Long-fic Shaman Tail (Shamang King x FairyTail)

Capitulo 1


Encuentro


Hao Asakura abrió los ojos repentinamente, se encontraba tirado en el suelo áspero, en medio de un bosque, era de noche y la suave y fría brisa del viento le rozaba.


"¿Dónde…estoy?"pensó Hao levemente mareado llevándose una de sus manos a la frente.


Se incorporó para ver el cielo estrellado, confudido mientras el viento lo envolvía, y el follaje de los árboles era movido por la gélida brisa, Hao Asakura suspiro sintiendo el aire frío como si fuera medicina para el alma, si bien, sentía algo de frío, la sensación era sumamente reconfortante para el.


Algo cansado y confundido, camino un par de minutos, por el bosque, hasta que se sentó al lado de un árbol recargandose en el, pensando en cómo había llegado aquí.


Lo ultimo que el recordaba, era haber sido partido por la mitad por su otra mitad y hermano Yoh Asakura.


"Cierto…perdí esa pelea...pero…¿Por que?"penso Hao meditando al respecto.


Tras varios minutos de meditar al respecto, Hao pensó que aquello ya no era relevante, menos, por ahora, lo más importante que tenía que hacer era averiguar como llegó a parar a este lugar.


Eso le recordo a su espiritu acompañante, lo llamó de forma mental y un fuerte círculo de llamas lo envolvió y vio al espíritu de fuego aparecer con un tamaño muy reducido igual a, aquella vez, en la que casi fue asesinado por su, en teoría, propio padre.


-Veo que perdí la mitad de mi poder, tal vez se deba al corte que Yoh me hizo-dijo Hao sonriendo relajado con una mirada pensativa, mientras acariciaba la cabeza del espíritu como si fuera un cachorro.


Siguió asi por unos segundos así hasta que su estómago vibro, en un ruido peculiar.


-Puedo solucionar esto asaltando a un humano-expreso Hao Asakura suspirando.-Aunque posiblemente no encuentre a nadie en este sitio.


-Nadie sería tan idiota como para caminar por un lugar tan inseguro-


4 horas después


Zeref Dragneel, también conocido como el Mago Negro o en su defecto, el imponente emperador de Álvarez, se encontraba caminando en medio del bosque, divagando en sus contradictorios pensamientos.


Su máyor anhelo era morir, sin embargo a pesar su deseo aquí estaba viajando por Ishgar buscando a un amigo, al que tal vez, debió de haber buscado antes, por que recurrir a su otra amiga proveniente de Giltena o a cierto amor pasajero, estaba fuera de cuestion, además independientemente de si rechazaba o no su oferta el salía ganando en ambos casos, por lo que, no tenía nada que perder.


Notando como los árboles se secaban y se podrían en su presencia, Zeref Dragneel suspiro con aburrimiento, completamente indiferente, a una situación, a la cual, se había acostumbrado hace mucho tiempo.


Ya estaba cansado y aburrido, en mucho tiempo, no había visto algo digno de su atención, estaba tan cansado y aburrido de la inmortalidad y del mundo mismo, que seguía un círculo vicioso sin casi ningún cambio, que lo único a lo que aspiraba era destruirlo, para acabar, de una vez por todas, con todo este ciclo que parecia interminable.


Mientras divagaba, noto como una ráfaga de llamas se dirigía hacia su dirección de forma rápida y progresiva.


Zeref sólo se volteo y extendió el dedo índice de su mano izquierda, al momento de tocar las llamas, estas se disiparon en medio de una ráfaga oscura, producto de su poder, anulando por completo, el ataque dirigido hacia su retorcida y desdichada persona.


-¿Quien eres?-pregunto Zeref a la nada.


Zeref noto como el suelo frente a el se moldeaba en varios picos que se acercaron a el para empalarlo, sin embargo, la tierra transformada en estacas de piedra se pudrio antes de siquiera tocarlo.


"Que extraño…¿Por que no puedo sentir su poder mágico?"pensó Zeref.


-Pensé que eras un simple humano pero veo que me equivoque-


Zeref volteó en dirección al lugar donde escucho la voz y observó como Hao Asakura, lo miraba de forma analítica y pasiva mientras mordia una manzana.


Las miradas de ambos, se cruzaron en ese momento, estudiandose con detenimiento de forma analítica, sin perder la tranquilidad y calma que los caracterizaba.


-¿Quien...eres?-preguntaron los 2 de forma simultánea movidos por la curiosidad.