Esto es como me siento, la manera en que me recuerdo quién soy. ¿Qué seré mañana? La manera en la que mi padre olvida lo que me hace, tienes razón Asai-san, le guardo cierto rencor. Pero ya se me pasará, no puedo odiar a un hombre, porque ya amo a uno <3 Empecemos, digo, ¡a lo que vinimos! Sobre mí. Hoy no les contaré una historia ficticia donde el mal y bien pelean, y el bien triunfa. Tampoco les contaré sobre dos amantes perfectos, ni mucho menos sobre una historia donde golpean a alguien y llega alguien a rescatarla. ¡No, hoy digo no! Hoy quiero contarles sobre mí, sobre una chica con defectos y con problemas que no se van a solucionar a corto plazo. ¡Sobre una escritora sin rumbo fijo! Algunos dirán: ¿Qué te motiva a escribir? La esperanza de ver que no haya más gente como yo, sin sueños, maltratados y que vivan en un oscuro silencio, que los comienza a volver locos. ¡Repito! ¡Soy así de psicópata! No me gusta ver a mi padre, odio sus gritos y su forma de ser, ya me acostumbré a que cada cosa que haga mal, y algunas cosas de las que no tengo ni la culpa, sucedan y me den un buen regaño, grito o me tire algo. Ya es común, no, lo diré de nuevo, no quiero que me vean con lástima. Que yo puedo sola, que lo que quiero es contarles sobre mí. Hoy, ya no ha sido solo un grito. Me golpeó, si no ha sido un golpe limpio, pero ha sido golpe. ¿No? Sobre eso qué, ya no me importa entallé en los gritos coléricos y el llanto, el llanto de alguien que pide libertad y que lucha por ella; no sé yo si vea la luz mañana, sentí algo terrible en el pecho al entrar en un estado de pánico. ¿Asma? ¿Ataques de pánico? ¿Falta de respiración? Ya no tengo idea, pues ya perdí las ganas de buscarlas. Admito que no seré perfecta, que cometo errores y que me equivoco. ¡Soy humana! No como tú, bestia, que se cree Dios. Que nunca te equivocas, que nunca haces nada mal, pero hasta yo, este despojo de persona, entiende que no puede ser cierto lo que dices. Eso es desesperante, verte hablando de Dios, verte decirme qué me pasará, sin embargo es más extenuante andar gritando que soy atea a los cuatro vientos, aún más sabiendo que es mentira. Algunos querrán saber si sólo me quejaré de lo pasa, de esta realidad hermosa que me he creado para vivir, esta realidad que está a punto de quebrarse como una frágil flor se marchita… Mi voz, esa voz que todos aman y halagan, en mi casa parece maldita, todo el mundo la odia, preferirían a una niña mudita y calladita. Sé que no soy la persona indicada para decirlo, pero quiero tener un hermoso niño o niña. Quiero cuidarlo, amarlo, chinearlo, darlo todo aquello de lo que carezco. Una dulce cuna, un lindo canto, una camita tibia, un hogar cálido; algunos dirán: ¿Por qué nos cambias de tema? Les responderé: “No es un escrito, es más la manera en la sabrán de mí”. Para la gente, para aquél que me conoce, me escondo tras sonrisas sin fin y dulces canturreos. Aunque por dentro me quiebro y soy tan frágil como una rama en medio de las brisas del viento, ahora que si ante el pánico caigo en un letargo de locura y debe ser que mis hormonas ante amenaza reaccionan, sí, suena estúpido, sin embargo para vivir sin paz a veces no sé qué sea mejor. No diré que deseo la muerte, tampoco que le tema. No diré que quejo del mundo, ni odio a mi padre. No, no me molestaré en decir lo obvio, aunque ya sabrán que yo soy luz y soy calma. Tengo una dulce voz que arrulla al alma; soy Michelle, la niña que cuenta una historia mundana. Soy lo que soy, seré lo que seré mañana. ¿Para qué insistir en lo mismo? Si ahora tengo a alguien que me da calor, en este corazón, si ahora tengo palabras de aliento y un sueño envuelto en manto de lágrimas. ¿Qué más puedo pedir? No quiero una vida perfecta, no la merezco, sólo soy feliz con lo que tengo. Pensarán que me he vuelto desquiciada, que caí en lo profundo de un sueño, que llego al borde de la locura o algo extraño. Pero cuando amen, cuando deseen, cuando sueñen… lo entenderán, a una pobre escritora sin rumbo, que empezó con una bolsa vacía que tenía muchos hoyos. La remendó con amor y con perseverancia la llenó de esperanza. Atrapó en las noches oscuras lágrimas y las dejó encerradas, las cambió por una sonrisa. Ella es feliz, muy feliz, al sentirse tan cálida, tan querida, tan amada. ¿Por qué como si fuera algo ajeno? Porque aunque lo sienta así, ustedes no podrían entenderlo. ¿Cómo entender a esta escritora medio loca?
Bueno te resaltaría lo técnico y daría buenos tomatazos pero hoy no voy a corregirte nada, solamente opinaré lo que he leído. ¿Eso es lo que piensas de ti?, ¿realmente merece la pena seguir sufriendo de esa forma? Claro que no, he notado tu desesperación y a la vez el rencor hacia esa persona, pero no podemos hacer nada más. La gente nace con una manera de ver el mundo y puede cambiar si alguien se lo propone, pero las palabras que leí sencillamente muestran la resignación de una vida ocupada. Te llamas a ti misma escritora loca e incomprendida, como si estuvieras buscando la comprensión de los demás. Kouhai-chan, fue un buen escrito pero lamentablemente voy a diferir mis opiniones con las tuyas. Es bueno que reconozcas las cosas geniales y amables de la vida, pero también deberías buscar una solución más provechosa. Una donde todos sean felices, por más útopico que suene, recuerda que el mejor arquero es aquel que intenta toda su vida flechar la luna.