(Shaman King) Aléjate de mí (HoroHoroxKororo/Damuko)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por lou, 29 Mayo 2011.

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    Título:
    (Shaman King) Aléjate de mí (HoroHoroxKororo/Damuko)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1110
    Disclaimer: los siguientes personajes no son míos, sino que le pertenecen a Hiroyuki Takei, un gran mangaka y mi inspiración, vale aclarar.

    Aclaraciones: no es un songfik
    Extras: --
    – – –

    Capítulo l

    Aléjate de mí y hazlo pronto antes de que te mienta.
    Tu cielo se hace gris, yo ya camino bajo la tormenta.

    Unos pasos se escucharon desde la puerta. Unos pasos que deberían de ser rápidos, pero eran muy lentos. Sonaban pesados y casi cansados. Un simple “splah” se hacía presente en ellos, al tiempo que unas cuantas gotas impactaban contra la tierra y silenciaban el sonido de su estremecedor contacto con la misma.

    El viento era mucho más audible que el sonido de los pasos, a pesar de su fatiga. Los árboles notaban el temblor de lo que demandaba una gran tormenta. Algunas hojas salían volando por el cielo y se perdían el firmamento. Éste último apenas si se entendía, por teoría que era celeste; de lo contrario, se hubiera pensado que era más gris que el mismo asfalto que adorna las calles de una ciudad. A pesar de que esto no era una ciudad, se lo podía comparar con ello.

    En medio del verde y marrón, casi característico de la montaña, un celeste resaltaba en el sendero. El poseedor de los pasos atronadores, por el hecho de que sus zapatos están llenos de agua y chapotean con los charcos. La tristeza se dibujaba en el lienzo de su rostro. Algo le hacía mantener esa mirada dubitativa en su semblante.

    Abrió la puerta de su casa, una vez que se vio frente a ella. Una mochila, que cargaba a cuestas, cayó sobre el piso de la morada. Luego de eso, se apoyó sobre la madera que cubría la abertura y suspiró; acto seguido, se quitó los zapatos.

    —Hermano —escuchó delante de él. Elevó la mirada, puesto que tenía la cabeza gacha y mantenía la vista fija en el suelo. Una niña le miraba con una pequeña sonrisa, pero visible para él. Algo de envidia le invadió la mente. Volvió a bajar la mirada, no quería que ella percibiera ese sentimiento que siempre ha catalogado de horrible.

    Muy pronto algo lo cubrió, sintió una calidez pequeña, pero perceptible, en su cuerpo. Movió rápidamente la cabeza para encontrarse con la pequeña frente a él y con una toalla cubriéndolo. La tomó lentamente con sus manos y se secó la cara mojada que le servía para disimular el corto y leve llanto del viaje.

    —A papá no le gustará que mojes el piso —le comentó la niña con una voz casi cantarina y que haría que cualquier pájaro se sintiera intimidado por ella.

    —Al diablo con eso —le contestó un poco grosero su hermano. Quien se adelantó, mientras se secaba los brazos y después tiró la toalla al piso, junto con sus cosas.

    La niña se agachó y sujetó el objeto con un poco más de sutilidad. Lo colgó en el perchero y se adentró con su hermano en la casa. No tuvo que caminar mucho para poder encontrarlo, quizá la casa sea pequeña, pero era por otra razón.

    El chico se había apoyado en la pared y contemplaba una foto familiar. Algo muy raro estaba pasando dentro de él y no comprendía del todo lo que le sucedía. De un momento a otro, se vio llorando bajo la lluvia; y al siguiente te vio casi gruñéndole a su hermana. Estaba conciente de que tenía un problema, pero inconciente de qué era lo que causaba, en realidad, el problema.

    — ¿Pasó algo con Damuko? —le preguntó la su hermanita, al tiempo que se acercaba a él.

    Rápidamente, cual lobo ataca a su presa, el chico saltó hacia la niñita y le tapó la boca. Después agudizó el oído, esperando que nadie contestara; no obtuvo respuesta alguna.

    —Si papá te escucha me matará a mí, no a ti Pirika…

    La niña tocó la mano de su hermano mayor y la quitó de su boca. Acto seguido, se dio vuelta y le miró fijamente. Pudo comprobar que había un poco de culpa en sus ojos y algo de miedo también. Lo más seguro era que tuviera un poco de miedo de su padre, al haberla escuchado; pero el sentimiento de culpa despertaba la intriga dentro de ella.

    —Papá no está. Se fue a una junta con los demás jefes de las familias, pero el almuerzo ya está listo y se está enfriando.

    El niño suspiró de alivió. Debería de confiar mucho más en su hermana y que ella nunca haría nada para perjudicarlo, aunque sea sin querer hacerlo.

    La pequeña le tocó el hombro, para hacer que despierte de ese pequeño alivio en el que se había sumido. Él la miró y después se encogió de hombros.

    —No tengo hambre —dijo de mala gana, casi repitiendo la escena de hacía unos minutos.

    —No, eso no —le contestó ella con la mano aún en su hombro. Él la miró confundido y recordó la primera pregunta. No quería contestar, pero era su hermana, no podía simplemente decirle que no quería.

    Ella lo empujó un poco, haciendo que terminaran en la cocina. En ese sitio, como bien había dicho la pequeña, había dos platos llenos, con el humo saliendo de ellos. La vio sentarse en una de las sillas que están en frente de cada uno de los platos. Él la siguió con pasos lentos, casi cansados y una mirada que iba acorde con su estado. Una vez sentado ella le llamó y él la miró con una mezcla extraña de emociones.

    —Horokeu, ¿pasó algo con Damuko?

    — ¿Cómo sabes sobre ella? Papá no la nombra… y yo tampoco…

    —Las mujeres nos damos cuenta de cosas que los hombres no —contestó ella hablando como si de una adulta se tratase. —Ahora dime, puedes confiar en mí, Horo-Horo.

    Él simplemente comió un poco e hizo, o trató al menos, de hacer como que no escuchaba lo que ella le estaba preguntando. Trataba de dar a entender que no quería contestar, pero a Pirika Usui no se le negaba una respuesta. Por eso mismo siguió insistiendo en saber. Hasta que él por fin cedió. A fin de cuentas… se sentía mal y no podría decírselo a alguien más que no sea su hermana.

    —Bueno… sí pasó algo con ella…

    Aléjate de mí, escapa vete que ya no debo verte.
    – – –

    Nota final: espero que les haya gustado, mil y un gracias por leerlo, sus comentarios, así sean negativos, siempre serán recibidos; de qué modo, no lo puedo asegurar xD.
     
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