de Inuyasha - Tú y Yo.

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Dark Kagome, 9 Junio 2009.

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    Dark Kagome

    Dark Kagome Iniciado

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    Tú y Yo.
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    Tú y Yo.

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena…
    Relámpago, centella y trueno. Rayo negro que bajas del cielo.
    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena.
    ¡Oh! Que es lo que escuchan mis oídos, uno dos tres crujidos. Huesos crujir en medio de la noche.
    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena.

    Noche de tormenta sin fin, batalla apocalíptica asemejaba el cielo de mi negra noche en la que he de pasar en vela. En vela por tu culpa oh demonio mió, oh ángel mió que condena me has impuesto.
    A tu derecha un ala blanca impecable he inmaculada, a tu izquierda un ala negra y perfecta. Entre ellas y a tu espalda una melena platinada y sedosa que me tentaba a enredar mis dedos en ella.

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena.

    Te llevas mis días y te llevas mis noches. ¿Qué me dejas? Nada, solo tu recuerdo que se marchita con el paso del maldito tiempo. El que muere con las agujas del reloj invertido.
    Tic-Tac, Tic-Tac. Una y otra vez el ruido incesante del reloj que se come con el tiempo mi recuerdo fresco de ti.

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena.

    Me miraste, me hablaste, que delicia el escuchar mi nombre salir de tus prohibidos labios. Mi deseo mi anhelo mi perdición.
    Otra vez me llamaste, apareciste ante mi, separado a la vez de mi por el cristal de mi ventana. Lo tocaste, lo volviste a tocar. Llamabas a mi ventana con tu mirar de hielo y fuego.

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena.


    Te deje entras, ¿Por qué dudar? Si eres aquello que es prohibido. Como el amor mas prohibido eres lo mas delicioso, dulce néctar de mi locura y mi delirio. Oh ángel endemoniado que has de posar tu cuerpo húmedo por la lluvia torrencial en mi cama. En silencio me miraste, me analizaste como un cazador que examina a su presa.

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena.


    Las horas que mataban tu recuerdo fueron congeladas por tu mirar de hielo y el tiempo que me dedicaste ahora lo reviviste con tus orbes de fuego.
    Esos ojos grises, esa joya que me tienta. Penumbra y deseo ¿Por qué me haces esperar? Si sabes que muero por no tenerte y muero nuevamente por tenerte.

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena.


    Lento y magnifico te acercaste a mi, tus alas dejaban un hilo de agua en mis sabanas de seda y tu cabello de plata goteaba elegante. ¿Qué no amaba de ti? Amaba esa mirada que mata, esa frialdad que condena, esa seriedad que fulmina.
    Mil y un virtudes y mil y un defectos. Ángel y Demonio, Demonio y Ángel. Solo mió. Nunca de nadie mas, solo mió.

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena.

    Acercaste tus labios fríos a mis labios calidos y cual alma partida en dos la volviste a unir con un beso. Un beso que transmitía todo lo que las palabras se tragaban, todo lo que otras acciones no igualaban. Oh demonio mió. Nuevamente me has derrotado ¿O yo te derrote?

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena.

    ¿Acaso importa si hay ganador o perdedor? Nunca mas.
    Pase a llevar mis manos por tus brazos esculpidos en piedra y mármol divino. Mis dedos delineaban cada contorno de tu piel húmeda y fría. Llegue a tus hombros tensos y me detuve a acariciar Así como tu lo hacías conmigo. Me tocabas, me acariciabas, me abrazabas. Como si no me quisieras dejar ir, como si no hubiera un mañana y es que no lo habría.

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena.

    El Apocalipsis era. Demonio y Arcángeles peleaban por sus amos.
    Tu y yo, enredados entre sabanas blancas batallábamos por quien tomaría el control de nuestras bocas. Ni a ti ni a mí nos importaba el final. ¿Por qué importarnos algo así? Si nosotros estábamos unidos ahora y siempre.

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena.


    Así como la tierra se movía en constantes sismos y terremotos, tu te movías y yo me movía. Dentro de mi estabas y yo dentro de ti estaba.
    Sudor, gemido y deseo enfurecido. Una y otra vez me hiciste tuya, allí, en medio del mismo fin del mundo. Ángel y Demonio. Hiciste tuya mas de una vez a una humana.
    Pecaste ante el cielo y el infierno.

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena.

    Jamás te importo nada de eso. Nunca estabas sumido a una ley divina o infernal. Yo solo seguía una ley. La ley de mi amor. La que dictaba mi corazón.
    Porque en el mismo infierno o en el mismo cielo o en la nada haré gritar mi voz.

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena.

    Gritare al los cuatro puntos así como tu gritaste a los que disputan tu cuerpo de Ángel y Demonio. Así como tu encaraste a los ‘Supremos’ de dejar todo por mi. Yo grito y vuelvo a gritar… Te Amo.

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena

    Entre sabanas nos encontrábamos, cansados y sudados. Nuevamente me hiciste tuya y en susurros decías mi nombre ‘Kagome…’. Sonrisa dibujaba mi rostro entre dormido. Era feliz allí y así en susurro dije tu nombre ‘Sephiroth…’
    En el unísono de voces cansadas y agotadas un Te Amo salido de los dos y el fin del mundo siguió.

    Suena, suena otra vez. Retumba y resuena

    En la nada estábamos, así, desnudos y unidos.
    Ya no sabíamos si vivíamos o estábamos muertos pero ¿Qué importa?
    Estamos juntos, mas allá del cielo, mas allá del infierno.
    Juntos eternamente.
     

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