Siniestro Bernabelsh

El fino tapiz amarillo de aquel cuarto se tiño de carmesí mientras un cuerpo mutilado caía recargado a una de las paredes.

-¡Desgraciado!! –Sollozo el hombre que se encontraba junto al ya cadáver mientras se arrastraba lo mas que podía tratando de ponerse de pie, algo que le costaba aun mas trabajo debido a la basura que había regada en el suelo, latas vacías de cerveza, cajas de pizza echada a perder, zapatos, ropa sucia y muchos papeles y folders viejos.

Su objetivo alcanzar y tratar de detener a quien los había dejado así, una tétrica figura de silueta delicada, casi todo su cuerpo brillaba cual porcelana, sus articulaciones como codos hombros y nuca estaban revestidos de equipamientos metálicos de un tono azul oscuro, cualquier otro habría quedado impresionado ante ese ser pero no aquel sujeto que finalmente se había puesto de pie, el miedo era lo ultimo que podía sentir ante aquel extraño ente.

-Lo siento Ostin-Musito al tomar un bate de beisbol que estaba junto al pórtico de la puerta principal y cuyo listón de regalo se desgarro cuando golpeo la cabeza de la criatura.

-¿¡¡Que mierda eres tu!!?-Balbuceo arqueando la ceja mientras el ente solo ladeo ligeramente la cabeza para verlo de reojo, después de remover algunas astillas que quedaron incrustadas en su piel usando sus afilados nudillos, un ahogado suspiro salió de los orificios que había en el lugar que se supone irían sus labios.

-¡No mames!-Exclamo el sujeto pues en un parpadeo estaba rodeado por otras seis criaturas iguales a la que estaba frente a el.

Solo pasaron unas milésimas de segundos acompañados de finos sonidos similares a la caída de un puño de alfileres, el cuerpo del hombre cayo derrotado mientras que su vista que se nublaba rápidamente veía como las criaturas se desvanecían en el aire.

Pasaron solo un par de minutos o eso creyó el cuando despertó.

-¡¡Quiakc!!..carajo trabajando veinte años de detective privado y nunca me había metido en un borlote de estos…además ¡Haarg!...ya estoy viejo-Rabio mientras sacaba una a una las finas agujas que estaban incrustadas en su cuerpo haciendo que se contrajera de dolor.



Después se arrastro de regreso a la pequeña casa tratando de razonar como el había sobrevivido a ese ataque y no haber terminado como el otro tipo que se hallaba tirado en el suelo sobre un pequeño charco de sangre.

-Tenias razón idiota-Le dijo al mover la cabeza del cadáver con la punta de su zapato

-Me dijiste que si bebía lo suficiente sin embriagarme podría tener oportunidad de resistir su veneno.

Después dio un vistazo al resto de la estancia donde esa masacre tuvo lugar, era pequeña pero con espacio suficiente para una sala sencilla y una mesita central, la cocina estaba comunicada con el patio trasero, otros dos cuartos y un baño complementaban la casa.

Había otro mueble para el televisor y algunos trofeos y ornamentos pero ahora estaban hechos añicos.

El hombre removió un poco los restos y saco un pequeño cuadro, después de limpiar los trozos de cristal de este se sentó en uno de los desgarrados sofá para contemplarlo.

Era una foto familiar, donde aparecía el con algunos años menos abrazando a dos niños, uno de cabellos castaños y otro de cabello oscuro, cuyo marco estaba hecho de macarrones y al lado de la foto una insignia de policía con la leyenda…

“Detective Mackenzie Johnson, el mejor papa del mundo”

-¡¡Mira lo que hiciste pendejo!!-Le grito al cadáver frente a el echándole la culpa de los destrozos que había a su alrededor.

Miro su reloj y arqueo sus cejas con una forzada sonrisa, después de aventar el cuadro tras de el para terminar de destrozarlo se dirigió al baño para quitarse la ropa ensangrentada.

Luego de tratar inútilmente de tapar los orificios provocados por las agujas los cuales aun sangraban, se vistió con lo primero que saco de un viejo armario en su habitación: una camisa blanca de manga larga y unos pantalones caqui oscuro, después de tomar del perchero junto a su pórtico una chaqueta negra salió de su casa.

A muchos kilómetros de allí en medio de lo que parecía ser una reserva forestal se encontraba un autobús escolar repleto de niños que oscilaban entre los ocho y seis años vestían uniformes de scouts, solo habían dos personas mayores acompañándolos, un adolecente de cabello negro que llevaba auriculares y una mujer de unos treinta años que iba en el asiento del chofer.

-Oye Rafa, ¿crees que papa venga hoy?-le pregunto uno de los niños al joven el cual no le prestó atención pues traía lentes oscuros y estaba mas concentrado en tararear la letra de la canción que escuchaba en su IPOD.

-Rafa, Rafa..¡¡Rafael!-Seguía llamando el pequeño castaño al puberto el cual esbozo una sonrisa dándole a entender que lo ignoraba a propósito.

-¡Mama Rafael no me hace caso!-Protesto el chiquillo con un gracioso puchero dirigiéndose a la chofer la cual parecía que iba a destrozar el volante del vehículo en cualquier momento debido al estrés que le provocaba el estar por tanto tiempo oyendo el barullo de los demás niños que iban en el autobús.

A punto estaba ella de soltar una grosería cuando oyó el claxon de una suburban de modelo antiguo.

-¡Siii papi llego!-Celebro el chiquillo corriendo veloz a la puerta del autobús hasta quedar brincando sobre las puntas de sus pies esperando a que su madre abriera.

-Por fin-Murmuro el joven quitándose sus auriculares y lleno a la puerta también.

-Tarde otra vez…que novedad-Dijo en voz baja la madre de los niños cuando acciono el mecanismo de la puerta para que ambos niños salieran.

Johnson bajo el cristal de la ventanilla para alcanzar a despedirse de ella pero este solo volteo a otro lado evadiendo verlo de frente.

-Tres años después del divorcio y sigues igual de quisquillosa-Pensó dentro de sí al ver el rechazo, decidió bajar de la camioneta y apenas lo hizo el pequeño castaño lo abrazo cariñosamente.

-Hola pequeño tifón, ¿qué tal la excursión?-Le pregunto tratando de no contraerse por las heridas que tenía.

-Me divertí mucho que ¿me compraste de regalo?-Contesto el niñito feliz en mientras su hermano mayor pasaba de largo en dirección a la puerta del copiloto.

Johnson solo recordó como hizo astillas el bate de beisbol que pensaba regalarle pero otra cosa llamo más su atención cuando su hijo mayor pasó a unos centímetros de ellos.

-Ya lo veras-Le respondió ideando algo en su mente.

-¡Rafael!-llamo Johnson al joven.

-¿Qué?-chisteo el fastidiado.



-Hoy tu conduces-Le dijo lanzándole las llaves de la camioneta y el las atrapo con un gesto de sorpresa.

-¡Órale!...acaso estas?.

No alcanzo a preguntar lo obvio cuando su padre le hizo la seña que guardara silencio y rodando sus ojos en dirección al autobús.

-Eres un desastre viejo-Murmuro ahora yendo en dirección a la puerta del conductor.

Una vez que los tres subieron a la camioneta el autobús se fue de allí en dirección contraria.

Rafael por su parte encendió el motor sonriendo.

-Es perfecto no se negara-Pensó con un gesto de satisfacción.

Los minutos pasaron mientras Rafael conducía por la avenida principal del centro de Paris,Ostin no paraba de hablar de como había encendido el solo una fogata al tiempo que le mostraba a Jhonson un frasco con varias luciérnagas dentro.

-Oye viejo..nesesito dinero y que me prestes el auto el domingo-Dijo de repente Rafael viendo a su padre por el retrovisor.

-¿Me estas pidiendo permiso o me los estas ordenando?-Pregunto su padre con una sonrisa burlona.

-Bueno no querrás que le diga a Vanessa que volviste a tomar y te vuelva a patear el trasero enfrente del juez ¿verdad?-Contesto el joven con la misma sonrisa.

-Chismoso-Reclamo Ostin molesto

-Tú cállate mocoso-Le contesto Rafael

-Ja j aja ja-Rio Johnson mientras se contraía y dejo de hacerlo para aproximarse al asiento del conductor.

-Oye solo contesta sí o no y no me respires tan cerca apestas-Protesto Rafael alejando la cara de su padre de su hombro.

-Y mira quien lo dice-Contesto Johnson-Tu apestas a mentas frescas y a café-Añadio después de simular olfatear.

-Y…y ¿que con eso?-pregunto algo nervioso el joven.

-¿Qué te estas metiendo?-le susurro su padre para evitar que Ostin oyera

-Que ¿qué?. Estas borracho Mack

-Estoy ebrio pero no soy estúpido, dime ¿Qué es? ¿Marihuana? o simplemente cigarrillo-Siguió preguntando su padre y la situación se puso mejor pues llegaron a un semáforo en alto.

-Hey suelta-Se quejó Rafael cuando Johnson le tomo el mentón y con su dedo examino sus parpados.

-Bueno solo es cigarrillo no te matare por eso tranquilo-Dijo para después volverse a sentar junto a Ostin quien ya estaba empezando a quedarse dormido.

-No estoy fumando-Replico el chico aprovechando la luz en verde.

-Claro que lo haces, por eso masticas tanta goma y tu aliento huele a café-

-Hijo de ..-Gruño entre dientes Rafael.

-Hagamos esto si tu no le dices a tu madre que bebí yo no le diré que estas fumando y además lo vas a dejar ¿Qué dices?

-¿Me tratas de chantajear viejo?-Contesto con un gesto de sorpresa.

-Tómalo así si quieres

-No acepto si el enano ya no puede chantajearme mucho menos tu-Alego sonriente

-Bueno yo solo te iba a dar un remedio para que lo dejaras pero no creo que tu madre te tenga tanta consideración-Le contesto cruzándose de brazos viendo por la ventanilla.

Después de meditar por unos segundos Rafael empezó a refunfuñar golpeando el volante y Jhonson por unos segundos vio la imagen de su ex esposa en el.

-Mierda te odio maldito hijo de …

No alcanzo a decir mas cuando se oyo un zumbido seguido de una pequeña explocion que termino después de que el parabrisas se salpicara de sangre.

-¡Carajo!...-Sollozo Jhonson a causa de la gran aguja metalica que había en su abdomen y que había entrado por el techo de la camioneta.

-¡Papaaaa!!-Grito Rafael al verlo

-¡Kyaaagh!-Grito Ostin al ver por la ventanilla a las mismas criaturas que atacaron a su padre. Una de las cuales rompió el cristal y saco al pequeño por los cabellos.

-¡Nooooo!-Grito Jhonson