Sin importar nada

No matter what ' ​

No matter what' fue publicada por mi antes en este enlace http://www.fanfiction.net/s/8945508/1/No-matter-what Sin embargo he decidido continuar y terminarla aquí cambiando su título al español, espero la disfruten. ​

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Contiene spoilers de la serie, está basado en los caps 125 y 126. Bueno, siendo este un fanfic es claro que la historia de base no me pertenece y los personajes tampoco (Con excepción de Fukuro que es de mi autoría) Cualquier parecido con otra novela de este tipo es mera coincidencia y tampoco me interesa proteger la mía, si quieren utilizar la idea están en libertad de hacerlo mientras no utilicen a los personajes originales de esta. Es mi primer fanfic y este es solo el prólogo, espero les guste.​

Prólogo;;
Inuyasha POV
Si tan solo hubiese llegado unos minutos antes, si hubiese sido más veloz ¡Todo esto es mi culpa! Kagome, por favor, perdóname, Kagome por favor reacciona.
-¡No te quiero perder, Kagome!- El grito que salió de mi boca nació en mi pecho y, junto con él, las lagrimas que no podía controlar, era una sensación extraña que ya había percibido antes, aunque ahora se sentía más fuerte, tan solo verla me partía en dos. Perdí a Kikyo por no vigilarla, por no permanecer cerca de ella y Kagome sufrió el mismo destino, soy un estúpido ¿Cómo pude perder a las dos personas que más amo en este mundo en un lapso tan corto de tiempo? ¿Cómo fue que descuidé tanto a la pobre Kagome? Ella siempre estuvo a mi lado, aún cuando yo la trataba mal y no la escuchaba, aún cuando solo tenía ojos para Kikyo y ella sufría en silencio, y ahora me apuntaba con su flecha sin indicio alguno de que hubiese al menos una pizca de compasión en sus ojos, no había nada en sus bellos ojos aparte de oscuridad y odio, acaso ¿Kagome me odiaba?
–Déjala en paz, ¡Te haré pedazos!- Amenacé al bebé que permanecía con Kagura y Kanna, mientras aquella criatura solo me miraba divertido, como si el sufrimiento que me ahogaba le causara la mayor de las dichas, y así debía ser, pero ese infeliz me las iba a pagar. Sentía mi sangre hervir, estaba desesperado y me sentía indefenso al no poder utilizar mi espada, si pudiera alejarla de aquellos demonios mi viento cortante me bastaría al menos para ahuyentarlos, aunque luego.. no sabría como librarla del poder de aquél fragmento contaminado por la oscuridad, su pobre alma estaba siendo devorada por aquellos malos pensamientos y yo no podía que hacer nada. La flecha de Kagome rozó mi mejilla, me había tomado por sorpresa, pero seguramente se había percatado de mi transformación y deseaba detenerme, afortunadamente lo había logrado, si permanecía como bestia sería capaz de dañarla.
–Kagome, por favor- Susurré ya sin esperanzas, hasta que pude percibir como Kirara se acercaba con el monje Miroku y Sango.
–Bueno Inuyasha, dejaremos este encuentro hasta aquí(HK)- Abrí mis ojos sorprendido, aquél infante podía hablar, y se estaba marchando junto con Kagome.
-¡No te escaparás!- Le dije mientras blandía a colmillo de acero en el aire, podía sentir como la espada se rodeaba de energía y el viento cortante estaba listo para ser usado, podía enviar solo una pequeña descarga que..
-¡Inuyasha! No lo hagas, puedes lastimar a la señorita Kagome(M)- La voz de Miroku me hizo voltear, en eso Kagura aprovechó de desaparecer sobre su pluma con el bebé y con Kagome.
-¿Por qué? La perdí, Naraku la tiene y es mi por mí, yo..- Mis piernas cedieron y no pude seguir hablando, solo escuchaba a lo lejos como Shippo, Sango y Miroku intentaban darme fuerzas, pero ya era demasiado tarde, había perdido a la mujer que amaba de nuevo, en manos del mismo maldito hombre, pero esta vez se sentía diferente, ahora dolía mucho más que con Kikyo, sentía como si me hubieran arrancado el corazón de golpe, yo la vi partir. Después de eso ya no me importaba que me vieran llorar, era inevitable.

Como podrán notar en ciertos diálogos hay una letra entre paréntesis, eso es para facilitar el diferenciar entre que personaje dijo que, aquí la lista:
(I): Inuyasha (K): Kagome (S): Sango (M): Miroku (SH): Shippo (KY): Kikyo (F): Fukuro (SS): Sesshomaru (J): Jaken (R): Rin (KH): Kohaku (KG): Koga (N): Naraku (KA): Kagura (KN): Kanna (HK): Hakudoshi (AK): Anciana Kaede (PM): Pulga Myoga (B): Bankotsu
Los personajes secundarios o de poca relevancia en el f/f no llevaran esta letra a menos que su participación sea importante, esta será puesta acá bajo junto con las principales.

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Sé que Fukuro parece un ser invencible y muy fuerte, pero no lo es, aunque eso no se verá aclarado en este capitulo.

Capítulo uno: La cueva de Naraku y la chica de cabello rojizo
Kagome POV:
Mi cuerpo ya no respondía y me costaba mucho mantener mis pensamientos claros, lo único que aún me ayudaba a permanecer cuerda era la imagen de Inuyasha en aquél momento, cuando lancé la primera flecha contra mi voluntad ¿Qué había pasado? Yo no quería dañarlo ¡Jamás lo hubiese pensado! Y aún así lo hice, mi cuerpo se sentía ajeno, como si mi alma flotara en algún otro lugar.
–Fue Kikyo(HK)- Escuché decir al bebé que cargaba contra mi pecho, ¿Kikyo? ¿Qué tenía que ver ella en esto si se encontraba muerta? No, fue por él que me encontraba en este estado, casi dañé a Inuyasha por culpa de este demonio.
–Te equivocas(HK)- Volvió a hablar, una sonrisa se extendía por su rostro como si lo que estuviese diciendo lo hiciera inmensamente feliz .
–Fue tu rencor hacia Kikyo lo que te hizo atacar a ese híbrido, el odio en tu corazón, la tristeza y los celos me permitieron controlar tu plano físico, pero recuerda: Fue tu plano espiritual el que gritaba por venganza(HK)- ¿Venganza? ¿Realmente odiaba tanto a Kikyo? No, eso era imposible, pero debo aceptar que al saber que murió sentí un gran alivio, entonces, sí, yo odiaba a Kikyo, pero amaba a Inuyasha.
–Yo no estoy motivada por el odio, en eso has errado, todo lo que siento y lo que hago nace de una sola verdad: Yo amo a Inuyasha- Murmuré con todas mis fuerzas, pero el hecho de poder articular palabras me mostró que aún tenía algo de control sobre mi cuerpo, y con esas fuerzas traté de purificar aquél fragmento.
–Ponla a dormir(KA)- Fue lo último que escuché antes de que una corriente eléctrica me recorriera y todo se volviera negro. Caí en la oscuridad, me sentí flotar en el vacío como cuando Tsubaki me enveneno con aquél fragmento de la perla, aunque ahora el lugar donde me encontraba era frío y pequeño, como una caja de cristal –Inuyasha- Susurré llevando ambas manos a mi pecho y en ese momento pude diferenciar figuras a lo lejos, pequeñas manchas que poco a poco se acercaban y formaban los contornos de un cuerpo
–Que desastre de sacerdotisa resultaste ser(KY)- Esa era la voz de ¿Kikyo? Y a su lado se encontraba..
–Déjala, no vale la pena, es una débil humana(I)- Las palabras salieron de su boca como cuchillas que se dirigieron directamente a mi corazón ¿Cómo podía decir eso? Había aguantado tanto a su lado, intenté protegerlo, tal vez no era tan fuerte como Ki..
-No, no lo eres Kagome, ni siquiera eres tan bonita como la sacerdotisa Kikyo(M)- La voz del monje me hizo girar hacia él, alarmada por su presencia en un lugar como este.
-¡Eso no me importa! No deseo que Inuyasha me corresponda, yo solo..- Intenté hablar, pero aparentemente ellos no estaban dispuestos a escucharme, solo querían hundirme aún más.
–No intentes encubrirte Kagome, sabemos que envidias a Kikyo, eres solo una carga para nosotros(S)- ¿Sango? ¿Por qué había dicho eso? No entendía nada de lo que estaba pasando
–Kagome, eres una ¡Tonta!(SH)- Saltó cerca de mí al decir aquello, tan cerca que pude ver sus ojos y en ellos noté un profundo vacío, él no era Shippo, ellos no eran mis amigos, seguramente era una técnica de Hakudoshi que le permitiría volver a traer oscuridad a mi corazón, pero no se lo permitiría. Una luz titileo al fondo de la oscuridad, más allá de la caja, y pronto me cubrió por completo cegándome por unos instantes, luego desperté dentro de una cueva oscura sostenida por una chica que no había visto antes. Me incorporé lentamente y la observé, su cabellera rojiza caía en ondas hasta sus rodillas, su piel era clara como la nieve y poseía ojos amarillos muy similares a los de Inuyasha
-¿Tú.. tú quién eres?- Le pregunté entre tartamudeo y suspiros, estaba agotada y sumamente adolorida ¿Qué era lo que me había pasado?
–Mi nombre es Fukuro, soy guardiana del equilibrio en el monte de las ánimas, o al menos eso solía ser(F)- Fukuro, como la lechuza, tenía grandes ojos y se rodeaba de misterio y soberbia, pero a la vez pude notar que poseía orejas felinas y grandes colmillos y garras –Lo siento Kagome, es mi culpa que estés tan débil(F)- Se excuso bajando la mirada, se le notaba avergonzada y triste, pero aún no sabía dónde estábamos ni que hacía ella conmigo.
–Explícate, por favor- Le pedí algo atareada, pero ya compuesta como para poder prestarle atención.
–Verás, cuando el señor Hakurei desistió de su labor en el monte de las ánimas y cayó en la oscuridad la amenaza de posibles desastres incrementó por la gran cantidad de monstruos allí presentes, entonces la deidad Amateratsu mandó a un Nekomata a tener a su hijo, que sería la esencia de ella, el Nekomata y Hakurei, de esa combinación de almas nací yo- Narró su historia rápidamente, pero la dejó a la mitad, por lo que hice un gesto con la cabeza invitándola a continuar –El señor Hakurei permanecía en aquel monte, pero al ser corrompido por el miedo y el odio su poder espiritual ya no podía purificar a los seres que allí llegaban, entonces fue que yo debí encargarme de aquella labor que cumplí por varios años hasta que apareció Naraku, entonces el monte cayó y yo junto con él(F)- Bajó la mirada nuevamente, mordí mi labio inferior sintiéndome algo culpable, había sido por nosotros que el monte se vino abajo.
-¿No moriste, Fukuro?- Pregunté en un tono de voz bajo y condescendiente, pero sus ojos me dieron a entender que mi pregunta no fue la más adecuada.
–El señor Naraku me revivió, junto con Bankotsu, insertándome una fragmento de perla, pero al ver que se purificaba decidió darme algunas de tus almas, lo siento mucho(F)- Lograba entender partes de la historia, como el gran poder de Fukuro y lo útil que podía ser para Naraku, y no me sentía tan débil como cuando Kikyo había usurpado mis almas pero..
-¿Por qué revivió Bankotsu si Inuyasha había probado ser más fuerte?- Aún no entendía cual era la utilidad que Naraku le podía dar a ese guerrero que fue derrotado en una batalla justa.
–Él no lo revivió, al morir Bankotsu junto conmigo nuestras almas se vieron entrelazadas, al revivir yo lo hizo él, y el amo Naraku lo ha determinado como mi protector(F)- ‘Cuando yo muera, tú vendrás conmigo Inuyasha’ También podía comprender eso, era parecido a lo que Kikyo le dijo a Inuyasha, pero ¿Por qué querría Naraku a Fukuro? –Dime ¿Dónde estamos? – Pregunté –En el interior de Naraku(B)- Me respondió una voz en la oscuridad.

 

Capítulo dos; El plan de Naraku
Kagome POV (Dentro de la cueva)
¿En el interior de Naraku había dicho? Pero el monte de las ánimas se había venido abajo aquel día, acaso ese lugar ¿realmente no era su interior?
–No lo entiendo, estamos ¿Dentro de él?- Cuestioné algo confundida, sin embargo Fukuro negó con la cabeza aún con la mirada fija en el suelo de tierra, absorta por sus pensamientos.
–No es eso a lo que me refería, verás, todas estas paredes de tierra y roca están impregnadas con la esencia de Naraku y de alguna manera se conectan con él. Puede oírnos, sentirnos e inclusive puede vernos(B)- Si eso era así, si realmente tenía todo ese dominio sobre este lugar..
–No podremos salir de aquí(F)- El tono lastimero de su voz me hizo entender que por más que tratáramos de escapar no lo lograríamos, si no podíamos salir nadie podría entrar. Inuyasha. Cerré los ojos con fuerza, algo mareada, deseaba estar soñando y poder despertar bajo el manto de estrellas rodeada por mis amigos y aquél híbrido que siempre estaría alerta, protegiéndome ¿Dónde estarás ahora? El miedo se apoderaba nuevamente de mí, pero no podía permitirlo, aquél infante podría poseerme nuevamente y tal vez no podría salir de aquel trance, no de nuevo.
– ¿Para qué requiere de tu ayuda?- Pregunté al aire, refiriéndome a ambos, pero en especial a aquella joven pelirroja que, a mi parecer, era sumamente enigmática.
–Al poseer dentro de mí la esencia de un Nekomata puedo revivir a las personas, demonios e invocar espíritus, sin embargo aparte de los poderes espirituales de aquél monje y la diosa Amateratsu no tengo grandes habilidades de ataque, todo lo que toco se purifica y si no, perece, yo no puedo asesinar a seres inocentes(F)- En ese momento Bankotsu se sentó al lado de nosotras. Si todo lo que tocaba se purificaba ¿Por qué la querría Naraku? Ella no alojaba en su cuerpo una pizca de maldad, no hacía daño, aunque algo en su narración permaneció resonando dentro de mí.
–¿Revivir personas? Quizás al darte tú misión te hayan mencionado el nombre de Kikyo..- Ella negó con la cabeza lentamente, dándome por entender que me encontraba en un error.
–Cuando aquella sacerdotisa falleció pude sentir gran alivio, pero ese sentimiento no era mío, aún no tengo claro de quién provenía pero si era de su asesino, bueno, se encontraba muy satisfecho con su logro(F)- ¿Alivio? Seguramente Naraku se sintió así, pero también lo sentí yo, y si fue mi sentimiento quizás él querría revivir a Kikyo ¿No se había deshecho de su corazón humano? Aquél bebé lo portaba, entonces ¿Cuál era el verdadero objetivo?


Inuyasha POV (En los alrededores)
No podía dejar de correr aunque lo hubiese hecho un día entero, los árboles parecían posicionarse justamente bajo mis pies, formaban un sendero que estaba bañado en el aroma de Kagome y en el de aquél demonio Naraku –¡Inuyasha! ¿Sabes al menos como recuperar a Kagome?(S)- Escuché aquel grito a mis espaldas, haciéndome perder la concentración. No, no estaba realmente seguro de eso, pero ya pensaría en algo cuando llegara, lo primero era encontrarla y ponerla a salvo.
–No molestes- Mascullé molesto, realmente no quería tratar así a Sango pero para llegar rápido era fundamental concentrarme tan solo en la imagen de Kagome. Ella. Su cabello azabache siempre bailaba al compás que imponía el viento, no se alborotaba, solo danzaba, su sonrisa optimista relucía en los momentos más oscuros y era lo que me impulsaba a seguir, su delicada piel siempre se veía tan frágil, en un comienzo temía que se fuera a romper en mil pedazos, pero ella demostró ser fuerte, y su corazón que latía sin control al verme, ella se alegraba, tal vez pensaba que no me daba cuenta pero yo lo sabía y ¿Para qué mentir? Yo me sentía igual al verla. Apresuré el paso dejando atrás a Kirara junto con Sango y Shippo, Miroku había ido en la dirección contraria para vigilar que ellos no se movieran de donde estaban, pronto la encontraríamos ¡Estaba seguro! Podía sentir su aroma de cerca, ya faltaba poco, estaba ansioso y preocupado a la vez ¿Seguiría Kagome con esa expresión tan fría? No, yo no podría soportar nuevamente esa mirada tan parecida a la de Kikyo, y yo entendía que ella me odiara, Kikyo siempre fue muy buena conmigo, estaba dispuesta a dejar su vida por mí, porque me amaba más que a ella misma, y luego aquél demonio la asesinó ¡Se llevó a dos de mis mujeres! Ellas eran mías, estaban bajo mi protección y yo ¡No dejaría que nada malo les pasara! –¡Yo te salvaré, Kagome!-


Fukuro POV;
La cueva era tétrica, oscura y húmeda, entre tantas sombras podía distinguir la luz pura que emanaba la sacerdotisa y aquel resplandor gris que salía del cuerpo de Bankotsu. Suspiré. Aquella mujer estaba inquieta pese a encontrarse dormida, sus preguntas fueron muchas incluso para el corto momento en que se mantuvo despierta, buscaba la explicación de los hechos como si aquello fuese a cambiar algo. Y aquél guerrero, desde que despertó permaneció meditando, serio y tranquilo, aunque su luz era más oscura cuando volvió a la vida.
–¿Bankotsu?- Murmuré arrastrándome hasta él, yo estaba muy débil como para mover mis piernas, las almas de Kagome no habían bastado para recuperarme, necesitaba más energía. Finalmente él terminó por acercarse a mí y sujetó mi cabeza sobre sus piernas –¿En qué piensas?- Le interrogué siendo que realmente no me interesaba, pero no soportaba el encierro mental en el cual me sumergía cuando había silencio, al menos no ahora que tan solo podía divagar sobre lo que nos esperaba.
–Estoy calculando la posibilidad de salir de aquí con vida, y llevarte conmigo(B)- Su respuesta me dio un poco de curiosidad ¿Por qué querría llevarme con él? Yo era un alma moribunda, tan sólo le estorbaría.
–¿Te preocupas por mí?- Pregunté mirando a la muchacha que descansaba, evitando el rostro del guerrero, pero pude percibir como avalaba mi pregunta con un movimiento de cabeza.
–Gracias a ti he vuelto a la vida, después de todo(B)- Claro, sólo era eso.

 

Capitulo 3: El verdadero plan de Naraku
Inuyasha POV
El rastro de Kagome se intensificaba mediante íbamos avanzando, no pasó mucho hasta que nos topamos nuevamente con Miroku que fue llamado por el poder espiritual de una montaña.
–Esta energía es muy similar a la que se percibía en el Monte de las ánimas, ten mucho cuidado Inuyasha, su poder purificador no es muy fuerte pero podría debilitarte(M) – Desvié ligeramente la mirada hasta él, dudando, si pasaba lo mismo que en aquél lugar seguramente no podría ayudar a Kagome, no en mi forma humana.
–¿Acaso es ella la que provoca todo esto? – Le pregunté volviendo la vista al frente, preocupado ¿Es que el poder de Kagome había aumentado? No, eso no sería posible en dos días, incluso a Naraku le costaría trabajo pulir el poder espiritual de una sacerdotisa. Sin embargo el monje negó tres veces.
–¡Inuyasha! Puedo ver una cueva al pie de la montaña de donde se desprende energía maligna(S) – Bajó junto con Kirara y nos miró a ambos preocupada, era bastante seguro que se encontrara en aquella cueva con alguien más. Tensé los músculos de mis piernas y partí a toda velocidad hasta el lugar indicado, pronto dejé atrás a mi equipo. No podía esperar por ver la cara de Kagome una vez más, y ya estaba tan cerca de recuperarla y tenerla de nuevo en mis brazos, no soportaba que estuviera lejos de mí por tanto tiempo, esa era la razón por la cual la seguía a todas partes, inclusive a ese hogar suyo tan extraño. Yo no podía hacer nada de esto sin ella, me había percatado hace unos meses sobre cuál era la realidad: La necesitaba a mí lado. Moví la cabeza intentado despejar mi mente, no era momento de una ‘autoconfesión’, me centré en pisar ramas y saltar lo más lejos que pudiera. Luego de ver un panorama que tan sólo eran manchas color marrón por fin llegué a un punto donde ya no tenía árboles para avanzar, había encontrado la cueva.

Kagome POV:
Había dormido por mucho tiempo, pero ya me sentía repuesta, esperaba que al despertar los ojos me encontraría nuevamente en la aldea con los demás, sin embargo mi panorama fue ver a aquella pelirroja recostaba en las piernas del guerrero Bankotsu.
–¿Qué sucedió? – Pregunté preocupada al verla, estaba más pálida de lo normal y sus ojos permanecían cerrados –Acaso ¿Está muerta? – Me acerqué lentamente y pasé mis dedos por encima de su mejilla con delicadeza, no recibí reacción alguna, sin embargo Bankotsu me miró fijamente y luego suspiró.
–Ella permanece con vida, no te preocupes, tan sólo está agotada(B) – Murmuré un ‘hm’ y volví a tomar distancia de ellos. Me parecía extraño ver una escena así, luego de los enfrentamientos con ese hombre y el resto de los 7 Guerreros era una faceta que jamás hubiese esperado ver. Me levanté y decidí hacer algo, buscar una salida o un lugar donde las energías de Naraku fueran más débiles, de esa manera podía intentar abrir un agujero con las flechas. Apoyé la mano en las rocas, buscando aquella zona libre de magia, sin embargo sentí otro tipo de presencia, una a la que estaba acostumbrada e hizo que el corazón me diera un vuelco en su lugar, él había llegado por mí, como siempre lo hacía.
–Aléjense de esta pared, por favor– Le pedí a mis dos compañeros de secuestro, él tomó a Fukuro y se alejó lo más que pudo de aquél muro que se vino abajo en poco tiempo. En un comienzo, luego de saltar a los brazos de Inuyasha apenas verlo no me percaté, sin embargo me pareció extraño que pudiera haber derrumbado el campo de Naraku con tanta facilidad.
–Ese olor es de Naraku(I) – Refunfuñó molesto mientras arrugaba la nariz, enseguida pasó un brazo detrás de mí y me ubicó tras él de manera protectora. Todos miramos a nuestro alrededor, la luz que había entrado al derrumbar parte de la cueva no era suficiente como para distinguir lo que salía de sus profundidades.
–Kagura(B) – Gruñó Bankotsu, todos miramos hasta donde él enfocaba la vista y, efectivamente, de las sombras salía la silueta de la mujer con el abanico en la mano. Todos se pusieron en posición de ataque, mas ella levantó el brazo izquierdo y rodó los ojos, como si nuestra reacción le hubiese parecido algo absurdo.
–No vengo aquí a pelear, no son mis órdenes, vengo a advertirles(KA)– Sonrió de lado y me apuntó con su abanico –Pueden llevársela si lo desean, el lugar donde se encuentra el último fragmento no es donde ella pueda ver. Sin embargo recuerden que tiene el fragmento de la perla, mientras haya oscuridad en su corazón este estará bajo los mandatos de Naraku y el Infante, y sí, pueden llevarse a la otra muchacha, pero con un costo. Fukuro mantendrá la perla pura, pero necesita la energía de otros para sobrevivir, pronto ella y Kagome terminarán autodestruyéndose(KA)– Dicho eso, tomó su pluma y se marchó.

 

N/A: Bueno, este es el último capitulo que publique antes de irme -de nuevo- de vacaciones, por eso quise añadir a ese narrador especial que tanto amo u-u Pero la n/a va por otro lado, como verán he quitado los paréntesis, y me gustaría saber ¿Se entiende quién habla? Si no es así, por favor díganmelo para re-redactarlo, gracias :3

Capitulo 4: La importancia de vivir.

Inuyasha POV

–¡Inuyasha! Has vuelto a tu forma humana– Exclamó Sango apuntándome, todos observaron sorprendidos, pero yo sentía la sangre de demonio correr levemente por mis venas. Observé mis manos y las garras continuaban ahí, aunque más pequeñas y redondas.

–Lo siento, es mi culpa, pero tan solo he cambiado tu apariencia, mi poder aún no se fortalece del todo– La suave voz de aquella pálida mujer se quebró en el aire, provocando que todos calláramos. Entonces ella realmente podía purificar, era como aquél monte.

En lo único que podía pensar era en lo complicado de la situación, había recuperado a Kagome pero ¿Qué debía hacer ahora? Solo tenía dos opciones: Verla morir lentamente o esperar a que su alma fuera consumida por la oscuridad, así permanecería con vida junto al despreciable de Naraku. No, ninguna salida era aceptable.

–Tan solo debemos eliminar a aquella mujer y el alma de la señorita Kagome volverá a su cuerpo, así ella podrá purificar la esfera ¿Me equivoco?– La voz de Miroku resonó en medio del silencio, como si fuera una oración que traería esperanza a los que no teníamos idea de lo que nos esperaba. Sin embargo el cuerpo de la mencionada fue cubierto por completo, aquel guerrero resucitado se había parado frente a ella.

–¿Qué es lo que pasa? No me digas ¿Acaso te has vuelto débil, Bankotsu, has recuperado tu humanidad? – Gruñí con una sonrisa, tomando el mango de Colmillo, esperaba que con aquellas palabras volviera en si y saliera del medio, pero persistió ¿Qué era lo que estaba haciendo?

–¿Sabes lo estúpido que ha sonado eso?– Me respondió tomando su arma, igualmente estaba dispuesto a pelear, pero ¿Por una mujer? –No involucremos sentimientos en esto, idiota. Como bien sabrás ya he muerto dos veces, lo que no es nada divertido, y no pienso hacerlo una tercera, cuando acabe con Naraku podré volver a mi vieja vida, aunque ya no tenga a mis hermanos formaré un nuevo ejército, o bien podría hacerlo yo solo. Pero si ella muere, yo también lo haré, es mi único motivo– Sonrió a medias luego de terminar su explicación, realmente yo no comprendí lo que quiso decir con eso, pero si la eliminaba a ella también terminaría con él, y salvaría a Kagome, solo necesitaba un ataque certero.

–Es una situación bastante favorecedora– Murmuré llevando la espada a posición de batalla, con un solo corte sería suficiente para derrotar a ese par de cadáveres.

–¡Alto Inuyasha! – El grito de Kagome me desconcentró, y todos volteamos a verla –Yo también me opongo a que asesines a Fukuro, de todas maneras no estamos seguros, puede que mi poder espiritual no sea suficiente, ella realmente será de ayuda– Se quejó mirándome como si estuviera dispuesta a ponerse de rodillas, realmente no me pude negar. Pero ¿Qué se supone que haríamos ahora? Nada se me ocurría y, maldición ¡Yo debía protegerla!

–La sacerdotisa– Una débil voz hizo eco tras el cuerpo de Bankotsu, lentamente se acercó a nosotros mas se mantuvo cerca de su nuevo protector –La sacerdotisa que murió en el monte, si la traemos a la vida la esfera podría ser purificada– Al escuchar eso mi corazón se detuvo.

–Kikyo– Susurró Kagome.

Sesshomaru POV:

Habíamos caminado por días y aún no encontraba a aquel semi-demonio, ese ser inferior estaba oculto en algún lugar como la rata que era, aún con mis grandes poderes no era capaz de encontrarlo, acaso ¿Se había vuelto poderoso? Apreté fuertemente mis puños al pensar eso, tan solo era una cucaracha, los insectos saben muy bien como esconderse.

–Amo Sesshomaru, bueno, me preguntaba si puedo ir a buscar algo de comer– La voz de Rin provocó que me detuviera, su voz siempre congelaba mis pensamientos. Realmente habíamos avanzado mucho, en ocasiones olvidaba el hecho de que ella tan solo era una niña humana, pero el que se alejara me obligaría a tener todos mis sentidos sobre ella. De todos modos solo era un momento.

–Jaken, acompáñala– Murmuré mirándolos de reojo, sabía que la compañía de él no sería suficiente, no podría protegerla si algo realmente malo ocurría, y durante este último tiempo las situaciones no nos habían favorecido ¿Qué querría Naraku al secuestrar a Rin? ¿Qué yo aceptara dejar la batalla? Seguramente se había percatado de mi poder, aquél miserable caía bajo cuando estaba asustado. Jaken exclamó algo como ‘amo bonito’ y se alejó junto con Rin, yo permanecí en movimiento a lo largo del pastizal, siempre alerta a lo que pudiera ocurrir. Cuando encontrara a aquél ser despreciable, ¿Sería suficiente mi espada? No sería problema si solo fuera un cuerpo-a-cuerpo, pero aquél bastardo jugaba sucio, lo mejor sería dejar a Rin atrás, si la llegaba a tocar lo despedazaría con mis propias garras.

–¿Dónde has dejado a tu pequeña compañera, Sesshomaru? – Aquella voz llegó acompañada de una fuerte brisa, le di un vistazo rápido para asegurarme de que no tuviera a Rin, pero todo parecía estar en orden.

–¿Qué es lo que quieres, Kagura? – Respondí sin darle realmente mucha importancia, me enfoqué en escuchar a Rin en el río, con esta mujer cerca jamás venían cosas buenas, no debí haber bajado la guardia. Sin embargo podía escucharla jugar con el agua, aquel sonido me tranquilizaba.

–Será que ¿Aquellos guerreros ya acabaron con su vida? – Se burló cubriendo su boca con aquel abanico, yo solo le dediqué una mirada de advertencia, debía cuidar sus palabras. Era un demonio vulgar, sin importancia realmente, si hubiese querido ya la habría asesinado, pero tenía algo especial, ‘diferente’, quizás porque era mi entrada a descubrir el escondite de Naraku. –Bueno, yo tan solo iba de paso, pero te advertiré algo; Si realmente aprecias tu vida y la de aquella niña, mantente alejado del grupo de Inuyasha– Susurró seriamente para luego desaparecer, ¿Qué es lo que habrá querido decir?

 

Capitulo 5: Los caminos
Kagome POV:
Luego de que se aclarara la situación en la que nos encontrábamos decidimos que debíamos ir en busca de los restos de la sacerdotisa Kikyo, por lo que nos acercamos al monte y comenzamos a seguir el río. Bankotsu se separó del grupo enseguida, alegando que no compartiría un viaje con el enemigo. Fukuro fue llevada a la fuerza, pero pronto debía volver con nosotros para purificar el fragmento, después de aquella discusión todo se tornó silencioso, Inuyasha no desviaba la mirada del piso y yo no me atrevía a decir algo al respecto, verdaderamente me sentía incómoda.

–Kagome ¿Te sientes bien? ¿No quieres descansar? – Preguntó Shippo a la vez que se lanzaba a mis brazos, todos voltearon con curiosidad. Negué, no estaba cansada ni me sentía mal, podía caminar hasta que anocheciera, sin embargo quería tener unas palabras con Inuyasha a solas y si continuábamos avanzando de seguro no podríamos charlar tranquilos.

–No estoy cansada, gracias Shippo, pero podríamos comer algo– Propuse esperando una afirmativa, y la obtuve, todos se detuvieron a excepción de la persona con la que quería conversar. Intenté detenerlo mas él solo murmuró ‘Estaré rastreando’ y se alejó entre el verde paisaje.

–Es un idiota, pero estuvo muy preocupado cuando no estabas, se hubiese pasado la vida buscándote– Susurró Sango a mis espaldas, me miraba con compasión, como si realmente todo lo que me rodeaba le diera lástima. Sonreí y entonces ella también lo hizo. –Vamos Kagome, tú también debes de estar hambrienta–Se dio media vuelta y comenzó a caminar, yo la seguí luego de dar otro vistazo atrás, por donde se había ido aquel hombre.

–No se preocupe señorita Kagome, él está pasando por un momento sumamente difícil, creo que él más difícil de su vida– Miroku me habló mientras me entregaba un pescado asado ¿Momento difícil? Claro, debía recuperar a Kikyo y seguramente la expectativa lo estaba matando, era un ser sumamente impaciente, pero ¿No debería de estar contento? –Creo que no lo comprende del todo, permítame explicarle: Usted y la señorita Kikyo son los dos grandes amores de Inuyasha, él siempre va a estar ahí para salvarlas y se sentirá satisfecho al hacerlo, sin embargo ahora se encuentra en una encrucijada. Cuando la señorita Kikyo vuelva a la vida y usted sea salvada él deberá tomar una decisión que terminará lastimando a una de sus amadas mujeres, él ya no puede protegerlas a ambas, en el amor solo hay un ganador– Luego de eso se dio vuelta y empezó su comida. Lo medité por unos momentos y, bueno, él tenía razón: Kikyo o yo.

Sin embargo yo fui la que dijo que quería que permanecer a su lado sin importar la circunstancia, y si él ya no me quería sería el único momento en el que yo me iría lejos. Suspiré pesadamente, ¿Y si se iba con Kikyo? Se casarían y tendrían hijos, yo volvería a mi época, terminaría mis estudios y ya no sabría qué hacer, o al menos ahora me parecía difícil el imaginarme como sería mi vida adulta lejos de todo esto. Sentía envidia, ella si vivía en esta época, aquí era donde debía estar y ¡No importaba que estuviera muerta! Ni eso podría separarla de Inuyasha. Hubiese largado a llorar en ese preciso instante si el fragmento no hubiese detenido mis músculos de nuevo, ardía.

Inuyasha POV:
El rastro de Kikyo era fácilmente confundible con el olor común a tierra, ella había perdido todo su encantador perfume en el momento que su cuerpo hecho de barro y huesos volvió a respirar, su imagen estaba grabada en mi mente con un aroma distinto al que conocía, ya ni siquiera podía recordar como era la antigua Kikyo y aún así la amaba, quizás era costumbre. Me acerqué al río y el olor se mezclaba con agua, peces y algas, pero tan solo podía percibir un camino de tierra que se sentía bañado en sangre: La había encontrado. Me dispuse a seguir el sendero a toda velocidad, cuando la encontrara los llamaría a todos, aunque algo en mi interior me seguía diciendo que era una mala idea, cuando terminara con Naraku ella podría descansar en paz pero ahora era imposible. A lo lejos un grito movió las ramas, era Sango y venía del lugar donde el resto estaba comiendo ¡Esa gente no podía mantenerse a salvo por un momento!

Tal vez debería haberles dejado la tarea a ellos, quizás debí seguir buscando los restos de Kikyo, no volver y continuar, porque cuando regresé ahí estaba Kagome, tirada en el piso y luchando por no perder el control.

–¡Shippo! Ve a buscar a Bankotsu y a la sacerdotisa, que vengan ya ¡Rápido! – Exclamé alterado ¿Cómo había ocurrido todo esto? Estando tan alejados de Naraku, y hace menos de dos días aún seguíamos en compañía de aquella mujer –¡Kagome! ¿Qué te sucede? ¿Puedes hablar? – Le pregunté arrodillándome a su lado, entonces se detuvo y abrió los ojos llenos de odio y resentimiento, acercó una mano a mi mejilla y murmuró <<Siempre me dejas sola>>

Fukuro POV:
Cuando me fui con Bankotsu todo volvió a ser como lo era antes, pasé el primer día sin compañía hasta que él me traía algo de comer, y cuando necesité almas lo único que hizo fue sonreír. Me llevó a la fuerza hasta un bosque y me hizo aguardar en silencio, lo observaba desde la alta rama de un árbol y cerraba los ojos cuando aparecía gente cerca: Los aldeanos pasaban y los soldados nunca llegaban a casa. Luego de darlos por muertos yo bajaba y tomaba algunas de sus almas, las que no necesitaba las encaminaba hasta el eterno descanso, aunque me pregunté ¿Por qué solo soldados?

–Me entretienen más que la gente común, aunque no son un reto el juego dura más– Me respondió para después darse vuelta y mirar entre los arbustos, alcé una ceja con curiosidad –¿Qué quieres? – Le preguntó a las plantas, pero de ellas salió aquel zorro que viajaba con la joven sacerdotisa. Él pequeño se veía aterrado ante la presencia del imponente guerrero, yo seguía en silencio y lo tranquilicé con un movimiento de cabeza.

–Kagome ¡Está poseída! – Exclamó al borde de las lágrimas, se arrodilló ante nosotros suplicando por ayuda, se veía honestamente angustiado, mas Bankotsu solo alzó los hombros restando importancia. Me levanté y fui donde él, acariciando su espalda.

–No te preocupes, enseguida iré contigo– Murmuré y me dispuse a caminar, pero la fuerte mano del guerrero apresó mi muñeca casi al punto de quebrarla, reprimí una mueca de dolor y lo miré con el semblante neutro.

–Tú solo vas donde yo te diga que vayas ¿De acuerdo? – Me amenazó apretando más su mano contra la mía, su rostro estaba serio pero podía notar en sus ojos algo diferente, algo que no había visto, era parecido al enojo y sin embargo no parecía tan malo. Sonreí.

–Eres un ser sumamente violento, Bankotsu– Me solté de su agarre y seguí al pequeño zorrito, en esos momentos aquella joven podía estar siguiendo las órdenes de la perla, podría asesinar a sus amigos o hacerse daño a sí misma.

Inuyasha POV:
Cuando la mujer de cabello rojo llegó lo hizo sola, se acercó a Kagome preocupada y tocó el sector donde estaba el fragmento, entonces su respiración se normalizó y los bruscos movimientos cesaron.

–Supongo que es peor de lo que yo me imaginé– Musitó sin mirar un punto fijo –La presencia de Naraku no está cerca, entonces la perla provoca que Kagome actúe según los oscuros deseos de su propio corazón, debemos encontrar a la sacerdotisa cuanto antes– Entonces sus ojos se posaron en los míos, su mirada era tan intensa que no pude ocultar la mía, era como si me estuviera leyendo.

–¿Ella estará bien? – Pregunté en un hilo de voz, acariciando la frente y alejando los negros cabellos de su rostro. El silencio fue mi única respuesta. Todos volvimos a seguir el camino del río, Sango dijo que era mejor que Kirara se llevara a Kagome, entonces la otra sacerdotisa se subió a mi espalda. Bankotsu no había hecho acto de presencia aún, pero lo sentía seguirnos entre los árboles muy de cerca.

–Es por aquí– Dijo Fukuro cuando ya no encontrábamos en el último cauce del río, y sí, en una orilla estaba tirado el cuerpo de Kikyo casi comido por los pájaros. Alejé a todas las aves y la tomé entre mis brazos, llevándola hasta la pelirroja.

<<Vamos a necesitar las almas de Kagome, yo sé que ya he tomado muchas de ella pero son necesarias ahora, sin embargo luego estará muy débil y voy a necesitar que la alejen de aquí, Inuyasha cuando yo te lo diga debes llevártela o todas sus almas serán absorbidas y ya no podré hacer nada– Tomó la mano de Kagome y cerró los ojos –Lamento el convertirte en una mártir>>

 

Sé que es corto, pero ya vendrá uno mucho más largo:c
Capitulo 5: El rastro de Naraku
Inuyasha POV
Todos quedamos mudos en algún momento, aquella sacerdotisa estaba murmurando una oración que parecía no terminar. Sujeté con fuerza el cuerpo de Kagome contra mi pecho, seguramente se desmayaría al perder tanta energía espiritual, mantenerme neutral no era mí fuerte ¿Tenía que huir apenas Kikyo despertara? Probablemente, pero no podía dañar a Kagome, tampoco.

–Se está moviendo– Exclamó alguien, no lo había notado, Kagome ya había comenzado a perder almas y estas se dirigían a Kikyo, volvía ligeramente el color a sus mejillas y su respiración se hacía cada vez más notoria. Ella definitivamente había vuelto, y ahora podría protegerla.

–¡Inuyasha! Llévate a Kagome– Aquella voz sonó tan distante, mis piernas no me obedecieron en ningún momento, su vuelta a la vida me tenía completamente hipnotizado, no me atrevía a respirar siquiera. Todos me gritaban, lo sabía, pero no entendía sus palabras. Pude haber pasado así cinco minutos o un año, no tenía noción del tiempo, el trance había sido profundo y lo único que logró hacerme volver fue un relámpago blanco que me arrebató a Kagome de los brazos y se la llevó lejos.

–¿Qué? – Pregunté algo aturdido ¿Debía ir a buscarla? Sin embargo mi cuerpo no quería dejar a Kikyo sola.

–Kirara se la ha llevado– La fría voz de Sango sonó como un reproche, giré a verla y me percaté de que ella y el resto se estaba marchando. Fukuro también comenzó a adentrarse en los bosques y me quedé a solas con una aparentemente dormida Kikyo.

Me acomodé en cuclillas a su lado y analicé su rostro, parecía tranquila, indiferente, como si estuviera aquí pero a la vez no. Eso me desesperaba, siempre lo hizo, aquella actitud inexpresiva, controlada y seria me sacaba de quicio, pero era su encanto al fin y al cabo, no saber lo que pensaba o como podría reaccionar me incitaba a provocarla y seguirla ¿Kagome era igual? Sí, tampoco sé como podría reaccionar, pero la dulzura de ella las hace completamente opuestas. Me sentía extraño, de una manera que jamás había experimentado ¿Qué era? Me pesaba el pecho y no podía dejar de insultarme por dejar atrás a todos, pero a la vez sabía que terminaría odiándome si dejaba a Kikyo sola.

Kagome POV
Había caído en un profundo agujero negro, mi cabeza daba vueltas y me sentía realmente cansada, no sabía con exactitud cuánto había dormido pero al despertar mi cabeza estaba sobre el regazo de Koga. No puse resistencia, no podía moverme ni abrir por completo mis ojos.

–Koga– Murmuré con esfuerzo ¿Dónde estaba Inuyasha? Era una respuesta que conocía y no quería escuchar, al menos no hasta estar lúcida.
Las suaves manos del lobo acariciaban mi cabello, susurraba todo tipo de cosas y me mecía suavemente, estaba cada vez más adormilada, sentía que debía estar despierta pero no me importaba. Nuevamente caí en la oscuridad, pero estaba vez se sentía diferente, de alguna manera era acogedora y poco satisfactoria, cálida y, sin embargo, me parecía tan diferente al calor que necesitaba mi corazón.

–Kagome, Kagome– Me despertó la voz de Koga junto con leves empujones, abrí los ojos poco a poco y como pude me incorporé –Si no comes no te sentirás mejor– Me dijo mientras me tendía un pedazo de lo que parecía ser carne de res. Aunque me avergüence decirlo la comí con muchas ganas, a mi lado todos los miembros de la manada me sonreían, seguramente Koga me cargó hasta aquí cuando estaba inconsciente.

–¿Qué pasó con Shippo, Sango y Miroku? – <<¿Qué pasó con Inuyasha?>> No, no quería preguntar eso, seguramente se encontraba bien, al fin y al cabo Kikyo volvió a la vida. Koga bajó la mirada, preocupado, y luego suspiró.

–Lo he encontrado, encontré el rastro de Naraku– Pese a sentir mis párpados pesados como el plomo mis ojos se abrieron de par en par, incluso un pequeño pedazo de carne no pasó correctamente por mi garganta y terminé teniendo un ataque de tos.

Luego de que me dieran un poco de agua y nos alejáramos a las montañas, Koga y yo nos encontramos sentados en la cima de una roca mirando el cielo, luego de que me dijo lo de Naraku no tuvimos la oportunidad para hablar sobre eso, por lo que preferí permanecer con él a solas.

–¿Hacía dónde? ¿Dónde se dirige el rastro? – Pregunté acercando mis rodillas a mi pecho, apoyé mi mentón sobre ellas y fijé mi mirada en el horizonte. Naraku.

–Va hasta el norte, me dirigía hasta allá cuando te encontré inconsciente en el pasto, cuando lo vea te juro Kagome, que lo asesinaré con mis manos– Lo miré por unos momentos, ya no sabía si estaba hablando de Naraku o de Inuyasha, prefería tampoco pensarlo mucho.

–De todas formas ¿Qué planean hacer? – Pregunté hundiéndome aún más entre mis rodillas, enseguida sentí como el lobo se removía en su lugar y se me acercaba un poco. La mirada preocupada de Koga se posó sobre la mía, y sin darme cuenta dio un beso a mi frente. Cerré los ojos. El calor de aquel pequeño gesto me reconfortó, era una sensación agradable pero familiar, aún sentía una fracción de mi corazón perdida en el bosque junto con otra sacerdotisa.

Fukuro POV:
Luego de que todos se marcharan dejé el híbrido y la otra pelinegra solos y me adentré en el bosque, también escuché lo que el lobo le dijo a los acompañantes de Kagome. Naraku ¿Eh? Se había dejado encontrar, y seguramente era una trampa, debía adelantarme y actuar antes de que ellos llegaran, así cuando aparecieron podrían encontrarse con un demonio débil.

–¿Dónde piensas ir? – Me preguntó una voz ronca entre los árboles. Suspiré ¿Debía darle explicaciones de todo lo que hacía? Él me había ayudado con las almas, sí, pero fui yo quien lo trajo a la vida y ahora me estaba arrepintiendo.

–Nos queda poco tiempo, es mejor que disfrutes la vida que nos queda– Musité e intenté alejarme, pero ahí estaba él de nuevo, apresando mi cuerpo contra el suyo. Me miró con desprecio y yo lo hice igual.

–¿Poco tiempo de vida? ¿Naraku? Creo que olvidas que estás a mí cuidado– Gruñó y apretó más el agarre, cerré los ojos y en lo único que pude pensar fue <<Idiota.>>

Pero realmente era de suma importancia que yo llegara hasta donde se encontraba primero, mi alma y la suya estaban de cierta forma conectadas al ser él quien me resucitó, podría sacar algún provecho de eso y utilizar mis últimas energías para purificar el gran fragmento de perla. Kagome tendría que saber cómo purificar y sacar la que estaba dentro de ella, con ese último golpe tal vez se puedan deshacer de él. Lo primero era averiguar cómo deshacerme de este inconveniente en cuerpo de hombre.