Sueños de escritorio

Sueños de escritorio ​

Cada segundo en el reloj es perdido
Cada sueño por el que nos esforzamos, fallido
Puedo percibir el petricor en primavera
Rompiendo en su aguacero todo lo que alguna vez quisiera


Volví a ser yo, la pequeña niña marchita en tristeza
Tan inerme y solitaria, como las hojas de un otoño cansado
Un corazón que antes alegre y ahora sin querer destrozado


Mis sueños casi siempre tienen insomnio
Y tú siempre permaneces distante, ¿Dónde estás justo ahora?
Soy la autora de la destrucción de mí ahora
Y tú el episcopio de los sueños de escritorio


Me diste alegría fugaz con apariencia eterna
Pero la eternidad la obtuvo la aflicción
Solo invertí en sonrisas ficticias alternas


Y el invierno en mí solo espera mi postración...