The War (guerra entre androides y humanos en el futuro)

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por JimenaAlonzo, 1 Septiembre 2011.

  1.  
    JimenaAlonzo

    JimenaAlonzo Entusiasta

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    1 Septiembre 2011
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    Escritora
    Título:
    The War (guerra entre androides y humanos en el futuro)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    939
    Hace muchísimo tiempo, yo no había ni nacido, resulta que se encontró un mineral de una aleación especial más dura que el acero. Fue todo un descubrimiento porque lo empezaron a explotar mucho para hacer todo tipo de cosas. Al principio lo utilizaron para la guerra, como no… Pero en cuanto cayó en manos de científicos e ingenieros, de un año para otro, se produjeron robots. Robots con forma humana. Estos empezaron a comercializarse para las familias. Lo único que hacían era obedecer y hacer lo que les pidieran. Cualquier cosa. No podían dar su opinión ni tenían sentimientos. Solo eran máquinas de las cuales nos aprovechábamos.
    Había 6 centrales en 6 estados de los estados unidos que los controlaban y una de ellas era la principal, la cual tenía un ordenador enorme. La principal estaba en Texas y las otras cinco en Illinois, Wyoming, Florida, Kansas y Nueva York.
    Los primeros 40 años todo fue bien pero cuando los altos mandos tuvieron la genial idea de ponerles pensamientos propios a los robots fue cuando todo empezó y se acabó al mismo tiempo. ¿No lo entiendes? Yo te lo explico.
    Resulta que al ponerle pensamientos propios insertándoles un chip en el cerebro los robots se empezaron a revelar y a comportarse mal con nosotros. Al principio las fuerzas armadas les mantenían a raya, esperando a que los científicos lograran arreglar algo, total tampoco es que los robots hubieran hecho nada malo.
    Todo se descontroló cuando uno de los robots mato por primera vez. La gente enloqueció y hubo protestas contra ellos. Ya no los querían.
    El 5 de mayo de 2050 hubo protestas, huelgas y revoluciones en los ayuntamientos de cada estado y en la Casa Blanca. En nueva York también, yo lo vi. Pero ese día no fue como otro cualquiera. En los lugares de las revoluciones los robots atacaron sin previo aviso.
    Mataron a miles de personas y se hicieron con el control de las centrales.
    Nadie podía hacer nada ni siquiera los militares, ellos eran más fuertes. Ahora ellos mandaban. Es increíble cómo se habían cambiado las tornas en poco tiempo. Por encima no sé cómo lo hicieron, seguramente obligaron a alguien, pudieron tener la apariencia de un humano por fuera. Con pelo, piel y todo lo demás. Pero por dentro seguían siendo iguales.
    La gente tenía miedo. Pensaban que lo que querían era parecerse más a los humanos y hacer que nosotros nos pareciéramos más a ellos. Si te lo dicen a la primera así, piensas: “Tú estás loco” Pero no iban mal desencaminados.
    Un año después, nos tenían a todos controlados y los que no obedecían los mataban. Así de duro. Poco a poco las calles quedaban vacías y la gente se escondía en sus casas.
    Ese mismo año nos obligaron a reunirnos, los que vivíamos en los estados donde había una central, en la entrada de estas. No tenía ni idea de lo que iba a suceder pero tenía que ser algo grande porque estaba hasta la televisión, yo estaba en la calle junto a mi familia en la ciudad de Nueva York.
    Dieron un discurso. Habían estado construyendo el robot padre, era así como lo llamaban, un robot muy poderoso y resulta que estaba en la central principal. Me acuerdo que empecé a tener miedo. Ellos querían eliminarnos, yo lo sabía pero ¿Qué podía hacer? Solo tenía 9 años.
    Enseñaron por una pantalla gigante al recipiente en donde estaba, era una especie de cabina enorme echa de metal y que nos impedía verle. Luego enseñaron un símbolo. Una especia de sol que tenían los 5 estados de las centrales. Esos símbolos estaban dibujados en un papel especial.
    En los 5 estados, metieron los símbolos en una especia de tubo alargado y trasparente. Tenían que unirlos a través de la red para “despertar” a su “padre”. Cuando empezaron a hacerlo, todos empezaron a huir, no querían ver lo que iba a pasar. Yo me cogí de la mano de mi padre y el me la apretó más.
    Ya se habían unido 4 símbolos faltaba el nuestro. Y cuando se iba a unir y estaba empezando a salir una luz… el tubo explotó.
    Los robots que había, intentaron arreglarlo pero en seguida fueron contra el que había hecho eso. Un grupo de militares que iban también a luchar.
    Vi que el ordenador empezó a echar humo y que una corriente circuló rapidísimo por el cable del ordenador.
    Todo el mundo supo que eso iba a explotar y cundió el pánico. Me separe de mis padres y de mi hermano. No sabía a donde ir, había demasiada gente corriendo y yo era pequeña. Y estaba asustada. Quise correr pero me empujaron y me caí al suelo. Me volví a levantar, y cuando lo hice levante la vista al ordenador. Tenía el dibujo del sol, pero enseguida desapareció porque explotó.
    No fue el único los demás de los otros estados también lo hicieron. Provocaron una onda expansiva que mato a miles y miles y miles de personas, se cargaron edificios, puentes, carreteras, de todo. Los estados unidos quedó destrozado.
    Yo lo último que vi fue el símbolo del sol venir hacia a mí.
    Mis padres murieron en esa explosión, solo quedamos mi hermano y yo. Nos escondimos por un tiempo y descubrimos que los robots andaban como locos buscando el símbolo. Resulta que el símbolo se había pegado a otra parte y lo necesitaban. La gente que quedaba por todo EE.UU también lo buscaba para librarse de una vez por todas de ellos.
    Yo sabía muy bien donde estaba y mi hermano también. Lo tenía yo, grabado en la parte izquierda de mi cuello.
     
  2.  
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    The War (guerra entre androides y humanos en el futuro)
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    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    2338
    Capitulo 1.
    Capítulo 1.
    ¡Esto es una mierda! Siempre lo he dicho y siempre lo diré.
    Corría por la central de Nueva York perseguido de todos los robots que había dentro de la central más por los que entrarían a ayudar. Me disparaban me intentaban golpear pero no me pararían, ahora que lo tenía no iba a parar y no lo haría hasta tenerlos todos y destruirlos a todos. Malditos Robots.
    Uno de ellos me disparo con un láser casi dándome pero no lo hizo. Doble un pasillo encontrándome con que al final de este la pared estaba rota por el paso de los años y esa pared daba a un lago, no me lo pensé mucho. Me tiraron una bomba que explotó cuando yo estaba en el aire cayendo al lago. Lo único que hizo fue que el choque del viento me desestabilizara un poco y cayera mal en al agua pero no me hice daño. Bucee un rato porque ellos estaban disparando al agua por disparar, por si daban en el blanco sin querer. Salí casi en la orilla. Mire a la central, ya no estaban ahí pero seguramente habrían dado la alarma asi que será mejor ir a la siguiente central. Camine hacia mi moto, bueno no es mi moto exactamente, me le encontré y la cogí total el dueño lo más seguro es que estuviera muerto.
    Me puse el casco y puse rumbo a Illinois. Ahí estaba esperando a ser robado el diamante.

    Habían pasado 8 años de esa historia y también habían pasado muchas cosas. Después de eso mi hermano y yo nos fuimos de Nueva York por motivos de seguridad hacia mí. Si el símbolo había desaparecido en Nueva York, buscarían en Nueva York, así que mi hermano me saco de ahí.
    Habíamos estado en muchos estados, huyendo. No creo que ellos supieran que el símbolo lo tuviera una persona pero mi hermano era así de protector, ah y tampoco podíamos decírselo a ninguna persona. La última vez que alguien lo descubrió, me capturo y quiso ir por su cuenta a la central a usarme para deshacerse de los robots. No es que yo no quisiera pero los papales en donde estaban los símbolos después de la unión de estos quedaron carbonizados.
    No estábamos seguros si pasaría algo así conmigo pero mi hermano no estaba dispuesto a averiguarlo. Así que siempre llevo un pañuelo en el cuello que tapa el sol.
    Ahora estábamos en Illinois uno de los estados que tenía una de las centrales. Pertenecíamos a un grupo de revolucionarios.
    Yo estaba en la calle con una pistola en la mano, porque eso era otra a los robots se les podía matar con balas de la misma aleación de la que estaba hechos y además tenías que darle en la cabeza unas cuantas veces. Estaba medio escondiéndome y caminando muy despacio.
    Sé que había robots por algún lado. Me metí en una calle enorme, destrozada y llena de coches abandonados, como en todos los estados.
    Caminaba entre ellos escondiéndome de vez en cuando y escuchando cualquier cosa que me pareciera rara. Siempre tenía que estar atenta a todo si quería sobrevivir.
    Me asuste cuando de pronto una bandada de pájaros echo a volar. Me senté en el suelo apoyada en un coche. Todavía me asustaba por nada… pero es que tengo algo muy importante para todos.
    Cuando me levante oí un grito.
    -¡Ayuda!, ¡Que alguien me ayude!-venia de un poco más lejos pero estaba segura de que era un niño, así que me di prisa y me acerque.
    En efecto era un niño de unos 10 años que estaba tirado en el suelo medio llorando. Normal creo que estaba herido en una pierna.
    No me moví de detrás del coche. Seguramente sería una trampa.
    -¡Socorro!, ¡Por favor, que alguien me ayude!
    Aunque fuera una trampa no podía dejarle así. Me acerque rápido, llegando a él.
    -Eh ¿Qué ha pasado?
    -Un robot.
    -¿Esta por aquí?
    -Sí, es una trampa, vete.
    -Venga ven que te voy a sacar de aquí.-cuando le quise ayudar, el grito, sobresaltándome. Mire hacia atrás. Había un hombre de unos 40 años mirándome. Por la mirada y su expresión no hacía falta ser muy listo para saber que era un robot.
    -¡Es ese!
    Levante el arma y dispare. Pero le di en el pecho así que ni se inmuto. No tuve otra que salir corriendo, así por lo menos el muchacho podría salir de ahí. Como pensé el robot me empezó a perseguir. Normalmente eran muchos más rápido que nosotros pero parece ser que este quiere jugar. Que hicieran eso lo odiaba.
    Me di la vuelta y volví a disparar. Esta vez acerté en la cabeza pero no le hizo mucho, solo se paró un momento, luego me miro y fue de nuevo a por mí. Salí de nuevo corriendo y esta vez el robot iba más rápido parece que eso de haberle disparado no le gusto.
    Ya me había perseguido otras veces pero estaba siempre con mi hermano y ahora no. Así que me estaba empezando a poner de los nervios. Vi un callejón, así que me metí para ver si podía despistarle. Error por mi parte porque era un callejón sin salida, a excepción de otra callejuela más estrecha dentro de este pero seguramente tampoco tendrá salida. Me di la vuelta para hacerle frente muy pegada a la callejuela.
    Cuando ya iba a entrar alguien me agarro por detrás tapándome la boca y escondiéndonos. No sabía quién era pero me asusté mucho, hasta que me soltó. Era mi hermano.
    -¡Ray!-le abrace fuertemente.
    -Has caído en la trampa tonta.-me susurro.
    -Calla, no podía dejar a ese niño ahí.
    -Tenemos que deshacernos de él, sino no podremos volver al refugio. ¿Confías en mí?
    -Claro que sí. ¿Qué pregunta es esa, Ray?
    -Entonces, escucha. El robot seguramente habrá vuelto con el niño. Ve de nuevo hacia allí e intenta salvarlo.
    -Pero…
    -Sé que es un poco de locos pero yo estoy aquí contigo, siempre lo he estado ¿no? No voy a fallarte ni ahora ni nunca ¿vale?-asentí- Vamos, sal e intenta ayudarle yo voy a estar cerca de ti con mi amiga.-señalo a su escopeta. Le hice caso y salí del callejón con cuidado y mirando que no estuviera cerca por si acaso.-Y Jess.-le mire-Por muy chunga que veas que se ponga la cosa, quédate, confía en mi ¿vale?
    - Vale pero no tardes en hacer lo que tengas que hacer.-me sonrió y empezo a subir por unas escaleras de incendio que había. Por mi parte fui hacia el exterior del callejón mirando a todos lados con la pistola en la mano. Mire hacia fuera pegada a la pared. Supuestamente el niño debería estar más lejos por todo lo que corrí pero no, en vez de eso él estaba en frente mío tirado en el suelo. Seguro que había sido el robot para que saliera. Cuando iba a salir, vi que el robot salió de su escondite poniéndose en frente del niño asustándolo más si se podía. Pobrecito lo debe de estar pasando mal.
    Me volví a esconder porque el robot volvió la mirada hacia donde yo estaba. Después de unos segundos volví a mirar. EL robot ya no miraba hacia aquí sino al niño y además de eso tenía la mano levantada hacia él. Oh no, no hará lo que yo creo que va a hacer ¿no?
    El niño grito y yo no espere a que lo hiciera, Salí y dispare repetidas veces. De verdad… tantos años con una pistola en mano y todavía no había aprendido a apuntar, bueno tampoco es que mi hermano se haya puesto a enseñarme. EL caso es que le di, sí, pero en el cuerpo y eso no le hizo casi nada, solo algún chispazo de esos pero ya está, todavía estaba en condiciones de matarme a mí, al niño y se podía a mi hermano. El robot me miro y fue a por mí. Yo retrocedí todo lo que pude hasta chocar con la pared de atrás. EL robot se estaba tomando su tiempo, me miraba mientras avanzaba lentamente hacia a mí, abriendo y cerrando la mano.
    Por favor Ray, date prisa ¿Qué estás haciendo?

    Había subido a la segunda planta del edificio, entre y la recorrí corriendo hasta llegar a la ventana que daba al exterior. No vi nada desde ahí asi que Salí al bordillo de la ventana, con cuidado de apoyarme bien y no caerme. Lo vi, vi al robot que levanto la mano para matar al niño, no me daría tiempo a preparar el arma pero no me hizo falta porque Jess le disparo, sin éxito porque no dio ni una a donde tenía que dar, que mala puntería que tiene, en eso no se parece a mí. Empecé a preparar el arma con prisas por que el robot iba hacia mi hermana que quedo acorralada contra la pared. Me prepare mire por el objetivo y apunte hacia el robot, si acertaba a la primera se acabó.
    El robot estaba muy cerca de mi hermana, demasiado pero solo tenía que esperar un poco más, un poco más… Levanto la mano.
    -¡RAY!-lo tenía, dispare justo a tiempo. Le di en toda la cabeza dejándolo inservible. Ese no se movía de ahí.
    -¡Toma!
    -¡Imbécil! ¿Cuánto tiempo más te ibas a tomar? ¡Me iba a matar!
    -¡Te dije que confiaras en mí!-me reí.- ¡Bajo!

    Sera idiota… Esta vez creía que me iba a matar, creía que iba a morir. Yo confiaba en Ray, siempre lo había hecho sino no hubiera sobrevivido todos estos años, él siempre ha cuidado de mí pero eso no le da derecho a darme esos sustos.
    Me acerque al niño, el cual había dejado de llorar y me miraba.
    -¿Estas bien?
    -Me duele la pierna.
    -Pues, ven con nosotros y te curaremos ¿Qué me dices?-dijo mi hermano de pronto detrás mí.
    -Tardas poco en bajar pero mucho en disparar.
    -Es que tenía que hacerlo a la primera.-miro al niño que sonreía.
    -Eso ha sido una pasada-dijo el niño.
    -¿Ves? A él le gusta.
    -Ya…

    Desde que paso toda esta mierda no he tenido ni un momento de tranquilidad, siempre huyendo de un lado para otro, luchando para sobrevivir, solo todos los días.
    Ya me he cansado de esa situación si nadie pensaba hacer nada lo haría yo, pensaba destruir a todas esas mierda de máquinas y acabar ya con todo el sufrimiento. No quería seguir huyendo, si esto es un fallo de los humanos pues los humanos deberían arreglarlo. Yo lo iba a arreglar. Robaría todos los diamantes y luego iría a la central principal y me la cargaría con los diamantes. Me daba igual a lo que me tuviera que enfrentar, lo haría. Lo difícil seria saber dónde está la marca que hace años que perdieron, esa marca es importante con ella podría matar a su “padre” y sería una victoria asegurada. Mientras pensaba en eso pare un rato a descansar, ya llevaba un rato andando en la moto.
    -Este año, se va acabar todo.

    El refugio era un edificio de solo dos plantas en ruinas, pero lo suficiente como para servir de hogar a 30 personas que éramos, bueno, ahora 31 con el niño.
    La parte de arriba era donde estaban unas salas donde los más valientes entrenaban con las armas. Y la primera planta había colchones y tiendas de campaña por todos lados para dormir. Había dos cuartos más, una era una especie de sala de reuniones y la otra era donde guardábamos la comida y el agua.
    Los robots no sabían que estábamos aquí porque si no o nos mataban o nos llevaban con ellos a una centro que tenían ellos para humanos. No quería saber que le hacían a la gente que estaba allí, asi que todos estábamos con miedo por si nos escuchaban y descubrían.
    Ray era uno de los “guerreros” como se hacían llamar ellos del edificio, los cuales eran solo 12. Yo no me incluía porque él no me dejaba, decía que era muy peligroso, que tenía la marca. Y eso es otra ninguno de los de aquí sabían que tenía la marca.
    EL caso es que cuando llegamos todos nos recibieron bien y con alegría como siempre. Con la ayuda de dos de las mujeres curamos al niño el cual cuando terminamos se relacionó enseguida con los dos únicos niños que había.
    Ya era de noche y estábamos cenando lo poco que teníamos. Después de eso todos o casi todos se fueron a dormir, ya era una rutina. Acompañe a Evans, que asi se llamaba al niño a su nueva cama, que estaba al lado de la mía y me quede con el hasta que se quedó dormido.
    Iba a dormir yo también pero entonces me di cuenta que los “guerreros” no estaban y mi hermano tampoco. Eran más de las doce, era raro.
    Fui a la sala donde se reunían en silencio. Ahí estaban hablando de algo y Ray no me había avisado como siempre, odiaba que hiciera eso y él lo sabía pero seguía y seguiría haciéndolo.
    Me quede detrás de la puerta entreabierta escuchando.
    -Entonces ¿Esta claro no? Mañana por la mañana atacaremos la central y robaremos el diamante-dijo mi hermano muy serio. Todos asintieron.
    El diamante era una piedra preciosa que daba energía a los ordenadores de las centrales ilimitadamente. Sin ellos los robots perderían fuerza y si los juntabas todos e ibas hacia la central principal, se podrían destruir todos los robots.
    -Es la única manera de librarnos de ellos.-dijo Black.
    -Además mañana por la mañana no se lo esperaran y será más fácil-volvió a decir mi hermano- Y que no se entere Jess…-¿Cómo? No sé lo que iba a decir a continuación porque no le deje. Entre en el cuarto abriendo la puerta fuertemente.
    -¡¿Por qué me estas excluyendo de nuevo?!
     
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    JimenaAlonzo

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    5106
    Capítulo 2.
    -Jess… ¿Qué haces aquí?
    -Te he hecho una pregunta.-el solo se me quedo mirando como los demás- Ray, ¿Por qué me excluyes?
    -Ya lo hemos discutido un millón de veces, lo sabes perfectamente.
    -No lo necesito-puede que los demás no supieran de lo que estábamos hablando exactamente, puede que tuvieran una idea vaga pero que no se acercaba a la verdad.
    -Jess…-mi hermano no tiene mucha paciencia y ya se le estaba acabando pero a mí me daba igual.
    -Puede que de pequeña si lo necesitara pero ya no, ya se defenderme, se cómo cubrirme-y estaba hablando literalmente- no necesito tu ayuda.
    -Pues esta tarde no lo parecía ¿has olvidado quien te ha salvado hoy? ¿Has olvidado quien te protege casi todos los días?
    -¡Porque no me enseñas nada! ¡Siempre quieres ir por delante, siempre quieres hacerlo todo tu! No me excluyas más, Ray. No tengo 9 años, tengo 17.
    -Pues para mí sí. Y si no te he llamado es porque no quiero que vengas asi que fuera.
    -Pues yo pienso ir.
    -Atrévete.-le iba a contestar pero de pronto apareció Evans soñoliento.
    -Jess ¿Por qué te has ido? Tengo miedo de dormir solo…-todos le miramos. Ray había tenido suerte…
    -Lo siento cariño, venga vamos a la cama-lo cogí en brazos pero antes de salir mire a Ray seria.-Esto no va a quedar asi.-y salí.
    Lo acosté en mi “cama” y yo al lado de él. Era normal que tuviera miedo, todos lo tienen aunque al final te acabas acostumbrando. Yo ahora no tenía miedo, estaba preocupado porque seguro que Ray se iría temprano a propósito para dejarme aquí. Asi que decidí levantarme yo también temprano. Además él dormía al lado sentiría cuando se levantara.

    Llegue a Illinois muy temprano, demasiado para mi gusto y claro a las 5 y media de la mañana no me iba a poner a invadir una central y menos con el sueño que tenía, asi que con cuidado me adentre en la ciudad sin hacer mucho ruido con la moto y busque algún coche guay para primero, poder descansar u rato y segundo estar más seguro y escondido, nunca se sabe lo que puede haber a estas horas ni lo que te puede salir.
    Después de estar buscando una media hora encontré uno de mi gusto y además estaba nuevecito, sucio pero nuevecito. Un mercedes de color negro muy chulo. Abrí la puerta sin problema porque por suerte estaba abierto. Deje l mochila en el asiento de adelante y me acosté en el de atrás. Dormiría tres horitas y luego ya me prepararía para ir a la central a correr un rato.

    Me desperté a las 8 y media de la mañana. En un principio no me moví para no despertar a Jess. Después de lo de anoche esto seguro que si la despertaba iba a venir conmigo si o si, asi que mejor prevenir.
    La mire desde la cama, estaba dormida asi que le levante lentamente sin hacer ruido. Me puse de pie y la mire. Seguía dormida, menos mal, no podía permitir que viniera y menos a la central donde habrá cientos de robots. Camine también sin hacer ruido hasta alejarme lo suficiente de ella. La volví a mirar desde lejos, vale, no se había movido.
    -No deberías tratarla como a una niña pequeña, Ray.-me sobresalto la voz pero sabía de quien era. Era de una mujer que podía ser mi madre y que lo hubiera hecho si yo la hubiera dejado. No es que no quisiera pero yo la única madre que permito no está por que está muerta por desgracia.
    - Lo hago para protegerla.
    -No parece que le guste.
    -Me da igual-fin de la conversación, entre otras cosas porque seguí caminando. Llegue a la entrada principal. Allí ya estaban los demás con las armas preparadas. Cogí las que quería: una pistola, la escopeta de ayer y un cuchillo.
    -Bueno, no falta nadie ¿no?-todos negaron-pues entonces en marcha.
    -Falto yo.-Mierda. Mierda. Me di la vuelta enseguida.
    -Tu no vienes.-ya estaba preparada, la ropa, las armas, lo llevaba todo. Antes estaría fingiendo.
    -Mírame-paso por mi lado dispuesta a salir pero yo la cogí del brazo.
    - He dicho que no.-pero ella se zafo de mi con brusquedad.
    -A mí ya me da igual lo que tú digas.-y siguió caminando. Vi cómo se alejaba y luego mire a mis compañeros los cuales también me estaban mirando, sin decir nada la siguieron. Ya me parece que no pudo hacer nada. ¿Por qué siempre se sale con la suya? Yo solo pido ahora que todo salga bien.

    Llegamos a la central en total silencio sobre las 9 y media de la mañana. En los alrededores no había absolutamente nada ni nadie y no sabía si eso era bueno o malo. Yo nunca había estado cerca de una central y mucho menos dentro pero siempre había creído que estaría llena de robots por todas partes, tanto dentro como fuera, vigilándola.
    A lo mejor estaban muy confiados y pensaban que nadie se atrevería a venir aquí. Es lo que yo pensaría ¿Quién en su sano juicio pensaría si quiera en venir aquí? A parte de nosotros… nadie.
    La central tenía distintas puertas para entrar, asi que nos separamos en grupo o individualmente. No sabíamos dónde estaba el diamante asi que teníamos que buscarlo sin armar revuelo sino empezaría la batalla y sería mucho más difícil robarlo, por no decir imposible si había muchos de ellos.
    El caso es que yo iba con mi hermano. El pesado quiso ir conmigo. Dijo: “Si quieres entrar, vas conmigo y punto” Es obvio que acepte, a regañadientes pero acepte. Tampoco me duro mucho la compañía porque al escuchar ruidos nos separamos para escondernos. Me separe de él porque el ruido era un robot que se metió en la habitación donde yo estaba, asi que en silencio salí de ahí por otra puerta que había. Lo despiste sí, pero ahora estaba sola.
    Yo solo tenía que concentrarme en dos cosas: Encontrar el diamante y que no me vieran la marca, asi de fácil.
    Caminaba por el pasillo con el arma en mano atenta todo cuando escuché un ruido cerca de mí. Me pegue a la pared enseguida. ¿Qué hago? ¿Voy? ¿Me escondo? ¿Me quedo? Al final empecé a caminar con cuidado hacia allí. La pared se acabó para dejar paso a una especie de escritorio alargado, como el de las recepciones de los hospitales, pues algo parecido. Me agache y me asome.
    Estaba muy oscuro pero pude ver algo en el suelo. Bueno algo no, a alguien. Y he aquí mi pregunta ¿Qué hago? Porque eso puede ser una trampa… pero ¿y si esa persona necesita ayuda? Al final me decidí. Salí de mi escondite y empecé a avanzar hacia ella lentamente y con el arma en mano. No sé porque pero estoy seguro que me va a pasar igual que con Evans y todo por ser buena persona.
    -¿hola?-susurre. Pero no me contesto y me daba miedo hablar más alto. Cuando ya estaba al lado me agache y me di cuenta de que no era una persona. Era un robot, pero destrozado, alguien le había “matado” y lo había hecho con algo cortante porque la cabeza apenas estaba sujeta al cuerpo y tenía el pecho abierto. Menos mal que estas cosa no sangran. De pronto escuche disparos y gritos a lo lejos pero cerca. ¿Habrían robado ya el diamante?
    Espera. ¿Quién había hecho esto? Los nuestros tenían armas de fuego y algún que otro cuchillo pero no llega para hacer esto. Qué raro…
    Escuche otro ruido y mire y menos mal que lo hice porque en ese momento vi a lo que suponía que era un robot con una espada bastante grande de láser levantada hacia mí para darme. Fui rápida y rodé por el suelo esquivándolo y levantándome. La espada había partido a lo que quedaba de robot por la mitad. Por la oscuridad no distinguía muy bien como era pero si era un robot sería igual que todos. Da igual el aspecto que tuvieran por fuera por dentro seguían siendo maquinas asesinas.
    EL robot se tiró hacia mí con la espada, yo lo único que hice fue esquivar como podía, siempre por los pelos. Intente darle una patada pero el robot era rapidísimo.
    Saque mi pistola pero enseguida me desarmo, este robot era muy bueno. Me volvió a intentar dar con la espada pero yo la volví a esquivar sin darme cuenta que una pata suya iba hacia mí. Me dio en toda la barriga, tirándome al suelo. Me queje, me había hecho daño. Ya no podía hacer nada, solo esperar mi final. Al final tendría que haberle hecho caso a Ray. Pasaban los segundos y el robot no hacía nada, asi que levante la vista y le mire. Estaba apuntándome con un arma y me miraba pero nada más. Parecía que dudaba.
    Ahora que me fijaba bien, parecía un chico un poco más grande que yo, con el pelo negro con flequillo, corto pelo largo no sé cómo explicarlo y ahora que le daba algo de luz tenía los ojos azules. Era muy guapo para ser robot. Qué pena. Me hablo de pronto, con sorpresa y duda en sus ojos.
    -No eres un robot.- ¿Qué acaba de decir? EL robot no ha hablado como un robot… O sea que no es un robot… ¿Me ha atacado y no es un robot? Me estoy liando yo sola.
    -¿Qué?-lo único que pude decir. Se me quedo mirando de nuevo.- Pues claro que no soy un robot ¿No lo eres tú?- No me contesto, simplemente se agacho muy cerca de mí, me cogio la mano con rapidez y me hizo un corte muy pequeño en el dedo, que enseguida empezo a sangrar.
    -¡Ah! ¿¡Que haces!? ¿Primero me atacas y ahora me cortas? ¡¿De qué vas?!
    -Lo siento tenía que cerciorarme, he visto demasiados tipos de robots.
    -Ya, pues tu no me has contestado.-se me quedo mirando de nuevo y acto seguido se hizo un corte el en el dedo. Si, salió sangre.- ¿Quién eres?-me ofrecía su mano para levantarme pero cuando se la cogí el tiro fuerte de mi haciendo que chocara contra el pero no se movió, me envolvió en un abrazo y luego escuche un disparo proveniente de su pistola.
    Me di la vuelta rápido separándome de él y viendo a que había disparado. Un robot muy peligrosamente carca mía, por eso había tirado de mi tan fuerte para sacarme del medio, me había salvado. Le mire.
    -Gracias.
    -No hay de qué. Y respondiendo a tu pregunta de antes…-decía mientras guardaba la espada pero no la pistola.-Soy Ian.-Sonreí.
    -Yo Jess.-sonrió.- ¿De qué te ríes?
    -De nada.
    -¡Eh tú!-escuchamos de pronto. Yo simplemente mire pero Ian apunto con la pistola. Era mi hermano que nos apuntaba también con su pistola.- ¡Sepárate de ella! ¡Jess ven aquí!
    -¡no, no, no, espera! ¡No dispares él es un amigo!-no me hicieron caso-¡Bajar las armas ya hombre!
    -¿Amigo?-pregunto Ray.
    -Si amigo-bajo la pistola e Ian hizo lo mismo.
    -¿Quién es?-pregunto Ian.
    -Mi hermano.
    -No hay tiempo para presentaciones los robots…
    -¡Es verdad! Jess, el diamante no está y los robots están como locos, tenemos que salir de aquí ya.
    -¿Qué no está?
    -No, alguien lo ha robado.
    -¿De nosotros?
    -No, he sido yo.-dijo de pronto Ian empezando a caminar rápido. Nosotros le seguimos.
    -¿tu? ¿Cuándo?
    -Hace 5 minutos y con este ya tengo tres.
    -¡¿tres?!-exclamo mi hermano.
    -Ahora os lo explico, primero hay que salir de aquí.-fue decir eso y tres robots nos cerraron el paso. Salimos corriendo, mientras disparábamos. Yo intentaba darles pero nada, Joe, si tan solo tuviera mejor puntería…
    Nos tiraron una pequeña bomba que explotó cerca tirándome al suelo, cuando me levante una barrera de piedras amontonados me separaban de Ian y Ray. ¡Mierda! Tuve que ir por otro lado. Vi una ventana, podría salir por ahí ya que era el primer piso y un árbol que había cerca me podía servir para agarrarme. Asi lo hice, me puse en un saliente y salte a la rama del árbol. Cuando llegue al suelo salí corriendo y me escondí en una de las calles.

    Habíamos podido salir después de la explosión. Con problemas pero habíamos salido. Pero es que la explosión nos había separado de Jess y eso de pensar que mi hermana estaba sola en un sitio lleno de robots me entraba la preocupación y el nerviosismo. Esto es lo que pasa por dejarla venir. El caso es que quise ir a por ella pero para hacerlo teníamos que dar un rodeo y pasar por donde estaban los robots y si hacíamos eso, estaríamos muertos antes de encontrarla, asi que al final me obligue a irme con este tío. Salimos del edificio con algunos problemas y nos metimos en una calle detrás de un edificio.
    Ahí nos paramos para coger aire. Me asome para ver si salía alguien más. Vi que salían corriendo algunos de los míos pero a Jess nada.
    -Joder… joder… tendría que haberla obligado a quedarse. ¡Mierda!
    -¿Obligado? ¿Por qué la vas a obligar a hacer algo que no quiere? Y más en estos años.
    -¡Es obvio! Pues porque…. Pare de hablar enseguida. Casi se me escapaba. Menos mal que pare a tiempo…
    -Porque…
    -Porque no quiero que le pase nada. Soy su responsable, su única familia, además ya has visto su puntería.
    -Yo no puedo opinar porque no os conozco, pero a veces la sobreprotección es mala. Y si tiene mala puntería enséñale, que seguramente abras tenido tiempo de sobra.
    -No lo entiendes…
    -Dime lo que tengo que entender.-le mire. No lo pensaba decir nada y menos a uno que estaba tan decidido a destruir a los robots.
    -Nada, ven conmigo al refugio, si Jess sale de ahí vendrá enseguida.

    Me quede un rato escondida porque los robots salían y salían muy enfadados, buscando al que se había llevado el diamante. Asi que lo mejor es esperar a que se fueran o que se calmaran. Decidí dar un rodeo largo para llegar al refugio, es mejor prevenir que curar ¿no?
    Cuando llegue estaba cansada, lo único que quería era tumbarme en la cama y descansar. Pues no pudo ser, porque aparte de que al primero que vi fue a Ian, cosa que me sorprendió, mi hermano estaba enfadado y preocupado y no me dejo tranquila. Yo entre con tranquilidad y sonriendo como siempre.
    -¡Hola!-en esa sala solo estaban los guerreros de antes, las demás personas estarían arriba. Todos me miraron.
    -¡Jess!-dijo Phil-¡Estas bien!
    -Claro… ¿Por qué iba a estar mal?-no me dio tiempo ni a explicarme, porque Ray me cogio del brazo haciéndome daño y tiro de mi hasta llegar a la otra esquina de la planta, donde ni Dios nos escuchaba. Claro está que yo me queje por el camino.- ¡¿Qué haces?! ¡Suéltame!
    -¡No vas a volver a ir nunca más a un sitio asi!
    -¿perdona? ¿A ti que te pasa?
    -Lo que me pasa eres tú. Mira lo que acaba de pasar.
    -¿Qué nos hemos separado? Oh Que peligro…
    -¡quieres actuar como una persona normal, pero no lo eres!-le tape la boca enseguida.
    -No grites tanto…-mire a los lados pero parecía que los demás no habían escuchado nada pero vi que Ian me miraba. Estaba demasiado lejos para escuchar ¿no? Ray quito mi mano de su boca
    -Jess…-de pronto se calmó-no me des estos sustos.-y me abrazo-Si los robots se hubieran dado cuenta de eso y te hubieran llevado yo…
    -Pero si lo tengo tapado, Ray.
    -Eso no soluciona mucho.
    -Hasta ahora si…
    -Sí, pero ¿hasta cuándo? Jess, por favor prométeme que no vas a querer ir más a luchar.
    -Ah, no.
    -¡Jess!-se quejó.
    -No me puedes pedir eso.
    -Pero si apenas aciertas disparando.
    -Pues enséñame.-el negó con la cabeza. Y nos quedamos mirando en silencio.-Asi normal que después tenga problemas para escapar. Gracias eh-y me fui, no tenía nada más que hablar con él.

    Me pase todo el día enfadada en la cama. Dormí un poco porque estaba cansada y luego me puse a leer de nuevo el diario de mi madre. Un diario que empezo a escribir en cuanto empezo a pasar la desgracia esta. Me lo había leído un montón de veces pero nunca me cansaba de hacerlo. Me gustaba el modo en que escribía cada palabra, la forma de su letra, la forma en que lo contaba. Me gustaba todo. Me gustaba una frase en particular. “Podrán destruirnos a nosotros y a lo que hay alrededor pero nunca podrán destruir el amor que hay entre los nuestros”
    Me encanta.
    No comí. Pero no por fastidiar a mí hermano sino porque no tenía hambre, cosa rara en mí. Luego me pase la tarde con los niños y con Evans, me gustaba estar con ellos y desconectar un poco de esta mierda de mundo.
    Al que solo vi una vez después de la discusión con Ray fue a Ian. Lo vi hablando con algunas personas, supongo que se estaría presentando. Ahora que me fijaba mejor, era muy, muy guapo.
    Cuando llego la noche sé que mi hermano se reunió de nuevo y además con Ian, lo sabía porque no estaban por ningún lado pero esta vez no fui. Siempre era lo mismo y me estaba hartando. Da igual lo que decidieran al final terminaría yendo.
    Ya era bastante tarde pero yo seguía despierta, mirando a algún punto en la oscuridad, pensando en ese día. ¿Qué hubiera pasado si no me hubiera separado de mis padres? A lo mejor no tendría esta marca y no tendría que estar sufriendo por ella, teniendo miedo de que me descubran ellos o las personas. Suspire. Había veces que me derrumbaba de tal manera que tenía ganas de rendirme y que le dieron por saco a todo, esta noche era una de esos días.
    Tenía miedo. Yo no quería esta marca… Se me agolparon las lágrimas pero me las saque enseguida. Justo a tiempo porque apareció Ian a mi lado.
    -Siento lo de esta mañana.-le mire, él estaba de pie y yo sentada en un lado del colchón a poyada en la pared, al otro lado estaba Evans durmiendo por lo que hablábamos bajito. Volví a mirar al frente.
    -No pasa nada, yo también creí que eras un robot.-nos quedamos en silencio hasta que se sentó en el suelo al lado mía.
    -No te conozco pero se cuando una persona está preocupada o asustada y tú lo estás. ¿Qué te pasa?
    -Nada importante-no podía decirle lo que me pasaba de verdad.-Solo estoy pensando.
    -¿en qué? Si puede saberse.
    -En muchas cosas que no tienen arreglo.
    -Todo tiene arreglo.-le mire, él también lo hacía.
    -Puede que sí pero es demasiado difícil y mi hermano me lo pone más todavía.
    - Intenta superarlo.
    -Eso he intentado hacer, todos estos años he intentado luchar, he intentado ignorarlo pero no va a desaparecer.
    -¿El qué?-le volví a apartar la mirada, estaba volviendo al camino que yo no quería ir. Parece un buen chico y eso pero lo acabo de conocer y como él hay un montón. De hola soy muy bueno, a confiar en él y decirle lo de mi marca a traicionarme. Asi que no.-Podría intentar entenderte o ayudarte si me lo contaras.
    -No, da igual si es una tontería, solo tengo miedo de lo de fuera.
    -Bueno… cuando quieras decírmelo, te escuchare. Pero te voy a decir una cosa. En estos años uno no puede dejar de luchar si lo hace está muerto.-nos quedamos en silencio. Me caía muy bien, apenas nos conocíamos y ya me estaba dando ánimo, sin ni siquiera saber qué es lo que me pasaba. Y ahora que lo pensaba todavía no había visto el diamante.
    -¿Puedo ver los diamantes?-me miro para acto seguido abrir su mochila y de ella sacar un pañuelo negro. Lo abrió y ahí estaban.
    Tres diamantes de distinto color cada uno. Uno era azul, otro rojo y otro amarillo, todos del mismo tamaño y forma, todos brillaban y todos eran muy bonitos.
    -Es increíble que algo tan bonito sea tan malo.
    -Tú lo has dicho-los volvió a tapar y a guardar.-No me gusta sacarlos mucho por su brillo, llaman mucho la atención.
    -Normal… Oye ¿De dónde es el rojo?
    -De Nueva York ¿Por qué?
    -Por nada, es que mi color favorito es el rojo. Y el azul es el de…
    -Florida.-miro al frente
    -O sea que quedan Wyoming y Kansas ¿no?-asintió.
    -Y luego a Texas.
    -¿no tienes miedo?-creo esa pregunta le pillo por sorpresa porque se volvió rápido hacia mí.
    -No, la verdad es que hace tiempo que deje de tener miedo.
    -¿Cómo lo hiciste?-porque yo sí que tenía miedo, lo tenía a todas horas, sino es por los robots es por miedo a que me vean la marca.
    -No sé, simplemente deje de tenerlo, de todas manera cuando llegue el día que vaya a Texas te diré sin tengo miedo o no. Todavía queda ¿no?
    -Supongo. Mi hermano ha quedado en que te va a acompañar ¿A que si?
    -Sí, todos los valientes.-no me hacía falta preguntar qué pasaría conmigo.
    -¿Y los demás?
    -Dijo algo de otro refugio, no sé, me fui de ahí.
    Después de eso nos quedamos en silencio. No hablamos mucho más entre otras cosas porque me quede dormida

    Se quedó dormida después de un rato. Desde el primer contacto visual que tuve que fue cuando ella estaba en el suelo y yo apuntándole por una confusión, me pareció guapa y cuando ya la vi mejor sin luchas ni robots por el medio y empecé a hablar con ella, ya no me pareció solo guapa, sino guapísima. Nunca había sentido esto por nadie pero sabía lo que me estaba empezando a pasar y no sé si eso era bueno. Para lo que yo quiero hacer se necesita concentración y determinismo, no puede haber nada que te distraiga alrededor y justo una chica guapa es lo mejor que te puede distraer y si por encima te enamoras (que es lo más probable que me esté pasando y eso que la conozco de un día) peor todavía.
    Cuando se durmió me fui de allí a pensar. Pero a pensar en algo que dijo. “todos estos años he intentado luchar, he intentado ignorarlo pero no va a desaparecer” ¿Desaparecer el que? ¿Ignorar el que? No sé a qué se refería pero tanto ella como el hermano no me lo querían decir y me da que nadie excepto ellos lo saben. Está claro que ocultan algo y debe ser gordo para ocultarlo tan asi. Jess tiene miedo si, como todos los de aquí, pero es un miedo diferente.
    No haría nada, esperaría a que ella estuviera preparada para contármelo, porque si tengo que esperar por Ray lo más probable es que muera de viejo o antes si las cosas siguen asi.

    Esa noche dormí mal. Tuve pesadillas y me desperté cada dos por tres. La ultima pesadilla que tuve fue que, yo estaba corriendo en un pasillo largo y de color gris perseguida por robots y que por más que disparaba nunca les daba y que por más que corría el pasillo nunca se acababa y lo peor… Se me desprendía el pañuelo del cuello.
    Me desperté sobresaltada. Nunca había soñado algo parecido.
    Mire alrededor, todos dormían todavía y como yo ya no podía ni estar sentada me levante de la cama con cuidado para no despertar a Evans. Fui a coger algo de comer ya que por la noche no comí nada y luego cogí dos pistolas y balas.
    Subí al piso de arriba y me metí en una de las salas de entrenamiento para intentar mejorar mi puntería. Ian tenía razón, tenía que seguir luchando, si yo dejo de luchar entonces el mundo entero está acabado.
    Además tenía que demostrarle a Ray que podía defenderme y que no necesitaba tantos cuidados como él creía.
    Empecé con las dianas. Cargué las pistolas y empecé a disparar y a disparar y a disparar hasta que me quede sin balas. En la diana habían dado algunas pero una mierda comparado con todo lo que había disparado. Pero no me rendí. Cambie la diana y recargue la pistola. Volví a empezar.
    Creo que pase horas ahí metida, disparando y enfadándome porque por más que disparaba los resultados siempre eran los mismos de penosos.
    Me harte, joder, no me salía nada bien y solo me quedaba un cartucho.
    -¡Mierda!
    -Coges mal la pistola-me asuste. No me esperaba que alguien me hablara de tan cerca. Me di la vuelta, viendo que era Ian.
    -Que susto me has dado.
    -Y tampoco estas atenta a lo que pasa a tu alrededor. Eso también cuenta a la hora de disparar.-me quede mirándole sin decir palabra. Se acercó a mí, me dio la vuelta para que mirara al muñeco que colgaba, y me cogio la mano que tenía la pistola posando la suya encima de la mía. El hacía cada movimiento para que yo me quedara con la copla y yo me dejaba. Ese contacto me acelero el pulso de una manera increíble. Podía escuchar su respiración muy cerca mía.
    -La pistola se coge asi-me coloco bien la mano y me levanto el brazo para apuntar-si la quieres coger con una mano. El cuerpo tiene que acompañar a la explosión del disparo, si no se desviara. Tampoco te distraigas fácilmente sino te desconcentraras y fallaras, si tienes un objetivo concentrare él y en donde quieres darle. No dispares a lo loco.
    Apunta y… dispara-hizo que disparara. La bala dio en el muñeco, pero no solo le dio, sino que atravesó la cabeza. Sentí al disparar como mi brazo tuvo la intención de irse hacia atrás pero como esta Ian detrás lo impidió.- ¿lo has sentido no? Has sentido como tu brazo ha intentado retroceder. Si no hubiera estado yo aquí tu brazo hubiera retrocedido de verdad y esa bala no hubiera dado en el blanco-estaba hablando muy cerca mía y me estaba poniendo nerviosa. Me soltó cosa que en verdad me desagrado, quería que ese contacto hubiera durado más.-Has desperdiciado muchas balas.
    -Lo siento yo…
    -¿Jess?-nos volvimos los dos. Mi hermano acababa de entrar por la puerta, viendo la escenita. Menos mal que Ian me había soltado, bueno ¿menos mal? La verdad es que no sé cómo hubiera reaccionado Ray ya que nunca he estado cerca de nadie ni a solas con nadie solo con el.- ¿Qué estáis haciendo?
    -¿Es una pregunta trampa?-le dije.- ¿No es obvio? Yo estaba entrenando por mi cuenta porque tú no me enseñas.
    -Ya estamos… da igual-miro a Ian.- ¿Te has pensado lo que te dije ayer?
    -Nunca he trabajado en equipo pero vale acepto, cuanta más gente más fácil será.
    -Eso es lo que quería oír-le dijo mientras le ofrecía la mano para cerrar su trato. Ian se la dio.- ¿Cuándo nos vamos?
    -Ya mismo. En cuanto terminen de recoger lo necesario y llevemos a esta gente al otro refugio nos vamos.-me miro- ¿no hace falta que te diga lo que pienso no?
    -Lo mismo te digo.-no supe si me iba a decir algo más porque de pronto se escucharon gritos de abajo y disparos. Los tres nos sorprendimos pero enseguida Ray e Ian salieron corriendo.
    -¡Quédate aquí!-Me dijo Ray dándose la vuelta un momento para segundos después seguir corriendo junto a Ray. Salí de la sala viendo cómo se iban corriendo. ¿Qué estaba pasando?

    Bajamos la escalera corriendo y al llegar no podía creer lo que veía. Mis compañeros estaban luchando con robots que habían entrado en el edificio y disparaban e intentaban matar o atrapar, no loó sabia, a todo lo que se movía. Lo más seguro es que a los que atacamos nos mataran y a los que no pues se los llevaran. Al final tendríamos que irnos con prisas. ¿Cómo han encontrado el lugar? Enseguida Ian y yo fuimos a ayudar. Ian disparaba acertando casi siempre excepto cuando algún robot se daba cuenta y le esquivaba. El chaval era muy bueno. Yo me preocupe, primero en guiar a los niños y a las demás personas indefensas, hacia otro lado para ponerlas segura, ya que a la salida no podíamos ir, de momento, porque había demasiados robots en la entrada, asi que se me ocurrió que salieran por una ventana de la otra esquina que no tenía nada de altura. Cuando les indique como salir fui yo quien empezo a disparar a todo robot que veía.
    Vi que algunos de mis compañeros eran derribados pero yo tenía que seguir ya que Jess estaba arriba, o no… ¡¿Por qué?! ¿Por qué ha bajado? Lo comprendí enseguida. Evans estaba con ella asustado, seguramente habrá subido y Jess bajo con él para sacarle de aquí.
    Ahora tendría que estar atento a ella e Ian había desaparecido de mi vista.

    Cuando baje era todo un caos, pero tenía que proteger a Evans. Vi que la gente estaba saliendo por una ventana asi que le di la mano fuertemente a Evans y fui hacia allí.
    -Tranquilo ya nos vamos de aquí-por si acaso tenía el arma en la otra mano y menos mal porque dos robots se me echaron encima. Dispare con nerviosismo y falle como era de esperar. Empecé a retroceder y Evans se abrazó a mí con miedo. Tenía que calmarme, tenía que recordar lo que me dijo Ian. Apunte y volví a disparar esta vez dando de lleno en la cabeza. Tampoco era muy difícil ya que estaba muy cerca de mí.
    -¡Jess!-grito Black disparando. Lo vi cerca esta sería una buena oportunidad de proteger a Evans.
    -Evans escúchame, ¿ves a Black verdad?-el asintió con rapidez- corre hacia él, te protegerá.
    -¿Y tú?
    -Yo estaré bien, corre.-me hizo caso. Quise ir detrás del pero aparecieron otros tres robots rodeándome contra la pared. Intente disparar pero de un golpe me quitaron la pistola. Estaba acorralada. Siempre me pasaba lo mismo. Vi que el del medio levanto su puño de acero contra mí.
     
  4.  
    JimenaAlonzo

    JimenaAlonzo Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    1 Septiembre 2011
    Mensajes:
    74
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    The War (guerra entre androides y humanos en el futuro)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    1449
    Capítulo 3.
    El puño se estampo contra la pared haciendo un agujero porque yo fui rápida de reflejos y me eche a un lado esquivándolo, pero el robot con la otra mano me quiso agarrar con tan mala suerte que lo hizo del pañuelo del cuello. Me lo quito y enseguida yo me tape la marca con la mano. Rogaba que no hubieran visto la marca. Que no la hayan visto por favor, por favor. No sé porque pero me quede quieta con la mano en el cuello mirando a los robots que tenía delante los cuales también estaban muy quietos mirándome. Vi que de cuando en cuando les brillaban los ojos. ¿La habían visto?
    De pronto se escuchó un pitido fortísimo obligándome a taparme los oídos y dejar al descubierto la marca pero no fui la única todos incluido Ray hicieron lo mismo. Ese pitido venia del robot. Aproveche para coger el pañuelo y taparme de nuevo la marca.
    Cuando el pitido ceso y mire vi que los robots venían de nuevo hacia mí y que todos volvían a empezar a pelear.
    -Tienes la marca, la marca, la marca…-dijo el del medio.
    -Eres tú. Te llevaremos con el.- Mierda la habían visto. ¿Ahora qué hago? Estaba asustada. Si lo saben ahora no tengo donde esconderme. Cuando uno de los robots fue a cogerme, cogí la pistola del suelo y dispare a la cabeza, pudiendo asi huir de los dos que quedaban. Salí corriendo lo más rápido que podía hacia mi hermano, ahora le entendía, él no quería que pasara esto.
    -¡por aquí!-grito Ian, el cual estaba junto con Ray en la entrada. Corrí y corrí. Cuando estaba llegando vi que ellos también salieron corriendo.
    Salí a la calle supongo que todavía perseguida y los busque con la mirada.
    -¡Jess!-grito Ray. Lo vi abriendo la puerta de un mercedes Ian estaba dentro ya preparado para salir. Corrí hacia el pero cuando estaba llegando algo me cogio de la pierna tirándome al suelo.
    -¡Eres tú!-grito el robot que me había agarrado. Yo grite. Hacía tiempo que no lo hacía. Escuche disparos. Ian y Ray disparaban hacia el robot que me agarraba y otra más cerca mía.
    -¡Corre!-grito ahora Ian. Me levante y nos subimos al coche, yo detrás.
    Ian acelero de golpe, llevándose a dos robots por delante y dando la vuelta para escapar de la ciudad ya que la autovía no estaba lejos, estaba al lado. Pero no iba a ser tan fácil, porque los robots eran muy rápidos y aunque el coche iba rápido cogiendo velocidad muy rápido, los robots nos perseguían. Uno salto en el capo del coche asustándome, pegue un chillido. Ian empezo a pegar volantuzos casi chocándose con algún coche hasta que el robot se soltó.
    Había más atrás persiguiéndonos pero una vez que el coche salió de la ciudad y cogio la máxima velocidad los perdimos. Pero yo no estaba tranquila, me entro de todo menos bueno.

    Ya está, ya está… Ya la hemos fastidiado… Mierda… Me agarre la cabeza mirando hacia abajo. ¿Por qué ha tenido que resultar todo asi? Cuando vi que le arrancaban el pañuelo se me cayó el alma y la esperanza a los pies. Fue rápida en tapársela pero los robots lo fueron más.
    -No, no, no…-Ian iba a mucha velocidad y que siguiera asi, no me fiaba hasta qué punto llegarían los robots por la marca.
    -Eh, que tampoco es para tanto…-no le conteste. De pronto escuche a Jess respirar demasiado rápido. Me volví y la vi. Le estaba dando un ataque de ansiedad como cuando era pequeña y algo le asustaba mucho.
    -Eh, eh, eh Jess, tranquila-me volví como pude-No respires asi que es peor. Tranquila Jess.-le pose la mano en la cabeza ya que miraba hacia abajo pero no paraba.-Jess por favor para.
    -La han visto, la han visto, la han visto…-las últimas palabras se le quebraron.
    -Sí, pero da igual, yo estoy aquí. Venga Jess… Cálmate.
    -No puedo…-me miro, tenía lágrimas en los ojos-¡La han visto!-medio grito.
    -¿Qué han visto?-pregunto de pronto Ian. Pero le ignoramos los dos.
    -Jess, te lo pido por favor cálmate, asi no vas a solucionar nada y no me llores-seguía igual asi que me pase con cuidado al sitio de atrás con ella. Enseguida me abrazo casi llorando.-Shh…-le frotaba el brazo y la espalda- Veras como todo va a ir bien. No pasa nada, cálmate. No puedo verte asi.-Poco a poco se fue calmando. Se me partía el alma y todo lo de dentro verla asi.
    Ian seguía conduciendo igual de rápido. Después de unos minutos, creía que se había dormido pero no.
    -¿Estas enfadado conmigo?
    -¿Qué? ¿Por qué iba a estarlo?
    -Porque no te hice caso y si lo hubiera hecho entonces…
    -Jess, nunca me haces caso y nunca ha pasado nada. Esto tenía que ocurrir algún día.-no me dijo nada mas.-Ya estas mejor ¿no?-ella asintió-pues me voy para adelante ¿me das permiso?-sonrió, ah menos mal. No se lo duro que tiene que ser cargar con un peso tan grande, no la puedo llegar a entender pero lo que si entiendo es que siempre la he cuidado y protegido y ahora más que nunca tengo que hacerlo.
    Ian desaceleró un poco la marcha, y en verdad se lo agradecía, íbamos demasiado rápido. Me obligue a tranquilizarme yo también y a pensar que hacer a continuación.

    Pregunte una vez, sola una y no me contesto ninguno asi que no volví a preguntar, lo haría cuando las cosas se hayan calmado un poco y los dos me estén atendiendo total todos teníamos un largo viaje por delante. Cuando Ray se fue hacia delante, desacelere un poco, ya no hacía falta ir tan rápido. Miraba de reojo las reacciones de Ray pero el solo miraba al frente pensando en algo. Desde el principio sospechaba que ocultaban algo y ahora lo sabía con mayor seguridad lo que no sabía era el que. ¿Tendrían algo que les importara a los robots? ¿Algún otro diamante o arma de ellos? No caía el que podía ser. Y las palabras de Jess no dejaban de darme vueltas en la cabeza: “la han visto, la han visto” ¿El qué? Estoy seguro de que si volvía a preguntar ninguno me iba a contestar asi que esperaría.

    Habíamos pasado una hora en total silencio, yo ya me había calmado y miraba el paisaje por la ventanilla. Solo eran árboles y más árboles, pero quería pensar en otra cosa. De pronto Ray hablo.
    -Para el coche.-Vi que Ian le mira unos segundos antes de posar de nuevo la vista en la carretera.-Hazme caso, necesitamos saber que vamos a hacer.- ¿De qué estaba hablando? De todas maneras Ian le hizo caso y paro fuera de la carretera casi en el césped. Ray se bajó junto con Ian, yo hice lo mismo pero una vez que me puse de pie me quede ahí plantada viendo y escuchando lo que ellos decían.-Primero: ¿Qué armas tenemos?
    -Las del maletero.-los dos fueron y abrieron el maletero. Ian saco una bolsa bastante grande que puso en el capo del coche una vez cerrado el maletero.
    -Tenemos unas cuantas.
    -Sí, las he ido recopilando de por ahí, más vale que sobren que, que falten.
    -Las vamos a necesitar-cogio una pistola y la cargo.-Porque ¿Íbamos a Kansas no?
    -Íbamos por el camino si…-¿pensaba ir a Kansas para robar el diamante después de todo?
    -¿Vamos a ir a robar el diamante?-pregunte por primera vez. Los dos me miraron.
    -Ahora más que nuca Jess.-me dijo mi hermano con toda tranquilidad. Mire a Ian, el pobre se debe de estar preguntando muchas cosas que nosotros no le contestábamos. Yo… creo… que confiaría en el.- ¿Y yo voy a ir?
    -Claro.
    -Pero…
    -Te he dicho que estoy contigo.
    -Estamos contigo.-los dos le miramos.-No sé lo que está pasando exactamente, esto es algo más que una invasión de robots a un edificio, pero no me hace falta saberlo, yo quiero robar los diamantes y si por el camino tengo que protegerte y ayudar, lo hare. Asi que estamos contigo.-Sonreí. Si, confiaría en él, pero me parece que Ray no estaba dispuesto todavía a confiar, lo sabía por la mirada que le estaba echando.
    - En cuanto lleguemos iremos y robaremos el diamante y en cuanto lo tengamos saldremos hacia Wyoming.
    -Me parece bien-dijo Ian muy convencido.
    -Yo, lo que digáis.-creo que podía tener esperanza con estos dos a mi lado.
     
  5.  
    JimenaAlonzo

    JimenaAlonzo Entusiasta

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    Título:
    The War (guerra entre androides y humanos en el futuro)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    2557
    Capitulo 4.
    Seguramente a Kansas llegaremos mañana y todavía no era ni de noche, es mas no eran ni las 6 de la tarde. Ian había estado conduciendo todo el rato, hablando de vez en cuando con Ray de, como no, la “infiltración” de mañana. Yo había estado pensando todo el rato en si decírselo o no a Ian, porque aunque hubiera dicho eso yo había aprendido a no fiarme de nadie, bueno Ray yo lo habíamos aprendido. Y Ray era mucho peor que yo a la hora de dar un voto de confianza, estoy segura de que él ni se le ha pasado por la cabeza contarle lo que yo si me he pensado todo el rato. Pero es que aparte de que el muchacho me inspira confianza, me gusta, si, ese gustar.
    Se lo iba a decir ya aprovechando que estaban en silencio.
    -Vale.-dije de pronto haciendo que me prestaran atención.
    -¿Vale que?-pregunto Ray con desconfianza. Me conocía demasiado bien.
    - Te voy a decir lo que ellos han visto.
    -¡¿Qué?!-dijeron los dos a la vez. Uno más enfadado y alto que otro, Ya sabéis quien es.
    - No estoy hablando contigo Ray, estoy hablando con Ian.
    - Me da igual con quien esté hablando, espero que lo que has dicho no vaya en serio.
    -Ah sí que va, se lo pienso decir todo.
    -¿Estás loca? ¿No te acuerdas lo que paso la última vez? ¿Quieres que pase de nuevo?
    -¿Qué más da? Si ya vamos directo a un suicidio.
    -No vamos a un suicidio vamos a arreglar las cosas y aquí nadie va a morir.
    -Vale… entonces dime, ¿Qué tiene de malo que se lo diga?
    -¡Pues que puede empeorar las cosas!
    -¡¿más de lo que están?!-levante la voz.
    -Sí, más de lo que están, todavía no confió lo suficiente en el como para decirle eso. ¿Te estas escuchando?
    -Sí y se perfectamente lo que quiero…-no me dejo terminar.
    -No se lo digas, Jess.
    -Está en mí y lo digo si me da la gana.
    -Jess ¡He dicho que no se lo digas!-me grito.
    - ¡Estoy harta! ¡Estoy harta de tus miedos, estoy harta de huir, estoy harta de callarme, de guardar secretos, de no poder confiar en nadie por miedo a que me traicionen, estoy harta de estar sola! Y n me vengas con que estás tú, sabes perfectamente a lo que me refiero. Ahora que vamos hacia allí, quiero decírselo a él y aunque no fuéramos hubiera terminado diciéndoselo, porque confió en él. Asi que Ian…-miro por el retrovisor.
    -No Jess, no… sé cómo te sientes pero…
    -¡No, no lo sabes!-me quite el pañuelo-¡mira!
    -¡Jess, no!-vi cómo me miro por el retrovisor y vi cómo se sorprendió. Como que freno tan en seco que Ray y yo nos fuimos hacia delante por la inercia, me tuve que agarrar al sillón de adelante. En cuanto paro Ray saco la pistola y le apunto a la cabeza.
    -¡Ray!
    -¡Como hagas un movimiento te juro que te mato!
    -¡Oye Ray!
    -Apártame eso de la cara-dijo enfadado Ian.
    -No, n me fio de ti.
    -Si todavía no he hecho nada.
    -Tú lo has dicho, todavía.
    -¡Oye Ray, dale una oportunidad!
    -¡Tú te callas!-me hablaba mientras miraba a Ian y este a Ray.- ¡Eres tonta! ¿Qué pasa que nunca aprendes? ¿Qué paso la última vez que hiciste eso?
    -¡Ya se lo que paso, no me lo recuerdes vale! ¡Sé que esta vez es distinto! ¿Verdad?-le pregunte a Ian. El solo me miro, bueno para ser exacto miro la marca.
    -¡Te estoy diciendo que no, Jess, pero tú nunca escuchas y por no escuchar ahora todos los robots saben que la marca la tienes tú! Si me hubieras echo caso…
    -Me habías dicho que no era mi culpa…-baje la voz a punto de llorar de nuevo. Se dieron cuenta los dos porque me miraron esta vez a los ojos.-Pero ya veo que siempre me estas mintiendo.
    -No Jess, perdona…
    -¡Eres un estúpido!-abrí la puerta y corrí hacia el bosque.
    -¡Jess no vayas hacia el bosque! ¡Espera!
    -¡Déjame en paz!

    La perdimos de vista en seguida, yo me Salí del coche al igual que Ray poniéndome a su lado.
    -La has cagado.-el me miro mal, muy mal.
    -Cállate.-yo levante las manos en señal de paz.
    -Solo te digo que lo único que puedes hacer ahora es esperar a que vuelva.
    -Te he dicho que te calles, es mi hermana se perfectamente lo que hacer-me apunto de nuevo con la pistola-Lo que no se es que hacer contigo.
    -Y yo te he dicho que no me apuntes con la pistola. Apártamela y hablamos.
    -No quiero.
    -Te lo advierto.
    -No me fio de ti ni un poco.- como me la acerco más reaccione rápido. Le desarme de un golpe, le cogí del brazo retorciéndoselo hacia atrás y le aplaste contra el capo del coche.
    - Te lo he advertido. Podemos hablar por las buenas o por las malas tú decides.-se quedó en silencio unos segundos.
    -Está bien. —le solté y me separe de él. Se sentó en el capo del coche.-Solo…-miro al suelo, no sé si estaría queriendo encontrar las palabras adecuadas o no le salían. No seguía asi que fui yo el que pregunto.
    -¿Qué paso la última vez?-me miro.
    -La última vez…-suspiro- fue hace años pero lo recuerdo como si fuera ayer por el miedo que pase. Jess tenía 12 años y yo no fui lo suficientemente espabilado como para darme cuenta a tiempo.
    Estábamos de viaje hacia Ohio y por el camino nos encontramos con un hombre de unos 30 años. Supongo que no pudo dejar a dos niños solos en estos años asi que nos acompañó todo el viaje. A Jess y a mí nos pareció muy amable y simpático asi que poco a poco fuimos confiando en él.
    Pasaron las semanas y un día Jess le enseño la marca confiando en él. –se quedó en silencio.
    -¿Intento matarla?
    -No… al principio no dijo nada, ni mostro signos de nada solo sonrió. Pero cuando llego la noche y estábamos durmiendo rapto a Jess y se la llevo.
    -¿Se la llevo a dónde?
    -No sé a donde quería llevársela lo más probable es que tuviera pensado dársela a los robots o intentar arreglar las cosas con la marca.
    - Como todos piensan si la encuentran.-me volvió a mirar mal.
    -EL caso es que al final lo salve pero pase las peores horas de mi vida, con miedo y preocupado. Los encontré y la salve y a partir de ese día no volví a confiar en nadie. Por eso no quería que te lo dijera.
    - Con esa marca se puede despertar al robot “padre” pero también se puede destruir a los robots ¿no?
    -Lo primero si, lo segundo no lo sé, y no lo pienso averiguar. NO sé si lo viste ese día, pero todos los papeles que contenían los soles fueron carbonizados. Y yo no pienso correr ese riesgo con Jess- todo lo que decía tenía sentido y yo estaba empezando a pensar igual pero eso es porque me había enamorado de Jess, si ahora lo aceptaba y como me gustaba pues entonces pensaba igual que Ray.
    -Bueno, para eso estamos robando los diamantes ¿no?-me volvió a mirar con desconfianza-Eh, que yo no pienso raptarla ni nada.
    -Ya… Y yo me lo tengo que creer.
    -¿Por qué no?
    -¿Por qué si? No pienso irme por razones obvias pero te voy a estar vigilando y como toques a Jess te juro que te mato.
    -Te he dicho que no le voy a hacer nada.
    -Vale, y yo te he dicho que no te creo. Fin de la conversación.-le iba a protestar de nuevo pero de pronto escuchamos el grito de Jess. Echamos a correr hacia el bosque con armas en las manos. Pero no llegamos ni a entrar porque la vimos salir de entre los arboles corriendo.
    -¡Correr!-nos gritó. Nos quedamos parados unos segundos y cuando vimos a seis robots salir también de entre los arboles fue cuando corrimos.
    No podía disparar bien porque Jess estaba en medio, asi que lo único que hice fue correr hacia el coche. En cuanto llegue me metí y lo arranque poniéndolo a punto para que en cuanto Ray y Jess se metieran arrancar a toda velocidad y eso hice. Jess fue la última, casi no le di tiempo a cerrar la puerta.
    Puse quinta lo más rápido posible y fui de nuevo a toda velocidad. Mire por el retrovisor. Estábamos dejando atrás a los robots y justamente por eso acelera un poco más. Ray abrió la ventanilla y empezo a disparar a los que estaban más cerca. Poco a poco los fuimos dejando atrás hasta que ya no se veían. Pero seguí yendo a la misma velocidad.

    -Jess-dije cuando ya no vaya ningún robot.
    -Paso de ti.
    -Venga ya, Jess… Siento lo de antes.
    -¿Confías en Ian?
    -No.
    -Pues entonces paso de ti.
    -¿En serio?-no me contesto y por encima vi que Ian sonrió.- ¿Te parece gracioso?-le dije mirándole y enseguida quitando la sonrisa.
    -¿El qué?-pregunto Jess, poniéndose en el sitio del medio sonriendo y mirando a Ian.
    -Oye, Jess… Yo sé que a ti te cae bien este pero y ¿Si por la noche te coge a la fuerza y te separa de mí?
    -¿Qué? Eso no lo va a hacer ¿A qué no?
    -Claro que no.
    -Mira haz lo que quieras, luego no te me quejes.-me volví hace delante y mire el horizontes, si ella no me quiere hacer caso que no me lo haga. Lo malo es que después tengo que salvarla y pelear por ella.

    Después de eso no volvimos a hablar ninguno solo para ponerse de acuerdo en cambiar de conductor un rato. Asi que Ian se cambió con mi hermano porque yo no sabía conducir. Ah y para pelearnos de nuevo mi hermano y yo. Todo porque Ian me dio un poco de conversación.
    -¿Te aburres?-me dijo de pronto girándose para mirarme.
    -Pues sí... ¿Falta mucho?
    -Bastante. Tendremos que parar a dormir. Oye… ¿Puedo volver a ver el sol?-yo ni siquiera dude. Le sonreí y me volví a quitar el pañuelo. Para verlo mejor se tuvo que girar en una posición bastante incomoda.
    -¿Quieres ponerte aquí? Estarás más cómodo.-Oh, por favor que diga que si…
    -Vale.-se quiso ir hacia mí pero mi hermano se lo impidió.
    -No, no puede-le agarro de la camiseta y tiro hacia atrás. Ian ni siquiera insistió simplemente se volvió a poner bien en su sitio aunque todavía girado a mí.
    -¡¿Por qué?!
    -¡Porque yo no quiero y punto! Además soy el mayor y se hace lo que yo diga.
    -Serás mayor que yo pero que Ian…-me quede ahí. No sabía la edad de Ian, en realidad no sabía nada apenas de él. ¿Sería mayor que mi hermano?
    -Que Ian también.
    -¿Cuántos años tienes?-le pregunto ignorando a mi hermano.
    - Veinte.
    -Por que seas un año mayor que él no tienes derecho a mandar además él es el que ha empezado a robar los diamantes, el que los ha robado merece respeto de tu parte.
    -Una mierda.
    -¡Ray!
    -Sigo sin confiar en él, asi que reza porque esta noche sigas conmigo.
    -Prefiero que me rapte el a seguir contigo.
    -¿Cómo has dicho?
    -Lo que has oído.
    -Muy bien a partir de ahora te las arreglas tu solita, me desentiendo de ti.
    -Pues vale.
    Y nos volvimos a quedar en silencio. Ian debe estar pensando cualquier cosa de nosotros menos bonito. Joe… había estado tan cerca de sentarse junto a mí… Yo… quería saber más cosas de él.
    Sobre las 11 de la noche pararon el coche y los tres nos pusimos a dormir.

    Me desperté muy temprano por el movimiento del coche en marcha. Me había dormido en la parte de atrás sin dejar hueco alguno, tampoco es que ellos me pidieran un cambio o algo pero vaya, el caso es que me desperté y era muy temprano, ni si quiera había salido el sol.
    Me levante. El que conducía era Ian y mi hermano estaba al lado todavía durmiendo.
    -¿Por qué nos vamos tan temprano?-pregunte casi sin pensarlo, todavía estaba medio dormida.
    -Cuanto antes lleguemos mejor ¿no crees?
    -Si… pero ¿no tienes sueño?
    -Estoy acostumbrado.-Ah, ahora era la oportunidad perfecta para preguntarle cosas suyas, para saber más de él, ya que mi hermano seguía durmiendo. Pero tenía tantas preguntas en la cabeza que no lograba formular ninguna.
    -¿Por qué haces esto?-su expresión de la cara fue un poco de sorpresa pero enseguida la quito. Simplemente miraba al horizonte, hasta que me contesto.
    -Estoy harto de vivir huyendo. Quiero hacer algo para poder vivir tranquilo, porque no lo hago por el mundo lo hago por mí. A lo mejor puede sonar un poco cursi pero siempre he querido vivir tranquilo, comprar una casa en la playa, querer a alguien… Y no se… pensando en eso, hace poco me harte y decidí arreglar las cosas.-me reí.- ¿De qué te ríes?
    -Mira yo nunca he estado tanto tiempo a solas con un chico que no sea mi hermano pero eso… me hace gracia. No sé si es porque como lo has dicho pero si, suena cursi.-él sonrió.-Pero… me gusta y ahora que lo has dicho asi, a mí también me gustaría tener todo eso aunque sea algo tan improbable…
    -Puede que sea improbable pero no imposible y mientas algo no sea imposible entonces hay una posibilidad de que suceda.-Sonreí. Nos quedamos en silencio unos segundos o unos minutos. Solo le había hecho una pregunta y parecía que habían sido miles. Me encantaba este chico.
    -Sabía que podía confiar en ti.
    -¿Por qué no te he raptado?
    -Si.-sonrió de nuevo.
    - Raptarte no es una ventaja. En todo caso lo mejor sería matarte y quemarte para borrar para siempre la marca.-no sé porque pero me asuste y creo que mi cara lo dijo todo porque enseguida hablo de nuevo- No pongas esa cara, es una broma. Yo nunca te haría daño. Nota mental: “no hacer bromas con la marca”-lo dijo de una manera tan graciosa que me empecé a reír.- ¡Shh, que vas a despertar a Ray!-vi que sonreía. Paré enseguida.
    -¿Quieres ver algo muy gracioso?-me acerque a Ray.
    -No, no hagas nada que este es capaz de dispararme.
    -No te preocupes-le cogí la pistola a Ray pos si acaso y luego grite cerca suya.
    -¡¿Qué?! ¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?! ¡Jess! ¡Tú, que le has hecho!-nos empezamos a reír los dos. Hacia muchísimo tiempo que no me reía asi. Me dolia la barriga de reírme.
    -¡Tu cara!-dije riéndome.
    -Sí, muy graciosa.-se cruzó de brazos mirando al frente.-Ya te la devolveré y tú no te rías.
    Pero los dos seguíamos riéndonos, y puede que sea porque estaba enamorada pero me encantaba su risa.
     
  6.  
    JimenaAlonzo

    JimenaAlonzo Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    1 Septiembre 2011
    Mensajes:
    74
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    The War (guerra entre androides y humanos en el futuro)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    3591
    Capítulo 5.
    Llegamos a la hora que tenía en mente. En todo el viaje no había podido parar de pensar en Jess. Conducía, pero yo le echaba miradas por el retrovisor de vez en cuando. Me gustaba demasiado, me daba igual la marca, los robots o su hermano, me gustaba muchísimo.
    El caso es que llegamos muy temprano por lo que esperamos un rato antes de intentar robar el diamante. Nos escondimos en un edificio en ruinas y mientras Ray y Jess se preparaban yo fui a dar un vuelta por los alrededores de la central, para ver cómo estaba de robots, porque después de que robara tres de los diamantes y se enteraran quien tenía la marca estarían como locos y habrán puesto vigilancia triple.
    Y asi era. En cada central que estuve por fuera no había ningún robot y por dentro había pocos excepto en la sala del diamante. Ahora en la entrada había dos o tres robots y por los alrededores otros cuantos. Por dentro eso tenía que ser un hervidero de robots. Iba a ser difícil.
    De todas formas mire por todo el edificio. Solo tenía dos puertas, la delantera y la trasera y las dos supervigiladas. Podríamos entrar por una de las ventanas. Si, podría ser una opción y me da que la única… De pronto escuche ruidos detrás de mí asi que me di la vuelta rápido apuntando con la pistola.
    -¡Eh, Eh! Tranquilo… que somos nosotros…-hablo en voz baja Ray. Pero a quien preste atención fue a Jess. Iba de negro al igual que Ray pero a Jess le quedaba muy pegada, pudiéndose observar mejor su cuerpo. Antes como llevaba ropa holgada no se le veía bien pero ahora… madre mía… Para mí es perfecta. Ese pantalón con esas botas súper pegado y esa camiseta con el chaleco le hacía escote. Me quede embobado fantaseando sin darme cuenta que me hablaban hasta que Ray me toco el hombro mirando al edificio.- ¿Cómo lo ves?
    -Eh, Ah, pues… complicado. Nunca había visto tanta vigilancia.
    -Es porque saben que vamos a por los diamantes y que Jess tiene el sol.
    -¿Y cómo entramos?-pregunto Jess.
    -Tenía pensado entrar por la ventana-lo dije sin mirarla, porque no sé si podía mirarla sin quedarme embobado y tenía que concentrarme en lo que tenía que hacer sino estaba muerto y ellos también.
    -¿A que esperamos?-dijo Ray corriendo hacia el arbusto que estaba al lado de la ventana.

    Corrí hacia la ventana y enseguida Ian y Jess me siguieron. Nos pegamos los tres a la pared detrás de un arbusto. Ian y yo probamos si la ventana estaba abierta. Creo que la suerte esta de nuestra parte porque sí que lo estaba. A lo mejor hoy era un buen día y a pesar de todo sería fácil conseguir el diamante.
    La abrimos. El primero en entrar fue Ian. No tardó mucho en hacernos un gesto con la mano para que entraramos. Yo entre antes que Jess. Fui a ayudarla pero no me dejo. Ya estábamos los tres dentro con las armas en alto listos para disparar.
    -¿Ahora qué?-pregunto Jess en voz muy baja.
    -Hay que ir al centro del edificio, ahí estará el diamante.-contesto Ian también en voz baja.
    No hablamos más, solo indicábamos por donde ir por señas. De momento recorríamos los pasillos del edificio sin problemas, en silencio y con rapidez. Jess iba siempre detrás mía, obedeciendo cada señal, supongo que por miedo a separarse y que la pillaran. De todos modos yo la estaba vigilando todo el rato.
    Al girar en uno de los pasillos vimos una puerta doble bastante grande. Ian se llevó el dedo índice al labio pidiéndonos que no hiciéramos ruido y nos acercamos los tres a la puerta, la cual tenía dos pequeñas ventanitas rectangulares. Nos asomamos por ella Ian y yo.
    Daba a una sala enorme, con máquinas y en medio había un recipiente conectado a muchos cables. No veía lo que contenía pero me lo imaginaba.
    -¿Ahí está el diamante?-susurre lo más bajo que podía.
    -Sí.
    -¿Cómo hacemos?-se lo preguntaba porque había robots dos a cada lado de la sala y otros dos delante del diamante. Todos mirando hacia la puerta esta.
    -Todas las centrales tienen una estructura muy similar… ¿ves las escaleras que hay al final?-mire. Había una pared pero en su parte de arriba había otra planta y se podía subir por medio de una escalera.
    -¿se puede subir ahí por otro lado?
    -Sí. Pero necesito que alguien se quede aquí para vigilar y para que cuando la coja cubrirme.-Los dos miramos a Jess. La verdad es que no me hacia ninguna gracia dejarla sola y tampoco dejarla ir con Ian… Ella nos miraba con miedo en la cara. No quería quedarse sola eso lo sabía. ¿Qué hago?
    -No pongas esa cara-le dijo Ian- Voy solo, quedaros los dos aquí.-poso una mano en el hombro de mi hermana.
    -¿Pero estarás bien?
    -He robado tres diamantes yo solo, uno mas no me hará mucho daño.-antes de quitar la mano de su hombro, la deslizo por todo su brazo hasta perder el contacto. No me está gustando como está evolucionando la relación entre estos dos.
    -Ten cuidado-le dije.
    -Mirar por la ventana y cuando me veais solo tenéis que vigilar que ninguno de esos se dé la vuelta.
    -¿Y si lo hacen?-pregunto Jess.
    -Disparamos-conteste yo. Ian sonrió y salió corriendo.

    Salí corriendo por el pasillo haciendo el menor ruido posible y con el arma cargada por si acaso. Ray había visto el contacto del brazo con Jess, sé que lo había visto y no le había gustado por la cara que puso. Lo hice porque quise, quería tocarla aunque fuera en el hombro y por encima de la ropa y lo hice. Ya me daba igual que Ray estuviera delante. Ojala supiera que había pensado Jess. Pero bueno, ahora tenía que pensar en el diamante y concentrarme para que los robots de la sala no me escucharan. Subí unas escaleras que daban a la parte de arriba y corrí por el pasillo. Me tuve que esconder rapidísimo porque por la puerta por la que yo quería entrar para dar a la sala había dos robots custodiándola.
    Mierda. No pensé en que habría aquí seguridad, que en realidad tiene su lógica. Tenía que pensar rápido que hacer porque si les disparaba iba a hacer mucho ruido y ellos además no tardarían en avisar a todos. Tal vez con la espada… Ya sé.
    Cogí la espada. La espada la encontré un día en un edificio en ruinas que antes era un centro de investigación. Era de luz mucho mejor que la antigua. Al principio es solo un simple mango y cuando le das al botón que tiene debajo sale un haz de luz azul que corta mucho más que las espadas normales. Había que tener mucho cuidado con ella.
    El caso es que la saque sin darle al botón. Me separe un poco de la esquina del pasillo e hice un ruido sordo. Enseguida escuche que uno de los robots se movía hacia donde estaba yo. Me quede muy quieto hasta que el robot giro y me vio. Enseguida le atravesé con la espada en la cabeza, la quite y en otro movimiento tire la espada hacia el otro que ya se disponía a avisar a los demás. La espada se clavó en el pecho haciendo interferencias en él. Corrí hacia el cogí el mango de la espada y tire hacia un lado haciendo un corte desde el centro del pecho a donde se supone que esta el corazón. La quite y de un movimiento le corte la cabeza.
    Una cosa menos. Le di al botón para que la luz se “guardara” y entre con cuidado. En esta parte no había nadie, mejor. De todas formas iba medio agachado y con el mango en la mano. Me escondí detrás de unas cajas y me volví a asomar. Desde ahí podía ver la puerta. No sé si ellos me veían pero yo iba a intentar coger el diamante. Guarde el mango de nuevo a mi espalda y muy agachado me acerque a la escalera. Los robots seguían mirando al frente. Empecé a bajarla con cuidado y lentamente, entro otras cosas porque estaba vieja y cualquier movimiento brusco podía romperla y eso sí que iba a hacer ruido.
    Al final llegue al suelo sin problemas y empecé a andar hacia el diamante. Esta era la parte difícil porque cualquier ruidito que hiciera al coger el diamante los dos robots que estaban cerca lo escucharían. No podía ni respirar alto.
    Esquive los cables que había por el suelo llegando al recipiente. He de decir que estaba nervioso. Las otras veces no había ningún robot alrededor del diamante.
    Pose las manos encima del recipiente lo único que tenía que hacer es levantarlo y coger el diamante. Hice un poco de fuerza pero el recipiente no se movía. Mierda. Hice más fuerza pero tampoco se movía. Me fije mejor vi que estaba atornillado. Putos robots.
    ¿Qué hago? Mire a la puerta justo en el instante que Ray entraba de golpe apuntando su arma hacia ¿Mi? Disparo. No me di a mí sino a un robot que estaba en el techo y que se había tirado hacia mí. Le dio en le cabeza dejándolo K.O al instante. Yo no me quedé quieto y con la pistola me cargue el recipiente. Lo malo es que los demás robots no se quedaron quietos. Los dos que estaban más cerca del diamante se volvieron contra mí y los demás contra Ray y Jess a los cuales escuchaba disparar.
    Intente coger el diamante pero dispararon donde yo estaba cargándose la base de la plataformas y haciendo que el diamante se cayera al suelo. Me agache para protegerme de los disparos y para buscar el diamante que enseguida vi.
    Fui a por el en el suelo y cuando lo cogí, no lo hice solo. Lo cogio un robot y yo. Los dos. Si, pues tenía todas las de perder, ellos tenían mucha más fuerza que nosotros.
    Tampoco es que el robot se complicara mucho. Vi como transformaba su mano en el cañón de una pistola laser y me disparo.
    No sé a dónde apunto porque yo me quite aunque de todos modos me dio. En realidad me rozo en la pierna pero como estaba muy cerca me hizo bastante daño.
    -¡Ah!-grite y me agache apoyando la pierna buena en el suelo. Empezo a salir un montón de sangre. Como me dolia… El robot me apretó la mano que tenía el diamante haciendo que me lo clavara.- ¡Ah! Hijo de puta-cogí la espada y le corte el brazo. Luego se la clave en la cabeza. El otro disparo pero yo salte tirándome al suelo y me levante saliendo corriendo. Cada paso me dolia la pierna pero ahora lo tenía que ignorar.
    -¡Correr!-grite corriendo hacia la salida. Enseguida me hicieron caso y corrieron. Los dos salieron antes que yo y los robots nos perseguían.
    Corríamos por los pasillos, ya daba igual el ruido que hiciéramos. De pronto no teníamos a donde ir porque había robots por delante y por detrás. Nos paramos. Los robots nos miraban bueno más bien creo que pasaban la mirada por Jess y por el diamante que tenía en la mano. Estaban decidiendo que coger antes. Había una ventana al lado nuestra. Era por ahí o por ningún lado y tenía que ser ya.
    Le di un codazo a Ray quien me miro enseguida. Yo le hice una seña con la cabeza hacia la ventana. Ni se lo pensó. Cogio a Jess del brazo, luego en brazos y salto por la ventana rompiéndola. Los robots enseguida dispararon pero no me dio ninguno ya que yo salte tras Ray.

    Estaba muy asustada. Ya estaba de antes, cuando estaba esperando a que Ian apareciera por el otro lado pero ahora que estábamos acorralados y los robots no hacían más que mirarme, lo estaba más aún. Ray tenía un brazo en amago protector hacia mí pero ninguno nos movíamos. De pronto me vi arrastrada por Ray, quien me cogio del brazo y dos segundos después me cogio en brazos. Sentí como nos golpeábamos contra algo, más bien se golpeaba más Ray. Habíamos saltado por la ventana y caímos al césped. No me hice daño pero estaba un poco desorientada. Mi hermano me volvió a coger del brazo y salió corriendo arrastrándome.
    -¡Espera! ¡Ian!-grite. Mire y ahí estaba acababa de saltar y se estaba levantando.
    -¡Correr!-nos gritó.
    Corrimos y corrimos unos minutos que se me hicieron eternos, por más que intentábamos perder a los robots entre los coches y por la calle no lo hacíamos. Hasta que por fin lo hicimos.
    Hora estábamos los tres escondidos detrás de dos coches, en el suelo y respirando rápido por el cansancio. Ninguno hablaba, simplemente nos quedamos asi por lo menos 10 minutos.
    -Nos hemos alejado un poco del coche pero tampoco tanto.-dijo mi hermano de pronto asomándose para ver si hay alguien.- ¿Vamos o esperamos?
    -Vamos, quiero salir de aquí ya-dijo Ian. Me levante junto a mi hermano y me fije que a Ian le costaba levantarse un poco. O sea se levantó pero tardo demasiado. Me fije.
    -¡Ian, estas herido!-Ray miro enseguida hacia donde yo. Tenía una herida bastante grande en la pierna y le sangraba mucho.
    -Ah, no es nada.-los dos vimos que cojeaba al caminar.
    -Ya, por eso cojeas.-dijo mi hermano.-Anda ven que te ayudo.-le cogio el brazo y se lo puso alrededor de su cuello y por su parte el poso su brazo por la espalda de Ian. Empezamos a caminar muy despacio.
    De camino al coche encontramos una farmacia hecha polvo pero con lo necesario para curar a Ian. Cogimos unas cuantas cosas y nos metimos en el coche. Una vez que salimos del estado, Ray paro el coche para curar a Ian.
    Yo no mire. No me gustaba ver sangre asi que me fui al otro lado del coche.

    -¿Y Jess?-me pregunto de pronto Ian mientras le curaba. Se había quitado el pantalón y yo estaba a punto de echarle alcohol.
    -Ahí atrás, no le gusta mucho la sangre.-se lo eche pero él no se quejó mucho, solo cerro los ojos fuertemente aguantándoselo.-Gracias.
    -¿Gracias porque?
    -Ahí dentro estaba bloqueado, no hubiera sabido que hacer si tu no me hubieras señalado la ventana, asi que se puede decir que nos has salvado.
    - No hay nada que agradecer, teníamos que salir de ahí. Además estaban mirando demasiado a Jess.
    -Si-le limpie la herida con unas gasas. No sabía cómo tomarme lo que acababa de decir. Creo que tendría que observar.- ¿Cómo te la has hecho?-se la estaba vendando.
    -Me rozo el disparo de uno de ellos.
    -¿La mano también?
    -Sí, bueno algo parecido.
    -Anda ponte los pantalones-me hizo caso enseguida.- ¿Te curo la mano o lo haces tú?-me la tendió a modo de “cúramela tu”.- ¿No eras un profesional en esto?
    -¿Cuándo he dicho yo eso? En las tres anteriores nunca he salido ileso. Siempre me llevo algo de regalo.-me reí. Le vende la mano y listo.- ¿Confías ya en mí?
    -Supongo.
    -¿Eso qué significa?
    -¡Jess! Ya puedes venir.-Le ignore. Ahora probaría algo. Vino demasiado rápido.
    -¿Cómo estás?
    -Bien, si ya te he dicho que no es nada.-se miraron a los ojos demasiado rato para mi gusto. Vaya, ahora no era solo Ian sin también Jess. Me parece que estaba pasando lo que me estaba imaginando y no iba a poder hacer nada.
    -Pues no lo parecía. ¿Seguro que estas bien? No te tienes que hacer el fuerte.-se rio.
    -Y no me lo hago, solo necesito un poco de descanso.
    -Es verdad... ¿Ahora que vamos a hacer, Ray?
    -Pues vamos a ir con tranquilidad a Wyoming y descansaremos hasta que estemos todos al 100%-mire a Ian.
    -A mí me parece lo mejor-contesto él. Los siguientes kilómetros los conduje yo. Solo fue para que Ian no hiciera esfuerzos con la pierna y para alejarnos un poco más de Kansas. Después paramos a comer algo.
    Vi que comiendo había muy buen ambiente entre Ian y Jess. También vi que se miraban el uno al otro de reojo cada vez que uno de los dos no miraba, eso lo hacía más Ian que Jess. Iba a tener que hablar con Jess.

    Como mi hermano tenía sueño, se acostó en la parte de atrás del coche. Mejor asi podía estar al lado de Ian mientras conducía.
    Yo quería que se acabase todo este lio en el que estábamos metidos pero a la vez no quería porque eso significaba separarme de Ian y no quería hacer eso. Me había apegado demasiado a él. Lo quería para mí, le quería abrazar y no soltarle, quería… besarle… Pero sabía muy bien que nada de eso iba a pasar asi que me conformaba con estar a su lado.
    No quería dormirme pero al final lo hice sin querer aunque no fue mucho tiempo. Me desperté por un giro que hizo Ian con el coche. Me frote los ojos.
    -¿Te he despertado?
    -Sí, pero da igual
    -¿sí? Se supone que tenías que decir “no, me he despertado yo sola” para que no me sienta mal.-me reí.
    -Soy sincera. Pero daba igual, no me quería dormir.
    -¿A no? ¿Y porque?
    -Porque no-no podía decirle de verdad, me daba vergüenza.
    Mire como conducía con esa sonrisa en la cara. La verdad que conducía muy bien.
    -¿Dónde has aprendido a conducir asi?
    -Yo solo.
    -¿En serio?
    - Y sí. Me tuve que buscar la vida sino moriría. ¿Quieres aprender?
    -¡Sí!-dije con entusiasmo. Empezo a frenar hasta para el coche-¿Dices ahora?
    -¿Tienes miedo?
    -¿Yo? ¡Qué va!
    Enseguida intercambiamos asientos. Una vez que me senté, cogí el volante y no lo solté.
    -Lo primero, suelta el volante y ponte el cinturón.-le hice caso pero en cuanto me puse el cinturón volví a coger el volante. Se rio.-Relájate un poco anda-poso su mano sobre la mía e hizo que soltara el volante.-Arranca el coche-señalo la llave asi que la cogí y la gire arrancando.- ahora tienes que poner primera. ¿Sabes cómo van las marchas?-Señalo la palanca de cambios y empezo a señalar los numeritos que tenía.-Primera, segunda, tercera, cuarta, quinta y marcha atrás.
    -Sí, eso lo sabía.
    -Vale pues entonces a la vez que pisas el embrague cambia a primera.
    -¿Cuál es cuál?
    -Ah, mira, de izquierda a derecha es: Embrague freno y acelerador.
    -Vale, entonces, piso el embrague y cambio a primera-lo hice sin problemas.
    -Y ahora poco a poco quita el pie del embrague y pisa el acelerador.-A mí eso de poco a poco me parece que no lo entendí porque quite demasiado rápido el pie y acelere. El coche se caló.-Te he dicho poco a poco.
    -Lo siento.-Lo volví a intentar y esta vez sí que me salió.
    -Eso es, ve acelerando poco a poco, ahora haz lo mismo que antes pero cambiando a segunda, pisas el embrague cambias y lo vas soltando. Luego aceleras. Pero no vayas a soltarlo de golpe que se cala.
    -Vale.-lo volví a hacer bien pero ya íbamos muy rápido para mi gusto.
    -Venga que vas muy bien, pon tercera.
    -No, no, asi está bien.
    -¿Como que no? Si apenas vamos a 30.
    -Pues ya vamos muy rápido.
    -Ah, te gusta correr pero no cuando conduces tu ¿no? No eres lista... Pon tercera, no va a pasar nada.-le mire-mira al frente.-le hice caso y puse tercera y pise el acelerador.
    -Vamos muy rápido.
    -Relájate-me poso la mano en el brazo-y gira en ese desvió a la derecha.
    -¿El qué? ¿El qué?-me puse nerviosa. Estaba más atenta al contacto con Ian que a la carretera.
    -Aquí. No te pongas nerviosa-se quitó el cinturón y se acercó mucho más a mí. Puso las manos donde yo las tenía y giro a la derecha.-Sigue tú. Me soltó de pronto en medio de la curva haciendo que se me fuera el coche directo hacia la pared del puente que había. Me entro miedo y ya no sabía dónde estaba ni el freno ni nada. El coche se paró bruscamente gracias a Ian que había levantado la palanca de freno.-Solo tenías que seguir la curva no seguir recto contra la pared.
    -¡¿Qué ha pasado?!-pregunto de pronto Ray.- ¿Qué haces tú ahí?-miro al frente, miro a Ian con la mano todavía en la palanca de freno y me miro a mi. Creo que lo pillo enseguida. Miro a Ian de nuevo.-Como nos pase algo tu eres el responsable-se dio la vuelta para volverse a dormir.
    -¿No confías en mí?
    -Por lo que he visto no.-me cruce de brazos enfadada.
    -No le hagas caso, lo estás haciendo muy bien para ser la primera vez.-le mire y le sonreí.
    Estuve un rato más conduciendo luego se volvió a poner Ian. Estuvimos un rato hablando, luego se despertó Ray y seguimos hablando pero se unió el asi que ya no era lo mismo. Pero fue divertido.
     
  7.  
    JimenaAlonzo

    JimenaAlonzo Entusiasta

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    Título:
    The War (guerra entre androides y humanos en el futuro)
    Clasificación:
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    Ciencia Ficción
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    Capitulo 6.
    Era de noche y habíamos parado en mitad de la nada, lo único que había era un bosque enorme con animales. Esta vez no dormimos en el coche si no fuera ya que hicimos una fogata para hacer la comida que teníamos en una neverita y que teníamos que comer sino se pondría mala.
    Entre los tres nos hicimos la comida que no era otra cosa que carne pero como tenía hambre me la comí enseguida. Después hicimos que la fogata fuera más pequeña para no llamar tanto la atención. Ahora yo estaba sentada frente a esta pensando en mis cosas y en que me dolia la espalda, la parte de arriba en concreto. Como me dolia intentaba hacerme un masaje, en realidad simplemente me apretaba en la zona del dolor, causándome más dolor. De pronto alguien por detrás me puso las manos en los hombros y me empezo a hacer el masaje que yo desastrosamente me estaba haciendo y que quería tanto. Gire el cuello para ver quién era (O mi hermano o Ian, no había mucho por donde elegir)
    -No, no te gires que es peor para tu cuello y para la espalda, déjame a mi.-era Ian. ¡Sí!. No es que mi hermano no los diera bien, que sí que los daba, porque alguna vez me hizo alguno, pero prefería mil veces a Ian, y más si se ofrecía el. Me había dado cuenta que estaba muy atento conmigo. Que si en la central, que si conducir, que si masaje… ¿Sería una buena señal? Además daba muy bien el masaje porque me estaba viniendo de maravilla, cerré hasta los ojos de lo bien que me estaba sentando. Pero tuvo que venir la parte mala.
    Me toco en un punto de la espalda que me dolia mucho.
    -¡ah!-me moví.
    -Estate quieta.
    -Pero es que me duele ahí.
    -Claro que te duele, si lo tienes inflamado.-me volvió a tocar.
    -Ah.-lo dije por decir sin sentimiento alguno. Solo por quejarme.
    -No te quejes-se rio- y por encima sin ganas-se reía. Creo que le había hecho gracia. Creí que iba a parar pero él seguía riéndose hasta paro de hacerme el masaje.
    -Oye no pares ¿tanta gracia te ha hecho?
    -Perdón- volvió al masaje todavía riéndose- No se… es que me ha hecho mucha gracia.-Se volvió a reír con ganas dejando el masaje de nuevo y poniéndose a mi lado. Yo le miraba sonriendo.
    -Hacia muchísimo tiempo que no me reía asi-dijo ya más tranquilo.
    -Pues, me gusta tu risa.
    -Y a mí la tuya.-nos quedamos mirando el uno el otro. Yo me había quedado hipnotizada con el juego de sombras que hacia el fuego en su cara, le quedaba genial. Estaba guapísimo. El me cogio la mano y me la acarició. A lo mejor yo también le gustaba… ¿Puede ser no? Ay, tampoco estaba segura, yo nunca me había enamorado, nunca había estado con un chico, nunca me había besado pero ahora tenía unas ganas locas de probarlo. Me estaba entrando vergüenza por cómo me miraba asi que aparte la vista a la mano que me tenía cogida y que me acariciaba.
    -Jess.
    -Dime-le volví a mirar. ¿Es cosa mía o estaba más cerca de mí que antes?
    -Yo…-Ay no me digas que me va a decir lo que me imagino. Por favor que sea eso, porfavor… No pudo decirme nada porque de pronto apareció Ray sentándose entre los dos.
    -Bueno, ¿Qué pasa? Ya estoy aquí ¿me habéis echado de menos?
    -No-dijimos los dos a la vez haciendo que me riera.
    -Eh, tú no te pases-le dijo a Ian, luego me miro a mi.- ¿no has echado de menos a tu hermano mayor?
    -Pues no ¿Es que te habías ido?-Ian se volvió a reír pero Ray le dio un codazo que hizo que se callara.
    -No seas mala, si sabes que te quiero mucho-me cogio la cara y me dio muchos besos de esos grandes en la cara, apretándome contra él. Cosa que nunca me gusto que me hiciera. Y ahora menos, porque por su culpa me había quedado sin saber que me iba a decir Ian.
    -Ah, suéltame.-lo hizo sin problemas con una sonrisa en la cara.
    -¿De qué estabais hablando?
    -Ah, de nada en particular-dijo Ian quitándole importancia y no sé porque pero me dolió. A lo mejor solo eran imaginaciones mías y me estaba haciendo demasiadas ilusiones.

    Llegamos a Wyoming al día siguiente por la tarde porque íbamos muy tranquilos. Tampoco íbamos a atacar este mismo día, descansaríamos del viaje y de las heridas anteriores y luego atacaríamos. Además mi hermano quería intentar llamar a sus compañeros de Illinois para ver si podían ir directamente aquí o a Texas.
    Ahora estábamos en otro edificio abandonado (Como no) no muy lejos de la central. Lo malo de esta central era que estaba casi en medio del estado asi que íbamos a tener más problemas para salir de aquí en cuanto cogiéramos el diamante.
    Los dos estaban haciendo cosas. Ray intentando llamar a los otros e Ian cargando armas y viendo las municiones que teníamos. Una cosa que admiraba de los dos es que a pesar de que estábamos en peligro y de que íbamos a atacar mañana a la central la cual está llena de robots, no estaban nerviosos ni si quiera un poco asustados o preocupados. Estaban muy tranquilos, como si nada estuviera pasando. ¿Por qué yo no podía ser igual de valiente? Antes lo sobrellevaba pero ahora que los robots sabían que yo tenía en la piel el sol… No podía llevarlo bien. Tenía miedo de ellos más que nunca. Si me cogían… ¿Qué pasaría? Moriría… supongo. Las únicas veces que dejaba de pensar en ello ha sido cuando estaba con Ian. Pero ahora ni con él se me pasaría.
    Es que estaba medio asomada a la ventana, mirando a la calle y cada dos por tres pasaba un robot. Estaban como vigilando. Ahora estaba viendo a uno que ya me sonaba de haberle visto pasar más de una vez. No sé cómo paso pero el robot miro hacia donde estaba yo. Me asuste muchísimo escondiéndome del todo pero es que sé que me había visto. Habíamos cruzado miradas No me atrevía a volver a mirar, simplemente me quede con la cabeza pegada a la pared con los ojos cerrados.
    No pasaba nada… Supongo que no me habrá visto, a lo mejor ni si quiera miraba a la ventana. Me parece que me estaba volviendo paranoica. De pronto alguien me toco por detrás.
    El corazón se me puso a mil en un segundo y di un bote enorme para luego cogerme la cabeza y agacharme hasta casi llegar al suelo. No grite. No podía hacerlo. Sino… sí que llamaría la atención.
    -Eh, eh, eh ¿Qué te pasa?-dijo Ian agachándose junto a mí con preocupación. Siempre se me aparecía por detrás. No le conteste, me había asustado demasiado, al final sí que me estaba volviendo loca.-Soy yo. ¿Por qué estás tan asustada?-se separó un poco de mí y miro por la ventana. No sé exactamente lo que vio pero me parece que no fue nada bueno.-Ray-lo llamo pero no contesto.-No te muevas de aquí-me dijo y se fue rápido llamando a mi hermano. No se lo que había visto pero no era bueno. Me arme de valor y me empecé a levantar un poco del suelo para mirar por la ventana. Cuando lo hice, no vi nada en la calle pero un ruido de abajo me confirmo lo que pasaba. No sé si me habrían visto o estaban mirando por todos lados pero alguien acababa de entrar a la fuerza en el edificio y no tardaría en llegar aquí. Mire hacia la única salida del cuarto pero no hice nada por esconderme. Sé que en el cuarto estaban Ian y Ray pero no podía moverme.
    Apareció Ian rapidísimo con mi hermano.
    -Oye, Jess, escóndete.-me dijo Ray pero no podía… no podía…-Jess.
    -Escóndete tú, yo me encargo-le dijo Ian quien fue a por mí me cogio del brazo y nos escondimos detrás de unas cajas al lado de una columna. Enseguida se escuchó un ruido enorme en la puerta del cuarto que hizo que me abrazara a Ian pegando la cara en su hombro casi en el cuello que es un poco más abajo por donde le llegaba. El me rodeo con un brazo porque en su otra mano tenía la pistola ya cargada y preparada.
    No sabía dónde estaba mi hermano pero espero que bien escondido. Yo solo escuchaba los pasos de los robots muy cerca nuestra y eso me asustaba más. Mi respiración se aceleró, tenía ganas de llorar.
    -Ssh…-me intento calmar Ian pero no podía calmarme. De pronto empecé a sentir calor en el cuello, justo donde tenía la marca. No quemaba pero hizo que me asustara más si cabía esa posibilidad aunque no mostré señas de nada más. Sentí como Ian caminaba a otro lado junto a mí. No podía mirar. No sé porque pero creía que si miraba y veía a un robot la marca no dejaría de calentarse cada vez más y seguro que gritaría.
    Creo que nos escondimos detrás de la columna. Escuche pasos en donde estábamos antes y pasos en el otro lado. Si mi memoria no fallaba ya no teníamos ningún sitio en donde escondernos en cuanto los robots pasaran nos verían.
    Pero de pronto se escuchó un ruido detrás de nosotros que hizo que los robots fueran hacia allí y luego otro fuera de la habitación. Escuche como se daban prisa por salir. Ian de nuevo se movió a otro lado.
    Unos minutos después ya no se escuchaba nada, solo mi respiración y los latidos del corazón de Ian. El sol ya estaba enfriándose pero yo seguía igual.
    Cuando se escuchó que los robots salían a la calle, mi hermano salió.
    -¿Estáis bien?
    -Sí, gracias a ti.
    -Ha ido por poco… Jess, ya te puedes soltar.-no le hice caso.
    -¿Jess?-quito el brazo de alrededor mía-Ya se han ido. Ray me puso una mano en el hombro y quiso tirar un poco.
    -¿Qué te pasa?-pero yo quite el contacto de mala manera. No quería separarme de Ian, no quería tener más miedo. Se quedaron en silencio y no sé qué hicieron ni en que quedaron pero Ray se fue e Ian me volvió no a pasar un brazo si no los dos. Me dio un abrazo fuerte y con solo eso, me calme un poco. Se apoyó en la pared.
    -No te conozco tanto como tu hermano pero sé que tienes miedo, cosa que antes de que los robots descubrieran que tenías el sol no tenías. ¿De qué tienes miedo? Tienes que seguir luchando por lo mismo, por supervivencia.
    -No es lo mismo-logre decir.-Antes no iban a por mí expresamente, ahora sí. Me siento distinta, cada sensación es distinta de antes y lo voy notando más cada vez que nos acercamos más a Texas.
    -Pues no deberías, solo tienes que ser la Jess de siempre.
    -No lo entiendes, para ti es muy fácil decirlo porque no tienes miedo.-me separe de él un poco molesta. Para ellos dos es muy fácil, nunca tienen miedo, siempre les sale las cosas bien siempre me tienen que estar salvando.
    -Jess…
    -Déjalo, ni tu ni Ray lo entenderéis. No tenéis algo que puede destruir el mundo y que todos matarían por tener.-me fui de ahí. No tenía derecho a enfadarme con él pero en ese momento quería estar sola.

    En cuanto se fue de mi lado me sentí mal. Tenía razón en lo de que yo no lo entendía, para poder hacerlo tenía que tener la marca y no la tenía. Ese rechazo por parte de ella me había dolido. Pero lo único que podía hacer era dejarla sola y esperar. Asi que me fui con Ray que seguía intentando comunicarse con los demás a través de una radio vieja. Me puse a su lado.
    -¿Y Jess?-me pregunto sin dejar de toquetear la radio.
    - Se ha enfadado conmigo.-me miro.
    -¿Por qué? ¿Qué le has hecho?
    -Nada, solo intente hablar con ella pero se enfadó.
    - A que lo adivino. Le has dicho algo sobre el miedo y ella te ha sacado el tema de la marca.
    -Si… ¿Cómo lo sabes?
    -Me paso unas cuantas veces cuando solo llevaba unas semanas con la marca. Tenía miedo de que la descubrieran y yo quise hablar con ella como tu pero no escucha.
    -¿Estará enfadada mucho tiempo?-pregunte mirando hacia donde se había ido.
    -No creo. Además no está enfadada, está asustada y molesta, nada más. Déjale un poco de tiempo y se le pasara. Por cierto ¿Tu sabes de estas cosas?-me cambio de tema en seguida. No tuve más remedio que en ayudar a Ray. Cuando Jess quisiera, vendría.

    Ya era de noche y ya habíamos desistido hace rato de seguir con la radio. Sé que un poco más y lo conseguimos pero ya paramos. Estábamos cansados y teníamos que tener fuerzas para mañana. Vi que Ian estaba girando la pistola con el seguro puesto (espero) entre sus dedos, aburrido, pensando en saber qué. Seguramente en Jess como yo, que desde que me dijo que se había enfadado no había vuelto. Me levante.
    -Voy a ir a ver que está haciendo Jess ¿vienes?-me miro con duda.
    -No, ve tú.
    -Como quieras- fui a buscarla. La habitación era grande pero no lo suficiente como para no encontrarla. La vi delante de un espejo que había limpiado anteriormente ya que había partes llenas de polvo. No tenía puesto el pañuelo en el cuello y se miraba el sol. Me pare detrás de ella a unos metrillos. Vi que se tocó la marca.
    -¿Qué te miras tanto?-me miro a través del espejo.
    -¿Tú la ves igual?-me acerque. Ella se dio la vuelta y giro un poco el cuello para que viera mejor el sol. Se lo mire por todos los ángulos posibles.
    -Si… ¿tú no?-me cogio la mano e hizo que tocara la parte izquierda del cuello donde no estaba la marca, vaya la parte opuesta. Luego hizo que tocara donde estaba la marca. Lo que sentí me sorprendió mucho. Donde estaba el sol, estaba más caliente, bastante más caliente. Ella quito su mano y yo toque alternando las dos partes del cuello. La que no tenía marca la que la tenía. No había duda, estaba más caliente. La mire con sorpresa.
    -Cuando… los robots vinieron esta tarde… de pronto sentí calor en esta parte.-se tocó el sol, dándose la vuelta, volviéndose a mirar en el espejo.- No me quemaba ni nada pero me preocupo y me asusto mucho. Cuando se fueron el calor se pasó pero se quedó asi, como has sentido. ¿Qué significa?
    -No lo sé. ¿Te duele?
    -No.-no sé lo que le está pasando y eso a mí me preocupa. Nunca entendí bien cómo iba eso de la marca, simplemente pensé en protegerla y nada más. ¿Qué puedo hacer por ella ahora? Siento que todo esto se me está saliendo de las manos…-Ray…-me saco de mis pensamientos. Se había dado la vuelta y me miraba- tengo miedo-se le escaparon unas lágrimas- no sé lo que me está pasando, lo único que sé es que tengo miedo.-Se me partía el alma cada vez que la veía llorar, se me partía…
    -Jess, no me llores…
    -Nunca había tenido tanto miedo…
    -Ven aquí-le abrí los brazos para que me abrazara. Ella ni se lo pensó, se tiro a mis brazos llorando.-No llores, asi no vas a solucionar nada y te vas a sentir peor, por favor-le apreté más contra mí y ella también apretó más el abrazo.-Encontraremos una solución te lo prometo. No voy a dejar que te pase nada. Te he estado protegiendo todos estos años y lo voy a seguir haciendo. Además ahora esta Ian que tampoco quiere que te pase nada. Venga, va, veras como todo sale bien.
    -A veces pienso en cerrar los ojos y no volver a abrirlos más… asi me quitaría un peso de encima.
    -¿Qué?-la separe de mi más bruscamente de lo que quería pero sin soltarla.
    -Ray, no puedo más. Solo estoy bien cuando estoy durmiendo. Cuando no siempre estoy asustada y con un peso encima que me viene grande, muy grande. Lo he aguantado muchos años pero he llegado a mi límite. Solo quiero cerrar los ojos y no volver a abrirlos.
    -Oye, no digas eso. Te prometo que te quitare ese peso, pero no digas eso por favor. Yo he vivido estos años por ti, porque te quiero, no puedo perderte asi como asi. Jess, por favor no me digas eso. Eres la única familia que tengo y aunque tuviera más… Yo… te quiero muchísimo. Te juro, de verdad, que te librare de ese peso. Tú aguanta. ¿Vale? ¿Me prometes que vas a aguantar un poco más?-no me contesto solo me miraba con lágrimas en los ojos.-Por favor, por favor, no te rindas, tu siempre has sido luchadora, por favor, Jess…-pasaron unos segundos antes de que volviera a contestarme.
    -Vale, siento haberte dicho eso.-la volví a abrazar con fuerza. Sé que no se refería a morir pero era algo parecido. Y no podía verla asi. Mientras la abrazaba mire a un lado y vi a Ian en una esquina mirando pero se fue enseguida. Sé que lo había oído todo.

    Me quede un rato más con ella, luego se fue a preparar las cosas para dormir asi que aproveche para ir con Ian. Me lo encontré mirando por la ventana, medio escondido.
    -¿Si querías ir entonces porque me dijiste que no?
    -¿Está enfadada conmigo no? No tengo derecho a ir hasta que ella se decida a venir.
    -Sabes perfectamente que no está enfadada contigo. Lo has oído todo ¿no?
    -Sí. Debe ser duro para ella. La quiero entender pero Jess tiene razón, no puedo hacerlo.
    -No podemos. ¿Tanto la quieres proteger?
    -Si-ni si quiera se lo pensó.- Haría lo que fuera por verla sonreír y no llorar, por verla feliz.
    -Ya somos dos…-silencio total y absoluto durante unos minutos. Se lo preguntaría pero ya no me hacía falta, lo se.-Te gusta Jess ¿verdad?-me miro pero sin sorpresa. Me sonrió.
    -¿Desde cuándo lo sabes?
    -no se… desde que Jess te dijo lo de la marca para adelante, más o menos.
    -La quiero mucho. ¿Tienes algún problema?
    -Si me lo hubieras dicho al principio si.-se rio- pero ahora no. Sé que la quieres y sé que la protegerás asi que no tengo ningún problema.
    -Menos mal, no quería hacerte daño por ella-me reí.
    -Ahora vas de gracioso…-le tendí la mano.
    -Bienvenido a la familia.-miro la mano y no me la estrechó.
    -Si todavía no le he dicho nada, además ni si quiera sé si yo a ella…
    -Oh, eso tenlo por seguro. La conozco y aunque nunca se ha fijado en ningún hombre sé que le gustas y mucho. Solo hay que verla como te mira. Tu díselo y veras.-me sonrió y me estrecho la mano.-Futuro cuñado.-se rio.

    A la mañana siguiente decidimos ir a por el diamante, ya estábamos preparados solo faltaba Jess. El plan era acercarnos con el coche todo lo que pudiéramos e ir a por el diamante luego coger el coche y salir pitando, asi de sencillo.
    Me puse la espada en la espalda y las dos pistolas a los lados junto con las cargas. Con eso me sobraba, no me gustaba ir cargado de armas para luego no utilizar la mitad y por encima ir más lento.
    -¿Estás listo?-le pregunto a Ray.
    -Sí. ¡Jess, venga!-apareció con su mochila al hombro.- ¿De dónde has sacado esa ropa?-lo decía porque ninguno teníamos mucha ropa, si eso alguna muda pero poco más y ella llevaba unos pitillos azules con unas botas bastantes largas de color negro y una sudadera muy pegada con capucha y el pañuelo.
    -Mientras entrasteis en la farmacia el otro día pues yo cogí esto de una tienda.
    -Podrías haber cogido algo para mí.
    -La última vez que lo hice no te gusto asi que te la coges tú.
    -Hombre si me coges rosa…-me reí.
    -¿Qué pasa? ¿A ti tampoco te gusta el rosa?-me pregunto.
    -No es que no me guste…-me sonrió mientas pasaba por mi lado.
    -Anda vamos.
    -Te acabas de sentenciar, amigo.-me susurro Ray al oído.
    -¿Eh? ¿Por qué?-pero no me hizo caso simplemente cogio la radio y siguió a Jess. ¿Qué había querido decir con eso?-¡Oye!

    Una vez que me metí en la parte de atrás del coche decidí no moverme de ahí. Si, le haría caso a Ray en eso de que seguiría luchando pero no iba a entrar en esa central. Tengo miedo de que pase algo malo con la marca y nos delate.
    Ninguno de los tres hablamos en el trayecto, si eso le susurraba algo de vez en cuando mi hermano a Ian pero solo por der opinión de por dónde ir.
    Nos quedamos más cerca de la central de lo que habíamos pensado. Ellos dos antes de bajarse se colocaron todo bien. Se iban a bajar pero yo los detuve por mis palabras.
    -Yo no voy.-los dos se pararon y me miraron.
    -¿Qué?-pregunto primero mi hermano.
    -Nunca has querido que vaya ¿no? Pues eso.
    -¿Por qué ahora me haces caso?
    -Por que quiero.
    -Oye Jess tampoco te puedes quedar sola aquí.
    -Si puede.-le miramos los dos-Los cristales son tintados por mucho que te acerques a mirar no vas a ver nada.
    -Pero son robots-dijo Ray.
    -Sí, pero si ellos no sospechan de que aquí hay alguien no va a pasar nada, ni si quiera se acercaran. Es más puedes quedarte para que cuando nos veas salir de ahí tener todo preparado para irnos.
    -¿Le estas diciendo que conduzca?
    -Sí. Solo tiene que encenderlo y cuando nos vea en cuanto entremos tenerlo preparado para poner la quinta directamente. ¿Podrás hacerlo?-me miro. Estaba poniendo su confianza en mí y estaba aceptando lo que yo no quería hacer. Sonreí.
    -Sí.
    -Pues venga vámonos-le dijo a mi hermano que me miro y luego se fue con Ian rápido. Vi como salieron corriendo hacia la central por un lateral.
    Me pase al asiento de adelante. Estaba sola, eso era lo malo. Porque aunque los cristales fueran tintados seguía teniendo miedo. Miedo de que por cualquier ruidito que hiciera los robots que hubiera por aquí se dieran cuenta. Y si lo hacían estaba sola.
    Tengo que calmarme y solamente esperar a que viniesen. Porque iban a venir como siempre.
     
  8.  
    JimenaAlonzo

    JimenaAlonzo Entusiasta

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    12
     
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    Bueno esta historia es cortita. Ya le falta poco para que acabe :)
    Capítulo 7.
    Me quede pensando en Ian. Había sido injusta enfadándome con él ayer, cuando el solo quería ayudarme y calmarme. Por encima ahora ni me discutió por ir hacia la central, es más me hizo sentir como si el plan desde el principio fuera este, como si mi misión fuera esta desde el principio. Le debía una disculpa. En cuanto viniera me iba a disculpar con él. Desde que lo conocí fue muy bueno conmigo (después del malentendido) Cada vez que me tocaba, cada caricia me hace sentir algo que nunca pensé que llegaría a sentir. Quería saber que sentiría si alguna vez me besaba. Suspire.
    Cogí mi pistola y la miré. Me acuerdo que la primera vez que Ray me la dio me emocioné mucho diciendo: “Ahora podré defenderme de ellos por mí misma” o algo asi. La realidad es dura para una niña de 12 años. No hice una mierda con la pistola y mi hermano lo sabía por eso me la dio para que aprendiera que las cosas np son tan fáciles como parece.
    Mire a la central, no había ningún signo de lucha ni se escuchaba nada fuera de lo normal. Eso significa que van bien. Me acomode en el sillón y cerré unos segundos los ojos. A lo mejor iba a salir todo tan bien que no iba a ver ningún problema ni nada…
    Como me equivocaba...
    Escuche un sonido bastante fuerte arriba del coche. Me asuste abriendo los ojos y cogiendo la pistola sin hacer ni un ruido. Había algo encima del coche. Mire al frente, había un robot mirándome (una mujer rubia joven) bueno no creo que me viera pero lo parecía y eso me asusto. No hice ni un movimiento, hasta dejé de respirar pos unos segundos. El que estaba arriba se bajó poniéndose justo en mi ventanilla (Era un hombre de unos 40 años con pelo corto y castaño), pero miro al otro robot. Respiré poco a poco. Por favor que Ian y Ray vengan ya… Los robots daban vueltas alrededor del coche. Iros…
    De pronto de nuevo la marca se empezo a calentar y muy rápido. Al principio no me moví pero se empezo a calentar demasiado. Me quite el pañuelo viéndome por el espejo del medio. No se veía nada fuera de lo normal.
    -Ah…-me callé el quejido. Tenía que aguantar el dolor. Me encogí. Ya no estaba solo caliente ya me estaba quemando y como siguiera subiendo… Que pare… no te calientes más… Mire de reojo fuera. Los dos robots seguían mirando a dentro. Que se vayan ya…
    Con esfuerzo y dolor cogí la pistola por si acaso. Parece que el calor ya no subía más y lo agradecía porque ya lo estaba llevando mejor. Me quemaba pero se podía sobrellevar.
    De pronto una explosión en la central llamo la atención de los robots los cuales salieron corriendo hacia ella. Ellos y todos los que no veía y que estaban por ahí.
    Cuanto más se alejaban, la marca más se enfriaba. ¿Eran los robots los que hacían que me quemara? ¿Pero porque ahora? A lo mejor era porque saben que la tengo yo, para hacerme salir o una medida desesperada porque estábamos robando lo diamantes. Sea lo que sea, sé que me quieren a mí.
    Mire hacia la central, viendo una explosión bastante grande pero no solo vi eso, sino que vi a Ian a Ray saliendo del fuego corriendo. Fui rápida.
    Abrí la puerta de atrás y la de adelante y puse en marcha el coche. Puse primera haciendo que el coche empezara a andar un poco. Ian llego primero entrando al lado mío y cerrando la puerta y un segundo después mi hermano hizo lo mismo en la de atrás.
    Metí segunda y luego tercera hasta llegar a quinta, acelerando a tope con éxito. Enseguida cogio mucha velocidad poniéndome nerviosa.
    -Tranquila, concéntrate en la carretera-a pesar de que nos perseguían y que yo a penas sabia conducir su tono de voz fue tan calmado y amable que de alguna manera me tranquilizó, hasta que nos dispararon y algo explotó al lado del coche. Me asusté mucho porque se me fue el control e íbamos a chocar contra otro pero Ian agarró el volante y giro salvándonos. –Sigue acelerando-me dijo mientras estaba casi encima mía y agarraba el volante con las dos manos.
    Seguían las explosiones y la persecución. Nos iba a costar salir de la ciudad. Parecía que los robots se lo estaban tomando, esta vez, muy en serio. Tan cerca que estaba Ian de mí y yo no podía pensar en eso porque las explosiones cada vez estaban más cerca. ¿Con que nos estaban disparando? Mire por el espejo retrovisor viendo que Ray estaba acostado atrás mirando hacia arriba. ¿Qué le pasaba? En estas situaciones estaría disparando. No pude mirar bien porque de nuevo una explosión hizo que Ian girara bruscamente a un lado casi chocándonos contra una camioneta.
    -¡Ray! –le llamo. Pero este no hizo caso. ¿Qué le pasaba? Vi que se incorporaba, bajaba la ventanilla y empezo a disparar hacia atrás. Menos mal… Parece que está bien. Ian giro en una calle de sopetón sin avisarme haciendo que el coche derrapara. Un poco más y volcamos.
    Al final pudimos salir a la autovía y fue ahí cuando el coche cogio más velocidad, dejando atrás a los robots. Cogí de nuevo el volante, Ian volvió a su sitio, Ray se volvió a acostar y yo seguí conduciendo rápido. Ya ha pasado todo.
    Escuche que Ray se quejaba de vez en cuando.
    -¿Ray?-pregunte mirando por el espejo pero solo le veía las piernas. Ian se giró por mí y en cuanto lo hizo exclamo un poco nervioso.
    -¡Para el coche!-enseguida le hice caso y pare al lado de un puente en un desvio. En cuanto lo hice los dos nos giramos para ver a Ray. Tenía una mano en el hombro izquierdo y tenía cara de dolor.
    -¿Qué te pasa?-le pregunte preocupada.- ¿Qué tienes ahí?-Respiraba rápido. De pronto se quejó de dolor bastante.- ¡¿Qué te pasa Ray?! Me estas asustando…
    -Le pasa esto-le quitó la mano del hombro. Tenía sangre, bastante sangre. Vimos como unas pequeñas chispas en el hombro de Ray a la vez que él se volvía a quejar.-Mierda…-se bajó del coche y yo le seguí.

    Mierda… le habían disparado algo realmente molesto. Enseguida me baje del coche y Jessi hizo lo mismo.
    -Jessi, escúchame-acababa de abrir la puerta de atrás del coche, supongo para que le diera el fresco a Ray. Me miro.-Coge el saco de dormir del maletero, toallas y el botiquín.-no me cuestiono nada hizo lo que le pedí lo más rápido que pudo. De mientras yo intente sacar a Ray del coche.-Ray, sal del coche, venga. Se incorporó aguantándose el dolor de otra descarga. Si porque lo que tenía ahí metido le daba descargas cada treinta segundos. Ya lo vi una vez, pero no iba conmigo y además era un poco diferente.
    Ray salió como pudo del coche y se apoyó en mí.
    -¿Cuándo te han dado?
    -Cuando corríamos hacia el coche.-dijo torpemente. Vi que Jessi ya había puesto el saco de dormir en el suelo junto con el botiquín que habíamos cogido de la farmacia la última vez, las toallas las tenía ella en la mano que no eran más que dos.-Ven túmbate ahí.-le ayude a hacerlo-y quítate la mano de ahí.
    -¿Qué vas a hacer?
    -Quitártelo.
    -¿Tu?
    -Si quieres te lo dejo.-no me contesto y en respuesta se quitó la mano del hombro. Le rasgue la camiseta en esa parte. Tenía sangre y un agujero no muy profundo en él. Si abría un poco la herida se veía un pequeño robot con patas incrustado en la herida.
    -¡Ah!-se quejó todavía más y ni si quiera le había tocado. Puse una de las toallas, debajo de su hombro. Cogí el alcohol y se lo eche en la herida sin contemplaciones. Empezo a salir blanco.
    -¡Ah, cabrán! ¡Avisa! ¡Como duele!-Jess se agacho junto a Ray de rodillas poniéndole su cabeza en ellas.
    -No seas quejica, Ray.-le dijo. Yo le volví a echar más alcohol volviendo a salir más blanco por la herida pero el bicho mecánico ese ni se inmutaba y le volvió a dar otra descarga que se aguantó Ray.
    Le limpie un poco con la toalla que quedaba. Ahora podía ver mejor al bicho ese pero volvía a salir sangre. Tenía que quitárselo ya, porque esa mierda hacia que saliera más sangre y a este paso se iba a desangrar.
    -¿Por qué le sale tanta sangre?-pregunto Jess mientras le acariciaba el pelo a Ray, el cual tenía los ojos cerrados pero con cara de dolor. Le volví a echar alcohol.
    -¿Lo ves?
    -Ah, si ¿Qué es?
    -Es un bicho mecánico que le da descargas y hace que te mueras desangrado o a descargas lo que venga primero.-Jess puso cara de pánico.
    -¿Qué tengo que?-se intentó mirar pero Jess no le dejo. Le cogio la cabeza y se la puso en el mismo sitio. Muy bien que hizo.
    -Se lo voy a sacar no te preocupes. ¿Tienes unas pinzas?
    -¿No hay ahí?-señaló. Mire en el botiquín, si ahí estaban, las cogí. Con ellas le sacaría el bicho pero la sangre me impedía ver bien asi que le volví a echar el alcohol. A la misma vez que se lo echaba le volvió a dar otra descarga. Se volvió a quejar pero para no hacerlo, sé que había sido más fuerte que la última.
    Pero ahora veía el bicho asi que no me lo pensé y con las pinzas lo agarre. En cuanto tire para sacárselo, el bicho dio una descarga enorme, dándome a mí a Ray y hasta a Jess.
    -¡Aaaa!-grito de dolor Ray, Jess separo las manos y yo quite las pinzas.
    -Me cago en la puta.-se me escapo pero es que me había recorrido una corriente por todo el brazo. Jess me miro sorprendida.
    -¡ah!, mierda…-se quejaba Ray- ¡no me vuelvas a tocar!-me grito. Le ignore y volví a echar alcohol.- ¡Que no me toques!-se movió bruscamente impidiéndome coger al bicho de nuevo con las pinzas. Pero yo le ignore y me eche casi encima de él, poniendo un brazo en su pecho e inmovilizando su brazo. Esta vez lo iba a quitar del tirón.
    Le volvió a dar otra descarga que no sentí. Yo solo volví a coger al bicho con las pinzas y tire, haciendo que nos diera a los dos una descarga, pero se lo saque de un tirón bien fuerte.
    -¡aaaa! ¡Cabrón!-me insulto. Dejé las pinzas con el bicho en un hueco del botiquín y empecé a curar el hombro de Ray quien estaba más tranquilo.-Estoy mareado…
    -Normal, has perdido mucha sangre.
    -Cierra los ojos e intenta dormirte un poco, anda-le dijo Jess dándole un beso en la frente y volviendo a acariciarle la cara y la cabeza. Por un momento pensé que ojala esa caricias fueran para mí.

    Estábamos en el mismo sitio desde que paramos. Ray estaba dormido en el coche e Ian se estaba curando a sí mismo. A mí nunca me gusto la sangre y eso de verla en cantidad como hoy me ponía mala, en cambio Ian no dudo ni un segundo. Cerré los ojos y suspire. Estaba mirando el paisaje desierto que tenía ante mí. No había echo mucho pero estaba cansada y me dolia el cuello sobre todo la parte de la marca. Vi que Ian estaba en el asiento del piloto mirando un diamante amarillo, el que acababan de robar, supongo. Me acerque y me metí en el coche con él y con Ray que estaba K.O.
    -¿Estas bien?-le pregunte.
    -Sí, solo pensaba.-guardo el diamante con los demás.
    -Has sido muy valiente.
    -¿En qué?
    -No has dudado ni un momento con mi hermano a pesar de haber tanta sangre.
    -Bueno, siempre he querido ser médico-sonreí.
    -No te veo como uno.-el también sonrió y suspiro- ¿Te pasa algo?
    -Estoy cansado y no puedo permitírmelo estarlo porque ya solo falta una cosa por hacer.-Se a lo que se refería y cada vez que pensaba en ir ahí, me entraba un miedo irracional. Me toque la marca instintivamente.
    -Ojala yo no tuviera miedo como tú.
    -¿Cómo yo?-le mire-¿Quién te ha dicho que yo no tenga miedo?
    -Se os ve a los dos y en cambio yo… además me lo dijiste tú.
    -Ah, era mentira. Jessi escucha, los dos tenemos miedo, todos tenemos miedo-no le entendía-es imposible no tenerlo. Ser valiente no significa no tener miedo, significa dominar ese miedo y sobreponernos a él, pero el miedo lo sigues teniendo. Que yo haga algo sin dudar, que me enfrente a los robots, que intente salvar a un mundo perdido, no significa que no tenga miedo. Lo tengo, pero siempre intento superarlo.-tenía sentido.
    -Pero…
    -A algunos les cuesta más que a otros, y no es fácil hacerlo pero Jess…-le mire- Yo veo en ti que si puedes.-Me recosté en el sillón mirando al frente pensando en lo que acababa de decir. El por su parte no me hablo más, simplemente arranco el coche y nos pusimos en marcha de nuevo con lentitud.
    Estuvimos unas horas sin dejar la autovía. Uno durmiendo y nosotros dos en completo silencio, no porque no tuviéremos nada de qué hablar sino (por lo menos por mi parte) porque estaba nerviosa. Además todavía pensaba en lo que me había dicho hace un rato. Yo… lo entendía pero una cosa es decirlo y otra cosa es hacerlo. Parece fácil pero no lo es, por lo menos para mí.
    Mire la hora. Las 3 de la tarde y yo sin comer. ¿Había sobrado algo de comer?
    -Ian-me contesto con un “mm”, estaba pensando en algo.- ¿Hay algo de comer?
    -No, se acabó ayer y no hemos podido coger nada. ¿Tienes hambre, no?
    -Si…
    -Ahora parare en la próxima gasolinera que vea y buscamos algo.-antes de que le dijera algo mi hermano grito asustándonos a los dos. Como que Ian dio un volantazo, pero en seguida puso bien el coche.
    -¡Nooooo!-grito de nuevo.
    -¡Ray! ¡¿Por qué gritas?!-me gire para verle. Tenía los ojos cerrados pero con una cara de sufrimiento y se movía mucho.- ¡Ray! ¡Estas soñando! ¡Despierta!.
    -¡JESS!-volvió a gritar.-Ian paro poco a poco el coche.
    -¡Estoy aquí!-le toque la cara. –Está ardiendo.
    -¿Qué?-Ian le toco la frente.-Esta delirando. Perfecto. La herida habrá echo que le entre fiebre o quizás habrán sido las descargas no se… lo que si se es que tenemos que bajársela ya.
    -¿Cómo? No tenemos nada.-sin decir nada, se bajó del coche y del maletero cogio una botella de agua, la última que nos quedaba. Vi como cogía una de las toallas que se habían quedado, la más limpia, y le corto con la espada la parte limpia que tenía. Luego se volvió a subir al coche.
    -Solo tenemos esto, lo único que podemos hacer es mojar esta toalla y ponérsela en la frente mientras llegamos a la gasolinera y allí a ver si podemos encontrar algo que nos ayude.
    -Entonces me voy para atrás-le dije cogiendo la toalla y el agua. Me fui a la parte de atrás, cogí la cabeza de Ray y la puse en mis piernas, moje la toalla y se la puse en la cabeza. Ray se quejó un poco pero en seguida se calló. Ian arranco y empezo bastante rápido.
    -Jess…-susurro Ray.
    -Ray, estoy aquí, no pasa nada…-abrió los ojos y me miro. Los tenia brillantes y tenía muy mala cara. –Tienes fiebre, cariño.-le acaricie la cara como le gustaba a él. Siempre le había gustado que le acariciara cuando nos íbamos a dormir o estábamos descansando.
    -¿Fiebre? No me había dado cuenta-susurro.
    -¿Es una ironía?-sonrió como pudo. Por lo menos no perdía el sentido del humor. Se acomodó más encima de mí y cerró los ojos. Le di la vuelta a la toalla. El coche se quedó en silencio unos minutos y yo le acaricie hasta que se quedó dormido.

    Eso era amor de hermanos. Unas veces se peleaban a muerte y otras se querían y se cuidaban el uno al otro como si no hubiera mañana. Yo nunca tuve hermanos y nunca los iba a tener y era algo de lo que siempre tuve envidia de los que los tenían. Cuando pasaron unos minutos y Ray se había dormido hable.
    -¿Cariño?-no veía a Jess desde ahí y ella solo me veía algo la cabeza pero daba igual.
    -¿Qué pasa? ¿No sabes que cuando una persona esta mala si le dices cosas como, cariño o amor, se tranquilizan?
    -Eso te lo acabas de inventar.
    -No, de verdad.
    -¡Ah!, me duele la cabeza, creo que yo también tengo fiebre.-hice que se riera.-Cuando te pongas malo de verdad te lo diré.
    -Jo…-se rio de nuevo.
    -Además… de pequeños, antes de que pasara todo esto, cada vez que nos poníamos malos, mi madre nos decía esas cosas. A mí me calmaba, o sea porque te diga eso no te va a doler menos ¿no? Pero no se… supongo que es psicológico. A Ray le gustaba tanto que le dijera esas cosas cuando estaba malo que a veces hasta lo fingía.-me reí.
    -¿En serio?
    -Sí. Estoy segura de que mi madre sabia cuando fingía pero ella hacia como que no lo sabía y se lo decía todas las veces que él quería.-sonreí. Ya no sabía ni que decir-Tú no tienes hermanos ¿no?
    -No. Cuando yo tenía 6 años quisieron tener uno pero tuvieron problemas y justo cuando quisieron volver a intentarlo paso esto y bueno…
    -Ah, lo siento…
    -Da igual.-por lo menos se ha interesado en mí.

    Media hora después paramos en una gasolinera. Dejamos a Ray en el coche y entramos no sin antes coger un arma. La gasolinera parecía que estaba vacía a primera vista pero nunca había que fiarse, lo sé por experiencia. Asi que Ian y yo entramos con cuidado.
    -Hay que buscar hielo, toallas o algo parecido, agua y algún cubo o algo para poner el agua.-me dijo Ian entrando.
    -A sus órdenes señor.-le dije. Él se rio.
    Enseguida nos separamos buscando lo dicho sin hacer mucho ruido. Había de todo, todo lo que tiene una gasolinera. Cd’s, películas, comida, objetos de recuerdo… Vi pañuelos de estos que se llevan de felpa o de cinturón asi que cogí dos. El agua debía de estar en la nevera. Asi que fui hacia el final de la estancia pero en una de las estanterías vi unas chocolatinas que siempre me habían gustado y no me pude resistir. Eran los Twix y hacia muchísimo tiempo que no me comía una. Por encima solo quedaba una. La cogí. No estaba caducado para mi suerte. Fui a abrirlo pero me pillo Ian.
    -¿Qué haces?-escondí el Twix en mi espalda.
    -Nada.-me miro y luego miro la estantería. Saco la mano y me hizo una seña para que le diera lo que tenía detrás de la espalda. Puse mala cara cosa que le hizo gracia porque sonrió y se la di. Creí que me iba a regañar como hubiera echo mi hermano pero no lo hizo.
    -¿Te ibas a comer esto sin compartirlo? Y yo que había cogido comida para los dos.-me enseño una bolsa repleta de bocadillos y porquerías.-me reí. Le quite el Twix de la mano y lo metí en la bolsa. Le mire y le saque la lengua. El sonrió.
    -O sea que hemos cogido de todo menos lo que necesitamos.
    -Necesitamos comida ¿no?- me reí. Y fui hacia la nevera que estaba desconectada.- ¿para qué son esos pañuelos?
    -¿Has encontrado toallas?
    -No.
    -Pues esto hace de su función… -abrí la nevera pero el agua estaba caliente.-Esta caliente…
    -Mira, esa está conectada.-mire. Es verdad estaba conectada. Qué raro.
    -¿Y porque está conectada?-Un robot no conectaba una nevera asi por que sí.
    -Suele pasar. Puede que haya estado alguien hace poco y la haya conectado para coger algo. Mira justo lo que necesitamos, que suerte-la abrió y cogio las 4 últimas botellas de agua. Dos se las quedo él y las otras dos las cogí yo.
    -Falta el hielo y el cubo ¿no?
    -Si… Pero aquí hielo no hay.
    -¿Has mirado en el mostrador?
    -No.
    -Ya voy yo, tú de mientras busca un cubo o algo parecido.
    -A sus órdenes, señora-me reí mientras iba hacia el mostrador. Una vez que llegue puse las botellas encima de él y me pase al otro lado. La nevera de los helados también estaba desconectada por lo que tampoco tenía hielo y abajo no había nada, solo suciedad.
    -Vaya mierda…-decidí entrar en el cuarto que había aquí. Abrí la puerta. Era como una despensa con muchísimas cajas con comida supongo y revistas y esas cosas. También había botes de gasolina.- ¡Ian!-grite.
    -¡¿Qué?!-escuche.
    -¿Quieres gasolina para el coche?
    -¡sí!-pues muy bien, hielo no habría pero gasolina si y mucha. Fui a coger un bote cuando de pronto vi una persona saliendo detrás de unas cajas. Bueno una persona… era un robot.
    -¡aaaaaaaa!-no pude evitar gritar. Me di la vuelta para salir corriendo pero el robot con una rapidez increíble se puso entre la puerta y yo, cerrándola y poniendo dos cajas pesadas en medio.
    -¡Jess!-se escuchaba detrás de la puerta.
    -¡Ian!, ¡Un robot!-el robot empezo a andar hacia mí pero no llego a mí porque Ian abrió la puerta de un empujón. El robot se dio la vuelta y le dio un golpe tan fuerte a Ian que lo estampo contra el mostrador de afuera. Ahora iba a por él y cuando acabara iría a por mí. Tenía que hacer algo, tenía que ser valiente. De pronto me quemo la marca.- ¡ah!-pero intente ignorarla. Corrí hacia la puerta. Vi como el robot convirtiendo su mano en una lanza, la levantaba para clavársela a Ian que estaba en el suelo intentando levantarse cogiéndose la cabeza. Se debe de haber dado en ella.
    Lo iba a matar… Cogí mi pistola e hice exactamente como me dijo Ian la vez en el refugio. Me concentre en el objetivo, apunte y dispare tres veces. La lanza se quedó a centímetros de la cara de Ian.
    Los tres disparos le alcanzo al robot en la cabeza el cual se cayó al suelo inerte. Enseguida fui hacia Ian.
    -¿Estas bien?
    -Sí, no, no lo sé… estoy mareado.-se intentó levantar solo pero no pudo. Tenía una mano puesta en la cabeza se la quitó y vi que la tenía llena de sangre.
    -No, no, no, no, tú también no… por favor… Jess, tranquilízate.-Lo primero que tenía que hacer era llevar a Ian al coche y curarle. Joder asi no llegamos ni hay Texas.-Vamos levanta-hice que me pasara una brazo por detrás del cuello y yo se lo pase por la espalda. Vi como la sangre le chorreaba ir el cuello. Había tenido mala suerte porque no llega a estar en el mostrador y solo se habría dado con el suelo no con ningún filo ni borde ni nada.
    Lo lleve al coche como pude y lo senté en su asiento pero con las piernas para fuera.-Quítate la camiseta y agáchate-le dije mientras cogí el agua que nos quedaba y el alcohol. Cuando volví estaba sin camiseta y mirando hacia el suelo encorvado.
    Primero le eche el agua hasta empaparle toda la cabeza y luego le separe el pelo para ver mejor la herida. No era muy grande, más o menos de unos dos o tres centímetros pero las heridas de cabeza sangran mucho. Asi que lo único que hice fue echarle alcohol.
    -¡Ah! ¡Ostia… como arde!-se quejó asi que le sople.
    -¿mejor?
    -Si…-le eche más y le volví a soplar. Luego cogí unas gasas se las puse y para sujetarlas le vende con el pañuelo la cabeza. Se lo ate fuertemente.-Ahora te vas a quedar ahí quietecito, ahora vuelvo yo.-tenía que coger todo lo que habíamos dejado en la gasolinera.
     
  9.  
    JimenaAlonzo

    JimenaAlonzo Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    1 Septiembre 2011
    Mensajes:
    74
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    The War (guerra entre androides y humanos en el futuro)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    2811
    Capítulo 8.
    Aquí estoy yo, muerta de sueño y cansancio cuidando a estos dos. Ray en la parte de atrás muerto de fiebre con trapos en la cabeza e Ian durmiendo en el asiento del copiloto apoyado en la ventana. Yo me acababa de sentar en el único asiento que quedaba mirando hacia fuera con la puerta abierta para que entrara un poco de fresco.
    Esto era genial…. Y por encima yo tenía la piel alrededor de la marca roja y me dolia bastante por lo que había cogido mi pañuelo y lo había mojado. Parecía que este al contacto de mi piel se secaba enseguida de lo caliente que estaba la marca. Todo esto es una mierda.
    Por lo menos ya había comido. Le había dejado una barrita del Twix a Ian, quien todavía no había comido… ya me estaba aburriendo de estar aquí. Mire a Ray el cual estaba dormido, le cambie el pañuelo y luego entre en el coche ya con la puerta cerrada.
    Conduciría un rato con cuidado y sin prisas asi por lo menos me despejaría.

    Me desperté un poco raro y viendo doble pero se me paso enseguida. Me di cuenta que el coche estaba parado en otro lugar que no era la gasolinera. Cuando mire hacia la izquierda vi que Jess se estaba metiendo de nuevo en el coche. ¿Qué hora era? De pronto me sonó la barriga tanto que hasta me dolió.
    -Que hambre…-vi que Jess me daba la bolsa de la comida y arrancaba el coche.
    -Te he dejado la mitad del Twix por si lo querías.
    -Ah, muchas gracias.-empecé a comer un bocadillo que tenía muy buena pinta aunque lo más seguro es que tuviera tanta hambre que vería todo con buena pinta. El coche empezo a andar.
    -Menos mal que estas bien. Ya me estaba preocupando.-casi me atraganto al escuchar eso. Me toque la cabeza. Todavía tenía el pañuelo. Me acorde de lo que había pasado y sonreí.
    -¿Ves como si eres valiente?
    - Si vaya… por cargarme a un robot y curarte una herida, eso es ser de un valiente…
    -¿Antes lo hubieras echo?-se quedó en silencio mirando por donde iba.
    -¿Antes de que? ¿Antes de que los robots se dieran cuenta que yo tengo el sol o después de eso?
    -Después de eso
    -Entonces no y no me digas nada, puede que tengas razón.
    -¿Puede?
    -Tienes razón. ¿Contento?
    -Si-me reí a lo tonto a propósito haciendo que ella se riera con ganas.- En cuanto me coma esto, cambiamos que vas muy lento.-se volvió a reír.
    -Oye… pero tú estás bien ¿no?-la mire.
    -Sí, solo ha sido el golpe. Siento haberte preocupado-sonrió y paró el coche.
    -¿Me das un abrazo?-me sorprendió su proposición pero no dude un segundo en decirle que sí. Sería tonto si le dijera que no.-Si quieres…-no sé si iba a decir algo más porque la abracé de pronto. Nos quedamos unos segundos asi y luego nos separamos.
    Seguí comiendo y ella de nuevo prosiguió el camino con el coche. Ya me había dado una especie de abrazo con ella, pero en esa situación estábamos en peligro y era más por miedo. Esta vez había sido diferente, este abrazo había sido porque si, por cariño. Una señal que me decía que le dijera lo que sentía por ella.

    Después de que cambiara sitio con Ian, de que me durmiera un rato y de que condujéramos hasta la noche. Paramos en lo que había sido alguna vez un bar de carretera. Apagó el coche y nos quedamos los dos en silencio mirando el bar, dudando sin entrar o no por lo de la última vez. Ian no sé pero por mi parte volvía a tener miedo porque ese bar era mucho más grande que la gasolinera.
    -Entro yo y te digo si es seguro o no-me dijo Ian abriendo la puerta.
    -¡no!-dije cogiéndole del brazo- Bueno… digo… que yo voy contigo.
    -No hace falta puedo ir solo.
    -¿Y si te pasa algo quien te salva?-se rio.
    -Lo de antes fue suerte para el robot, yo nunca pierdo.
    -Ya… de todas maneras te acompaño.
    Al final gané yo y le acompañé. Por suerte no había nada ni nadie. Solo era una cafetería con su cocina, su mostrador, sus baños y sus mesas totalmente vacía. Asi que aprovechamos y buscamos algo en la cocina de provecho. Ian se emocionó porque había encontrado café y leche y la cafetera funcionaba asi que pudo hacerse un poco, también me hizo a mí. Lo malo era que la nevera estaba desconectada y el hielo derretido asi que nos quedamos de nuevo sin hielo.
    También encontramos dulces cosa que agradecí porque a mí me encantaba el chocolate y todas las porquerías esas y hacía mucho tiempo que no me comía un donuts de chocolate o algo de eso.
    Después de ir al servicio fuimos de nuevo al coche a ver como estaba Ray mientras comíamos por el camino.
    -Que bien me ha entrado ese café… esto es lo único que me gusta de esto que cuando encuentras algo bueno no tienes que pagarlo.-me reí.
    -Sí, pero prefiero pagar.
    -No, y yo…
    Abrimos la puerta, Ray seguía dormido.
    -¿Qué hacemos con él? ¿Lo dejamos que duerma ahí no?-pregunté.
    -Claro-le quitó el pañuelo y le dió la vuelta luego le tocó la cara.
    -¿Cómo está?-puso cara rara.
    -No se… puede que le haya bajado un poco la fiebre pero sigue teniendo bastante. Si tuviéramos una ducha o algo…
    -Si lo llevamos al servicio…
    -¿Y lo bañamos en el lavabo? No se puede… Lo único que podemos hacer es mojarle la cabeza.
    -Pues se la mojamos.
    Mientas Ian iba a por un cubo de fregona vacío que yo había visto yo con cuidado y lentitud desperté a mi hermano.
    -Ray-le moví un poco-Ray despierta-abrió los ojos y me miro.-Escúchame-le acariciaba la cara- sigues teniendo bastante fiebre y hemos pensado en mojarte un poco con agua fría. Sé que va a ser desagradable pero eso hará que te baje. ¿Vale, cariño?
    -Ya tengo frio de por si ¿Vas a hacer que pase más?
    -Tienes frio por la fiebre y si no te la bajamos vas a tener más fiebre y más frio. Asi que elije, pasa un rato frio o…
    -Vale, vale…-me quite de encima con cuidado y él se incorporó con esfuerzo con el brazo herido pegado a la barriga puesto en forma de cabestrillo.
    Se salió del coche apoyándose en mí. Ian había llegado justo a tiempo y comiendo.
    -Quítate la camiseta y los pantalones-le dijo con la boca llena. Ray me miro.
    -Quítatelos.-bufó y se lo quitó todo quedándose en calzoncillos abrazándose asi mismo del frio que tenía el pobre.
    -Lo que vayáis a hacer, hacerlo rápido.
    -Vale-Ian cogio el cubo y se lo tiro encima. Ray se quejó un montón.

    -A penas le has mojado la cabeza-dije mientras cogía una botella de agua.-Ven.
    -¿Mas?
    -Si…-se acercó a mí y yo le tire la botella de agua por la cabeza hasta que quedó vacía.
    -¿ya? Tengo muchísimo frio-ya se le veía estaba temblando.
    Asi que le cubrimos con una toalla y le dimo la ropa de antes. Se metió de nuevo en el coche pidiendo el saco de dormir pero le dije que no porque eso le subiría la fiebre. Al final se durmió quejándose de frio con las puertas abiertas del coche. Tenía que hacer todo lo posible para bajársela. El caso es que Ian y yo también nos quedamos dormidos poco después.

    Me desperté temprano por la mala posición que tenía, no sé cómo había dormido pero me dolia la espalda, además había dormido regular porque Ray deliraba de vez en cuando y cada vez que lo hacia Jess y yo le mojábamos la cabeza. Asi no podíamos ir a ningún lado.
    El caso es que me desperté amaneciendo y lo primero que hice fue mirar a Jess. Puede que el amanecer sea bonito pero para mí ella lo era más. No quería despertar a ninguno asi que como mi cuerpo me pedía otra café, fui a por uno. En cuando Salí me estire crujiéndome unos cuantos huesos del cuerpo y luego fui a por ese café. De paso le traería uno a Jess.

    -Jessi…-sentí que alguien me movía despertándome. Lo primero que hice fue quejarme por el dolor de cuello que tenía, luego mire a quien me había despertado que era nada más y nada menos que Ray, el cual estaba sentado muy cerca mía (ya que el asiento estaba echado para atrás) sonriéndome.
    -¡Ray! ¿Estás bien?-me incorpore mirándole mejor, tenía mejor cara. Le toque la frente cosa que al hacerlo el cerro los ojos.-Mucho mejor… puede que tengas un poco todavía pero nada en comparación con ayer.-sonreí-menos mal, estaba comenzando a preocuparme de verdad.
    -Eso ha sido por los baños que me habéis pegado.
    -¿Qué baños? No seas exagerado y toma sigue poniéndote el pañuelo en la cabeza.-se lo di ya mojado. El sentado se lo sujetó con la mano y se recostó.
    -Tengo hambre.
    -Pues…-cogí la bolsa y me puse a su lado-queda esto. Metió la mano y cogio la mitad de un bocadillo, la otra mitad la cogí yo. Me di cuenta que todavía tenía el brazo izquierdo en el pecho sin moverlo.- ¿Te duele todavía el brazo?
    -No lo sé-se lo miro sin moverlo.
    -¿Entonces porque no lo mueves?-se rio tontamente.
    -Por qué se me ha quedado asi de tanto tiempo inmóvil
    -Venga ya, muévelo Ray.
    -Si me das un beso, si.-sonreí. Le di un beso en la cara pero él me cogió con el brazo libre y me empezo a dar besos también en la cara pero a lo bestia, justo como no me gustaba.
    -Ay, Ray para, para-quería separarme pero hasta convaleciente era más fuerte que yo.- ¡Para ya, hombre!-al fin me soltó.-Sabes que no me gusta nada.-sonrió.
    -Gracias.
    -¿Por qué?
    -Por estar a mi lado. Me has recordado a mama.
    -Venga ya, Ray-sonreía. Le volví a dar un beso en la mejilla y al mismo tiempo alguien abrió la puerta del coche sobresaltándonos a los dos y haciendo que me separara. Era Ian.
    -¿Interrumpo algo?-miro a Ray.-No sabía que te ibas a despertar sino te hubiera traido café.-me lo dio a mí.
    -¡¿Es café?!
    -Toma para ti.
    -Pero ese es tuyo.
    -Da igual, yo voy a por otro y punto.-se lo di.
    -Mm, que bien huele.-me baje del coche para ir a por otro.
    -¿Te acompaño?-me pregunto Ian.
    -No, no hace falta, quédate con Ray si quieres.

    Le hice caso y me quede con Ray, la vi marcharse hacia el bar, me gustaba mucho su forma de caminar y toda ella. Sé que me repito pero no me canso y nunca lo haré.
    -No le mires tanto el culo.-me dijo de pronto Ray, el Ray de siempre solo que todavía un poco malo.
    -Y tú no te pongas enfermo, idiota.-me ignoró totalmente.
    -¿Qué llevas en la cabeza?-me senté a su lado
    -Ah, es que mientras tú estabas aquí durmiendo tuvimos un problema en una gasolinera.-ignoró lo de “durmiendo”
    -¿Qué clase de problema?
    -Nada, que estábamos cogiendo cosas para ti y comida de paso y se le apareció a Jess un robot.
    -Oye, se suponía que estabas con ella.
    -Y lo estaba solo nos separamos unos metros, pero el robot se encerró en la habitación, yo intente entrar y cuando lo hice me golpeó de pronto y me di contra el borde del mostrador.
    -En la cabeza.
    -Sí. Me salvo Jess.
    -¿Si?-asentí.
    - No me podía levantar del mareo que tenía, te juro que creí que me desmayaba.
    -Ya te diste fuerte…
    -Sí, Jess me curó y me puso esto.-se rio.
    -Se lo abras dicho ya entonces.
    -Pues…
    -¡Venga ya, Ian! ¿Estoy fuera de combate y no le dices nada? porque alguna oportunidad abras tenido.
    -Puede que si… pero no se…
    -Eres muy valiente para enfrentarte a los robots pero un cobarde para las mujeres.
    -Déjame en paz. No te pego porque aun estas regular que si no…
    -Ya claro… Mira ahí viene, si quieres se lo digo yo.
    -Ni se te ocurra.
    -¡Eh Jess…!-le tapé la boca.
    -¿Qué pasa? ¿Qué estáis haciendo?
    -Nada, nada.-sonreí como pude y solté a Ray.
    -Gracias por darme el café Jess, te quiero.-me miro con burla. Se creerá gracioso y todo. Jess pasó de nosotros y se sentó en el asiento de adelante.

    Habían pasado dos horas y todavía no nos habíamos movido del restaurante y todo porque Ian y Jess decían que era mejor que nos quedásemos unas horas más por mí, por si volvía a recaer. Tonterías. Puede que no estuviera del todo bien pero si recaía lo iba hacer tanto aquí como en la carretera. De todas formas nos quedamos.
    Ahora yo estaba en la cafetería sentado en un taburete recostado sobre el mostrador. No me encontraba ni peor ni mejor estaba en un término medio. Jess creo que había ido al coche para guardar unas cosas e Ian estaba en la cocina de esto hasta que salió.
    -¿Te encuentras mal, “cariño”?
    -Eres un celoso de mierda.-le contesté sin mirarle y sin moverme.
    -¿Qué?
    -Lo que has escuchado. Mas quisieras tu que Jess te dijera cariño o te acariciara como a echo conmigo.-me tiro una toalla mojada a la cara.
    -Vete a la mierda.-me reí.
    -Se ha enfadado…-me puse la toalla en la frente mientras el entraba de nuevo en la cocina ignorándome.
    -¿Quién?-pregunto de pronto Jess.
    -Ian-sonreí.-Se ha picado.-se me ocurrió una idea para jorobar un poco a Ian.-Ven escucha-se acercó a mí con cara de desconfianza. Yo le susurre al oído-cuando Ian salga de la cocina, dile “cariño”.
    -¿Qué? ¿Para qué?
    -Tu hazlo, por favor. Pero como si fuera una conversación normal, no se… dile… ¿me pasas otra toalla mojada Cariño?
    -Ray… me da vergüenza.
    -Si me lo has dicho a mí.
    -Pero tú eres mi hermano.
    -Y él te gusta-ante esto ella se sorprendió-¿Qué te crees que no me había dado cuenta? Por favor si llevo a tu lado toda la vida… Venga va, díselo si no te cuesta.
    -Pero es precisamente porque me gusta que me da vergüenza.
    -Por fa… y soy bueno contigo.-se rio
    -Venga ya Ray…-me quede mirándola con cara de lastima-bueno vale pero selo digo y me voy.
    -¿A dónde?
    -Al servicio.-me reí.
    -Vale.
    Salió el inocente de todo esto. Este, como no, miro a Jessi de inmediato, yo no sé cómo no se dan cuenta que están enamorados el uno del otro.
    -¿Le das otra toalla mojada a Ray, cariño?-la cara que puso en ese momento no tenía precio.-Yo voy al servicio ahora vuelvo- se fue. Jess cuando quería era toda una profesional, lo había hecho con naturalidad, como si se lo dijera todos los días. Jess se fue e Ian seguía con la misma cara hasta que me reí. Me miro con una cara de odio inmensa. Me calle enseguida creo que había pasado un límite.
    -No me mires asi, era broma.-ni si quiera me insultó dejo la toalla en el mostrador y se fue hacia el coche-Eh Ian…-vi que Jess salía del baño justo cuando iba a pasar Ian por su lado.
    -¿Se la has dado?-pregunto pero el paso por su lado sin contestarle ni mirarla.- ¿Ian? ¿Qué te pasa?-siguió caminando sin decir palabra. Jess le siguió y le cogio del brazo para intentar pararle-Ian…-él se zafó de Jess bruscamente y salió del restaurante dejando a mi hermana perpleja. Me miro sorprendida.- ¿Qué le pasa?
    -Que se ha enfadado.
    -¿conmigo?
    -No, conmigo pero lo ha pagado contigo, lo siento.
    -¿Qué le has hecho?-no se enteraba que era porque ella le había llamado cariño pero no se lo iba a decir yo. Eso era algo que tenían que hablar entre ellos.
    -Una tontería que no pensaba que le iba a sentar tan mal.-dije mientras me levantaba y salía del coche.-Da igual Jess, lo mejor será irnos de aquí ya ¿no crees?
    -No. Quede con Ian que nos íbamos mañana por ti.
    -Oh, pues entonces me voy al coche a dormir un poco.
    -¿Te sientes mal?
    -Bueno, déjalo en que no estoy en mis mejores condiciones.-Salí de ahí seguido de mi hermana pensando en que tenía que pedirle disculpas a Ian.
     
  10.  
    JimenaAlonzo

    JimenaAlonzo Entusiasta

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    The War (guerra entre androides y humanos en el futuro)
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    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    12
     
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    Capítulo 9.
    Habían pasado dos días desde que salimos de la cafetería. En realidad habríamos llegado antes a Texas pero paramos muchas veces e íbamos lento para que Ray se pudiera poner bueno del todo.
    Ahora era de por la tarde e íbamos en el coche a una velocidad considerable ya que estaba conduciendo Ian y además Ray ya estaba bueno del todo manipulando la radio. Porque eso es otra. Ayer había podido contactar con nuestros amigos de Illinois. Les había llegado a decir que teníamos todas los diamantes y que íbamos hacia Texas pero después de eso se cortó asi que estaba intentado hacer algo para tener de nuevo comunicación. Ya llevaba un rato y la mierda de la radio me estaba poniendo nerviosa porque no dejaba de hacer ruiditos que me molestaban.
    -¿Ray puedes parar?
    -No.
    -Es que el ruido ese me molesta.
    -Tengo que comunicarme con ellos de nuevo como sea. Nos podrían ser de muchísima ayuda asi que te aguantas.
    -Vale pues la próxima vez que te pongas malo me pensaré el cuidarte.-paró de pronto y me miró.
    -No…-lo dijo con un tono de niño pequeño pero en seguida lo cambió-Eres una chantajista.- a pesar de todo la dejó poniéndola en los pies del asiento.
    Ian no se inmutó con nada. La verdad que desde el otro día apenas he hablado con él, en realidad él no ha hablado mucho con nosotros. ¿Estará enfadado de verdad? Pero ¿Qué le he hecho? Ray me dijo que ya se le pasaría que era una tontería pero sigue igual… y me duele que esté asi conmigo.
    -Ian ¿Estás enfadado conmigo?
    -¿Qué? No ¿Por qué lo dices?
    -¿Tienes el morro de preguntarlo?-le dijo Ray con un tono que no sabía muy bien como tomármelo si normal o cortante. Ian lo miro un poco desorientado.- Llevas dos días sin querer saber nada de nosotros. Que estés asi conmigo, vale, lo entiendo, pero con Jess ¿Qué te ha hecho?
    -Ah, lo siento Jess, no era mi intención…-no pudo seguir hablando porque de pronto sentimos todos un golpe en el coche muy grande haciendo que a Ian se le descontrolara un poco.
    -¡¿Qué pasa?!-dije con nerviosismo. Mire hacia atrás y lo que vi me paralizó y me asustó. Había un perro o intento de perro robot más grande que el coche persiguiéndonos y estaba al lado nuestra. Me agaché enseguida tapándome la cabeza con las manos.-¡Ah! ¡No, no, no, no! ¡¿Qué es eso?!-Ray enseguida bajo la ventanilla y empezo a disparar pero las balas le rebotaban ¿De qué estaba echo?. De la boca del perro salió un láser que casi le dio a mi hermano el cual se metió para adentro.
    -Ya puedes acelerar.-Ian le hizo caso y aceleró pero ese perro era rapidísimo. En cuestión de segundos se puso a centímetros detrás nuestro y con unas pinzas mecánicas que le salieron del pecho hizo un agujero en mi parte de arriba del coche. Yo me tumbé en el hueco de los asientos mirando hacia arriba. Las pinzas entraron por el hueco e intentaron agarrarme. Grité.
    -¡Ayudarme!
    -¡Jess!-grito mi hermano quien cogió la pistola e intento disparar a las pinzas sin resultados efectivos. Entonces fue cuando Ian apunto y disparó. La bala atravesó el cristal de atrás haciéndolo añicos y dándome unos pocos y la bala creo que le dio en la cara al perro haciendo que sacara las pinzas pero en cuanto lo hizo con ellas empujo el coche de tal manera que se descontrolo y empezo a dar trombos con nosotros dentro.

    El coche se había quedado boca abajo y como Ray y yo teníamos el cinturón puesto quedamos boca abajo. Asi que me lo quité cayendo al suelo o lo que era antes el techo del coche o lo que quedaba de él. Me quejé, me había hecho daño en un brazo pero por lo demás creo que estaba bien. Ray también se quejó e hizo lo mismo que yo, soltarse.
    -Jess…-susurré. La vi tirada boca abajo. Mierda cuando habíamos volcado y girado no tenía puesto el cinturón, espero que este bien.
    -¡Jess!-medio grito Ray. Se había preocupado como yo pero es que tenía los ojos cerrados con sangre en la frente y no se movía. Quisimos ir los dos a tocarla pero de pronto algo cogio a Ray de los pies y lo saco fuera de golpe. El grito de sorpresa.
    -¡Ray!-Salí como pude por donde él. El perro le tenía agarrado con las pinzas por una pierna y le miraba como escaneándolo. Ni se lo pensó que Ray ya le estaba disparando, creo que eso al perro no le gustó porque le lanzó como si fuera basura que había que tirar. No sé cómo cayó porque estaba atento al perro pero le había tenido que doler. Saque mi pistola y le empecé a disparar pero las balas le rebotaban ¿Cómo era posible? Si estas balas estaban echas justamente para matar robots. El perro se enfadó y fue a por mí. Yo corrí lejos del coche para que Jess no saliera perjudicada.
    Y justo antes de que me cogiera con las pinzas cogí mi espada y la corte.
    -¡JÁ! ¡¿Ahora qué?!-dos segundos después de decir eso salieron muchísimas pinzas más unidas a un cable que parecía una serpiente de lo mucho que se movía.-Me pasa por bocazas.-Me dio un latigazo con esos cables que vi las estrellas, no, el universo. Me tiró unos metros hacia atrás. Vi que un poco más lejos estaba la mochila con las armas ahí había una pistola laser muy potente y que nunca utilizo que podía servir para cargarme al puto robot este. Mire al robot y me quede blanco. En dos segundos que le había quitado la vista de encima ya había cogido a Jess rodeándola con los cables de sus pinzas. Mierda.
    -¡Jess!-grite. Corrí hacia la bolsa pero el perro de pronto me lo impidió, me había cogido de la pierna. Creí que me iba a lanzar contra algo pero en vez de eso empezo a apretarla. Grite. Me había quedado a muy poco de la mochila. Me apretó más y yo volví a gritar.

    Cuando me había tirado me había dado bastante fuerte contra el suelo quedándome un poco atontado, hasta que escuche el grito de Ian. Mire. El perro había cogido a mi hermana y ahora tenía cogido a Ian de la pierna y parecía que le hacía daño. Mierda, mierda, mierda. Me levanté y vi lo que quería hacer Ian. Quería coger la mochila de las armas que estaba tirada, luego también vi que su espada estaba tirada en el suelo y por encima encendida. Corrí hacia ella. La cogí y antes de que el robot se diera cuenta de nada le corte los cables que cogían a Ian. Quise ir a por él y a cortar los que tenían a Jess pero entonces el perro disparo un láser que a pesar que dio en la tierra desprendía tanto calor que nos quemó un poco a los dos.
    Empezo a disparar seguido asi que los dos corrimos cada uno para un lado. Hice un Zigzag y fui hacia el, pero entonces me dio con otros de sus cables tirándome al suelo.
    Justo cuando me iba a coger alguien disparo a su cara haciendo una pequeña explosión. El robot hizo un ruido raro. Mire de donde había venido el disparo. Había sido Ian que tenía una pistola un poco extraña en la mano. Apuntó y volvió a disparar dándole de nuevo pero esta vez en el pecho. Confiaba en la puntería de Ian y sabía que era casi imposible que le diera a Jess asi que aproveche para ir con la espada y cortar los cables que la tenían. Justo cuando me puse de pie la maquina me cogio de nuevo de una pierna y me tiro. Me di contra Ian cayendonos al suelo los dos.

    Mierda, esta vez el robot había sido rápido. Ray choco contra mí. Parece ser que el robot se cansó de nosotros y salió corriendo llevándose a Jess con él. No lo permitiría. Vi que Ray salió corriendo también detrás del robot con mi espada en la mano. Yo me quede el sitio apuntando con la pistola. Si lo hacía bien con dos disparos sería suficiente para pararla. Venga… un poco más hacia la derecha… solo un poco más.
    -¡Ian dispara ya!-un poco más… En cuanto lo tuve a tiro dispare, una vez y dos veces. La primera le dio en la pierna trasera derecha y la segunda en el mismo sitio quedándose sin ella. Al caer aproveche y volví a disparar dos veces en la otra pierna trasera también quedándose sin ella. Vi como Ray corría hacia allí porque a pesar de no tener piernas traseras el robot seguía huyendo, a paso de tortuga y arrastrándose pero seguía huyendo.
    Yo también fui hacia allí corriendo. El robot se dio la vuelta mirándonos y volvió a disparar. A Ray le paso de largo ya que estaba más cerca de ella pero a mí me paso demasiado cerca y cerca no es un metro, no, cerca es a centímetros de mí. No me dio pero sentí como al pasar por mi lado me quemaba el brazo. No grite pero me cogí el brazo. Había quemado la manga de la camiseta y tenía quemada la piel pero bien quemada. Joder, como dolia… a pesar de eso fui de nuevo hacia allí porque Ray tenía problemas. Como el robot estaba mirando a Ray y atento a él aproveche y justo cuando estaba al lado le disparé dos veces en la cara al mismo tiempo que Ray saltaba y cortaba los cables que tenían a Jess. La cabeza salto por los aires y Jess cayó en brazos de Ray.
    Se acercó a mí.
    -¿Estás bien?
    -Más o menos ¿Y tú?
    -Bien y Jess también, solo esta inconsciente. Y por lo que veo vamos a tener que ir andando el resto de camino… ¿Faltaba mucho?
    -No, pero andando vamos a tardar por lo menos un día y medio más.-me parece que vio que me cogía el brazo. Porque caminamos hacia el coche para coger nuestras cosas y en cuanto soltó a Jess un momento me lo dijo.
    -A ver… ¿Qué tienes ahí?
    -Ah, no es nada, tranquilo
    -A ver…-me miró unos segundos-déjame ver, no me seas rancio.
    -¿rancio?-sonreí y quité la mano.
    -Sí, rancio y antipático.- no conteste- Joder Ian ¿Dices que no es nada? ¿Tú lo has visto bien?-Me puso a la poca luz que quedaba.-La verdad es que tiene mala pinta.
    -Eso es una pedazo de quemadura, espera aquí y que no te dé el sol.-Se fue a coger algo del coche yo de mientras espere mirando a Jess. Estaba guapa hasta asi. Ray no tardo mucho enseguida vino con agua, una pomada y pastillas.

    Lo último que recordaba era que me daba un golpe enorme contra alguna parte del coche. Es verdad… un robot muy grande nos había atacado volcando el coche. Me incorporé. Era por la mañana ¿Tanto había dormido? Me toqué la cabeza, tenía una venda y además me dolia un poco. Estos dos habían improvisado un campamento al lado del coche. Lo único era que no estaban ninguno de los dos. Por lo que veía habían derrotado al perro pero… ¿Dónde estaban? No veía a ninguno y estar tenían que estar porque si no ¿Quién me había curado?
    Me apoyé en el coche para levantarme pero no sé porque me maree. Menos mal que alguien me agarro por detrás impidiendo que me cayera.
    -¿Estas bien?-me pregunto Ray que era el que me había agarrado.
    -Sí, más o menos…- me callé porque vi al perro robot destrozado un poco más lejos. No sabía lo que había pasado pero me lo imaginé. No pude resistirme a abrazarle. No dijo nada simplemente me correspondió el abrazo y nos sentamos.
    -Descansa un poco más anda…-me toco el pelo.
    -¿Estas bien?-el asintió.-No puedo descansar, no tenemos coche asi que ahora tenemos que ir andando.
    -Por un poco más que tardemos no creo que pase nada ¿no?
    -Si pasa. ¿Dónde está Ian?
    -Ahora viene, ha ido a ver si había algún coche por ahí tirado.

    Me había pasado dos horas buscando un puto coche pero nada. Dos horas que habían sido caminar una hora hacia dónde íbamos y la otra de vuelta para nada. Y cuando llego me veo a Jess abrazada a su hermano. Sé que es su hermano y que es absurdo ponerse celoso pero es que entre ayer y hoy ya estaba hasta los cojones. No escuchaba la conversación pero veía los gestos. Mierda. Mierda de robots y mierda de planeta y mierda todo. Me acerqué enfadado cosa que noto Ray porque Jess se había vuelto a dormir pero no me preguntó ni me dijo nada. Pasó de mí un montón, muy bien que hizo, sino seguramente le hubiera contestado mal.

    Caminábamos por medio del bosque pero pegados a la autovía que llevaba hacia Texas. Al principio empezamos rápido pero después de cuatro horas ya íbamos más lentos. Se notaba que hasta hace casi un día nos había atacado el robot. O sea, a mí no me dolia nada pero a ellos se les notaba bastante. Yo creo que ya caminaban por inercia, si hasta iba yo primera.
    Mire la hora, eran las 4 de la tarde y según Ian no llegaríamos hasta las 10 de la noche, por lo menos. Pues vaya…
    De todas formas sobre las 6 de la tarde paramos y menos mal porque a mí ya me estaba dando algo de tanto caminar y caminar.
    Me senté en un tronco de árbol caído a mirar el camino que nos quedaba por recorrer mientras bebía un poco de agua. Estaba cansada y por encima en cuanto llegáramos teníamos que prepararnos y pensar bien en lo que íbamos a hacer. Porque esta vez no podíamos entrar de frente, no, teníamos que hacerlo con cuidado y sabiendo cada pasó que íbamos a dar. Si soy sincera… no quería llegar a Texas, no quería enfrentarme a ellos. Solo quería huir y esconderme para siempre.
    -Hey ¿Quieres algo de comer?-me pregunto Ian mientras se sentaba al lado mía.
    -No, Gracias. No tengo hambre.-Volví a beber agua y se le pasé a él bebiendo también.
    -Oye, perdona por haber estado tan antipático, como dijo tu hermano, estos días. Tenía que pensar.
    -No pasa nada pero podrías avisar que creí que te habías enfadado conmigo.
    -¿Por qué iba a estar enfadado contigo? Si no me has hecho nada…
    -Ay no se…
    -En realidad me enfade con Ray.
    -¿Por qué? ¿Por lo de cariño?
    -Te dijo que me lo dijeras ¿A que si?
    - si… ¿Por qué te sentó tan mal?
    -Bueno… porque él está muy pesado con un asunto que es lo único que me está costando en la vida llevar hacia adelante.
    -¿El qué?
    -Es… sobre ti.- ¿Sobre mí? Me miro a los ojos y volvió a cogerme la mano como la última vez en la fogata, acariciándomela. El corazón se me aceleró. Por favor que sea eso.- Es que yo…-lo dejo ahí pero no sé si por instinto nos empezamos a acercar el uno al otro. Despacio y parándonos. Todo el rato mirándonos a los ojos, hasta que los cerré para que pasara lo que tuviera que pasar.
    No paso porque de pronto la marca me empezo a quemar, a quemar de verdad, no como la última vez que solo se calentó un poco, no. Sentía como me ardía la piel y un calor asfixiante no me dejaba respirar bien. Me separé de pronto y grité.
    -¡Quema!-me toque con la mano pero al hacerlo me la quemé también. Me caí al suelo, asustada y con dolor.
    -¡Jess!-se agacho junto a mí-¿Qué pasa?
    -¡Quema! ¡Me quema!-empecé a derramar lágrimas de dolor pero es que me quemaba mucho.- ¡Que pare!-grite dándome un golpe contra el suelo. Ian de pronto me tiro el agua que quedaba en la marca. Esta se evaporó en segundos.
    -¡Jess!- lloraba de dolor y me quejaba y gritaba. Juro que creía que me iba a desmayar de dolor pero no lo hice porque de pronto me dejo de quemar. O sea todavía me dolia un poco por haberme estado quemando pero el calor había desaparecido y poco a poco también lo haría el dolor.- ¿Jess?-le mire, todavía en el suelo, justo en el momento en que mi hermano chocaba de pronto contra él, cayendo los dos al suelo. No me dio tiempo ni a preguntarles nada porque desde donde había venido volando Ray había robots y no eran dos o tres, no. Eran por lo menos, a ojo, unos 20, todos de pie mirándome. Me quede paralizada de nuevo. Aun cuando el robot que estaba más carca mía se empezo a acercar a mí no me moví.
    Sentí como alguien me cogía del brazo izquierdo intentado levantarme a la vez que disparaba contra el robot dando en el blanco. Ian me levanto sin esfuerzo y salió corriendo todavía agarrándome y tirando de mí. Vi que mi hermano también hacia lo mismo.
    Creí que entre los arboles a lo mejor los despistaríamos porque ellos nos perseguían pero resulta que, por mala suerte nuestra, el bosque se acababa dejando paso a una vasta extensión de campo sin ni un puto árbol. Creo que eso a Ian y a Ray les dio bastante igual porque siguieron corriendo. Cosa que ahora que me daba cuenta era inútil porque tarde o temprano nos íbamos a cansar y los robots eran más rápidos que nosotros y no se cansaban.
    No tardaron en llegar a nosotros a pesar de que Ray e Ian disparaban una y otra vez hacia ellos, acertando casi todas las veces pero es que eran demasiados.
    Nos tuvimos que parar porque ahora no había solo por detrás sino por delante. Había aparecido más rodeándonos, si hasta llegaban en una camioneta de estas de policía con una celda detrás. Me puse detrás de Ian y de mi hermano que me protegían y me agarre a la ropa de Ian. Esta vez no sé cómo íbamos a escapar de esta, no se… si iba a salir de esta.
    Los robots fueron hacia nosotros a la vez, Ray e Ian empezaron a disparar a todo lo que se movía. No pudo impedir que uno de ellos llegara a mí y me cogiera de un brazo demasiado fuerte. Grité.
    -¡Jess!-gritaron los dos. El robot me arrastraba consigo haciéndome daño en el brazo y separándome cada vez más de mi hermano e Ian asi que saqué mi pistola y le dispare en la cabeza. Cayó como piedra al suelo. Se acabó ya lo de asustarme y dejar que me protegieran, yo también tenía que hacer algo por mí, por sobrevivir. Asi que empecé a disparar como me dijo Ian, la primera y única vez que me enseño. No acertaba como el pero acertaba más de lo que yo hubiera pensado nunca. Por unos minutos tuve esperanza de poder salir de aquí, de poder ganar y seguir con lo pensado porque por unos momentos los robots no podían acercarse a más de 5 metros de nosotros, por los disparos. Solo por unos momentos.
    No sé de dónde vino, ni sé que robot fue pero el caso es que fue rapidísimo y muy doloroso para mí.
    Estaba disparando hacia los robots y acercándome hacia ellos dos, cuando estaba a nada de pronto me volvió a quemar como antes la marca. Mi instinto fue agacharme y cogerme la marca, cuando me erguí de nuevo algo impacto en mi hombro derecho haciendo que soltara el arma y cayendo hacia atrás.
    Es extraño, por unos segundos no sabía lo que había pasado ni me dolia nada. Fue cuando me mire el hombro que me asuste y como si nada, asi sin más, un dolor intensísimo me atravesó ahí recorriéndome toda esa parte.
    Grite como nunca lo había hecho, intentando taparme con la mano la herida que tenía. Uno de los robots me había disparado con uno de sus láseres. Vi sangre y más sangre. No paraba de salir sangre y yo cada vez me asustaba más. ¡Estaba herida! ¡Me han disparado! En la vida había recibido un disparo y ahora va… y me dan.
    -¡No, no, no, no, no, no, Jess!-dijo Ray en pánico. Vi que los dos quisieron ir a por mí pero los robots los cuales habían tomado ventaja de la situación me cogieron levantándome bruscamente y cerrándoles el paso a ellos. El robot que me levanto me cogio con los dos brazos en una especie de abrazo impidiendo que me fuera y arrastrándome con él.
    -¡RAY! ¡IAN!-había perdido la pistola y lo único que podía hacer era forcejear lo que podía ignorando el dolor (o intentándolo)
    -¡JESS!-Escuche que me llamaban pero ya no sabía quién de los dos gritaba. Solo escuchaba sus disparos y veía a los demás robots acorralándolos.
    -¡AYUDARME! ¡IAN!-grite de nuevo. El robot me dio la vuelta impidiendo ver la batalla. Me llevaba a la parte de la celda de la camioneta.- ¡No, no, déjame!-intentaba zafarme del pero era muy fuerte, todos lo eran, era imposible para mi.- ¡Ray!-el robot, me tiro dentro y cerró la puerta rapidísimo para que yo no pudiera salir. Me levante como pude y me pegue a las pequeñas ventanitas que tenía la parte trasera de la camioneta.- ¡RAY, IAN!-empecé a golpear las ventanas esas pero eran aprueba de balas y además solo podía hacerlo con el brazo bueno. La camioneta arrancó y yo no veía ni a Ray ni a Ian.
    Y cuando ya nos estábamos alejando vi a Ian correr hacia mí. No sabía si estaba gritando por que no escuchaba nada de fuera.- ¡IAN!-grite golpeando la ventana. Le di hasta patadas a la puerta pero nada y esto cada vez se alejaba más de ellos.- ¡IAN!-ya casi ni le veía porque la camioneta había cogido velocidad.-Ray, Ian…-me deje caer al suelo de rodillas y empecé a llorar. A llorar por todo, por el dolor, por ellos y porque me estaban separando de las personas que más quería en este mundo hacia un destino fatal, porque seguramente moriría.
    -¡IAN!
     
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    Capítulo 10.
    -¡JESS!-grite con todas mis fuerzas cuando ya no pude correr más y reconocí que era imposible alcanzar la camioneta.- ¡JESS!-sé que gritando el nombre no iba a conseguir nada pero es que había entrado en la desesperación y en el miedo, miedo a perderla. Me deje caer de rodillas en la carretera.-Jess…-hacia mucho tiempo que no me pasaba esto, sentir tanto miedo por una persona. La última vez fue con mis padres y acabo mal.- ¡MIERDA!, mierda, mierda… No… Jess…-me acorde de Ray y mire hacia donde supuestamente estaba. Lo vi arrodillado igual que yo con las manos en la cabeza y esta apoyada en el suelo. Mierda, no pensé en cómo se sentiría Ray por esto. Llevaba años protegiéndola con éxito y sin riesgos y hoy… su mundo se habrá desmoronado.
    Me levante como pude y fui hacia el corriendo.
    -Ray…-le toqué para levantarlo pero él me quito el brazo de malas maneras-Oye Ray, escúchame-hice de nuevo el intento de tocarle pero me volvió a quitar el brazo peor que antes, se levantó y me gritó.
    -¡Déjame en paz! ¡Todo esto es tu culpa!-¿Qué?
    -¡¿Mi culpa?! ¿De qué hablas?
    -¡Si tu no hubieras aparecido ese día con todos los diamantes, los robots no nos hubieran atacado y Jess estaría aquí! ¡Estaría aquí conmigo, como siempre ha estado!
    -¡No me echas la culpa de eso porque no la tengo! ¡Eso hubiera pasado tarde o temprano porque un pañuelo no iba a tapar toda la vida esa marca!- de pronto, con lágrimas en los ojos, me cogio de la camiseta y me pego a él con intención de pegarme-¿Qué quieres? ¿Pegarme? Adelante pero eso no te va a devolver a tu hermana.-me soltó y se volvió a poner las manos a la cabeza.
    -¡Jess!- fue más un quejido que un grito.-Tanto tiempo, protegiéndola para nada… Se la han llevado al igual que hicieron con papá y mamá; delante mía…-¿ves? eso no lo sabía-y yo… no he podido hacer nada.
    -¿Te vas a rendir?-me miro con tristeza.- Porque yo pienso ir a buscarla hasta donde haga falta. La seguiré hasta donde haga falta y hare lo que haga falta para salvarla. ¿Vienes conmigo o te rindes?-pasaron los segundos hasta que contestó.
    -Voy contigo. No puedo abandonarla.
    Y entonces escuchamos algo que nos devolvió la esperanza. Eran pitidos de coches que venían hacia nosotros y en ellos los amigos de Ray de Illinois. Si, los mismos con los que hablo en la radio.

    Me quedé en el suelo de la camioneta con un dolor horrible en el hombro (Como que no movía ese brazo y además no dejaba de salir sangre) y apoyada en un lado medio llorando. He tenido muchísimas veces miedo pero esta se lleva la palma. No podía dejar de pensar en que iba a morir.
    No sé cuánto tiempo paso porque el reloj se me había caído en el forcejeo de antes pero seguramente habrán pasado algunas horas desde que me separaron de Ian y Ray o no... Sentí que la camioneta iba más lento y ruidos en la parte de adelante. Asi que me levante del sitio con esfuerzo y mire por la ventana justo en el momento que abrían la puerta, con todavía la camioneta un poco moviéndose, cogiéndome y sacándome de ella. Yo, claro está, quise salir de ahí e intentar soltarme pero uno de ellos me cogio el brazo del disparo y me lo retorció hacia atrás. Grité de nuevo.
    -¡Suéltame! ¡Me haces daño!-No me soltó solo aflojo un poco el agarre. No sirvió de nada porque me seguía doliendo y por encima me hizo caminar asi todo el rato. Entramos en una central enorme. La más grande que había visto en mi vida. Era la de Texas. Habíamos llegado a mi destino final.
    La central por dentro era como todas las demás solo que esta estaba infectada de robots que me miraban. Yo solo miraba al suelo intentado ignorar el dolor y a ellos.
    Nos paramos. Mire hacia arriba y vi otro robot enfrente nuestra. Los dos se miraban a los ojos. Seguramente se estarían intercambiando información. Cuando pararon el del frente mía me cogio la cara haciéndome daño y me la inclino hacia un lado dejándose ver mejor el sol. Todos los robots empezaron a hacer pitidos extraños. ¿Por qué no hablaban (que saben perfectamente) en vez de hacer eso? Ese pitido era muy desagradable. El de atrás me soltó de pronto y como el que me cogía la cara había aflojado el agarre le empuje y Salí corriendo hacia donde había venido. Me daba igual que hubiera tantos robots por medio, tenía que salir de aquí como sea.
    No dure ni 5 segundos suelta. Unas cadenas aparecieron de pronto enrollándome el cuerpo junto con los brazos y tirándome hacia atrás, dándome contra el suelo. No me hice mucho pero lo peor estaba por llegar. Mire hacia atrás y vi que el de antes tenía el extremo de la cadena que me agarraba enrollado en su mano y empezo a tirar de él, arrastrándome hacia él.
    Cuando llegue junto a ellos me prepare para algún golpe pero no llego ninguno. Se habían vuelto a quedar mirándose a los ojos. Ahora ya ni si quiera me podía mover. Ian… Ray…
    El robot en vez de levantarme para que caminara tiró de las cadenas arrastrándome por el suelo haciéndome más daño.

    Íbamos a toda velocidad por la carretera de ya el estado de Texas, nos faltaba muy poco para llegar. Al final me había salido bien lo de la radio y habían venido justo a tiempo.
    Les contamos todo lo que había pasado incluido lo del sol de Jess. Se enfadaron conmigo un poco por no contárselo antes. Porque ellos también querían ayudar a proteger a Jess. Eso me sorprendió. Le iba a tener que hacer caso a Jess y confiar más en la gente.
    Luego me pase la mitad del camino pensando en Jess y la otra en que me había pasado con Ian. Vi que estaba preparando sus armas para estar a punto en cuanto llegáramos asi que no desaproveché la oportunidad.
    -Ian-no me respondió-¿Ian?-le toqué el hombro.
    -¿Qué, qué?
    -Quería pedirte disculpas por lo de antes. Sé que tú tienes la culpa pero es que me hundí totalmente. Lo siento.
    -Ah, no pasa nasa. Te entiendo.-volvió a su arma.
    -Tío, estas muerto de miedo.-me miro con sorpresa.- ¿Miedo de que si la vamos a salvar o no, verdad? ¿Todo eso de antes lo dijiste porque si y sin creértelo?
    -No. Lo de antes lo dije en serio. De lo que tengo miedo es de no llegar a tiempo.
    -Seguro que lo hacemos-le sonreí.
    -¡Preparaos, estamos llegando!-dijo Black. Los dos miramos hacia el horizonte donde se veía la gran central de Texas.

    Me habían dejado unos minutos, bueno unos minutos… bien podían ser minutos que podía ser media hora… el caso es que me dejaron en una habitación a solas y sin las cadenas. Son muy confiados estos robots. A la primera de cambio vuelvo a intentar escaparme, vaya.
    No tardaron mucho en venir. Pensé en salir corriendo de nuevo pero me quede en el sitio. Los robots no eran tontos y habían venido con refuerzos para que no intentara nada. No es que les costara trabajo pillarme pero asi se ahorran el tener que cogerme.
    Había por lo menos 8 robots esperándome fuera. Uno me cogio del brazo, esta vez el bueno, y tiro de mi de nuevo bruscamente. Intente quitarme del agarre mientras caminábamos pero no podía asi que desistí y por primera vez desde que había entrado en esta central pensé en rendirme. ¿Para qué luchar si iba a morir de todas formas? Yo no podía luchar contra tantos, si ni si quiera me podía librar de dos. De lo único que me arrepentía ahora era de no haberle dicho a Ian que le quería.
    Me llevo hasta una puerta doble enorme. Y justo cuando íbamos a entrar sonó una alarma. Los robots que había alrededor se fueron corriendo en el sentido contrario nuestro. Esa alarma era de aviso, lo sé porque la última vez también sonó.
    Alguien había entrado a la fuerza. Mis esperanzas volvieron. Seguro que son Ian y Ray.
    El robot tiro de mí y yo empecé de nuevo a tirar para librarme de él.
    -¡RAY, IAN!-los llamaba gritando.- ¡Suéltame!-le empecé a pegar patadas pero el robot no se inmutaba y seguía tirando de mí. Vi que íbamos hacia el tubo alargado y transparente que vi hace muchísimo tiempo.- ¡NO! ¡No quiero entrar ahí!-Tiraba y tiraba sin éxito hasta que, por lo visto, el robot se cansó de mí y de mis gritos. Me tiro al suelo fuertemente golpeándome la espalda y me agarro del cuello apretándolo y volviéndome a subir.
    Me tenía agarrada del cuello con una mano, en el aire. Me faltaba el oxígeno, no podía respirar. ¿Me iba a matar antes de tiempo? Mierda… ya no quería morir. Soltó un poco el agarre y pude respirar pero aún me tenía cogida.
    -¡JESS!-me sorprendí. Pero no por el gritó sino por quien había gritado.
    -¡Oye, tu! ¡Suéltala!-pude mirar de reojo al igual que el robot. Eran Ian y Ray.
    -¡IAN, RAY!-el robot me bajo al suelo pero me siguió agarrando poniéndome delante de él. Supongo que por si estos dos se ponían a disparar no le dieran o simplemente para que no lo hicieran ya que si lo hacían me daban a mí.
    -¡Jess!-grito Ian. De pronto aparecieron unos cuantos robots para atacarles. El robot que me cogía me empezo a arrastrar de nuevo hacia el tubo.
    -¡IAN!-sé que ellos estaban haciendo todo lo posible por llegar.- ¡RAY!-de pronto el robot me dio la vuelta impidiéndome verles como si fuera un muñeco y me tiro dentro del tubo cerrándolo al instante. Yo empecé a golpear el tubo pero era incluso más duro que las ventanas de la camioneta. Me fije en Ray y vi que le cogían y lo tiraban contra una maquina muy rara. Luego le dispararon dándole en la pierna. Grito.
    -¡RAY! ¡RAY!-golpeaba el tubo. Ian tenia paso libre y fue corriendo hacia mí pero el robot que me había dejado aquí le empezo a disparar pero él no se detuvo siguió corriendo. Hasta que le dio.
    A lo mejor si hubiera sido una normal hubiera seguido corriendo pero esta no era ni una bala, ni un láser ni nada de eso. Era algo parecido a lo que se le incrusto a Ray la última vez en el hombro pero peor. Porque en cuanto se le clavo le electrocuto bastante fuerte. Ian grito y cayó de rodillas. Pero no se rindió se intentó levantar de nuevo.
    El robot al verle le disparo otro cosa de esas haciendo que la descarga fuera doble. Le dio una descarga enorme. Si hasta veía la electricidad sobre su cuerpo. Cayó de nuevo al suelo.
    -¡IAN!-la electricidad era constante. Entonces vi que otro robot fue a un ordenador que estaba al lado mío y empezo a tocar botones y a salir números en la pantalla del gran ordenador. Intente fijarme en todo lo que hacía.
    Cuando le dio a un botón de pronto dentro del tubo empezaron a aparecer partículas de luz de un color azul raro que iban de arriba abajo. Era igual que hace años. ¿Me pasaría igual que al papel? Vi que aparte de Ian y Ray también estaban mis amigos “guerreros” de Illinois que empezaron a entrar luchando con todo lo que se movía.
    A Ray no le veía había demasiada gente de por medio pero a Ian sí.
    El robot que le había disparado fue a por él pero no pudo mirar más porque de pronto la marca empezo a quemarme más que la última vez y por encima también empezo a brillar.
    Grite y me tire al suelo, bueno más bien la luz esa me hacía presión y me obligaba a agacharme. Me dolia y ya no solo la marca, sino por dentro. Sentí como mi corazón empezo a acelerar de una manera que lo escuchaba y sentía como la sangre iba más rápido. Mi respiración se entrecortaba por momentos. Me iba a desmayar y sabía que si lo hacía no volvería a abrir los ojos nunca más. Yo no dejaba de gritar pero… es que dolia tanto… Mi corazón iba a estallar de un momento a otro.
    De pronto sentí como alguien se agachaba junto a mí y me abrazaba fuertemente. No sé porque pero creí que ya estaba muerta y un ángel venía a por mí, no creo en Dios pero siempre me había gustado creer que cuando muriera iría al cielo.
    Claro está que no era un ángel y yo todavía no estaba muerta. Abrí los ojos y vi que el que me abrazaba asi, era Ian. De algún modo había conseguido abrir la puerta. De todos modos el proceso seguía. No tenia fuerzas ni para hablar. Solo vi que la marca se desprendía de mí y flotaba en el aire en forma de luz para pegarse a Ian. Se había traspasado. A mí se me pasó el dolor pero Ian grito. Me abrazaba tan fuerte que me hacía daño.
    -Te quiero.-me susurro al oído. Luego hubo una luz intensísima que nos cegó a casi todos.

    Cuando pude ver bien vi que Ian estaba encima de mí con los ojos cerrados y la marca no estaba por ninguna parte.
    -¿Ian?-escuche un ruido que venía de uno de los lados. Era el tubo de metal que contenía al “Padre” de los robots. Se estaba encendiendo y abriendo. Parece ser que los demás siguieron luchando pero a mí ya me daba igual todo.- ¡IAN!-grite. Le moví, pero no se despertaba.-Ian, por favor despierta.-No puede estar pasando esto.- ¡Ian!-Le tome el pulso. No tenía.- ¡IAN! ¡NO! ¡IAN!-empecé a llorar.- ¡por favor despierta! ¡No me hagas esto!-cada vez lloraba mas.- ¡IAAAAN!
    Sentí como alguien quería apartar de él asi que me tire casi encima de Ian cogiéndome.
    -¡NO!-eran mis amigos que tenían un aparato de reanimación y lo único que querían era ayudar pero yo no les ayudaba mucho.- ¡IAN!-no paraba de llorar y gritar. ¡NO PUEDES ESTAR MUERTO! ¡TU NO!
    -Jess, por favor apártate.
    -¡IAN!-alguien me cogio y me quito a la fuerza era mi hermano.- ¡NO DEJAME! ¡Quiero ir con Ian! ¡Suéltame!-me movía y hacia fuerza para que me soltase pero Ray me cogía muy fuerte sin decir palabra solo miraba como le hacían la reanimación cardiaca a Ian con unas mini placas que producían choques eléctricos al corazón para que volviera a latir. Una y otra vez. Una y otra vez. Hasta le hicieron el masaje cardiovascular. Y nada.- ¡IAN!
    Mis amigos se rindieron y nos miraron a los dos.
    -Lo siento-dijo Franky.
    -No, no, no, no, no. ¡Es mentira! ¡No está muerto!
    -¡Jess!-mi hermano hizo que le mirara. Yo estaría llorando como nunca pero a él se le saltaban las lágrimas.-Acéptalo… se… que es duro pero acéptalo.-me quiso dar un abrazo pero yo me aparte. Entonces pensé en algo. No sabía si iba a funcionar pero ya no me quedaba otra. Era probar eso o dejar muerto a Ian y eso no lo iba a permitir.
    Corrí hacia el ordenador de antes.
    -¡Jess!-Me llamo Ray pero le ignore. A lo mejor si le daba a los botones indicados podia hacer volver al sol a como estaba antes y a lo mejor Ian volvía a mí. O sea rebobinar la cinta hacia atrás. Si eso lo ha matado también pude revivirlo y de paso paraba al robot “padre”.
    Cuando llegue al gran ordenador había robots ahí que me impedían el paso.

    La llame pero no me hizo caso. Se había enfadado por lo que le había dicho seguro pero ¿Qué le hago? A mí también me dolia que Ian no estuviera ya con nosotros, es más, me dolió más de lo que yo pensaba. Era imposible no llorar. Y si me dolia a mi Jess tenía que estar destrozada.
    Vi que iba hacia el ordenador de antes en el cual había robots. No sé lo que tenía pensado hacer pero Ian no iba a morir en vano. Jess tenía que vivir a toda costa, ya no por mí sino por Ian.
    Corrí hacia allí, para ayudarle y cuando los robots fueron a atacarla dispare dando en el blanco. Jess me miro por unos segundos yo le hizo un gesto para que siguiera y asi hizo. Se puso en ese ordenador y empezo a apretar botones.
    Yo me puse detrás suya mirando hacia la batalla para resguardarle las espaldas mientras hacia lo que estuviera haciendo.
    Los robots al ver que estábamos tocando ese ordenador vinieron hacia aquí pero yo no les dejaba acercarse. Disparaba y disparaba. Lo malo que entre el cansancio y el dolor de la pierna por el disparo de antes fallaba más. Mire de reojo a ver cómo iba. Solo veía letras en pantalla, no entendía nada pero confiaba en ella. Si antes vio como el robot encendía el tubo para despertar al robot “padre” entonces ahora puede que pudiera hacerlo al revés. Porque algo que siempre me sorprendió de ella era la sorprendente capacidad que tenia de observación y memorización. Veía algún movimiento o leía algo una vez y se acordaba perfectamente. Era increíble.
    Uno de los robots me sorprendió por lo rápido que fue. No tuve tiempo de dispararle asi que me golpeo tirándome hacia atrás y cayendo al lado de Jess. Me cogio del cuello y me golpeo contra el suelo.
    -¡Date prisa!-pude decir todavía en el suelo. El robot me levanto pero yo le puse los pies en el pecho e hice fuerza para que me soltara. Al final le di una patada mandándolo un poco hacia atrás y haciendo que me soltara. Antes de que volviera hacia mi le dispare dándole en la cabeza.- ¡Jess!
    -¡Ya casi!-Cuando me volví hacia ella de la nada aparecieron otros dos robots. Uno me golpeo en la cara mandándome lejos de Jess. El otro… iría a por Jess.

    Solo un poco más…. Faltaba poco. No paraba de llorar y por encima me estaba costando porque tenía que averiguar una contraseña que apenas vi. Pero… ¡Ya! Sí. Justo cuando le iba a dar al botón rojo que le dio el robot nada más empezar algo me cogio por detrás y tiro de mi separándome del ordenador. Un robot me lanzo hacia atrás.
    -¡No!-vi que fue a poner como estaba el ordenador asi que fui a por él pero el robot se dio la vuelta y me pegó un puñetazo que me partió el labio y me dejo tonta.
    Entonces todos escuchamos un ruido atronador y que nunca había oído. Mire de donde venía. Era el robot “padre” estaba a punto de salir y si lo hacía no solo iba a morir Ian aquí hoy. Aproveche que el robot estaba distraído para empujarle y poder darle al único botón que quedaba pero él me cogio fuertemente.
    Se volvió a escuchar ese sonido.- ¡Mierda! ¡El botón!-quería llegar a él pero no lo conseguía el robot me tiro lejos de él y caí justo al lado de Ian que seguía dentro del tubo inmóvil. Este era el final.
    Pues no. Parece ser que mi hermano me entendió a la perfección y cuando alce la vista lo vi pulsando el botón.
    Entonces fue cuando todo se volvió una locura. El sonido del robot “padre” sumado con los de los otros robots, el ruido de la batalla y el ruido que hacia el tubo encendiéndose de nuevo con Ian dentro fue tan grande que creí que me iba a quedar sorda.
    Los robots se volvieron locos y empezaron a luchar salvajemente y sin piedad. Lanzaban láseres y balas de todo tipo. Sacaban armas, golpeaban. ¿Lo habría hecho bien? Me levante a pesar de todo y volví al ordenador. Otro robot había golpeado a mi hermano separándolo demasiado.
    Toque unos cuantos botones y la puerta del tubo de metal se empezo a cerrar mientras que, donde estaba Ian había cada vez más luz. Unos segundos más y supuestamente el sitio donde estaba el robot principal estallaría, bueno, eso y todo. Corrí hacia el tubo y lo abrí. Salió tanta luz que me cegó y un segundo después explotó todo. Sentí como algo me quemaba en el cuello. La explosión del tubo y de todo me tiro al suelo separándome de Ian. No sabía hacia dónde ir, no sabía qué hacer. Solo sé que lo último que vi fueron piedras cayendo encima de mí.
     
  12.  
    JimenaAlonzo

    JimenaAlonzo Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    1 Septiembre 2011
    Mensajes:
    74
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    The War (guerra entre androides y humanos en el futuro)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    788
    Ultimo capitulo.

    No sentí dolor alguno, solo el de antes, es decir que creí que las piedras caían sobre mí pero no sentí el impacto de ellas. Solo un empujón muy grande y luego el suelo. Alguien me llamaba. Una voz que me sonaba lejos pero que cada vez la escuchaba más cerca.
    -¿Jess?- abrí los ojos perezosamente. Había poca luz y eso que el techo que fue lo primero que vi estaba destrozado pero es que ya se estaba haciendo de noche.-Eh, ¿Vas a estar mucho rato más dormida? Jo, como duerme la tía…-vi su sonrisa, su hermosa sonrisa y luego sus ojos azules.
    -Ian…-se me agolparon las lágrimas de nuevo y me acordé de todo lo sucedido sin poder evitar llorar haciendo que a Ian se le quitara la sonrisa.-Eres idiota… creí que te había perdido para siempre.-me abrazó con fuerza y yo hundí mi cara en su hombro. Yo también le abrace con fuerza.- ¿Por qué?-le mire- ¿Por qué tomaste mi lugar? ¡Habías muerto!-Ian sin decir palabra me limpió las lágrimas de mi mejilla y sin previo aviso me beso.

    Joder la había echo llorar… y eso me dolia mucho asi que le limpie las lágrimas y como si lo hubiera hecho de toda la vida la besé. Pero fue un beso corto de dos segundos. Solo nos tocamos los labios. Aunque eso fue más que suficiente como para que mi corazón, de nuevo vivo, se volviera loco. ¡Lo había echo! ¡La había besado por fin!
    Me separé demasiado rápido pensando que a lo mejor a ella le había molestado. Cuando lo hice ella me miraba sorprendida.
    -Porque te quiero. ¿Ya te lo dije no?-a pesar de estas palabras seguía sin responderme y mirándome igual. Pero no me arrepentía de haberme declarado.- ¿Jessi?- de pronto me cogió la cara y fue ella la que me besó en los labios sorprendiéndome esta vez a mí.

    Nuestros alientos se mezclaron creando un nuevo sabor que jamás había probado. El me abrazó acercándome más a si y yo respondí rodeándole el cuello con mis brazos. Besó mis comisuras con delicadeza y con ternura y luego su lengua tocó mis labios. Yo le deje paso intensificando el beso más. En cuanto nuestras lenguas se tocaran sentí arder por dentro. Yo empecé con mi lengua a juguetear con sus dientes y con la suya cosa que me parece que le gusto porque sonrió. Me mordió un poco el labio sin llegar a hacerme daño. Y nos separamos unos segundos para empezar de nuevo. Lo único es que alguien nos separó, literalmente.
    -¡Eh, eh, eh!-los dos miramos separándonos enseguida. Era Ray.-Esta muy bien eso de que os queráis mucho y sobre todo de que estes bien, Ian, pero eso dejarlo para otro momento. Nos esperan fuera.-dijo eso ultimo caminando hacia la salida.
    Ian me ayudo a levantarme.
    -Ese beso significara “yo también te quiero” ¿no?-me reí.
    -Claro que sí.
    -Ah, entonces somos novios ¿no?
    -Sí.
    -Vale-nos reímos los dos mientras salíamos.
    Los robots, como me había cargado el ordenador principal, poco a poco se irían desconectando. Asi que supongo que ahora el mundo se libraría al fin de ellos.
    Todavía me dolia el hombro pero podía aguantar un poco más. Creo que Ian leyó los gestos de mi cara porque enseguida me cogio de la mano y nos miramos. No pude evitar abrazarlo mientras caminábamos.
    Vi que mi hermano nos esperaba en la puerta que daba al exterior, en cuanto la abrimos y salimos una avalancha de gente grito de alegría y euforia. Porque no solo estaban mis amigos sino la gente que vivía en esta ciudad y que se escondía había salido.
    Sin querer nos separaron. La gente decía cosas como: Gracias, sois los salvadores, sois los mejores pero sobre todo, Gracias. Yo en medio de tanta gente me había hasta perdido, no veía ni a mi hermano ni a Ian. Hasta que alguien me cogio por detrás y me pego al cayendo en su pecho. Ian. Sonreímos y entonces me di cuenta de que tenía la marca, bueno, entera no, tenía medio sol en la parte izquierda del cuello. El me cogio la cara con delicadeza y me hizo mirar hacia la derecha. Me toco donde tenía la marca antes. ¡Ah! No me digas…
    -¿Tengo medio sol?-el asintió-Igual que tu-se tocó y luego sonrió.
    -Eso quiere decir que estamos destinados a estar juntos.-sonreí al igual que él y nos volvimos a besar ignorando a toda la gente. A partir de ahora viviría como nunca. Porque ahora ya no tenía miedo. Era más feliz que nunca.
    Junto a él.
     

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