[accion,comedia] Secundaria

[accion,comedia] Secundaria

El fic se lleva a cabo en un mundo alterno de Naruto... o sea, no precisamente en el mundo shinobi del manga, si no en otro mundo shinobi... como sea, no tengo pensado hacer parejas para este fic... ¿o tal vez si?​

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Este mundo es igual al nuestro en todo, visten como nosotros, comen lo que nosotros y hasta han visto lo que nosotros… pero ha diferencia de nuestro mundo… ese mundo vive con los secretos del arte ninja y sus habilidades de pelea son las mejores del mundo, miren la historia y crean en ella… La historia de Naruto Uzumaki, Rock Lee y Choji Akimichi.​

Nombre: Naruto Uzumaki.​

Edad: 15 años.​

Habilidades: Tiene conocimientos básicos en el arte de golpear y salir corriendo, también es especialista en el poderoso ataque de patadas a las bolas. Se sabe que es especialista en el jutsu de clones de sombra.​

Alias: El idiota del pueblo.​

Naruto POV:​

Ese maldito despertador… suena tan fuerte que me dan ganas de golpear a todos los que me rodean por ello, por suerte, no hay nadie en este lugar, más que yo y las partículas de polvo que me rodean. Me pongo de pie, me rasco los ojos, bostezo tan fuerte como para que todo Konoha pueda oírme y por último, estiro mis brazos.​

- Tengo hambre-​

Camino hacia la cocina, no me importa rascarme el trasero o las partes nobles, de todas formas nadie vive conmigo y tengo este gran departamento para mi solo, mi padre fue un ninja muy poderoso y mi madre una mujer que solía vivir conmigo, hasta hace unos años, su nombre era Kushina y ahora vive en el extranjero trabajando como informante de la policía en la mafia.​

Abro el refrigerador y sonrió, hay ramen frio de anoche. Lo tomo, le agrego agua y lo meto en el microondas… ¿mi padre?... pues solo sé que era muy fuerte, nunca supe su nombre ni su edad, ni nada.​

- 5 de la mañana… mmm… la escuela empieza en media hora…- me trago el ramen y lo escupo nuevamente al ver el reloj- … ¡¿media hora?!-​

Corro hacia el baño, me lavo los dientes y me dirijo hacia el pequeño armario de mi cuarto, saco mi mochila y le ruego a Kami por llegar a tiempo, Iruka sensei siempre se cabrea cuando llego tarde.​

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Quince minutos después:​

Corro como bruto y trato de evitar el entrar en conflicto con los imbéciles del sonido, son una pandilla de gamberros que me tienen bronca y daría lo que fuera por destrozarles la cara. Saco una banana de mi bolsillo, la como y arrojo la cascara, esta siempre me cae mal, pero siempre debo recordar que ella y la mitad de un ramen precalentado son mi único desayuno. La escuela acercándose y mis pies esta gritando de alegría, pero como en todo lo que pasa en mi vida… algo malo va evitar que llegue a tiempo.​

- ¡hey, idiota del pueblo!-​

Me detengo, es la voz de estúpido de Jirobo.​

- ¡¿A dónde vas con tanta prisa?!- dice el calvo de mierda.​

- Voy a la secundaria, tu sabes, para ser alguien-​

Junto a ese gigante, estaban sus inseparable “amigos”, un fenómeno de circo que parece una maldita araña llamado Kidomaru, otro con dos cabezas llamado Sakon y una chica muy linda y pequeña llamada Tayuya. Todos comparten algo en comun, todos tienen historial criminal.​

A Jirobo se le acusaba el haber agredido a muchos policías y de haber hecho actos de vandalismo. Tayuya era una chica que según cuentan, robo el automóvil de la directora Tsunade y por si fuera poco, le prendió fuego, se sabe que le hace ojitos a Shikamaru solo para cabrear a Temari y si que funcionaba. Kidomaru se sabe que ha tenido varios enfrentamientos con la policía por robo de casas y de tiendas de aparatos electrónicos. Por ultimo, tenemos al bicho raro de Sakon, el al parecer es culpable de agredir transeuntes. ​

El punto es que son escoria y me caen mal.​

- Mira tarado, no tenemos tiempo para tus altanerías, mas te vale que nos des todo lo que traes contigo, esa mochila se ve bien y de paso danos tus zapatos-​

Las palabras de Jirobo nunca son de tomarse a la ligera, será un gigante imbécil, pero es un gigante imbécil con musculas. Les entrego mi mochila, no debo defenderme en estos momentos, de nada serviría, les entrego mis zapatos, de todas formas solo me costaron mis malditos ahorros, vaya mierda de suerte.​

En cuanto Kidomaru toma mis zapatillas, las huele y finge morir de asfixia, como me encantaría asfixiarlo de verdad. Acto seguido, miro la entrepierna de Jirobo y la pateo con tanta fuerza que el gran pendejo cae sujetándose y chillando de dolor, se que voy a pagar por ello, pero que más da.​

- Hey Jirobo, ponte una gaseosa fría, siempre ayuda, JAJAJA!-​

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En la secundaria.​

Llego al patio y veo a miles de tipos grandes, feos y musculosos, todos esperan a que lleguen los “Maestros de las Artes Marciales de la secundaria Konoha”, la verdad me importa poco a quienes esperen, en tanto no se metan en mi camino. Consigo llegar a los pasillos y ahí encuentro a Ino Yamanaka, de brazos cruzados y mirándome como si fuera un insecto, es realmente desesperante.​

- Hola Ino-​

- Vete al diablo-​

Su respuesta siempre es la misma, entro en clase y me siento justo al lado de mi amada y adorada Sakura Haruno, AAAA… como palpita mi dulce corazón por esa mujer, tan bella, tan fuerte, tan dulce…​

- ¡¿Qué diablos vez, idiota molesto?!-​

Tan cruel y tan ruda… puedo sentir unas lagrimas bajar por mi carita y solo puedo pensar en lo difícil que llamar su atención.​

- Buenos días, ya llegue-​

La voz del pretensioso, estúpido hijo de perra de Sasuke, se hace escuchar y lo primero que hago es mirarlo a los ojos. El mira mi cuerpo y yo el de él, como si esperáramos que uno atacara al otro en cualquier instante y…​

- ¡Sasuke Kun!-​

… y Sakura Haruno se lanza sobre él y ese Uchiha no tuvo que hacer nada para conseguir su afecto… no, es solo que tengo la peor suerte del mundo.​

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Nombre: Rock Lee.​

Edad: 16 años.​

Habilidades: Cinturon negro en Karate, Kendo, Kenpo, Tae Kwon Do, Muay Thai, Wing Shung, Jujitsu Brazileño y Taijutsu… rango 7 de Kung Fu, experto en Boxeo, Kick Boxing, Jeet Kune Do, MMA, Krav Maga y Capoeira.​

Alias: Cejotas. ​

Lee POV:​

5:00 am ​

Suena la alarma, la tomo con una mano y la arrojo contra la pared. Me despierto lentamente y me rasco los ojos, las lagañas que tengo bajo los parpados, parecen ser mas bien sementó, cuando por fin puedo abrir mis ojos, dedico un poco de tiempo a mirar el techo, las formas que tienen las manchas de moho son distintas y todos los dias les encuentro formas nuevas. Hoy precisamente, encontré un colibrí y acepto que me dio mucha gracia.​

- ¡Lee, muchacho, despierta de una buena vez!-​

Miro a mi izquierda y veo como se mueve la puerta del golpeteo que le da mi papá desde afuera. Me levanto, me estiro y bostezo tan fuerte como mis pulmones me lo permitan, después salgo de la cama, miro alrededor de mi cuarto, tratando de no pisar nada, delante de mi cama esta un viejo saco de golpear (el cual relleno con cadenas, pero eso es algo que nadie, ni mi padre, sabe), al lado del saco tengo un muñeco de practica y regadas por doquier están las pesas que mi mamá me regalo la semana pasada.​

- ¡Ven, niño, ya estamos hartos de esperarte!-​

- Vamos, cariño cálmate, es solo un…-​

- ¡Cierra la boca y deja de mimarlo!-​

Sonrió nerviosamente al escuchar la voz de mando de mi madre, ella es toda una mujer en el sentido de que si no hago lo que ella dice… ella terminara destrozándome la cara. Me pongo mi camisa y voy corriendo al comedor, no vaya a ser que mi madre termine destrozándole el rostro a mi padre porque se le acabe la paciencia de nuevo.​

- Buenos días-​

Mi madre me mira como si fuera un insecto, yo miro el suelo, me niego a mirar esos ojos de fiera que tiene por las mañanas, cuando aun no bebe su café y a sabiendas que mi papá no le pudo hacer “cuchi cuchi” ayer porque no llego en toda la noche por estar entrenando conmigo.​

- ¡Siéntate!-​

- ¡SI SEÑORA!-​

Hago caso y veo como del otro lado de la mesa esta mi padre, un hombre llamado Maito Gai, 10 veces campeón mundial de artes marciales mixtas y doble de películas de acción, su edad ronda entre los 28 y los 31 años, depende del humor de mi padre. ​

- ¡¿Cómo estas hoy, Lee?!-​

- ¡Muy bien Gai sensei, todo listo para comenzar un día nuevo!-​

- ¡Cállense y coman!-​

- ¡SI!- gritamos al mismo tiempo.​

La mujer de cabello purpura y con el cigarro en la boca, es mi madre, Anko Mitarashi, es una mujer policía que trabaja metiendo los traseros de feos criminales en la cárcel, usando sus habilidades ninjas, aprendidas en la academia de policía de Konoha. En realidad no son mis padres biológicos, ellos me adoptaron cuando yo cumplí los 13, estoy agradecido con ambos y no los defraudare nunca.​

- ¡Muévete, ya perdiste el autobús!-​

- ¡S…SI OKASAN!-​

Cuando mi madre grita como gata recién bañada, no es bueno discutir con ella, ni siquiera como una injusticia en la que tu único desayuno es sentarte respirar una vez y después salir corriendo como bruto tras el autobús (el cual te hacen perder a propósito para que corras y hagas ejercicio).​

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Comienzo a correr, veo como el auto bus se aleja de mi y comienzo a sudar como bestia de carga, no comer me hace daño y mi condición solo empeora, rayos, ojala mis mañanas fueran como las de mi amigo Choji Akimichi, ese tipo esta tan grande que me imagino que ha de comer como un rey.​

Neji Hyuuga me mira por la ventana del autobús y hace un ademan de burla, TenTen me mira con algo de lastima, pero esta desaparece cuando me tropiezo con lo que parece ser una cascara de banana y termino con mi cara clavada en el pavimento, cuando eso sucede, ella solo se ríe y muy fuerte.​

- ¡No es gracioso!- grite con fuerza.​

- ¡Si lo es!- respondieron Neji y TenTen riendo fuertemente.​

Despego mi rostro de la acera y me acaricio el ojo, al menos esta vez no está morado. Sí que es toda una desgracia para mí el tener que vivir en esta rutina, me levanto, desayuno aire, corro, me tropiezo con alguna fruta que algún inconsciente del reciclaje ha tirado por ahí y llego a la secundaria… es una porquería.​

Suspiro fuertemente y recuerdo en toda la habilidad de lucha y en la capacidad de mi padrastro y sensei. Con ello en mente, me pongo de pie y reinicio mi carrera hacia el colegio. En el camino, veo como los miembros de la pandilla del sonido, están tratando de romper una máquina expendedora de gaseosas, hay Kami mío, estos sujetos terminaran por destruir toda la bendita aldea.​

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Llego al colegio y me detengo al ver todo el lugar de reojo, es un gran edificio blanco de unos 6 pisos, típicas secundarias japonesas que todo el mundo ve en esos extraños dibujos animados que esos tipos hacen en Japon. Camine hacia la entrada del patio con una sonrisa en mi rostro.​

- ¡Lee!-​

Miro a mi derecha y encuentro a mis dos amigos, Neji Hyuuga (el geniecito) y TenTen (la machota). Neji era el presidente del colegio y el líder por excelencia de toda la secundaria, poca gente se atrevía a mirarlo feo o de mala gana, ya que acepto que mis habilidades en artes marciales son modestamente excelentes, pero las de Neji… te digo, ese es un tipo al cual quiero derrotar.​

TenTen era una amiga de la infancia, una chica abierta con sus sentimientos y que nunca dejaba que la pisotearan, muchos hombres le tenían miedo y muchas mujeres la odiaban, sus habilidades con las armas de cualquier tipo, sobrepasaban a las de todos los que estaban en el colegio, lo acepto, su puntería era perfecta.​

- ¿Listo para un nuevo día?- dijo TenTen.​

- Siempre listo- respondí.​

- Qué raro… ¿Dónde están…?-​

Antes de que Neji pudiera terminar esa frase, un ejército de al menos 100 tipos rudos, todos usando armas, equipos de lucha y alguno que otro estilo de pelea, salieron de la nada, todos gritando nuestros nombres y moviéndose rápidamente.​

- Ya que los querías ver- dije en voz baja.​

- Jajaja… nunca se dan por vencidos- dijo Neji.​

- Pero eso es lo divertido- respondió TenTen.​

TenTen chillo como tigre enfurecido y de su sostén saco un extraño pergamino, lo abrió y salto por encima de todos. Del pergamino, comenzó a llover un motón de palos de bambú que golpeaban a varios en la cabeza y en diferentes partes del cuerpo, podrán imaginarse el baño de sangre.​

Neji solo sonrió y puso sus manos juntas.​

- ¡Hake Kuusho!-​

De las palmas de sus manos, salió una gran ventisca y envió a volar a varios de esos tipos, el solo se arreglo el cabello y bostezo muy fuerte.​

Yo simplemente espere a que varios de esos sujetos se lanzaran sobre mí, sonreí y comencé a descargarles golpes a los costados, patadas a las espinas, puñetazos en la cara y en cualquier punto débil que encontrara, estos tipos cometieron un gran error al lanzarse contra nosotros de esta forma, son demasiados y no pueden atacar en conjunto, así que simplemente los elimino de cuatro en cuatro y termino limpiando la sangre de mis nudillos.​

- ¡Apresúrate Lee, no tenemos todo el día!- dijo Neji.​

- ¡Ya voy!-​

A diferencia de Neji y TenTen, yo no puedo usar esa cosa llamada chakra para luchar, debo usar solo mi condición física y habilidad de pelea para poder derrotar a mis oponentes, nunca supe porque ni me moleste en averiguarlo, simplemente no me importa. Le doy el último golpe al último pobre diablo que se metió en mi camino y este cae en el suelo, con su nariz rota y en un charco de sangre, lagrimas y sudor de sus aliados, los cuales están en tirados por todo el suelo, noqueados y casi muertos.​

- Bueno, vamos, llegaremos tarde a la clase de matemáticas- dijo Neji.​

Es de esperarse que los mas grandes luchadores del mundo deseen enfrentarnos, a nuestra corta edad, ya nos consideran los 3 “novatos” más fuertes del mundo, solo superados por el fantástico Gai sensei… pero es de esperarse, el es genial.​

- Lee-​

Me detengo en la entrada y miro al hombre que me ha llamado, es un tipo de mi misma altura, de cabello blanco y piel aun mas blanca, responde al nombre de Kimmimaro.​

- ¿Si?-​

- Buenos días-​

Esos “Buenos días”… ante los oídos de Neji y TenTen, son una proclamación amistosa, pero yo se que lo que en realidad quería decir fue: “espero tu reto”… no veo a Kimmimaro como un enemigo o como un rival, pero sin duda alguna, una tensión muy fuerte se ha armado entre los dos y cuando nos topamos en el mismo salón, se puede sentir como los demás sienten el peso de nuestra lucha interna.​

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Nombre: Choji Akimichi.​

Edad: 15 años.​

Habilidades: Un chico diestro en el uso del estilo de lucha del Sumo (es considerado mejor que el Yokozuna a su corta edad), tiene una misteriosa habilidad relacionada al uso del chakra y la grasa corporal, consiste en expandir cualquier parte de su cuerpo, haciéndolos rivales fuertes y difíciles de noquear. Comen mucho para mantener el nivel de grasa necesario para usar sus jutsus.​

Alias: Nadie se atreve a ponerle uno.​

Choji POV:​

Abro mis ojos lentamente… Kami… ¿Qué hora es?... me duelen hasta las pupilas y ese peso de los parpados se hace mas grande conforme escucho el sonido de mi despertador, justo a mi lado. Levanto la mirada y noto que el televisor aun esta encendido, pero la estática hace que se vea borroso, no debí quedarme despierto viendo el maratón de One Piece.​

- Choji, apresúrate, llegaras tarde-​

La voz de mi padre se escucha tan dura, a pesar de que él es una persona dulca y amable, para alguien que no ha dormido ni 5 nanosegundos de la noche, es como el taladro de un martillo eléctrico. Me pongo de pie y miro el reloj, solo faltan cinco minutos para las clases, es obvio que voy a llegar tarde otra vez, pero no le veo mucho problema, de todas maneras, con lo que sirven en la cafetería… ¿Quién querría ir a ese bodrio llamado secundaria?​

- Mmm… ¡papá, ya voy!-​

Me quito la camiseta que tengo puesto y me pongo de pie, piso algo de papel y al mirar abajo, noto que son mis comics de “Guerra Civil” y de “Deadpool”, me rio un poco por mi torpeza, lo recojo y lo pongo al lado de mis mangas favoritas (entre ellas, una llamada Naruko) y me voy caminando hacia la ducha… si… ya se lo que estas pensando: “maldito geek”.​

Como sea, entro en la ducha y me relajo, dejo que el agua me caiga encima y una vez fuera, trato de arreglar esa maraña de pelo que tengo en la cabeza, me tardo unos minutos pero lo consigo. Después bajo a la cocina y me siento en la mesa, hay tostadas, huevos, tocino, jamon frito, hotcakes, salchichas, tofu en salsa agridulce, cajetas y muchas cosas que hacen que de solo acordarme, me de hambre… me lo termino en cuestión de segundos.​

- Bueno, gracias por la comida, adiós-​

- Choji-​

Me detengo y miro a mi padre, el sostiene su periódico con el encabezado sobre un hombre pez que ataco a la policía junto a un tipo de aspecto de enfermo. ​

- Ya estas a punto de entrar en la mayoría de edad…el clan espera que busques una prometida pronto y te cases-​

La misma condenada revelación que mi padre me hace cada mañana, Kami sama… siempre odie el romance en los mangas y en los fics que hacían sobre mis manga… ¿Cómo espera que un tipo como yo se case a los 16 o 18 años?... es absurdo.​

- Se que piensas que es absurdo-​

¡¿Cómo lo supo?!... ¿es síquico?​

- Pero es una obligación de todo clan grande dentro de la aldea, los Akimichis debemos honrar esa noble tradición-​

Tradición… maldita tradición… ¡¿Por qué siempre lo mas incomodo me pasa a mi?!​

- Con eso en mente, quiero que te largues y busques una mujer que sea tu esposa y tenga tus hijos… ¡es una orden!-​

Trago saliva, estoy frito.​

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Una vez que esa profecía apocalíptica deja de resonar en mis oídos, salgo de mi casa y llego a la acera, ahí me espera mi mejor amigo, Shikamaru Nara. ​

Shikamaru es un tipo con una cabeza conforma de piña o escoba, como quieran verlo, es perezoso, dormilón, vago, aburrido, flojo… bueno, creo que ya entienden el punto. El tipo del cual hablo, esta precisamente dormido delante de mi casa, con su cabeza recostada sobre su mano derecha y sentado de piernas cruzadas.​

- Hola Shikamaru-​

- …-​

El sujeto abre sus ojos y me mira de mala gana, se pone de pie y se estira con mucha fuerza, hace un raro sonido de cansancio con su boca y pone su mano derecha en mi hombro, es su manera de decir hola.​

- ¿Qué rayos haces ahí dentro para que tardes tanto?-​

- Pues nada, solo escucho a mi padre decirme una que otra cosa- digo con un tono de voz no muy convincente.​

- Mmm…no será que te la estabas machacando con esas revistas “hentai” que tienes bajo tu cama-​

- ¡ya te dije que eso no era hentai, era…! un… libro… para aprender a… ¿dibujar fluidos?-​

- Aja… si claro, ni tú te la crees-​

Nos alejamos caminando, veo como la gran casa de los Akimichi se va perdiendo en el horizonte, llegamos a la mansión del tipo extraño llamado Orochimaru y le pasamos de alto, sin darle importancia a la extraña figura oscura que mira por la ventana… esperen un minuto.​

- Oye Choji, muévete, no queremos que el retrasado de Jirobo y su pandilla de imbéciles nos jodan el día de hoy-​

Jirobo… ese estúpido… se cree la gran cosa por ser uno de los campeones nacionales de Sumo del país del fuego, es un gran imbécil tal y como lo ha dicho Shikamaru.​

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Llegamos a la secundaria tras unos 5 minutos de viajes, llegamos 10 minutos tarde y recibimos una mirada de reproche de Ino Yamanaka, una amiga que conocí recientemente y por causa de Shikamaru, ya que el si la conocía de antes.​

- ¡¿Por qué demonios llegaron tarde?!... ¡ese tarado de Naruto me hablo, o sea, me hablo!-​

- ¿y que si te hablo?... no es la gran cosa, el y yo nos hablamos seguido y nunca me he vuelto más tonto por ello-​

- Que tu sepas Shikamaru, jeje-​

Por esa broma, me gano la sonrisa de Ino y la mirada de odio de Shikamaru, pero él se lo tenía merecido por haber dicho donde estaba escondido mi hentai. Bueno, para no molestarlos con la historia, entremos a clase y saludamos a los que ya estaban ahí, esperamos a que llegara el profesor de matemáticas, Kakashi Hatake y nos dormimos en cuestión de cinco minutos.​