Long-fic de Naruto - Secret [ItaSaku]

1. Primer encuentro.




La había observado por tanto tiempo. Por eso sabía que ella saldría de primera ante las campanadas de salida del colegio y que correría escaleras abajo para encontrarse con su novio mala conducta, que lo besaría y se montaría en la parte de atrás de la moto, dejando que su falda se subiese más de lo debido y arrancarían a perderse hacia algún sitio que no había tenido deseos de averiguar. Él se quedaba allí estacionado, esperando que su novia al fin saliera.

Anko vestida impoluta, con un traje hermoso que resaltaba sus curvas de forma elegante, abrió la puerta y subió al auto. Le dio un beso en los labios antes de comenzar a quejarse.

—Si tuviese un arma, más de un adolescente estúpido estaría muerto.

Él se rió antes de que el motor cobrara vida bajo sus pies y arrancara.

—Te he dicho que es mejor dar clases particulares.

—Lo he estado considerando —admitió mordiéndose el labio inferior—. ¿Qué tal fue tu entrevista?

—Mucho mejor de lo que esperaba, la verdad —sonrió ampliamente, algo poco común en él.

—¿A quién le darás tutorías ésta vez? —inquirió intrigada.

—A una chica de 17 años.

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Llegó a la casa, arreglándose el uniforme y asegurándose de que todo estuviese en orden antes de entrar.

—¡Mamá, papá! ¡Llegué! —gritó dirigiéndose directo a las escaleras que daban a su habitación. Se empezó a quitar la ropa en el momento que cruzó la puerta de su habitación, directo a la ducha. Necesitaba quitarse el olor a sexo de su piel. Se mordió el labio recordando lo que acababa de hacer con Sasuke sobre la moto en un callejón vacío, el agua comenzó a correr por su cuerpo, mientras borraba toda evidencia, excepto por uno que otro rasguño y rosetón por la brusquedad y el sitio, todo estaba perfecto.

Escuchó la voz de su mamá llamarla abajo, cerró la ducha, apresurándose en vestirse y sin molestarse en buscar algo muy elaborado, sólo unos shorts de gimnasia y un top sin molestarse en colocarse sostén.

Bajó las escaleras de dos en dos, hacia la cocina donde creía haber escuchado a sus padres.

—¡Sakura! —Su madre le lanzó una mirada reprobadora al observarla. Ella se volteó hacia su papá confundida, y se mordió la lengua al darse cuenta de que tenían compañía.

Su padre se aclaró la garganta antes de hablar, ciertamente también desaprobaba su improvisado vestuario frente a un visitante.

—Hija, te presento a Itachi Uchiha, él va a ser tu tutor para las pruebas de admisión en la universidad.

Ella asintió sin saber que decir, aquellos orbes serios y profundos la intimidaron, e hicieron que todo su cuerpo se tensara, incluso sus indefensos pezones a través de la delgada tela.

—Es un placer conocerla, srta Sakura. —Le saludó, extendiéndole la mano con cortesía—, espero que podamos trabajar bien juntos.

Sakura apretó las piernas ante el sonido de su voz, gruesa, mayor, profunda. Su cuerpo reaccionó como si no la acabaran de coger como una puta en un callejón.

—¿Comenzaremos hoy mismo? —inquirió preocupada. Sus padres se rieron ante el tono de su voz, él sólo le dio una media sonrisa. Los tres diciendo algo como: “Adolescentes”

—No cariño, mañana. Pero se te acabaron las salidas después de clases, debes venirte directo a la casa luego de clases. Él vendrá todos los días a las 3 de la tarde. Te da tiempo de bañarte y comer antes de comenzar —. Le explicó su madre, ella asintió, mientras toda la información comenzaba a procesarse en su cabeza.

—Yo debería irme, le dejé el plan de estudio a su padre, srta Sakura. Espero se prepare bien para mañana.

Oh.

Por.

Dios.

Sakura inhaló profundo, y asintió. Su padre lo acompañó a la puerta y su mamá terminó de servirle.

—Por favor, colócate una ropa más decente hija —. La reprendió.

—No sabía que estaba aquí. —Se defendió dejándose caer en la silla.

—Es mucho mayor que tú, pero es un hombre. Y sabes lo que pensamos tu padre y yo de ello, hija.

—Sí mamá —colocó los ojos en blanco—, me mantendré virgen para mi esposo, no te preocupes.

Su madre le dio un beso en la frente con cariño, orgullosa de la niña que habían criado.


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Espero te guste bb Insane

 

2. Descubierta.



—S-Sasuke no puedo —trató de resistirse, pero su novio la ignoró por completo tirándola sobre el sofá y colocándose sobre de ella—, tengo clases particulares.


—Aún nos quedan quince minutos. —Le subió la falda, acariciando su cremosa piel en el proceso. Tomó las pequeñas bragas hasta sacarlas por completo. Sakura suspiró en su cuello, sintiendo el calor de su erección al salir del pantalón y acariciar su entrada ya húmeda.


—Apúrate —ordenó, elevando ella las caderas hacia él, cosa que su novio no desaprovechó para enterrarse en ella por completo. Sakura le mordió el cuello para evitar soltar un gemido, sintiendo como él comenzaba a embestirla con facilidad, entrando y saliendo de su interior aprovechando la posición y el peso de su propio cuerpo para golpear duro y profundo. Se aferró a su espalda, sosteniéndose con fuerza de la camisa blanca y arrugada de Sasuke—. Sasuke-kun…


Dejó caer la cabeza hacia atrás con abandono, sintiendo como su cuerpo era tomado. El sonido del vaivén de sus caderas al chocar, y de sus propios fluidos abundantes ya cerca del clímax. Lo besó apoderándose de su boca mientras sus paredes lo exprimían mientras el orgasmo la llenaba. Él le mordió el labio con una sonrisa de suficiencia, mientras se salía de ella.


—Sin condón —explicó, subiéndose la cremallera—, me debes una buena por ésta.


Le dio otro demandante beso antes de salir de la casa, dejándola a ella allí, con las piernas abiertas y la falda arriba.


—No puedo decir que es una visión que me desagrade, pero, no creo que tus padres piensen lo mismo, ¿o sí, srta Sakura?


Sintió el corazón detenerse en su pecho al escuchar la profunda y elegante voz. El click de la cámara y luego la luz del flash le dieron la bienvenida al que sería su infierno personal.

La sonrisa detrás del teléfono logró ponerle la piel de gallina. Ella se puso de pie, reaccionando, bajándose la falda mientras todo su cuerpo temblaba en pánico.


—Pensé que era una niña virgen, señorita Sakura —Se burló, mientras sus ojos carmín la recorrían desnudándola.


—Mis padres son anticuados, pero, tengo mi novio. Por favor no le diga nada a ellos, no lo entenderían, se lo suplico… —rogó, poniéndose de piel. Itachi entrecerró los ojos, simulando que estaba pensando.


—Te daré una oportunidad, siempre le doy una oportunidad a mis estudiantes. —le sonrió tranquilamente, mientras se acercó al mueble y colocó el teléfono justo en el centro. Tocó la pantalla dándole a reproducir y comenzó a escucharse los gemidos y sonidos que hace apenas minutos atrás llenaban la habitación—. Inclínate a agarrarlo y detener el video.


Los ojos de Sakura se movieron del hombre frente a ella, y el mueble. El video avanzó atornillando sus oídos como gritos de una banshee.


—Quizás tus padres lleguen y sea ese video el que los reciba —dijo casualmente, con una sonrisa amable en sus labios.


Maldito… los labios de Sakura temblaron. Se volteó lentamente, inclinándose para pausar el video y si era rápida, borrarlo de allí. Todo su cuerpo tembló con anticipación, y las lágrimas intentaron brotar de sus ojos. Sabía por qué él le estaba pidiendo eso… sabía qué era lo que quería hacer con ella. Las manos en sus caderas sólo corroboraron lo que ella sabía.


El grito de Sakura hizo eco en la casa vacía.


—Estrecho, muy estrecho —comentó con aprobación, moviendo el dedo que había introducido dentro del ano de la chica.


—No, no, no… allí no. —Balbuceó, sintiendo como las manos de Itachi la mantenían firme donde estaba cuando intentó liberarse.


Él se dobló para quedar cerca de su oído, mientras seguía metiendo y sacando el dedo que ahora se movía con más libertad.


—¿De verdad creías que iba a meterme en el mismo sitio donde hace unos minutos tenías a otro hombre? De verdad eres una pequeña putica, Sakura. Y una niña inocente.


—No quiero, no quiero… Voy a gritar. —Le amenazó.


—Cuento con eso, querida —se rió con satisfacción mientras su dedo era reemplazado por su grueso y largo pene completamente erecto. Las lágrimas de Sakura comenzaron a caer una tras otra cuando la horrible presión iba incrementando a medida que Itachi empujaba hasta que su pequeño culo lo acogió por completo.


Sus manos de acero la mantenían firme, mientras ella lloraba con el dolor de ser tomada sin preparación.


—Shhh… shhhh...—la consoló mientras comenzaba a embestirla, haciéndola sangrar—. En unos minutos comenzará a gustarte. Pero recuerda, esto es lo que le pasa a todas las niñas mal portadas como tú.


La penetró una y otra vez echando la cabeza para atrás con placer, sintiendo cada rincón del culo de Sakura apretar su pene deliciosamente. La sangre actuó como lubricante y pronto se estaba moviendo cómodamente dentro de ella, que se sostenía del mueble para no caer mientras que lloraba. Su mano se deslizó hacia su clítoris, haciendo que ella se tensara, comenzó a jugar con e’l con sus dedos mientras seguía cogiendo su culo, pronto la humeda de la chica comenzó a escurrir por sus piernas, y el gemido involuntario salió de sus labios.


—No eres más que una cualquiera. Me estoy cogiendo tu culo, y aún así estás que te vuelves a venir por mí...—Le habló sucio, mientras su cuerpo empujaba contra el de ella que lo recibía gustoso contra su voluntad—. Te voy a poner a gemir como una perra.


Sus dedos bajaron hasta su entrada completamente aguada, deslizandose adentro sin dificultad. Sakura gritó, mientras el orgasmo sacudía todo su cuerpo, pero él no se detuvo, siguió golpeando en su interior, mientras sacaba los dedos chorreando y la nalgeaba. La piel enrojecida sólo la hacía arquearse más hacia él. Escuchó sus gemidos guturales, mientras todo su semen se derramaba y salía por su ano.


Se salió de ella, suspirando satisfecho, mientras agarraba nuevamente su teléfono en el momento que las piernas de Sakura se desmayaron y cayeron al suelo.


—Me gustó la primera imagen que me diste, pero me gusta más ésta última, con toda mi leche saliéndote del culo. —Se acomodó nuevamente el pantalón, subiéndose el cierre y arreglando su ropa—. Te recomiendo que vayas a bañarte y bajes para comenzar la lección, tus padres llegan en media hora, no creo que quieras que te encuentren en ese estado.


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—¡Estamos en casa! —La señora Haruno abrió la puerta, caminó directo al comedor donde efectivamente se encontraba su hija con su profesor, con los libros sobre la mesa—. Así me gusta verte cariño, estudiando. Gracias nuevamente Itachi.


—El placer es mío, sra Haruno. —Le sonrió amablemente el mencionado.