Microrrelato Sombras

Es en estos momentos en los que te encuentras solo y a oscuras cuando puedes sentirlos con más facilidad, aunque sabes que están en todo momento y en la mayoría de los lugares.
Sabes que ellos siempre están ahí, observándote, oyéndote, aguardando a que la tensión se apodere de todos y cada uno de tus músculos para entrar en acción. Y es en esos momentos en los que tratas de convencerte de que no existen, que solo los hay en las películas y cuentos de terror, que los fantasmas son únicamente un invento de alguna persona supersticiosa.... Pero ¿por qué se comenzó a hablar sobre espíritus y fantasmas si no existen? ¿No será, a caso, que alguien, al igual que yo y que otros "afortunados", podía sentirlos?
Siempre me pregunté si nosotros, los "Elegidos" (por llamarnos de algún modo) fuimos afortunados o desdichados, siempre condenados desde nuestro nacimiento , al poder sentir la presencia de aquellos seres que ya no se encuentran físicamente con nosotros, pero que por alguna razón han dejado una parte de sí mismos para siempre en nuestro mundo.

La verdad es que siempre tuve miedo de este... don... porque siempre ha sido el desencadenante de mis temores a la oscuridad silenciosa de lugares grandes o pequeños, habitados, amueblados, nuevos o no. Y también, más de una vez, he temido de que uno de esos seres haya querido tocarme, o querido entablar una conversación conmigo, o incentivarme u obligarme a algo que yo no quiera. Hasta ahora, afortunadamente, estas cosas solo han sido productos de mi imaginación, y espero que los espíritus, concentraciones de energía, o lo que sean, nunca intenten hacerlo. Estoy segura que si alguna vez llegara a ocurrir, aquel "trauma" sería insuperable y lloraría cada vez que no lo recordara (más de lo que lloro cuando pienso en la muerte).

Ahora me encuentro sentada en el frío piso de mármol del oscuro y prácticamente desolado club, esperando impaciente el regreso de mi amigas, quienes (a mi parecer) afortunadamente, no sienten la presencia de los fantasmas y juegan con mi susceptibilidad.