Esta es una curiosa historia que muestra la realidad sobre los demonios, la religión y los humanos, tres familias ven sus vidas alteradas por algo que parece cambiar sus prioridades. Espero que les agrade, el inicio es un tanto aburrido… Capitulo I “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” Sus pasos cansados hacían crujir las hojas de aquel bosque otoñal, Ya no sentía las extremidades producto del frio… un fuerte viento agito violentamente su vestido de lino ocre haciéndole perder el equilibrio, su cuerpo tembloroso cayo al suelo. No podía volver a incorporarse, el cuerpo no le respondía, su largo y oscuro cabello enmarañado recubría su rostro impidiéndole ver su alrededor. Solo podía escuchar el sonido de su muerte, un ruido suave como la seda y dulce como la miel. Vagos recuerdos de lo sucedido invadieron su mente, pero nada que le diera una respuesta a por qué se encontraba agonizando en aquel lugar inhóspito, los oídos le comenzaron a zumbar, una extraña música ambiento su mente como si un bardo le estuviera dando la despedida del mundo de los mortales con una horrorosa melodía, ya no poseía la fuerza necesaria para sobrevivir, su respiración se aceleraba sin control y solo pudo despedir un leve gemido de dolor… “Tú no estás sola, nunca lo has estado y nunca lo estarás.” No sabría decir cuantos minutos paso tendida en aquel suelo ausente de fe, pero para ella fue toda una eternidad. La imagen de aquel bosque maltrecho comenzó a desintegrarse, los arboles se derretían a su alrededor, las hojas se convertían en un fétido humo negro que volaba por los cielos con atrevimiento, Su entorno se transformo en lo que en realidad era, un oscuro y desolado callejón… alguien se acercaba, no sabia con seguridad si eso era bueno o malo, pues no podía recordar nada preciso de su paradero. Unos brazos fríos pero cálidos al mismo tiempo la rodearon, un escalofrió recorrió su cuerpo, estaba completamente entregada a aquel ser, pues no podía realizar acción alguna, ¿Qué se supone que debería sentir alguien cuya existencia depende de un completo extraño?, por alguna razón desconocida se sintió segura, como si un ángel la llevara al paraíso quitándole ese espantoso e incontrolable dolor previo a la muerte. — No te preocupes, estarás bien— le susurro una dulce voz masculina levantándola del suelo en brazos, aunque ya no tenia el cabello cubriendo sus ojos, no podía ver con claridad. Aquel sujeto esbozo una sonrisa y ella simplemente se desmayo… “Porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón” El viento gemía con agonía, las calles de aquella desolada ciudad permanecían tan silenciosas como siempre, solo una luz iluminaba las calles con un ligero resplandor que temía cumplir su objetivo. Tres seres vestidos con túnicas negras caminaban a paso acelerado, era imposible ver el rostro de alguno de ellos, solo se distinguía una espesa y aterradora sombra. — ¿Por donde fue? — pregunto enfadado el mas alto, tenia una voz muy particular que resonaba como eco. — Me temo que le perdimos el rastro mi señor… no puedo sentir su presencia— susurro la mas pequeña, su voz era dulce y tímida. — No se preocupe mi señor, seguramente no logremos sentir su presencia porque ya debe estar muriendo— dijo el tercero con una seriedad que lo caracterizaba. —Eso espero… Siempre fue bueno para ocultarse, aunque no sobrevivirá mucho en estas tierras, y nosotros tampoco lo vamos a hacer, regresemos— Los tres comenzaron a deshacerse como si sus cuerpos y ropas se trataran de ceniza, los restos se dispersaron por el aire hasta quedar nada, un oscuro vacío, la soledad de la noche. “como en un sueño, sumido en profunda calma” La noche callo, y con ella la niebla que recubría todo el lugar como si intentara borrarlo, la joven mujer se encontraba sentada con su espalda apoyada sobre una gran pared de ladrillos, aun no había despertado, y no tubo lo que se podría llamar el mejor de los sueños, pero era mucho mas de lo que podía pedir en su estado Poco a poco comenzó a recuperar el conocimiento, trato de abrir lo ojos con rapidez, pero fue inútil, solo le provoco un fuerte dolor, parecía como si los hubiera mantenido cerrados por años. — Parece que ya despertaste…— comento una voz masculina, ella sabia que se trataba del mismo sujeto, se convenció de que no había sido una pesadilla, todo lo sucedido fue muy real. — ¿Qui-quién eres? — pregunto tímidamente, tenia dificultad para hablar producto del fuerte dolor que aun entumecía sus músculos faciales. — He visto tu herida, el corte es profundo y no creo que llegues a un hospital, has perdido mucha sangre… — Yo… — la joven bajo la cabeza apenada, su fin estaba cerca, y ese sujeto no podría hacer nada para cambiarlo, o al menos eso pensó. — Dime, ¿Cómo fue que terminaste así? — Lo único que recuerdo, son unos hombres… unos hombres que me seguían…— Un silencio incomodo se hizo presente, su vida tenia el tiempo contado, la cabeza le dolía terriblemente, le costaba mucho mantener una conversación fluida. — No creo que llamando a una ambulancia pueda ayudarte… pero hay una manera de que sobrevivas a esto, aunque tendrás que ayudarme a mí primero. — ¿Cómo dices? — Pregunto extrañada, ¿Qué cosa podría hacer por él alguien en su estado actual? No tenía sentido alguno. — Ya que no me queda mucho tiempo, lo mejor es ser sincero… soy un ser del bajo astral, he dedicado toda mi existencia a salir de aquel espantoso lugar… Lo he conseguido, pero no puedo permanecer mucho tiempo a menos que ligue mi alma con alguien de aquí. — confeso cambiando el tono de voz por uno un poco mas nervioso. — No comprendo nada… ¿acaso mi vida depende de un loco? — Es natural que me trates como tal, solo eres un simple mortal, no espero que entiendas por completo lo que trato de decir… — dices que si uno mi alma con usted, un demonio, ¿Verdad?... — Así es… —…Entonces me salvare, dejare de sentir este espantoso dolor. — Claro, eso mismo digo, nos necesitamos. — No estoy segura, ¿Sabes lo loco que suena esto? — pregunto soltando una mueca de dolor cerrando los puños con fuerza. — No voy a obligarte a nada, solo pasamos por el mismo lugar, con la misma necesidad, la de sobrevivir, podemos ayudarnos, es nuestra elección— indico mas tranquilo. — Unirme con un “demonio”... ¿dolerá? — pregunto temerosa intentando ver con claridad pero sin ningún resultado positivo, él tomo su mano derecha con suavidad. — Sera como estar enamorado, sentir que ya no hay nada que no puedas hacer si esta esa persona a tu lado… — Debe ser algo hermoso — acoto dibujando una sonrisa en su rostro, ella realmente no creía una palabra de lo que le decía, él la imito aunque ella no pudo verlo. Su cara se veía muy pálida, la fuerte hemorragia que teníala estaba a punto de matar, tenía que actuar con rapidez. “El impío, en la altivez de su rostro, no busca a Dios. Todo su pensamiento es: No hay Dios.” — Padre… he pecado— Susurro tembloroso aquel sujeto, seguramente tenia mas de cuarenta años pero menos de cincuenta, su rostro se encontraba empapado de lagrimas, su llanto había terminado, pero su tristeza continuaba. — Dime, hijo, ¿Cuáles son tus pecados? — Padre, ¡Dios jamás me perdonara!, Arruine la vida de mi familia… ellos aun no lo saben, pero las desgracias comenzaran muy pronto, puedo sentirlo. — ¿Por qué dice eso? — He pactado con un demonio, y creo que quiere a mi familia, yo no quería que las cosas fueran así, pero dice que es el precio…