[STATIONE CRAS] La historia de un cambio de ciclo Estaba allí, en pleno océano, el mar me cubría la mitad de mi forma física, mi cuerpo inerte sin posibilidad de reacción, contemplaba a lo lejos aquella luz que se marchitaba a pesar de yo querer agarrarla y cubrirla entre las palmas de mis manos, solté un silencioso suspiro e instintivamente mis brazos baje, la esperanza fue perdida y la completa oscuridad me absorbió… Fui tragado por ese infinito mar, divisaba a lo lejos mi monótona vida, tanto lo bueno como lo malo, principalmente esto último… No quería rendirme, pero mi resistencia estaba llegando a su fin, sentí como mi corazón era presionado con suma violencia por unas siniestras garras invisibles a la vista del ser humano común… —Hasta aquí llegué… —Me expresé deseando ser salvado, pero mi voz interna fue, deje de sentir mi cuerpo, mi consciencia pereció poco después… … Mis ojos se abrieron tras un tiempo, ¿horas? ¿semanas? quizás incluso tras años… Finalmente me percate de lo ocurrido, lo que alguna vez fue una pequeña ciudad, devastada en la oscuridad yacía en el ahora, mis memorias del ayer difusas son, unas cicatrices que seguían semi-abiertas recorrían todo mi cuerpo, mareado estaba… En la colina un descanso busque, esperando encontrarme con aquella luz del mañana, no obstante jamás apareció, seguí allí esperando impacientemente, el pasar del tiempo se me volvió irrelevante, quise levantarme una vez más, pero mis piernas estaban desgarradas, como si unas gigantes cadenas me tuviesen prisionero en estas ruinas de mi pasado… La inmensa oscuridad no me permitía divisar nada, guiado por aquella pequeña flama de esperanza que hacía mucho conseguí salvar, siendo esta la única reminiscencia que se mantuvo de aquella gigante esfera blanca, mis ojos no servían, mis instintos nublados por aquel frío eterno me hizo carente de los sentidos básicos. … Por inercia seguí caminando, subiendo la grieta por la cual había caído sin percatarme, unos susurros me perseguían, borrosas siluetas ennegrecidas con un gran ojo rojizo como rostro, me sentí juzgado y menospreciado, yo ignore esas voces gracias al trozo de pureza que aún se mantenía en mi corrupto cuerpo, mi esencia me hablaba para continuar… Los destrozados pilares, aquel eterno cielo cubierto de oscuridad, la marchita tierra de donde las almas salen, aquel escalofriante mar… Todo estaba muerto, pues aunque no pudiese ver, sentía como todo había sido tragado por la desesperación, a mis alrededores no había nadie más, ni los misteriosos entes quedaron, yo me quedé allí, quieto pensando que mi vida finalmente podría descansar en paz, es lo único que deseaba en realidad… … Un fuerte ruido se divisó a mi izquierda, por primera vez en mucho tiempo mis ojos realmente despertaron, mi cuerpo reacciono, quería dirigirse a esa armoniosa voz exterior, las cadenas mis piernas destrozadas dejó, mis brazos en completo hielo permanecieron, pero a pesar de todo yo continué motivado, lentamente di un paso tras otro, en aquel eterno pasillo entre estas ruinas y el mañana, sin pensarlo yo conseguí aferrarme a ese astro de tonos brillosos. Mi cuerpo se relajo, las cadenas de las que era prisionero simplemente se diluyeron, mis brazos se descongelaron, las cicatrices dejaron de sangrar a lo largo de mi cuerpo y finalmente mi corazón volvió a sentirse propio, contemple el horizonte, el cielo seguía teñido del más profundo color negro… No obstante y sin yo esperarlo contemple como se resquebrajaba el vacío superior, mostrando finalmente ese anhelado azulado resplandor, inclusive aquella estrella de luz regresó tras su extensa desaparición, a lo lejos se podían observar brillosos pilares blancos similares a los que había en mi lugar de origen antes de que todo fuese devastado, centenares de entes caminaban con armonía, todo yacía lleno de vida en esta inmensa ciudadela. Sin yo saberlo conseguí llegar al mañana, ese nuevo amanecer del cual siempre estuve esperanzado, encontré esa ansiada paz y felicidad al finalmente salir de aquel tormentoso pasado que no me dejaba disfrutar de lo que conocemos como vida, no solo mi ambiente físico, sino mi propia mentalidad, pues en vez de dejarme absorber por aquel mar de tinieblas y soledad me aferre a dichosa flama qué me permitió convertirme en algo más que una simple silueta de oscuridad. Solté un extenso suspiro, empecé a reproducir una serie de carcajadas e inclusive lagrimas de alegría de mis ojos salieron, por primera vez en mucho tiempo estaba viviendo de forma auténtica esta realidad, inclusive sin yo percatarme fui observado, no por aquellos entes formados de maldad, sino por un ser de luz que lentamente a mi se acercaba, sentí su sonrisa, la calidez en su abrazo y por último en mi oído escuche por primera vez su murmuró. —Felicidades, conseguiste llegar al otro lado de la vida—