The Perfect Love Exists

¡Yay! Aqui esta Teru, encantada de comenzar a compartirles este fic, al cual he dedicado casi la mayor parte de mi vida x3 Ya la he publicado en otro lugar, pero le he estado buscando un sitio especial donde pudiera obtener la mejor atención de los espectadores. No garantizo interés con tan solo ver la cantidad de visitantes que le han echado el vistazo, doy garantía de que les interesa lo que escribo con una opinion y tambien permito alguna critica o consejo. Pero sobretodo, que hagan saber que estarán presentes en este fic y asi, yo podre continuar subiendo. Es un fic muy importante para mi, asi que... espero les guste x3

Primero coloco la Intro y despues publico el primer capitulo x3

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THE PERFECT LOVE EXISTS

INTRODUCCIÓN​

La vida nos puede tomar desprevenidos siempre que se lo proponga, ya sea de la mejor manera o de la peor, claro, eso conforme a la suerte de cada quien. Aquellos que han recibido en su vida gratitud y positividad que ha mantenido su felicidad, puede que su concepto de “en la vida todo es posible” se adecue a su buena experiencia, que a pesar de todo nada ha sido lo suficientemente duro para perderse en el camino y se puede asegurar que todo lo bueno es posible. Y para los que solo han sido recibidos en este mundo con golpes y heridas, el concepto adecuado a esta experiencia es que la única posibilidad, es de seguir sufriendo por los acontecimientos de la vida.
Uno se detiene a pensar “¿Por qué me ha tocado sufrir?”, “¿Por qué parece que todo está contra mí?”, “¿Qué he hecho para merecer que la vida me dé la espalda y permita que esto me suceda?”. Engaños, insultos, maltratos, falsedades, crueldades… ¿cómo es posible vivir así? Podemos echarle la culpa al destino, a veces es justo pero otras veces es injusta la manera en que decide como formar una vida.

Termina uno por encerrarse en esos pensamientos, en lo negativo, que se ha sembrado por todo lo que ha tenido que pasar, podríamos decir que somos sanos pero en realidad nos enfermamos de tanta indignidad, de tanta impotencia, nos llenamos de temor y de dolor, que eso nos lleva a desear quizás no haber existido ¿Para que… ? ¿Para que vivir si solo sufrimos? No somos felices en nuestra propia vida, nadie desea vivir en un mundo gris, tan frío y tan vacío.

Pero entonces, nuevamente la vida nos toma desprevenidos, transformando inesperadamente nuestra perspectiva de “en la vida todo es posible”. Cuando estamos por hundirnos en el abismo de nuestro interior, cuando creemos que nada nos salvará ni que nada nos impedirá perdernos en ese sufrimiento y esa alma adolorida y quebrantada, la posibilidad abre nuevos caminos, por rumbos que uno jamás había imaginado conocer y adentrándose todo parece solo un sueño, quizás sea cosa de delirios, pero no, es real. Finalmente, en ese instante descubrimos que la vida nos mira de frente y nos dice “todo va a cambiar”, ¿cómo ha de cambiar? Esa respuesta va dándose presencia a paso lento, al principio no logramos distinguir los ligeros procesos y en ocasiones nos desesperamos al esperar que ese supuesto cambio haga un efecto completo que nos compruebe y nos asegure que al fin nuestra vida será diferente, esperar no es nuestra virtud, ya que han sido tantos momentos de desesperación que exigimos algo absoluto. Nos ponemos histéricos y nos quejamos, hasta que sabemos que hasta el más mínimo detalle es posible disfrutar ahora, cuando antes no significaban nada.

No solo se notan detalles pequeños que ya existían, si no también se muestran detalles grandes y nuevos. Una nueva vida… nuestra salvación… por fin ya está aquí, se siente el cambio, el frío se convierte en calidez, lo gris se vuelve colorido y lo vacío se vuelve completo. ¡Esta es la felicidad de la que tantos hablaban! Tardamos mucho tiempo en conocerla, pero llegó, de tal forma que nuestras expectativas negativas ya no parecen importar, se quedan en el olvido y lo sustituyen… unas ganas inmensas por vivir.

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Autora: Kurebayashi Teru
Genero: Romance, Drama, Fantasia y Lime.
Episodio: Introducción.
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En seguida dejo el Primer Capítulo, espero que lo disfruten!! ^w^

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CAPÍTULO 1
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De nuevo sentía esa sensación en la que parece que todo a mí alrededor se derrumba, mis intentos por reconstruir mi refugio son inútiles, cada vez que pasa un huracán se vuelve mas y mas vulnerable, ya casi no me quedan fuerzas para sostener mi resistencia. Se presenta con tanta violencia y tan poca piedad que me deja aturdida y la cabeza flotando sin ser capaz de pensar en algo para evitarlo, cada vez es más difícil recuperarme y reconstruir. No tiene sentido si siempre termino perdiendo ante la fuerza con la que ataca, solo me queda esperar a que se vaya y termine su cometido para otorgarme mis momentos de paz. Es un trabajo duro soportar el dolor que deja ser azotada por el remolino, aun más si solo soy yo quien debe hacerse cargo de si misma. Tan solo me quedo quieta para esperar a que todo pase, guardando el poco aliento que me queda.

— Uy chicas, ¿no creen que nos hemos sobrepasado? —cuestionó quien representaba el principal origen de mis tormentos. La acompañaba el par de cómplices que hacían posible el caos— habíamos dicho que solo una salpicadita de agua —disimuló su angustia por haber llegado a la extremidad de su acto.

— ¿Pero que dices, Jane? Eso es exactamente lo que acordamos —le siguió en su imitación la joven castaña a su derecha, reconfortándola con haber hecho lo correcto.

— ¿Tú crees? —contemplaba su orgulloso trabajo deleitándose a su gusto.

— Jane, ¿no deberías llamar a tu Madre? Ella siempre se encarga de atenderla, ¿no? —le sugirió la joven rubia que se colocaba a su izquierda, aparentando importancia.

— Mmm… no lo sé, mi teléfono ya no tiene batería ¿Qué tal el tuyo Natalie? —respondió a su amiga.

— Ups… no lo creo, olvide que se me había terminado el crédito —.

— ¿Y tu Alexia? —pregunto a la castaña.

— Yo no tengo celular ¿lo olvidas? —.

— Humm… que desafortunada situación —suspiró sobreactuando aun su angustia— al menos sabrá que intentamos hacer algo amable por ella, y para nosotras la situación estaba fuera de nuestras manos —el par simplemente soltó una risa burlona. Entonces dio un par de pasos acercándose y se agacho quedando a mi altura, sentí su mirada con ese placer de presenciar mi pena, evite buscarla, porque ya conocía exactamente como lucían— ¿sabes? Deberías agradecerme… el favor que te hago, te permito ver las cosas como realmente son y es mejor conocer la verdad que dejarse engañar por las arrogancias de Mamá —dio su justificación totalmente convencida que era necesario actuar como ella lo hacia— no es bueno para ti que finjamos que realmente significas algo para nosotros, sabes que Mamá solo es buena contigo porque solo siente lastima de ti pero… ambas sabemos… que si Mamá esta triste… es por culpa tuya —su tono dejo de ser agradable cuando decía las últimas frases, ella no estaba tranquila si no se encargaba de impedir que se me olvidara que mi existencia era una molestia para ella, para nuestro hermano y según ella hasta para nuestra Madre. Se puso de pie sin decir nada mas, por fin había sido suficiente— vámonos chicas, llegaremos tarde a la clase —dio media vuelta junto a sus acompañantes y se alejaron.

No me moví hasta que estuvieron lo suficientemente lejos como para permitirme recuperar aliento e intentar mantener la calma. No quise ponerme de pie aún, porque sabía que si lo intentaba en ese momento las piernas no me iban a acompañar, me sentía entumecida y no estaba segura de poder mantenerme de pie, ya que realmente no me quedaban muchas energías.

— ¡Anna! —después de un par de minutos, escuche una voz que pude reconocer. Se acerco hasta que quedo frente a mí, al ver mi desfavorable condición se quedo perpleja— Anna… estas… estas totalmente empapada —era un habito que lograra causar pena a los demás, pero al menos creer que le importaba a alguien me hacia sentir un poco mejor. Su expresión cambio cuando dedujo la razón de como había quedado de esta forma– fue ella de nuevo ¿cierto? Jane te hizo esto –afirmo sin dudar esa posible causa sin que hiciera falta que respondiera, solo Elli sabía que mi propia hermana se dedicaba frecuentemente a humillarme sin escrúpulos. Empuño sus manos apretándolas con coraje— pero esta vez… ¡No se quedará sin que le diga todas sus verdades! –estuvo a punto de irse, pero alcance a sostenerle la muñeca para detenerla.

— No lo hagas… por favor… —le pedí, ya que si lo permitía seria volver a provocarla y eso, definitivamente no lo deseaba.

— Pero Anna… —.

— Por favor Elli… no vayas… —insistí, quería evitar mas problemas.

Vaciló pero finalmente se resistió a ir en busca de Jane— Está bien —.

Lo que iba a pedir iba a ser realmente vergonzoso, pero… en verdad estaba necesitando un poco de ayuda— ¿P-podrías… ayudarme a levantarme? —sentí tanta vergüenza que no fui capaz de mirarla mientras le pedía eso. Ella no dijo nada, solo tomo mis manos para ayudarme a levantarme, me sentí como una niña que no sabía caminar. Mientras me alzaba sentí que mis piernas querían traicionarme pero me resistí para no caer, hasta que pude permanecer de pie— Gracias… —murmuré aún sin mirarle, ya que mientras ella sostenía mis manos pude notar un ligero temblor y probablemente se haya percatado.

— Vamos a los vestidores, allí podrás secarte —rodeó su brazo en mi espalda gentilmente, de alguna forma supo que me encontraba indispuesta, pues claro, en estos momentos lucia como la imagen clara del desastre.

Al llegar a los vestidores, tomamos las toallas que habían allí para poder secarme, ella me ayudo con mi cabello, mientras que yo me ocupaba de secar mi cuerpo. No era la primera vez que Elli me ayudaba a resolver los problemas que Jane causaba dentro de la escuela, llevamos siendo compañeras desde el primer grado, pero nos hicimos amigas cuando cursábamos el tercer grado, y pues… todo comenzó cuando ella vio el momento en que Jane junto con sus cómplices destrozaban mis cosas, terminé llorando en ese momento y ella se me acerco ofreciendo amablemente que nos sentáramos juntas para que pudiera compartir su material conmigo. Después me regalo cuadernos y útiles que ella tenía en su casa, ya que me apenaba pedirle a mi madre que volviera a gastar por un material nuevo, así que obtuve el reemplazo gracias a Elli. Si no fuera por ella, mi estancia en esta escuela seria un completo infierno pero ella hacia que las cosas fueran un poco más equilibradas, tenía en quien apoyarme y a veces le contaba cosas para desahogarme, pero solo en raras ocasiones en que llegaba a mi límite, normalmente nunca le cuento a nadie cómo me siento.

No me gusta ser una carga para otros, siempre lo he hecho así, guardo todo dentro de mí, solo yo debo conocer lo que hay en mi interior, quizás también debe ser que no confio en nadie, no es algo sencillo saber a quién confiarle mis más profundos sentimientos, ni siquiera a mi Madre le digo todo. Podría decir que confío en Elli, pero siento mucha vergüenza tener que obligarla a estar escuchando mis penas, si ya hace demasiado auxiliándome cuando se presentan momentos tal cuales como este, y permitir que me soporte contándole mis inquietudes y pesares sería demasiado. Cada persona en su vida tiene problemas, quizás no a tal grado como los míos, pero aun así es una carga personal que uno mismo debe soportar y llevarle mis problemas a alguien que intenta como yo día a día enfrentarlos, es absurdo e innecesario.
Le estoy agradecida pero tampoco quiero incomodarla por mi causa, no le corresponde a ella ni a nadie cargar conmigo, eso es algo que solo me corresponde a mí. Ella terminó de secar mi cabello y yo había terminado de secarme el resto, después saco un cepillo que llevaba siempre con ella y lo uso para alisar mi cabello, yo le dije que no era necesario pero aun así quiso hacerlo, y nuevamente me avergoncé al sentirme como una niña aunque… era agradable recibir este apoyo.

— Tienes un cabello muy lindo Anna-chan, a puesto a que con cualquier peinado luces estupenda, no todas las chicas logramos hacer que cualquier peinado nos luzca bello —elogió mientras me cepillaba, y yo hice una leve sonrisa algo apenada.

— No digas eso, el tuyo también es lindo, yo ni siquiera me preocupo por peinarme, siempre lo dejo igual —casi nunca tenia ánimos de pensar en arreglar mi cabello de otra forma, siempre lo dejo suelto, además no me molestaba tenerlo así, me resulta cómodo.

— Hmm… entonces deberíamos pensar en hacerte lindos peinados, podría pasar a tu casa antes de venir a la escuela y así hacemos que llegues con diferentes y lindos peinados… ¿Qué te parece? –ofreció, no sonaba tan mal pero no quisiera molestarla con eso.

— No te preocupes, no es necesario que lo hagas —le respondí esperando a que no se le metiera mucho esa idea a la cabeza, ya que podía ser muy insistente cuando quería.

Por su parte no recibí ninguna respuesta, parecía que se entretenía con mi cabello por un momento y después buscó algo en su bolso hasta que encontró lo que quería, coloco frente a mi el objeto; un espejo. Entonces… noté algo curioso, una joven con el cabello arreglado en una trenza, que permitía dejar a la vista sus rasgos faciales— ¿Lo ves? Te ves muy linda —mientras contemplaba aquel reflejo sentí un nudo en el estomago y tuve que desviar la mirada, no me sentí capaz de seguir mirando allí— ¿Qué pasa? ¿No te gustó? —.
Negué con la cabeza y después le mire con una leve sonrisa— No, no es eso… es solo que… n-no estoy acostumbrada —esa fue mi mejor excusa para evitar decir que me sentía incomoda. Hubo un breve silencio, comencé a pensar que con ese comentario pude haberla ofendido, ya que ella hizo esto con buena intensión y yo… simplemente respondí sin agradecerle.

Mientras buscaba las palabras para disculparme, de pronto sentí un apretón de los brazos de Elli, me estrechó con un poco de fuerza y yo quede sorprendida ante esta acción— No permitas que Jane te quite el derecho de ser feliz Anna, se equivoca con sus acciones, no entiendo como no aprovecha de tener como hermana a una buena persona como tu… no es consiente de sus propios actos, yo solo pienso que ella está celosa de que tu Madre y tu sean muy unidas —escuchaba con atención lo que me decía, por un momento sentí que podía quebrarme al sentirme acogida pero resistí todo lo que pude para no permitirlo— su actitud hacia ti me parece irracional, no le veo sentido a su gusto por tratarte como si fueras una mala persona, es ella quien debería avergonzarse por ser tan terrible y descorazonada con su propia hermana y el hecho de que tu Madre y tu tengan una buena conexión hace ver que eres una buena persona y nadie mas que una Madre sabe mas quienes somos sus hijos realmente, a mi me hubiera gustado tanto tener a una hermana como tu, a veces es aburrido ser hija única —pude coincidir muy bien con ella, yo tampoco comprendía porque Jane siempre ha sido tan fría e injusta, tampoco para mi tenia sentido pero ella parecía tener una razón para actuar así, pero no la conocía.

Se puso de pie y tomó mi uniforme dejándolo a un lado– parece que ya está seco para que puedas volver a ponértelo, vamos que ya terminó el receso –tenia razón, debíamos apresurarnos para llegar a la próxima clase pero antes quise corresponderle, lleve mi mano a la suya tomando suavemente de la muñeca.

— Gracias… Elli, no solo por esto, si no… por todo lo que has hecho por mi —antes no encontraba el modo de demostrarle mi agradecimiento por estar siempre cuando la necesito, pero ahora, me sentía capaz de expresárselo adecuadamente— eres… realmente una excelente amiga —hable con honestidad.

Ella extendió una amable sonrisa— para eso estamos las amigas, para apoyarnos —.

Me apresure en volver a ponerme el uniforme para salir de allí y dirigirnos al aula, el profesor ya había llegado cuando entramos pero afortunadamente no recibimos un regaño por el pequeño retraso y entonces tomamos las clases sin ningún problema.

Como hubiera deseado que Jane hubiese sido mas como Elli, igual de amable y gentil, lamentablemente he tenido que soportar todas sus asechanzas desde que tengo memoria y aunque pudiera ignorar únicamente los rechazos de Jane, por si no fuera poco, también soy rechazada por Ethan, nuestro hermano mayor.
Aunque su modo de rechazarme era totalmente contrario a lo impulsiva que era Jane, él simplemente hacia como si no existiera, como si en casa únicamente se tratara de vivir con mi Madre y con Jane, se la pasa gran parte del tiempo fuera de casa, ya que primero por la mañana iba al instituto y después se iba al trabajo, se quedaba hasta tarde con sus amigos y regresaba a casa por la noche. Mi Madre hacia un gran esfuerzo con ellos pero casi nunca resultaba, era difícil para ella controlarlos sola. Como dice Elli, la actitud de Jane no parece tener sentido pero yo a veces he pensado que para ellos tiene mucho sentido ser como son. No por nada actúan ambos así, si fuera solo un caso de celos de Jane no creo que Ethan también estuviese de su lado por la misma razón. Mi madre siempre lo atiende cuando esta en casa los fines de semana, le cocina lo que el quiere y podría decirse que a los tres nos trata igual, pero no… esto es mucho mas que simples celos.

En este mundo solo puedo contar con el apoyo de mi Madre y de Elli, ellas son las únicas que me dan soporte, pero cuando ellas intentan hacerme sentir mejor casi nunca logra tener un efecto profundo. Hace unos instantes, que me vi en ese espejo y mi amiga me dijo que lucia linda, sinceramente… no pude sentirme así. Porque en esos momentos que tuve mi reflejo frente a mi, me vino el recuerdo de aquel día en que para mi el verme en un espejo se convirtió en algo desagradable, a partir de entonces decidí nunca mas hacerlo. Mas bien, fue algo que tuve que decidir, ya que cada vez que lo hacia me sentía fatal.
Aquel día íbamos a salir juntos a un evento, al cual nos habían invitado una familia que mi Madre conocía por ser amiga de la señora Elena, tenían la celebración de los quince años de su hija mayor y para esa ocasión Mamá nos llevó a Jane y a mi a la estética para hacernos unos lindos peinados, me pareció una fiesta fantástica, la hija lucia bellísima con su vestido rosa, el diseño era sumamente hermoso, y valió la pena estar presente, nos la pasamos realmente muy bien.

El peinado que me habían hecho me había gustado mucho como lucia en mí, estaba arreglado de tal forma que dejaba ver mi rostro detalladamente, me sentí… bonita en esa ocasión, ya que no acostumbraba a arreglar mi cabello que me hiciera ver diferente. También mi madre me había ayudado a maquillarme un poco, era una imagen completamente nueva de mí y me gustaba, me recomendó mucho que lo hiciera con frecuencia, tal como lo hizo Elli, y en aquel entonces estaba considerando hacerlo. Quizás no me maquillaría todo el tiempo, pero si arreglaría mi cabello de diferentes maneras.
Al día siguiente de ese, probé haciéndome una coleta con todo el cabello recogido hacia atrás y algunos pequeños mechones a los lados para darle un mejor aspecto y el resultado me había convencido y así pase mi día. Así lo hice dos días después usando estilos diferentes, hasta que el jueves por la mañana me volví a hacer la coleta y justo en ese momento que terminaba de arreglarme para bajar a desayunar Jane abrió la puerta de mi habitación.

— Oye, Mamá dice que te apures… ¿Por qué tardas tanto? —reclamó y yo me apresure para bajar.

— L-lo siento, estaba terminando de arreglarme, ya bajare —con el cepillo saque los mechones hacia los lados nuevamente.

— Pero… ¿Qué rayos estás haciendo? —entró mirándome como si estuviera haciendo algo extraño.

Yo le mire un tanto confundida, sin saber a lo que se refería con eso, pero note que su mirada contemplaba mi cabello— Emm… pues… solo arreglo mi cabello ¿Por qué? —.

— Últimamente lo has hecho, ¿a que se debe tu interés? —parecía que a ella no le agradaba mucho lo que veía. Para mi también era algo nuevo y trataba de acostumbrarme, cuando lo hacia me preocupaba no hacerlo bien y creía que al final me quedaba bien. Mamá no me había dicho nada ya que nos vemos en cierto tiempo cuando esta fuera del trabajo y normalmente la pobre siempre está con la cabeza en muchas cosas, lo notó pero en realidad no me dio una opinión.

— Amm… pues Mamá me sugirió hacerlo con frecuencia, así podía verme bien siempre, además… estaba lindo el peinado que me hicieron en la estética y… pensé que Mamá tenia razón —le explique, en esos tiempos podía ser demasiado ingenua y creía que Jane algún día cambiaría, pero… siempre me equivoque.

Suspiró con un poco de pesadez— Mamá siempre tan patéticamente elocuente, y tu… siempre tan creyente de todo lo que ella te dice —en eso se acercó sujetándome del brazo y me llevó frente al espejo que tenía en mi buró— obsérvate bien —hizo que me inclinara para que pudiera ver detalladamente mi rostro en el reflejo— ¿en serio crees que es bueno que dejes que todo el mundo vea esto? Te estás ridiculizando a ti misma… ¿Qué es exactamente lo que quieres mostrarles? —hizo aquellas preguntas que no supe si eran para responder, me veía en ese espejo mientras la escuchaba— cuando alguien deja mostrar su cara, esta mostrando quien es exactamente, tal vez quieras que los demás sepan la clase de abominación que eres, el rostro de la desgracia que arruinó la felicidad en esta familia, una culpable de que Mamá este sola ahora… y sabiendo eso ¿crees que se darán el lujo de pensar que eres bonita? Lamentablemente muchas tratan de creer que son bonitas pero no te engañes, en realidad no hay nada aquí que sea apto para apreciar… —entonces se alejo y mientras retrocedía seguía contemplándome con esa fría mirada— pero si tu quieres seguir haciéndole caso a Mama allá tu, ella tiene problemas para pensar con claridad… desde que Papá se fue ha perdido gran parte de su cordura al ser abandonada, créeme no es bueno tomar en cuenta todo lo que quiera sugerirte —entonces se marchó y tardé un momento mas en bajar al desayuno, cuando lo hice… mi cabello había vuelto a la normalidad, y cada vez que por accidente me topaba con un espejo prefería nunca mirar en el.

Y ese momento que volví a ver fijamente mi reflejo en un espejo, sentí una sensación extraña, como vacía, no me llenaba de nada el volver a ver mi cabello arreglado como en aquella vez, para mi fue solo ver el reflejo de alguien que no reconocí, no vi absolutamente nada.
Quisiera no escuchar a Jane siempre que habla de que yo soy la causante de que mi Padre se haya ido de casa, pero… algo me da las razones para creer que quizás no sea una simple acusación por reproches, ya que cuando le he preguntado a mi Madre, aunque lo niegue puedo darme cuenta que en esos momentos su rostro se entristece y no me mira siempre a los ojos, como si escogiera con sumo cuidado las palabras, siempre tengo esa impresión de que hay algo que no se y solamente ellos tres si saben, ¿realmente mis Padres se separaron por mi culpa? Pensar que puede ser verdad me mata por dentro, pensar que Jane tiene verdaderas razones para decirme esas cosas tan dolorosas me estremece. Por mas que mi Madre asegure que Jane miente, siempre me queda la sensación de que no ha habido completa certeza. Trato de ignorarlo pero eso no me deja vivir tranquila, y aunque pudiera parecer que mi cabeza ya no da vueltas en eso, simplemente se ha ido profundizando en mi interior sumergiéndome en esa inseguridad.

Después de un rato, las clases terminaron y Elli me acompaño hasta mi casa, ella vivía unas cuadras cerca de casa, en el camino hicimos un repaso de las tareas que nos habían dejado hoy y llegando de nuevo le agradecí— M-muchas gracias… lamento causarte molestias —me disculpe algo apenada.

— No es ninguna molestia —puso su mano suavemente sobre mi hombro— asegúrate de tomar una ducha para evitar que pesques un resfrío —sugirió.

– Claro no te preocupes —le asegure, era algo que también estaba planeando, sentía pequeños escalofríos por tener la blusa aún un poco húmeda. Comenzaba a desviarme para ir hacia la entrada— hasta mañana —me despedí.

— Hasta mañana, cuídate Anna-chan —respondió y entonces se marchó.

Por fortuna aún no había nadie en casa, todos los días soy yo quien llega primero, Mamá llega un poco mas tarde y Jane llega de sus prácticas de animación a las tres. Un momento solo para mí, para aligerar mi cabeza de las presiones de hoy, pero… hoy a diferencia de otros días este momento a solas parecía que estaba a punto de colapsar. Fui directamente hacia mi habitación, en lo que subía los escalones hacia el segundo piso, durante el trayecto podía sentir como toda la tensión que estuve acumulando desde el ataque de Jane se me venia encima queriendo aplastarme, solo intentaba resistir lo mínimo que me quedaba hasta llegar al interior de mi recamara.

Exitosamente logré aguantarme hasta que se fuera, ya era suficiente para ella tener que preocuparse por mi situación, después de todo no es problema suyo, no debo meterla siempre en esto. Por fin había llegado a la puerta de mi habitación, entré y me alivié un poco de ya estar dentro, cerré la puerta y puse el candado asegurando que tendría totalmente mi privacidad; fui hasta el armario para posar mi mochila a un lado, cuando di media vuelta queriendo dirigirme hacia mi cama me separaban unos dos metros y medio desde donde estaba, sin nada de ánimo ni para dar un solo paso, sentía pesadez en mi cuerpo y a punto de desmoronarme… avance solo cuatro pasos hasta que hubo un derrumbe, a mi alrededor todo se agito bruscamente, como si un terremoto hubiera entrado y sacudía todo. En un parpadear me hallaba en el suelo, estaba finalmente hecha pedazos, era como un plato de vidrio roto en mil pedazos esparcidos por todo el suelo.

En teoría, fue como si una hoja hubiese estado soportando todo lo que podía para no soltarse de la rama que dependía y llega su momento de caer al suelo sin tener otra alternativa. Otra cosa se presentó estaba fuera de control, todo estaba saliendo sin mi consentimiento, las lágrimas salían sin freno bañando mis mejillas, el llanto emitía desconsolado y mezclado con toda una avalancha de emociones, estaba sorprendida de la potencia de su manifestación, por suerte solo yo me oía a mi misma desahogándome y estallando. Sentía mucha impotencia, mucho coraje, rabia… humillación y sobretodo… dolor, un dolor que me ha estado torturando toda la vida. Por desgracia ya estaba acostumbrada a esto, claro que no logro soportarlo, el coraje ya ni era por que Jane me humillara así, era conmigo misma ¡Por ser una vil cobarde de lo peor! ¡Por ser increíblemente inútil y débil!, por permitirle a esa chica que haga lo que se le antoje conmigo, ¿pero que podría hacer yo? Una buena para nada que ni siquiera sabe defenderse, es muy patético. Me duele tanto que mi propia hermana me desprecie.

Cada día que pasa el dolor aumenta, como si estuviera condenada a vivir así, ¿de verdad… de verdad soy tan terrible? ¿Qué más podía pensar? Si la vida solo me ha demostrado que no valgo nada, que nunca podría haber un momento en que pudiese ser plenamente feliz, no existía para mí ese derecho. Luego de que la marea se calmó me quede perdida dentro de mi, ni siquiera me percate en que momento se detuvo, solo se que cuando la tormenta paso yo me perdí. Abrí los ojos cuando detecte un ruido, era muy escandaloso e insistente, recobre la consciencia y pude reconocer que estaban tocando a la puerta de mi habitación, yo parecía desorientada, todo esto me había dejado aturdida.

— ¡Anna!, hija ¿Estás allí? —escuché que alguien llamaba, era la voz de mi madre. Me levanté como resorte del suelo, estaba un poco entumecida pero me las arregle para ir hasta la puerta y abrirla de un jalón. Al abrirla ella estaba frente a mí.

— Lo siento mamá, me quedé dormida —tuve que sentarme en la cama, me había movido tan rápido que me dejó con la cabeza dando vueltas.

— Hija… ya me tenías preocupada, ¿te sientes bien? —se agachó poniéndose a mi altura y tomo mi rostro gentilmente examinándome.

— Si, no te preocupes —traté de hacer una sonrisa y salió… casi perfecta.

— Tienes hinchados tus párpados y tus mejillas coloradas, ¿segura que estás bien? —debía verme terrible, la estaba preocupando demasiado, rápidamente intente hacer que mi cerebro volviera a funcionar, se me dificultaba un poco pensar con claridad, aun estaba un poco abrumada por lo anterior.

— Si, tranquila —retiré con delicadeza sus manos— debe ser porque dormí bocabajo y se me marco la colcha porque solamente llegue y me tumbe en la cama —en mi mente imaginaba que mi nariz crecía de tantas mentiras. Al menos pude lograr que eso sonara natural, no iba a contarle lo sucedido, seria mas humillante tener que depender de que mi Madre enfrente lo que yo no pude por cobarde, a ella no debía molestarla con eso tiene suficiente preocupándose por el trabajo.

— Bueno, si tu dices que estás bien, te creo —se sentó a mi lado en la cama, el verla aquí conmigo hace que se me olviden mis pesares… mi Madre es una de las personas además de Elli que me alegra el momento— ¿tuviste un día agitado? No sueles tomar siestas a menudo, excepto cuando te tocan las actividades físicas —su presencia era tan oportuna, por suerte yo estaba relajada –claro, después de desecar las glándulas lagrimales– y podía hablar sin problemas.

— No dormí bien a noche, tuve una pesadilla y me dejó despierta por un buen rato —eso sonaba bastante bien, a cualquiera le sucedería.

— Oh cielo, si es así me iré para dejarte descansar —poso su mano en mi hombro sobándolo en ademán de consuelo.

— No es necesario, ya pude dormir un poco… guardare mi sueño para en la noche —me sentía cansada pero gracias a mi madre mi ánimo se había levantado un poco y por ahora solo quería convivir con ella.

Ayude a preparar la comida y nos sentamos juntas a comer, Jane hablo al celular de Mamá para avisar que comería fuera con sus amigas, así que tuve mas tiempo para relajarme cosa que agradecí profundamente, no tenia deseos de verla por el momento. Le comente a mi Madre que había salido bien en una prueba de ingles que presente ayer, esta mañana recibimos los resultados y yo obtuve una nota perfecta. Le mostré el examen y me felicito, se puso tan contenta que me llevo a comprarme un helado como premio, no me pareció algo que debía premiarse, después de todo es mi obligación pero aun así no pude negarme a darle ese gusto, por lo que acepte compartir este momento con ella.

Después use como escape que tenia tarea que hacer para mañana, así pude estar en mi habitación y evitar un acercamiento con Jane por el momento, estaba segura que si volvía a tener otro asechamiento, no sabía como iban a resultar las cosas para mi. No me gustaba escapar como una cobarde y esconderme, pero lamentablemente no podía hacer más que eso. No tengo motivación para contrarrestar, soy débil, siempre lo he sido. Aproveche también de tomar un baño relajante, y se me ocurrió decirle a Elli que fuéramos juntas mañana a la escuela, debía intentar evitar a Jane en la escuela a toda costa, es claro que estar cerca de ella es venenoso ya he recibido mucho de eso tanto que estoy casi ahogándome, y alejarme lo mas posible podría ser una opción. Terminando la ducha le llame al celular, le explique la idea que tenía y ella comprendió que eso necesitaba hacerlo o al menos intentarlo.

Mamá es la que nos lleva a las dos a la escuela ya que queda de paso y se va directo al trabajo, procure decirle que Elli y yo queríamos a partir de ahora ir juntas a clases y me asegure de que Jane no estuviese presente mientras se lo decía. Al día siguiente me levante mas temprano de lo normal para salir de casa antes, ellas comenzaban a despertarse y arreglarse desde las siete de la mañana, ya que nosotras entramos a las ocho y ella entra a las ocho y media. Ahora yo me había levantado a las seis y media, me arregle lo mas rápido posible y a las siete ya estaba encontrándome con Elli en la otra cuadra. Mientras caminábamos al colegio le pedí que por nada en el mundo se alejara de mí, para no darle más oportunidad de encontrarme sola y aprovechar la situación.

Almorzamos en la azotea, siendo un lugar que casi nadie visitaba ya que según dicen que han visto fantasmas aquí que se aparecen y les roba cosas a los estudiantes, pero claro, son solo cuentos y rumores manipulados por las expectativas de todos los que lo oyeron, nosotras no creíamos en cosas absurdas como esas ya que es bastante tranquilo y a mi me relaja ese lugar, decidimos almorzar siempre allí mas tranquilas.

Concluyeron las clases y nuevamente me acompaño hasta la casa, había conseguido pasar ese día en la escuela sin problemas, agradecí tanto esta calma.

— ¡Achu! —de repente estornude cuando íbamos acercándonos a la calle de mi domicilio.

— Salud —contesto enseguida.

— Gracias —cuando la vi me di cuenta que ella tenia una mirada extrañada— ¿sucede algo?

— Oye… ¿no habrás olvidado ducharte enseguida que llegaste a casa ayer, cierto? —cuestiono como esperando a que lo negara, es claro que no iba a decirle que llegando a mi casa tuve un colapso emocional y después estuve con Mamá conviviendo.

— Si, lo hice… no te preocupes, no había estornudado hasta ahora te lo aseguro —le mentí, ya que si me había dado la ducha pero un poco después de que llegue. No se veía muy convencida, pero decidió dejarlo pasar, llegamos frente a la casa y allí nos detuvimos para despedirnos.

— Anna, ¿Qué tal si salimos mas tarde? Por suerte hoy no tenemos nada para entregar mañana de tarea, así que, podemos aprovechar que estamos libres… además, mereces distraerte un poco después de tener que lidiar con el monstruo que tienes como hermana —hablo de ello animada y no pude evitar reír un poco por aquella broma.

— Claro, seria bueno salir por allí —accedí, cualquier cosa que me mantuviera lejos de Jane era aceptable ahora.

— Bien, yo te llamo para decir a que hora y donde nos vemos —.

— De acuerdo, estaré al pendiente —le afirmé.

Entré a la casa y fui a mi habitación para cambiarme de ropa y estar preparada para cuando Elli me llamara. Dejé mi mochila donde siempre, abrí el armario buscando que ponerme para salir pero pensé que mejor me daba una ducha rápido y después escogía con calma la ropa. Giré hacia mi cama y me detuve cuando estaba por dar el primer paso, vi algo sobre ella que aseguraba no haber dejado antes de irme al instituto, era una bolsa de regalo de bonitos colores y con un pequeño sobre azul celeste pegado con cinta en posición diagonal en una esquina superior. Lo agarré mirándolo con curiosidad, despegué el sobre y lo abrí hasta que sobresalió la hoja en su interior y la desdoblé…

“No tuve tiempo de mostrártelo en la mañana, así que pensé en sorprenderte de esta manera. Un simple helado no es suficiente para demostrar lo orgullosa que estoy, espero que de tal manera como lo has hecho con esta prueba, sigas teniendo mucho éxito y logres enfrentar todos los obstáculos que te esperan por delante. Yo tengo mucha fe en ti hija, felicidades por esta excelente nota. Espero que te guste, ya que cuando lo vi pensé inmediatamente que sin duda se vería muy bello en ti. Quisiera vértelo puesto cuando regrese, estaré ansiosa hasta entonces. Te ama Mamá.”

Me senté en la cama cuando terminé de leer lo que mi Madre había escrito, estaba conmocionada y me entraron unas ganas inmensas de llorar, pero resistí lo mejor que pude. Sus palabras… me tocaron profundamente, ella creía en mi, algo de lo que yo no era capaz, saber que ella notó mi esfuerzo por muy mínimo que fuera y se enorgullecía por eso me dejaba… incrédula. Como si ella supiera por lo que he pasado aún sin contarle y me diera el remedio exacto que necesitaba con esas cálidas palabras.
¿Cómo he podido ser tan tonta y dejarme engañar por Jane? Ella lo único que sabe hacer es escupir veneno de su boca como una serpiente, si las únicas palabras que deben importar… son las de mi Madre y que creyera en mi tiene un valor más grande de lo que Jane pueda decir. Con esto parecía que lograba despabilarme y me ayudaba a aclarar un poco más mis pensamientos. No debo permitir que Jane continúe apagándome, si hay una razón de que actué así tendrá que explicar claramente, porque si sigue en ese plan de actuar sin dar una buena razón no volveré a hallarle sentido a sus argumentos… ya no.


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¡¡ACLARACION!!, "Elli" es un diminutivo de Elizabeth, solo para que sepan en fin

Autora: Kurebayashi Teru
Genero: Romance, Drama, Fantasía y Lime.
Capítulos: ( 1 / ???)

¡¡GRACIAS POR LEER!! :D :D :D​

 

¡Hola chicos, quiero agradecerles a los que han leido mi fic y a los que me han dejado comentarios y opiniones sobre este, aprecio mucho cuando la gente deja su opinion, porque asi se que esto es de su agrado! Y gracias tambien por las criticas y consejos, que los tendre muy en cuenta.

Aqui paso para dejarles el siguiente capitulo, igualmente espero que les guste y sigan apoyandome con esta historia, que es muy importante para mi. Ya que es oficialmente el primer trabajo como escritora que he hecho.
¡En fin, que lo disfruten! ;)

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CAPITULO 2​

Después de ese momento en que pude reflexionar de forma positiva mi situación con Jane, pude determinar más aún que debía mantenerla totalmente alejada de mí, de no darle más oportunidad de humillarme y aplastarme.
Me apresuré en arreglarme y ya que estuve lista Elli llamó unos minutos después. Le dejé un mensaje a mi Madre en su celular avisando que saldría, pero antes de abandonar mi habitación planee una estrategia segura para proteger ese obsequio, ya que si Jane se enteraba de su existencia es posible que se le antoje quitármelo o rompérmelo como en anteriores ocasiones, lo que hallé en esa bolsa fue algo maravilloso, un bello vestido con ese estilo asiático, comenzaba con la parte superior que terminaba hasta la cintura con una tela de color blanco y textura de lunares azul marino. Llevaba un detalle que se unía con las mangas cubriendo una pequeña capa al nivel del busto con efecto de vuelo. De la cintura para abajo que correspondía a la falda tenía altura hasta un poco antes de las rodillas con tono azul marino, también tenía un discreto escote en “u” en la espalda que se ataba con un listón grueso que terminaba en un lindo moño con mismo tono de la falda.

Sin duda debía atesorar ese regalo de mi Madre y cuidarlo de las manos destructoras de Jane, ella deseaba verme con el, pero no era seguro mostrárselo dentro de casa, así que pensé en llevármelo en una bolsa de plástico ya que iría con Elli al centro comercial, me lo pondría llegando allí en un baño público y me tomaría algunas fotos para que solo Mamá pudiera saber que lo tuve puesto. Mi habitación debía estar mas protegida y negarle el acceso al monstruo dela casa, la perilla se cerraba por dentro con seguro, por fuera podía cerrarse con una llave, si la conseguía tendría mas alta seguridad. Le tomé fotos a la perilla de diferentes ángulos para que un cerrajero pudiera verlo y fabricar la llave, de esa forma mi vestido estaría a salvo. Tenía algo de dinero ahorrado por algunas veces que Mamá me dio para el almuerzo, evitaba siempre gastarme por completo ese dinero y guardar lo que me sobraba para juntarlo, a estas alturas tendría unos 258 dólares en mi alcancía. Los saque y los lleve conmigo en mi cartera, no sabia que costo tendría la llave, pero cuando se lo comenté a Elli cuando íbamos de camino al centro comercial ella me aseguró que no era costoso, así que podría sobrarme suficiente dinero para cualquier cosa que se ofreciera estando de paseo.

— Realmente es una buena estrategia la que has armado, ya era hora que le pusieras un alto a esa chica, la mejor forma de hacerlo es encontrando la protección posible, te felicito amiga —me elogió mirándome admirada de haber planeado algo bueno en mi defensa. No pude evitar apenarme un poco por su expresión.

— Lo sé, mi Madre me ha dado fuerzas, no puedo seguir permitiendo que me haga la vida imposible, debo… alejarme de ella a toda costa —recité mi objetivo con completa firmeza.

Soltó una risa conmocionada y de pronto me estrechó pegándome a su costado mientras seguíamos caminando hacia la parada del bus que nos llevaría al centro comercial— ¡Me gusta tu actitud! —mientras me decía eso mirándome con sus ojos olivos y extendiendo una gran sonrisa de lado a lado, seguía con su brazo rodeándome gentilmente– eso es sin duda muy bueno para ti, no mereces sufrir de esa manera, es injusto —ya que estábamos a un metro de la parada, se giró hacia mi— quisiera ayudarte de algún modo, si hay algo que pueda hacer quiero apoyarte —.

En mi rostro se extendió una sonrisa que finalmente Elli me había contagiado, el ver que ella quería apoyarme me hacia sentir mucha felicidad, de poder contar con alguien, si estuviera sola en esto, no sabría que hacer. Inevitablemente me arroje para abrazarla— Gracias… no se… como agradecerte el que estés a mi lado, estaría perdida de no ser porque te conocí, enfrentar esto totalmente sola seria un martirio, aunque ya lo es pero… tener a una amiga como tú no tiene ningún precio —de pronto no pude controlarme y de mi brotaron unas lágrimas que rápido se escurrieron, Elli correspondió mi abrazo, apreté mis labios para no dejar escapar algún sonido, mientras lloraba en silencio y con tranquilidad, sentía que desahogaba mis pesares de una forma mas sana que el día anterior.

— No me agradezcas amiga, es mas lindo verte sonreír que atormentada por tantos delirios de esa persona que solo acumula rencor, no es tu culpa lo que haya pasado con tus Padres, ese problema es de los adultos y los hijos no tenemos nada que ver con ese asunto —en eso se separó y me miró fijamente— así que, si ella te vuelve a decir que es tu culpa, ya no pienses que pudiera tener razón. Mi Madre siempre me dice que cuando discute con mi Padre, no debo sentirme mal, los hijos no debemos vernos involucrados en los asuntos de ellos, sabrán como solucionar sus problemas solos, obviamente cuando eres niña no lo comprendes, pero logras superarlo porque fácilmente solemos distraernos, y ahora que somos mas grandes y maduras, podemos superar esto, no tiene sentido buscar culpa donde no la hay… tú puedes superar esto Anna, yo también confió en ti —sonrió al final mientras dijo lo último, asentí comprendiendo lo que quería decirme, después la abrasé nuevamente y me limpié las lágrimas. Las dos únicas personas importantes en mi vida creían en mí, eso era sin duda aún más valioso que cualquier otra cosa.

Esperamos unos diez minutos más y llegó el transporte que nos llevaría a nuestro destino, en el camino de pronto llegó una idea a la mente de mi amiga— Anna… ¡ya sé de que forma podríamos evitar más que tengas contacto con Jane! —reveló manteniendo la conversación en un tono que solicitara solo la atención de ambas.

La miré absolutamente interesada— ¿Si? ¿De que forma? —.

Se inclinó para decírmelo de forma mas discreta— Podríamos decirle a mi tía Nancy que te deje trabajar en su florería, también vende postres porque mi prima estudió repostería, siempre necesita ayuda allí porque mi prima ya es grande y tiene su propio negocio, pero cuando puede le deja algunos que otros bocadillos para que tenga que vender además de las flores, yo voy los fines de semana por las tardes que tiene más clientes y la pobre no puede con todo sola porque también necesita hacer sus deberes en la casa y otras cosas, podemos decirle que nos deje trabajar con ella en las tardes después de la escuela… ganarás algo de dinero, no sería mucho pero… si lo ahorras puedes tener tu propio dinero e independizarte más y eso, te ayudará a tener más seguridad en ti misma, también tendrás oportunidad de experimentar otros ambientes y salir de tu casa, así te librarás de Jane —habló con completa seguridad y yo no supe que expresión poner ante tan convincente solución, me daba un gran beneficio y tan solo pensarlo hasta podía sentir que pronto podría estar más tranquila y relajada.

— ¿D-de verdad crees que me aceptará tu tía? —cuestioné sin poder creer esa posibilidad.

— ¡Claro! Sin duda te aceptará, ella es una de las personas mas generosas del mundo, si quieres podemos ir después del centro comercial —me propuso.

— Por supuesto, quiero ir —afirmé enseguida totalmente convencida.

Después llegamos a nuestro destino, caminamos por el primer corredor del centro comercial aún conversando lo que podía hacer para estar más ocupada y menos disponible para Jane— También podrías ir a mi casa dándole alguna excusa a tu Madre, puedes quedarte a dormir en mi casa con el motivo de un supuesto examen o porque tenemos un proyecto que entregar o simplemente decir que yo te invite, puedes estar allí el tiempo que quieras, mis Padres ya te conocen y les agradas mucho —otra idea que me pareció estupenda, los Papás de Elli son igual de amables que ella, siempre se preocupan porque estemos pasándola bien en los ratos que estoy allí y también son bastante serviciales.

— Eso también podría servir, como vamos juntas a la escuela no habría problemas de dormir juntas… pero… no quisiera importunar con tus Padres o contigo —comencé a dar mis “peros” ya que no podía evitar sacar mi timidez.

— No, no ¿Pero que dices? Claro que no importunarías, recuerda que soy hija única y para mi sería un gusto compartir mi casa contigo, ya has estado allí, y puedes sentirte en tu casa también, con toda confianza puedes estar allí, yo me encargaré de comentar eso con mis Padres —me aseguró eso, pero yo comenzaba a incomodarme en que estaba recibiendo mucho de ella, y consideraba que mejor debía esforzarme por conseguir un trabajo por mi cuenta… con lo que junte podría rentarme un departamento… aunque… no sé exactamente si sea capaz de mantener algo así, alejarme de mi Madre por culpa de Jane tampoco sería justo. Casi recibo un regaño severo de Elli por pensar en algo así— De verdad Anna, no tienes por qué avergonzarte, esto lo hago con gusto no por obligación por ser tu amiga, nos conocemos desde hace mucho tiempo, voy a apoyarte en todo lo que sea posible y es así como quiero hacerlo, vamos… acéptalo ¿si? Me darás un gusto a mi, es aburrido solo escuchar conversaciones de adultos y no poder conversar con nadie de mi edad… —tomo mis manos intentando convencerme— por favor, di que si —.

Ya que me lo puse vacile antes de salir para mostrárselo a Elli, sus ansias me ponían nerviosa, tome aire preparándome para abrir la puerta— ¿Ya te lo pusiste? ¡Anda, sal para que pueda verte! —escuchaba sus pasos impacientes que caminaban de un lado a otro, así que no quise prolongar mas ese instante y salí, en cuanto estuve a la vista, su rostro se ilumino completamente, paseó su mirada de arriba hacia abajo contemplando detalladamente. Se quedó como un minuto mirándome sin decir una palabra, eso estaba provocando que me sonrojara y me pusiera aún más nerviosa.

— ¿Y…? ¿Q-que opinas? —pregunté despacio esperando su opinión.

Seguía asombrada sin poder decir alguna palabra hasta que intento improvisar— Ay amiga… ¿Qué te puedo decir? —Dijo mientras aun miraba el vestido en mi— parece que lo diseñaron justo para ti, te queda como anillo en el dedo —se acercó a mi y tomo con suavidad mis hombros para hacer que girara quedando frente al espejo que había en los baños y me acercó despacio— míralo tu misma —retrocedió dejándome a solas para que pudiera analizarme con algo de intimidad.

De nuevo este encuentro con mi reflejo, observaba detenidamente a la chica que tenia en frente, con el lindo vestido que hacia resaltar su tez blanca, pero cuando su mirada se cruzo con la mía de pronto hubo algo de inquietud que le hizo agachar la cabeza. Mi subconsciente me hizo darme cuenta que cometía un error, se supone que lo que Jane me ha dicho no tiene más ningún valor, yo no soy todo lo que ella ha relatado de mi, no tiene derecho a declarar absolutamente nada en mi vida, lo único que me importaba ahora es que mi Madre y Elli me apoyaban y creían en lo que soy, ellas me conocen y sus palabras tienen más origen que lo que Jane solo ha argumentado sin ninguna justificación.

Entonces nuevamente me encontré con la mirada de la joven en el espejo, ahora se podía apreciar una expresión diferente en ella, una expresión más despierta, dispuesta, respiró profundamente con suavidad y apareció una leve sonrisa en sus labios rosados— Si… tienes razón —respondí después, sacando el resultado de ese breve análisis— me queda muy bien —amaba el vestido, no precisamente porque me hiciera lucir bien, si no, porque era un regalo de mi Madre.

— Y te verás aun más gloriosa cuando salgas del salón de belleza —previno mirándome de forma intimidante, sonreí nerviosa y entonces nos dirigimos a la estética de nueva cuenta siendo conducida por Elli.

Al llegar estaban tres personas atendiendo el lugar, una de ellas atendía a un cliente con un corte de cabello, por suerte pudieron atenderme enseguida. Les pedí que no me hicieran un peinado demasiado glamoroso, solo algo sencillo pero que me hiciera lucir diferente, accedieron y se pusieron en acción. Me atendió una joven estilista, lo que hizo fue aplicar un acondicionador especial que haría ver mi cabello suave y sedoso, aunque la estilista me elogió por tener el cabello bastante sano, le facilitaba más trabajar con el; usó un poco el secador para quitar la humedad que dejaba el producto, pasó el laceador en mi cabello por un lapso muy corto ya que como lo tenía liso con dos pasadas tenia suficiente y con ésta misma hizo unas ondas en las puntas comenzando desde un poco más abajo de la mitad de los mechones, el cabello me llegaba casi a la cintura. Ya que concluyó con mi cabello, continuó con el maquillaje, Elli le había pedido a la estilista que evitara ponerme frente al espejo para que fuera un misterio el procedimiento hasta que terminara.

Comenzó con aplicarme una base y después un poco de polvo facial. Puso una sombra con un tono similar al de la piel pero un poco obscuro, encrespó mis pestañas y les puso rímel. Esparció un ligero rubor rosado y el toque final fue un brillo en los labios. Ya que finalmente todo terminó Elli se puso de pie y se acercó con una expresión mas deslumbrada que antes, me miraba como si no pudiera creer lo que estaba viendo. Eso hacia que mi pulso latiera agitado, no me miraba todavía estaba a punto de girarme hacia el espejo pero la emoción me contenía.

— Vamos, voltéate —me invitó tranquilamente y yo tomé aire antes de atreverme a girar mi cabeza.

Entonces giré y mi pulso aumentó aún más agitado, me encontré con mi reflejo y me quede… muda, inmóvil, solo se abrieron un poco mis ojos y mi boca, pero no supe ni que decir. Me quede así unos segundos hasta que Elli se acercó a mi lado y me agitó un poco de los hombros ayudándome a reaccionar.

— ¡¿No te encanta?! Estás bellísima amiga, yo sabia que con cualquier cosa te verías estupenda —sonrió victoriosa al demostrar que había acertado y si, no se equivocaba, me veía sumamente bien.

Era increíble como un poco de maquillaje y un toque en el cabello te hiciera ver tan diferente, ¡era imposible reconocerme! El rímel hacia resaltar mis ojos azulados de una forma que jamás había apreciado antes, este día era totalmente mágico.

Al retirarnos pagamos entre las dos la mitad y de allí Elli me llevó a comprarme un par de zapatos que hicieran buen partido con el vestido, estuvimos un rato mirando, hasta que encontramos unos de tacón ancho un tanto altos y cruzados, se ajustaban del tobillo y los dedos quedaban escondidos en la punta, estaban en oferta, le dije que no estaba muy familiarizada con los zapatos de tacón pero aun así me obligó a comprarlos nuevamente apoyándome con la mitad, también compró en la misma tienda accesorios para añadirme; un lindo collar plateado y un juego de pulseras de tonos obscuros. Lo pagamos todo e inmediatamente me colocó los accesorios, cuando fue la parte de caminar con los nuevos zapatos me sentía como la vez anterior, una niña aprendiendo a caminar mientras alguien me sostenía del brazo para no caer.

— T-te dije que no… sabia caminar con ellos —objeté con algo de dificultad mientras tambaleaba, me ponía de nervios la idea de ir directo al suelo, aunque eran mi medida se sentían incómodos, me sujetaba bien de su brazo.

— No te preocupes ya te acostumbrarás, y no vas a caerte te lo aseguro estás en buenas manos, aunque eso si… procura no ponértelos estando cerca de ese monstruo —me lo dijo al recordar el pequeño peligro, aunque no era necesario ya que se muy bien las precauciones que debo tomar dentro de mi entorno familiar, solo solté una risa en tono bajo.

Nos dirigimos esta vez con el cerrajero que había en el centro comercial, entramos al puesto y nos sentamos para esperar ya que estaban atendiendo a un señor. A mi amiga de pronto se le subieron los humos a la cabeza y quiso llevar la situación al extremo.

— Oye… ¿ya viste al que está atendiendo al señor? —susurró cerca de mi con la mirada sobre la persona que mencionaba.

— ¿Eh? No, ¿Por qué? –le miré con curiosidad sin saber qué se le maquinaba en la cabeza, sujetó mi barbilla haciendo que posicionara mi cara hacia la dirección que ella tenia la mirada.

Allí me di cuenta que quien atendía al señor era un joven de cabello obscuro, unos mechones caían cerca de sus ojos marrones claros, en su oreja derecha tenia un par de aros plateados que no se le veían nada mal, llevaba puesto una camiseta tipo polo blanca debajo de una sudadera negra. Era un chico muy atractivo, en esos instantes solo capté que se trataba de un simple chico, hasta que…— Ni siquiera ha de imaginar que está a punto de atender a una chica muy bella en este momento, se llevará una gran impresión, no te contengas en coquetearle —.

Abrí los ojos como platos mientras escuchaba su intensión malévola y le miré preguntándome si habría enloquecido— ¿Qué? Elli, no vinimos a eso —protesté cruzándome de brazos.

— Vamos… no dejarás ir esta oportunidad de rifártela por un chico tan atractivo como ese, después de todo… tu te acercarás a pedirle la llave, ¿no? —.

Al pensarlo de esa manera me entró el pánico. Ahora me preguntaba si sería bueno acercarme y entonces miré a Elli con expresión de suplica— ¿P-puedes ir tú? —.

— ¿Yooo? Pero si a mi no es a la que le interesa tener esa llave —alzó sus manos mostrando su desinterés.

Estaba a punto de hablar pero luego alcance a escuchar como el señor le agradecía al joven por su servicio y los nervios se alteraron, el pulso se agito cuando veía aproximarse mi turno de acercarme— E-Elli, p-por favor… —sentía que moriría de un infarto.

— Relájate Anna, todo saldrá bien… solo se tú misma ¿de acuerdo? —intentó tranquilizarme pero eso no parecía tener efecto.

Vimos como el señor se retiraba y entonces el joven nos miro siendo las únicas esperando a ser atendidas— ¿Quién sigue? —preguntó.

Mire a Elli con los nervios de punta— E-Elli, p-por favor —suplique de nuevo.

— No me mires a mi, es tu momento —declinó y entonces miró al joven— Ella sigue —me señaló y yo en mi interior pedía que la tierra me tragara.

Se levantó y caminó hacia la salida despidiéndose con la mano, también me puse de pie intentando evitar que saliera pero fue inútil, me ignoró completamente, me dejó sola en el lugar y mi cabeza comenzó a dar vueltas ¿¡como se atrevía a hacerme esto!? Jamás le he coqueteado a un chico en mi vida, nunca he tenido contacto cercano con alguien de la escuela, era invisible ¡y me gustaba ser invisible! Aunque… no del todo pero… ahora… realmente no tenía idea de qué hacer, Elli me había tomado muy desprevenida.

“¡Relájate, relájate! Es solo pedirle que te haga una llave, le enseñas las fotos de la perilla y ya, no es gran cosa”, intenté concentrarme y relajarme, pero entonces la voz del chico me hizo salir de la burbuja en la que me había encerrado.

— Disculpe, ¿puedo ayudarla en algo? —preguntó desde su puesto y yo me encogí de hombros, tome una gran cantidad de aire y lo solté. Debía reaccionar y decir algo… compuse mi expresión, y al estar de espaldas me volví hacia él.

Trague saliva antes de abrir la boca— S-si, disculpe… —eso sonó muy bajo, debía hablar mas claro y fuerte.

— ¿En que puedo servirle? —volvió a preguntar con un tono tranquilo, como si supiera que estaba nerviosa o solo era mi imaginación, traté de convencerme de que lo hacia para asegurar la puerta de mi habitación, que la necesitaba porque quería impedir que Jane tuviera acceso. Me concentre en eso y procedí.

Me acerqué hacia él hasta quedar frente a los vitrales donde tenían muestras de perillas y cerrojos de diferentes estilos, tanto para puertas de casa como para automóviles— Amm… quería ver si… podría hacerme una llave, la… quiero para… cerrar la puerta de mi habitación por fuera ya que se puede cerrar con el seguro por dentro —le expliquécon algo de torpeza, el estar cerca y ver más claramente que el joven era realmente atractivo me desconcentraba.

— Entiendo, ¿puede decirme como es su perilla? —cuestionó.

— Ah emm… si… es… —mientras buscaba las palabras para explicarle, como si se me hubiera borrado de la cabeza como era la perilla de mi habitación, recordé las fotos— ¡Ah! Aquí… tengo unas fotos —busqué con nerviosismo el celular en mi bolsillo, lo saqué y abrí el menú para ir directo a la galería, los dedos me temblaban y me equivocaba a veces en los botones, podía sentir su mirada sobre mi y lo detestaba porque me alteraba mas de lo que ya estaba. Por fin di con las fotos para mostrárselas— aquí están, puede deslizarle de derecha a izquierda para ver las demás —le indiqué cediéndole el teléfono.

Lo tomó y observó las fotos atentamente— vaya, que buenas fotos —apreció dirigiéndome una mirada amistosa y yo sonreí tímidamente.

– Gracias —asentí y me sentí algo tonta por agradecer, tal vez no era necesario.

Vio cada foto y al terminar asintió teniendo una idea— es fácil fabricar llaves para ese tipo de perilla —dijo mientras me devolvía el celular y se movió para agarrar una carpeta gorda blanca, la abrió y me enseño algunas llaves falsas como muestras, hechas de plata y oro— ¿Cómo le gustaría que fuera su llave? —.

Por un momento me distrajo un poco la emoción de poder tener mi propia llave para mi habitación, al tenerla ya no sufriría mas por la presencia de Jane y mis cosas no correrían mas peligro, mire bastante interesaba por los modelos, pensé que una plateada seria mas bonita, vi una que tenia la parte de donde se sostenía la llave en forma redonda y un tanto alargada la parte donde se introducía en la perilla, me pareció buena opción— Mmm… quiero una así —le señalé la llave y entonces alce la vista al chico olvidándome por un segundo que había una razón para estar nerviosa y mi sonrisa se borro cuando vi… ¡que el chico me miraba directamente! Inmediatamente baje la mirada hacia la carpeta— E… e-esta me parece bien —desgraciadamente pude sentir que enrojecía, desvié la mirada y el pulso retumbaba en mi pecho, mi corazón casi quería salirse de lo rápido que latía.

El chico agarró el modelo y le puso una etiqueta roja, dejó la carpeta donde estaba y de un formato agarró una hoja poniéndomela en frente junto con una pluma para rellenarla— déjeme sus datos y cuando esté lista nos contactamos con usted, a lo mucho es probable que este para mañana echa la llave, así que puede pasar a la misma hora de hoy o un poco más tarde —indicó y yo rellenaba el formato, me vino a la cabeza que estaba dejándole mi número y sabría mi nombre y donde vivo, pero antes de reaccionar para corregir el número por el de Elli él retiró la hoja mirándola— Muy bien, nosotros le informaremos en cuanto esté lista… —pausó como queriendo añadir algo, miró la hoja buscando lo que quería decir y luego me miró sonriendo suavemente— Señorita Kurosaki —agregó con un tono que no supe si era coqueto o amistoso, me grité que ya era hora de salir de allí inmediatamente así que retrocedí.

— Amm… m-muchas gracias, m-mañana vendré por mi llave —repasé de nuevo lo que dije y me horroricé— c-con permiso —de pronto, como si fuera una mala broma del destino, no tuve cuidado de como pisaba y cuando quise apresurarme en salir de allí mi tobillo se dobló por culpa de mi inhabilidad con los zapatos de tacón, que estuve a punto de caer pero tambalee tratando de no llegar al suelo y alcancé a sostenerme de los asientos.

— ¡¿S-se encuentra bien?! —se alarmó por mi pequeño incidente y se acercó queriendo ofrecer ayuda.

Me senté en el asiento sintiendo un dolor en el tobillo como si me hubiese torcido, me quejé un poco— c-creo que… me lastimé el tobillo —murmuré casi para mí.

Escuché una risita que provino del joven— No está acostumbrada a andar con eso ¿cierto? —Cuestionó y yo enrojecí de la vergüenza— ¿necesita que le ayude? —acercó su mano.

— G-gracias pero… –alcé la vista para responderle pero me quedé helada cuando vi que su rostro estaba cerca, mi pulso de detuvo y me puse de pie en un salto—… ¡t-tengo que irme! —caminé esta vez con cuidado tratando de mantener el equilibrio, lo único que me interesaba era desaparecer de allí aunque andar cojeando no era de gran ayuda.

— ¿S-segura que no quiere que llame a alguien? —volvió a preguntar pero no se acerco.

— S-si estoy bien, no se preocupe… gracias —por fin crucé la puerta y busqué con desesperación a Elli, hasta que estuve lejos de la puerta me detuve en una pared para tratar de controlar mi respiración— ya… ya paso… —me llevé la mano al pecho sintiendo el corazón que azotaba con brusquedad. Recargué mi espalda en la pared suspirando y en eso…

— ¡Amiga! —De pronto inesperadamente apareció Elli, sobresalté al mismo tiempo aliviándome de verla— ¿Cómo te fue? —sonrió de forma picara esperando que le contara todo pero a duras penas me recuperaba de esa situación que tuve que pasar por su culpa.

Le miré con mala cara y cuando sentí que podía hablar le dije— ¡Eres de lo peor! —reclamé.

Rió divertida ante mi reacción— Estás roja amiga, ¿estuvo bueno tu momento con este chico? —volvió a preguntar insinuando que pasaron muchas cosas, pero no se imaginaba la vergüenza que pase.

— ¿Bueno? ¡No hubo nada de bueno! ¡Casi me caigo frente a él por culpa de estos zapatos y por dejarme sola allí adentro! —me desahogué, no estaba realmente molesta, solo estaba bastante incómoda.

— Si quieres cámbiate los zapatos para que puedas caminar bien, después saldremos a que te dé un poco el aire y… me contarás todo detalladamente en lo que vamos a casa de mi tía Nancy —planeó y después me acercó a una sitio donde pudiera sentarme para cambiarme los zapatos.

Nos fuimos del centro comercial y respirar aire fresco hizo que se me despejara un poco más la cabeza, ya que estuve en condiciones de platicar, le conté todo con detalles muriéndome de la vergüenza, ella parecía fascinada con lo que escuchaba, sobretodo cuando supo que el joven me ofreció ayuda y según ella logré atraerlo por mi aspecto deslumbrante. Le supliqué dejar el tema por ahora ya que deseaba dejar de pensar en eso, cada vez que repasaba los momentos embarazosos quería gritar de la pena.
La casa de su tía Nancy quedaba algo alejada, así que pedimos un taxi para llegar allí pronto, comenzaba a obscurecer y no era muy seguro andar en el transporte, los taxis a esta hora eran más seguros. Pronto averiguaría la posibilidad de conseguir un buen empleo.​

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Autora: Kurebayashi Teru
Género: Romance, Drama, Fantasía, Pasión.
Capítulo: ( 2 / ???)

¡GRACIAS POR LEER!
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