Serie: Minotauro en todas partes 1° relato [FONT="]Un niño muy alegre y vivo[/FONT] [FONT="]Drabble[/FONT][FONT="] [/FONT] Érase una vez un niño muy alegre y vivo que jugaba todos los días en su jardín. Cierto día, un extraño que pasaba frente a su casa, le preguntó: “¿Qué estás haciendo?” “Jugando, señor.” Respondió el niño. “Me parece muy bien, muy bien.” Le decía el hombre. Al otro día, el niño estaba nuevamente jugando. Cuando el hombre le hizo la misma pregunta del día anterior, él respondió sin rechistar lo que estaba haciendo, a lo que el hombre le dijo: “Me parece my bien, muy bien. Pero sería más divertido que fueras conmigo a jugar” “Mamá no me dejaría.” “Pero podrías escapar, un ratito.” “Lo pensaré señor, lo pensaré.” Así que cuando el hombre apareció al día siguiente, el niño muy alegre y vivo, lo estaba esperando de pie, en el jardín. El hombre le tomó de la mano y lo guió lejos de su casa. “¿A qué te gustaría jugar” Preguntó el hombre. “A nada señor” Respondió el niño. “¿Cómo?” “Mamá no me dejó” “¡Pero hoy has venido! ¡Tienes que jugar conmigo!” “No, señor” El hombre se enojó mucho. Jalaba de sus cabellos y gritaba hacia el cielo. El niño volvió a hablar: “Pero puedo hacer algo.” “¿Jugarás conmigo?” “No” “¿Entonces?” “Me lo voy a comer, señor. Mamá me dijo que podía hacerlo.” Así fue como el niño alegre y vivo se convirtió en un horrible monstruo con cara de toro y cuerpo de humano. Se comió al hombre sin dejar un solo hueso. "Creo que ahora nadie más querrá jugar." Se dijo el niño. "Una lástima, una lástima." Murmuró mientras entraba a su jardín. Fin
Re: Serie: Minotauro en todas partes 2° Relato Algo sin nombre 25 de Agosto Soy alérgica. Y esa es la mejor presentación que puedo escribir sin parecer absolutamente patética. No necesito escribir más acerca de quien soy porque con que yo me conozca, basta. Sin embargo, hay algo que me ha estado molestando estos últimos días y de ahí la necesidad de escribirlo: me pasa algo sin nombre. Viene todas las mañanas después de estornudar. Le pregunté a Gabriela si le ocurría lo mismo y me dijo que ella normalmente tenía mal aliento a esa hora y nada más. No sé, no sé. Me pone enferma. Es como un odioso presentimiento de que mi estómago va a secarse y me voy a quedar sin palabras por siempre. No puedo explicarlo. De verdad que no. 27 de Agosto Debo hablar con confidencialidad (o escribir, dadas las circunstancias), así que sólo mencionaré al tipo aludido con sus iniciales: A. C. Estaba aburrida, mirando al cielo, en clases, cuando él se puso de pie y fue hasta mi puesto. Tiene una sonrisa muy, muy enigmática que me hace temblar las rodillas. Bueno, ya; hay muchos que me hacen temblar las rodillas, pero en caso en particular me hizo sentir ese algo-sin-nombre, que curiosamente no había sentido al despertarme hoy. En realidad, no hay nada en él que me llame la atención (por la misma razón no lo ha hecho antes, claro), pero sus ojos estaban tan negros cuando me miraron que en lo único que pude pensar era en qué otra maldita cosa estaba pensando antes de verlo. Sin decir una palabra, dejó un papel pulcramente doblado sobre mi mesa y luego se fue. Como boba, esperé hasta que se sentara antes de que mi gran coraje hiciera acopio y me animara a tomar la nota. Era una canción y abajo me escribió algo. La pegaré acá: Si yo te dijiera un secreto Tú no se lo dirás a nadie ¿Lo guardarás y lo mantendrás Vivo? Porque este secreto quema Y no puedo conciliar el sueño Y no puedo vivir solo En esta mentira ¿Quieres salir conmigo mañana? A. C. No pude resistirlo. Nadie podría, ¿verdad? 1 de Septiembre Esto me está comiendo de a poco. Siento que él tiene tantos secretos que lo único que quiero es salir corriendo. La sensación sin nombre se ha vuelto insoportable al punto de que casi no como. Es como si mi cuerpo se estuviera preparando para un fin inexorable… que no quiero, claro. Pero es que cada vez que me canta esas absurdas canciones y me compra un helado de chocolate, todo parece demasiado bueno como para salir corriendo. Y cuando llego a casa... Todo es horrible. Sueño con sus ojos y que él se transforma en una horrible bestia con cabeza de toro y en glorioso cuerpo humano. Siempre con sus ojos, esas malditas fosas negras que parecen infinitas. Gabriela me dice que estoy volviéndome loca. No sé con qué argumentos puedo rebatirla. 10 de Septiembre Discutimos. Fuerte. Duro. Me dijo que no me entendía. Le dije que yo tampoco. Dijo que yo había jugado con él. Y yo, que estaba mortalmente equivocado. Gritó que él no tenía secretos. Yo sólo le dije que no soy tan idiota como para creérmelo. Raro, nunca había tenido una discusión de esas. ¿Es normal que sienta el pecho hueco y los ojos secos después tanto llorar? 15 de Septiembre Vino anoche, mientras dormía y no sé por qué lo hizo. Me acurrucó en sus brazos y me cantó canciones de cuna. Lo sé porque su tacto me despertó a medias. Murmuró algo incomprensible y luego se fue, pero volvió en forma de bestia. Dijo que me iba a comer en siete días más. 23 de Septiembre No vino a comerme. Él ya se había devorado mi corazón hacía rato, simplemente no lo había notado. He estado preguntándome por qué de repente las paredes son tan blancas y A. C. me visita con esa carita de suprema nostalgia, como si él no supiera todo lo que está pasando. La sensación sin nombre me ha estado carcomiendo el estómago, y se acrecienta cuando él me visita todas las noches con esa forma de bestia tan grotesca para cantarme canciones de cuna. Pero anoche, con una voz levente frágil, solamente murmuró: “Te voy a dar los hilos para salir de aquí. Sé que este laberinto es demasiado grande para ti, pero vas a salir, te lo prometo. Aunque duela y siga doliendo”. Tal vez por eso hoy, cuando vino A.C., me pareció que sus ojos eran demasiados azules, casi tan claros como el cielo absolutamente despejado de esta mañana. [FONT="]Fin [/FONT]
Re: Serie: Minotauro en todas partes BUeno ¿Que puedo decir? me gusta la temática, y los pequeños cuentos me agradarón, solo no me gustó mucho la forma de redacción del primer cuento. DE ahí en fuera como ya dije, me gustaron =).
Re: Serie: Minotauro en todas partes Minotauro! :o Me gusta! *-* Mm los dos relatos estubieron buenos. El segundo me gustó más que el primero; me gustó como terminó. Lo que él le dijo de los hilos, quedó muy bien.. No hay mucho más que decir, está bien narrado y eso. Solo un error en esa frase, dice "te voy a dar lo hilos" xD Pero nada así muy grave como para remarcarlo o.o Aunque no se si entendí bien el segundo cuento, hay un manicomio presente o flasheo cualquiera? xD A.C. tiene que ver con Antes de Cristo? xD Son dudas que se me vinieron a la mente x) Espero que la serie continúe (?) :3 Suerte!
Re: Serie: Minotauro en todas partes 3° y último relato. [FONT="] [/FONT] Un cerro negro y Lehiel I —Estoy escribiendo para alcanzarte —canturreó él. —Como si alguna vez pudieras—bromeó ella. —Ah, pero tal vez nunca lo haga, ¿no? —Murmuró, al tiempo que la observaba con los ojos perdidos. Ella sonrió, sacudiendo la cabeza. Miró hacia la frondosa barrera de robles que los rodeaban, como si intentara ver muchísimo más allá. —Hemos estado perdiendo mucho tiempo. Ya es hora de volver. —Mira qué sabia —se mofó él. Aún así, la ayudó a ponerse de pie tomándola de la mano. Lehiel se incorporó lentamente, mirándola con los ojos entrecerrados. —Te rendiste muy fácil —le susurró ella. Él se encogió de hombros y sonrió—. Ahí está —habló exasperada—. Si sonríes así es porque ocultas algo. ¡Qué hice para merecer esto! Seth soltó una carcajada mientras la tomaba de la mano. Sin responderle, la guió cerro abajo, justo en dirección de los inmensos robles que ella había estado observando antes. Lehiel no pudo más que admirar los imponentes árboles a medida que avanzaban. Se erguían como gigantes, mirándolos con sorna y a la vez ansiosos de que se internaran entre ellos. —Es una locura —susurró Lehiel, sin nada de convicción. —Ya sabía que lo dirías —suspiró Seth, con fingida molestia—. Pero mira, esto valdrá la pena. Ella estaba apunto de preguntarle qué cosa podría valerlo, cuando él, sin mediar palabras, levantó la mano, apuntando más allá de las copas de los árboles. Lehiel jadeó. Unos pocos metros más allá se levantaba un cerro negro como el carbón. —Y eso es… —Ni idea. —Se encogió de hombros—. Ayer, cuando vine, lo encontré por pura casualidad. Parecía como si me llamara. —Aterrador —dijo ella. —Fascinante. —Nunca lo había visto. —Ah, pues yo tampoco, pero eso se puede solucionar. Y sonriéndole otra vez, con la insoportable sonrisa de algún Adonis cualquiera, la guió haciendo que corriera. Saltaron ramas, unos arbustos y hasta un inimaginable arroyo. El paisaje parecía cambiar abruptamente. De repente, ya no estaban rodeados por inmensos árboles, sino absolutamente solos en un sitio con pasto absolutamente verde y unos metros más allá, un cerro absolutamente negro. II —No. Puede. Ser. —Chilló Lehiel. —Ya, ya —dijo Seth, entornando los ojos. Estaban a los pies del cerro con una mueca de espanto y fascinación a la vez en sus rostros. Justo al frente, se erguían inmensas puertas de hierro, con manillas inmensas. Estaban pegadas al cerro, como si fueran una entrada a él. —¿Por qué no me habías dicho esto? —Exigió Lehiel, frunciendo el ceño. —Porque no había visto todo esto. —¡Claro! Y sólo me trajiste acá para observar un aburrido cerro negro. —Lehiel… Pero sus palabras se vieron interrumpidas cuando súbitamente las pesadas puertas se comenzaron a abrir lentamente, haciendo un sonido aterrador, como bisagras que están demasiado oxidadas. El primer impulso que tuvo Seth fue el de correr, pero se contuvo sólo porque que vio que Lehiel se había acercado hasta la oscura entrada descubierta tras las inmensas puertas. —¡Vamos! —Gritó emocionada, corriendo hacia la entrada. —No creo que… Pero ella ya había desaparecido. Maldiciendo su espantoso sentido común, Seth la siguió resignado y molesto. No se suponía que ocurriría esto. Él solamente quería mostrarle el extraño cerro y volver a casa. Tuvo que parpadear varias veces hasta que sus ojos se acostumbraron a la oscuridad. Poco era lo que se podía ver, pero era suficiente como para distinguir las grandes murallas de piedra que se erguían sobre él. —¡Lehiel! —Gritó él, cuando se percató de que no estaba. —¡Seth, es genial! Parece un laberinto —Exclamó ella desde algún lugar. —Devuélvete, ahora. Podrías perderte —ordenó él, con un repentino tono autoritario. —¡Aguafiestas! —¡Lehiel! Escuchó sus pasos, como corría, alejándose. Maldiciendo audiblemente, se internó entremedio de las paredes. Siguiendo casi a ciegas un camino que supuso, sería el mismo que tomó Lehiel si su oído no le fallaba. Continuaba escuchando los pasos apresurados de Lehiel, quien a veces soltaba suaves carcajadas. —Tenemos que volver, tus padres se van a preocupar. —¡Bah! —Se burló ella. A Seth le pareció que su voz venía en la dirección opuesta a la de él. Dio media vuelta y se devolvió por lo que él supuso, era el mismo camino que había tomado. Un repentino escalofrío le recorrió la espalda mientras avanzaba, girando tras muros interminables una y otra vez. Ya no escuchaba los pasos de Lehiel y eso realmente lo asustó. Pero justo cuando estaba a punto de llamarla, ella habló, y sonó tan cerca que él juraría que provenía justo del otro lado del muro donde se encontraba apoyado. —¿Quieres que te diga una cosa? —Preguntó ella con suavidad. No esperó a que él le respondiera—: Ayer Carmen me dijo que te ibas de la ciudad. Al principio no lo creí pero hoy, cuando me fuiste a buscar, estabas demasiado alegre. Y tú no sabes mentir bien. ¿Cuándo me lo ibas a decir? Seth encontró un pasillo y dobló por él, casi muriéndose de angustia cuando no vio a Lehiel. —Porque te ibas a poner tan triste —susurró, avanzando con cautela mientras apoyaba su mano en la fría piedra de la muralla—. Dale Lehiel, volvamos. —No quiero —dijo ella. Parecía que de nuevo se alejaba. —Lehiel, ¿qué pasa si después no encontramos la salida? —Tú lo harás, siempre lo haces. —Lehiel… —Y encuentro muy injusto que no me lo hubieras dicho. Se supone que somos amigos, ¿no? —Pero aún así te ibas a poner triste. No me gusta verte así. —¿Y cómo pensabas que iba a poner cuando ya no aparecieras para acompañarme al colegio? —Te lo iba a decir hoy, cuando volviéramos. —Sí, claro. —Lehiel —le advirtió él—, deja de hacer niñerías y salgamos de aquí. —Giró otra vez hacia un pasillo, sin sorprenderse de que no viera a Lehiel en él. —Estoy escribiendo para alcanzarte —cantó ella y otra vez sonaba demasiado lejos de él—. Eso cantaste hoy, ¿te acuerdas? —Me dijiste que no podría —Seth respondió a su pesar, desesperado por encontrarla. —Como si pudieras —citó ella—. Y ahora no puedes, ¿ves? —¡Apenas veo aquí! —Oh, no grites. Te va a dar algo. —Tenemos que volver. —Tenemos, tenemos —le imitó ella—. Yo no me voy a ir de aquí. —No seas boba… —Soy boba, muy boba —y de repente ella estaba frente a él. Nunca había sido linda, era demasiado delgada y demasiado pálida, con sus enormes ojos marrones pareciendo brillar tontamente—. Y por eso te vas a ir, a que sí —murmuró. Jaló de ella y la abrazó fuerte, muy fuerte. —Tontita —besó su coronilla—. Sólo va a ser un tiempo, un semestre a lo sumo. Luego voy a volver y te llevaré al colegio como todas las mañanas. —Mentiroso. —No lo hago, Leggie, de verdad que no. Pero ella no pareció creerle. Lo golpeó con furia en el pecho, desasiéndose de sus brazos. —¿Qué rayos te pasa? No estabas así antes de entrar aquí. —Tal vez nunca me ha pasado nada. Eso es lo que pasa. Él negó con la cabeza, mirándola impávido. A penas podía ver su rostro, pero pudo ver más claro que nunca el dolor en sus grandes ojos. Intentó hablarle, pero repentinamente las palabras fallaron. —Ya no me vas a alcanzar —murmuró ella, mirándolo desolada. —Deja de decir pavadas, vamos… —Se le cortó la voz cuando vio una enorme silueta detrás de Lehiel—. ¡Cuidado! —Pero ella no hizo ningún intento por moverse. Unos inmensos brazos de hombre rodearon su cintura, levantándola del suelo. Quiso correr hacia ella, pero sus pies no respondían. Horrorizado, vio cómo la silueta enorme se le llevaba, sumergiéndose en la oscuridad de algún pasadizo que él no lograba ver. Cuando estuvo a unos metros, vio aún más horrorizado a la silueta, su cabeza tenía forma de una vaca, un toro… —¡Lehiel! —Gritó con todas sus fuerzas, pero su voz hizo un eco espantoso. Estuvo a punto de gritar otra vez, cuando se dio cuenta de que estaba a los pies de un enorme cerro negro. Extrañado, miró a todos lados como si buscara algo. Le sorprendió tener un nombre en la punta de la lengua que casi hizo que se atragantara. Girando en redondo, observó el pasto verde y más allá, enormes robles. Caminó hacia ellos. Y mientras lo hacía, le extrañó que un nombre tan raro como “Lehiel” retumbara en su cabeza una y otra vez. [FONT="]Fin [/FONT] Nota de la Autora: Oh, y fin de esto. Ésta es mi historia favorita *.*, por esa misma razón repetí nombre que ya había usado en otras historias, me encantan xD. Mio: De hecho, el primero tampoco fue de mi entero agrado, por eso lo puse al principio. En realidad esto es un trabajo que tuve que hacer en lenguaje y constaba de hacer diferentes tipos de relatos (mi mundo, el mundo de otro y otros mundos) con algún tema en común a elección y la cosa me terminó gustando, así que sólo le cambié algunas cosas y así. Gracias por tu comentario :) Himekito: Gracias por lo del error de tipeo, nunca están demás xD. Y sí, hay un manicomio; y de nuevo sí, tiene que ver con antes de Cristo. Lo quise poner así para ver si alguien lo notaba (mi profesora de lenguaje NO lo hizo xD), es una mezcla de elementos y me gustaba cómo sonaba A.C, le daba otro aire de irreal. Espero que el último relato te guste, saludos!
Re: Serie: Minotauro en todas partes La verdad, no soy de leer mucho por el foro, pero realmente me alegro haber entrado acá. Gracias ocio por existir. Me encanta la manera en que relatas, de una forma ligera que no es simplona, sino completamente amena. Las ideas de las historias me encantaron todas, especialmente la última. Y ya no sé qué más decir, no soy buena dando opiniones cuando algo verdaderamente me gusta... Solo que espero encontrarme con alguna otra cosa que escribas.
Re: Serie: Minotauro en todas partes ¡Es absolutamente genial! Escribes absolutamente bien *-* ¿Esperabas que me guste el último relato? ¡Me encantó! Me gustó que incluyeras la canción al comienzo, así como una simple charla/broma entre ambos; y que luego tomara otro significado, uno más trágico, por el hecho que así fue, nunca la alcanzó. Y no se, generalmente cuando algo me gusta y no le veo errores no se que decir xD Así que me despido x3 Suerte ;3
Re: Serie: Minotauro en todas partes Selene Fowl: Vaya, muchas gracias =D. En verdad soy parecida a ti, raro es que me ponga a leer por estos lares, aunque creo que es más por una cuestión de tiempo que por gusto. Agh, y soy bastante mala para lo de los agradecimientos también .-., pero estoy contenta de que haya sido de tu agrado :) Himekito: Gosh, es absolutamente fantástico que te haya gustado :seponeabsolutamentefeliz: Por cierto, la canción se llama Writing to reach you, de Travis (AMO a esos desgraciados T,T). Igual raro, cuando releí el relato le encontré muchísimas faltas, pero yo te creo a vos y basta :o. Gracias por comentar =D
Re: Serie: Minotauro en todas partes no sé, ¿qué puedo decir? De los tres, este es mi favorito. En realidad el final deja a uno con una sensación medio desagradable. No por el hecho de ser malo, sino por como termina T_T... Me gustó. Mucho, y no había pasado antes porque... bueno, a veces me da flojera leer en CZ.. es complicado xD. Aunque mereció la pena. Espero leer pronto algo de tí =)
Re: Serie: Minotauro en todas partes Si, conozco la cancion :D Y wao, debo haber estado distraída para leer. Aunque, yo creo que si el relato va bien, es bueno, y te gusta, los errores mínimos que pudiste llegar a cometer, se pasan por alto.