Terror

Tema en 'Relatos' iniciado por Durazno, 18 Abril 2016.

  1.  
    Durazno

    Durazno Vagando por ahí

    Piscis
    Miembro desde:
    28 Marzo 2013
    Mensajes:
    140
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Terror
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1102
    No ha existido sobre la tierra, un hombre tan terrible como él.

    Engatusado por su elegante camisa elaborada a partir de la más fina tela de nilo, pálida en un intento obtuso de reflejar una pureza inexistente: mientras que su caucásica piel reflejaba una aspereza paradójica ante tanta sencillez, que obviamente solo era producto de una imagen errónea que intentaba representar. Su corbata de seda de color azabache, más adecuado a la brusquedad habitada en sus ojos, apenas si era visible ya que que sobre la camisa llevaba abotonada hasta la mitad, una gruesa garbadina del mismo color de la seda, pero sin perder la elegancia respectiva. Sus pantalones ostentaban el mismo material y color que su abrigo, hechos a tal medida y a tal perfección que se podía ver con tanta sinceridad sus bellos zapatos de cuero que combinaban con todo su traje. Sobre su dorado cuero cabelludo, llevaba orgulloso un gorro militar que condecoraba su supremo cargo. Comandante en jefe.

    Varios kilómetros debajo de aquel lugar, en la periferia más ruin y corrompida, se levantaba varias horas más temprano un humilde trabajador. Joven y fornido, abotonaba triste su helado terno azul marino, que no combinaba en absoluto con la humildad y la dedicación yacentes en sus perdidos ojos. Bajo su terno, también llevaba una camisa arrugada ante los inútiles esfuerzos de que la electricidad funcionase para poder plancharla. A pesar de todo, el nudo de su corbata de microfibra, muy económica, lograba siempre destacar la decencia que por sobre todo, caracterizaba a aquel hombre.

    Uno era el hombre más poderoso de la tierra, y el otro trabajaba para él. Pero nunca directamente. Él era víctima de todo sistema inventado por el primero, él sufría las consecuencias de una paupérrima condición de vida generada por su autoritario gobierno y sus antecesores. El joven se encontraba desempleado hace ya varios años. Su ahora ex esposa lo había abandonado y se había ido junto a su hija, porque siempre se encuentran mejores hombres y más acomodados si tienen una bancada en el gobierno. El comandante era visitado por un centenar de mujeres ansiosas por compartir una noche con el deseado jefe de estado, quizá anhelando algo más que un simple fulguro pasajero, posiblemente queriendo oír las mil y una historias que tenía para compartir un hombre con tal experiencia como él. No podían estar más equivocadas. Un hombre como él, por más que compartiera compromiso con una joven y bella primera dama, jamás revelaría historias y secretos fascinantes si no era a su habitada codicia, su primer amor.

    El comandante se levantaba junto a su bella mujer en un precioso y acomodado nido de amor, donde habían presenciado también el desarrollo de un país en complicidad con los cuadros de los antiguos presidentes de la nación, colgados por las extensas paredes del palacio. ¿El joven? Una simple vivienda que le otorgó el estado tras varios años de servicio, y al estar ya retirado, no tenía mucho capital para solventar sus gastos mínimos.

    El comandante disfrutaba de un buen baño en las mañanas a cualquier temperatura que el desease, de una comida recién preparada, con el animal recién faenado y un vino exquisitamente añejado, todos los días de su gobierno. ¿El joven? Muchas veces tuvo problemas con la compañía de gas, si no era el cerrar los ojos y apretar los dientes ante una gélida ducha desconsiderada, le tocaba el soportar un corte indiscriminado a su debido por derecho, servicio de agua potable. Ni hablar sobre la comida, un triste pan con tomate no era lo suficiente para todo el día.

    El comandante saludaba a sus compañeros, pero también rivales, que se cruzaba en el palacio de gobierno mientras caminaba para su salón presidencial, que le pertenecía todo a él. Una sonrisa hipócrita era el emblema más ruin de una persona arrogante. ¿El joven? Compartía su alegre y sincero semblante con sus vecinos, cada vez que salía de su vivienda, recibiendo siempre un cálido aliento para al fin encontrar trabajo. Eso lo llenaba día tras día, aunque la mayoría de los esfuerzos eran inútiles.

    El comandante se desplazaba en su limusina cada vez que la situación lo ameritaba. Con un experimentado chofer, acompañado del servicio secreto y de las mismas fuerzas armadas donde quiera que deseara. ¿El joven? El transporte público era demasiado engorroso y frecuentemente era bajado del autobús por no poder pagar la tarifa. En un camino tan frío y peligroso, varias veces estuvo frente a frente con el triste teñido de la parca, disfrazado de un revólver que ordenaba entregar su desnutrida billetera.

    Un día, el joven iba envuelto en un bello abrigo de franela que acababa de comprar, puesto que los tristes y congelados vientos de aquel invierno le obligaban a prevenir esas desastrosas enfermedades que abundaban en su ecosistema. Su cuero cabelludo, a diferencia de una gorra militar, estaba entumecida en una cálida boina que había heredado de su abuelo, un tesoro familiar. Se encontró con su viejo camarada de guerra, escoltado por el servicio secreto y las fuerzas armadas, mientras daba un enardecido discurso por las difíciles situaciones diplomáticas que cursaba la nación en aquel momento, con un triste conflicto económico que repartía la tristeza de la muerte donde fuera que el ejército de su país tocase. Un conflicto muy similar al que los unió a ellos dos la primera vez, donde dos polos opuestos compartirían tal fraternidad en un ambiente profundamente hostil, que los llevaría a forjar una fuerte amistad separada por la codicia y traición de uno, y el compromiso familiar de otro. Compromiso que se vería reducido cuando su mujer se transformaría en la primera dama de un hombre deshonrado, y su apellido en la ficha constitucional de su hija pasara a ser el del jefe de estado de una nación triste y traicionada.

    El joven no sentía odio. Era su amigo, le había arrebatado lo que más deseaba, pero no ganaba nada con el rencor. Le miró indiferente, oyendo discursos de memoria que sabía el que los había escrito algún otro oprimido por su autoridad. De repente, se oyeron disparos entre la masa. Toda la gente se agachó y comenzó a gritar. Entre tal revuelo, el humo y el olor de la pólvora provenía del metro cuadrado del joven, que estaba paralizado. El servicio secreto ni siquiera pensó en identificar a un culpable y decidió por disparar simultáneamente a aquel desdichado hombre, que ya había recibido una bala con anterioridad en su hígado que lo dejó fuera de la guerra, pero ahora, cinco balas lo dejaron fuera de este mundo. Demasiado oscuro para él.
     
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  2.  
    Lionflute

    Lionflute Usuario popular Comentarista empedernido

    Aries
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    Escritor
    Como siempre, una impecable narración, muy vívida y descriptiva y que, sin dudas, es tu fuerte, sin embargo los personajes eran demasiado generales. Me parece muy bien que se propongan personajes sin nombre, pero creo que la descripción de ambos pasa por tantas generalidades comparadas que hizo falta contrarnos más en sus vidas y pensamientos, un poco más profundo en su sentir y pensar individual, porque la narración les pasa por encima, como si fueran algo muy lejano al lector. El final parece formar parte de otro contexto, como si no fuera el mismo mundo de ambos. En ese caso me parece que faltó relacionarlos más con ese hecho, anticiparlo un poco y darle importancia en la vida de los personajes, para lograr más profundidad. Me gusta mucho la idea, pero en la ejecución me pareció un tanto superficial. Sigue escribiendo por favor y diciéndome cuando publiques. Comenzaré a seguirte para estar más atento, porque cuando crees un personaje entrañable, quiero estar ahí para verlo :)
     
  3.  
    Bugs Bunny

    Bugs Bunny Die Hexe Usuario VIP

    Piscis
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    Yo pude identificar a los dos personajes pero admito que en el tercer párrafo me perdí un poco. Quizás fue porque asumí que estaría en todo momento la distinción mediante el uso de párrafos apartes para comparar las situaciones, o fuera mediante el uso de las preguntas, pero en el tercer párrafo tan sólo hubo un punto seguido y me tropecé un poco con la lectura.

    Siguiendo el hilo de mi comentario, me agradó la relación directa que alguna vez hubo entre el comandante y el joven, y fue un buen detalle ir callando poco a poco posibles dudas en cuanto a su mujer, su hija, y demás, aunque la referencia al motivo de su salida en la guerra se me hizo algo forzoso e innecesario, me hubiese gustado explorar un poco más los motivos de traición y otros.

    La narración me gustó bastante, aunque al principio ya se estaba marcando una vena de exasperación con tanta descripción en la ropa, pero todo eso se esfumó a medida que leía y descubría el propósito en todo aquello, y encontré fascinante el modo en que comparaste lo que bien definió la lectura como polos opuestos.

    En fin.
     
  4.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    2,057
    Pluma de
    Escritora
    Ay, pobre hombre. Encima que perdió su medio de vida, a su esposa e hija, ahora pierde la vida, acribillado sin más por encontrarse en un lugar inadecuado en el momento inoportuno, sin embargo, me gustó ese final, porque por fin fue liberado de padecer tanto. El título también le viene bien, porque no hay más terror para algunas personas que vivir en situaciones precarias, sin recibir la ayuda que tanto necesitan.
     

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