Fandom: Saint Seiya © Masami Kurumada. || “The Lost Canvas” © Shiori Teshirogi. Tipo de Fic: Drabble. Pareja: Radamanthys x Pandora. Géneros: Drama. Advertencias: WHAT IF. | Crack!Shipp. | Un poco de OOC. _____________________________ Acariciando un rosario con perlas oscuras y pequeños rombos hechos de esmeralda, Pandora se encontraba de pie frente al gran ventanal que poseían sus aposentos. La luna llena de esta noche se veía majestuosa. Inhaló profundo el frío viento otoñal y no pudo haberle importado menos que estuviese desnuda salvo por lo que colgaba de su cuello. Nadie podría ser capaz de verla y vivir para contarlo; en caso de que existiese un ser capaz de tener una vista anormal que pudiese traspasar las nubes y las montañas donde se encontraba el castillo donde ella había nacido. —¿Va a necesitarme para algo más, mi señora? —preguntó Radamanthys de Wyvern terminando de vestirse. Ambos mantenían sus estoicas miradas a pesar de haber compartido espacio en la cama hasta hace una hora. —Sabes que no. Retírate. Sin dejar de jugar con las perlas, Pandora ni siquiera lo miró. Por un segundo pensó en ordenarle a Radamanthys que le hiciese sexo oral por última vez antes de irse. Sin embargo, el amanecer estaba próximo y ambos tenían tareas que realizar. La puerta se cerró tras el juez. Pandora había necesitado tanto relajarse que, apenas se vio libre de sus deberes, mandó a llamar a Radamanthys con su cosmos. El sexo con él resultaba bastante bien para quitarse el estrés. Ni siquiera le dijo una sola palabra antes de tomarlo del cuello y besarlo. Él, como buen perro obediente, no objetó nada ni preguntó; complació a su dueña hasta donde Pandora quiso. Con una actitud bastante soberbia y confiada, Pandora creía que si el día de mañana, Radamanthys moría, ella simplemente podía reemplázalo con alguno de los otros dos jueces. Sin embargo… Apretando el rosario con su mano derecha, ella pensó en aquel último beso que él le había dado, antes de apartarse de entre sus piernas y buscar su propio alivio con su mano ya que Pandora le había ordenado que no se le ocurriese terminar adentro o lo descuartizaría. Ese último gesto la dejó pensando. La dejó en silencio, salvo por sus respiraciones agitadas luego de haber alcanzado el orgasmo. «No sé ni siquiera por qué estoy preocupándome por eso» puso los ojos en blanco, apartándose de la ventana, yendo hasta su cama, donde se acostó sin preocuparse por ponerse ropa. Le inquietó un poco cuando se vio alzar su propio brazo por inercia hacia su derecha y encontrar un gran espacio vacío en su cama. Con un mal presentimiento en su estómago, Pandora ya no quiso seguir pensando más en tonterías, y se durmió. —FIN—