Sinfonía

Sinfonía.

¿De que trata la historia?

Se trata sobre una adinerada joven, que expulsada de varios colegios y teniendose que cambiar, termina en un colegio para delincuentes, puesto que en ningún lugar ni escuela privada la han aceptado. Ella, quien siempre se encerraba en si misma y ocultaba sus emociones y tristeza, irá conociendo a diferentes personas con historias distintas, e intentará sobrevivir sin ningún problema en "ISchool". Ya que la única forma de que la acepten en MGakuen (Una escuela privada) es no tener ningún problema en ISchool. Lo problemático empieza, cuando descubre que la adinerada escuela MGakuen, y ISchool, están en una permanente "Guerra". ¿El motivo?. Eso es lo que ella averiguará en el futuro, pero ¿De qué lado estará?. Tiene amigos en ambos bandos, también un chico distinto en cada escuela. ¿A quién elegirá?

Cap. 1: Ishikawa School

Corría por un interminable pasillo oscuro, escapando eternamente de aquel ser que se des-hacía en cenizas a cada paso que daba. A pesar de saber ya que era un sueño, no podía escapar, ni despertar. Siempre la misma pesadilla, el mismo perseguidor, el mismo final. Quedaba poco, lo sabía. Otra vez intentaría ver más allá, y seguramente, otra vez fracasaría.
Alzó los dedos intentando llegar. Al final de auqel corredor eterno, se alzaba majestuosa una puerta de madera con exquisitos tallados. Por debajo de esta, se veía luz. La luz que ella quería alcanzar. Tocó la puerta con la llema de los dedos y se paró en seco. Intentó abrirla empujando, sin embargo, junto a ella, estaba aquel ser de facciones extrañas hecho de cenizas. Sintió el aliento de la muerte. Intentó gritar.

Abrió los ojos, por fin, y suspiró. De nuevo el mismo cuento, la misma historia.
Descorrió las cortinas blancas, para dejar entrar la luz de la mañana. Maldito sueño recurrente. Su psicólogo había relacionado aquel ser como sus miedos que la perseguían, la puerta como algo que ella buscaba, la felicidad. Le dijo que no debería "Buscarla", si no que enfrentarse a sus problemas y blah blah blah. Patrañas.

Miró la hora. Seis treinta de la mañana. Se levantó de la cama, bañada por un sudor frio y sintiendo que el corazón se le salía del pecho. "Que aspecto tan penoso" Pensó, mirándose al espejo de la habitación. Unas negras ojeras se vislumbraban bajo sus ojos azules. Ojos que antes habían tan claros y puros como el cielo, peron que ahora, nublados por la desesperanza lucían un tono azul oscuro apagado. Como dos pozas sin fondo de sufrimiento, como dos infinitos abismos de soledad. Su cabello, negro como el carbón, caía en cascada hasta su cadera, ondulándose levemente en el final. Se tapó las ojeras con algo de maquillaje, el cual odiaba ponerse.
Necesitaba calmarse.
Se acercó a su piano, su amado piano. Inspiró profundamente, y tras levantar la tapa, posó suavemente sus dedos en el teclado, como quien acaricia suavemente algo muy querido. Sus dedos se deslizaron velozmente, tocando la canción "Claro de luna" de Beethoven. Una sonrisa pasó por su rostro, cerró los ojos. Esa sonrisa, que jamás se la había mostrado a nadie, aquella que solo su piano conocía.

Súbitamente, volvió a la realidad. Se levant ó del taburete y se vistió rápido. Cogió su prenda favorita: Una pieza de terciopelo negra que caía de su hombro izquierdo, apretado en el torso, y que se empezaba a ensanchar desde la cadera, para abrirse completamente cual rosa oscura a la altura de la rodilla. Acopañó el vestido con unas botas negras sin tacón que llegaban mas arriba de el tobillo, pero mas abajo que la rodilla.

Otra vez se tenía que cambiar de colegio, pensó mientras se vestía. De todos la expulsaban, en todos la odiaban. Se preguntó cuanto duraría en aquel nuevo colegio. Aún no sabía como ni donde era, puesto que quien arreglaba eso era el abogado de su padre, de todas formas, no le dba curiosidad saberlo.

Al terminar de vestirse, se recogió el cabello en dos largas coletas, dejando un mechon suelto a cada lado de su cara. Se sopló el fleco. Parecía toda una señorita, y lo era.

Bajó las escaleras hasta el segundo piso, y después al primero. Varios sirvientes se reverenciaron frente a su joven ama dandole los buenos días en su camino hasta la puerta. La blanca mansión se alzaba majestuosa en un paisaje verde lleno de árboles de cerezo, aunque aún no estaban en flor. Un camino de piedra blanco la conducía al vehículo que le pertenecía a ella. Una limusina negra. El chofer le abrió la puerta trasera, y ella se sentó en el cómodo asiento, tapizado de un exquisito cuero importado.


Los chicos silvaron, asombrados. Era la primera vez que veían un vehículo tan costoso frente a su colegio. ¿Qué clase de persona podía pagarse tal lujo?. Pensaron entonces en los colegios privados, sobre todo en el Marie Gakuen, que estaba justo al lado del ISchool. Uno de los chicos escupió en el suelo con asco. Desearon que la persona que venía en aquella limusina fuera al otro colegio y no al suyo. Odiarian que otro de esos asquerosos millonarios vienera a restregarles su fortuna en la cara.

- ¿Qué haremos jefe? Al parecer ese bicho viene aquí, y no a Marie. -Preguntó un chico moreno y de pelo puntiagudo.

- Esperemos que no sea así - Respondió el rubio, mordiéndose el labio inferior con curiosidad - O si no, tendremos que darle una pequeña "lección" - Añadió, con una media sonrisa.



¡Gracias por leer! Por supuesto que acepto críticas constructivas, pero por favor no sean muy duros, tengan en cuenta que tengo trece años n_nU. Publicaré un capi por semana ~ Thank You!