Fantasía Tales of the Last White Rouss-[Saga #0]

Tema en 'Novelas' iniciado por KAMERIA, 21 Noviembre 2022.

  1.  
    KAMERIA

    KAMERIA " Si caes, levántate y vuelve a intentarlo"

    Cáncer
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    15 Noviembre 2022
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    Escritora
    Título:
    Tales of the Last White Rouss-[Saga #0]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    72
     
    Palabras:
    7403


    ¡Hola! ¿Qué tal? Je. :)
    Dejaré por aquí un par de notas antes de empezar la lectura. Primero que nada, éste capítulo es completo, o sea que sus cambios de escenas no son muchas así que por esa razón decidí dividirlo en solo 3 partes, unos más cortos que otros, pero eso se debe al tipo de escenario.
    Segundo pero no menos importante, éste capítulo se trata de lo que ocurrió después de aquella explosión en la que se enfrentaron los Vanguardistas y en la que todo parece haberse hecho cenizas, así que la anrrativa de éste capítulo no tiene nada que ver con el Cap 13, es un previous.
    Tercero, cómo el capítulo es relativamente intenso por la situación en la que se enfrentarán el grupo de los Vanguardistas y realmente no me gustaría que se perdiera el hilo de lo que se cuenta, por esta vez se publicará las 3 Partes a la vez.

    Nota: El capítulo tiene contenido especial a dedicación de éste mismo.


    Bueno, sin más que decir─creo─a continuación con...




    Capitulo 14_ "Quiebre"

    Tales of the Last White Rouss

    Saga N° 0: Hijos del Futuro



    [I/III]
    .
    .
    .






    [ Marte, las 23:00 pm, después del Festival Llamas del Fénix ]




    Por más que intentaran entender la razón por la cuál ellos estaban allí, el motivo o lo que fuese aquello que los llevó a ese lugar y a ese punto, nunca entenderían del todo porque aparecieron allí sin el consentimiento de nadie, sabiendo muy bien que de dónde venían y el lugar que solían llamar hogar ahora estaba destruido. ¿Cómo saberlo y asegurarlo? No era necesario hacer mucho para saberlo. Ellos, como los vanguardistas que eran tenían la ventaja de sentír cuando algo ocurría, un peligro o una amenaza, en sus entrenamientos aprendieron a desarrollar tal habilidad y saber cuando su hogar estaba bajo amenaza, Suhail siendo el líder de ellos también les ayudó en saber comunicarse entre ellos cuando uno estuviera en peligro o las cosas estuvieran realmente mal; eran hermanos, entre ellos existía ese lazo que muchos de ellos entre sus familias no llegaban a tener y todo gracias a él.


    Su líder.




    " ¡Mi-Mik! "





    Sin embargo nada de esto evitó que aquella calamidad ocurriera.




    —Samir: M-Mik…




    Manos arrugando la gruesa tela, sintiendola húmeda, tal como se sentían sus mejillas por las lágrimas derramadas y cuyas gritaban con agitada respiración que pararan pero, su corazón dolía y parar de llorar se volvía imposible. Su aliento era regular por el llanto lento, como un niño que acababa de perder a su padre, como un niño dolido, huérfano de sus seres queridos, así se sentía él. Destrozado. Sus ojos verdes como la hierva misma, sus mejillas manchadas por esas inocentes pecas, ahora bañadas en rojo por el llanto, su cuerpo tembloroso ahora inclinado hacia aquel acantilado en dónde podía ver con dolor una imagen que no deseaba ver y que se repetía en su mente una y otra vez es una pesadilla.


    Pero no lo era.



    Sus amigos, sus compañeros, sus primos, ¡Sus hermanos! todos yacían tirados inconscientes en el cálido y destrozado suelo que anteriormente había sido sacudido por las llamaradas de la casi explosión, aquel torbellino huracanado y en llamas que arreció el lugar. Samir intentaba pensar ¿Qué hacer? ¡¿Qué se supone debía hacer!? Sus hermanos estaban…




    —Samir: C-Chicos…




    Su cuerpo no respondía ante su deseo de querer ír a ayudar y sacarlos de aquel hoyo que se había creado a causa de la explosión a última hora, cosa que aún se preguntaba ¿Qué lo había causado? pero su mente estaba demaciada turbada como para pensar en el tema. Hipeó intentando una vez más levantarse, su pierna trató de moverla, sus dedos luego para, quiza, darle a su mano el impulso de moverse pero fue difícil, luego de un par de intentos fue que lo logró, apenas haciendola moverse junto a sus dedos y como pudo llevó su mano a su rodilla, fue entonces que se dio el impulso para levantarse.


    Y lo hizo.


    ¿Por qué era el único que había despertado?




    —Samir: L-Líder—murmulló inclinado tras apenas lograr sostenerse en sus piernas, moviendose un poco al acantilado para ír por sus compañeros. Sus labios semi abiertos y sus ojos ardiendo en consecuencias de la explosión anterior— L-Líder—su garganta, estaba rota o al menos la sentía así. Tragó en seco y dandose más impulso se acercó más al acantilado para así fijarse en las orillas dónde podía divisar el cuerpo de sus compañeros, todos estaban tirados de maneras similares, cubiertos por sus respectivas capaz negras especiales que gracias a los cielos habían sido diseñadas para protegerlos de cualquier batalla. Cualquier amenaza—¡Mik-..Ah!



    La velocidad con la que sintió su pie flaquear no se comparaba con la velocidad en la que vio su mundo girarse, su cuerpo perdió el equilibrio y acabó cayendo hacia el acantilado, rodando por las rocas, lastimandose en el camino hasta finalmente sentír como su cuerpo golpeaba el duro suelo de lleno.


    Su voz murió por completo y todo el aire se le fue. No hubo oportunidad de nada.



    —Samir: ¡T-Tsk!...rayos —apretando sus dientes, sus dedos rosando la tierra y undiendolos en la misma, sintiendo el dolor de las piedritas entrar a sus uñas, aún así tomar fuerza después de tomar una enorme bocada de aire y hacer el esfuerzo de incorporarse hasta quedar sentado. Tenía un motivo para bajar la guardia, aún así era peligroso— Mik…



    Mikhail, lo vió a unos metros de él, su cuerpo protegido por su propia capa pero, imaginaba que igualmente internamente sufría de daños, tal como él, con la diferencia de que estaba inconsciente. Samir se acercó a él entre torpes movimientos hasta quedar a su lado, se dejó caer cerca de él y entonces estirando sus manos para atraerlo hacia él, en una acción torpe donde sus dedos se enrrollaron entre la tela de la capa del joven peli castaño con delicadeza jaló de él y colocarlo entre sus piernas dejó que su propio cuerpo fuera de soporte para aquel que lo necesitaba. Oh amado padre que ahora deseaba ver, familia y amigos que se fueron, compañeros, si tan solo fuera más fuerte quizá él podría…



    El frío le cubrió en un toque suave, sus hombros y sus mejillas fueron las primeras en sentir el tácto sutil e incómodo, su cuerpo se estremeció y sin tener la fortaleza y fuerza que necesitaba las sensaciones de vacio, dolor y tristeza lo ahorillaron a soltarse entre amargas y gruesas lágrimas una vez más que no se molestó en parar, su boca comenzaba a abrirse más y sus labios comenzaron a temblar más y más a medida que su voz se hacía escuchar más fuerte. Respirar era difícil, se sentía horrible, que parara, quería que parara su dolor interno y que al abrir sus ojos todo aquello fuera una mentira.


    Cuanto deseaba ver su alrededor y al pestañear que todo ese infierno desapareciera para luego mostrar que todo era una simple obra de su imaginación.


    Que sus oidos, pudieran volver a oír las voces de sus amigos, de el señor Hyut hablar y contar de sus anécdotas, oh ese gran hombre tan sabio y amable, el único que ante los gritos e insultos de la dama del hogar, era un verdadero caballero y hombre de pasiencia que sabía como calmarla y llevar su temperamento, ¡Oh! esa mujer de agria mirada y gesto amargo, ¡Oh!, esa mujer de bella apariencia pero de caracter fuerte, ¿La extrañaba también? ¿En serio quería sentir una vez más esas manos empujarlo lejos del espacio de su hija cada vez que él jugaba con ella? ¿Sin importa el maltrato que pudiera recibir realmente extrañaba a esa mujer? ¡Oh! ¡Si!, ¡Si!, ¡Si! No importaba si no le agradaba a la dama, no importaba si le gritaba, insultaba o le pateara, ¿Qué importaba eso? ¿Qué era un par de golpes o insultos si al otro día se olvidaba? ¡Que volviera! ¡Que volviera para demostrar que nada había pasado!


    ¿Era mucho pedir que la historia volviera a repetirse o sencillamente pedir retroceder unas horas antes y así evitar aquel desastre?


    ¡¿Era mucho pedír?!



    Probablemente sí, y sabía que por más que gritara esa segunda oportunidad jamás se daría.




    —Samir: ¡AHHHHHHHHHH! ¡¿POR QUÉ!? ¡¡¿POR QUÉ TIENE QUE PASAR SIEMPRE ESTO DE UNA MANERA TAN CRUEL, COMO SI ELLOS TUBIERAN LA CULPA DE ESTO!! ¡NO,NO! ¡ELLOS NO TENÍAN LA CULPA, ELLOS..! ¡ELLOS NO DEBÍAN MORÍR..! E-ELLOS…Ellos eran inocentes y eran una familia feliz, siempre fue así, mucho antes de que nosotros aparecieramos, mucho antes que nosotros…



    La garganta comenzó a dolerle y sus ojos imnundados de lágrimas gruesas parecían ya no tener el suficiente líquido para desperdiciar, no, estaba doliendo su interior y gritarlo al aire se sentía tan liberador pero Samir al mirar al cielo despejado y notar simplemente las estrellas brillar, sin culpa a nada no más que cumplir su propósito como lumbreras en la oscuridad, su corazón sufrió un huelco amargo tras caer en cuenta que no valdría la pena gritar, llorar, exigir ni nada de eso porque no había nadie con ellos, él estaba más solo y la única persona que una vez estubo con él, el único, en sus momentos más duros de soledad fue…él.


    Deseaba volver a esos tiempos para envolverse en los brazos de aquel gran hombre tan grandioso y así poder sentirse protegido en ellos.



    Sus muertes… nosotros tenemos la culpa por aparecer en sus vidas.




    Era todo verdad.




    —Samir: P-Padre…yo, fallé…fallé, fallé, fallé —tembloroso, incluso olvidó su tacto en la mano de su líder, con su mirada perdida en las estrellas, dibujando entre ellas una imagen que ya era efímera desde años atrás. Su padre siempre sería su imagen ejemplar. Negaba ante la idea de dejarlo ír, no lo haría—Fallé y desepcioné a todos, así como tu d-deseo de verme crecer… miembro, compañero y hermano de estos chicos…de los vanguardistas… así como tu lo hiciste una vez...hip.


    Hipeó, rudamente con su mano derecha limpió su cara con algo de rabia.



    —Samir: ¡Rayos! Ellos siempre se preocupan por mí, porque dicen que traigo problema, ¡Soy un desastre! n-no sé cómo llegué aquí o…por qué me eliguieron..? Soy tan malo en esto, no meresco esto- yo…—era lento, muy lento la manera en que el dolor se exparcía por todo su cuerpo, casi entumeciendolo, era torturador debía admitir, silencioso pero doloroso— no debería de estar v-vivo.




    Y fue entonces que las palabras dichas al viento causaron un terrible caos en alguna parte del mundo, porque esas palabras no debían ser pronunciadas, estaban mal, ¡Se equivocaba! ellos no tenían la culpa de nada, ellos estaban allí por una razón, un propósito, una misión. Algo se rompió y una fuerza que en todo ese momento estuvo escondida se liberó de manera inofenciva a la vista pero internamente era mortífera, con ojos amenazantes y fríos; Samir ignorante a esto dejaba que el dolor lo envolviera y la culpa, toda, él quería asumirla, la tomó y se abrazó de ella, así cuando deseó no vivir más gritandolo en un susurro amargo y sin vida a los vientos, no fue consciente que tales palabras fueron oídas por una fuerza oscura que había permanecido escondida y sellada después de aquella explosión, una fuerza que se mantuvo perdida por segundos entre la oscuridad y se hubicaba cerca a ellos, lo que no se esperaba es que esta fuerza se accionara ante el deseo y el dolor del chico, a tal punto que…el sello de éste mal se rompió y lamentablemente éste quedó libre.



    Los ojos del joven rubio se entre cerraron tras la brisa fría que empezaba a soplar de repente y que en menos de 5 segundos se convirtió en una ráfaga estruendosa. El grito que salió de sus labios fue por el asombro, sus cabellos se movieron locamente y por la fuerza aplicada en el viento su cuerpo se tambaleó hacia atrás, enconces envolvió sus manos al cuerpo entre sus piernas y se abrazó a éste de manera protectora, hojas y ramitas comenzaron a golpear su rostro, lastimando y cortando, pero la frecuencia no disminuía.



    —Samir: —aturdido undió su rostro entre los cabellos de su líder inconsciente entre sus brazos para mirar al frente y buscar la respuesta de aquel huracan tan repentino— ¿Q-Qué está…pasando..?


    Fue entonces que una luz se hizo presente en esos momentos, iluminando su rostro y dejando en claro que fuese lo que fuese eso, apareció frente a él; le cegaba y por eso llevó una mano frente a él y cerró sus ojos. ¡Dios! esa luz era fuerte y segadora…¿Qué se supone era..?


    El sonido profundo y fino de una flauta imnundo su mente de momento, traspasando sus oidos y mente a tal punto que sus oidos comenzaron a doler y sus manos terminaron a par de su cabeza la cual acabó inclinada hacia adelante por el dolor implicado, sentía que sangraría. Sus ojos se abrieron desorbitados y su boca se abrió, pero no salió nada.



    " ¡Duele! "





    Esa melodía…¿De dónde..?



    .-



    Estaba él de camino luego de sentir la fuerte presión en su pecho causado por aquel llamado silencioso que gritaban en su mente que "su familia estaba en problemas"; un sentimiento que funcionaba gracias a Mikhail, gracias a ese terco de su amigo que aceptó hacer lazos con él. No era de él abmitirlo pero lo quería por ello, porque a pesar de él ser el líder ahora siendo el líder supremo, Mikhail seguía en silencio sin replicarle por su actitud y no revelar mucho esos detalles sobre el tema de su misión y claro, el de capturar a EliOenai. Un tema que fastidiaba muchícimo a Tsuhaya porque comenzaba a sospechar de que su líder supremo estaba cubriendo a ese traidor.


    No había porque preocuparse por ello si sabía que Tsuhaya siempre, siempre le gritaba en la cara por ello.


    Suhail sonreía ante la idea, al recordar a su primo y su temperamento. Caminaba por el bosque calmadamente, sin usar su poder, nada de eso, esa vez decidió caminar y usar ambas piernas para regresar a casa, quiso molestarse un poco de mover sus músculos y admirar en silencio la silenciosa noche. El dolor en su pecho gritaba que algo ocurría, que su familia le llamaba y que debía ir ahora, Suhail acababa de terminar de hablar con su Onai, aunque las cosas no salieron tan malas como hubiese imaginado pero admitía que toda esa cosa de cruzar sus caminos y dar un motivo para verse otra vez fue toda una escusa; todo había sido calculado y bien planeado, total, él sabía lo que iba a ocurrír antes de que ocurriera, ese era su poder.


    Esa era su maldición.


    Sin embargo apareció la pequeña, entonces sus planes y poderes se vieron bloqueados. No fue capaz de persibir lo que vendría después, durante las siguientes 3 horas. Nada, no vio lo por venir y se arriesgó.


    Por esa razón después del festival, pasar un agradable rato entre ellos, con su familia…ver a Onai allí, tener la oportunidad que necesitaba, simplemente la aprovechó y la uso. Lamentablemente no acabó como esperaba y de la nada apareció ese sentimiento de peligro apretando su pecho.


    Hacía horas que lo había sentido pero se hizo el ignorante solo por su propio deseo y sentimentalismo, fue egoista, si porque así fue, él quería pasar más tiempo con esas personas, con esas personas que conforman y formarán en un futuro su rota familia, no sabiendo que por sus actos, estos traerían consecuencias.


    El frío al arrastrarse con el viento y soplar entre las ramas de los árboles, al no tener una buena sintonía en sus movimientos causaron que la atención del joven controlador del tiempo se viera afectada. Dolor y sufrimiento, algo sentía en su pecho, más no esperaba que ahora el viento estubiera mezclado por voces y melodías que gritaban peligro y destrucción.


    ¿Cómo era posible que él no pudo ver eso antes?


    Mucho menos fue capaz de oír lo que el viento le gritaba con insistencia.


    Sus túnicas se arrugaron de momento cuando su cuerpo se movió a una velocidad inhumana, como reacción previa al descubrir la verdad ante sus ojos, pasando entre las hojas que caían y haciendo del sonido del viento un silbido mucho más fino de lo normal. Su ceño se frunció y sus ojos se volvieron frío.


    Durante el camino se tomó al rededor una hora y algo para recorrer todo aquel terreno y regresar a casa, se hubiese tomado más tiempo de no ser que el llamado del peligro fue más fuerte y se alarmó. Correr fue momentaneo ya que, segundos luego usó su poder y se trasladó hacia el fuerte o lo que llamaban hogar luego de abrir un portal, calculando en aparecer justo en el árbol aquel, ese árbol sagrado; fue frío lo que sintió cuando al pisar el suelo y aclarar su mirada a su alrededor solo encontró oscuridad, frío y silencioso como si no hubiese vida, entonces su vista captó con atención lo siguiente; tierra quemada, destruida y troncos en cenizas…las pequeñas luces que veía eran proveniente de aquellos pedazos de troncos quemados que una vez horas atrás eran parte del enorme árbol sagrado.


    Su hogar.


    Suhail no necesitó ver más. El lugar apestaba a asufre, volvió a desaparecer para ir por sus hermanos, encontrarse con ellos y saber qué había pasado.


    Rayos, aún no se explicaba cómo con todo su poder él no se percató de aquello. ¿Cómo no pudo verlo?


    ¿Cómo?



    Cuando encontró a sus compañeros y se reunió en el lugar exácto, su mente se bloqueó por un instante tras darse cuenta que había entrado en un nuevo ambiente en el que la melodía de una flauta imnundaba y apretaba el lugar. Una melodía que llegó a sus oídos, más no le perturbó en absoluto como lo hacía para el menor a quien vio a distancia, ese era Samir inclinado al suelo con sus manos cubriendo sus oidos antes la dolorosa melodía y en sus piernas tenía a Mikhail.


    Al dar una mirada rápida a su alrededor pudo notar que Samir era el único en pie.


    Él como líder, ¿Cómo permitió que algo así ocurriera? ¿Cómo pudo descuidarse tanto así?


    Samir dio un tipo de grito cuando el sonido se hizo más intenzo, parecía que en cualquier momento se desplomaría, entonces con todo pronóstico a actuar Suhail lo notó. El brillo aquel. Suhail lo pudo identificar por momentos tras acercarse poco a poco, paso lento, paso lento, lo dio para mirar más de cerca aquella luz frente a ambos chicos y aunque no era claramente visible pudo alzar su mano y en un movimiento hacer que una ráfaga de viento desviara la melodía hasta hacerla desvanecerse por completo.


    La melodía se vio interrumpida y callada ante tal acto, siendo una nota fina y quebrada lo último que se oyó. Samir respiraba cansado y lloraba, Suhail no esperó a que algo saliera de esa luz, quería saber qué era eso y por ello se puso frente al chico y de pronto sacó de entre sus enormes ropajes oscuros un arma de doble filo. El arma no respondía bien a él y él lo sabía, tenía fallas y era como si gritara que le soltara, que no era digno de sostenerla ya que no era su verdadero dueño. Si, no sería el dueño de la espada doble pero Suhail se negaba a soltarla. Fuese o no ahora era él quien la empuñaba. Firmemente de pie, cubriendo a Samir de aquella luz se giró un poco hacia él para así mirarle.


    Samir sintió el cambio y que la luz ya no estaba en su rostro, por eso cuando retiró su mano y descubrió que frente a él estaba alguien parado, y ese alguien era Suhail sus ojos se abrieron con sorpresa y brillaron.



    —Samir: ¡Líder supremo!


    —Suhail: Has hecho bien de cuidar de ellos, como siempre.



    La mirada de Samir se quebró.



    —Samir. L-Líder…no, no es verdad, yo…insistí en salir, ellos me escucharon y…si no lo hubieran hecho no nos hubieramos alejado del hogar y ellos nunca-


    —Suhail: No podemos evitar lo inevitable, aunque paresca no tener sentido.


    —Samir: —quería llorar ante la mirada cariñosa de su líder y a la vez tan comprensible. No se merecía tal misericordia— Líder… ¿Qué haremos ahora…? Ana, su familia… nosotros-


    —Suhail: No olvides que eres un vanguardista y tienes lo necesario para enfrentar estos momentos, es nuestra misión y tu has demostrado tener lo necesario para enfrentar las amenazas. Me temo que no llegué a tiempo, pude haverlo evitarlo porque como líder es mi deber velar por ustedes, ¿No? es mi responsabilidad pero fallé, así que si de culpa se trata, recae sobre este.


    —Samir: No es así, siempre está velando por todos nosotros desde el exteriór…¡Usted…!


    El arma de Suhail, la alabarda de dos filos estaba inquieta con deseo de desvanecerse de su agarre, lastimando ante los rechazos a su portador y esto estaba afectándole de sobremanera. Terminó dando un golpe en el suelo por impulso, haciendo que una nueva brisa soplara. La luz misteriosa reflejada atrás de la figura del líder ocultaba aquello que se había roto, un mal que Suhail quería investigar, curioso fue sentir como algo se abrió tras él ante el toque que dio en el suelo dandole ningún tiempo a decirle nada más a Samir cuando su atención se giró por completo a la luz ahora delante de él.



    Tiempo al tiempo y él no tuvo tiempo.



    De esta luz, algo salió, lo que pareció una mancha pequeña al principio se hizo más grande a tal punto que rodeó el cuerpo de Suhail, una extraña oscuridad que tenía forma algo pegajosa como si de petroleo se tratara, el arma en su mano la movió cortando las primeras amenazas que quisieron salir a herir todo lo que se le viniera en medio a diestra y siniestra pero una nueva ola de esa oscuridad lo cubrió y fue allí que su cuerpo se vio entumecido y su arma desapareció justo antes de que pudiera ejecutar un ataque, su arma realmente le rechazaba por completo. Pero él era su nuevo portador, le gustase o no.



    "Qué oportuno "
    apenas pensó. Porque cuando se dio de cuenta, ya Samir estaba atrás de él gritando y él siendo adsorbido por lo que fuese eso.




    —Samir: ¡Suhail!



    Era como si a quien esperara y deseaba era a él, porque después de envolverlo la luz estalló desapareciendo y llevandose a Suhail, la oscuridad se exparció como si de una brisa cualquiera se tratara, haciendo que Samir se cubriera a él y a Mikhail, exparciendose por todas partes y desapareciendo entre la oscuridad de los bosques. Esta oscuridad que no era común o que no debía existir aún hacia segundos antes, resulta ser que comenzó a tomar extrañas formas a medida que se exparcía y recorrían la tierra… tomaron formar de cuerpos, y recorrieron todo a su paso.


    A tal punto que cuando finalmente llegaron a tomar la punta de una enorme montaña ya esta oscuridad había adoptado la forma humanoide de un enorme monstruo, donde los ojos no se veían como tal, donde se formaban algún tipo de tentáculos que dibujaban a la vista unos brazos, piernas no había porque estos monstruos flotaban pero aún así se veían pesados. En lo alto, se detuvieron muchos de ellos para así ver con mayor superiridad el nuevo mundo al que habían sido expuesto, y claro, al nuevo lugar que llamarían hogar hasta que llegara la hora en que la tierra sería llenada de ellos y finalmente ellos tomarían el control de todo.


    Esos, eran bestias de las sombras, sin saberse la razón de su origen acabaron allí, expuestos ante la luz de aquella luna que se pintaba en lo alto.


    El sonido de su interior, como un rugido, un gorgoteó o un grito bestiál, lo que fuera, obviamente fue exparcido entre el bosque, un sonido tan aterrador y anti-natural que llamaron la atención de muchos.



    " ¿Qué fue eso?"
    la dama de la noche, sombra entre las sombras. La figura esbelta cubierta entre unas oscuras capas y capucha, con una suave tela ocultando parte de su rostro donde su mirada azulada, filosa como el brillo de una espada, era lo único en verse, a miles de kilometros en las tierras montañozas de la zona que solía patrullar, se vio interrumpida en su acto de limpieza obligatoria de su arma sagrada cuando a sus oidos llegó aquel sonido bestial.


    Su mirada viajó hacia su compañero, la enorme bestia alada, ese Mononoke que con sus enormes alas cortaba el mar. Sus miradas se cruzaron y de su garganta salió un gruñido.


    —¿Sabes qué es?


    —Jamás había escuchado algo como eso─respondió con agriedad la dama de la noche─




    Estaba segura que debía averiguar qué era eso, y ya.




    .-



    Su vida siempre ha estado relacionado a la oscuridad con todas sus facetas y todo lo implicado al tema, voluntariamente no era, porque su nacimiento fue simplemente un acto involuntario de dos personas tan diferentes que a más de ser simples amigos no pasaban y aunque entre alguno de ambos haya existido alguna atracción jamás se supo, pero esto jamás llegó a ser un motivo para él, un hijo no planeado, naciera. Un acto sagrado y por accidente, ¿Quién imaginaría que al llorar por alguien más podría dar a nacer a una criatura? El estaba al tanto de todo porque su poder no le permitía ser inocente, no estar involucrado era imposible. Así que, saber su origen no era la gran cosa.


    Su alma no era pura, pero tampoco estaba totalmente condenado a la oscuridad. Aún así siempre existieron las sombras a su alrededor.


    Suhail tenía problemas para realizar planes y decidír una acción correcta, el temor siempre estaba por medio y aveces pensar en su madre y en lo que ella podría hacer en momentos críticos era lo único en ayudarle a respirar y ver las cosas claras, porque para él su madre era su luz, su camino claro, su todo, lo que realmente importaba, no su padre, sin embargo muy en el fondo guardaba respeto hacia él. Le debía todo lo que él era ahora y más. Algún día aceptaría charlar con él. ¿Tendría la oportunidad él, de una vez volverlo a encontrar en su camino?


    Lo deseaba.




    —"¿Quién es él?"


    —"¿Un Oscuro?"


    —" No. Un White"


    —" No. Un Oscuro"


    —"¿Quién es? ¿De dónde viene?"


    —"Es uno de nosotros"


    —"¿Lo es?"


    —"El hijo…¡Él es el hijo!"




    No estaba del todo perdido como para no oír lo que aquellas voces sombrían murmullaban, sus preguntas le hicieron abrir un poco sus ojos y con desdén apartar-o intentar-aquel pedazo de masa que mantenían cautibas sus manos. La oscuridad que lo rodeó y lo arrastró poco a poco se ajustaba más a él, Suhail podía ver como se encontraba en medio de la nada rodeado de oscuridad y presencias tan desagradables, no le agradaba para nada ese ambiente. Hizo un lijero esfuerzo y de un movimiento apartó aquella masa oscura echandola fuera de él, sus manos sostuvieron una ráfaga de viento a su poder y una honda se levantó tras apartar aquella oscuridad, más bien esa maldita miasma.


    Miró sin expresión alguna su alrededor, lamentablemente estaba encerrado en un lugar totalmente paralelo.


    En medio de aquella situación notó que su cuerpo flotaba de lo que parecía ser el suelo allí, un tipo de mar oscuro que estaba calmado, brillaba por los cambios de ambiente alrededor cuando parecían volverse rojo sangre o un azul intenzo como el color de la misma galaxia. No había vida alguna, pero si podía notar varias presencias presente.



    Sus murmullos seguían presente.



    —" El niño, hijo del tiempo"


    —" ¿Se le puede llamar así? Es solo un engendro."


    —" Calla, es igual uno de nosotros. Es un Oscuro"




    Suhail sintió un rechazo ante aquella declaración, sus cejas se semi fruncieron en lo que sus manos tronaron sus dedos dentro de la túnica negra. Un Oscuro, él era, solo por sangre y su poder era por herencia pero, ¿Ser uno de ellos solo por sus actos? Jamás haría lo que ellos.


    De sus dedos-ocultos en sus túnicas- un extraño líquido comenzó a brotar, cosa oscura y cuajosa escurriendose entre sus dedos, cuajandose entre la punta de sus dedos hasta atorarse en sus uñas y, a una gran cantidad en masa desprenderse de su piel y caer justo hacia abajo para mesclarse entre las aguas oscuras que era el suelo. El mar se vio alterado ante esta escencia y de la nada el ambiente comenzó a cambiar, alterandose todo y llamando la atención de Suhail.




    "Con que…así es como se llega a su presencia"
    no es que supiera del tema, él era nuevo en hacer viajes en el tiempo, era un novato pero ya había roto reglas anteriormente y esto le trajo consecuencias, cosa que le llevó a que su padre biológico se viera obligado a aparecer frente de él y con total calma explicarle que, si llegaba a perder el hilo de las cosas era posible que llegara el día en que su alma y cuerpo fuera reclamado por la reina Oscura, aquella a quien le debía lealtad y a quien acabó traicionando. Aquella cuya se hacía conocer como Krishna Oscuro, una deidad de la antigüedad que según se contaba seguía luchando por cobrar una vieja venganza.


    Su creadora, eh.


    Suhail recuerda que su padre siempre fue calmado y un importa poco, todo que tuviera que ver con su vida lo tomaba a la ligera como si no valía la pena defender algo, jamás le llegó a importad su propia vida, sin embargo al ver a los ojos de su hijo siempre trataba como de esconder algo, aquello que realmente llegaba a sentir y eso llevó a Suhail a pensar que, muy en el fondo, ese hombre realmente sentía–¡Aún! –algo por su amada madre y por eso se inclinaba a él para así recordar que, si tenía un hijo y su vida si tenía una razón para seguir adelante. ¿Era raro?

    La idea no le molestaba, total eso no afectaría nada porque ya su madre tenía su propia vida y había eleguido al hombre con quien pensaba pasar su vida, él como su primogénito le brindaba respeto a su padre biológico como a quien lo crió y le vio crecer, amaba a su madre y por más difícil que sonara la cosa, él jamás opinaría en pos de ir con un bando porque él solo se inclinaba a mantener un equilibrio, a pesar de que eso lo llevara siempre a quedar contra la pared.



    En medio de esa situación, Suhail recordó cosas pero se mantuvo firme para no caer en una debilidad mental por su sentimentalismo y acabar arrastrado por la oscuridad. No, no ahora, no era el momento. Su cuerpo se movió por instinto cuando una extraña fuerza surgió de la nada y lanzó un ataque directo a su cabeza, la velocidad fue imposible de captar, aún así su cuerpo se hizo un poco hacia alfrente para solo sentír como la cortante brisa pasaba cerca a su cuello, cortando en el camino la tela de su manto y haciendola caer tras soltarse de la conección que tenía a su traje. Suhail sintió su túnica negra caer de su cuerpo, se vio descubierto y con calma miró a su izquierda cuando sintió como otro ataque fue implementado otra vez hacia su cabeza, pero esta vez no movió ni un dedo. No fue necesario, ya que el ataque jamás llegó cuando una pared huracanado amortiguó el ataque repeliendolo haciendo que jamás tocara al peli azulado. Sus ojos heterocromatico se clavaron en este hecho y encontró una masa de miasma moverse con total inquietud tratando de tocarle…pero el viento a su favor se lo impedía.


    Una herencia de su madre que lo protegía como un escudo, receloso y protector. Cómo ella.



    —Suhail: Mmm, no esperaba ver esto tan pronto. Me hace pensar que desde este momento el miasma comenzará a hacer su aparición en la historia…la idea no me agrada del todo, hum —el miasma era algo que, según su padre no biológico, no aparecía nada más en el aire, no aparecía en el ambiente era más una capa oscura que aparecía en veces en presencias de hombres Fénix dependiendo su fuerza o si estaba quebrado, sin embargo cuenta que en el tiempo de su niñez la mención del miasma se hizo más fuerte y fue cuando comenzó a mostrarse y romper las reglas de la naturaleza al mezclarse entre el aire y las cosas vivas, Suhail no esperaba que justo ahora fuera a comenzar a salir esas cosas—



    Quizá el simple hecho de estar allí alteraría la historia, causando el inicio de muchos caos. Suhail estaba al tanto de los quiebres que podría causar en ese tiempo con solo estar allí, lo mismo con sus amigos y hermanos, ¿Pero tenían opción?


    No.



    Había algo que gritaba a su espalda, en una presencia fuerte que ni él mismo pudo ignorar por lo que dejó de mirar la dirección por donde había venido aquel ataque para luego enfocar su mirada hacia el frente. Entre la oscuridad algo estaba comenzando a abrir paso, como una línea, abriendose poco a poco como si de un ojo se tratara…una cúpula, éste se volvió, rodeado de leves llamaradas que luego cayeron al suelo como gotas de sangre, causando que estas llamas prendieran altas llamas en el mar oscuro que poco a poco se vio consumido.



    En otras palabras, según el análisis del chico, el lugar parecía un infierno.



    —Suhail: Tú aquí —no hablaba con nadie en específico, pero eso que estaba en frente de él llevaba siglos y millares existiendo y causando desastres, era bueno darle un nombre o un título de algo porque en serio, esa cosa no quería desaparecer de una vez. Sus ojos miraron la oscura caracteristica del plumaje, de la suave área de aquella pluma oscura que flotaba dentro de aquella cúpula en donde había aparecido—¿Por qué has aparecido, justo en este tiempo? ¿Nos estas siguiendo? ¿No te fue suficiente con…destruír todo? ¿Nuestra vida, futuro y hogar? ¿Quieres revivir todo, no es así?



    Pero la pluma oscura, que era envuelta en llamas oscuras mezcladas con las rojas, parecían alterarse o responder ante su voz y simplemente mandó una lijera honda que afectó un poco a Suhail, su cabello se movió un poco dejando ver con más claridad el lunar gemelo en la mejilla derecha y así mismo dejando a la vista el límpio y suave rostro del muchacho. Que curioso era, la caricia de aquella honda le trajo a la mente la memoria de su padre no biológico.


    Frío y silencioso, al mismo tiempo amenazante e intimidante, así es como lo describía.


    —Suhail: Eres anvicioso, no procedes de la ley de tu origen porque en sí tu diste el inicio a ese orígen y esa es la razón por la que te auto-proclamas rey y creador de esto, cuando en realdiad solo eres un arma de perdición, un destructor masivo, decides cuando quieres aparecer y a cuantos afectar. ¿Qué buscas en nosotros y en ellos? ¿Qué te hace pensar que ganaras algo repitiendo esto una y otra vez? Lamentablemente quieres desvanecer a tus propias creaciones, destruyendo el futuro y —mirar la pluma como flotaba y en veces mandava hondas de poder, dejando líneas en negro al rededor suyo como si con su punta escribiera algo fue suficiente para él pensar en la situación y tener una conclusión . El tiempo, el tiempo y sus paradojas, los desastres y a las personas que esa pluma, o mejor dicho, creación de esa pluma, destruyó en su tiempo le hizo considerar muchas cosas. Tragó un poco ante la claridad de las cosas, teniendo un mal sabor de boca— el avismo continuo, las energias oscuras y lo que alimenta al espirar, tu creación y protector… destruyes solo por que así es como puedes seguir viviendo, pero no puedes seguir destruyendo si no tienes a alguien que salve ese tiempo y cree una segunda brecha, ¿No? Siempre has necesitado de aquel que controla el tiempo, porque van de la mano…


    Exacto, así como lo escuchaban, así es como eran las cosas. Su padre una vez le dijo que…



    —Suhail: Mi padre, una vez dijo… que nuestro destino estaba escrito pero no por nosotros, quizá por una pluma que no dejaba de manchar el papel de manera casual y escribir todo lo que se le antojara, suena algo fuerte la palabras así que creo que lo que quiso decir fue " lo que fuera", lo que fuera se encargaba de escribir el papel de nosotros o , el de él, claro, porque antes de mi era él —su rostro estaba cereno, mirando a la pluma— No sabía que su referencia era más literal que figurativo —que graciosa ironía— repetír todo siempre era el trabajo, sus manos y el chasquido de sus dedos, su mirada y el asentimiento al aceptar jugar con la reina a quien le debemos lealtad solo por crearnos pero que aún así nos revelamos, esa a la que enfrentamos para hacer el juego, un partido de repetir todo y apostar, apostar por quien puede lograr salvar o destruir al mundo, lo que venga primero, una y otra evz, claro que con reglas incluidas sin un límite seguro…lo recuerdo, él decía muchas cosas y en su mayoría nada tenía sentido…hum, claro, tal como ahora que, puedo darme de cuenta de que nada de lo que dijo tiene mucho sentido. ¿Tendremos una misma opinión?


    La tenía, para él. Hablar con esa cosa no era sensato, nada le garantizaba que oyera, ¿La oscuridad oía? Oh claro que lo hacía, solo que jamás le interesó tener una comunicación con ella. Pero su plan era ir más allá y permitirse retener en su presencia aquella amenaza solo por una razón. Necesitaba acercarse a éste y retenerla, saber ¿Qué haría después?


    Suhail sonrió cuando notó la pluma mover sus llamas, luego verla en un pestañeo desaparecer para aparecer frente a él. Eso fue sencillo, fue rápido, quizá hablarle sirvió para amenazar discretamente a el enemigo.


    "Hum, me hubiese gustado que Onai estubiera aquí…quizá de esa manera pudiera saber de la verdad "
    Una verdad tan complicada y dañina. Aún en esos momentos pensaba en él. Vaya ironía.


    Estiró su mano, dejando que sus dedos llegaran a la altura de la pluma y que su presencia le llenara.


    Fue el primer contacto que tubieron ambas presencias, y esto causó que el agua, el suelo, el rededor volviera a cambiar y de repente agua apareciera, un mar que se alzaba alrededor de ellos…las llamas se extiguieron y Suhail sintió que sus pies fueron tomados por dos cosas que se enrollaron en sus tobillos, poco a poco subiendo para tomar terreno.


    Chistó por lo bajo, pero no retiró su mano.




    —¿Eres el dueño del tiempo?



    —Suhail: Oh, hablas—sonrió, no real, pero lo hizo—


    —No seas insolente. Solo eres algo que no debería existir.



    —Suhail: Aún así me tienes en frente de tí, a tu merced.



    La expresión de Suhail hacía señal de no tener temor delante de aquella cosa, no demostraba temer a lo que pasara y este objeto de la socuridad podía sentir las señales de seguridad y rectitud de aquel chico, que sin duda le desafiaba a cada palabra que soltase. Hum, eso llamó su atención.


    —Tienes presencias que te siguen, muchas de ellas se aferran a tu capa y otras tratan de enterrarse en tu piel, puedo sentirlo, puedo apreciar su extensa línea hacia tí
    —pero…había un ´pero´ silencioso en la pausa que hizo—pero luchas por alejarlas. Tienes presencias positivas contigo así mismo como las negativas. ¿De quién eres desendiente?


    —Suhail: De mis progenitores.


    —¿Sigues insistiendo en amonestar?




    Rió.


    Suhail sintió como aquellas cosas subieron a una velocidad increíble a su pecho y luego una subió a su hombro y se corrió por su brazo enrollandose hasta llegar a su muñeca. Aún así, no apartó su mano de la altura de la pluma.



    —Bien, pude oír todo lo que dijiste, el tiempo sale de mis manos y siempre me ha perseguido, sin embargo por más que lo destruya-



    —Suhail: Él te destruye a tí, ¿No es así?



    La voz se hizo más profunda y Suhail casi sintió como si le hubiese susurrado al oído; como si este destructor se hubiese tomado la molestía de acercarse y…


    —Jamás podrá destruirme, jamás lo hara porque yo sé algo que nadie sabe, tengo el contról de las líneas, las páginas en blanco solo son temporales, siempre habrá algo que escribir en esas páginas y si quiero borrarlas del libro… simplemente así será.




    El mar a su alrededor, ya no eran más eso y poco a poco se fue mostrando la imagen de algo mucho más haya de lo que una vez fue, ya la oscuridad no era eso, las aguas comenzaron a subir y a ser parte, no del suelo, sino del cielo, su cielo. Un nuevo lugar alterno, con imagen de un reino oculto o un reino supremo, mágico o celestial, una imagen que Suhail observó apenas con total curiosidad, dandole un completo reconocimiento como un lugar, bueno, podría decirse "familiar" para él. Lugar en el que pasó su niñez.


    Mientras la pluma se negó a permanecer más tiempo allí



    —Suhail: ¿Me traes a mi hogar? Que considerado…


    —El hogar de ellos, y tuyo. Aún así quisiste mesclarte con los enemigos de tu reino. Hum, siempre a sido así, siempe has respondido con negatividad a las ordenes de tu creadora para inclinarte más a el lado de tus enemigos por naturaleza.



    —Suhail: Son mi familia.


    —Curioso. Y eso es lo que te hace seguir con vida ante mí.




    Suhail dejó de mirar la imagen del mar en el cielo para mirar a la pluma que poco a poco iba apagando sus llamas y creando una cúpula más grande para partír, al parecer.


    —Jamás me destruirán, con suerte nos volveremos a ver, cuando este reino vuelva a ser cenizas.




    Suhail se arriesgó, fue impulso al rechazar la oscuridad que lo rodeaba y se movió estirando su mano que aún seguía en alto y se atrevió a romper la barrera de aquella cúpula, su rostro hizo un gesto de dolor cuando sus manos llegaron a la pluma y con reveldía fue capaz de tener la pluma en sus manos. La apretó entre sus dedos aquella forma tan antigua y entonces se creó a su alrededor la imagen del espirar que amenazaba con salir. Suhail lo vio con calma y sonrió, su mente estaba clara en lo que quería hacer y los riesgo que contraería el hacerlo.


    Más no se contuvo.



    —Suhail: Entonces prolonguemos ese tiempo en donde solo serás sellado, hasta que llegue el tiempo en el que serás destruido.


    —Humano tonto, ¿Estás seguro de jugar así con tu vida?



    —Suhail: Ahora yo te pregunto, ¿Qué vida? —entonces en ese momento la pluma entendió la posición del muchacho. Y aceptó el trato silencioso—



    No importaba qué pasaría con él después de eso, nada le aseguraba que podría salir de aquel lugar y volver con sus hermanos, nada era seguro, pero no volvería a tener una oportunidad así de tener frente a él el maldito espiral, no tanto él, sino a su creadora, aprovecharla era su última oportunidad. No tenía mucho tiempo además.




    —"Un milagro, no una oportunidad"
    solía decírse que no existían segundas oportunidades, entonces eso se consideraba un milagro.



    Una luz segadora creció al momento en que sus ojos se iluminaron en un color azul brillante, ambos obtuvieron ese color, sus cabellos se movieron con ostilencia así como su traje y, cuando la luz iluminó todo lo único en verse fue miles de pétalos ser exparcidos en el aire. Pétalos blancos que, lamentablemente… jamás se volverían a ver de la misma manera.



    [Fin de la I Parte]

     
    Última edición: 22 Junio 2023
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    KAMERIA

    KAMERIA " Si caes, levántate y vuelve a intentarlo"

    Cáncer
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    Título:
    Tales of the Last White Rouss-[Saga #0]
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    Fantasía
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    Capitulo 14_ "Quiebre"


    Tales of the Last White Rouss

    Saga N° 0: Hijos del Futuro


    [II/III]
    .
    .
    .




    Al día siguiente, Miércoles por la tarde.




    Él miró el rostro de su compañero que a pesar de ser mayor que él se comportaba más bien como un bebé, un alma realmente fácil de quebrantar y, era eso lo que lo obligaba a estar en la dominación de "superior" porque sino fuera porque Samir era un simple niño en un cuerpo de un adolescente seguramente justo en esos momentos sería el líder, no Mikhail Lee.


    —Mikhail: Sigues aquí—las manos del joven rubio de ojos esmeraldas estaban clavados en el pasto quemado envuelto en un hollín nada atractivo. Sus manos se abrazaba así mismo por sus piernas, con su cabeza inclinada hacia ellas y su mentón reposado sobre sus rodillas. Samir le escuchó acercarse pero no alzó su mirada—los demás están bien, nada de que debamos preocuparnos.


    Mikhail era alguien de pocas palabras o más bien alguien que no expresaba muy bien los sentimientos, no porque tuviera pena de hacerlo sino que, no sabía realmente identificar lo que eran los sentimiento, siempre fue un chico sereno así que en momentos tan críticos como aquellos no sabía como apaciguar el alma de sus compañeros. Jamás tuvo la necesidad de experimentar nuevos sentimientos, descubrirlos fue gracias a la compañía de Suhail y bueno, el mayor sentimiento que descubrió con él fue el llamado "Irritación" y "Comprensión" aunque dudaba mucho que este último fuera uno, su mejor amigo era el que le sacaba las palabras y conocía perfectamente su carácter. Con Suhail nunca tuvo que decir mucho para ser entendido en realidad, él siempre supo lo que querías decir.


    Sin embargo con Samir era diferente.


    Estar con Samir esos años le ayudó mucho a aprender del chico y descubrir cuales eran sus mayores miedos e inseguridades, qué ,o no le hacía sonreír y qué lo hacía feliz, fue espontaneo aprenderlo ya que en veces Samir no paraba de hablar, era un chico muy social y sino fuera por su timidez exceciba juraría que incluso podría catalogarlo como "molesto" y "ruidoso" pero entendía, ahora, la actitud del mayor, Samir siempre necesitaba algo o a alguien a qué apoyarse. La soledad no iba con él sino su actitud se vería afectada por este factor.


    Mikhail no tenía respuesta por parte de su compañero, dio una mirada meramente a su alrededor para luego girarse y mirar como a metros tras de él iba caminando tranquilamente Tsuhaya trayendo en brazos a una inconsciente niña de al menos unos 8 a 9 años…


    Anika.



    Mikhail se quedó observando la apariencia de la niña la cual apenas había sido afectada por la explosión. Hum, quiza esa era una de las cosas que tenía tan quebrado a su compañero allí esquineádo en aquel derrumbe de rocas y viejos troncos quemados. Era una alegría saber que la niña aún respiraba y que estaba con vida pero era una tortura verla sufrir.


    Y Samir era el primero que se culpaba por ello.




    —Mikahil: Deberías al menos beber agua o lavarte la cara si es que quieres que Ana no se asuste cuando despierte—dijo aun mirando a su compañero de coleta alta, como caminaba a su dirección trayendo en brazos a la menor—


    Claro que sus palabras solo estremecieron al chico de mejillas aún sucias y mirada perdida en el pasto quemado. Su corazón latió de repente acelerado, un amargo sabor se sintió en su boca y de la nada tuvo que tragar por instindo a las ganar extrañas que tenía de vomitar. Samir se sintió mal al pensar que por su culpa su querida hermanita estaba sufriendo aquella desdicha, por sus caprichos y descuidos pusieron en peligro a toda su familia, ahora la pobre pequeña no tenía a nadie con ella. Sola. Estaba ahora sola.


    Obvio Mikhail adivinó qué estaba pensando su compañero justo en esos momentos, cuando al momento de pronunciar aquellas palabras Samir casi de inmediato alzó su mirada hacía al frente deshaciéndose de la incomoda posición que traía dentro, y al ver aquellos ojos esmeraldas solo halló culpa y tristeza.


    Se culpaba.



    —Samir: M-Mik, no…yo… N-No quiero que me vea así…no sabría como verla a los ojos.


    —Mikhail: No es tu culpa lo que ocurrió.


    —Samir: Insistí tanto en salir que olvidé que posiblemente ellos quedarían tan…expuestos. ¿C-Cómo no va a ser mi culpa?


    —Mikhail: ¿Hubo manera de saber que algo así pasaría? Claro que no, así que no es tu culpa. Jamás pensaríamos que algo pudiese pasar les—y era cierto. Llevaban viviendo con ellos por 4 años y durante ese tiempo, jamás habían sido visitados por nadie más, menos atacados, ¿Cómo sospechar de algo así? Pero pasó—Jamás ocurrió algo similar.


    —Samir: Pero pasó. Es mi cul-


    —Mikhail: Samir, ya basta, por última vez, entiende de una vez que lo que pasó jamás fue ni será tu culpa, dejemos el lamento a un lado y entiende, acepta que la culpa no-es-tuya— él como líder jamás le había hablado así y por ello Samir terminó alzando su mirada a él con una expresión tan sorprendida, aun así cargaba ese toque de tristeza en sus ojos— ¿O necesitas que yo te lo deje más claro?


    Mikahil estaba tan molesto por su actitud que sentía ganas en serio de golpear esa cabeza y saber que tenía dentro. Samir tragó duro cuando aquellos verdes profundos de su compañero le atravesaron para luego verlo acercarse más. Por los nervios solo se encongio de hombros cerrando sus ojos. ¿Lo golpearía? así parecía y si era así se lo tenía muy bien merecido.



    Sin embargo aunque se quedó así esperando por largos segundos por algún golpe, o una reacción de su líder de manera algo violenta o quizá diciplinaría, esto jamás llegó y en cambio solo sintió como una mano pequeña, poco a poco tocó su rostro, una mano suave que apenas había rosado su mejilla con sus deditos antes de pegarse más seguro en su mejilla derecha, claro que no duro mucho ya que luego sintió el toque más suave, la sintió moverse y alejarse de él. Samir sintió nervios de repente y de golpe abrió sus ojos para saber qué era lo que pasaba, claro que al abrir sus ojos lo que esperaba era ver a su compañero o, que se yo, alguien más…sin embargo a quien vio fue a Tsuhaya delante suyo, su gruñón compañero quien le miraba con cierta seriedad, cosa que le hizo tragar duro; era simplemente imposible de pensar que él le hubiese dado esa caricia tan cariñosa, tan afectiva… sin embargo deshizo esa idea tras fijarse mejor en sus brazos, como vio antes, llevaba cargando a una pequeña azabache aún adormilada…



    Ella, la pequeña estaba consciente ahora y lo peor de todo es que…le estaba mirando.


    ¡Su hermanita!



    —Samir: A-Anika—tragó en seco—



    Vio entonces como la pequeña intentaba otra vez alzar su mano para llegar a su rostro y acariciarlo, sin embargo las fuerzas no le dieron y acabó cediendo a la gravedad dejando caer aun costado suyo su bracito. Tsuhaya tuvo que acomodarlo entre su pecho para que la niña no estuviera en una posición incomoda, la pobre apenas tenía fuerzas para caminar cosa que era demasiado doloroso de ver. Samir quiso hacer eso de ayudarla y quizás abrazarla pero se contuvo cuando apenas dio una reacción y Tsuhaya actuó rápido antes que él.



    Él suspiró amargamente antes de mirarle con amargura.



    —Tsuhaya: Eres un completo desastre y un idiota, ¿Lo sabes?


    —Samir: —le miró, su respiración se hizo más calmada—lo sé…lo siento.


    —Tsuhaya: No te disculpes, soy un Lee y nosotros no solemos hacer eso, es realmente penoso.


    —Samir: Lo siento pero soy un White, compañero, yo si me disculpo—fue más un susurro que otra cosa, sintiéndose algo melancólico y decaído, Tsuhaya y su temperamento siempre lo intimidaban y este no era un caso diferente—


    —Tsuhaya: ¿Y qué se supone quieres decir con eso, ah?


    —Samir: E-Eh, nada en realidad…lo siento.


    —Tsuhaya: ¡Demonios! ¡Que no te disculpes!



    Samir cerró sus ojitos cohibido.



    —Mikhail: Tsuhaya, basta —viendo que empezarían una discusión sin sentido intervino, además la niña estaba en medio de ambos—también soy Lee, y también me disculpo. Es sano para el corazón, deberías hacerlo.


    —Tsuhaya: ¿¡Eh!? ¿Qué estas diciendo tu? ¿Pero de qué parte estás?



    El chico era fácil de encender, una chispita andante y era gracioso verlo fruncir el entre cejo a cada momento, pero Mikhail no estaba de humor para soportar su temperamento y Samir tampoco, no era el momento. Sin embargo el momento se vio interrumpido no por ellos, sino por una suave voz entre ellos…



    —Anika: M-Mitsu…Mitsu, no discutas con el mayor, el mayor siempre tiene la razón… por favor…hazle caso…


    —Tsuhaya: ¿Eh?


    —Samir: Anika…



    El mayor, como solía llamar a Mikhail. El tan solo observó.



    —Anika: Mitsu es tan gruñón…debería sonreír…y jugar más…jeje, si…



    A lo lejos Diana estaba observando como el lugar al que llamó una vez hogar momentáneo, simplemente se había reducido a cenizas. Una sensación de vacio y de impotencia se atoró en su ser, recordándole acontecimientos de su pasado, que como una joven no usó realmente bien la cabeza y cometió tantos errores. Estaba arrepentida de todos ellos pero, ya no había nada porque arrepentirse, lamentablemente.


    Adamaris a un extremo de ella observó la escena de los chicos y como la niña acababa de despertar, aunque hace unos minutos atrás lo había hecho, le parecía sorprendente que lo primero que pidió la niña fue ver a su hermanito…su querido hermanito Sam. ¿Dónde estaba su hermanito mayor? Así que Tsuhaya no le quedó de otra que llevarla con él.



    —Adamaris: ¿Sigues pensando en los errores de tu pasado? Deberías ya superarlo y enfocarte, solo te desenfocará del verdadero objetivo.



    Diana, como toda una Lee orgullosa solo frunció el ceño antes de mirar a su compañera.



    —Diana: ¿Quien dice que pienso en ello?


    —Adamaris: No leo mentes pero si el comportamiento del cuerpo. Siempre estas recordándote el mal que hiciste en tu pasado, peleas con Tsuhaya porque él te lo replica y acabas cayendo en su trampa verbal—sus ojos parpadearon con cierta pesadés, pasando su mano semi cerrada por su mejilla la cual estaba sucia de hollín—Ambos tienes un problema en serio, se nota que son primos. Mismos génes.


    —Diana: ¿¡Mismos génes!? Tu-repite-eso-y-veras—masculló, casi escupiendo lo. Adamaris no buscaba provocarla, solo que la chica pudiera expresar un poco como se sentía pero, ¡Dios!, era Diana y esa chica sería su compañera pero era un demonio sin sentimientos en veces—


    Adamaris solo giró su mirada a verle sin ganas alguna.



    —Diana: No tienes la autoridad para decir algo como eso sino sabes nada. No te lo permito.


    —Adamaris: Pues me disculpo, su majestad, pero no es mi intención molestarle—miraba aún a su compañera y esta seguía con su mirada tan fría—No pienso consolar tu dolor tampoco comprenderlo, no es mi problema. Pero, déjalo…solo déjalo ir. Es lo mejor que puedes hacer en estos momentos de dolor.



    El ambiente de aquel día lucía algo tranquilo, a pesar de solo anoche haber sufrido tal catástrofe. Era palpable la tensión en el aire, nadie sabía en ciencia cierta qué harían o pasaría después de aquel día, ¿Qué harían ahora? debían actuar rápido y buscar a Eli-Oenai? ¿Capturarlo? ¿Cómo regresarían en realidad? ¿Cómo salvarían su hogar?


    Nadie tenía ni la mínima idea.


    Ya a esas alturas todo parecía pedido.



    —Diana: Tsk. No me llames así.



    .-



    Durante el día las cosas fueron pasando de manera casi robótica pero no porque fuera obligatorio para ellos el mover su cuerpo para mover cada tronco seco o rastro de lo que quedó de la construcción, fue más bien algo espontaneo en el que cada quien trabajó en silencio por su cuenta, moviendo su cuerpo hacia los escombros de la casa—lo que quedó—, para así ir limpiando esa parte. Se encargarían de esa parte primero porque fue el hogar dónde aquella familia anteriormente vivía, lo harían por respeto a ellos, la tierra estaba dañada lamentablemente así que no podrían hacer nada por esa parte.


    La descripción lamentable era más porque, el humor era pésimo en esos momentos.


    Mikhail se acercó a Diana y Adamaris para compartirles el plan que se tenía para aquel día, después que terminaran de limpiar allí, no era más que preparar algo digno en donde pudieran darle un funeral adecuado a los caídos, lo mejor que podrían hacer por ellos era darles un lugar en aquel mismo lugar donde una vez fue su hogar, no había un lugar mejor; Las chicas entonces se pusieron en marcha para internarse más al bosque y así ir a buscar los materiales y lo que le fuese útil para preparar lápidas adecuadas en representación al señor Hyut y a la dama Vivian, trabajarían duro porque la zona quemada luciera hermosa y adecuada para ello, justo antes de que el sol cayese.



    Por otra parte Mikhail arrastró a Samir a trabajar con él para distraerlo un poco de su dolor, en lo que dejaba a Tsuhaya encargado por la pequeña humana, tal cómo él solía llamarle. Al chico no le gustó mucho la idea pero, la menor no estaba en buen estado como para dejarla sola.


    Samir de aseguro se hubiese ofrecido para cuidar de la menor y así cambiar tareas con Tsuhaya pero Mikhail le hubiese dicho que no era buena idea teniendo en cuenta su estado emocional ahora, además que el mismo Samir lo sabia y por esa razón no insistió en la idea, se negó.



    —Tsuhaya: No soy niñera, Mikhail.


    —Mikhail: Samir y yo iremos al fuerte para recojer lo que quedó del árbol sagrado, limpiaremos la zona por lo que tu te quedarás a cuidarla—Tsuhaya dio una queja pero Mikhail no le dejó continuar—Es una orden, Tsuhaya.



    La discusión no duró mucho, gracias a los cielos que el Lee de coleta alta no insistió así que dejaron las cosas así. Samir y Mikhail fueron a cumplir con el trabajo restante, caminaban tranquilamente ahora a par de uno, en veces Samir intentaba disminuir la velocidad de los pasos para así quedar atrás pero Mikhail paraba para alcansarle y caminar en par, claro que él como su compañero supo cual era su intención porque Samir insistía en recluirse.


    Esta bien, quizá presionarlo no funcionaría mucho, Samir era alguien inestable y la verdad es que Mikhail aún tenía algunas dudas que le gustaría resolver, podría tomar ese momento como una oportunidad y hacer sus series de preguntas.


    Ya que después de todo había algo de lo cual nadie estaba muy claro y de la cual tenían muchas dudas. Y Samir parecía ser el único en saber algo.


    Al despertar quien estaba despierto era Samir, los demás seguían inconscientes pero al verles reconoció que Samir los había tomado a cada uno y colocado cerca al otro lejos de aquella zona de la explosión, sin saber cuanto tiempo le tomó hacer eso, Mikhail se preguntaba ¿Cuanto llevaba despierto?



    Mikahil estaba algo perdido en sus pensamientos, no había notado que Samir había disminuido sus pasos otra vez. Claro, hasta que le escuchó hablar.



    —Samir: Mik.


    —Mikhail: —paró sus pasos, parpadeó para luego girar sobre sus talones—Hum. ¿Ocurre algo, Sam?


    —Samir: "Sam.." —pocas veces usaba ese mote—...El líder supremo regresó horas antes de que ustedes despertaran, pero…de la nada algo se lo llevó—su voz sonó algo quebrada al decir esto último, como si temiera revelar lo ocurrido—


    —Mikhail: —se giró por completo a él con más atención—¿Cómo es eso? ¿Suhail estuvo aquí? —Samir asintió— ¿A qué te refieres con que "algo" se lo llevo? ¿Qué pasó en realidad, Samir?


    —Samir: Yo…no sé como explicarlo, pero…algo estuvo apunto de atacarnos y él apareció justo a tiempo antes de que algo pasara—recordaba aún sintiéndose impotente, porque incluso en ese momento no pudo defenderse él mismo—uso su poder para protegernos, y luego desapareció.


    —Mikhail: Su poder…Entonces, dices que luego de aparecer, volvió a irse.


    —Samir: ¿Eh? ¡No, no mal entiendas! no se fue porque quisiera, digo, no fue como si solo hubiese decidido irse, lo que pasó fue que—se le trancó la lengua, sus ojos miraron complicadamente a su líder, como si se le fuera difícil hacerse entender—no sé como pasó, de la nada una melodía de una flauta sonó al rededor, era tan fina que hacía doler la cabeza, sentía que mis oídos reventaría en cualquier momento y la verdad es que no sabía qué hacer, pero el líder apareció luego de la nada y desvaneció el sonido…


    —Mikhail: ¿Una flauta dices?


    —Samir: —asintió—Lo que recuerdo es que, lo que sea que se haya llevado al líder tenía la presencia del mismo espiral. Era lo único inconfundible para mí.


    Mikhail abrió sus ojos con incertidumbre.


    El espiral, ¿Allí? No podía ser cierto. ¿Era posible que estuvieran reviviendo una vez más la historia solo que en diferentes tiempos?


    Esperaba que no.


    El espiral fue el causante del arrebato de su hogar, ¿También destruiría el pasado para destruir un posible futuro?



    Eso era ir demasiado lejos.



    —Samir: Mik. ¿Crees que el líder, esté en peligro?


    —Mikhail: Suhail sabe como lidear con…—¿Con qué exactamente? el espiral no era un juego, había destruido su hogar, Suhail solo había evitado sus muertes al hacer un salto, no, no un salto, un viaje en el tiempo. ¿Sabría él como enfrentarlo sólo? —rayos.


    —Samir: Posiblemente nos ocurra lo mismo que a Kam, desapareceremos en cualquier momento.


    —Mikahil: No pasará, antes de eso cumpliremos nuestra misión.


    —Samir: ¿Estas seguro de eso, Mik?



    Sus ojitos como brillaban por la inseguridad, Mikhail tenía confianza y sabía que ellos no desaparecerían sin antes cumplir su deber en ese tiempo. Estaba determinado a cumplir lo que estuviera en su alcánse, y si Suhail no estaba con ellos por cuestiones del tiempo, problemas que él solo podría solucionar, quizá la mejor manera de apoyarle era trabajando y haciendo su parte desde allí.


    Para eso debían terminar con la misión y, dar con el traidor.


    Era la única manera de salvar a todos, asegurar su futuro y, ayudar el esfuerzo de su mejor amigo.




    —Mikhail: Muy seguro. Vamos, debemos terminar antes del atardecer, para mañana tendremos mucho trabajo que hacer, el tiempo se nos acaba y presiento que muy pronto algo peor aparecerá.



    Tan solo esperaba estar listo cuando pasase. En serio deseaba poder saber en qué condiciones estaría su amigo en esos momentos, pero estando así a ciegas era un poco difícil saber lo que debían de hacer.



    "Sólo espero que sepas lo que haces, Suhail"





    Samir no sabía qué planeaba su compañero y líder, su mirada había cambiado tan de repente como si hubiese decidido hacer algo arriesgado, determinación inundaba sus ojos y eso era lo que admiraba de él, significaba que había un plan y por ello no dejaría que esta vez las cosas salieran mal. Asintió seguro para apoyarle, entonces avanzó a par de su líder para continuar su camino.


    [Fin de la II Parte]

     
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    72
     
    Palabras:
    7561


    Capitulo 14_ "Las Llamas"


    Tales of the Last White Rouss

    Saga N° 0: Hijos del Futuro


    [III/III]
    .
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    Para la tarde de aquel día ya los chicos habían terminado su trabajo en el que todos pusieron su mayor esfuerzo por que todo quedara bien. La zona quemada o al menos la que más tuvo daño en la superficie fue ligeramente arreglada por el mismo Samir quien utilizó sus enormes agujas, con mucho cuidado de no ser controlado por estas—ya que era lo que normalmente ocurría cuando no estaba emocionalmente estable—, rompiendo en pedazos la tierra para luego acomodarla un poco, Tsuhaya había ayudado a Mikhail a colocar las flores que Diana y Adamaris habían conseguido para acomodar la tierra y así adornar esa zona, no habían entrenado para ser floristas o trabajar con la naturaleza en sí pero gracias a la guía de Samir quien conocía mucho sobre la naturaleza y esas cosas, la zona quedó en un hermoso estado.


    Rocas metamórficas, fue usado para hacer las lápidas, una piedra particularmente muy fina para haberla encontrado en las orillas de un precipicio, debía admitir, Diana misma se ofreció para escribir las iniciales en la superficie y la dedicatoria, podía notarse que la joven orgullosa ponía su mayor esfuerzo para que saliera bien y en cierto modo su cuerpo tranquilo parecía decir muchas cosas de, qué era lo que pensaba mientras hacía aquello.


    Como había dicho Adamaris antes, seguía pensado en su pasado y para Diana hacer ese acto y escribir el agradecimiento en las tumbas de esas dos personas era lo mínimo que podía hacer para redimirse, un poco.


    Una vez listo, Samir y Adamaris fueron los encargados en colocar las lapidas correctamente. Justo en medio de aquel mar de flores, donde antes habían cenizas y troncos secos, ahora había todo un hermoso jardín con hermosas flores.


    A la vista parecía imposible de creer, como era posible que un lugar que había caido por culpa de una explosión cósmica había sido restaurado solo en un día, bueno, casi todo el día. Estaban exaustos pero podrían lidear con ello.



    —Adamaris: Hermoso.


    Comentó detallando las letras bien hechas en la madera, los adornos que se les fue dado y los pedazo de diamantes que esta tenía incrustados. Este detalle le hizo girar un poco hacia su compañero quien también detallaba con ojos brillantes las lindas lápidas.


    —Adamaris: Diamantes.


    —Samir: ¿Eh? ¡Oh! Si, eso…Mitsuhaya no quería decirlo pero le pareció que era mejor hacer algo bien para ellos, así que sin que nadie lo viese, fue a la cueba aquella en donde encontró a Kam aquella vez que llegó a este lugar y… tomó algunos diamantes…Él mismo hizo el detalle. —sonrió tiernamente para sí—no le digas que lo vi…podría molestarse si sabe que lo espié.


    —Adamaris: —algo sorprendida por la información, aunque no lo demostró, miró al frente los detalles otra vez, aceptando que realmente estaban hermosos. Tsuhaya tenía buena mano ymuy buen gusto—Hizo un gran trabajo.



    Se levantó seguido de Samir quien sacudió sus rodillas y piernas.



    —Samir: Ada, ¿Crees que Mitsu extrañe a Kam? Justo hoy se cumple 2 semanas desde que se fue y…aún duele no verle, a veces me pongo a pensar en lo que hubiese pasado si el estuviera con nosotros.


    —Adamaris: ¿Lo extrañas? —el de ojos esmeralda asintió— Entonces él lo hace.


    —Samir: ¿En serio? ¿Pero cómo lo sabes?



    Adamaris le hizo una pequeña señal con su mirada a que mirara ahora hacia donde estaba su compañero quien estaba a cierta distancia cerca a la niña. Samir miró entonces y, observó como el de coleta alta se inclinaba hacia la menor, quien aun no podía caminar pero que gracias al cielo ya hablaba mejor y no dejaba de hablar, estaba de buen humor a pesar de tener en claro lo que había pasado con su madre y el hombre ciego. Algo totalmente sorprendente pero era mejor así, y manteniendo la distraida era la única manera de evitar que la tristeza vayera en ella.



    Aunque era cuestión de tiempo.



    Tsuhaya con cara de disgusto o mejor descrito como fastidio, sucumbía con dificultad ante la petición de la niña de acercarse y dejarle colocarle una corona de flores que ella misma durante la tarde había hecho. Sus famosos collares y coronas de flores que ella amaba hacer.

    Claro que Samir y Adamaris no eran los únicos en observar esto, pues Mikhail estaba acomodando unas flores rojas a distancia entre la tierra removida y mientras estaba inclinado con una rodilla al suelo, le daba una mirada a la escena aquella que pocas veces era vista, donde su orgulloso primo accedía a dejarse colocar la corona de flores.


    Ninguno comentó al hecho ya que estaban muy concentrados en sus propias risas calladas al ver el ligero puchero que hizo el joven en regaño al ver la sonrisa feliz de la niña. Y nada que decir sobre ese ligero tono rosa que se pintó en su rostro.


    Ella había ganado esa vez más sobre la naturaleza fría del joven Vanguardista.



    —Adamaris: Si no lo extrañara no se hubiese dejado colocar esa corona.


    —Samir: Yo le enseñé como hacerlas…¡Ana es tan talentosa!


    —Adamaris: Tsuhaya no pelea porque esta comenzando a apreciar el poco tiempo que le queda con sus seres amados. Finalmente, quiza este viaje no haya sido no más que para enseñarnos una lección…aprendimos a aceptarnos, a pesar de nuestras fallas, nos hemos acercado más al otro e inconscientemente nos hemos aferrado a la idea de cuidarnos el uno al otro como una familia, extraña, pero sincera que ahora somos. Y en gran parte, debo admitir, te lo debemos a ti, Samir—dijo esto último desviando su mirada al menor—


    Samir no cabía de la sorpresa en la que estaba, impregnado por la revelación de su compañera se enterneció y un ligero sonrojo de admiración apareció en su pecoso rostro.


    ¿Gracias a él?




    —Samir: —asintió, entonces sonrió—pocas veces hablas demás, Ada, y cuando lo haces suenas tan sabia.



    La chica, por primera vez se sintio alagada ante aquello, quizá algo avergonzada pero decidió tomarcelo con calma y solo atinó a dejar que sus labios dibujaran una simple pero bonita sonrisa.



    —Adamaris: Gracias. Herencia de mi madre.



    Claro que su comentario le causó una carcajada al chico, sus pulmones se habían llenado de aire puro para poder respirar bien antes de soltarse a reír con fuerza, llamando en el proceso la atención de los demás y causando en la pobre chica algo de fastidio, por su parte dejó que su cara volviera a mostrar la calma de siempre y solo se concentro en mirar al cielo para descubrir los colores y matices creados por el sol magestuoso que comenzaba a meterce, y dentro de poco desaparecería.


    Claro, un día como ese podían ocurrir tantas cosas y aún así ellos estaban allí, disfrutando de un día más de vida.




    Tsuhaya miró igual el cielo, en sus adentros se sentía tranquilo, a pesar de todo, a pesar de estar en un aprieto sin salida.



    —" Debería estar molesto, el idiota de Suhail nunca apareció, vaya líder…aún así hizo un buen trabajo al eleguir a Mikhail, lo hace bien. Debería preocuparme por lo poco que queda, aún así, la partida de estas personas que en su tiempo aunque no fueron nada agradables, se ganaron el respeto, quizá aceptación." — nunca le agradó esa mujer tan pezada y mal juiciada, a su opinión, estaba mal de la cabeza, sin embargo sus memorías eran dificil de olvidar, había dejado una marca en él, y su mal humor quizá lo extrañaría. Aburrido. — "Hum, sin dudas son almas que no merecían seguir sufriendo en este mundo. Espero que finalmente hallan podido encontrar su descanso"



    Era sus buenos deseos, cuyos jamas ni de chiste compartiría con el resto.





    —Anika: Mitsu —reciviendo un apenas "hum" de respuesta. Con dificulta, cansada y con su ya débil cuerpo sintiéndolo al punto del colapso, hizo el esfuerzo de buscar con su mirada a su hermano gruñón. El chico miraba aun perdidamente el cielo cuando la escuchó llamarle en voz baja— Voy a extrañarlos…y mucho.


    —Tsuhaya: —su cabeza apenas procesó aquello, no había escuchado, o quizá si pero aun así su cabeza giró y bajó hacia la niña, sin entender qué escuchó, porqué ella dijo aquello, y para ser sorprendido con una débil y hermosa sonrisa, tan suave, tan inocente, tan…—...¿Qué?


    —Anika: Fueron…una familia para mí, y siempre…s-siempre los amaré…




    En serio esperaba algún día…quien sabe…caminar de…tu mano…





    La brisa que soplaba era lenta, muy lenta y quizá era momento en el que debían comenzar la ceremonía, era el momento, ¿Para qué esperar? debían hacerlo antes de que el sol cayera y el día acabara, por ello cuando Mikhail aseguró que todo estaba listo y que el tiempo había llegado se dispuso a llamar a los vanguardistas para así empezar. Diana era la más cercana por lo que cruzó mirada con esta quien parecía algo perdida, quiza efecto del momento.



    —Mikhail: Es hora.



    Samir junto a Adamaris se acercaron a paso tranquilo, en lo que cada uno traía en manos un pequeño detalle en flores.



    —Samir: Papá dijo que las flores no son específicamente para regalar a los muertos, es mejor darse en vida, sin embargo creo que jamás tuve la oportunidad de regalarles flores cuando estaban aquí.


    —Adamaris: Si hubo, solo que, jamás tuviste una razón.


    —Samir: ¡Cierto! Pero aun así me hace sentir triste. ¿Imaginate que cara hubiese puesto la Madre de Anika si de la nada le hubiese regalado flores? Creo que…mejor no pensamos en eso—sus flores eran de un color azulado con toques amarillos en cada hoja. Lo curioso es que solo era una, las demás eran moradas y rojas. Adamaris la había notado más no le prestó atención—...Es la única de su tipo que ví.


    Mikhail se acercó a ellos para reducir su caminata, con Diana a su lado los cuatro luego intercambiaron miradas antes de buscar con la mirada al último miembro fe la élite, Tsuhaya. Al girarse, el líder pudo ver como éste apenas venía a ellos con pasos rectos, dudosos pero rectos. Diana al verle sintió un extraño presentimiento y sin disimulo alguno frunció el ceño.



    —Diana: Mitsuhaya.


    —Tsuhaya: —terminando por llegar, ocupó un lado de ella, sin emabargo ni le miró, pero podía notarse su ceño cemi fruncido— No vuelvas a llamarme así.



    No, era obvio que él respondería así, odiaba ese nombre, pero, ¿Porque entonces Diana podía sentir que algo no andaba bien?



    —Mikhail: Chicos, es hora, el sol caerá dentro de poco, presentemos nuestro respeto y agradecimiento a ambos, por todo.


    —Adamaris: Por todo. —asintió en acuerdo. Mikhail dio el primer paso a caminar hacia las lapidas, en lo que recibía las flores que la azabache de mirada dorada le compartió avanzando así ambos a par del otro—



    Había tención entre Diana y Tsuhaya, la chica iba a abrir su boca para decir algo pero Samir interrumpió el momento al hacercarse a Tsuhaya y extenderle unas ramitas de flores coloridas. Diana dio una mirada al chico con algo de molestia y Tsuhaya solo se mantuvo en silencio sin prestarle atención.



    —Samir: Adamaris y yo la recojimos de las orillas de la colina cercana, decidimos que serían las adecuadas para la ceremonia. —le sonrió—



    Tsuhaya simplemente dejó que su mano se alzara y aceptó las flores. Samir volvió a sonreír listo para seguir a su lider y a Ada, sin embargo se contuvo para luego mirar al chico con cierta curiosidad y seguidamente hacer esa pregunta.




    —Samir: Oye, ¿Y la corona que te hizo Anika? ¿Por qué no la traes puesta?



    Tsuhaya fruncio el ceño ante la mención y, con molestia apretó aquellas flores.



    —Tsuhaya: No es tu problema. Mejor no desobedescamos las ordenes de nuestro líder y avancen.



    Con esta sentencia dio paso a caminar con dirección a la lápida donde ya se veían tres figuras a lo lejos dando sus condolencias, a lo que Samir abrió sus ojos sin entender porqué su compañero tenía esa actitud así de la nada.



    —Samir: ¿Dije algo mal..?


    —Diana: Idiota.



    Antes de que el chico dijera algo la azabache comenzó a avanzar también.


    No era momento de tener esa actitud, durante el día todo fue tranquilo como para al final cuando todos debían estar unidos salir con algo así. Ok, Samir no sabía qué ocurría pero decidió no decir nada y unirse a el resto.


    Formando una recta columna los vanguardistas sostenían sus respectivas flores en lo que miraban con respeto las lápidas, Mikhail como el líder dio un paso más al frente e inclinando su cuerpo se inclinó dejando una rodilla al suelo y con la otra pierna alzada. Seguidamente Samir le siguió desde su lugar para imitarle y así siguió Adamaris, Tsuhaya y Diana. El momento de silencio era importante, para Samir era triste, demaciado triste pero ya no podía llorar, ya no tenía lagrimas que derramar.


    En su pecho lo único albergado era esa sensación raspante y ala vez amentolada que el tanto llorar le había dejado. Tan frío y amargo.


    Las flores poco a poco se fueron depositando frente a las lapidas de manera procesiba, Samir seguía sosteniendo especialmente aquella flor azul por lo que apenas dejo las demás en rojo y morado sobre la base de la lapida, se acordó que aún faltaba alguien allí, total ella más que nadie le correspondía estar allí para despedirse de sus padres.




    —Samir: Tsuhaya. Hay que traer a Ana para que se despida de ellos.



    Dijo girando a verle, quizá se lo decía como una señal de aviso ya que anteriormente él mismo quiso acercarse a la niña pero por su estado Tsuhaya no se lo permitió, si le decía ahora quizá él debía ir, ¿No?, es lo que esperaba el White, sin embargo Tsuhaya solo se cohibido en su lugar luego de la mención de la niña, penosamente con un aura tan decaido que dejo confundido al chico.



    —Samir: ¿Mitsu…?



    Las manos del chico parecían que en cualquier momento destruirían algo, tan tensas.



    —Samir: Oye, está bien…Sino quieres yo mismo puedo…—"ir" quería decir al final, en lo que se iba levantando lentamente—



    Pero Tsuhaya le cortó.



    —Tsuhaya: Ella no lo hará.


    —Samir: ¿Qué has dicho?


    —Tsuhaya: —ya al límite de todo también se paró de golpe asustando al chico— ¡Ya es demaciado tarde para eso!, ¿¡Esta bien!? ¡No hay nada que se pueda hacer!


    —Samir: —retrocedió mirandole confundido—¿De qué hablas…? ¿Qué cosa no podemos hacer ?



    Mikhail se levantó.



    —Mikhail: Tsuhaya, respeta el momento.


    —Tsuhaya: Tsk! N-No vale la pena aferrarse a esto o si quiera realizar esta tontería, aparte de nosotros… nadie más los recordara…así como ellos también seremos olvidados dentro de poco.



    Dolía tanto pensar en ello, pero era cierto, ¿Tanto trabajar para nada?. Las únicas personas que podrían recordar a esos muertos serían ellos, ese grupo de chicos que venían del futuro, pero de qué servía si igualmente ellos desaparecerian, y ellos, como esos muertos, serían olvidados.


    Tsuhaya comenzaba a desviar su mirada y temblaba en su lugar, no era normal, sus señales hicieron que Samir se alarmara un poco y mirara al chico con preocupación. Mikhail les miraba atento, no entendería los sentimientos pero leía entre líneas. Y Tsuhaya había dicho mucho.



    —Samir: ¿Qué quieres decir? ¿Que esto es solo una perdida de tiempo?


    —Tsuhaya: ¿Acaso no es verdad?


    —Samir: Mitsu, por favor, hablamos de la muerte de ellos, quienes fueron los únicos en extendernos sus manos-


    —Tsuhaya: No me llames así.


    —Samir: ¡Bien, ok, Tsuhaya, como sea! Pero no digas que esto es una perdida de tiempo.


    —Tsuhaya: ¡Están muertos y no importa si hacemos esto o no, nadie los recordara! Al fin y al cabo somos los unicos que sabíamos de ellos ¿Y qué crees? ¡También pereceremos en cualquier momento, maldición! ¡Obvio es una perdida de tiempo!


    —Samir: ¡Qué no es así!, ¡No podemos ser unos malos agradecidos! Siendo o no verdad eso, quizá nadie les recuerde pero nosotros sí, por eso mismo debemos hacerlo con más fuerza porque ellos jamás tuvieron a nadie más que no fuera a nosotros! No importa si también nos vamos, o desaparecemos en la nada ellos fueron parte de nuestra vida y ahora son parte de nuestras memorias de todo lo que hicimos estos 4 años, ¿No significa nada para ti? ¡Responde!



    El Lee le miró con ira.



    —Tsuhaya: ¿¡Qué si no es nada para mi!? No fueron más que simples personas que por débiles ahora no existen! ¡Ellos no son mi familia! ¡Ni ellos ni ustedes así que deja de replicarme como si te importara mi opinión!


    —Samir: ¡Somos familia! ¡Somos hermanos ahora! ¡Tu eres…!


    —Tsuhaya: ¡Soy un Lee y tu un White! ¡Nada más!, Jamás consideraré a un White mi familia, ¡Jamás!


    —Samir: ¡Retractate!



    La tención causó estragos para Mikhail, para él el tema era quisquilloso y oír a el Lee hablar así le molestaba más. Siempre con el mismo tema. Adamaris se levantó caminando hasta interponerse en medio de ambos, sosteniendo en mano su arma con la que señaló a ambos.



    —Adamaris: Detenganse. Suficiente.



    Samir quería llorar, Tsuhaya siempre era malo con sus palabras, nunca medía lo que decía y acababa lastimando a todos al soltarlas, ¡Bah! era un idiota. Las lagrimas se habían asomado sin siquiera esperarlo y antes de que cayeran él mismo frotó sus ojos, ardían en verdad, respiró con dificultad y ardor antes de mirar una vez más a su compañero de lucha.


    Tsuhaya miraba el suelo frunciendo sus manos. No era capaz de ver a sus compañeros a la cara.




    —Samir: Al menos le hubieses dicho gracias por la corona de flores, no sabes cuánto le costó aprenderlo, no fuiste tu quien estuvo allí con ella en los peores momentos, fui yo, y obviamente ¿Qué ibas a saber de familia? Si ni siquiera valoraste la que tenías—dijo algo frío y aún molesto, sin importar le si hería o insultaba a su compañero, soltó lo que debía decir. Tomando fuerza en sus pies, se dio la media vuelta para comenzar a avanzar y así buscar él mismo a la niña—



    No le importó que Tsuhaya le gruñera y le mirara furiosamente incredulo después de lo que le dijo. Sólo le dijo la verdad es su cara.


    Y más de uno—no solo Mitsuhaya— estaba en shock por escuchar a tan airado muchacho. El calmado.





    Mikhail seguía observando, Samir se alejaba y suponía era para ir a por la menor; esperaba que Tsuhaya interviniera pero jamás pasó, en cambio le vio hacer aun lado su cabeza en lo que maldecía por lo bajo, ¿Molesto? no lo sabía, los hombros del chico comenzaron a temblar repentinamente y esa fue otra señal añadida a sus sospechas.



    Diana aún en el suelo mantenía sus ojos en la lápida, mirando donde podía leer el nombre de la dama, " Vivian", recordatorio que le trajo a la mente el momento en que la noche anterior llegaron demaciado tarde al lugar y solo encontraron su cuerpo sin vida, tirado en el suelo. Recuerda que justo antes de irse encontró cerca al cuerpo de la mujer un pequeño instrumento muy particular. Pudo haberlo dejado allí, no tomarle importancia, aun así no lo hizo.


    Sus manos se movieron un poco, revisó entre sus ropas y fue entonces que lo sacó dejando a la vista una fina pieza de una flauta hecha de banbú en un color dorado.



    —Tsuhaya: Aún en estos momentos, luego de todo lo que paso…El grandicimo idiota, wow, si, nuestro líder supremo…no es capaz de aparecer? ¿Incluso ahora?, ¿Eh?


    —Adamaris: Tsuhaya. Deja de murmullar.


    —Tsuhaya: ¿Tanto le teme a la responsabilidad o..? Oh, no me digan...sigue intentanto ocultar al maldito traidor de su querido hermano para evitar que le encontremos, ¿No es así?


    —Mikhail: Tsuhaya.



    El chico entonces se giró a él de golpe, un movimiento que causó que sus ropajes se movieran bruscamente, apartandose un poco; sus cabellos rubios y mechones volaron igual sobre aquel rostro que aguardaba una mirada tan quebrada e airada en esos ojos fríos, enfrentando sin ningún temor a su superiór.



    —Tsuhaya: ¡Estamos en un momento crucial! Dices ; ¿Y él como líder no debería estar aquí también y de la misma manera rendir respeto por aquellos que nos ayudaron? Oh no, seguro está súper ocupado como para hacer eso, no?, Vaya manera de brindar respeto a los muertos.



    Una risita distorcionada salió de sus labios de manera burlona, pero todo por efecto de la molestia.



    —Tsuhaya: Seguramente está con el maldito traidor de EliOenai.



    Mikhail actuó entonces sin poder soportar la insolencia y grosería de su compañero, revelando las cadenas de detención entre sus manos las lanzó con furia hasta el rubio, el ataque de cadenas pasó justo a los costados de Adamaris quien no se movió ni un segundo, sirvió como una simple distracción que le causó un ligero movimiento pero muy brusco a Tsuhaya, abrió sus ojos al ver apenas las cadenas al casi tocarles y se hizo aun lado, esquivó una, y la otra tuvo que parala con su arma que sacó de golpe, el impacto creó chispas plateadas y el sonido de impacto.


    Mikhail le observó con total frialdad que Tsuhaya estaba seguro que era la primera vez que veía una mirada tan fría en aquellos ojos. Vaya reacción tan erronea, Tsuhaya se sintió tan furioso que apartó la espada una vez las cadenas fueron retiradas con mayor fuerza.



    —Tsuhaya: No esperes una disculpa ahora, porque jamás pasará.




    Samir en sus pasos rápidos hacia la menor de cabellos bicolor aún lidiaba con la molestia que Tsuhaya le había hecho pasar, sus lagrimas no las pudo seguir reteniendo a lo que lo llevó a llorar en silencio en lo que se acercaba donde recostada estaba Anika, no quería lucír tan patético frente a ella por eso rápidamente las limpió con las mangas de su uniforme de combate. Dejando salir un suspiro cansado respiró para calmar su corazón y no parecer tan decaído al momento de hablarle.


    Sonrió, al menos se esforzó, decidió dibujar en sus labios aquella sonrisa que lo caracterizaba tanto.


    Y la vió, allí recostada sobre el pasto con sus manos juntas sobre su pecho, sus piernas también las observó que estaban igualmente bien acomodadas, su cuerpo se veía muy relajado como para sólo dormír, y no quería pensar que una vez más se había desmayado, si hace poco había estado tan animada, tan bien y alegre...¿Se habría cansado por agitarse tanto?


    Seguramente el jugar por horas con Tsuhaya la había llevado al límite.




    —Samir: —inclinandose, una mano sobre su rodilla y su mirada sobre aquel rostro tan pacífico— Anika, oye Ana, ¿Sabes qué? los chicos y yo finalmente terminamos de preparar el lugar de descanso para tus padres, los chicos trabajaron tan duro para que fuera digno de ellos y puedo asegurarte que quedó increíble, jeje—hipeó, tuvo que volver a limpiarse la nariz—¡Hasta le pusieron diamantes como adornos! ¿Puedes creerlo?... ¿Quisieras ir a ver?, ¿Podrías levatarte para verlo, conmigo? Por favor…yo te llevaré.



    Samir juraba que en todo ese tiempo junto a sus hermanos, a pesar de las subidas y bajadas que tuvieron, aquella pequeña niña, la "humana" como solía llamarle Tsuhaya, era la única criatura a la que le había llegado a tomar un cariño tan profundo como si realmente fuera su hermanita, la quería, la protegería siempre y cuando pudiera.


    Haría lo imposible por ella.



    —Samir: Anika —en sus pensamientos no estaba la opción de molestarla, pero realmente quería evitar que la niña evitara el dormir tanto por miedo a que de un momento a otro, sus ojos no los volviera a abrir— ¿Ana? —su mano la llevó hasta el rostro de la niña para tocar suave y lentamente la piel de la niña, sus mejillas estaban pálidas, suaves pero frías, Samir suvió el toque a su frente, pasando sus dedos por los costados de su cabeza hasta llegar a la mandibula, donde sostuvo su barbilla por unos segundos relativamente tentadores para él tras ver como los labios de la menor, pequeños y rosas se medio abrieron—


    Pero se habían abiertos por su movimiento suave, y esperó ver algún movimiento de respiración por parte de la niña entre esos labios, sin embargo…



    "¡¿Ah!?"



    Apartó los dedos del mentor de la menor, temblando su mano, su mirada llena de temor y con el aliento vacilante por el terror que le invadió repentinamente. Samir quería pensar que solo era su mente la que estaba imaginando cosas, por eso una vez que se apartó por el susto volvió a mirar con detalle y rapides a Anika, con preocupación frunció sus puños y se acercó casi de inmediato al cuerpo de la niña casi tropesandose en su mismo lugar para así pegar su cabeza al pecho de la niña.


    Desesperado.


    Necesitaba escuchar su corazón, quería escuchar esos latidos y apartar de su mente toda idea erronea.


    Pero tristemente, no hubo respuesta.


    Ningún latido.




    —Diana: Líder—pocas veces usaba ese título con el chico y sabía que por ello había llamado mucho más su atención, una vez decidió reincorporarse giró un poco hacia la dirección de el líder—



    Esto cortó el momento agrio que se había creado momentaneamente entre Mikhail y Tsuhaya, aún podía sentirse la tención y Adamaris quien en todo tiempo estuvo allí en medio de todo aseguraba que si no hubiese sido por el llamado repentino de su compañera la situación hubiese llegado a peores. Suspiró internamente ante esto, sin poder evitarlo.


    Tsuhaya pensaba retirarse aún con una mirada llena de rabia hacia su superior, pero apenas hizo su primera acción recibió un pare por parte de Adamaris.


    Esta ya estaba frente a él.



    —Tsuhaya: ¿Qué?


    —Adamaris: Nada—fue más bien una respuesta irónica a la pregunta algo ruda que le había hecho el chico. Esto obvio le irritó y pensó retomar la idea de irse pero la chica volvió a bloquearlo. Esto lo enfureció y estuvo apunto de protestar pero la chica no se lo permitió cuando en un movimiento rápido tomó su arco y lo apuntó a él paralizando su paso al apuntarle con su flecha—No te muevas.


    —Tsuhaya: ¡¿Pero que demonios les pasa a ustedes ah?! ¡¿No pueden dejarme en paz?! ¡ Maldición!


    —Adamaris: No te iras.



    Ella volvió a insisir, tsk, vaya testaruda ella, de entre Diana y ella Ada era la más intensa y eso provocaba frustración en veces al chico.


    Al acercarse Mikhail a Diana, quien mantenía en manos algo cuyo ofreció a ver al líder, de manera tranquila él le dio un vistaso a la muchacha quien le miraba seria como siempre pero, en sus ojos había algo más que Mikhail no supo descifrar.



    —Diana: Esto… lo tomé justo antes de que todo—no era necesario terminar la frase para dejarse entender a qué se refería—


    —Mikhail: —miró hacia la mano de la chica y reparó que ella sostenía la flauta que la mujer, Vivian, siempre tenía con ella. Estaba algo manchada aún con un tinte rojo seco que imaginaba era su sangre— Diana.


    —Diana: No quise limpiarlo por si quizá, la mujer antes de morir dejó algo grabado en esto, algo que pudiese ayudarnos a resolver qué fue lo que paso.


    —Mikhail: Una nota oscura.


    —Diana: Sabes que solo nosotros podemos oirla—refiriendose a ellos quienes tenían sangre fénix, mayoría allí, Lee—sin embargo la nota, si es que llegó a grabar algo en ella, no podría ser desifrada sino fuera por alguien de sangre pura—al decir esto sus dientes chasquearon un poco algo con desagrado. Era un golpe directo a su orgullo aceptar ser mestiza—Tenemos poco tiempo y lo sabes, sin el líder supremo no hay mucho que hacer por nuestra cuenta.


    Fue en ese momento que Tsuhaya decidió acercarse.



    —Tsuhaya: Auch, eso fue un golpe directo al orgullo—caminó hasta quedar aun lado de Mikhail quien miraba aún aquella flauta. Tsuhaya aún no lo había notado—siendo claros que, es como decír que no tienes lo necesario, Líder. Je, hijo de dos bandos enemigos, ¿Eh? Pero ambos estan en la misma condición, es obvio que aquí soy el único puro—no era para probocarlo, no era de su gusto hacer ese tipo de cosas pero no pudo evitar soltar lo que pensaba, mirando a su superior de quien esperó respuesta o incluso de Diana-la-amargada pero, en cambio vio a su líder perdido mirando algo y de la chica no hubo respuesta alguna. Esto le extraño por lo que siguió su mirada y fue que notó aquella flauta en las manos de su compañera—Espera, ¿Esa flauta no es el de la mujer?


    —Diana: Lo es.


    —Tsuhaya: ¿Qué haces con ella? —frunció el ceño—


    —Diana: Fue lo único que dejó.


    —Tsuhaya: ¿Y era necesario tomarlo?


    —Diana: No puede dejarse nada que pueda ser una pista, cabeza de imbécil —ya se estaba hartando—


    —Tsuhaya: Y la flauta era una —arrogante—


    —Diana: Lo és.


    —Tsuhaya: Que estupidez, tu acaso no..!? —hizo la acción de tomar la flauta pero Diana apartó su mano mirandole molesta—


    —Diana: No entiendo tu molestia y en serio cada vez pienso que el raro aquí eres tú. ¿Seguro que no estamos buscando a la persona equivocada?


    —Tsuhaya: ¡¿Qué has dicho!?


    —Diana: Ya hartas con tu estúpida actitud tan irrespetuosa y arrogante diriguiendote a el líder y a Suhail como si no fueran superior a tí, insinuando que es un traidor, reacciona de una maldita vez, si decide ayudar a EliOenai o no ese no es nuestro problema, tu—se había puesto en la disposición de mantener una clara discución con el rubio manteniendo su mirada fría contra la de él, señalando a su pecho con su mano libre en este último comentario—conoce cuál es tu lugar de una buena vez, JinCheng y deja de comportarse como un principe mimado, porque entre tú y yo el título más cercano lo tengo yo en estos momentos y realmente no estoy de humor para lidear con escorias tan insolentes como tú.


    Era cierto, Diana era hija de reyes, tenía todo el patrón y linaje de ser una princesa, tenía la voz para decirles que se arrodillaran ante ella por ser simples aliados y servir a la misma corona que un día ella portaría, si, porque ella sabía que algún día esa corona sería de ella. Sin embargo causó estrés en Tsuhaya, su cara se torció en una mueca de desagrado sin saber qué decir.


    Adamaris notó en ese momento que durante la pelea Samir aún no había regresado y esto la hizo girarse a buscar con la mirada al chico.


    Había mencionado que iría por la niña, entonces significaba que estaría con ella.



    —Tsuhaya: Ustedes en serio....son unos—que incómo y doloroso era sentír que el único racional allí eras tu mismo y que no tenías ningun apoyo por parte de tus compañeros, supuestamente tu familia—...no valen la pena.



    Entonces el momento se tornó más desagradable cuando de la nada el sonido de un grito desgarrador se hizo escuchar, seguido de un sonido metálico como de hierro fino chocar entre sí. Cortantes, arrolladores.


    Las miradas de todos se corrieron a un solo punto y sus cuerpos giraron a ese mismo rumbo, la primera en reaccionar fue Ada quien abrió sus ojos frunciendo luego el entre cejo, dando un paso hacia adelante en posición de batalla. Mikhail no le gustó para nada ver como el causante de aquello era el mismo Samir quien acababa de perder el contról, escuchandose sus gritos entre llantos.


    ¿Qué lo había causado esta vez?



    —Tsuhaya: ¡Kuso!—masculló viendo lo que ocurría—




    Había olvidado por un momento que Samir había ido a...




    —Diana: ¿Ahora qué demonios ocurre?



    No esperaban que el chico tuviera ese descontrol tan repentino y menos en esos momentos, justo cuando el sol estaba extinto casi por completo, cuando el cielo comenzaba a pintar estrellas como una capa luminosa y la brisa se hacía más fría y ligera, no, no había razón por la cual actuar así. Justo en un momento que se supone debería ser de paz en honor a los caidos, ¿Cuál era la causa de su descontrol?


    Aún así, él....



    —Samir: ¡AHHHHHHH! —temblaba por la poca fuerza y autocontrol, pero no parecía importarle tanto, el dolor en su pecho era más doloroso que el de su espalda y cabeza, dolía más que aquellas agujas que salían cada vez más dolorosamente de su espina dorsal, como miles de fragmentos finos y fríos, a medida que su cuerpo se movía inclinado por el dolor estas salían más y crecían casi cubriendo alrededor para salir como unas enormes patas de arañas, listas para protegerle, pero ¿De que lo protegerían ahora? —¡A-Ahhh!



    Sus ojos llenos de lagrimas con sus dedos apenas cubriendo su rostro, tratando de negar que la pequeña, niña de sus ojos, había perdido contra la vida y se había marchado. Sus piernas flaquearon otra vez y quiso arrastrarse hacia la niña, tomarla, sus manos abrieron paso a tomarla y exigirle que despertara.



    —Samir: Ana… Por favor… P-Por favor… ¡ANIKA!, ¡DESPIERTA… Por fav-vo..!-



    ¡Samir!




    Pero no quería escuchar los gritos de sus compañeros que de aseguro ya se acercaban para controlarlo, no, no quería escucharlos.

    Entonces antes de lograr tomar a la niña frente a él apareció la imagen de un joven rubio de coleta, quien se movió tan rápido siendo sus cabellos rubios lizos y largos movidos contra la brusquedad de su acción, para tomarlo de sus manos y empujarlo para que no se acercara a la niña, quien ahora dormía, pero se le fue algo difícil teniendo en cuenta que Samir tenía la ayuda de la fuerza de sus agujas que le sostenían. Ambos se vieron por unos segundos, en aquella lucha en la que Samir tenía la ventaja, empujaría a Tsuhaya si seguía interviniendo.


    Lo haría.




    —Tsuhaya: Estas fuera de control, cálmate.


    —Samir: ¿Qué me calme? —oh no, no era lo que quería escuchar. Sus lagrimas cayeron más gruesas, su boca hizo una mueca de dolor y sus cejas se fruncieron—¡¿Qué me calme dices?! ¡Eres un imbésil insencible, tú..!! Me pides calmarme cuando no fuiste capaz de decír que ella...! ¡Ella está muerta!, ¡La mataste! ¡Tu la mataste!


    —Tsuhaya: ¡No hice tal cosa! ¡Estas fuera de control y si no te calmas pondras en peligro-


    —Samir: ¡Ya no hay nadie a quien poner en peligro!, ¿¡Es que no lo vez!? ¡Se han hido! ¡Todos se han ido de nuestro lado! ¡Ya no hay nada que proteger! ¡Ella era la única que quedaba, era la única que debíamos proteger, era nuestro deber y tu tan solo...! —la ira, rabia, tristeza, resentimiento hicieron de él un desastre, las agujas habían salido ya, controlarlas o no solo era cuestión de emociones y deseo, y justo en esos momentos quiso herir a Tsuhaya, comenzaba a odiarlo y esto causó que de un momento a otro una de esas enormes patas finas de hierro se movieran y se clavaran justo a un costado del hombro de Tsuhaya—



    Quiso darle a su corazón, pero falló. Maldito Lee.



    El metal le atravesó hasta sacar sangre y hacerle quejarse por ello. Obvio no se esperaba este ataque de su compañero y solo causó que el momento se volviera un desastre.



    —Samir: La dejaste morir. No sabes...cuanto te odio.




    Todos allí no podían creer lo que estaba pasando.





    ¡SAMIR!





    [DIVIDE=]─[/DIVIDE]




    —" Oh vaya, que tan rápido actuan sin necesidad de un empujón. ¿No son adorables?"



    Era más o menos una sensación de resentimiento lo que sentía ahora, podía jurar Suhail porque, aunque no era un monstruo tampoco tenía esa abilidad de sentir sentimientos, al menos no tan profundos, y odiar o sentir resentimiento por algo, era difícil, solo actuaba por racionalidad y cálculo, no por emociones. Aún así escuchar aquellas palabras dichas por la mismicima reina Oscura fue lo más desagradable que alguna vez escuchó.


    Era como si ella disfrutara de eso.


    Si, justo en estos momentos se encontraba en presencia de la deidad.


    Finalmente había caído en sus garras.



    —"¿Cómo te sientes viendolos pelear entre ellos de esa manera?, tomando en cuenta que eres su líder. ¿Duele?"



    Si, quiza ella lo disfrutaba demaciado. El despertar allí jamás fue su idea y menos ante la presencia de semejante deidad de la Oscuridad. Acababa de tomar la decidión de enfrentar esa maldita pluma y su espiral con tal de llevarla lejos de allí, desde el momento en que se vio allí en el antiguo reino oscuro supo que dejar que la pluma negra permaneciera allí sería mala idea, teniendo en cuenta que la reina de la oscuridad seguía sellada allí. Pero fue cuestión de segundos, solo eso le tomo para que el plan saliera pero a medias, vaya suerte, controlaría el tiempo pero no todo estaba a su control.


    Estaba de rodillas ante la imagen de la dama, con sus brazos hacia atrás atados con alguna especie de cadenas oscuras, el metal era realmente extraño, unas cosas que parecían brazos le rodeaban del cuerpo hasta recorrer sus hombros y cuello en donde le sostenía de manera que obligatoriamente tenía su mirada al frente mirando a Krishna.


    Ella había despertado gracias a su presencia allí, no tanto por la pluma sino...gracias a él.



    Gracias a él y su poder del tiempo. Irónico.



    ¿Cómo no pudo pensar en ese detalle antes? Total, fue testigo de como anteriormente ella trato de tomar a su hermano en la profundidad de esas aguas.



    —" Estas mudo, nada interesante a mi parecer. Hum, por un momento creí que serías igual a tu padre… pero ahora que te veo mejor....te pareces más a ella"
    dijó en su tonó sinicó de siempre, entonces notó como llamó la atención del chico ante la mención. Ella sonrió. " Esa blanca impura"


    —Suhail: No te atrevas a mencionarla.


    —"Entonces si hablas. Fantastico. Debería agradecerte por haberme despertado, no sabes cuanto tiempo llevo esperando este momento… claro que lo que más deseo es que el sello sea roto, pero supongo que primero hay que ir paso a paso"
    observó al chico de manera codiciosa, como si su imagen le perteneciera, como si fuera un tesoro único y esto le hizo sonreír más afiladamente " mi pequeños niño, mi perfecta creación"


    —Suhail: ¿Qué es lo que desea usted?


    " Sin duda muy educado, me encanta." estaba empezando a enamorarse de esa nueva imagen. " Sabes lo que quiero, no necesito decirlo"



    Suhail suponía que la relación entre ambos debía ser algo cercana, tomando en cuenta que la dama era la deidad del tiempo antiguo, él solo era el nuevo dueño y manipulador del tiempo en específico, no era necesario preguntarse cómo debía reaccionar ante la deidad porque inconscientemente ante ella su ser mismo respondía a ella como si le conociera de años, y a la vez no.


    Era sabido que las sensaciones eran razonables, ellos debían conocerse, aún así a Suhail no se le habían dado esas memorias.


    Ella lo notó y su sonrisa se hizo más pequeña pero fija como siempre.



    "Tus amiguitos corren peligro justo ahora, el tiempo es algo quisquilloso cuando lo miras desde un punto de vista algo lejano, es cruel y frío cuando tratas de extenderlo pero es cuando más se acorta. Lee mis palabras y entenderas, mi agradecimiento lo pagarás con brindar tu lealtad hacia mi, creadora y dueña tuya soy y negarte está prohivido"


    —Suhail: Yo jamás-



    Una sensación terrible llegó hasta él cuando trató de negarse ante ella, su boca se sintió hormiguear y palabra alguna jamás pudo formular, era su garganta un nido de ácido que aguardaba gritos que jamás salieron, y su cuerpo un recipiente de temblores irrefutables. Las sombras lo apretaron y de momento el lugar tembló, la dama tenía el contól ahora, quizá no estaba libre totalmente pero estaba en su territorio y era ella la que tenía todo el dominio ahora.



    Encerrada en aquel enorme cristal, parecido más a una cortina de cristalinas aguas, se movio para así poco a poco sacar una mano, viendose salir sus dedos lentamente hacia el exterior en un acto totalmente doloroso, porque el exterior le quemaba y eso significaba una cosa....


    El sello seguía sobre ella. Regresó.


    Se encargó de callar las palabras de negación de Suhail como una demostración de contról.


    —A partir de ahora escucharas la voz de tu reina, haras mi voluntad por lo que has sido creado, tu me perteneces y como tal, tomar tu lugar es una obligación— dijo ella, con verdadera autoridad en su voz, después de desistir la idea de salir de aquella cortina de mares abrió camino a tomar contról de la situación.


    Probablemente el salir se le haría más difícil de lo que esperaba pero por los momentos movería algunos hilos aprovechando que había despertado de ese maldito sueño.


    Suhail acabó perdido entre la voluntad de ella, sabiendo que no podría pelear contra ella.



    —"A partír de ahora me escucharás y obedecerás. Hijo del tiempo, nuevo dueño. Te permitiré salvar a tus amigos pero con la condición de que completarás la profecía" con su voz tan penetrante, aunque se encargó de dejar bajo su contról al chico, muy en su interior él seguía inconsciente a todo esto y esta parte le permitió a él levantar un poco sus ojos a ellos con mayor tensión. Ella siguió " Ustedes hijos del Futuro, darán inicio a la guerra ¿Te ha quedado claro? "


    —Suhail: C-Como el agua…





    Mi reina.












    [Extra]
    .
    .
    .







    Lo que ocurrió después de aquel grito.






    Su compañero no respondió después de que él junto a ambas arqueras impidieran con gran dificultad que Samir acabara peor de lo que estaba.


    —Diana: ¡Atravesó al idiota de Tsuhaya! ¡Está demasiado sacado de sí, hay que apartarlos ahora!


    —Adamaris: Tu encárgate de Samir, Diana, su conciencia aún se puede recuperar—decía rápidamente en tensión en lo que con dificultad esquivaba algunas de las agujas que soltaba el joven rubio—


    —Diana: Bien—apretó los dientes, sabía que lo que debía hacer ahora era clavar con una de sus flechas purificadoras el pecho del chico pero para eso debía tener a alguien que le permitiera acercarse a él. Ella miró hacia su líder quien ahora con dificulta trataba de apartar a Samir de Tsuhaya —¡Líder escuche, necesitaré que use las cadenas e inmovilice a Samir lo más que pueda! Podría lanzar la flecha desde aquí pero para esta ocasión es diferente, necesito estar más cerca para clavarle la flecha yo misma.


    Mikhail lo escuchó claro y con dificultad le dio una mirada de aprobación. Podía actuar cuando quisiera.


    Bien. No fue complicado ejecutar el siguiente paso, con ayuda de Adamaris fue sencillo para Mikhail usar sus cadenas y atar con ellas a su compañero. Diana no fue delicada al tomar a Tsuhaya una vez lo vio libre de las agujas-tentáculos de Samir, al sostenerlo por la tela del cuello del traje, empujándolo lejos de la vista para así ella poder dar paso hacia Samir y clavar la flecha purificada justo en su pecho.


    Luego de casi media hora de lucha y forcejeos, la vanguardia logró recuperar a sus compañeros y evitar a qué ese enfrentamiento llegara a otro nivel. Mikhail no pensaba abandonar a nadie allí, no estaban en posición de seguir perdiendo a más de los suyos.


    El sentimiento abarcado en su pecho era intenso y aunque el líder no tenía muy claro lo que eran los sentimientos si fue capaz de reconocer que lo que ahora sentía era temor.


    Un sentir que le traía una mala sensación, algo frío que recorría toda su espalda, se detenía en su espina dorsal y luego como una serpiente empedernida recorría casi en una colisión todo su cuerpo hasta dejarlo sin aliento, y luego ¿Qué? Pues, sus dedos terminaban cerrándose con fuerza y sus ojos no podían evitar buscar con la vista a sus compañeros y asegurar que todos estaban bien.


    Allí, luego de verlos a todos, era que llegaba la calma.





    La noche llegó y todos se enfrentaron a la oscuridad de la noche, una oscuridad fría y solitaria.


    Mikhail, Diana y Adamaris con lo poco que les quedaban tuvieron que velar por sus dos compañeros, Samir y Tsuhaya. Juntaron algunos troncos los que volvieron leña y con algo de esfuerzo crearon fuego para así hacer una fogata que durante la noche pudiera brindarles luz y calor.


    Las estrellas se alzaron diligentemente sin falta aquella noche, sin embargo la luna jamas apareció.


    No volvieron a tocar el tema de la perdida y con tremenda pesadez aceptaron con brazos abiertos el destino que les deparaba a partir de ese momento.




    [Fin del Capítulo]



    Bueno, llegando aquí creo que me despido :)

    Aquí abajito les dejaré un corto video que con mucho esfuerzo hice para que pudieran tener una idea de cómo es que Samir presencio la explosión que arrebató todo lo que fue su hogar, no solo él, sino todos los demás.
    No soy profesional haciendo este tipo de cosas, pero lo hice con mucho amor, deveritas :) :)

    Bueno, me despido. Ciao
     
    Última edición: 22 Junio 2023
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    KAMERIA

    KAMERIA " Si caes, levántate y vuelve a intentarlo"

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    Tales of the Last White Rouss-[Saga #0]
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    Capítulo 15_ "Perder o ganar: Primera Parte"


    Tales of the Last White Rouss

    Saga N° 0: Hijos del Futuro



    [I Parte]


    .

    .

    .


    Leintni.jpg








    Revisaba con mucha flojera los papeles que tenía en frente, más bien los que saboreaba con la punta de sus dedos y que deseaba con todo su corazón mandar al diablo.


    Pero si hacía eso perjudicaría el caso, y sin caso ¿Con qué trabajo se quedaría? Aunque ya había recibido un sin número de advertencias de que era mejor que desistiera de ese caso, sino quería perder su vida y bla,bla, bla.



    —Philliphinas: Pura mierd-


    —Henry: Oficial Phillipinas.


    —Phillipinas: ¡...!



    Tremendo susto que se llevó la oficial quien no se percató del momento en que se había acercado el inspector a su mesa de trabajo. Como tal terminó tirando casi la mayoría de los papeles sobre su mesa al pararse de golpe.



    —Phillipinas: Buenas noches, señor inspector —dijo con voz temblorosa—Disculpe por…


    —Henry: Está bien, no tengo tiempo para eso, solo venía para saber si usted tiene alguna información sobre el oficial Mako.


    —Phillipinas: Disculpe…¿El oficial Mako? —le pareció extraño que preguntara por el hombre, ella sabía de lo problemático que en veces éste podía llegar a ser pero…—Mmm…—lo pensó un poco, pero la verdad es que no recordaba haberlo visto. Es más la última vez que lo vio no tuvieron un bonito encuentro que digamos, fue un patán con ella el tipo ese—No, no tengo ni idea.


    —Henry: ¿Está segura? —notó el gesto de molestia que puso la oficial así de la nada. Pero la mujer con su ceño fruncido asintió respondiendo a su pregunta —Bien, si es así…entonces la dejaré para que siga con su trabajo, veo que está trabajando duro en el caso.



    Dijo el mayor dándole una mirada nada disimulada a los papales que Phillipinas con su movimiento torpe había tirado. Estaba al tanto del caso en el que la oficial había decidido trabajar y la verdad para ser sinceros él tenía un poco de curiosidad sobre eso, que tanto había avanzado la chica o si quiera había podido conseguir pistas nuevas y a su vez podido darle algún avance a aquel caso abierto que por muchos años había quedado olvidado en una montaña de papeles.


    Muy decidida estaba la oficial al parecer. Era valiente.

    En lo personal no estaba de acuerdo con las personas allí que decían que era mejor no meterse en ese caso porque sino terminarían perdiendo sus vidas, Henry sabía lo riesgos que conllevaría llevarlo a cabo, si, pero no estaba de acuerdo en tratar de desalentar a aquellos que tenían la voluntad para dar un inicio, así como esa novata. Por eso jamás dijo nada sobre el tema.


    Phillipinas se vio apenada ante el desastre de papeles que había hecho y casi de inmediato se inclinó a recojer las hojas.



    —Phillipinas: ¡Ehh, si señor…! ¡Justo en estos momentos estaba tratando de conseguir alguna pista..!


    —Henrry: ¿Y obtuviste algo concreto? —llevó sus manos a sus bolsillos, curioso —


    —Phillipinas: Mm, bueno no del todo, ya que las fuentes con la que trabajo no cuentan mucho que digamos, pero—inclinada en el suelo, varias páginas en manos y una entre sus dedos. Ella descansó su mirada al suelo, pensativa —Hay una sugestión y es conforme a lo que pasó anoche.


    —Henry: ¿Sugestión?



    El resto de sus compañeros trabajaban por su parte, tecleando rápidamente entre las computadoras, uno que otro leía y releía un papel en manos o estaba también quien estaba al teléfono atendiendo llamadas de importancia, claro que casi todos allí habían sido asignados a un trabajo en específico pero a diferencia de ellos, Phillipinas había recibido instrucciones directas de su jefe por lo tanto tenía otra "misión" que cumplir esa noche.


    Y tenía mucho que ver con su caso.


    Lo que no se imaginaba el Williams era que este trabajo le estaba costando la paz a la oficial de policía.


    Henry vio cuando Phillipinas guardó su silencio y la verdad es que no entendía lo que ella quería referirse. Estuvo apunto de pedirle respuesta y que le explicará de qué hablaba sobre esa "Sugestión" pero se vio interrumpido al recibir una llamada repentina.



    —Henry: Oh, es mi esposa… hum, debe estar preguntandose a qué hora regresaré a casa—con un gesto relajado y de cariño tomó el teléfono para contestar, no sin antes darle una última mirada a la oficial —Necesito hablar con el oficial Mako urgentemente, así que si lo vez se lo haces saber.



    Phillipinas no tuvo tiempo de responder cuando ya el oficial se había retirado. Claro que debía estar ocupado con sus propias cosas.



    —Phillipinas: El oficial Mako, Bah, que molesto—por más que lo evitó termino poniendo gesto de molestia por la simple mención del oficial. No entendía como es que su mera mención la molestaba, pero allí estaba, echando humo por las orejas— Ese es uno que lo tengo a la mira también, hum, no le mencioné al jefe sobre mis sospechas pero antes de hacerlo quiero comprobarlo con mis propios ojos.


    —Lucas: ¿Qué quieres comprobar con tus ojos?


    ─Phillipinas: ¡Diablos, Lucas!



    Casi sufrió un segundo infarto en menos de 5 minutos, vaya que era un récord ¿Qué les pasaba a todos ese día? Tsk.


    Por segunda vez Phillipinas había tirado los papeles por puro descuido, cosa que a su compañero no le pareció nada nuevo. La vio inclinarse al suelo toda furiosa y rápidamente volver a tomar cada hoja, para después sentarse de regreso a su asiento y soltar todo el aire en sus pulmones.


    Lucas no se molestó en esperar y solo jaló una silla cercana y la empujó más de cerca para sentarse frente, muy de cerca a su desastrosa compañera.



    —Lucas: ¿Y bien?


    —Phillipinas: ¿Bien qué? ¿Y qué haces? Estas demasiado cerca, shuu, aléjate un poco —dijo haciéndolo señas con sus manos de que se apartara—


    Lucas no retrocedió. Con su mismo semblante de aburrido y sereno de siempre solo se quedó mirando el rostro de la chica, tan intensamente que la chica por un momento se sintió extraña por ver esos ojos verdes mirarle tan fijamente.


    —Phillipinas: ¿Qué Lucas? ¿No te dije que estás muy cerca y por eso quiero que te alejes un poco? ¿¡Y porque me miras de esa manera tan rara!?


    —Lucas: ¿Eh? ¿Crees que es raro?


    —Phillipinas: ¡Por supuesto! ¡Pareces un acosador!


    —Lucas: Pues disculpa, yo…no era mi intención.


    Claro que por su disculpa la oficial se sintió totalmente sacada de honda, conociendo lo especial que era Lucas se dijo que obviamente el hombre no lo hacía apropósito, él era así a veces de intenso. Así que acabó suspirando con frustración y llevando una mano por sus cabellos.


    —Phillipinas: Está bien, no te preocupes, creo que me precipité —recibió un leve "hum" del oficial— Pero, hey, ¿Había algo que querías decirme?


    —Lucas: Es que vi cuando el inspector te preguntó sobre el oficial Mako y como tú cara de repente se tornó molesta, como si algo te molestara, y me pareció extraño.


    —Phillipinas: Ah, eso…bueno.


    —Mako: Y sé que hace un tiempo atrás decías admirar al oficial Mako, y en aquella ocasión en la que te pidieron a ti y al oficial Mako armar un equipo para ir a revisar el muelle, sencillamente no dejabas de parlotear lo emocionada que estabas, si, recuerdo lo molesto que fue…


    —Phillipinas: Lucas…


    —Lucas: Y luego de la nada ya no pareces admirarlo, más bien parece que te cae mal.


    —Phillipinas: Ah, bueno, no es…


    —Lucas: Fue luego de esa misión ¿No? —sus interrogativas confundían más a la oficial de policías— Pasó algo.


    —Phillipinas: ¿Ah? ¿Esa misión?¿Pero qué te hace pensar que algo así paso ..?


    —Lucas: Sonreías emocionada, ahora solo te molesta su mención. ¿Por qué?


    —Phillipinas: ¿A donde quieres llegar con estas preguntas, Lucas?


    —Lucas: Él te gusta ¿No? Y como no te hace caso-


    —Phillipinas: ¡Qué estás diciendo! ¡Ay, no, por supuesto que no es eso, Lucas, por Dios! ¿¡Estas loco!?


    Sin esperarse una acusación así la oficial entró en euforia, casi hiperventilando por lo aguitada que se puso. O sea, no se esperaba que su compañero le saliera con algo así. ¿Gustarle? ¿El oficial Mako?


    —Lucas: ¿No te gusta?


    Ella suspiró, sintiendo esa cercanía más molesta que antes decidió llevar ambas manos a los costados del asiento de Lucas y con un ligero empujón lo apartó en lo que ella se ponía de pie. Pero no sé apartó de él.


    —Phillipinas: Primero que nada, te dije que estabas muy cerca, así que mejor ten tu distancia, ¿Bien? Y segundo…



    ¡Ustedes par de tórtolos! ¡Dejen su baboseo para cuando estén a solas! ¡Aquí trabajamos, lo recuerdan! ¡Y si no quieren verse en problemas vuelvas a su trabajos, par de enamorados!




    Ésto cabreó sin duda a la Oficial, quien entre dientes masculló un "No estamos enamorados, payasa" cosa que prefirió no decirle a la otra policía porque primero, era superior a ella y segundo porque se metería en más problemas si se ponía en plan a respondere entre gritos. Así que con todo pronóstico de que al parecer esa noche no tendría la paz para seguir enfocandose en su investigación simplemente se volvió a su escritorio, cerro la carpeta con los papeles y con una sonrisota de fastidio se giró a su compañero.


    Quien en cambio seguía allí tranquilamente.


    "Estúpido Lucas, vez en el lío que me metes. Pff, haciendo preguntas extrañas ¿Gustarme ese patán? ¡Ja!"



    —Phillipinas: Primero muerta.


    —Lucas: ¿Y segundo?


    —Phillipinas: ¿Sabes qué? Creo que trabajaré en el caso más tarde, casi siempre consigo razonar mejor en el cansancio, ahorita estoy es cansada pero de este ambiente—en parte tenía razón, por eso no dudó ni un poco cuando guardó sus cosas y de la mesa tomaba su sombrero oscuro de policía, lista— ¿Quieres salir a beber algo? Allí hablaremos mejor de lo segundo, yo invito.


    —Lucas: ¿Salir? Pero aún tienes trabajo.


    —Phillipinas: Descuida, el caso en el que estoy trabajando el jefe me dio libertad de trabajarlo como quisiera, y si necesitaba tomarme un respiro podía hacerlo—y es cierto, eso justo se lo había dicho esa tarde. Claro que la mujer evitó decir que también le habían advertido que nada de holgazanear ya que, bueno, le habían puesto fecha de límite para cuando querían recibir respuesta sobre el caso. Debía apresurarse, su carrera estaba en juego y todo por su terquedad de querer resolver el caso. Tragó fuerte, ignorando ese retorcijon en su estómago y solo le mostró los dientes a su compañero—Ya terminaste tu parte así que podemos irnos. ¿Bien?


    Ella necesitaba tomar aire, en serio que si.


    Las presencias de allí, el caso, lo que pasó la noche anterior y la mención de Mako.


    Mako, Mako, Mak
    o…el oficial Mako.



    Phillipinas sentía escalofríos a cada que escuchaba ese nombre, tenía un presentimiento extraño hacia él. No era tonta, tampoco ciega, era novata, si, pero también estudió y se esforzó mucho para estar en el puesto en el que estaba ahora, no fue fácil, todo se debía a las lagrimas y sudor que derramó hace años atrás en su soledad de departamento. No tuvo el apoyo que hubiese querido tener, siempre estuvo sola en ese camino, siempre tuvo que arriesgarse y no pensar en lo que podría pasarle porque, total, no afectaría a nadie.


    A esas alturas ¿Retrocedería, por temor a perder su aliento, su vista, su voluntad de hablar, caminar y todo lo que implicaba el vivir? No. Porque nadie la extrañaría.


    Ella había tomado una decisión y era llegar hasta el final de ese caso, sin importar lo que pasara con ella. Ya estaba mentalizada.


    Había observado a todos durante el día, luego de las palabras que había escuchado decir a su jefe entre murmullos de que, posiblemente había un traidor en la policía, en su unidad, y que lo que pasó la noche anterior tenía mucho que ver, sea quien sea había sido el culpable. Así que ella se mantuvo inquieta, mirando a todos con ojos analíticos, buscando alguna pista o actitud extraña, en lo que sus compañeros trabajaban arduamente, si, ella notó muchas cosas pero no lo que buscaba.


    Sin embargo, había alguien que no estuvo todo el día.


    Esperó verlo durante el día, pero nunca llegó.


    Las horas pasaron y nada.


    Recordó la llamada que el oficial le había hecho a su compañero la noche anterior dándole una supuesta nueva orden del jefe, y para ese punto ya estaba comenzando a comerse las uñas…¿Era posible que…?


    Pero todo empeoró cuando el inspector quiso hablar con el oficial y al no encontrarlo allí comenzó a preguntar a todos si lo habían visto, claro que acabó recibiendo la misma respuesta. El oficial Mako no había aparecido esa mañana.

    Y esto pareció no agradarle del todo al inspector ya que antes de retirarse por completo, su semblante había cambiado a uno realmente iracundo.

    Hum, para estas alturas Phillipinas no tenía dudas de que algo pasaba y su mente inmediatamente sacó sus propias conclusiones, consiguiendo incluso al posible sospechoso.

    Tenía teorías, incluso podría decirse que "pruebas" pero para eso, necesitaba sacarlo y compartirlo con alguien. Necesitaba hablarlo con alguien.


    ¿Y qué más que compartir lo con su mejor amigo y compañero? Aparte el único que la escucharía.


    Sin duda esa noche tomaría más que un trago.



    Phillipinas y Lucas salieron de la comisaría luego de unos minutos, tomando rumbo hacia algún café cercano en el que pudiesen relajarse y hablar un poco. Iban en plan a eso.


    A varios pasos de haber salido del centro policíaco, de un auto que recientemente se había estacionado en frente del edificio, salió con toda elegancia y firmesa una mujer alta de cabellos semi cortos, rubios y de mirada azulada.


    Caracteristicas tan exáctas.


    Su llegada había sido presenciada por ambos oficiales quienes iban de camino al café, causando un sentimiento de extrañeza a Phillipinas ya que, pudo reconocer de inmediato la esbelta figura de Deya Rouss.


    —Deya: Muy buenas noches —se dirigió directamente a ellos con total educación, sin esperar a que estos respondieran cuando siguió su camino al interior del edificio —


    Ambos oficiales miraron la retirada de la dama con disimulo antes de intercambiar miradas.



    —Phillipinas: Parece que finalmente los Rouss hacen acto de presencia. Esto no pinta nada bueno.



    Se dieron la vuelta y siguieron su camino, sin embargo antes de alejarse por completo Lucas le dió una mirada rápida al auto de la Rouss, notandose en aquella mirada una sombra extraña.



    .
    .
    [Pueblo de Forever]

    .
    .​


    Ya caida la noche, donde los amantes ajustarían la hora exacta para reunirse una vez más como venían haciendo cotinuamente, donde algunos jovenes aprovecharían para salir un rato e ir a divertirce un poco; una hora buena para ver película y distraer un poco el ojo antes de que la cena estubiera lista.


    .-



    La hoya estaba ya montada sobre las llamaradas, apenas escuchandose el fino sonido del fuego contra la hoya. La cocina se veía pulcra y sobre el mesón podía notarse como ya habían picado algunos vegetales.


    Era muy extraño, por la hora que era, el preparar ese tipo de comidas, una sopa bien pesada sin duda alguna pero la pequeña azabache tenía antojo de comer algo asopado, unos fideos cocidos con algo de verdura, no sabía el porqué pero de momento era lo que le probocaba.


    Y pensaba prepararlo sí o sí.



    —Leintni: ¡Bien! ya el piso esta limpio y reluciente, los platos y hoyas súper limpios, no queda más que decir que el agua de la nevera ya fue recargada y puesta a enfriar, sin duda un trabajo bien hecho—una manera de decír que había puesto a enfriar agua con adornos y demás. Cada palabra era inspirado por su libro infantil que gustaba leer cada noche antes de dormir. Tenía una escoba en la mano la cual tomó para afincarse de ella un poco algo pensativa— Mi hermano se hubiese molestado si hubiese visto la nevera vacia… je.


    La simple idea era aterradora pero sonreía porque adoraba ver la cara molesta de su hermano mayor, era un gruñón pero así mismo lo amaba.


    Al terminar de limpiar Leintni rápidamente corrió a la salita tirandose en un brinco a los suaves muebles y rápidamente tomar el contról remoto colocado sobre la mesita. Tenía ancias de que su hermano le llamara esa noche sin embargo mientras esperaba a tal llamada vería algo.


    Anciosa con una enorme sonrisa apuntó el contról hacía la enorme pantalla frente a ella para así encender la TV.


    Cuando de repente sintió el peso de cierto gato caer sobre su cabeza y comenzar a estirarse allí mismo haciendole soltar el control de sus manos y pegar casi un grito.



    —Leintni: ¡Kail! ¿Qué haces?! ¡No..! jejeje, Kail, deja de hacer eso! —el gato entre sus ronroneos abría la boca en un vosteso suave y seguía estirandose sobre la cabeza de la niña y metiendo sus garritas entre su cuero cabelludo, causandole cosquillas a la niña— Gato mimado, ve lo que le haces a mi cabello…acabo de secarlo, siempre eres tan revoltoso, ¿eh?



    No se molestó en quitarlo porque le causaba risa el como el gato insistía en quedarse sobre su cabeza y restregarse allí en vez en cuando enterrando sus garritas en su cabello. Se sentía tan cálido tenerlo allí.




    —Leintni: Esta bien, por esta vez te dejaré jugar con mi cabello— sintió como el gato seguía ronroneando con más intencidad. Entonces se inclinó hacia el suelo para así tomar lo que se le había caído— pero sabes que si lo ensucias-...Ah! ¡Auch!



    Algo había salido mal al inclinarse, no debió hacerlo teniendo al gato así, obviamente todo su peso se fue hacía adelante y el minino al sentir que caería se aferró más de la cabeza de la niña haciendo que sus garras se enterraran en su cuero cabelludo, pero causando que la herida fresca de la menor sufriera otra cortada.



    ¡AAAH!!




    El dolor volvió y sentía que pronto lloraría. Leintni ya no tenía ganas de ver TV, ahora solo quería algo para aliviar el dolor en su cabeza.



    —Leintni:—entre gimoteos ahora de rodillas al suelo, sintiendo como algo ardía en su cabeza sintió ganas de llorar, como si le hubiesen pegado o como si hubiese sufrido de una cortada terrible. Sus mejillas se enrojecieron, así mismo sus ojitos cuando lagrimas amenazaron por salir— ¿Eh? ¿Sangre…?


    Su mano tocó la parte lastimada y efectivamente algo líquido corría ahora, cálido y rojo. Sangre cuya ahora quería detener.



    —Leintni: No otra vez.



    Y así con total rapidez y preocupación se levantó con el corazón en la boca, corrió hacia la salita de emergencia en donde se encerró para así poder tratar su herida recien abierta. Se podía escuchar desde afuera a la niña quejarse y caminar de aquí para allá, parecía refunfuñar y en veces como si llorara, era inentendible.


    Kail en el mueble, se paró de momento sobre sus cuatro patitas y siguió el olor de su ama para así terminar parado frente a la puerta de aquella habitación.


    Sus ojos grandes y verdes observaban la puerta en frente con recelo. Era el lugar al que menos le agradaba entrar, siempre olía a sangre.



    Miu…



    El olor de su ama estaba alterado. Ella estaba alterada y podía escuchar ciertas quejas de dolor provenir desde el interior.



    Miu…




    ¿Estaría bien?



    — Ay, pero que feo quedó, y yo que pensé que se había cerrado…¡¿Eh!? oh pero si esta más abierto que antes…es horrible. Ay no, debo hacer algo y cerrar la herida, Ay ay no, si mi hermano me ve así…¡Va a pensar lo peor! l-las gasas, si eso, me encargaré de esto lo más antes posible. ¡Oh! la comida! el agua debe estar ya hirviendo!, oh rayos..!



    La voz de la niña podía oirla claramente, Kail movía su cabeza aún lado moviendo sus orejitas, su colita se aguitó y se levantó con intenciones de acercarse y arañar a la puerta pero apenas se acercó pegó un respingo cuando la puerta fue abierta de golpe y de adentro salió la niña corriendo como un alma desesperada, casi llevandocelo por el medio de no ser porque se apartó en un salto.


    Miró a la niña correr y con la gasa mal colocada en su cabeza.




    Miu…





    —Leintni: ¡Esta hirviendo!



    Y casi seguidamente se escuchó el sonido de la puerta del hogar Rouss ser abierta, luego alguien anunciarse al llegar.



    —Ya llegué Leint.




    El gato al oler el aire notó el olor joven de un niño, dulce pero a su vez algo desconocido, sin embargo sus orejitas se movieron inquietamente al igual que su cola al sentir otra presencia. Inmediatamente corrió a la entrada por instinto sin aserle el mayor caso al niño que justo lo vio pasar con prisa



    —Johan: Hola…también para ti, Kail—extrañado—



    —Leintni: ¡Johan! —gritó con emoción, apenas soltando los vegetales al agua dejó la tablilla aun lado y corrió a la entrada para así darle la bienvenida a su amigo quien llegaba justo en esos momentos— ¡Llegaste! Que bien, ya monté a calentar el agua para hacer asopado, espero que no tengas problemas con eso, es que realmente se me antojaba comer algo así como- hum..?


    Los ojos de la niña escudriñaron al niño notando como éste al verle le miró con cierto terror y de la nada dejó las botas que se venía quitando anteriormente y en un arrebato había corrido hasta ella para tomarla de los hombros. Brusco, nada delicado, su acción la hizo tensarse y sorprenderse.



    —Johan: Pero ¿Qué demonios..!? ¿Qué te pasó, Leint? ¿Y esto? —dijo tomando las cintas mal puestas sobre la cabeza de la niña— ¿Qué acaso volviste a caerte o qué? ¡No te dije que nada de hacer locuras!?


    —Leintni: No hice nada, eso fue el gato, yo..


    —Johan: ¡Y estas sangrando! —casi le da un infarto al retirar las cintas y notar la mancha roja correr— Oh madre, esto es malo. ¡Tu hermano vendra de regreso mañana! ¿¡Sabes cómo se pondrá si te ve así?! —el solo pensarlo le aterraba—


    —Leintni: Espera no, no es así yo estoy bien, además dijistes que no le tenías miedo a mi hermano. —enarcó una ceja. Johan enrojeció—


    —Johan: ¡No lo hago! Tsk!, ¿Sabes qué? Olvida eso y ven —la jaló hacia la sala tomandola de la muñeca— Hay que hacer algo con esa herida sino empeorará.


    —Leintni: Pero la cena…



    .-



    Kail desde la entrada les había observado alejarse, él como todo un minino simplemente parpadeó con algo de flojera con la intención de seguirles pero sus patitas pararon cuando una vez más persivió un extraño olor en el aire. Se giró y caminó hacia la puerta, desde afuera las cosas no se venían extrañas, la fría brisa estaba calmada y las calles algo oscuras como siempre, al menos al frente del hogar; el click en la puerta al ser abierta se escuchó a continuación para luego dejar ver cierto gato empujar la puerta y tranquilamente asomar su cabeza.


    Mirando el exterior y no encontrando nada. Aún así el olor de alguien más estaba presente. Muy presente.


    Unas ramas sonaron, eran las ramitas de un arbusto a un costado, el sonido causó que las orejitas del minino se movieran a esa dirección y sus ojos de momento se dilataron… Esos ojos verdes vieron algo entre la oscuridad, reconocer su olor no podía así que no se movió de allí.


    Sabía que había algo o alguien allí, sin embargo el minino no se molestó en ir a averiguar.


    Se encogió en su lugar con un pequeño gruñir y rapidamente se guiró regresando a la casa.



    .-




    Con mala cara Johan caminó hasta la cocina y apagó la estufa sorprendiendo a la niña. Regresó sentandose a un lado de Leint para seguir en lo que hacía, fue entonces que Leintni le miró con duda.


    —Johan: Cocinaré después pero por ahora vendaremos eso. En serio Leint, es mejor asegurar esa herida, prometí que te cuidaría y aunque no hago esto porque le tema a tu hermano siento que debo guardar respeto ante la confianza que puso en mi el tonto de mi hermano al sugerir que cuidaía bien de ti. —dijo sinceramente mirando ahora hacia el suelo— Estos días se han sentido eternos para mí y eso que solo fueron dos, ay Dios… como sea, ven, pondré las gasas.


    —Leintni: ¿Sabes cómo hacerlo? —curiosa—


    —Johan:—asintió— papá es doctor —dijo con obviedad— y yo solía herirme constantemente cuando empezé a practicar defenza personal por lo que me llevó a aprender a cómo tratar algunas cortadas o raspaduras; quizá hace un tiempo no hubiese sabido del tema pero con la práctica uno aprende —la niña estaba de acuerdo con ello además podía confirmarlo al ver como el rubio tomaba la cinta y con seguridad cortada un pedacito para ponerlo en su cabeza, sin embargo se detuvo antes de colocarlo— Por cierto, ¿Tienes algodón o tuallas humedas?


    —Leintni: En la sala de emergecia.



    Johan enarcó una ceja.



    —Johan: Ese es un nombre muy particular.



    Se retiró para ir a buscarla para así limpiar la sangre. Leintni no sabía qué pensar o como sentirse al respecto. Vaya suerte la suya.



    Miu…



    —Leintni: Ay Kail…—suspiró. Miró al gato el cual recién hacía acto de presencia— Es un desastre, me siento algo mal, avergonzada pero me alegra que Johan no me grite por mis tonterías. En realidad, me gusta su compañía—sonrió con gracia—a comparación de la primera vez que lo conocí…es más tierno, ¿No lo crees?—el gato arrugó su nariz cómo en una respuesta algo curiosa para la menor— ¿Sabes? solo espero que mi hermano regrese mañana con buenas noticias, ¡Estoy emocionada! Se muy bien que él pasará, eso lo sé.



    Tomando al gato entre sus manos lo alzó causando que el gato abriera sus ojos más despierto. Seguramente si el gato hablara le diría unas cuantas cosas a esa criatura.




    " ¿Me pregunto si el joven Antwan habrá regresado bien a casa? El clima cambió un poco a último momento pero no creo que llueva…Je. Hace mucho que no voy a visitarlos y ya extraño al abuelo Tim, mmm, sacaré algo de tiempo para ir a visitarlos, claro que…sin preocupar a Johan, je, es muy tierno "




    Sin saber que cierto chico estaba mirandola desde la distancia, había regresado de haber ido por las gasas y justo cuando pensaba decirle algo a la niña no supo el porque pero al momento en que la vio allí tan sonriente, tan alegre hablando con Kail sintió como si un interructor se hubiese apagado y todo su ser quedara en blanco. Tranquilo y quieto.


    Johan no comprendía del todo lo que le pasaba, estaba convencido que debería de alarmarse por sentirse tan de repente atraido por la niña y aparte, gustarle tanto ver esos defectos que solía ver a cada momento en ella─al menos en esos días que se le permitió convivir junto a ella─, defectos que ahora no parecían ser tan graves e incluso horrendos, en cambio eran…tiernos.



    Pero el problema allí, de ese pensamiento es que, nunca había pensado que una niña fuera tierna ¡Nunca!



    Y con la Rouss en cambio…



    ─Leintni: ¿Por qué esa cara Kail? ¿Acaso no crees que Johan es tierno? jeje, no te preocupes igual tu eres el más tierno de la casa.





    ¿Qué dijo ella…?




    ¿Él…?




    ─Johan: Niñaaaaaa. ¡No me llames tierno!



    .
    .
    [De regreso a Villa Neoma]
    .
    .


    Sarah no había recibido ninguna llamada por parte de su tía durante el día, luego de la llamada que le hizo esa mañana, simplemente no hubo más comunicación. Estaba algo estresada por todo lo que le había ocurrido ese día, y más porque sus planes de volver a casa esa misma tarde y pasar una noche relajada junto a su compañero─su gato─simplemente se había disueltos tras recibir un mensaje de su nuevo ahora "jefe", diciendole que esa misma noche empezaría a trabajar.


    ¡Grandioso, Sarah, tienes el trabajo! Es lo que querías, ¿No?


    Nunca le mencionó a su tía sobre la llamada que recibió del hijo mayor del doctor Jameson, así que no mensionó el hecho de que ella misma había tenido un par de palabras con el jéfe de la policía con el fin de pedirle que fuera comprensivo y que por favor hiciera lo posible por que el problema que tenían por el intento de secuestro de su hermanita, simplemente no llegara a mayores─aunque ya el gobierno los tenía a la mira─ que no llamara a su hermano porque ésto solo lo desconcentraría de su exámen, que en esos momento debía presentar. Sarah agradeció que Freddy le llamara y le informara del asunto, porque de la boca del cabezón de su hermano jamás se enteraría de lo que estaba pasando.


    Ella entendía porque Derint lo hacía, si, todo por no querer darle más preocupaciones a su padre, quien seguía en su viaje de negocios, pero, callando no lograría nada. Eran una familia y como tal la familia debía de tratar de solucionar los problemas internos "juntos" como una familia. Y su padre como cabeza de la casa y como el padre allí obvio debía responder por sus hijos.



    Ella misma desistió de informar a su padre, también era una complice como su hermano, pero al menos tenían a su tía, a quien esperaba que apareciera rápido porque Sarah sabía muy bien que la llamada que le había hecho al Williams no serviría de mucho, y en cualquier momento volverán a presionar.



    Quiso suspirar por la frustración, envuelta entre el leve bullicio que había en aquella cafetería. Ah. Claro, la cafetería, aquel local muy bien reconocido y no más decir que muy frecuentado, ya que había mucha gente que gustaba de la comodida que el no-tan-pequeño local podría ofrecer a los consumidores; Sarah admitía que era uno de los lugares más desentes y cómodos que había visitado. Por nada lo había elegido para trabajar allí, ¿No?



    ─Chico: Eres la nueva, ¿No? eh…


    Sarah escuchó la voz masculida atrás de ella, por lo que, aun con la bandeja con platos vacios y copas con un poco de líquido, se giró para mirarle y responder.


    ─Sarah: Sarah. Y si, soy la nueva. ¿Necesita algo?


    El chico abrió los ojos sorprendido por la manera tan grosera y fría que le habló, pero decidió dejarlo pasar y solo mostrar una sonrisa divertidad.


    ─Chico: Trabajo aquí también, ¿Lo olvidas? solo cálmate, no tienes porqué ser tan fría conmigo. Somos compañeros.


    ─Sarah: No somos compañeros.


    ─Chicos: ¿A no? ─sin intenciones de incomodar a la chica se movió un poco a ella pero aun así guardando un poco de distancia. Acomodandose un poco las orillas de sus mangas─ Dime qué somos entonces.


    ─Sarah: Escuche-


    ─Chico: Tengo 18, no soy un viejo así que no es necesario el honorifico.


    ─Sarah: Tengo 17, sigue siendo mayor que yo, así que-


    ─Chico: ¿Tienes solo 17? ¿En serio?


    Sarah había dado un paso para retirarse, no sabía qué horas eran pero lo que si sabía era que su hora para irse estaba cerca. Y ya quería terminar con ese turno y salir corriendo de allí.


    Sarah se detuvo por el comentario del chico y se volvió a él, muy disgustada por la mirada rápida que le dio su "compañero" desde los pies a la cabeza.


    ─Sarah: ¿Qué con eso? ¿Hay algún problema con que tenga 17?


    ─Chico: Eh, no, solo que " eres algo grande para tener 17" ─carraspeó realmente abochornado por los pensamientos que tuvo hacia la muchacha. Si bien Sarah lucía como una modelo de revista, con un cuerpo totalmente desarrollado, no era bien visto que él se estuviera expresando así de esa manera sobre ella y menos si era nueva allí─ Disculpa mi actitud, sé que para ser tu primer día le has dado mucho empeño y realmente me alegra que no seas como las demás que durante el trabajo tienden a…interactuar mucho con "los" buenos clientes, respeto eso así que no te preocupes por las siguientes horas, ya puedes retirarte si gustas.



    ¿Era en serio? Para Sarah escuchar esto fue un calmante a su alma, estaba sorprendida, sí, porque le habían dicho que podía irse. Pero aunque estuvo apunto de poner cara de sorpresa e incluso alegría, se contuvo y ahora fue el turno de ella de mirarle de pies a cabeza. Porque tampoco le había gustado la manera en qué la comparó con "las demás". Ah.


    ─Sarah: ¿Cómo sé que no lo estas diciendo para que me vaya y luego me acuses con el jefe de que no cumplí con el trabajo?


    ─Chico: ¿Qué? ¿Pero porqué haría eso?


    ─Sarah: Eres un chico─alzó los hombros─ estás muy amable y eso significa que algo debes de querer a cambio.



    Pero para este punto Sarah no se esperaba que el rostro del chico cambiara de sorprendido a uno más serio, más llegando a una furia silenciosa y ésto si que no le agradó a la Rouss. Pensó que reaccionaría de otra manera, o quizá sonreiría y le diría algo entre nervioso, pero en cambio…


    El chico metió ambas manos a sus bolsillos, desviando la mirada para observar ahora con total silencio hacia el ambiente al rededor. Ellos estaban en la entrada hacia la cocina y desde allí podían ver claramente quienes entraban y salían del local. La iluminación de las lamparas de cristal, con esos adornos endiamantados que el jéfe había pedido específicamente. Esas plantas en puntos claves del local que solo le daba más vida al lugar y ese toque de "fresco" un detalle que él, Said, le gustaba mucho.


    Said, no le gustaba la injusticia, las bromas pesadas que faltaran al respeto hacia las personas, el mal comportamiendo y muchas cosas más que fueran en contra de la moral, él las odiaba. No era machista, mucho menos un abusivo que se aprovechaba de las chicas, él era muchas cosas en su própia opinión, pero jamás un desgraciado.



    ─Said: Ya pasaron 2 minutos y no te mueves de allí, ¿Qué esperas? ¿No tienes trabajo que hacer?


    Sarah al recibir estas palabras se puso tensa, y sin comprender del todo le miró con recelo.


    ─Sarah: ¿Qué has dicho?


    ─ Said: No quieres que sea amable contigo, ¿No? tampoco te quieres ir a casa, por lo que puedo ver, así que, ya que aún te queda media hora de trabajo regresa a la cocina y has tu trabajo.


    Con sorpresa abrió sus ojos sin creer el cambio de actitud de ese chico. Sus manos sudaron frío y estos apretaron fuertemente la bandeja en sus manos.


    ─Sarah: Claro…era justo eso lo que iba hacer antes de que me retuviera, señor─sin intensión de verse afectada por aquel cambio o, bueno, trato, dejó de ver al chico y con pasos firmes se encaminó hacia el interior de la cocina en donde con un gran auto control dejó la bandeja con delicadeza en el lava bajillas en donde se tomó su tiempo de lavar los trastos cuidadosamente, antes de girarse hacia los pañuelos gindados en una esquina y en donde secó sus manos. Su cuerpo temblaba por alguna extraña razón y Sarah estaba segura que estaba apunto de gritar unas cuantas palabras pero la llegada de una de las chicas que repartían, trayendo consigo un par de bandejas vacias la devolvió a la realidad─


    Suspiró, sacudió sus manos sobre la tela de su falda y caminó hacia la salida para continuar su trabajo.



    ─Ehh, espera un momento Sarah, ¿Podrías atender las mesas al final cerca al area especial? Es que tengo que ir al área de los niños y July no vino hoy por-


    Sofi era una chica más de las que trabajaban allí, muy amabla y servicíal, Sarah la tachó como "tonta" por la manera tan superficíal y amable en la que parecía actuar todo el tiempo, pero Sofi desde que ella llegó fue muy amable con ella, le enseñó y explicó lo que debía de saber mientras trabajara allí. Era muy amable, pero a ella no le interesaba hacer amistad con ella pero agradecía el esfuerzo que hacía por ayudarla.


    ─Sarah: Esta bien. Además, soy la estrella ¿No?


    Terminó retirandose de allí.


    Sofi al escuchar ésto no pudo evitar reír por lo cómica que solía ser esa chica con su actitud de vieja gruñona. Sarah era todo un caso y al parecer no le gustaba para nada el tema de "la estrella". Aunque no debía porque tomarlo a mal, "la estrella" era la modelo del negocio, significaba etiqueta y sólo ella tenía la libertad de atender a las personas más importantes que asitirían al local y también amigos del jefe. Debía de estar orgullosa en haber superado las espectativas de su jéfe, ella era una chica con suerte. Pero Sarah de aseguro tenía una mala idea del título estrella y por eso actuaba así.


    Entonces, si tanto le desagradaba ¿Por qué pidió trabajo allí?


    Sofi antes de continuar con su trabajo decidió ir a darse un par de retoques en su rostro, se sentía un poco cansada y de aseguro que por todo el trabajo del día su maquillaje se había arruinado un poco. Fue a la recección que tenían los empleados para tomar un descanso en donde todos tenían un casillero personal para guardar sus cosas.


    Tomó su bolso cerrando su casillero, apunto de ir al baño cuando de repente escuchó el sonido de un teléfono.


    Una llamada.


    ─Sofi: No es mi teléfono─murmulló curiosa, acercandose un poco a un casillero en especial, siguiendo el sonido de la llamada─ ¿Oh? El sonido proviene de…aquí ?


    Era uno de los último casilleros, pero lo más curioso es que éste no tenía su candado como el de los demás, la cerradura estaba dañada, así que pudo tomarse la libertad de abrir un poco y ver adentro. Y si, el sonido provenía de allí.



    Vio que allí en el casillero solo había un simple bolso de manos, nada más, cosa que le dijo que era de una chica. Seguro era de una de sus compañeras. Se tomó el atrevimiento de abrir el bolso para buscar el teléfono pero antes de que pudiera encontrarlo si quiera, la llamada había terminado.


    Aun así Sofi tomó el teléfono para confirmar, de todas maneras así sabría de quién era, cuando al poco tiempo al prender el teléfono observó cómo el fondo de pantalla reflejaba la imagen de un gato, un gato blanco, muy extraño porque nomalmente las chicas tenían como fondo de pantalla sus propias selfis, ella era una.


    Pero ver el teléfono no le reveló nada.


    Suspiró.


    Quizá solo debía irse a hacer sus cosas y no meterse en las cosas de los demás.



    -.




    Luego de los largos minutos, Sarah finalmente pudo terminar su turno, así que luego de atender a su último cliente de esa noche, tomó los platos vacios, cubiertos y vasos para colocarlos en la bandeja y así retirarse.

    Iba a mitad de camino cuando el sonido de unas campanillas se hicieron oír, era el sonido de la puerta cuando tenían un nuevo cliente.


    Sarah antes de cruzar hacia la cocina le dio un último vistazo hacia la entrada, no muy interesada en quien sea que halla llegado, sin embargo…



    Todo pronostico de tener una noche tranquila ya se había arruinado hace mucho, aún así ver a esas personas allí la llenó de anciedad.



    No los conocía pero por sus uniformes de color azul con negro y gris, supo que ellos trabajaban para la unidad de policía.


    Kliver Williams, fue lo primero que se le vino a la cabeza.



    ─Said: Oye, ¿Qué haces allí parada? ¿Terminaste?


    Sarah no tenía tiempo para tener una conversación, ya había tenido suficiente esa noche.


    Se adentró a la cocina, pasando de largo a su compañero de trabajo que parecía ahora haberle puesto el ojo─tan molesto─ y dejó la bandeja allí con todos los trastes sucios, y con agriedad caminó a pasos rápidos hacia el final del local, donde abrió con fuerza el casillero metálico donde tenía sus cosas y tomó su bolso.


    A pesar del cansancio lucía decente, aún así entró al baño para cambiarse rápidamente y salir de allí de inmediato.


    Sentía que se ahogaba, que algo debía de hacer y que no estaba haciendo.



    Debía calmarse.



    Ahh, benditos policías esos, no tenían la culpa de nada pero verlos la ponían alerta.



    ─Sarah: Ire─declaró firme, sin pensarlo much llegó a una conclusión─ Ire a casa y pasaré la noche con Leint. Creo que mejor le aviso a la tía Deya para que esté al tanto.



    Tomaría un taxi y se iría directamente a Forever, calculando la hora que eran se tomaría al rededor de media hora en llegar y lo más seguro es que encontraría a la menor durmiendo, bueno, a los menores ya que ahorita su hermanita estaba de compañia del menor de los Jameson.




    El sonido de las ruedas de un auto al frenar, nada brusco, llegó hasta el lugar en donde sus señores querían disfrutar de un rico café. El auto al estacionarse correctamente y luego el sonido del motor al apagarse.


    Cualquiera que le daba un vistaso al auto descubría que se trataba de alguien con dinero, una persona importante. No cualquiera tendría una limocina ¿O si?



    ─Sarah: Rayos, tengo una llamada perdida de la tía─ eso era malo, su tía solía perder la pasiencia muy fácil. Suspiro casi infantilmente, pero recuperando su postura con rapidez─No importa si me grita, es mejor llamarla, mientras pediré un taxi.


    Pediría un taxi a la antigua. Usando su mano.



    Sarah no había prestado atención a el auto recien llegado, justo en frente del negocio en el que a partir de ahora la Rouss empezaría a trabajar. Tan metida estaba en marcar el número de su tía que no notó lo siguiente.



    Wang Xu Naomi, se sentía perdida al verse parada en frente de un local al que nunca había asistido anteriormente así que antes de que su sobrino le saliera con sus cosas y con su actitud de principito ella misma decidió acercarse a la única persona que vio allí para comprobar el lugar.


    Sarah marcó llamar e iba a llevar su teléfono a su oreja cuando de repente frente a ella una hermosa mujer apareció.



    ─Naomi: Disculpe señorita, muy buenas noches ¿Es éste el BlueCastle?


    BlueCastle no era el nombre sino DiamondCastle pero la gente lo conocía como D-Castle, pero Sarah no pudo decir todo aquello, ni aclarar ni corregir o si quiera afirmarle a la dama. Cuando sus ojos se alzaron y vieron el rostro de la dama, inmediatamente su imagen se le hizo conocida y una corriente espeluznaste recorrió todo su cuerpo, parando todo movimiento, deteniendo su respirar incluso.


    La sensación fría y desagradable que envolvió todo su cuerpo, eso, hacía mucho que no lo había sentido.


    Naomi notó la sorpresa muy bien dicimulada en el rostro de la chica, aún así esperó su respuesta. Tal vez la niña le había visto en alguna revista y le había reconocido. No le extrañaría pero de ser así esperaba que no hiciera ningún escandalo, no estaba de humor para lidear con esa situación.


    Pero en vez de presenciar algo así lo siguiente que pasó sorprendió a Naomi ya que, literalmente la muchacha había soltado el agarre en su móvil─bajo el asombro que sufrió─ y…éste cayó escuchandose el momento en que la pantalla se quebró.



    ─Will: Volverás en media hora, ¿Si? conociendo a mi tía no durará ni 5 minutos en el café. Bueno, adiós Shestter, y tómate algo ¿Quieres?



    Naomi escuchó la voz de su sobrino al fondo, dandole indicaciones de el chofer. Pero incluso eso se escuchó lejano y ageno a el momento.


    Sarah por su parte maldijo por lo bajo, no sabía qué rayos le había ocurrido pero simplemente la sorpresa la había paralizado.


    Wang Xu Naomi
    , dueña de la compañia automotrís y madre de toda la isla, Corporación Lee.



    " La duqueza, ¿Qué demonios hace aquí?"




    Ah, y claro, también una duqueza.



    ─Sarah: ─bajó su rostro no queriendo que la memorizada y se movió rápido para tomar su teléfono estrellado─ Eh, si señorita, es éste, solo que es DiamondCastle, no BlueCastle.


    Con su teléfono en mano hizo una señal de despedida diciendo una bajito "Disculpe" antes de rápidamente tratar de salir de allí.


    Pero entonces no esperó que al pasar de la dama alguien más estaría cerca y lo que ocurrió después fue de todo menos gracioso. Mucho más que una desgracia…¡Dios!


    ¿¡Es que no podía ser peor!?


    Al parecer todos sus pecados del pasado les pasarían facturas esa noche.



    Solo sintió el repentino choque que tuvo su cuerpo contra uno mucho más ancho y alto al suyo, aunque no había tanta diferencia a causa de los tacones que usaba. Su cabeza se ofuscó un poco por la confusión─sin mencionar el golpe por el choque─ y el aroma de ese perfume de hombre tampoco le ayudaba del todo, era suave, sutil, pero de cerca era tan…




    Electrizante




    Momento… ¿Perfume de hombre…?



    ¿Electri…?



    ─Naomi: ¡Oh rayos, pero que desastre! ¡Will!



    Si, el pobre William no sabía qué rayos había ocurrido, apenas se acercaba a su tía luego de darle indicaciones a Shestter con intención de decirle a su querida tía que ese era el lugar que le había mencionado Roni antes de irse, según, era todo un espacio tropical y que era bueno que lo visitara. Ese era el plan. Más no se esperó que la persona con quien hablaba su tía, una chica, tomara carrera así de la nada y acabara chocando con él.


    ¿Es que no veía por donde caminaba?


    Lo alarmante fue que la chica de cabellos particularmente "anaranjados" no se percató que al momento de chocar con esta persona había pegado su roto teléfono contra su tan pulido traje oscuro, y el caso es que el teléfono tenía un pequeño adorno de gancho con una punta fina, cuya se clavó en la tela fina de la ropa y…al mínimo movimiento rasgó todo a su paso.


    Sarah se había alejado casi de inmediato después de percibir ese perfume, con incomodidad vio el desastre que había hecho y que por eso la señora Wang estaba súper alarmada.


    Bah, solo era ropa.



    ─Naomi: Oh my goodness…Muchacha ¿Es que no ves por donde vas?


    ─Will: Eh, está bien, tía, no pasó na-


    ─Sarah: Disculpe, fue mi error, no volverá a pasar, espero.


    ─Naomi: ¿Esperas? ¿Qué…?


    Sarah no quiso ni ver el rostro del muchacho porque temía ser reconocida por éste. Todos los sentimientos encontrados que tuvo temprano habían sido suficiente como para seguir soportando más de eso ahora. Sin embargo el sentimiento que sentía ahora, al estar cerca y en presencia de estas dos personas no se comparaba para nada a lo que había sentido esta mañana, era otra sensación mucho más amarga y de completo temor.


    Sarah alejó cualquier pensamiento, dio un giro rápido pero particularmente elegante sobre su eje, al menos para los ojos de Will quien no pudo evitar seguir con la mirada a la chica, la manera en que se alejó y cruzó la calle para así tomar un taxi y perderse de la vista.


    Como una sombra, como algo silencioso, sutíl pero cuando veías y sentías su ser sentías era…


    Peligro.



    Un peligro desconocido, y atraía a investigarlo más.


    Algo que había notado Will y fue lo que lo dejó pensativo, viendo a la chica sin disimulo a medida que se alejaba era… los zapatos altos en rojo que calsaba.


    A diferencia de su bien vestir, ese rojo no convinaba para nada con el conjunto en azul que usaba.



    ─Will: ¿Es ella? su perfume es el mismo…


    ─Naomi: William…¿Perfume, dices?


    ─Will: Eh, bueno, es que se parece a la chica que pasó esta mañana y-


    ─Naomi: Chica, aja, ya veo. La conoces entonces─su tono decía mucho y Will se dio de cuenta de lo descuidado que estaba siendo, y su tía podría mal interpretarlo ─ Espero que no sea una de tus aventuritas, Will, ya tuve suficiente con lo de las fotos y videos que se regaron por toda la red, todo un escandalo mundano ¿Imaginate qué hubiese ocurrido contigo si Roni no hubiese hecho de las suyas y esas fotos llegaran hasta Ingaterra? ¿Qué diría tu madre?


    ─Will: Tía Naomi, ella no es nada de eso ¡Ni si quiera la conozco! Sólo dije que… aiya, deje de pensar esas cosas de mi, ya le dije que nunca e salido con esas chicas.


    ─Naomi: Soy mujer William y no soy ciega, sé lo que veo así que deja de justificarte. Vamos, vamos, ya llegamos aquí así que entraremos a ese café y pidamos lo que sea para terminar con esta salida de una vez.


    ─Will: Tía…─suspiró con derrota, viendo lo gruñona que estana su tía─Bien.


    ─Naomi: Hum, no conocerla, claro… ella te arruinó el traje y se fue así sin más sin disculparse, en cambio fue como si le hubieses hecho algo, tal como si te conociera, ¿No es eso razones para hablar, Will?


    ─Will: Tía Naomi, ¿En serio? ─Volvió a suspirar, ya iban de camino a la entrada del lugar. Cuando estaban a dos pasos de abrir la puerta y el decidió adelantarse para abrirlo para su tía. Caballerocidad─ Dijimos que esta cena iba a ser para relajarnos del mucho trabajo que tenemos todos los días, hoy fue un día estresante ¿Qué más delicado que tomar un buen té en un lugar con ambiente tropical? Además, Roni lo recomendó.


    ─Naomi: Nada de ese chico es confiable Will, lo sabes.


    Will rió, estaba de acuerdo. Pero era el único en el que él sabía bien podía confiar.



    ─Will: Esta bien tía, pero esta noche no quiero que pienses en ningun tipo de tema que te arruine la noche, solo disfruta de la comida. Vamos, hay una zona especial en la planta de arriba.


    ─Naomi: ¿Arriba? ─ miró el lugar con total disimulo, sintiendo que el lugar realmente era cálido, pero le sorprendía que a pesar de que el lugar no se veía tan lujoso por fuera, por dentro era otro cuento─ Que novedad, sin duda es toda una cajita de sorpresa.


    ─Will: ¿¡Verdad que si!? Vamos, vamos, además escuché que tienen un servicio estrella, o algo así.


    ─Naomi: ¿Estrella? ¿Y como es eso?


    ─Will: No lo sé, es la segunda vez que vengo. Así que esta noche lo averiguaremos.





    Luego de un silencio largo, Will que subía las escaleras de marmol pulido, al no escuchar más a su tía pensó que quizá la conversación había quedado allí, pero…al girarse y verla notó la mirada acusadora que tenía la mada hacia él. Fue allí entonces que cayó en cuenta de algo….



    ─Naomi: Segunda vez, dices…


    ─Will: Eh, eh….tía Naomi-


    ─Naomi: Entonces no la conoces.



    Hablaba otra vez de esa chica ¿¡En serio!?



    ─ Will: Tía.



    Bienvenidos.



    Fue lo que escucharon decir de un hombre alto y delgado, vestido en traje y con un tipo de carné gindado en su cuello. Parecía ser el recepcionista de ese piso o algo así. Les dieron la bienvenida y les indicaron un lugar muy bonido y comodo en el que podían disfrutra en una rica cena, Naomi asintió al buen caballero y lo siguió, en lo que Will observaba todo el rededor desde dos pasos atrás.


    Y es que algo que había dicho su tía lo había dejado pensativo.



    Sobre Roni…


    ¿Cómo supo ella que Roni había ido allí para sacarlo del lío en el que se había metido por las redes sociales? o bien, lo habían metido. Si él jamás mencionó eso y a según Roni estaba allí por otro tipo de trabajo, algo pasado bajo de la mesa y por esa razón es que a su tía no le extrañaba saber que estuvo por allí.


    Temas que su tía no le mencionaba a su madre, porque él sabía que si su tía le decía algo sin duda ambos se meterían en problemas.



    William.




    ─Will: Eh, si, ya voy tía Naomi. Eh, disculpe.


    ─Hombre: ¿Si, señor? ¿En qué puedo ayudarle?


    ─Will: Pues ya que es la primera vez aquí me gustaría saber ¿Qué es eso de la estrella del lugar? ¿Es posible el servicio?


    ─Hombre: Oh, habla de la estrella. Por supuesto, no hay problemas, tome asiento que inmediatamente vendrá la modelo del lugar y les atenderan, les aseguro que no se arrepentiran.


    ─Will: Muchas gracias.


    Y aunque a Will eso último le sonó algo extraño, "servicio especial" aparte de ser la "modelo" del lugar esperaba que no fuera nada de lo que su mente creía. Porque si se trataba de algún show pasados de tono… sin duda se había metido en un gran lío al pedir tal servicio.



    " ¡Debías pensar las cosas antes de hablar! Bien…. ya no se puede hacer nada. "




    Por ahora comería algo, se relajaría, esperaría a ver de qué se trataba aquel servicio estrella y, trataría de no pensar tanto en aquella chica de cabellos anaranjados que por alguna razón, con toda su imagen lo habían dejado envelezado, recordandole mucho a alguien especial. A ese alguien que jamás desaparecería de su mente.


    Su aroma, ese perfume olía a rojo.


    Peligro



    Y eso le encantó.



    "Pero que esté en este lugar, aquí, en Foreigntown, no …es totalmente imposible"
    sería demaciada coincidencia encontrarla en esa isla.






    No podía ser su Sarah.





    [Fin de la I Parte]

     
    Última edición: 29 Junio 2023
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    KAMERIA

    KAMERIA " Si caes, levántate y vuelve a intentarlo"

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    Tales of the Last White Rouss-[Saga #0]
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    72
     
    Palabras:
    4346

    Pedacito más corto.




    Capitulo 15_ "Perder o ganar: Primera Parte"


    Tales of the Last White Rouss

    Saga N° 0: Hijos del Futuro



    [II Parte]


    .

    .

    .

    Leintni.jpg






    .-


    Las puertas del hospital *R fueron abiertas por cierta figura que entró de manera rápida sin molestarse a hablar con algún conocido de ahí o con aquellos que al verle le daban un saludo cordial, simplemente pasó de largo entre aquellos pasillos largos, cómo si de su própia casa se tratara.


    Más de uno de los trabajadores de allí se miraron extrañados.



    —Ese…¿No es el joven Rouss?


    —Parece con prisa. Hum, es muy extraño verle por aquí y más a estas horas. Su padre ni siquiera a llegado aún—comentó el chico joven de mirada oculta entre unas gafas y con un ligero exeso de peso—¿Tienes alguna idea?


    —Ni idea.



    Regresar al hospital no estaba en sus planes, no hacerlo tan pronto.


    Derint recorrió con urgencia los pasillos del hospital con un ligero tarugo en la garganta, pidiendo en silencio no encontrarse con el Sr. Jameson, sería muy problemático si el hombre comenzaba a interrogarlo por estar allí y más si preguntaba algo sobre su hijo, mentirle sería fácil pero no estaba de humor para hacerlo. Finalmente ya en el asensor tocó unos cuantos botones antes de ver las puertas irse cerrando y sentir como su alrededor comenzaba a moverse un poco, al cabo de unos segundos ya estaba en el piso deseado.



    Al salir caminó con seguridad hacia su izquierda aumentando algo sus pasos, metiendo una mano a un bolsillo para así sacar un teléfeno, aquel que justo esta mañana su idiota amigo le había regalado. Aún no se había tomado el tiempo de revisarlo bien, jamás le interesó, por esa misma razón el fondo de pantalla seguía siendo aquel cutre y descolorido mosaico de simples cuadros en conjunto, de colores caovas y dorados dando a la imaginación a pensar que se trataban de rocas; en lo que caminaba hacia una de las puerta del piso, tecleó un poco en su teléfono para rápidamente entrar a la vandeja de mensaje y dejar un texto urgente. Su mano derecha tomó la perilla de la puerta de la zona a la que entraría y la abrió, asegurandose que nadie le notaba antes de entrar, una vez que vio el sitio despejado entró.



    Cajas, algunos baldes llenos hasta el tope con paquetes de suero cuyos seguían sellados, cajas de cartón en pilas con el sello aun puesto, estantes de hierro donde ordenadamente podía verse más de un tipo de fármaco usados en aquel centro médico ordenados de manera alfabética, y al fondo, a unos cuatro metros podía apreciarse el fondo del lugar donde había instalado una mesa pequeña con algunas libretas y lapiceros regados en la misma. Derint cruzó los metros faltante para dejar sobre su mesa de trabajo el móvil una vez terminó de enviar el mensaje, rapidamente buscando entre los cajones de su escritorio aquellas llaves.



    El chico estaba tan centrado en buscar las llaves que no se percató del sonido que hizo la puerta al ser abierta y, la presencia que entró luego.


    Ella, revisaba su lista diaria sobre los medicamentos que necesitaría, cuando al alzar la mirada por puro refléjo su rostro mostró sospresa al descubrir que no estaba sola.



    —Alex: ¿Derint?


    Apenas sintió que sus dedos dieron con la estructura metalica perteneciente a lo que buscaba, sintió como su cabeza hacía un "click" reprendiendose por ser descubierto.



    —Derint: Diablos.



    .-



    La enfermera y recepcionista en la entrada del hospital, se encargaba de teclear algunos formatos que el doctor, jéfe en conjunto había pedido temprano, cuando de la nada apareció frente a ella una mujer o mejor dicho, una joven, que particularmente vestía muy bulgar para entrar a ese hospital. La chica había dado varios golpes sobre el gran mostrador con intención de llamar su atención, obvio la enfermera al darle una mirada rápida supo que esa chica sería un dolor en el trasero.


    —Buenas noches señorita, ¿Puedo ayudarle en algo?


    —No estoy aquí para tonterías, vengo a ver a Mi Rouss, ¿Sabe si está aquí? —la enfermera iba a responder pero la joven no se lo permitió al hablar otra vez—Obvio debería estar aquí, es su hospital, ¿no? Bueno, es de su padre pero muy pronto será de él así que basicamente-


    —Señorita, no nos pagan por tener entretenidos a los visitantes, y si viene para visitar algún familiar solo dígame cúal es el pasiente que busca, se lo diré cuanto antes—trató de sonreír, aunquen no tenía ganas pero su sonrisa murió porque la chica volvió a golpear el mesón—¡Oiga!


    —¡No vengo por eso! ¡Ya le dije que vengo a ver a mi Rouss! ¡Mi-Rouss!


    —Por favor si sigue así tendré que pedirle que se retire.


    —Esta siendo muy grosera usted, verá que la demandaré por tratarme así, es más hablaré con el dueño de este hospital—le amenazó—


    La enfermera le dio una mirada de aburrimiento.


    —No creo si quiera que conozca al dueño.


    —¡Claro que si! ¿Cómo no saberlo? —la muchacha con sus manos acarició su largo cabello haciendolo mover un poco, en lo que movía un poco su cuerpo mostrando las curbas que ya por si eran exageradas— Es el hombre más guapo y perfecto de todo el mundo.


    —¡Ey, como te atreves a..!


    —¡Y es el padre de mi amado, cómo no saber algo como eso, tonta!? Ahora, ya que estas al tanto déjame verlo, ahora, él esta aquí o ¿no?


    —¿Cómo ha dicho?



    Yuri Ivanov, sin duda una hermosa chica, simpática y con una sonrisa tan brillante que a cualquiera le encantaría verla sonreír, al menos cualquiera que no conociera de sus manías, podría que fuera una niña mimada pero realmente tenía una fuerza sobrenatural con ella que en veces asustaba a los demás, estaba acostumbrada a obtener lo que quería, en serio lo que quisiera, sin embargo esto no llegó a pasar con el joven que tanto le robaba el sueño, era menor que ella, en serio, un menor, serio y sin nada interesante, aún así por simplemente no ver que a él le llegara a prestar atención hizo llamar su atención.


    Yuri había caído bajo las llamas del amor, por él, por ese chico y ahora no sabía como manejarlo.


    Justamente por los pasillos venían caminando tranquilamente una mujer alta, cabellos negros, ojos oscuros, vestida con la conocida bata blanca que usaban los doctores, venía con su tabla de anotación en manos, mientras hablaba con el chico que a su lado vestía igual con la diferencia que traía con él dos cajas de madera blanca, bien selladas con el sello del hospital.



    —Alex: ¿No crees que sería mejor si te llevas a un especialista contigo en vez de llevar estas cajas?, se ven pesadas y aparte─golpeó levemente las cajas con su lapicero─llaman mucho la atención.


    —Derint: Llevo todo lo que necesito, así que está bien. Y no necesito que un médico haga lo que ya sé hacer.


    —Alex: ¿Y las manos para ayudarte?


    —Derint: Ya dije que esta bien.


    —Alex: ¿Estas seguro? —insistió con una sonrisa, la típica de burla que solía usar con el menor, era divertido verlo sacar de sus casillas—



    Derint frunció el ceño dandole una mirada súper frustrada.



    —Alex: No deberías aprovecharte así del hospital de tu padre, aún no eres el dueño. Aunque aún si lo fueras… tendrías que justificar tus acciones. Hay una política para eso y lo sabes—opinó ella mirando hacia otro punto como pensativa—


    —Derint: —disminuyó sus pasos hasta detenerse antes de acercarse más a la salida— No debo porque justificar nada, eres doctora, ¿No? creo que no necesitas ninguna justificación si de la vida de alguien se trata.


    —Alex: ¿Con que es así, eh?, vaya… ya, pero al menos dime quién esta tan grabe como para darte estas molestías y a tan altas horas de la noche.


    ─Derint: Son las 9, no exageres.


    ─Alex: Bueeeeno─sonrió de lado mirando al frente ahora─ Por tu arisco genio que te preocupes por alguien es inimaginable—en serio era entrometida, si, porque le preocupaba el chico, más bien quería estar segura de que el chico no hiciera nada que le trajera problemas a su padre ausente. Entonces la idea de quién podría ser vino a su mente y esa sonrisa en sus labios murió— Espera, no me digas que… la pequeña otra vez…


    Alex sintió urgencia por mirar el rostro de Derint y asegurar que Leint no había vuelto a sufrir de algún percanse, si era así en serio debería interferir, Leintni Rouss Lin no era estable, casi siempre sufría de bajas─al menos fue así a principio de año, gracias al cielo que por ahora no había presentado ninguna baja─ y por eso su padre siempre estaba al pendiente de ella, es más, había creado un programa en el hospital especialmente para ella en caso si llegase a pasarle algo de grabedad, el hospital tenía toda la obligación de hacer lo que fuera por salvar la vida de la menor.


    Derint tenía cara de desconcierto cuando notó la idea que se le pasó por la cabeza a la mujer, con un movimiento de su cabeza negó.



    —Derint: Deja de decir tonterías, Leint esta bien, no es para ella.


    —Alex: Entonces…¿Para quién..?


    La conversación quedó hasta allí cuando la voz de alguien se hizo escuchar, algo que el muchacho podría agradecer, claro que al saber de quién era esa voz se sintió miserable.


    Rayos, ¿Qué hacía esa criatura del demonio allí?



    —Yuri: ¡Derint! ¡Mi Rouss! Sabía que estabas aquí.



    Tanto Alex como Derint llevaron su atención hacia la recepción en la entrada, unos cuantos metros de ellos donde vieron a una chica peli negra girando su cuerpo a ellos y moviendo sus manos en saludo, Alex miró esto sin entender mucho mirando luego al menor, Derint tenía una mirada de las suyas, nada agradable.


    Ambos acabaron acercandose, ya que a final de cuenta Derint debía pasar por allí antes de irse.


    —Yuri: —ella por su parte sonrió enormemente brillandole los ojos al ver frente a ella a Derint, portando esa bata blanca que lo hacía ver más "sexi", según ella. — Derint…Mi Derint.


    —Alex: Oh.


    —Derint: —ignoró la expresión de la doctora— ¿Qué haces aquí?


    —Yuri: Vine a verte, te…te traje esto, mira— consigo traía una cartera algo grande de un color negro, donde sacó una cajita muy curiosa forrada en papel barrón, parecía un pedido especial de alguna panadería. —quería invitarte a cenar pero, suponía que estarías ocupado, ayer pensaba pedirtelo pero como nunca fuiste por mi y tampoco te vi…bueno, no se pudo. Así que pensé pasar por aquí para verte, sin importar la hora que…


    —Derint: —" Ayer." pensó rápido recordando que, era cierto, Freddy le había mencionado de la supuesta "cita", cuya él se negó y terminó ignorando la petición de la chica. Vaya lata. " Rayos, pero que pesada"


    —Yuri: Le dije al tonto del conejito ese que te avisara pero…¡Parece que al muy idiota se le olvidó decirtelo! ¡Cuando lo vea le partire las costillas!


    —Derint: Sí me lo dijo, y deja de gritar—frunció el ceño. En serio su voz le molestaba aparte no le gustó para nada ese último comentario—


    —Yuri: ¿En serio? ¿Entonces porque no fuiste a recojerme…?


    —Derint: No tenía intención de hacerlo.


    Él le hizo un gesto de poco interes. Cargando aquellas cajas en manos se acercó a el mesón de la recepcción pasando aún lado de Yuri, en el acto apartandola rudamente. La chica se sintió agredida ante el acto ya que literalmente la había empujado, fue tan humillante y cruel que se giró de golpe a verlo con expresión de rabia.


    Alex por otra parte observaba todo en silencio, quería reír pero a la vez no, la chica frente a ella era muy bella debía admitir, pero no parecía el tipo de chica "indicada" para alguien como lo era Derint, tenía poco de verla y escucharla y la verdad es que, su personalidad era horrible.


    —Derint: —había terminado de firmar algunas cosas allí, por política del hospital, cómo había mencionado la doctora Alex anteriormente, debía de informar de sus salidas y entradas al lugar así mismo todo aquello que se dispusiera del hospital. Le dio una señal con su cabeza a la recepcionista y esta asintió en despedida, antes de él volverse hacia Alex— Listo, ya me largo —Alex simplemente asintió cruzando sus brazos para luego levantar uno y simular la señal de "bye, bye" —No olvides lo que te dije.


    —Alex: ¿Me dijiste algo?


    —Derint: ¡Tsk!, que molesta eres… Solo no le hagas mención al viejo del Jameson que estube por aquí. Ya, puedes volver a tu trabajo.



    Se giró para irse ya.



    —Alex: Me hablas como si fuera tu empleada.


    — Derint: Lo eres.


    —Alex: El de tu padre.


    —Derint: ¿Hay alguna diferencia? —entonces le miró de lado, notando la sonrisa de lado que dio la chica de lentes antes de llevar una mano a su entre cejo y ajustar sus lentes—


    —Alex: Asegurate te cuidar bien de Freddy, la última vez se rompió las costillas, no sé que tan mal este esta vez pero, cuida de que no empeore. Ve y has tu trabajo de doctor.



    " Mujer astuta. Hum, no es tan idiota como pensé"
    Derint sabía que Alex no era una mujer tonta, pero tampoco esperaba que sacara conclusiones tan rápido, por su comentario entendió que sus respuestas y acciones le dieron a la mujer qué pensar. No dijo nada más, decidió girarse e irse de allí.



    Fue entonces cuando las puertas del hospital sonaron ante la salida de alguien, notandose en esos segundos que a las afuera el cielo se alumbró levemente, dejando en claro que, la lluvía se acercaba.


    Alex seguía de brazos cruzados, mirando al chico irse cuando de repente notó la presencia intranquila e inmóvil de la chica que había estado allí.


    —Alex: Oh, me olvidé de ella—suspiró con algo de cansancio antes de dirigirse a la chica— Oye muchacha, ¿Piensas quedarte allí? —Yuri ni siquiera la escuchó, estaba super metida en su rabia interna que no escuchaba a nadie— Oye, si no vas a decir nada te pido que por fa–


    —Yuri: Estúpido Rouss, Vas a ver que con las chicas no se juegan. Hum, ¡Y menos conmigo! ¡IDIOTA! —tómo fuerte su bolsó y salió por aquella puerta— ¡Espera allí!



    Una vez más la puerta hizo el mismo sonido, anunciando la salida de una segunda persona.



    —Alex: Vaya, vaya…



    .-



    ¡Rouuuuuuusssss!




    —Derint: Tsk!, pero que molesta, Dios mío ¿Qué hice yo para ganarme este castigo? —caminaba ya llegando hacia el auto, dónde abrió la parte de atrás del auto y metió ambas cajas con los medicamentos y cosas extras que usaría. Pensaba cerrar el maletero e irse, sin embargo apenas cerró éste vio a Yuri y como le miraba con ojos de gata loca— ¿Qué quieres?


    — Yuri: Eres un embécil, ¿Lo sabías?


    —Derint: Me lo han dicho. ¿Viniste solo para eso? —la ignoró y caminó con intenciones de entrar al auto. No perdería más su tiempo—


    —Yuri: —pero no le dejó irse así nada más, le tomó de una muñeca y lo pegó contra el carro de manera que ella quedó frente a él. Tenía ventaja ya que ella era más grande y más alta— Eres un idiota.


    Le susurró.


    —Derint: ¿Qué crees que haces? —no le gustaba eso, esa chica estaba muy cerca de él y toda esa situación lo abochornaba de sobre manera— Ya déjame, ¡Suéltame!


    —Yuri: ¿Por qué ignoras lo que siento, Rouss? ¿Por qué ignoras mis intentos? ¡¿Por qué me ignoras a mi, ah!?


    —Derint: ¿Es en serio? ¿Hablaras ahora de que estas enamorada de mi?


    —Yuri: ¡Lo estoy!


    —Derint: Oh Dios, mátenme, en serio esto es humillante—ahora en serio juraba que luego de aquello todo era posible, no podía sentirse más humillado, una chica haciendo todo eso para decirle que le gustaba, no, y aparte de acorralarlo así de esa manera contra un auto, ay Dios no, ¡Ja! ¡Que estaba enamorada de él! pero es que la chica tenía una pinta que para nada era de su agrado, aparte, era mayor que él—


    —Yuri: Siempre me has gustado…eres, diferente a los demás, en serio, no sé como decirlo.


    —Derint: ¡Pues no lo digas! ¡Y ya, suéltame!


    —Yuri: ¡Si te suelto te iras y no dejaras que te diga lo que siento!


    —Derint: —frunció el ceño, sus miradas estaban una contra la otra y Yuri parecía querer enterrarse en él con esa mirada. ¡Dios! ¿Por qué no se alejaba, por amor a las fresas? — Debo irme, alguien está herido y debo atenderle cuanto antes, así que solo retirate y déjame ir.


    —Yuri: ¿En serio no me escucharás?


    —Derint: —suspiró, ¿Qué podría responder? se sentía cansado— Quizá, lo haré pero si tan solo fuera un mejor momento, pero en serio debo irme.


    —Yuri: No quiero que sea otro momento, estás solo poniendo escusas. Se que luego no querras escuchar.


    —Deritn: Posiblemente…



    Fue un murmullo, aún así ella lo escuchó.



    —Yuri: ¡Lo sabía! ¡ Son puras escusas, obvio no te iras!



    El clima que se presentaba aquella noche era más fría por razones de lluvia, las nubes que estaban formandose eran grises, se juntaban cada vez más y hacían que relampagos saliera e iluminaran todo. De momento se escuchó aquel estruendo informando a todos que en cualquier momento caería la lluvia.



    Derint seguía mirando a Yuri quien seguía enfrascada en no dejarle ir, por eso el chico decidió dejar de forcejear y de tratar de soltarse, solo se dejó hacer y se calmó, dejó que la chica pensara que se había rendido y así hizo que ella dejara de tomarle con fuerza.


    Y vaya que tenía fuerza la rusa.



    —Derint: Va a llover en cualquier momento y conducir bajo la lluvia es realmente peligroso— con lentitud había hecho que sus dedos se giraran un poco y tomaran la muñeca de la chica, sin apretar tanto le hizo alejarse un poco de él, sin soltarla claro para no crear desconfianza, notó como ella le miraba con cierta rábia y dolor, cosa que no le agradaba para nada. — Haremos esto, para que no se vuelva tan repetitivo y así pueda escucharte….realmente tengo prisa y no, no es una escusa.


    La soltó, trató de no ser tan rustico por lo que lo hizo lento causando sorpresa en la chica quien solo se le quedó viendo, en un ligero shock al ver como el chico realmente podía ser delicado cuando se lo proponía, hasta que él pasó a su lado y caminó hasta la puerta del aciento adelante del auto.


    —Derint: Además, no creo estar de buenas después de esto y posiblemente realmente te vuelva a ignorar, así que, entra al auto, te llevaré a tu casa y de camino hablarás, ¿Entendido?


    —Yuri: ¿Me llevarás a…mi casa?


    —Derint: ¿Escuchaste lo que dije? ¡Tsk!, ¿Sabes qué? dejalo así, creo que perdí mi tiempo.


    —Yuri: ¿Eh? ¡No, no!, Claro que hablaré, esta bien!



    Derint apenas dijo aquello ignorandola y entrando al auto, escuchó a la chica abrir la puerta de atrás y entrar de golpe, muy entuciasta debía admitir. Vaya suerte la suya, por un momento pensó que por fin se había librado de ella. Al menos no habían elegido sentarse en el asiento del copiloto.



    —Derint: Bien, esta decidido entoces. —tomó las llaves y las giró para encender el auto. Fue cuestión de segundos los que tomó para tomar via rumbo a casa—



    Sin embargo, aunque en serio esperó a que la chica dijera algo…Yuri jamás dijo algo.



    .-



    Minutos luego, habían conducido hacia un punto muy diferente al que Derint debía tomar, aún así se tomó la molestia de llevar a la chica hasta su vecindario, la zona no la había visto con anterioridad, posiblemente era porque él vivía en Forever y a comparación de su pueblito Villa Neoma era más grande y en vez de sectores se dividían en pequeños pueblos, y entre estos pueblitos tenía sectores cuyos aún no conocía bien. Imposible.


    Pasaron por debajo de un gran puente donde transcitaban a cada segundo carros a gran velocidad, el sonido era muy molesto para los oido, debía admitir.


    Tras pasar unas calles más, finalmente se fueron acercando a una zona señalada por la chica, quien a pesar de el trato que había hecho con el peli azabache, jamás abrió sus labios, hasta ahora.



    —Yuri: Aquí esta bien, puedo caminar desde aquí.


    —Derint: ¿Hum?



    La zona era algo más lúgubre y las calles apenas tenían luz, las casas estaban todas cerradas y una que otra tenía una luz encendida, de lejos podía verse las sombras de algunos tipos en los callejones, recostados de las paredes o postes, todos con pintas muy extrañas.



    —Derint: La zona esta muy oscura y hay tipos alrededor, ¿Vas a salir así?


    —Yuri: Vivo a una cuadra de aquí, si pasas tendrás problemas, por eso solo déjame aquí.


    —Derint: ¿Estas segura-


    —Yuri: Derint. —su voz esta vez sonó firme y seria, como si le advirtiera algo en silencio— Me bajaré aquí.



    El auto ya se había detenido hace segundos atrás, sin embargo ante la mirada del chico no era decente ni seguro que una chica pasara por esas calles solas, era totalmente peligroso. Incluso si se trataba de la misma Yuri.


    Derint observó por el retrovisor que Yuri no le miraba, se notaba inquieta pero insistía que caminaría desde allí. La vio salir y no decir nada más, cosa que realmente le inquietó mucho. ¿Cómo rayos debía tomar la situación? si hace poco era ella la que insistía en hablar.



    —Yuri: Gracias por todo, pero en serio, debes irte. —ni siquiera le miro, solo le dijo aquello bajito y tomo con fuerza su bolso para luego, respirando con fuerza— Quiza, si me das la oportunidad, hablaremos luego, disculpa por hacerte perder el tiempo, supongo tenías razón y no era el momento adecuado para hablar. — Dijo ella, luego, comenzó a caminar alejandose poco a poco— gracias por traerme.



    Un susurro que solo fue oído por el viento.



    Ella tenía sus razones para no dejar que el chico la acompañara más allá, por más que la idea le hiciera ilusión prefería mil veces perder esa oportunidad de tener un momento con él a simplemente ponerlo en peligro y perderlo a él. Agradecía en silencio ese deje de preocupación que tuvo el chico al insistirle si estaba segura en ir sola, ese pequeño detalle la dejó más tranquila y feliz. Incluso le causó una hermosa sonrisa, sincera y honesta.


    Ah, el amor.


    O bueno, fuese lo que haya impulsado a Derint a tener esa reacción, confirmaba que ese chico era realmente dedicado a lo suyo, real, honesto y apegado a sus principios.



    Sin duda ella tenía buen gusto, ah.




    Las calles de un vecindario conocido como el lugar de los delincuentes, nada lindo en realidad, incluso la policía tenía cierto temor de pasar por allí, lo curioso es que para el exterior nadie estaba al tanto de lo cruel que podría ser la gente de allí, podían verse y aparentar una vida feliz y pasiva durante el día, claro, cosa normal pero por la noche las calles se volvían oscuras y peligrosas, de los callejones salían aquellos tipos que se hacían llamar dueños del lugar. Yuri no le temía a esto, estaba acostumbrada, llevaba años viviendo allí y casi todos allí la conocían así que no tenía nada de qué temer, sin embargo a la gente que no era de allí siempre llegaban a darle una mirada de desconfianza y de pocos amigos, más si la persona llevaba con él un auto muy lujoso. Así como Derint en esos momentos.


    Sin duda sería peligroso para él pasar por allí. Era mejor dejar las cosas así y no poner en peligro su vida.



    — Vaya, Vaya, miren a quien tenemos acá, dando un paseo tan tarde, ¿Eh?


    —¡Mi bella Yuri!, Jajajaja! ¿Qué tal? ¿Quieres divertirte un po-


    —Ya cierra la boca tu pedazo de— quien había saludado a la chica primero, evitó que su compañero aun lado le brincara encima a la chica, torciendole la muñeca y dejandolo en el suelo retorciendose, Yuri en cambio los observaba sin mucha expresión. — Como sea. Dime pequeña, ¿Por qué apareces a estas horas? ¿Dónde estabas?


    —Yuri: No me llames así. Y solo salí a caminar.


    —¿A caminar? Hmm, ¿Y se puede saber con quien?


    —Yuri: Salí con Sasha, fuimos de compras.


    —¿Nada más hicieron eso?


    —Yuri: ¿Por qué debería de darte respuesta de eso? —sonó algo irritada, tomó fuerte su bolso y decidió irse pero el hombre alzó un brazo poniéndola frente a ella evitando su paso—


    El hombre era más grande y musculoso, al menos unos 2 metros y algo, con unos extraños tatuajes en sus brazos y cuello. La chica le miró notando esos ojos oscuros y fríos.



    —¿Quiere que le diga al jefe que su hija se escapó para verse con su novio? ¿O crees que no nos dimos cuenta que un chico fue quien te trajo hasta aquí, ah? ¿Acaso no es nuestro trabajo mantenerte vigilada?


    —Yuri: —inmediatamente frunció el ceño— Y si es así ¿Qué? Él no puede-


    — Oh claro que puede, después de todo es tu padre—recordó, sonrió, era asqueroso y malvado, ella odiaba cuando él salia con eso porque siempre ganaba. —


    Ella se alejó, no quería seguir allí, le daba repudia el simple hecho de mantener una conversación con esos tipos que simplemente siempre tenían el ojos sobre ella, todo por ordenes de su padre, maldita mafia Rusa.


    —¡Ten cuidado sino quieres que tu novio salga mal de ésta! ¡Sabes como es el jefe y lo que hace con tus aventuritas!


    —Yuri: ¡Vete al diablo!



    Sin duda no iría a su casa, no, no quería ver a ese hombre. Mejor iría a casa de su abuela.




    [Fin de la II Parte]



    *R : Rouss
     
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  6.  
    KAMERIA

    KAMERIA " Si caes, levántate y vuelve a intentarlo"

    Cáncer
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    15 Noviembre 2022
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    Escritora
    Título:
    Tales of the Last White Rouss-[Saga #0]
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
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    72
     
    Palabras:
    6600





    Capitulo 15_ "Perder o ganar: Primer Parte"


    Tales of the Last White Rouss

    Saga N° 0: Hijos del Futuro



    [III Parte]


    .

    .

    .





    .-



    Después de llegar finalmente a casa un Birian cambiado y arreglado, claro que vistiendo su típico estilo negro de siempre, le esperaba en la entrada para ayudarle a cargar las cajas que había llevado. Entonces Derint fue al baño y lavó un poco su rostro, sentía algo de tensión por lo que había ocurrido hace momentos atrás.


    No es que se preocupara pero, tenía conciencia y sentía que no hizo algo bien. Tomó una toalla gindada, secó su rostro y luego se miró en el espejo…


    No podía evitar pensar en Yuri y la actitud que había tomado al llegar a aquellas calles oscuras.



    " — Gracias por todo, pero en serio, debes irte " —
    sus ojos jamás le miraron, estaba super enfocada en un punto muerto antes de tomar su bolso y salir— "Quizá, si me das la oportunidad, hablaremos luego, disculpa por hacerte perder el tiempo."



    —Derint: ¿Qué demonios se suponía significaba eso, ah? Dios, ¡Pero que molesto, es tan..! AH! —frustrado sin saber la razón de su descontról emocional golpeó sus manos contra el lavamanos causando que algunos de los productos cerca se cayeran— ¡Tsk!, no tiene caso… es mejor olvidarlo.



    Claro, como si hacer eso fuera una solución. Derint recogió lo que cayó al suelo acomodandolo junto a los otros productos y cosméticos—muy raro por cierto, tomando en cuenta quién recidía allí–que había en el baño, uno de ellos había caído dentro el lavamanos y lo tomó, parecía un shampoo y Derint no le hubiese tomado demasiada importancia si no hubiese reconocido el frasco.


    Era el mismo que había comprado para darcelo al Friki. Se notaba que había usado una gran cantida, pobre ingenuo que pensó que era shampoo. Sin duda ese color en su cabello le duraría alrededor de 2 años si no se lo teñía de vuelta, Ja.



    De regreso a los pasillos Derint tomó una pequeña caja que había quedado de las medicinas que había traido para así dirigirse directamente a la habitación donde descansaba el rubio.


    Vio como en la entrada estaba parado el chofer y la verdad es que en ese momento a Derint se le vino a la cabeza tantas ideas, tantas teorias y quería aclararlas.


    ¿Cómo es que Freddy, un chico cualquiera, joven, estudiante y dentro de poco universitario, era secuestrado así de la nada por un grupo de locos justo en plena luz del día? En el que muchas personas fueron testigos y nadie pareció llamar a la policía por eso.


    Él fue uno.


    Pero lo que lo enojaba era no saber la razón del porqué Birian estaba al tanto de lo que le había ocurrido a Freddy y no parecía alterado. Cómo si tener al Jameson en cama mal herido fuera normal.



    ─Birian: ¿Ocurre algo, joven Rouss?


    ─Derint: ─ "Dímelo tu" quiso decir, pero se lo ahorró y sólo caminó directo hacia la cama del rubio─ Nada. Empecemos con esto.




    .-




    Birian observaba desde su silla como el azabache atendía con mucha concentración al joven rubio, le habían retirado las gasas y les habían puesto unas nuevas y especiales para retener el sangrado. Derint justo ahora se encargaba de tratar la herida con la bala, que por cierto le había dado trabajo de más, tuvo que secarse más de una vez el sudor por la tensión dada.


    Cada movimiento provocaba en el chico una mueca de horror, a pesar de no despertar aún en su inconsciencia parecía que lo sentía.


    Por un momento sentía lástima por él, solo por un momento…



    —Birian: Debió anestesiarlo.


    —Derint: ¡Demonios, tú..! —había un enorme silencio antes de que Birian abriera la boca y esto lo hizo pegar un ligero respingo, acto que le llevó a undir más sus dedos y, tocar lo que buscaba causando que cierto chico despertara de golpe— ¡No vuelvas a hacer eso!




    Fue doloroso, sí, pero luego de retirar la bala limpió la herida, por fortuna la herida no era tan grande ni ancha por lo que al momento de saturar no tendría que coser tanto. Freddy apenas había vuelto a la consciencia pero estaba aún débil por el dolor y la perdida que había tenido, miraba algo perdido el techo, no quería decir nada. Simplemente le hubiese gustado seguir inconsciente y no volver al mundo real.


    Su mirada decía mucho.


    Birian notó que Derint retiraba sus guantes, sacaba otros nuevos y se los colocaba para después tomar de una de aquellas cajas grandes un equipo completo que reconoció al momento de verlo. ¿Iba a coser la herida así nada más? ¿Iba en serio?



    —Birian: Joven Rouss, espere, ¿Acaso piensa cocer la herida?


    —Derint: Es lo que haré, ¿No es obvio?


    —Birian: En otro momento me detendría por su grosera respuesta.


    —Derint: Que bien, vamos progresando—ya tenía la aguja en manos y se encaminaba hacia su paciente—


    —Birian: ¡Joven, espere! ¡El joven Freddy esta consciente! Lo hara sufrir-


    —Derint: Es un hombre, sabrá soportarlo.


    —Birian: —no estaba de acuerdo— Joven-


    —Freddy: Esta bien Birian, déjalo —notó como al momento de hablar su mayordomo y chofer le miró sorprendido pero también preocupado, ¿Confiaba en las manos que coserían su herida?— Derint tendrá cuidado, no creo que sea tan malo…



    Claro que sus suposiciones eran erroneas y esa sonrisa calmada en sus labios no duró mucho.



    ¡Ahhhhh! ¡RAYOS, ESO DUELE!


    ¡Callate y no te muevas!


    ¡Acabo de despertar!, ¡Recuerda que estoy herido, hombre! ¡Deberías de ser un poco más…!


    ¡Te moviste! ¡Idiota, ahora debo hacerlo de nuevo!


    ¡¿QUÉ?!





    Ya había pasado una hora después de aquella intervención, dónde Freddy finalmente estaba curado y vendado, aunque el proceso fue doloroso y todo porque su amigo no era capaz de ser más delicado con él, debía admitir que se sentía mejor, Derint le había dado algo de medicina y unas pastillas especiales para que el dolor se disipara, claro que al ver algunas detalló que algunas de ellas eran para dormir.


    No protestó, sí le dio una mirada significativa a su amigo pero este estaba acomodando las cosas que usó en la caja por lo que no se percató. El Rouss estaba realmente muy callado en esa situación y para Freddy era algo nuevo, muy extraño en Derint.


    Él debería de estar gritandole, regañandole y exigiendole explicasión de lo que había ocurrido, ¿Por qué lo habían secuestrado? ¿A donde se lo habían llevado? ¿Era un delincuente? ¿Por que alguien quería hacerle daño? ¡Algo! Sin embargo… el azabache conducía cada movimiento con un aire frío cuyo acompañado con el silencio era perturbador, y cada uno era calculado para no cruzarse ni por casualidad con la mirada del paciente, por esa actitud Freddy entendió que lo estaba evitando.



    Sus gritos, sus reclamos ¿En donde quedaron?



    Fue cuestión de minutos para que Freddy cayera dormido por causa del cansancio y Derint finalmente pudiera salir de la habitación con la respiración más calmada. El friki finalmente había cerrado sus malditos ojos.



    Birian inmediatamente le ordenó lavar sus manos ya que le servirían comida a ambos, sin embargo al momento de ir a la mesa y servirle al chico notó como éste le hacía una señal al plato extra.



    —Derint: No te molestes, volvió a dormír.



    Birian pensó en comentar, pero por el ambiente supuso que quizá su joven amo estaba cansado. Iba a retirarse pero Derint le hizo una señal para que se sentara con él y comieran juntos, Birian no objetó y aceptó. Ambos comieron en silencio.



    .-



    Eran ya las 11 pm, hacía frío y las hojas de los árboles no dejaban de moverse al compas de la fría lluvia. A final de cuenta la lluvia si había caido, se sentía tan pesada y espesa a pesar de estar resguardado en aquella habitación que casualmente había sido suya por esas noches, podía jurar que el frío se filtraba entre las paredes.



    —Derint: Rayos, no puedo dormir. —tantas cosas en su cabeza y que pasaron durante el día, ¿Podría dormir y no pensar en ellas? El sueño se le había espantado—



    Además que tenía en mente que, dependiendo de cómo amaneciera el Jameson el siguiente día, tomaría una decisión de si llevarlo al hospital o no; Freddy demostró ser una persona muy fuerte al volver a la consciencia y no presentar sintomas por la perdida de sangre, sin embargo Derint sabía muy bien que para esos casos se debía hacer una transfusión de sangre lo antes posible.


    Ah.




    Terminó levantandose y bajando a la cocina para revisar qué encontraba para distraerse un poco. Fue al refrigerador y encontró bastante comida, se veía apetitosa pero de todo aquello lo que le provocó tomar fue una cajita de fresas sin destapar. Las fue comiendo lentamente en lo que recorría la casa con pasos lentos, desde que llegó allí no se había dado la molestia de echarle un ojo al lugar ya que no le veía la necesidad de hacerlo, serían solo dos noches que pasaría allí, no más.


    Era la idea, sin embargo teniendo en cuenta que Freddy estaba en esas condiciones posiblemente él…



    —Birian: ¿No puede dormir?


    —Derint: —no quería admitir que se había asustado pero su cuerpo no pudo moverse luego de escuchar aquella voz, simplemente se entumeció y, la fresa que estaba apunto de morder cayó de su mano. Sintió como el cuerpo le hervía de la ira provocada por el estúpido susto que le dio el anciano—¿Acaso no te dije que no hicieras eso?


    —Birian: ¿Lo asuste?, lo siento.


    —Derint: ¡Tsk!, claro que no fue eso. —masculló, no quería admitir algo tan vergonzoso. Birian estaba en la sala sentado en un mueble, Derint notó que el hombre había prendido una lamparita pequeña para iluminar mientras que leía un libro, ¿Cómo no lo notó antes? — ¿Qué? ¿Eres un vampiro o qué? ¿Por qué no estas durmiendo?


    — Birian: No creo que esté en posición para preguntar. —Derint iba a protestar, él lo sabía—Dele un vistazo a la mesa, dígame si es de usted. — tranquilamente dijo, señalando con una pluma en su mano, la dirección de la mesa—



    Derint se giró para ver hacia la mesa, lo que vio allí fue una cajita envuelta en papel marrón cuya aseguraba haber visto antes.



    —Derint: ¿Dónde la encontraste? —se acercó y la tomó. Sip, ahora que observaba bien era la misma que Yuri le había ofrecido y que él nunca tomó. Se giró a Birian— ¿De dónde sacaste esto?


    —Birian: Fui a revisar el auto, siempre lo hago, es mi responsabilidad como chofer—dijo como si fuera lo más obvio—estaba en los asientos de atrás, supuse que se le pasó y lo dejó allí. ¿Pasó por una panadería por casualidad?


    En realidad no. Esa cajita obviamente se le había quedado a alguien más. ¿Ella realmente se le había olvidado o… lo dejó apropósito?


    Sin responder se giró a la mesa, deslizó una silla, se sentó y comenzó a destapar la caja; olía a pan fresco, a pesar de saberse de antemano que estarían fríos. Al abrir la cajita finalmente notó que se trataban de panecillos dulces, rellenos con algún tipo de crema rojiza y blanca, suponía era mantecado, se veía delicioso y su pinta no era tan mala.


    No quería pensar que estuviese envenenado, sería muy psicótico de su parte , no tenía hambre pero esos pastelillos se veían exquisitos; decidió tomar uno y probarlo, su boca se hacía agua y odiaba no probar algo que realmente le provocara comerlo. ¿Estaría mal comer dulces a esas horas? Fue algo realmente cómico pero al probarlo en serio juraba haber probado algo similar a lo que su padre o su hermanita solían preparar. Esos pastelillos tan deliciosos.


    —Derint: —"Están ricos" vaya que sabían bien. Inmediatamente terminó ese y tomó otro. No lo admitiría jamás pero, ese era el primer regalo que alguien-que no fuera su familia-le había dado y realmente le había parecido desente. —Mmm.


    Birian observaba todo desde el mueble, notando la calma y devoción al comer aquellos dulces, parecía todo un niño comportandose así. No pudo evitar sonreír de lado y apartar su libro, pensar en lo agradecido que estaba por cuidar a su joven amo.


    " —Jamás lo admitirá, pero si se preocupa por los demás. Hum, Me alegra que el joven Freddy tenga a un tan buen amigo a su lado. Hum. "




    Pero saber lo que pudiese estar pensando el azabache o lo que lo estuviera molestando en esos momentos era totalmente un misterio para todos.


    Birian notaba lo tenso e iracundo que se ponía Derint cuando lo sentía cerca suyo, su mirada la alejaba y el chofer comenzaba a hacerse una idea del porque. No conocía tan profundo al chico como lo hacía su amo pero, lo llevaba viendo por muchos años como para saber que un semblante "pensativo" convinado con "preocupación-molesta" no era algo que caracterisara al azabache.


    Y Birian entendió que estaba tratando de decir tantas cosas y hacer preguntas pero, se limitaba a callar.



    ─Birian: Lo más seguro es que tenga dudas, preguntas por lo que ocurrió hoy, así mismo lo que sea que halla presenciado allá afuera ¿O me equivoco?




    Derint comía muy distantemente sus panecillos rellenos con ese dulce rojizo, nada dulce, nada empalagoso, sencillamente "al toque". Le tomó unos segundos procesar las palabras de Birian ya que realmente no se sentía con los animos para escuchar…lo que sea que tenía que decir el viejo.

    Así que masticó el bocado un poco más brusco en lo que desviaba su mirada hacia las ventanas de aquella sala─dirección contraria donde estaba Birian─, en un movimiento brusco que dejo en claro su respuesta.

    Y Birian entendió que no hablaría.


    ─Birian: Esta bien, tampoco es mi trabajo darle respuesta de algo, sin embargo he notado su inquietud y posiblemente en estos momentos esté pensando que el joven Jameson se a estado viendo con personas malas y es por esa razón que ocurrió lo de hoy. Pero quiero dejarle en claro que si es eso lo que piensa se equivoca, el joven no es un chico problematico o un chico con doble vida, tiene mucho respeto a su familia y a su padre como para fallarles así.



    Derint entonces dejó de comer con el mismo gusto esos pastelillos para luego moverse en la silla y girarse, mirar a Birian y preguntar.


    Muy "calmadamente".



    ─Derint: ¿Por qué estás tan seguro de lo que dices, como si le conociera o supieras sus pasos? ¿Acaso vigilas su vida? No me digas que también es una orden del viejo Jameson─lo juzgó con su mirada─


    ─Birian: No, no le vigilo ni tampoco lo ha ordenado el señor Jameson─casi dijo incrédulo por las supociciones del chico─Estoy muy seguro porque llevo conociendo al joven desde que era pequeño, desde que el señor Jameson lo trajo a casa─su lectura hace mucho había quedado aun lado, por otra parte se había puesto de pie para así distraerse un poco en lo que dejaba su mente viajar con tranquilidad por aquellos recuerdos de hace 8 años atrás─Era solo un niño huerfano de 10 años que no tenía un hogar a donde ir, el orfanato había cerrado sus puertas a él por el problema que ocurrió 8 años atrás, y por el cual lo relacionaron muy indevido que un chico traumado siguiera viviendo en un circulo de niños menores a él, que no sabían si quiera lo que era un arma de fuego. Fue considerado dañino. Eso sin duda bajó su auto estima.



    ¿Auto estima? Más que eso. Estaban hablando de cosas mayores.


    Derint casi palideseo escuchando esto, pensando en lo exagerado que pudiese sonar pero aunque quería auto convencerse de que lo que le estaba diciendo Birian era mentira, también sabía que no podía ser así ya que Birian nunca demostró ser el tipo de personas que jugara con esas cosas, aparte, valoraba mucho a sus amos.


    Había escuchado antes algo sobre eso, una vez su padre lo había mensionado, si mal no recuerda fue cuando él tenía 13 años y apenas había conocido al Jameson menor, fue en el hospital de su padre, el señor Jameson como siempre trabajaba de la mano junto a su padre y recuerda Derint que ese día su padre le había dicho para que lo acompañara al hospital ya que le parecía que ya estaba en la edad de ir conociendo más sobre la medicina y que de esa manera podría irse familiarizando con lo que tuviese que ver con el hospital; Derint no se negó pero tampoco tenía interes, él había acompañado a su padre a una de sus oficinas en la planta alta del hospital en donde conocería un poco el área en el que usualmente trabajaba su padre, no fue sorpresa encontrarse allí a un muy sonriente Jameson porque ya lo conocía muy bien y ese "viejo" era realmente todo un escandaloso, molesto debía decir, ja. Freddy había aparecido en su campo de vicieron 5 minutos después de que el Jameson mayor y el Rouss se saludaran y hablaran de algo relacionado al trabajo, entonces fue cuando Dreytt le dijo que ese día conocería a un amigo, así que si se aburría allí podría recorrer la zona de los niños junto al pequeño Jameson Fred.


    Un niño que resultó ser que si conocía…En la escuela se lo había topado antes, si, y lo molestaba con hacerse su amigo─¡Literalmente lo acosaba!─, así que ese día cuando lo vio allí en el hospital, aparecer tranquilamente, casi tímidamente y luego ver como sus ojos lo visualizaron y al reconocerlo brillaron exageradamente, supo desde ese instante que sus días estaban condenados.



    «─Freddy: ¡Oh! ¡El niño de segundo! ¿¡El doctor Dreytt es tu papá!? ¡Oh, claro! ¡Un Rouss, baah! ¿Cómo no lo noté?»



    ¿Y su timidez?


    ¡Ja!


    Él no quería ser su amigo, le desagradaba su presencia, su aura, todo de él era chillón, escandaloso y extraño, no sabía el porqué pero tenía como muchos problemas personales─a pesar de tener 13─ como para lidear con un tipo que paz no le traería. Gritaba mucho. Entonces fue cuando su padre lo mencionó.


    Que el chico tenía un historial, nada lindo pero que su padre no gustaba mencionar, aún así su padre se le escaparon algunas cosas cuyas apenas recuerda en una conversación que tuvieron aquel día…



    «─Dreytt: Es huerfano así que hijo de sangre no es pero aún así Jameson lo quiere como uno. No tiene amigos cercanos, va a la escuela, sí, y allí mantiene interacción con muchos chicos de su edad pero, desde hace 5 años que el chico se encuentra en terapia y hasta hace poco que su padre decidió darle final a sus citas…»



    En realidad… fue su padre quien tuvo que intervenir porque de no ser por él, Jameson hubiese dejado a su hijo en terapia intenciva.




    ─Derint: ¿Trauma, dice? ─ja, como si no se hubiese burlado de él esta mañana, ¿Sufre de algún trauma? pero lo había dicho por mofa, bajo el calor del momento, molesto y quizá indignado ¿Quién sabe? no porque supiera la situación…aún así ¡Si lo sabía! ¿Lo recuerda? ahora si─




    «─Dreytt: …sufrió un caso de secuestro y por suerte salió ileso, fue el único de entre su grupo en realidad, Derint, así que es posible que en veces el pequeñe Fred dé señales de sumición o de ataques de anciedad, pero gracias a las terapias ya no pasa seguido, bueno en realidad a mejorado mucho así que ya no dará esas señales…así que…»




    ─Birian: Fue hace 8 años. Él fue uno del grupo de chicos que fueron secuestrados hace 8 años, si no lo sabía, joven Rouss.



    Era como si algún tipo de puerta o quiza ¿ventana? algo angosto, porque era pequeño aún, de la nada, sutilmente, se abría paso y sin miramientos comenzaba a deslizarse de sus cerraduras. Mostrando claridad para los ojos del azabache, alimentando─o quizá aumentando─la curiocidad y dudas que tenía.


    Estréz y frustración.


    Verdades que no sabía o que quizá siempre ignoró pero que ahora sentía tan cercanas a él, como si rozaran su piel, sentimientos vivos y cercanos que rompían barreras gruesas y algunas finas que él, no sabía existían en él.


    Oh quizá si…




    «─Dreytt:...Haste su amigo, no estaría mal que también tuvieran un amigo en tu vida, hijo, además es posible que a partir de este momento vuelvan a frecuentarse más seguido en el hospital, sin mencionar en la escuela ¿No?»




    Pero su padre en aquella ocación solo lo alentaba a aceptar al Jameson porque veía que su hijo era un completo emo solitario y para rematar gruñón. Y Freddy Jameson fue la razón para que ese yugo atado a las muñecas y tobillos del chico fuera destruido.


    Dreytt vio a Freddy como la luz que necesitaba su hijo en su vida, mientras que el Jameson veía a Derint como la salvación para su hijo, cuando en realidad ambos estaban equibocados.


    Ingenuos.



    Desde el punto de vista de Derint todo había sido planeado y forzado.



    Jamás tuvieron una amistad real, cercana. No, no como su padre se imaginaba, no como al Jameson le hubiese gustado tener, no como él debería tener.



    ─Birian: Pero esa información es crucial y es mejor que no se dibulge. El señor Jameson protege a su hijo de esa manera, manteniendo en silencio su historia, su pasado no digamos que lo esconde pero tampoco gusta de revelarlo.


    Derint se estaba cansando de todo eso porque sentía que se enfermaba cada vez más, porque con cada revelación por parte de Birian, Derint veía que tras todo de eso estaba Jameson manipulando todos los pasos de su hijo y no hacía nada en realidad, todo era por un beneficio o había algo más.


    Algo oculto.


    ¿Dibulgarlo? ¿Qué pensaba de él? ¿¡Que era un desgraciado o un ser sin corazón!? ¡Que se fuera al diablo!



    ─Derint: ─golpeó la mesa sin aguantarlo más─ No pedí que me dijeras nada de esto, jamás pregunte ¡Ni tampoco me importó! Que quede claro que fue tu decidión abrir la boca, anciano, lo que pase con el friki no es mi problema ¿Escuchaste? ─mira que fastidiarlo así. Los panecillos se habían terminado así que no tenía más escusa para seguir allí─


    Es más, ahora si quería irse a dormir.


    Birian lo observó levantarse de la mesa muy abruptamente haciendo ruido al apartar la silla, tomó el pequeño envoltorio y envace donde habían estado los panecillos y se dispuso a salir de allí.


    No era su intención ponerlo de ese humor pero ¿Qué no lo ponía así? además…


    ─Birian: Joven, espere.


    ─Derint: ─paró, casi dudando si hacerlo pero, tuvo que respirar hondo y lo hizo─ ¿Ahora qué? ¿Para que me sigas contando cosas que se supone no debes decir? ¿Y luego qué? ¿Piensas conmoverme con esa tontería del pasado traumatico del friki? no me hagas reír.


    ─Birian: Ni si quiera debería hablar así, esto es algo serio.


    ─Derint: Entonces no me cuentes nada, ¿Para qué? si no es mi problema─ ah, pero cuanto le importaba saber más, quería entender todo, pero decirlo sería estúpido y no pensaba revajarse a tanto─


    ─Birian: Es el único que él tiene cerca, ya lo dije antes, no se moleste si le digo estas cosas pero…no sé qué pueda ocurrir el día de mañana y temo a que su padre no llegue a actuar a tiempo─su voz, en firmeza decayó, ni siquiera volvió a ver al chico, pero sus manos temblaban─El insidente con la moto, sus costillas rotas y ahora esto, en ambas veces su padre no actuó con diligencia ni se atrevió a retenerle en el hospital…¿No lo ha pensado?


    ¿Pensarlo? Odiaba hacerlo.


    ─Derint: Viejo…él ni siquiera sabe que le dispararon o sobre su secuestro.


    ─Birian: "Aún" pero cuando se rompió las costillas él estuvo presente, pero como sabe no insistió en su reposo.




    Ah, con que el bendito chofer estaba enterado de eso…



    ─Derint: Eso… lo sé bien─soltó un suspiro cargado de frustración─ese día tuvimos unas cuantas palabras. Pero no creo que el viejo quiera ver a su hijo herido, anciano.


    ─Birian: Claro que no. No insinuo eso.



    Una pausa, tan pequeña pero luego de ese pequeño intercambio de palabras la tensión había cesado.



    ─Derint: Entonces…¿Qué es lo que me quieres pedir con todo este lamento tuyo, anciano? ¿Qué lo vigile? ¿Qué haga de niñera? para eso ya te tiene a ti.


    Casi se rió, si, casi porque si no fuera por el cansancio que comenzaba a pasarle factura, de aseguro se hubiese burlado. La verdad es que no sabía qué quería conseguir el chofer diciendole todo esto, pero lo estaba inclinando a algo.


    ─Birian: Solo quédese a su lado. Y si algo llega a pasar, solo llameme, yo haré lo posible por llegar a tiempo.


    ─Derint: ¿Ah? ¿Qué quieres decir con eso? ¡Oye, explicate!


    ─Birian: Debo informar al señor Jameson de esto, así que no se extrañe si de repente recibe una llamada suya.


    ─Derint: Ya le vas a chismosear…


    ─Birian: No, informar, es mi trabajo─dijo ahora con menos tención que antes levantandose del enmueble─


    ─Derint: Bah, ni si quiera tiene mi número, ¿Cómo va a…?....espera, acaso…¿¡Le compartiste mi número, anciano!?


    ─Birian: Fue petición del joven amo, dijo que de esa manera tendría más contacto.


    ─Derint: ¡Claro, más contacto un bledo, maldición!


    ─Birian: ¿Y ahora porqué se molesta? No le entiendo.



    Y la verdad es que ni Derint lo sabía muy bien pero casi siempre era así, por lo que no le tomaba mucha importancia. No necesitaba motivos serios para molestarse después de todo.




    ─Derint: ─desvió su mirada, aún con el ceño fruncido─ Creo que fue mucho por esta noche…ya no quiero oír más cosas deprimentes, así que me retiro─informó casi quédito, más bien fue como un aviso algo "respetuoso" en el que Derint trataba de ser educado, increíblemente─



    Birian asintió.



    ─Birian: Si, descanse joven.


    ─Derint: Hum.



    Y así finalmente tomó camino hacia donde por ahora era "su habitación" sin embargo, al momento de salir de aquella salita y pararse allí en el pasillo no pudo pasar por alto las palabras que escuchó decir al anciano en su soledad.




    ─" En dos días…hum, finalmente el amo cumplirá su mayoría de edad, sin embargo, que triste será cuando el joven no vea a su padre en el partido. No es un buen regalo de cumpleaños"





    Y así otras cosas que dijo pero no logró escuchar con claridad, acompañado de un suspiro.





    Momento, su mente no podía procesar todo tan rapido pero, dos cosas si se hicieron presente.



    Una…era el partido, ¡Dios! ¡El partido de beísbol era el día siguiente de mañana! ¡Viernes! y lo había olvidado por completo. Él sabía qué debía hacer, sabía que ganarían ese partido pero seguramente el Jameson querría jugar, ya por sí por ser el capitán diría que es su responsabilidad y todo eso, pero en su estado no debería arriesgarse a caer inconsciente por falta de descanso. Ese imbésil.


    ¡No jugaría!


    Pero, sabía lo mucho que deseaba ganar ese juego y aparte, que su padre asistiera. Llevaba todos esos días murmurando lo mismo.



    Por otra parte.



    Su cumpleaños…



    El cumpleaños de Freddy.



    Oh.






    .-






    Aquella noche Sarah no fue a su casa en Forever, no fue a ver a Leint, luego de su retirada súper incómoda de aquel restaurante regresó a su complejo de departamente en donde se deshizo de aquellos incómodos zapatos rojos─cuyos odiaba pero lamentablemente eran los que debía usar ya que los otros se habían roto─y con una enorme pesades se echó sobre el mueble de la pequeña sala en el que se recostó dejando todo el aire salir de sus pulmones.


    Frustrada, cansada y sintiendo mil cosas Sarah tuvo un momento de anciedad en la que prefirió levantarse, sin importar la hora, cogió el teléfono de casa que tenía en ese departamente y marcó directamente a casa.


    Quiso oírla hablarle, decirle qué tal había sido su día, asegurarse que estaba bien. Casi de inmediato alguien contestó y fue cuando escuchó su vocecita algo emocionada decir un " ¿Hola?" bajito y bonito que le hizo sonreír, se anunció respondiendole dulcemente y, bueno, por la expresión de Leint escuchado en su voz supo que la pequeña pensaba que era alguien más, o al menos esperaba la llamada de alguien más.


    ─"Pensé que era mi hermano…¡Pero igual me alegra escucharte hermana! Aunque es un poco tarde…¿No tie…?" y así siguió hablando como guacharaca.


    Inocente criatura que no sabía que con sus palabras herían a la hermana mayor al no sentirse tan querida como lo hacía con su hermano, ja, tan normal pero molesto en veces, aunque no tenía porque sentirse así, si en realidad era entendible. Por más horrible actitud que Derint tuviera era él quien siempre estaba al lado de la menor. Y Leint le había cogido un tremendo cariño.


    Se notaba que le extrañaba.



    Así, luego de hablar un poco la dejó para que pudiera irse a dormir, asegurandole que luego que se desocupara iría a visitarlos ya que había empezado un nuevo trabajo, cosa por la que Leint se emocionó.


    Ah y claro, también le mencionó que en cualquier momento su tía llegaría a casa.



    Leintni sin duda se emocionó un montón al escuchar eso….


    Sin embargo…



    ─" ¿Cuando volverá papá? Vendrá a casa también ¿Verdad? "





    Nada haría que esa emoción en su voz volviera, sino se trataba de su padre.




    _Cambio_




    Era un nuevo día, Jueves por la mañana y cómo todos los días cerca al fin de semanas anunciaban las noticias frescas de los acontecimientos de aquella semana, las personas estaban muy entusiastas actualmente ya que no faltaba nada para que los juegos comenzaran y eso no era más que dentro de pocos días─justo ahora un día─; el equipo de beisbol de Forever se enfrentarían a los del equipo de Villa Neoma, un enfrentamientos muy emocionante ya que los Gatos azules- equipo de Forever- y los Lobos rojos-equipo de Neoma- eran equipos muy buenos, no había duda que sería un juego súper entretenido de ver y más, saber qué equipo sería ganador.



    .-



    El equipo de beisbol de Forever estaba siendo liderada por Elías Grey, un chico que particularmente a pesar de ser de baja estatura y de lentes era brillante y muy responsable, quizá por eso es que su líder lo había elegido como segundo al mando, si algo le llegaba a pasar y se mantenía ausente Elías estaría encargado de diriguir al equipo. Esta mañana el equipo fue convocado y así continuar con las prácticas, cosa por la que decidieron que antes de ir al campus el equipo madrugaría y se reunirían en una cuadra antes de llegar al campo para así todos salir a trotar un poco.


    Casi todos estaban presente, Elías pasaba lista en lo que acomodaba sus lentes, cosa que no pasó desapercibido por Dash quien codeó a un compañero y le señaló con gracia hacia Elías para comentar algo bajito, ambos rieron luego de eso y chocaron palmas.


    Elías notó esto de reojos cosa que le disgustó.


    —Elías: ¿Ocurre algo, Dash?


    —Dash: Nada, nada, cuatro ojos.


    —Elías: ¡¿Sigues con eso?! ¡Deberías tenerme algo de respeto, recuerda que estoy al mando así que soy tu capitán!


    —Dash: Si, si, lo que sea, "capitán", por ahora—murmulló hacia su compañero esto último— le respetamos, solo comentaba con Alí que es algo tarde, ¿No? llevamos como media hora esperando a el idiota de Joshua y no tenemos todo el día, hoy será un día ajetreado.


    Claro que más de uno opinó lo mismo.


    —Elías: ¿Entonces suguieres que salgamos sin él? —Dash asintió— Claro que no, somos un equipo, ¿Qué clase de compañeros seríamos si dejaramos uno atrás?


    —Alí: ¿Al menos saben si viene?


    —Dash: Le gusta dormir demaciado, deberían confirmar su salida.


    Elías supuso que sería una buena idea, total al revisar la hora notó que faltaba poco para las 5 y habían quedado en empezar la corrida a las 4 y media, no podrían quedarse allí esperando por mucho, les daría sueño. Marcó al número de su compañero, viendo como los chicos por su parte caminaban un poco al rededor, otros hablaban y echaban chiste de alguna estupidez, Dash inquieto como siempre se propuso a subir uno de los enormes árboles del lugar y subir a sus ramas seguido de Alí y otro chico. En ese momento contestaron.


    —Elías: ¿Joshua?


    —Joshua: ¿Humm?, ¿Cuatro ojos?



    Comentario que hizo al chico poner los ojos en blanco. Estúpido apodo. Pero no era tiempo de pensar en aquello, había notado que la voz de su amigo sonaba ronca y soñolienta.


    ¿Qué diablos?



    —Elías: ¿Estabas durmiendo?


    —Joshua: ¿Acaso tu no? m-mira la hora, son casi las cincooo, ahhh—un vosteso realmente exagerado— deberías dejar la charla pa´ mañana, ¿Si? hablamos luego cuatro oj…¡Oh! odias que te diga así,¿Eh?, Entonces miope, jeje… creo que es mejor.


    Molesto e indignado, así es como estaba el sub-capitán ahora. Más de uno cercano miró como el sub-capitán quitaba sus lentes y comenzaba a gritar vía movil. ¿Así se ponía cuando se molestaba?


    Tal vez la molestia esta vez no fue por el apodo, sino por su irresponsabilidad con el equipo.



    —Elías: ¡¿Cómo que olvidaste que trotariamos hoy, ahhh?! ¡Llevamos teniendo esta rutina desde siempre, Joshua! ¡Qué indignante de tu parte olvidar algo tan importante! ¡Te dije que le avisaras al equipo ayer, fuistes el primero en ser avisado de esto, idiota y aún así lo olvidaste, ahh?!, ¡¿En qués estabas pensando?! ¡No me vengas con esa idiotes tuya de que "se me olvido"! ¡Porque no es escusa! , ¿Esperarte? ¿Hablas en serio? ¡¿Después de esperar por tí media hora en la que solo dormías y ahora pides que te esperemos?!



    Los chicos miraban esto con algo de diverción, realmente era gracioso ver como Elías perdía la cabeza aunque sabían que por culpa de Joshua ellos también habían perdido su tiempo. Le vieron dar un par de gritos más y de golpe terminó la llamada. Se acomodó los lentes, tomó firmemente la lista en manos y seguidamene marcó en su lista que, Joshua estaba ausente.


    Decidió que era mejor iniciar su corrida.



    —Dove: ¿Elías?


    —Elías: Empecemos chicos, hoy será un día muy movido así que, empezemos con la rutina.


    —Alí: ¿ Y Joshua?


    —Elías: El imbécil se quedó dormido. Vamos, olvidemos eso, sigamos— tomó la minimochila que había llevado con él y guardó su lista, ajustó la mochila en su espalda y fue el primero en arrancar— ¡Andando!



    Todos se miraron entre si, algunos no le tomaron importancia y empezaron a trotar. Dash y Alí bajaron del árbol, mirandose con duda.





    —Dash: ¿Y qué pasó con el espíritu de buen equipo, ah?



    Negaron y empezaron su rutina.





    Mientras que por otra parte en cierto hogar…




    —Joshua: ¡Qué malo, realmente me colgó! Rayos, ¡Ah! Realmente está molesto—apenas se había lavado la cara, tomado un par de pastillas para el dolor de cabeza, se cambió lo más rápido que pudo, comió un par de mentas para refrescar su boca y a tropezones bajó las escaleras de su departamento saliendo de éste a toda velocidad— ¡Es un mal capitán! Demonios…¿Cómo en serio lo olvidé? ¿Estaran muy lejos?




    .-



    Freddy al abrir sus ojos y verse en aquella habitación oscura supuso que aún no había amanecido. Dolía su cuerpo, si, su cabeza también, sabía que aún no podía hacer mucho movimiento, aún así eso no le impidió arriesgarse a sentarse y acomodarse en la orilla de la cama, dejando a sus piernas estirarse y sus pies salir de la cama para tocar el suelo. Frío, estaba bien frío. No sentía sueño por más que se viera el rededor semi oscuro, necesitaba mirar la hora por ello buscó con su mirada su teléfono, pero no lo encontró.


    ¿En dónde lo había dejado ahora?



    —Freddy: ¿Y mi teléfono? —ni en la mesa, ni en la silla cercana, en ninguna parte, pero de repente recordó que actualmente no tenía un "teléfono" por razones de seguridad y aparte, el que tenía fue destruido por aquellos tipos que le secuestraron y golpearon. — Oh, lo olvidaba.



    Daba igual, no era de importancia, luego podría comprar uno nuevo. Terminó levantandose y caminó un poco con un sumbar torpe hacia el ventanal el cual curiosamente estaba cerrado. Odiaba dejarla cerrada ya que aunque tenía ventilación en la habitación adoraba sentir la brisa entrar y mover un poco las cortinas de las ventanas. Romántico ¿No? Por ello cuando llegó a ellas y las abrió lo primero que hizo fue asomarse, sentir la brisa suave de la plena madrugada por lo cual era muy frío, no le importó, dio un respiro y se dispuso a darle un vistaso al enorme patio que aquella manción tenía. Era una verdadera lástima que los dueños dejaran esa casa recluida solo por ser unos "sicarios" sin corazón, esa casa tenía un precio alto que cualquiera desearía tener en mano, los dueños anteriores no perdieron tiempo e invertieron mucho en aquellas tierras claro que con el tiempo por su mala fama tuvieron que invertir mucho para mantener aquellas tierras proteguidas de cualquier intento de ayanamiento o de compra alguna, estaba prohivido hacerlo, y sin más desaparecieron, con el tiempo sus descendientes se encargaron de visitar y administrar las continuas renovaciones de los papeles que debían realizarse para mantener aquella minita de oro intacta. Y entre esa larga historia familiar su padre fue el siguiente en la lista de hacerse cargo de tal propiedad.


    Freddy sonrió mirando el enorme muro que a muchos metros marcaban el final de las tierras, que aunque no fuera hijo legítimo del señor Jameson éste se había tomado la molestia de poner su nombre como un descendiente propietario de aquellas tierras, una vez que cumpliera los 20 él tenía la libertad de considerar aquellas tierras suyas, como hijo mayor debía administrar el hogar familiar.


    Su padre le había confiado tales tierra cuyas sinceramente aún no sabía que haría una vez estuvieran a su nombre, ah.


    Se sentía tan cálido en su pecho saber que tenía personas que lo amaban. Pero también se preocupaba que por su causa pudiera poner en peligro aquellos que tanto amaba.



    "Creo que le debo una explicación a Der…?"




    —Freddy: ¿Hum?, ¿Ese no es…Derint? —salió de sus pensamientos tras notar que el campo era usado por cierta persona, cabellos azabaches, vestido deportivamente y hacía calentamiento manteniendo una corrida de baja velocidad. ¿Estaría haciendo calentamiento tan temprano o qué? —



    Pegó su cuerpo a la baranda para afincarse y mirar mejor, como su amigo se obligaba a correr y darle la vuelta completa al terreno, sin pare, por como lucía era posible que llevara al menos media hora en eso. Tenía unas ganas de arreglarse y unirsele, sabía que lo hacía porque faltaba poco para el partido de béisbol, él como capitán del equipo tenía la mayor presión, debería ser el primero en prepararse y reunir a su equipo, darles fuerzas y palabras de alientos, que ganarían y ser de ayuda, pero no, estaba allí herido y con el cuerpo todo golpeado.


    Suspiró.



    —Freddy: Me siento inútil. Mejor regreso a la cama, pero en la mañana le dire a Derint que me siento mejor y empezaremos las practicas de inmediato, ya me he retrasado mucho y no quiero seguir ausentandome, nos reuniremos con el equipo.



    Estaba decidido. Su salud era lo de menos.



    [Fin de la III Parte]
     
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  7.  
    KAMERIA

    KAMERIA " Si caes, levántate y vuelve a intentarlo"

    Cáncer
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    Título:
    Tales of the Last White Rouss-[Saga #0]
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    Género:
    Fantasía
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    72
     
    Palabras:
    14012


    ¡Hola, saludos! Espero estén bien :)
    Mmm, estuve tratando de subir estos trocitos del cap con anterioridad pero he tenido problemas con la página, sencillamente me sale "error" cuando trato de ingresar a mi cuenta, así que, que esté aquí ahora es un gran logro para mí, espero que por lo menos si se pueda subir esta continuación.
    Lamento el retrazo─ Sorry, sorry, sorryyyyyy!─
    Bueno, espero disfruten la conti ;)

    [Cada párrafo editado e imagen incluida ha sido hecho con mucha dedicación y amor :)]
    [Me disculpo por cualquier error ortográfico encontrado]


    [Oh, y sí, cap algo largo]

    .

    .

    .




    " Hay alguien que observa en el silencio "




    Suhail (1).jpg



    *
    *
    *



    Solo era cuestión de tiempo, pensó el chico, aparentando tener una paciencia extraordinaria cuando en realidad era pura mentira; observando con ojos curiosos pero a su vez frustrada la figura de la pequeña azabache, envuelta en un panorama casualmente concentrado en el que todo su cuerpo, el cual descansaba sobre el gran sofá, estaba recostado de manera contraria a lo habitual. Se explica, normalmente uno se sentaría en el sofá, de manera adecuada, descansando sus piernas rectamente para al final doblarlas y reposar su espalda en el espaldar del mueble, no alrevéz, no, menos si te encontrabas viendo un programa en la TV.


    En serio, Johan mientras más tiempo se dedicaba a entender a la niña era menos lo que entendía. ¿Qué sentido tenía el pararse a las 6 de la mañana para, según, atender una cuestión de suma importancia, lo cual conllevó correr hasta la sala y prender la TV, y para completar, como cereza al pastel, acostarse boca arriba poniendo las piernas sobre el espaldar y dejar su cabeza casi pegar el suelo, y en esa posición pasarse esas 2 horas enteras viendo un programa? Que sinceramente no sabía aún de qué se trataba.


    En serio, era solo cuestión de tiempo en el que actuaría sin pensarlo dos veces y le gritaría a esa niña.


    ¿Qué rayos estaba haciendo? Sabía que se había parado temprano porque justo cuando escuchó el ruido en el exterior de su habitación─la cual era la de invitados─se había asomado por simple curiosidad y por precaución si es que la niña tenía pensamientos de escape. Si, si, una tontería, pero no podían culparlo por pensar así, la niña ya venía presentando comportamientos extraños como para no estar alerta por lo que pudiese hacer. Sin embargo descubrió que Leintni solo salía de su habitación, toda aseada, vistiendo de manera muy curiosa entre telas grises y calcetines de color blanco, más bien toda una pinta escolar.


    ¿Estaba usando el uniforme escolar, en serio?


    ¿Y por qué?


    Si mal no recordaba ese era el uniforme de la escuela primaria de Forever, Fénix Rojo I. Esos colores…


    ¿Por qué lo usaba…?



    El desosiego lo hizo correr en toda la habitación para arreglarse lo antes posible antes de apresuradamente salir de la habitación e ir a parar a la cocina, en donde con seguridad halló a Leintni, quien ahora se encontraba en el sofá con las piernas dobladas sobre el espaldar del sofá y ¿Cabeza abajo?


    Al preguntarle qué diablos se supone estaba haciendo, lo único que llegó a recibir fue la respuesta de la niña en modo calmado, pero no como solía ser Leintni normalmente.


    Concentrada, sin despegar su mirada de la enorme pantalla, soltó: " Suelen pasar clases por la televisión, hay un horario específico para eso pero las clases no empezarían sino hasta ayer, pero lo olvidé y esta mañana lo recordé, hay muchos niños que ven esto pero también hay algunos que no lo hacen, tengo compañeros de la escuela que dicen que prefieren dormir un poco más a asistir a estas clases…pero mi hermano me dijo que debía tomarlas"


    Si, era cierto que el gobierno había implementado pasar por TV un programa especial para que los menores aprendieran mientras se encontraban en su tiempo libre, un tipo de preparación para que las cabecitas de los niños siguieran trabajando en algo, útil ¿No? Sin embargo dichas clases normalmente empezaban a las 8, no a las 6 de la mañana.


    ¿Por qué tan temprano?



    Claro que Johan no siguió preguntando porque vio que no sería necesario. Era Jueves por la mañana y por alguna razón se sentía más tranquilo que ayer, algo así como fresco, relajado. Su cuerpo se sentía ligero, la ansiedad que estaba sintiendo últimamente se había disipado un poco, aunque aún sentía una ligera molestia pero eso se debía a que estaba consciente de que su madre llegaría en cualquier momento y la verdad es que le inquietaba el no saber cuando. Por primera vez la raíz de sus preocupaciones no tenía nada que ver con los estragos que las acciones de la pequeña Rouss podría causarle, al parecer ya comenzaba a aceptarlo─acostumbrarse─, el tema de su madre sin embargo era otro tema. Esperaba su llamada pero, sabía que ella no volvería a llamar.


    Con pensamientos calmados, pensando en su familia fue que se dispuso a preparar el desayuno ya que estaba despierto, ¿Qué más podría hacer a las 6 de la mañana sino que eso? Leintni veía su programa, que él aseguraba no eran los de estudios, era muy temprano aún. Pero por lo menos estaba distraída con algo y no la tenía allí pegada haciendole preguntas demás, no es que le molestase, ya no pero en veces realmente no toleraba que su espacio personal fuera invadido por más tiempo de lo debido, aceptaba que agradecia que al menos no estaba solo allí despierto en esa casa y que al menos podía sacar la cabeza hacia la sala y ver que había alguien allí.


    Alguien…que no era su mascota Andrómeda, no, alguien que se estaba volviendo especial para él.


    Y él lo sabía.



    "¿Cómo…?"





    El silencio en la cocina, apenas escuchando el leve sonido que producía la televisión encendida en la sala, y el sonido de las tasas usadas ser lavadas por la cristalina agua, todo esto mantenía despejado su mente de manera tan sutil.


    Aunque no estaba en casa se sentía como si estuviera en ella.


    En calma.



    Ah
    , suspiró



    "¿Qué tonterías piensas? Tsk, rayos"




    Eran días difíciles para él y sí, las clases estaban a pocos días de empezar siendo éste un factor que sin duda lo mantenía algo frustrado ya que debía mentalizarse de que dentro de poco se le acabarían los días de estancia en casa y tendría que volver irremediablemente a Santa Luz en donde vería sus clases, literalmente debía mudarse a un estado que quedaba al otro lado de la isla. Ah, vaya que amaba estudiar pero odiaba la gran línea de distancia que había entre su escuela y su hogar.


    Detalles que no le daría importancia de no ser que, "algo" que no sabía qué era aún, lo seguía molestando en crece.


    Claro que se daría el tiempo de pensar en esto de no ser que algo más interrumpió sus pensamientos.



    Estaba preparando café.



    A poco de hacer el café y de echar lo que según pensó era el azucar, se dio de cuenta con terror y con asco que lo que acababa de echar no era más que…




    ─Johan: ¡Pica!



    Pimienta…



    Y fue así que luego de media hora más terminó preparando el desayuno y aceptando que, sí, si había algo en el mundo que podía hacerle perder la cabeza.


    Y no por ira, debía aclarar.



    Ni hacer bien un café pudo.



    —Johan: ¡Leint! El desayuno está listo.



    .-



    Fue luego de gritar que el desayuno estaba listo que Johan, al no percibir ningún movimiento ni respuesta por parte de Leint que decidió salir de la cocina y observar con malos ojos a la menor, quien, irónicamente seguía sin moverse de aquella extraña posición, observando la TV.


    Fue cuando, con un respiro hondo que dio, trató de tranquilizarse y, sacudiendo un poco sus manos cuyas tenían algo de rastro de agua por averlas recién lavado, a paso parcial se acercó hacia el mueble sin despegar su mirada frustrada sobre Leint. Quisó gritarle, la verdad, detuvo sus pasos a poca distancia de ella, llevando sus manos a su cintura y le dio una mirada más cargada de molestia que de otra cosa, listo para interrogarla.


    Pero algo en la niña, en la manera en que parecía mover ahora sus manos en señas raras, fue lo que hizo que Johan mirara con mucha más rareza a Leint. Porque ella parecía repetir entre dientes palabras que él no podia oir y luego…ella solo movía sus manos.


    Hacia señas como si…


    —Johan: ¿Se puede saber qué estás haciendo?


    —Leintni: ¡Oh, Johan! ¡Je, buenos días!


    —Johan: Si, si, buenos días, ya dijimos esa parte temprano.


    —Leintni: ¿En serio…? Disculpa, je, lo olvidé, es que a veces yo solo-


    —Johan: Está bien, sé que no prestaste atención en lo absoluto —rodó los ojos con irritación y antes de que la niña empezara a disculparse él prosiguió. Volvió a preguntar —Solo dime porqué sigues viendo la televisión en esa posición y, haciendo esos movimientos raros con tus manos—señaló con un movimento de manos—¿Si sabes que con la cabeza así tendrás una mala circulación, no?


    —Leintni: Es…bueno, ¿A cuál pregunta respondo primero?


    —Johan: —casi quiso golpearse la cara, casi—Solo…responde.


    —Leintni: Bueno, primero que nada—hizo una pequeña pausa muy suave. Pensativa. Aún con su cabeza casi tocando el suelo giró su atención una vez más hacia su frente, sin embargo su mirada estaba clavada en el techo, como si buscara una manera de responder bien cada pregunta — ¿Sabes sobre los problemas de aprendizaje que algunos niños sufren durante su niñez?


    —Johan: ¿Problemas de aprendizaje? ¿Hablas como, algún problema mental o porque sencillamente son unos cabezas huecas?


    —Leintni: ¿Eh? ¿Qué? ¡No, no! ¡Claro que no, Johan, ay, no digas cosas tan groseras!



    Hizo un puchero, y Johan rodando los ojos con fastidio se dio un impulso de tomar ese momento como una escusa y se acercó más al sofá, tomando asiento aún lado de la niña. Se acomodó a su lado.



    —Johan: Bueno, entonces ¿De qué problemas me hablas? No espero que me salgas con que ahora sufres de algún problema así, Leint, porque sé que hay muchos cabeza duras aún repitiendo en la escuela, y tu por más cara de torpe que tengas no creo que tengas ese tipo de defici-




    Claro que bromeaba, y esperaba que Leint riera o siguiera haciendo pucheros en quejas, en serio que era esa la expresión que esperaba, ¿Qué más? Incluso la llamó torpe frente a sus narices para solo molestarla, solo bromeaba, pero, Johan al esperar esa reacción solo se topó con la mirada serena y honesta de la azabache.



    —Johan: Espera…¿Tu sufres de…algo así?



    El silencio de la niña. La expresión tan poco perturbada de la niña, sin duda incomodó al pequeño Jameson. Leintni no estaba ofendida, mucho menos afectada por las palabras de su amigo. Más bien parecía no haberle hallado sentido alguno a sus palabras.

    Ella al quererse hacer entender en aquel tema tan solo se movió en su lugar para de esa forma acomodarse y sentarse adecuadamente en el sofa, y luego de acomodar bien su uniforme mirar a Johan para seguir su explicación.


    —Leintni: No lo sé, la verdad es que no sé cómo se le diría a lo que tengo pero, papá dice que solo es una faceta que todo niño pasa pero que no a todos le pasa igual. Yo…tengo ammm, a ver ¿Como le diría? ¿Problema? ¿Detalle? ¿Manera quizá? Bueno, algo así lo llama mi hermano, que yo tengo una manera diferente de aprender y es por eso que a veces a la hora de ver las clases debo de usar técnicas que me ayuden a recordar y aprender más rápido, y claro que me haga también comprender lo que me explican.


    Lo dicho, sin duda, dejó al rubio sorprendido y esta vez no pudo ocultar su asombro. ¡Jamás había escuchado algo así!


    —Leintni: Se le llama Discapacidad de la memoria y el Procesamiento auditivo, y es que suelo en veces olvidar con rapidez lo que veo en clases. Para no hacerlo debo buscar a veces un ángulo que me ayude a aprender y a recordar las clases, ángulos diferentes, ¿Así como viste hace momento en el que debía estar de cabeza al suelo? Cuando veo las clases matutinas por la televisión, casi siempre debo de usar esa posición ya que desde ese ángulo se me hace más fácil el recordar lo que los profesores enseñan en clases.


    —Johan: Pero…¿Por qué?


    —Leintni: Bueno porque…¿Si?


    —Johan: Pero… ¿Cómo es que tu sufres de tal discapacidad? ¿Y desde cuándo? —no quiso sonar así de angustioso, menos soltar "esa" palabra, pero ya cuando hizo su pregunta era muy tarde para corregirse—


    —Leintni: Ah, bueno—simplemente desvío su mirada, apretando fuertemente entre sus dedos la orilla de su falda—No lo sé—alzó los hombros— Siempre a sido así, supongo. No es como si me molestara, después de todo.


    —Johan: Si pero…¿No es muy raro eso de la discapacidad? ¿No tienes dudas sobre eso, o no te preocupa? ¿Tu padre te ha dicho la razón?


    —Leintni: No…¿Por qué lo haría?


    —Johan: ¿Por qué no hacerlo? ¡Eres su hija!


    —Leintni: Pero él dijo que solo era una face en el que todos los niños pasaban-


    —Johan: ¡Pero no es así…! ¡Es mentira! Al menos no todo eso es verdad, porque no tiene sentido que…—vaya que estaba perdiendo el control. Los nervios no lo dejaban, ¿Cómo era posible que ella podía ser tan…? ¡Era absurdo! — Tienes 10 años Leint, no 6, ¿Por qué tener una discapacidad intelectual cuando literalmente tienes todas las de saber cómo defenderte en la escuela? Tu padre es doctor, tu tía una abogada, dueña de su propia empresa, sin mencionar el largo trecho estudiantil que tienen tus hermanos, digo…¿No te parece extraño tu condición?


    —Leintni: ¿Mi condición…? —aquellas palabras la hicieron sentir extrañas, y ya para esas alturas su enfoqué en las clases en TV se había perdido —¿Cómo que condición? No entiendo.


    —Johan: —y realmente al ver a sus ojos descubrió que ella estaba siendo sincera. No era una broma. La capa y barrera que tenía ella, o lo que fuera que la tenía encerrada en aquella burbuja parecía estar amenaza en reventar y todo si el seguía insistiendo con el tema—Leint, tu…—¿Habría algo malo si entraba en tema? Al referirle a algún tema en particular, podría confundir la? ¿Preocupar la o incluso hacerla llorar? — Podrías tener…emm…


    ¿Qué podría decirle? ¿Qué pueda a que su padre solo le había contado un cuento de niños?



    —Leintni: ¿Qué podría tener?



    ¿Engañarla? ¿¡Y si la hacía llorar!?


    No, eso no…



    ¡El no podía…!


    Eso…eso sería tan…


    Tan…cruel ¿No?


    ¿Acaso no sería un poco…?





    «¡Y eso es todo por hoy chicos! Espero que hallan aprendido bien cada seña el día de hoy, y recuerden que si tienen alguna duda aún pueden pasar por nuestra página oficial y buscar las clases y repasarlas con más calma. ¡Los estaremos esperando la siguiente clase !»




    —Leintni: ¡Ehhh…! ¿¡Oh, la clase ya terminó…!?



    No era su deber decir nada y menos dar su honesta opinión sobre lo que le estaba contando. Menos mencionar algo que podría poner al padre de la azabache como mentiroso, sin duda esto la afectaría e incluso la podría poner triste o la enojaría. Seguro. Ella…

    Pueda a que si tuviera algún tipo de condición, pero, ¿Cómo saberlo?


    ¿Cómo juzgarla…?



    «¡Pero antes de despedirnos repitamos una vez más como decir adiós y hasta la próxima! ¿Están listos?»





    —Leintni: ¡Si, lista!



    Al verla pudo notar, hasta ahora que en realidad no le había prestado la suficiente atención cómo para darse de cuenta de lo que ella realmente estaba haciendo, no la observó lo suficiente como para intuir que, todos esos movimientos de manos y esas señas raras que hacía no eran más que, instrucciones dadas en las clases instruidas, enseñadas por profesores que enseñaban a todo niño el cómo decir hola y adiós en LSM.

    En realidad hasta ahora entendía con más claridad las razones por las cuales Leintni Roussh Lin siempre le pareció tan rara, no, no así. En realidad, tan diferente.


    Con defectos a montón, inimaginables y que a su vez la hacían ver "especial"


    —Leintni: ¡Hasta mañana! Je—esa emoción y el sonido de la clase en la TV llegar a su fin—


    —Johan: ¿Estás…aprendiendo lenguaje de señas?



    La animada infante dejó de atender a las clases terminadas y giró su atención hacia su amigo. Sonriendo crudamente.



    —Leintni: Tomo las clases como modo de aprendizaje temporal para así, ammm, aprender otras maneras de, ammm, comunicarme—decía sonriente, ya con el control remoto en mano, lista para apagar la TV —Las clases de matemáticas empiezan dentro de 20 minutos, según el horario, así que aprovecharé ese tiempo para ayudarte en el desayuno.



    Claro que ésto último no lo escuchó Johan. Perplejo aún.


    Se levantó enérgicamente del sofá para acercarse a la enorme pantalla y apagarla.



    —Johan: Entonces, en todo ese rato…tu manera de sentarte tan extraño, tus murmullos…solo tratabas de estudiar. Hum, ya veo—decía más bien para sí, ya que Leint estaba distraída con otra cosa —Aparte, también estudias el lenguaje de señas, vaya, que inesperado.



    Nunca hubiese imaginado que la niña estuviera tan impregnada de tantos tipos de conocimientos. Y a su vez tenía curiosidad por saber porqué razón estudiaba lenguaje de señas.



    Leintni luego de apagar la televisión, caminó hasta Johan y con sus manos colocadas divertidamente atrás de ella, movió uno de sus pies juguetonamente en lo que miraba a Johan, de una manera que el chico lo interpretó como que ésta tramaba algo.


    Curiosa, intrepida, tenía alguna idea que de aseguro quería compartir.


    Lastimosamente él no estaba enfocado como para lidiar con ésto.




    —Johan: Pensé que solo eran tonterías tuyas, disculpa si te ofendo pero no es mi culpa que pensara mal de ti, eres rara en veces ¿Como iba a saber sobre tu condición y deficiencia de aprendizaje? Ni que fuera adivino, vaya…. —dijo casi apenado, enredado en un torbellino de dudas, sus susurros no fueron más que eso y por su bajo tono al hablar obviamente sus palabras no fueron escuchadas por la azabache —No debería sorprenderme con esto pero…creo que jamás había conocido a una niña que tuviera tantas facetas cómo tu…


    Murmulló.


    —Leintni: Eh, bueno, ya que me quedan unos 18 minutos más o menos iré a la cocina para ver en qué puedo ayudar ¿Si? —a paso tranquilo caminó pasando a un lado del rubio. Sin imaginar lo que éste seguía diciendo en murmullos— Solo dime qué te gustaría comer y veré qué podemos desayunar, ¿Dale? —y se alejó cada vez más—¿Alguna sugerencia, Johan?


    Ya para cuando Johan escuchó la pregunta de Leint era porque la niña ya había desaparecido de la sala, dejándolo a él allí solo. Claro que al volver en sí y recapacitar en lo que había dicho Leint una nueva sensación de frustración cayó sobre sus hombros y no pudo evitar suspirar.


    Casi, solo por poco se echa a reír por lo gracioso que le pareció la ignorancia de la niña, pero se contuvo.


    Torpe, sin duda Leint seguiría siendo una niña torpe y lenta delante de sus ojos.


    Mientras ella estudiaba en casa, mientras él seguía descubriendo que la niña cargaba con un historial facetico muy cargado, a final de cuenta ella para él seguía siendo rara.


    Nada extraordinario.



    —Johan: —suspiró— Me pregunto si llegaré a vivir estás experiencias por muchos más años? Ha, ¿Pero que digo? Si solo estoy aquí por un favor—negó con gracias. No era momento de pensar estupideces. Mejor regresaba a la cocina y se aseguraba que todo estaba en orden —¡Oye niña! ¡Ni se te ocurra mover nada allí! ¡El desayuno ya está…!


    —Leintni: ¡Oh, cocinaste! ¡Qué sorpresa…!


    —Johan: ….listo.


    —Leintni: ¡Pondré la mesa entonces! Jeje, ¡Ven a lavarte las manos, Johan!



    Y así sin más se daba el inicio de un nuevo día en el que Leintni Roussh Lin junto a su ahora nuevo amigo, Johan Jameson, deberían de enfrentar—sin importar el pronóstico del día—las pruebas y dificultades que se presentarían aquel Jueves por la mañana. Con subidas y bajadas, con sol o con nubes, ambos estaban de acuerdo en que no importaba si debían de quedarse en casa, ambos saldrían animadamente y ayudarían en las ventas en la tienda de juguetes de la tía Deya.


    Sin duda alguna para ellos era una aventura, sin embargo para otros….no.








    Solo era cuestión de tiempo, si, solo eso, en el que cada una de estas cosas cambiarían su rumbo, en el que ya no habría un "A la próxima" porque el final de ello llegaría y sin duda alguno sera doloroso para muchos. No todos lo esperarán, no todos pensarían en un por venir así.


    Y con todo y eso, siempre había alguien en el exterior que sabía algo, y también alguien quién observaba todo.



    .-



    Las cadenas a su alrededor resonaron.




    En el silencio, perdido en la oscuridad, había alguien, él, atrapado entre las garras de un enemigo de antaño que se gozaba con su silencio por verlo retorcerse entre sus garras, en lo que lo observaba presenciar las diferentes pruebas y dificultades que sus seres amados debían enfrentar aquél día.


    Y que finalmente parecía aceptar que, sería el último.



    Lo miraba gozoso por ver reflejado en sus ojos esa señal de "recelo y miedo"


    Miedo de perder todo por lo que ha luchado.



    En ese silencio, un par de ojos heterocromaticos llenos de un brillo ambiguo, observaron con total angustia la manera en el que el tiempo iba corriendo y el cómo poco a poco se iba consumiendo más, el modo en el que las oportunidades cada vez eran menos y que…literalmente el final parecía ya estar tocando la puerta de todo Foreigntown. El modo en que sentía como su cuerpo reaccionaba ante las señales de peligro que le era mandado desde el exterior, el como podía sentir esa vibración molesta proveniente del norte que le gritaba con odio puro que él sólo estaba trayendo consigo la desgracia a ese lugar y que gracias a él el enemigo podría hacer de las suyas y obtener la victoria.


    Qué gracias a su existencia podía existir esa puerta a lo imposible, porque él serviría de mediador entre el bien y el mal. ¡Un ser perfecto!


    Claro que la pluma oscura jamás uso esas palabras exactamente, pero muy bien sabía él porqué razón aún lo tenía allí encerrado. Porqué no se esforzaba por dañarlo o atacarle, se movía con un extraño misterio entre la oscuridad y lo observaba con ojos analíticos que dejaban en claro su deseo profundo de usarlo para su plan. Un plan que implicaba dañar a otros, un plan que no debía llevarse a cabo de no ser que desearan ver la muerte de todos…un plan que aseguraba la destrucción de aquella isla.



    Lo peor de todo es que en cada resultado él veía el cómo él mismo tenía parte en ello. Él era el culpable de que el enemigo tuviera una oportunidad.



    No, la oscuridad sin duda no era misericordiosa, era cruel.



    Y en cada panorama nuevo que a sus ojos llegaba─visiones que sólo aparecían para mostrarle el futuro─ mostrándole el resultado de lo que sería el final de esa guerra silenciosa, en cada una de esas imágenes tan solo veía el mismo resultado. Y no le gustaba.


    No importaba cuántas veces pensara en ello y tratara de ver otro futuro, el "final" siempre era el resultado.




    —"Solo es cuestión de tiempo"





    De algo estaba seguro Suhail y era que, no tenía ni la mínima idea de cómo saldría de ese lugar. Pero estaba seguro que haría su movimiento contra esa maldita pluma.





    Las cadenas una vez más sonaron en aquel silencio. Y por milecima vez en su vida deseó no haber nacido.







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    Capitulo 15_ "Perder o ganar: Primer Parte"


    Tales of the Last White Rouss

    Saga N° 0: Hijos del Futuro


    [IV Parte]


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    Leintni.jpg






    El día siguió su curso aquel día, por ser un día cercano al fn de semana algunas personas tenían más trabajo mientras otras no, por ejemplo Leintni, esa mañana estaba más ocupada con las tareas en la tienda que otros días. Jueves por la mañana y amaneció con una rápida rutina de levantarse, bañarse, prepararse para las clases programadas y luego solo comer el desayuno que esa mañana Johan había preparado con tanto esmero─estuvo apunto de agradecerle con un abrazo pero, ya sabemos cómo terminó el intento─ y bueno, lo demás fue solo historia; salió a la tienda acompañada de su nuevo compañero, sonriendo al sol y al cielo agradecida por un nuevo día.


    Era una menor y no tenía la obligación de hacer ese tipo de cosas como si fuera un adulto, incluso Johan, era un simple menor y no debía porque responsabilisarse por ella, aún así insistieron en hacer el trabajo como si de una tarea simple se tratara.


    La noche anterior antes de dormir la tía de Leint había llamado y había informado que llegaría el día siguiente, no dijo hora pero que esperaba verlos en casa y no "trabajando", aún así, ninguno escuchó.



    Y fue en ese momento que Leintni se emocionó al saber que su hermana tenía razón ¡Su tía regresaría a casa!


    Ahora estaban en la tienda, cada uno haciendo su trabajo con muchos ánimos. Por los momentos un trabajador más estaba en la caja registradora, Johan estaba atendiendo a los clientes mientras el otro empleado ayudaba con los cobros, era un viejo empleado de la familia por lo que solía en veces ausentarse y todo porque los sobrinos de su jefa solía exigir tomar parte en la tienda y preferían hacer ellos mismos el trabajo en vez de dejarlo a alguien más. Un simple capricho de los hermanos Rouss. Johan era uno que entraba al número.


    Leintni estaba acompañando a una ancianita que conocía muy bien y que a su vez venía acompañada de su nieta, Leintni le ayudaba con las compras ya que la mayor había comprado en gran cantidad.



    —Leintni: ¡Hola, Jacob! Estas son las compras de Madam Lu.


    —Jacob: Muy bien, señorita Roussh Lin, ¿Quiere que los empaquete especialmente o solo los embolso?


    —Leintni: Déjame ver… mmm, disculpe Madam Lu—se giró a ella—¿Le gustaría que mandara sus cosas en paquete?, sería más fácil para usted además compró muchas cosas, usted no podrá llevar todo.


    —Madam Lu: Mi niña, está bien, puedo llevarlo en serio, no te molestes en esto.


    —Leintni: No me molesta, lo llevaré yo misma.


    —Madam Lu: Gracias, pero no tengo para pagarlo.


    —Leintni: Esta bien, lo haré gratis. —se giró hacia Jacob y sonrió—empaquetalos, iré por mi bisicleta.



    Jacob solo asintió e hizo su trabajo de empaquetarlos, dudaba que la niña pudiera llevar todo aquello ella sola pero, era una terca y por más que opinara lo contrario ella haría el trabajo. Así que, al cabo de veinte minutos ya Madam Lu estaba en su casa recibiendo las compras que hizo, entragados por la misma Leintni quien sonriente le ayudó a pasar todo hasta su cocina.



    —Madam Lu: Te tomaste las molestias de venir cuando te dije no importaba, eres muy terca, ¿Sabías?


    —Leintni: Solo quería ayudarle, en serio, —sonriente apretó aquel pastelillos que la anciana le había dado como un pequeño gesto de agradecimiento—además esto es suficiente para mi, ¡Amo los pastelillos!


    —Madam Le: Entonces ¿Por qué no te quedas un poco más y me acompañas a preparar unos dulces para el almuerzo? aparte son muchos los que tengo que hacer, esta noche vendrán mis hijos y nietos, ¿No quisieras acompañarnos?


    —Leintni: ¿En serio? —sonrió emocionada— ¡Oh, me gustaría de verdad! pero…no podré, lo lamento Madam Lu, aún tengo trabajo y mi tía dijo que llegaría el día de hoy, debo preparar todo en casa. ¡Pero quizá la próxima pasaré para hacer pastelillos con usted!


    —Niña: ¡Y yo!


    Dijo una niña de unos 6 añitos quien apareció abrazando su peluche de felpa. La anciana rió por la respuesta de su nieta, al final entendiendo las razones de la Roussh Lin a quien la acompañó hasta la salida para despedirla cortesmentes. La vio alejarse cada vez más hasta no verla más.


    —Niña: ¿No vendra?


    —Madam Lu: Tiene trabajo que hacer, será para la próxima.


    —Niña: Pero…


    —Madam Lu: Vamos, sé muy bien lo mucho que querías que Leint se quedara para jugar un poco pero hoy tiene cosas que hacer, vamos pequeña intranquila, hagamos unos dulces.


    —Niña: ¡Si! ¡Dulces! ¡Pero a la próxima le dices que se quede a jugar conmigo!


    ─Madam Lu: ─rió─ Ya veremos.




    _Cambio_





    Aquella mañana Sarah se había levantado un poco más estrezada que antes, con mucho sueño de por medio─ya que casi no pudo pegar el ojo por la noche─y que justo ahora le pasaba factura. Esa mañana apenas hizo lo de siempre que fue levantarse, lavar su cara, cepillar sus dientes, darse una ducha rápida, limpiar por aquí y por acá para luego solo hacer algo de café y ser eso lo único que justo ahora nadava en su estómago.


    La verdad es que no se levantó con apetíto, sin embargo muy bien sabía ella que más al rato empezaría a sentir el remordimiento. Siempre era así.


    Trató de no pensar en lo que había pasado la noche anterior, su primer día de trabajo, no pensó en la primera impresión que se llevó del lugar, el de sus compañeros, el de ese chico "amable" que de la nada había cambiado su actitud tan solo por haberle preguntado "qué es lo que quería" al estarse comportando tan amable con ella, ah, cosa que al parecer realmente no le agradó al muchacho─que se fuera al diablo─ aunque Sarah le restaba improtancia a esto, prefirió dejar al chico en su lista de "uno del resto" con los que normalmente mantenía un intercambio de palabras y luego solo pasaban a ser personas normales.


    Extras. Pero ella odiaba usar esa palabra. Muy discriminal de su parte.


    Incluso trató de no pensar en el encuentro que había tenido con la Srt. Wang Xu y…su sobrino. Aún no podía creerlo.



    La sensación que le causaba recordar a esas personas era…



    ─Sofi: ¿Sarah? Oh…llegaste.



    ¿Hum? Los pensamientos de la peli naranja se vieron interrumpidos por su compañera Sofi, quien justo acababa de salir del negocio recibiendola de esa manera tan turbulenta. Su cara muy bien maquillada mostraba algo llamado "angustia" y a Sarah no le agradó del todo, más por como la veía como si le fuese a dar una mala noticia.



    ─Sarah: Hola también para ti, hum─dijo simple, caminando rapidamente hacia la entrada para encaminarse al interior del restaurante─


    ─Sofi: Dime ¿Por qué te fuiste antes de la hora anoche? Sabes que hacer eso te puede costar el empleo, ¿No?


    Sarah casi rodó los ojos al escucharla seguirle.


    ─Sarah: Eso lo sé muy bien. Pero no me fui antes de la hora, completé mi turno ¿Esta bien? atendí el último cliente y luego me fui─ya tenía su mano en la perilla de la puerta cuando, se medio giró y miró a Sofi de reojos─Pueden revisar mi horario de salida si quieren, está en la pizarra.


    Ellos tenían una pizarra en donde anotaban la hora en que llegaban y en la que se retiraban, algo que le habían explicado bien al momento de llegar allí, la misma Sofi también se lo había explicado ¿Por qué tan rara ahora? Hum, Sarah no quiso pensar en eso y solo empujó la puerta para así darse paso al negocio.



    Sin saber el gran lío en que se vería envuelta en esos momentos.



    ─Sofi: ¡Eh, Sarah, espera un momento! Antes de entrar debes saber que…


    Fue entonces que los ojos de la Rouss chocaron con unos de color café claros, cuyos justo ahora estaban observandola con una expresión sería pero también, con otro sentimiento oculto. Sarah frunció el ceño.



    ─Sarah: Tu…


    ─Said: Señorita Rouss, finalmente llega.


    No era lo que se emperaba encontrar una vez llegara al trabajo, al menos no enfrentarse a tal dolor de cabeza a plenas 7 de la mañana. Frente a ella no solo estaba aquel chico molesto─y extraño─de la noche anterior, sino que pudo ver que más atrás estaban los demás empleados y una que otras cara que no recocía y que menos le dio importancia.

    Said, de brazos cruzados tenía tres pasos en frente cerca a ella, a diferencia de cuando se presentó la noche anterior─con amabilidad, cortecía─ ahora su rostro no mostraba ningún rastro de amabilidad o condescendencia, más bien le lanzaba cuchillos filosos cómo si la quisieran muerta.


    ─Sarah: Muy buenos días─se animó a decir más bien como cortecía, no dirigido a él, demostró. Barrió el lugar con una mirada y notó que a pesar de la hora el local no parecía estar listo para abrir aún ¿Abría ocurrido algo?─ No sabía que había reunión.




    Claro que había pronunciado esas palabras en modo de observación, jamás en burla pero al parecer ésto no le pareció así a cierto empleado, porque antes de que Sarah se percatara ya se encontraba encaminado sus pasos hacia la oficina del jefe.



    .-



    Sarah terminó reuniéndose en la oficina del jefe luego de su llegada, escoltada por Said quien llevaba la adelantara y quién se encargó de tocar la puerta de aquella oficina antes de entrar junto a la chica.


    La puerta era de un estilo clásico con doble puerta por la que al momento de abrir, ambas puertas fueron empujadas. El sonido seco fue molesto para los oídos de la peli anaranjado, sus ojos dieron señal de disgusto pero aún así su mirada no se apartó de un punto al frente, ni siquiera cuando ya habían llegado a la oficina y se encontraban en presencia del jefe.


    El señor Santiago.



    —Santiago:¡Oh! Pero si es la chica estrella—con risa jactante apartó los dedos del periodico cuyo estuvo leyendo—Justo me preguntaba qué tal iba el trabajo por allá. Supervisar a mis empleados es rutinario pero anoche…je, digamos que estuve algo ocupado, cosas de "negocios" ya saben.


    El único en no tomarse bien aquel comentario fue Said quien frunció el ceño. Como si entendiera el mensaje oculto atrás de esas palabras.


    —Santiago: Es por esa razón que decidí dejar a cargo de la supervisión a mi hijo Said, que como puedes ver es todo un muchacho dedicado a lo que hace, es una gran ayuda para el negocio, en verdad —su tono entuciasta y alegre, pero que en cambio no causaba ningún alivio para cierta joven allí, era como una lumbrera molesta en medio de la oscuridad—Espero no haya sido tan duro contigo ¿No tuviste problemas con el movimiento en la tienda, o sí?



    Sarah le costó un poco reponerse de la reciente sorpresa que sufrió y más de aquel tragó amargo que tuvo que tragarse.



    "Genial, lo que me faltaba, tengo al hijo del jefe justo a un lado"




    Y hasta ahora lo sabía.


    Ja, ignoró aquel sentimiento causado por el recordatorio que le hizo su conciencia de lo grosera que se comportó con el hijo del jefe.



    —Sarah: Yo—aclaró su garganta—claro que no, señor.


    —Santiago: ¿En serio? Vaya, entonces realmente no me equivoqué al elegirte como mi nueva estrella, ¡Qué bien! sin duda alguna tengo buen ojo. Es que desde el momento en que te vi pasar por esa puerta, desde ese instante supe que eras la chica perfecta para el puesto y sin duda jamás me equivoco cuando de buen gusto se trata-


    —Said: Papá-


    —Sarah: Me siento agradecida por… haberme elegido señor, yo…prometo hacer un esfuerzo para no defraudar le.


    ¿Ah? Fue la expresión mostrada en el rostro del mayor, quien con sus ojos semi achinados, y su cara redondeada remarcaban con más exactitud un gesto de duda que cualquier otra cosa—extrañeza, quizá—. Said se había volteado a mirar con ojos analíticos hacia la Rouss quien luego de sus palabras había echo un extraño gesto con su cabeza semi inclinandolo. Una señal de respeto.


    Said sintió su garganta seca, sintiendo que debía apresurarse en decir algo más porque, aunque no le agradaba aquella muchacha—primera impresión —tampoco era capaz de dejarla enfrentarse a su padre—lo conocía, sabía que en cualquier momento estallaría—cuando de repente la risota de Santiago llenó el lugar.


    —Santiago: Que muchacha más graciosa, que simpática. Hum, escuche señorita Rouss, no hay manera de que me decepcione a mí o a mis empleados porque antes de que algo así ocurra ya yo la habré despedido, ¿Entiende?—decia calmadamente pero muy profesionalmente el mayor, y Sarah se enderezó para mirarle seriamente. No se había esperado una respuesta así—a la única persona que puede llegar a decepcionar sería a usted misma, sin visión no hay meta, así que piénselo. Sólo uno saldrá perdiendo ¿Y en esta oficina, sabe quién sería esa persona?



    Muchos decían que era un tirano, un abusador y un explotador, si, muchos tenían sus propios cuentos reservados hacia un sujeto que, sin mencionar su aspecto físico, en actitud parecía todo un dictador, rodeado de una fama nada agradable pero que solo pocas personas sabían el verdadero esfuerzo que hacía aquel ser humano para seguir adelante.

    No importando le los comentarios de los demás, seguiría levantando su negocio.


    Sarah no era una adivina o una telepata, lo que tenía con su hermano era una conexión única que se debía a su conexión sanguínea pero no era un don o un truco, era algo totalmente diferente a lo que esperimentaba ahora, y que obviamente no podría usar a su antojo.

    Ver a las personas y saber lo que pensaban era una tarea imposible, sin embargo a veces la sensación de "esa" conexión era similar, porque solo en extrañas circunstancias lograba ver más allá en una persona, más que un rostro y apariencia, veía, por milecimas de segundos, la verdad de esa persona.


    Y justo ahora lo que veía en el señor Santiago era todo lo contrario de lo que ella creyó era él.


    Así como a su hijo Said, había también juzgado mal a Santiago.



    "Tsk, ¿Por qué veo esto justo ahora? Que conveniente"
    no específicamente para ella.





    —Santiago: Por cierto… escuché algunos comentarios algo "problemáticos" sobre…el servicio de anoche, uno de mis clientes al parecer se quejó sobre no recibir el trato deseado la noche anterior y la verdad es que-


    Los ojos de Santiago señalaban directamente hacia Sarah quien no apartó para nada su mirada de su jefe, fuese lo que fuese que llegase a decir Santiago ella sabría cómo responder. ¿Sera que la esortaría por haberse retirado temprano la noche anterior? Ella había cumplido con el horario ¿No? No podía ser eso.


    Sin embargo el hombre recibió quejas y, tomando en cuenta que la única persona que estaba allí aparte de Said—siendo su hijo y obvio no contaba—era ella la única que apuntaba a ser la del problema, sino ¿Porqué Said la habría llevado a ver al jefe?



    Todo comenzaba a tener sentido.



    Said al parecer adivino lo que diría su padre, con algo de inquietud e impulso dio unos pasos adelante y habló firmemente a su padre y también "jefe", evitando a que llegase a decirle a la Rouss lo que para muchos eran la señal de renuncia, al parecer.



    Fue en ese entonces que por primera vez, desde hace mucho, Sarah pudo ver como un chico se tomaba la molestia de defender su nombre, aún cuando ella ni siquiera tenía en claro en qué problemas estaba por meterse. Pero no era eso realmente lo importante sino que, ese tonto luego de actuar tan amargado con ella ahora parecía querer ¿Defenderla?



    —Said: Me disculpo por los rumores, señor. No volverá a pasar, lo que ocurre es que llegué un poco tarde al local y para cuando llegué ya todos tenían pedidos que atender por lo que la reunión general que se hace antes de empezar a atender los clientes no se pudo realizar—"mentira", quiso decir Sarah pero se lo ahorró, mirando ahora con total atención como Said sin remordimiento alguno mentía frente a la cara de su padre. Porque nunca hubo una reunión, ni antes ni después—La sección de niños no recibió el servicio completo ya que Julia no se presentó a causa de su condición, así que tuvimos que hacer arreglos por esa parte.


    —Santiago: Eso ya lo sé—tomó una pausa, juntando sus manos— En realidad ya ella me mandó el recipe del hospital, se tomará una semana de reposo. Pero no era sobre eso a lo que me refería —no a gusto por la intromisión de su hijo volvió sus manos a puños y volvió a mirar a la chica —Sino que al parecer la señorita Rouss no ha comprendido del todo el papel que tiene aquí, no esperaba recibir quejas tan pronto por parte de la clientela y les aseguro que no le tomaría importancia al asunto sino fuera que…la queja fue hecha por un ceo de una de las compañías más importante de la ciudad.


    Suspiró con total cansancio, ya sin poder ocultar su estrés y en el proceso desapareciendo esa molestia que cargaba en sus hombros.


    ¿Qué más? No culparía a la muchacha, era su primer día de trabajo y la verdad es que a él le había costado mucho conseguir a la chica adecuado para aquel puesto, según los estándares que había colocado. La mayoría de ellas casi siempre solían emocionarse mucho cuando de atender a hombres adinerados, guapos e incluso famosos se trataba, y por esa razón acababan perdiendo el empleo porque sino les coqueteaba muchas de ellas se les insinuaban y…más de uno expresó su incomodidad por recibir tales tratos y servicios. Eso era un restaurante y café de lujo, con un servicio especial, único, no un club nocturno.


    Sarah Rouss parecía cumplir con todo lo que el señor Santiago buscaba, una cara joven, hermosa pero con la imagen de severidad que le asegura que la chica se tomaría el trabajo en serio ¡Y eso estaba bien!


    Era lo que necesitaba en su negocio.


    Aún así, sin embargo…


    Aunque Sarah era perfecta…las quejas que recibió fueron…



    —Said: ¿Un CEO? ¿Un tipo de esos se quejó por el servicio? ¿Pero porqué? ¿Qué dijo?


    —Santiago: Ah—suspiró, sabía que su hijo empezaría ha hacer preguntas ahora—Eso no importa, ya, nosotros ahora debemos de trabajar en corregír nuestro servicio.


    —Said: Pero papá, sobre eso-



    Sarah sentía pullas en todo su cuerpo, incomodidad y unas ganas de salir corriendo.



    "¿Por qué sigo aquí? Es obvio que todo éste problema es por mi causa"




    Y lo sabía, ¡Dios! No debía ser experta en perder trabajos en menos de 24hr para saber eso. Pero había perdido más de 5 trabajos en menos de una semana, así que si era una experta en esas situaciones y, sí, sabía que en cualquier momento su jefe diría"aquellas palabras ".


    ¿Por qué seguir allí parada?


    Pensaba y sobre pensaba las cosas, llevándola a una conclusión periféricamente conveniente.


    Debía salir de allí.


    La conversación seguía en pie y por como Sarah podía oír el tema se estaba tornando a un color rojizo.


    Su sutileza al mover sus pies, retrocediendo dos pasos hacia atrás y el movimiento delicado de su cuerpo al escurrirse entre el silencio, pasando por alto el sonido de las voces masculinas que poco a poco llenaban más la habitación, y los burló, sin pena alguna. Con solo pegarse a la puerta en la que su espalda se recostó sin duda alguna, en donde su cadera pudo sentir el golpe leve que le proporcionó la fría cerradura de la puerta, era todo lo que necesitaba para así deslizar con seguridad su mano derecha, escurridiza como una serpiente, por detrás de ella para luego proceder a tomar entre sus dedos aquel metal frío y duro, el cual se aferró con fuerza antes de asegurarse de que, era el momento adecuado para largarse de allí.


    Si bien no era una profesional en escabullirse o pasar desapercibida por los demás, contaba con algo que no todos tenían y eso era…su rapidez.


    .-




    Bien, salir de esa oficina sin ser vista no era la mejor de las ideas, es más, era incluso más sospechoso—sin mencionar lo problemático que sería— huir sin dar respuesta alguna de nada y aparte, en una situación como en la que estaba ella, si, era mucho más sospechoso.



    –"Maldito problema, maldito CEO"
    tantos años regañando y peleándose con Derint por su asquerosa y grosera manera de hablar y ella ni siquiera podía evitar insultar con todo a todos los que se le paraban en frente. Ja


    ¿A eso le llamaban "linda señorita"?


    Pero era totalmente inevitable no hacerlo. A sólo 22hr de haber sido aceptada en ese trabajo y ya estaba presentando quejas por un fulano que, Dios sabrá quién es, y que le estaba arruinando su plan de empleo temporal.


    No sabía quién era ese CEO, es más, ni recordaba haber atendido uno como tal la noche anterior ya que estuvo algo ocupada atendiendo la zona infantil que tenía el restaurante cuya zona era especialmente ambientada para los niños menos de 9 años, ¿En qué momento ella atendió a un cliente así?

    Nunca lo hizo.


    Ah, sin duda tratar con niños no era su fuerte pero, prefería eso a tratar con esos ancianos millonarios.


    Sarah no miró atrás una vez que salió del pasillo que le conducía a la oficina del jefe, y en cambio apresuró sus pasos, fue hasta la zona de descanso para los empleados en donde fue a su casillero, tomó de regreso sus cosas y como si nada, volvió a repetir el mismo acto de la noche anterior.


    Salió de allí sin decir nada.



    Lo más seguro es que la despidieran después de que notaran que se había largado del Café así sin más, era lo más acertado, y Sarah no se preocupaba por esto en realidad.



    Al salir por la parte trasera del Café, tomó una curva que la llevaría a otra calle, tomando la sucursal que conocía mejor que nadie tomó fuertemente su bolso en mano y apresuró a paso más seguro sus pasos, pasando elegantemente al lado de las muchas personas que iban y venían en aquella sucursal.


    Claro que por tanta multitud en vez en cuando ocurría que ella terminaba chocando con algunas personas, casi siempre eran los que corrían a esas horas o personas que iban apresurados a sus trabajos. Como ahora, solo que en estos momentos cuando sintió que su hombro chocaba con el cuerpo de alguien, por la fuerza implementada, su cuerpo que en si iba firme en sus pasos, en esos momentos sufrió de un desequilibrio atroz después de sentir que tal golpe incluso le había hecho girar de lado casi a 90° de su posición, un golpe que le sacó la impresión por los ojos y el desasosiego en una pequeña exclamación silenciosa por sus finos labios.


    La impresión luego de aquello solo fue lo esperado, aún así, para Sarah y, bueno, también para Will fue más bien inesperado, y los sorprendió.


    Ya que era poco probable que justo ellos dos volviera a encontrarse, otra vez…




    Tac tac.




    Resonó en eco lo que fue la caída de un embase plástico, luego de que esté fue cruelmente estropeado y aplastado en el pecho del hombre de cabellos azabaches. Luego de qué tal embase derramó el líquido caliente que traía dentro y que lógicamente manchara con su color café la tela fina de aquel traje oscuro de millones de dólares.


    Ah,
    otro traje dañado. Pensó.


    Pero que en vez de dolerle en algo, al contrario le importó menos el estado de su traje, porque antes de que el mismo Will se diera cuenta ya su cuerpo y manos estaban actuando antes de si quiera pensarlo, después de que su mirada se percatara de todo el desastre que había hecho en la ropa de la peli bermellón.



    Se vió a sí mismo retirándose los lentes negros con mayor rudeza para lanzarlos a, quien sabe dónde y, con urgencia acercarse más a la peliroja y sin preguntar le o esperar su consentimiento tomó su propio pañuelo blanco sacándolo del bolsillo y con éste se dispuso a limpiar las manchas oscuras que su café le había marcado a la chica en su uniforme de trabajo.


    Un uniforme que creía haber visto, incluso creyó reconocer lo…



    ¿No era el mismo uniforme que usaban los empleados en el café DiamondCastle…?




    —Will: ¡Rayos! ¡Discúlpame! ¡No debí…! Solo déjame limpiarte…



    Un desastre que le apenaba de sobre manera, las manos de William temblaban a todo dar que incluso el muchacho no se daba de cuenta de la fuerza o la rapidez con la que limpiaba "aquella" zona, que de antemano tampoco se percató cuál zona era. Sus ojos temblaban de los nervios y su rostro pintaban el color de la pena y una vergüenza que no parecía disminuir.



    Tocando casi la inocencia.



    Ah.





    Así como sus movimientos en el pecho de Sarah.




    Sarah…



    Lo quería muerto.



    Sus ojos se cruzaron, fue accidental el enfrentamiento de aquellos ojos azul cielo de la chica con aquellos ojos azul oscuros del Lee, un cruce de miradas que jamás se planeó, o más bien un encuentro inesperado entre dos personas que creían conocerse, y que aún así…al verse a los ojos se sentía tan…



    Y lo peor de todo es que el Lee una vez que miró esos ojos se negó a apartar sus ojos de ellos. Cayó.



    Sarah por otra parte, estaba en conflicto.



    "¿Por qué justo tuve que toparme con él? Acaba de verme, ¡Acaba de verme, maldición! "




    Y antes de que Will pudiera reaccionar y decir algo, Sarah ya se encontraba ejecutando un movimento fulminante que el chico jamás esperó ni vio venir. Y es que para cuando el Lee se vio casi provando el nombre de la chica entre sus labios, la mano de la fiereza roja ya se encontraba volando rumbo hacia su perfecto rostro de joven empresario, y…en menos de 3 segundos ya le había hecho perder inesperadamente la conciencia.



    En un solo golpe, vio como todo su mundo se volvía oscuro.



    "S-Si…si es Sarah"




    No supo qué pasó después.




    _Cambio_




    Por otra parte, en un bosque no muy lejano, habitado solo por 2 personas, dónde el campo que anteriormente había estado muerto por años y que ahora se encontraba dando frutos, podía observarse como dos figuras se movían a gran velocidad en un campo más apartado, sus movimientos eran casi cósmicos tanto por la velocidad como por las habilidades de desaparecer y aparecer.


    Desde muy temprano habían empezado ese entrenamiento en el que el viejo Tim—que ya no era tan viejo—ponía a prueba los reflejos del joven Fénix, Antwan había demostrado tener una fuerza y fortaleza inquebrantable a pesar de tener ese genio del asco, y es que el chico había tenido que tragarse en más de una ocasión su orgullo para dejar que Tim le corrigiera en lo que estaba mal.


    Ok, lo admitía, a comparación de antes era posible que comenzara a caerle mejor el anciano-no anciano, solo un poco…



    —Antwan: Solo faltan dos piezas más del pergamino que debe ocultar, el tiempo se agota y lo digo por ambos "su majestad" ¿Qué espera para ocultarlos? ¡Nuestro futuro depende de ello!



    Vaya que le causaba gracia ver al chico en ese plan, tan hablador y tan chistocito, ja, claro, se había abierto a hablar sobre el futuro ¿Ah?


    El tema al parecer lo tenía estresado.




    —Tim: ¡Oh, querido nieto! ¿Ahora hablarás del futuro? ¿No que estaba prohibido y no que causaría un "quiebre" en el tiempo dar información demás?


    —Antwan: No estoy dando información demás sólo le doy una advertencia de que si actúa tarde pondrá nuestro futuro en peligro. No es mucha presión ¿Verdad? —escuchó las ramas de aquel árbol en el que había aparecido, el como resonaron, así que rápidamente actuó —¡Y no se le dice causar quiebre, se le llama crear brechas! ¡Son dos cosas distintas!


    —Tim: ¡El esperto sobre quiebres en el tiempo a hablado! ¡Ja! ¡Pero qué sabiondo! ¿Cómo voy a saber eso? Si ni siquiera te das el "tiempo" de explicármelo, querido nieto ~


    —Antwan: ¡Damare!



    No era válido reír durante un entrenamiento, menos cuando se trataba de uno tan serio como aquel. Aprendería todo lo que el legendario sabía para así poder enfrentarse a la guerra que se avecinaba ¿No? No era momento de echar chistes. Aún así Antwan lo sintió, no pudo contener la emoción de reír divertido y sus pulmones se llenaron de un nuevo aire de tranquilidad.


    Tranquilidad, claro, hacia mucho que no sentía eso.


    Ja, ¿Qué rayos le estaba pasando?


    ¿Qué se supone estaba haciendo?


    ¿Jugando? Claro que no, no podía estarse tomando todo eso como un juego ¿Verdad?



    Su padre jamás le hubiese permitido echar chistes o mantener una conversación durante la lucha, era muy estricto en este tipo de cosas por lo tanto no actuar como lo hacía con su padre se sentía raro, diferente…como si…



    Desobedeciera




    Desobedecer…no, eso no…



    —Tim: Los trozos faltantes serán ocultados a su tiempo, sólo estoy esperando por una confirmación. ¿Bien? Hum, así que no te preocupes por eso, sera mejor que te enfoques en lo que importa ahora, muchacho.



    Y desapareció.



    En un movimiento en falso pisó una roca y en ese segundo mínimo su mirada sobre el mayor se perdió y acabó perdiendo ventaja por este deslí. Sintió como Tim aparecía tras de él y se movió para bloquear su golpe, lo logró pero Tim apareció luego en varios ángulos antes de aparecer justo frente de él y tomando aquel avanico que en veces solía usar, dio apenas un movimiento y le hizo volar a metros de allí. Fue cuestión de segundos, si, su cuerpo rodó y rodó rompiendo un árbol alto y fino que cerca se encontraba, ni siquiera esto lo detuvo a caer entre la corriente del río que se encontraba a metros de ellos.


    Solo se escuchó el chapoteo del agua y el sonido del árbol terminar de caer al suelo. Sin duda alguna el desastre fue más de lo esperado, e incluso el mismo Timothy sintió lástima por el chico, por poco y le revienta una pierna, esperaba que por lo mínimo lo único reventado fuera un dedo y no una costilla.


    Ja, hilarante.


    Tim venía caminando tranquilamente en medio de este desastre en lo que guardaba su avanico, observando con gracia como Antwan todo mojado trataba de levantarse, se notaba la frustración en su rostro y por el temblor en sus hombros podía descifrar que…el chico se estaba conteniendo.



    Entonces, Tim, no se contuvo a soltar su escandalosa carcajada.




    —Tim: ~No deberías lanzarte así al agua si tu cuerpo está caliente, es malo para los musculos, querido nieto~ ¿Sabías? —Antwan apenas salía del agua totalmente adolorido, cojeando de una pierna y con una mirada de molestia, parecía querer destruir a su superior— Nah, nah, olvida eso, deberíamos hablar sobre tu destresa en el campo, fue increíble chico, solo que te falta enfoque y tácticas rápidas, así como éste, por ejemplo. No te vayas a molestar por lo que haré, solo será un ejemplo, ¿Vale?


    Antwan solo le dio una mirada de advertencia de que si hacía algo tonto lo mataría. Así Tim prosiguió a explicarle en qué podría mejorar, acercandose apareció frente a él para así mirarle, sacó su abanico y lo abrió mostrandolo al chico.


    En sí el abanico era magnífico en su diseño, un poco más grande al tamaño de un abanico normal, y al abrirlo podía admirarse los distintos diseños que éste tenía entre alineados, todo o, al menos la mayoría de los símbolos pintados eran código que traducidos en el lenguaje humano tenían su significado. Y Antwan se sintió curioso al verlos, queriendo descifrar lo que decía.


    Sin embargo antes de si quiera memorizar alguna de ellas, Tim ya había movido el abanico.



    —Tim: El arma de tu enemigo, debes de tener en cuenta siempre, siempre y sin pasarlo por algo, las armas que tus enemigos usan contra ti en el campo de batalla, pueda a que tengas una espada súper extraordinara, la más poderosa del mundo incluso, pero eso no te asegura que podrás ganar, ¿Sabes porqué?


    —Antwan: —rodó los ojos—¿Por qué?


    —Tim: Por qué solo piensas en el arma en tus manos y la única que conoces bien, sin embargo debes de moverte y pelear sabiendo a qué te enfrentas. Un ejemplo aquí, mi arma es el avanico y con él envio ráfagas de viento contra ti, ¿No es así? Ok, cada vez que lo abra recordaras eso y trataras de bloquearlo con tu cuerpo, sin embargo pasas algo por alto…mira bien, necesito que camines hacia esa dirección y simules una posición de ataque.



    Antwan vio hacia donde señalaba, unos 10 metros de ellos, miro al anciano otra vez y este le insistió con la mirada.



    —Tim: No te volveré a mandar a mil metros si es lo que piensas, no te preocupes.


    —Antwan: Hum.



    Al final lo hizo, se alejó para pararse en aquel punto indicado, hizo la poción de defenza.



    —Tim: Bien, finalmente nos vamos entendiendo. — internamente estaba agradecido de que el chico le estuviera tomando en serio y que no estuviera tan refunfuñón, inconscientemente sonrió de lado ante esto, le hacía feliz. " Probablemente pueda a que sí pueda dejarle a alguien mis conocimientos, antes de…hum, antes irme de este mundo, y pueda a que haya encontrado al nuevo dueño de Zhèngyì, ¿No te parece amiguito?" su mano sintió el leve temblor a la descarga que su propia arma le dió, esa era una respuesta buena. — Bien, mira y quiero que recuerdes ésto, querido nieto, porque "no lo repetiré otra vez."






    Si tan solo supiera el significado de aquellas palabras






    El cielo estaba muy azul, muy iluminado y eso, parecía ser una buena señal…los pajaros volaban de manera tranquila, cantaban, alimentaban a sus avecillas y estas aprendían a cómo volar con rapidez, y de esa manera el ciclo de la vida seguía haciendo su función.




    Fue en esos momentos que algo de tención comenzó a formarse entre aquel bosque, una tención que fue creando un extraño hoyo negro con líneas en giratorias formando un tipo de espiral…



    Un hoyo oscuro…en espiral…




    El espiral







    —Tim: Debes aprender a moverte conociendo a lo que te enfrentas, saber hacer estrategias al momento si no tienes un movimiento muy claro, si vez que estás rodeado solo observa, hazlo rápido porque tu enemigo puede tomar tu distracción en ventaja y destruirte, debes ser rápido, incluso más rápido que la misma traslación, debes usarlo como si fuera parte de ti, como si de respirar se tratara, no como un arma…entonces, considerando que mi arma es un avanico y la tuya una espada, no intentes bloquear mis ataques, haras esto, solo ve directo a mi apuntando al centro sin desviarte, corta el ataque usando el filo de tu arma y lograras crear un espacio que te ayude a acercarte a tu enemigo con más precición, algo así. —cerró el avanico para caminar un poco hacia un árbol, tomó una rama y la lanzó hacia el chico— tú espada, apunta, recuerda, no trates de bloquear porque saldras volando.


    Bien, eso sonaba fácil de entender. Antwan observó la rama entre sus dedos por unos segundos, sintiendose algo extraño ya que obviamente esa rama no era una espada pero en representación a una le hizo recordar el como se sentía una.


    Hum, lamentablemente había perdido su arma aquel trágico día.



    Antwan volvió a su posición. —¿Listo? —dijo Tim, entonces volvió a abrir el avanico, firme sus pasos, su cuerpo y su postura recta, con su rostro serio e implacable, dejó que sus dedos tocaran lijeramente la estructura de su arma antes de alzarlo a una altura adecuada y con buen cálculo lo balanceo hacia abajo mandando una ráfaga fuerte hacia Antwan…


    Esperaba que el chico realmente hiciera lo que le había indicado, Tim había notado en la mirada del chico una carga enorme de determinación que le dijo en silencio que, Antwan realmente se estaba tomando las cosas en serio, y fue un alivio para él ya que no tenía motivos para pensar que el chico haría lo contrario, estaba agradeciendo el esfuerzo que el chico estaba haciendo en cooperar.


    Lo esperaba en serio, pero gran fue su sorpresa al ver como apenas éste dio un paso hacia adelante desapareció, eso no debió pasar; lo desconcertó. Lo sintió entonces que aparecería tras de él, entonces se giró mandando otro ataque pero se llevó la sorpresa de que, él no estaba allí, Antwan a su costado golpeó rápidamente su brazo, tomó con fuerza su arma, sus dedos los enterró en la carne creando un conjuro de fuego, creando un tipo de grilletes que apresaron la muñeca y mano de Tim, y en efecto el mayor no se esperó este resultado. Apenas abrió sus ojos por este truco Antwan le tomó del brazo y lo giró inclinandolo al suelo para tomar su otro brazo y apresó ambas manos, agarró el avanico con suma rapidez y retrocedio varios metros del anciano antes de apuntarle con su propia arma.


    Un solo movimiento, solo uno necesitó para corroborar sus dudas. Y lo logró.


    Sin duda alguna Antwan se sentía orgulloso de su logro.



    —Antwan: Bien, tengo el arma de mi enemigo y la uso contra él, suena mejor que pelear a ciegas, ¿No cree?




    Su sonrisita, podía verla en su voz.


    Pero qué arrogante se había vuelto, eh.




    —Tim: ¿Cómo deduciste eso tan rápido, eh?, Jamás dije tomar el arma, dije…


    —Antwan: Solía hacer este tipo de entrenamientos con mi padre, nunca fue alguien que explicara las cosas, prefería la acción antes de hablar, sin embargo luego de entrenar con él por meses descubrí cual era el truco. Jamás me diría las cosas directamente, al contrario, me daría una pista y la clave para entender su mensaje, fue lo que usted hizo, conocer el arma no es exactamente la acción, sino-


    —Tim: Adueñarse de ella.


    —Antwan: —asintió—Y usar la traslación como "esa" arma oculta nos permite ir directamente con el enemigo. Claro que, el truco solo funcionaría para nosotros los poseedores de la traslación.



    Dijo como si fuera lo más obvio. Si.


    Todo un sabiondo.


    Ja, ¡Le encantaba!



    —Tim:—quería reír, en serio, reír hasta morír si era posible. Vaya ironía, ¡Ese niño era increíble! — Que brillante, ¡Eres increíble niño! jajaja— como si nada se levantó, para girarse hacia el muchacho y como si nada mover sus manos con fuerza, partiendo en segundos aquellos grilletes…esto desconcertó a Antwan de inmediato…no se lo esperaba— significa que tu padre debió leer de mi en algún libro ya que cada deducción que has hecho son de mi propiedad, hum, probablemente tu padre de chico fue muy entregado a su poder como Fénix, suena que fue alguien interesante…—al ver hacia el chico este seguía con una expresión de sorpresa, casi tan palpable—Jamás llegué a pensar que harías eso, incluso pensé que luego de unos intentos más tendría que explicartelo, pero me equivoqué. Tienes lo necesario, aún si no te he enseñado todo lo que sé dudo que sea necesario, después de todo cada quien aprende a su manera durante el camino y tras experiencias en la vida.


    —Antwan: —no podía evitar mirar con asombro sus muñecas—¿Cómo lo hizo?


    —Tim: Ese truco también es mío. Que no te sorprenda, ¡Jajaja!



    Su carcajada se volvieron a escuchar en todo el bosque.



    —Tim: ¡Pero no hiciste el truco que te dije! Debías traspasar el viento con tu espada no atacarme así, nieto desobediente! Eso te restara puntos, ¿Sabes? —ahí estaba el tipo bromista de siempre—


    —Antwan: —Frunció el ceño— No me llame así—devió la mirada ocultando la leve sonrisa de orgullo que se formaba en sus labios.—...lo odio—mentiroso—



    —Tim: Oh y otra cosa—desapareció para aparecer justo aun lado del chico y arrebatarle el avanico el cual tomó y cerró con elegancia, sorprendiendo al chico—Esto es mío.


    Antwan en serio deseó poder sostener el arma por un poco más de tiempo.






    Desde la profundidad del bosque se sintió una enorme tención, una extraña presencia que llamó inmediatamente la atención de Antwan y Tim. Algo había cambiado en el ambiente.


    Sintieron sus instintos actuar y de un rápido movimiento se pusieron en alerta, pegando espalda contra espalda en lo que recorrían la zona con su mirada y sus ojos incluso tomaron ese brillo extraño.




    Una amenaza




    —Antwan: ¿Qué fue eso?


    —Tim: Espero equivocarme pero…esta presencia se me hace muy familiar. Tsk.




    .-



    ─Hombre: ¡Oh, muy buenos días Leint, qué tal estás!


    ─Mujer: ¿Trabajando otra vez, mi niña?


    ─Anciana: Oh cariño, te queda bien ese nuevo look, deberías de usar menos ese sombrero y dejar ver tu hermoso cabellos, ¿Sabes?


    ─ Anciano: ¡Hey pequeña, me saludas a tu padre! ¡Hace mucho que no le veo por aquí! ¡Cuidate!





    Saludo tras saludo, entre sonrisas y chistes malos, Leintni apreciaba en grande a aquellas personitas que se preocupaban por ella y que, literalmente ya eran parte de su diario vivir, ya que a cada que salía a hacer sus entregas era normal encontrarselos por las esquinas, calles o frente a sus respectivos hogares. Ella movió sus manos, agitandolas en un saludo y a su vez despedida, cómo siempre hacía, regalandoles una sonrisa, asegurandoles lo mucho que apreciaba sus saludos.


    Y claro, que también apreciaba la observación que la ancianita le había hecho sobre su nuevo look. Aunque no era por gusto, si supieran que en realidad ese sombrero que formaba parte de su uniforme lo había perdido durante su intento de escape aquella noche en el festival…si supieran que en realidad casi se la secuestran y por estar de valiente, al tirarse de un auto perdió su amado sombrero en el intento. Si supieran, pero en realidad a Leint no le preocupaba estas cosas, lo que la ponía triste era saber que…había perdido el sombrero que su hermano le había regalado con tanto amor─según ella─hace un año atrás.


    No quería ni saber cómo se pondría su hermano al enterarse que lo había perdido─ni siquiera se molestó en pensar en cómo se pondría al saber el modo en que pasó─, tampoco es como si tuviera la idea de contarle, pero sabía muy bien que igualmente se enteraría.



    Una vez le dijo: " Usa este sombrero para tapar tu cabello, si es que piensas ayudar en la tienda y hacer esas estúpidas entregas, ¿Entendiste? " entonces recuerda que se lo estampó bruscamente sobre la cabeza. Un regalo por haber convencido a su tía de ayudar en la tienda. Pero aunque ella le preguntó el " ¿Por qué? " su respuesta fue un " Porque de ese modo no quemas tu cabello con el sol, torpe, ¿A poco no piensas en el tremendo solaso al que te enfrentarás a cada que hagas esas entregas? no seas tonta, las chicas suelen preocuparse demasiado por su pelo y sé que cuando cumplas la edad también te preocuparas, así que por ahora es mejor que te cuides, no quiero escuchar tus lloriqueos cuando ya seas toda una adolescente acomplejada por tu pelo y notes las consecuencias de haber trabajado bajo el sol sin protección alguno, ¿Entendiste? "


    Y aunque asintió varias veces, recibiendo un simple toque rustico en su cabeza como respuesta, nunca supo en verdad la razón por la que su hermano le dijo todo aquello, en realidad no lo entendió del todo porque su cabecita aún no procesaba del todo el que su hermano se hubiese preocupado de esa forma por ella. Fue por eso que solo asintió y aceptó su regalo. Pero ahora que lo pensaba mejor…Leintni aseguraba que su hermano en realidad…sabía mucho sobre el cuidado de cabello.


    Era un amante al cuidado del cabello, ¿No? sabía mucho de eso, sino ¿Cómo es que le dijo que se cuidara del sol e incluso le habló de las consecuencias de este? Sin duda alguna su hermano se preocupaba por la condición del pelo, y no solo el de él sino el de su hermanita. Ah, que tierno era.


    Claro que todas estas ideas eran de la pequeña azabache, quien seguía soñando con la imagen de un hermano mayor súper cuidadoso que se preocupaba por ella. Su fantacía de infante.



    Iba tan alegre, pensando en sus ensoñadores momentos que incluso se olvidó sobre la perdida de su sombrero y lo mucho que éste le hacía falta.


    Se distrajo, otra vez.


    Claro que ésto no le duró mucho.



    Leintni veía venir un auto color negro que curiosamente le llamó la atención porque, bueno se le hizo conocido y la verdad no sabía el porque, ella iba en sentido contrario del auto, de camino a la tienda de su tía, en lo que el auto o más bien limosina, venía hacia su dirección, de momento sintió la necesidad de mirar hacia las ventanas de el lujoso auto y asegurarse de quien era la persona adentro.


    Fue más bien un impulso causado por la curiosidad, una curiosidad agenda en realidad.


    Tan sutil como siempre. Sólo estaba haciendo una inocente travesura ¿No?





    Las ventanas iban cerradas pero aunque adentro estaba fresco por el aire acondicionado, él quería aire fresco, sentía que debía respirar aire fresco porque sino terminaría ahogándose. Ah, ¿Cómo no desearlo? Llevaba más de media hora pensando en la misma chica peli naranja, esa misma que chocó con él y por el impacto derramó su café en su traje, esa peli rojiza que con su mirada lo congelaba en su lugar. Esa chica que con sus finas manos casi le rompió el cuello.



    Esa peli bermellón




    La verdad es que pensar tanto en ella traía toda su cabeza recargada. Pero, ¿Eso le importó a Will? Para nada, todo lo contrario.


    Se sentía ancioso y todo porque, deseaba con todo su corazón volverse a encontrar con ella.



    Primero ayer en la noche y luego esa mañana. Vaya que el destino era misterioso. Toda la noche pensando en la misma chica, diciéndose lo mucho que se parecía ella a su querida Sarah pero que, aunque deseaba con todas sus fuerzas que fuese así también sabía que debía ser realista. Su Sarah había desaparecido hacía 3 años, no supo jamás de su paradero, ni de ella ni de su familia ¿Cómo rayos podría encontrarla en ese lugar? ¿En esa pequeña isla? ¿Foreigntown? ¿En serio?



    ¿Tantos lugares en el mundo en el que podía haberse ido, y precisamente se la encontraría allí?



    Nah.



    No lo veía posible.



    Aun así, esa chica era tan…



    Tan…



    Uff, cómo que hacía algo de calor ¿No?



    Con este pensamiento retiró sus lentes de lectura por un momento y tocó el botón para bajar las ventanas. Claramente la calor estaba ganando y la opción de abrir las ventanas parecía ser lo más sensato. Ignoró la mirada de Shestther.

    En cuestión de segundos las ventanas se bajarón y con una mirada algo cansada estiró su mirada hacia el exterior, disfrutando en silencio las tranquilas calles de Forever…



    —Will: Falta tan poco para el invierno. Hum, no sé porqué razón pero Forever siempre me ha parecido un lugar tan pasivo, tan diferente a Reino Unido…ah, sin duda un lugar tan-



    Pensaba comentar algo más, pero su mirada captó como una figura pequeña pasaba a un lado del auto manejando una bisicleta rosa, era una menor y ésta pequeña criatura miraba a su dirección, tan fijamente como si buscara algo. Curiosamente sus miradas se cruzaron, fueron simples segundos en los que se observaron y, fue en ese instante que todo pareció tomar algo de sentido para Leintni.


    Y no solo para ella sino también para el mismísimo Will.



    El chico era el mismo que le había secuestrado la noche del festival…¡Era el mismo! Y tal parece que el chico le reconoció porque le vio abrir sus ojos con sorpresa y seguirle con la mirada eufóricamente, como si en cualquier momento éste pensara saltarle encima.


    Oh rayos, ¡Oh rayos!, Debía salir de allí y rápido.



    Leintni no esperó ni un segundo más y aceleró su corrida cambiando su ruta.





    —Will: ¡Shestter! ¡La niña …!



    Desesperadamente alarmó con su voz a su chófer pero este, totalmente ignorante a la situación solo respondió con voz quedita sin desacelerar en absoluto.



    —Shestter: ¿Pero de qué niña habla, amo Will?




    .-




    Manejó lo más rápido posible sin si quiera ver por donde se diriguía realmente, la niña había tomado una ruta muy conocida por instito en realidad sin si quiera detenerse a pensar qué tan lejos estaba de casa. Solo pensó en alejarse lo más posible del camino en el que venía aquel auto.

    Comenzó a respirar más calmadamente una vez que paró bajó un árbol de hojas rojisas, reposando bajo sus sombras se giró para ver si alguien le seguía pero gracias al cielo no era así.


    Sonrió entonces más calmada.



    —Leintni: Por poco, esa persona se notaba que realmente me reconoció, ¿Y si realmente me estaba buscando? —siendo así pensó que no sería sensato regresar ahora—No puedo volver ahora, sería peligroso.



    Bajó de la bisi, al dar una mirada a su alrededor pudo identificar que se había adentrado a el inicio del bosque Rojo, curiosamente el que llevaba camino hacia la casa de su abuelo Tim. Al acordarse de él inmediatamente se acordó de Antwan y no pudo evitar sonreír.


    ─Leintni: Tengo tiempo que no los visito, sería bueno ir a ver que tan bien estan creciendo las plantas de fresas, cuando me fui ya estaban germinando. Y de paso saludar al abuelo Tim, je.




    Dio una mirada a su bisi, nadie la robaría estando allí así que continuó su camino sin preocuparse por ello. El bosque Rojo siempre había sido uno de sus favoritos de todo el pueblo y todo por que los árboles allí, todos eran de colores de fuego, anaranjados, rojizos o completamente rojos, altos y frondozos, sus flores eran blancas y solamente una vez al año sus flores se volvían rojas, cuando esto pasaba el bosque lucía como si realmente fuera todo de sangre, todos le llamaban el bosque en llamas; Simplemente belleza natural.



    .-



    La presencia en el bosque era más intenza y comenzaba a moverse, Tim y Antwan se habían alejado al tratar de buscar aquello que había invadido su territorio. Tim sentía que conocía la presencia, solo que no podía desifrarla del todo, sin embargo Antwan…si sabía a quien le pertenecía.



    Desde el primer momento en el que sintió aquella presencia enemiga, se dió de cuenta de la mezcla de una segunda presencia que traía consigo, siendo un golpe frío para el cuando…logró identificar al dueño de tal presencia.



    La conocida brisa fría envuelta en miles de pétalos blancos, convinando una especie de presencia oscura que se convinaba con una presencia pura y, no dejaba oportunidad a dudar de a quien le pertenecía tal presencia porque, Suhail era el único en tener un increíble balance de pureza y oscuridad misma en su aura, ya por ser hijo completo de un White y un Oscuro. Ese bastardo


    Tan equilibrado y casi imposible al pensamiento.


    Pero lo era.


    Y no solo era eso, sino que la presencia estaba fuertemente mezclada con el mismísimo miasma, correspondiente del conocido espiral. Y sentir esas dos presencias juntas no era para nada algo bueno.


    Antwan lo sabía.



    Tras alejarse del anciano y notar que sus pasos le habían sacado casi por completo del bosque, ya que ahora estaba en los límites de aquel bosque con vista hacia la enorme grieta que dividía esa tierra con el bosque rojo, no pudo evitar sentirse inquieto.


    Porque algo que aprendió en todo aquel tiempo en el que vivió con el viejo Tim es que, nada ni nadie del exterior podía entrar a ese bosque ya que existía una barrera que volvía invisible el lugar para todo ojo, un tipo de condición que venía junto a la maldición que le habían infringido al anciano hace 30 años atrás, cuando por accidente había caído bajo las manos del enemigo.


    Y el caso es que ni el propio enemigo podía entrar a aquel lugar, el paso a ese bosque estaba escondido y la única manera de encontrar la entrada era si tenían la key en sus ojos, algo que solo los de descendencia Fénix —en su normalidad — tenían, claro qué tal condición no pareció ser del todo válido para cierta pequeña de ojos de diferente color, ya que para sorpresa de ambos, Leintni Roussh Lin fue la unica criatura que logró ver la entrada del bosque y cruzar el puente que conducía hacia el bosque, ella, la pequeña humana que en su ser no desprendía cargar con un poder especial, no…no tenía nada en especial—así creyó por mucho tiempo, total, era imposible que ella tuviera la key en sus ojos, incluso quiso confirmarlo—, aún así ella misma contaba con un papel importante en su historia.


    Y era la libertad que su alma transmitía.




    Pensar que el espiral pudo lograr dar con ese bosque y entrar sin dificultad, teniendo en cuenta que el espiral no poseía un cuerpo con el cual moverse sino que consistía en ser una simple fuerza destructiva que no poseía ningún tipo de cuerpo, sin duda alguna le dio a pensar al joven fénix que, la única manera de que eso pasara es que…alguien más halla…


    Alguien que entienda y sepa cómo soportar el espiral, de qué se trata en realidad, con una fuerza de voluntad enorme…alguien así sería capaz de…



    "¿Es posible que ese idiota realmente…?"
    Antes de terminar sintió su interior removerse y luego, lo escuchó a él.


    –"Ey, detrás de ti" —




    Para cuando escuchó la voz de su alter ego en advertencia, ya era demasiado tarde para actuar.



    Sus piernas se sintieron temblar de momento y sin previo aviso cayó de rodillas. Su cuerpo había perdido sus fuerzas de un momento a otro tan repentidamente y ni si quiera fue capaz de notar esto a tiempo. Lo habían golpeado por la espalda.


    Lo que golpeó el cuerpo de Antwan fue repentino, no le dio chance a reparar en la presencia de una segunda persona, no, fue tan silencioso, solo lo hizo caer de rodillas, robándole en el acto toda su energía.



    "¡Rayos!"





    —Antwan: ¡Kuso! Solo espero que no sea lo que creo que es…sin duda la presencia le pertenece al espiral, pero no debería aparecer aquí, no es este tiempo.



    —Suhail: No, a menos que por tu culpa haya aparecido aquí, principito.









    Eso debía ser una broma, si, quizá era eso.





    ¿Él, qué hacía allí?






    -.




    —Tim: ¿Dónde se habrá metido ese niño? ¡Hey niño! ¡Avisa si encuentras algo! —podría usar su traslación e ir hacia donde se encontrara, si, lo intento pero, por alguna extraña razón no tenía acceso. Era como si Antwan estuviese fuera de aquel territorio, fuera de los límites a los que podía ir— No me gusta esta sensación, para nada…




    .




    Detuvo sus pasos, llegó a ese punto donde estaba aquel enorme puente. Jamás se había puesto a pensar en ello pero, ¿Era la única en usar aquel puente o alguien más, aparte de el joven Antwan y el anciano Tim sabía de aquel lugar?



    Sentía como el viento comenzaba a soplar un poco fuerte al momento en que comenzó a caminar por aquel puente. Aumentando su fuerza. El puente se movía un poco y esto la ponía nerviosa a tal punto que se agarró fuertemente de las cuerdas gruesas de los amarres. No pudo evitar pegar un leve gritillo cuando otra ráfaga se hizo presente y como si fuera apropósito se golpeó con ella haciendole mover sus cabellos en el proceso, haciendo que aquellos mechones que mantenía celosamente peinados hacia atrás se fuera hacia adelante cubriendo su pálida frente.



    El miedo la atacó de momento y dandose de cuenta que por los nervios acabó arrodillada se miró a ella misma, miro hacia atrás y notó que había recorrido una gran parte, no sería sensato regresar a esas alturas. Miró al frente ahora.


    Podía hacerlo, solo debía apresurarse y tener cuidado.


    Entonces no lo pensó mucho y dejó que sus piernitas temblorosas se esforzara a levantarla, se quedó un momento allí sosteniendose fuerte de las cuerdas, dio un fuerte respiro hondo y con decición en sus ojos se soltó para echarse a correr. Solo correría y evitaría los movimientos del puente.


    Inmediatamente la brisa volvió a moverse en contra de ella, como si la naturaleza misma estuviera furiosa con ella, pero eso no la detuvo a seguir corriendo, claro que se tambaleaba y sentía que en cualquier momento caería…¡Crusaría hasta el otro lado!


    Era su pensamiento.






    La fuerza oscura quizá tenía el tiempo prolongado allí, quizá simplemente era curiosidad pero sentía atracción por una criatura, su presencia que se hacía presente ahora, muy cercana. Había aparecido en aquel bosque hace poco, después de que aquel chico le hubiese expulsado de aquel mundo en el que él mismo lo mando, nunca esperó que ese chico que se hacía llamar el nuevo dueño del tiempo en serio pudiera hacer eso, pero lo hizo.


    Creó en él un interés por su poder, y fue por esa razón que antes de salir de aquel espacio por completo, tomó todo lo que pudo de aquella energía almacenada en el frágil cuerpo del niño tiempo.


    Lo hizo solo como modo de alimento para su débil postura actual.


    Intentaría liberarse, podría hacerlo pero no por sí mismo, ese mundo aún era desconocido de él por lo que se le sería difícil moverse por si mismo en su totalidad.


    Entonces, teniendo ahora su forma inofensiva de una simple pluma, clavada allí a sombras de un árbol, sintió que muy cerca había algo, algo que le llamaba. No se detuvo a moverse entre el pasto en donde apareció, dejó que aquella miasma oscura le rodeara y rápidamente dejó que esta corriera hasta escurrirte entre el suelo, correr a gran velocidad por todas partes, fue entonces que se movió por sí mismo para ir como una flecha hacia aquel ser que tanto llamaba su atención y que podría ser su salida.


    Fue cuestión de segundos. Su presencia deseada se sentía pura.





    Te tengo









    Leintni corría ya a poco de cruzar al otro lado, sus pies casi parecían flotar cuando el puente daba esos movimientos tan fuertes dejandola suspendida en el aire por momentos. Sus bracitos extendidos tratando de sostenerse, fue entonces que dio un paso más para volver a impulparse y dar otro salto para cruzar al otro lado por completo…fue cuestión de segundos, en serio, cuando a gran velocidad un tipo de disparo, flecha o lo que fuera, a travezó todo el bosque y dió justo con ella sin si quiera poder ser percibido por los ojos humanos, clavandose en el pecho infante hasta tal punto en que la niña cayó cuesta abajo, impactando contra las tablas del puente y, en segundos perdió la consciencia.



    Todo se volvió oscuro.




    .-



    [Fin de la IV Parte]




    Dibujo dedicado al Cap 15-Parte IV
    ↓↓

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    KAMERIA

    KAMERIA " Si caes, levántate y vuelve a intentarlo"

    Cáncer
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    15 Noviembre 2022
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    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Tales of the Last White Rouss-[Saga #0]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    72
     
    Palabras:
    14427



    Sobre su familia…


    No sabía todo pero sí sabía lo necesario como para decir que, "perfecta perfecta no era" pero pudo haberla sido si tan solo su hermano bastardo jamás hubiese estado con ellos.


    Sin él, tal vez su hogar aún existiera.


    Sin él, posiblemente su hermana jamás hubiese muerto.


    Sin él, era seguro que su futuro sería mejor.


    Sin él…


    …todo sería mejor.




    EliOenai odiaba a Suhail.


    EliOenai Lee seguía aferrándose a el odio hacia su hermano, un odio tan oscuro que nada ni nadie podría entender y que posiblemente tampoco podrían ayudarle a olvidar, porque de algo si estaba seguro Antwan, y era que… odiaba a Suhail entre todas las cosas.


    Si moría, sería celebrado por él.





    ¿Suhail lo sabía?



    Lo hacía, lo sabía.



    Pero ¿Era capaz de hacer un esfuerzo para hacerle cambiar de parecer?


    ¿Solo para que dejara de sentir eso por él?



    Lamentablemente ya era muy tarde para eso. Suhail lo aceptaba.



    Demasiado tarde.



    Por esa razón ya él había tomado una decisión.



    Era todo o nada.





    .

    .

    .

    .

    .

    .

    .

    .

    .



    Antwan recuerda haberlo hecho, sí, siguió casi por todo el día a la pequeña azabache. Eso fue ayer.




    Llevaba alrededor de 4 horas siguiendo los pasos de la pequeña de ojos heterocromáticos, desde que salió de las tierras de aquel bosque no hizo otra cosa que dejar que sus pasos avanzaran por si solo y lo llevaran a donde, sabía él, sería el mejor camino que podría tomar ese día.


    Un camino que lo llevó directamente hacia Leintni Roussh Lin.


    Sin pensarlo tanto, había regresado sus pasos hacia donde su alma reconocía que…estaría su hogar.


    Su…



    Hum, sí, su querida humana revoltosa.


    .-


    Fue luego de haberla seguido por tantas horas, y después de habercela encontrado en aquella calle que, aún con un trago amargo en boca luego de toparse con aquel oficial que estuvo apunto de interrogar demás a la niña y que sinceramente lo irritó, pensó paulatinamente el modo en que su camino de regreso a casa se sentía tan cómodo y pacífico que, lamentablemente ni él pudo librarse de la emoción de querer hablarlo con la pequeña infante.


    Aún recordaba el brillo en los ojos de la pequeña infante, junto esa sonrisa en los labios que abordaban una felicidad y solo por haberlo visto una vez más.


    ¡Leintni se contentó de ver que su joven Antwan estaba en perfecto estado!


    Claro que una de las cosas que notó el muchacho fue la leve perdida de memorias de la niña. Y lo confirmó por el modo en que respondió tan bizarramente sus preguntas.


    Se extrañó, tuvo preguntas y dudas, luego pensó en las razones porqué, para seguidamente tener en un contexto completo la respuesta que buscaba. Con nombre y apellido. Y así dejó de preguntarse lo mismo.



    La calidez del momento por otro lado lo sintió tan efímero para él y aún así luchó por seguir sintiendo lo, cuando caminaban por aquellas calles, pasando bajo las sombras de los frondosos árboles de hojas color azules y que a causa del mover del viento hojas a gran cantidad caían como lluvia sobre ellos, así mismo pintando en hermosos colores el mármol que era el suelo.


    Sus pies pisaban firmemente el camino, con confianza y seguridad como nunca tuvo durante ese tiempo en el que estuvo viviendo en aquella época.


    Sus ojos aclamaron con seguridad seguir mirando el tema brillante que era aquel día por la tarde, que a plenas 4 de la tarde parecía estar teñidos entre colores ocres y cálidos, gritando en su tema que eran colores mágicos y que solo prometían embellecer de sobre manera todo el pueblo y lo que restaba de aquel camino hacia su casa.


    Dejando que los débiles rayos solares tiñeran el follaje de los árboles y que alumbrara con un brillo mágico cada calle del pueblo de Forever.


    Su cuerpo, incluso se relajó más de lo que debía —ya lo había mencionado ¿No? — la paz, nunca fue un factor que formará parte de su vida, al menos no luego de saber la verdad de su hermano bastardo.



    En realidad no recuerda haber sonreído verdaderamente luego de eso, mucho menos haber hecho algo que se acercara a hacer algo divertido.


    No lo recordaba.



    Por último sus manos, tan empeñadas en tomar algo para asegurar que todo era real, no dejaban de moverse inquietamente, así terminando por hacer un inocente pero a su vez amenazante movimiento que acabó por ponerlo en una situación incómoda. Para él.


    Fugases en su mover habían tomado una mano ajena sin intención de soltarla, y para cuándo Antwan quiso retroceder en su acción para así retirar sus dedos de sobre la niña, fue en ese entonces que sintió como Leintni, envuelta en tranquilidad y una emoción infalible tan solo cerró su propia mano en su agarre.


    La tomó, agarró su mano y no la soltó. Porque no, ella no lo hizo, mucho menos se alejó.


    Solo…dejó que él siguiera caminando junto a ella hasta el final de aquel camino, en el que tuvieron que detenerse para tomar caminos distintos.



    Ella en su ignorancia o ¿Inocencia?, no sabía que sus acciones solo le causaban daño a él, en mente y alma. Porque su toque dolía y a su mente le causaba un mayor peso por consecuencia de conciencia y culpa propia. Seguía doliendo.



    Su calidez dolió en su pecho. Y quiso que parara.




    Pero de todo esto, lo que siempre atormentó a el oji plata es que, en todo ese tiempo la pequeña jamás dudo de él, mucho menos desconfío, ¿Por qué?

    De haber seguido sus impulsos desde un principio de aseguro ya hubiese lastimado a la niña, incluso ya la hubiese alejado de él sí porque sí, ¿No? De haber escuchado aquellas voces que le gritaban que alejaran a esa simple humana que no valía nada—ya no era así —y que solo era una molestia, de aseguro en esos momentos… ella ya no estaría allí para él, ya no habría "¡Joven Antwan!" nunca más, no más visitas repentinas a la mansión, no más dulces de fresas ni helados de la misma, no más risas y sonrisas de su parte…nunca más.



    Simplemente, hubiese destruido con sus propios manos el significado de su futuro.


    Y aún así, juraba que aún así ella hubiese ignorado sus advertencias y hubiese seguido haciéndose daño a cada intento de seguirse acercando. Porque…así es como era ella ¿No?



    ¿Por qué no se alejó desde un principio?




    Agradecía que no lo hubiese hecho. Amaba su compañía. ¡Lo amaba!




    Y hasta ahora es que se daba de cuenta.



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    Capitulo 15_ "Perder o ganar: Primer Parte"


    Tales of the Last White Rouss

    Saga N° 0: Hijos del Futuro


    [V Parte]


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    Leintni.jpg



    Antwan acababa de despertar de aquel extraño sueño en el que se encontraba—después de ser tragado por esa oscuridad—su cabeza le dolía y sentía que su cuerpo no respondía del todo a sus ordenes.


    Sea lo que sea que lo haya golpeado, le arrebató casi por completo la fuerza física.



    ¿Dónde estoy?
    Quería preguntar, cuando toda pregunta quedó en el olvido al sentir una mano tocar su hombro y de repente las fuerzas que sintió que se habían ido volvían a él una vez más.


    Casi como si toda la fuerza que había perdido momentos antes hubiese sido retornada en aquel simple toque.



    Entonces abrió sus ojos y su boca se abrió para tomar la mayor cantidad de aire posible que sus pulmones pudieran contener.



    En todo ese tiempo estuvo oprimido a respirar como si su cuerpo estuviera sumergido bajo agua.





    —Antwan: —respirando agitado se sentó estirando sus brazos para sostenerse en lo que su pecho subía y bajaba a gran velocidad. Dolía— ¿Q-Qué…está pasando..?


    Hasta ahora se daba de cuenta que no estaba solo y que aún lado suyo estaba aquél que tocó su hombro. Sus ojos se encontraron con aquellos ojos heterocromáticos, aquellos que tan profundos como siempre ahora parecían dolidos—imposible en él— y de la impresión, él se alejó aún sintiendose molesto con esa persona frente de él.



    No le gustaba esa mirada





    —Antwan: ¡¿Tú aquí?!


    —Suhail: Onai, calma, no hagas ningún movimiento brusco—intentó calmarlo, sin resultado a ésto—


    —Antwan: ¿Se puede saber qué está pasando? ¡¿Qué planeas hacer ahora?!


    —Suhail: No soy yo, si es lo que piensas—sabía que lo pensaba. No pudo evitar suspirar con cansancio y dejarse caer en sus piernas para sentarse y mirar ahora aún lado. Ya no podía seguir sosteniéndose con sus propias piernas y es que su debilidad ya no era física sino mental, no quería mirar a su hermano a los ojos y que se diera de cuenta que estaba perdiendo el control de la situación, no. No quería darle razones para odiarlo más, mucho más, lo necesitaba cerca, aunque jamás se lo diría a la cara, no en esa situación—También estoy atrapado en este lugar…no sé en qué momento él tomó el control pero—y al referirse de él, claramente hablaba del "espiral", Antwan frunció el ceño al no entederlo de nada y Suhail se dio de cuenta más no reveló nada más— no me deja moverme, hum, por otra parte es increíble como se te hace más sencillo tener esos reflejos.



    Antwan se miró así, ya que era cierto que cuando recuperó la consciencia apenas lo vió frente a él se alejó de su persona a muchos metros, casi de insofacto.



    —Antwan: ¿Qué estupideces dices?



    Pero no siguieron hablando, de repende aquel lugar que anteriormente había parecido una especie de celda oscura y sucia comenzó a cambiar de imagen, primero tembló, todo estaba inestable y de la nada las paredes se derrumbaron, se vieron reemplazadas por altos bosques frondozos, el suelo se volvió pasto y vieron que había un cielo también…todo se veía tan puro.


    Un ambiente tan natural, y se sentía una enorme tranquilidad.



    —Suhail: Otra vez cambió de curso—sus palabras salieron en un tono cargado de una extraña calma, más como un cansancio en un suspiro silencioso, marcando en claro éste detalle en su manera de cerrar sus ojos y dejar su cuerpo recargarse en un árbol que justo apareció trás suyo. Lo agradeció—


    —Antwan: —observó un poco su alrededor, claro, sin pasar desapercibido el comentario del azabache— ¿Dónde estamos ahora, Suhail?


    —Suhail: Te impresionaría saber que no lo sé. Lleva haciendo eso desde que me mandó a este encierro en el que no puedo salir. Aunque…—comenzó a pensar en lo que realmente había pasado justo antes de que el espiral hiciera esos cambios—estos cambios ocurrieron luego de haberlo expulsado de aquí…


    —Antwan: ¿Qué dijiste? —se giró creyendo haber escuchado mal, no queriendo creer que Suhail pudo haber sido el causante de aquel desastre—


    Pero Suhail lo negó.


    —Suhail: …esta vez es diferente, nos trajo a un bosque, por lo que se puede observar…


    —Antwan: Hablas como si fuera "alguien" el causante de todo esto —y le molestaba no saber de qué diablos estaba hablando el peli oscuro al hablar de esa manera. Entonces, Suhail giró su mirada a él y con calma respondió al asentír, con una mirada que le decía que era así— ¿Quién? ¿Quién podría ser más…-



    Quiso detenerse a decir lo que podría considerar una tontería pero por la sonrisa de Suhail supo que era muy tarde. Él lo leyó.



    —Suhail: ¿Más poderoso que yo? No es que lo sea, es que no estoy capacitado para enfrentarlo—añadió esto último antes de que su hermano se dedicara a negar con molestia y verguenza sus palabras, y lo que él mismo estuvo apunto de soltar—...alguien más tomó mi lugar— Suhail observó en esos instantes con más detalle que Antwan tenía con él un traje algo curioso que llamó su atención. Más no comentó, no era el momento—Se trata del espiral, pero no está en la forma que tanto conocemos, es peor…la pluma, la antigua pluma del fénix negro es el que está haciendo esto. Podría decirse que se liberó.


    —Antwan: "¿Podría decirse..?" —negó sin creerle nada—Imposible, el espiral no debería llegar hasta aquí, padre dijo que-


    —Suhail: Pero jamás dijo en qué tiempo empesaría a formarse los inicios del espiral, ¿No dijo él que cuando empezó todo era aún muy niño? ¿ Qué edad crees que tenga en estos momentos, Onai?



    Buen punto.


    Si su madre era tan solo una niña pequeña, entoncs su padre debía de estar en esas misma condiciones.




    —Antwan: —dio un paso adelante—Nada asegura que sea "éste" el tiempo indicado.


    —Suhail: Siempre tan terco—negó, se sentía algo cansado. —si tan solo tuvieras razón, quizás todo…—intentó levantarse otra vez, había hecho un esfuerzo con sus brazos apoyándose en ellos para levantarse de nueva cuenta , o más bien volver a intentarlo, pero esto no funcionó del todo, no le gustaba estar allí tirado como un inútil, pero otra vez su cuerpo no le dio el gusto y acabó regresando a su posición de golpe. Si, dolió un poco. Sus ojos se cerraron otra vez ante la queja quedita que no dejó salir de sus labios. Permaneció sentado. —



    La caída fue tan aparatosa que Antwan abrió sus ojos por la sorpresa, ¿Qué le ocurría a Suhail?



    —Antwan: Pero ¿Qué…?


    —Suhail: —rió un poco, fue todo lo que pudo hacer bien—creo que…he quedado sin las fuerzas completamente. Tuve el…atrevimiento de usar mi poder para expulsar de aquí al espiral, antes de que siguiera intentando sacar la esencia de mi cuerpo "Lamentablemente perdí la mayoría de ella en ese instante" —se ahorró de decir esto último. Continuó con su tono calmado— lo último que tenía lo transferí a tí, fue así que pudiste volver, de no ser así te aseguro que te hubieras ahogado.


    —Antwan: ¿Ahogado? —recordó que al despertar era cierto que había sentido como si se estuviera ahogando. Es más le costó mucho volver a respirar, su pecho había dolido como nunca ¿Por qué? —No entiendo qué está pasando, ni siquiera le hallo sentido a eso que me acabas de decir.



    Aconteció que después de aquello solo hubo silencio, pasaron alrededor de media hora en el que no comentaron nada y en el que Antwan se obligó a permanecer un poco más de tiempo aun lado del de cabellos azulados. A metros pero en el mismo ambiente.

    Porque a pesar de todo y el gran odio que le tenía, existía entre ellos una conexión invisible—no tanto en realidad —que más fuerte que otra cosa, siempre se empeñaba a reunirlos y dejarlos en situaciones así.


    Pero Antwan se cerraba cada vez más y desechaba la idea de verlo y aceptar la situación.



    Suhail seguía en su sitio sentado con una apariencia de calma pero internamente estaba intrigado al no poder hacer nada.


    Lo traía mal, la impotencia lo estaba destruyendo poco a poco.



    Desde hace momento que Antwan se había dedicado a permanecer en silencio cerca a su vista, no decía nada y así estuvo unos largos minutos—lo que parecieron minutos para él—, claro hasta que decidió caminar un poco alrededor para investigar un poco, tocando los árboles y el pasto para ver qué tan real era todo, al comprobar esto se dispuso a ver qué tan lejos podía llegar él si recorría el lugar y por ello comenzó a caminar y alejarse del punto donde apareció junto a Suhail, sin escuchar lo que dijo de no malgastar sus energías.



    Pero claro, Suhail hablaba de EliOenai y él usualmente hacia lo que le parecía mejor.



    .-



    Había pasado casi una hora y Suhail seguía allí en la misma posición, mirando el camino por donde se había ido su hermano.



    —Suhail: Era obvio que no oiría, hum, como si después de todo fuera a escuchar algo de lo que le diga—se sentía cansado, si, sus esfuerzos no parecían dar buen resultado y no era para menos, poco a poco sentía que su propio tiempo llegaba a su fin. ¿Debía preocuparse? se sentía tan inconforme consigo mismo, a pesar de todo. Incluso estando allí teniendo a su hermano al alcance de sus dedos, no podía hacer nada, era tan patético— No permitiré que esto se salga más de control, algo se me ocurrirá, algo se me ocurrirá. Creo que por ahora ya que estoy solo…meditaré.



    Total, hacía tiempo que no lo hacía y meditar era la única posición disponible por ahora.



    .-



    Antwan sabía que se había alejado demaciado y que hizo mal al no escuchar las palabras del azabache. Pero quería saber hasta donde podía llegar. ¿Podría en serio creer algo de lo que decía? Podría jurar que era todo un invento suyo pero, la verdad es que luego de ver que realmente no parecía tener fuerzas siquiera para levantarse, aparecer de repente en un bosque desconocido y aparte en la nada, sin duda no era normal.



    <<Tuve el…atrevimiento de usar mi poder para expulsar de aquí al espiral, antes de que siguiera intentando sacar la esencia de mi cuerpo >>


    <<lo último que tenía lo transferí a tí, fue así que pudiste volver, de no ser así te aseguro que te hubieras ahogado.>>



    No era cosa de Suhail mentir de esa manera, al menos no en esos temas y mucho menos en las condiciones en las que estaban—no lo creía así —. Y si tenía razón…¿Y si tenía razón? Estaría vulnerable, débil ya estaba, y realmente parecía que no estaba en posición de pelear en caso de tener que hacerlo.


    Entonce ¿Por qué el estúpido hizo eso de transferirle su propia energía? ¿Acaso creía que haciendo eso ganaría algo? ¿Por qué no simplemente lo dejó tal cómo estaba y ahorraba lo último que le quedaba de energía y hacía algo útil? Porque incluso pudo notar un detalle en la imagen de Suhail, casi siempre el chico tendía a hacer cambios en su imagen al manipular su edad, casi siempre mantenía la imagen de un niño de 13 años, pero hace momentos al verlo pudo darse de cuenta que esta vez era diferente, lucía como un joven de 20 años. ¿No era ésto acaso producto del mal gasto que hizo de su poder?


    ¿Por qué sencillamente no uso esas energías para idear algo que pudiese ser útil para enfrentar y sellar, o destruir, ese maldito espiral, ah? ¿Por qué rayos Suhail jamás pensaba bien antes de actuar, sino que en vez de cerebro o racionalidad siempre actuaba bajo el sentimentalismo? ¡Estaba incluso pasándole facturas! ¿O es que acaso él creía que arriesgándose así ganaría algo? Claro que hablaba de su propia vida, sí estuvo apunto de ahogarse y perder el aliento, pero vamos, Antwan no se sentía del todo agradecido por haber sido salvado así por Suhail ¡Obvio no! Totalmente lo contrario, le parecía molesto pensar que Suhail desperdició allí un movimiento con él, fuerzas, energías, una oportunidad de salir de allí y salvar el mundo en el exterior, y solo acabó arrastrandolo a él también a ese lugar.



    Lo que parecía una queja por un acto insensato, según le decía su mente, parecía más bien ser una negativa a la que trataba de aferrarse para, de esa manera ignorar rotundamente lo que a él realmente le molestaba, y era el sentir que el chico, por sobre todas las cosas lo seguía poniendo primero ante todas las cosas, solo porque era la única persona que le quedaba.


    Y Antwan odiaba tener que aceptar que, las acciones de Suhail sobre él lo estaban arrastrando y le estaban causando algo fuerte, que estaban cavando poco a poco lo más profundo de su ser y que sentía que lo apretaba cada vez más con mucha más fuerza; su obsesión lo estaba mareando, lo sofocaba y quería alejarse de él con urgencia solo por eso.




    Tsk, malditas sensaciones. Debía desvanecer esos pensamientos de su cabeza y centrarse en lo que importaba.



    —Antwan: Debería volver—frunció el ceño, le molestaba la simple idea de verse con el tonto de su no-hermano—Pero no confío en ese imbésil, no podría. —pero antes quería dar una última vista antes de regresar. Solo eso —Me pregunto si…



    Miró su mano con determinación, recordando los entrenamientos que tuvo con el viejo Tim. Al menos los pocos que pudo tener.


    La traslación parecía una buena idea, una herramienta que podría ayudarle muy bien en ese momento, quizá era la única salida que tendría, pero no deseaba usar la misma básica y simple técnica que solía usar antes, no, quería usar justo la que Tim le había enseñado.


    Utilizar el viaje entre el tiempo y espacio por segundos, cómo Tim le enseñó.


    Bien, solo intentaría usar su traslación, aparecería en el cielo y desde ese punto le daría un vistazo al área, y así ver qué lugar era ese.


    Averiguar si ese lugar en el que estaban era algún sitio al que el espiral los envío o solo era una creación propia de ésta, claro que de ser la última opción sería todo más complicado.


    La técnica estaba lista y preparada en la palma de su mano, lista para ser ejecutada, la sensación en su mano fue latente al momento en que se inclinó al suelo y dejó su palma tocar la fría estructura del suelo, ya estaba mentalizado a donde quería aparecer luego de salir de allí, lo había trazado muy bien en su mente pero a veces ocurrían esas cosas llamadas "errores" que Antwan nunca llegó a entender del todo.


    Errores que existían en el espacio de la Traslación y cuando era ejecutado, pero que él jamás en su vida había vivido ni experimentado. Tampoco esperaba hacerlo alguna vez.


    Fue de inmediato pero, Antwan notó rápido como luego de crear el sello todo empezó a alterarse de golpe, algo salió mal. Hubo un tipo de temblor haciendo ver todo el bosque como si solo fuera una falla dandole a pensar a Antwan que sin duda algo estaba mal; no había hecho si quiera bien la traslación ya que él seguía allí, cuando el temblor se hizo más fuerte y sintió como de la nada el suelo se volvió un hoyo negro enorme, abriendose como un enorme cráter que luego se hizo infito y, sintió como su cuerpo ahora quedaba suspendido en la nada.


    El vacio.




    —Antwan: ¡Tsk! ¡Shimatta! —se vió caer en un vacío intenso y veía como iba alejándose de aquel bosque. Se sentía como Alicia en el país de las maravillas. Qué patético sonaba eso. Se giró un poco para ver en qué caería y no vió más que una luz pequeña cada vez más acercarse, ¿Sería un tipo de hoyo negro o lo que veía era el final de ese vacío?. —Suhail posiblemente tenía razón, todo es obra de ese espiral pero si es así, no pienso quedarme aquí a averiguar qué piensa hacer conmigo. Lo enfrentaré yo mismo.



    Ya estaba listo para tratar de usar su abilidad otra vez.



    —Suhail: ¡Espera!



    Esa voz…



    —Antwan: —se giró y vió que a un metro de él Suhail caía igual, tal como él lo hacía—¡¿Qué haces aquí?!


    —Suhail: Deberías ser el primero en saber qué hiciste mal, Onai.


    —Antwan: ¡Cállate, yo no hice nada!


    —Suhail: Te dije que no te alejaras tanto, si usas mucho tu energía tu-


    ─Antwan: Olvídalo, no pienso no hacer nada y quedarme como tú. Tsk.



    Suhail entendió que lo llamó inutil. Sus labios crearon ese gesto que de sonrisa no tenía nada. Lastima por él mismo.



    —Suhail: Por eso te insisto que no te esfuerces. Ya rompiste una barrera que el espiral había creado, y todo por intentar usar tu traslación, gracias a eso estamos aquí cayendo en el vacío—notó que Antwan le miró aún con su entrecejo fruncido. No estaba de su lado al parecer, no lo culpaba por desconfiar tanto— Algo de lo que sabemos es que el espiral responde ante la traslación, eres el único aquí en usarlo quizá haya una manera de salir de aquí, solo hay que saber cuándo usarlo.


    —Antwan: ¿Insinúas que mi traslación sería la única vía de salida de aquí?, aún siendo verdad, ¿No liberaremos en el proceso el espiral mismo?


    Aunque él mismo intentó usarla antes, incluso arriesgándose a que algo así ocurriese, realmente no quería creer que esa posibilidad fuese posible pero antes de que el se diera de cuenta su propia boca estaba hablando por él, volviendo a discutir con Suhail como un medio de libertad para dejar salir su frustración. El único medio que conocía. Frustrar sus planes sonaba más fácil de hacer.

    En realidad quería hacerle ver como si la opción de la Traslación era una mala idea y de esa manera hacerle ver que sus planes solo serían un suicidio para ambos.


    Y quizá de esa manera él podría tener otro motivo para seguirlo culpando, otro motivo para seguirlo odiando, ¿No?



    EliOenai no sabía cuando parar ¿No es así?



    Suhail se sintió más miserable al ver lo que su hermano intentaba hacer. Era horrible la sensación en su pecho pero, ¿No era eso lo que siempre sentía al convivir con su Onai? Aunque no siempre fue así. Hum, ya estaba acostumbrado.


    Aúnque no le restaría credito a su hermano por la suposición que hizo, porque a pesar de todo estaba en lo correcto. Activar la Traslación si traería consecuencias turbias. Después de todo, esa habilidad se trataba de viajar entre un lugar a otro, rompiendo las barreras entre la física y la velocidad, viajando entre el tiempo mismo. Así que si podía ser una amenaza propia.


    Liberar al espiral con ella si era una posibilidad.


    Solo que, eso ya estaba hecho, quería decir de manera tan natural y en tono de chiste, él, el dueño actual del tiempo, pero Suhail comenzaba a seder ante la dolorosa y lamentable oscuridad que empezaba a recorrer toda su alma. Luchar por mantener su sonrisa se estaba volviendo difícil y esperaba con ella transmitirle a su hermano que él estaría con él hasta el final y que pasara lo que pasara lo salvaría, pero, su Onai no cooperaba del todo en esa situación y cada vez sentía más latente el claro rechazo ante él.


    Odio


    Odio


    Odio


    Odio




    "Conque solo te quedaras a mi lado sería suficiente para mi, Onai. Pero cada vez te alejas más; me destruyes con cada paso que das hacia atrás y no creo que tenga la suficiente fuerza para volverme a levantar, no eta vez. Si tan solo no te alejaras…"




    Pedía demaciado. Y no era su derecho.



    —Suhail: Onai…El espiral, como mencioné antes, está libre.



    Hubo un momento de silencio entre ellos, era cierto que lo había escuchado hace momento pero no quiso creerle. Ambos seguían cayendo, solo que Suhail se encargó de acercarse un poco más hacia él y terminar aún lado de Antwan quien mantenía una mirada molesta pero perdida en la nada.



    "Romperte a tí es lo último que deseo así que, ¿Qué puedo hacer? Aceptaré tus condiciones, las que sea"





    —Suhail: Antes de aparecer aquí, ¿Con quién te encontraste? —cuestionó rompiendo ese lamentable silencio—


    —Antwan: —le miró de inmediato como si esa pregunta ya la hubiese respondido antes. Suhail lo supo— Eras tu.


    —Suhail: Entonces está confirmado, el espiral está cerca, en realidad está justo en donde tú estabas. ¿Era algún lugar en especial por casualidad? —notó que Antwan de repente parecía irse preocupando un poco, Suhail lo notó y solo por eso él sintió algo que hacía mucho no sentía; "temor", pero no el típico temor de perder a tus amigos o tu vida, no, era ese que sabía representaba el final de todo, y cuando decía todo se refería a todo. Entonces la mirada de Antwan se clavó en sus ojos abriendose con cierta sorpresa y cargados del mismo temor, fue suficiente para él ese gesto para entender una cosa. " Ella", y es que, simplemente no quería pensar que quizá la niña estaría incluida. Era el único motivo por el cual él seguía luchando— No estabas con la pequeña ¿Verdad?



    Quería una negativa, por primera vez quería creer en una mentira y hacerse el inocente de no saber nada, de no tener la habilidad de ver el futuro, en serio deseaba por todo en el mundo simplemente "no saber" pero estaría más loco si accedía a esas absurdas ideas sin querer hacerse cargo de ellas.


    Si era así entonces era momento de preocuparse. Leintni Roussh Lin no podía estar cerca de ese maldito espiral. ¡Ni de chiste!



    Pero ninguno de los dos sabía eso con exactitud.





    [...]







    Entonces, abrió sus ojos, cómo si apenas hubiesen pasado 2 segundos desde que los cerró. La sensación que tenía en su cuerpo era extraña y el tormentoso zumbido en su cabeza tampoco ayudaba. La caída provocada por aquella extraña fuerza le causó cierto dolor en la parte de atrás de su cabeza, aún así, aunque su cara se arrugó por ésto no se molestó en revisar.


    Leintni se levantó quedando sentada y mirando alrededor para darse de cuenta que al final de todo sí había cruzado al otro lado del puente. Se levantó, sacudió un poco sus rodillas y los costados del uniforme, antes de darle una última mirada al puente y tranquilamente girarse para seguir su camino, ingresando a aquel bosque.





    —" ¿Tienes a la niña? "


    —Si.





    Con sus ojos bien abiertos se dio la molestia de admirar su alrededor, y es que desde las veces que ha ingresado a ese bosque jamás había tomado aquella ruta tan particular, los árboles eran más altos y profundos y en ciertos puntos habían bambú…¡Eran Bambuces!



    —Leintni: ¡Increíble! Jamás había visto esta parte del bosque—con emoción dijo ya ingresando al bosque, girando en su lugar para observar con asombro cada rama fina y sonante de aquellos finos bambús. La niña caminaba en lo que también giraba tratando de capturar la imagen de aquel bosque, sin darse de cuenta que sus pasos se acercaban a cierto límite que allí había— Tomaré nota y describiré en el diario cada detalle para cuando llegué papá pueda aaaAAAAHHH!



    No se dio cuenta de que había llegado al final de aquel camino cuyo continuaba como una caída super inclinado, su pie pisó en falso tocando la nada y un grito fue acompañado por el sonido de su cuerpo al caer a tropezones por aquel camino empinado. Por más que se esforzó por evitar su caída, nada halló a su alcanze y la gravedad la llevó cuesta abajo.


    En su caída ramitas, hojas y tierra se apegaban a su ropa de plomera, sus guantes blancos se mancharon más de lo normal, sin mencionar su rostro; la caída terminó en un fuerte impacto en el que la niña dejó todo su aliento allí, su cara ahora estaba estampada contra el frío pasto que era rociado por agua clara, mezclada con la tierra dando como resultado una gran cantidad de masa de barro.


    Con dolor Leintni se levantó descansando en sus piernas, sintiendo el barro ensuciar su rostro.



    ¡¿Cómo no vio ese camino inclinado?!


    Por nada su hermano le había puesto el título de "torpe".



    —Leintni: C-Creo que me mordí una mejilla, ay— se quejó sobándose la mejilla, no percatandose que solo extendía más la suciedad en su cara. — suelo soportar las caídas de los escalones en casa, no importa del todo ya que me he acostumbrado a ese sutil dolor pero… jamás me había caído de tan alto y mi espalda y mi costilla me duelen, ay, ya yai…creo que Johan se molestará si se entera que…


    Se había levantado con algo de dolor pero quería asegurarse que no estaba tan sucia, la parte de sus pantalones estaban manchados, claro que se ensuciaría. Sin dejar de hablar consigo misma en un tono tan cansado limpiaba las partes sucias de su traje dando leves golpes…



    Pero hasta ahora la atención de la niña fue dirigida a algo más que no había notado al caer, algo que robó su atención totalmente. No había acabado de hablar cuando en su trabajo de limpiar sus ropajes se había medio girado en su lugar, claro que esto causó que el ángulo de todo cambiara y su mirada perdida entre sus ropajes se vieran interrumpido al notar como algo en el exterior parecía moverse y mandar ondas de aires que golperon levemente su rostro, Leintni sintió como sus mechones azabaches se movieron de repente y unas hojitas se pegaron en su pecho.


    Alzó su mirada y dejó de limpiar su oberól.


    Allí en el pasto, justo en dónde había caído momentos antes de abrupto se encontraba una especie de ¿Qué era? ¿Una hoja? ¿Un pétalo gigante? algo en negro que no descifró bien. Ante su vista la cosa negra no parecía tener mucha forma en sí. Sus dudas se mostró en su rostró, parpadeó confundida cuando al acercarse más notó que otra nueva ráfaga le golpeó y esta cosa oscura se movió, dejando ver cada caracteristica de sus suaves y peludas áreas de color negro, sin mencionar que era largo.


    ¿Una pluma negra?


    Leintni se inclinó atraida por la belleza de la pluma y se recargó en sus piernas dejando sus manos sobre sus rodillas en lo que su rostró mostraban aquel brillo de contemplación por la pluma.



    —Leintni: Wou, pero si es una pluma y de color negro…jamás había visto una con detalles tan bonitos—pensó que quizá sería de alguna ave de gran tamaño y se le había desprendido de sus alas, total, no se conceguía una pluma de ese tamaño en cualquier ave— Es tan hermosa…



    Su rareza era atrayente.



    Miró su alrededor, obviamente no hallaría a nadie cerca pero lo hizo por reflección.




    Lo que no sabía ella era que aquella pluma no debía ser tocada y menos por ella, pero ¿Quién le diría aquello?




    .-




    Tim venía ingresandose a aquel bosque de bambú al sentir que algo se estaba moviendo en aquellas zonas, que lo que había sentido antes estaba allí pero por alguna razón tenía un mal presentimiento.



    —Tim: Quizá debí enseñarle al chico a comunicarce por medio de la telepatía…¿Cómo no se me ocurrió antes? sería mucho más fácil ubicarlo en estos momentos —se dijo dandose un golpecito en su frente. Pero sabía él que jamás hubiese tenido el tiempo para aquello, fue esa la razón que le hizo tranquilizarse y sonreír—Es brillante, realmente me hubiese gustado que fuera mi sucesor y dejarle a mi querida Zheng, pero no hay mucho tiempo para eso—negó con algo de lástima, más conociendo de la condición de su pupílo—por ahora me conformaré conque halla aprendido lo más importante, tiene un camino largo que recorrer, solo espero que lo poco que le enseñé le sea de ayuda y que…finalmente pueda descubrir su centr…



    La brisa que se mecía entre las ramas de los bambuces haciendoles danzar y hacer aquellos rechinantes sonidos pasó en esos momentos golpeando de golpe al Legendario Fénix como un anunciante de la criatura que apenas segundos atrás estaba descubriendo, justo a metros de él. Tim paró tanto su hablar como sus pasos, cuando su mirada captó que había alguien en aquel mismo bosque y ese alguien era…



    …la pequeña Leint.





    —Tim: La niña…—un escalofríovextraño cubrió su cuerpo, la brisa que seguía bailando con impertinencia a su alrededor mecieron sus mechones largos, en una caricia relajante pero aún así no borraron la expresión de preocupación del hombre. —¿Qué hace aquí? — Tenía un mal presentimiento, algo le decía que debía acercare y rápido. Así lo hizo, tomó camino y se acercó a la niña quien estaba de espaldas a él, parecía entretenida con algo que acababa de encontrar, quizá una flor o un animalito del bosque…es lo que Tim quería creer. Sus temores crecían a medida que se acercaba y notaba como en el suelo debajo donde se encontraba la niña comenzaba a extenderse una especie de presencia oscura y espeza, que comenzaba a recorrer por el pasto. Fue entonces que Tim dejó de respirar al ver aquello, una presencia oscura comenzaba a crecer y a crearse alrededor de Leint, una marcha oscura que reconoció al instante—...


    Cuando la niña le sintió cerca, al girarse y dejar a la vista aquello que sostenía con tanta poseción en manos, Tim dejó de respirar, literalmente. Eso…eso de allí…



    Entonces el aliento se le trancó y el horror dominó su cuerpo, actuando antes de que la niña pudiera siguiera pronunciar algo.



    —Leintni: ¿Quién..?


    —Tim: ¡Sueltalo ahora!



    Era sabido que la niña no le reconocería por la apariencia actual. De eso se preocuparía después. Para ella fue ver un desconocido, sin embargo no sintió temor hacia la persona pero eso cambió cuando vio a este hombre moverse con rápidez y con violencia para arrebatarle la pluma en sus manos.


    La brusquedad de los movimientos le hizo caer sobre su trasero. Apenas proceso lo que pasaba, ¿Qué podía pensar Leintni de esa situación? Esa persona era un extraño para ella.


    Por otra parte, Tim estaba aterrado con la idea de que esa cosa estuvo en manos de la niña.



    —Tim: ¡¿Estás bien?! ¡¿Cómo rayos tienes esto?! ¡¿Dónde lo encontraste?! ¡¡¿No sabes qué es ..?!



    Leintni abrió sus ojos con asombro ante ver como la pluma entre las manos de aquel hombre que hace momento le había quitado la pluma y gritado por ello, de la nada fue rodeada por una nube oscura que fue creciendo a tal punto de oscurecer todo el bosque, los bambuces comenzaban a moverse con más fuerza y brusquedad, como si algo los moviera con la intención de arrancarlos, la brisa se volvió más violenta y esto causó que las hojas del suelo se levantaran y crearan pequeñas tormentas huracanados.


    Leintni se asustó ante esto sin poder creer lo que veían sus ojos. La discusión de Tim se vió interrumpida, había sentido la pluma extender algún tipo de ataque con su poder, su presencia…sabía que lo que conocía como miasma era el causante del estado tan demacrado en el que estaba llegando a quedar el bosque. Aquel monstruo—la pluma— en sus manos se movía con intenciones de actuar y, Tim sabía que podría destruir el lugar si quería, el espiral tenía el poder de hacerlo, ¿Qué le aseguraba que luego de aquello saldría con vida? Nada, y quizá él ya se estaba adelantando en sacar sus propias conclusiones. Sin embargo, antes de que Tim aceptara cualquier movimiento que hiciese la pluma en sus manosrecordó casi de golpe que allí estaba la niña…



    Giró su atención a ella notanto como miraba todo asustada y como por la brisa temía levantarse y ser arrastrada….


    Allí, a sólo dos pasos…


    La pequeña Leint seguía allí.




    —Tim: Leint…Es peligroso y demaciado malo que este ella aquí—frunció el ceño al suponer que esa pluma en sus manos no había llegado allí por casualidad. —Esto no debería estar pasando, se supone que tú…desapareciste hace muchos siglos atrás…¿Quién pudo haberte traido otra vez? ¿Y porqué? —la pluma obvio no le respondería, eso lo sabía. Actualmente no tenía el poder para escuchar a la pluma y eso lo frustraba—



    Sin embargo eso no significaba que esta no le escuchara, o respondiera.





    " — Un fénix, hum, pero no cualquier fénix sino el que se supone le corresponde ser mi sucesor…que casualidad…—"






    La atención de Leint en el bosque, que poco a poco frente a ella se volvió un ambiente de una horrible pesadilla, de momento, al creer oír una voz que en su totalidad era fría y expresaba intimidación, su atención giró a donde provino esa voz y fue que lentamente pegó los ojos en aquel hombre…creyó que había sido él pero notó que él guardaba una expresión de preocupación y miraba fijo a la pluma antes de desviar su mirada a el bosque.


    Como si lo que tenía frente a sus ojos gritara peligro.



    ¿Habría imaginado cosas?




    " — Pero por lo que puedo notar has perdido el habito, muy patético viniendo de alguien que se hace llamar una leyenda. Hum, hum…es emocionante ver como no puedes hacer nada pero si tan solo pudieras notar que…mmm, un momento, hay algo que no está bien y puedo notarlo, muy dentro de tí tu fuego, tu flama…se desvanece poco a poco…. —"



    La pluma tenía la habilidad de ver este tipo de cosas solo porque su origen era de un Fénix igualmente, quizá no de la misma clase, quizá él era más refinado y de mayor poder, era superior y era por eso que estar entre las manos de aquel que al renacer le dieron un título que a él como superior le correspondía, ahora al verlo solo le causaba risa, pero ni eso podría hacer…había perdido esos sentidos. Y en medio del proceso de escudriñar a Timothy logró notar que, la llama de aquel fénix que calculaba llevaba varias decadas de vida, por alguna razón no era para nada consistente, moría lentamente.


    " — Estás muriendo, ¿Es así como se supone desaparecerá uno de los mejores? podría sin duda darte una mano con ello pero no valdría la pena…no tiene caso favorecerme con otro enemigo que ni siquiera puede oír…¿Mmm?... —"





    Tim sintió como de repente los vientos pararon de golpe de una manera tan abrupta que le hizo levantar un brazo, y por reflexión se acercó a la niña para atraerla y cubrirla. En caso de que aquel cambio repentino no fuese más que algún movimiento—trampa—por parte de la pluma…pero ignoró que la pluma seguía en sus manos, y ahora estaba más cerca de la niña.


    Leintni al momento sintió como aquellos brazos la apretaron y la brisa que hace momentos estaban sin control, ahora se calmaban. Sus ojitos se quedaron perdidos entre los brazos que le cubrían y proteguieron, claro, escuchando a duras penas la respiración de aquel hombre desconocido.


    Un nuevo conflicto se vio reflejado en la existencia de la pluma, entre aquellas manos no esperaba que sus palabras fueran escuchadas, descifró que Tim no le escuchaba porque descubrió que había perdido la habilidad pero de ese mismo modo descubrió también que, alguien más si lo hacía.


    Y no se trataba de ningún ser mágico, aparte de ellos. No.



    No lo era.



    Leintni quedó ignotizada ante la imagen cercana del plumaje oscuro—porque era exótico—su rostro quedó a centimetros de este y fue allí que la pluma pudo confirmar lo que se venía planteando en esos largos segundos.


    Pudo confirmarlo cuando una vez más volvió a tener contacto con la niña.



    Ella…




    " —Tú-...puede escucharme —"
    afirmó con voz penetrante.




    Entonces de un golpe una vez más fueron separados cuando Tim reparó en el terrible error que cometió.


    Empujó a la niña lejó de él, quien no se esperó esto y volvió a caer, esta vez la caida fue más severa. Tim sin soltar la pluma la sostuvo entre sus dedos preparandose para realizar un sello de suspención ante la pluma.



    —Tim: Cometí un gravicimo error, rayos, Leint, lo siento pero…debes salir de aquí ahora! Ésto…ésto no debería…no debe de involucrarte a ti también—masculló mirando de reojos a la niña quien apenas se reincorporaba—por alguna razón esta cosa…hizo una reacción al tenerte cerca, y no puedo ni imaginar el porqué.


    —Leintni:¿Quién es usted…? ¿Y porqué está pasando todo esto? ¿Qué…? ¿Es un hechicero…? —le miró con temor—


    —Tim:Yo—negó—solo alejate de aquí, antes de que salgas dañada. ¡Vete!



    Y realizando un nuevo movimiento de manos creó una variación de apresores lineales, de multiples colores dorados y amarillos hasta asemejarse a llamas puras, recitado en un idioma inentendible, la pluma por otra parte se reía internamente por sus débiles intentos, según eran sus pensamientos, porque era gracioso ver la ignorancia de su enemigo actuar de esa manera, creyendo que con esos simples trucos podía detenerlo.




    No podrían, hum.





    La niña, obvio, no saldría de aquel lugar porque en ella encontró algo que le llamó la atención.


    Ya había visto aquella fuerza antes, y esa niña no se iría así nada más.



    No la dejaría




    Todo pasó tan rápido que Tim apenas pudo divisar lo que estaba pasando.



    Seguían en el bosque pero ya no era igual, la pluma maldita había dado muerte a todo lo vivo allí con su presencia en un santiamén,—en un movimiento inesperado— pero no fue eso lo que le hizo entrar en pánico sino ver como sus apresores eran desviados por la pluma, la cual creó una barrera que destruyó su truco, entonces la pluma extendió su miasma como siguiente movimiento, de una forma explosiva casi ahogandolo para luego como si nada salir de sus manos.


    Se escapó de sus manos.



    —Tim: ¡No…!




    Entonces…el tiempo pareció detenerse para él.


    Él, ya no era parte de aquella ecuación.




    La niña, por lo contrario entró en pánico al verse en medio de ese caotico ambiente en el que se veía ahora envuelto.


    Era aterrador.



    —Leintni: —agitada apenas se levantó y comenzó a correr, pero apenas dió tres pasos vió como frente a ella el camino se desvanevió de golpe, el bosque y el suelo dejaron de existír para ser reemplazado por un gran precipicio que le hizo parar de golpe—¡Ahhhh! — entró en pánico al ver el precipicio y al creer que con un simple movimiento se caería. Trataba de parar pero su cuerpo se inclinó demaciado hacia adelante y sintió que caería. Le sería imposible detenerse ahora. Por el miedo volvió a gritar con más terror cuando se vio caer en aquel hoyo. —-¡AAHHHHH!



    Sin embargo sin poder asimilarlo aún, sintió como su cuerpo y cabeza impactaba contra el suelo, como si jamás hubiese caído en aquel hoyo.


    La caída se sintió más bien como si…solo hubiese tropezado.


    Desesperación, terror. Leintni rápidamente al recuperar el aliento a duras penas e ignorando su nuevo dolor de mejilla se levantó arrastrandose en el suelo, mirando su alrededor sin entender nada…no reconoció el lugar y siguió arrastrandose, huyendo hasta que su espalda chocó contra algo y fue allí que de sus labios salió otro gritillo antes de girarse a ver con qué había chocado…


    Y lo que vio la dejó perpleja….


    Porque el golpe que se dio en su espalda con esa cosa fue duro, y e toque lo sintió frío.



    Era…un cetro.



    ¡U-Un cetro de verdad!



    Tragó duro aún sintiendo los nervios carcomer y brotar de su cuerpo, no podía darle sentido a esa situación ni entender qué pasaba pero quería parecer valiente y no morir en el intento. Quería salir de allí. Con esa idea se puso sobre sus pies, calmando su respiración alocada miró otra vez aquella bara de metal dorada frente a ella y con el que había chocado antes. Al observarla descubrió que tenía al rededor de 3 a 4 metros de altura y que mientras subía su mirada encontraba detalles cada vez más hermosos y con joyería en aquel cetro que jamás en su vida había visto.



    Una belleza sobrenatural




    Algo de ello le atraía y no sabía qué. Le jalaba y le hacía acercarse más…fue por eso que se acercó otra vez, su mano había empezado a acercarse inconcientemente a la base larga de metal, quería sostenerlo, su pecho se sentía cálido extrañamente y sus ojos brillaron por la impreción.


    Una visión invisible que pudo ver la verdadera imagen de aquella joya.



    —Leintni: Este cetro…—nunca lo había visto, aún así lo reconoció, porque si, eso fue lo que ocurrió—



    Lo había visto antes




    Cuando sus manos tocaron y tomaron el cetro fue el momento en que este reaccionó, casi como un rayo al caer fue la sensación que golpeó a la niña. El cetro la dejó en un ipersueño mostrandole imagenes fugaces y extrañas a la niña quien solo sintió como algo entró en ella y estalló en su interior, mostrandole imagenes que no comprendió.



    Una visión.



    Dos banderas, cada cual diferente a la otra representando dos escudos enemigos, moviendose en alto uno contra el otro… Blanco y Negro, fuerzas diferentes


    Dos reinos, ambos rodeados de un muro impenetrable con sus guerreros listos para combatir…Enemigos entre sí


    Dos personas, uno vestido entre las llamas sosteniendo su espada y uno rodeado con el viento a su favor levantando su gran arco y flecha…listo para atacar


    Dos libros…Negro y Blanco


    Miles de perlas…Blancas y Negras…jamás juntas



    Y…


    Un cetro y una pluma rodeada de un aspiral…





    .-




    Fue suficiente para que aquel ser entre la oscuridad se sintiera satisfecho al terminar de escudriñar la mente de la pequeña. Ya había visto suficiente, incluso más de lo necesario.




    " —Te encontré—"






    Las sensaciones crearon perdida de racionalidad en la niña, perdió el hilo y para cuando aquellas imagenes pararon la fuerza extraña que había entrado en ella así de golpe como entró así mismo se desvaneció dejando su cuerpo suspendido en la nada.


    Un vacío.


    El agarre de sus manos contra aquel metal frío y grueso, tuvo necesidad de forzarlo más para aferrarse a algo por seguridad. Pero se dio de cuenta más al momento que algo había cambiado.


    Después de aquella extraña revelación, su cuerpo se sintió débil y por eso buscó con ancias sostenerse de aquel cetro. Sus manos se cerraron más esperando toparse con el toque metálico, no uno suave y cálido…


    Leintni se movía tratando de sostenerce de aquel cetro, fue su intento pero en la búsqueda de ello se topó con el toque suave de la piel de alguien…según instruyó


    Fue en esos momentos que los ojos de Leintni Roussh Lin se fueron abriendo poco a poco al volver en sí.



    —Leintni: —respiraba despacio, muy despacio como si apenas hubiese aprendido a cómo hacerlo—¿Dónde…estoy? —dijo con su vista aún nublada—



    Se sentía cansada, debilitada por alguna extraña razón.



    Alguna figura mística de la nada había aparecido para sostener su mano en aquellos momentos y reemplazar el toque del cetro; un toque tan vivo que Leintni no tuvo duda que todo lo que pasó hace momento no fue más que producto de su imaginación. Detalló primero colores brillantes como los rayos solares, matizados al entrar entre el follaje de las hojas verdes de los árboles del bosque.


    Oh, aún seguían en el bosque, era cierto.


    Solo que este bosque se veía vivo, hermoso, más bello que aquel en dónde estuvo antes, éste desprendía una fuerza tan viva que le robaba el aliento.


    Con esta confirmación la cabecita de la niña negó porque quería dispersar aquel extraño sueño que le había golpeado de la nada y por reflejo aferró su otra mano sobre la otra que le sostenía.


    Aunque aún no había visto de quién se trataba.



    — ¿Estás bien?



    Y esa pregunta en una voz desconocida que hizo que Leintni abriera sus ojos poco a poco, de manera que enfocara la imagen frente a ella de sus manos enredadas entre una desconocida,

    cálido era en una simple oración que contaba honestamente lo cómodamente que se sentían sus dedos sujetados entre los ajenos.


    Cálidas.


    Finas.


    Suaves y grandes.


    Sin embargo estos detalles fueron ignorados cuando de solayo Leintni vió una figura grande, desde ese punto pudo notar túnicas oscuras arrastraste en el suelo—solo negro, no pudo notar ningún otro color —y unas botas negras muy finas y hermosas que parecían que en su estructura de piel se encontrarán incrustado miles de diamantes.


    Sin duda frente a ella había una persona prestiguiosa o adinerada…¿No?


    Fueron sus pensamientos. En su mente no cabía la posibilidad de que frente a ella estuviese algún ser inmortal o sobrenatural. Nunca.


    Aunque estaba aún absorta a causa del sueño extraño que tuvo momentos antes, ésto no le quito las ganas que tuvo de ver quién era esa persona.


    Levantó su rostro súper curiosa sin apartar su mano de la del desconocido. Cuando al hacerlo, sin ningún pronóstico de amenaza alguna, finalmente su mirada se encontró con la de "él", con la de aquella persona que sostenía su mano, pero no esperó jamás ver algo o alguien así como ese ser ahora frente a ella.



    Un caballero


    ¿O un cazador?


    Nah, muy arreglado para serlo.


    Entonces…


    ¿Un modelo?


    ¿O un actor?


    Quizás una celebridad.


    ¿Lo sería?


    O tal vez…


    ¡Un príncipe!



    Éste envuelto en un aire pacífico, casi como el de una deidad, mostró una sonrisa, apenas logrando verse algunos mechones oscuros como el carbón, lizos y a su vez reboltosos, volar un poco a costados de su rostro, dejando en claro que este caballero tenía su cabello realmente largo, y aunque su rostro parecía brillar y ser el punto de enfoque aún así jamás se reveló su rostro por completo, sino apenas aquella sonrisa brillante.


    Esa sonrisa que le pareció tan hermosa.



    — Pudiste oírme, a pesar de que nadie más lo hizo. Puedo decír que finalmente, pude encontrarte.


    —Leintni: ¿Eh…?


    — Finalmente.



    Recuerda la sensación de tranquilidad y paz que le brindó aquel momento, al estar sentada en aquel pasto verde y brillante, iluminada por los rayos solares tan cálidos y perfectos que solo hacían ocultar el rostro de aquel sujeto en frente de ella y como si fuera poco, aumentar el brillo de aquella última sonrisa que le dio o al menos la última que vio antes de que por razones que no entendía sus ojitos se fuero cerrando poco a poco, como si sus fuerzas fueran decayendo de a golpe y pensar en eso le dio un poco de temor, fue extraño sentirse cálida en ese momento, no tuvo dudas en acercarse a duras penas a aquel ser para buscar el consuelo ageno y aferrar sus manos a esa mano como si temiera desaparecer o dormír y dejar que su cuerpo se inclinara más a "él" en lo que perdía la consciencia.


    Necesitaba aferrarse a algo.




    " — Acabo de confirmarlo, y es realmente emocionante saber que finalmente te encontré. Después de tantos siglos, miles y miles de siglos trascendentales sin dar con tu ubicación y hoy estás aquí…como si finalmente te hubieses decidido en aparecer. Justo frente de mi —"


    " — ¿Eres la amenenaza de la que todos hablan? o almenos, algún día lo serás. Pero no para mí —"



    " —Sé que en tí llevas la joya que una vez deseé tanto, la única que logró enfrentarme y la única a la que jamás e podido tocar. Pero dentro de tu cuerpo no tengo dominio, por alguna razón tu humanidad la protege y ella te protegue a ti. Bien, me hace querer tomar todos los riesgos necesarios, incluso esperaré el tiempo necesario…siendo así, participaré para que seas parte de éste mundo…siempre y cuando tu nombre sea escrito en el libro de una vez por todas. —"







    Se comenzaba a ejecutar una nueva orden en el que aquella pluma oscura estaba descidida que reescribir un nuevo comienzo para aquella criatura, la cual llevaba en su piel, en su ser y alma lo más valioso que buscó por millares de años, sin duda era una manera de facilitar su propia victoria.


    Quizá no ahora, quizá no luego de dejarla libre pero vería los frutos en un futuro.



    Solo era cuestión de tiempo.




    [...]




    En medio de aquel espacio en el que se vio obligado estar, sin sus fuerzas recuperadas, Suhail y Antwan habían caído en medio de una oscuridad después de pasar aquella luz segadora. Suhail al observar su alrededor pudo notar que era el mismo lugar en dónde apareció la primera vez, aquel mismo lugar cuando aquella pluma lo arrastró allí.


    Entre el mar y el cielo.



    Antwan seguía con el ceño fruncido con poca pasiencia a esperar un momento "perfecto" para usar la traslación. Menos ahora que las palabras de Suhail lo habían dejado pensativo, considerar que la niña humana…Leint, podría estar…


    No quería pensar en ello. No. Pero no estar del otro lado tampoco le ayudaba a averiguar lo, estando allí no le daba la opción de cuidar de la pequeña, solo en caso de que algo le llegase a ocurrir.


    ¿Qué demonios planeaba Suhail? Solo perdían el tiempo.



    —Antwan: ¿Cómo pudiste dejar que te encerraran así y aparte tomaran tu cuerpo? —rompió el silencio con aquella pregunta, girando su cuerpo a ver a su no-hermano sentado en el suelo con sus ojos cerrados como si meditara—¿Dónde está ese poder del que sueles restregar a todo momento? O tu fantástico equipo, aquellos que dices llamar-


    —Suhail: No sigas, por favor. Ellos jamás me fallaron en situaciones como esta, quien debería de disculparse…soy yo. Soy yo quien les ha fallado.


    —Antwan: Siempre tomando la culpa de todo y preocupandose por los demás—le daba molestia ver como Suhail no se molestaba en mirarle y se lamentaba de algo que no le debía afectar. ¡Él nunca fue así! Al menos no en el pasado… así que verlo en ese estado era desconcertante—Qué patético. Al menos deberías de hacer un intento, ¿No fuistes tú quien mencionó la posibilidad de que la niña humana pueda a que corra peligro ahora?


    —Suhail: No la llames así Onai, es mamá.


    —Antwan: ¡Solo responde! ¿¡Acaso no piensas hacer nada para evitarlo!? ¿Cuál es tu plan, Suhail? ¿¡Cuál!? Porque usar mi traslación y dejarte aquí no es una decisión difícil para mí.


    —Suhail: Lo sé, sé que puedes hacerlo, también sé que lo harás.


    Antwan apretó sus dientes, y sonrió con amargura.


    —Antwan: Maldito infeliz, te diviertes leyendo los pensamientos de los demás sin sus consentimientos, ¿Ah? Luego no te quejes de lo que puedas encontrar allí. No harás menos miserable tu existencia.


    —Suhail:...nunca pensé así —se hizo más y más pequeño en su lugar, perdiéndose entre aquel leve murmullo penoso. Señalado, apuntado, juzgado, así se sentía estando bajo esa mirada platinada—


    —Antwan: Claro que usaré la traslación y me largaré de este lugar, con o sin tí —Suhail sintió el latir en su pecho —No pienso quedarme en un lugar donde el enemigo tiene el control y donde solo pasaré de ser historia a ser nada, ¿Me entendiste, maldito traidor? —otro latido, más fuerte, más doloroso— Si realmente piensas que salvar la vida de esos que llamas compañeros vale la pena, entonces levantate y haz algo, deja de lamentarte y parecer un sufrido ¿No era tu plan salvar el futuro, ah? ¿No era tu plan recuperar nuestro hogar y establecer nuestra familia y el reino?


    Suhail creía que, sino se estaba muriendo entonces realmente ese era el final.


    —Suhail: Estás siendo más cruel de lo normal, Onai…


    —Antwan: ¡Y qué si es así, demonios! ¿¡Quién fue que dijo que haría lo que fuera por recuperar nuestro hogar y salvar la vida de nuestros padres!? ¿¡No fue la muerte de nuestra hermana algo no deseado y al contrario a lo que creí y que aún te hago culpable por ello, hubieras hecho lo que fuera por salvala aún si sabes eso significaría romper las reglas!? ¿¡Deseas que esa culpa se duplique al dejar de luchar por lo que realmente importa!?



    Su voz estaba rota, todo lo que estaba soltando ahora era todo el dolor que jamás dejó salir.


    Y Suhail estaba atorado. Incrédulo.



    —Suhail: Onai…


    —Antwan: ¡Solo deja de llamarme así, y has lo que tengas que hacer de una buena vez! ¡Salva a todos, recupera nuestro hogar! ¡Salva a madre si es que realmente te importa, maldito bastardo!



    A Suhail no le dio tiempo de responder a aquello, aunque nunca pensó hacerlo. La voz de su hermano quedó en el olvido cuando algo en él se partió, avisandole que allá afuera algo había ocurrido. Su cuerpo se puso rígido y su mirada se alzó, abriendo sus ojos con desconcierto; entonces Antwan vio como Suhail se empezaba a mover extraño como si quisiera levantarse pero le era imposible, decía cosas inentendible, cosas que no escuchó bien…se acercó solo al ver como este hizo un último intento para levantarse quedando de rodillas y cuando vio que Suhail iba a volver a caer de duras al suelo tuvo el impulso de sujetarle, su cuerpo tuvo un impulso involuntario, pero aún así jamás lo hizo.



    Solo fue un impúlso involuntario pero, su orgullo se lo impidió.



    Suhail con lo último que tenía invocó su arma, la que no le obedecía bien y con esta se sostuvo, manteniendo un fuerte agarre.



    —Antwan: Suhail—miró que el azabache fruncia el ceño muy serio y eso no era bueno. —



    ¿Que rayos le ocurría?



    —Suhail: Puedo afirmarte que a partír de ahora nuestros intentos de cambiar algo serán en vano, hermano—con esfuerzo se movió para darle la mirada a su hermano quien le miraba con mirada confundida. Tuvo que llevarse una mano a sus labios para ocultar el hilo de sangre que amenazaba en salir—La blanca a sido encontrada…Onai.


    —Antwan: —sintió que todo se derrumbó y su aliento se dificultó—¿Qué?



    El tiempo que habían invertido en aquel tiempo jamás fue suficiente para evitar las tragedias que estaban destinadas a pasar, por más que controlaran el tiempo mismo, ambos hermanos al mirarse sabían que todo lo que estuvieron haciendo durante ese tiempo no fue nada más que perder el tiempo, y era deseccionante. El odio entre ellos no resolvería la pena, ¿No es así ? Suhail lo sabía muy bien, al menos aquel odio que solo Antwan le tenía a su persona pero, ¿Podría él entenderlo?


    ¿Podrían EliOenai entender eso?


    Suhail estaba dispuesto a cumplir las condiciones que su hermano le pedía de seguir luchando, pero…¿Podría él tratar de confiar realmente en él?




    —Suhail: Lo siento hermano pero…creo que al final no cambiamos nada.


    —Antwan: Todo es tu maldita culpa.





    Quizás…nunca podría entenderlo.





    Suhail entristeció. Realmente creyó, por segundos fantasmas, qué tal vez, solo tal vez podría tener el apoyo de su hermano.


    Dejó de creerlo. Se rindió. Ya no más.



    Lleno de ira contenida, frustración por sentir que no podía hacer nada y más encerrado junto a aquel idiota solo hicieron que Antwan quisiera molerlo a golpes, como nunca antes lo había hecho. Suhail vio ese odio en sus ojos al verle, como sus dientes se mostraban cuando fruncía su mandibula y como sus manos estaban cerradas en un fuerte puño, puño ya envuelto en llamas.


    ¿Cómo de un momento a otro podía gritarle y pedirle que salvara a todos y a su madre, mostrándole una imagen que lo confundió, haciéndole creer que solo intentaba animarlo para que volviera a pararse y no se quedara en el suelo, derrotado? Y luego solo cambiar de parecer para continuar con los gritos, pero a diferenfia de los anteriores, éstos lo querían destruir, lentamente.


    ¿Cómo era eso posible?



    —Antwan: Si no hubieses interferido en nuestras vidas. No…si no hubieras existido nada de ésto hubiese pasado y lo sabes bien, maldito bastardo.



    Las llamas que envolvían a su hermano eran verdaderas, eran reales, y eran alimentadas por el inmenso odio que le tenía a su persona.


    Pero aunque el tiempo estuviera a su favor y fuera capas de cambiar algunas cosas para causar su propia felicidad, aún así ser un egoista por unos segundos no era suficiente para hacer que su propio hermano borrara de su mente la idea de odiarle hasta la muerte, jamás le convencería de perdonarle solo por existir. Y algo en Suhail se torció rompiendose en definitiva al escuchar aquellas palabras frías de quien él profesaba era su hermano, de la única persona que le quebaba que podía llamar "familia".


    Fue duro pero tuvo que aceptar que aunque doliera tenía razón; fue suficiente para él dejar que su mirada bajara sintiendose indigno de seguír mirando a aquellos ojos grices frente a él…


    Insignificante



    Miserable



    Solo….nada



    —Antwan: ¿Era esto lo que querías lograr? ¿Desatar el espiral, culpandome de ser el responsable para que todos me odiaran a mi y te vieran como el héroe que deseas ser? ¿Para luego lograr tu cometido y al presentarte frente a madre y a padre decir que todo fue mi culpa? —no quería eso, odiaba la idea al simplemente pesarlo, Suhail quería gritarcelo pero ¿Cómo hacerlo? ¡Obviamente EliOenai llegaría a esa conclusión! Después de todos los acontecimientos durante sus encuentros…— ¡¿El tan poderoso Suhail Lee que controla el tiempo, capaz de hacer lo que se le pegue la gana finalmente logró lo que tanto deseaba?! ¿¡Te sientes satisfecho de ellos, pedazo de imbésil!? ¡Por tu culpa estamos aquí y nuestro hogar no existe! ¡Tu solo fuiste el causante de la falla en el reino y tu solo atraiste el espiral! Perdiste el control de ellos y ahora tu presencia aquí solo es una amenaza para el pasado de nuestros padres, incluso aquí solo causas problemas…solo eres un…¡Un error!—sentía que aún no decía todo, sentía que lo que dijo no era nada con todo lo que se merecía ese imbésil, su odio comenzaba a reflejarse y no pensaba contenerse. Su cuerpo daba temblores y sus hombros parecían contener un peso que en cualquier momento soltaría. No se dio de cuenta pero había dado 4 enormes pasos hacia Suhail quedando de frente a él con una mirada tan fría como el color rojizo en el que se había tornado sus ojos. Aún así Suhail no quería verlo, le había afectado sus palabras pero aún así se aferró más al arma de doble filo que seguía mandando descargas queriendo desaparecer y aún así Suhail no le soltaba. Era lo único que le quedaba de su verdadero origen— Mirame a los ojos cuando te hablo, ¿O es que acaso piensas deshonrrar mi presencia con tu silencio?


    Fue suficiente.



    —Suhail: Tienes razón—la comesura de sus labios se quedaron entre abiertos sin animarse a sonreír esta vez, ¿Para qué?, estaba destrozado. Sin fuerzas para defenderse, y como si la situación estuviera en contra, su arma dio un toque final al desaparecer y hacerle quedar sin su sonten de apoyo. Esta vez no se molestó en evitar la caída y se dejó caer hacia el suelo, sintiendo como sus rodillas recibían el mayor golpe por su peso mismo. Dolor, tristeza…esos sentimientos eran tan…Dolía y mucho. Ya no importaba sentir la mismícima oscuridad tragar su ser. Se estaba volviendo su consuelo. La sangre en su boca fue limpiada poco a poco por su mano izquierda— Jamás quise que ésto ocurriera y casi en la mayoría de mi tiempo de vida malgasté mi tiempo preguntandome la razón de mi existencia, un propósito que ya no tiene sentido buscarle respuesta. Hum, no creas que odio mi vida o deseo desaparecer, porque hacer eso sería jamás ver a los que amo…quedar en la nada otra vez. Tampoco desecho el agradecimiento a la oportunidad que madre me dio al traerme a el mundo, no soy un mal agradecido, pero lo que tengo aquí, hum…es solo…es un sentimiento que no se lo deseo a nadie, y preferiría pasar por ese camino mil años más siempre y cuando de esa manera puedo darles la vida que se merecen. Darte la vida que tanto deseas.


    —Antwan: —sus ojos se entre cerraron, escuchando agríamente cada palabra salida de la boca del de ojos heterocromáticos. Aparte había quedado quieto en el momento en que notó que sangre brotaba de los labios del azabache—... ¿Estas insinuando que sientes lástima por mí? Ja, déja de hacerte la victima ahora porque solo te undiras más.


    —Suhail: Solo espero que de esa manera puedas de una vez perdonarme.




    Imposible




    Escuchó su respuesta. Lo aceptó en silencio.



    —Antwan:¿Perdonarte? ¿Perdonarte, dices? —la calma volvía a escasear como arena entre los dedos—Hablas de algo imposible, hermano…


    —Suhail: —sabía que lo decía solo por el odio y la rabia, aun así no evitó sonreír—hacía mucho tiempo que no me llamabas así.


    —Antwan: ¡Eres un…! —quiso golpearlo—



    Se acercaba el momento crítico, sí, Suhail más que nadie sabía muy bien que llegaría aquel momento en el que debería actuar y tomar una decisión, con o sin su poder, como príncipe y como hijo del tiempo, haría lo posible para salvar a su familia.


    Su futuro.


    Y era por esa razón que, sintiendo el peligro y el final acercarse cada vez más, no escatimó en disfrutar de un buen "mal chiste" aún sabiendo que molestaría a su familiar. Lo disfrutaría al máximo.


    El suelo comenzó a temblar y a estremecerse de manera continua, como si en cualquier momento éste se fuera a abrir. No existía placas tectónicas allí, porque no era un lugar, no era un sitio, solo un espacio vacío, aún así el temblor trajo consigo el levantamiento de la superficie bajo sus pies que estremeció todo.


    Antwan inmediatamente miró su costado cuando sus sentidos se activaron, dispuesto a defenderse si alguna amenaza aparecía, porque sabía muy bien que nada de eso era normal.


    Pero no esperó que de repente su muñeca fuera sostenida con fuerza por una mano que conocía bien y que a diferencia de las suyas, eras más grandes.


    Volvió su vista a su hermano.




    —Antwan: Suéltame, no me toques.



    Pero Suhail jamás lo hizo, en cambio se aferró más y le miró con una mirada profunda al rubio como diciendole en silencio tantas cosas que no podría decir. Un "lo siento" silencioso que alteró a Antwan, sus ojos se abrieron desconcertados sintiendo un extraño escalofríos recorrer su espalda y abarcar todo su cuerpo. No, no quería pensar en aquello pero, la expresión de Suhail le decía algo que Antwan quería negar, era posible que en serio ese idiota estuviera dispuesto a…hacer otra locura?



    —Suhail: Escuché fuerte y claro tus palabras y las acepto. Te prometo que a partir de ahora haré lo que este en mis manos para cambiar las cosas y darte el futuro que deseas, hermano. Espero que en el futuro finalmente puedas ser feliz. Yo me encargaré de cumplír el deseo de tu corazón.


    —Antwan: ¿Eh?



    No, ¿Qué demonios…?




    Todo el lugar comenzó a cambiar al sufrir un cambio colateral donde el suelo se consumía de gran manera, donde una luz potente hacía presencia, devorando poco a poco aquella oscuridad y llevándose con ella la existencia misma. Antwan que estaba de espalda a ésto solo vio de soslayo la iluminación que daba aquella luz y tenia la intencion de ver pero el agarre de Suhail en su muñeca lo impedia, aun así lo que lo contuvieron más era su estado. Y esas palabras que dijo.


    Su propio cuerpo comenzó a temblar al ritmo del compás que seguían los latidos de su corazón.


    Antwan al ver que Suhail no tenía pensado soltarle aún, se movió para soltarse de aquel agarre de una vez por todas, cuando el tiempo ya se acababa y no importaba si se giraba o no, el se iría y Suhail lo sabía, porque así como lo afirmó el mismo Suhail anteriormente el se iría con o sin él, ¿No era así? Pues lo cumpliría.


    Y ya Antwan estaba listo para alejarse y hacer su movimiento. Tan solo al Suhail saber esto supo que debía hacer algo cuanto antes, y decirle la verdad a su hermano antes de que se alejara y…fuera esa la última vez que lo viera.


    Necesitaba decírselo. Porque él sería la llave de todo lo que se aproximaba.


    Fue por esa razon que no dudo en, con sus ultimas fuerzas incorporarse y empujarse para alzarse y asi lanzarse al cuerpo de su hermano de mucho menor tamaño que él y cubrirlo en un abrazo fuerte que lo bloqueó por completo, impidiendole la movilidad en absoluto.


    La action, sabia él, que molestaría a Antwan.


    No importaba, a Suhail le importaba poco lo que pasara luego, ya la decisión estaba tomada.



    —Antwan: ¿Q-Que demonios…?



    ¿Qué diablos estaba ocurriendo ahora?



    —Antwan: S-Suelta…A-Alejate de mi, maldición, tsk, ¡Sueltame, Suhail! —sus brazos los movió para empujarlo, pero nada hizo, su rostro mostró el enojo contenido, lo menos que deseaba era tener cualquier contacto con él. Entonces antes de volver a intentar alejarse Suhail se alejó un poco para luego verlo a los ojo de manera directa. Prontamente cuando sus miradas se encontraron, se topó con la del azabache y un gran sentimiento de odio lo lleno, obligandolo a chistar sus dientes— Te dije, maldita sea, que me soltaras idiota, reteniendome no lograras nada.



    Pero Suhail no reaccionaba, no decía nada, solo le miro, le miraba como si quisiera decir algo más, es más, sus ojos brillaban de una manera tan lamentable que Antwan sintio terror, sintio algo extraño en su estómago, casi como la sensación de querer vomitar, y hasta ahora estaba cayendo en cuanta de algo que jamas habia pensado ni que se tomo el tiempo en analizar.


    Y es que era posible que Suhail ya estuviese jugando su carda.


    Ese idiota…Acaso el..?



    —Suhail: Si. Es exactamente como lo piensas, Onai. No es un secreto, asi que ya lo sabes.


    —Antwan: ¿Q-Que has dicho?


    — Suhail: Se acabó el tiempo, ya no hay una segunda oportunidad, menos tercera, y si hay una cuarta…sin duda seria un milagro. Solo recuerda una cosa hermano y es que, jamas haría algo que dañara a mi familia. Ustedes son todo para mi. Fueron todo para mi.


    —Antwan: E-Espera…rayos, Suhail, aguarda, ¡Demonios! ¿Por qué suenas a que tu…?


    —Suhail: Porque ya tome una decidion y es de, enmendar mi error.


    —Antwan: ¿Que?



    Sintió los nervios a flor de piel en el momento en que las manos de Suhail se alejaron de su cuerpo para luego con mayor cuidado y seguridad en su tacto, subirlas y tomar así su rostro para de esa manera acercarlo a él casi como en un acto lleno de exigencia; cortando el poco aliento que le quedaba, se fue con ello la calma y la lucidez. Sus frentes chocaron, hubo un sonido bajo provocado por uno de ellos pero fue a causa del asombro aparatoso que llenó el cuerpo del joven rubio, quien no evitó la queja quedita salida de sus finos labios, y más luego de tener tan de cerca el rostro de la persona a quién él le peofesaba odiarlo con todo su ser. Y no mentía.


    Ahora, sentía angustia y a su vez temor, más que eso inseguridad. Suhail, como un esperto en leerlo, no se molestó en verlo a los ojos, porque se sintió mal hacerlo, pero si dejó que sus dedos ahora atrapados por los rubios cabellos de su hermano justo ahora se deleitararan con el toque suave y revoltoso, asegurando que cada toque sería recordado como algo que jamás pasara, porque era seguro que luego de aquello… no habría un hasta entonces. Tenía que irse mentalizando.


    Suspiró. Sus labios se curvaron en una línea amarga.


    —Suhail: Antwan…recuerda bien el nombre que elegí para ti, porque es el nombre que ama mamá.



    Antwan tragó fuerte. Y abrió más sus ojos.


    Sorprendido.



    —Antwan: ¿Qué estás diciendo..?


    —Suhail: —apretó más su toque y lo acercó mucho más, para dejarlo más que cerca a él, y así no tener problemas para soltar lo que debía decir. Y le susurró con total seguridad, sin mirarlo aún , sintiendo su respiración chocar con la mejilla ajena—Se acaba el tiempo y ya no volverás a lo conocido, lo que pasó en el bosque aquel día no fue casualidad y tampoco fue planeado por mi, no fue tu culpa la muerte de aquella noche, no lo hiciste porque todo eso fue solo algo que ocurrió en uno de los bucles y necesito que recuerdes bien esto, Onai, ¿Me escuchaste? Fue un bucle, y yo ya no puedo seguir sosteniendo todo esto por mi cuenta, así que cuando te reunas con ellos solo advierte les de lo que sabes y…jamás vuelvan a confiar en mí. Estoy fuera.



    Entonces se dio. Fue así como todo acabó concluyendo en el modo menos esperado para el menor de los Lee.


    Suhail se alejó de golpe del toque sobre su hermano empujando a Antwan de una manera brusca y desconcertante; el chico no le dio tiempo ni de reaccionar cuando vio como Suhail alzaba sus manos y con las pocas fuerzas hizo algún tipo de conjuro que sin duda fue eso lo que sintió tragarlo por completo.


    Y justo antes de perder la vista de aquel lugar y junto con ella la de su hermano, solo vio la imagen de Suhail cambiar en demencia como de su version adulta fue reduciendose a un adolescente, yendo cuesta abajo hasta tomar la apariencia de…un niño. Un niño de solo 6 años de edad.


    Fue como si hubiese perdido sus úlimas fuerzas.



    Esa imagen la conocia tan bien…




    Y a pesar de todo Suhail jamás dejo de sonreir.



    Esa última sonrisa era más sincera que todas aquellas que mostró en todo ese tiempo.




    " Nunca lo olvides, Onai, jamas dejaré de amarlos. Confío en que tendras la vida que siempre deseaste. Y recuerda llevar el mensaje que te di a los chicos. Te aseguro que, je, ellos estarán feliz de verte. Adiós…"





    Por alguna razon esa despedida le destrozo. ¡Lo odiaba!




    " ¿Qué piensas hacer idiota? Suhail…¡No, no, no! ¡Las cosas no debían pasar así! ¡SUHAIL! "








    Pero llamar no serviria. Ya era demaciado tarde.





    _Cambio_




    Derint ya había metido su bolso con la ropa que había llevado para los días que se quedaría en aquel lugar, la hora de regresar a casa había llegado, durante el día se mantuvo distraido haciendo practicas, corridas y entrenando su físico, luego decidió darse un baño relajado y para la hora del desayuno lo hizo en compañía del Jameson quien le sorprendió diciendo que se sentía mejor. Trató de ignorar esto, quizá el pensar en todos las cosas que habían pasado esos días sería una de las razones por la que estaba perdido en las nubez pero en realidad era algo más.


    Gracias al cielo que esa mañana el Jameson no se despertó hablador como siempre, sino que solo se mantuvo a raya, acompañándolo en una que otra actividad en casa que no pasaban de solo leer unos libros, tratar de jugar ajedrez, juego cuyo el Jameson no sabía ni madre y que en cambio a Derint le parecía aburrido, y digamos que también vieron algo de TV antes de que la hora de volver a practicar llegara, que fue cuando le dijo a Birian que él estaría por un rato fuera de casa y que por los momentos vigilara que el Jameson no intentara hacer ningún sobre esfuerzo.


    Claro que Birian no necesitaba que le recordaran lo obvio, porque era su trabajo asegurar la seguridad de su joven amo. Aunque Freddy se sintió fastidiado por esto ya que en verdad que intento en todo el día él tratar de precticar algo, ya que el fuego estaba ya a la vuelta de la esquina y ya mañana se enfrentarían al equipo enemigo. ¿Cómo no iba a practicar?


    Lo único que le hizo obedecer fue el semblante cansado y preocupado—aunque trataba de ocultarlo— de su mejor amigo, porque el azabache no eparaba en la imagen que tenía ahora pero…se le notaba a leguas que algo lo traía distraído, y Freddy estaba seguro que su situación tampoco le ayudaba. Total…recuerda él que Derint estuvo allí cuando le dispararon.



    Derint…presenció ese momento.


    Freddy juraba que luego de eso él mismo compensaría a su amigo, no sabía cómo pero en serio debía hacer algo para pagarle por todo lo que tuvo que haber hecho para asegurar su bienestar. Le debía una.


    Quizá luego del partido le invitaría a cenar a algún lado, ¿Quien sabe? Tal vez terminaría accediendo y de paso se llevaría consigo a la pequeña Leint. ¡Que bien sonaba eso!


    Claro que todo esto pasaba por la mente del Jameson, quién era ignorante de lo que realmente mantenía distante al Rouss.


    Fue luego de meditar un poco que, Derint decidió tomar sus cosas y regresar a casa, total ya había presentado el exámen así que no se veía con la necesidad de seguir un minuto más en ese lugar. Ni que estuviera de vacaciones, además el partido sería mañana y realmente debía salir de esa casa antes de que comenzara a entrar en un estrés postraumático.


    Aún no tenía claro el porque pero hubo algo que le impulsó el irse de allí, tenía un mal presentimiento. Y Derint estaba seguro que no era por alguna paranoia.


    Estaba aún perdido en su mente cuando escuchó la voz de Freddy quien fue quien lo sacó de sus pensamientos.



    —Freddy: ¿Estas seguro de querer irte ya? —su pregunta fue contestada por una ceja alzada por parte del azabache quien acababa de ver como Freddy había metido una segunda maleta allí en el maletero del auto, más no dijo nada. —¿Qué? ¿Ocurre algo?


    —Derint: Ya debo volver a casa, finalmente presenté el examen así que no tengo necesidad de seguír aquí —desvió su mirada hacia algún punto del terreno, mirando lo verde del jardín, o de la grama crecer. — Además, ya viene el partido de fútbol…


    Freddy tomó muy extraño su contestación aparte sonaba pensativo.


    —Freddy: Cierto…pero sabes que puedes quedarte un poco más, así como unas vacaciones. Cuando quieras.


    —Derint: Tsk, no digas tonterías.


    —Freddy: —rió—¡Solo bromeaba! No tenemos tiempo para eso después de todo, falta solo dos días para el partido, tal como dijistes y sin duda debemos ganar. ¿No estás emocionado?



    Más Derint no respondió. Claro que estaba ancioso, por eso no debía desaprovechar cada momento.


    —Derint: Es mañana, idiota. Hoy es Jueves, recuérdalo.


    —Freddy: Jueves, ah, sí…Jueves, ¿Como pude olvidarlo? —murmulló. No añadió más de eso—



    Freddy había cerrado el maletero en lo que se recargaba del frío metal del auto, dejando sus codos reposarse sobre este para mirar tranquilamente el cielo, algo distante. El silencio se hizo presente entre ambos. Parecía todo tranquilo pero Derint de repente se giró y sin que Freddy lo esperara este abrió el maletero y sacó de allí una maleta la cual echó al suelo sin reparo alguna.



    —Freddy: Extraño mi motocicleta—soltó una risita—lástima que no pueda tocarla hasta que me haya recuper- ¡Wou, Ouh! Pero viejo ¡¿Qué estas haciendo, Rouss?! ¡Esa es mi maleta!


    —Derint: No recuerdo que estés en condiciones para salir. —cerró el maletero, Freddy estuvo apunto de protestar pero el azabache le calló—Vuelve a la cama, pedazo de idiota.


    —Freddy: ¿Ahora qué? ¿Acaso eres mi doctor para decirme qué es lo que debo hacer?


    —Derint: Apenas te recuperaste, te dieron un tiro, recuerdalo, perdistes mucha sangre y-


    —Freddy: Si, creo que si te tomas en serio el papel de doctro ¿ah? Es bueno saber que te preocupo- ¡Ay! —recibió un golpe nada cariñoso en su estomago— ¡R-Recuerda mis condiciones, h-hermano..!


    —Derint: Ahora si lo recuerdas. Hum. Ya deja de ser un imbécil y vuelve a tu estúpida habitación. Y no soy tu hermano— se giró entonces para caminar hacia el auto, antes de irse quería asegurarse de algo. Abrió la puerta de adelante y de allí sacó unas llaves, volvió a sus pasos para mirar al chofer. Birian desde hace rato estaba mirandolos esperando el momento para irse— ¿Qué debo hacer para que me dejes conducír?


    —Birian: Cumplir la mayoría de edad y ganarte tu licencia.


    —Derint: Aburrido.



    Escuchó al Jameson reírse al fondo.


    Derint lanzó las llaves a Birian quien las tomó, entró al auto y se sentó con su misma expresión de frustrado, cuando escuchó la puerta abrirse, cerrarse y luego sintió un peso más aun lado suyo. No necesitaba ser tan inteligente para saber quién era.


    Frunció el ceño ya irritado.



    —Derint: ¿Se puede saber qué haces, Friki?


    —Freddy: Derint, ya lo decidí. Ire porque así como tu tengo responsabilidades en Forever, aunque digas que por mi estado no debería, aún así ire. El partido será mañana, debo dar la cara a el equipo, hay mucho porque preparar y además soy el capitán. Literalmente soy el responsable de que mi equipo gane y como tal debo estar estar allí. Sin mencionar que—se giró a verle, Derint a su acción le miró igual, serio— ya curaste mis heridas, dormí lo necesario, gracias a eso estoy bien, solo debo tener cuidado en no esforzarme tanto. ¿Bien? Tome el cuidado necesario.


    —Derint: No por completo.


    —Freddy: ¡Derint!


    —Derint: Tsk. Solo no digas que no te lo dije. Si algo llega a pasar-


    —Freddy: —negó soltando un suspiro cansado, en serio quería que su amigo dejara de preocuparse tanto, aunque este lo negara— Con la preocupación de mi padre es suficiente amigo, y tengo en cuenta que malograrme afectaría al equipo, así que por los momentos mi prioridad es cuidar de mi mismo, deja de ser tan pesado…no es propio de ti preocuparte tanto, estoy bien. Deja de preocuparte de esa manera que me asustas.


    —Derint: No estoy preocupado —refuto con bastante agriedad y molestia, cruzandose de brazos—



    Freddy sonrió, una sonrisa realmente sincera y cálida, Derint hizo un gesto de disgusto y solo reaccionó a desviar la mirada antes de moverse, sin que nadie lo esperara salió del auto, para luego volver a estrar pero esta vez sentarse en los asientos de copiloto.


    Dejó solo al Jameson en la parte de atrás.




    —Freddy: ¿Eh?, ¿Pero qué…? Derint, acaso tu… ¿Me estas evitando?


    —Derint: Arranca.



    Poco a poco se vio la limocina irse alejandose del lugar. Dejando una vez más aquel lugar solitario…



    En lo que Freddy se giraba para mirar a través de la ventanilla algo ido como cada vez más se alejaban de aquel terreno donde la pasó esos días, su mirada se volvió algo triste pero decidió sonreír a pesar de aquel dolor estancado en su pecho.


    Por alguna razon, extrañaría mucho aquel lugar.



    —Freddy: Adiós…




    A pesar de todo, fueron agradables los momentos que tuvieron en la mansión.



    Derint por otra parte tenía su mirada perdida entre la ventana con la vista a las afuera, su mente estaba hecha un lío, pero estaba preocupado…preocupado por su hermanita.



    —Derint: "Algo no está bien…Tengo un mal presentimiento, y es sobre Leint…Tsk! " —en serio esperaba que solo fuera supociciones locas—






    [Fin del capítulo]
     
    Última edición: 11 Septiembre 2023
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    KAMERIA

    KAMERIA " Si caes, levántate y vuelve a intentarlo"

    Cáncer
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    15 Noviembre 2022
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    Título:
    Tales of the Last White Rouss-[Saga #0]
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    72
     
    Palabras:
    2215
    Capítulo 15_ "Perder o ganar: Primer Parte"


    Tales of the Last White Rouss

    Saga N° 0: Hijos del Futuro



    [ Extra ]

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    A la edad de 6 aún no sabía sobre el poder de su hermano mayor, siempre creyó que en serio tenían la misma edad, que eran gemelos y que ambos eran perfectos por tener la virtud de parecerse a sus padres. Él, el príncipe EliOenai, piel clara, mirada grisácea y con un toque desafiante como el de su padre, con ese toque rosa rojizo pintado tras sus párpados tal como su madre, sin mencionar sus rubios cabellos. Por el cambio Suhail azabache como su madre, con un curioso toque azulado que se asemejaba al color del cielo en plena noche, iluminado por las miles de estrellas. Ojos heterocromáticos, tales como su madre, su piel palida, dos curiosos lunares justo abajo de ambos ojos dandole un toque único, místico. Con una mirada misteriosa pero brillante y expresiva, así como el de su madre. Ambos hermanos, gemelos, a según, eran tan diferentes en actitudes pero sin duda iguales cuando de trabajar juntos se trataba, su hermandad era lo mas sagrado para ambos.


    Ambos sin duda eran la viva imagen de ambos monarcas del reino.



    Esos pensamientos estuvieron con él por años, hasta que llegó aquel día en que tuvo que saber la verdad y, todo su mundo, su realidad, cambió a como debía ser.



    Suhail, era hijo del tiempo.




    .




    —Onai.


    —¿Mm? —miraba distraidamente como a lo lejos se asentaba una bonita puesta de sol, notandose como los matices del sol bañaban en creces todo el lugar a la vista, y en su desaparición la oscuridad tomaba lugar. Dejó de ver la maravillosa imagen frente a él para mirar ahora a su hermano quien recien se había parado a su lado—


    Suhail venía con su aire calmado de siempre, pero esta vez llevaba una sonrisa mas notable.



    —¿Qué ocurre? ¿Por qué sonries como idiota?


    —¿Sera porque estoy feliz?


    —Hum, como si me interesara.


    Para ese tiempo ambos ya no se llevaban bien, tenían al rededor de los diez años, al menos él, ya que Suhail siempre se empeñó en tomar la forma tal como su hermano tenía para no parecer mayor ni menor que él, siempre iguales, según su propia explicación. Tsk, cuando todo era mentira.


    Antwan pensó en retirarse y volver a las profundidades del palacio y regresar a sus aposentos. Pero Suhail le detuvo.



    —¿Podrías por esta vez…hacerme compañía?


    —¿Por qué debería?


    —Tengo algo que mostrarte, la noche está por caer y es el mejor momento para eso.



    Antwan recuerda haberle reiterado en una discusión pesada, solo hecha por él, que no le interesaba nada de eso, que se fuera al diablo y que tenía mejores cosas que hacer. No recuerda bien las palabras que usó pero al parecer volvió a insultar al azabache hasta tal punto de humillarlo. Una vez más, le dejaba en claro el odio hacia él y la obvia falsa confección entre ellos, llamandolo entre otras palabras "bastardo". Cosa por la cual Suhail jamás llegó a demostrar disgusto ni demostrar cuanto ésto le llegaba a afectar. Siempre procuró mirarle calmadamente y asentir en silencio.


    Nunca demostró cuan dolido estaba realmente.


    Esa noche, las estrellas se alzaron al cielo pronunciando más la belleza efimera de aquel mundo en el que vivían, su hogar, ese hogar que muy pronto llegaría el tiempo en que sería consumido por el fuego.


    Si tan solo lo hubiesen sabido antes.



    EliOenai se negó ante la petición de Suhail y tomó su camino a casa. Sin mirar atrás. Suhail dejó de insistir y en cambio se quedó allí para mirar las estrellas alzarse en el cielo, diciendole en ese silencio lo que en un futuro pasaría.



    "Si tan solo me hubiese quedado, ¿Hubiese cambiado algo? Esa noche, Suhail iba a decirmelo, lo sé, tomaría el riesgo de abrir su boca y por primera vez en su vida, desobedeseria ante las leyes que le reprimían y prohibian hablar de lo venidero. Estaba dispuesto a pagar las consecuencias al decirme sobre la oscuridad que muy pronto abarcaría a nuestro reino. Y yo de muy idiota….por mi odio, jamas llegué a escucharlo, jamas quise hacerlo. Probablemente en todo ese tiempo siempre lo supo y solo trataba de advertirme pero yo, solo me cerré y jamás le escuché "



    " En gran parte también tengo la culpa de lo que pasó. ¿Estaba acaso destinado a ocurrir tal desastre en nuestro hogar? "


    "¿La muerte de mi hermana?"


    "¿ De nuestros padres y familiares?"


    "¿Cuantos más debo ver perecer para entender que..? "


    "...es tarde para lamentarme. Es tarde para tratar de espiar mi error, porque se que luego de esto, luego de este instante, lamentablemente…el sacrificio que Suhail hizo se vera reflejado de una manera que de aseguro me pesara factura por toda la eternidad. No hay que ser tan brillante para entender lo que quiso decir. Siempre he sabido leer entre líneas y más las suyas, y sin duda…es posible que este haya sido la última vez…la última vez de ambos"







    [...]


    Leintni.jpg





    La pequeña criatura envuelta en hojas, cargada en sus brazos, hojas que por la lluvia que recien había comenzado a caer, causaron que estas hojas se apegaran a su cuerpo, su rostro mostrando tranquilidad en medio de su inconciencia solo trasmitía la paz que en esos momentos Tim gustaría de tener. Lamentablemente su ser estaba lleno de aflixión y dudas por la nueva situacion que se levantaba.


    Estaban perdidos y su tiempo se acercaba.



    Luego de encontrar el cuerpo inerte pero con vida de la pequeña azabache, sin dudarlo la tomo en sus brazos y decidio regresar a la mansión perdida entre los árboles secos que ahora florecian, y resguardarse de la lluvia helada que cada vez mas se hacía más fuerte.



    El modo en que la encontró aún lo tenía pensativo, sin decir que nervioso. Había perdido el rastro de la niña hacia mucho, justo cuando creyó que el sello que le había aplicado a la pluma había funcionado, pero no, estaba muy equivocado, fue totalmente lo contrario. Era como si la pluma se hubiese protegido de ella, incluso burlado, pero Timothy sabía que no debía ser así ya que a comparación de otros fénix, su nivel era superior, por nada era considerado como un legendario. Aúnque odiaba ese tonto título. Siguió diciéndose eso por un buen rato en lo que buscaba con desesperación el rastro de la pequeña Leintni, pero a medida que pasaban los minutos y seguía perdiéndose en ese bosque las ideas poco a poco se iban deshaciendo y ya no eran tan claras como antes, comenzó a dudar de él mismo y de sus habilidades, ¿Sería que realmente estaba perdiendo el toque? Todos esos años encerrados allí excluido del mundo exterior ¿Fue motivos para que ahora ya no fuera capaz de hacer si quiera un truco básico? ¿Podría estar sufriendo las repercusiones de vivir sin su alma por 30 años? Porque sus fuerzas ya no eran las mismas, no, por lo tanto su poder había disminuido.


    No lo había notado antes, no había manera de saber eso sin antes hacerce una auto evaluación que diera testimonio de ello, jamás tuvo realmente la necesidad porque incluso al entrenar con el chico no fue necesario usar su poder al máximo, fueron solo prácticas básicas, sencillas de diluir con sus dedos ¿No? Porque el fortalecimiento de las flamas de un fénix era algo básico, ni cuando se ejecutaba el reconocimiento de poderes se llegaba a usar a gran cantidad su poder; escondía muchas dudas bajo la nube de ideas que tenía ahora nublando su mente, casi lo sofocaba pero en toda esta revolución Timothy tuvo una idea clara de qué pudo haber sido realmente lo que había cambiado allí.


    Sino era que, perdió fuerza ante el enemigo significaba que, el espiral se había fortalecimiento en demasía.



    Tenía un motivo por el cual creerlo y eso fue justo cuando encontró el rastro de la niña. El modo en que pasó y el medio que lo guío hasta ese centro boscoso que lo orilló hasta el campo despejado en donde vio descansar el diminuto cuerpo de la infante. No fueron los galopantes vientos que lo guiaron allí, no, no fue la aullante manera en la que sonaban los cantos de los pájaros, menos, lo que llamó su atención fue el hecho de haber escuchado sonar de manera suave una melodía canturina y pasiflora, cargada de una nota algo pesada para aquellos que lograban oírlo, a pesar de lo tranquilo que se escuchaba, y es que la melodía de una flauta, frívola, en medio de un bosque prohibido no era para nada normal, sin embargo fue bajo esas condiciones que pudo encontrar a Leintni.


    Una tonada de flauta, luego de la desaparición de la pluma oscura, ¿No estaban estas dos cosas relacionadas entre sí? Y aunque a Tim le hubiese gustado salir a investigar, tener a la niña en esas condiciones lo obligaban a tomar una decisión razonable, que era asegurar la vida de la pequeña.


    No siguió pensando en esa escalofriante melodía y su relación con el espiral pero, si se siguió preguntando a donde pudo haberse ido el enemigo.


    Lo sensato por ahora, pensó en ese instante, era regresar a casa. Hubiese usado su traslacion y de una vez por todas hubiese estado en casa pero, se contuvo, ¿Y porque?

    Por que Tim tenía la esperanza que quizá en el camino podría hallar también el cuerpo de su joven pupilo, quien lamentablemente, jamas halló. Y la verdad es que comenzaba a preocuparle.



    Llego a la vieja mansión, se aseguró de envolver a Leint entre sabanas calidas y recostarla en el gran mueble que tenían en la sala, con cuidado exparcio sus cabellos para que de esta manera pudiera secarse más rápido. Él por su parte la dejó descansar y se dispuso a preparar algo caliente en lo que esperaba que la niña despertara.


    Era lo único que podía hacer bien.



    Calentó algo de agua y se dispuso a cortar un par de vegetales, se sirvió de una salsa extraña que tenía guardado por allí y lo virtio en el agua aún sin herbir, viendo como el agua poco a poco se fue tornando algo moradesca.


    Tenía tantas dudas y no sabía si podría contestarlas. La niña dormida en su sala había salido implicada en todo aquel embrollo, así mismo como que su pupilo había desaparecido. Sin mencionar que todo era por una razón entre manos y causado por alguien que, conocía sería el iniciante a una guerra que jamás tendría fin, a menos que tomaran cartas en el asunto.


    Por que la pluma negra aparecio, la vio y la llegó a tocar. Esa cosa maldita…


    Si estaba allí, significaba que el espiral tambien.


    Eran las misma pero a la vez no.


    El espiral arrazaba, no tenía un cuerpo.


    La pluma se movía entre los aires, y era el responsable de escribir el destino que se le apeteciese darle a los demás, en aquellas páginas de un libro que ni siquiera tenía idea de dónde podría estar.



    .-



    Después del ocaso de una puesta de sol, él ya había limpiado la casa y recorrido la zona, los jardines y las siembras, todo estaba en orden. La lluvia había dejado de caer haciendo que ahora el suelo mostrara un estado mojoso y lleno de barro. Aun así el viejo Tim no se molestó en pensar en estos detalles antes de dejarse caer en el suelo de rodillas, justo frente al terreno que tenía como hogar, y con una mirada llena de un vacio confuso miro luego al cielo.


    Pidiendo ayuda en silencio, a alguien que ya lo había dejado de frecuentar.



    —Tim: Éste es el tiempo al que te referias, amigo mio, el que mencionaste justo antes de desaparecer ¿No e así? Me gustaría saber qué debo hacer en esta situación. Estoy perdido. Mi flama ya no es como antes, ya no es tan fuerte ni brillante, en cambio se desvanece poco a poco…Yo, ya he perdido todo y lo único que me queda es…creo que esperar al momento en que la llama finalmente se apague y —su mirada poco a poco bajó para diriguirse a otro ángulo hacia la mansión, finguiendo mirar hacia las habitaciones de arriba donde se suponía estaría resguardado aquella haula donde reposaba su alma—se desvanesca. Hum, me gustaría el poder verte una vez mas…antes de desaparecer para siempre.



    Dejó que un suspiro saliera de sus labios y con total cansancio se apoyo en sus rodillas para así levantarse y entrar a la mansión.


    Se hacia más tarde y la niña aun no despertaba.



    .-



    Mientras que en el hogar de los Rouss, había una revuelta y todo porque, nadie sabia donde estaba Leint.


    Una vez más, la niña había desaparecido.






    [Fin del Extra]



    Dibujo dedicado a el encuentro entre Suhail y Antwan
    ↓↓↓


    https://fanficslandia.com/tema/galería-de-tales-of-the-last-white-rouss.66667/page-2#:~:text=Contenido oculto: Suhail &-,Antwan,-: Dos caras de
     
    Última edición: 4 Noviembre 2023
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    KAMERIA

    KAMERIA " Si caes, levántate y vuelve a intentarlo"

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    Tales of the Last White Rouss-[Saga #0]
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    Capítulo 16_ "Perder o ganar: Segunda Parte"

    Tales of the Last White Rouss

    Saga N° 0: Hijos del Futuro


    [I Parte]

    .

    .

    .










    Erha.png


    [Foreigntown/ Villa Neoma/ Alguna parte cerca al Distrito 7]



    Eran las 8 de la noche, hacía un poco más de frío de lo que hacía normalmente aquellas noches. Habían nubes grises en el cielo que desde temprano no aseguraban a nadie de querer desaparecer en sí, solo estaban allí para darles una clara señal a las personas que la lluvia en cualquier momento volvería a caer.


    Pero, de hacerlo ¿No debería tener algo con qué cubrirse? Pensó el chico de cabellos azabaches, con lentes de sol sobre los mismos. No le desagradaba la idea sentir la lluvia en su piel pero, no se sentía de ánimos como para disfrutarla. No ese día.


    Ah.


    Eran los pensamientos de cierto chico de más o menos 10 años, mirada azulada y cabellos azabaches, vestido con una chamarra color verde, con una chaqueta deportiva color negra sobre esta y sirviendose de unos pantalones blancos, que curiosamente ahora parecían estar algo amarillos por la suciedad que cargaban. La noche era fría, sí, pero por más frío que hiciera allí afuera, el chico prefería mil veces estar allí sentado en las orillas de un techo super viejo de una casa agena a, simplemente estar encerrado en la soledad de su habitación. No odiaba estar en casa pero…esa noche quiso tomar algo de aire.


    Así que no lo pensó bien cuando simplemente saltó por la ventana de su habitación para terminar cayendo entre los arbustos de los jardín alrededor de la casa, e ignorando su dolor de espalda llamó a su nuevo chófer personal—y ahora cómplice de travesuras—y pedirle que lo sacara de allí porque necesitaba escaparse un poco. Cosa que Klay, su chófer, no escatimó.


    Erhan miraba pensativamente, aunque con una mirada distraída, la lejanía del exterior y de las personas que caminaban de aquí para allá aquella noche, pero que en realidad no era de interés para el pequeño azabache, quien con un gesto de fastidio suspiró, antes de buscar con su mano izquierda algo que llevaba escondiendo en sus bolsillos todo ese tiempo. Aquel objeto que hacía meses atrás hubiese dado lo que fuera por tenerlo en manos, y que ahora actualmente luego de saber el verdadero valor que tenía se sentía incorrecto tenerlo en manos.


    Estaba mal.


    En ningún momento debió de pegar los ojos en ese carnet. O al menos, no debió enterarse de esa manera lo que representaba realmente.


    Así que, con total temblor en su toque pero seguro de que lo que haría era lo más correcto, Erhan tomó aquel carnet color dorado en sus manos, apretándolo fuertemente, asegurándose de sostenerlo bien y prosiguiendo a levantarse para quedar sobre sus pies, se posicionó correctamente en una posición que le facilitara ejecutar el siguiente movimiento que en cuestión de segundos lo ayudaría a aumentar la fuerza de su lanzamiento, o eso pensó.


    Sin embargo antes de que Erhan terminara cometiendo una locura, la aparición de una segunda persona a continuación fue lo siguiente en ocurrir, en un rápido actuar ésta persona se acercó a Erhan y, tomándolo del brazo y la mano donde sostenía el carnet, lo detuvo de lanzar lo que para cualquiera parecería un simple carnet.


    —Erick: ¡Oye White! ¿¡Se puede saber qué rayos tratabas de hacer!?


    —Erhan: ¿Eh?... ¿Erick?


    —Erick: Tsk, eres un idiota.



    Al escuchar aquella voz tan reconocida para él, Erhan no pudo evitar girarse y mirar con asombro a quien sabía era su amigo, aquel que le gritaba todo el tiempo por hacer cosas imprudentes. Cómo ahora.


    Erick se había alejado de él, luego de evitar que él lanzará el carnet a la nada, no se molestó en retirarlo de sus manos pero si le dio una mirada que le decía que si lo volvía a intentarlo él mismo lo patearia al vacío.



    —Erhan: ¿Qué haces aquí?


    —Erick: ¿Tu qué haces aquí? Acabo de hablar con Jackson ¿Y adivina qué fue lo que me dijo?


    —Erhan: Ahh, pues…¿Qué la pasamos genial en el arcade?


    —Erick: ¿Arcade? ¿Es en serio? —con ojos molestos le dejó en claro que no estaba de humor —Ni si quiera fueron al arcade.



    Erhan al escuchar esto abrió sus ojos sorpresivamente antes de dejar una risita nerviosa salir de sus labios y, apartar su mirada lejos de la de su amigo con coleta, como si tratara de huir de esta. Claro que Erick lo notó y fue por eso que decidió no precionarlo tanto. Erhan pocas veces mentía, solía no mencionar las cosas pero jamás se inventaba cuentos tontos, al menos no con él, que tratara de excusarse ahora de aseguro tenía que ser por alguna razón.


    Erhan siempre bromeaba, siempre reía, no era un chico nervioso ni reservado, tampoco callado, era todo un ruido andante que brillaba al simplemente sonreír…sin embargo ahora…



    —Erick: ¿No tienes algo que decir, Erhan?



    Claro que intentó no sonar tan serio con esta pregunta y al parecer fue así, ya que notó como Erhan se calmaba al sentirse seguro y suspiró, para luego con algo de tensión apretar entre sus dedos el carnet que estuvo apunto de tirar por la barda, y luego poco a poco se fue echando abajo hasta volver a sentarse a las orillas de aquel techo.


    Erick no esperó a ninguna invitación, se le sentó a un lado también. Claro que no esperaba que el chico hablara de lo que le estaba molestando ahora así como así pero, tampoco esperó que guardara tanto silencio, y al notar que Erhan mantenía su silencio más de la cuenta él decidió romper con ello.


    También miró al cielo.


    —Erick: Sobre ese chófer que acabas de encontrarte… realmente creí que bromeabas cuando lo dijiste por teléfono, pero veo que es verdad—una mueca mínima se formó entre sus labios —Hum, acabo de conocer lo, está abajo esperando hasta que decidas volver a casa.


    —Erhan: Si, es un buen chófer.


    —Erick: Más bien parece un guardaespaldas —no pudo evitar sonar pensativo al decirlo, porque la verdad es que aún trataba de buscarle lógica a todo eso, como su amigo se había podido meter en la base de un grupo de tipos pandilleros, jugarse la vida por un estúpido carnet y de paso, después de burlar al jefe de esa pandilla quedarse con uno de sus hombres y convertirlo en su chófer personal. ¿No era eso peligroso? O mejor dicho ¿Eso podía llegar a pasar?— White, debes tener cuidado, es un chico joven que no parece pasar de los 21, tiene cicatrices en sus manos y te aseguro que por ellas también correra sangre inocente.


    —Erhan: Klay no es un asesino, Erick, no te escandalices…


    —Erick: ¿Por qué lo aseguras? Era de una pandilla, White, sabes a lo que esa gente se dedica—no le estaba gustando mucho que su amigo sonars tan seguro al defender a un delincuente —Tu más que nadie deberías de saberlo ¿No?


    —Erhan: ¿Ah sí? —dijo volteando su mirada a él, pero sin sonar ofendido, más bien parecía estudiar la actitud de su amigo — ¿Por qué lo dices?


    Y Erick lo notó y se frustró más de lo que estaba.


    —Erick: En todo este tiempo te he dicho que las calles no son del todo seguras-


    —Erhan: Lo sé—comprendí, y sabía eso—


    —Eric: No me interrumpas. Mira, se qué haces lo que te parece mejor, para ti puede ser divertido no oír las palabras de tu nana o ignorar por completo las advertencias de Russell pero, no puedes estar haciendo lo mismo todo el tiempo, desobedeciendo y escapando así de tu hogar. Tu familia se preocupara por ti…¿Qué pasaría si en una de tus salidas arriesgadas sales mal parado y terminas en un hospital, teniendo en cuenta que tu familia no tienen ni idea de dónde te la pasas?


    —Erhan: Ellos saben con quién estoy, con ustedes, mis amigos.


    —Erick: Pero no todo el tiempo estamos juntos haciendo lo que se supone salimos a hacer, White, y lo sabes.


    Los regaños de Erick eran siempre certeros y algo molestos para Erhan, pero en vez de molestarse los apreciaba porque sabía que su amigo tenía razón. No pudo evitar desviar su mirada y ver hacia abajo.


    —Erhan: No todo el tiempo me arriesgo así, Erick, y sabes porqué razón fui a visitar al jefe… solo era para tratar de ganar su carnet, bueno, en un principio no fue así, solo me lo topé por casualidad y empezamos a jugar un divertido juego de cartas al que siempre el me ganaba, admito que al principio no sabía que el jefe era una persona mala, aunque si recuerdo que aquella vez que me ganó en el juego me dijo quien era en realidad, dejándome en claro que era un jefe de pandilla pero…no le creí, más bien no le presté atención.


    —Erick: Como siempre.


    —Erhan: Me pareció alguien divertido e interesante, el tipo sabía jugar bien las cartas, además, casi siempre me lo encontraba en lugares casuales, el mercado, la playa, cafeterías, centros de juegos, unas cuantas veces en el arcade y finalmente en el muelle…pero esa vez fue porque al jefe se le había olvidado un maletín en el arcade en donde la pasamos jugando por horas, por casualidad yo la encontré así que decidí regresarcela.


    —Erick: ¿Qué, un maletín? —esas historias de su amigo no las sabía ¿¡Dónde estuvo él en todo ese tiempo!? —¿¡Y se la devolviste!?


    —Erhan: Oh, por supuesto, ¿Por qué no lo haría? Era lo menos que podía hacer por agradecimiento por la gran tarde que tuvimos teniendo partidas en las máquinas—volviendo a su entusiasmo de antes soltó una risita—Esa tarde Jackson y yo comimos helado hasta reventar ¡Fue nuestra recompensa por devolverles su maletín! Jajaja, te digo, el jefe era divertido en todos los aspectos, pero cuando se molestaba sus hombres le temían en verdad… creo que una vez le arrancó dos uñas de los dedos de las manos a uno, solo por haber rayado uno de sus autos…eso si fue algo desagradable de presenciar.



    ¿Horrible de presenciar? ¿¡Le estaba confesando que él estuvo presente en el acto!? ¿¡Acaso no tenía corazón!? ¿¡Qué clase de ser humano era!?



    —Erhan: Me desmayé luego de eso por la impresión , uff, ya sabes lo sensible que soy-

    —Erick: Claro…

    —Erhan: Y el jefe declaró que no torturaría a más nadie de sus hombre, porque realmente parecía un acto muy violento ¿No te parece un acto muy benévolo de su parte?



    Ah
    , claro, lo que faltaba por escuchar, ahora resulta ser que el tipo era un ser con corazón que podía llegar a cambiar y hacer actos buenos por preocupación a los suyos. Oh-ho-ho, claro, claro, eso sí que era una excelencia de ser humano.


    En lo que Erhan parecía hacer memoria de esto distraida mente, Erick por su parte negó con frustración, dejando que los nervios que le causaba el oir todo aquello poco a poco se esfumaran. Tragó en secó pero se relajó, para luego de pensarlo un poco volvió a mirar a su amigo con más seriedad.




    —Erick: Entonces todo este tiempo arrastraste a Jackson contigo a tus locuras.


    —Erhan: ¿Eh? ¿Arras…? Ehh, bueno, no lo llamaría así, fue más bien una aventura entre hermanos, jejeje —la sonrisa no duró mucho ya que notó la mirada petulante de su amigo —Perdón, Erick. Realmente lo siento.


    —Erick: Está bien que lo sientas pero, no tienes porqué disculparte conmigo.


    —Erhan: ¡Por supuesto que debo hacerlo! ¡Somos amigos, somos hermanos, somos compañeros, somos…somos…! Eh, ¿Qué más hay aparte de todo eso?



    Erick río en negación moviendo una mano para luego con ella golpear la cabeza de su amigo, quien respondió en una queja.



    —Erick: Eso es por no decirme de tus aventuras, gran idiota, y por seguir siendo un imprudente. Y si, somos amigos, hermanos, compañeros, como sea, no necesitas poner nombres ni títulos. Está bien así.


    —Erhan: Auch, eres horrrible—murmulló en puchero— por eso fue que me disculpé ¿Vez como eres rencoroso? —le sacó la lengua en un modo tan infantil que Erick no pudo evitar seguirle la corriente —Aunque, ¿Sabes qué?... Pegas como abuelita.

    —Erick: ¿¿Ahh??

    —Erhan: ¡Jajaja, anciana! Podría jurarte que podría recibir golpes más fuerte que ese y de igual manera no me harían nada. Soy resistente Erick, ¿Lo olvidas? Así que no tienes nada de qué preocuparte, jeje. Éste gran mago de aquí sabe cómo defenderse, ajá.




    Claro que lo dijo en tono bromista, en lo que palpeaba en modo amistoso los hombros del azabache de mirada ambarina. No hubiese sido tan malo de escuchar esas palabras de no ser que Erhan hubiese evitado bromear de esa manera y con ese tema en particular.


    Bromeó, claro que era un chiste pero, en los ojos de Erick seguía perdiéndose ese toque de preocupación.


    ¿Cómo no hacerlo?



    ¿Y si…algo, en algún momento en el que él se encontrara ausente, su querido amigo salía herido…?


    Ni siquiera quería imaginar los escenarios



    La noche seguía llenándose de aquel frío del invierno que se acercaba, y el sonido de los autos al pasar eran un factor que pasaba por alto para ambos chicos.


    Klay, el chófer de Erhan, como bien mencionó Erick, estaba esperando tranquilamente abajo en una esquina de la calle a que su joven amo bajara del techo y, cuando se sintiera mejor ir de regreso a casa. Él parecía estar tranquilo, de brazos cruzados en lo que se recargaba de la pared y, así en esa posición mantenía sus ojos al frente, vigilando las calles y las idas y venidas de las personas que pasaban esa noche.


    El cielo seguía nublado, las estrellas no se distinguían tanto pero algo que si fue notado con facilidad por Klay fue una extraña luz color rojiza que pareció moverse entre la oscuridad del cielo.

    Su rostro calmado se tornó a uno lleno de extrañeza y confusión.


    Se enderezó en su lugar, cuando al buscar con su mirada aquella luz otra vez, creyó haberla visto otra vez pero, está vez cerca entre los árboles cerca al río que se encontraba del otro lado de la calle.


    Las ideas en su cabeza no eran claras pero Klay estaba seguro que sea lo que fuese eso de aseguro era algo caído del cielo. ¿Quién sabe? Quizá algún tipo de mercancía caida del cielo. Sea lo que sea el muchacho acabó dejando su puesto para así disponerse a cruzar al otro lado de la calle.


    En eso que iva de camino, justo iba pasando un niño peli oscuro, que parecía con algo de prisa, pero que no esperó que aquel hombre saliera así de la nada y por lo tanto terminó chocando con él, sin embargo a Klay no le afectó mucho y siguió su camino sin detener sus pasos.



    —Tsk! Rayos.



    Aarhon Russell.


    Sobaba su cabeza tratando de disminuir el ardor en ésta, cuando de repente escuchó la voz suave de alguien llamarle. Claro que al oirla reconoció la voz de su hermano, sin embargo no esperaba que estuviera allí. Se giró y lo observó.


    Éste traía tres paraguas en manos.




    —Aarhon: Airaam, pensé que…


    —Airaam: Betty está molesta por lo de Erhan, posiblemente lo deje sin comer por todo un día, ¿No es justo que te ayude a salvarle la vida también?


    —Aarhon: —frunció el ceño, inquietó por la situación —Ese tonto se merece que lo dejen en la calle, es un delincuente problemático, no deberíamos ni estarlo buscando ! —dijo casi arrebatando la sombrilla que su hermano le ofrecía, así a su vez continuando con su caminata— Pero ya verá cuando lo encontremos.



    Cada paso que daban era aventurado, una posibilidad de encontrar a Erhan, porque no tenían ni idea de dónde rayos podría estar, y aún así se arriesgaron de seguir caminando para seguir buscando al azabache.



    —Aarhon: Por cierto ¿Por qué la sombrilla?


    —Airaam: El clima ha cambiado—fue calmado su responder. Poco a poco parando sus pasos para así mirar al cielo. Los lentes sobre sus ojos se empañaron un poco— parece que va a llover. No sabemos cuánto nos tome encontrar a Erhan.



    Así mismo los pasos de Aarhon se fueron disminuyendo hasta que igualmente se detuvo, a sabiendas de que su hermano tenía totalmente la razón. Qué lloviera justo esa noche no parecía tener nada en especial, quizá sí se trataran de otras personas, de otra familia, quizá realmente no les importara, sin embargo para ellos… que lloviera esa noche no parecía ser nada reconfortante.


    Al mirar al cielo Aarhon notó la oscuridad que representaba la frialdad de aquella noche, sin muchas estrellas y con nubes en su superficie. Una imagen tan helada que le provocaba escalofríos, pero también pudo notar algo extraño.


    —Aarhon: Hermano, ¿Qué fecha es hoy?




    .-




    Volviendo sus ojos al cielo nocturno, Erick concluyó que no debían tomarse tanto tiempo charlando en un lugar como ese, menos allí.



    —Erick: Entonces…¿Me lo dirás?



    El silencio fue roto por la voz del menor, con sus manos hacia atrás, sosteniendose de ellas, dejaba su cuerpo inclinado hacía atrás para de esa manera tener una mirada más amplia del cielo. Erhan en cambio tenía sus pies en el aire, dejándolos caer y removerse entre el vacío que se le era permitido. Miró a Erick con cara curiosa.


    Y por la mirada de su amigo podía adivinar las ganas que tenía de exigirle que le contara la verdad. ¿Quería que le dijera lo que pasó ese día en el muelle Delta o…que rayos le había contado Jackson a Erick?


    Erhan se rindió.



    —Erhan: Bieeeen. Sí lo robe, lo admito, aunque si lo hice fue porque pensé que realmente se trataba del carnet de entrada que el jefe tenía como miembro admitido en la ComiTown de Foreigntown. Nunca creí que en realidad fuera lo contrario —bajando su mirada a su manos, tomó el carnet para así girarlo y dejar a la vista algunos números y extraños codigos que ésta tenía bien camuflajeado. Detalles que Erhan nunca notó, hasta hace poco— en cambio, se trata de una tarjeta negra súper importante. Mira, camuflajearon su color con algún tipo de pintura, aunque no es permanente, creo.



    Una tarjeta negra no era algo sencillo de obtener. Esas cosas ni siquiera deberían de estar en manos de alguien como lo eran ellos, uno simples niños, sin embargo por equivocación y cuestiones del ¿Destino? Allí estaba, en manos de un par de mocosos.



    —Erick: Es…es de verdad—luego de, con curiosidad tomarla de las manos del azabache y darle un vistazo, aunque no podía creer lo que estaba diciendo su amigo, luego de detallar la con precisión, con un trago en secó se dio de cuenta que, obvio, esa tarjeta no era un simple carnet— Normalmente solo hay pocas tarjetas de este tipo en todo el mundo, y los únicos que la obtienen son los multimillonarios. No me explico cómo alguien…quiso ocultar una tarjeta negra haciendo la pasar por un simple carnet…debe haber una razón.



    Murmulló. Erhan alzó los hombros.



    —Erhan: ¿Secretos? O mucha fortuna. —vio a su amigo suspirar y negar, antes de devolverle la tarjeta. Sus ojos brillaban en un color amarillo más dorado que de costumbre, parecía cansado. En veces cuando tenía esa expresión era porque no había tenido un gran día que digamos, era cuestionable porque Erick no era un chico que gustara poner cara de "tener problemas en la vida", porque prefería lidiar con ellas personalmente. Erhan podía notarlo, descifrarlo pero…no entenderlo. Juntó sus piernas y se giró a él —Siento que te preocupa lo que pueda pasar si me quedo más tiempo con esa tarjeta, y creo que también te preocupa porque Klay era miembro de esa pandilla y…temes a que pase algo, ¿O me equivoco, amigo?


    —Erick: La tarjeta…por eso fue que intentabas deshacerte de ella…


    —Erhan: ¿Ah? Bueno… pues, en realidad pensaba en lo mal que sería tener algo que no es mío. ¿No crees lo mismo?


    —Erick: Erhan—tragó en secó. Se sentía raro, ¿Era ansiedad? Rayos, debía calmarse— Dudo que lanzarla a la calle desde un techo sea buena idea. —negó— Ni si quiera pensé lo grave que es que ahora ese hombre sea tu chófer. Obviamente aún debe tener lazos con su antiguo jefe…



    Por su tono tenso Erhan enarcó una ceja.



    —Erhan: ¿A que te refieres?


    —Erick: Todo eso es sólo una realidad que tú deberías de enfrentar, eres tú quien debería de pensar en esos detalles, yo soy tu amigo y obvio me preocupa que te llegue a pasar algo…pero sinceramente no sé cómo ayudarte en esta situación o, si en realidad lo que intentaste hacer hace poco de…deshacerte de la tarjeta sea buena idea. Realmente no sé si estabas en lo correcto. Digo, ni siquiera sabía sobre la tarjeta, ¿Cómo iba a pensar que lo que pensabas hacer era deshacerte de una tarjeta negra que en realidad no es el carnet? …hasta hace poco que me la mostraste, no es para nada alentador ver que posees algo que en un futuro pueda traerte problemas. No…no lo es.




    Entonces creció la duda en Erhan, quien pensaba que la interrogativa de Erick era porque sabía del tema gracias a su amigo Jackson, él dijo que lo había llamado y le había dicho algo ¿No? Por lo tanto Erick ya debía haberse enterado sobre el carnet y la tarjeta negra ¿No?


    Pero parece que no fue así.


    Era cierto que esa tarde nunca fueron al arcade, ¿Como hacerlo? Si fue en esa misma mañana que descubrió que en realidad su amado carnet, cuyo le brindó la oportunidad que tanto estaba esperando de ser parte de la CómicTown, en realidad era una tarjeta cuya en su interior mantenía una suma inimaginable de dinero, sin duda toda una fortuna, añadiendo que, la misma ocultaba información valiosa cuya solo le correspondía al gobierno, ¿Cómo se enteró? Sencillo. Le enseñó el carnet a Klay y éste con apenas una expresión de desinterés le dijo que ese no era un carnet, en realidad era una llave negra cuya ocultaba las financias inimaginables de la organización de OGD Phoenix, que claro su jefe camuflaba de esa manera, y que aparte también guardaba información gubernamental, algo sucio en realidad. Era una llave que cualquier enemigo desearía arrancarle del cuello a Jairo Díaz. Klay ni preguntó cómo él lo tenía, supuso que el jefe lo estimaba mucho y se lo dejó. Ah.


    Si supiera. Los nervios casi le causaron un paro cardíaco, no pudo ni almorzar bien después de aquella revelación, y él que solo le quiso presumir al ex-pandillero su Azaña, y solo salió bailando a fuego entre su propia ignorancia. Incluso no llamó a sus amigos como solia hacer todos los días, en cambio se duchó, cambió sus ropas a unas deportivas y de la nada se puso a hacer ejercicio en el área del jardín, ese jardín que casi siempre estaba solitario. Pasó casi 2 largas horas allí, tratando de matar el tiempo y distraer su mente para no pensar tanto y a su vez no llegar a una conclusión de que, todo lo que había hecho había sido un error. Robar esa tarjeta fue lo peor que había hecho. ¡En realidad siempre pensó en regresarla una vez la usara para lo que realmente la había tomado! Solo que no pudo devolverla, ya que se enteró gracias a Klay que, según, el muelle Delta había sido revisado por la policía y de paso encontraron a el jefe junto a sus hombres. Los policías no dudaron en arrestarlos, así que en pocas horas la pandilla de los OGD Phoenix había desaparecido, para siempre.

    Esto sin dudo le afectó en crece a Erhan, digamos que no eran tan conocidos pero si se asistían en muchas ocasiones, el chico en menos tiempo le había tomado estima al hombre malo y ya lo veía como a un amigo a quien gustaba ir a visitar, allanar su territorio, molestarlo, hacerle gastar la paciencia y en vez en cuando sacarle unas risotas por las payasadas que él estaba dispuesto a hacer, ¿No? Era un niño y no uno tranquilo, uno intranquilo y molesto, según los describían. Le gustaba divertirse, reírse de lo absurdo, no romper reglas en sí pero cuando lo hacía era divertido, eso era él. Pero que el jefe fuera encerrado no era algo que deseara el pequeño, sabía de las cosas que hacía y de lo que consistía su trabajo pero jamás le deseó el mal. En cambio, si llegó a considerar trabajar para él, solo que jamás se lo dijo.


    Comprarle café y cumplir con uno que otro recado, ¿Era considerado también como una colaboración elaborar en la mafia que movía el jefe a escondidas? Para él no podía ser así, sería algo inofensivo.


    Pero fuese o no, ya nada de eso pasaría.


    Erhan supo que seguir por más horas en casa, haciendo ejercicio, jugando o incluso solo molestando a sus primos no le harían sentir mejor y mucho menos bajarle la culpa, por ello salir de casa fue la mejor opción que encontró. No avisó, no le dijo a nadie. Convidó a Klay y fue eso suficiente para él para tan solo tener un momento de respiro y poder escapar de él mismo aunque fuese por poco.


    La culpa, solo por culpa.


    Gratificante o lamentablemente, se dio de cuenta que tales acciones y no decir nada nunca era la mejor opción, porque como dijo su mejor amigo Erick, solo acababa preocupando a las personas que lo amaban. Erick lo había buscado y lo había encontrado, ¿No le había dado suficiente dolor de cabeza a él también como para seguir haciendo de las suyas? Una disculpa y decirle la verdad era lo menos que se merecía. Sin él sería un desastre, más de lo que era.


    Luego vería qué haría con la tarjeta. No lo haría solo, tendría la ayuda de todos ellos.






    El sonido de las sirenas a lo lejos se iban escuchando cada vez más, en apresurados pasos hacia el peligro se hicieron escuchar cuando venían de la calle con dirección del Centro policial y en retrospectiva se dirigían hacía la ciudad. En números de 3 se hicieron ver la cantidad de patrullas que justo en esos momentos perseguían a un delincuente quien iba conduciendo un auto a más de 90km/h.






    Erhan enfrentó los ojos de Erick, un color ámbar que no parecían estar cargados de enojo, ya no, pero si traían una angustia y un puñado de dudas que flotaban hasta casi ahogarlo, y la verdad es que Erhan no sabía el porqué. Ah, quizá era cierto que casi siempre actuaba imprudentemente pero, Erick también era muy dramático, debía admitir.


    Ok, no, tenía razones para serlo. Erhan sin duda era de todo menos una persona tranquila.


    Él sonrió, llenándose de energías otra vez, entonces se inclinó más hacia Erick para mostrarle así su seguridad al mantener esas sonrisa.



    —Erhan: Jackson tiene razón al decir que eres como mamá gallina, te preocupas demás amigo. Jajaja, aunque tienes razón Erick y posiblemente me meta en problemas, no podría evitarlo de todos modos, fui yo quien robó la tarjeta y fui yo quien arrastre en mis aventuras a terceros. Pero no te preocupes, te aseguro que nada malo ocurrirá, te lo prometo amigo.



    Al decir ésto dejó que su mano reposara en el hombro izquierdo de su amigo, transmitiéndole con esa sonrisa que pasara lo que pasará él estaría bien, y aunque Erick se sintió con las ganas de seguir regañando lo y jalarle de las orejas por decir tales tonterías, aceptó que en gran parte Erhan tenía razón, y lamentablemente él no podría estar siempre allí para librar o evitar que su amigo se metiera en problemas.


    Suspiró derrotado, asintiendo con derrota a su amigo quien no apartó esa sonrisa alegre de sus labios.



    —Erick: No prometas cosas que no cumpliras, pero al menos asegurame que tratarás de evitar los problemas.



    Erhan sonrió de lado.



    —Erhan: ¡Por favooooooor, hermano! ¡Obvio los evitaré! Soy partidario de una vida sin problemas, no vas a verme metido en líos nunca más amigo, te lo aseguro.



    Era hora de ir tomando camino de regreso o al menos eso considero Erhan luego de sentir que las horas pasaban y se hacía tarde, sin mencionar que Klay aún le esperaba abajo. El chico se puso de pie, sacudiéndose un poco su ropa, luego de asegurarse de guardar bien aquel carnet en sus bolsillos, arregló unos mechones de sus cabellos azabaches echándolos hacia atrás para de esa forma sentirme más "adecuado".



    —Erhan: Por cierto…—su voz atrajo la atención del de coleta quien iba poniéndose de pie, quien alzó su mirada encontrándose con la espalda de su amigo—Gracias por venir. Jackson dijo que tenía cena familiar está noche así que, ya sabes.



    Claro que Erick comprendía ¿Cómo no hacerlo? Sin embargo a veces tenía algo de envidia de la calidez que sus amigos podían llegar a encontrar en casa, una calidez de la que él carecía. Se forzó a sonreír y asentir a su amigo.



    —Erick: De nada, es bueno que en vez en cuando le permitas estar más tiempo con su familia y dejes de prohibirle vivir su vida. —casi se rió por la cara de terror que puso del chico al girarse de golpe—


    —Erhan: ¡Oye Erick, yo no hago eso! ¡Me haces ver como una mala persona!


    — Erick: ¿Y no lo eres?


    —Erhan: ¡No!


    —Erick: Oh, pero te atreviste a robarle a un jefe de pandilla y hasta donde sé los pandilleros son gente mala, ¿No?


    —Erhan: ¡No..! Digo, no sé pero no es mi problema ¿Qué con eso?


    —Erick: Que les robaste, ¿Sabes que significa?



    Erhan se tomó de los cabellos, no soportando los sermones de su amigo que, parecia ¿Divertirse? ¡Pero no era para nada divertido! Lo estaba molestando.



    —Erhan: Erick por favor, ya basta, admito que les robe y que fue mala idea, pero lo hice por nosotros, por Jackson ¡Por ti!


    —Erick: —rió a carcajadas— Erhan, amigo, eso te vuelve un delincuente peor que ellos, ¿No lo habías pensado…? Jajaja...eh, espera, ¿Qué acabas de…?


    —Erhan: Oh, gracias por aclararmelo amigo, no sabes lo reconfortante que es para mí saberlo —hizo un puchero infantil cruzándose de brazos. Pretendía estar molesto pero, era imposible, jamás se molestaría con Erick—


    —Erick: No, no, espera…¿Como que lo hiciste por Jackson y por mi? ¿Qué quieres decir?



    Erhan cruzó mirada con él, aún abochornado por lo anterior, aún así respondió después de dar un suspiro de frustración, para volver a su sonrisa de siempre. Porque a estas alturas no valía la pena ocultarle algo a Erick.



    —Erhan: Con el carnet era más seguro sacar nuestros permisos para ser parte de la comunidad en la CómicTown. ¿Recuerdas que prometimos que haríamos lo que fuera por participar en la concentración anual? Pues eso fue lo que hice, solo hice como que el carnet le pertenecía a un familiar y le imploré a la secretaria del lugar que por favor nos sacara a los tres el carnet de identificación…


    —Erick: Cuyo…si mal no recuerdo cambiaste mi nombre y apellido.


    —Erhan: Jajaja, si, bueno, de esa manera era más fácil de hacerlo, ¿No?


    —Erick: ¿En serio? —se cruzó de brazos con una sonrisa irónica — ¿Por eso Jackson y yo somos ahora White?



    Erhan no lo aguanto más y se echó a reie. Si, sin duda eso era algo que él haría.



    —Erhan: ¿Y no es genial? ¡Jajaja! ¡Ahora somos familia!




    .-



    El sonido de los truenos, y el eco de éste en el cielo, distrayeron a todos de lo que hacían para de esa forma dirigir sus miradas al cielo. La lluvia estaba apunto de caer y por lo tanto la gente debía de prepararse para recibirla.



    —Aarhon: Tal parece que nos va a alcanzar la lluvia aquí —suspiró algo cansado el chico, luego de casi recorrer todo ese lugar, siguiendo una pista invisible que aseguraba había dejado el tonto de Erhan. Tenía frío y por lo tanto se arropó mejor con la chaqueta color lila que traía puesto antes de girar sus pasos y disponerse a regresar al auto. Esperaba no tener que recurrir al paraguas—



    A su hermano lo pudo divisar a lo lejos, por como estaba parado Aarhon podía asegurar que lo estaba esperando. Suspiró derrotado. Toda esa situación lo tenía frustrado y todo por culpa del idiota de…



    Parece sangre




    Escuchó aquel susurro—o murmullo—arrastrado por el viento, que le hizo detenerse de golpe. La voz de un hombre a lo lejos que, pudo oír, parecía en estado de shock, o más bien ¿Pensativo?. Aarhon se puso alerta por la simple mención de la sangre, y sin pensarlo tanto, olvidando que su hermano lo esperaba a unos cuantos metros, luego de girarse a dirección del río y notar que en efecto había un hombre allí parado, sólo y que parecía revisar el agua, se acercó cuidadosamente hacía él. Pero al irse acercando se fue preguntando si estaba haciendo bien.


    Al ver a la persona de espaldas podía notar que ésta traía puesto una gabardina oscura, larga y gruesa, que en vez de estar correctamente cerrada solo cubría el cuerpo del chico de manera ligera, y es que, el niño no le hubiese prestado demasiada atención de no ser que había reconocido de inmediato la vestimenta de aquel hombre.


    ¿Es que no era ese el…según, chófer de…?


    Antes de que pudiera formular su pregunta, la persona en frente, que había estado inclinado a las orillas del río, poco a poco se levantó para, luego de hacer un movimiento de manos—quizá solo las sacudía—, se giró así quedando de frente a él.


    Claro que al ver su rostro Aarhon reconoció la cara del chico, quien a según Erhan, era un amigo que trabajaba para él. ¿Qué demonios?



    —Aarhon: ¿Dónde…?


    —Klay: Oh, buenas noches. Supongo…—esto último sonó más a un murmullo inseguro. Como si no estuviera seguro de que debía decir eso—Es el hermano del amo White, ¿No?


    —Aarhon: ¿Hermano…?


    —Klay: No sé preocupe, él está allá, solo salió a tomar algo de aire fresco.



    Antes la indicación dada, Aarhon llevó su atención a esa dirección, girandose para mirar hacia lo alto de las casas al otro lado de la calle en donde el muchacho señalaba, cosa que lo llevó a encontrarse con la imagen del idiota que por horas estuvo buscando.


    Esto enfureció al Russell.



    —Aarhon: ¿Qué hace allí ese estúpido?


    —Klay: Al parecer ya piensa irse—soltó un suspiro relajado y, metiendo sus manos entre los bolsillos de su gabardina negra comenzó a caminar, pasando de largo al niño—Adiós.


    —Aarhon: ¿Eh? Oye, tu-



    Tragó en secó, dudoso de quien podría ser ese tipo. No lo conocía, no sabía su nombre, edad ni de dónde venía pero, al solo verlo podía sentir una mala vibra. Desistió de interrogarlo y en cambio lo vio alejarse. Notó en su recorrido que Airaam le miraba y que le hacia señas de que ya había encontrado a Erhan, claro que él con un asentimiento le dejó en claro que ya lo había visto.


    Suspiró.


    Lamentablemente en esos momentos no pudo realmente darle un golpe al idiota por volver a escapar de casa, estaba frustrado, pero estaba seguro que luego lo haría. Ese White no dormiría esa noche sin recibir su merecido.


    No tarta de chocolate para él.


    Tenía pensado regresar con su hermano para así regresar al auto, sin embargo la curiosidad una vez más volvió a él de golpe, al recordar lo que hace poco creyó haber escuchado. Ese tipo había hablado algo sobre sangre. Pero había estado observando todo ese tiempo el río, ¿Habría algo allí?


    No fue consciente de sus pasos hasta que se vio parado en donde minutos antes vio parado al chófer de Erhan, allí frente al río. Las aguas se movían de un modo alterno y no como normalmente solía hacer. El viento podía estar soplando a dirección contraria, incluso venir de diferentes direcciones pero, aún así no afectaría de sobremanera la apariencia de las aguas, ¿No?



    —Aarhon: ¿Qué es eso…?



    Y el color. Parecía…




    ¡Oye nerd! ¡Oye, por aquí!





    Esos gritos…


    Aarhon parpadeó un par de veces, sus dedos no pudieron tocar las aguas, no llegaron—ellas lucían oscuras, espezas como el petróleo mismo, incluso podía jurar con un toque rojizo—ya que se distrajo con el llamado a lo lejos de, sabía bien él, era del idiota ese.




    —Erhan: ¡Holaaaaa! ¡Jajaja, es bueno saber que te preocupas, nerd! ¡Viniste a recogerme!



    Ese estúpido.


    Aarhon se levantó apresurado y enojado de su sitio para luego, casi de inmediato caminar hacía el tonto del cabeza gueca del White. Con pronóstico a gritarle, nada de eso pasó ya que apenas le señaló poniendo cara de enojado, unos segundos luego escucharon resonar los relámpagos en todo el lugar…


    Para luego, segundos luego empezar a caer las maravillosas gotas cristalinas, y poco a poco fueron las causantes de que sus ropas terminaran empapadas.


    La lluvia finalmente estaba cayendo.


    Erhan no odiaba la lluvia, en serio pero, realmente no quería mojarse.


    En un arrebato rápido, al ver que Aarhon no reaccionaba a usar el paraguas Erhan decidió tomarla de sus manos para abrirla y así cubrirse a continuación. Claro que no fue el único, Airaam igualmente se cubrió con la suya al abrirla, Klay se había apresurado a entrar al auto, por lo tanto esperaría allí a su joven amo, por otra parte, Erick no traía paraguas con él, la lluvia seguía callendo y cada vez más parecía empeorar.


    Sus cabellos en coleta alta, como siempre, acabaron chorreados como si del pelaje de un perro chihuahua se tratara. Por inercia se abrazó a sí mismo, sintiendo el frío del clima golpearlo de golpe, teniendo el impulso de salir corriendo de allí y buscar rápidamente un refugio en donde esperar a que pasara la lluvia, luego hablaría con su amigo y quedarían de salir el fin de semana, así que era hora de retirarse por ahora, fueron sus pensamientos. Sin embargo, antes de que Erick se fuera, sobre su cabeza un paraguas se había abierto casi de improvisto, deteniendo de inmediato las gotas que mojaban su cuerpo.


    Erick alzó su mirada y se giró, curioso al ver que había sido Erhan quien le había facilitado su paraguas. Tal parece que él había obligado a Aarhon a usar la suya con él y de esa manera Erhan podría facilitar la suya para ayudarle.




    —Erhan: Puedes devolverla cuando puedas, nosotros ya debemos irnos, ¿Esta bien?

    —Erick: Hum—asintió aceptando su gesto. Y se despidió —Esta bien, chicos, muchas gracias. ¡Adiós Russell, Adiós White, nos vemos!

    —Erhan: ¡Nos vemos el Lunes en clases, y no olvides llevar los naipes de buena suerte!



    Erick sonrió internamente al escuchar la petición de su amigo. Los naipes eran un regalo del chico, tanto él como Jackson junto a Erhan guardaban una de esas cartas y en cada año nuevo escolar solían llevar los naipes para reunirlas y jugar un par de partidas a la hora del recreo, una tradición que mantenían desde mucho y que también les daban la escusa perfecta para que los tres amigos pudieran reunirse en el tiempo libre después de clases, sin importar que estuvieran en secciones y años diferentes. Era importante para los tres no perder ni una de esas baraja.

    ¿Sería muy infantil seguir haciendo lo mismo cada año? Para ellos lo era todo, toda una emoción inquebrantable, y aún así Erick sentía que al menos debía ser un poco más sincero con su mejor amigo.


    Él… al menos quería asegurar de que sí llegaría el Lunes a clases. Tenía un mal presentimiento.



    Bajo la lluvia de ahora, luego de aquella despedida no pudieron discutir sobre el tema de Erhan, en dónde y con quién se iría, a final de cuenta éste acabó regresando a casa junto a su chófer personal en lo que los Russell se montaron en su propio auto y le dieron señal a el chófer de regresar a casa. Los regaños hacia el chico debían esperar por ahora, sobre todo teniendo en cuenta la fecha que era esa noche.



    Las ventanas del auto permanecían cerradas, los parabrisas del auto se movían al compás del viento y la lluvia en el exterior caía como una bestia, salvaje y aullante. Nada de esto parecía desenfocar del escenario natural que normalmente envolvía las calles de Foreigntown y sus pueblos, nada debía de afectar…


    Aún así, inevitablemente seguía libre, moviéndose con facilidad, aquella oscuridad destructiva que a sus pasos, lejanos y cerca, a cada dirección a la que se movía y se arrastraba parecía ir afectando negativamente todo lo que tocaba, todo, como un virus y, lamentablemente no había nada que pudiera pararlo. No ahora.


    ¿Cómo detener algo que era invisible para los civiles?


    Imposible.



    .-



    Las 8 con 30, noche de persecución. La lluvia caía y en la profundidad del silencio, en su soledad aullante podía distinguirse el chirrido que los dientes de la víctima desolada. Apenas eran las 8 y media, más tarde y mucho más de noche, y ya a esas alturas, en una parte de Foreigntown se estaba llevando a cabo un enfrentamiento sangriento que, para nada estaba predestinado a pasar. No estaba en plan, nada de eso, y aún así, allí en la lejanía del resto y la civilización, en lo alto de una construcción de edificio que se supone serían anexos que se le añadirían al Coliseo nacional, ahora parecía ser todo un escenario perfecto de película de terror, o más bien de asesinato. Ella allí, entre los tubos gruesos y fríos, espeluznante ante la escena y retorcidos por las acciones del enemigo, se encontraba con desangre corporal, la victima de la noche que parecía que, la muerte le llegaría dentro de poco.



    Una chica, con cabellos castaños y mirada de igual color.


    Ojos que reflejaban la confusión y el terror al tener frente a ella a un enemigo que le superaba en fuerza, estrategia, tamaño y sin mencionar las ventajas. No sabía el nombre del tipo, su cara jamás la había visto, su postura recta, alta y esbelta envuelta entre trapos oscuros que, entre la oscuridad de aquella gran construcción no dejaba ver mucho, no más que la imagen de un posible asesino, y que seguramente lo era.


    Y ella…¿Qué podía hacer?


    Su sonrisa—el del tipo— sus ojos ámbar, cabellos azabaches con otros colores añadidos pero que la oscuridad no le permitía detallar, un rostro pálido, rostro ovalada con un perfil delgado, cuerpo fino, descrito así ya que parte de lo que vestía se movía por el compás del viento, la brisa se movía con violencia a causa de la altura en la que estaban y el frío provocado por la lluvia tampoco ayudaba en la imagen. Como una película de terror, así es como lo veía Phillipinas, allí en su momento de agonía, sin poder apartar sus ojos de aquel hombre que le seguía apuntando, en lo que sonreía como un demente; no, no parecía querer soltar el arma, incluso después de ya haberle disparado 2 veces.


    Una en su pierna y la otra en su costado bajo sus costillas, esa última herida era la que la tenía preocupada.



    —Tu sangre…¡Es hermosa..! ¡Jajajajaja! Yo …yo, te juro que—como un gorgoteo, extraño pero así se escuchó, desagradable al oído, su respuesta fue dada casi en un susurro invisible. Ella aún así escuchó eso último —No sufrirás más después de la muerte. No me lo agradezcas muñeca…


    Luego de eso, solo se escucharon los disparos. Sin gritos, sin palabra compartida, nada.


    Solo el sonido de la lluvia era la acompañante de aquellos sonidos secos, a su vez, la misma lluvia se encargó de esconder lo que la muerte deseaba exponer.




    .-




    Jerzie.jpg





    El espiral.



    Había empezado a hacer acto de presencia de un modo lento y sutil, casi imprescindible camuflando su esencia e imagen entre la misma naturaleza. Quebrando la belleza de las flores, árboles y ríos y convirtiéndolo todo a su paso en un infierno negro. Sí, negro porque ese era el color de su clara magnitud plasmada en su toque maligno convertido en solo miasma.


    En aquella noche fría de lluvia, se había comenzado a mover —incluso arrastrar—de manera rápida una presencia oscura, maligna y retorcida, en su recorrido que consistía recorrer las tierras, aguas, cielo y todo lo que llegase a su alcance, sin perdón a nada contaminaba todo de manera inmediata. Porque no había nada que lo detuviera, no había nadie que pudiera hacerlo y a medida que avanzaba la tierra misma comenzaba a gritar por ayuda.


    El miasma estaba matando y consumiendo la vitalidad de la vida misma.


    Y ha esto, ¿Quién podría evitarlo?




    .-




    Cada noche alimentaba a las nocturnas presencias del bosque con sus notas parciales. Notas oscuras, notas prohibidas que ayudaban a fortalecer la barrera que ocultaba la puerta hacia el otro lado. Ella era la encargada a cuidar la entrada donde su señora estaba sellada, con años de sumisión y adoctrinamiento a ella, la pequeña albina de mirada vacía, no escatimaba al momento de mover sus dedos sobre cada cuerda de aquella arpa de material de oro blanco, que ante la luz nocturna brillaba más, mucho más que el mismísimo diamante. Y aunque a la vista parecía ser un simple instrumento, la realidad era que esa pequeña arpa era todo menos algo inofensivo.


    Aquellas manos podían matar con solo tocar las notas exactas, al tiempo, en la nota clave que podría romper huesos y partir el alma de cualquier ser vivo. Solo con tocar unas cuantas notas.


    Pero Jerzi no era de hacer eso, su misión ahora era—y siempre a sido—cuidar y proteger la entrada de aquella puerta.


    Cada nota, cada toque en aquellas finas cuerdas del arpa, eran sentencias profundas hacia la oscuridad en la nada.


    Sin embargo…


    "¿Hum? Hay algo…y se acerca"



    Los sentidos de la pequeña blanca despertaron cuando logró captar una extraña presencia a lo lejos. Por lo que podía sentir ésta presencia no era muy conocida para ella, era agena, oscura, mucho más peligrosa que la que su compañero zorro y ella junta podían desprender. El miasma estaba claro en su presencia, podía sentirlo con claridad pero si en realidad lo que se acercaba a su dirección con rapidez se relacionaba al miasma mismo, entonces significaba que…


    Esa cosa no podía ser ignorado. Era una amenaza.


    El árbol en el que se encontraba recargada ella, tocando tranquilamente su arpa, en lo que dejaba que el viento se llevara cada nota hasta convertirlas en nada, de momento dejó de ser seguro. Porque aquel árbol que solía ser su lecho de descanso de un momento a otro fue atacado y Jerzi inmediatamente tuvo que moverse lo más rápido posible para que los tentáculos de aquella fuerza oscura no la alcanzaran.


    Fue rápido y silencioso. Desapareciendo su instrumento, la albina se alzó entre las ramas del árbol y alejandose lo más posible de aquel frondoso árbol en donde momentos antes estuvo; suspendida en el aire, pudo ver claramente la imagen de aquella cosa que le atacó y no se trataba de otra cosa sino…eso, el miasma mismo.


    Había escuchado de él, el zorro se lo dijo así como el viento; una amenaza mayor que ellos había aparecido hace poco.


    Era curioso, cuando hacía días atrás que se había enfrentado a alguien que no calificó como enemigo pero si recultaba ser una posible amenaza. Recuerda ella que, llevaba una presencia totalmente desconocida. ¿Estaría vinculado a ésto?


    Recordaba a un chico rubio de coleta alta y vestimentas negras. Un fénix, por la manera en que usó la Traslación.



    El árbol había quedado cubierto por ese humo negro y en menos de 3 segundos éste murió. Fue horrible de ver.


    Para la pequeña de vestimentas blancas no había nada más puro y hermoso que la naturaleza y, ver como esa cosa derretía y volvía en cenizas ese hermoso árbol solo le causaba desagrado y molestias. Porque la naturaleza era algo que debían respetar. Sagrado. Y ese humo extraño solo traía consigo la muerte.





    —¿Quién te ha traído aquí?





    Le habló a eso como si supiera que éste podría oírle, aún si no respondía. En algo estaba segura y era que esa cosa no era de allí y sea lo que fuese había sido invocado. Tan corrompido.


    De la nada el humo se extendió más y comenzó a moverse más violentamente, los movimientos eran exactos y fuertes, cada uno se movió con la intención de golpear a la niña blanca a quien tachó como una amenaza para él, algo que Jerzi no pasó por alto y en cambio siguió apartandose y esquivando cada ataque del miasma.



    —....



    "Se siente como algo conocido, pero no puedo reconocerlo. Qué esté aquí es malo porque si sigue avanzando pueda a que…"
    el movimiento que dió hacia atrás a medida que pensaba en la situación. Vio uno de los tentáculos venir hacia ella, otros aparecieron a su costado con la intención de evitarle más el paso.


    Retroceder no era una opción. Brincó entonces elevándose de su posición, y de esa manera pudo esquivar el ataque de frente y a su vez el de su costado, haciendo que ambos golpes impactarán entre sí en una colisión. Ante esto la tierra fue dañada creando un cráter en su lugar.


    La menor acabó aterrizando sobre una roca alta, a unos metros de su atacante, el humo que desprendía se extendía más y la blanca podía darse de cuenta que de seguir así todo ese miasma solo le traería problemas.



    —Jerzi: No puedes seguir más de esto—sus pasos delicados, casi como de una muñeca, su postura que brillaba entre sus vestuarios blancos y el mecer de sus largos cabellos pálidos que solo se movían al compás del viento. Era pequeña, no más grande que una muñeca de porcelana, no más pequeña que una flor de girasol. Sus ojos, pálidos y vacíos observaron el momento en que el humo comenzó a acumularse una vez más con la intención de atacarle—


    Su misión era resguardar la entrada donde se encontraba encerada su señora y reina, debía proteger a toda costa la entrada a esa realidad, y en caso de fallar la muerte no sería realmente su castigo, no más que su consolador, peor que eso sería enfrentarse a la ira de su reina. Las cadenas en sus muñecas, cuello y tobillos…tenían nombres.



    " Defenderé a como dé lugar la entrada. Toda mi lealtad es para usted, mi señora"




    Rápidamente llamó su instrumento celeste, para sujetar lo entre sus dedos, guardando en su cabeza las imágenes que ese enemigo frente a ella le mostraba con intenciones de jamás olvidarlo y a su vez, encontrar en él su punto débil.


    El humo negro se acercaba a ella, cada vez con más velocidad, justo siguiendo los pasos que la blanca esperaba; esperaba que se acercara más para así poder ejecutar su ataque.


    Justo cuando el miasma mostró su cercanía a menos de tres metros de la niña, cuando la brisa soplaba a la dirección contraria de la pequeña blanca moviendo sus palidos cabellos en el proceso, el movimiento de sus dedos fueron más rápidos en su acción y sin error alguno fue tocado la nota más oscura que la pequeña podía tener guardada en su pentagrama.


    Rápidamente se creó un cuadrilátero alrededor de la portadora del arpa, de veinte metros de ancho y treinta de largo, de modo que todo lo que estuviera al alcance de ese cuadrilátero sería obligatoriamente afectado por la siguiente nota de su arpa.



    Nota oscura: " Tetragrama final: Traste nro 3 y 4"




    Sin afectar los árboles y la naturaleza, los hilos finos y dorados que de la nada comenzaron a aparecer en aquel cuadrilátero y que rápidamente se cerraron alrededor de aquel humo negro, formaron una forma más como una jaula gigante, justo al tamaño del enemigo al que Jerzi se enfrentaba. El sonido roto que se escuchó luego de que su truco entró en contacto con el miasma, y la manera en la que su alteración al tratar de liberarse causó que el viento cambiará su rumbo, el como la presencia oscura parecía afectar de gran manera el clima y a la mismísima naturaleza.


    Los ojos de le niña no evitaron ver con un brillo ambiguo la forma que iba tomando aquel humo, ahora encerrado en su jaula de hilos. Más que un enemigo común…era una amenaza.


    ¿Qué es?


    ¿Qué pasaría luego de eso? Las cuerdas de su arpa estaban temblando.


    No estaba segura si…aguantaría lo suficiente.





    [Fin de la I Parte]
     
    Última edición: 9 Noviembre 2023
  11.  
    KAMERIA

    KAMERIA " Si caes, levántate y vuelve a intentarlo"

    Cáncer
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    Título:
    Tales of the Last White Rouss-[Saga #0]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    72
     
    Palabras:
    12696




    Capítulo 16_ "Perder o ganar: Segunda Parte"

    Tales of the Last White Rouss

    Saga N° 0: Hijos del Futuro


    [II Parte]

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    Atsu.jpg





    Horas antes


    __




    En un lugar totalmente desconocido, en la isla de Foreigntown, las paredes grices de aquel lugar sucio y frío, un gris rocoso que brillaba ante el brillo del sol al filtrarse por la entrada del lugar, matizando estas paredes rocosas en el mismo color de aquel atardecer que se iba ejecutando poco a poco aquel día.


    Día que estaba por terminar.


    Una cueba, según se describía. La entrada solitaria no daba señal de haber alguien adentro, pero lo que no se sabía era que muy en el fondo, a muchos metros a las adentro de aquel lugar, había un refugio o lo que fuese ese lugar, frío y sucio con rastros de sangre y tela destrozada, como si un animal salvaje lo hubiese hecho.


    Habían muchos rastros al rededor que describían minuciosamente crímenes pasados. Y cualquiera que lo viese pensaría que el responsable había sido un oso salvaje.


    El lugar era de espanto sin rastro de vida alguna, sin embargo, allí, en medio de todo eso, en posición algo incómoda, inclinada hacia el suelo, con sus piernas flexionadas y sus brazos colgados por delante de sus piernas, ahora tocando el suelo con la punta de sus dedos, él, esa alma quebrada, sucia e impredecible, estaba allí con una mirada vacía y totalmente cubierta por una sombra que llamaba a la mismícima muerte a que viniera por él.


    Sus dedos de la mano derecha, esos dedos manchados en pequeños rastros de sangre que corrían un poco hacia arriba de su palma, cubriendo parte de su muñeca siguiendo hacia arriba, hasta perderse entre la tela de su camisa blanca. Esos dedos sostenían un arma blanca, ahora manchada en rojo. Sus ojos apuntaban hacia el frente suyo, hacia esa pared que venía tatuando con fuertes líneas desde horas atrás, nombres y apallidos de aquellos seres que una vez formaron parte de su núcleo.


    La respiración era sutil y casi silenciosa. Sus dedos volvieron a temblar entre su agarre, fue el momento, entonces alzó el cuchillo al aire asegurando con fuerza el arma antes de volver a marcar la pared rocosa.


    Clavó fuerte, justo ahí.



    —Cada uno, uno por uno serán plasmados en el muro de la recreación. Ustedes, que no se merecen el haber muerto…serán vengados. Yo…yo mismo me encargaré de eso, yo mismo…—su garganta, el trago fuerte que dió, porque las emociones lo estaban comenzando a dominar. La sangre corriendo a gran velocidad por sus venas y las ganas de cortar algo que derramara ese líquido rojo era tan grande que ya no podría seguir soportandolo. Sus ojos tomaban ese brillo otra vez— 10 vidas por las de cada uno de ustedes, ese será el precio. ¡No! es muy poco…Sus vidas valen más que eso, hablamos de una cantidad más grande—y el gesto desquiciado en su rostro—serán 30, o mejor subimos a 40…—pero el número, aunque aumentaba le sonaba tan impar que acabó entrando en un desacuerdo enfermizo y sus manos bajaron con el arma enterrandose a la arena bajo sus piernas. Su control se estaba perdiendo— 40 no es un número digno para cumplír el pago, ja…ja-ja…por eso deberíamos subirlo un poquito más, ahh, y porqué…¿Por qué no…lo subimos a 100? ah, tan bien que suena eso, ¿No lo creen chicos? ¿Creen que es un número justo, ah? 100 vidas por cada uno de ustedes? ¡Suena mejor, verdad! ¡Jajajajajajajajaja! ¡Maltidos perros!



    El cuchillo volvió a mostrarse en el aire con violencia, entonces, estando bajo los efectos de la droga del momento, del odio y la locura, sus actos se dieron paso, comenzando con un movimiento brutal de su cuchillo clavarse contra la pared y empezar a marcarla como si no hubiese un mañana. El tipo perdía la razón en cada marca que hacía en esas rocas, cada corte frío allí era ejecutado junto a un movimiento más brusco al anterior.


    Su locura lo estaba dominando. El dolor de la perdida, la derrota y la humillación, todo en uno solo, tan solo lo estaba destruyendo poco a poco.


    El último corte que dio su cuchillo, esa última envestida con fuerza atrajo consigo un movimiento inesperado y ese fue el que dio ahora, no sostuvo el mango del cuchillo con suficiente fuerza en este último movimiento y su mano acabó corriendose hasta la cuchilla, por mantenerlo sostenido en mano todo vino en uno solo y, fue que su palma acabó deslizandose con total rápidez y facilidad por aquella hoja afilada.


    El corte fue profundo y no pasó ni 3 segundos cuando la sangre a gran cantidad comenzó a brotar, sin pare alguno.


    Unos pasos se hicieron escuchar al fondo luego de unos segundos.


    Pasos que patearon un tipo de lata que resonó en todo el lugar. Ese ruido infernal.


    Sus ecos eran demaciado molestos. Pensó el demente.




    —Al menos deberías de limpiar un lugar al que consideras…sagrado—estas últimas palabras salieron rebuscadas, en lo que observaba con total disimulo cada cosa habida en aquella cueva. Pura basura— A poco volviste a matar por places, rayos, sólo mira esa sangre…que desastre.



    Los ojos del de mirada amarillos permanecieron clavados allí al suelo, observando cómo el goteo insesante de su sangre iba manchando y creando un pequeño charquito cuyo cada vez más se veía más espeso. Sus ojos tomaban un brillo más extenso cada vez que observaba esa maravillosa imagen.


    Era como si estuviera pasando por una estimulación. Mejor que eso, lo anheló.


    Al no dar respuesta a nada, el otro sujeto terminó de dar un par de pasos más deteniendose justo a dos metros del demente. Su mirada demostraba cansancio pero sobre todo determinación; miraba la espalda de ese tipo allí en frente de él, con tantas cosas en mente que le hacían impacientar un poco. Ver que volvía a sangrar le probocaba algo de frustración, porque cada que entraba en ese estado paranoico en el que incluso se llegaba a probocar esos cortes, ellos debían de ver como tratar de calmarlo.


    Bueno, él, porque el ellos ya no existía.


    Mako sentía que en cualquier momento moriría del estrés. Ja.



    —Mako: Oye.



    Vio como Dylan, en su misma posición ni se inmutó ante su llegada, en cambio parecía que ya lo había sentido llegar hace mucho.



    —Dylan: ¿Has visto cómo brilla…? ¿No es…hermoso? todo un arte.


    —Mako: ¿Uhm? ¿Hablas de tu propia sangre? —dandole otro vistazo a la charca luego volvió a ver su espalda— Claro, un arte espantoso.


    —Dylan: Je, vamos. Admite que también te gusta verla…oficial.


    —Mako: No empieces con eso, idiota.



    Cuando desvió su mirada para observar una vez más el desastre de los cuerpos mutilados de los pequeños animalitos salvajes, allí en las esquinas de la cueba—y los que el demente ese no se molestó en desechar— Mako previno el movimiento rápido que hizo su compañero en ese momento, en un momento de descuido; Solo le costó un movimiento rápido de todo su cuerpo, dar un paso hacia atrás, lanzar en el aire aquella bolsa que todo ese rato había traido consigo, preparar sus brazos para bloquear el ataque de su compañero y en un movimiento elegante inclinar su cuerpo aun lado para así tener un mejor agarre de aquella mano que sostenía con gran fuerza el arma blanca, arma que estuvo apunto de clavarse en su ojo derecho y que ahora tenía a solo escasos 3 centimetros cerca a su rostro.




    —Dylan: ¡JAJAJA! ¡Déjame…sólo déjame mostrarte lo! ¡Vamos! ¡Verás con tus propios ojos la hermosura de la sangre al correr! ¡No pierdes nada!


    —Mako: S-Si debo de perder mi ojo para eso, no g-gracias—cerró fuertemente sus dientes implementando más fuerza de la que había calculado solo para detener a su compañero. Luego de decir esto reunió la suficiente fuerza para alejarlo de él, así liberandose de su loca cercanía—Tsk, debes de controlar esa parte psicopata tuya, demente, si es que realmente quieres lograr tu objetivo.


    —Dylan: ¿Ah? Pero Mako, si hago eso, ¡Oh, vamos! ¡Jajaja! ¡Claro, claro, mi parte psicópata! ¿¡Qué acaso me quieres decir con eso que estoy loco, ahh!?


    —Mako: No es un sí quiero decir que lo estás—miró a esos ojos que ahora tenían ese tono amarillo tan profundo, lleno de locura que solo le demostraba lo perdido que estaba su compañero. Aúnque sabía sus motivos no pensaba apoyarlo en su posición—porque lo estás, ¿No?


    —Dylan: Tsk. Muérete.




    Las aves en el exterior volaban junto a las frecuencias del viento, dejaban que sus alas fuesen guiadas por el viento y de esa manera regresaban a sus nidos luego de tener un día tan largo, para reunirse con sus polluelos y brindarles el calor que necesitaban.


    Las nubes en el cielo se oscurecían cada vez más por el efecto que le brindaba el matíz del atardecer de aquel día, así mismo como el mar que ahora tenía un brillo en su faz, pero sobre todo demostraba tranquilidad y calidez.


    Aquel encuentro entre el oficial Mako y Dylan no fue más que uno de tantos, de esos que se venían frecuentando cada vez más mediante los días pasaban y las cosas parecían irse yendo de carríl. Y es que para mantener sus vidas y seguír adelante primero debían crear un plan de lo que harían a continuación. Era eso lo que movía a Mako a permanecer tan fielmente al lado de aquel demente, aún cuando su inestabilidad era grande. Hacía pocas horas desde que ocurrió aquella desgracia en la que todos los miembros de su organización habían muertos carcinados, ninguno sobrevivió y de no ser porque llegó justo a tiempo─aunque muy tarde─ donde se encontraba ese demente, de aseguro a él también le hubiese alcanzado aquel estallido.


    El silencio que se hizo fue causa de que Dyl no quiso volver a diriguirle palabras a ese oficial corrupto que tenía en frente. Mako vio el momento en que éste se giró, dandole la espalda y se inclinaba al suelo para volver a tomar el cuchillo que durante el intento que hizo de alejarlo de él se le cayó de las manos. Y volvió a inclinarse adelante de ese muro lleno de cortes en el que volvió a centrarse y así poder dar fin a su trabajo.


    Tallar los nombres de sus compañeros.


    Fue turno de Mako suspirar con algo de sarcasmo, negando un poco antes de dar unos dos pasos más hacia su compañero, en el camino tomó aquella bolsa que había soltado hace poco al defenderse del ataque del demente, recogió lo poco que salió de ésta y metió una mano a su bolsillo.




    —Mako: Estás sangrando demaciado, deberías amarrarte la mano si no quieres ensuciar el muro.


    —Dylan: Así está bien, la sangre es el resultado de sus muertes…


    —Mako: Hum, ya veo. —le miró un poco de reojos, allí parado atrás de él a dos pasos. Estaba un poco curioso al ver lo tranquilo que ahora parecía el de ojos ambar— "Ya son dos movimientos extraños que ha hecho, y parece actuar de manera muy diferente a comparación de anoche" ¿Por qué no comes lo que traje? es carne, tu favorito.




    Alzando la bolsa para mostrarsela, reveló que aparte de la carne traía algo más que de aseguro al chico le haría ilusión pero en cambio Dylan ni siquiera se molestó en darle una mirada, siguió marcando la pared.

    Eso solo acreditó a que el demente realmente actuaba extraño.



    —Mako: Sueles comer carne luego de tomar tus docis, pero no pareces querer comerlo ahora, hum, eres extraño… —viendo que no se mostraba hostíl bajó un poco la defenciba y relajado se puso en cunclíyas tratando de relajar su cuerpo. Suspiró— aún me cuesta un poco entender tu manera de comunicarte, hay un sin fin de sucesos que están ocurriendo allá a las afuera y la verdad es que estoy súper impaciente en actuar—ahora miraba al muro en frente de él, detallando por primera vez las marcas en las rocas, esos cortes que llevaban años allí, también estaban los más actuales que contaban historias silenciosas con lo nombres de los que años atrás sirvieron al nombre de esa organización corrupta llena de delincuentes. Ah, sus compañeros— solía ser más impulsivo antes, te lo juro, pero con el pasar del tiempo aprendí a pensar antes de actuar, ya no uso mi cerebro solo para planes suicidas.



    La vocecita constante de Mako estaba molestando a Dylan cuya concentración estaba siendo violentada.



    —Mako: Quiero…nah, no importa que es lo que quiera—prosiguió— solo daré mi voluntad a ser mejor que los idiotas cuyos nombres ya hacen en este muro feo y mugriento. No perderé mi vida en vano como ellos.



    La mano ensangrentada que sostenía aquel cuchillo se volvió a cerrar con fuerza en el mango de el arma blanca y sin poderse contener al impulso, el demente se giró furioso hacia el oficial, volviendolo a atacar pero esta vez con más fuerza aplicadda, claro que Mako al sentirlo se giró con agilidad y puso sus manos al frente en defenza para que ese cuchillo no se enterrara en su cara. Dylan dibujó una mueca de molestia en su rostro, empujó más el cuchillo hacia Mako quien ahora tenía aquel cuchillo clavado en la palma de su mano izquierda.


    No le dio tiempo de moverse rápido y por eso su única opción fue detener el curso del cuchillo con su propia mano. Amarillos y marrones se encontraron en una lucha entre la furia y la pertinencia en donde uno parecía querer matar al otro con locura y el otro, se divertía en silencio por el estado del menor.



    —Mako: Auch, eso duele. Ahh, sólo mira como dejaste mi mano, ahora estamos a par, ¿No lo crees?



    Dylan apenas lo dejó terminar cuando de un movimiento brusco sacó el arma y volvió a atacarlo pero esta vez apuntando a otro punto, fue allí que Mako apenas hizo una mueca por el dolor causado, la sangre empezó a salir de su mano una vez el arma fue retirada pero no estaba en posición como para preocuparse por esto. Miró a su compañero apuntarle ahora a una parte de su cuerpo cosa que lo dejó en blanco por un momento, ¿Debería de defenderse?


    ¿Sería bueno dejarlo seguir y que pasara su estado de locura marcando así su cuerpo?



    "Es cierto, por un momento olvidé lo importante. No existe una solución, no una que solucione su problema pero, si una manera de calmar su anciedad, es así como una droga que estimula su constante adicción a la sangre. No es la más sana, no para un alma tan podrída como la de él pero, si la más inofenciva. Hum, que molesto es que sólo quede yo aparte de él, ¿No? ¿Cuanto más deberé de aguartarlo?"





    El sonido de un cuerpo impactar contra el suelo, acto causado por el peso del otro al irsele encima, los zapatos hacer ese ruido chillante al ligero pataleó ejecutado inconcientemente por la victima como también el molesto sonido de una bolsa plastica ser machacada contra el suelo. Los pensamientos del oficial volaron con gran rapidez, su cerebro lo puso a funcionar a mil por segundos en esos escasos segundos que le quedaba, dando como resultado un sin fin de estrategias que podría utilizar contra el demente pero, solo acudió a una y esa, era usar sus palabras.



    —Mako: Mancharás el cuchillo con mi sangre si haces eso, si lo entierras así por supuesto que me causarás una herida de muerte, que me mates es poco probable pero aún así acabaras realizando tu cometido. Vamos Dyl, eres consciente del valor que tiene este muro, el sin fin de nombres que ya hacen en esa pared de piedra cuenta la historia de todos los caidos, de nuestros compañeros, nuestros amigos…nuestros hermanos. ¿Realmente quieres que la sangre de este desgraciado manche esos nombres tan sagrados? Creí en serio que eras más deboto que yo, pero veo que solo eres un loco que pierde el control por nada…un ser sin alma que solo se deleita con ver la sangre correr…bien, está bien si quieres herirme o matarme, nada de eso cambiara la situación. ¿Estás enojado, no? Quieres vengarlos, ¿No? —sus ojos miraban directamente esos ojos ambar cuyas pupilas estaban dilatadas, brillaban con un brillo lleno de locura y su mandibula fuertemente cerrada, mostrando sus dientes y esos colmillos filosos. Su cabello oscuro, revueltos y desordenados por los bruscos movimientos y el temblor de su cuerpo al detenerse, al parar sus actos. Mako vio cómo Dylan hacía un gran esfuerzo para no enterrar ese cuchillo justo en su pecho. Ah, que lindo— Entonces déjame apoyarte, aunque no esté del todo de acuerdo con tus ideales, recuerda bien que estamos juntos en esto, somos un equipo, somos compañeros y yo mejor que nadie conozco tu asqueroso origen. Seguiré fastidiandote tu existencia, vendran más días en los que te volveré loco por cada insulto que le eche a ese asqueroso muro en donde no dejas de escribir los nombres de esos idiotas muertos, eso jamás cambiará, aún si intentas matarme, recuerda que soy el único a quien tienes ahora y yo sólo te tengo a ti. Oh claro, sin mencionar a el idiota de Miles pero él no cuenta aquí—su sonrisa y luego esa risita tan relajada como si supiera que estaba ganando en esa situación— Sólo piensalo como un matrimonio que tenemos en manos.



    El demente no tan demente gruñó en desacuerdo.



    ─Dylan: No es un maldito matrimonio, bastardo.


    ─Mako: Ouch, pero no hay porque recurrir a los insultos. ¿Fue lo único que escuchaste?




    Dylan parecía perdido entre la furia, pero detenido por cada palabra del oficial, que no hacía más que calarsele en cada fitura de sus huesos. No eran más que asquerosas palabras llenas de manipulación, si, puras sandeces, pero esas sandeces estaban creando en él una sensación de estréz e impotencia que le hacían ver como si su única salida allí era escuchar lo que tuviese que decir el oficial, como si no existiera nadie más en ese mundo en quien pudiera confiar, como si Mako fuese ese alguien que podría llevarlo hacia adelante a pesar de las perdidas, a pesar de su dolor, era él el único a quien debía escuchar. Era la única persona en quien podría confiarle su espalda—pero no quería, no lo hacia—Era un hombre que sabía qué y cuando decir las cosas, que le hacía ver cómo si no tenía ninguna más opción que quedarse con él.



    Algo en su cabeza hizo "click" cuando Mako pronunció esas últimas palabras de soporte.




    —Mako: ¿Quién es el jefe? tú más que nadie lo sabes, Alistair.



    Porque sí, como se mencionó anteriormente, él sabía qué y cuando decir las cosas.


    La mención de ese nombre le trajó una sensación amarga a su boca, no le gustaba que los demás le llamaran por su nombre, no, lo odiaba, siempre lo odió y por eso casi siempre terminaba perdiendo la cabeza. El único al que le permitió hablarle así fue a su ex-superiór y solo porque ese idiota en su juventud logró ganarse su respeto. Dylan arrugó el entre cejo, con un gruñido atorado en su garganta sostuvo con fuerza el cuchillo y casi en un empujón se alejó de Mako, levantandose de su cuerpo como si le asqueara tenerlo cerca.




    —Dylan: No vuelvas a llamarme así, nunca más.


    —Mako: ¿Ah? ¿Es que, acaso no es ese tu nombre?




    La mirada del demente se volvió filosa y miraron asesinamente al oficial quién aún seguía en el suelo, abajo entre sus piernas.




    —Dylan: ¡Nadie tiene el derecho de usar ese nombre! ¡NADIE! ¡Suoh era el único y siempre será así! ¡No vuelvas a hacerlo, maldito corrupto!


    —Mako: Ay ya, ya, no me digas que…oh, sigues encaprichado en eso, ¿Eh? Rechazas que te llamen por el nombre que te dio tu madre con tanto amor, ¿Qué pensaría ella de saber que su hijo lo aborrece tanto?


    —Dylan: Ah oficial bastardo, sigues probocandome y arriesgando tu vida, ¿Eh? —sus labios hacían un movimiento tituveando, todo a causa del poco control que tenía. Cerraba y abría sus manos en comezón, su palma aún sangraba pero muy poco— Di una sola palabra más que me haga matarte y te aseguro que lo haré, no me importará quedarme solo, total, aparte de ese juguetito llamado jéfe me divertiré buscando a Miles, y juntos terminaremos lo que tu arruinaste, jajajajaja, verás que saldremos victoriosos y luego te iremos a visitar a tu tumba en el que bailaremos hasta morir, solo imagínatelo… que divertido ¿No lo crees?


    —Mako: En verdad eres retorcido—con temor finguido hizo como si su cuerpo hubiese sufrido de un temblor por el miedo—


    —Dylan: Deberías morirte de una vez.


    —Mako: —Negó con gesto cansado en lo que se reincorporaba y con su mano buena empujaba un poco al más joven para sacárselo de encima— la única cosa por la cual realmente valdría la pena morir en estos momentos sería…el tener en nuestras manos a la asquerosa mercancia. Esa pequeña que tantos problemas nos trae…hum, el asunto de los niños no salió como se planeó, fue un año desperdiciado, debo admitir—veía ahora la palma de su mano la que ahora tenía esa marca del cuchillo clavado en la piel. "Dejará una marca" —


    —Dylan: Veo que el gran oficial está perdiendo su toque—se burló— Te han vacilado.


    —Mako: ¿Eh?, ¿Qué acaso te sientes mejor como para burlarte así de mí, maldito demente?


    —Dylan: ¿Tan difícil fue obtener a esos niño huerfanos? ¿Tanto como para retrasarte en la misión, ah? Que inútil eres…


    —Mako: Ahh, claro, pero fui más útil que tu, pedazo de loco. Recuerda que mientras tú te divertías a mí me tocó mover los hilos desde la supervisión de la policía, tuve más trabajo que tu.


    —Dylan: ¡Jajaja, claro! ¡Con esposas en mis muñecas, oficial! ¡Recuerda en qué posición estaba en esos momentos!


    —Mako: Esas cosas jamás te impidieron salirte con la tuya…


    —Dylan: Ah~


    —Mako: —arrastró un suspiro cansado—No es mi problema que por meter la pata hallas estado encerrado en ese camión de camino al manicomio.


    —Dylan: Fue divertido, creeme, lo disfruté. Sin embargo —le dio una mirada totalmente llena de odio, de rábia disfrasada entre la locura, su respiración incluso se hizo pesada en lo que inclinaba su cabeza más cerca al del oficial— Tu retrazo causó la muerte de todos. ¿Lo olvidas? No fue mi culpa que ellos, cada uno de esos perros murieran, Dan, Charle, Jack...¡Mi maldito hermano murió, estúpido! Cada-uno- de ellos…—su aliento entre sus labios casi acariciaron la piel pálida del ageno. Su mejilla—¿No crees que es suficiente razón para picarte en pedacitos? ¿Oficial Mako?


    —Mako: —se quedó en silencio por un momento, volteando su rostro ligeramente y asi mirar a otro punto, pero jamás se apartó, era mejor cuidar sus movimientos—lamentablemente murieron, sí, lo tengo claro. Echarmelo en cara no los traera de vuelta. Al menos te saqué de allí a tiempo. ¿No es suficiente para ti?



    Debería gritarle y matarlo, sí, por ser un completo bastardo que por culpa de su retrazo sus compañeros habían muerto. Todos ellos…



    ─Dylan: Suoh murió allí, no valió para nada que me hallas sacado de todos modos.




    Suoh, un hombre que a pesar de ser parte de esa organización sanguinaria tenía valores y una moral que ningún ser humano parecía tener, al menos ninguno que perteneciera a ese grupo. Fue el único que llegó a controlar al demente de Dylan, era el único a quién escuchaba y también el que parecía ser en cierto modo la cura que le hacía falta al sicario de sangre fría. A Mako no le sorprendía para nada la ira de Dylan por la muerte de Suoh, incluso cuando parecía afectarle más que la muerte de su propio hermano. Era en gran parte—fue— el responsable de Dylan, su superior pero lo vigilaba, lo cuidaba.

    Ahora estando él muerto las cosas serían más complicadas.

    Sin embargo había algo que estuvo inquietando al demente en todo ese tiempo, y claramente no tenía nada que ver con Mako. Todo el día y parte de la noche de ayer estuvo perdido en su mente pensando en lo mismo, una y otra vez. Algo que sólo él sabía, ni siquiera el mismísimo policía corrupto a su lado tenía idea de ésto. Hubieron acontecimientos que causaron su escape de abrupta manera y es que, Dylan no podía dejar de pensar en ese grupo de chicos tan particulares que había visto aquella noche. Uno de ellos fue quien lo salvó de estrellar su cuerpo contra el duro suelo al caer por aquel acantilado─y de tener la oportunidad le agradecería, claro─, era un chico totalmente extraño que vestía de una manera rara, le sonrió incluso en esos momentos de persecusión, como si tratara de calmarlo y como si hubiese ignorado el hecho de que a quien tuvo de frente fue a un criminal─fue tan inocente el niño, cómo hacía mucho no había visto en alguien─ en cambio le dio indicaciones para que se alejara para que no saliera herido. Sin duda la imagen de ese chico era algo que le comenzó a causar curiocidad.


    Deseó de súbito volver a ver a ese chico. Otro deseo impulsivo.



    Aparte de que cuando se adentró a aquel bosque pudo encontrar a otro grupo de chicos hablando de manera tan rara vistiendo un traje igual a ese que le había salvado. Detalle que jamás mencionó a nadie.


    Quería verlo, quería poder encontrarse con esos chicos y así, aclarar sus dudas de una vez.

    Ja.

    Si, claro.

    Como un humano normal.




    —Mako: Oye, no me ignores así. Estas actuando extraño ultimamente y da terror…




    Porque perderse entre sus pensamientos no era natural en él.


    No lo era.



    " Nunca había visto a un grupo de personas así, que en su presencia emanaran esa presencia, esa clase de presencia que te hace sentir un escalosfrío…fue, unm…"




    Raro, la palabra que buscaba era raro. Su lógica jamás coincidía con el de los demás, por eso era el típico loco del grupo, siempre era necesario controlar sus impulsos tomando pastillas o en veces haciendose daño el mismo, pero el pensar tanto no era algo que lo caracterizara. Para nada…


    Sin embargo que lo hiciera ahora.


    Mako notó de inmediato que Dylan realmente no estaba del todo bien, no actuaba como solía hacer y eso estaba fuera de contexto. Frunció el ceño considerando la situación. Incluso si se le ocurría darle una cachetada en ese momento estaba 100% seguro que el menor no se inmutaría.



    No se arriesgaría




    " No creo que sea necesario mencionarcelo a este oficial corrupto"
    Por otra parte él tenía sus propios prejuicios.





    —Mako: Aliester—ya de pie, ahora miraba al menor desde arriba—


    —Dylan: ¡Demonios, te dije que no usaras ese nombre…!


    —Mako: Tu, no tomaste tu dosis ¿Verdad? —por su pregunta el demente se le quedó mirando por un rato sin responder. Al buscarlo con sus ojos fue que se dio de cuenta que éste ahora estaba de pie frente a él. Cerró su boca, con ésto respondiendo la pregunta del oficial— No deberías evitarla, sabes lo que causa eso en tí.


    —Dylan: —rapidamente cambió su expresión, demostrando desinterés alguno— ¿Causarme? Hum. Nada, no pasa nada en realidad─suspiró, su acción salió tan naturalmente de un hombre frustrado que estremeció más a Mako. Normal, normal...¡Estaba actuando como una persona nor...!─ sabes qué es así, Mako...¿No es así?



    Dylan le dio una mirada rápida dejandole en claro que, sabía bien lo que estaba pensando, mostrandole con una sola mirada su estado racional cuya estaba totalmente en orden y que no tenía miedo de demostrarle lo contrario.


    Por eso, Mako no confió.



    —Mako: Debes tomarla—insistió, mirandolo cada vez más serio—Sería muy malo que a éstas alturas dejaras de beberlo.



    Dylan chasqueó la lengua y en un mover torpe ─aún por debilidad, efecto de la droga─se echó para atrás mirando con rabia a otro punto, afincando su peso sobre ambos brazos. No deseaba escuchar a ese oficial. Ya no quería seguir siendo manipulado por palabras de un asqueroso impostor.




    —Mako: Mira, ire a por carne para que comas algo, ya que lo que traje se estropeó durante el ataque que hiciste hacia mi, ire y de una vez te traeré tu medicina.


    —Dylan: No pienso beberla…



    Mako se había dado la media vuelta, dispuesto a cumplir con sus palabras, más al escuchar lo que dijo el loco se detuvo, frunció más el ceño y se giró a verle.



    —Mako: ¿Qué dijiste…?



    Dylan movió un poco su cuerpo inclinándose sobre sus rodillas y le miró. Solo que ahora su expresión demostraba demencia, una muy grande. Una demencia totalmente consiente de sus actos. Mako no sabía si fingía o qué, por lo que le sostuvo la mirada esperando lo que fuese que el loco quisiera decír.



    —Dylan: No las necesito…estoy en perfectas condiciones, Mako…estoy bien, ¿No lo vez? —que empezara a hablar más tranquilo, con voz suave y fina como si no pasara nada era la típica caracteristica que tomaba al perder la razón. Inclinó aun lado su cabeza y habló más firme, más siseante— Odio esas pastillas, realmente odio esa asquerosidad pero, si para que estes tranquilo necesito beberlas, pues púdrete porque jamás haré algo que te complasca ¿Y sabes porque? Vamos, preguntame porqué, oficial…




    Mako pareció pensarlo, pero al ver como Dylan comenzaba a hacer movimientos extraños con sus manos como si le picara y en veces sacaba la lengua, solo suspiró. No sabía si realmente estaba actuando y si lo hacia, lo estaba convenciendo.




    —Mako: Bien…¿Por qué?


    —Dylan: ¡Jajajaja! ¡Simple! ¡Porque te odio! ¿¡Gracioso no!? ¡jajajajaja!


    —Mako: Ya veo…es un alivio saberlo.


    —Dylan: ¡Eres un maldito policía, si, uno bien corrupto! ¡Odio a los policias por lo que también te odio a ti!


    —Mako: Es mi trabajo, de no ser por eso, digamos que no te estaría comprando la cena, ¿Eh?


    —Dylan: ¡jajajajaja! Pues no quiero tu asquerosa carne porque carne tengo de sobra! ¿¡Vez esa carne fresca y rojiza de allí, la vez!? —señaló hacia una de las esquinas, donde parte de las paredes estaban bañadas en sangre. Le señaló al oficial donde estaban los cuerpos de los animalitos mutilados— ¡Pues esa será mi cena porque yo mismo la tomé, yo! ¡Éstas manos se encargaron de cazarla y no hay nada más exitante que comer de tu propia caza! ¡Jajajaja!




    Mako observó al demente y como reía ahora como todo un loco. Más a lo que era él.



    —Dylan: …¿O me equivoco?


    —Mako: Actuando así me hace creer que volviste a tu normalidad—no sabía si tranquilizarse por eso pero suspiró, metiendo sus manos a sus bolsillos—


    —Dylan: ¿En serio? ¡Te convencí, eso está bien! ¡Jajajaja! ¿¡Entonces me dejarás cortarte otra vez!? Eso de antes realmente fue divertido…tu sangre es tan-


    —Mako: No te dejaré cortarme porque lo que pasó fue solo un descuido, no volverá a pasar.


    —Dylan: Tsk! Eres todo un aburrido, patético.



    Cómo si nada hubiese ocurrido Dylan volvió a adoptar esa imagen de antes. Demente, sí, pero ya no estaba enloquecido como antes y Mako lo notó. Lo vió ponerse de pie y ahora le daba la espalda.



    " Sea o no sea, el plan sigue en pie, y quedarme aquí discutiendo con él no resolverá nada, además…"
    al girarse y darle un vistazo a la entrada que estaba muchos metros de allí, apenas pudo notar una leve luz del exterior "ya la noche esta cayendo, y el día de mañana está más cerca. Aún hay cosas por terminar antes de que el día llegué a su fin…"



    —Dylan: ¿Qué miras ahora? ¿Trajiste a tu novia y la dejaste esperando afuera, eh?



    Dijo en tono burlón. Mako nagó en frustración.



    —Mako: Demente, ya te mencioné que tenemos trabajo que hacer ¿No? ¿Recuerdas que día es mañana?


    —Dylan: ¿Ah?, ah, claro, es un día normal como los demás, saldrá el sol y en cualquier parte del mundo alguien morirá.


    —Mako: Si, pero aparte de eso mañana será el día en que le daremos fin a la primera face de nuestra misión. Hoy no será pero, mañana veremos.


    —Dylan: ¿En serio? —su sonrisa demente— ¿Y qué será eso, Mako? Vamos, dime, no me dejes con la intriga.


    —Mako: Sin embargo esta noche alguien deberá morir.



    Éstas palabras llamaron la atención de Dylan. ¿Eso significaba que habría sangre?

    El oficial meditaba en el plan y en lo que se vendría, dentro de pocas horas todo lo que conocía cambiaría drasticamente, tanto para él como para los demás, así que debía pensarcela bien cómo seguiría adelante una vez la cizaña fuera sembrada.




    —Mako: Después de tanto finalmente habrá una revelación de mi parte, arriesgaré demaciado pero tu te encargarás de borrar esas huellas, jugaras tu parte en ese juego y luego brindaremos por nuestro logro. No es tanto lo que haras pero sin duda luego de ésto no habrá marcha atrás. Te lo aseguro—parecía más bien hablar con el mismo. Había dado un par de pasos por toda la cueba en lo que pensaba, con su mirada encontró un pedazo de tela maltrecha tirada en el suelo, se inclinó, la tomó y con ella cubrió la herida de su mano, con un mirada lejana y seria— Cada nombre en ese muro, le daremos el reconocimiento que se merecen, le daremos la victoria que se merecen. Cada uno de ellos.



    Ya envuelta su mano, cerrandola y abriendola un par de veces, Mako se acercó voluntariamente hasta el gran muro donde vio aquellos nombres grabados, su mirada recorrió con total calma y perdida aquellos nombres como si los estudiara; Hacía mucho que no asistía a ese santuario de ellos, no era de los tipos que gustase de disfrutar esas cosa, la compañía de los demás o crear lazos, así que visitar esa cueba se le hacía tan friki, sin embargo allí estaba él, pisando el suelo de una asquerosa cueba que le traía tan malos recuerdos, rodeado de paredes rocosas tan frías y sucias, las misma que una vez fueron las que le brindaron calor, parado en frente de ese muro que años atrás admiró detalladamente, pensando día a día que algún día su nombre sería escrito allí por alguien más. La idea era retorcida, debería sencirse orgulloso si así fuera pero no, nunca se sintió ser del todo parte de esas cosas. Su idiología era diferente, su manera de ver las cosas iban más allá que solo seguír protocolos y un montón de ideas que solo lo volverían alguien partitario de su propio grupo, y él no se sentía así.


    Creía en la voluntad del fénix, si, en la voluntad de fuego que a muchos niños en esa isla llegaron a inculcar, sí, lamentablemente por más que odiara admitirlo, aunque se dedicara a matar esas raices para así matar la propia leyenda que sustentaba su existencia, muy en el fondo él creía en esa voluntad, era un fiel creyente a esa voluntad y jamás trató de negarlo. No como Dylan, él era un experimento que apenas y sobrevivió a los estudios y cosas que le hiciero de niño, y que gracias a eso quedó así de loco, perdió por completo la cabeza. Entre esos trastornos mentales sus memorias pasaron a ser solo fragmentos de lo que una vez fue, por tanto era obvio que el chico no recordaba quien era en realidad, quienes eran sus padres o si acaso seguían vivos, cuantos años tenía o, otros detalles más que solo dos personas más sabían, a parte de él, supieron muy bien. Dylan era incapas de recordar su pasado pero al menos en su momento, luego de tantos experimentos, lo único que le hicieron saber fue cual era su verdadero nombre. Pero incluso eso lo odiaba.


    Ambos eran tan diferentes, y aún así estaban juntos en eso, trabajando codo a codo por el mismo objetivo.


    Claro, aunque el tipo fuera un bipolar y sufriera de problemas de multipersonalidades. Lindo, ¿No?


    Ja, eran tan diferentes e iguales a la vez que sin duda el futuro con ellos sería excelente.


    Un futuro en el que la voluntad de fuego ya no existiría más.





    —Dylan: Suoh dijo que celebraríamos juntos nuestra victoria, me aseguró que no moriría pero solo miralo allí…su nombre plasmado en el muro de los caidos. Lo odio cada vez más por romper su promesa.



    Mako estuvo tan metido en sus pensamientos que no notó cuando Dylan se paró a su lado para admirar igualmente el muro. Él solo le miró un momento, pensando: "De querer lo, me hubiese apuñalado por la espalda y yo no hubiese tenido forma de defenderme a tiempo" la simple idea le daba escalofríos pero así como esos pensamientos vinieron, se fueron. Después de observarlo miró luego hacia el muro en donde pudo encontrar el nombre de quien el demente hablaba.


    Un par de marcas que formaban unas palabras muy claras y firmes. Ese era el nombre de su compañero fallecido.


    Suoh



    —Mako: Vengaremos sus muertes, no te preocupes. Suoh estará orgulloso de ti, así como los demás.


    —Dylan: Si, y si no se logra yo mismo escribiré tu nombre aquí, no te preocupes.


    —Mako: ¿Eh? —despertando de su ensueño le dio una mirada al loco—¿Qué quieres insinuar con eso, demente?


    —Dylan: Pues…—sus manos sostenían el cuchillo, otra vez, con fuerza. Sus ojos se giraron para mirar a los de Mako, quien ahora se había puesto en alerta al ver el cuchillo. Ambas miradas se encontraron pero ahora lo miraba con un brillo de rencór y decisión, seguro de sus palabras— que tu morirás primero, oficial.




    .

    .

    .



    .

    .

    .





    "No existen segundas oportunidades, sin embargo si llegase a ser el caso se llamaría milagro"



    [Pensamientos de Timothy]




    Llegó ese tiempo en el que empiezo a meditar en cada cosa y cada detalle que, hace un tiempo atrás mi amigo me había mencionado, claro que para ese tiempo sonaban más como palabras dichas al aire sin importancia alguna. Era más joven, con menos experiencia de la vida y aún tenía la esperanza conmigo de que alguna vez volvería a ver con mis propios ojos a la dueña de mi corazón.


    Porque de algo estaba seguro y es que, el verdadero amor si existía. Y encontrar mi alma gemela—una vez más —era lo que deseaba.


    El anhelo que llevo guardando en éste corazón mecánico es enorme y casi siempre me atormenta por las ancias de volverla a ver. Ella, para mí, en aquel tiempo fue la única en ganarse un lugar en mi corazón que hasta el día de hoy nadie más a ocupado y sé que nunca pasará. Me explico, tengo siglos viviendo mi propia vida, después de ciertos siglos "muero y vuelvo a revivir", como un verdadero fénix que soy, ja, o ese es el concepto que los libros viejos que cuentan mi historia tragica, describen sobre mí. Pero no, no es que haya vivido más de una vida en realidad solo viví una vida corta al nacer de las cenizas en el cuerpo de un Oscuro, hijo de un rey de sangre pura, no hijo de un fénix y aún así es increíble pensar que luego de morir, millares de años luego volví a renacer pero en este cuerpo que tengo ahora, no uno humano, no el de un oscuro, sino el de un fénix…ja, y vaya que la experincia que viví siendo uno me enloquese porque no me desagrada del todo. Por años de años nuestra gente a tenido tiras y encoje por estos seres de fuego, sin embargo con el pasar de los siglos se hicieron tratos y se crearon acuerdos "adecuados" que dieron la oportunidad a ambos bandos de convivír juntos de una manera pacífica, siguiendo que claro una que otra regla cuya beneficiaría a ambos bandos, no sonaba tan mal y no, no hubieron resultados malos luego de ese trato.



    Claro, hasta el día de hoy.



    No estamos en guerra, no, porque los Oscuros aún son parte del círculo de los Fénix, así mismo los Fénix ahora mantienen un lazo fuerte con los Oscuros que no puede ser roto. No ahora.



    Eso siempre me a hecho pensar de más mi situación, el como ahora luego de años me encuentro en esta situación sin tener a mi alcanse el poder contactar con los míos o con lo que una vez llame "mi hogar", y es que, pasar 30 años aquí encerrado con esta maldición obvio me ha causado el final de mi propia vida. No literal pero lento, ya falta poco para llegar a ese final. Lo siento y puedo verlo cada día que veo como las llamas de mi alma se van apagando lentamente. Quizá sería ya el tiempo perfecto para perder las esperazas ¿No?



    Pero entonces ¿Por qué siento que aún tengo algo muy importante que terminar antes de que mi flama se apage?




    Hum, claro, porque aún existe algo y esa brecha que está apunto de romperse no es por mi, ni por los oscuros, ni por esos enemigos allá afuera, no, sino por algo más, mucho más fuerte que incluso la misma pluma al parecer teme. Un detalle tan peculiar. Llevo años viviendo esta vida, siendo un fénix catalogado como el "Legendario" pero para mi no soy más que un marginado. La paz que quiero conseguir y que siempre quise para este reino no lo podré conseguir con mis propias manos. En mi tiempo luché codo a codo con personas que en otro tiempo los hubiera catalogado como "enemigos" pero estamos en otro tiempo y las cosas han cambiado mucho.



    Esta esto; el hecho de que los Oscuros y los Fénix tienen un lazo incorruptible, ahora. Pero ese hecho dio como resultado otra trágica realidad, si es que nos ponemos a ver la otra cara de la moneda. Y esa es, el reino contra el que el reino Oscuro mantiene la guerra, y no es ni más ni menos que el reino Blanco. Ah, pero han habido situaciones que han enlazado nuestros mundos y nos ha llevado a acercarnos más, pero no del modo que me hubiese gustado que hubiese pasado en la historia. No odio a los Blancos, los Oscuros lo hacen no yo, ¿Sería una perfecta escusa? no, porque ya soy parte de ese reino—lamentablemente— Es imposible odiarlos, porque para mi los White han sido los más cercanos a una familia, además de que ella, la alma que anhelo tanto volverme a encontrar, es una de ellos.



    Pero divagar en este mismo tema una y otra vez no resolverá nada, no solucionará este problema.



    ¿No es así? ¿Lionel Lee?



    O claro, ya ese no es mi nombre, no más.




    Vuelvo a pensar en las palabras de mi amigo y a recordar su imagen, porque temo que pueda olvidarlo.


    Ja, claro que sería imposible porque, una persona o criatura como lo fue/es Helios Lee…no es alguien que se pueda olvidar tan fácilmente. Jamás podría ser olvidado.




    Es aquí cuando me acuerdo de las palabras que una vez mi mejor amigo—no Helios— me dijo, antes de verlo desaparecer justo hace 30 años atrás.


    Ahira era su nombre, un White por cierto. Pero con un alma tan pacífica y pura que siempre me ayudó a conyevar el peso de mis hombros como si no importara nada. Un amigo que nunca podre olvidar. Imposible.



    El dijo una vez que "Lo que nos conecta no son nuestras diferencias sino nuestras inigualdades" entonces lo miré y le pregunté qué significaba eso, porque realmente jamás entendí ese concepto.



    Claro, hasta el día de hoy.





    No somos diferentes amigo, para nada, simplemente somos inigualables.






    .


    .


    .



    Los trozos de pergamino, divididos en múltiples piezas que al unirse podían unificar aquel pedazo de papel que mostraría la respuesta que muchos enemigos desearían tener en mano. Cada trozo era importante, en su mayoría mostraba una mitad o una cuarta de un punto cardinal de toda la isla, puntos que eran representados por pilares, pilares naturales que tenía aquella isla peculiar, y hasta donde se sabía, si por alguna razón inesperada, algo o alguien se le ocurría romper y destruir estos pilares naturales el resultado que tendrían sin duda sería la menos esperada y la más caotica de todas.


    No sería más que, la misma destrucción de Foreigntown.


    Porque Foreigntown no era una isla cualquiera, era un pedazo de tierra creado por algún tipo de fuerza sobrenatural. Los diferentes espacios y climas que está misma albergaba en su naturaleza era la más excepcional que pudiese existir, tratándose de una simple isla que en su naturaleza debía de ser no más que una zona tropical, lluviosa o en otros casos, desiertica, incluso nevado ¿No? Porque existían pequeños islotes en el mundo donde el clima natural era frío, donde la nieve no dejaba de caer y por esa razón las personas debían pasar su día a día envueltos en cobijas y usar ropajes de triple tela ¿No? Pero Foreigntown rompía con esa regla, saliendose de lo "natural", o más bien era una joyita rara que la diferenciaba de las demás tierras. Porque ella abarcaba sus cuatro estaciones, con estados donde la nieve sobre abundaba, el desierto…no era más que desierto, los bosques eran otras zonas al Oeste donde pocas personas habitaban ya que respetaban la idea de que el bosque era el hogar de los animales míticos de la isla—claro ejemplo los conejos Akaryun y las avez de fuego—, y a su vez era la casa en donde muchos de los causes de ríos corrían y unían sus aguas para ser parte de las muchas cascadas que en tales bosques tenían, para más tarde unirse con las aguas del mismo océano. Todo se entre conectaba de manera natural.


    Tales descripciones tan fascinantes y exóticos llamaron la atención de muchos en el mundo, pero no hablemos del mundo en general, no vayamos tan lejos porque, entre tantos ejemplares había alguien más que en su tiempo también quedó encantado con la isla cuando piso sus tierras por primera vez. Hace al rededor de 52 años atrás…


    Timothy, o más bien el rey Lionel Lee, para ese entonces. Era solo un jovencito cuando conoció aquella isla maravillosa acompañado de su mejor amigo, Ahira y la hermana de éste. Las cosas eran tan diferentes para ese entonces.



    Si tan solo pudiera regresar el tiempo y cambiar las cosas. Pero creo que tampoco me lo perdonarías de hacerlo, ¿No es así, Ahira?





    Aquella tarde, después de regresar a la mansión con Leint, quien se encontraba inconsciente bajo el efecto del ataque que, al parecer, recibió de la pluma negra, una vez la dejó descansar en un mueble en la salita principal, él por su parte decidió ponerse manos a la obra y hacer una investigación en general sobre los acontecimientos que se estaba llevando a cabo ahora. Esos ataques y el enemigo presente, hum, la isla, sabía él, era un hogar antiguo de los fénix, era la cuna de ellos, que el espiral estuviera allí haciendo aparición debería ser una anomalia o un error, una amenaza para la isla pero no lo era, no cuando en sí el espiral, la pluma negra también era una parte de un fénix.


    Y no uno cualquiera.


    Fue a la biblioteca en donde sabía él, el joven Antwan solía pasar horas buscando qué leer, y allí se encontró con lo que buscaba. Esos libros de sus aventuras y secretos que solo ellos podían llegar a leer. Por ahora, en lo que esperaba a que la niña se recuperara, leería e investigaría por su parte.


    No pensaba quedarse de brazos cruzados cuando afuera se encontraba aquel monstruo destructor.


    .-



    Después de completar los 20 minutos leyendo aquel libro, donde en su portada se escribía un título en letras rojas que para nada se entendían, pero que en su traducción decía " YingLing: Línghún de mìmì " . Un libro que guardaba escritos de su viaje a China y dónde se encontraba anotado algunos descubrimientos que había hecho cuando se encontraba buscando algún indicio sobre el espiral.

    Para aquel entonces no se tenía muchos datos de éste, ya que, cómo él, este también tenía siglos de desaparecido. Era como una leyenda. La diferencia es que como él era, y es, una versión renacida de lo que una vez fue el portador de la pluma negra, y de donde provenía el espiral, su responsabilidad en sí era buscar algún indicio de éste monstruo, y si lo encontraba debía sellarlo. Literalmente ese era su papel para aquel entonces, no había ninguna amenaza a la cual enfrentar. En caso de encontrar la pluma oscura se debía sellar y, para eso se había creado lo que hoy en día se conoce como "El libro negro" libro donde también se encongraba sellado las joyas de los oscuros, joyas que en su interior guardaban un poder cada vez más catastrófico al otro. Ah, por nada debían estar selladas. Solo que tal libro permanecía en el reino Oscuro, que se hubicaba en palacio en Inglaterra y, aunque para ese entonces era el rey, teniendo el libro a su disposición, jamás se le ocurrió sellarlo como tal, en cambio creó otros 7 libros más en el que comenzó a escribir todo lo que descubría sobre el reino, sus secretos y origenes que envolvían tanto a los hombres fénix como a los oscuros en aquél entonces. La idea había surgido por razones propias, pensó que atesorar información de ese calibre podría ayudar a las generaciones futuras y durante la marcha los siguientes a reinar sabrían como levantar y empoderar el reino de manera adecuada. Y aunque fueron 7 libros que se dispuso a escribir, solo 3 fue escrito por él, los otros 4 se los dejó a su amado sobrino, quien juró que continuaría su trabajo.


    Yacía muchos años desde que pasó eso y la verdad es que no tenía idea de si los libros se llegaron a completar.


    Para aquel entonces su amigo Helios, el controlador del tiempo, permaneció a su lado en sus tantos descubrimientos, y aunque le pidió ayuda de un consejo de, si es que estaba haciendo las cosas bien, Helios en ningún momento le puso ni quito en sus decisiones, él siempre le sonreía y apoyaba, más no opinaba demasiado conforme a sus decisiones.



    "Él siempre supo que esto pasaría y en vez de evitarlo solo me dejó continuar con esto"




    Recordarlo le frustaba un poco a Tim. Por otra parte estaba agradecido con su amigo por haberle dado su apoyo. Estaba mil por ciento seguro que incluso estuvo enterado de su desgracia y de que con el tiempo caería en la trampa de uno de los secuaces de la Reina Oscuro, que atraparían su alma y se volvería prisionero de aquel bosque, ha, Tim podía jurar que aquella mansión con todo preparado, lleno de secretos, con una biblioteca que guardaba tan minuciosamente libros que guardaban sus aventuras…sus libros, no era más que idea de su querido amigo. Hum, porque estaba seguro que Helios había visto su futuro hace mucho y por eso había decidido no cambiar nada, ja, él era así, hacía sus movimientos para crear los escenarios perfectos para jugar bien su juego, y Tim era parte de ello.


    Siempre lo fue.




    —Tim: Mi condición es un problema, no podría hacer nada si en estos momentos el espiral decide aparecer, tampoco puedo salir—pasaba una página de aquel libro, YangLing, retomando algunas de sus notas cerró la cubierta de esta para así dejar el libro a un lado y así poner su atención en otra cosa—


    Allí en la mesa donde estaban otros libros también se encontraba una cajita pequeña pintada en caoba, notándose los sin fines de símbolos y escritos antiguos en su superficie era por su parte cuidador de el resto de trozos que quedaban del pergamino cuyo Tim se responsabiliza por esconder. Tomando la cajita, marcó en su seguro unos códigos que no eran más de 3 trazos, para seguidamente escuchar ese "click" que le decía que la caja había sido abierta. Abrió y rápidamente pudo encontrarse con los pedacitos de papel restantes que quedaban, allí cubiertos por una tela de terciopelo rojo.


    —Tim: Cada uno de ellos fueron escondidos en puntos específicos y cuidadosos…—removió la tela y tomó los trozos. Dejó a un lado la caja, haciendo espacio en la mesa para así trabajar en su mapa gráfica en donde ya tenía marcado algunos puntos en azul—Cada uno en un pilar natural, nada quedaba a la vista humana, sin embargo muchos de esos pilares hoy en día son simples monumentos históricos para los humanos, es…es cuestión de tiempo a que sean encontrados por alguien.


    Pensativo, mordió la punta de aquel lápiz que había tomado para empezar a marcar en el papel algunos puntos, pero que ahora parecía sufrir de su ataque de estrés. El plan que tenía era…bueno, no tenía un plan con claridad pero si quería tener al menos una estrategia en mente, pensar en dónde podría ser un buen lugar al que el espiral desearía ir a esconderse. No había tantas opciones, ya hace poco se había aparecido en ese bosque y la verdad es que no estaba muy seguro de si éste ya se había ido. Claro que ya no sentía su presencia pero no podía confiarse solo por no sentirlo, era posible que el enemigo pudiera ocultar su presencia.


    Tal como lo hizo antes.



    Debo pensar como él





    De seguir en ese bosque debía tener cuidado de no dejarlo acercarse a la mansión. Ese hogar era como una fortaleza para él pero de ser encontrado por el espiral, no es que este tuviera un cuerpo propio como para atacarlo y robarle pero, aún así si encontraba la mansión podría apoderarse de esos libros, pero no tanto eso…sino los trozos de pergamino, y si lo encontraba podría hayar los demás. Y si de ser ese el caso, el espiral podría dar con la entrada cuya solo se podría encontrar en aquel pergamino antiguo. La entrada que el enemigo, la reina del tiempo antiguo también deseaba descubrir.



    La entrada al reino de Erias. En otras palabras, el reino blanco.



    —Tim: Piensa, piensa, debo ocultar los trozos antes de que se me acabe el tiempo. —se estaba quedando sin ideas y la verdad es que el tiempo no parecía ir a su favor. Según el reloj ya el sol se había escondido hace mucho— Maldición.





    Leintni.jpg






    Deya había llegado a casa pasada las horas. Miraba muy distraídamente la hora en la radio de su automóvil, dándose de cuenta que pasaban de las 18:00 pm. Oh, sin duda alguna se había atrasado un poco. Al menos sabía que a esas horas los chicos debían estar ya en casa.


    Cerró la puerta del auto luego de estacionarse en la cochera, el tintineo de las llaves acompañaba el taconeo de sus zapatos altos, como una música estracta de la antigüedad. Deya abrió el maletero para sacar un par de bolsas plásticas, ambas tenían un tamaño realmente aterrador.


    —Deya: ¡Uph! Ay va, pero qué cosas se me ocurre traer—soltando una risita dejó la tapa del maletero caer, en lo que tomaba camino hacia la casa, casi a tropezones por el peso extra en sus brazos—Bueno, démosle sus regalos a los niños. Ju ju ju…


    Con un zumbar y un tarareo, la dama se fue acercando a su hogar.


    Sin saber que adentro un niño de cabellos rubios sufría de ataques de anciedad.



    .-



    Johan estaba nervioso, no, nervioso era poco…¡Estaba asustado! Y aunque trataba de calmarse pensando en cosas positivas era imposible no alterarse cada vez más. Y es que…



    —Johan: ¡Leint desapareció…!


    —Freddy: ¿¡QUÉ!?




    Y bueno, digamos que los nervios lo llevó a llamar a su hermano, claro que para eso tuvo que marcarle a Birian a quien le dijo que necesitaba hablar con su hermano. Pero lo que Johan no sabía es que justo en esos momentos Freddy no se encontraba solo del todo…



    —Johan: Y-Yo no tengo ni idea de a done se fue, ella salió temprano a hacer su rutina, ya sabes, repartición y todo eso, p-pero…pero…


    —Freddy: Ey, campeón, respira, calma, "uno, dos, tres" ¿Si?




    La voz de su hermano mayor le estaba ayudando, en cierta forma seguir su consejo de respirar profundo y con pausas le había ayudado, claro que nunca se esperó enterar de que podía sufrir de ataques así.


    Poco a poco pudo recuperar la compostura.



    —Freddy: Eso es, así está mejor. Bien…¿Te ha funcionado?



    —Johan: Si…


    —Freddy: ¿Entonces te sientes mejor?



    —Johan: Si…—tragó en seco. Al parecer estaba necesitando ahora beber algo de agua —Gracias…




    Pero antes de si quiera escuchar la pregunta de su hermano al otro lado de la línea, escuchó como la puerta en la entrada era tocada y abierta, anunciando que alguien había llegado. Y Johan esperanzado de que fuera la pequeña de ojos raros, se alteró más, queriendo ir a recibirla e igualmente gritarle unas cuantas cosas, pero…



    ¡Hola chicos! ¡Ya estoy en casa!




    Aquel grito no era de Leint.


    La tía Deya había llegado.




    —Freddy: ¿Joni? ¿Sigues allí?




    La llamada se había cortado.



    .-



    Mientras que del otro lado de la línea…


    Aunque la llamada había terminado Freddy decidió dejar el teléfono pegado a su oído por unos momentos, momentos en lo que parecía perdido en sus pensamientos, tratando de idear algo cuanto antes. Al mirar por la ventana podía ver que ya se encontraban pisando las calles de Forever, por lo tanto en pocos minutos ya estarían en casa del Rouss, que por cierto…sentía su mirada sobre él desde donde estaba sentado.


    Tragó en seco. ¿Sospecharía algo?


    No podía dejar que las cosas empeoraran, su hermanito estaba en una crisis, Leintni volvía a desaparecer, y aunque él mismo comenzaba a sentir molestia por las continuas desapariciones de la niña, no se encontraba en un buen momento como para culpar a alguien, menos a Leintni porque…su hermano estaba sentado justo atrás de él, y por nada del mundo debía de enterarse de ésto. Se supone que le había confiado su hermana a Johan y le había asegurado que nada malo le pasaría, pero de lo al contrario si Derint se llegaba a enterar…




    —Birian: ¿Ocurre algo, amo Fred?


    —Freddy: ¡Ehh, no es nada, Birian! J-Je je… s-solo recordé que…! Ehh, eh, olvidé comprarle un regalo a los niños…¡Si, eso!


    —Derint: ¿Hum?


    —Birian: ¿Un regalo dice? ¿Habla del joven Johan y la pequeña Leint?


    —Freddy : E-Exactamente…—de manera lenta extendió el teléfono a su chófer para devolvérselo —


    —Birian: Y —lo miró enarcando una ceja, recibiendo su móvil— ¿Quiere comprar algo justo ahora?




    Los ojos de Freddy brillaban entre la leve oscuridad en el auto, pidiendo en silencio como una súplica lamentable a que por favor le ayudara en ello. Birian encontró "infantil" la manera tan peculiar en el que Freddy le pedía que le consediera tal petición, aúnque presentía que todo era a causa de algo que ocultaba su joven amo él como buen servidor no se atrevería a preguntar sus razones y motivos, mucho menos el porqué de su cambio extraño y el nerviosismo breve que mostró frente a sus ojos.


    ¿Por qué preguntarle? Había reaccionado extraño después de esa llamada, obviamente había recibido una mala noticia. Y por su mirada estaba pidiendo ayuda. Y si quien le llamó fue su hermanito sin duda alguna el problema se había originado en la casa de los Rouss, hogar al que se dirigían ahora. En resumen…




    —Freddy: ¿Por favooooor?



    Birian suspiró.



    —Birian: No necesita preguntar, lo sabe joven Fred—volvió a mirar hacia la carretera para así redirigir su camino y tomar otra ruta por los momentos. Y aunque parecía serio, Freddy supo que su chófer accedió sin problemas tras ver ese leve movimiento en sus labios— Solo dígame ¿A donde quiere ir?

    —Freddy: —su sonrisa cual niño enamorado con ojos brillantes —...muchas gracias.


    Los minutos pasaron y en menos de 5 minutos la limosina ya se encontraba estacionandose frente a lo que parecía ser un gran super mercado, o más bien, una tienda.

    Freddy salió con rapidez, mirando con curiosidad el enorme edificio frente a él, a su vez dejando su cuerpo relajarse.


    —Freddy: La nueva tienda multiverso. Recuerdo que vine aquí con Leint, fue donde le compré el reloj a Derint —el recuerdo le pareció gracioso ya que, ese día realmente no supo qué rayos comprarle a su amigo y bueno, terminó renovando el reloj viejo que tenían en casa por uno nuevo. Solo esperaba que le haya gustado —Bien, debo hacer tiempo ahora, digamos que con 20 minutos será suficiente, suponiendo que Leint se encuentre terminando una de sus entregas en ese tiempo estará de regreso a casa…al menos eso espero.


    Se estaba arriesgando mucho pero, en serio no deseaba preocupar demás a su amigo, aunque él mismo lo estaba. Después de pensarlo un poco se dijo que sería más entretenido si se llevaba a Derint con él, total, así el chico no pasaría todo ese tiempo esperando en el auto y de paso conocería la nueva tienda.


    Le pareció una gran idea.


    Sonrió dandose valor, porque no sería fácil convencerlo. Se acercó a la puerta de los asientos de atrás del auto y lo abrió, para luego inclinarse un poco y mirar hacia donde estaba sentado el azabache. Inmediatamente éste le regaló una mirada sospechosa, sí, tenía una de sus miradas.



    "Qué encanto"





    —Derint: ¿Qué?


    —Freddy: Derint ¿Quisieras ir conmigo, por favor? —sonrió amablemente —




    La sonrisa era solo un truco, esperaba que al menos pudiera convencer al azabache de seguirlo. Uff.




    Por otra parte Birian solo observaba por el retrovisor la situación.


    Hum, según las noticias serían días lluviosos, y esa noche empezaría la tormenta.





    Atsu.jpg




    Después de comprar la carne para el demente y otras cosas que estaba seguro éste necesitaría—ropa, cepillo de dientes, zapatos, perfume, etc—, tomó camino de regreso a la guarida en el aquel bosque en la nada. Mako estaba contando los minutos con los dedos, en un hábito totalmente enfermizo y aún así podía verse reflejado en su rostro una tranquilidad infalible.


    Antes de irse por completo hizo una visita rápida a la comisaría, aunque se supone que estaba de servicio decidió aún así ir a molestar un poco a su jefe. No así, más bien deseaba averiguar algo antes de realizar su primer movimiento.


    Pero cuando ya se encontraba en los pasillos de camino a la oficina casualmente se encontró con la joyita en bandeja de plata. Una ovejita en la mira que estaba apunto de caer en un pozo sin fondo.


    La oficial, con su traje bien planchado, su gorra bien puesta y con una mirada totalmente cargada de seriedad, venía justo caminando hacia su dirección cuando él se disponía ir a ver al jefe. No se esperó encontrarse con la individua en el trayecto.

    Inmediatamente sintió la mirada de desagrado que le dió en ese momento la mujer, él por su parte mantuvo una mirada de desinterés en lo que pretendía pasar de largo a ella.


    Cuando ésta habló.



    —Philipinas: El inspector Henry lo estaba buscando, oficial.


    —Mako: ¿Ah, si? —se detuvo, manteniendo su manos en sus bolsillos —Que oportuno…


    —Philipinas: Estuvo todo el día de ayer buscándolo, ¿Dónde diablos estaba? —se giró a verle con seriedad —


    —Mako: Creo que eso solo me concierne a mi saberlo, oficial.


    —Philipinas: ¡¿Cómo has dicho?!



    Mako pretendía seguir sus pasos y dejar allí a la oficial, su idea principal era pasar por allí e irse de inmediato, no tenía tiempo que perder.



    —Mako: Es mejor que no me provoques, oficial, sino quieres morir tan rápido…



    Murmuró, obviamente Philipinas no había escuchado ésto. Por su parte estaba hecha una furia al verse ignorada de esa manera. Sus manos se cerraron fuertemente sobre la carpeta que traía en manos, y su ceño se frunció. No se quedaría de boca cerrada.



    —Philipinas: ¡¿A dónde crees que vas ahora?! ¡Oye, te estoy hablando! No puedes solamente ir y venir cuando se te dé la gana, recuerda que puedes perder tu placa por e-


    —Mako: No continúes con tus tontas amenazas, oficial novata. Yo no soy tan ingenuo como tú, tengo más tiempo trabajando en este lugar que tú, conozco el área y los reglamentos que se siguen en este edificio. Por otra parte tu…—sus pasos disminuyeron hasta parar. Su mirada seguía al frente, mirando a lo lejos la puerta de la oficina a la que pensaba ir. Sin embargo la muchacha presente le estaba siendo de tropiezo — Aún te falta para ser una verdadera defensora de la justicia, o como te hagas llamar. Tienes que aprender a dejar que tus experiencias hablen por si mismo.


    Porque a pesar de no ser un policía por gusto o porque fuese dedicado a éste servicio, tampoco podía pasar por alto las palabras de una chica que llevaba menos tiempo trabajando en ese edificio, porque fuera falso su papel o no, seguía trabajando y moviendose como un policía, acatando las órdenes de uno y siendo reconocido como uno, y no dejaría que una simple novata le arruinara lo que por años le costó construir.


    Mako se giró para darle una mirada rápida a la oficial, tomando en cuenta su silencio repentino después de lo que él dijo le dejaba en claro que habían causado en ella efecto. Algo que meramente a él no le interesaba como rayos se lo tomara, era la verdad. A ella aún le faltaba mucho que aprender.


    Algo que si no notó antes Mako pero que ahora pudo apreciar mejor al observar a más detalle a la chica es que, ésta llevaba en manos una carpeta amarilla, no tan gruesa en su contenido pero si traía consigo en la portada un sellado gubernamental. Se trataba de un caso que había sido reabierto al parecer…y esa chica lo tenía.


    Por alguna razón ésto le pareció extraño al hombre. Ya había visto esa orden antes. Se supone que se encontraba en modo congelado, ¿Cómo diablos obtuvo la aprobación?



    —Mako: Oye. Dime una cosa.


    —Philipinas: ¿Qué quieres? —dijo con brusquedad —


    —Mako: ¿Qué es lo que llevas en esa carpeta? ¿Acaso tú…sigues trabajando en ese caso imposible?



    El vio a la chica cerrar sus manos en puño. Aunque no quiso sonar interesado en su respuesta la verdad es que para él sus planes se verían afectados dependiendo la respuesta que la chica diera, así que, sí, si tenía interés en la respuesta.



    —Philipinas: Creo que eso solo me concierne a mi saberlo, ¿No cree, oficial?


    —Mako: Pff, no te voy a rogar —le estaba comenzando a irritar la situación. Y pensaba continuar su camino pero, no podía irse así nada más —Solo tenía curiosidad, ya que hasta donde se sabe ese caso es un caso perdido, no hay mucho que encontrar y las pistas son nulas, sería imposible llegar a algo tan bago como eso. Pierdes tu tiempo —como si no le interesara la cosa, hizo un movimiento desinteresado con su mano—


    —Philipinas: Claro, hum. Aún me pregunto que fue lo que lo llevó a el puesto que tiene ahora, teniendo esa mentalidad. Yo no me rendiré solo por tener una o dos pistas muertas que de aseguro no me llevarán a nada, en cambio yo seguiré investigando con lo que tengo. No pienso rendirme ahora, no cuando nadie parece importarle el caso de los niños, si debo hacer lo imposible para obtener la respuesta que me lleve a la cabeza de este mal pues no dudaré de hacerlo. Esos niños allá afuera están en peligro de seguir siendo secuestrados, porque si viene ocurriendo por años dudo mucho que piensen parar ahora, esos dementes no les importa para nada a quien hieran o a quienes sacrifiquen en su camino de conseguir lo que quieren, y si ese es su deseo pues yo tampoco pienso rendirme, porque yo si tengo pensado darle fin a ésto. Ni tú ni nadie me detendrá en llegar hasta el final, Oficial prodigio.



    Nada ni nadie. Estaba muy segura de ello al parecer, su perseverancia comenzaba a ser un problema y un fastidio, sin duda alguna, porque en su constancia de querer llegar hasta el final solo estaba siendole de tropiezos a aquellos que no deseaban el bien como ella tanto deseaba que se levantara en la sociedad. Aunque luchar por la justicia y la verdad, defender los derechos humanos no siempre era una tarea fácil, no si no se tiene el apoyo y la fuerza moral que imparta en el momento lo necesario para seguir adelante, porque los pasos de los defensores sufrían peligro de caer, sus vidas también corrían peligro de terminar en el proceso y si no se tenía cuidado el defensor podía terminar siendo eliminado antes de un verdadero juicio. Phillipinas estaba clara en el peligro en que ponía su vida al cargarse aquel caso, sí, estudió el caso minuciosamente con anterioridad y según los expedientes, solo tres personas antes de ella intentaron tomar el caso… en menos de un año dos oficiales habían muerto durante el proceso, eso yacía cuatro años atrás y, el número tres fue dos años luego de la muerte de estos oficiales, o sea el año pasado, según se dice que se trató de un chico joven que se dispuso a tomar el caso asegurando que daría todo de él y no temería correr el riesgo, un pensamiento que Phillipinas compartía, pero lamentablemente éste muchacho quien vieron en servicio solo por 6 meses, fue el último en tomar el caso y morir en el intento.


    Solo que a diferencia de los dos oficiales anteriores, éste otro si llegó un poco más lejos hasta el punto de obtener pistas.


    Pistas que ahora estaban guardadas y ya analizadas en un sobre guardado en aquella carpeta amarillas que llevaba la oficial consigo.


    Mako no quería admitirlo, porque sabía lo que la chica llevaba allí, ¿Cómo no saberlo? Él…estuvo apunto de desacerse de eso hace unos años atrás…pero…



    Un momento, se repitió en la mente el oficial. De todo aquello la actitud de la oficial se le hacía muy conocido, era como vivir un deja Vu. Que le hablara de esa manera sonaba más bien reprocharte y amenazante hacia él, tal como si ella…lo supiese.


    ¿No había vivido aquello anteriormente…?




    —Philipinas: Solo quiero que sepa una cosa más, oficial, sé que es superior a mí y pueda a que aún respete su trabajo, aunque no estoy de acuerdo con los metodos que utiliza, pero…sepa y entienda que yo no pienso fracasar como usted piensa, no, yo daré todo de mí para conseguir las respuestas que necesitamos y con ellas encerraremos finalmente a esos maleantes. Me esforcé mucho estos últimos meses para llegar al lugar en el que estoy, discutí en más de una ocasión con el jefe poniendo en juego mi placa, pidiéndole porque me escuchara y me diera éste caso—a medida que hablaba su mirada se volvía más recta, segura de sí misma, algo que captó la atención de Mako. Ella siguió alzando su voz—Pero luego de tanto, finalmente el jefe accedió y no fue sino gracias al recién caso de intento de secuestro que sufrió la pequeña hija del doctor Rouss que, tras investigarse a profundidad se descubrió que la pequeña había sufrido de ataques como esos anteriormente, cosa que quizá no parece tener conexión con estos casos de los niños del orfanato pero existen expedientes suficientes para decir lo contrario, a simple vista no se ve así pero se concluyó que a final de cuenta ella también es una victima entre tantos, en cualquier momento podría ocurrir algo similar ¿Y si como a ella lo intentaban con otro menor? No, no podía dejar las cosas así, ¿Quedarme de brazos cruzados y beber café mientras me pierdo en las redes sociales? Discúlpeme pero no haré eso, este caso fue reabierto por mí y se me dió el permiso de seguirlo gracias a que pude convencer a el Comandante de ello, ya he llegado muy lejos como para parar ahora.



    Mako no lo demostraba, no a la vista, pero poco a poco se estaba llenando de anciedad y desesperación al ver la seguridad y el sinísmo—según él— con el que la mujer se expresaba. Cada cosa que decía le era de peso, porque era verdad y por otra parte le hacía recordatorio las fallas que tuvo y el avance que en cambio obtuvo la policía en ese caso.


    Esa sensación de haber vivido esa escena otra vez…


    Philipinas había alzado la carpeta en manos para enseñarle lo que tenía, como restregandole en la cara que ella tenía una carta bajo la manga.



    Su último juego




    —Philipinas: Todo está aquí oficial Mako. Yo gané está vez. Usted…debería ir viendo qué le dirá al jefe cuando le pregunté que estuvo haciendo el día de ayer—porque aunque era una novata no podían olvidar lo muy buena que era en la recopilación de información, se le daba bien el obtener información, incluso de lo que parecía no tener nada, ella se había metido de cabeza en ese caso y solo porque sabía que…triunfaría—



    La noche anterior se juró a sí misma que avanzaría en las pistas, incluso se le ocurrió distraer su mente bebiendo un rato junto a su compañero, ja, pero jamás se esperó que un par de copas la llevaran hasta el fondo…



    "Lo siento pero, no pienso no hacer nada, oficial"
    había tomado una decisión. Ya había tomado el riesgo.



    Lamentablemente Mako jamás se pudo percatar de esta amenaza con anterioridad, solo porque ella siempre fue "nada", la novata, la que apenas se incorporaba en el trabajo, la que arregla los papeles, la mensajera y la que hacia los mandados, ella…solo era una aspirante a detective sin la madera para ser uno, pero Mako cometió un error y muy grande al pensar así porque…a diferencia del resto, Phillipinas fue la única admitida a esa federación a quien no le halló historial ni historia alguna que contara lo que fue en el pasado. Nada que le hablara de sus destrezas y en lo que era buena, o si en un futuro podría convertirse en una amenaza ¡Nada! . Solo obtuvo registro de su tiempo en la academia en la que se preparó para ser policía, más de eso…no había nada. Los demás contaban su pasado, lo que fueron, y otras cosas, pero ella…


    Vio No-amenaza en ella, y la dejó pasar


    Y ahora, cuando todo parecía ir tomando forma es que, podía ver con claridad el verdadero rostro de la que conocían como novata. La verdad que había detrás de ese rostro joven.



    Firme y segura. Ella le miraba diciéndole en silencio que sabía lo que hacía. Y eso no le gustó para nada al oficial.



    —Philipinas: Veo que no tiene nada que decir. Me retiro entonces, por lo que veo usted aún tiene cosas que arreglar. Hum—poco a poco, después de darle una mirada ella se giró para darle la espalda, y antes de avanzar le soltó aquellas palabras—¿Qué se siente trabajar para él bando enemigo, oficial? Espero que al final las repercusiones le hagan abrir los ojos…porque ya es demasiado tarde para intentar huir.



    Después de eso la oficial desapareció de la vista, y Mako…no fue a la oficina del jefe. Hum, esa noche tendría que llamar a alguien.




    [Fin de la II Parte]



    Mako y Philipinas (1).jpg Mako y Philipinas (2).jpg M&P.jpg
     
    Última edición: 11 Noviembre 2023
  12.  
    KAMERIA

    KAMERIA " Si caes, levántate y vuelve a intentarlo"

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    Tales of the Last White Rouss-[Saga #0]
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Fantasía
    Total de capítulos:
    72
     
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    Capitulo 16_ "Perder o ganar: Segunda Parte"

    Tales of the Last White Rouss

    Saga N° 0: Hijos del Futuro


    [III Parte]

    .

    .

    .


    Nota: No suelo poner multimedias o audios en esto pero solo por esta vez quise intentarlo. Suelo inspirarme─y disfrutar de una buena lectura─cuando escucho música así que espero lo disfruten. Saludos.

    Aquí se los dejo.
    ↓↓







    EliOenai L.jpg



    [Esto ocurrió alrededor de la 17:45 pm]




    Era precipitado la manera en que pasaban las cosas, quizá si se pensaba a más profundo podría hayarse una solución a todo esto pero, a estas alturas las respuestas parecían bariar dependiendo la situación.



    La presencia oscura que comenzaba a aparecer en ese lugar y a surgír estaba comenzando a afectar todo el ambiente en esa isla, la naturaleza desde un principio comenzó a rechazar estas fuerzas que le dañaban, empezó a alterarse, se volvió brusca, ostinada y resentida por el efecto que esa oscuridad cuya consideraba una amenza, estaba causando en sus árboles, sus bosques, sus aguas, ríos, mares, praderas, campos, desiertos; el viento mismo respondía con salvajismo y golpeaba todo a su paso como fuertes hondas y huracanados. Las criaturas en el bosque, así como las aves, conejos, osos, lobos o zorros corrían de sus nidos saliendo de sus respectivos territorio.


    Un ejemplo claro era el que se describía ahora; un pequeño conejo de color blanco había sentido como la tierra sufría de temblores extraños cuyos causó que sus sentidos se activaran, su naricita comenzó a moverse violentamente, así como su colita y sus orejitas se movían de aquí para allá correspondiendo a las hondas de sonidos. Su instinto por sobrevivir le hizo salír de su nido a toda costa, siendo solitario se le hizo fácil no pensar en una manada y correr con total rapidez por el pasto del bosque, mezclandose entre los arbustos, buscando con rapidez un lugar que asegurara su vida, sin embargo en su carrera el conejito se topó con uno de sus enemigo en común, y este era el lobo. Las enormes patas del animal mostrando con orgullo esas afiladas y largas garras, que en cualquier momento podría destripar al pequeño conejo. Su largo y fino osico, arrugando su trompa al mostrar esos filosos dientes junto a la gran cantidad de baba que desprendía de sus filosos caninos a causa de la rabia en ellos.


    Un gruñido fue suficiente para hacerle saber al conejo que éste lo cazaría. El primer movimiento fue mover lo más rapido que dieron sus patitas, casi a tropezones se giró en su eje y echó carrera dejando atrás al lobo; el viento seguía moviendose con brusquedad y al golpear las ramas de los árboles algunas crujían y se partían, causando que cayeran al suelo y crearan sonidos que solo distraían el sentido del conejo. Era una persecución entre el cazador y su presa, donde la vida del más débil estaba en peligro.


    La manera en que el lobo veía todo era que no le faltaba nada para arrancarle la vida a ese conejito. Al correr tras el conejo apresuró su corrida y no se le hizo difícil lograr alcanzarlo, esas críaturitas de pelaje esponjosito podrían ser veloces pero lo que beneficiaba a los lobos era la fuerza en sus patas.



    No quedó mucho de lo que una vez fue esa criaturita en realidad, lamentablemente la caza no duró mucho ya que entre ambos animales había mucha diferencia.



    El lobo había dado unas dos sancadaz más con más rapidez hacia el conejo y abriendo su ocico a él, simplemente fue sencillo atrapar entre sus diente el pequeño cuerpo de su presa.



    Abrir el ocico, mostrar esos enorme y fuertes dientes y, cerrar con fuerza.




    ¡TRACK!





    .-




    La brisa era fuerte, sentía como si todo se moviera y aparte, como si su cuerpo se hallara cayendo a gran velocidad en esos momento.


    Sí, exacto. Caía.


    ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? Por alguna razón había perdido la consciencia y no recordaba nada de lo ocurrido antes de quedarse dormido.

    Momento, ¿Dormido…? ¿No había estado apunto de ser devorado por el espiral hace unos momentos? De no ser por el idiota de Suha…



    No…



    ¡Suhail!




    Caigo, sólo siento la brisa chocar contra mi cuerpo, así como si me golpeara. Estoy yendo en contra de ella, ¿No es así? aún recuerdo la sensación, sí…mamá una vez me lo explicó en los entrenamientos…jamás debo de ir en contra de ella, el viento es libre y no va a par de nadie, pero tenemos la libertar de escojer si seguirla o ir en contra…





    Quería recuperarse cuanto antes, recordar de una buena vez todo lo que había ocurrido pero, por ahora solo quería abrir sus ojos.



    " ¡Tsk! rayos, hace frío…y mis manos están tan humedas, se sienten tan pezadas. Las llamas…debo crear algo cuanto an…"





    Su cuerpo caía a gran velocidad desde lo muy alto y desde ese punto podía verse que no le faltaría mucho para chocar contra tierra. Las nubes que chocaron contra su cuerpo se dispersaron, dejando entrar los pequeños rayitos de luz que aún quedaban del sol entre las averturas entre el viento, cuyo ya era una sombra bajo la manta del mar.



    Estos rayitos golpearon el rostro del chico quien seguía tratando de despertar, y de un momento a otro al reflejarle directo su rostro éste comenzó a arrugar el ceño por la molestía. Su cuerpo también hizo un movimiento inclinandose un poco, pero al hacer esto el chico sintió que perdería el valance que llevaba ahora y fue por eso que despertó abriendo sus ojos de golpe. Sintió la necesidad de sostenerse de algo, incluso al abrir sus ojos y ver con horror que en realidad se encontraba entre las nubes cayendo a toda velocidad su acción fue alzar una mano tratando de sostenerse de algo, pero obviamente ese algo no existía.





    ¡AHHHHH!




    Si tan solo hubiese aprendido a usar la Traslación estilo aire─tal como lo dominaba el anciano─, sin duda hubiese sido magnífico en estos momentos.



    .-




    Mikhail tomó una decición, realmente fuerte para todos pero, como líder no tuvo más opción. Hace horas atrás habían sufrido de un ataque repentino que se llevó con ello vidas inocentes. El lugar que hace mucho pensaron como su nuevo hogar, ahora no era más que cenizas, quedando en sus memorías solo el recuerdo de lo que una vez fue, aquel gran paraiso.



    Fue duro para él, como el líder, ver como dos de sus compañeros y hermanos se enfrentaban entre sí, llenos de rabia, ira y otro con resentimiento y dolor, ambos dolidos por diferentes y a la vez los mismos sentimientos acabaron enfrentandose en una pelea en la que se herían y se lastimaban hasta sangrar. No podía dejar que las cosas siguieran ese curso y era por esa razón que había tomado aquella decisión.




    Samir había perdido la razón, el auto-control que siempre mantuvo el chico de un momento a otro se había perdido al enterarse de que la pequeña, la única que parecía haber sido la única sobreviviente de aquella familia, lamentablemente había muerto también. Ya quien controlaba ese cuerpo no era él sino su propio poder mismo, y es por eso que al sentir tanta rabia en contra de Tsuhaya acabó atacandolo y atravezandolo con sus látigos de agujas, de no ser porque el líder usó sus cadenas contra él y que Diana usó su flecha de purificasión contra Samir, éste hubiese matado sin duda alguna a Tsuhaya.



    El proceso fue difícil pero lograron tranquilizar a Samir, Mikhail lo dejó amarrado con sus cadenas aún cuando éste estaba inconsciente. Adamaris por otra parte se había encargado de atender las heridas de Tsuhaya, éste último estaba apenas recuperandose de su insconciencia.


    Mikhail había decidido alejarse un poco con dirección al río más cercano, necesitaba respirar y pensar, pensar algo cuanto antes, la responsabilidad que tenía sobre sus hombros por la seguridad de sus compañeros era grande, demaciada y sabía muy bien que no era algo que podría compartir con nadie. Llevaba al rededor de una hora allí sentado en aquella roca a orillas del río, bajo las sombras de un frondoso árbol. Al menos esas partes del río no había sido dañado.




    —Mikhail: Hmm—dejó su respiración salir más lento. Cansado por todo, con las esperanzas tan bajas que sentía que si cerraba los ojos perdería su propia voluntad a la vida— Se acabó. Estamos perdidos…¿Por qué no has regresado? ¿Dónde estas ahora..?



    Sus ojos, que había cerrado al respirar profundo, se abrieron lentamente para echar un vistazo al cielo, que cada vez estaba más oscuro. Se perdió un poco en él, antes de mirar la palma de su mano en donde podía observarse con claridad aquella marca sagrada, aquella cuya mostraba la promesa de un lazo más fuerte con tu compañero de lucha y que aparecía cada vez que se invocaba la presencia de los miembros de la Vanguardia o cuando se quería llamar en secreto a su compañero por juramento.



    Hacía horas atrás que trató de llamarlo, de hacerle saber que estaban en problemas y que necesitaban su presencia, Mikhail había sentido por primera vez lo que era el miedo, miedo de perder algo, a alguien, la sensación que sintió en su pecho fue tan desagradable que no pensó bien las cosas y acabó perdiendo la visión que tenía sobre sus compañeros.



    " No fui capaz de salvarlos, no tenía una estrategía a tiempo que pudiera proteger a todos, como líder fallé y me frustra. ¡Tsk!"




    ¿Era esa la visión que tenía Suhail en él? ¿Por qué razón lo eligió como el líder en primer lugar?



    —Mikhail: Suhail, ¿A dónde te-





    Un fuerte ¡Pum! de un gran estallido lejos de allí hizo que Mikhail se parara de golpe de la roca en donde estuvo sentado, miró inmediatamente hacia la dirección de donde provino ese sonido y al ver que se direccionaba en donde sus compañeros estaban sus ojos se abrieron con horror pensando lo peor.




    —Mikhail: No.




    Olvidó todo y porqué razón estuvo allí, y se apresuró a correr hacia donde provenía esa explosión.




    .-




    —Diana: ¡Cof, cof! —había mucho polvo a su alrededor y no podía ver bien si quiera qué rayos había sido eso. Lo que sea que haya caido desde arriba había creado un maldito hoyo en el centro y los mandó a volar a todos. Incluso a ella— Rayos, ¿Pero qué demonios fue eso? ¿Eh? demonios, Adamaris…¡Ada, responde! ¿¡Dónde estás!?




    Apenas escuchó el sonido de las rocas ser removida, la tierra había vuelto a sufrir de daños por lo que tanto el sonido de las rocas y la poca visión que tenía por culpa del polvo tampoco ayudaba. Diana no recibía respuesta alguna y esto la comenzó a desesperar.



    —Diana: ¡Adamaris!



    Escuchó los tocidos de alguien, entonces fue la señal de que su compañera estaba consciente. Diana se apresuró a correr hacia esa dirección pero en medio de su camino su atención se vio robada por algo que visualizó en el suelo tirado a metros de ella. Era un cuerpo que parecía incosciente y que justo se hubicaba en aquel punto más destruido de ese campo.




    —Diana: ¿Quién es ese?




    Mientras que por otra parte a metros de ese punto…




    Tocía tratando de recuperar el aliento. Ese impacto que recibió hubiese sido peor de no ser que unos extraños tubos finos y filosos la tomaron justo cuando fue expulsada por la explosión, no supo en qué momento pasó pero cuando se dio de cuenta ya su cuerpo estaba rodeada por esas agujas filosas casi asfixiandola. El polvo en el aire poco a poco se estaba disipando por lo que pudo observar mejor su posición, quería por lo menos asegurarse de que Tsuhaya estaba bien.



    " Lo perdí de vista. Apenas recuperó la consciencia"
    se preocupó por el su compañero a quien hacía pocas horas había atendido y sanado las heridas, heridas causadas por el ataque de Samir.



    Se removió en su lugar, sintió que el agarre en su cuerpo se había aflojado por lo que le permitió bajar un poco su cabeza y observar aquello que la sostenía. Estaba un poco preocupada de la condición de su compañero pero quizá por ahora sería mejor si ella se preocupaba de su propia condición actual.


    Adamaris aseguraba que hubiese esperado encontrarse con las cadenas de su líder antes que eso. Se trataba de las agujas de Samir cuyas poco a poco parecían ir soltandola.


    Al cabo de unos segundos sus pies tocaron suelo y finalmente Ada pudo girarse para encontrarse con aquella persona responsable que evitó de que saliera volando por los aires. Una mirada totalmente ida y casi vacía la observaron con detalle, como si se asegurara de que estaba bien. Samir estaba allí frente a ella, aún encadenado por las cadenas oscuras de su líder, estaba consciente y por alguna razón el látigo de agujas de su compañero lograron escaparse de las cadenas y ahora sostenían el cuerpo de Samir dejandolo suspendido en el aire. Consiente, si, pero para nada lucido de sí mismo, se notaba que aún estaba bajo el efecto de su descontrol, no tanto, pero se recuperaba.



    ¿Acaso fue capaz de burlar las cadenas de su líder? Pero ¿Cómo?



    .-



    Tsuhaya estaba cabreado con él mismo, demonios, había sentido la presencia tan abrupta de ese ser muy cerca a ellos, tan irreal que no fue capaz de actuar a tiempo.

    Por un momento su mente quedó en blanco.


    " Idiota, ¡Debiste moverte cuando tu cuerpo te dio la señal! Por más que esté herido y no tenga mucho de despertar…que la presencia de ese bastardo aparesca aquí es…¡Una oportunidad que no pienso perder! ¡Grrr! "





    —Tsuhaya: ¡AHHHH! —el dolor en su cuerpo y la frustración, todo junto fue el estimulante a que quisiera sacar todo aquello. Había estado al cuidado de Adamaris cuando ese imbésil apareció de la nada causando ese desastre y él acabó tirado a metros de donde estaba descansando. Rayos, la herida en su pecho se había vuelto a abrir—




    Él se sentía furioso, tanto era la furia que las fuerzas que había perdido volvían a él otra vez como por arte de magia, a pesar de su estado. Las flamas en su interior ardían de furia y sentía que en cualquier momento estas se manifestarían.




    —Tsuhaya: Bas-tar-do —la tierra en su cuerpo, el polvo, todo le importó un comino. Se levantó de aquel poco de escombros como pudo, clavando su mirada furiosa hacia aquel centro en donde podía ver con claridad, mucho más ahora que el polvo terminaba de diciparse, aquel cuerpo maltrecho de la persona a quien más deseaba tener en sus manos— Esto…Esto que acaba de pasar, que hallas aparecido justo delante de mi como si del destino se tratara, que justo en estas circunstancias caigas del cielo como una señal magestral…sin duda alguna es lo mejor que pudo pasar. Pero tú…tú, acabas de cabar tu propia tumba maldito-


    —Diana: ¡Oeh, Tsuhaya, detente allí!


    —Tsuhaya: Tu ni nadie me dirá qué hacer, así que cierra la boca—escupió sin quitar su mirada del ahora adolorido chico que parecía irse recuperando—Ya no hay nadie que pueda detener lo inevitable. El único que podía no está. Ya no tiene a ese idiota que lo proteja.





    Diana había notado, luego de observar bien aquel cuerpo tirado en el centro de la explosión, que se trataba de EliOenai en persona, cosa que le sacó el aliento al momento. Aún no podía creer que él estuviera allí, tanto tiempo buscandolo y que de repente apareciera así y durante una situación que tenía a la Vanguardia de bajas, era muy extraño. También notó a Tsuhaya que al parecer había caido más cerca del hoyo que ella. Que notara de inmediato a EliOenai era malo, Tsuhaya no dudaría para nada en atacar a EliOenai y de hacerlo solo acabarían matandoce entre ellos.




    —Diana: Ni se te ocurra hacer algo contra él, Tsuhaya. Sé que quieres vengarte pero matandolo no resolverá nada.


    —Tsuhaya: ¡Qué te calles! ¡No pienso desperdiciar esta oportunidad! Si a morir vino, pues que así sea—de un brinco bajó de la pequeña loma en la que estuvo, cayendo a la superficie de tierra donde yacía su primo quien parecía ir recuperando la consiciencia y se tomaba de la cabeza— ¿O qué dices tú, querido primo? ¿No crees que ya es tiempo de resolver esto cara a cara?



    Diana se mordió la lengua para no insultarlo, reaccionó en sacar su arco mágico y apuntar hacia la dirección de su primo. Que le amenazace con ello no funcionaría de nada. Pero ella haría lo que fuera con tal de evitar aquello.



    —Diana: No olvides a quien sirves y de quien vino las ordenes. No mataremos al traidor, por más que ese haya sido nuestro objetivo principalmente.


    —Tsuhaya: Ah —detuvo sus pasos ya en frente del cuerpo de su primo. El rubio estaba ahora tociendo tomandose de las costillas. "Qué patético te vez" — "No mataremos al traidor" según fueron las ordenes del líder ¿No? ahora dime tu, Diana, ¿Está él aquí? ¿Realmente crees que soy alguien que se abstienes a las ordenes de un líder?



    En ese momento escucharon los pasos apresurados de alguien, Diana y Tsuhaya vieron en ese momento aparecer a su líder, quien se notaba agitado y totalmente en mal estado, pero aún así su mirada era severa que demostraba poco de lo que sentía en realidad. Estaba allí. Los miró.



    —Mikhail: Estas rompiendo con la ley del reino, Mitsuhaya, abstente de tus actos ahora mismo y da un paso atrás.


    —Tsuhaya: ¿Ah si? ¿Y quién lo dice? ¿¡Tú!? —más que perdido en sí mismo, mostrando la ira en él, miró a Mikhail y señalando al cuerpo en el suelo. Gritó— ¡Él bastardo que se encargó de robarnos nuestro futuro por su maldito capricho y egoismo está justo a un paso de mi y me pides que me abstenga, ehhh!? ¡Sus malditos traumas pudieron más que él y como no lo superó quiso recrear todo! ¿¡Me diras que no le haga pagar por sus actos adteniendome a una ley cuyo reino ya ni existe!? ¡Vete al diablo, Mikhail! ¡Fue él quien decidió dar el salto en el tiempo, arrastrándonos a todos! Morir es una pena muy piadosa a su favor.



    —Adamaris: Tsuhaya, trata de razonar. Si haces lo que quieres ahora es posible que ni siquiera tengamos la oportunidad de recuperar nuestro futuro. No importa si él rompió las reglas al hacer el salto-



    —Tsuhaya: Él obviamente es el peor error que pudo haber existido y por supuesto que él jamás será la clave de nuestro regreso, no. ¡Este fracasado no es más que un…! —bajó la mirada hacia el de mirada plateada. EliOenai había recuperado la consciencia, sí, respiraba, sí, estaba bien, sí, y estaba allí en buen estado justo en frente de él, con su cabeza agachada y su cuerpo ríguido, como si esperara que él le siguiera insultando hasta el cansancio. Su postura sólo le causaba repudia— En mi vida…Yo jamás había pensado tanto en una persona, desagradado una persona, odiado, aborrecido o deseado tanto la muerte como a tí, EliOenai. Tú para mi fuistes como…aquel error que jamás debí hacer, y el error hecho fue conocerte…Todo de tí me enferma, ¡Tsk! ¡Tu…tú que te llevaste todo lo que una vez pudo ser mi futuro..! ¡Lo único que una vez tuve y fue parte de mi vida y felicidad, de mi pasado y que sería mi futuro… TU Y TÚ PADRE, TODO ME LO ARREBATARON!




    Todos presentes al escuchar tal confesión abrieron sus ojos absortos, abrumados por tal declaración de odio. Y Antwan sintió como si algo hubiese dolido en su pecho.




    —Tsuhaya: Y de no ser por que tu padre fuese el rey, lo hubiese matado yo mismo con mis manos en ese preciso momento. Te juro que de no ser por la impotencia que sentí ante su presencia, hubiese acabado con su vida.




    Ahora fue el turno de Antwan sentir que su cuerpo ya no le obedecía, las llamas que antes sintió recorrer su cuerpo, esa flama que iba creciendo en su cuerpo, tan ardientes fue consumiendo todo de él en su interior, hasta que llegó a un punto en que explotó.



    Mikhail, Adamaris y Diana seguían perplejos.



    El silencio que se hizo en ese momento casi pareció no tener fin, los segundos pasaron, hasta convertirse en minutos y ninguno sabía como responder.




    Lo único en escucharse allí era la respiración agitada de Tsuhaya a causa de su rabia. Todos, que se pusieron en alerta hacia Tsuhaya, terminaron bajando la guardia al perderse en sus pensamientos, aceptando que interviniendo no lograrían nada.



    Incluso para Mikhail fue duro aceptar que él no tenía palabras allí.



    Tsuhaya había revelado algo de lo que nadie sabía.



    Incluso, el mismícimo EliOenai.




    —Antwan: ¿Q-Qué has d-dicho…? —temblando, con ojos bien abierto y sus cabellos desordenados, apenas levantó su mirada abrumada hacia Tsuhaya. Y lo vió, mirarle con un odio indescriptible—




    Tsuhaya no soportó que sus ojos se encontraran y acabó actuando bajo rabia. La repulsión de verle fue más grande. En un rápido movimiento le dió una fuerte patada en la cara a Antwan casi rompiendole el cuello en el acto.



    Solo vieron el cuerpo del menor volver a caer inconsciente.




    —Tsuhaya: Tsk. Imbécil.


    —Diana: ¡Demonios, Tsuhaya eres un…!




    Al cabo de unos segundos ya Diana lo había apartado con brusquedad de allí, en lo que Adamaris se apresuraba a llegar hacia EliOenai. Viendo que éste ya no estaba consciente se giró a mirar a el líder y solo negó.



    Mikhail estaba perdido aún con todo ese desastre, aún sentía el ambiente pesado, así que no contestó. ¿Cómo podría preguntar algo a su compañero o decirle algo que le diera respuesta de lo ocurrido? Cuando él no tenía la fuerza.




    —Samir: Chicos…




    En ese momento su voz sonó fresca, suave y relajada, como el de un niño que no entendía lo que sus ojos veían. Samir estaba parado a unos metros atrás de ellos, ahora aparentando normalidad en su actitud. Sus ojos perdieron esa sombra inconfundible y ahora mostraban ese brillo de curiocidad y duda. Su cuerpo había sido libre y por alguna razón las cadenas ya no estaban en su cuerpo.


    Todos pudieron notar la presencia de su compañero allí, más calmado que nunca.



    —Adamaris: Samir…te liberaste.


    —Samir: ¿Li…liberar?


    —Mikhail: Samir—llamó firme, una vez se recuperó. Ni siquiera le importó ver que el chico se había liberado de sus cadenas—



    Ver a Samir le hizo tomar una decisión. Usaría la última carta.


    —Samir: Oh, ¡S-Si líder!


    —Mikhail: Tengo una misión para tí, ¿Estás mejor ahora?


    —Samir: ¿Una misión? ¡Claro que estoy bien! ¡De maravilla, jajaja..! S-Solo no recuerdo bien qué fue lo que…¿Hum? Oigan…¿Y ese quien és?




    La sonrisa nerviosa que estuvo todo ese tiempo en su rostro desapareció al ver mejor el cuerpo de aquel joven que aparentaba tener unos 14 / 15 años. Sus ropajes, sus cabellos, sus marcas en sus ojos, ese rostro…


    Oh.


    Ese chico…


    —Samir: ¡Ah! ¿¡Es EliOenai!?





    Leintni.jpg






    Entre tanto buscar y buscar, al final no pudo hallar el lugar…no el punto que necesitaba para ocultar aquellas últimas piezas, en cambio se desesperó, el tiempo pasaba y no obtenía nada ¡Nada! Con tan poco de haberse encontrado cara a cara con la pluma negra y de haber perdido contra ella. Con esa amenaza suelta allá afuera ¿Y él? Allí encerrado, sin nada, sin poder para pelear o si quiera defenderse. Vacío.


    Su espíritu estaba fuerte —hace un tiempo atrás le había dicho al chico que, su espíritu estaba joven, ja—sus flamas por otra parte estaban decayendo. Ya no quedaba mucho para que se extinguieran por completo.


    Tim…estaba a sólo un paso de marcar su camino, de salir de esa maldición, solo necesitaba terminar su misión de ocultar las piezas de aquel pergamino, sí, porque estaba seguro que una vez acabara, él, podría ser libre…


    Se iría




    Lamentablemente no había más tiempo y, ya no sabía en donde ocultar aquellas últimas piezas. ¡Nada! No había nada…




    No



    Lo único que encontró, luego de mirar y mirar el mapa en la mesa, insistiendo en destrozar con sus dientes la madera del pencil, no fue más que una mancha…una mancha en el papel, un punto que no había estado allí antes, al menos él no había hecho esa marca en el mapa. Al observarlo con detenimiento se pudo dar de cuenta que el punto marcaba un lugar que podría ser importante para él, un lugar sagrado gracias a su importancia para la isla y la historia que éste contaba, era en su totalidad un pilar fundamental de la isla, una que se hallaba allí mismo.



    Y leyó las coordenadas.



    *Foreigntown/Región 1/ Distrito 2/ Pueblo de Forever*




    Pilar sin nro registro: El museo




    Tim abrió los ojos sorprendido después de los segundos, después de perder su cabeza en lo que analizaba el mapa y aquel punto que ahora se marcaba allí, desconcertado, incrédulo de lo ciego que fue todo ese tiempo.


    El museo era…era un… ¡Por supuesto! ¿Cómo pudo pasarlo por alto?



    Entonces lo sintió, quizá fue por haber estado tan consentrado en la hoja y el hecho de querer encontrar los otros puntos ocultos que, probablemente fue por eso que no llegó a notar la otra presencia cerca de él, ignorando una posibilidad tan pequeña de que, cierta personita pudiera despertar. Como ahora. Tan sutil, de modo que cuando se dio de cuenta que la tenía al lado sintió asombro porque realmente ni la había escuchado levantarse del mueble.


    Timothy giró su atención a su derecha y, fue allí que entendió la razón del cambio de ambiente.



    "Pequeña Leint"






    —Leintni: Es…ese es el museo Āčkloxzu, es un pilar de la isla realmente antiguo, pero no como los pilares naturales, eso según dice la historia…pero no todos lo saben, unmm….creo que por ser no común muchas personas aún se les hace difícil localizarlarla en el mapa─habló bajo una opinión inocente, sin alzar su mirada curiosa─



    ¿Eh…?



    La vocesita infantil y su dueña, rompieron con el silencio del portador del abanico de Zhangyi quien, en su desasosiego por la sorpresa, acabó llevando toda su atención hacia la niña, conmocionado, cuando la vió allí parada a un lado suyo y quien ahora miraba curiosamente todo lo que él había armado en la mesa. Aún le inquietaba el hecho de no haberla sentido.



    Leint…la pequeña Leintni…la pequeña humana.



    —Tim: …¿Sabes de esto?─apenas habló. Fue más un susurro siguiendo le el hilo de la conversación. Extrañamente la niña no preguntó quién era y dónde rayos estaba─


    —Leintni: No tanto, pero nos hacían aprendernos ésto en clases de historia.


    —Tim: Ya veo…


    —Leintni: Está buscando los pilares de toda la isla de Foreigntown, ¿No es así? —su infantil voz y sus ojos, que se apartaron del papel en la mesa y que seguidamente clavó sobre aquellos que se coloreaban ahora de un color verde fuego-fosforecente—


    ─Tim: Digamos que sí…pero, no tengo tanto conocimiento como tu, al parecer, je.



    Ella fue muy clara cuando no se rió de él o sonrió con pena o gracia por su comentario. En realidad lo que Tim encontró en el gesto de la niña fue "confusión" como si fuera poco posible que ella supiera más de el tema que el mayor. Si, literalmente eso lo aprendían desde el jardín de niños.


    Por su parte Leintni volvió sus ojitos al papel y volvió a señalar el punto.



    ─Leintni: Según lo que nos enseñó el profesor Peter en historia, el museo, que es éste puntito de aquí ¿Lo ve? ─reciviendo un "aja" en respuesta del mayor, quien se acercó un poco más a observar, interesado en la plena explicación de la niña─ Es el tercer pilar más importante en Foreigntown… y creo que es el segundo más importante hubicado en Forever─ hizo una pequeña pausa en lo que detallaba más minuiciozamente el mapa, y la verdad es que ésto le parecía muy extraño a el mayor. O sea, ¿La niña sabía cómo leer un mapa de ese tipo?─


    —Tim: Si es el tercero ¿Cuál es el primero y segundo?


    —Leintni: La torre del reloj y el Monte Séptimo.


    —Tim: Oh —" ¿Y cómo no sé eso?" Suspiró—


    —Leintni: ¡Oh! Aquí, mire, lo encontré, aquí es donde se hubica el primer pilar.


    ─Tim: ─observó a donde la niña le señalaba, y en efecto el punto indicado ya había sido marcado antes, solo que éste se veía borrozo. Claro, hacía mucho desde que había marcado ese punto, fue la última vez que había provado lo que era la libertad─Ya veo─sintió nostalgía al recordar esos momentos. Si tan solo no hubiese sido tan descuidado como para recibir aquella maldición por parte de la niña en blanco─ La Torre del Reloj, un monumento antiguo que sustenta y concerva en su mayoria la belleza natural de la isla. Pero en los libros no se registra el verdadero tiempo que lleva en pie. Hum, podría decirse que es incluso más viejo que yo, jeje.


    Sonrió con gracia al pensarlo en voz alta.


    ─Leintni: ¿Eh?....Emm, si es cierto que no hay un registro y por eso se dice que es el primero─abandonó su atención a el mapa para regresarla a el mayor, que curiosamente se le hacía conocido. ¿Quien era?─ Pero el profesor Peter dijo que han intentado muchas veces repararlo y aunque lo ponen a funcionar al principio, no dura mucho que digamos…


    —Tim: Es difícil revivir a un reloj muerto.


    —Leintni: El hermano mayor dice que la última vez que funcionó fue hace más de 25 años atrás, pero luego de recibir un rayo los engranajes no han querido moverse, hasta el día de hoy.


    Tim asentía varias veces con una mano en su mentón, interesado en la historia.


    —Tim: Si que sabes mucho más que yo, pequeña, a pesar de mi edad, hum, creo que debo tomar notas, sí, eso debo hacer.



    Con curiosidad, la azabache observó cómo el hombre alto se disponía a tomar un lápiz y un cuaderno pequeño para rápidamente tomar las notas que había mencionado él tomaría. Y vaya que parecía realmente interesado en el tema.



    —Tim: Debe de tener unos…100 años cuando mucho, si, supongo que es un poco más viejo que yo.



    Cada murmullo era para él pero obviamente fue escuchado por la niña.



    —Leintni: Pero señor…Es imposible que usted fuese más viejo que la torre del reloj, porque, bueno…usted sería súper viejo, ¿No?



    Y a estas alturas Tim no se resistió a soltarse en carcajadas, dejando de escribir y cerrando el cuadernillo de golpe. Todo el salón se llenó de su risa. ¿Súper viejo, había dicho?



    ─Leintni: ¿Eh? ¿Señor..?


    ─Tim: Es tan poco probable como lo poco probable que sepas quien soy ¿No es así?


    ─Leintni: ¿Ah? ¿A qué se refiere?


    ─Tim: Es-está bien, no pienses mucho en lo que acabo de decír, solo es una tontería─dijo haciendo un movimiento de mano, restandole importancia al asunto. Claro que Leint estaba más curiosa─ Solo me interesaría seguir escuchando sobre el museo del que hablas, ¿Crees que podrías hablarme de él y del resto de los pilares naturales de la isla, por favor? Es que, digamos que no soy bueno recordando historia, je. Cómo vez, debo tomar siempre notas de lo que descubro. Es un hábito.


    ─Leintni: Oh, bueno, si, digamos que sí puedo. También suelo tomar notas de lo que pasa durante el día, es una práctica de memoria, así que si lo entiendo…─asintió levemente dando su explicación, después de alejarse un poco de la mesa y pararse a una distancia prudente del mayor. Claro que Tim se dio de cuenta de cómo lo estaba observando ahora con ese aire de tener dudas, pero de él─Pero, antes podría decirme si ¿Es usted algún familiar del abuelo Tim?


    ─Tim: ¿Ah?


    ─Leintni: ─observó su alrededor─ Estamos en la mansión del abuelo Tim y la verdad…es que es extraño no verlo a él ni a el joven Antwan…mmm, a menos de que─pensativa, llevó una mano a su mentón─ ambos hayan salido y usted se haya quedado a cargo de la casa, cosa que de ser así significaría que…entonces usted es…¡Oh! ¡Ya!


    Tim abrió los ojos grandes al verse señalado abruptamente por el indice de la menor.


    ─Leintni: ¡Un familiar! ¡Es otro nieto del abuelo Tim! ¡Seguro es hermano del joven Antwan!


    ─Tim: ¿Qué..?


    ─Leintni: ¿Lo és? ¡¿Usted es su hermano mayor?!


    —Tim: "Sería el peor castigo del destino" (Ú_Ú)


    —Leintni:─se había emocionado con la idea, claro que ese hombre frente a ella no lucía como alguien que pasara de los 22 años, por lo tanto pensó que se trataba de un familiar del anciano. Lo que sí es que, era una persona muy atractiva─ ¿Es hermano del joven Antwan? No me extrañaría por su apariencia, es muy guapo.



    Y Tim se bochorno. Los alagos siempre tenían ese efecto en él, su cara demostraba lo que su cuerpo sentía.



    —Leintni: ¿El joven Antwan tiene hermano mayor? ¿Hay más familiares en casa aparte de usted? Y, y, y, digame, ¿Y cómo es que llegué aquí? ¿Usted me trajo? Digame, ¿Qué pasó en realidad? No recuerdo cuando llegué aquí, ¿Me perdí o…?



    Las preguntas se hicieron infinitas pero el tiempo no lo era como para contestar cada una de las dudas de la menor.


    Las dudas seguían flotando en el aire, era inevitable que las cosas comenzaran a desmoronarse en cualquier momento y que la verdad en su momento saliera a la luz. Tim lo tenía claro, que su tiempo se estaba acabando y que la aparición del Espiral en ese lugar no era una casualidad, no. Así como no era una casualidad de que su joven pupilo aún no apareciera e igualmente, que la pequeña humana ahora estuviera allí.


    Todo tiene un porqué
    —hasta creyó oír la voz de su amigo.


    Él por su parte tuvo que acceder a las preguntas de la niña y darle una respuesta a su número de dudas, fue razonable al acceder a ese trato de responder sus preguntas y ella por su parte le explicaría lo que sabía sobre los pilares naturales. No es que no supiera, él lo sabía todo en realidad pero el conocimiento que él tenía sobre los pilares era muy antiguo y la verdad es que necesitaría una actualización si quería seguír con su misión, ¿Quién podría darle esa actualización sino una pequeña estudiante que al parecer le gustaba prestar atención a la clase de historia? No dudó en escucharla, y en lo que ambos volvían a la mesa para discutir sobre el tema, sacar un par de conclusiones e incluso en vez en cuando manteniendo una discusión─iniciada por la menor─ de qué tipo de familiar era para el viejo Tim, y muchas otras cosas más, por otra parte el tiempo seguía corriendo, y antes de que ambos se dieran de cuenta ya eran las 6 y media de la tarde.




    18: 30 pm





    El reloj dio la hora y los ojos de Lionel brillaron al recordar algo que una vez su amigo le había dicho, un flashback que lo golpeó en medio de su meditación, en lo que seguía escuchando la voz de la niña al fondo explicandole sobre el último pilar en la isla, Nro 7.



    Las imagenes golpearon su mente y sintió como si su cuerpo hubiese sido golpeado por una fuerza extraña, la consentración quedó en juego y un sudor frío recorrió su cuello justo antes de que ruidos extraños se asomaran por sus oidos. Respirar incluso se le hizo difícil.


    Sonidos secos y vibrantes.



    Esos sonidos eran como…



    Hilos, hilos finos siendo cortados por una hoja





    «Nunca pierdas la esperanza de verla en ésta vida, porque el tiempo es corto pero preciso. Quizá ambos nascan en tiempos diferentes pero, amigo mío, te quiero asegurar algo y quiero que nunca lo olvides»




    La voz de su amigo y mano derecha, Helios el dueño del tiempo, ese amigo que se arriesgaba a decirle que el futuro no estaba seguro y que el pasado estaba más perdido que el presente ¿Qué rayos significaba eso?


    El recuerdo era borrozo pero, pudo ver leves imagenes del lugar en el que estaban cuando le dijo aquello. Una ocasión muy peculiar que recordaba haber estado pasando por una situación difícil, para aquel tiempo estaba triste sin saber cómo continuar su misión, y no era de menos, acababa de perder a su mejor amigo y no solo a él sino a él junto a su hermana, dos vidas de las cuales él se responsabilizó. Helios lo contactó, fue a buscarlo desde Inglaterra y lo recibió en ese mismo bosque alegando que le parecía muy interesante. Para aquel entonces no quiso verlo, estaba molesto con él mismo pero también con Helios porque en su conclusión, después de verlo aparecer, descubrió que Helios pudo haber evitado que Ahira muriese, usando su poder del tiempo, y aunque era verdad Helios no lo hizo, aún sabiendo que podía, él alegó no tener el deber de interferir en los acontecimientos naturales de esa vida.



    "Esa vez le grité muchas cosas, no estaba muy cuerdo y acabé diciéndole cosas hirientes, aún así él insistió en verme"




    Había sido la última vez que se vieron.


    Había flores, árboles frondozos al fondo así mismo como siembras verdes y en abundancia. Acompañados de la luz nocturna de la luna azul y las estrellas que adornaban el cielo, porque el último encuentro de ambos se dio en una noche. En el jardín, al fondo de la mansión. Helios miraba el cielo, pensativo, ido, casi como cansado, cuando en medio de su silencio le dijo aquellas palabras que hasta el día de hoy lo perseguía día y noche.


    Se había girado a verle con esos ojos llenos de oscuridad.



    «Ella vendrá a ti y la volverás a conocer. Una vez lo hagas, ten por seguro que serás capaz de dejar éste mundo sin remordimiento, porque ella será la clave a tus problemas, nunca lo olvides. Así que deja de desear la muerte con imprudencia, amigo mío. Porque Lionel…aún tienes algo que hacer»




    Porque ella sería la clave de sus problemas…



    Y por último ese "aún tienes algo qué hacer"



    Dos cosas que Helios clavó en su mente con palabras doradas, con un peso inminente.


    Hum, lo que tranquilizaba a Tim era que Helios a pesar de sus bromas jamás fueera─un mentiroso.



    Ella, la dueña de su corazón y de su alma, la única a quien llegó a amar y la única que estará en su corazón. Ella, su amada Blanca.


    Pero ella estaba fuera de su alcanze, muy imposible de llegar, lejos, muy lejos de él, ¡Ni siquiera coincidían en sus edades cuando él se enteró de su nacimiento! ─Su tiempo de ser rey había llegado e increiblemente había tomado su lugar en el trono como debía ser, después de tres años enteros de intentos irresponsables de evitar sus deberes. Pero lo más sorprendente del asunto fue ese, después de aceptar el reinado, dejando aun lado la idea de seguir huyendo de su deber como monarca, aún cuando creía que acabaría arruinando el reino en cambio fue todo lo contrario. Llegó a cumplir 10 años de reinado en el que por milagro el reino prosperó a mejor, jamás decayó─Eran otros tiempo, su sobrino Lorend aún no había nacido y el reino Blanco era joven, muy joven aún─ Fue al tiempo de esos 10 años de su reinado que se llegó a enterar de la noticia que sin esperarlo sería la palanca para renunciar a todo lo que no deseaba en su vida, y las consecuencias las terminó pagando con gusto─ Una niña blanca, de los White, había recién nacido pero que no debería de ser una gran noticia para él, un rey del reino vecino a quien no debería de impotarle menos las cosas que sucedieran en el Palacio Blanco pero que sin embargo le terminó quitando mayor parte de su respiración cuando, a su oido llegó la noticia de que "esa" niña, había nacido como la reencarnación de la Blanca─ Ella, la que prometió sería su esposa incluso en el más allá.


    Helios jamás se equivocaba pero aveces era cruel al abrir su boca y revelar a los cielos los por venir que a la gente ajena le correspondía vivir, así como a él. Era divertido caminar de su lado y que fuera su amigo que le sacara de sus apuros, que a cada que tenía una duda podía preguntarle por una respuesta y casi de inmediato recibir una respuesta, ¡Claro que era divertido! porque Helios sabía de todo y como su amigo era leal, siempre fue divertido dialogar.


    Sin embargo, no especificó "cuando" la volvería a ver a ella. Solo lo dijo y ya, para luego marcharse.



    Hasta ahora, jamás volvió a escuchar de la dicha niña, supuso que creció y que en el trayecto conoció al amor de su vida, se casó, tuvo una hermosa familia y quizá, solo quizá en éstos momentos se encontrara disfrutando de su esposo y de unos cuantos hermosos hijos, ¿No? Porque, ¿Cuanto había pasado desde que supo de su nacimiento? Unos ¿30 a 35 años atrás, quizás? no lo recordaba con exactitud, pero el tiempo había pasado y una niña ya no era.


    Mientras él….él ahora…




    Helios fue injusto al decirle aquellas palabras. Sí, lo había sido. Pero también sabía que fue el único que sabía lo importante que era para él saber de la existencia de su antiguo amor y cuando nació Helios fue el único que lo buscó solo para decirle que sí, ella estaba allí.



    "Aúnque fuera imposible conocerla como antes por obvias razones, aún así…Cuando dijo que la volvería a ver…¿Acaso Helios se refería a que…?"





    Un nuevo dolor creció pero esta vez lo sintió en su estómago, y antes de que Tim se diera de cuenta ya estaba inclinandose sobre el suelo, llevandose consigo multiples cosas que habían estado en la mesa. El mapa, el lápiz, las hojas, los libros e incluso aquella brújula que en su momento el pequeño Antwan le había obsequiado. Nada de esto importó cuando el mundo a su alrededor pareció detenerse y perder el color.


    El dolor físico había sido olvidado hace mucho cuando era joven, ya casi había olvidado lo que dolía un dolor estomacal y, aunque sabía que aquel dolor no se trataba de una mala indigestión debía entender que tampoco podía ser una simple coincidencía, ¿No? No después de los últimos acontecimientos…no después de ese encuentro con el espiral.


    No, ya nada podía ser una maldita casualidad.




    ─Tim: D-Duele como el demonios, ¡Tsk, rayos!─ deseaba atravezarse el estómago y parar el ardor que sentía ahora, pero sabía que solo empeoraría─Es cómo cuando esa niña me arrebató mi alma.



    Porque aquella vez el dolor no fue diferente. La vez en que perdió su libertad.



    Recuerda él que la sensación, después de haber quedado encerrado en aquella jaula brillante, había sido una que jamás había experimentado. Fue horrible, quemaba como el demonio y se sentía como si desde adentro algo se encargara de romper cada fibra de sus músculos y organos, como si de cuchillos cortantes se tratara para luego sentir como si alguien vertiera lava en su interior, porque esa era la sensación que más dolió de la experiencia, el fuego que quemaba en su interior y que le obligaron a desprender de él. No hubo sangre por medio, ni heridas físicas, solo una marca invisible que jamás sería vista, la cicatriz del arrebato de un alma, y era esa la que más dolía.



    —Leintni: ¡Oiga! ¡¿Q-Qué le ocurre?! Por favor, dígame qué le pasa!




    Leint…



    Claro, ella seguía allí. Había cruzado la sala en una corrida rapida y tirado un par de hojas que al parecer había usado para tomar algún tipo de notas. "Seguro por el favor que le había pedido. Hum, que dedicada"



    —Tim: E-Está bien, Leint, yo…solo me duele un poco el estómago, es todo.



    Debía calmarla, ya la niña le miraba alarmada tratando de ver qué hacer.



    —Leintni: P-Pero…un dolor en el estómago no le hace caerse así…la apendicitis lo hace y, y, eso en veces se debe a una infección cuando su apéndice se obstruye por-


    —Tim: Est-toy bien, de verdad, no es ninguna apendicitis.



    ¿Está seguro…? Iba ella a preguntar, muy insistente, él la escuchó pero por la nueva punzada de dolor acabó inclinándose más al suelo interrumpiendo las palabras de la menor. El gritillo que escuchó fue de Leint que de aseguro no esperaba verlo en ese estado tan deplorable y no era de menos, los temblores en su cuerpo, el dolor en el pecho que se corría hasta almacenarse en su estómago y explotar allí no le daba oportunidades de respirar bien, que incluso sus oídos comenzaban a quedarse sordos.



    ¡Oiga! ¡Por favor! ¡Dígame qué hacer!




    Leintni estaba sufriendo viéndolo así, a un total extraño, y aunque no lo conociera Tim al alzar su mirada y ver dentro de sus ojos podía ver la enorme preocupación y desesperación de no poder hacer algo por él.


    —Leintni: —no iba a llorar, tenía la sensación de soltar el llanto pero se contuvo. Tragó en secó y sorbió su nariz con fuerza— No se preocupe, arreglaré esto ¿Esta bien? No dejaré que un familiar del abuelo muera en frente de mis ojos, lo arreglaré, si…Y-Yo me encargo.



    ¿Qué había dicho ella? Con dificultad escuchó entre cortadas sus palabras y se alarmó, más cuando la vio pararse con rapidez, quizá con la intención de irse con urgencia, la reacción de Timothy fue tomarla del brazo y detenerla.



    —Tim: ¿Q-Qué harás…?


    —Leintni: Iré por hierbas que están cerca al inicio del bosque, además unas zanahorias o remolacha que ayudarían bastante para preparar un jugo especial que sirve en caso de que una cirugía no sea posible—señaló la dirección en la que se iría. Luego murmulló— Que sería su caso ya que sería casi imposible ir a un centro medico en estos momentos…


    La niña ¿En serio pensaba que lo que tenía era un apendicitis? Tim no salía de su desconcierto. ¿Cómo es que llegaba a esas conclusiones tan rápido?



    —Leintni: ¿Tiene pepino en sus siembras?


    —Tim: ¿Qué? —estaba cada vez más perdido en cada palabra que decía la niña —Niña, espera-


    —Leintni: No se preocupe, está algo oscuro pero volveré ¿Si? Veré que puedo conseguir, solo no haga tantos movimientos y no se mueva de aquí ¡Ya vengo!



    ¿Había dicho bosque?



    —Tim: ¡L-Leint, no…es peligroso que..!



    Otro puntazo.



    “¡Demonios, duele! ¿¡Pero porqué…!?”




    Nada estaba saliente bien, y esto no le estaba gustando para nada al mayor.



    —Leintni: ¿Tiene alguna linterna que pueda usar?



    La noche ya estaba sobre ellos y, sí, la menor insistía en que iría por esas hierbas. Con dificultad Timothy se removió en su lugar, apoyándose con una mano del piso para inclinarse un poco y así tener un balance adecuado si quería levantarse de allí.



    —Tim: Mira en la mesa a ver s-si encuentras…algo—toció un poco—



    La niña con tal indicación asintió obedientemente agradecida en silencio por su cooperación. Con rapidez se acercó a la mesa—Tim no detalló en cuál —y al parecer encontró lo que buscaba ya que no tomó mucho tiempo en lo que Leintni volvió a aparecer en el rango de visión del mayor y se disponía a irse.

    Leintni sostuvo con fuerza esa peculiar lámpara que había encontrado en la mesa de trabajo que usaba Tim, más bien le pareció una jaula pero ni la detalló bien cuando la vió alumbrar y no dudó en tomarla. Total, solo necesitaba algo que alumbrara su camino.

    Ahora, abrazada a ella se disponía a irse cuando, ya cerca a la entrada de la sala se detuvo y se giró a ver al mayor.


    El chico respiraba más lento, realmente se veía que estaba sufriendo y más ahora que intentaba ponerse de pie. Algo le decía que no podía irse así sin más.


    Debía ayudarlo sí o sí.




    —Leintni: Llegaré tarde a casa pero…papá dice que primero hay que ayudar a quien lo necesite—ponía siempre sus enseñanzas primero y siempre sería así. Sin pensarlo mucho regresó a un lado del mayor y sin que éste lo esperara ella se inclinó para así serle de apoyo y ayudarlo a levantarse— Vamos, lo dejaré cerca a la silla.


    —Tim:... No deberías hacer e-esto, niña…—se sentía fatal, horrible. Y Leint ni siquiera debería presenciar su estado tan demacrado “¡Qué vergüenza!”


    —Leintni: Trataré de no tardarme tanto. Ya vuelvo.



    Finalmente ella dejó de sostenerlo, soltando sus manos de su agarre pero dando como un consuelo un toque ligero en la cabeza del mayor, casi invisible y, se alejó de allí bajo la mirada lejana y opacada del mayor que no entendía como algo no parecía estar bien allí, lo sintió cuando Leintni lo tocó en esa caricia fraternal y más cuando la tuvo cerca.



    No lo sintió cuando la trajo cargada a la mansión, pero ahora era diferente.



    Tenía presencia, una esencia propia y…


    Simplemente sintió en Leint la fuerza de un huracán, uno que él conocía muy bien.




    No había querido pensar en una posibilidad tan latente que vino a su cabeza después de aquel encuentro con la pequeña azabache, la verdad es que había preferido olvidar la idea y dejarla tirada en una esquina de su cabeza para no hacerse ideas, porque hacerse ideas sería crearse esperanzas y la esperanza era mala en alguien quien estaba por perder irremediablemente todo. Por eso la posiblidad de que la niña fuera─y a su vez no─ la clave para dar fin a sus males, una vez la idea tocó su cabeza, con total odio así mismo la desechó y se dijo que estaba loco, porque ya su tiempo se había terminado. Pero de haberlo pensado mejor, quizá hubiese, a tiempo, encontrado la respuesta y la solución a éste nuevo aprieto ¿No?


    Porque hasta donde sabía, la única criatura capaz de cruzar el puente─invisible para los humanos─ había sido ella, la única que fue capaz de hacer sanar sus tierras cuyas ahora prosperaban había sido ella. Porque la única en escuchar y ver al espiral—la pluma— fue Leint—y ya para esas alturas no dudaba de que la niña tenía algo como "la Key" en los ojos, sin embargo ahora parecía contar con algo más, no solo con la Key sino con algo mucho más fuerte—y Leint también había sido la única humana torpe y descuidada que hasta ahora…había podido tomar su jaula sin hacerse daño.


    ¿No? Porque si mal no recordaba lo que vió en brazos de la niña, justo antes de desaparecer de la sala, fue a su mismísima jaula dorada en donde descansaba su alma sellada. A menos que haya sido un error.



    ¿O será que trastornó? Porque, por favor… ¿Su jaula dorada? Jajaja, si claro, claro…claro.











    Algo le quedó claro a Tim en ese instante y fue que, Leintni no era extraña, no, ella era inigualable.


    Porque sí, eso que se llevó no fue una lámpara.


    Sino su jaula dorada.




    .-






    Foreigntown era una isla extraña, porque todo en ella era antinatural. Desde sus simientos hasta sus desagües en el horizonte, desde el más pequeño hasta el más grande, desde los animales hasta las personas asociadas, todos y cada uno de ellos contaban como parte de esta definición, ¿Y porque así?



    Porque se supone que, de hecho, esa isla en realidad no existía.



    No-existía






    Aún así…





    Había alguien quién observaba desde lejos, desde lo más oscuro, desde las profundidades de los abismos. Un ser, no humano, una criatura, y por ahora solo dormía…sus ojos cerrados por un sello temporal que no debería permitirle el ver nada, pero aún así algo/alguien más eran sus ojos.




    .-



    El hecho de que la niña…bueno, ella…


    Estaba sosteniendo su jaula dorada.



    Esa jaula



    Ese simple hecho fue suficiente para que Timothy jadeara, no de dolor, sino de sorpresa y que de paso ignorara su dolor, porque ahora estaba siendo llenado de un sentimiento mayor al dolor que le decía que…debía hacercarse a la niña y arrebatarle la jaula. Su jaula, su alma ¡Su alma estaba allí! Y de paso, Leint podía salir mal.



    ─Tim: E-Espera…no, Leint, aguarda, eso no-



    Las posibilidades de que la pequeña tuviera esa pequeña jaula dorada en manos eran nulas, nadie podía sostenerla, aparte de él.

    ¿Pero entonces porque ella ahora lo sostenía y parecía que lo estaba apunto de abrir..?



    Un momento…


    ¡¿Ella, qué?!


    Hace momentos atrás escuchó un ruido provenir de la entrada de la mansión y Tim, lleno de la euforia propia al pensar en que posiblemente la niña había tomado su jaula dorada, con temor a que esto la dañara no dudó ni un segundo ni pensó en su dolor estomacal y solo se paró de su sitio para rápidamente dar paso hacia la salida, en donde esperaba que la niña aún siguiera allí para poder detenerla antes de que le ocurriera algo por llevar consigo aquella cosa. Y en absoluto, allí la vió, solo que lo que vió jamás se le pasó por la mente.



    —Tim: ¡Gh..! –y así es como él olvidó cómo respirar, porque el dolor incrementó y para cuando se dio de cuenta la punta de sus dedos estaban ardiendo por las flamas de sus llamas –



    Sus llamas lo envolvían



    Ni en sus más locos sueños ni pensamientos le llegó a la cabeza una posibilidad tan variable como lo era ver a la pequeña Leint, el como tomando entre sus manos aquella jaula dorada, hermosa a la vista y que aguardaba una pequeña ave de fuego en su interior, con ella totalmente inocente de la gravedad de sus actos, parada frente a el enorme ventanal lista para cometer lo que dentro de poco se convertiría en la pesadilla de un viejo fénix exiliado, sin ser consiente de que abrir la pequeña cerradilla traería consecuencias radicales.

    Quizá no para él, pero sí para ella.



    —Tim: ¡E-Espera, no…! ¡No lo hagas..!



    Las llamas de un fénix eran dañinas, destruían y calcinaban, pero las flamas del alma de un fénix desintegraban.



    Sus dedos ya estaban apoyados sobre la cerradilla, igualmente habían empujado hacia atrás la misma, abriendo en el acto la jaula.




    Y una vez más las palabras había llegado a su cabeza. Aquellas que hasta ahora, tenían un significado para él.




    «Ella vendrá a ti y la volverás a conocer. Una vez lo hagas, ten por seguro que serás capaz de dejar este mundo sin remordimiento, porque ella será la clave a tus problemas, nunca lo olvides»



    De algo estaba seguro y es que eso jamás lo olvidaría.






    ─"No es momento de dormir, Lionel. Sólo espera un poco más"─






    Posiblemente su cabeza le volvió a hacer una mala jugada antes de perder la visión por completo, pero aseguraba haber oído aquello.



    [Fin de la III Parte]


     
    Última edición: 20 Noviembre 2023
  13.  
    KAMERIA

    KAMERIA " Si caes, levántate y vuelve a intentarlo"

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    Título:
    Tales of the Last White Rouss-[Saga #0]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    72
     
    Palabras:
    11631


    Capitulo 16_ "Perder o ganar: Segunda Parte"

    Tales of the Last White Rouss

    Saga N° 0: Hijos del Futuro


    [IV Parte]

    .

    .

    .






    ─"No es momento de dormir, Lionel. Sólo espera un poco más"─



    Posiblemente su cabeza le volvió a hacer una mala jugada antes de perder la visión por completo, pero aseguraba haber oído aquello.





    .-



    Despertó luego de los minutos y cuando lo hizo se dió de cuenta que el lugar en el que estaba se había oscurecido un poco. Sus ojos al abrirse se enfocaron de inmediato en el techo, los adornos extravagantes en dorado seguían allí, así como las pequeñas lámparas de cristal y el candelabro de oro que justo se direccionaba a su dirección, por lo que desde su posición Tim podía observar mejor cada escala en que aquel candelabro estaba dividido—a pesar de la oscuridad—, gracias a la poca luz nocturna que se filtraba por la ventana.

    Creyó que se había desecho de aquella cosa tan molesta, al parecer no.


    Lo curioso era que todas las lámparas estaban apagadas dejando el lugar en tinieblas, era como si en toda la casa se hubiese sufrido un apagón. Solo esperaba que no fuera así porque, aparte de que no estaba cómodo caminando por esa vieja mansión a oscuras también es que, no estaba solo.



    "¿El piso siempre fue así de incómodo?"




    — "¿Acaso existe uno que sea cómodo?"



    Bueno, si, buena pregunta… ¿Acaso existía?



    —Tim: ¿Eh?


    Debía estar imaginando cosas o aún soñaba pero, ¿Qué rayos había sido esa voz? Sonaba como…la voz de su alter-ego "¡Imposible! Mi alma sigue sellada, sin mi alma no hay centro y sin mi centro no hay-"


    —"¿Qué soy entonces? ¿Un producto de tu imaginación "




    Sí, debía de ser eso.



    —Tim: ¡Aish! , Mi cabeza —se incorporó luego de sentir que su sentido volvió a él y que ahora era capaz de sentarse. Después de concluir que lo que escuchó hace poco fue solo efecto de su desmayo. Sí, eso. Con una mano sobre su sien pero sin calmar el dolor leve en su cabeza su cuerpo se inclinó hacia adelante cuando logró sentarse—¿Qué pasó ahora? No puede estarme pasando esto tan seguido, tsk…De aseguro- de aseguro que Leint ya-


    Algo que no notó hasta ahora fue el hecho de que, aparte de que el lugar estaba a oscuras, uno de los ventanales estaba abierto e igualmente la puerta principal, estaba abierta de par en par permitiéndole la vista del exterior, por lo que cuando Tim miró hacia la puerta pudo observar desde su posición el frente y el jardín a lo lejos de la casa, los árboles al fondo y, bueno que igualmente como adentro, afuera era un lugar de tinieblas.


    Porque la noche ya había caído. En definitiva.


    Noche, ya era de noche. Y la niña no estaba al parecer.


    —Tim: …—un escalofríos corrió por todo su cuerpo cuando las imágenes de lo que pasó momentos antes lo golpearon de improvisto. Hasta entonces no había caído en cuenta que lo que había ocurrido había sido real— Yo…


    Se levantó casi de inmediato lleno de furia emocional, no por ira sino por la desesperación que le estaba provocando los nervios. Miró todo su cuerpo dándose de cuenta que seguía igual, sin rastro de heridas ni nada de eso, se veía en buen estado—gracias al cielo— por lo tanto cuando llevó su mano a la altura de su estómago y tanteó un poco allí, sus ojos, volvieron a abrirse pero esta vez con más desconcierto, tal punto que se detuvo en seguir buscando aquello malo con su cuerpo.


    El dolor de antes, ya no estaba. Ese ardor que lo estaba matando lentamente ¡Ya no estaba!


    —Tim: El dolor y ese ardor de antes…se han ido, incluso la sensación de vacío, no está, ya no está, casi cómo —no quería hacerse ideas falsas porque como sabía él, la esperanza era mala para quien estaba por perder todo. Por esa razón no quiso aferrarse a una idea positiva cuando, a la altura de su estómago, una vez más llevó su mano derecha y con la punta de sus dedos tocó un poco donde iniciaban sus costillas, casi cerca a su pecho, allí en ese lugar buscó y buscó, y cuando sintió que solo estaba haciendo una estupidez, frunció el ceño aguantando un poco la respiración en un acto poco agradable de guardar la calma—


    La posibilidad de encontrar allí su centro, su núcleo de fuego, su alma, eran pocas, aún así…


    Creyó



    Entonces la voz que escuchó antes no era un sueño…



    —"La niña lo ha hecho"



    Y esas simples palabras le hicieron volar al cielo de súbito y de golpe regresar a tierra hasta pegar firmemente sus pies en el suelo.


    Sus dedos apretaron más y poco a poco se concentró para llevar a sus dedos un poco de energía, algo que anteriormente, en esos último 30 años no había podido hacer bien, sin embargo cuando Tim sintió que ahora en realidad la sensación volvía poco a poco a sus dedos la emoción lo dominó y para nada quiso alejarse de esa pequeña chispa que se acababa de encender, en cambio se concentró más y la incrementó, hasta el punto en que consiguió lo que buscaba y pudo con éxito cubrir toda su mano en una flama dorada, una flama que nunca más se apagaría y que ahora parecía estar más fuerte que nunca.


    Increíble


    Es…¡Ésto es..!


    Claro que nada lo alteró más que obtener el resultado que esperaba y, darse de cuenta que, de hecho, en donde anteriormente había un vacío ahora, justo ahora estaba siendo lleno por llamas. Y no cualquier llamas, sino…sus llamas.


    —Tim: Tienes razón, han vuelto—no podía evitar sentirse feliz ¡Santo cielos, tenía su alma de regreso—No puede ser, ésto debe ser imposible…Ah—quería reír, ¡Incluso llorar! Pero soltó una queja al retirar sus dedos, la sensación que sintió fue rara pero la ignoró. Entonces se sintió asfixiarse al querer respuestas porque las necesitaba, ahora—Tengo que tranquilizarme y pensar en algo, ésto obviamente está ocurriendo, no tengo dudas de eso. Me siento como nunca, incluso tengo nervios…¡Dios! ¿Qué se supone que deba hacer ahora? Yo, yo de verdad—jaló sus cabellos —


    ¿Reír? ¿Quería reír? No, en realidad lo que quería era llorar, ¿O quizás gritar? ¡Estaba feliz! ¿La felicidad se sentía así de raro? ¿Te hacía sentir nervioso y como si tu cuerpo no pudiera evitar mojarse a cada segundo por ese sudor frío e incómodo que corría sin parar? Era raro. ¡Era muy extraño, santo cielos! Pero el éxtasis era mayor que el dolor ahora y Tim quería hacer algo antes de realizar su propia carrera.


    Antes de que se echara a gritar como chica haría otra cosa, y rápido.


    —Tim: Me siento excelente y todo se lo debo a…—Oh…lo había olvidado " ¡Cierto!"—Oh no, maldición, Leint—la buscó con su mirada por todas partes más preocupado que antes. "¿Dónde está?"


    —" Se fue"


    "¿Cómo que se fue? No pudo irse, no podía irse sola"



    —"Lo hizo"



    —Tim: Tsk, ok, guarda silencio —debía concentrarse —


    Antes de desmayarse la vió intentar liberar el ave de aquella jaula dorada, su alma, no debería sorprenderse de que ahora hubiese algo diferente en él. Ella, la niña lo había hecho, aún cuando no lo imaginó y las posibilidades fueran imposible, ella solo lo hizo…ella…


    —Tim: ¡Leint! ¡Pequeña Leint, responde! ¿¡Me escuchas!? ¿¡Sigues en casa!? —no escucharla lo alteró y comenzó a entrar en pánico. ¿Su alter-ego tenía razón? —Vamos, no es momento de entrar en pánico Lionel, sí, solo respira y piensa, quizá, quizá la niña salió de la mansión….Oh, claro, eso debió pasar—rapidamente dio un vistazo hacia la salida, y en efecto la puerta estaba abierta de par en par dando la impresión de lo que había pasado—Rayos. Sí se fue. Si salió sola a estas horas está en peligro de perderse, el bosque es muy uraño a estas horas. Debo ir a buscarla.



    Una cosa es que ella pudiera caminar por el bosque siempre y cuando fuese de día, pero la noche, no, la noche se respetaba porque para nada era segura, no ese bosque en particular.

    Corrió de inmediato hacia la salita en el que estuvo temprano haciendo su investigación, los papeles y libros que recuerda él se habían caído durante el ataque que padeció hace momentos atrás, ahora estaban sobre la mesa y aparte bien acomodados. No fue lo único que encontró diferente allí sino que, también pudo encontrar el mapa que había estado usando, doblado y bien arreglado sobre la cubierta de un pequeño cofre en donde, sabía él, guardaba los últimos trozos del pergamino, ambos objetos se veían como si lo hubiesen apartado cuidadosamente de las demás sobre la mesa. Muy cuidadosamente.

    Él obviamente no había sido quien rehízo la mesa y tampoco podía haber sido su joven nieto ya que, la única manera es que hubiese regresado pero obviamente al ver su entorno y las condiciones en la que estaba la casa—vacia—sabía que, lamentablemente Antwan no había vuelto. Tampoco sentía su presencia. Lo único que le quedó por respuesta es que, Leintni antes de irse lo había hecho. Posiblemente había pensado que algo extraño le había ocurrido a él al desmayarse de la nada y por eso salió de la casa cuanto antes, sí, debió pasar eso. Pero antes de irse la niña se molestó en…



    —Tim: ¿Hum? —sus ojos miraron curiosos, analizando y estudiando ese papelito dobladito que había encontrado cerca a el cofre de madera y que, ahora sostenía en sus dedos. Era una nota, al parecer. Aunque estaba oscuro su curiosidad fue mayor como para pensar en éste último factor. Abrió la hoja y descubrió un corto escrito de cinco simples párrafos— Ésta nota…se nota a leguas que ella lo hizo con intenciones de justificar su retirada, aparte—no solo había encontrado una nota sino también una cálida y pequeña tácita de café sobre la mesa, que bueno, la tasa de café no contenía café que digamos, parecía contener algún tipo de té color verde pero que sinceramente olía bien—hum, cada vez me sorprende más esa niña.


    De paso si le preparó el té medicinal.


    Tomó la nota, formando una sonrisa y se dispuso a leerla. Ésta decía lo siguiente.



    –[ Espero la tasa de té le ayude a bajar el dolor en su estómago y le ayude a tratar su dolor de apéndice, pero cuando pueda vaya al hospital, es mejor que lo trate un profesional…] —



    Timothy río.


    —Tim: Así está bien—no necesitaría un profesional después de eso—


    [...Es una infusión muy poco conocida pero que papá me enseñó, es una receta familiar, je (⁠✿⁠^⁠‿⁠^⁠). Espero que realmente le ayude a recuperar se. Sus cosas las ordene, lamento no poder haberle ayudado a llevarlo hasta el mueble pero, es muy pesado…] —



    "¿¡Qué a poco lo intentó!?"
    No podía ni imaginar se a la niña tratando de levantarlo. La pena le sacó una risita y siguió leyendo el último párrafo.


    –[ Lamento no poder haber visto al abuelo Tim y al joven Antwan, pero dejo saludos. Fue un placer conocerlo, señor-segundo nieto mayor. ]



    Vaya cosas que se inventaba la niña ¡Y decían que él era excéntrico!


    Ptt: No recuerdo como llegué hasta la mansión, ¡Pero agradezco su explicación! Supongo fue usted quién me trajo, es el mismo chico del bosque ¿No? Lo recuerdo, me asusté de usted ¡Pero es bueno saber que se trataba del hermano del joven Antwan y no un completo extraño! Fue un gusto conocerlo.



    Casi rodó los ojos por la gracia que le causó este último escrito. Era como si la escuchara. Vaya, ¿En serio creía que era hermano de ese chico? Lo dejaría pasar.

    Notó que había un segundo Ptt, así que lo leyó.


    Ptt 2: Los fénix existen.



    Y al final de ese escrito su nombre fue lo que encontró, escrito en una tinta muy diferente al que había usado con el resto del escrito. Porque la carta había sido escrito por el carbón de un lápiz, más el nombre de ella no.


    Leintni



    Había usado una pluma, una pluma con tinta negra, fue su conclusión al estudiar la estructura de la escritura. Claro que Tim no le dió tanta importancia a ésto sino fue hasta luego de leer una y otra vez la última nota de la niña. Una oración muy ambigua. Porque escribir los fénix existen decía más de lo que se leía. Había mucho qué interpretar.

    Él entendió que la niña había descubierto algo, y fue capaz de irse así nada más.

    Hubo un sonido seco y feo que se escuchó en el exterior, Tim juró haberlo escuchado en la entrada de la casa, cosa que le sacó de sus pensamientos y lo hizo apartar su atención de lo que había estado leyendo. Guardó aquel pedazo de papel en uno de sus bolsillos y en alerta se acercó a la entrada para así investigar qué había sido ese ruido. Lo asociaba como el sonido que hace el golpeteo de las ramas secas de los árboles contra el cristal del ventanal, un golpeteo terrorífico en la noche.

    La puerta seguía abierta por lo que el sonido del viento a las afueras era más claro, más fresco, más real. El clima desde temprano había estado muy extraño pero, lo que menos se esperaba el viejo Fénix era encontrarse con un clima totalmente extraño en el exterior, casi como si algo malo fuera a pasar. Ya estaba en la entrada de la casa, cuando miró al cielo y descubrió un nuevo color entre gris y rojizo que comenzaba a formarse en el cielo, formándose entre las nubes una acumulación de nubes en giratorias que lentamente parecían formar un remolino, a su vez poco a poco cubriendo la faz de la tierra en todo su esplendor.


    —Tim: Ok, ya esto no me está gustando.


    El sonido de antes se volvió a oír, descubrió él entonces que había sido una rama grande del árbol de al lado que se había reventado y en su acto cayó pegando contra el vidrio del ventanal. Quiza la turbulencia del viento la había partido.


    —Tim: Hum, primero el espiral, luego la niña, después la recuperación de mi alma, algo que aún debo buscarle explicación. Tsk, aunque fuera más fácil si tan solo Helios estuviera aquí para explicar lo—estaba recordando a ese ser más de lo que lo hacía en tantos años. Sin duda eso era raro, demasiado. Helios era un enigma y normalmente no permanecía en sus pensamientos por tanto tiempo. Entonces, estremecido más por la idea que por el frío, Tim volvió a la sala, en donde se apresuró a buscar un abrigo para cubrirse, unas botas que al parecer no había usado desde hace años ya que los había sacado todos polvorientos de debajo de una alacena. No pensó mucho a la hora de guardar en sus bolsillos el mapa bien doblado y de paso, el último trazo del pergamino que aún debía esconder. Lo sostuvo en su mano, analizado la situación, tomándolo como, quizás, solo quizás…—Se me ha dado una segunda oportunidad y no pienso desperdiciarlo. Terminare mi trabajo y luego, hum, esperaré lo que venga, no dejaré que el mal se levante y amenace la vida de esta gente.


    Vio la situación como una segunda oportunidad, ¿Por qué no tomarla? Sentía la flama arder en su interior ¡Se sentía vivo! Mas vivo que nunca, obvio ese debía ser una oportunidad que la vida le estaba ofreciendo y que obvio no pensaba desperdiciar.


    Tomó la tasa, por último y, bebió su contenido. Sin duda fue lo mejor que había probado su paladar.


    A los minutos Timothy decidió darle un último vistazo a la casa, al lugar, como si necesitara asegurar que lo que estaba apunto de hacer no era un sueño, que realmente estaba comenzando a probar lo que era la libertad. Aún seguía allí pero, sentía que si intentaba salir del bosque, ¡Y lo lograba! Bueno, digamos que era posible que jamás podría volver a ese lugar. Era solo un sentir. A pesar de todo aquel lugar seguía siendo su casa, lo fue por muchos años, así que extrañarla era lo esperado. Ja, un sentimiento humano. Él se rindió y dejó de ver su pasado, ahora solo quería enfocarse en el presente, dejar ir lo que pasó y terminar con lo que una vez empezó. Él le había hecho una promesa al chico de ayudarlo, él lo ayudaría a construir y conseguir el futuro por el cual él muchacho luchaba, así que mirar hacía el futuro sería un paso para lograr su objetivo.

    Ambos eran fénix y como tal se debían lealtad.


    Con esto en mente, el Fénix de nombre Lionel Lee, ex-rey de un gran reino en el pasado, portador de Zhèngyì, lleno de seguridad de lo que haría a continuación dejó de dudar y se entregó a la naturaleza de su especie para que las llamas poco a poco lo consumieran, antes de que todo su cuerpo se viera transformado en un simple cuerpo dorado que ahora, cubierto por el fuego, reflejaban la belleza pura de un ser que acababa de regresar de las cenizas y que ahora reclamaba su lugar en el mundo como el renegado que se negaba a seguir en las sombras. Su piel quedó olvidada y un gran número de plumajes lo cubrieron, ahora eran su escudo.

    Tim dejó el área conocida, lo que una vez fue su hogar y todo, todo lo dejó atrás, entregándose a los brazos del viento que ahora eran tu timón en la vía que pensaba tomar sin remordimientos y, se dejó llevar con total fluidez hasta perderse en las alturas y contemplación del cielo. Tan suave, tan fresco, tan puro ¡Tan bello! Ah, claro que extrañaba la sensación de las espinas invisibles pinchar las aberturas de sus alas y sentir sus llamas aumentar a cada arranque de velocidad que daba. Oh si, sus alas, esas bellas extremidades que había extrañado con locura.


    Simplemente era sublime. Y lo amaba. Claro que lo amaba.


    Hum, si, amaba la sensación. Y es por eso que a partir de ese momento se sentiría agradecido de por vida con esa pequeña criatura que lo sacó de aquella cárcel. Esa humana que a partir de ahora sería su todo.


    "No quisiera admitirlo pero, si lo hubiese sabido antes…la hubiese retenido conmigo "



    Y no del modo " malo". Nada de eso. Su deseo era, ahora, protegerla más que nunca, a ella y a los suyos, y es por eso que, por más que deseara seguir contemplando el cielo y seguir deslizándose entre las caricias del viento, Tim sabía que debía poner su enfoque en tierra y recordar su posición. Aún había peligros asechandolo, a él y a los suyos, pero no solo a ellos sino también a la niña.


    —Tim: Me aseguraré de que ella llegue a salvo a su hogar.


    Primero daría una vuelta y la rastrearia. Luego de encontrarla se aseguraría de que llegara con bien a casa.


    La noche había caído por completo, ahora quedaba menos tiempo.





    19: 00 pm








    “Oye”


    ─“¿Ahora si quieres hablar?”


    “¿Es en serio?”


    ─“No. Solo habla”


    “Bueno. Si la maldición de la jaula afectó las tierras del bosque igualmente en estos 30 años ¿Significa que una vez destruida la jaula el bosque igualmente queda libre?”


    —”¿Tu qué crees?”


    “No sé qué creer en realidad”


    ─" Qué sorpresa"


    " ¿Eso fue sarcasmos?


    ─" Obviamente ha quedado libre, tonto. ¿Acaso podías hacer esto antes? ¿Salir cuando quisieras de ese bosque?"


    "No"


    ─"Ahí tienes tu respuesta"


    "..."


    ─"..."


    "..."


    ─"Lionel"


    " ¿Qué?


    ─"Sigues con dudas"


    " Es que...hay algo en la nota que dejó Leint que, me tiene intranquilo"


    ─" Lo sé. Hablas de afirmar que los fénix existen"


    " ¿Por qué dijo eso? A menos que..."


    ─" Tuvo un encuentro con la pluma antes, ¿No? dime tú que no vio allí"


    " No sé...que pudo ver. ¿Quieres decir que a quien se refería era que...? ¿Acaso pudo ver la forma del espiral?"


    ─" Si es que él se lo permitió"


    " ...espero que no"


    ─"Ella liberó el alma de la jaula con sus propias manos, supo como hacerlo. No afirmo nada pero pudo haber algo de influencia allí. El espiral fue un fénix en su cuerpo anterior, el original, hace millones de años, tiene el poder necesario para hacer lo que quiere. Tú eres una de sus reencarnaciones, existe una línea pequeña que conecta nuestra alma con la suya que nos hace sentir y desifrar sus deseos. Aunque en estos últimos años tu cuerpo se ha debilitado"


    " Hum, no me gustaría que tuvieras la razón"


    ─"Bien podría solo ser una suposición"


    " Pero tienes razón. Lo de no estar a su altura es un hecho, mira que cuando encontré esa pluma no fuí capaz de oír nada de lo que decía, y sé que hablaba por la intencidad de míasma que soltaba, sin embargo Leint si pareció oirle. Lamentablemente esa debilidad no me permite augurar de los deseos de ese monstruo"


    ─"¿Qué piensas hacer?"


    " Quería aclarar mis ideas primero antes de hacer algo. Finalmente se rompió el sello y soy libre pero...ahora que lo estamos existe muchas posibilidades de encontrarnos con el espiral cara a cara, tal como la última vez. ¿Qué haré si eso ocurre?"


    ─" Hacer lo que no hiciste la úima vez"


    " ¿Y eso es?


    ─" Sellarlo, pero de verdad"


    "..."


    ─"Lionel"



    " No tengo el libro negro conmigo, tampoco creo poder ir a tomarlo del reino. Soy un exiliado y se supone estoy muerto"



    ─" No tienes el libro pero tienes el arma para hacerlo"



    "..."



    ─" Bien, no seguiré empujandote a hacer lo que ya sabes debes hacer, al parecer el vivir como un humano todos estos años te ha vuelto débil, incluso eres incapas de enfrentar a tu enemigo"


    " ...¿Crees que Helios cuando dijo aquello se refería a la niña?"


    ─" ¿Qué? "


    " M-Mejor olvidalo, solo derivo. Gracias por todo"


    ─" Hum, como sea. Sólo no mueras antes"


    " Moriremos juntos pero primero vayemos por ese maldito"






    Leintni.jpg







    La invitación a la gran tienda Multiverso no había sido del todo caótica como Freddy se lo imaginó, al principió pensó en la negativa y protestas que el azabache pondría ante su petición pero en cambio fue todo lo contrario.


    En realidad fue tan comprensivo.




    —Derint: ¿Qué haces?



    Lo escuchó justo aún lado suyo, y al girarse lo vio mirarle con una ceja alzada. Tranquilo.


    Pero al no esperar su presencia acabó avergonzadose por haberlo descubierto mirando esa clase de productos infantiles. Tantos que solía comprar cuando era un crío.



    —Freddy: Yo…—sonrió vagamente—digamos que me dejé llevar por el pasado de mi infancia. Solo mira estos ejemplares, son increíbles—dijo aún bajo una leve vergüenza en lo que le pasaba a mano el producto que Derint con una señal le pidió que se lo diera para observar más de cerca—


    —Derint: Es un cabezón. Un muñeco de colección.


    —Freddy: Si…solía coleccionar muchos de ellos cuando era chico.


    —Derint: —observó a detalle el muñeco-un ejemplar de un beisbolista que posaba listo para batear, con un bate en manos y mirada firme- los detalles en el muñeco no eran tantos pero lo que llamó la atención del azabache fueron sus ojos— Azules…


    —Freddy: ¿Eh? ¿Qué cosa?


    —Derint: Sus ojos.


    —Freddy: ¿Sus ojos?



    Derint término devolviéndole el muñeco para después enderezarse y acabar metiendo sus manos entre sus bolsillos. Su actitud era tranquila y tolerante a comparación de otros días, aunque ya llevaban 10 minutos allí y aún así no tenían nada para comprar en realidad, para el Jameson era claro que en cualquier momento Derint se aburriría y acabaría diciéndole que se apresurara con sus compras.


    Al fin y al cabo fue su idea el comprar regalos para los niños.


    “Derint no es muy paziente, la verdad es que me gustaría aprovechar para enseñarle algo que me gustaría comprar para él, algo que no pude comprar aquella vez que vine con Leint, sin embargo, sería extraño pedírselo…”




    —Derint: Si vas a comprarlo tómalo de una vez. Avancemos antes de que se haga más tarde.


    —Freddy: ¿Eh? —lento, procesó las palabras, por alguna razón-no por perderse en sus pensamientos sino algo más-no lograba captar con rapidez las cosas, su vista en vez en cuando se desenfocaba y la voz de Derint a diferencia de el del resto sonaba más clara pero incluso a veces su tono era borroso—Lo siento—se disculpó, pasando una mano por sus cabellos en lo que se giraba al estante para dejar allí el cabezón. Se preguntaba si ya el azabache había notado su distracción, esperaba que no—Estoy siendo un tonto al distraerme con estas cosas, mejor busquemos los regalos para los niños y salgamos cuanto antes, no creo que te haga la idea de quedarte a ver los productos.



    La idea en sí no alentaba a Derint a observar todo como un bobo, para nada, él más que nadie odiaba el solo pasarse horas revoloteando toda una tienda para al final no elegir nada, solo por pasársela de observador-admirador de cosas que al final no compraría. Mareandose por productos exóticos con precios ridículo. Ni hablar. Pero conocía al mayor y sabía que él si haría eso y que a final de cuenta si terminaba comprando algo.


    Freddy podría estar actuando lento por causa de su estado físico, por debilidad a causa de su recién perdida de sangre pero eso no le restaba al hecho de que el chico se había antojado de un estúpido producto y—por como conocía él del mayor—usualmente jamás se iba de una tienda sin antes comprar “eso” que captaba su atención.


    Sus ojos parecían de cachorrito regañado cuando se encantaba con algo pero que sabía no sería para él. No se enorgullecía por conocer tan bien al friki pero-maldita sea-lo conocía bien.


    Girarse a su dirección y darle una mirada para estudiarlo y darse de cuenta que de hecho, Freddy lucía más pálido de lo normal era la variante de que algo extraño le ocurría al Jameson.



    —Derint: Tsk, como sea. ¿Tomarás el cabezón o no?


    —Freddy: Vinimos a comprar regalos para Leint y Johan, no necesito-


    —Derint: ¿Quieres el muñeco o no?


    —Freddy: ¿Eh? —con su deplorable imagen-según a ojos del menor- arrastrando su atención al azabache, acabó girándose a su dirección, notando apenas a esas alturas que seguían en la sección de juguetes deportivos. Aunque era obvio—Derint, esta bien, solo recordaré el precio y lo compraré la próxima vez.


    —Derint: Entonces si lo quieres.


    —Freddy: Bueno—no sabía si era así pero Derint estaba poniendose intenso. Muy raro en él —Bien—suspiró—Sí, claro que quiero el muñeco pero no lo compraré ahora porque usaré el dinero que tengo para comprarle a los niños-


    —Disculpe.



    Por poco.


    Si, por poco el Rouss le atinaba en la cabezota del mayor un golpe de esos que lo mandarían a la luna de seguir con su exceso de palabras que cada vez más lo mareaban. Y es que, por amor al cielo ¿Por qué tenía que poner las cosas tan difíciles? Sus intentos—estúpidos, muy estúpidos—sin explicación ni aclaración a nada solo tenían el fin de que el friki tomará el maldito cabezón y lo comprara de una buena vez, a leguas se notaba que el Jameson quería comprar el pedazo de plástico con forma y no se atrevía por ¿Porqué? ¿Por dinero?


    Qué escusa tan estúpida.



    —¡Disculpeeeeen!


    —Derint: —no aguantó más la voz del-bendito- mocoso que recién acababa de aparecer de quien sabe dónde. Y con cara de poca tolerancia se giró a verle—¿Qué ocurre contigo, mocoso?


    —Freddy: Oye Derint, no le hables-


    —Solo quiero tomar algo del estante de allí que ustedes llevan bloqueando como medía hora, pero como no se mueven tuve que gritar—dijo el niño, de unos 8 a 9 años—


    —Derint: ¿Ah sí?



    Freddy negó con frustración al ver que de hecho Derint ya había perdido la paciencia con ese pequeño y de seguir allí solo armarían un escándalo. Así que tranquilamente tomó del brazos al azabache y lo jaló para así comenzar a avanzar y dejar al niño tomar lo que iba a comprar del estante.



    —Derint: ¡Oye! ¿¡Qué haces!? ¡No me toques, suéltame!


    —Freddy: No pelearás con un niño, Derint—suspiró sin soltarlo— ¿Por qué te comportas como un niño de 5? Santo cielos…


    —Derint: ¿Acaso me estás regañando, idiota? ¿Qué acaso perdiste la razón o qué? ¡No soy un maldito mocoso para que me trates así! ¡Suéltame, maldición!


    —Freddy: ¿No puedes simplemente no maldecir todo a cada tres segundos? Rayos Derint, vocabulario por favor. Y por cierto, sigues siendo menor que yo, Rouss, un niñoooooooooo…



    Entre forcejeo y forcejeo logró liberarse del agarre del mayor, sin aguantar las sobrepasadas palabras del friki que le parecieron burlas Derint no se contuvo de atinarle un buen golpe en la cabeza al mayor quien con un “¡Ay!” Gritado, más que exclamado, acabó llamando la atención de todos allí.


    Pero ¿Eso fue razón para que Derint se detuviera ? Para nada. Ahora más que nunca se encontraba súper molesto y todo por culpa de Freddy y por no haber tomado ese asqueroso cabezón. Ni siquiera le importaba tanto lo de llamarlo niño.




    “Es un idiota”





    La simple idea de que lo tratase como a un mocoso le molestaba, sí, sin contar que el idiota del friki lo hizo pasar pena con un menor al alejarlo así, ¡Y de paso ni siquiera tomó el maldito producto! Derint esperaba que al menos el Jameson tomara el cabezón como tanto lo deseaba pero en cambio lo dejó allí con la escusa del dinero. El dinero no debía de ser un problema, él—bueno, no lo diría—quiza hubiese podido—ok, hacerlo no se vería bien, pero podría—pagar por ello…¿No?


    Claro que no lo diría, ¡Qué va! Se supone que ambos estaban aún en desacuerdo, su amistad no había vuelto como era antes. Hacerlo de la nada sería extraño, al menos para él no sería fácil solo acercarse—como antes—al friki y actuar como los amigos que fueron. No costaría hacerlo, probablemente eso sería algo que el idiota diría pero ¿Y el orgullo? ¿Dónde quedaba el orgullo después de una traición por parte de alguien a quien le brindó su confianza? Vale, recordemos que el problema se presentó hace poco pero en sí para cuando se dió inicio él era un simple mocoso de unos 14 años, o quizá menos, qué sabía él, lo que haya tramado el Friki con la molesta de Yuri no debía ser su problema ¿Qué con eso? Hasta donde él sabía al chico siempre le llamó la atención la rusa, pero la situación se vio envuelto en algo “con su nombre y apellido” en un acuerdo extraño del que hasta el sol de hoy él no tenía muy claro de que se trataba. No fue hasta un par de meses atrás que el rumor de ésto llegó a sus oídos pero la fuente que le dió la información ni siquiera había sido por parte del mismo friki mucho menos de Yuri, sino de alguien más.


    De la supuesta “mejor amiga” de la chica, quien al parecer había solo intentado molestarlo un poco al sotarle en cara que, de hecho, era divertido ver como un pobre chico como él era objeto de burla en toda la escuela—y que siempre lo fue—al ser acosado por una chica como Yuri, tan hermosa y deseada—sin mencionar Mayor—pero que ni siquiera era capaz de responderle como se debía. Pero no fue eso lo que realmente lo calentó en sí, sino la simple mención de que…




    <<Ella y tu amiguito tienen un trato en mano y no es de ahora, y si llega a funcionar ambos obtendrán lo que tanto desean, él solo tiene que seguir fingiendo que eres su mejor amigo>>





    Tenía media hora de haber cantado con sus seres queridos la canción de cumpleaños ¡Su cumpleaños! De haber recibido sus felicitaciones y buenos deseos. Por alguna razón—que no recuerda—había salido de casa junto a Freddy, al parecer algo faltaba para la fiesta, se habían quedado sin bebidas o platos ¡Qué sabía él! Lo que fuera que se les pasó por alto fue motivo para que ambos fueran los responsables a ir por ello. Leint se había dispuesto a acompañarlo pero la tía Deya le dijo que necesitaba su ayuda en la cocina, fue entonces que Freddy lo acompañó. Tenían buenos terminos—aún— iban a la par del otro echando chistes y recordando cosas vergonzosas de sus compañeros del equipo de béisbol, reían y hablaban de lo más tranquilo al punto en que era normal que Freddy se recostara de Derint y por manía metiese sus dedos entre los cabellos rebeldes del menor con tal de molestarlo; era normal que Derint lo apartara de un empujón o le diera golpecitos en las costillas. ¡Esos eran ellos!


    Derint y Freddy. Los mejores amigos.


    Un par que en la mayoría del tiempo hacían todo junto. Se tenían confianza.


    Sin embargo…por esa misma calle por la que iban hablando y haciendo bromas, se toparon con la chica que siempre acompañaba a Yuri quien aquel día parecía extrañamente actuar normal a comparación de los otros días. Derint no lo recordaba aún, pero Freddy se había alejado, quizá a comprar lo que necesitaban, el hecho es que él se quedó solo y, en ese preciso instante Sasha, la amiga de Yuri soltó todo aquello dejándolo en desconcierto y en un terrible choque que no sabía si era realidad o una broma.


    En ese instante podría haberlo ignorarlo e incluso olvidado pero lo peor de todo es que apenas la chica se alejó para retirarse, Derint al darse la vuelta descubrió que de hecho Freddy había escuchado de lo que ellos hablaban, sabía de lo que la chica hablaba y, en su cara solo encontró rastro de sospresa y shock que le decía que nada de eso era una mentira. Y él realmente sabía de lo que hablaban. Su amigo había estado tramando algo con la chica a quién odiaba más que nada en ese mundo, quien ridículamente era—y siempre fue—su bully, y él, su mejor amigo confabulaba algo con ella a espaldas de él…¿ Y él? Allí, como un idiota, un imbécil que era manipulado y engañado por un mentiroso.


    Y por tantos años….


    Para Derint ese momento fue el más deseccionante y bochornoso que jamás había vivido en su vida. Porque luego de eso no volvieron a hablar como antes. Freddy intentó explicarse y darle su versión de la historia, sin dejar de disculparse le suplicaba que lo escuchara porque, aunque no negaba que todo eso era cierto sí insistió reiteradas veces en que nada de eso había salido como él creía, que todo había sido un malentendido. Típica respuesta. Jamás intentó ser un doble cara con él pero…ya, hasta ahí lo dejó de escuchar. Negandose a escucharlo Derint se cerró en él y le dejó en claro al Jameson que, en definitiva, a partir de ese momento dejaban de ser amigos.


    Y hubiese sido mejor que nunca se hubiesen conocido.


    Unas duras palabras para ambos; uno por escucharla de quien quería como su mejor amigo y el otro por decirlas a quien quiso como a un hermano.



    Eso fue justo dos días antes del viaje de Freddy a Europa, en donde daría inicio su pasantía laboral como estudiante para médico.


    Justo el día de su cumpleaños.



    Y luego de ese tormentoso momento, lamentablemente no volvieron a ser los mismos. Ninguno de los dos.



    —¿Cuanto es en total?


    —125Yudolls.



    Al tiempo cuando Freddy regresó lo primero que hizo fue tratar de hablar con él, llamando a casa innumerables veces, dejando notas de voz diciendo que quería que se reuniera en algún lugar para “hablar” pero ¿Hablar qué y de qué? Pensó en ese instante el azabache, negándose a hacerle caso al Jameson. Para él estaba claro que el mayor intentaría darle una explicación de lo que ocurrió en realidad en su trato—convenio—con Yuri, y también intentaría pedirle disculpas para luego así intentar volver a ser amigos como antes. Imposible.



    Amigos, claro. Los amigos jamás se apuñalan por la espalda.






    —Aquí tienen sus bolsas. Gracias por comprar en el Multiverso, espero vuelvan pronto—se despidió muy alegremente la cajera luego de entregar las bolsas con las compras—




    Después de 15 minutos eligieron los regalos para los niños para luego pagarlos en la caja registradora.


    En compensación les habían regalado a ambos un par de cajitas pequeñas de color azul que en su frente tenían plasmado un dibujo de la galaxia y en medio de ella un personaje animado. El de Derint tenía un guerrero pintado con dos armas enormes, todo fantástico como de Fairy tales, mientras que el de Freddy era una chica, una guerrera en blanco con dos enormes alas y un martillo con punta de pico, en su descripción todo era voluminoso.


    Ambos chicos se detuvieron a ver sus cajitas luego de salir de la tienda, más que nada curiosos por el presente dado por solo comprar allí.


    —Derint: ¿Dan regalos por comprar?


    —Freddy: Ni idea.


    —Derint: ¿No que viniste antes de compras con Leint? —cuestionó—


    —Freddy: Si, pero en ese entonces no nos dieron nada parecido. —que él recordase solo compraron y ya, no hubo productos en compensación o algo parecido—Posiblemente se trate de un regalo dado por la política de la tienda, a veces suelen hacer este tipo de cosas para un solo fin: Llamar más clientes.


    Derint observó su cajita, aunque no la había abierto podía asegurar que el producto no era barato. Se veía bien.



    —Derint:: Son una ratas en esto.


    —Freddy: Se trata de marketing. El mundo de los negocios, amigo.


    —Derint: ¿Harías algo como esto por llamar la atención de las personas? —ironizó con una sonrisa involuntaria, alzando el juguete. Y Freddy lo atajó con una mirada divertida antes de asentir frenéticamente—


    —Freddy: ¡Por supuesto! ¡Hasta me vestiría con un traje Fairy si con eso engrandezco mi negocio! —hablaba en serio—


    —Derint: A lo mejor te pones falda y tacones, a ver qué tal te funciona—se burló—


    —Freddy: ¡Qué va! Pero si me acompañas lo pensaría.


    —Derint: ¿Qué? —por poco se ahoga al cortar la respiración por la velocidad y fuerza que usó para girar su cabeza hacia la dirección del friki—



    Y la sorpresa-o desacuerdo- plantado en su rostro le pareció gracioso al mayor ya que apenas escuchó la queja del azabache su rostro cambió y estalló entre carcajadas.


    Sí, carcajadas llenas de una energía escasa que hace mucho Derint había dejado de escuchar y que por primera vez no se molestaba en escuchar, no, no le quitaba el deseo de respirar solo por respirar su mismo aire, tampoco le alentaba a callarlo con un golpe. Ni pensar lo ; compartir, quizá solo se alegraba—no eso, debía de ser otra palabra—de sentir que algo podía cambiar y quizá, solo quizá podrían…





    ¡Si, y justo después de comprar al compañero de Giorgi Santos, el gran bateador! ¿No es fantástico mamá?


    Si sí, es increíble, ya tienes algo más que coleccionar, ¿No te alegra?


    ¡Si!




    Derint no solía perderse entre lagunas paralelas solo porque sí, era un chico callado—a su manera—que prefería analizar las cosas antes de actuar, solo que eso jamás contó con el detenerse a pensar antes de hablar, no, él explotaba y ya hasta decir todo lo que pensaba. Cuando se trataba de pensar detalladamente algo hasta desmoronar lo más pequeño hasta volverlo una partícula solía tomarse su tiempo, si, y su hermana—la que lo observaba en todo—aseguraba que con su actitud parecía un robot. Todo un loco perdido entre sus pensamientos. Claro que hasta ahora sus pensamientos jamás se habían dirigido tanto hacia lo que respectaba al Jameson y su vida. En serio, jamás lo había pensado tanto y, la idea no le molestaba pero sí lo irritaba.


    ¿Había una razón para tenerlo tan presente últimamente?


    El “posiblemente” aún se estaba formando en su cabeza cuando Derint giró su atención hacia el chico al lado de él, a quien se dedicó a analizar. Freddy estaba allí, de pie a su lado con un semblante pálido, frío por lo que se podía observar y también decaído, aún así seguía manteniendo—algo floja—aquella sonrisa que le había causado la carcajada de antes. Su imagen no tenía nada que ver con su espíritu pero Derint podía notarlo, al solo ver a su amigo que estaba cansado, de alguna forma se estaba agotando poco a poco, muy lento, por razones que él desconocía. Lo inquietaba no saber.


    No necesitaba ser un especialista para saberlo pero Freddy no estaba bien y no lo decía por el lado “físico” sino emocional.



    Todo de él gritaba un “Estoy por rendirme “ y por alguna razón eso asustaba a Derint. Sentir que en esos momentos su amigo…ya no tenía las fuerzas—valor—para pedir su ayuda.


    Ya no.


    Rendirse a algo…creaba más preguntas cómo el “¿En qué?” Y “¿Por qué?”




    Parpadeó un par de veces antes de ver a qué dirección veía tanto el Jameson, qué era eso que lo había hipnotizado por tanto tiempo hasta robarle lo poco que le quedaba de sonrisa. En todo esos segundos de observación el friki no cambió su posición, mirando algo a la lejanía.

    Y lo buscó, buscó con su mirada ese mismo punto. Al hacerlo descubrió que Freddy solo miraba hacia donde se había retirado el niño junto a su madre que hace poco habían pasado a un lado suyo después de dejar la tienda.


    Era el mismo niño de antes. Quién de hecho, muy contento seguía hablando con su madre de algo que tenía que ver con lo que llevana en manos.


    Un objeto pequeño. Plástico. Oscuro. Blanco. Y azul. Tenía forma y silueta.


    Bien, era un juguete según reconoció él.


    Un muñeco masculino con un traje de ¿Beisbolista? Con otros detalles que a esa distancia Derint no pudo visualizar con claridad, pero aún así…


    “¿No es el cabezón que el friki quería comprar?”
    A gran sorpresa, con un sentimiento extraño frunció el seño como si de su juguete se tratara cuando a él ni si quiera le interesó ese cabezón.


    El niño, a final de cuenta había tomado el mismo juguete que Freddy pensó en comprar pero que no tomó por cuestión de dinero.


    El mismo juguete.


    No sabía porqué razón pero ¡Diablos! Estaba furioso, frustrado, ahora mucho más que antes y todo por culpa de un estúpido juguete que jamás se compró. ¡Cómo odiaba la sensación en su cuerpo! Era asfixiante. Y eso que no fue él quien pegó los ojos en ese asqueroso pedazo de…



    —Freddy: Sus ojos…—escuchó, de repente. Hizo una pausa, dos, tres, quizá cinco y luego lo escuchó continuar—Mencionaste los ojos del muñeco. De hecho me parecieron interesantes, es por eso que quería…



    ¿Quería…? ¿Qué? ¿Por qué no terminaba la frase? Por Dios, si no había algo que odiara más era eso, que las personas hablaran y de la nada dejaran palabras a medio completar. Ya tenía suficiente con oir a Leint todos los días. Un mal hábito.



    Y el Jameson parecía ahora mucho más desenfocado que antes, a tal punto que cuando intentó decir lo que pensaba de aquel muñeco, usando una voz algo raposa y débil, Derint notó rápidamente que algo andaba mal con el mayor. Notó un desequilibrio en su postura, justo antes de ver como momentos luego su cuerpo parecía sufrir de un colapso dejando que la fuerzas en sus piernas se vieran afectadas a tal punto de ceder a la gravedad y, solo caer.



    —Derint: —antes de pensarlo había actuado, acercándose a tiempo al mayor para evitar que éste colapsara—¡Tsk! Rayos.


    Pesaba.


    —Freddy: Derint, yo…. p-perdón…no sé qué es lo que me-


    —Derint: Esta bien —metió sus manos bajo sus brazos para de esa manera sostenerlo con más seguridad por sus costillas pero sin llegar a precionar tanto—Solo mantente en pie, ni se te ocurra perder la conciencia aquí.


    —Freddy: Esta bien…gracias.


    Las gracias era lo menos que el azabache quería escuchar pero no discutirían eso ahora teniendo al Jameson en ese estado.

    Sus medidas fueron rápidas y sin dudar, actuar en ayudarlo a caminar hasta llevarlo a el auto para de esa manera salir cuanto antes de allí fue lo más correcto hasta ahora. En silencio y sin replicarle por su estado—porque desde hace rato venía sintiéndose mal y no fue capaz de decirlo—, Derint tomaba cada paso lento con cuidado, guardando silencio en su marcha.


    Al ver a su rostro Freddy lo notó serio. Creyó que se debía a la nueva situación.



    —Freddy: Derint, yo…


    —Derint: Ya te dije que está bien. Deja de hacer esfuerzos innecesarios. Eres más útil consciente, friki.


    —Freddy:...¿Sabías que yo estaba…?


    —Derint: No—notó el cuerpo del mayor tensarse ante su respuesta rápida. Él solo suspiró, sintiendo quw debía cuidar sus palabras. Malditos remordimientos—Pero sí noté algo raro. Imaginé que tenía que ver con tus heridas.



    La caminata hacia el auto siguió, lento. Lento pero seguro, Birian al parecer aún no los notaba.



    —Freddy:...¿Por qué no dijiste nada?


    —Derint: ¿Ahh? ¿Se supone que yo debía decir algo? Pero si tú eras el de mal estado, imbécil—alzó la voz, no creyendo su insensatez. Bufó— ¿Crees que me importa? Me vale un bledo cuando y cuánto te duela el trasero, por mi que te d-


    —Freddy: Eres el mejor, amigo. Sin duda haría lo que fuera por cambiar las cosas entre nosotros…lo que fuera—apretó su mano izquierda sobre el brazo de su amigo. Sonriendo, alegre por saber que ese no era un sueño y que en realidad él estaba allí. Qué aunque Derint seguía molesto con él por su estupidez, su traición a él, aún así mostraba algo de preocupación por él. A pesar de que no quedaba nada de lo que tuvieron de la amistad de años, Derint aún seguía allí, a su lado “Eres…”—...Son…lo más importante para mí—se aferró más, sin soltarlo, con lo poco que le quedaba de consciencia. Sin arrepentimiento alguno. Solo su sonrisa sincera, dejando su cabeza caer e inclinarse a un costado de la mejilla del azabache, sintiendo los azabaches cosquillear su nariz—gracias…-



    Y no pudo más con el mareo y la pesadez en su cuerpo. Luchó con aguantar hasta llegar al auto pero no pudo lograrlo. El dolor en su costado y cabeza era insoportable.


    Por suerte Derint se apresuró a sostenerle con más firmeza justo en el momento en que todo su cuerpo pareció perder fuerzas. Freddy era en tamaño mucho más grande que él e igualmente pesaba más, pero gracias a las prácticas de boxeo que tomaban podía ser capaz de aguantarlo.


    Tsk, ese idiota. No hacía más que darle problemas.



    —Derint: Eres un…hum, no importa—murmuró ya rendido. Como pudo pasó su mano por su espalda para de esa manera lograr sostener su peso con más facilidad—


    —Birian: ¿Qué le ocurrió al amo Fred? —aunque sonaba calmado se había acercado lo más rápido que pudo al instante que notó a ambos chicos—


    —Derint: Colapsó por la falta de descanso—con el chófer a su izquierda fue sencillo pasarle el brazo del Jameson para así poder entre ambos llevarlo al auto—No dijo nada pero, ya venía sintiéndose mal desde antes, el muy idiota.


    —Birian: Ya veo. Supongamos que por esa razón le pidió que lo acompañara.


    —Derint: ¿Cómo?


    —Birian: Digamos que el joven amo intuyó que no podría ir tan lejos solo y con usted cerca sería más fácil avanzar con confianza, ¿No lo cree?


    —Derint: ¿Con confianza? Claro, siendo el burro de carga.


    —Birian: Al menos en algo se entienden.


    —Derint: ¿Qué dijiste?


    —Birian: —tosió un poco—¿Compraron los regalos para los niños?


    —Derint: Hum, claro, ¿A qué si no?


    —Birian: Eso suena a que no fue para nada una salida agradable.



    Luego de eso sólo tomaron camino a casa.



    .-



    De hecho…la salida fue muy tranquilizadora para él, a pesar de haber perdido la paciencia por culpa del Jameson. Olvidaría el tema del cabezón y se enfocaría en lo otro bueno, así no sería tan malo recordar esa noche.


    Cuando le pidió acompañarlo estuvo apunto de negarse pero terminó aceptando tras ver el rostro tan cansado y afligido del mayor. Por más que le sonrió Derint notó que en realidad se estaba esforzando por parecer sereno, cuando no lo estaba. Ocultaba cosas. Seguía haciéndolo. Pensó en la llamada, en su estado y luego en lo que había escuchado decir del chófer.




    << En dos días…hum, finalmente el amo cumplirá su mayoría de edad, sin embargo, que triste será cuando el joven no vea a su padre en el partido. No es un buen regalo de cumpleaños>>





    Su cumpleaños



    Eso sería mañana. Justo el 7, viernes, día del partido. Hasta donde podía ver no se esperaría un tipo de celebración y tampoco había visto algún rastro en Freddy que le demostrara que él se acordara de su propio cumpleaños. O se obligaba a olvidarlo.


    Había algo en ese detalle que hizo que Derint acabara acompañando a Freddy a la tienda y era que, creyó, pensó que…podría encontrar algo qué regalarle a su—para algún avance entre ambos debía de hacer un avance—amigo. Pensó y recordó su propio cumpleaños, como por culpa de aquella mentira de su amigo que acabó descubriendo, su cumpleaños se vio arruinado hasta recordarlo con un mal sabor de boca.


    Derint realmente no le deseaba ese sentimiento a nadie. Menos al Jameson. Dolió y pudo haberle devuelto la moneda pero, jamás sería así. Él no era así, tenía una hermanita adorable con manitas adorables y carita sucia a quien le debía respeto y valoración por la admiración que ella le tenía. Volverce un monstruo humano no le sería de bien en ningún sentido, y en el peor de los casos acabaría con la admiración de Leint hacia él.



    “No tengo ni idea qué podría ser pero, seguro con darle un simple regalo se conformaría “
    pensó, bufando en lo que recargaba su mentón en su mano, mirando a través de la ventanilla del auto las calles que restaban para llegar a casa. “Todo lo que quiere es que el viejo esté allí, pero por cómo van las cosas es obvio que no irá”


    El padre del mayor, se había dedicado tanto a su trabajo que difícilmente le daba su tiempo a sus hijos. Y Freddy podría ya tocar la edad de mayor de edad pero aún así no ver a su padre, no disfrutar de sus triunfos y mejores momentos sin él…le afectaba inimaginablemente.



    Él…claro que podía entender lo muy bien.




    —Birian: Jóvenes, ya estamos llegando.



    Quizá por esa razón su padre le había dicho aquello aquella vez hace años atrás. Ser amigo de ese chico. Siempre parecía tímido con los demás, temeroso y cerrado, pero con él e incluso con su familia era más abierto, más sincero.


    Hace poco antes de perder la noción, Freddy le había dicho que ‘Ellos eran lo más importante para él’, refiriéndose a él y a su familia. Hum, la verdad es que no sabía qué rayos pasaba por la mente del mayor y cuan importante era para él estar entre la familia Rouss, incluso más que con la suya propia pero, a estas alturas no pensaba ser ignorante a ésto y evitaría hacerle las cosas más difícil. Intentaría—difícilmente, pero lo haría—, a partir de ahora ser su apoyo.



    Al llegar finalmente Derint se giró a revisar en qué estado estaba el Jameson y así saber si debían bajarlo a cuesta o no, aunque la idea no le agradaba mucho porque, tanto Johan como Leint harían preguntas si veían al friki en ese estado. Al menos esos eran los pensamientos del azabache.


    Pero por suerte eso no sería necesario ya que el chico había despertado—con mala pinta—algo soñoliento pero aseguraba que podría caminar.



    —Derint: ¿Estás seguro que no necesita-


    —Freddy: Esta bien amigo, te lo prometo. Te avisaré si no me siento bien.


    —Derint: Hum, como quieras.




    Luego de eso solo se despidieron de Birian y entraron a casa.



    Sin imaginar el alboroto con el que se encontrarían.




    Atsu.jpg



    El edificio de la organización era enorme, muy alto y sin mencionar muy "glamuroso" para tratarse de una base corrupta usada por un grupo de matones como ellos. En todos esos años la organización se encargó de decidir qué clase de lugar querían para ellos, cómo sería su centro de comando y qué tan llamativo sería, desde un principio usaron cuevas, lugares abandonados y campos en la nada solo para realizar sus encuentros fortuitos, no eran un grupo tan grande para aquel entonces ya que así como tenían ganancias cada año de una rica recompensa por realizar sus fechorías —recompensa que les ayudó a levantar su propio castillo—igualmente tenían bajas. Las múltiples pérdidas que sufrían cada año eran enormes, cada 20 de sus hombres perdían la vida durante las misiones que en cada año costaba al menos ochos meses exactos de planeación para asegurar una victoria, meses que en su mayoría se desperdiciaban entre viajes al exterior y a la casa blanca con solo el propósito de ajustar "cuentas". Cada movimiento era minuciosamente calculado por ellos y, en su mayoría vigilado por alguien del gobierno, y es por esa razón que solían tener tanto éxito en la captura de esos infantes del orfanato, al menos casi siempre, hasta éste año que fue diferente.

    No sólo habían perdido a los mejores hombres de la organización, y pilares principales, sino que también perdieron muchos meses de preparación, ¡Todo un fiasco! ¿Y porqué?

    Fácil.

    Por su culpa. O al menos eso es lo que Dylan le había gritado en la cueva en su arrebato de locura, pero Mako sabía que en realidad algo o alguien más había influenciado para que el plan fracasara, un tercero que debía ser eliminado cuanto antes.



    —Dylan: Oye Mako, ¿Porqué el bar tiene un restaurante anexado? ¿Cualquiera puede entrar allí ? ¿Y porqué me dejaste comiendo solo mientras tú bebías, ah? ¿Quién era el otro policía con el que hablabas? ¿Era un compañero de tu asqueroso trabajo?




    Aún cuando la organización que se traían entre manos fuera cierta y contaran con toda una base para ellos de tres edificios en conjunto, Mako esa noche observó de lejos la base con ojos de recelo y desechó la idea de entrar a ese terrorífico lugar, porque aunque era su hogar, había algo que odiaba más que a los metiches que se atrevían a estropear sus planes y era el hecho de tener que escuchar palabrerías corruptas de esos malditos políticos. Él trabajaba por su cuenta y sabía que no recibiría crédito por ello.

    Luego de hacer su llamada y reunirse con su contacto para beber un poco en el bar ahora mecionado por Dylan y, discutir un par de cosas que sería fundamental para el plan que se llevaría a cabo dentro de pocos minutos, por su parte se despidió del conocido y quedaron en que hablarían después y que ajustarían cuentas más tarde. Ok, no, eso jamás paso, ya que Lu, su contacto y superior solo se había levantado de su taburete y se había largado dejándolo a él seguir bebiendo solo.



    —Mako: —recordarlo le causó una mueca en sus labios—Que mal compañero fue, a la próxima él pagará las bebidas. Pero al menos consiguió los registros del chico.


    —Dylan: ¿Me…ignoraste? Ah, bueno, entonces no te importará que tome a una de estas víctimas~ Delicioso.



    Ah, claro y ese que le hablaba ahora era el demente de Dylan, quien en realidad estaba tranquilo a comparación de cuando fue a verlo a la cueva. Lo de tomar una victima significaba atacar a una persona y hacerla desangrar lentamente hasta que muriera, pero Mako no estaba de ánimos para lidiar ahora con los desastres del menor.


    —Mako: Ya déjalo, es hora de irnos—lo tomó del cuello de su chaqueta negra de cuero, que por cierto le quedaba como el demonio, y lo jaló a tiempo antes de que éste atacara a una pareja por la espalda que justo pasaban a un lado de ellos. Luego lo soltó, cruzándose de brazos lo miró con cansancio —¿Qué tal la comida chatarra?

    —Dylan: No soporto el aceite en la comida y odio el pescado, y el sabor del salami en el espagueti ¡La odio!

    —Mako: Y aún así comiste todo un plato de pasta—enarcó una ceja—

    —Dylan: Las albóndigas son lo mejor—y esa sonrisa diabólica —

    —Mako: Me hiciste comprar esa carne para nada…—suspiró dramático—

    —Dylan: Con esa carne no alimentarías ni a los perros, oficial~—Le sacó la lengua—



    Bien, digamos que cumplir con los antojos del menor era lo más difícil que le haya tocado en el mundo. Aparte que la idea de cuidarlo ahora y ser el responsable de su trasero no le emocionaba pero tampoco se quejaba, Dylan era un simple joven demente que no podría valerse por sí mismo a menos que se dedicara a solo matar, siendo lo único que sabía hacer.


    Joven no, pero era más joven que él, entonces…


    Al chico le faltaban varios tornillos que lo volvían un sujeto aparatoso; ruin, sin racionalidad sana. Dejarlo solo era una locura y un acto muy descuidado de sus compañeros, si de la organización–mafia del gobierno— se referían, su cuidador o al menos el único que demostró preocupación por la vida del chico había muerto junto al resto la noche del festival, con su muerte la guía que controlaba las riendas del monstruo del abismo sencillamente se había desvanecido junto a él, y Mako podía sentir el gran odio que Dylan le transmitía a cada segundo que lo tenía cerca. No le tenía confianza.


    Suspiró. Lo vió mirar las calles del vecindario con ansias a cada que alguien pasaba frente a ellos, seguramente pensando atrocidades omicidas.


    " Suoh fue el único que logró mantener al chico cuerdo sin morir en el intento"
    sus manos las guardó en sus bolsillos. Siguió mirando al menor emocionarse por lo más mínimo de la calle. Aunque no lograba comprenderlo sí podía adivinar porque el chico se vió afectado cuando Suoh había muerto.


    Cuando se vió abandonado por él


    —Mako: "Nunca seré como Suoh" —ni deseaba intentarlo. Lo único que le interesaba era mantener al chico estable, y mientras estuviera con vida y a su cargo él lo usaría a su favor. Lo haría trabajar en lo único que era bueno— Oye, demente. ¿Ya estás listo para la misión?


    Hacer correr sangre era su perfección.


    —Dylan: —no se giró a verle, su vista seguía puesta en la carretera y en las personas que pasaban—¿Puedo desangrarla?



    Un gorgoteo o ¿Un gemido? Entre dientes su respuesta había sonado cargada de algo más, a su vez como si su boca en esos momentos estuviera ocupada con algo. Mako lo pasó por alto. Dylan era un simple loco.



    —Mako: ¿Quieres torturarla? —enarcó una ceja—



    Hace poco se dio de cuenta de la amenaza que era para él cierta personita que trabajaba en su misma jurisdicción, lo que lo llevó a tomar cartas en el asunto. Arriesgando un poco su placa y su imagen pero para eso había hablado con su contacto por algo de apoyo, sin mencionar el enorme papel que tendría Dylan en el asunto.


    Solo haría ver todo como un accidente. Un plan perfecto.


    Hum, y según su reloj, ya era hora de darle inicio.



    —Dylan:...No—respondió en un tono calmado, pero exitado. Mako no sabía si estaba emocionado por la misión o qué, pero si dedujo una cosa y es que Dyl estaba en una de sus facetas. Su cuerpo de repente se giró hacia él después de dar un distorsionado "No" por respuesta. Su mano que parecía sostener una bolsita de dulces de colores mostró los sin fines de chucherías que el más joven pensaba devorarse sin contar los que ya se había tragado. ¿De dónde había conseguido esos? Ni idea, tampoco creía recibir una respuesta si preguntaba. Pero con una simple mirada Mako se dio de cuenta del sadismo del menor cuando éste, con uno de esos dulces en su boca, lo siguió mirando a los ojos profundo e intensamente en lo que poco a poco abrió su boca en un gesto bulgar, de donde con sus dedos retiro poco a poco un dulce rojo que ya había lamido y por ende sus labios habían tomado un tono rojo sangre. Relamió sus labios, sin despegar los ojos de los oscuros del oficial, saboreando lo dulce del caramelo y volvió a abrir sus labios para seguidamente meter de manera lenta aquel dulce a donde había estado. Labios cerrados sobre un par de dedos y luego los semi abrió otra vez retirando sus dígitos—Su sangre es todo lo que quiero…


    —Mako: ¿Era necesario toda esa actuación..? —desagrafable. Dylan se giró lentamente hacía él, inquietando al mayor—Bien, ok, olvida eso. Entonces puedes hacer lo que quieras con ella.


    —Dylan: ¿Siiii? —bajo la emoción sonrió, escalofriante acto, dando un par de pasos hacia el mayor—



    Pero Mako alzó una mano en señal de que se detuviera, justo cuando escuchó su teléfono sonar. Salvado. Hum, justo era esa la señal que esperaban.



    —Mako: Bien, ya es hora de empezar el juego. Ya la carnada mordió el anzuelo, ella se dirige para acá. Tu destino será el coliseo nacional.


    —Dylan: Ahh~ ¿Es tu novia o ex?


    —Mako: Vete al diablo.



    La risa del demente fue lo último que escuchó Mako, cuando acordaron que se verían en el coliseo y a la hora en que se reunirían, no hubo mucho que discutir sino el hecho de asegurar que esa misión saliera bien. Debían asegurarse de que la amenaza no llegase a el día de mañana.

    Dylan había sido el primero en partir, tomando un auto cualquiera que vio por ahí y que terminó robandole a un tipo que apenas salía de una tienda. El escándalo que se creó luego de eso fue inevitablemente, los gritos del hombre pidiendo porque detuvieran a ese ladrón de autos llamó a montones la atención de los civiles y como Mako esperaba, su nombre como policía fue llamado dándole la entrada perfecta para tomar su camino. El escenario perfecto.


    Y ya en su patrulla, tomó el comunicador radial haciendo contacto con su equipo de apoyo.



    —Mako: Aquí el oficial Mako, el fugitivo a sido localizado y hubicado en el barrio irlandés del distrito 7, repito, se confirma la aparición del fugitivo. Tomó un auto y escapó en dirección a la parte central de Villa Neoma, cambio.



    No sabía cómo terminaría esa noche pero de lo que si estaba seguro es que, mañana sería un día de luto.



    Leintni.jpg


    La tía Deya estaba molesta.



    —Johan: …Y-Y fue por eso que c-cuando llegó-


    —Deya: Te encontré hecho un manojo de nervios ¿No es así? —afirmó más en la última palabra sonando más fuerte, con sus manos en su cintura—


    —Johan: S-Si, señora—bajó su mirada con temor—


    —Deya: ¡¿Señora?!


    —Johan: ¡T-Tía! ¡Si, tía Deya!


    —Deya: ¡Soy señorita aún, mocoso! ¡Que no se te olvide! ¿Quieres que te dé un castigo también?


    —Johan: N-No, seño- ¡Tía!


    —Deya: ¡¿Ibas a decir señora?!



    La escena a la vista era graciosa, temible pero graciosa, al menos eso era lo que pensaba Freddy.


    Hacía poco de haber llegado a la casa Rouss, en donde casualmente se encontraron con una situación nada agradable para la familia ya que para cuándo Derint y Freddy llegaron Deya estaba en medio de un intercambio de palabras con los menores. Johan siempre fue un chico serio y de pocas expresiones pero, esa noche Freddy descubrió que su hermanito podía poner gestos de todo tipo y más de terror. Nunca lo había visto así.

    Allí, en medio de la reprendida que al parecer ambos recibían—más Leintni, quien no dejaba de mirar el suelo— fue que se enteraron que Leint había vuelto a desaparecer de repente, pero según por palabras de la niña simplemente se había distraído y luego de terminar su trabajo se desvió de camino y acabó visitando la casa de un conocido, claro que tal declaración atrajo la atención de todos con muchos grados de preocupación y kilos de terror, porque no podían evitar imaginar escenarios dramáticos en la que cabía la posibilidad de que en esas salidas algo pudiese ocurrirle a la niña.

    Y todos estuvieron de acuerdo en ello, nadie refutó a la posibilidad. Desde Johan hasta Derint demostraron su desacuerdo en que Leint siguiera desapareciendo así de la nada.


    Y hubiese sido peor la situación si Derint se hubiese encontrado en mejor humor como para también regañar a la niña, recordando que anteriormente ya había tenido una conversación sería con ella por el mismo tema. Sin duda alguna también le hubiese gritado y regañado, más duramente de lo que Deya lo hacía ahora. ¿Razones para no estar humor? Freddy.


    Ya venían lidiando con una situación delicada a causa de la niña. El gobierno los tenía a raya, un desliz más y perderían irremediablemente la custodia de la niña, les gustase o no. Eso traía más nerviosa a la dama, no deseaba perder a su niña. Tuviera un padre, tía y hermanos, eso no evitaría que el gobierno cumpliera su palabra.

    Y aunque Leintni no estaba enterada de ésto sí sabía que seguir preocupando a su familia así no estaba bien.



    —Leintni: No lo volveré a hacer.




    Habían sido las palabras, entre el dolor y el arrepentimiento de la niña de ojos heterocromáticos. Tras recibir su castigo, bajó su cabecita y llevó sus pasos a un ritmo lento hasta su habitación, en donde se encerraría hasta que le dieran el permiso para salir.


    Ya después de eso Johan fue el único en quedarse en presencia de la dama mayor y, digamos que Deya no se contuvo de seguir regañando al chico.

    Era eso lo que justo ahora observaban ambos chicos desde la lejanía.



    Freddy estaba sentado en uno de los sofá de la salita, disfrutando de una extraña bebida que recién le había traído Derint en lo que dejaba que el té hiciera efecto de calmarlo y quizá así no pensar tanto en la pequeña Leint y sus desapariciones—lo volverían loco en cualquier momento—, en cuanto a Derint, bueno, estaba sentado a su lado revisando su teléfono. Era gracioso para él como su amigo solía casi siempre rechazar sus regalos, sin embargo en esta ocasión había aceptado el teléfono que le había dado de regalo, que aunque no recibió un "gracias" de su parte, verlo usar su regalo era más que suficiente.

    Freddy giró su atención por un momento, mirando de reojos al azabache, y sonrió.



    “No está siendo muy justo conmigo comportándose así. No dirá que se preocupa pero, sus acciones valen más que las palabras”



    Cada gesto lo recordaría en memorías, pero sus acciones quedarían marcada en su piel.



    —Derint: ¿Qué es tan gracioso?

    —Freddy: —perdió su enfoque mirando a otro punto. Pero su sonrisa no desapareció—Nunca lo había pensado pero, tu tía realmente es una mujer hermosa.

    —Derint: ¿Qué? —su atención en el teléfono pasó a el mayor, poniendo cara de poco amigo—

    —Freddy: Si, digo, es una mujer joven, estudiada y muy exitosa, que a su joven edad ya a logrado lo que muchos a su edad aún tienen como objetivo del futuro. Éxito, un trabajo fijo, tiene su propia compañía y aparte es abogada. Sin la responsabilidad de una familia, hablando en términos a tener un esposo o hijos, es más, optó por seguir un estudio para mejorar en su bufete. No se detuvo allí, ha extendido sus planes de estudios a otro nivel, tiene claro lo que quiere, sin contar lo mucho que se preocupa por su familia. ¿No es admirable?


    Aunque la manera en que decía todo era en modo de admiración Derint no lo estaba tomando de la misma manera. Claro que sabía todo eso de su tía, era su tía después de todo ¿No? No entendía porque de la nada el Jameson se ponía a hablar de ese tema y a fijarse en esos detalles sobre la dama. Por favor, no era nada nuevo, si era admirable porque era una mujer joven pero ¿Qué con eso?

    Ya sus manos estaban cerrándose poco a poco, sentía algo ¿Cálido e incómodo en su pecho? No sabía descifrar lo.



    —Freddy: Eres afortunado de tener una familia así.


    —Derint: ¿Así cómo? —no pudo evitar sonar tan serio —


    —Freddy: Afortunada. Especial. Bendecida…je, yo hubiese- hum, no importa, yo te aseguro que haría lo que fuera por protegerla.


    —Derint: ¿Ah? —parpadeó incrédulo. Miró el rostro de su amigo y luego miró a donde veía ahora descubriendo que seguía viendo a su tía ¡Su tía! —Espera un segundo. Maldito depravado…¿¡Acaso te gusta mi tía!?


    —Freddy: … ¿Qué?







    …Debía de ser una broma.




    [Fin de la IV Parte]


    Freddy & Derint.png
     

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