Solo [Sesshomaru]

Serie de Drabbles.
Summary: Nunca se puede ser lo suficientemente perfecto, hasta el gran Sesshomaru tiene sus defectos: Los recuerdos.
Disclaimer: Inuyasha no me pertenece ni ninguno de sus personajes, sólo disfruto de escribir con ellos.

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¡Estúpido Sapo!​

Vagaba entre los senderos de aquel espeso bosque, a pesar del tiempo su singular andar seguía siendo el mismo, firmemente despreocupado. Después de horas varias horas por fin algún afortunado lugar se hacía merecedor de ser mirado por sus hermosos dorados luceros.

Miró aquel árbol de singular forma advirtiendo que se encontraba cerca del sitio que buscaba.
Recordó con nostalgia cómo hace ya mucho tiempo él se había quedado solo.
Rin, ella creció y pasó su vida rodeada de humanos, no podía quejarse al menos estuvo con ella en sus mejores momentos, desde su boda hasta verla convertida en una hermosa madre. Y estaba Jaken, aquel pequeño demonio que más que una ayuda siempre fue una carga pero ese “Sapo” siempre lo siguió a donde fuera, fue su sirviente incondicional hasta el día que él murió.

Se encontró tan sumiso en sus recuerdos que no se había percatado que ya había llegado al lugar buscado. Recargado al frondoso tronco de un enorme sugi se encontraba el báculo que alguna vez portó aquel pequeño pero fiel demonio verde.

Reposaba en aquel lugar donde su dueño murió asesinado, pero feliz, feliz bajo el brazo y cuidado de su Amo Bonito.

El peliblanco pensó que tal vez, sólo tal vez pudo haber hecho más por aquel leal sirviente, haber evitado su aún prematura muerte. Con su mano frotó el musgo que había crecido en la madera del báculo, indicando que había permanecido ya muchos años ahí. Subió su mirada hasta el tronco del árbol leyendo con cuidado el epitafio que fue tallado muy profundamente, por una anciana Rin, en la corteza de éste.

“Aquí yace el Señor Jaken, el más grande General de los Pequeños Demonios y único digno de ser sirviente del Gran Sesshomaru-sama”

Una pequeña mueca deformó su inexpresivo rostro, al parecer estaba sonriendo.

-¡Sólo fue un Estúpido Sapo!- murmuró dejando atrás la tumba de aquel pequeño demonio que en vida fue su leal acompañante mientras su silueta se perdía entre la maleza del bosque.

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NA:Hola chicas/os, aquí regresando con una serie de drabbles centrados en el demonio más sexy de todos...¡Mi Sesshy! (?) Ojalá les haya gustado, espero sus comentarios abiertamente. Un saludo a todos.

 

Serie de Drabbles.
Summary: Nunca se puede ser lo suficientemente perfecto, hasta el gran Sesshomaru tiene sus defectos: Los recuerdos.
Disclaimer: Inuyasha no me pertenece ni ninguno de sus personajes, sólo disfruto de escribir con ellos.
Advertencia: 501 palabras sin contar el título ¿Aún clasifica?

Ella era Rin.​

Entró por el sendero de la aldea que muchas veces visitó, mientras se aproximaba a su destino el sendero se hacía más y más estrecho pues los aldeanos lo cubrían de extremo a extremo. Se detuvo antes de llegar a la multitud, pues seres tan inmundos como los humanos no merecían siquiera un roce suyo.
-Ustedes- hasta ese momento su imponente presencia había sido ignorada por los aldeanos, quienes se giraron al escuchar tan gélida voz -¡Apártense!- ordenó. Imposible sería describir la apatía que aquellas únicas dos palabras desbordaron.
Una mujer de abultado vientre se abrió paso entre la gente, esparció a la gente dándole el paso al yokai.
-Sesshomaru-sama, por aquí- indicó con una pequeña reverencia, él no respondió, dedicándose a seguir a la mujer entre la multitud.
No le pudo haber importado menos las envenenadas miradas que todos le regalaban. Siguió su camino muy a su estilo, sin inmutarse, siquiera indignarse, pues él era el Gran Sesshomaru-sama. Llegó hasta la cortina de paja que simulada ser le entrada de la cabaña.
-Mi madre lo espera- sin desviar su fija mirada el yokai entró, antes de que ella se marcharse él la frenó.
-Mujer…¿Para qué me has mandado a llamar?- curioso, pero sin expresarlo, preguntó la razón de su repentino llamado; preparó su mente e incluso, su corazón, para la peor de las noticias.
-Ella está muriendo, sólo lo estaba esperando- él no respondió, pues aunque su mente lo sabía se negaba aceptarlo.
Entró en donde ella se encontraba. Y ahí estaba; tumbada y sin fuerzas, lo demacrado de su rostro decía a gritos que ella necesitaba descansar.
-Oh…Sesshomaru-sama, ¡Ha llegado!- saludó la anciana con melancólica sonrisa.
-Rin, me dijeron que estabas muriendo- la mujer sonrió, pues su carácter seguía intacto, muy al estilo de él.
Con dificultad, ella comenzó a platicarle sus vagos recuerdos, contando sus viejas glorias. Él se limitaba a escuchar; cerraba sus ojos, atendiendo únicamente la dulce voz de aquella anciana, pues sus ojos le mostraban aquella realidad que tanto le dolía. Su mente lo sabía pero su corazón siempre se negó a aceptar, ella había crecido.
Ya el aire le falta, demostrando que la hora había llegado.
-Sesshomaru-sama- él abrió sus ojos permitiéndole ver a Rin aquel dorado mar que por primera vez se permitían desbordar dolor -Gracias por venir- y con una sonrisa de agradecimiento ella pereció.

***​

Llegó a la aldea con sólo un propósito, entregar los kimonos de cada mes.
-Mujer, entrégale esto a aquellas mujeres- frío y sin expresión, así se dirigía a quien era la hija de la única humana que llamó por su nombre.
-Muchas gracias Sesshomaru-sama, ambos son bellísimos- agradeció la mujer –Estoy segura que a ellas les encantarán, así como que también usted las llame por sus nombres- él ni siquiera se atrevió a contestar.
Con desdén la espalda le dio, marchándose del lugar pues…¿Cómo volver a llamar a alguien por su nombre? Sí para él sólo ella no era una mujer, pues ella era Rin.






Hola chicas, perdón por el retraso pero mi muso (?) estuvo de vacaciones y no quería volver :p¿Qué dicen? ¿Este capítulo les gustó? Espero que sí, dejen sus comentarios para saber que piensan de él, me ayudarán bastante a mejorar :cool:
Besos a todos quienes se toman la molestia de leer y aún más de comentar ^^