One-shot de Naruto - Solo quiero que te sientas bien (KakaSaku)[One-shot]

hola, este es un KakaSaku que hice como desafio para Fey L. Clavel,
la verdad, no me convenció mucho pero todas las ideas que tenía me venían incompletas y eran poco originales, esta es la mejor que pude sacar ya qeu luego de leer tantos kakashis enfermos y sakuras cuidandolos o visitandolos, quise invertir un poco los roles. Espero te guste Fey, y gomenasai si no es lo que buscabas.

Solo quiero que te sientas bien.​

Solo quiero que te sientas bien.

—Vamos Shizune, déjame entrar, es mi alumna —dijo un hombre de cabello plateado mientras observaba a los ojos fogosos de la muchacha enfermera enfrente suyo.

—No, mi hermana dijo que no quería visitas —se quejó la fémina de cabello negro mientras bloqueaba el camino al hombre. Kakashi estaba enfadado, pero aun así no se inmutaba, los últimos dos días se los había pasado en la sala de espera de ese hospital tan… abrumador, esperando a que dijeran que la joven de ojos verdes ya podía recibir visitas, y ahora que podía, no quería.

—Shizune, mírame a los ojos y dime si no me ves agotado, estoy aquí esperando hace días, ¿no me puedes dejar entrar? —interrogó el hombre a la fémina quien agachó la cabeza mientras suspiraba. El hombre se enderezó y colocó sus manos en los bolsillos, mientras no despegaba la mirada de la habitación 152 del hospital.

—Cinco minutos por reloj, nada más—dijo la mujer a lo que el mayor asintió e ingresó a la sala mientras la kunoichi cerraba la puerta y se largaba. El hombre observó a la muchacha mientras su corazón daba un vuelco fuerte y doloroso al divisar la imagen de la muchacha sentada al lado de la ventana en una silla de ruedas.

La pierna derecha de la joven no estaba, solo había un vendaje a la altura de su muslo. El cabello de esta estaba corto como el de un hombre, de manera irregular y descuidada. Y sus ojos, las bellas piedras de jade que tanto encantaban al hombre, ya no existían, solo había un par de parches de gasa que necesitaban un cambio.

—Naruto, ¿eres tú? Si Shizune no te dejó entrar antes lo lamento, le dije que no dejara pasar a absolutamente nadie excepto a ti, quizá no oyó bien—comentó la mujer y el hombre se petrificó. No habló, prefirió escuchar—. Lo siento, siento mucho haberme precipitado así, se que no debí haberme separado de Yamato y Sai como si nada, pero… cuando oí que Sasuke estaba cerca… —fue narrando la joven a lo que el hijo del Colmillo Blanco de Konoha se sentó en la orilla de la cama de la muchacha.

Sakura tendió una mano y acarició el cabello de su sensei quien se sonrojó ante tal tacto; la muchacha le encantaba tanto que nunca estuvo seguro de poder verla solo como una simple alumna.

—Debes estar pensando… que fui una idiota al perseguir a Sasuke solo porque lo quiero, pero la verdad, es que ese no es el caso… —siguió narrando la chica—. Tú me gustas mucho Naruto, solo quería a Sasuke aquí para hacerte feliz —confesó la chica y una puntada atravesó a toda velocidad el cuerpo de Kakashi.

La rabia se apoderó del portador del sharingan, deseos de que esas palabras fueran para él y no para su alumno, deseos de que Naruto no existieran. Odio, rencor, pero sobre todo, tristeza, sentimientos viejos que se renovaron en el cuerpo del hombre. Ese coctel de emociones solo podía denominarse con un nombre; celos.

Aun así, siguió callado, y en un acto impulsivo, recargó el rostro de la fémina en su mano derecha, mientras que con la izquierda bajó su máscara. Y la besó.

Fue un beso impulsivo, suave al principio, pero apasionado luego, cargado de amor y buenos sentimientos, sin un solo resquicio de malicia. Sakura correspondía feliz, mientras creía besar los labios del chico rubio sin que se le pasara por la cabeza que esa boca tan deliciosa era la de su maestro. Hasta que se separaron.

—Fue el mejor beso de mi vida —declaró la chica sonriendo a lo que Kakashi agachó la mirada con culpa mientras se subía la máscara—. Naruto, por favor, di algo —exigió la mujer con un tono ya aproximado al enfado, mientras la envidia aumentaba en el fuero interior de Kakashi.

—Eres la mujer de mi vida, y solo quiero que te sientas bien —pronunció el hombre y la joven de cabello rosa frunció el seño al oír la voz de su acompañante. El ya se había delatado, pero sintió que así sería mejor, porque para estar oyendo palabras tan bellas dedicadas a otra persona, prefería largarse de la habitación.

—Tú no eres Naruto, ¿acaso…? —comenzó la muchacha pero el sonido de la puerta interrumpió el habla de la hembra, quien en conjunto al hombre de cabellos plateados voltearon en dirección al sonido del repiqueteo.

—Kakashi, ya pasaron sus cinco minutos, salga de inmediato o me veré obligada a entrar —mencionó la mujer de cabello negro tras la puerta a lo que Sakura comenzó a aspirar agitadamente.

—¿Kakashi-sensei?

—No digas nada más, le haré saber a Naruto todo esto que me dijiste —mintió el hombre mientras salía de la sala dejando a la mujer sola, mirando en la dirección del último sonido que oyó.

Al salir, el rostro de pena de Kakashi llamó notoriamente la atención de Shizune, quien supo al instante de verlo que la imagen de la muchacha le dolió en el alma.

—Quiere que le diga a Naruto… que lo ama —expresó Kakashi mientras apretaba los puños con fuerza. La mujer apoyó su mano en el hombro del shinobi.

—Ya sé que duele, pero es mejor que la dejemos descansar antes de decirle que Naruto murió, con todo el arrepentimiento que tiene por haber causado tanto revuelo al enfrentarse a Orochimaru, lo mejor será esperar a que se recupere un poco antes de hablar —mencionó la enfermera lo que el sensei clavó la vista en el cielo recordando a su alumno a quien envidiaba por tener el amor de la joven de cabello rosa, aun en el otro mundo.

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Pues ese es mi aporte, Sayonara​

Ruriko-chan​