One-shot de Naruto - Sueño recuperable [kibaino]

Se me acaba de ocurrir un One-Shot. Pero lo adaptaré a un KibaIno ¿les parece? Espero que les guste mucho. :3

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Título: Sueño recuperable​

Autora: Kushina​

Género: Romance y drama​

Principales: Kiba Inuzuka e Ino Yamanaka​

Advertencias: Quien narra es Kiba. Vocabulario inapropiado para niños.​

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Mi madre me decía mucho un dicho que dice así: "No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde". Nunca le hacía caso omiso, pero ahora veo a que se refería, sobre todo con ella, esa rubia que me vuelve loco.​

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Todo por confiarme la perdí; por pensar que estaría conmigo en todo momento, por creerme el único en su vida. Mas no fue así. Aún sabiendo que él la trataba con afecto, no me importó y la abandoné. ¡Maldita sea la hora en que tenía que llegar él! Pero... Sé que tengo la culpa totalmente...​

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Lo que más me enoja es que ella dejó de hacer cosas que le agradaban hacer con constancia, sólo para que ese imbécil la aceptara completamente. Yo le permitía que fumara, tomara, vistiera como quisiera, hablara con quien quisiera -aunque me estuviese muriendo de rabia y celos-, se metiera en problemas... Pero era junto a mí... ¡Ahora prefiere estar con ese bastardo que le prohíbe todo!​

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Ya el mundo no me importa si ella no está a mi lado...​

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Una de las tantas tardes eternas me encontraba, como siempre, pensando en ella, en qué estaría haciendo con ese bastardo de Sai. Estaba dando vueltas por todo el parque cerca de casa, repito, pensando en ella. Akamaru mostraba en sus ojos un brillo de preocupación. Ya casi no le hacía caso como antes de que ella se fuera. A ella le encantaba acariciar su blanco pelaje...​

—¿Dónde te habrás metido, bonita? —parecía un loco hablando. Al menos tenía a Akamaru escuchándome, aunque era más para mí— Te he buscado desesperadamente en los lugares donde solías estar a menudo. Te detesto porque te dejas hacer eso y porque te has ido... Pero te amo porque eres la única con esa personalidad tan... Liberal... —suspiré. Akamaru se acercó y recargó su cabeza en mis piernas. Segundos después, levantó rápidamente la cabeza y volteó hacia la izquierda. Me percaté de esto e hice lo mismo. Era ella...

Era ella. Mi linda rubia de ojos azules: Ino Yamanaka. Me quedé estupefacto al verla acercarse a la banca donde yo estaba. Después de 3 semanas sin verla... Por fin, gracias al cielo, pasó el milagro de volverla a ver. Porque él la conquistó, ella me comenzó a odiar... Aún no entiendo porqué y nunca lo sabré.

Era ahora o nunca para hablarle.

—¡Ino! —la abracé fuertemente, aunque traté de no lastimarla, mas sentí sus manos tratando de separarme de ella— Por favor... No me rechaces este abrazo... —dejó a sus manos en paz. Luego de un minuto, nos separamos y Akamaru se le acercó meneando su rabo; era obvio que estaba feliz por verla.

—¿Qué es lo que quieres, Inuzuka? —era terrible escucharla llamarme por mi apellido. Sentí como algo dentro de mí romperse.

—Sólo... —dudé en terminar la frase. Volteé a ver su rostro y estaba enojada. Mierda— Sólo quiero saber porqué dejaste este amor —fruncí el ceño para evitar que las lágrimas se hicieran presentes frente a ella.

—¡Ay, por mi madre! ¿No es obvio, Inuzuka? —lo dijo como si fuera muy irónica mi pregunta. Akamaru comenzó a gruñir. Sí, Akamaru, ella no es ya la misma de antes— Ya no eras lo mismo.

—Dices que yo fui quien cambió sólo porque no quieres aceptar que tú fuiste la que en realidad cambió. ¿Qué fue lo que hice mal? —al parecer la dejé sin palabras. Tardó en reaccionar, pero antes de que pudiera decir algo, la interrumpí— Dime qué es lo que tiene ese bastardo, porque puedo conseguir ser como él sólo para recuperarte. Enserio te extraño, y no sabes cuánto. Enserio te amo y tú a mi me amas, pero no quieres aceptarlo. Mejor, dile que lo considero mi enemigo por tener algo que fue mío, aunque lo respeto de alguna manera por tener algo de valor infinito; tú.

Dejé de hablar pues la furia me invadía, y ésta misma hacía que mis lágrimas aparecieran en mis ojos. Al parecer en los de ella también... La abracé de nuevo para que no viera mis lágrimas, pero lo más seguro es que ya supiera la razón de mi abrazo, ella me conocía perfectamente.

—Sé que soy un inmaduro al no aceptar que un malnacido me haya robado mi sueño. Te odio al tiempo que te amo. Así que —me separé para verla a los ojos, los dos estábamos con las lágrimas deslizándose por nuestras mejillas— para ser feliz, sólo sería contigo. Aún cuando te odie, quiero estar contigo —me acerqué lentamente a su rostro y la besé apasionadamente en los labios. Ella me correspondió... Aún me ama...

Nos separamos porque una fuerte ráfaga de viento nos envolvió. La miré a los ojos y limpié sus lágrimas. Akamaru comenzó a ladrar y ella se colocó a un metro de mí en un segundo. Era él. Ese imbécil...

—¿Nos vamos, preciosa?

—Por supuesto —comenzaron a alejarse tomados de la mano. Me sentí paralizado de la confusión—. Espera, mi bolso. Se me calló por allá... —era cierto, su bolso estaba a mis pies— Voy por él...

—No, no. Yo voy. Espérame aquí, ¿vale? —ella asintió y él se acercó por el bolso, lo alzó y me miró— ¿No puedes entender que ella es mía? Ya nunca estará contigo de nuevo... ¿De acuerdo? —lo fulminé con la mirada y Akamaru gruñó y ladró quedamente. Era obvio que no tenía buenas intenciones para Ino...

—¿Sai? —llegó de sorpresa esa rubia— ¿Qué le decías?

—Sólo que nos veríamos pronto —sonrió falsamente. Bastardo.

Ahora sí, sin detenerse, desaparecieron del sendero de aquel parque.

—No te preocupes, bonita —grité sin importarme lo que la gente pensara—. Yo te salvaré. No me daré por vencido en recuperar mi felicidad. ¡Te lo juro!

¿Fin?​