Escribí este fanfic para la actividad "Novatos al ataque", donde lo enviaba y me regresarían corregido y bien... aquí esta: TAKESHI La base Anbu de Konoha estaba habitada de un puñado de ninjas involuntarios a su deber. Las áreas militares de Konoha eran las más pobladas, y quedaban tantos ninjas como sueños vivos en la aldea; y los triste es que el número de ninjas ya no superaba ni la mitad de hace 100 años, cuando por la mañana y la tarde había luz que se daba de un lugar apartado de los cables y la corriente eléctrica. Todo se ha podrido. Era muy raro que alguien supiera a ciencia cierta cómo y porque se dio la aldea, no le daban conocimiento a casi nadie, de nada. Operaban a las mujeres y a los hombres inmediatamente en su adolescencia para no tener hijos. Y si los tenían los mataban. Era como si quisieran darle un fin lento y aterrador a la aldea. Y a todo el que haya tenido la desdicha de haber nacido en ella. Muy pocos sabían porque, hasta que la curiosidad tuvo la potencia suficiente para lograr que un chico se pregunte el porqué, y su nombre era: Takeshi. Su intento de huir junto a su familia lo hizo llegar a las ruinas de la academia Ninja, donde descansaron, como todo niño sintió curiosidad, y eso llevo a los libros de texto, tan maltratados y deteriorados a sus ojos. Los ojeo y con dificultad, usando los conocimientos que le dieron sus padres en secreto sobre la lectura, pudo hacer que varias situaciones que abundaban en su mente perdieran el nombre de “preguntas”, pudo ver como inició la aldea, pudo ver lo que era el “Clan Uchiha”, e incluso pudo leer sobre un gran héroe que salvo a la aldea en muchas ocasiones del “clan Uzumaki” Los disparos los hicieron huir, la revelación de los grandes misterios término, su madre y hermano recién nacido inocentemente culpable de la huida, fueron alcanzados por las balas. Y sin saber esto, Takeshi y su padre siguieron corriendo. No hubo necesidad de detenerse para que se dieran cuenta que faltaba alguien, y su hijo. Fue lamentable, lagrimas llenas de dudas cayeron de sus ojos. Con esperanza, pero con miedo regresaron, pero Takeshi tenía una segunda intención. No estaba satisfecho con el conocimiento que le dio la tinta del papel de aquellas ruinas. Pero sus propósitos y la ilusión se borraron al ver los dos cuerpos tendidos en el suelo. Ya lo sospechaban, la pena no tuvo tanto impacto. Takeshi sabía que su padre no permitiría que su última compañía, que era él, compartiera el destino de su madre y su hermano, no iba dejar que muriera, por lo tanto, no se arriesgaría a dejar que fuera solo a las ruinas de la academia ninja. Los pensamientos se interrumpieron al ver de lejos como alumbraran el obscuro aire las linternas de los guardias. Entonces corrieron, a una dirección distinta, buscando un techo entre aquellas ruinas que quedaron de una supuesta aldea con una verdadera vida. Después de unos minutos encontraron un lugar; era muy pequeño, no podía ser una casa, tenía unos viejos asientos frente a una larga mesa, y una especie de cocina pasando la primera puerta. Takeshi solo estaba esperando algo: Que su padre durmiera para poder escapar a lo que antes era llamado academia y tomar todos los libros posibles. Pero su padre solo lloraba, y Takeshi solo lo miraba fijamente, lo cual hizo que su padre sintiera cierta incomodidad, cuando el sueño logro tumbarlo, Takeshi salió corriendo. Durante el camino Takeshi cayó, y una bola de pelo se lanzo contra el arañándolo y se alejo. Era un gato. Takeshi se levanto y se puso en cuclillas. Y sin rencor alguno dijo: —Neko wa, koko ni kuru (Gatito, ven aquí). El gato fue tras él, todo el camino no hubo ningún guardia ni nada que lo obstaculizara. Llegó caminando hasta donde pretendía llegar. Y abrió un gran almacén, del cual cayeron libros y pergaminos, que asustaron al gato. Takeshi abrió uno de los pergaminos, el cuál parecía ser un mapa, un mapa de la antigua Konoha. Y lo vio con atención. Vio unos montes gigantes que llevaban formas de cabezas humanas. Vio cientos de árboles, vio un bosque muy grande con una etiqueta “El bosque de la muerte”, pero se dispuso a buscar su ubicación, ubico la academia ninja, y con su dedo siguió el camino asía su “refugio”. ¡Era un puesto de ramen! Continúo leyendo todos los libros que pudo. Aunque le costara tanto trabajo. Alguien azoto la puerta. Y Takeshi y su acompañante quedaron encerrados. La sangre hirvió. El gato podía sentir el miedo de Takeshi en el aire. Las balas entraron sin previo aviso por las ventanas.Su padre tuvo pesadillas y sueños hermosos alternados, fue algo cansado y despertó. El esperaba ver a Takeshi, y Takeshi esperaba que lo viera leyendo libros con diez más a su lado, pero no vio a nadie. Es verdad. La curiosidad mató al gato… Pero el gato murió sabiendo
