usar el somnífero terminó el trabajo.


Lejos ya de aquel sitio, y un poco mas tranquilos, Tim y Serena miraban extrañados a su salvador, tiempo atrás ese chico había querido robarles los pokemon pero esta vez algo lucía diferente en él, su mirada ya no reflejaba el odio de otros tiempos. Después de un rato de charla, Shura narró a los chicos una historia, tras haber sido salvado de la furia de Tim por el profesor Ciprés, Shura escapó por los laberínticos pasadizos que solo algunos conocen en la ciudad hasta que llegando a una esquina el chico se encontró con una gitana que le vio la suerte y le advirtió sobre los muchos peligros a los que estaría expuesto si continuaba con esa vida oscura, por eso, desde entonces había decidido redimirse, y con ayuda del profesor se hizo mas fuerte.


Tras contar su historia, Shura informó a Tim sobre un evento bastante extraño, tiempo atrás, un hombre del bajo mundo le había querido vender un pokemon de Hoenn, pero dado el alto precio que pedía, el chico no pudo comprarlo, sin embargo, el pokemon en cuestión y su origen lo habían dejado bastante interesado ya que seguramente esa criatura era uno de los pokemon que le habían robado a Tim ni bien llegó a Kalos, por eso, y como forma de pedirle perdón, Shura se propuso recuperarlo, aunque eso implicase meterse en el bajo mundo.