Terror en la carretera

En la ciudad de Londres, un cierto día de invierno de 1986, la ventisca era demasiado fría como para viajar, la carretera estaba llena de neblina y era muy difícil distinguir el camino. El frio me obligo a orillarme cerca del cerro cubierto de nieve, al hacerlo el frio se hacía sentir más que poco apoco me entumía.

—Dios santo era mejor continuar, la carretera está demasiado fría— comente titubeando de los labios y tratando de frotar mis manos contra si para calentarme; de repente el frio se hacía más intenso, tanto que parecía estar en un refrigerador. De un momento a otro el auto se congelo totalmente que tuve que esperarme para que alguien llegara en mi auxilio.

Cuando menos me lo espere se veía llegar la luz de un automóvil detrás mío, creía que era el momento para pedir ayuda así que como pude trate de salir del auto ya que mi cuerpo estaba casi totalmente congelado, al alzar la mirada y así de la nada me encontré con una ancianita que cruzaba lentamente la carretera, iba cubierta con un chal en su cabeza no dejándole ver el rostro.

El automóvil venia con más rapidez como si hubiera notado a la ancianita cruzar.

— ¡Señora!

Mi voz estaba casi ronca del frio y apenas y podía gritar con fuerza, la ancianita seguía caminando sin ningún temor.

— ¡Hágase a un lado!

El auto pasa con la mayor fuerza que tenia haciendo que la anciana volara y su cuerpo se disolviera dejando a su vez rastros de sangre en la nieve, mi temor fue enorme y la culpa me invadía totalmente, mis ojos estaban shoqueados y mi cara cien por ciento pálida, mis manos se postraban lentamente en mi boca y de repente comencé a gritar de pánico y terror al ver como el cuerpo estaba completamente deshecho.

—Esto no está pasando… ¿Por qué no me habrá escuchado?

Seguía escuchándome llena de terror que quería salir corriendo para informar a alguien lo sucedido pero mi cuerpo me lo impedía, al querer alzar la mirada de nuevo y emitiendo leve soplidos de frio vi el auto frente a mí con las luces encendidas como si quisiera no dejarme escapar. La puerta del automóvil se abrió lentamente y dejo escapar neblina pero no salía ninguna persona y no había rastro de que alguien estuviera adentro, solo se sentía más frio y miedo.
Un susurro vino a mí de repente, voltee de inmediato para solo sentir escalofrió.

— ¿Dónde está?

Pregunte con temor buscando con la mirada algo dentro del auto, al hacerme mas y mas cerca hacia el auto me lleve un horrible sorpresa; nadie conducía y no había llaves ¿Cómo era posible? El motor estaba encendido…

— ¿En realidad, quieres… saber… donde esta?

Me respondió una burlona carcajada. Al instante mi corazón se acelera, ¿Quién era? ¿Por qué se reía?

— ¿Quién eres tú? ¿Qué haces por aquí?

—Mira por la cuneta… ahí está tu respuesta…

Me susurro de nuevo es voz tan horrorifica, emití de nuevo otro soplido que daba señal de que mi cuerpo ya no aguantaba más pero como pude empecé a caminar a pasos cortos hacia la cuneta que decía aquella voz.

—Esto es horrible… ¿Qué es?

Pronunciaba con una voz débil y los labios congelados que apenas y podía moverse. Al llegar a la cuneta mis ojos se abrían de la sorpresa mi cuerpo temblaba mas, y retrocedí con miedo al ver un montón de huesos viejos y cubiertos en un chal rasgado.

—A ella le gusta recordar… su horrible muerte

Susurraba de nuevo esa voz pero esta vez arrastrando las palabras con seriedad, sentí una gran ventisca empujándome hacia la cuneta con fuerza cayendo sobre el montón de huesos y con el cuerpo totalmente entumido y por esa razón me era imposible levantarme al instante.

—No me perturbes con eso… ¿quién eres?

Exclame con mucho miedo, frio pero estaba decidida a descubrir quién era aquella voz que solo escucharla me hacia estremecer y temblar más que del frio.

— ¿Quieres quedarte aquí… con esa persona que yace muerta en aquella cuneta?

Me pregunto riéndose, tanto que atormentaba mis oídos, mi piel temblaba más no solo por el frio el estar sola, escuchar esa voz escalofriante y difícil de encontrar era la peor pesadilla de ese momento.

— ¿Quedarme aquí? ¿De qué hablas? Quiero salir de aquí…quiero dejar de sentir miedo

Comente con mucho temor, ahora mi respiración aumentaba y sin pensarlo cerré los ojos por los horribles nervios que sentía, mi cabello se movía levemente y la neblina comenzaba a despejarse.

—Pero sería bueno hacerle compañía para siempre…anda algún día ella vendría por ti

Me hice para atrás rápidamente, como pude lentamente y hasta chocar con la puerta de mi coche. Intente sostenerme de la puerta para subir en el e irme de aquel lugar, mi desesperación comenzó a reflejarse y mis ojos empezaron a derramar lagrimas de miedo.

—Sea, pues tu santa voluntad… ¿quieres saber quién soy? ¡Soy tu peor pesadilla!

Una sombra se paraba al lado del auto para después desaparecer, este se encendía de repente y levantaba un poco la nieve; mis ojos se empezaron a abrir más y trate de subir la mano hacia la manija de la puerta de mi automóvil.

— ¡Auxilio!

El grito salió de repente con mucha fuerza, mi mirada se nublo y ya no sentí nada…
El auto había chocado contra el otro dejando entre los dos una mano que estaba postrada sobre la manija de uno de ellos, la sangre dispersa en todos lados, ¿Quién crees que era la voz? ¿Quién era quien conducía el auto? No se sabe pero…nunca pases por un camino solitario porque será la última vez.

La sombra desapareció lentamente riéndose a carcajadas y dejando ver la cara de la muerte en ella…

— ¿Tienes miedo…? Bienvenido al infierno

Se escucho estas últimas palabras y el clima se despejo totalmente, la nieve brillaba y el frio dejo de sentirse tan intenso.