Tiempo destruido Dos dedos que jamás se tocan, pero que siempre están juntos. Un alma vacía que intenta obtener un significado. Sueños escondidos que poco a poco, luchan por volverse realidad. Y al final del camino, lo único que encuentro es fracaso. Fracaso tras fracaso. Decepción sin límites. Pero esto no es culpa del mundo. No lo es, jamás lo será. Porque culpar al mundo es patético. Una mentira que nos decimos para reconfortarnos. Y no está mal mentir. Después de todo, entre verdades y mentiras, nada es real. Y si nada es real, ¿para qué molestarse? Sea la sociedad o uno mismo el que narre esta realidad. No cambiará. Las cosas no se volverán convenientes para nadie. Hubo alguna vez un deseo. Una emoción normal que todos deseamos sentir. El amor. Amor hacia el mundo, amor hacia las personas. Ahora me pregunto... ¿Valió la pena?, ¿en verdad hay algo más? No lo sé, de haberlo sabido, estas palabras no estarían aquí. Y probablemente no lo sepa jamás. Porque esta es mi realidad. El mundo no tiene la culpa de nada. Yo soy el culpable. Yo estoy mal. Los fuertes se vuelven héroes. Los débiles, villanos. Así es la vida. Nadie lo puede negar. Aquel que lo niegue, se miente a sí mismo. Y de nuevo lo digo, mentir no está mal. Es un escudo ante la realidad. Una barrera hermosa que nos hace vivir. Mi tiempo está roto. No dejó de moverse, ni tampoco volverá atrás. Simplemente se rompió. Hizo crack y sus fragmentos siguen por ahí. Esperando a ser recogidos. Esperando que todo vuelva a la normalidad. Pero eso no ocurrirá. Las cosas rotas no pueden componerse. Aún si trato de juntar los fragmentos del tiempo. El resultado seguirá siendo el mismo. Una realidad fragmentada. Un tiempo destruido. ¿Y quién lo rompió? Nadie. Nadie rompió mi tiempo. Ni siquiera yo. Buscar culpables no tiene caso. Ni la realidad, ni la gente. Mucho menos esta hermosa sociedad. Simplemente... Se rompió. Aún si aparto la mirada. Aún si deseo que esto llegue a su final. Solo obtendré un recordatorio de esta dulce realidad. Después de todo, mi tiempo destruido nunca volverá, porque jamás se fue.
Versos que urgan en el misterio, contactan con la realidad, pasan por el amor, piensan en mentira o verdad y desembocan en el tiempo, esa sustancia? éter regodea nuestras mortales vidas. Percibo cierta relatividad en los versos. Me hacen pensar, o sentir? Conmueven las fibras de mi alma.