Sentimientos de un alma en pena

Capitulo único
Advertencia: mala palabra del lunfardo argentino

A quien tenga la amabilidad de leer esto:

Nadie sabe porque algunas almas quedan atrapadas en este mundo y vagan por el cómo fantasmas: algunas tienen asuntos pendientes pero ese no es en absoluto mi caso. Me morí por estúpida, por ayudar a un cachorro e interponerme entre mí y el auto que lo iba a atropellar.
Los sentimientos no desaparecen solo por ser un fantasma.
Fue doloroso comprobar que la soledad que me invadía por dentro en vida continuaba fría e inamovible en muerte. Fue doloroso contemplar como mi teoría era verdad y al cabo de unos meses ya nadie se acordaba de mí. Mi existencia no había significado nada en este mundo: vacía, sin sentido… Había ocupado espacio, tiempo y sueños al reverendo pedo.
Mi alma dolía cada día más, y ya no podía escapar porque la única solución definitiva (la muerte) estaba ya muy lejos de mi alcance. Deseaba todos los días que hubiese sido como mi ateísmo me obligaba a creer y que mi alma hubiese desaparecido en la nada, mejor eso que la desesperación…
Me aleje de mi tierra de origen, buscando consuelo en lo único que siempre había logrado calmarme: la música. Viaje por el mundo yendo a conciertos a los que jamás había podido ir porque esas bandas no visitaban mi país, y al final acabe en Japón. Allí recordé con añoranza los días en los que creía que el mundo era más sencillo, en los que podía identificarme con ciertas canciones… hoy era el único modo que tenia de sentir algo ajeno al dolor.
El punto culminante fue cuando por fin pude ir a un concierto de mi banda favorita en el mundo: the GazettE. Estaba muerta, pero aun así me distraía gritando como posesa ante los sensuales movimientos y dulce voz de Ruki, el power de la batería de Kai, la dulzura oscura del bajo de Reita y los sentimientos puros de las guitarras de Uruha y Aoi… pero esa canción…
Miseinen…
Era la canción que describía la adolescencia y vivencias del vocalista, pero también se adaptaba bastante a lo que había sido la mía. Hablaba de sueños, de amistades, de soledad… Llore con Ruki al final, y creo que allí fue cuando finalmente me di cuenta de que ya no tenía un lugar en el mundo, de que quizás nunca lo había tenido porque de todos modos moriría…
¿Es posible volverse loco siendo un fantasma? ¿Es posible sentir con tanta intensidad que los sentimientos humanos es arenisca al lado de mármol? Cuando eres un fantasma no existe nada que te distraiga: no te puedes perder en la música como un mortal, no puedes leer, no puedes hacer deporte, no puedes dormir… No puedes hacer nada, solo pensar. Y si no dejas de pensar te volverás una sombra de lo que fuiste.
Seiscientos noventa y tres años han pasado desde que he muerto.
Miseinen aún me hace llorar aunque quien la ha escrito ha pasado a otro plano hace mucho, e incluso el idioma en el que está escrita solo es hablada por un par de personas hoy.
Estuve al borde de la demencia muchas veces, pero por extrañas razones sobreviví.
Conocí y devore a todos los demás fantasmas que iba encontrando. Hoy vuelvo a tener materia, pero soy lo que los mortales en edades oscuras llamaron vampiros: necesito la vitalidad de la sangre y el alma humana para sobrevivir. Decidí tomar el mismo objetivo de vida que el vampiro literario Lestat: vivir para ser el azote de la humanidad.
Mi vida tiene un objetivo ahora.
Desde hace tres años, cuando gane mi forma materializada de nuevo me decidí a realizar mis sueños: estudio la carrera que siempre quise, soy vocalista en una banda de Metal y termino las novelas que una niña inocente hace mucho comenzó. La niña, la adolescente y la mujer, todas ellas confluyen en mi ahora acompañadas por la fantasma y la vampiresa.
¿Nee, crees que me ha sido sencillo olvidar mi desesperación y sentimiento de vacío? No. Eso jamás desaparece, al igual que el dolor de lo poco humano que te queda cuando segas una vida.
Me duele. Todo duele: vivir, morir, matar, el hambre, el cantar, el no cantar… Mi vida es una constante tortura que se prolongara hasta que alguien más fuerte y no humano me mate o el mundo se acabe…
Maldición. Si de verdad en 2012 hubiese sido el fin del mundo quizás ahora yo estaría muerta tranquilamente y no escribiendo esta carta editorial con la sangre de mi última víctima... No estaría sintiendo este nudo tan familiar en mi anciano corazón destrozando mis vestigios de cordura, mi alma en pedazos...

Nadie.​