The warriors

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Kayr, 2 Abril 2012.

  1.  
    Kayr

    Kayr Iniciado

    Libra
    Miembro desde:
    29 Diciembre 2011
    Mensajes:
    15
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    The warriors
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1347
    Título: Warriors
    Autor: Kayr
    Género: Acción/Aventura/Romance
    Advertencias: Posible muerte de un (o varios) personaje(s), Lenguaje soez.
    Permisos: No cedo los permisos a nadie. Obra registrada en Safe Creative, todos los documentos me acreditan como creadora y propietaria del escrito, para más información comunicarse conmigo.
    Publicaciones: FanficsLandia (Kayr) y Potterfics (Kayr)
    Resumen: ¿No crees en la reencarnación? Pues estos chicos te harán pensar de otra manera cuando leas sus historias. ¿Qué pasa cuando los miembros del antiguo Shinsengumi son reencarnados en jóvenes del año 2012? ¿Y qué pasa el destino del mundo, no solo del mundo sino del universo entero, descansa en sus hombros? Descubre con ellos lo que pasa cuando un grupo de muchachos entrenados, pero que no saben nada de la guerra, se adentran en una época que todas las traiciones eran justas. Donde lo más fácil era dar una puñalada por la espalda.

    Nota inicial de la autora: Este escrito se me ha ocurrido de manera casual y está BASADO en hechos reales.
    ______________________
    Prólogo.

    El sonido de la madera al chocar sonó con fuerza mientras un jadeo escapaba de los labios de uno de los que había allí congregados. Los que peleaban se separaron, de un salto, mientras se miraban a los ojos fijamente. El grito de uno de ellos resonó en todo el lugar mientras se lanzaba contra su contrincante. De nuevo, el sonido de las katanas rompió el silencio que se había formado.

    Todos los espectadores miraban la pelea interesados, sentados en fila con las piernas cruzadas. Sus espaldas, que deberían estar pegadas a la pared en una posición recta, estaban encorvadas para admirar más de cerca a ambos luchadores. En pie, con los brazos cruzados, y una expresión de seriedad, se hallaba un hombre joven.

    El hombre fijó sus ojos en ambos peleadores. Uno de ellos, era una joven de cabello castaño recogido en una cola, de caballo, que llegaba un poco más abajo de la base de su cuello y sus ojos, marrones, estaban fijos en su contrincante. El otro era un joven de cabello corto y ojos verdes. Ambos chicos llevaban una cinta blanca en sus frentes. Los dos respiraban agitadamente, mostrando el grado de cansancio en el que se encontraban por culpa de la duradera batalla.

    El último movimiento de la joven dio final a la batalla que, tras jadear, ayudó al chico a levantarse. La pareja de chicos se inclinó ante el hombre que mantenía los brazos cruzados. Se despegó de la pared en la que se encontraba y suspiró sonoramente.

    —Sensei —dijeron ambos a la vez mientras terminaban la reverencia.

    —Chiko y Akayashi —suspiró mientras descruzaba sus brazos. Miró a la joven y al chico respectivamente–. Chiko, lo has hecho muy bien, te doy mis más sinceras felicitaciones por esta victoria. Respecto a ti, Akayashi...

    —Lo sé, sensei —suspiró el joven mientras levantaba su mirada del suelo, lugar donde había estado hasta ese momento— he de mejorar con la katana. Pero ya sabe que mi mejor arma es la lanza.

    —Lo sé, Akayashi —respondió mientras una pequeña sonrisa nacía en sus labios— pero tienes que entender que no todas las batallas se ganan con una lanza.

    Ambos chicos se saludaron y con una sonrisa se sentaron en sus puestos. El sensei se puso frente a ellos y dirigió una mirada orgullosa a todos sus alumnos, pero en especial a esos dos.

    En primer lugar su mirada recayó en Chiko. La joven había sido su primera alumna en ese dōjō y se hallaba muy orgulloso al verla portar el cinturón negro. Akayashi había sido el tercer o cuarto alumno pero no había tardado mucho en superar a sus anteriores compañeros, llegando en poco tiempo al mismo nivel que Chiko.

    —¡Saluden! —ordenó el hombre mientras se colocaba de rodillas para realizar el saludo. La clase había finalizado oficialmente y todos, cuando estaban a punto de marcharse del dōjō pararon al escuchar la voz del sensei—. Chiko y Akayashi, quiero que hoy a las nueve de la noche estén aquí preparados.

    —¡Sí, sensei! —dijeron ambos a la vez. A nadie le sorprendía tal petición ya que ambos recibían clases extraordinarias. Chiko se despidió de sus amigos y comenzó a correr en dirección a su casa. Suspiró tras dejar atrás el dōjō. Ella y Akayashi eran entrenados muy duramente pero no por eso se rendía. No iba a dejar eso, ya que era lo que más le gustaba hacer, por nada del mundo.

    Había entrenado en lucha cuerpo a cuerpo, con Bo, con katana, con lanza. Lo que mejor se le daba era la lucha con Katana y a su amigo, Akayashi, era la lanza. Lanzó una sonrisa al recordar cómo había sido todo al principio con Akayashi.


    Eso es mío decía Chiko.

    No te equivoques, muñequita escupía Akayashi.


    Idiota, aléjate, es mi pelea gritaba una y otra vez Chiko.

    No podrías ni defenderte de una mosca le respondía el chico.


    ¡Chiko! ¿Qué te ha pasado? preguntó el chico preocupado al verla entrar con el rostro sangrando.

    Nada, solo me he caído respondió con simpleza.

    No me lo creo y lo sabes le chilló mientras la tomaba del brazo Te han pegado, ¿Verdad?

    Y qué si así ha sido la chica apartó su brazo del agarre y se tocó el rostro pero una mueca de dolor apareció en su cara.

    ¿Porqué no te defendiste? preguntó mientras acariciaba el rostro de ella con cuidado.

    —No me gusta pelear fuera del Dojo, y lo sabes —suspiró como respuesta.


    Con el paso del tiempo habían llegado a ser muy buenos amigos a pesar del nefasto principio que habían tenido. Lanzó una pequeña sonrisita al aire y continuó su carrera. Al llegar a su casa soltó un ‘¡Ya estoy aquí!’ y se fue directa a su habitación. Encendió el ordenador portátil que tenía sobre la mesa de su escritorio y esperó a que arrancara.

    El sonido que indicó el inicio de sesión se hizo presente en la habitación advirtiendo a la despistada joven. Abrió una ventana de internet y tecleó un nombre Hakuouki lanzó una sonrisa al ver a su amado Hijikata plasmado en la pantalla.

    —Esa tonta Chizuru si que tiene suerte —suspiró mientras sonreía— lo que daría yo por conocer a alguien como él.

    Cuando terminó de ver el capítulo suspiró y cerró la página. Miró a los lados buscando el reloj, solo eran las 18:50 h, por lo que le daba tiempo de darse una ligera ducha. Soltó su cabello y suspiró. Un mareo la hizo detenerse y sentarse en la cama. Unas imágenes pasaron fugazmente por su mente, imágenes desconocidas para ella. Tras unos segundos con los ojos cerrados se recompuso.

    —No es la primera vez que me pasa esto —pensó la joven mientras recordaba otros mareos—. Me habré levantado demasiado rápido de la silla.

    Con lentitud, para que no volviera a ocurrirle se encaminó a la ducha y se dio una pequeña ducha. Salió y se secó. Cepilló su cabello y se vistió con algo ligero, para colocar encima el Tenue de ninja.

    Tomó algo de la nevera, ya que el hambre podía con ella, y se sentó en la mesa frente a la televisión. Se comió lo que había cogido y miró el reloj. Eran las 20:35 h y le daba el tiempo justo para vestirse y marcharse al Dojo. Hizo todo lo que tenía que hacer y salió de su casa con la parte superior del Tenue en sus manos.

    Se lo colocó y continuó corriendo. Unos pocos copos de nieve comenzaron a caer sobre su cabeza y maldijo su suerte mientras aceleraba su paso. En poco tiempo llegó al lugar de destino y suspiró con tranquilidad, mientras veía la nieve caer, al estar al abrigo de un techo.

    —Temprano, como siempre —claramente pudo escuchar la voz de Akayashi a su espalda.
     

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