Long-fic Sin invierno [Nagi Watanabe] [Persona|GakuenRolplay] [Colección]

Contenido oculto: Ídola tonta

Es un ave rapaz; Ídola tonta


La primavera:
ella era la primavera.

Era justa, era cruda;
era cálida y era una molestia.
O te alegra o le odias:
No hay punto intermedio en lo que respecta Hayashi,
porque ella no se anda con cuentos.

Ella crea los cuentos.

Te observa, te analiza, te vigila.

Te cuida desde las sombras, porque es una sombra.
Un bosque oscuro.


No solo te observa a ti, observa todo su alrededor.
Madre pendiente, amiga leal:
Una pareja que es capaz de dar su vida por ti;


Pero como no sería capaz de dejarte sola, no se permitiría morir.


No va a morir, no importa frente a quien tenga que luchar para defenderte.


Calma, brisas de primavera.
Vida y muerte.
Una chica justa.

Una mujer de temer.


Ella era Haruka Hayashi:

Estaba dispuesta a ponerse de escudo humano ante cualquiera,
Hombre o mujer.
que se dignara a levantarle siquiera un dedo a sus amigas.

​

A
k
i

N
a
t
s
u​

Las defendía.
Directa e indirectamente.
Con una paciencia atemorizarte.

No importa que fueran sus ídolas tontas,
si tenía que volverse un ave rapaz para alejar a los buitres carroñeros de ellas; estaba totalmente dispuesta hacerlo.


Calma.
Silencio.
Calidez.


Era lo único que buscaba, y Nagi y Natsumi se lo daban.
No permitiría que nadie le robara aquellos preciados valores a sus amigas.


Ella era decidida.
Un ave rapaz.


​

Una lechuza que cuida a sus polluelos.

Un Halcón al atacar. ​

El buitre que tomaba lo mejor de los desechos putrefactos.

Ella era Hayashi Haruka:
El bosque primaveral. ​

 

Contenido oculto: La teoría de felicidad de Ayano

El conejo de viento; presa del otoño




Otoño era la mejor palabra para describirla.
Por eso se ganó el apodo de Aki...


Bueno, precisamente por ser una montaña otoñal, era que "Aki" le quedaba tan bien.


Serena, calma.
A su alrededor: todas las bestias buscan refugio,
buscan alimento;
buscan refugiarse del proveniente invierno.


Al igual que su madre, no tenía forma:
Era el viento en un bosque otoñal, un bosque ubicado en una inmensa montaña inamovible.

​

Era el conejo huidizo de viento​

El ave carroñera le agarró cariño y decidió protegerla

​

¿Podía ahogarse? Si,
¿Podía ser dañada? Si,
¿Podía ser vulnerada? Claro que si.


Pero eso era su maldición de tener un cuerpo físico;

​

Un cuerpo delicado. ​

Un cuerpo suave.​

un cuerpo cálido.
​

Su alma era distinta.
Era como la de su madre.


Era fría.
Sumamente fría.


Era una ventisca helada, porque era veloz.
porque era un conejo huidizo.


Era tu decisión, al final, qué toparte:


¿Una conejo con una lengua de víbora?
Palabras frías y cortantes,
como los incisivos de un conejo.


¿O una mascota que cuidar?
Cálida.
Pasiva.
Suave.
Tranquila


凪
Era tú decisión, pero...


Qué no se te olvide: ella es viento.


Nunca podrás acorralarla entre tus manos.
Solo ella podrá acorralarte a ti.
Si así lo deseas.


Ella solo fluye,
siendo ella y dejando ser.


Recibiendo daño,
mordiendo de vuelta.

Pero nunca guardando rencor...


A menos...


Qué salga dañado alguien que le enseñe a amar su propia existencia.


Conejo de viento engendrada por una víbora de agua.
Un disfraz que ella no se puso.
Qué es inconsciente que tiene.
La envidia de la Serpiente.



Una niña delicada.
(pero resistente)





​

—Así de simple es Akiyama Nagi —. Le comentó el ave rapaz a una flor vestida de bufón.

​

 

Contenido oculto: Copycat

Verano; juventud rota



Su vida era un eterno verano.
Un calor incesante que nunca se sofocaba.
Un odio enorme que no sabía de dónde surgía.



​

Una fruta podrida, más rápidamente podrida por el calor del verano.​

​

Una chica cálida, llegando a ser sofocante por el calor del verano.

Buscaba compañía, buscaba cariño.
Desesperada y perdida.
Tonta e inocente.

​

El ave rapaz le puso los ojos de inmediato en cima. ​

​

El conejo la ignoró, dejándola ser.
​

Era una chica de cuidado,
porque era el verano.


Noticias alegres, noticias imprevistas, noticias decadentes, noticias...

Todas eran aterradoras, porque si llegaban en ese eterno verano de juventud, te marcaban de por vida.


Ella andaba por ahí quemando gente sin querer hacerlo.
No era su culpa, era una niña, no sabía que era el autocontrol.


Pero maravillaba a tantos, que todos se aprovechaban de ella.
Le dieron la vuelta a su vida, la forzaron a seguir un camino que no quería.


El conejo y el ave encontraron ante ellas un bufón.
​

¿Qué diablos quería esa idiota? ​

¿Acaso no sabía con quienes se estaba metiendo?

Con unas marginadas.

Pero las ingenuas eran ellas; que no sabía que estaban ante la reina de las ignoradas.


Ahhh...
​

No se sabe si los encuentros son malos o buenos,​

positivos o negativos,​

hermosos o aterradores.

Solo son encuentros, y las cosas fluyen.


Ella era el verano, y las marcó para siempre.
Ella era el verano más aterrador,
ante dos chicas que eran témpanos de hielo

pero a ellas les benefició.


Como polillas embobadas giraban alrededor de ella.


¿Las utilizaba? ​

Tal vez.

Pero si ese era el caso.​

El aprovechamiento siempre sería mutuo. ​

Chiquilla forastera.​

Llena de máscaras agrietadas.​

Qué lo único que sabe es sonreír bien.

El ave rapaz se enamoró del Verano.
El verano descongeló el alma
casi totalmente congelada

del conejo.


​

Comensalismo

Inquilinismo ​

Simbiosis

Mutualismo​

Tres personas totalmente diferentes que sabían convivir.

​

 

Contenido oculto: Literal

Odio, respeto, pánico;
a veces, iban muy de la mano:



Haru, Aki y Natsu eran ejemplo de ello.

Siempre juntas, nunca se separaban.
Tenían que suplir todos los vacíos que dejaba la otra.
En un ciclo de beneficio; circulo cerrado.

Aki -> Haru -> Natsu.





Y de vuelta a Aki.​

El inicio de todo; Aki.

​

El final de todo; era Natsu.​

La encargada de que ninguna se fuera a un extremo peligroso: Haru.





Todas se protegían entre ellas a su manera.​

Con sus propios errores.

A sus propios riesgos.​

Hasta que la última máscara de Natsu cayó.
Se estrelló estruendosa contra el piso junto al puñetazo en su rostro.


Primera vez en su vida, Haru sintió odio.
rabia, rabia, rabia.
Esa acción le provocó aún más inseguridades a Aki.
impotencia, impotencia, impotencia.

Pero la que definitivamente más sufrió tras eso fue Natsu.



Se rompió por completo.
(SeOdióPorDentro)



Y algo cambió dentro del ave rapaz y el conejo de aire.

​

Una aprendió a lidiar con el odio.​

​

A la otra se le impuso el respeto a través del miedo.

Ambas estaban ya preparadas para empezar a madurar.


Para empezar a comprender lo que significaba el proteger algo.
Se iban a seguir protegiendo entre ellas, claro;

Pero primero Natsu tenía que sanar.


El ave rapaz y el conejo de aire protegerían el valle de la luna hasta que el sol volviera a surcar los cielos.


Le defenderían hasta que Tsukino volviera a ser Natsumi.




​

Víbora

y​

Halcón.​

Juntas para defender una misma cosa.



Podían parecer flores, frutas o vegetales por fuera;
a la merced de cualquiera,

pero la realidad es que eran de sumo cuidado.
Todas y cada una de ellas.


Odio, respeto y pánico...

Iban de la mano... ​

¿Los usarías para destruir?​

¿Para destruirte? ​

¿Para huir?


Sería tú decisión y solo tuya.


Las niñas dejaron de ser niñas.
Ahora eran unas adolescentes dolidas.

 

El águila protectora





Eran el trío más tétrico del colegio.​

A pesar de sus 13 años.

A pesar de sus lindas caras.​

A pesar de su inocencia barata.​

Eran unas verdaderas mentirosas.​

Ilusionistas por esencia.​

Protectoras...​

pero solo entre ellas.

​

Una tenía sobre sí la carga de la pecadora.
Codicia.

Gula.
Envidia.
Orgullo.
Pereza...​

​

Aunque la de múltiples máscaras tenía los más jodidos.
Avaricia.
Lujuria.

​

Rosas bellas, llenas de espinas... no tan solo filudas...
Sí no que sumamente tóxicas.


​

Vaya, vaya, vaya; ¿Qué harás, pequeño polluelo? ​

... ¿Es necesario preguntarlo?
​

¿No te da miedo salir lastimada?

¿Por quien me toman?



Tengo esencia de ave rapaz.​

Halcón.

Lechuza.​

Búho.​

Buitre Negro.​

Aguila barbado:

Cualquiera que pueda volar, agarrante, lanzarte, despedazarte.
Devorarte.


Así que no las toques con tus sucias manos.
No te les acerques con tus sucios ideales.
Ni pienses en inculcarle tus bizarros sentimientos.

Por qué sí no...

Saldrás envenenado, despedazado...

Y con carga de consciencia.


Porque ellas son lindas,​

Ellas son suaves,

Ellas son buenas,​

Ellas son amables.​

Pero eso no significan que te necesiten a ti para salir adelante...

Es más...

Creo que tú las necesitas a ella...


Tan mediocre como yo misma.​

 

Consecuencias

Contenido oculto: From a Place of Love

—Taratara... nanarara... laralara... tara...— La melodía con nombre, la canción con letra impronunciable se expandía por la habitación silenciosa. Natsumi tenía los ojos cerrados, las manos sobre su estomago, una de las piernas más arqueada que la otra; meditando en silencio. La voz de Aki se expandía en el lugar, era lo único que sonaba en la habitación, aparte de las espontaneas risas leves y graves de Haruka, enternecida.

La más alta a veces abría los ojos, para mirar a Nagi de reojo, la cual no le quitaba la vista de encima a Tsukino; quien aún tenía parte de su pómulo amoratado.
>>¿Te duele? —murmuró, sí no fuera por el silencio perpetuo, nadie habría podido escucharla.
—Hmm... no tanto —musitó con calma, monocorde. Hayashi, ante esto, le picó la frente con un dedo; suave, pero se notaba el enfado en su expresión, la que Natsu no vio y Aki no se interesó en hacerlo; Haruka habló, demostrando su desagrado.
—¿No tienes nada que decir, Natsu? —habló grave, seria.

—Hmmm—. La chica giró sobre sí misma, dándole la espalda a ambas chicas que le servían de almohada; Aki, apoyada en el hombro de Haru, la miró con falsa indiferencia—, no sé que decir, Haru-chan... no lo sé —murmuró monocorde, tan seria que era preocupante; cada día la risueña, alegra y extrovertida chica parecía irse más y más lejos.

Hayashi soltó un suspiro, apoyando ahora ella su cabeza sobre la de Nagi, quién también exhaló con pesadez el aire por la nariz. De todas formas, la castaña nunca dejó de acariciar con mimo y cuidado el cabello de la más baja.

—Sabes... que puedes contar con nosotras, ¿cierto? —habló suave la chica de pocas palabras, la de sonrisas sutiles, la de nervios frágiles. Apretó su puño izquierdo, alejándolo de la cabeza de Natsumi antes; afianzó el agarre que tenía en su derecha, su conexión con la mano izquierda de Haruka. Cabizbaja y tras desinflar otra vez el pecho al exhalar por la nariz, dijo—; Para eso... para eso...

La voz se le quebró, soltando la mano de su más vieja amiga para taparse el rostro, gimoteando.
—Lo siento Natsume, lo siento mucho —musitó entre lágrimas, con pequeños espasmos de llanto, con hipidos que intentaba que fueran sutiles, lo que simplemente empeoraba el panorama ante ojos de Hayashi, quien había quedado helada.

Tsukino se volteó con rapidez, alzando tanto el rostro como su torso, tras apoyar las manos a los costados de las piernas de Nagi, mirándola con escepticismo y preocupación, negando muy lentamente con la cabeza. Haruka no aguantó; se mordió el labio inferior por dentro mientras volteaba a ver al costado a su derecha; al lado contrario de ambas... "enanas"

Porque odiaba verlas tan frágiles y vulnerables; impotentes.

—No... Nada de esto es tu culpa, Aki-chan —intentó hablar lo mejor que pudo; paciencia, monocorde, calmada; pero las lágrimas llenaron sus pozos oscuros, no demoró en abalanzarse con cuidado al cuello de la chica, acercándola así a ella, abrazándola con fuerza. Nagi no demoró en esconderse entre el cuello, rostro y hombro de la azabache, quien afianzaba con suavidad su agarre en la cabeza y espalda de la castaña. Akiyama se ató a su espalda, se aferró a la camisa que cubría esa zona, como sí de soltarla volvería a perderla...

Porque eso había pasado, ¿no? Habían perdido a su mejor amiga...
¿Por una estupidez?

¿Descuido?​

¿Amor?​

¿Recelo?
​

...No tenían respuesta, no de momento... y tal vez nunca.

Nunca se lo perdonarían. ​