Sobrevivir

Hola les dejo otro relato, comúnmente soy muy decidios con la ortografía y lo técnico, no termino revisando luego bien, espero que aquí se allá corregido.


Un mar personas, un océano de sentimientos a flor de piel: angustia, desesperación, rabia, miedo y algunos un halo de esperanza refugiado en su mirada luchando por ser consumido.

Se ve a lo lejos aproximarse, para muchos significa el último recurso después de tanto tiempo, luego de creer que nadie más vendría por ellos, temor y la sensación de desasosiego en el estómago nutren la voluntad que los impulsa para despojarse de su humanidad y enfrentarse a lo que sea, estar dispuesto a dejarlo todo por no desaprovechar su última oportunidad.

—Estephany, todo irá bien—dice aquel hombre vestido con traje de negocios ya un tanto desaliñado por lo que han tenido por llegar allí.

—Josué—dice la chica observándolo a los ojos, sabe que incluso en este momento está luchando para protegerla, puede ver como su cuerpo es abatido mientras que él le sirve como escudo humano. —no quiero perderte, casi ocurre la última vez…

Un chirrido indica que está cada vez más cerca y con esto la euforia de la gente aumenta.

Podría ser el último

Tenemos que alcanzarlo

Todos sujétense con fuerza, no quiero dejar a nadie atrás.

El chico mira a su pareja y presiona su mano mirándola a los ojos.

—No quiero que me sueltes, no sabemos lo que vaya a pasar…—le indica

Ella se refugia en sus brazos buscando no perder la calma.

La alarma suena, ya no queda tiempo, quien se quede atrás tal vez se pierda para siempre y nadie de ellos tiene pensando que eso le ocurra.

Gruñidos, rugidos, arañazos, empujones, algunos desesperados simplemente se arrojan al vacío, golpes, jalones, es una lucha épica de fuerzas en una anarquía sin bandos, sin héroes ni villanos, solo gente que busca sobrevivir.

Ellos luchan por no separarse, pero su camino hacia el umbral aún está demasiado lejos, cada segundo cuenta y el tiempo se agota, no hay otra opción.

—¡Es la única forma Estephany! —exclama él.

—¡No!, ¡Dijiste que no me dejarías atrás! —los ojos de la chica se cristalizan.

—Es la única forma, te amo…

Al decir esto y haciendo uso de fuerza sobrehumana la empuja dentro jalando su brazo, provocando que se consumida por el mar de gente que ya está dentro, un segundo después, la puerta se cierra. Él le sonríe ondulando su mano para despedirse.

—Así al menos uno lo haría…¡Encontraré la forma de llegar a ti! —le exclama el chico.

Ella voltea la mirada, de contrario se vería inclinada a volver y su sacrificio habría sido en vano. Ojala tuviera en este momento en ese momento una voz de consuelo, pero había ocasiones el mundo en que vivían ni siquiera les ofrecía eso puesto que lo único que en ese instante viene a sus oídos es solo esto:

—Seño, Don y compañero espero no importunar, pero para no ser ratero, mejor le vengo a cantar, espero poder contar una pequeña moneda que me quiera regalar—exclamaba casi cacareando lo más desentonado posible un hombre escuálido rasgando una botella con un peine a modo de ritmo.

Estephany sabía cuánto tardaba esa línea el metro en pasar, lo llena en comparación a esta que vendría la próxima tomando en cuenta que apenas y se podía mover, seguramente Josue su esposo llegaría muy tarde al trabajo otra vez, a larga con el trafico tener un auto era casi lo mismo, con excepción de esas luchas titánicas por entrar, día tras día.