Tardes de Verano

Tema en 'Relatos' iniciado por Victoria Rial, 28 Abril 2011.

  1.  
    Victoria Rial

    Victoria Rial Iniciado

    Leo
    Miembro desde:
    28 Abril 2011
    Mensajes:
    16
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Tardes de Verano
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1112
    Volvía de la escuela y decidí ya no ir más por el camino largo. Ese día hacia mucho calor, y por suerte había muchos árboles haciéndome sombra.
    Faltando unas pocas cuadras para llegar, paso por la puerta de una casa y de ahí sale corriendo un chico que se me cayó encima.
    Solo por unos segundos quedo sobre mí, hasta que se aparto.
    -¿Estas bien?
    -¿A vos que te parece? – Yo estaba llorando, me había raspado mucho todo el brazo y sangraba demasiado.
    -Veni que te ayudo. – Me ayudo a pararme, acto seguido me maree mucho, talvez fuese por el dolor.
    -Gracias.
    -Pasa.
    -No, esta bien.
    -Dale. Te lavas, te desinfectas y vas para tu casa.
    -Bueno.
    Entre a la casa de mi “agresor” desconocido. Fue muy amable, me llevo hasta el baño, tomo mi brazo y me empezó a lavar toda la sangre. Después me llevo hacia el comedor y me hizo sentar en una silla, trajo alcohol y a pesar de mis gritos me lo paso con un algodón. Como no tenía ninguna venda para ponerme, se ofreció a llevarme en su auto, pero lo rechacé a pesar de ser insistente. Así me fui con el brazo bajo y sangrando hasta llegar a mi casa.
    Creí que la casa estaría sola, pero al entrar estaba mi mamá.
    -Hola ma.
    -Hola amor, ¿Cómo estas?
    -Eh, bien. – Hasta el momento no se había dado cuenta de nada, ya que estaba dándome la espalda, pero no me podía quedar eternamente parada en la puerta.
    -¿Qué te paso en el brazo?
    -Cuando venia del colegio, iba caminando y un idiota salio de la puerta de su casa corriendo, me llevo por delante, se me cayó encima y me lastime.
    -¡Que desgraciado! Te podría haber ayudado al menos.
    -Eh, si jaja. Me ayudo. Me lavo el brazo con jabón y después me puso alcohol para desinfectar, y como no tenia vendas me quiso traer con su auto, pero lo rechace.

    Esa noche con el dolor de mi brazo y recordando lo que había pasado, me costo mucho dormirme. Pensaba en el momento del golpe, en su bonita casa, y en él, que además de ser estupido era muy lindo, pero pensándolo bien no me había dicho su nombre ni yo el mío.

    Al otro día volviendo del colegio, pase por el mismo lugar y el chico estaba ahí.
    -¡Hola!
    -Hola.
    -¿A si me vas a saludar después de lo de ayer?
    -¿Después de haberme dejado sangrando? Tenes razón, hola imbecil.
    -Que mala.
    -No soy mala, vos me dijiste que te salude de la forma que correspondía y así lo hice.
    -Eh, bueno. ¿Edad?
    -17 ¿vos?
    -22. ¿Cómo te llamas?
    -Victoria y ¿vos?
    -Adrián. Que lindo nombre que tenes.
    -Que feo chamuyo que tenes.
    -¡Eh! No es chamuyo, es la verdad.
    -Si, esta bien.
    -OK Victoria, no me creas.
    -¡No me llames por mi nombre! Decime de la forma que tengas ganas, menos Victoria.
    -OK Reina.
    -No, así tampoco.
    -Si, así si. Me pediste que no te llame por tu nombre y que te dijera como yo quisiera, bueno, te voy a decir Reina.
    -Hace lo que quieras.
    Me fui y lo deje hablando solo. Durante todo el mes, seguí pasando por el mismo lugar porque era el más corto. Todos los días me lo encontraba, él me esperaba sentado en la puerta de su casa solo para saludarme.
    Uno de esos tantos días, en cuanto me vio acercarme a su casa se puso de pie.
    -Reinita quedate, por favor.
    -No, no puedo.
    -Por favor.
    -Te dije que no.
    Seguí caminando y sentí como su mano sujetaba la mía. Me arrastro con fuerza hasta su pecho y comenzó a besarme, hice todos los intentos posibles de soltarme, pero no pude. Por un momento me dejo de besar y me dijo unas palabras que no llegue a entender, luego siguió, pero deje mis brazos caer y me deje llevar por el momento, el hermoso momento. Cuando me di cuenta de lo que estaba sucediendo, me aparte de él, lo mire con ojos desconcertados y salí corriendo. Cuando llegue a mi casa en lo único que podía pensar era en ese beso.
    Decidí que no volvería a pasar mas por ahí, que iba a volver a usar el camino largo. De esta forma durante casi tres meses fui por el camino largo, algunas veces extrañaba ver a Adrián, pero poco a poco se fue borrando de mi memoria.
    Uno de los días hacia demasiado calor, estábamos en plena primavera esperando a que llegaran las vacaciones de verano, estaba segura de que Adrián no iba a estar ahí, que seguro estaba con alguna otra, y a pesar de que me dolió un poco ese pensamiento necesitaba cortar camino.
    Casi llegando a donde el vivía vi una sombra que no creí fuera el, pero al ir acercándome me di cuenta de que realmente era Adrián, estaba llegando cuando se paro frente a mi y me grito “Reina” y yo le pase por al lado sin inmutarme, sentí como corría hacia mi y de repente sentí como su mano tomaba uno de mis brazos.
    -Soltame Adrián.
    -No, esta vez juro que no te voy a dejar ir.
    -Dale, me tengo que ir.
    -Estuve esperándote los tres meses en los que decidiste irte por otro camino. Cada día desde el último que te vi, salgo a la misma hora solo con la esperanza de volver a verte, ahora que te encuentro no te quiero dejar.
    -No me mientas, sos igual a todos los otros. – Una lágrima rodó por mi rostro, sentía mucho dolor.
    -Te amo.
    -¿Que? – Sentí una fuerte puntada en el pecho.
    -Te amo.
    -¡Basta!
    -Te amo.
    Me acerco a el y comenzó a besarme, pero esta vez no me resistí, lo agarre de la cara y lo comencé a besar aun mas y con mas pasión. Ese día me pidió que fuese su novia y yo acepte, fue algo muy hermoso, pero en ese momento no pensé a lo que iba a llegar eso.

    ¿Impresionante no? Después de 11 años seguimos juntos, nos casamos tuvimos nuestra primer hija, Aisha, y ahora estamos en espera de la segunda, tenemos muchos nombres que nos gustaría ponerle, pero aun no estamos realmente decididos…


    Gracias; Vico
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso