Si la noche trae sorpresas… ¿qué trae la madrugada?

Si la noche trae sorpresas… ¿qué trae la madrugada?​

Eran aproximadamente las tres de la mañana, a esa hora todo Japón se encontraba apagado; no se escuchaba nada, no se veía nada, no se sentía nada… todo era un profundo y siniestro silencio, interrumpido por los pasos lentos de una joven envuelta en una capa negra, confundiéndose así con el manto de la noche.

Los ojos chocolates de la chica se encontraban algo llorosos, mañana sería un día no muy feliz para ella: él se irá de su vida y su país, no quería sentir el sentimiento de algo escaparse; por eso esta ahí, vagando en esas calles solitarias, pensando que la decisión que está tomando sea la mejor… aunque le duela.

Voltea el rostro, mirando el camino que ha tomado, pensando que diría él cuando lea la carta; una sonrisa melancólica se posa en sus labios, para luego caminar y quedarse en el medio de la solitaria y fría carretera, se acuesta y empieza a pensar que ojalá en dolor que está a punto de pasar no sea peor el que ella a estado sintiendo.

Seis de la mañana. Ryoma abre los ojos mientras siente que el sueño se le va, observa el reloj que está al lado de su cama y observa los números de éste, enarca una ceja mientras piensa cual fue la razón del despertar tan temprano. Sale de su habitación para luego dirigirse a la cocina, pasando así por la puerta principal de su casa, y sin poder evitarlo, una mirada fugaz pasa por esta, provocando así poder ver un pequeño sobre tirado en el suelo. Detiene sus pasos mientras se acerca.

Agarra el sobre mientras lo examina, logrando leer claramente unas frases interesantes: “Sólo para Ryoma Echizen” Su curiosidad crece mientras se dirige a la cocina para prepararse un vaso de leche, para poder prepararse para leer tan curiosa carta.

“Para: Echizen, Ryoma

Espero no poder interrumpir tu día con esta carta, tampoco poder interrumpir tu viaje a Estados Unidos, te dejo esta carta para poder dejarte claro que, pasé los mejores momentos de mi vida junto a ti, a pesar de que la mayoría haya sufrido, pero espera que la decisión que tomé sea menos dolorosa que la posibilidad de verte partir.

Atte: Ryusaki, Sakuno”

Ryoma simultáneamente enciende el televisor de la sala principal, para poder observar como la narradora de un canal de noticias empieza hablar que una joven de 12 años fue atropellada a las 3 a.m de la madrugada. Ryoma cierra los ojos, sintiendo muy dentro suyo un dolor.
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Es feo, lo sé.