Digimon Te amé y hoy me dueles aún más [oneshot]

Podría haber derramado un mar de lágrimas saladas, podría haberle gritado al cielo lo mucho que te amo, podría haberte rogado que te quedaras, que no me abandonaras. Podría haberme crecido frente a ti y demostrarte cuanto te amo el pobre de mi corazón, podría… podría haber hecho tantas cosas pero no. Nada hice y te deje, así como si no me importara, como si hubieses sido un juego, una relación más… como si ninguno supiera que fuiste y serás mi primer y único amor.

***​

Como me duele verte ahí, débil, dormida cómo si cada gramo de energía lo hubieses dado minutos atrás; consumida por el sueño después de tanto placer. Tenerte en mis brazos, sentirte temblar con mi piel, nunca podría haberte imaginado así, tan diferente y entregada. Subimos ambos al cielo de un suspiro y bajamos en una nube calma ya satisfechos. Morfeo cubrió tus ojos y lentamente descansaste a mi lado cubierta por la blanca sabana que parecía no haber tenido suficiente de la desnudes de tu cuerpo mientras yo, frío y mal herido ya sabía que pronto llegaría mi final, el inevitable y triste final donde concluía nuestra primera vez juntos y a la vez le daba luz a un eternidad sin volverte a tener.


Afuera comenzaba a llover y el ruido de las gotas golpeando el tejar te arrebataron suavemente de las manos del poderoso dios, adormecía aún tus ojos iban de apoco obteniendo la tenue luz que la tarde escurrida por las ventanas dejaba entrar a la habitación. No podía dejar de contemplarte así desnuda, así de frágil. Quisiera poder haberte dicho algo, esforzar mi alma y mi voz hasta emitir palabra pero nada, parecía un muerto sin alma, sin vida y de repente, algo me hirió de fondo el corazón, ¿los recuerdos quizá? No, no eran los recuerdos ni tampoco el rencor y mucho menos el celo, afuera llovía sí pero tus mejillas eran húmedas no por el agua que caía incesante desde el cielo. Este era un húmedo diferente, un agua mucho más pura, la sangre del alma tal vez recorriendo tu rostro enfrente de mis ojos.

Quisiera haberte dicho algo, pero de nuevo nada, alguien tapaba mi boca y sellaba mi garganta. Luego como espuma los recuerdos comenzaron a brotar de mi inconsciente, verte así llorando con tanto dolor me devolvió a mi niñez, a nuestro tiempo en el digimundo, en aquel momento de angustia donde dejada llevar por este sentimiento dejaste el grupo, los abandonaste sin decirle nada a nadie justo cuando yo había desaparecido en un tiempo muerto entre el mundo real y la nada después de la batalla con Etemon. Encontrarte fue difícil por sobre todo con las peleas entre el grupo y la división de este, Matt como siempre solo incluso dejando a su hermano casi perdido. Al fin nos reunimos todos de nuevo y nunca te logramos encontrar, fue al revés, tú nos encontraste a nosotros e inclusive nunca nos dejaste solos.

Por dentro me reí tanto, pero claro no te lo dejé saber, si me hubiese reído de tus motivos para dejar el grupo, habrías pensado que me burlaba de ti y de tus sentimientos pero yo sabía que esa no era la razón. Me enamoraste aún más ese día, por eso me reía; me reía porque me pareció tierno, hermoso el que los hayas dejado por buscar el amor de tu emblema, por creer que ese sentimiento no tenía nada que ver con tigo cuando en realidad era la mejor palabra para definirte… Amor, el mismo amor con el que ahora me miras y el mismo amor que deseo gritarte en este momento; yo sé que lo esperas, yo sé que deseas escucharlo y por eso te quedas viéndome fija sin moverte, sé que quieres que te diga que te amo igual o más que ayer, que quiero que te quedes con migo y que nunca te separes de mi. Pero no puedo, de nuevo algo me amarra el alma y el cuello… no puedo moverme, no puedo hablarte ni puedo decirte lo que por dentro me muero por decir, solo me quedo ahí, contemplándote, sintiendo como cada gramo de mi vida se escurre como las gotas de lluvia por la ventana a un destino desconocido pero duro como el suelo.

Nada más se podía hacer, de nuevo, como antes yo no tenía el valor, yo sí que no merecía haber portado aquel emblema. Con la sonrisa típica de tu cara, esa que siempre me alegraba pero hoy era más fría que la misma nieve, tomas tu ropa y lenta como si aún esperaras mis palabras te vistes. Viva en apariencia, viva porque respira pero muerta porque ya nada te mueve, tu mundo acaba acá igual que el mío. Ahora te marchas, todo terminó al fin, Matt debe de estar furioso por tu ausencia de ayer y la tardanza de hoy, nada que tu sonrisa y una leve mentira no puedan solucionar. Te deseo que seas feliz Sora, feliz como quizá yo nunca podría hacerte, feliz como si lo nuestro nunca hubiera ocurrido. Te amo Sora y por siempre será así…