Thank You for the Venom

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Arthur, 2 Octubre 2007.

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  1.  
    Arthur

    Arthur Usuario común

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    Thank You for the Venom
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    Thank You for the Venom

    Gracias por el Veneno. Siempre sin nada, sin dejar rastros. Las muertes de mis víctimas, callando sus suplicios. Bebiendo su sangre, cual sediento vampiro. Por mis pecados, estoy atado a las cadenas del infierno. Mi vida se desangra en el suelo...

    ---- · ----

    Thank You for the Venom

    ---- · ----

    - Prólogo: My Venom -

    Hermana, no seré un gran poeta, pero sí un criminal. Nunca fui lo que pensaste que era. Yo solo me ocultaba tras la sonrisa de alguien sediento de sangre y venganza. Siempre pensaron que era quien no soy en realidad. Y aun que sepas que de verdad me vicio de muertes, nunca tuviste la oportunidad de cambiarme. Ámalo o déjalo, nunca podrás entender a una cara bonita, pero si llegas a hacerlo sigue adelante y no te detengas, sigue. No me entrometería en el asunto ni aun que me pagaras, no soy alguien que se vende por sucio dinero. Soy sencillamente como me hizo el doctor y sigo adelante, salgo adelante, no me detengas, no lo harás. Nunca harás que me aparte de tu lado, que me valla. Tengo una obligación… y es protegerte. Llevo siempre esto conmigo en la manga de mi abrigo. Dame sólo una razón para creer… ¿Y De qué serviría eso?

    Así que dame todo tu veneno, y dame todas tus pastillas, y dame tus corazones desesperados… y enférmame. Quiero saber que se siente sufrir más de lo que ya lo eh hecho. Sentir que ya no se puede más. Dejar que el veneno de mi cordura corra por mis venas ansiosas de ver más venganza. Estás persiguiendo algo que nunca matarás, no alcanzarás. Persigues lo que es cambiar la oscuridad en luz, lo que es transformar la sangre en oro. Estamos en un mundo oscuro… lleno de maldad. Buscas la gota de luz entre las sombras, es como buscar una aguja en un pajar. Pero… si es lo que quieres… dispara a voluntad, no correré como un cobarde pensando en que atinarás a mi corazón… « ¿Corazón?». Predica todo lo que quieras, escuchar « Amén» y « Dios», ya es para mí, cosa de todos los días. Pero… ¿Quién va a salvarme? ¿Quién va a querer salvarme? Sólo soy alguien confundido que gusta de ver el sufrimiento ajeno. Ver la sangre correr como lágrimas hasta teñir la piel frívola.

    Guardo un arma en La Biblia que me diste, « ¡Aleluya!», está cargada con nuevas balas y trabada de ya tanto utilizarla. Negros son el beso y la caricia del hijo serpiente que envenena cada parte de mi ser, cada vena de cordura que me va quedando. No es la cicatriz, no es la marca la que te hace alejarte de mí, la que te hace correr. Quieres perseguir algo que no alcanzarás. Sólo dame una mejor razón por la cual deba guiarte hasta ese algo que tanto añoras, para mí es un desconocido que se oculta tras las sombras de tus sonrisas y tus quemantes caricias por sobre mi piel pecadora…. sólo tienes que darme lo que necesito y te seré de ayuda.

    Dame la oportunidad de ver sangre, gritos. Escuchar súplicas de mis víctimas antes de terminar con sus suplicios terrenales y enviarles a descansar y no volver. Déjame ser… déjame vengar todo lo que eh sufrido. Malditas sean mujeres, gráciles y hermosas que se marchitan como rosas en días de invierno. Ambiciosas de placer y dueñas de miradas escasas. Venganza, es lo que busco. Cada una de mis lágrimas será reemplazada por una gota de sangre, que rodará hasta perderse entre el velo de luto en un sepulcro. El amor es el rojo de la rosa sobre tu ataúd, como es la vida cuando se desangra en el suelo y pierde la conciencia de una felicidad que nunca fue, que nunca pasó. Sólo querer engañarse mientras se va el aire en nuestra agonía de vivir en un mundo oscuro y dominado por los pecados.

    Quiero sentir la frialdad de un cuerpo sin vida, la opaca mirada de un cadáver sin alma. El olor a sangre en mi daga… las balas de mi arma manchadas del líquido vital. Sentirme vivo… con las muertes. Tal vez todo es culpa de Mi Veneno, el vicio de una poción que me encadena a un arma que dispara la muerte ante una bala que brilla al tacto de la sangre… que detiene el latir de un corazón ajeno.

    Tal vez estuve condenado a un eterno sufrimiento que se desahogaba entre lágrimas y súplicas de piedad. Mi infancia no fue algo de lo que yo estuviera ansioso de volver a vivir. Bajo maltratos y crueles abusos se fue desarrollando mi idea de venganza contra aquellos que me hicieron botar sangre y lágrimas. Y sólo la sangre, muertes, gritos… cubren mi locura.

    Venganza

    El cielo es un sueño al cual nunca llegaré… Pues por mis pecados, mis hombros están atados a las cadenas del infierno...
    Soy un asesino.

    -

    Continuará...
    N/A:
    Espero les haya gustado. Y lo hayan disfrutado tanto como yo disfruté escribiéndolo para ustedes. Ojalá me dejen sus post para ver que les pareció.
    Kisses

    So Long & Good Nigh.
     
  2.  
    Marginot

    Marginot Usuario común

    Cáncer
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    Re: Thank You for the Venom

    ME FACiNAAAAAAAAAAAAA!!!!
    PORFA PON CONTi CUANDO PUEDA :D!!!
    TE ESTARE APOYANDP BYEEE...
     
  3.  
    Yuki Chan

    Yuki Chan Guest

    Re: Thank You for the Venom

    Mala!! ToT
    Lo has publicado y ni me has avisado. Fuck you!!
    Pero ya sabes lo que pienso, esta cool *-*
    Ojala pongas pronto el primer capitulo. Ya sabes que te apoyo.
     
  4.  
    Sandritah

    Sandritah Usuario popular

    Piscis
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    Re: Thank You for the Venom

    ¡Hola!

    Me pareció muy interesante la idea de la historia y además está muy bien narrada, lo que permite entenderla con mucha facilidad. Pero me dejaste muy intrigada, y es que estoy deseando saber más acerca de ese asesino... De verdad, espero ansiosa la continuación. Historias como esta no se ben todos los días, y además promete ser excepcional. Te felicito por tu idea y espero la continuación.
     
  5.  
    Arthur

    Arthur Usuario común

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    Thank You for the Venom
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    Re: Thank You for the Venom

    Primero que nada, agradezco a Marginot y a Sandritah por dejar sus post. Igualmente agradezco a aquellos que se pasaron, pero no dejaron post.
    Gracias por igual, por tomarse el tiempo de leer. Aquí les dejo el primer capitulo. Espero lo disfruten.
    Nos leemos al final.

    Indicaciones:

    -Thank You for the Venom – Habla Del Personaje.
    -Thank You for the VenomPensamientos del Personaje.
    ---- · ---- - Cambio de Escena.

    ----- · -----

    Thank You for the Venom

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    ----- · Chapter One: The Assassin · -----

    (Siglo XIX)
    (Londres, Inglaterra)


    Cargadas de lluvia, las oscuras nubes surcaban los cielos como fantasmas. Caprichosas y elegantes, ocultando el brillo de la luna, dejándonos solo a la carente luz de viejos faroles que pestañean sin cesar, egoístas con la poca centella que emanan las antiguas ampolletas, trizadas y casi rotas. La espectral niebla cubría todo a su alrededor, solo se podían ver algunos muros, mohosos y cubiertos de enredaderas, de las mansiones elegantes de las familias nobles. Ese era uno de esos barrios altos de Londres.

    La primera gota de lluvia descendió hasta el camino mal pavimentado y desgastado por las ruedas de los carruajes que solían pasar por ahí. Unos cuantos baches y huecos adornaban la calle entre casa y casa haciéndolo parecer indigno del barrio de nobles del sector.

    Todos creían que aquel barrio, el «Holiday», era un sector tranquilo, sin problemas. Sólo gente refinada, en sus refinadas casas, viviendo su refinada vida como muchos quisieran hacer. Familias nobles yendo de aquí para acá a sus elegantes fiestas, haciendo uso de sus lujos y presentándolos ante los campesinos envidiosos y deprimidos de ver sueños pasar frente a ellos. Pero la paz del Holiday fue perturbada, hace ya un par de semanas que se reportaron casos de asesinatos. Mujeres fueron muertas en sus propias casas, con una fina daga que atravesaba su vientre mientras su sangre manchaba las sábanas de sus amplias camas.

    Desesperación, rencor, llantos. Las familias afligidas y policías alterados intentando resolver cada caso que se presentaba. Pero esto no era lo que los uniformados pensaban, no. Esto era más allá que un simple asesinato en serie…

    · ----- · ----- · ----- ·​
    Observó su mano, cubierta de la sangre de su víctima. Era natural. Después de realizar su cometido con el arma blanca - que adornaba ahora el pecho de su joven víctima – el líquido rojo saltaría a sus manos manchándolas y tiñendo su piel mientras se secaba. La miró con ojos apagados, si es que su mirada se podía presenciar de entre la oscuridad de la espaciosa habitación de la víctima. La mano de esta calló de su posición, golpeando con la pequeña mesita de noche, provocando un ruido que llamó la atención del asesino y un pequeño susto en este, pero no se inmutó. Dio su vista al gran ventanal cubierto con delicadas cortinas de una fina y, seguramente, muy costosa seda blanca. Se observaba las gotas de lluvia caer con desesperación y sin piedad sobre las calles, y se escuchaba el estruendo de estas golpeando el techo de la mansión.

    Un relámpago calló, la habitación se inundó de la blanquecina luz y su silueta se pudo distinguir de la carente oscuridad que antes dominaba entre las cuatro paredes. Sus ojos resaltaron. Dio un paso atrás, encontrándose con la cama y cayendo sentado en la esquina de la misma. Escondió sus ojos tras su mano y sosteniendo su frente, rió por lo bajo en un tono agudo y sádico. Lamió sus dientes con su lengua, queriendo probar ese sabor amargo, el cual le deleitaba. Se estaba descontrolando.

    Su oído detectó un sonido proveniente del pasillo, aquel que se encuentra cruzando la puerta de la habitación de su víctima. Una sonrisa sádica adornó los labios del asesino. Quien se acercó lentamente hasta el cadáver de la muchacha y desprendió la fina daga del cuerpo. Lamió la sangre por ambos lados, sin prisa alguna, parecía muy seguro de sus actos, y sus blanquecinos dientes se reflejaron tras una sonrisa, al igual que un par de colmillos afilados, con las puntas teñidas al rojo vivo.

    Aquellos pasos que antes había escuchado se hacían cada vez más auditivos para su excelente oído. Su mirada con un tono rojizo observó la puerta y rió por lo bajo, con maldad. Lentamente depositó la daga en la elegante mesita de noche, el resplandeciente filo yacía limpio y sin rastro de sangre.

    Se alejó de a poco, alejando su mirada del cadáver inmóvil de la víctima. Y, sin que esa perturbadora sonrisa desapareciera de su rostro, dio media vuelta en el acto de comenzar a caminar a pasos mudos y gráciles, llegó frente al ventanal. El tiempo se detuvo a su alrededor, y como si se le hubiera otorgado ese momento preciso, abrió el ventanal y se introdujo al balcón con gran sigilo y silencio. Tuvo el descuido de dejar las cortinas descorridas, haciéndolas danzar con la fría brisa de la noche y bañándolas con las gotas del rocío de lluvia. No se preocupó de cerrar el ventanal. Dio leves pasos con el cuidado de no resbalar en la empapada baldosa anaranjada, a penas sí se podía oír su respiración entrecortada que salía de su boca formando nubes de vapor que desaparecían con las corrientes de viento.

    Llegó hasta la baranda y posó una mano sobre el frío y oscuro metal, estaba húmedo, hueco, empapado de lluvia. Con las notorias intenciones de querer saltar desde ahí, alzó su pierna derecha por sobre la baranda. Su mirada fue cubierta por el flequillo de su cabello y su sonrisa se hizo más satisfactoria al escuchar un grito agudo, un grito desgarrador. Supuso que el cuerpo había sido visto por alguien.

    Y sin más, se lanzó desde el segundo piso de la mansión Hopkins. Cayendo sorprendentemente normal y sin heridas algunas al aterrizar sobre una de sus rodillas. Arregló el cuello de su abrigo y cubrió de perfil su boca. Esta seguía emanando los vapores de su agitada respiración que de a poco se normalizó. Siguió escuchando cada vez más fuerte los gritos y observó como las luces de las casonas vecinas comenzaban a prenderse. Siguió caminando con tranquilidad digna de alguien inocente… Hasta perderse por entre la oscuridad de la esquina, no sin antes echar una diabólica risotada.

    · ----- · ----- · ----- ·​
    Los autos de la policía yacían fuera de la mansión Hopkins, al día siguiente. Cada uno de los uniformados inspeccionaba la casa mientras el oficial hacía preguntas a los habitantes de la mansión, y posibles familiares de la víctima. Todo era pánico en los alrededores de la mansión Hopkins. Los vecinos estaban alarmados y maldecían el tener que vivir esto cada día. « ¡No se puede vivir así!» Exclaman las señoras de avanzada edad sin poder esconder las lágrimas de desesperación. « ¿¡Donde está la policía?!» Gritaban exasperadas con floreciente pánico y frenesí.

    Afuera de la mansión, el oficial Grayford interrogaba a la servidumbre y habitantes de la mansión.

    -¿No podría decirme la hora exacta en que encontraron en cadáver? – Cuestionó el oficial casi sin paciencia a la joven que se encontraba frente a él. Mientras sostenía una libreta abierta en una hoja con pequeños rayones.

    -N…no, señor. – Respondió ella con voz insegura, desviando la mirada – No tenía reloj… en… en ese momento.

    El oficial suspiró frustrado. La joven no era de mucha ayuda que digamos, nadie era de ayuda. Esta podía ser otra oportunidad para encontrar al asesino, pero… ¿Cómo iba a hacerlo si la misma gente no cooperaba? Y después les llamaban incompetentes. Que ironía. ¿Cómo era posible que nadie escuchara al asesino? ¿Cómo era posible que nadie lo sintiera que fuera?

    -Gracias, señorita. – Le dijo el oficial con un tono incoherente, mientras se volteaba – “A este paso, nunca descubriremos al asesino” – Pensó frustrado el uniformado mientras rascaba su nuca con gran pereza.

    Las interrogaciones continuaron, todo era igual. Nadie escuchó nada, no se encontró ninguna pista. Como siempre.

    La situación desesperaba. Cada día un nuevo asesinato, una nueva víctima, una nueva investigación. Ahora ya se les estaba acostumbrando el recibir los insultos de los nobles. «Incompetentes», «Inútiles», « ¡No sirven de nada!» Queja tras queja, y el oficial Grayford ya estaba harto de ser tratado de esa manera. Estaba harto de ese maldito asesino que le ponía los pelos de punta, el mundo de cabeza.

    -Seguiremos investigando. – Informó secamente Grayford a la familia Hopkins.

    Todos mantuvieron un silencio incomodo mientras se miraban de reojo, quizás, enmudeciendo palabras innecesarias. El silencio reinó durante segundos incómodos, solo se escuchaba el llanto de las pequeñas por lo ocurrido anteriormente.

    -Siempre dicen lo mismo. – Dijo seca y fríamente la hermana mayor de la familia Hopkins.

    El oficial dio su mirada a una joven de claros y rubios cabellos y una mirada aguamarina que le observaba con fiereza y frustración. Grayford frunció el seño, más de lo que ya estaba, y se paró firmemente frente a la joven, quien al parecer se atemorizó un poco por el acto del oficial.

    -Hacemos lo que podemos, señorita Hopkins. – Informó Grayford con un cierto tono de ironía y dando un acento burlesco a la palabra “señorita”, entre una mueca que resultó totalmente desagradable para la joven.

    -Pues… no lo demuestran. – Respondió recuperando la compostura y enfrentando al uniformado –

    -Ya calla, Alice. – Intervino la madre de la joven, la Sra. Hopkins. Y madre de la muchacha muerta –

    -¿¡Es que no lo entiendes, madre?! – Gritó Alice totalmente descontrolada. No podía entender como es que su madre hablaba con tanta normalidad y tranquilidad después de lo ocurrido anoche. – ¡Mi hermana acaba de ser asesinada! – Gritó frenética a la cara de la Sra. Hopkins, quién, sin más fuerzas que ocultaran sus penas, se echó a llorar mientras abrazaba con fuerza a Alice, quien también comenzó a derramar saladas lágrimas. –

    Ya para los oficiales, escenas como esas eran cosa de todos lo días y fue por eso que no les pusieron atención a madre e hija que lloraban de una forma que parecían inconsolables. Y era que el dolor de perder a un ser querido, era una de las cosas más tristes e imborrables que podían ocurrir, y más si era de esta manera.

    -Vamos – Mandó el oficial a sus camaradas, todos asintieron con rostros vacíos y subieron a sus autos, sin perder el tiempo.

    Desde el muro esquinero de la casona vecina, alguien observaba detenidamente la escena. Y seguía con la mirada los carros de policía que cruzaron en frente, hasta que los perdió de vista.

    -No ah cambiado nada – Dijo con una sonrisa para luego comenzar a caminar en la misma dirección que los autos de la policía –

    · ----- · ----- · ----- ·​

    Unas cuadras más alejadas de la mansión Hopkins, se encontraba la mansión de la familia Taisho. Aquella mansión era el doble de grande que la casona Hopkins y, sobra decir, más bella y hermosa.

    La familia Taisho era una familia del lejano Oriente, proveniente de Japón. Y gracias a los negocios del Sr. Taisho, su trabajo fue dirigido hasta Inglaterra. Eran una de las pocas familias extranjeras, pero eran bien respetados, tanto por los nobles y por los campesinos. Pues, aun que algunos no lo creyeran, el Sr. Taisho era muy generoso, como reservado. Con su esposa fallecida hace un par de años, tuvo que cuidar solo de sus dos hijos a los cuales no les faltaba nada y tenían todo lo que alguien pudiera desear. El Sr. Taisho solo quería lo mejor para sus hijos y sus mismos futuros.

    -Buen día Taisho-sama – Saludó la anciana Kaede, con un tono muy formal pero a la vez confiado, al verlo bajar de las elegantes y amplias escaleras de la mansión, en el salón principal.

    -Buen día Kaede – Respondió el Sr. Taisho regalándole una linda sonrisa a la anciana que permanecía con una bandeja de plata en las manos, y sobre esta, fina porcelana que acompañaría un desayuno.

    La anciana Kaede había viajado con la familia Taisho hasta Inglaterra. Ella amaba a los hijos del Sr. Taisho como si fueran sus propios hijos. Por muchos años Kaede trabajó para los Taisho, ella misma podría decir que eran su familia, y estos la trataban como tal.

    -¿Dónde se encuentra InuYasha? – Cuestionó el Sr. Taisho al ver que la anciana Kaede tenía intenciones de subir por los escalones –

    -En su habitación, Taisho-sama. Seguramente sigue durmiendo, como siempre anata – Al finalizar Kaede echó un suspiro que no pasó desapercibido para el Sr. Taisho, el cual repitió el acto.

    InuYasha era el menor de sus hijos, «pero no por eso debería ser el más problemático», pensaba a diario el Sr. Taisho. Pero lo era, y no había nada que hacer. InuYasha era un joven de 19 años que gustaba de hacer rabiar a su padre y a la anciana Kaede, cuando podía. Pero la mayoría del tiempo “intentaba” ser educado.

    -¿Llevo el desayuno a la habitación de InuYasha-kun, Taisho-sama? – Preguntó la anciana Kaede, aun que de antemano sabía la respuesta que daría el Sr. Taisho.

    -No. – Respondió secamente el Sr. Taisho y agregó un suspiro – Ve a despertarlo Kaede, por favor. Desayunará en la cocina.
    -Sí, anata [1] – Respondió Kaede haciendo una pequeña reverencia, en seguida fue a dejar la bandeja a la cocina a paso rápido, para comenzar a subir las escaleras y despertar al joven, ya era cosa de todos los días.

    -

    Kaede se encontraba tras una puerta amplia de madera oscura. Posó su mano sobre la platinada manija y la giró, aun que ya sabía que sería imposible abrir la puerta.

    -“Cerrada” – Pensó con matutina frustración y cerró sus ojos tratando de contener las ganas de patear la puerta. – InuYasha-kun – Llamó a la puerta dando pequeños golpes con los nudillos de sus arrugadas manos. – InuYasha-kun, abra la puerta por favor. – Espero unos segundos. Soltó un suspiro al ver que no tenía respuesta alguna por parte del joven. – El desayuno está listo, anata.

    Otro suspiro, ninguna respuesta.

    Le molestaba que esto se repitiera cotidianamente, hasta parecía una rutina matinal. De un pequeño bolsillo, de su delantal, sacó una pequeña llave de bronce y la introdujo en la cerradura de la puerta. Despacio la giró, escuchó el «clic» y abrió la puerta de forma sigilosa, procurándose que el joven – que según ella seguía durmiendo – no se asustara.

    -Kami – Exclamó Kaede al ver la oscuridad de la habitación. Las cortinas estaban cerradas y no había rastro de luz entre las cuatro paredes.

    Kaede se apresuró a descorrer las cortinas, dejando que los rayos del radiante sol penetraran por las telas de seda blanca e iluminando la habitación.

    Sintió un ruido casi a su lado.

    En la cama, a su derecha, algo se revolcó entre las cobijas. Supuso entonces que sus pensamientos o eran erróneos. Y con voz autoritaria dijo:

    -InuYasha-kun, es hora de levantarse.

    La persona dentro de la cama volteó, dándole la espalda a Kaede. Acto que hizo que ella se enojara. La anciana se aproximó a la cama y palmeó el bulto que se formaba en la misma.

    -Basta, Kaede. – Escuchó la voz que tanto conocía y con ese tono de enojo a la que ya estaba acostumbrada. Sonrió inevitablemente y acarició la cabeza del muchacho que ahora asomaba su rostro –

    -Buen día InuYasha-kun. – Le saludó con una sonrisa amable y cariñosa, lástima que el chico no la devolvió – Es hora del desayuno, anata. – Informó con el tono formal que usaba con el Sr. Taisho. Ella sabía cuanto le desagradaba a InuYasha.

    -¡Ah! – Exclamó el muchacho fastidiado - ¿Cuántas veces tengo que decirte, Kaede, que no me llames así? – Reprochó con un tono infantil, mientras se destapaba de los gruesos cobertores que constituían su cama, dando a mostrar su figura…

    Él se levantó a regañadientes, murmurando maldiciones que no pasaron por alto a la anciana. Ya estaba acostumbrada a los actos del joven y aquellas mudas maldiciones no eran invisibles para su sexto sentido.

    -El desayuno está servido en la cocina, InuYasha-kun. – Dijo la anciana haciendo una pequeña reverencia –

    Ante tal acto InuYasha roló sus ojos, mientras cerraba los botones de su blanca camisa, dejó los tres primero sin abrochar mostrando su figura atlética. Y es que tenía que vaciar esa energía de alguna forma. Su hermano mayor ya no estaba en la casa y no sabía en que entretenerse que no fuera molestar a Sesshomaru.

    -Gracias Kaede. – Dijo InuYasha con un tono ronco mientras se sentaba en la cama – Terminaré de vestirme y bajaré.

    -Sí, anata.

    Kaede salió de la habitación un poco apurada, pues ya sabía la reacción del joven al ser tratado con tanto respeto. Siempre le molestó que se le tratara como a alguien mayor. Decía que le hacía sentir viejo, y la anciana siempre se divirtió con aquella pequeña frustración por parte de InuYasha.

    InuYasha terminó de vestirse, después de ponerse un pantalón oscuro y zapatos grisáceos. Y bajó a desayunar bajando las escaleras con rapidez. Entró en la cocina donde Kaede lavaba los platos. Observó en la mesa pequeña un vaso de leche y una tostada en un plato bajo.

    -¿Es todo? – Preguntó InuYasha mirando la espalda de Kaede, quién se volteó a mirarlo un segundo y volvió a darle la espalda –

    -Sí, joven. – Respondió con simplicidad la anciana sin dejar de hacer su labor – Si se hubiera levantado más temprano, tal vez, hubiera comido como acostumbra.

    -Bien, bien. – Dijo fastidiado mientras hacía una mueca y a mudas repetía lo que decía la anciana –

    InuYasha se sentó de mala gana en la mesa pequeña en donde comía la servidumbre. De seguro su padre tenía algo que ver en esto. Después hablaría con él, tenía hambre.

    Bebió su leche con calma, pero devoró el pan en pocos bocados. Kaede lo observaba con vergüenza ajena, «La juventud de hoy…», pensó la anciana.

    -Ah, por cierto InuYasha-kun. – Le llamó Kaede al recordar algo que le había dicho el Sr. Taisho antes de que fuera a despertar al joven – Su padre me dijo que su hermano…

    -¿Qué pasó con Sesshomaru? – Cuestionó InuYasha mientras se levantaba de la silla y dejaba las cosas en el lavaplatos.

    -Su hermano regresará la próxima semana. – Anunció Kaede y se levantó de la silla lista para lavar la vajilla que InuYasha depositó en el lavaplatos –

    -¿Qué? – Preguntó volteándose en seco antes de irse de la cocina –

    -Y con su prometida.

    -¿¡Qué?! – Volvió a cuestionar pero más fuerte y enojado - ¿Cuándo supiste, Kaede?

    -Su padre me dijo esta mañana.

    Kaede cerró la llave del agua y no hubo más ruido que las gotas que caían sobre la base del lavaplatos. La anciana daba la espalda e InuYasha observaba su puño, el cual presionaba con fuerza y su seño se fruncía al máximo.

    Por un momento llegó a pensar que Sesshomaru no regresaría de Japón. Que se quedaría a vivir y que no volvería a ver su maldita cara en lo que quedaba de su vida. Él siempre fue un gran fastidio para InuYasha. Al ser de distintas madres, pero de un mismo padre, creció una especie de odio por el otro. Lamentablemente ambas mujeres fallecieron y el Sr. Taisho tuvo que educar a sus hijos juntos.

    InuYasha golpeó la puerta con su puño y tiró un pequeño mechón de su largo cabello negro. Kaede dio un pequeño salto al escuchar el sonido emitido por el golpe y miró las espaldas de InuYasha.

    -Iré a hablar con mi padre. – Dijo en seco el de ojos dorados y salió de la habitación a pasos rápidos –

    Kaede suspiró derrotada y negó levemente con ojos cerrados.

    -“Este niño…” – Pensó frustrada, pero ya acostumbrada, a la cotidiana forma de ser del chico –

    · ----- · ----- · ----- ·​

    Él caminaba sin prisa hacia su destino.

    En el camino se dio cuenta que alguna gente se viró a verlo con curiosidad. No le molestaba para nada y sabía perfectamente que sus ropajes le identificaban como un extraño.

    -“Tenía que haberme cambiado el uniforme” – Pensó él mientras rascaba su nuca y cerraba sus ojos, dio un suspiro – Pero ya estoy en casa… - Susurró para sí mismo al ver su antiguo hogar a un par de cuadras más allá –

    Se detuvo un momento a observar el pequeño paisaje de las casas de los campesinos. Y sonrió para sus adentros. Todo tan igual, tan familiar. El estar tan separado de su hogar, no significaba que lo hubiera olvidado por completo. Pues ya todo había terminado.

    Ya estaba en casa.


    Continuara…


    -

    Fin Chapter One.

    Anata: Significa Señor, en japonés.

    -

    Notas de la Autora:
    ¡Vaya! Perdón por la demora, tenía el capitulo listo, pero no podía subirlo. Pues como ven, aun que la familia de InuYasha se haya mudado a Europa, siguen usando el idioma japonés en algunas palabras, como fue la ocación de comunicación de Kaede con InuYasha:
    Y como dije arriba, anata significa señor. En este FanFic, habrán más palabras en japonés, pero siempre pondré el significado al final del capitulo.
    Otro dato con respecto al Fic, es que todos los capitulos se titularán en inglés (idea mía :D).
    Haber... haber... gente... adivina adivinador... ¿Quién es el uniformado?
    Si logran adivinar.... les daré un puntito de reputación. Pero solo tienen una oportunidad. Solo un nombre, y no daré pistas. Claro, eso sí, es un chico.

    Bueno, sin más, me despido. Gracias por leer el fic, les agradecería si dejan su post con su opinión. Si soy mala escritora o si soy buena, buenos y malos comentarios son recibidos. ;)

    So Long & Good Night.
    Chemy.

    Gracias a:
    - Marginot
    - Sandritah

    Por leer y dejar sus comentarios. En especial a Sandritah, tu post me gustó mucho y me animó a seguir.
    Gracias.



     
  6.  
    Yuki Chan

    Yuki Chan Guest

    Re: Thank You for the Venom

    ¿Y yo? ToT
    No me has nombrado malagradecida de mier...
    Tal vez las gracias por msn no me bastaron. :o
    Pero bueno, ¿qué se le va a hacer?

    Amé esa parte con toda mi alma. Amiga, escribes muy bien. Te lo eh dicho. Tiene un gran talento. Y es que tan pequeña y tienes tanta maduréz para escribir.
    En el foro hay chicas de más edad que tú que escriben bien... pero tú demuestras más. Si ahora escribes así... ¿Cómo escribirás cuando seas mayor? Te admiro. *-*

    No encontré ninguna falta de ortografía, al menos mis ojos no detectaron ninguna. Tienes una gran narración respecto a la descripción de ambientes y lugares. Y estás bien con el formato de diálogo.
    ¡Sigue así Chemy-chan! ;)
    Besos amiga.
    Cuidate.
     
  7.  
    Arthur

    Arthur Usuario común

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    Thank You for the Venom
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    Re: Thank You for the Venom

    Ah... Lo siento?
    Menuda caída de Cz, igual avancé un poco el Fic, pero no mucho.
    Gracias por tu post Yuki.
    Y la conti la tendré pronto.
     
  8.  
    Sandritah

    Sandritah Usuario popular

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    Re: Thank You for the Venom

    ¡Hola!

    En primer lugar siento no haber puesto un coment antes, pero cemzoo no me dejaba ToT
    Y siguiendo con el fic... ¡Si es exactamente lo que yo decía! ¡Cada vez más interesante! Sigo intrigada y con ganas de saber quién es el asesino, porque es hábil, silencioso y, a mi parecer, misterioso y oscuro *o*
    ¡E Inuyasha! Ese si que es vago eh xD Me hizo gracia, porque será que casi siempre lo hacen ser tan impuntual en los fics xD (hasta yo misma, pero shh, es secreto eh xD) Y ahora, para atormentarlo más, llega Sesshomaru. Esto se pone interesante.
    Lo que todavía no se con exactitud es quién será el uniformado... Pero siempre se puede probar suerte, ¿no? Y en esta ocasión pues yo diría que es Sesshomaru, tal vez porque dicen que hace tiempo que no ha vuelto y creyeron que ya no regresaría, y además porque salen frases tales como "Ya estoy en casa", "Todo tan igual, tan familiar", y un poco antes ponía algo así como "nada ha cambiado".
    En verdad te admiro, ya que sigo diciendo que es un fic muy interesante, rodeado de misterio y muy, muy bien narrado. Te felicito una vez más, y espero ansiosa la continuación. Y no hay nada que agradecer, gracias a ti por dejarnos leer la historia ^^
    Bueno, me voy ya que menudo mensaje he dejado xD Cuidate mucho, y conti pronto *o*
     
  9.  
    Pami

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    Re: Thank You for the Venom

    Bastante interesante tu historia, de hecho te quedas con ganas de saber más.
    Tienes algunos errores: es aunque, no aun que, y la palabra calló es para cuando quieres dejar sin habla a alguien, si se trata de caer debes de usar el cayó. Ese último lo hiciste en dos ocasiones.
    Te faltan algunas tildes que provocan otros significados en las palabras.
    Y te recomiendo usar el formato de letra más grande, ese es algo más pequeño de lo recomendable.

    Pasaré por aquí para leer el siguiente.
     
  10.  
    Sandritah

    Sandritah Usuario popular

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    Re: Thank You for the Venom

    ¡Hola!

    Quisiera saber si piensas continuarlo, porque desde hace tres semanas no has puesto continuación y me tienes intrigada. La historia es muy buena y no me gustaría dejar de leerla. Espero que lo sigas ^^
     
  11.  
    Arthur

    Arthur Usuario común

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    Re: Thank You for the Venom

    Sandritah, tus post me alegran mucho. Lamento demasiado la tardanza. El colegio me bombardea pues estoy terminando el año. Bueno, sin más que interrumpir... el capitulo dos:

    Instrucciones:
    -Thank You for the Venom - Habla del Personaje
    -"Thank You for the Venom" - Pensamientos del Peronsaje
    · ----- · - Cambio de Escena

    -

    La fría mano de aquella mujer, sujetaba la suya con fuerza. Y él se sentía seguro a su lado. Aun que el semblante de la dama fuera frío e inanimado. Pero prefería estar junto a ella que caminar solo por esos oscuros pasillos de la catedral. Observó con curiosidad cada cuadro que pasaban al caminar junto a este.. En donde aparecían ancianos, algunos vestidos con negras túnicas, a veces sonriendo, a veces no. Algunos llegaban a darle miedo.

    -Son nuestros Santos. – Dijo la mujer con fría indiferencia, sin siquiera mirar al pequeño, quien al oír la voz de ella dio un pequeño salto que pasó desapercibido para la mujer.

    El pequeño no respondió y solo miró hacia delante. Trago saliva con un poco de dificultad. Ese lugar de verdad aterraba en las noches. Los pasos se escuchaban sobre las baldosas del ancho y oscuro pasillo. La carente luz de pequeñas velas no era de gran ayuda con la visión, y era que sentía que algo malo pasaría.

    Pasaron por frente de una habitación, en el cual la puerta estaba abierta. Sin poder calmar su curiosidad, miró a través de aquel marco, pero hubiera deseado no haberlo hecho después de observar. Un señor de avanzada edad azotaba su espalda, con un objeto de cuero, llena de cicatrices y heridas de las cuales emanaban pequeños ríos de sangre.

    El pequeño miró espantado a la mujer que no soltaba su mano. Queriendo decir algo abrió su boca, pero nada salió, solo pequeños y agudos sonidos. Comenzaba a sudar frío.

    -“Oka-san [1]…” - Pensó el chico mientras cerraba con fuerza los ojos; escuchando un grito desgarrador, seguramente por parte del señor antes visto.

    La mano de la mujer aprisionó con más fuerza la del pequeño, en actos de protección. Se detuvieron un momento, fue cuando ella le miró por primera vez en la trayectoria. El niño observaba los ojos de la mujer, esos orbes azules le miraban con preocupación.

    -Tsu… Tsu… - Intentó hablar el niño –

    La mujer se arrodillo frente al pequeño y posó sus largas manos en los pequeños hombros del muchacho. Sonrió levemente intentando calmarlo. Y limpió las provenientes lágrimas del chico en sus ojos, con su dedo índice.

    -Tsu… Tsubaki-sa…ma… - Susurró el niño con un floreciente pánico.

    -De alguna manera… debemos… - La mujer pensó la palabra indicada para explicar al muchacho lo que quería decirle. - … debemos… pagar por nuestros… pecados.

    -¿Pecados? – Cuestionó el niño con ingenua inocencia, sin lograr entender lo que decía la mujer –

    Tsubaki no siguió hablando y se levantó nuevamente, tomando esa postura de aires de grandeza y elegancia. Sacudió un poco su vestido negro y enderezó la cruz de plata en su cadena. Cogió nuevamente la mano del pequeño. Y continuaron su camino. Llegaron frente a una oscura puerta de madera. La mujer posó su mano sobre la perilla, y fue cuando una luz segadora le impidió la vista a la habitación…

    …Tsubaki-sama… ¿Qué son Los Pecados?...

    · ----- · ----- · ----- · ----- ·

    Thank You for the Venom

    · ----- · ----- · ----- · ----- ·

    ----- · Chapter Two: I can’t believe (First Part) · -----
    Hizo de su mano un puño, y una furia floreciente estaba creciendo en él. Golpeó el marco de la puerta del despacho de su padre. Y posó su frente sobre el puño. Sin más, y sin vergüenza, abrió las puertas en seco y entró en la habitación a pasos duros.

    -Padre – Llamó dentro de la habitación, antes de comenzar a caminar recto hacia el escritorio –

    El respaldo de una gran silla se hacía notar por sobre el escritorio. Esta se inclinó levemente hacia atrás y se meció de un lado a otro, pero no se dio la molestia de voltearse.

    -¿Qué te pasa InuYasha? Además de tu habitual mal hábito. – Se escuchó la voz del Sr. Taisho – ¿No te eh enseñado a golpear antes de entrar en un lugar ajeno? – Cuestionó con un ademán.

    -Ahora eso no importa… - Dijo secamente a su padre, con un tono frío. InuYasha tomó un poco de aire y se ubicó frente al escritorio de su padre. - ¿Cómo es eso de que Sesshomaru regresa?

    El Sr. Taisho se volteó, observando la cara de su hijo, en la cual era demasiado obvio el enojo. El hombre abrió su boca para hablar, pero fue interrumpido por su hijo.

    -Y no digas que es mentira, por que Kaede-baba [2] me lo dijo. – Dijo en seco InuYasha, sabiendo de antemano que su padre intentaría inventarle cualquier pretexto, haciéndolo pasar por una mentira.

    El Sr. Taisho hizo un puño con su mano y lo depositó lentamente en el escritorio, exhaló un profundo suspiro. Rendido y sin ninguna excusa que se le ocurriera en ese momento, cerró sus ojos mientras negaba levemente con su cabeza.

    -Sí – Suspiró, nuevamente, el Sr. Taisho – Llega la próxima semana. – Reveló con simplicidad mientras cambiaba de dirección su mirada.

    -“¡Kusô!” – Pensó InuYasha, fastidiado. - ¿Y cuándo lo supiste? – Le cuestionó a su padre mientras se volteaba y le daba la espalda.

    -Me escribió la semana pasada – Dijo con tranquilidad el Sr. Taisho. – Se comprometió con…

    -¡Kusô, padre! – Le gritó InuYasha, volteándose de golpe – ¡Tú sabes que detesto a Sesshomaru! ¡Debiste habérmelo dicho! – Le reclamó el pelinegro para después reír con ironía – Y pensar que está comprometido…

    -¿Y para qué decirte? ¿Para que te vayas y no veas a tu hermano…? – Le preguntó el Sr. Taisho a InuYasha, enojado, mientras se levantaba de la silla.

    -¡Medio hermano! – Le corrigió InuYasha con un tono alto.

    -¡No me grites InuYasha! ¡El que estés molesto no te da derecho a ser un insolente! – Inu-no Taisho se apoyó en la mesa con las manos, estaba perdiendo la paciencia.

    Esto se repetía casi todo el tiempo. Y eran inevitables las discusiones entre InuYasha y su padre. Ambos tenían una mentalidad completamente diferente, ninguno entendía al otro, como tampoco el otro tenía ganas de hacerlo. Y a veces las cosas se salían de control. InuYasha no era un hijo ejemplar, pero Inu-no Taisho tampoco era el ejemplo de padre que InuYasha quisiera seguir, el quería ser más. InuYasha quería hacer más… de lo que hizo su padre.

    -¡El que Sesshomaru y yo no nos llevemos bien no te daba el derecho de ocultarme de su retorno! – Se defendió el pelinegro de la misma manera que su padre.

    -¡Basta! – Gritó el Sr. Taisho en los límites de su cordura. - Sesshomaru llegará la semana que viene, con su prometida… ¡Y tú estarás presente… quieras o no!

    -¡Bien! – InuYasha levantó sus manos en forma de rendición, pero aún enojado. No quería seguir “desgastando su voz en estupideces”. - ¡Como quieras!

    El chico se dio media vuelta, con un tanto de brusquedad, y comenzó a caminar hacia la salida del despacho. A pasos firmes y seguros, salió de la habitación, exhalando mil maldiciones por segundo. Cerró la puerta con fuerza, deseando haberla echo pedazos a patadas. Al salir se encontró con Kaede, que le miraba con preocupación y tristeza.

    -¿Qué? – Le preguntó con indiferencia sin ignorar el enojo –

    -Ustedes no pueden seguir asi… – Dijo la anciana Kaede con un tono de tristeza en sus palabras. Estaba cansada de que se volviera un hábito cotidiano el que discutieran de esta manera. – Deberías cambiar tu forma de ser con tu oto-san [3], InuYasha.

    -¡Ja! – Reclamó con desdén - Kaede… - InuYasha caminó hacia la escalera, su pie yacía sobre el primer escalón cuando viró su rostro y dijo a Kaede, con voz ronca… - No cambiaré. Y tú, nunca tuviste la oportunidad de hacerlo.

    InuYasha comenzó a subir despacio los escalones, ignorando la mirada de la anciana Kaede, la cual no se despegaba de él. Luego la figura del joven se perdió en el pasillo del segundo piso.

    -“InuYasha…” – Pensó en Sr. Taisho desde su oficina, sentado en la silla con sus manos cubriendo su rostro – “¿Cuándo entenderás que sólo quiero lo mejor para ti?”

    · ----- · ----- · ----- · ----- · ----- ·
    Tocó la puerta con delicadeza, con sus nudillos.

    Una naciente alegría comenzaba a dominarlo. Tenía las ganas de ver esa cara tan familiar, que tanto había extrañado en los días de su ausencia. Sólo quería verla a ella…

    -¡Ya voy! – Se escuchó una voz desde el interior de la casa, una voz conocida, una voz familiar –

    En pocos segundos, la puerta fue abierta, produciendo un ruido agudo en los cerrojos, pero no le importó. Ella estaba frente a él. Y era como si el tiempo se les hubiera detenido. Todo se le volvió en cámara lenta.

    Sus labios dibujaron una bella sonrisa, se entreabrieron un poco, muy poco. Y ahí mismo dejó caer su mochila de cuero con sus pertenencias, todo por rodear con sus brazos a esamujer. Sintió su calor entre sus brazos, sus suspiros en su cuello, algo húmedo que traspasó su camisa hasta golpear contra su pecho.

    -Miroku… - Escuchó la voz de la joven entre sus brazos, sin poder creer cuánto la había extrañado – Miroku… - Repitió por segunda vez –

    -Ya, Sango. – El joven uniformado acarició la cabeza de la muchacha, con dulzura, y aspiro el perfume que emanaban su cabellos castaños, acarició sus brazos desnudos y sus mejillas húmedas, por las lágrimas de felicidad. – Ya estoy aquí.

    La abrazó con más fuerza, sin querer volver a soltarla. Llenando ese vacío que dejó durante su misma ausencia. ¡Ay! Cuanta falta le hizo. Cuanto extrañó sus caricias y sus besos. Pero él debía cumplir con su deber… y no falló.

    -Ya estoy aquí. – Repitió Miroku, mientras, entre sus brazos, Sango sollozaba sin creer que él estuviera de regreso –

    -¡Estás aquí Miroku! – Exclamó Sango con gozo - ¡Estás aquí!

    Ambos enamorados se separaron un poco, para mirar sus rostros, enterándose de que ninguno de los dos había cambiado mucho, desde la partida de Miroku. Sango jugó un poco con la pequeña y adorable coleta pelinegra, en la nuca de Miroku, riendo como una niña pequeña y disfrutando de la compañía de él. Mientras Miroku, con su dedo índice, limpió las lágrimas que brotaron de los castaños ojos de la chica, en los que se reflejaban los azules de él. Y se quedó así, mirando sus ojos en los de Sango, acariciando su mejilla con su dedo, exhalando suspiros enamorados.

    -Te extrañé tanto, Sango. – Dijo con dulzura Miroku.

    -Yo también te extrañé mucho. – Respondió de la misma forma, la joven.

    -Eso me tranquiliza. Pero… ¿sabes? Hay algo que extrañé mucho, de ti. – Le dijo de forma juguetona creando la curiosidad en Sango.

    La castaña rió bajito, como una pequeña.

    -¿Qué cosa? – Preguntó divertida –

    Miroku acercó su rostro al de Sango, con lentitud y delicadeza. Las mejillas de ella se sonrojaron levemente y echó un suspiro entre una pequeña sonrisa, formada por sus labios.

    -Tus besos, pequeña.

    Dicho aquello, Miroku selló sus labios con los de Sango, en un beso dulce. Él sostuvo el rostro de ella con una de sus manos, mientras acariciaba su mejilla. Los labios de ambos amantes danzaron a la melodía de una caricia entre ellos, de amor.

    Luego, se separaron levemente para observarse. Ambos con un tono carmín en sus mejillas, se sonrieron al otro, sin poder ignorar la floreciente felicidad, que no se detenía.

    · ----- · ----- · ----- · ----- · ----- ·
    La brisa salada golpeaba su rostro con delicadeza, y sus cabellos oscuros danzaban al viento, al igual que su blanco vestido. Sus brazos yacían apoyados sobre las barandas metálicas, movía sus pálidos dedos en un juego solitario. Fue entonces, cuando observó el reluciente anillo de oro en uno de ellos, sonrió con dulzura.

    Volvió su vista al mar, las olas que se formaban por el movimiento de las paredes del barco y se desvanecía, para formar parte del océano, nuevamente.

    -¿Te sucede algo? – Cuestionó una voz varonil a sus espaldas, escuchó los pasos sobre la madera de la cubierta –

    -No es nada… no te preocupes – Le respondió ella, sin voltearse. Reconociendo en el mismo instante la voz de aquél hombre –

    Entonces, se volteó para mirarlo. Él se mantenía firme, rodeado por aires de orgullo. Con ese gesto frío en su rostro, ese que ella había logrado penetrar.

    -Solo… pensaba. – Le informó ella, volteándose nuevamente, observando el mar –

    -¿En qué? – Preguntó él, con curiosidad – ¿En nuestro compromiso?

    Se acercó a ella, y la abrazó por la espalda, posando sus brazos sobre el estómago de la joven. Luego sintió las manos de la misma sobre las suyas, en un acto de caricias.

    -En todo. – Reveló. Recostó su cabeza en el hombro fuerte de él, y cerró sus ojos con deseos de descansar – En todo… - Susurró nuevamente.

    -Mañana llegaremos. Alrededor del mediodía. – Informó él, liberándola de su abrazo –

    -Bien… - Respondió en un susurro, para voltearse nuevamente. –

    -No te arrepentirás de nuestra boda. ¿Verdad?

    -¡Oh! ¡Claro que no! – Exclamó ella, con un tono ofendido. Se llevo una mano al pecho y dijo con voz decidida… - No me atrevería, Sesshomaru. Si estoy aquí, es porque te amo. Y porque deseo compartir el resto de mi vida… con… tigo.

    Él se sonrojó de un modo casi invisible, acercó un poco al rostro de ella, y depositó un suave beso en sus labios.

    -Tengo las mismas intenciones que tú… Kagome. – Le susurró en frente de su rostro -

    Ella simplemente se limitó a sonreírle. Entonces él se volteó para dejarla sola en la cubierta. Kagome volvió a observar el mar, la paz. Aspiró el viento salado, cerró sus ojos, se dejó llevar por la tranquilidad.

    Una nueva vida le esperaba, junto a Sesshomaru Taisho.

    · ----- · ----- · ----- · ----- · ----- ·
    El Sr. Taisho abrió las puertas blancas de la cocina, introduciéndose en ella. Observó a la anciana Kaede limpiar las encimeras y una que otra vasija suelta. La anciana se volteó, observó al Sr. Taisho de pie junto a la mesa de la servidumbre e hizo una pequeña reverencia, como le es de costumbre.

    -¿Se le ofrece algo Taisho-sama? – Preguntó formalmente Kaede al Sr. Taisho –

    -¿Dónde está InuYasha? – Cuestionó de regreso con una voz fría –

    La anciana Kaede continuó con su labor, dando la espalda al Sr. Taisho. Habló de ojos cerrados después de suspirar.

    -InuYasha-kun, ah de estar en su habitación… - La anciana miró al Sr. Taisho por sobre su hombro, esperó que el hombre dijera algo, pero como no lo hizo, continuó… - Seguramente pintando anata [4]. – La anciana hizo una segunda pausa para secar sus manos de la humedad del trapo grisáceo; pero aún así, no se volteó. – Sabe cuanto le gusta al joven…

    -Domo Arigato [5] – Agradeció el Sr. Taisho antes de voltearse con claras intenciones de ir a buscar a su hijo –

    -Taisho-sama… - Le detuvo Kaede, llamando su atención. – ¿Por qué busca a InuYasha-kun?

    -Nada importante Kaede. – Musitó el Sr. Taisho en voz baja, pero la anciana lo escuchó perfectamente. El Sr. Taisho miró por sobre su hombro el rostro de la anciana que lo miraba atenta. – Solo quiero salir con él. Iremos a ver a un viejo amigo.

    Y sin más, el Inu-no Taisho abandonó la cocina, dejando a una anciana Kaede confundida.

    -Un viejo… ¿Amigo? – Susurró la anciana con curiosidad.



    Un pequeño haz de luz iluminaba su habitación. Concentrado en la pintura y el pincel, entrecerraba los ojos para dar finos toques a su creación. Los colores parecían cobrar vida en el bastidor, y él no podía estar más complacido con su trabajo. Los colores parecían danzar en una melodía ausente que daba belleza al cuadro. En él se reflejaba una especie de calavera, enfundada en un traje negro, con líneas horizontales blancas en la zona de su pecho. Un gorro de copa yacía en su cabeza mientras las plumas se desprendían a su caminar, alejándose de las puertas de un cementerio que ardía a las llamas de un fuego pintado de anaranjados colores, que parecían cobrar vida al solo movimiento de la vista.

    InuYasha dio un paso hacia atrás, se viro para recoger otro de los colores en el escritorio, junto a la puerta. Cuando su mano estuvo a punto de coger lo buscado, la puerta se abrió, desviando la mano del pelinegro, dejando que la pintura cayera al suelo y se esparciera en la madera, tiñéndola de a poco de un rojo vivo.

    Los ojos, exóticamente dorados, del Sr. Taisho se clavaron en los de InuYasha, quien en ese momento se inclinaba para recoger la pintura caída. El joven pelinegro observó a su padre con desdén e indiferencia.

    -¿Qué haces aquí? – Preguntó InuYasha. Un tono frío adornaba su voz mientras se daba el placer de ignorar el rostro de su padre –

    -Saldremos. – Dijo simplemente el Sr. Taisho, echando leña al fuego del comportamiento de su hijo.

    InuYasha se levantó, quedando frente a su padre. Le miró con desaprobación y luego se volteó para ordenar sus cosas de pintura.

    -¿A dónde? – Se atrevió a preguntar el pelinegro –

    -Eso no importa. – El Sr. Taisho hizo una pequeña pausa para suspirar. – Te espero abajo.

    InuYasha ahogó un gemido en su garganta. Y cuando la puerta de su habitación ya fue cerrada, soltando mil maldiciones, buscó algo para limpiar la pintura de sus manos, que se secaba a velocidad. Tomó un harapo viejo, y con múltiples colores sobre él. Y limpió sus manos sin delicadeza alguna. Se desquitaba con sus propias manos, y estas comenzaban a sonrosarse al salvaje roce de la rugosa tela.

    El pelinegro suspiró derrotado, sin poder creer que la rabia podía llegar a más extremos. Caminó hacia la puerta y la abrió con suavidad, temiendo que su padre, tal vez, podría estar esperándolo tras ella. Exhaló un suspiro de alivio al ver que no era así. Su mirada se dio a las escaleras centrales, cerró la puerta a su espalda y bajó los escalones rápidamente, saltándose uno en cada paso.

    La anciana Kaede, quien conversaba con el Sr. Taisho, sintió la mirada de InuYasha por sobre ellos, y observó al muchacho bajando el último escalón.

    -Listo. – Anunció InuYasha, con manos en los bolsillos –

    -Nos vemos luego Kaede. – Se despidió el Sr. Taisho de la anciana, mientras abría la puerta principal –

    InuYasha se acercó a la anciana y depositó un pequeño beso en la mejilla arrugada de esta. Kaede le sonrió con dulzura y moviendo los labios le dijo a InuYasha: «Cuídate». Y como respuesta, recibió un guiño del ojo derecho del muchacho. Para después perderlo tras la puerta que se cerró con cuidado.

    -“No te metas en problemas” – Pensó por último, Kaede, antes de dirigirse a la cocina, a continuar con sus labores.

    · ----- · ----- · ----- · ----- · ----- ·
    Su mano dejó el vaso sobre la mesa. Suspiró saciado de la sed que contuvo durante su viaje. Miró a su novia, quien preparaba la cena, sin dejar que la bella sonrisa que le recibió hace unos minutos, abandonara sus labios. Sentado en la silla, posó su brazo sobre la mesa y cubrió su boca con su mano. La situación de sus camaradas le preocupaba, existía la posibilidad de un segundo viaje…

    Miroku había sido llamado para ir a una guerra que se desataba contra Alemania en el sur de Inglaterra. El mismo día de su partida, cuando ese camión verde, cubierto por una lona del mismo color, llegó frente a su casa, pensó no volver a ver a su familia. Los días de la guerra fueron indescriptiblemente dolorosos. No era nada hermoso ver a un camarada sufrir, mientras exhalaba los últimos suspiros, pidiendo ayuda… para después cesar de hablar. El miedo que le dominaba cada noche, antes de cerrar sus ojos y dormir dos horas, para luego volver a combatir. Agradecía a Dios el poder regresar sin mucha novedad, más que algunas heridas y cicatrices mal cerradas. Era su deber acudir a sus camaradas… era su deber.

    -¿En qué piensas, Miroku?

    La voz dulce de Sango lo alejó de sus pensamientos, o recuerdos. La muchacha le observaba con curiosidad y preocupación. Estaba demasiado serio, pensaba ella.

    -Nada Sango. – Le respondió él –

    El delicioso olor de las verduras hervidas, llegó a las narices del valiente soldado. Degustándose con el aroma, cerró sus ojos e hizo un gesto agradable.

    -Huele delicioso, cariño. – Informó el soldado, mientras tomaba la mano de Sango –

    La muchacha se sonrosó de las mejillas y sintió la tibia mano de Miroku alrededor de la suya. Él, con su mano, le acaricio con dulzura.

    -¿Y mi madre? – Preguntó de repente Miroku, sin cesar con sus caricias –

    -Fue a visitar a la Señora Hopkins. – Dijo con tranquilidad sintiendo las caricias de Miroku –

    -¿Por qué? – Preguntó extrañado - ¿Le ah ocurrido algo?

    Sango se soltó del agarre de su novio y le dio la espalda. Miroku, sin comprender nada del asunto, se levantó de la silla y se colocó tras Sango. Algo no andaba bien…

    -¿Sango…? – Cuestionó preocupado de la actitud de la castaña –

    -Asesinaron a Ann… - Dijo en un suspiro melancólico –

    -¿Qué? – Exclamó sin poder creer lo que oía –

    -Lo que oyes. Últimamente un asesino ah estado rondando por la zona, y ella fue una de sus víctimas. – Declaró Sango mientras se volteaba.

    -No puedo creerlo…

    · ----- · ----- · ----- · ----- · ----- ·
    Dio un paso dentro de la catedral, observando como la gente, inclinada, rezaba en silencio palabras que no podía entender. Mientras se acercaba a la figura ancestral del INRI [6]. Inu-no Taisho buscaba algo con la mirada, sin poder encontrar nada. Sintió la mano de su hijo sobre su hombro izquierdo, para luego oír su voz…

    -¿Qué hacemos aquí? – Preguntó InuYasha observando los cristales pintados en los grandes muros de la iglesia –

    -¿Qué crees? – Cuestionó de regreso el Sr. Taisho con un tono irónico.

    -Sabes que no me gusta estar en una iglesia. – Recordó InuYasha, mientras vigilaba a su alrededor y finalmente observó a su padre.

    -Eso ahora no importa, InuYasha. Hay que rezar para que tu hermano regrese bien.

    -¿Es culpa de Sesshomaru que esté aquí? – Dijo con fastidio imaginando a su hermano en su mente –

    El hombre miró a su hijo, y roló los ojos para luego suspirar. ¿Cuál era su problema con una simple iglesia?

    InuYasha, en cambio, sentía unos escalofríos en su interior. El lugar le parecía malditamente familiar… pero no para bien… si no para mal. De pronto, un grito desgarrador corrió por su memoria, acompañado de borrosas imágenes y luces invisibles. Sentía como los cabellos de su nuca se erizaban y como su respiración se entrecortaba, comenzaba a sudar frío. Cerró sus ojos intentando borrar las antiguas imágenes, pero estas volvieron a él… pero en vez de eso… solo pudo ver, sangre en el suelo…

    Continuara…

    -

    Fin Chapter Two the First Part.
    Terminado el 26 de Octubre de 2007, 19:39 p.m.






    [1] Oka-san: Mamá o madre. Según tengo entendido.
    [2] Kaede-baba: Significa anciana o bruja. Pero en este caso InuYasha se refiere a Kaede como Kaede-baba = Anciana Kaede.
    [3] Oto-san: Papá o padre.
    [4] Anata: Señor o señora. Lo dije antes, lo vuelvo a poner, por si se les olvidaba.
    [5] Domo Arigato: Muchas gracias.
    [6] INRI: Rey de los judíos. Así era llamado Jesús o Jesucristo. “El hijo de Dios”.


    Notas de la Autora:
    Primero que nada, quiero que me perdonen por la gran demora. Como el año de mi escuela está llegando a su fin, me bombardean de tarea y todo eso. Es más, acabo de llegar de una competencia de matemáticas. (¡Primer Lugar! Wii)
    Además de que no he tenido muchas ganas ni mucho ánimo estos días, acabo de terminar con mi novio y una amiga fue operada. Sólo espero que esto recompense la espera y creo que la “Second Part” estará lista pronto.

    Aviso de antemano, que el capitulo que sigue al que viene creo que será Song-Fic, y se requiere de la canción: The Jetset Life is Gonna Kill You de My Chemical Romance. Para que se la consigan o descarguen, pues siempre eh pensado que un Song-Fic se lee mejor con la canción siendo escuchada…

    Sin más que decir, además de arigato por leer la historia, me despido.
    So Long & Good Night

    Chemy
     
  12.  
    Sandritah

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    Re: Thank You for the Venom

    ¡Hola!

    Me alegra saber que mis post sirven de algo, y te deseo mucha suerte en todas las tareas y pruebas que tengas :).
    Con respecto a la historia, pienso que quizás Inu-no Taisho debería ser un poco más cariñoso con Inuyasha, porque si quiere lo mejor para él, un hijo necesita cariño. Y el joven podría tratar de llevarse mejor con su medio hermano, ya que, a pesar del odio, son familia. También me quedé dudando sobre lo que vayan a hacer en la iglesia. ¿Tendrá algo que ver con Tsubaki y el chiquillo que la acompañaba? ¿Por qué Inuyasha recuerda la sangre allí con gritos desgarradores y para mal?
    Me gustó también el reencuentro de Sango y Miroku, fue tierno y se nota que se quieren. Pero pobre Miroku, esperemos que no tenga que volver a pasar por los malos momentos que se viven en una guerra. Ese temor nos destroza el alma. Seguramente era él la persona que, al final del capítulo uno, llegaba diciendo que nada había cambiado. ¿Me equivoco?
    Por otro lado se me hace extraño ver a Sesshomaru prometido con Kagome. ¿De verdad se van a casar? No soy precisamente fanática de esa pareja, pero el fic bien lo valdría, así que no me importaría.
    Me pareció un excelente capítulo, espero con ansias el próximo y me bajaré la canción nada más pueda hacerlo. Ojalá puedas seguirlo cuanto antes, pero claro está, sin agobios y poniendo por delante los estudios, ya que son lo esencial en la vida cotidiana.
    ¡Mucha suerte! ¡Y el fic te está quedando muy bien!
     
  13.  
    Aome_0793

    Aome_0793 Guest

    Re: Thank You for the Venom

    Hola Chemy!!
    Empecé a leer tu fic hoy!!
    la verdad me dejó impactada =D!
    tiene un aire misterioso que me gusta mucho =)
    y Inu como siempre es hermosoooooo!! =P
    Espero tu conti pronto!!
    Un besote!! & tenés todo mi apoyo!!

    {♥Aome_0793♥}
     
  14.  
    Arthur

    Arthur Usuario común

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    Re: Thank You for the Venom

    Arigato por sus post. Sandritah y Aome_0793
    No saben cuanto me alegra el saber que les gustó.
    Y pues... sí, el Fic es de misterio y suspenso *perverso*
    Quería hacer algo diferente, pues los fics que predominan aquí son los de romance. Quería marcar un poco la diferencia. x)
    Arigato de nuevo.
    Kisses

    So Long & Good Night
     
  15.  
    Pami

    Pami Guest

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    Pluma de
    Re: Thank You for the Venom

    Antes: encontré dos errores.
    Error de dedo, es no pueden.

    Y el otro está en la palabra acecinaron, es asesinaron.

    Ahora bien, el fic va muy bien, es interesante como lo del principio del capítulo se entiende justo al final, o algo.
    Además todo bien planteado y expresado, al punto de que no es tan complicado entender.
     
  16.  
    Arthur

    Arthur Usuario común

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    Re: Thank You for the Venom

    Ouch!! (A lo Homero Simpson xD)
    Gracias Pami por correjir mis errores. Ahora mismo los he cambiado.
    Me alegra que me ayudes en esto... quisiera preguntarte si podrías ser mi beta. Si no es una molestia.
     
  17.  
    Yuki Chan

    Yuki Chan Guest

    Re: Thank You for the Venom

    Chemy, lo dejas en la parte más interesante de toda esta historia.
    ¿Por qué Inu ve sangre en el suelo? ¿El periodo mestrual? xD ok, no ._.
    Bueno, amiga, espero la continuación ansiosa.

    Besos
     
  18.  
    Sandritah

    Sandritah Usuario popular

    Piscis
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    Re: Thank You for the Venom


    ¿Querías marcar un poco la diferencia y hacer algo de misterio y suspenso? Pues hay que felicitarte porque realmente lo lograste. Sigo diciendo que el fic me trae de cabeza, por más vueltas que le doy hay cosas que no terminan de encajar en mi puzzle mental. A ver si con algunos capítulos más me organizo y voy poniendo pieza por pieza hasta tener el puzzle completo.
    Espero la continuación pronto, ya que, vuelvo a repetir, está muy interesante. Suerte en los exámenes y todo lo demás.

    Besos.
     
  19.  
    Sandritah

    Sandritah Usuario popular

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    Re: Thank You for the Venom

    Hola.

    Ya hace tiempo que no lo continúas. Comprendo que tendrás otras cosas que hacer, supongo que más que nada estarás en época de exámenes, pero me gustaría que pusieras la continuación de este fic, ya que me gusta mucho. ToT Espero verla pronto, si es que puedes :)
     
  20.  
    Aura_

    Aura_ Guest

    Re: Thank You for the Venom

    Hola, Chemy.

    ¡Wow! ¿Enserio tienes mi edad? Es decir, 13 años. Si es así, ¡chica, qué talentazo tienes! Adoro tu forma de escribir y de describir lugares, sentimientos, etc. ¡Pero! Encontré un fallo que sueles repetir. Supongo que es error de dedo, pero te lo hago notar de todas maneras:

    La "h" va delante. Si fuera el caso de un "Ah...", dicho de manera despreocupada, entonces sí sería válido. Pero en este caso no, ya que se trata del verbo haber.

    Volviendo al fic, ¡de verdad que me encantó! Sería una lástima que lo dejaras, esta realmente bien, lo que daría yo por llegar a escribir así algún día. Tú, Sandritah y Pami sois mis ídolAs :awww:

    Besines,
    Aura.
     
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