Uno que otro poema, escrito o sentimiento, desde esta cazadora de almas que hoy les agradece su atención. 3 Minutos de mi ser… -No puedo comprenderlo –lamenta mi alma. -Aun no lo descifro –admite con pena mi mente. -¡Pues yo lo siento en vivo! –dice mi corazón adolorido. Que este nudo en el pecho, como lústrica flecha, siento hasta en mi espíritu. Confusión, miedo, fe. Aunado a la presión del tiempo, no se estanca, no da para atrás. ¡Qué envidia, tiempo maldito! ¡Tú, que nada te detiene, nada te nubla, nada te aqueja! ¡Tú, libre de dudas, de miedo, que te dedicas a pasar, a existir! ¡Tú, por quien sucumbe todo, deja de torturarme, vuelve a tomarme de rival y no de enemiga! Triste, nadie te culpa más que mi propia desesperación. Quiero entenderlo todo o por lo menos tener una idea, salir de esta confusión. Pero él… él tiene la llave y ha querido tragársela para que nadie más lo sepa. -Está en su derecho –musitó mi mente. -Lo amo lo suficiente para sufrir un rato más… -susurró mi corazón. -Su alma me pertenece ¿No puede soltar algo? –exigió mi espíritu. Me creí curada de su espanto, pero he vuelto a llorar. Temo. Aquel espectro de soledad, ave de mal agüero, volvió para decirme: “¡Ya todo puede terminar! ¿Es que acaso lo puedes salvar de si?” Ni siquiera lo concibo, no quiero perderlo otra vez, saber que fallé y no logré nada. Toqué su alma, la tomé cuando en su desamparo me la ofreció… pero mi miedo es real, su premisa también, por mucho que quiera intentar, con él no puedo pelear. ¿Y mi explicación, aquella cuya llave yace en él? No puedo ni tomarla, que para siquiera verla debería destrozarlo todo, parte por parte. -Eso nunca, no lo pudiera dañar, no puedo permitirme aquella sádica misión –concluyó mi espíritu, apoyado por mi mente. -¿Y yo qué? ¡¿Sólo yo debo perder?! –se acongoja el corazón que, con mi tranquilidad de prisionera, ha dado pie y cabeza a estas palabras. Mi corazón, siempre llevándose la peor parte, el de las ideas suicidas para obtener lo que desea, el que nunca piensa en mente y en espíritu pero siempre quiere que estos lo tomen en cuenta. -¡Ten fe! –le respondieron al unísono –Fe en él… Por algo es nuestro mejor amigo.
Lindo poema, sólo un problema ¡En color no! Está prohibido. Y... ¿A quien amas? xD lo siento, la intriga me ganó jojojo.
Hola, Ana! Acá sí vengo a comentarlo ^^ Bueno, como te dije por FB, me gustó mucho la especial tensión que se siente dentro de tu mente, y los dilemas que se suscitan entre los diversos estados que de ella divergen. Como si se estuvieran peleando contigo misma, un auténtico desacuerdo... Dos mentalidades en un solo cuerpo, o quizá más, que coincidan entre sí. Me gustó la idea de los diálogos entre los diferentes elementos de tu cuerpo, como si cada uno tuviera autonomía o libertad propia para expresarse, sin que ninguno dependiera directamente del cerebro. Por cierto, espero que puedas encontrar a tu amigo : ( Nos vemos! Saludos. EDIT: Abril tiene razón, modifica el color.