Shizuoka Shizuoka

Tema en 'Prefecturas' iniciado por Amelie, 6 Septiembre 2020.

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    Slam

    Slam Adicto Game Master

    Acuario
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    Ginko Harutomo
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    Apenas había rozado con la madera a Hinata y eso que había hecho su mejor esfuerzo. Además su rival ni siquiera estaba intentando atacarlo, era evidente que tenía mucho que aprender —Me parece justo, Hinata...— mencionó sonriendo luego de escuchar su propuesta —Una técnica que no haga uso de filos es lo más apropiado para mis ideales, estaría muy honrado si me la enseñaras— dijo haciendo una breve reverencia de agradecimiento y deteniendo momentáneamente el ataque, imaginando que Hinata le explicaría algo al respecto antes de seguir... aunque sabiendo lo pragmática que solía ser, mejor no bajaba la guardia, a ver si se le ocurría enseñársela atacándolo directamente con la técnica sin previo aviso.
     
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    Ikoma-kun

    Ikoma-kun Rolero, dibujante

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    Misato Aoyama

    Escuché las palabras de la mujer enterándome que formaba parte de un clan Shinobi, especificamente entrenada por ni más ni menos que la esposa de Obata.

    Y por lo dicho ella ya no estaba en nuestro mundo...

    —mi nombre es Misato, recibi el conocimiento de parte de los Hattori, me convertí en parte de su red de informantes junto unos amigos— observé de nuevo la hoja en mi mano— ahora solo quedamos pocos...apenas se lo necesario para infiltraciones pero siempre buscaré hacerle honor a Obata y a quienes cayeron en Iga.

    Guarde un breve silencio.

    —Por desgracia uno de los nuestros no le bastó con matar a alguien importante para nuestro líder Takeda fue directo a atacar a alguien más en la familia que le crío...—lleve una mano a mi mejilla armando conjeturas sobre lo ocurrido en la batalla de Iga— Natsu siempre encontraba la manera de eludirnos sin ser sigiloso, estoy segura que Obata lucho para para evitar su huida e impartir justicia aún a costa de su vida—señale con cierta solemnidad y melancolía en mi voz.

    El tiempo transcurrió y el ocaso teñía el cielo de naranja, la noche estaba a nada de llegar, al aguardar la respuesta no podía evitar pensar en Yin y el clan Tao ¿Estarían ya en Shizuoka? También esperaba el regreso de Kuroki y Rengo...me preguntaba por el bien de todos ignorando que la esposa de uno de mis compañeros Shinobi corría un grave peligro.
     
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    Monpoke

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    Riku

    Me acerco con cuidado hacia Kirara, procurando cuidar mis pasos ante cualquier sonido potencial en la habitación.

    Me arrodillo con cuidado frente a kirara, en todo momento observando a Shinko dormir. Dormir, es la única respuesta inmediata a la cual llego. Si fuera solo eso Kirara no estaría preocupada, pero sigue siendo su hermano de quien hablamos

    "Lamento la demora". Hable bajo hacia ella, cuidando por cada palabra si Shinko reacionaba.

    Hace tan solo unas horas me hizo mención el mismo tema, casi hasta siento vergüenza por perder el tiempo. Una y otra vez.

    "¿Sabe Taiyo de la misión?". Al mirar, descubrí que faltaba. Menos mal parece haberse llevado a Inosuke con él.

    No pregunte por Shinko porque confió en él, además, prefiero no cargar con el peso de su condición durante la misión.

    Se acerca el momento de despedirnos nuevamente.
     
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    Bruno TDF

    Bruno TDF Usuario VIP

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    Togashi
    Comercio de utensilios de cocina

    Ver el metal incandescente tan cerca de sus manos provocaba cierta sensación de peligro, su maestro no exageraba cuando le habló de los peligros de la mala manipulación de las herramientas. Se enfrentaba a la propia naturaleza, oponente formidable y poderoso; confrontando el poder del fuego y de los materiales que componían el mundo; en este caso, metal. Pero aquello no lo intimidaba, más bien le despertaba una gran motivación. Dominó el pulso e hizo acopio de toda su concentración al momento de volcar el acero fundido en el molde. Incluso cuando la voz de Yukimura le advirtió que iba muy rápido, Togashi mantuvo el ritmo. Sólo cuando puso el cuenco en el montículo de terracota húmeda fue consciente de su propio sudor, que le impregnaba el cuerpo como si se hubiera sometido a horas de entrenamiento.

    Se giró para escuchar lo que Yukimura tuvo que decirle sobre su acción. Remarcó su capacidad para no entrar en pánico y el hecho de que de los errores se aprendía. Togashi asintió, teniendo en claro que una serie de tropiezos podían volverlo más fuerte en lo que se propusiera; sentía que no lo había hecho muy mal para ser su primera experiencia con la herrería.

    Entonces, el herrero le entregó un hachimaki con un mon particular. El herrero le dijo que representaba al clan Arau, quienes en un pasado fueron los que forjaban armas para los altos cargos de Japón. Togashi se quitó los guantes, lo tomó y extendió la tela sobre las palmas de sus manos para apreciar el emblema de aquella familia; intuyó que también habían sufrido un destino duro por culpa de los Taira, que con sus zarpas protegían a Kyuzo. Togashi veía en ese emblema una forma que podría representar un sol emergiendo sobre el mar… Un renacimiento que portaría en su frente con orgullo, para que los enemigos supieran que los Arau seguían presentes en la historia…

    Cuando Yukimura habló sobre el contenido del molde, tomó una larga bocanada de aire y ató el hachimaki en su frente, con el emblema del clan Arau coronando su rostro.

    Aquello… era su bautismo como herrero.

    Yukimura-sensei… déjeme intentarlo una vez más —pidió con una reverencia.

    Se aseguró de que materiales y herramientas se hubieran enfriado antes de volver a la acción. Desmoldó el acero valiéndose de las herramientas necesarias hasta dejar el molde completamente limpio. El material había salido astillado, tal como Yukimura observó; no tendría utilidad en ese estado, ya que era imposible darle un filo decente. Por lo cual, volvió a colocar el acero en el cuenco para llevarlo sobre los carbones de la fragua.

    ¿Cómo se llamaba su maestro? —preguntó al herrero mientras miraba el acero fundiéndose. Se colocó los guantes y con las pinzas tomó cuidadosamente el cuenco— ¿Y qué es de los Arau actualmente?

    Inclinó el cuenco sobre el molde guardando una distancia segura, esperando no fallar en esta ocasión.
     
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Yuzuki Minami
    Puerto—> Clínica

    El estado de Matsuda era un reflejo y los reflejos habían sido siempre insoportables, imperfectos, te hacían ver cada flaqueza y luego solo se desvanecían dejando una sensación de incomodidad. Era como verse en el agua sucia de un charco apenas despertar, si estabas lo suficientemente dormido todavía era posible que creyeras que la tierra revuelta en el agua la tenías pegada en la cara.

    No había manera de que aceptara enviar a Matsuda a otra parte cuando Fuji era rehén de los Taira, incluso el mismo Takano iba a tener que pasarme por encima si insistía en eso. Por fortuna no hizo falta, porque estaba a nada de volverme para morderle la mano a los dos, a Matsuda para sacarlo de la conversación y ponerlo en marcha, a Takano porque era terco hasta decir basta.

    Ya lo había pensado, el movimiento de mis piezas era errático a pesar de que solía funcionar.

    Me quedé a medio camino, escuchando y la tensión que sentía encima no hacía más que crecer a pasos agigantados, porque nosotros habíamos dejado atrás a Fuji y ahora teníamos esto. Sentí que debí insistir más, reclamar más, traerla a rastras de regreso con Matsuda incluso, pero ya no había nada que hacer. Los Taira habían aprovechado la oportunidad que la presencia de Natsu había colocado en la partida.

    —Ni aunque me pusieran una katana en el cuello soltaría esto frente a Kato, eso seguro. —Apreté los puños, los liberé y volví a cerrarlos en un burdo intento por controlar el desastre de emociones que tenía encima—. Misato o Shinrin, nada de Kato o Nagato, anotado.


    Nuestra función está aquí en Shizuoka, planear la estrategia y evitar que las piezas equivocadas sepan de estos movimientos.

    —Extensión del general —solté un poco al aire, luego de exhalar con cierta fuerza—. Me convertí en eso desde que me enviaste con Takeda por Kobayashi, lo entiendo. Iré por la chica, dijo que estaba en la clínica.

    Me giré para poder mirar a ambos. Había conseguido no volcarles la frustración encima, pero en la mirada debió notárseme cierta demanda.

    —Ahora ya, todos a sus cosas, los nuestros no tienen que esperarnos tanto.
     
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    Amelie

    Amelie Game Master

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    Calles de Shizuoka
    [Kenzaburo; Takeda, Hideyoshi]

    Takeda volvió a hacer una reverencia, esta vez hacia Hideyoshi —Gracias, amigo — dijo con alivio al ver que no debió convencerlo, a pesar de que mostrara su desacuerdo con la situación, se movían con él, sin refutarle nada, sólo expresando sus preocupaciones. Esas dos vidas estaban en sus hombros, dos guerreros que confiaban su vida ante sus decisiones. Si erraba, su conciencia se mancharía aun mas.

    —Síganme—mencionó Takeda

    Avanzaron por la noche hacia las afueras de Shizuoka, a dónde el mapa los citaba.




    Avanzaron hasta llegar a una carpa montada cerca del bosque, justo en la entrada, sólo una carpa, rodeada de antorchas de bambú; no era un sitio que tratase de ocultar su presencia, pues estaba adornado de los banderines rojos con la mariposa.
    [​IMG]

    Siguieron avanzando de manera cautelosa, siguiendo el sonido de las flechas resonaban en la madera, al dar la vuelta detrás de la carpa junto a ella había maderas para practicar tiro con arco. Y una mujer estaba de pie allí, lanzando flechas hacia las maderas, donde en cada una reposaba amarrado un cuerpo, dos hombres y una mujer atados al blanco con los ojos vendados. Visiblemente heridos y agotados, el que era mas anciano tenía dos flechas clavadas al pecho, aun así respiraba.

    [​IMG]

    Otra flecha era liberada, se clavó en la madera arriba del hombro de la mujer.

    —¡Basta!— exigió Takeda.

    La mujer no dejó el arco y sólo se giró para apuntarles.

    —Calma, Aki; no le des la bienvenida de ese modo, baja el arco—mencionó otra mujer que estaba recargada en uno de los árboles observando el entrenamiento de su compañera.
    [​IMG]

    —Bienvenidos, señores —mencionó la otra mujer con una voz burlona mientras hacia una reverencia —Mi nombre es Oshin—miró hacia las maderas con las tres personas atadas —Yo fui quien capturó a estas personas.

    [​IMG]

    —¿Qué es lo que quieres a cambio de sus vidas?— inquirió Takeda manteniendo una voz serena.



    —Una vida a cambio de tres— una tercera voz femenina se hizo presente. Y al escucharla, tanto Aki como Oshin hicieron una reverencia hacia la carpa. Lentamente de aquel lugar salió una mujer de cabello negro y mirada serena.

    [​IMG]

    La mujer sonrió tranquilamente al ver a Takeda.

    —Shino...— la voz de Takeda era baja. Pues no esperaba encontrar en ese lugar, de ese modo, a la matriarca del clan Taira; la única que aun tenía la sangre Taira en su sistema

    —Cuanto has crecido, Takeda...




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    Comercio de utensilios de cocina
    [Togashi]

    Yukimura relajó su postura al ver que su nuevo alumno era alguien sereno y dispuesto a mejorar, no podía esperar menos de un guerrero; mostraba su doctrina incluso en la forja, sonrió —Mi maestro se llamó Chinami Arau —la sonrisa se borró al instante — El clan Arau fue exterminado, mi maestro se negó a fabricar armas para la guerra, nos persiguieron a todos los que éramos cercanos a ellos, no todos fueron afortunados como yo al poder escapar.

    El acero se volvió a fundir y Togashi repitió los pasos, esta vez para vaciar al molde con la velocidad adecuada.

    Bruno TDF
    Has creado un cincel de calidad común




    [​IMG]
    Clínica
    [Riku; Misato; Kyoko; Akari; Kirara; Shinko; Kojiro]

    Kirara lo observó —No te preocupes, Taiyo controló todo incluso antes de que yo llegara —mencionó para después mirar nuevamente a Shinko —Taiyo ya espera en la entrada a Shizuoka, ve con ellos y por favor, cuídense. Si no consiguen información no importa, prefiero que regresen a salvo —volvió a mirar a Shinko — Eso es una orden —Su voz no era autoritaria, se notaba la preocupación en cada palabra —Tengo un mal presentimiento.

    Fue en ese instante cuando Kojiro apareció con una taza de té caliente —Oh, Riku; no sabía que estabas aquí, sino también te traía una taza

    —Ve, Riku— mencionó Kirara —Entre mas pronto marchen, mas pronto regresarán a mi

    @mopoke




    Kyoko escuchó a Misato con la mirada perdida, aquello la lastimaba profundamente; fue en ese momento cuando Yuzuki ingresó buscando a Misato —Los Taira destruyen las flores arrancando pétalo por pétalo; no arrancan el tallo, sólo esperan que este se quiebre por cuenta propia —Levantó la mirada hacia Yuzuki —Si buscas al pequeño Hayato, se dirigía al dojo.




    [​IMG]
    Dojo
    [Hinata; Ginko; Hayato]

    Hinata sonrió y sostuvo su espada de madera de un extremo al otro para impactarla en su rodilla derecha, quebrándola al impacto —Bien, estás en una pelea y rompen tu espada de madera...—comenzó diciendo emocionada, podía explicarlo sin necesidad de actual literalmente para demostrar su punto —... ahora estás desarmado y tu enemigo creerá que por eso estás perdido, te verán como si fueras débil —apretó sus puños y se dirigió hacia él —Estás lejos de serlo. Romperás tanto su espíritu como su cráneo si se acercan a ti — Miró a Ginko.

    —Aprieta los dientes— dijo con una gran sonrisa —Esto te va a doler; pero aprenderás


    • Nivel 5
      PV= 97
      Fuerza= 25
      Protección= 5

    • Nivel 1
      PV= 60
      -2 defensa (Cobardía)
      +4 ataque (Voluntad)


    Hagane no ken (puños de acero)

    Cuando estás desarmado; podrás:

    1. Esperar el ataque de tu enemigo utilizando su fuerza contra él:
    ⦁ 1 vez por combate
    ⦁ utilizar el ataque de tu oponente contra él, se sumará su dado de ataque al tuyo. Para usar esta habilidad debes decirlo en tu post antes de que se tiren los dados del oponente.
    2. Atacarlo a puño limpio sacrificando tu defensa
    ⦁ Puede ser utilizado las veces que sean necesarias por combate
    ⦁ Utilizas tu dado de defensa sumándolo a tu dado de ataque. Al usarlo en ese turno no tendrás defensa en dado (sólo en atributos si es que se tienen)


    Slam tira tus dados normales xD no querrás recibir este golpe sin defensa
     
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    Monpoke

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    Riku

    Cierro los ojos por unos momentos, respiro profundo para después exhalar.

    "Eso haré". Respondo rápido ante la orden. Poniéndome de pie, espalda recta y frente en alto. Más una notable sonrisa.

    Rebusco apresurado en mis cosas, casi derramando todo en suelo por la metida rápida de la mano.

    La retiraré con tres frascos que deje en el suelo. Apunto a dos de ellos. "Hidroxicloroquina".

    "Galantamina". Digo al apuntar el último. Solte los nombres directamente, espero me disculpe si no los explico. Ella misma pidió sea rápido, pero yo también me preocupo.

    Realizo una referencia al colocar todo. "Cuenta con nosotros".

    Me retiro a un trote lento hacia la puerta, donde noto a Kojiro. Paso junto a él sin detenerme.

    "Me deberé retirar por unos días". La situación no me permite decir más, un saludo, disculpa y adiós en una sola oración. Al menos, quizás mi sonrisa le haga entender que no es nada de crisis.

    ¡A por Taiyo!
     
    Última edición: 25 Mayo 2021
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    Slam

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    Ginko Harutomo

    —Oh mierda...— exclamó apretando los dientes como le habían sugerido, mientras Hinata avanzaba directo a golpearlo con los puños. Tal y como se lo imaginaba, la manera de enseñarle la técnica sería ejecutándosela. Intentaría defenderse lo mejor que pudiera, quizás y con suerte Hinata se contenía un poco al utilizarla en alguien así.
     
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    madarauchiha

    madarauchiha Gracias Andy!!! TWT Orientador Game Master

    Aries
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    Shiori
    En cuanto comprobé que Matsuda nos daba la voz de "¡Todos abajo!" me agaché con agilidad, intentando agarrar la espalda de Tsunayoshi más parecía que Takeda se me había adelantatado e igualmente hacer que se agachase junto a mí así como Takeda y Sanadana se agacharon de igual modo mientras la flecha sobrevolaba a ras de nuestras cabezas lográndose clavar al lado del incensario, aunque no parecía ser una fecha dirigida a nadie de nosotros, por la nota yo misma me imaginaba que sería una advertencia y de un cáliz importante.
    Takeda fue el primero en mostrar interés en observar lo que ocurría, sin embargo, cuando Matsuda parecía estar moviéndose para agarrar dicha flecha, fue el propio Takeda quien le agarró del antebrazo negando con la cabeza, dándole lo que parecía una órden directa, por lo que, aunque por obvias razones me sentía algo tensa en su presencia, admito que poco a poco me invadía una sensación de calma al ver como Takeda a pesar de su juventud, sabía lo que hacía como líder de los Minamoto.
    "Nadie irá solo a investigar, permanece aquí", una orden directa, por lo que asentí mirando a los tres que también estaban, en silencio. Parecían, aunque en guardia, no tratando de identificar al orígen del arquero sinó como si deliberaran internamente sobre como actuar ante el sobresalto. Al final, fue Tsuna quien rompió el silencio, diciendo aliviado que menos mal que su puntería no era buena, algo que no era correcto, de lo contrario no tendría mucho sentido dejar una nota en la flecha, si realmente fuera algún Taira queriendo cometer un asesinato hacia el principal líder del bando contrario o alguno de sus aliados, habrían usado una flecha meramente, sin nada, o habrían usado algún método más sutil...
    "Difiero" comentó la voz de Matsuda, el cual parecía concordar en mis pensamientos, mientras se acercaba a la flecha para agarrar la nota que llevaba y sacarla del incensario "Esta flecha la arrojó alguien muy hábil, no sólo en arquería sino también en sigilo"
    Estoy de acuerdo, de haber querido ir a por nosotros dudo mucho que se hubieran, en primer lugar haberse molestado en poner una nota, más bien parece ser una advertencia o alguna información relevante—. Contesté con calma, para luego permanecer callada en esencia, queriendo ver que decían y ver si podía aportar algo.
    Es el hanko de Fuji... ¿Fuji?
    — Lamento mi intromisión más, ¿Quien es "Fuji?—. Pregunté reflexiva, solo para escuchar de nuevo a Matsuda volviendo a ordenar que nos agacháramos, mientras otra flecha volaba por nuestras cabezas, de nuevo con una nota atada a ella, mientras que de nuevo Matsuda, se levantó para examinarla, y su rostro pasó de esbozar una sonrisa, paulatinamente a un semblante sombrío, denotando una gran preocupación ahora, así como sus manos empezaban a temblar.
    "El hanko de los Taira" Los Taira... Sin dudas ha debido ser algo en extremo grave para que el mismo Matsuda hubiera mudado así su semblante...
    "Ven con dos de los tuyos al punto marcado en el mapa; sin artimañas ni engaños; tenemos a tres rehenes que tomamos de Iwakura, Fuji Hatsu; Masamune el herrero, y al viejo traidor Inugami. Arreglemos esto de una vez, sin tanta sangre."
    Maldición...¿Tres Rehénes? Con dos de los suyos... Mal asunto, más por su desespero, y su posterior plegaria con lo de "Tenien a Fuji" ahora me parecía más que evidente que era su esposa...
    Así que con presteza, Matsuda le dijo a Takeda que iría con él a Meishu, siendo algo que Takeda no dudó en aceptar, pero antes le mandó avisar a Takano y a todos los posibles de la situación, mientras que Tsunayoshi dijo que Shizuoka estaba a su servicio, así que me acerqué a Takeda.
    — Recuerde señor, usted es el líder de los Minamoto, vaya con prudencia Takeda-san, ha sido un honor y puede contar conmigo para lo que sea menester—. Reverencié— Buena suerte, espero que pueda salvar a los Rehénes.
    Luego, tras decir que necesitaba ocuparse de inmediato de ese asunto, simplemente se marchó, más me quedé con sus palabras "Estén alertas, mantengan la concentración el la guerra que se aproxima; eviten problemas internos, que los soldados tengan ánimo y desconozcan de esta situación; nada debe bajarles la moral, su frente siempre debe estar en alto. Sigan entrenando, sigan protegiendo a los demás" Para luego levantarse y reverenciar.
    "Ha sido un placer conocerlos, me hubiese gustado poder hablar mas con ustedes" Más, realmente esperaba poder hablar con él más adelante... Pero Tsunayoshi ahora fue el que me miró diciendome que éso era una amenaza directa solo por decidir ayudarnos en ésta guerra.
    Hice una mueca de preocupación, era más que evidente que habían puesto en jaque a Takeda con esa amenaza.
    — Ya veo...Más creo que precisamente ésa amenaza... ¿Crees que es plausible que busquen asesinar a Takeda en éste intercambio? Eso desestabilizaría a los Minamoto—. Dije tensa, notándose en mi frente por las gotas de sudor que recorría mi rostro— Propongo regresar al Dojo y reunir a todas las unidades disponibles, por cierto ¿Tienes plantas con las que elaborar veneno? Y ¿Sabes donde puedo conseguir una armadura? Saldremos de ésta Tsuna, pero necesitamos ir movilizandonos si los Taira ya se están moviendo....—. Le sonreí con calidez— Igual gracias por la información Tsuna, nunca olvidaré tu amabilidad para conmigo
     
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    rapuma

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    Kenzaburo



    Juntos, tanto el diplomático como el cabecilla de los Minamoto, caminaron con prisa hacia las afueras de la ciudad. Kenzaburo estaba vigilante, era un manojo de nervios puros; parecido a un puma enjaulado. Ver los estandartes de los Taira no hizo más que acentuar su ceño fruncido en el rostro. Estaba afeitado y habían pasado muchos años desde sus servicios para el señor imperial, ¿sería posible que alguien aún pueda reconocerlo después de tanto?

    —Arqueros. Mala cosa. —murmuró tanto para Hideyoshi como para Takeda. El sonido característico de las saetas golpeando la madera, la tensión del arco y el psh con el que salían despedidas. Si eran arqueros estarían en desventaja, Takeda mismo sería vulnerable a un ataque a traición. Y la traición era algo que caracterizaba a los Taira, el clan maldito. Se maldijo internamente, debería haber tenido a Ayame consigo. Estaría más seguro al saber que una sombra velaba por ellos en la oscuridad del bosque.

    Cuando Takeda expresó su orden de alto a las flechas, Kenzaburo recorrió con su vista hacia el lugar en donde impactaban los dardos mortales. No pudo reconocer a los hombres que estaban junto a Fuji, pero sí a la herrera. Le debía el renacimiento de su katana a ella, la esposa de Matsuda. La miró por pocos segundos, no quería que nadie descubriera una mirada sentimental hacia ella, podrían usarlo en su contra. Alternó su mirada tanto en la pequeña arquera que respondía al nombre de Aki y luego hacia Oshin. En la última recargó la mirada con más intensidad. Mujeres. No le gustaba las artimañas de las mujeres, los venenos y los ataques a distancia. Se sentía en un laberinto de peligros mortales y el primero que diera un paso podría salir herido. Pero la última mujer en hacer acto de presencia fue la que se llevó toda la atención. La propia emperatriz Taira, esposa del señor Akishino. Recuerdos vinieron a su mente en un mal momento, gruñó y dio un paso hacia adelante, ocultando así un poco el cuerpo de Takeda ante la petición de Shino. Era una negativa tácita, estaba claro al imponer su propio cuerpo al del joven Minamoto. Kenzaburo miró de reojo hacia el diplomático, deseando que tuviera alguna solución pacífica.

    —No te expongas, Takeda. Las flechas son más rápidas. —paseó su filosa mirada entre las manos de la pequeña Aki, la cual le hacía recordar a su pequeña Mao. Su mirada se enturbió, se volvió intensa y oscura. Estaba calculando cuantos pasos tardaría en llegar hacia la arquera antes de cortarle el cuello. Sin duda recibiría varias flechas pero podría encargarse de un enemigo... aunque quedarían dos más; y quedaría herido de muerte para seguir combatiendo. No. Debía de aguantar, al menos de momento.

    El mundo a su alrededor estaba en guerra larga y compleja que parecía llevarse, poco a poco, a hombres, mujeres y niños, a amigos y enemigos, a generales y soldados; una guerra eterna que se alargaba sobre el mundo como una noche eterna. Una guerra que amenazaba con llevarse por delante a todos sus protagonistas, hasta que en el vacío final, sólo quedara el silencio y el olvido. Es por eso que quizá Kenzaburo fue precipitado con sus palabras, solo quizá por no querer ver a Takeda más golpeado por sus enemigos decidió intervenir ya mismo.

    —Tú. —dijo con un ladrido hacia Oshin, ignorando a la pequeña arquera y a la emperatriz. —Si una flecha vuelve a escapar del arco de la mocosa no habrá infierno en donde puedas esconderte de mi katana.
     
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    Amelie

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    Zireael

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    Clínica

    Al llegar a la clínica no me detuve demasiado en reparar en los Fujiwara, me disculpé por irrumpir en el espacio y antes de que tuviese que entrometerme en la conversación que estaba ocurriendo entre Misato y Kyoko, la segunda reparó en mi presencia para decirme que Hayato había ido al dojo. La información me hizo fruncir el ceño un instante y me pregunté qué querría hacer en el dojo con el ojo herido todavía.

    —Iré después por él —dije sin pensarlo demasiado, antes de enfocar la atención en Misato—. Lamento que sea tan abrupto, pero es necesario que cubras el lugar de Matsuda en la misión de reconocimiento junto a Taiyo y Riku, órdenes de Takano. Takeda necesita la presencia de Matsuda a última hora, por eso los cambios.

    Hablé con cierta prisa, consciente de que ya pronto deberían retirarse y cuando terminé tomé aire con cierta fuerza, llenándome los pulmones.
     
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    Bruno TDF

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    Togashi
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    El sudor volvía a impregnar su cuerpo por el calor inclemente de la fragua. Él no se dejó doblegar por el poder de aquel calor y continuó vaciando el acero fundido, esta vez a un ritmo ligeramente inferior a su intento de antes. El metal se distribuyó más uniformemente, aunque hubo pequeñas zonas que quedaron con irregularidades no muy perceptibles, pero que reduciría la calidad del cincel. Sintió la frente húmeda, pero podía contar mejor con su sentido de la vista. Yukimura tenía razón: aquello era algo más refrescante. Como llevar el mar en su frente.

    “Mi maestro se llamó Chinami Arau.” —dijo el herrero mientras miraba el acero al rojo vivo en el molde. Pudo percibir cómo su voz cambiaba de tono— “El clan Arau fue exterminado, mi maestro se negó a fabricar armas para la guerra, nos persiguieron a todos los que éramos cercanos a ellos, no todos fueron afortunados como yo al poder escapar.” —en tanto relataba el cruel destino de los Arau, el color dentro del molde se fue apagando hasta volver a adquirir el tono gris del acero.

    Pero allí donde el calor se había ido, quedó un cincel bien logrado.

    Lamento mucho escuchar eso. Yo también perdí mucho por culpa de los Taira —dijo, girándose hacia Yukimura—. El fuego de la guerra es inclemente, pero todos los que sufrimos nos forjamos con ese calor. No es el más deseable de los calores, pero inevitablemente nos convierte en algo más fuerte si sabemos usarlo a nuestro favor —extrajo cuidadosamente el cincel del molde y lo miró de cerca. Se veía robusto y resistente, le serviría—. Me legaste algo importante, este emblema que ahora porto en la frente. Mientras viva, el clan Arau no estará extinto. Seré el martillo y la espada que caigan con justicia sobre quienes los persiguieron.

    Ordenó las herramientas de Yukimura tal como las encontró al principio, limpiándose el sudor del rostro y los brazos. Al mirar el comercio se dio cuenta de que estaba anocheciendo, el cielo se apagaba al otro lado de la entrada; de seguro estaría iniciando la misión de exploración.

    Se volteó una vez más hacia Yukimura.

    Gracias por tus invaluables enseñanzas, Yukimura-sensei —dijo con una reverencia—. La noche cae sobre Shizuoka, por lo que temo que debo irme por hoy: Quizá me requieran pronto para ayudar con las defensas de la ciudad. Volveré todas las veces que pueda con mis propios materiales para forjar —se irguió y le sonrió, de verdad se sentía muy agradecido con aquel hombre—. Y si quieres, puedes venir más tarde al Oyaji, dile a Tetsuo y los suyos que yo te invité.

    Se despidió de Yukimura y salió del comercio.



    Calles de Shizuoka

    En las afueras confundió el sentido de una calle y llegó accidentalmente a las cercanías de la Clínica. Togashi se detuvo al percatarse de que había tomado la dirección equivocada, mirando el lugar con el ceño fruncido. Una brisa sopló. Al haber estado trabajando en el calor de la fragua, el viento le resultó sumamente refrescante. Lo sintió sobre todo en la frente. Durante su breve caminata el hakimachi se había secado. Togashi se lo quitó y volvió a mirar el emblema de los Arau… Quizá fuese su admiración por el trabajo de los herreros, o por el apego que su maestro había mostrado, o por algo personal, pero sentía un gran compromiso por llevar justicia a aquella familia. A su nuevo maestro, y al maestro de su maestro.

    “Úsalo en la frente, tanto cuando estés frente a la fragua como cuando peleas en la guerra”

    Se sonrió. Lo dobló con cuidado y guardó el hakimachi en el lugar más seguro de sus ropas. Volvió a mirar hacia la Clínica recordando que había preguntado a Kirara por objetos de curación, a lo que ella había respondido que sólo disponían de medicinas. Pensó que de igual manera vendría bien tener dos o tres a mano, para ayudar a soldados enfermos durante la guerra, pues iban a luchar en terrenos de naturaleza hostil.

    Con esta idea en mente entró a la Clínica, esperando hallar a la Fujiwara.
     
    Última edición: 26 Mayo 2021
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    Ikoma-kun

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    Misato Aoyama

    La conversación con la Shinobi continuo pero antes de responder la puerta se deslizó permitiendo la entrada de Yuzuki, la mujer de mechones albinos reflejaba cierto agobio en su semblante; cuando estuvo cerca de nosotras Kyoko, sin esperar oración alguna, le atajo con la ubicación de Hayato.

    Pero las intenciones de Yuzuki distaban de ubicar al mencionado, levante la mirada al verme aludida en una petición repentina...debía cubrir a Matsuda en la misión de reconocimiento ¿A qué vendría tan repentino cambio? Deje escapar un pesado suspiro, esperaba descansar un rato y dar la bienvenida al resto del clan, tomaría un baño en el Shukusha, mi kosode aún desprendía el inmundo aroma sangriento de Masaki...que más daba.

    —Creo tener la impresión que algo ha ocurrido—respondi sin ánimos de presionar a la albina, su rostro no ocultaba para nada la gravedad de la situación, mi corazón dictó dejar a Yuzuki ir a su ritmo— así será partiré en este momento con el resto del equipo.

    Pagué la respectiva cantidad de monedas por el tratamiento de la clínica, por fortuna solo fueron unas magulladuras, note de reojo al señor Togashi entrar...bañado en sudor, obviamente habría iniciado su formación como herrero.

    —Fue un gusto conocer a una compañera Shinobi, desearía poder escuchar más de ti y la maestra Hamami, pero ahora debo partir, que los dioses guíen tu camino—me despedí con una reverencia a la joven ninja.

    >>Es el puerto ¿Cierto? No debo perder tiempo, el deber de una Shinobi será crucial si queremos a Shizuoka a y su gente a salvo.
     
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    John Whitelocke

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    Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

    Calles de Shizuoka: campamento Taira

    La emperatriz de Japón se hizo presente y parecía que la tierra temblaba con cada parpadeo que Shino dejaba entrever alrededor de su mirada. Las flechas y el espectáculo horrible que ofrecía la otra niña solamente quedó desdibujado un poco, no obstante.



    "Aki es la del arco, Oshin es la captora... y Shino es la madre del imperio", observando.

    —Tú. —dijo con un ladrido hacia Oshin, ignorando a la pequeña arquera y a la emperatriz. —Si una flecha vuelve a escapar del arco de la mocosa no habrá infierno en donde puedas esconderte de mi katana.

    Las palabras de Kenzaburo no sabía como calificarlas. Mínimamente como inoportunas, quizás como imprudentes, puede que hasta estúpidas. De todos modos, la razón por la cual Kenzaburo era del agrado de Hideyoshi era justamente esa cualidad, su temperamento.

    "Ese es mi amigo", pensó.

    No dejó por ello de creer que era mejor dejar hablar a Takeda, él era el líder, y dudaba que una buena imagen o conversación pudiera iniciarse sin que el máximo de los Minamoto entablara una conversación con su iniciativa.

    Toda la tensión con la que se cargó el aire de repente le hizo sudar las manos. Sus kodachis estaban ahí, por un momento sintió un escalofrío. Nunca la guerra había estado tan cerca como ahora, ya que podía ver la verdadera cara del enemigo frente a frente. Pudo sentir la mirada asesina de la jovencita Aki sobre ellos. No la estaba mirando, no podía saber qué hacía, no quería dar esa impresión, pero la sensación de sentir el instinto asesino de alguien así sobre su persona lo forzó a administrar sus nervios con mucha paciencia.

    El aire... cortaba... como las espadas.

    —Kenzo, todos sabemos que tu sed de sangre es insaciable. Aun así, algo me dice que esa joven podría ponerte una flecha entre ceja y ceja antes de que pudieras llevar tu mano a la empuñadura—dijo bien alto, para que todos oyeran.

    "No te ofendas Kenzo, pero empecemos con palabras suaves por ahora. Aún ni siquiera ha hablado Takeda", se decía.

    Se quedó observando a Takeda de reojo, esperando que respondiera las palabras de Shino. No tenía sentido intervenir todavía, la conversación debía desarrollarse un poco. No obstante, la cosa empezaba con claridad. Shino pedía por la cabeza de Takeda a cambio de los rehenes. Algo inaceptable, pero eso la emperatriz ya lo sabe de antemano. "¿Entonces cuál es el sentido de todo esto?", se inquirió.
     
    Última edición: 26 Mayo 2021
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    Amelie

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    [​IMG]
    Comercio de utensilios de cocina
    [Togashi]

    Yukimura afirmó con fuerza ante las palabras de su nuevo alumno —Tu acero está en tu espíritu; sigue mejorando tus habilidades, enorgulléceme — concluyó para acercarse a apagar el carbón, levantando el humo en el lugar mientras Togashi salía de allí.

    Bruno TDF debo actualizar tu hoja de personaje




    [​IMG]
    Clínica
    [Riku; Misato; Kyoko; Akari; Kirara; Shinko; Kojiro]

    Kirara sonrió ante Riku recibiendo los medicamentos —Encontré seda en ti —mencionó para honrarlo, diciéndole que su persona valía lo que la fina seda —Gracias Riku —dijo levantándose para abrazarlo, después se separó y acomodó su nuevo haori — De eso están hechos los Fujiwara, somos invaluables —Su voz se calmó, para despedirlo con paz.

    Togashi ingresó a la clínica, mientras Riku se dirigía hacia dónde estaba Taiyo.

    @mopoke continúa en "Afueras de Shizuoka"




    Kyoko avanzó junto a Misato —Permítame acompañarla, haré honor a mi maestra acompañando a una alumna de los Hattori — miró hacia Yuzuki —El destino me guio a ustedes para poder brindarles mi ayuda, lo que han hecho los Taira debe ser castigado.

    Kuno Vizard continúa en "Afueras de Shizuoka" no era en el puerto :3
    Yáahl



    [​IMG]
    Santuario
    [Tsuna; Sanada; Shiori]

    Tsuna miró aturdido a Shiori, era demasiada información y no sabía que hacer —No conozco nada de venenos, armaduras puedes conseguirlas en la cada de armamento y... —miró a Sanada para que lo aconsejara —....¿Vamos al dojo?

    Sanada afirmó —Hagamos lo que sugiere la señorita Shiori, creo que es prudente movilizarnos, Takeda puede necesitar nuestra ayuda.


    madarauchiha continua leyendo en dojo



    [​IMG]
    Dojo
    [Hinata; Ginko; Hayato; Shiori; Tsuna; Sansada]

    Hinata golpeó con fuerza al estómago de Ginko, fue un golpe certero pero no parecía ser toda la fuerza de la mujer quien parecía tranquila mientras observaba como el golpe de Shinko conectaba con facilidad en Hinata, fue un golpe bastante bueno, suficiente para dejarle futuros cardenales. Hinata se separó y sonrió orgullosa —¡Ginko! Eres un guerrero nato, aunque sé que no es lo que buscas ser —lo sacudió sin dejarlo respirar por el golpe, pues según ella no fue un golpe tan fuerte —Has aprendido de la escuela de Take no sutoraiki, que significa golpe de bambú ¿Qué opinas?

    Tsuna, Shiori y Sanada ingresaron al dojo.

    • Nivel 5
      PV= 84
      Fuerza= 25
      Protección= 5

    • Nivel 1
      PV= 37
      -2 defensa (Cobardía)
      +4 ataque (Voluntad)


    Hagane no ken (puños de acero)

    Cuando estás desarmado; podrás:

    1. Esperar el ataque de tu enemigo utilizando su fuerza contra él:
    ⦁ 1 vez por combate
    ⦁ utilizar el ataque de tu oponente contra él, se sumará su dado de ataque al tuyo. Para usar esta habilidad debes decirlo en tu post antes de que se tiren los dados del oponente.
    2. Atacarlo a puño limpio sacrificando tu defensa
    ⦁ Puede ser utilizado las veces que sean necesarias por combate
    ⦁ Utilizas tu dado de defensa sumándolo a tu dado de ataque. Al usarlo en ese turno no tendrás defensa en dado (sólo en atributos si es que se tienen)


    Slam debo actualizar tu ficha

    madarauchiha



    Afueras de Shizuoka
    [Taiyo; Riku; Matsuda; Takano; Misato; Kyoko; Ukita]


    Taiyo esperaba junto con Inosuke, el perro. Ukita conversaba con Matsuda y Takano mientras Riku llegaba. Después llegaron Misato y Kyoko.

    —Kyoko, shinobi de del clan Momochi —se presentó Kyoko —usen mis habilidades a su favor.

    Takano afirmó —Tenemos un cambio de planes —mencionó Takano —Han amenazado al clan con rehenes tomados de Iwakura; Fuji, Masamune y Hashimoto. Su ubicación fue comprometida por el traidor Natsu. Takeda se ha adelantado, Matsuda irá detrás de ellos a cuidar su espalda, deben apresurarse.

    —Taiyo; Riku y yo podemos continuar con la misión de exploración; Misato, Matsuda y Kyoko sigan a Takeda, cuiden de él —mencionó Ukita — traigan a todos con bien, por favor; confío en ustedes.

    Monpoke te etiquetaré en la misión
    Kuno Vizard continua en "carpa"






    El rol de Riku continúa en Hamamatsu


    [​IMG]
    Carpa junto al bosque

    [Kenzaburo; Takeda, Hideyoshi]

    Kenzaburo adoptó rápidamente una actitud defensiva para Takeda mientras amenazaba a Oshin, ella borró su sonrisa mientras daba un ligero paso hacia atrás. Miró a Aki y ella relajó los hombros.

    Esucucharon después las palabras de Hideyoshi y Oshin sonrió —Tranquilos, no escaparán mas flechas. Vinimos a negociar y ...

    Shino levantó la mano provocando el silencio de Oshin.



    —Kenzaburo, ¿Cierto?— Shino lo observó —¿No eras tú el discípulo de Kozaemon? — sonrió para mirar a Takeda — Te gusta rodearte de traidores, tiene sentido; vienes de una familia de ellos, los Minamoto; traidores al Imperio, a mi padre.

    —Daré mi vida por ellos, déjalos libres; que regresen con mis hombres a salvo, sin ataques, sin mutilaciones— mencionaba Takeda —Pero si fallas en tu palabra, yo mismo me veré en la necesidad de obligarte a cumplirla.

    Shino rio ante el comentario —Los Minamoto siempre se han creído así de importantes —miró a Hideyoshi —No entiendo por qué la gente sigue defendiéndoles —volvió hacia Takeda — No quiero tu vida, estoy segura que tus decisiones te están llevando a la muerte. Me parece entretenido verte sufrir, y no tengo que hacer mucho para poder disfrutarlo, tú mismo estás cortando lentamente tu cuello; como un cervatillo en una trampa, tratando desesperadamente de escapar. No eres una amenaza para mi —aquellas palabras no eran fanfarronería, ella estaba confiada y lo hacía evidente en ese lugar; no estaba armada, y sólo tenía a dos personas como su guardia. Shino cerró los ojos — El flujo del río siempre encausa a la hierba seca a morir al mar.

    Oshin rio mientras Aki se mantenía con mirada atenta a los presentes.

    Shino abrió los ojos cuando las risas de Oshin pararon, mirando hacia Kenzaburo —Pero hay algo que deseo de ustedes en este momento; pues en Saitama asesinaron a tres de los léales súbditos de mi Señor, Kozaemon; Kotaro y Dai — miró hacia Hideyoshi — Quiero la cabeza de Kato Harima antes del amanecer —miró hacia Takeda — Y quiero que seas tú quien me la entregue.

    —Ahora entiendo que es lo que verdaderamente hace temblar a los Taira —mencionó Takeda con la misma seriedad.

    Shino borró su sonrisa —Te estoy enseñando lo que un verdadero líder hace cuando los suyos caen —mencionó Shino — No has hecho nada por la muerte de los tuyos, eres insignificante; no tienes poder.

    —Mi poder no se basa en amenazas, Shino. Para liderar a la gente, camina tras ellos —mencionó Takeda —Es por eso que he venido aquí, no voy a dejar a los míos solos.

    —Mírate, usando las palabras de Akishino; buscas negociar otros términos y eso no funcionará conmigo —mencionó con burla — Creciste junto al hombre que ahora buscas destruir, es tu sangre hablando por ti.

    Takeda no cayó en la provocación; él podía reclamarle de traiciones aun así se mantuvo en calma. Pero Shino no parecía fácil para que cediera en sus planes.

    Matsuda, Misato y Kyoko observaban a la distancia; preparados.

    rapuma John Whitelocke obvio el dado de Takeda falló xD como siempre
    Kuno Vizard
     
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    Misato Aoyama

    Antes de partir hasta el supuesto lugar para la misión de reconocimiento la Shinobi de los Hamami mostró interés en acompañarme.

    —Es un honor también contar con tu compañia, demos nuestro mejor esfuerzo Kyoko-san...—afirme sonriente para la chica, para no perder aún más tiempo partimos de la clínica hasta las afueras de Shizuoka...


    En el lugar de reunión vi al equipo de reconocimiento y a Takano aguardando la llegada de todos.

    Y vaya que había ocurrido bastante.

    —Fuji...—susurre con preocupación, Fuji era la esposa de Matsuda, apenas le conocía y lo más cercano que estuve fue cuando compartimos un baño frío en Tsu.

    Era de esperar la respuesta de los Taira, de una u otra forma ellos harían su movimiento. Nos habían seguido desde Chiryu.

    "Natsu"

    Nuevamente el nombre del traidor salía a flote ¿No le había bastado con Hana? No, el no acabaría su recorrido sin infringir un gran daño a nuestro clan...por un instante desee que hubiese seguido vivo para confrontarlo, Matsuda estaba por perder a su esposa, una mujer cuyo único error era cumplir sus sueños de ser una gran herrera. Debía impedir ese dolor para el...ni yo habría soportado verlo devastado.

    Asentí a las nuevas órdenes de Takano que ahora nos encargaba ir a cubrir las espaldas de Takeda quien en ese instante debía estar en el campamento Taira enfrentando seguramente un grave peligro.


    Seguimos a Matsuda hasta donde se erigió una carpa rodeada de estandartes Taira, en la distancia capte la presencia de Takeda, Kenzaburo y Hideyoshi.

    —No puede ser ¿Que hace ella aquí?—dije con estupor forzando la vista en cierto ángulo y a duras penas le note, no podía creer que la mismísima emperatriz, Shino Taira estuviese directamente en una situación de rehenes involucrados; esperaba algún mercenario pero esto. No conocía a las demás acompañante por lo mismo debíamos pensar en frío nuestros movimientos si deseábamos proteger a Fuji, Takeda y el resto de los capturados.

    >>Conservemos la calma señor Matsuda, no debemos salir de aquí sin ella o sus acompañantes...
     
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    Ginko Harutomo

    Había logrado conectar el golpe, pero Hinata le retorció el estómago de un puñetazo. Quizás no era toda su fuerza, pero Ginko quedó sin aire con esa simple demostración —Supongo que deben ser los genes de mi madre— le respondió tosiendo a Hinata que igualmente lo felicitaba por ser un "guerrero nato".

    Prometo hacer honor a esta técnica y su escuela, me será de mucha ayuda para defenderme y sobrevivir— dijo retrocediendo con una reverencia luego de recuperar el aliento —Y si sobrevivo podré curar a los míos

    Mientras conversaba, dos mujeres y un hombre ingresaron en el dojo así que enfundó su espada, ya era suficiente de combatir por ahora —Te estoy muy agradecido, Hinata. Permíteme invitar los gastos de las curaciones— se dirigió a su compañera con ánimos de dirigirse a la clínica.
     
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    Bruno TDF

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    Togashi
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    Antes de pasar por las puertas de la Clínica pudo ver cómo varias personas salían de esta: Riku nuevamente; Misato; la mujer que había visto aquella mañana; y Yuzuki. Aguardó para mantenerse a un lado y dejarlos pasar, para luego voltearse a mirar cómo se alejaban en direcciones distintas. Todos se movían con bastante prisa, cada uno camino a sus respectivas misiones. Finalmente entró a la Clínica.

    Luego de una rápida inspección con la mirada, distinguió a Kirara en un rincón apartado, además de unas pocas personas a las que no reconocía. La líder de los Fujiwara permanecía junto a un futón donde otra persona dormía. Cuando se acercó hasta ella con pasos calmos, pudo ver que se trataba de Shinko, el cual descansaba bajo la atenta mirada de Kirara. Togashi percibió la preocupación en la mujer… Algo había pasado… Momentáneamente, la cuestión de las medicinas pasó a ser un tema menor, al menos por ahora.

    Kirara… —dijo con voz suave, para llamar la atención de la Fujiwara— ¿Te encuentras bien? —preguntó. Miró hacia Shinko; le pareció que el joven no tenía buen aspecto— ¿Le ha pasado algo a Shinko?
     
    Última edición: 28 Mayo 2021
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    rapuma

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    Las palabras de Hideyoshi no resonaron con mala consciencia al samurái, el cual se encontraba con la mirada fija en los orbes de Oshin. La sonrisa de la mujer desapareció; Kenzo pudo oler el miedo, pudo sentir el fuego de la batalla en todos sus poros. Era una sensación extraña, casi hasta agradable. El subidón de adrenalina era como un torrente de electricidad que se trasladaba a todas sus extremidades, sintiendo un sacudón especial en su tacto, el cual parecía apreciar aún más el mango de la katana que apretaba con fuerza. Apretaba sus dientes, tensionando así su mandíbula continuamente. Era una forma de descargar la tensión que era palpable hasta en el aire. Su mirada no percibía ningun cambio, pero sus dedos estaban inquietos, acariciando la saya, aguardando el momento. Sus órdenes fueron recibidas con especial agrado; la shinobi retrocedía y obligaba a permanecer tranquila a su arquera, la más potencial enemiga en el campo en esos momentos. Sabía que seguramente muriera sin posibilidad de desenfundar su katana, tal como había dijo su colega, pero todos sabían que cualquiera moriría ahí mismo ante el mínimo movimiento.

    Luego su mirada cambió de persona, clavándola como un arpón sobre la emperatriz imperial. Kenzaburo era hábil en leer los gestos o en los ojos qué pensaban sus interlocutores, era una mirada acostumbrada a interrogatorios, una mirada que parecía lee dentro de tu alma y saber tus más oscuros secretos. Pero en la mirada de Shino encontró un igual, alguien que no solo no escapaba al escrutinio del samurái, sino que mantenía la mirada firme, sin bajar el rostro. Era éste un combate silencioso que Kenzaburo no esperaba encontrar.

    —¿Traidor? —gruñó con hastío, tensando su cuerpo; los músculos eran resortes de acero esperando por explotar. —Intentaron matar a tu hermana menor e incluso me encargué personalmente de llevar el caso. Hasta que me tendieron una emboscada; hasta que una traición terminó con todo. Una traición tuya. —Kenzaburo ya no veía una figura de respeto frente a él, simplemente tenía a una mujer que por casualidad era la esposa del líder imperial, el señor Akishino. Alguien a quién le debía de respetar la vida frente Takeda, pero si por el samurái fuese le hubiera atravesado el corazón hace tiempo. —Si Kozaemon está muerto es porque era débil. El águila de Kamakura simplemente te hizo un favor. —sabía que estaba hablando con su corazón encendido; le dolía incluso aceptar que su antiguo maestro estaba muerto. Pero eran palabras de Kato Harima, su nuevo maestro, las que sentenció a Kozaemon. No había más razón: si mueres eres débil. Y no podrás refutarlo, ya que estarás dando de comer a la tierra. Y esta mujer pedía la cabeza del padre de Takano. Kenzaburo giró levemente la cabeza para observar la reacción del diplomático como la del propio Takeda. ¿Qué respondería?
     
    Última edición: 28 Mayo 2021
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