Tal Parece que Morir se ha Vuelto una Opción

Tal Parece que Morir se ha Vuelto una Opción

Mis lágrimas, mis malditas lágrimas no dejaban de surcar por mis coloridas mejillas hasta llegar a las ropas de ella.

No podía creer lo que estaba pasando, lo que me ha pasado.<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com<div class=" /><o:p></o:p>
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Esto es imposible. Esto es increíble. Este dolor es insoportable, este dolor no es normal. Todo mi ser esta desgarrado.<o:p></o:p>
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Nadie me auxilia, estaba muy oscuro, sentía miedo.<o:p></o:p>
Tal parece que morir se había vuelto una opción.<o:p></o:p>
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¿Qué debía hacer? Esa pregunta había sido la más perturbante que nunca me había echo. Sentía tantas cosas: Miedo, Dolor, Angustia, Incertidumbre, Agonía, Tristeza, Decepción, Preocupación.<o:p></o:p>
La lista era interminable y exasperante. <o:p></o:p>
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En realidad no aguantaba, eran tantas cosas que mi pobre cerebro y corazón explotarían.<o:p></o:p>
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Anhelaba tanto que alguien pasara por esa fría calle para ayudarme, pero al mismo tiempo no quería que nadie se enterara del horrible crimen que había cometido inconcientemente. <o:p></o:p>
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Los faroles de mi deportivo alumbraban la escena del crimen y al mismo tiempo el frío rostro inerte de ella.<o:p></o:p>
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Sin previo aviso, el miedo desapareció por unos minutos. Lo único que rondaba en mis pensamientos era el deseo de estar en el lugar de ella, de que todo fuera una pesadilla, algo ficticio, una mentira. Algo que nunca paso. <o:p></o:p>
Pero estaba pidiendo mucho, quizás demasiado, ya el error estaba hecho, no había marcha atrás, no importaba cuanto lo deseara aún y si estuviera dispuesto a dar mi propia vida. <o:p></o:p>
No había salvación. <o:p></o:p>
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Maldigo el momento en que Andrés quiso llamarme. Detesto el hecho de haber contestado su llamada. Odio haberme vuelto alguien despreocupado mientras manejaba sobre la lluviosa noche. Lamento haberla atropellado. <o:p></o:p>
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Mis lágrimas seguían mojando sus ropas y paseando por sus mejillas, al igual que por las mías. <o:p></o:p>
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Mi cabeza parecía un centro de grabación. La escena de lo que había ocurrido minutos atrás se repetia y repetia y repetia y repetia y repetia… atormentándome despiadadamente haciendo que las lágrimas salieran con más fuerzas de mis ya rojos e irritados ojos. <o:p></o:p>
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- ¡Oh cielos! – fueron las primeras 2 palabras que dije después de 10 minutos, yo aún no había analizado lo que estaba pasando. <o:p></o:p>
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Mordí mi lengua. Un fuerte deseo masoquista recorrió cada parte de mi cuerpo, me sentía el ser más detestable del mundo, talvez podría llamarme a mi mismo “Hitler”, o algo así.<o:p></o:p>
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Ya habían pasado 20 minutos y yo no había emitido una tercera o hasta una quinta palabra. Ya habían pasado 20 minutos y yo aún seguía inmóvil, arrodillado en el mojado y resbaloso pavimento con su cuerpo en mis brazos, en media carretera y completamente solo. Ya habían pasado 20 minutos y yo aún no entendía con exactitud lo que había pasado. Ya había pasado 20 minutos e increíblemente la parte de mi cerebro que habla con lógica, no comprendía que apenas eran las 9pm y solo estábamos allí ella y yo. <o:p></o:p>
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Sentía frío, tenia hambre, estaba temblando y de seguro me enfermaría, pero no me alejaría de ella, no quería dejarla, quería abrazarla hasta no sentir mis brazos. Creí que por el momento era lo único que podía hacer por ella tomando en cuanta que aún estaba conmocionado por lo ocurrido. <o:p></o:p>
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Rosee mis dedos con sus labios. Todo rastro de maquillaje había sido borrado por la lluvia pero aún sus labios estaban rojos. <o:p></o:p>
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Desee besarla e imagine en mi muy retorcida cabeza que después de terminar con aquel hermoso beso el sol en lo alto estaría iluminando todo y ella estaría feliz y yo en mis cosas.<o:p></o:p>
Pero todo aquello era absurdo, lo único coherente era el deseo de besarle.<o:p></o:p>
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La bese mientras mis lágrimas seguían manifestándose. Recordé todo lo que habíamos pasado juntos y cuando ya yo no sentía el sabor de sus labios en mi boca la observe con extrema dulzura, hay fue cuando acepte el hecho de que yo había matado a mi esposa. <o:p></o:p>
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