Era una chica algo rara para quien la viera realmente no había nada en ella que destacar, llevaba su pelo atado en una coleta y un cerquillo muy mal cortado que ocultaban en parte sus ojos, tenía unos lentes con una fea armazón y jamás usaba maquillaje, la ropa le quedaba extremadamente grande por lo cual no se podía distinguir su figura. Rara era lo único que podía decirse de ella ya que pasaba desapercibida luego de un tiempo cuando te acostumbraras a su descuidada apariencia. Iba en el último año del secundario y tenía las mejores calificaciones nunca hablaba con nadie ni con los profesores cuando le preguntaban algo, incluso se llego a escuchar el rumor de que era muda porque jamás emitió un sonido. Iba y venia caminando rápido con la cabeza gacha y aforrándose a sus libros como si fueran un escudo o algo por el estilo, evitaba el contacto físico no solo el intencional si no también el accidental. Vivía en una de las mejores casas del lugar sus padres eran profesionales con mucho éxito en la vida realmente nada le faltaba. Aun así era una completa extraña para todos nadie podría decir de que color eran sus ojos o si alguna vez la vieron sonreír, su paso en la vida por los que la rodeaban no era mas que una mancha gris en la vista periférica de cualquiera. Sus padres incluso habían desistido de enviarla a terapia o intentar que no fuera tan tímida, ya que ellos atribuían su comportamiento a que la joven era extremadamente tímida y le contaba relacionarse con los demás. Al llegar la noche la joven se encerraba en su cuarto y cerraba todo con candado, las puertas del placar, las ventanas incluso, la puerta de su propio cuarto, dormía con la luz encendida y un crucifijo en sus manos. La realidad es que esta joven Angelique lidiaba cada día de su vida con lo sobrenatural, fantasmas que vagaban buscando un mediun o simplemente aquellos que no se resignaban a su muerte, cuando niña le resultaba aterrador luego se fue acostumbrando pero a medida que crecía era con mayor claridad y en mayor numero que veía a estos seres que hasta ahora desconocía como llamarlos. El miedo últimamente se había agarrotado en su pecho con cada puesta de sol y el saber que tendría otra noche de terror hacia que un sudor frío corriera su espalda pero aun así se resignaba a entrar en ese mundo de tinieblas del cual despertaría conteniendo un grito de terror.
Me dejaste con ganas de más :c La historia promete ser interesante, me llamó mucho la atención esto Quiero saber más xD ¿La chica no tiene amigos? ¿Ni siquiera un amigo o amiga? ¿Que hay de sus padres? ¿No están enterados de lo que le pasa a su hija? La ortografía en general está bien, no hay grandes errores más allá de algunas palabras sin acentos. Por momentos usas comas cuando deberías usar punto, cuida eso. Me gusta como narras, y haces que uno simpatice con la protagonista. Ojalá subas el próximo capítulo pronto. Saludos :)
Capitulo 1 El corredor tan estrecho en total oscuridad era el mismo que recorría noche tras noche mientras intentaba huir, sabía que eso era lo que hacía pero no sabía ¿de que?. Como cada noche luego de caminar lo que parecía una eternidad en esa oscuridad total la luz al final del túnel hacia su aparición, la sangre se le helaba al saber lo que le esperaba quería detenerse no ir a ese lugar pero era inevitable. En medio de un recinto sin forma definida se encontraba una esfera de luz, en la cual se encontraban las almas de cientos de bebes que aun se encontraban con los cordones umbilicales conectados a sus madres, las cuales se reflejada en las paredes del lugar durmiendo plácidamente con su abultado vientre, era el centro de la atención de la mirada aterrada de Angelique Las sombras empezaba a moverse y cada una destruía un feto el cual expiaba su último aliento antes de dar realmente el primero, la impotencia era terrible junto con la angustia, es ahí cuando una de las tantas sombras se acerca a ella y golpea su vientre, cuando baja la cabeza atravesada por el dolor veía su vientre abultado y siente la muerte de su hijo no nato. El grito se arraiga en su pecho destrozando todo su ser y quedando silenciado por el nudo de la garganta al ver la luz del día entrar por la ventana, sentada en la cama cubierta de sudor la joven despertaba por completo de su pesadilla, tomando una bocanada de aire se recuesta nuevamente con las lagrimas empañando sus ojos y sus manos acunando un vientre chato y sin vida. El nuevo día había llegado y ella debía continuar, así cuando luego de ducharse vestirse y tomar su mochila y libros baja a desayunar, su madre impecablemente vestida y peinada empieza a parlotear como cada mañana al verla, sus temas favoritos eran sobre ir de Shopping y lo que se usa ahora en cuestión de modas. Era una buena mujer que quería ayudar a su hija la cual no tenía el menor interés por ropa de marca o cualquier ropa que hiciera que alguien la viera. Ese día llevaba un canguro con la capucha puesta ocultando aun mas su rostro, comió su desayuno en total silencio mientras seguía escuchando a su madre hablar. Pocos minutos después de terminar, su madre le dio un beso y se fue a trabajar, no tuvo tiempo en verdad de respirar y agradecer el silencio ya que la señora Mongomery empezó con su cháchara matinal sobre lo que “en sus tiempos una joven debía hacer”. Ni siquiera se molesto en mirar a la anciana lo cual hizo que el tono de voz de la misma fuera aun más airado de lo habitual por lo que llamaba “una falta de educación total, una jovencita insolente”. Tomo sus cosas sin prisa y saliendo de su casa rumbo a la escuela paso por la florería donde compro el habitual ramo de gardenias. Tenía que desviarse dos kilómetros de su destino para llevar las flores pero había aprendido de mala manera que era imposible aguantar a la señora Mongomery todo el día. Así luego de hora y media de marcha con la anciana parloteando sin césar llego al cementerio del condado, odiaba ese lugar con todas sus fuerzas todos los espíritus que por allí rondaban tenían algo que decir y solo ella los podía escuchar, tomo una bocanada de aire para darse valor y poniéndose sus auriculares con la música a todo volumen entro. La tumba de la señora Mongomery era una de las mas viejas del lugar la anciana había fallecido en 1811 y para llevar tanto tiempo muerte esa mujer tenía demasiadas cosas que decir. Cuando estaba por llegar vio algo que nunca había visto por allí un perro, pero no un perro real podía ver la diferencia hacia mucho tiempo. El animal de gran tamaño y negro pelaje con mirada carmesí se encontraba sentado sobre la tumba de la señora, parecía estar esperando. La joven no sabía de verdad que hacer los espíritus de animales era poco comunes pero este no parecía un espíritu en realidad, el corazón se le iba a salir del pecho y su respiración se acelero a más no poder, realmente tenia miedo. A tientas dio un paso atrás, mantenía los ojos fijos en el animal el cual desapareció así sin más. Luego de unos momentos para tranquilizar su desbocado corazón Angelique depósito las flores en la tumba le deseo los buenos días a la señora Mongomery y se fue rumbo a la escuela, el único lugar en el cual consideraba que había paz.
Capitulo 2 El instituto era un lugar abarrotado de gente, ruido y movimiento, para Angelique era el paraíso ya que allí había paz. Entre tanta gente era muy difícil ver espíritus para quien se centra en no ver nada, obviamente que si había pero no se diferenciaban de la multitud que la joven ignoraba con tanto ahínco. Cuando la hora de salir del instituto llego como ya costumbre arraigada en ella espero a que todos salieran para caminar despacio a la salida sin contratiempos, grande fue su sorpresa cuando su corazón desbocado golpeaba con frenesí amenazando salirse del pecho ante la visión de ese gran perro negro que se encontraba sentado fuera del recinto estudiantil. La mirada del animal se cruzo momentáneamente con la de ella para luego desaparecer, el lugar quedo sin esa carga eléctrica ese sonido que ensordecía sus oídos y el mareo nauseabundo que el miedo le causaba, juntando una bocanada de aire la joven emprendió el camino a su casa, pero la tranquilidad que iba reuniendo con cada paso se fue quebrando al escuchar unas garras chocar contra el suelo detrás de ella. Eso hizo que apurara el paso y se aferrara a los libros ya estrujados por la fuerza que usaba innecesariamente. El miedo se apodero de su columna vertebral, apuraba el paso tanto como podía para no echarse a correr cosa que quería, el camino se le hizo eterno y aun mas el sendero a su casa la puerta blanca parecía que no la alcanzaba jamás. Cuando por fin entro y cerro la puerta con tranca recostando su frente a la misma para serenarse se pregunto ¿por que le temía tanto a ese perro? ¿Qué había de diferente en él? El habito era mas persistente en ella que la curiosidad desechando el pensamiento de esa experiencia vivida, tomo su ducha y se acostó temprano. No demoro mucho en dormirse y caer en las garras de esa pesadilla. “El corredor tan estrecho en total oscuridad era el mismo que recorría noche tras noche mientras intentaba huir, sabía que eso era lo que hacía pero no sabía ¿de que?. Como cada noche luego de caminar lo que parecía una eternidad en esa oscuridad total la luz al final del túnel hacia su aparición, la sangre se le helaba al saber lo que le esperaba quería detenerse no ir a ese lugar pero era inevitable. En medio de un recinto sin forma definida se encontraba una esfera de luz, en la cual se encontraban las almas de cientos de bebes que aun se encontraban con los cordones umbilicales conectados a sus madres, las cuales se reflejada en las paredes del lugar durmiendo plácidamente con su abultado vientre, era el centro de la atención de la mirada aterrada de Angelique Las sombras empezaba a moverse y cada una destruía un feto el cual expiaba su último aliento antes de dar realmente el primero, la impotencia era terrible junto con la angustia, es ahí cuando una de las tantas sombras se acerca a ella y lanzaba un golpe en su dirección el cual no llegaba a tocarla gracias a unas grandes fauces de un perro negro que se interponía entre la sombra y ella protegiéndola” Cuando Angelique despertó no hubo grito ni miedo solo desconcierto ante la duda que surgio en su mente “el perro la ¿protegió?” La duda se hizo mas palpable impulsándola a levantarse de la cama e ir a la ventana de su dormitorio que daba al patio delantero allí en el jardín acostado alado de un seto de flores se encontraba el gran anima echado tranquilamente, como si de verdad se percatara de la presencia de la joven levanto su enorme cabeza para mirar en su dirección, la mirada de ese animal contenía un sutil destello de comprensión e inteligencia mas allá de la de un animal. Al salir de su casa rumbo al instituto el perro la siguió el miedo seguía latente pero la duda lo era aun mas, por primera vez en su vida quería investigar sobre una criatura paranormal y eso hizo que sus pasos se dirigieran inconscientemente a la biblioteca y no al aula de clases. Iba tan ensimismada que no vio al hombre con el cual se pecho al punto de casi caer al suelo si no fuera por esas dos manos fuertes que la sostuvieron y con delicadeza la depositaron en el suelo. No levanto la cabeza ni miro el rostro del sujeto pero podía percibir que sonreía y que los viandantes se detuvieron para ver la escena con interés, cuando hablo la vibración en el aire que ocasiono fue electrizan te una voz sumamente varonil y sensual que hipnotizaba sin lugar a dudas. -Vaya recibimiento que me das, pero si la costumbre es dar un abrazo a los nuevos compañeros con gusto te lo daré preciosa, espero me perdones por haberte atropellado- El tipo no la soltaba y sintió como todos contuvieron el aliento, en la mente de Angelique sonó una alarma al percatarse que se le había escapado algo de lo dicho ¿que había dicho? Un abrazo! Intento alejarse de esas manos pero no pudo ya que acto siguiente se encontraba encerrada contra un pecho fornido y dos brazos de acero pero sumamente cálidos.
Capitulo 3 Alto, encantador y sobretodo guapo, era un pecado caminado y un modelo a seguir para los chicos, eso y mas era Gabriel el nuevo estudiante de la preparatoria local. Rubio, ojos azules y una sonrisa que brillaba por si sola este ejemplar camino por los pasillos con total soltura y sin ninguna inhibición. Sonriendo y saludando a todo aquel que se cruzara en su camino, iba muy decidido cuando entro en el aula a tomar asiento alado de la joven, que se encontraba arrollada en su propio asiento. Angelique con la cabeza gacha y cubierta con su capucha se encontraba algo perturbada por el encuentro de hacia pocos instantes, del cual salio corriendo apenas quedo libre de esos brazos que la estrujaron pero no de mala manera. El ruido de la silla le indico a la joven que alguien se sentó a su lado y la voz amena que a continuación se dirigió a ella se lo confirmo. -Mi nombre es Gabriel, no tuve tiempo de presentarme correctamente antes de que te fueras – La sonrisa al igual que las palabras quedaron suspendidas en el aire sin recibir ninguna respuesta, mas incomoda aun la chica se arrebujo en su sudadera escondiendo prácticamente la mitad de su rostro dentro de la misma. El joven no se ofendió ante el silencio de la chica y continuo hablando amenamente con la misma pero sin esperar respuesta, le platico de su hogar y porque se habían trasladado a esa localidad, incluso le contó sobre pequeñas hazañas que había realizado en su infancia, todo eso y mas hasta que el profesor irrumpió en la clase y se termino la platica por los siguientes 20 minutos. Cuando la clase toco su fin todos se levantaron eufóricos con la noticia que por ese día no tendrían más materias ya que una huelga de profesores se había levantado para reclamar mejoras salariales. La mayoría salió corriendo para disfrutar de un día completamente libre. La mayoría menos Angelique que seguía esperando a que el extraño se fuera y este parecía no tener ningún apuro, el silencio se volvió denso y la tensión nerviosa de la joven exploto luego de unos 15 minutos, se levanto rápidamente y prácticamente salió corriendo del salón. Gabriel la vio partir y decidió que por ese día ya había sobrepasado el límite con la niña. Angelique corrió más que camino hasta su casa para refugiarse en ella, su agitación fue tan grande que no se percato de que algo inusual ocurría. Cuando cerro la puerta de su casa y recupero el aliento se sentó y tranquilizo sus nervios la alarma que en su cerebro venia sonando hacia un buen rato le taladro la conciencia para que viera lo que estaba pasando. No había nada, no había ruido, lentamente camino por toda la casa y busco las presencias que siempre la acosaban y no encontró ni el menor rastro. Un pensamiento la asalto de la nada “El perro” se dirigió hacia la ventana pero no estaba, lo que si vio fue al joven del instituto caminando tranquilamente con las manos en los bolsillos. El chico no giro la cabeza para ver en dirección a la casa, Angelique lo siguió con la mirada hasta ver que entraba en la casa contigua a la de ella. Eso no era nada bueno, el joven la ponía nerviosa y la piel de gallina lo confirmaba. Como no tenía nada que hacer encendió su computadora y empezó a buscar material sobre el perro, luego del rápido tipeo empezó a leer y la confusión fue aun mayor. “GRIM (El perro negro) Es un espirítu disfrazado de perro amenazador que habitan en los camposantos, que desde hace mucho se considera en las islas británicas un presagio de muerte. Son las criaturas extrañas más antiguas y difundidas de toda Europa. Se le conoce como 'Black Dog', Perro Negro. Parece ser que están asociados por algún motivo a un lugar o zona y siempre se aparecen en los mismos lugares. Algunas veces, momentos antes de su aparición, los testigos notan fenómenos extraños, como voces, apariciones fantasmales o sucesos difíciles de explicar. En algunas zonas se les asocia con las apariciones de las brujas. Tanto en el folklore británico como en el escandinavo, "grim" puede ser un término general para referirse a un espíritu casero, pero su acepción más común es la de "grim de iglesia", un guardián de las ánimas de los difuntos que, en Inglaterra, adopta la forma de un perro negro, grande y greñudo, de mirada feroz. En Escandinavia, el grim de iglesia puede aparecer también como un caballo, un cordero o un cerdo. También se dice que suele salir al encuentro de personas que no van acompañadas para protegerlas y anunciar la muerte en la familia: a menudo, la de quien los ve. Según la tradición inglesa, el grim de iglesia carga con la inmensa responsabilidad de proteger el cementerio del Diablo y sus brujas. A comienzos de la era cristiana mucha gente pensaba que, cuando se consagraba un nuevo cementerio, la primera persona que recibiera sepultura allí tendría que proteger el lugar contra la influencia satánica. Pero también se creía que si un perro negro y bueno era enterrado en el lado norte del cementerio, el animal podía asumir el puesto de guardián en lugar del alma humana, que quedaría así liberada y podría viajar hacia el más allá. Los grims suelen ser invisibles, pero durante una tormenta se los puede ver paseándose por el cementerio. También puede aparecerse a medianoche en la víspera de una muerte, o de pie en la torre del cementerio durante un entierro. Se dice que el clérigo que oficia en el funeral es capaz de decir, por la apariencia del grim, si el alma del difunto irá al cielo o al infierno. historia sobre el Grim. Testimonio de Anne Fleming, una joven excursionista: “Salí a pasear por los páramos, siguiendo un antiguo camino entre Torrington y Copplestone. Era una noche sin luna y tuve que guiarme por la luz de las estrellas. A mí alrededor, oía a los animalillos huir a mi paso entre la hierba. Al llegar a un cruce de caminos, bien indicado con una antigua cruz irlandesa de piedra, se hizo un repentino silencio. Con los nervios realmente a flor de piel, seguí por la carretera hasta Down St. Mary. De repente, me invadió una sensación extrañísima y, al volverme, vi una enorme silueta negra que andaba a mi paso. Era un Black dog inmenso, con unos ojos enormes. En ningún momento tuve miedo; tan sólo sentí una calma infinita. Caminó sigilosamente a mi lado durante casi una hora y desapareció sin dejar rastro cuando llegue a mi hostal. ¿Me anunciaba el triste destino de algún familiar o mi propia muerte? No lo creo: yo me sentí infinitamente segura y protegida.” La mente de Angelique era un torbellino ella no se sentía en paz ni segura, ese animal le causaba terror con sus ojos rojos y descomunal apariencia, no parecía un perro normal ya que era unas 5 veces mas grande, sus ojos rojos además mostraban una inteligencia que no es propia en los animales. La explicación que encontró en Internet no la satisfizo del todo, cuando la hora de dormir llego pensó que vería a ese animal otra vez en su sueño, se durmió enseguida y fue la noche mas calma de su vida, no hubo sueño, no pudo ver al perro ni a los fetos. Cuando despertó se sentía mas agotada que de costumbre pese que había dormido toda la noche sin esa horrible pesadilla y eso en vez de tranquilizarla la puso mas nerviosa, como si algo la sacara de la cama se levanto de golpe con el corazón desbocado para ver por la ventana y allí parado en la acera estaba Gabriel mirándola con una sonrisa pintada en su cara.