Sombras del Corazón

Hola a todos ^^. Nosotros somos Ashirogi Muto, un dúo de escritores, integrado por Takagi y Mashiro. Este es nuestro primer original, que veníamos escribiendo hace ya un tiempo, y decidimos publicarlo aquí, para que compartan sus opiniones - críticas acerca de el :3.
Queremos agregar que los géneros son ( ya que solo se nos deja poner uno ): Acción, drama, romance, comedia, sobrenatural.
Por ahora solo subiremos el prólogo y el primer capítulo, pues debemos pasar la historia del manuscrito a al PC y queremos tener al menos 5 capítulos de entre la PC y el manuscrito.
PD: El prólogo básicamente es para comprender la historia desde un inicio, nada más que para eso xD.
Desde ya disfrútenlo :3.

Prólogo

Dos mundos aparte, Prebis y Pandrob, constantemente dependiendo de la energía vital que les proporciona la tierra. Los humanos, que por sus acciones determinan cual de los dos mundos vive o cual de los dos muere, están constantemente entre ellos. Prebis consigue su energía vital a través de las acciones buenas y de la tranquilidad y paz del mundo humano. En cambio, Pandrob obtiene la suya a través de las malas acciones y el desastre.
Hace miles de años, los habitantes de Pandrob lograron pasar al mundo humano, aunque solo pudieran pasar cierta cantidad de sus habitantes, mas precisamente 30, causando destrucción y obteniendo más energía vital, mientras que Prebis se debilitaba. Al pasar esto, Prebis descubrió una forma de llegar al mundo humano de una manera mucho más veloz que los de Pandrob, aunque solo podía pasar un solo habitante. Dado esto, se eligió a uno de ellos para formar equipo con un humano, y volver a enviar a todos los habitantes otra vez a Pandrob.
Mediante el tiempo pasaba, esto se ha repetido muchas veces, y fue el 12 de Julio del 2011 cuando nuevamente ocurrió, y el elegido fue Domith Vertrox, habitante de Prebis, para formar equipo con un humano, devolver a todos los habitantes de nuevo a Pandrob, y mantener el orden y la paz en el mundo humano.
Por ciertos acontecimientos, Domith terminó haciendo pareja con un humano, que hasta la fecha, había sido un humano común y corriente. Su nombre era Anthony Phamtom, de tan solo 13 años.
Juntos, ellos trataran de mantener el orden y la paz al mundo humano y a Prebis. Juntos, ellos lucharán con todos los habitantes de Pandrob y los regresarán a su mundo. Juntos, ellos pasarán por muchas cosas y conocerán a mucha gente, que poco a poco irá metiéndose en sus vidas, y a por desgracia, también saliendo. Es aquí donde comienza esta historia, es desde aquí donde comienza:

Sombras del Corazón




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Capítulo 1: El inicio.
Hacia no un cuarto de hora que había dejado de llover en aquella oscura calle de la ciudad de Londres, en donde Angélica Lomboton transitaba en dirección a su hogar, como todas las noches luego de su clase de arquería. Angélica tenía catorce años, media aproximadamente un metro sesenta y cinco, era castaña, simpática, amigable y muy inteligente. Aunque no era la chica más popular ni la que mas llamaba la atención, siempre fue una chica buena y bondadosa, dispuesta a ayudar a todos. Ella no sabía, que aquella noche del 1 de Abril cambiaría su vida totalmente.
Angélica caminaba tranquilamente, con su cabeza puesta en sus asuntos, cuando comenzó a escuchar pasos detrás de ella, el ruido de salpicaduras en los charcos que quedaban de la lluvia de hace un momento. Al principio no se giró ni le dio importancia, pero empezó a inquietarse cuando escuchó que los pasos aceleraban cada vez más y más su marcha. Angélica, aún sin mirar para atrás y un poco asustada, empezó a andar más rápido, pero los pasos detrás de ella seguían aumentando su marcha. Le empezaba a invadir el miedo, cuando decidió mirar para atrás. Y allí lo vio, un hombre encapuchado, con ropas rasgadas y una apariencia sucia estaba caminando velozmente. Ella, al ver esa escena, se echó a correr, y la persona detrás de ella lo hizo también. Angélica tenía buen estado físico, pero no era ninguna gran deportista, por lo que no duró mucho en comenzar a cansarse. Sin pensarlo entró a un callejón, y se encontró con que no tenía salida. Intentó retroceder, pero ya le habían bloqueado el paso.
_ Mmm, hacía mucho que ansiaba probar la carne humana…-Dijo aquella extraña persona.
Angélica estaba confundida y asustada, pero fue entonces cuando este ser empezó a emitir extraños gemidos, comenzó a retorcerse y a hacer movimientos extraños.
Angélica pensó que podría usar esa oportunidad para escapar, pero el horror que le dejó la escena siguiente no le permitió hacer movimiento alguno.
Esta persona empezó a retorcerse más bruscamente, cuando sus ropas empezaron a romperse. Su voz comenzó a cambiar, haciéndose más gruesa, comenzaba a hacerse más grande. En cuestión de segundos, empezaron a salirle espinas en todas partes del cuerpo, y dejó mostrar en su espalda desnuda, cubierta de pelos y agudas espinas, un gran cristal color celeste, con un número 7 grabado en su interior.
La criatura observó el rostro horrorizado de Angélica por algunos segundos. Ella estaba en shock, no sabía que estaba pasando, y menos que hacer. La criatura seguía mirándola fijamente, y el aire estaba lleno de tensión, ninguno emitía sonido alguno.
_ Mmm, -emitió la criatura – de verdad la carne humana es tentadora. ¡No puedo esperar a probarla!
Dicho esto la criatura comenzó a correr en dirección a Angelica, mientras ella seguía en shock.
La criatura avanzaba, sacando la lengua, emitiendo una sed de sangre inmensa. Angélica reaccionó, miró hacia todos lados en busca de auxilio o una salida, pero no encontró nada, solo veía a aquella bestia acercándose velozmente a ella.
No supo qué hacer, solo se agachó y puso las manos sobre su cabeza.
_ No… no… - Se repetía para sí Angélica - ¿Qué está sucediendo? No entiendo, hace cinco minutos estaba caminando a casa, y ahora… ahora…
La criatura seguía avanzando sin piedad, sedienta de sangre.
_ No… no quiero…
_ ¡Ya eres mía! Carne, sangre, huesos… ¡Ya no puedo esperar! – Gritó la criatura, preparando sus garras para atacar.
_ No quiero… no quiero….
La criatura dio un gran salto, preparada para lanzar el primer zarpazo.
_ No quiero… ¡NO QUIERO MORIR!
Angélica apretó fuertemente sus brazos sobre su cabeza, pero la situación dio un giro inesperado.
Una voz se escuchó desde arriba del callejón, la criatura desvió la vista de su objetivo por una milésima de segundo. Allí fue, cuando la sombra de Angélica y de todos los objetos cercanos se distorsionó rápidamente, levantándose y formando una barrera delante de ella.
_ ¡¿Qué?! – Exclamó la criatura.
La criatura instintivamente, sin poder esquivarlo, lanzó un fuerte zarpazo a la barrera, pero esta no se vio afectada y la hizo retroceder.
_ ¿Pero qué…?
Angélica vio de reojo todo lo ocurrido, cuando dos figuras descendieron de las alturas, y se posicionaron al frente de ella. Se podía notar por el cuerpo y por las voces que eran adolescentes, el de la izquierda tenía una capa con capucha color blanco, y el de la derecha lo mismo, pero en color negro.
_ ¿Estás bien? – Preguntó el chico de negro, propietario de la voz que se escuchó anteriormente.
_ ¡Domith! ¡La barrera! – Exclamó el chico de blanco, que poseía una voz más gruesa.
La criatura sorpresivamente lanzó un zarpazo más fuerte que el anterior, pero el chico de negro logró reaccionar a tiempo, puso sus manos delante de él y la barrera logró soportar.
_ Domith, – Dijo el chico de blanco - ¿Cuánto podrás soportar?
_ 30 segundos más, 40 como máximo.
_ Es suficiente, mantenla así.
_ ¡Malditos! – Gritaba la criatura – ¡Es mi presa! ¡No dejaré que me la roben!
La criatura seguía insistiendo, daba golpes y zarpazos a la barrear, que poco a poco se iba debilitando. Angélica no entendía nada, estaba a punto de caer desmallada, pero justo entonces la barrera se desquebrajó y se le hizo una abertura.
_ Anthony, - Dijo el chico de negro, que parecía estar haciendo un gran esfuerzo – no creo… que aguante mucho mas.
La criatura siguió insistiendo, y la barrera se iba desmoronando. Angélica cada vez se desesperaba mas, no quería morir en aquella horrible situación, que para ella carecía de sentido.
De repente, la barrera se rompió completamente, y la criatura avanzó.
_ ¡Malditos! ¡Los mataré a los tres! – Exclamó la criatura.
_ ¡Anthony!, ¡ahora!
El chico de blanco se sacó bruscamente la capucha, dejando mostrar un pelo extrañamente blanco, y un parche en el ojo derecho.
_ No sé qué planeas hacer, ¡pero no te servirá de nada! – Gritó la criatura.
El chico se sacó el parche, mostrando un ojo, resplandeciente, carente de pupila, total y completamente rojo, que al entrar en contacto con la luz de la luna, empezó a brillar levemente.
La criatura saltó hacia ellos, preparándose para dar el golpe definitivo, cuando se escuchó un muy fuerte latido proveniente del chico de blanco, al mismo tiempo que la pupila de su ojo rojo se dejaba ver.
La bestia lanzó un zarpazo. Angélica grito, al mismo tiempo que el chico de negro sonreía.
_ ¡¿Qué?! – Exclamó la criatura.
El chico de blanco había frenado fácilmente el zarpazo de la criatura, y ahora sus latidos empezaban a acelerar y a escucharse desde una gran distancia. La bestia sonrió.
_ Ya veo, ustedes deben ser…
El chico de blanco levantó la cabeza, mirando a los ojos a la criatura, con una expresión de gran furia.
_…Los Infratives.
El chico de blanco lanzó el brazo de la criatura hacia la derecha, haciendo que este gire y quede de espaldas, para luego darle una fuerte patada en el cristal que esta poseía, que se agrietó, pero no llego a romperse.
La criatura emitió un grito de dolor, pero rápidamente se recompuso y se puso de pie, alejándose unos pasos.
_ Si crees que eso fue suficiente para derrotarme, – dijo ésta, aparentando no estar nerviosa – debes saber que…
La criatura empezó a observar en dirección a los chicos, cuando se dio cuenta de que el de blanco había desaparecido.
_ Dónde demonios…
La criatura de repente sintió una presencia detrás de ella. Intentó darse vuelta, pero era demasiado tarde. Era el chico de blanco, que emitió un fuerte latido, que acompañó a su puño.
_ ¡Nunca pierdas de vista a tu enemigo!
El chico de blanco le dio un fuerte golpe en el cristal de su espalda. Éste se partió en miles de pedazos.
_ M-maldito… - Dijo la criatura, con sus últimas fuerzas.
De repente, ésta comenzó a arder en violentas llamas azules, para luego dejar sólo unas pocas cenizas, que fueron llevadas por el viento.
Los latidos del chico de blanco seguían aumentando, hasta que caminó hacía donde se encontraban los otros y se puso su parche nuevamente, que se encontraba en el piso.
_ Bueno, - dijo el chico de blanco, pareciendo más relajado – parece que hemos eliminado al número 5 de la lista.
_ Si, - dijo el chico de negro - pero… ¿cinco en un año? ¿No te parece algo poco?
_ Ahora que perfeccionamos la búsqueda de almas, nos será mucho más fácil.
El chico de negro de repente recordó que Angélica seguía ahí.
_ Oh, lo siento, olvidamos que estabas ahí, ¿te encuentras bien? – Le pregunto el chico de negro.
Angélica no podía hablar, estaba en shock por todo lo ocurrido.
_ Y tú preguntándole tan simplemente… - Dijo el chico de blanco, como burlándose amistosamente de él.
Angélica quería hablar, pero simplemente no podía modular palabras. Tenía una sensación de asombro y horror mezclados.
_ Está bien. - Dijo del chico de blanco – Sólo está asustada. Es hora de irnos.
_ De acuerdo…
El chico de blanco se puso la capucha y comenzaron a alejarse por el callejón. Angélica reaccionó. Se levantó rápidamente.
_ ¡E-Esperen! – Dijo Angélica.
Al levantarse se le cayó la mochila que llevaba con ella, pero luego de recogerla y mirar hacia donde estaban los chicos, el de negro había desaparecido.
Angélica estaba muy confundida, pero no le importó. Quería, no, necesitaba saber quiénes eran ellos.
Comenzó a correr hacia donde estaba el chico de blanco, desesperaba y gritando.
_ ¡Espera! ¡Por favor!
El chico salió del callejón y dobló a la izquierda. Segundos más tarde, Angélica hizo lo mismo, pero se encontró con que no había nadie. Entonces ella se quedó parada, y pensativa, mientras el cielo se nublaba y algunas pequeñas gotas comenzaban a caer.
_ ¿Quiénes… eran ellos?

 

Capítulo 2: ¿Casualidad?
Angélica, conmocionada por lo ocurrido hace unos instantes, y aún un poco en estado de shock, regresó lentamente a su casa.
Había comenzado a llover, y aunque no lo hacía fuerte, algunos relámpagos empezaron a iluminar el cielo, mientras las gotas mojaban su castaño cabello.
Minutos más tarde, llegó a su hogar.
_Buenas noches Angélica, – Dijo su madre - ¿cómo te ha ido?
Pero no hubo respuesta, Angélica seguía en shock y estaba sumergida en sus pensamientos.
_ ¿No piensas contestar? – Preguntó su madre.
De repente, Angélica volvió al mundo real.
_ L-Lo siento, hoy estoy algo distraída –Dijo Angélica, habiendo decidido no contar nada de lo ocurrido -. No me siento muy bien, creo que me iré a dormir temprano.
_ Pero, ¿no comerás nada?
_ No me siento con apetito, gracias.
Angélica subió las escaleras, entró a su cuarto, lanzó la mochila a una esquina y se recostó sobre su cama.
_ ¿Qué… pasó hoy? – Pensaba-. No puedo entenderlo. ¿Qué era esa bestia? ¿Quiénes eran esos chicos?
Angélica se tomó de la cabeza. Se sentía muy frustrada al no encontrar ninguna posible explicación posible a lo ocurrido.
_ ¡No! – Gritó.
Luego de darse cuenta de lo que hizo, se tapo la boca y esperó para ver si alguien la había escuchado.
_ No… No puede ser cierto – Se dijo, esta vez en un tono más bajo -. Lo mejor será sacar esto de mi mente y olvidarme por completo de él. Sí, eso será lo mejor.
Minutos más tarde, Angélica cayó dormida en un profundo sueño, para luego despertarse en la mañana, por el entrar del sol por la ventana.
Se desperezó, y parecía haberse recompuesto de lo sucedido anoche. Ya ni siquiera pensaba en ello.
Se puso su uniforme y bajó las escaleras para ir a desayunar.
_ ¡Buenos días mamá! – Dijo angélica, muy enérgica.
_ Buenos días, hija – Respondió su madre -. Hoy te veo mucho mejor, ¿ya te sientes bien?
_ ¡Sí!
_ Pues me alegro entonces.
Angélica desayuno tranquilamente, y 15 minutos después, tomó su mochila y salió en dirección al colegió. Era un colegió muy prestigioso, de los mejores de Londres, y aunque Angélica no tenía el mejor nivel económico, podía tomarse el lujo de pagarlo.
En su recorrido, pasó por el callejón donde había estado anoche, lugar donde fue testigo de aquel extraño acontecimiento. Intentando no prestarle demasiada atención, continuó su camino.
Al llegar a la escuela e ingresar a su salón, notó un aire de murmullos que invadía todo el lugar. Ella no entendía nada, por lo que camino y se sentó en su pupitre de siempre.
_ Oye, ¿te has enterado de la noticia? – Le dijo de repente una compañera de clases.
_ ¿Noticia? ¿Qué noticia? – Preguntó Angélica.
_ Al parecer, un chico nuevo que viene de otra ciudad empezará en el colegio, ¡y vendrá a nuestra división!
_ ¿Un chico nuevo? – Angélica de repente miro delante de ella -. Con razón el pupitre de sobra… Pero, ¿a mitad de un año escolar?
_ Lo sé, es raro, pero debe de tener sus razones.
La campana sonó minutos más tarde, y el profesor entró al salón.
_ Buenos días alumnos, tomen asiento. Hoy, tengo una noticia para darles. Un alumno nuevo comenzará a concurrir esta clase con ustedes.
Angélica, pensativa, aunque un poco desinteresada, se imaginaba como podría ser su nuevo compañero.
_ Espero que sepan darle la bienvenida y se lleven bien con el – Añadió el profesor -. Pasa, por favor.
Fue entonces cuando la puerta se abrió. Un chico ingresó al salón, y los ojos de Angélica se abrieron de una manera increíble.
_ No… -Pensaba Angélica -. No puede ser…
El chico avanzó desde la puerta hasta quedar posicionado en frente del escritorio del profesor.
_ No…No… Pelo blanco, un parche en el ojo, esa expresión fría que emite seriedad… Es imposible…
_ Mi nombre es Anthony Phantom, vengo de Sunderland. Es un gusto conocerlos a todos – Dijo el chico.
_ ¡Es él! – Pensó Angélica - ¡Es el chico de anoche!
_ Me he mudado a Londres por cuestiones laborales de mi padre. Espero llevarme bien con todos…
El chico, que se hacía llamar por el nombre de Anthony, miraba a sus compañeros mientras hablaba, pero se detuvo al ver a Angélica.
_ E-Este… - Tartamudeó Anthony, muy sorprendido por verla a ella- E-En fin, eso es t-todo.
_ Lo siento, - Dijo el profesor - ¿te ocurre algo? Estás algo pálido…
_ E-Eh, n-no, no se p-preocupe. M-Me encuentro bien.
_ De acuerdo… Angélica, ¿podrías levantar la mano?
Tanto Anthony como Angélica reflejaron en sus rostros gran sorpresa.
_ ¡S-Sí! – Respondió ella.
Angélica levantó el brazo de una manera muy brusca.
_ ¿Ves el pupitre delante de ella? Puedes sentarte allí – Dijo el profesor.
_ E-está bien – Dijo Anthony.
Éste chico caminó algo atontado por la sorpresa hacía su pupitre, y cuando tomó asiento, pudo notarse la expresión de desesperación en su rostro.
_ ¿Cómo…demonios ocurrió esto?- Pensó.
La clase concurrió normalmente, y luego de tres períodos tocó la campana del almuerzo. Angélica estaba decidida, esta vez sí que no podía ignorar todo esto. Iba a preguntarle lo ocurrido anoche a Anthony.
Él, sabiendo que debía esquivar a Angélica a toda costa, sea por el motivo que sea, intento pararse y irse rápido, pero su rapidez no fue suficiente. Angélica ya estaba parada al lado de él, y lo observaba con una mirada seria. No hubo intercambio de palabra alguno durante aproximadamente diez segundos.
_ ¡Hola! – Dijo Angélica de repente, cambiando su expresión, gracias a su gran talento para actuar-. Me llamo Angélica Lomboton, es un placer conocerte.
_ G-Gracias, el placer es mío – Dijo Anthony, aliviado, pues al parecer ella no lo recordaba.
_ Por cierto… ¿No nos conocemos de algún lado?
_ Está bien, - pensó el – ahora si estoy acabado. P-Pues, -dijo esta vez en voz alta – creo que no, no recuerdo ha-haberte visto.
_ Mmm, ¿estás seguro? – Insistió ella, tratando de sacarle información-. Estaría casi segura de que te he visto por algún lugar…
_ ¡N-No! D-Debes de haberte confundido, yo acabo de llegar…
Angélica quedó mirándolo, dudosa, y Anthony la observaba, desesperado.
_ ¡Está bien! - Dijo de repente ella -. Creo que sí, debí haberme confundido. Lamento haberte quitado tu tiempo. ¡Adiós!
Dicho esto, Angélica salió del salón, dejando al otro completamente confundido, debido a que no sabía si la había logrado engañar o no. Pero, mientras ella iba por el pasillo, pensó:
_ Debo saber la verdad…¡A toda costa!

 

Capítulo 3: Curiosidad
Era la hora del almuerzo, y todos los alumnos estaban ya sentados en sus mesas cuando Anthony ingresó a la cafetería.
—Oye, ¿has visto al chico nuevo? ¡Es muy lindo! –Murmuraban algunas chicas mientras él pasaba por su lado.
—Sí, es muy lindo. Deberíamos hablarle.
Este pequeño grupo, integrado por tres alumnas del instituto, se levantó y fueron en dirección a hablarle a Anthony, con el objetivo de preguntarle si quería almorzar con ellas, pero algo se interpuso en su camino.
— ¡Aún lado, estorbos! – Dijo una voz detrás de ellas, al mismo tiempo que unas figuras las empujaban.
Anthony, al escuchar esto, se dio vuelta y vio a un grupo de 6 personas, liderado por una chica rubia, de aproximadamente 1,65 de altura, que llevaba consigo lujosos anillos y pulseras, algo que rompía totalmente con la impresión que dejaba el uniforme del colegio. Ésta chica dio un paso hacia Anthony.
—Hola, mi nombre es Sophie Belmont, y ellos son mis amigos, - dijo, señalando a las personas detrás de ella-. Ya que eres nuevo aquí, y parece que tienes el nivel para estar con nosotros, te haré una pequeña introducción.
— ¿Eh? – Dijo Anthony, muy confundido.
—Como habrás escuchado hace unos segundos, - continuó la chica - me llamo Sophie Belmont, y soy la hija del director de la escuela, sin mencionar que también soy la chica más hermosa y popular de la escuela. Quizá por sentarte en la primera fila del salón no pudiste notarnos, pero estamos en tu clase, y hemos visto que tienes las cualidades que se necesitan para estar con nosotros.
Toda la cafetería había quedado en silencio al escuchar esta conversación, y esperaban la casi obvia respuesta del portador del parche. Pero esta terminó por sorprenderlos a todos…
_ Así que me estás diciendo que me una a su grupo. Mmm, no gracias – respondió él, naturalmente.
Absolutamente todos quedaron con la boca abierta al escuchar tal respuesta.
— ¿Q-Qué? – Dijo Sophie – L-Lo siento, de seguro escuche mal…
—Dije que no gracias, no quisiera estar cerca de ustedes.
Toda la cafetería estaba en silencio, no podían creer lo que pasaba. Nadie nunca había rechazado a aquella hermosa pero engreída chica.
—C-Creo que no has terminado de entender, -continuó insistiendo – nosotros somos…
— Entendí perfectamente – Dijo Anthony, cambiando a un tono serio de repente -. No quiero estar con ustedes.
—P-Pero, ¿por qué? – Preguntó indignada.
Él tomó una gran porción de aire, para luego soltarlo lentamente y decir con un tono muy severo:
— La gente como tú me repugna.
De repente el silencio se rompió entre murmullos, todos sobre lo que acababa de pasar. Sophie, indignada, dio media vuelta y salió de la cafetería, seguida por su grupo.
—Vaya… - Pensó el joven – que molestia…
Tomó su charola, buscó su comida y se sentó en la mesa más alejada posible.
—Bien… Ya estamos listos – Dijo en voz baja.
—De acuerdo – Respondió una extraña vos, proveniente de algún lugar cerca de él.
— ¿Te sientes bien como para volver a hacer la búsqueda de almas?
—Sí, estoy perfectamente bien.
— ¿Estás seguro? La usaste ayer, y no estabas muy bien que digamos.
—Tú sólo confía en mí, ¿sí?
Anthony titubeo un poco, pero finalmente aceptó.
—De acuerdo. Aún queda una hora de descanso antes de que toque la campana del próximo período. Tenemos hasta entonces – Respondió él.
—De acuerdo – Dijo la misteriosa voz, que se escuchaba con gran eco, antes de guardar silencio.
El joven estudiante terminó rápido su almuerzo. Dejó la charola en la zona de lavado y se dirigió fuera de la cafetería, pasando sin darse cuenta por al lado de Angélica.
— ¿Eh? –Pensó ella - ¿A dónde va con tanta prisa?
Anthony salió de la cafetería, caminando con apurado paso por el pasillo, siempre mirando disimuladamente hacia todos lados, tratando de observar si había alguien a los alrededores. Allí entonces giró y comenzó a subir las escaleras.
—Ehh… ¿A dónde se dirige? – Dijo para sí Angélica, que venía siguiéndolo desde atrás.
Ella seguía de cerca al otro chico, tratando de no ser detectada, hasta que su objetivo llegó a la azotea. Mientras él salía, ella se quedó cerca de la puerta, tratando de observar que ocurría.
—Ahh… - Dijo relajadamente Anthony – Qué linda brisa… Ya puedes salir, Domith.
—De acuerdo – Dijo la extraña voz, que hacía rato que no se hacía sentir.
— ¿Qué? – Se preguntó la estudiante, que se escondía detrás de la puerta - ¿Hay alguien más ahí?
Fue entonces, que desde la sombra de Anthony, comenzó a dejarse ver una mano que lentamente iba saliendo de la misma. Luego un brazo, que uso el suelo como punto de impulso para la salida del otro, y luego una cabellera negra, que poco a poco iba subiendo cada vez más y más, hasta poder verse con total claridad la cabeza y el torso de una persona, aproximadamente de la edad de ellos.
Angélica estaba atónita, sentía la misma sensación que sintió la noche anterior, ese estado de shock que le hacía temblar las piernas y abrir los ojos junto con la boca de una manera increíble. Lo que vivió la noche anterior no era mentira, ya no podía simplemente dejarlo pasar, ni tratar de ignorarlo, porque al terminar de emerger el cuerpo desde la sombra, se dio cuenta. Se dio cuenta, que esa persona… ¡Era nada más ni nada menos que el chico que acompañaba a Anthony cuando combatieron contra la extraña criatura!
El chico recién salido de la sombra, que respondía al nombre de “Domith”, comenzó a mover sus hombros y muñecas, haciendo parecer que estaba calentando para algo.
—Bueno… al fin pude salir – Dijo este extraño chico -. Tengo un poco de hambre, ¿no te habrá sobrado algo del almuerzo?
—Primero lo primero – Respondió Anthony -. Luego habrá tiempo para comida.
Domith soltó un suspiro muy largo.
—De acuerdo. Esto tardará solo unos minutos.
El extraño chico de pelo negro dio unos pasos hacia el borde del tejado. Se arrodilló con una pierna y la otra la colocó delante de está. Luego extendió los brazos, para pronunciar estas palabras en forma de verso:
—Tazed, Wintest, Naprun, Tempeus, Kanthap… ¡Bakamp!
Dicha la última palabra, las sombras alrededor de él se elevaron rápidamente, formando agudos picos apuntando hacia el cielo, que hacían sonar un agudo chirrido, muy irritante.
Angélica, aún escondida, se tapó los oídos. No podía soportar tal ruido. El chico parecía tener expresiones de dolor en su rostro, mientras que Anthony estaba parado como si nada.
Minutos después, los chirridos cesaron y las sombras se volvieron normales otra vez. Luego de esto Domith cayó tendido en el piso.
— ¿Estás bien? – Le preguntó Anthony.
—Sí… Estoy bien –Respondió el extraño chico.
— ¿Has encontrado algo?
— Parece haber actividad en la zona centro…pero no estoy seguro.
— Bien, iremos a penas termine el colegio.
Angélica, creyendo que ellos iban a ir en dirección a la puerta, hizo un paso para atrás, pero golpeo su hombro fuertemente contra ella, haciendo que caiga adolorida hacía adelante.
— ¿Qué fue eso? – Exclamó Domith.
— ¿Alguien nos está espiando? – Preguntó Anthony.
Los dos se asomaron a la salida, y se encontraron, horrorizados, a Angélica, en el piso, que al parecer había visto y oído todo lo ocurrido.
Ella los miró, con una expresión de sorpresa, mientras ellos hacían lo mismo, con total desesperación. Entonces ella, adolorida, dijo:
— Creo… que he metido la pata. ¿Verdad?

 

Capítulo 4; Explicación: Peligro inminente
Nadie decía nada, Angélica en el piso, Anthony y Domith parados delante de ella. El viento soplaba, acariciando la piel de los tres jóvenes que se encontraban en la azotea, rodeados de un ambiente de pura tensión.
—Esto debe ser una broma, -Dijo de repente Anthony, tomándose de la cabeza.
—Ey, cálmate –Dijo Domith-. No es el fin del mundo porque alguien lo sepa.
— ¡Sí, por ahora! Y dime, ¿qué pasaría si ella comienza a contárselo a todos? Maldición, y que yo pensé haberla engañado…
— ¡Es muy poco probable que le vayan a creer! Si alguien viene y te dice que ha visto un monstruo, ¿tú qué pensarías?
— ¡Pero tú no sabes quién es ella! Por lo que he visto es una chica completamente común, amiga de todos. ¡Levantaría algún tipo de sospecha si de un día para otro aparece diciendo eso!
—Oigan… -Dijo por lo bajo Angélica, sin ser escuchada.
— ¡Quizás, – Continuó diciendo Anthony, furioso – si anoche hubiéramos acabado rápido con la criatura en vez de seguirla, como yo sugerí, ella no estaría involucrada!
— ¡Tú dijiste que la habías engañado! – Se defendía Domith, dando un paso hacia adelante - ¡Quizás, si te hubieras fijado bien si alguien nos seguía antes de venir aquí, ahora no estaríamos en esta situación!
Ambos estaban furiosos. En cualquier momento podría desatarse una situación muy problemática.
—No eres más que un niño, Domith. Siempre con tu maldita inocencia.
—Y tú no eres más que un estúpido. Siempre queriendo luchar y pretendiendo que puedes hacer todo solo.
Los dos estaban frente a frente, Domith apretando fuertemente sus puños, y Anthony con su mano cada vez más cerca de su parche. Angélica debía hacer algo para detener lo que era casi obvio que iba a suceder.
— ¡OIGAN! –Gritó Angélica.
Los chicos se dieron vuelta rápidamente, con sus miradas clavadas en la ella. ¿Qué debía decir ahora?
—Escuchen… No los conozco, no sé en qué están metidos, no sé qué fue lo que pasó anoche, pero si hay algo que sé, es que esto es real. Cuando llegué a mi casa traté de olvidarlo todo, pero al verte hoy de nuevo, mis dudas volvieron a surgir. Y ahora estamos aquí. Aunque no sepa que está pasando, no soy tonta. Sé que lo que sea que hagan es peligroso, y como anoche me salvaron de aquella criatura, se que lo que hacen, en parte, es ayudar a las personas.
Los otros dos empezaron a tranquilizarse y a prestar mucha atención a lo que Angélica estaba diciendo.
— ¡Es por eso, que sea lo que sea que estén haciendo, quiero que me lo expliquen y si hay algo en lo que los pueda ayudar, lo haré!
Todo estuvo en silencio por algunos segundos. Nadie se atrevía a modular palabra alguna, hasta que este silencio se rompió.
—Vaya…-Dijo de repente Anthony- Si yo fuera tú, con ver lo de anoche habría sido suficiente para quedar completamente loco. Eres difícil de sorprender…
Angélica se sorprendió por su respuesta. Su humor había cambiado muy rápido.
—Lo siento Domith, no quise gritarte. Fue culpa mía que ella se haya metido en todo esto.
—Yo soy el que debería disculparse – dijo Domith -. En realidad fue culpa mía, lo siento…
Los dos se miraron por un segundo, antes de romper en carcajadas y abrazarse.
— ¡Idiota! ¡Jamás podría enojarme contigo! – Se reía Anthony.
— ¡Yo tampoco! –Respondía de la misma forma Domith.
—Siento interrumpir, -dijo Angélica – pero…
Los otros dos se calmaron, y se sentaron en el piso.
—De acuerdo –Dijo Anthony-. Pero primero, no se lo cuentes a nadie, y segundo, no creas que vas a ayudarnos ni nada de eso. Es extremadamente peligroso y no hay forma alguna de que nos puedas ser útil.
—Está bien…
—Bien –dijo Domith-, voy a contarte absolutamente todo desde los inicios, así que si te pierdes sólo dime y volveré a repetirlo. Mi nombre completo es Domith Vertrox VII, soy el séptimo hijo de la familia real de mi mundo, Prebis, mejor conocido como el primer mundo secundario, o más sencillamente, el segundo mundo. En total existen tres mundos o “dimensiones”, la primera es la Tierra, y los demás son mundos secundarios, Prebis y Pandrob, para cuya vitalidad requiere energía de diferentes aspectos de la Tierra. ¿Vas entendiendo?
—Si –contestó enseguida Angélica.
—Bien. En los inicios, los tres mundos eran uno solo, y todas las criaturas de todos los mundos vivían aquí, en la tierra, y aunque vivían en armonía, había una gran diferencia en las apariencias físicas y mentales de las criaturas de la tierra y las actualmente criaturas de Prebis y Pandrob, puesto que los de las dos últimas poseían distintos tipos de habilidades especiales o “sobrenaturales”, desde habilidades curativas, hasta otras de gran destrucción. Fue así hasta que un día, en el siglo XI, las mayores autoridades de la Tierra y las del actual Prebis decidieron que viendo sus grandes diferencias, ya no se podría vivir en conjunto unos con otros. De manera ordenada y sin ningún tipo de discusión, se llevaron a cabo muchas de las más grandes reuniones terrícolas para solucionar el tema, hasta que finalmente se decidió desterrar a las criaturas de Prebis. Allí fue, que de manera desconocida aún para nosotros, se creó la dimensión secundaria, Prebis, que para su mantención necesitaba la energía “buena”, por así decirlo, de la Tierra. ¿Qué significa esto? Que mientras más obras buenas haya aquí, mas energía recibiremos nosotros. Pues cada acción buena, desde una simple ayuda hasta un nacimiento, emite energía que es enviada en pequeñas porciones a cada uno de los individuos de Prebis. Finalmente, ya todo se había separado, y armoniosamente todos vivían por separado.
—Espera, tengo un par de preguntas –interrumpió Angélica -. Si son tres mundos, ¿Por qué mencionaste solo dos? ¿Y acaso todo eso no debería estar plasmado en toda la información histórica o algo así?
—Ey – dijo repentinamente Anthony, con un humor un poco molesto -, deja que explique completamente, luego habrá tiempo para preguntas.
—Gracias –dijo Domith -. Bueno, en donde estaba… Ah sí. Finalmente, Prebis se separó completamente de la Tierra, formando un mundo, aunque completamente dependiente, completamente aparte, y junto con el pacto que se hizo al separarse, se juro que toda información o historias acerca de Prebis serían borradas de la faz de la Tierra, es por eso que actualmente ya nadie sabe nada sobre eso. Y es aquí donde todo esto deja de ser color de rosas, pues creo que hasta tú supones que no siempre iban a ser puras obras buenas de parte de la tierra, ¿no? La Tierra, como todo lugar imperfecto, tiene aspectos malos, que van desde las mentiras, hasta los asesinatos, y la energía proveniente de eso no tenía a otro lugar a donde ir que a Prebis. Con la llegada de esta nueva energía, la gran mayoría de las criaturas de Prebis comenzaron a debilitarse, pero otras, misteriosamente, aumentaban su poder, y esas eran nada más y nada menos que las que tenían habilidades más destructivas. Telequinesis, explosiones, quimeras que comenzaron a tener sed de sangre, etcétera. Pero la gente no era tonta, y el emperador de ese tiempo, que resultó ser un tátara abuelo muy lejano mío, tuvo piedad, y al darse cuenta de esto, en vez de eliminar, expulsó a estos seres, creando un nuevo mundo, llamado Pandrob, y allí fue a parar la energía vital de Pandrob.
—Pero entonces, con la creación de ese mundo… ¿Acaso no se habría solucionado todo? –Preguntó Angélica.
—Al menos eso se creía… -respondió Domith-. A diferencia de cuando Prebis se separó de la Tierra, ocurrió una gran guerra para expulsar a las criaturas malignas a Pandrob, que finalmente ganó Prebis.
El territorio de Pandrob es pequeño a comparación de Prebis, es por eso que Pandrob buscó la forma de agrandarlo, así que por eso fue que vinieron a este mundo.
—Angélica mostró una pequeña expresión de sorpresa en su rostro.—
—Prebis, al crear Pandrob, tenía acceso ilimitado a su mundo, eso quiere decir que podemos pasar cuando queramos. Es distinto para el mundo humano, pues se necesita gran cantidad de energía para abrir un portal que nos lleve a la Tierra, por eso es que solo pasé yo.
Los de Pandrob también encontraron la forma de abrir ese portal, ya que ellos lo necesitaban para pasar a Prebis, así que nos preparamos para enfrentarlos cuando llegarán, pues era obvio que querían exterminarnos, pero al parecer fueron más listos que nosotros, porque…
—Los ojos de Angélica se abrieron gigantescamente.—
—Ellos pasaron directo al mundo humano.
Hubo un gran silencio. Sólo se escuchaba la brisa acariciando los cabellos de los tres chicos.
—Realmente –continuó Domith-, fueron muy inteligentes. Al pasar al mundo humano y atacarlo, además de ellos ganar poder, nos debilitan a nosotros, nunca hubiéramos pensado que serían capaces de una cosa así.
—Pero, pudieron solucionarlo, ¿no? –Preguntó Angélica.
—En cierta parte, sí, pero no fue nada fácil. Con toda la energía que acumuló Pandrob, dejó pasar a 30 criaturas, y pasó tiempo hasta que uno de los nuestros pudiera pasar al mundo humano, pero eso nos sirvió también de ventaja.
— ¿Ventaja?
—Sí, pues gracias a ello se nos ocurrió una forma, de que luego de devolver a las criaturas de Pandrob a su mundo, todo el daño causado en el mundo humano se recomponga.
Las criaturas de Prebis y Pandrob, al pasar al mundo humano, se les incrusta una gema en alguna parte del cuerpo, que contiene una pequeña cantidad de energía, que es la que mantiene a la criatura en este mundo, por eso cuando rompimos el cristal de aquella criatura…
—…Volvió a su mundo –completo angélica.
—Exacto, y usando una cantidad miles de veces superior a la que se uso para crear el portal, este podrá succionar, por así decirlo, toda la destrucción creada en el mundo desde que las criaturas llegaron. Básicamente el tiempo retrocederá hasta el día que las criaturas llegaron, incluso borrando los recuerdos de la gente, haciendo que vivan todo lo ocurrido nuevamente.
A Angélica, desde hace tiempo ya, le estaba empezando a afectar la historia contada. Su humor empezaba a decaerse cada vez más y más.
—Espero que estés satisfecha - dijo de repente Anthony -. Ya conoces la verdad, así que ahora sal de nuestro camino.
— ¡Oye! –Dijo Domith- ¡No seas tan grosero con ella!
— ¿Y qué quieres qué haga? ¡Esto no es ningún juego! ¡La existencia de la humanidad está en riesgo!
— ¡Lo sé, pero-!
—Ayudaré… -Dijo Angélica, muy bajo.
— ¿Eh? –Dijeron los otros dos al mismo tiempo.
Angélica se puso de pie, y con una actitud muy decidida, dijo:
— ¡No me importan los riesgos, ni la muerte, ni nada! Ya se los dije antes, ¡si hay algo que pueda hacer, los ayudaré!
—Escucha – Dijo gentilmente Domith -, de verdad admiramos, o por lo menos yo admiro tu valentía, pero realmente no hay na-.
De repente, un fuerte estallido se escuchó. Segundos más tarde, polvaredas de humo y cenizas comenzaron a distinguirse desde la zona central de la ciudad, que estaba a algunos kilómetros de su escuela.
— ¿Qué fue eso? –Preguntó Angélica.
—No lo sé. Oye Dom… ¿Domith?
Domith estaba con ojos bien abiertos, y una extraña expresión en su cara, mirando hacia el lugar del extraño acontecimiento.
— ¿Qué sucede?
—Ha comenzado…
— ¿Comenzado?
—Sí. Luego de un año, al fin comenzó… las criaturas han dejado de atacar a personas una por una, y ahora… ¡Comenzaron a atacar la ciudad!