Explícito Searching for that power that don’t exist [Gakkou Roleplay]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Zireael, 30 Junio 2023.

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  1. Threadmarks: I. I don't wanna say that I'm God
     
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Título:
    Searching for that power that don’t exist [Gakkou Roleplay]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    5
     
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    5196
    Me fui a fijar en el calendario desde el día que empecé a hacer averiguaciones para esto (??) y me di cuenta que duré casi tres semanas escribiendo esta suerte de introducción, pero es que tenía muchas cosas que ajustar a la ida de olla monumental, upsies.

    Primera aclaración nada de lo que está aquí es canon y más de una cosa posiblemente no vaya a corresponder con lo que sí es canon dentro de Gakkou, en los fics o las interacciones que han habido hasta el momento, es decir, todo es un What if? inmenso. En cualquier caso el grueso del *brillitos* lore *brillitos* sí lo voy a tener presente, pero cosas que me podrían poner la trama muy complicada (la existencia de los fantasmas o las dinámicas dentro de Shibuya de la irish for example) no sé hasta dónde lo voy a sostener o no, porque en sí no planeo que sea un proyecto muy largo, porque sé que me va a consumir más neuronas que The Alchemist, Come on and collect us from the night y I been headed straight for the throne.

    Segunda aclaración, el prefijo de explícito lo mando más que todo para evitarme aclaraciones extra porque la trama de la que se desprende esto es dark as fuck por sí misma, no porque alguien vaya a follar apenas empezar el proyecto (?)

    Quise meterlo en The Alchemist (más que todo para asignarle una carta a Sasha) pero como van a ser varios capítulos, en teoría, se me iba a poner muy desordenado y preferí sacarlo completamente. Mientras me organizaba para venir a publicar quise usar para esto el sistema de arquetipos de Jung porque me gusta mucho, pero tenía que leer demasiado y cuando empecé a escribir esto era la 1 AM entonces no (?) Eso y que son doce arquetipos, cosa de que no creo llegar a usarlos todos ni en pedo, así que lo reservaré para otro momento, otro proyecto o si se me vuela demasiado la pinza aquí.

    Con eso dicho Gigi Blanche aquí está por qué te preguntaba lo de Sasha el otro día ajsdbeh (el otro día aka hace tres semanas, i insist). Al final no usé para el fic la canción que me mandó la epifanía brutal que fue esta Little Girl Gone de Chinchilla y fue más o menos cuando estábamos con la interacción del observatorio, creo? No sé, me saltó en Instagram en un vídeo random y lo que me mandó el flashazo fue: Little girl gone, got a gun from a gangster.

    Que me recordó (ya no me acuerdo cómo lo escribí tho) cuando Arata le dijo que él solo le estaba dando los cuchillos (aka la información) pero afilarlos dependían de ella. En fin, que a partir de ahí fui hilando un montón de ideas inconexas y terminé en un trip del que no pude salir. Me arrastré un tercio de mis pendejos, pero era para no pensar en gente nueva, sorry about that.

    Ah, perdón si en algún momento manejo mal a la niña o cualquier cosa, he pasado mucho tiempo sin escribir con personajes ajenos (de hecho con los tuyos creo que lo último que escribí fue cuando el festival, que Anna pasó a dejar a Ko como si fuese de Amazon dejando paquetes) y al retomarlo me da un poco de ansiedad, así que ahí me disculpas cualquier pelotudez. Anyhow, espero que igual lo disfrutes al menos un poco.

    Última anotación para decir que tiré una lista para elegir la canción entre algo de Bad Omens o Chase Atlantic Y OBVIO CAYERON LOS AUSSIES. No podía ser de otra manera iba a usar OHMAMI BUUUUT me fui al tema de canciones de ships y estaba SLIDE y me ofende no haberla pensando antes que otras, porque pasé por cuarenta canciones en este fic.

    Me disculpo por cualquier typo, pero ahora son las 3 AM sajdhej

    Holy fuck llevo aquí tres horas, me duele la espalda im old pero ya ahora sÍ

    Edit: El nombre del ficazo sale de Handmade Ego de TENDER





    [​IMG]
    .
    .
    .


    .
    slide,
    I can see the pain in your eyes
    I don't wanna say that I’m god, but
    I’ll take you to heaven if you die

    .
    slide
    I know that you’ve never been this high
    promise baby I’ll take you to heaven if you want it
    I’ll take you to heaven if you die

    .
    .
    .


    I

    I don't wanna say that I’m god


    .

    .
    Alrededores del Triángulo de Dragón
    Madrugada del 22 de junio, 2026




    La noche había caído sobre Tokyo hace horas, cerrando el cielo de un negro manchado de amarillo producto de los cientos de luces artificiales que cubrían la jungla de concreto. Los postes de alumbrado público combinados con las luces de neón hacían que las calles se mantuvieran claras incluso bien entrada la madrugada, dividiendo de forma nítida dos fracciones del mundo: el de las criaturas que pertenecían a la luz natural y las que no. Era sencillo para quiénes tenían interiorizado el sistema desde muy jóvenes.

    El cabello rubio, de color del heno, que disimulaba algunas de las canas prematuras que había comenzado a notar apenas entraba a sus veinte se agitaba ligeramente al ritmo de la brisa que se colaba por la ventanilla media abierta del coche y lo mismo ocurría con el pesado pendiente que colgaba en su oreja izquierda, hecho a mano por Rowan Ikari hace un par de años. El undercut que el joven mantenía desde su adolescencia si acaso era algo más prolijo que en ese entonces, lo suficiente para que se notara la tinta negra que discurría bajo el cabello, en el costado izquierdo de su cabeza: un kanji.


    Arashi.

    Tempestad.

    Había más tinta en ese cuerpo de la que ya había hace seis años, cuando apenas estaba terminando el instituto. Se notaba por la camisa a medio abrir cómo alcanzaba parte del pecho por las clavículas y corría con mayor intensidad hacia los costados del cuello en dirección a la espalda. El resto de la tinta la ocultaba un traje de sastre que realmente no podía costearse él mismo, pero que su superior inmediato le permitía y por esa gracia lo cierto era que la broma de mocoso criando en pandillas de que Arata Shimizu parecía un hijo de la yakuza cada día lucía más como una realidad. A veces los chistes de adolescentes se convertían en verdades para sus versiones adultas.

    Eran condenas o maldiciones, el inicio de una espiral sin fin.

    El tiempo había hecho cosas de lo más extrañas en varios de los antiguos alumnos de la Academia Sakura, era imposible negarlo. Los cambios habían sido lo bastante grandes para que la extensión de las sombras aumentara y la protección recíproca que estas podían brindar solo se volviera más poderosa, como un monstruo al que se alimentaba religiosamente para que nunca tuviese tanta hambre como para devorar a su supuesto amo. Después de todo el rubio lo sabía, ¿no? Que no había salida de ese mundo.

    Por eso le había entregado las dagas a Sasha Pierce y se mantenía cerca de ella como una piedra de afilar.


    El joven agitó la muñeca, despejando el camino para mirar el reloj plateado que descansaba allí y bufó por lo bajo al ver que pasaba de la medianoche. Su acompañante, un personaje de la misma edad y cabello rojizo con mechones negros erráticos, medio largo y peinado hacia atrás, lo miró de reojo y soltó una risa baja.

    Sin duda a Ikari le divertía la impaciencia de su Capitán, era casi adorable, pero comprendía su hartazgo porque se habían pasado todo el día de un lado al otro del corazón de Tokyo, pero prácticamente era su guardaespaldas y no esperaba menos de él. Con Sakai encargándose de otras cuestiones la tarea de ser la sombra del pelirrojo se transfería sin escalas a Shimizu, el Indicador de los antiguos chacales.

    —Llegaremos pronto, Honeyguide —murmuró Ikari desde el extremo derecho del asiento trasero pues el auto era conducido por un chófer de expresión estoica—. ¿Cansado ya?

    —Llevo cansado desde los putos trece años —contestó el susodicho con cierto hastío en el tono y al apoyar el brazo en la puerta del coche la luz que se colaba por la ventanilla le arrancó destellos a los anillos, de color bronce, que tenía en los dedos de la mano izquierda. Otro regalo de Rowan—. Vas a necesitar más para hacerme tirar la toalla. Si me pones bajo una guillotina es posible que te quiebre la cuchilla antes de que siquiera me cortes la primera capa de piel.

    Sure thing, big boy, sure thing —concedió el otro como si no fuese la gran cosa—. Luego de esto pasaremos a dejarte a casa, te lo prometo.

    ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Media hora? El rubio ya ni le llevaba el apunte a la cantidad de minutos que había entre un viaje y otro, tampoco a por qué Ikari andaba recorriendo todo el centro de Tokyo como si fuese un RPG con side quests. El Alquimista le había pedido que lo escoltara al barrio y él accedió como venía haciendo más o menos desde la mitad de sus diecinueve años, poco después de conocerlo en el recoveco que administraba por entonces, en Bunkyō. Habían pasado años de eso, Arata había cumplido los veinticinco hace algunos meses, Ikari también y la otra cabeza de la hidra, Torahiko, tenía veintitrés velas en el contador, cercano a añadir la número veinticuatro.

    Bunkyō seguía siendo una fuerza silenciosa, calmada y ordenada, pero Ikari había solicitado un Capitán para la otra decena de muchachos que no estaba bajo el mando de Byakko. Una cosa llevó a la otra, Shimizu terminó aceptando y luego el chico lo dejó a su lado. Tenía mano derecha e izquierda, una ahorcaba y la otra susurraba; el tigre le significaba control sobre las piezas erráticas y el indicador un flujo constante de información, de oro líquido. Era una versión bastante distorsionada de Odín y su par de cuervos, Huginn y Muninn.

    En Rowan Ikari habían confluido varias de las cualidades de los grandes líderes, pero con el desinterés de quien solo quiere vivir una buena vida sin que le toquen las narices. Desde la ilegalidad, mediante el miedo y la coacción, se evitaba preguntas, exigencias y casi cualquier cosa. Al acercarse a las personalidades correctas construía una reputación y se aseguraba un flujo de dinero e influencias importante, suficiente para sustentar su verdadera profesión sin ninguna dificultad. Era un poco extraño ver a un artista metido en ese mundo, pero nadie lo cuestionaba ya, a pesar de lo joven que era.

    Bajo esa lógica le había pedido a Arata que lo acompañara esa noche, al pelirrojo lo habían invitado a una charla de negocios con algunos de los grandes y siempre le gustaba acudir acompañado a cualquier lado, era mera supervivencia. Sobre todo porque sus movimientos a veces atraían ciertos ojos, de los que estaban más arriba en la jerarquía, y aparecían oportunidades alrededor del muchacho.

    Para que ascendiera por las ramas.

    O para sacarlo del camino.

    —¿Y bien? —preguntó Shimizu pasado un rato mientras giraba el rostro hacia la ventanilla—. ¿Vas a decirme a dónde tengo que acompañarte en pleno Chūō, Alquimista?

    —Ginza, un lugar refinado —resolvió su superior, revisando algunos mensajes en el móvil—. Por eso te necesitaba vestido como muñequito de tarta.

    —¿Querías un guardaespaldas bien vestido? Qué desperdicio de tiempo y dinero.

    —Todos tenemos segundos al mando, no todos los presentan como tales o los llevan a las reuniones, pero yo sí porque no gano nada haciéndome el rudo que puede con todo solo. Digamos que cumples una función doble, vas como socio y como guardaespaldas, algo que llevas haciendo desde hace mucho tiempo —explicó Ikari y golpeteó su propia pierna con el celular—. Entrarás conmigo, no hablarás si no te lo pido y te verás guapo allí, while you assert dominance. Byakko los molestaría a secas, se ha vuelto nuestro cazarecompensas, pero tú… La gente reconoce al Indicador de tu mano y el kanji en el costado de tu cabeza. Saben que trabajas bien y guardas buenas lealtades a pesar de tu pasado como carroñero, les darás confianza pero también tu presencia trazará una línea. Eres una carta de presentación, Honeyguide, de la forma en que elijo a mis patrocinadores para llamarlos de alguna forma. Además quien me convocó te conoce desde hace más tiempo del que debes imaginar, creo que será una noche de sorpresas y una que honrará a los que sobrevivimos a las pandillas de jóvenes hasta alcanzar algo más grande… o los que no pudieron escapar de ellas.

    Lo último dicho por el Alquimista fue críptico, ni siquiera pareció completar la idea y el rubio frunció apenas el ceño, demasiado cansado para preguntarle algo que aclarara el asunto. Igual sabía que no le respondería demasiado, Ikari compartía poca información vital cuando iba con un conductor a pesar de que seguro todos y cada uno firmaban acuerdos de confidencialidad; con el paso del tiempo lo paranoico de Sakai se le había pegado, pero era bueno a su manera. Eran gajes del oficio, podía decirse.

    Como Arata no preguntó la conversación solo murió allí, Rowan envió un par de mensajes y el rubio se quedó dándole vueltas a la información. Del tablero como lo conocía varias caras habían ascendido por el ramaje a su propia manera, otras se habían retirado antes de estar demasiado embarrados en la mierda, el resto habían muerto antes de los veinte y en consecuencia había otras piezas que eran nuevas. Las bajas de la yakuza no eran raras y cuando ocurrían, bueno, alguien debía reemplazarlos y los cupos se llenaban con rapidez, como si hubiera un montón de imbéciles en eterna Guerra Fría esperando porque un muerto les dejara un espacio por el que colarse.

    No eran más que un montón de buitres esperando que una res cayera por vejez, enfermedad o mandato divino.

    El viaje no demoró mucho más, el conductor se estacionó frente a uno de los grandes hoteles de Ginza y ambos jóvenes abrieron la puerta correspondiente para bajar del coche, cerrando casi al mismo tiempo. Ikari rodeó el auto, que pronto arrancó para perderse en el tráfico de Chūō, y se apostó junto a Shimizu que alzó la vista por el edificio que se alzaba hasta dar la sensación de que podía sacudir las nubes con las luces amarillentas y blancas que salían de algunas ventanas. El que había invocado a Ikari cagaba dinero, al menos eso le quedó claro al Capitán.

    —Tu primera pista debería estar aquí —murmuró el pelirrojo antes de comenzar a caminar hacia la entrada.

    —¿En la fachada de un hotel pijo? —preguntó el otro luego de bufar con molestia—. Eso describe a casi todos los diablos, si tienes el suficiente dinero puedes pagar el lugar, el servicio y lo que te salga de las pelotas.

    Honeyguide, cuidado con esa boca, sé que pareces inodoro cada que hablas pero te necesito bonito y educado —le recordó Rowan y el aludido soltó el aire por la nariz una segunda vez.

    Al final optó por quedarse callado, observó a Ikari hablar con la recepcionista dándole sus nombres y quién sabe qué más hasta que la mujer le dio algunas indicaciones. Acto seguido telefoneó a alguien, en cosa de un minuto apareció un joven de servicio pulcramente vestido y le dijo al pelirrojo que lo siguiera, quien antes de hacerlo llamó a Arata con una seña.

    El joven no pareció inmutarse ante las pintas de los clientes, o de al menos uno de ellos, y si lo hizo no lo dejó ver, entrenado como debía estar. Los guió con calma hasta el ascensor, presionó el botón a uno de los niveles medios del edificio y guardó silencio todo el trayecto, algo que también hicieron los dos personajes que escoltaba. La suave música del elevador los acompañó hasta su destino sin que una sola alma detuviera al aparato y al llegar a su destino las puertas se abrieron dando espacio a un pasillo extenso, cubierto por baldosas con módulos geométricos de tonos ocre. Las paredes de un blanco hueso se alzaban, altas, interrumpidas solamente por las puertas de madera maciza y algunas pinturas que a los ojos expertos de Ikari parecían originales de algún artista que emulaba el viejo arte tradicional japonés. La ola de Kanagawa podía observarse al fondo del pasillo, que terminaba en una intersección.

    El mozo que los había guiado se hizo a un lado para indicarles que podían avanzar y apenas abandonaron el ascensor, que se cerró tras ellos cuando el empleado se retiró, una de las puertas a su izquierda se abrió lentamente. El sonido que atrajo la atención de Shimizu fue el de un tacón al encontrar las baldosas, agudo y firme, pero apenas detalló la silueta que acababa de salir una risa floja se le escapó del centro del pecho.

    La cascada de vino tinto cuidadosamente peinada rebotó cuando la joven giró el cuerpo en dirección a los invitados y cerró la puerta tras de sí, atenta a no hacer ruido. El vestido que le cubría el cuerpo, negro sólido, le quedaba como un guante y ella lo sabía, incluso había adelantado la pierna que se escapaba por la extensa abertura de la tela en un movimiento fluido que se coló con los demás. Mantuvo una expresión de muñeca hasta que la puerta estuvo cerrada, momento en que sus facciones se suavizaron al reparar en ambos, pero sobre todo en el rubio y avanzó hacia ellos hasta alcanzarlos.

    No había cambiado demasiado desde sus dieciocho años, no a ojos de ambos chicos.

    —Alquimista, ¿me explicas por qué no sabía que nuestra estimada dama estaría aquí esta noche? —exigió Arata sin apartar la vista de ella.

    —Porque no lo sabía, campeón —respondió, dándole un golpe liviano en el hombro.

    —El patrocinador de la noche quería el circo, maroma y teatro —concedió Pierce, estirando las manos para tomar al rubio por las solapas del traje—. No nos dio la lista de invitados tampoco, hon, pero es bueno verte. Vestido como todo un caballero además, igual que cuando te dignabas a ponerte bien el uniforme o mejor.

    La joven lo atrajo hacia ella aprovechando la movida para dejarle un beso en la mejilla, fue dulce y contrastó con el tinte general de la reunión pero bastó para relajar los gestos de Arata quien dejó salir el aire por la nariz, el gesto no cargó ni pizca del hastío que manejaba desde antes de que bajaran del coche. A la vez le rodeó la cintura con el brazo, ella reposó las manos en sus hombros y se balanceó suavemente, arrastrándolo en el movimiento.

    —¿Lo ves? No fue dinero ni tiempo desperdiciado —Se defendió Rowan de lo que había dicho Shimizu del traje en el auto, acostumbrado como estaba a la dinámica del par—. Imagina desentonar aquí, con nuestra estimada señorita. Sería un pecado capital si me preguntas.

    El comentario de Ikari le sacó una risa floja ambos, Sasha estrujó al rubio y él en respuesta deslizó la mano por su cintura, luego la bajó a su cadera y siguió hasta la abertura del vestido que dejaba su pierna al descubierto, todo lo que hizo fue darle un palmada ligera antes de desenredarse de ella por completo. Era comprensible, si tardaban demasiado el dichoso anfitrión iba a hacerse ideas extrañas y acabaría por reñirla, algo que ninguno quería que sucediera.

    —No sé qué tanto te vaya a gustar entrar ahí, cielo —advirtió la chica una vez tomó la delantera para guiarlos a la sala de la que había salido y suspiró—. Just saying.

    —¿Pero qué es el puto misterio que se traen? Primero Ikari y ahora tú.

    Podría haberle contestado, pero Pierce en su lugar volvió a colocarse la expresión de muñeca y decidió que la respuesta la diese la sala en sí misma, así que abrió la puerta mientras anunciaba la llegada de los invitados. Arata notó el cambio de tono, también la forma en que su cuerpo se movía y aunque habían pasado años no dejaba de sorprenderlo la manera en que se adaptaba a lo que los diferentes espacios, a lo que los hombres allí más bien, querían recibir. Era una forma de control distorsionada a cagar, pero funcional sin dudas.

    Ya lo había dicho Rowan a sus diecinueve años. El poder que ostentaban las mujeres en el mundo de sombras era maravilloso y peligroso a partes iguales.

    Cuando Shimizu volvió el foco de atención al salón como tal reparó en la extensa mesa de madera que estaba dispuesta en el centro de la pomposa sala de reuniones, había varias siluetas dispuestas alrededor, pero la que sus ojos detectaron primero fue la que estaba en la cabecera. La figura delgada resaltó de inmediato.

    El cabello rojo como la sangre estaba cruzado por hebras blancas aquí y allá, en pequeños cúmulos que creaban mechones delgados de canas, pero las ondas enmarcaban un rostro que parecía significativamente más joven de lo que era el susodicho y resaltaban los ojos de aspecto indiferente a pesar de su tonalidad de resina tibia. Su hijo no estaba presente, pero quienes los que lo conocían sabían que con cada año que pasaba las figuras se amalgamaban con más insistencia hasta comenzar a fundirlos.

    El dragón había escupido dos corazones al suelo en dos lapsos separados de tiempo.

    —Agradezco su invitación, señor Dunn —dijo Ikari a la vez que hacía una reverencia y con eso interrumpió el tren de pensamiento de Arata—. Como siempre también le doy las gracias por la amabilidad con que patrocina a mi madre desde que yo era un niño.

    Sasha había seguido su camino hasta el fondo de la sala donde tenían a otro mozo preparando bebidas, el joven le había hecho una seña y ella atendió para recibir un vaso de whiskey en las rocas. Fue a depositarlo frente al hombre que ya estaba en sus cincuenta y tantos, él no le llevó el apunte pero sí lo hizo otro de los que estaban en la mesa que la llamó para que, en apariencia, volviera a tomar asiento a su lado pues allí había una copa de vino frente a una silla vacía. La muchacha atendió, pareció retomar una charla en murmuros con el tipo en cuestión y el viejo Dunn no se distrajo un ápice.

    Al hijo de puta se la traía floja el mundo entero mientras nadie se metiera con él y su trono invisible.

    Alrededor de la mesa por lo menos otro par de idiotas estaban acompañados por otras muchachas como Pierce, extranjeras y estúpidamente guapas. No había nada demasiado raro en eso, era la costumbre de algunos de esos tipos y nadie les quitaría su privilegio. Las elegían, las tomaban como accesorios y despilfarraban en ellas la vida miserable que vivían, ajenos a la luz que existía más allá de la oscuridad del invernadero que no abandonarían nunca.

    Algunas plantas, sin embargo, eran mucho más eficientes que otras.

    —Tu madre hace un trabajo espléndido con sus galerías, hijo, no hay nada que agradecer. Toma asiento, tú también Honeyguide.

    Cuando se refirió a Arata este conectó con sus ojos, eran idénticos a los que él conocía más de cerca pero irónicamente tan distantes en comparación que le resultó extraño, pero que lo hiciera reparar en él también lo ayudó a atender al resto de personas en el espacio. Detrás de Dunn estaba apostado un tipo de cabello oscuro y facciones toscas, tenía rasgos orientales pero revueltos con algo más, sus ojos eran oscuros y almendrados, pero desencajaban un poco con sus facciones.

    Era la mano derecha del viejo.

    Mad Wolf.

    Al lado izquierdo de la mesa, inmediatamente después de Dunn padre, estaba sentada la única silueta femenina que no estaba en carácter de acompañante y el relámpago albino que cruzaba su flequillo la delató como la hija de Shiro Minami, Yuzuki. Llevaba un vestido de corte chino de tonos púrpura y la melena negra recogida en una coleta alta, dejando los tatuajes de los costados de su cuello al descubierto. El que quedaba directo a la vista de Arata y Rowan era el kanji de Ginshō, bastante simpático teniendo en cuenta que a su lado estaba sentado su dichoso General, con los gestos tensos y la cicatriz del rostro resaltando en semejante ambiente.

    Otro segundo al mando, esa noche todos se habían traído los llaveros.

    Los restantes, los que estaban acompañados por alguna de las muchachas compañeras de Sasha Pierce eran diablos menores en comparación, Arata ubicaba las caras y sabía que no eran piezas importantes. El plan que estaba forjando Dunn correspondía con las características que había mantenido la irish mob por más de veinte años, eran una fuerza formidable pero se mantenían bajo las partidas de los grandes de la nación, observando el caos que orquestaba la yakuza frente a sus ojos.

    Eran la sombra de una sombra.

    Había grandes monstruos involucrados, pero tantos otros eran insignificantes en la gran pantalla. De hecho era posible que la misma Sasha no estuviese allí solo por caprichos de algunos de los viejos involucrados, que hubiese algo mayor gestándose en uno de los estómagos de la bestia y todo fuese el farol más grande la historia en mucho tiempo.

    —¿Puedo preguntar a qué se debe el honor, señor? —preguntó Rowan mientras tomaba asiento frente a Yuzuki y su General.

    Arata siguió sus pasos, observó de reojo al idiota que había tenido la suerte de pagar por la compañía de Pierce y pronto tomó asiento junto a Ikari. Sintió unas cuantas miradas encima, posiblemente de los desconocidos, pero las ignoró y mantuvo la atención en el que era el padre de uno de sus amigos.

    Uno que no tenía ni puñetera idea de dónde estaba ahora o si sabía lo que hacía su progenitor.

    —Tengo una oferta para los que están aquí presentes, Alquimista —contestó el hombre haciendo una pausa breve para darle un trago al whiskey que le había alcanzado la pelirroja, luego de hacerlo carraspeó y alzó la voz. Su tono fue firme, no perdió la suficiencia que lo caracterizaba y aquel dejo de creerse la última botella de agua del desierto, pero sonó menos suave que de costumbre—. Las señoritas pueden retirarse ahora, agradezco que nos acompañaran mientras esperábamos que nuestros últimos invitados se liberaran de sus responsabilidades para que se presentaran aquí. Afuera las esperan los dos coches que las trajeron, que ya saben pertenece a sus propios asociados y no a mi persona.

    Una a una tres chicas en total se levantaron de sus correspondientes asientos con ciertos segundos de diferencia, cerraron sus interacciones de formas absolutamente profesionales pero adaptadas a cada infeliz y cuando Sasha hizo lo propio, despidiéndose del tipo en cuestión, el sonido casi imperceptible de su silla atrajo la atención del viejo Dunn. Sus ojos indiferentes se posaron en ella y volvió a hablar, esta vez con el tono impasible de siempre.

    —Señorita Pierce. —La llamó y aunque fuese posible que el hecho de que se refiriera a ella por su apellido de forma directa la descolocó, lo disimuló sin ninguna dificultad, detuvo sus movimientos y esperó por lo que el hombre tenía que decir para saber cuándo podía partir con sus compañeras—. Usted es parte de la reunión, de lo que tengo entendido ha estado asociada con el Alquimista y Honeyguide por años, ¿me equivoco, jovencita?

    —No, señor —respondió ella, serena, ni siquiera titubeó al sostener la mirada del líder de la mafia irlandesa y de hecho el comentario que soltó después tuvo intenciones de ser una suerte de broma sutil—. Me temo que nos hemos relacionado desde que estábamos en el instituto.

    El tinte del comentario consiguió arrancarle una risa bastante floja al hombre que agitó la cabeza suavemente y miró a Shimizu un instante antes de volver a la joven, al rubio una tensión bastante importante le dejó los hombros tiesos pero no se movió ni dijo nada. Dunn repasó a Sasha con la vista pero en su mirada no había nada de lo que relucía en la de la mayoría de los tipos de su calaña cuando la llamaban, de hecho no había mucho en general, y al volver a sus ojos fue como si siguiera midiendo su capacidad para sostener el contacto visual con él.

    Ella no cedió en ningún momento.

    —Tome asiento junto a sus compañeros entonces —añadió señalando la silla libre junto a Honeyguide con un movimiento de mano. La última muchacha estaba llegando a la puerta, el hombre la llamó y le habló antes de que se retirara—. No deben esperarla, los servicios de cada una ya fueron debidamente pagados. Estos dos muchachos velarán por la seguridad de esta chica antes que la propia, les aseguro que volverá sana y salva a su hogar al final de la madrugada.

    La chica no respondió, solo asintió con la cabeza y se retiró de la sala cerrando la puerta tras de sí. Al mismo tiempo Sasha rodeó la mesa, sus tacones repicaron en el suelo a un ritmo estable y finalmente tomó asiento junto a Arata, ajustando el vestido para poder acomodarse en la silla, entre esos movimientos disimuló el siguiente en el que depositó la mano un ínfimo instante en el muslo del rubio. Fue una señal, una pregunta o una exigencia, puede que todas a la vez.

    ¿Qué está pasando?

    Shimizu apoyó las manos en la mesa y guardó silencio, pero la forma en que tomó aire fue una respuesta en sí misma que dejaba claro que él tampoco lo sabía, pero sobre todo fue una acotación de que acababa de comprender que antes de su llegada el viejo ni siquiera había adelantado a los demás. ¿Cuánto tiempo habían estado allí esperándolos? ¿Una hora? ¿Dos, quizás? ¿Qué coño había hecho Reaper todo ese rato, cazar moscas con la boca abierta?

    No, los estuvo observando.

    El maldito desgraciado había creado una cámara de Gesell y no se había molestado en colocar el vidrio que lo separaba de ellos.
     
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    Zireael

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    6335
    Solo Dios sabe la cantidad de paronazos que tuvo este capítulo y me disculpo públicamente por ello (?) Primero que la uni, después que estuve donde mi tía y me lo tomé como un momento de desconexión y luego que de plano me quedé atascada con las ideas que tenía pero no sabía cómo ordenar. En fin, que por este tipo de cosas dije que iba a actualizar lentísimo memuero

    Todavía hoy le añadí como 800 palabras (?) Me disculpo por cualquier typo, cursiva o lo que fuese que se me pasara. Cuando posteo estas cosas por lo general ya las leí tantas veces que empiezo a saltarme cachos y se me vuelan a la verga algunos detalles. No sé ni qué tan largo quedó al final asbdehj

    Gigi Blanche Anyways, que al final se me va en puro building de la cosa casi por completo, pero es trabajo honesto. Creo que no tengo aclaraciones particulares, además que decir que el título del capi sale de Anarchy de Delta Heavy ft. Everyone You Know (aka los del refix de Play God que es un temón y usé hace un vergo de tiempo en el fic de Arata y Altan comiéndose). Iba a usar esa canción aunque no me terminaba de calzar, hasta que me aventaste PARANOID el otro día y me oxigenaste la neurona, thank u for that


    Extra: se me fue el inter a medio postear esto y tuve que conectar mis datos a la laptop porque ni Dios ni el diablo me van a detener. Fuck el tercer mundo tho




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    .
    .
    .


    .
    got a twenty-inch blade, God forgive me if I sin
    did it once, I might do it again
    devil looking at me sideways
    seven eyes staring through the driveway

    .
    baby, one more line to go
    she just hit the ground and now she's lying on the floor
    the blood is dripping down my throat
    I can hear them knocking, I got demons at my door just

    .

    I'm paranoid
    I'll take the gun right out the safe
    put it up against my head and blow my brains 'cause I'm paranoid

    .
    .
    .


    II

    We're old enough to know better


    .

    .

    La sala se había sumido en un silencio digno de una morgue, de hecho lo único que lo rompió fue el sonido del mozo encargado de las bebidas que comenzó a llenar vasos con agua fría antes de acercarse para repartirlos uno a uno en cada asiento, incluso a los que tenían bebidas desde antes de que Arata y Rowan aparecieran. El joven aprovechó el acercamiento para anunciar que podían pedir algo más si lo deseaban, momento en que el viejo Dunn los observó, silencioso, y asintió con la cabeza para darles a entender que todo salía de su bolsillo.

    Arata se desinfló los pulmones, con el silencio respirándole en la nuca, y le pidió al tipo lo mismo que estaba tomando Dunn padre y Rowan se sumó a la comitiva. La siguiente voz que se alzó fue la de Minami, sedosa, que ordenó un sake y le dijo al joven que rellenara la copa de vino que había dejado Sasha en el puesto que había ocupado antes.

    Los pedidos se completaron con eficacia, pronto cada bebida estuvo frente a quien correspondía y otra vez el silencio le martilló la cabeza a Shimizu, que siempre había parecido incapaz de quedarse callado más de cinco minutos sin colapsar, pues se negaba a escucharse a sí mismo. Sasha se anticipó al hecho de que el rubio abriría la boca para cagarla, volvió a llevar la mano a su muslo y le dedicó una caricia vaga que consiguió distraerlo de lo que sea que hubiese tenido intención de decir. Esa misma pausa provocada por la interrupción de la pelirroja en el tren de pensamiento ajeno le dio margen de reacción a alguien más.

    —¿Debo asumir que es una propuesta de negocios, señor? —preguntó Yuzuki, terriblemente formal a pesar de que seguro aborrecía a Dunn tanto como cualquier otro diablo.

    —No podría ser de otra manera, señorita Minami. Por eso si quieren renunciar deben hacerlo ahora, porque después deberán comenzar a firmar papeles de los que ya conocen —respondió y entrelazó los dedos de las manos frente a él, esperó por si alguno quería retirarse pero permanecieron en sus asientos—. No soy más que un hombre de negocios, eso lo saben ustedes, la yakuza y hasta Dios. Puede que la única característica que compartimos todos los que estamos sentados aquí sea esa, buscamos dinero por un motivo u otro y hemos llegado hasta aquí porque este mundo ha sabido proveer de una forma en que la luz nunca pudo hacerlo. Minami, conocida por la yakuza de bajo rango como Masaru, ¿no? Por años te dedicaste a… ¿Tráfico de sustancias? ¿Venta de drogas a menores? ¿Apuestas intermitentes? Supiste usar las discotecas de Roppongi a tu favor y las dominaste.

    La lista que hizo Reaper hizo que Yuzuki soltara el aire por la nariz, relajara la espalda en la silla y estirara la mano para probar el sake. Paladeó el licor, no respondió nada y sostuvo la mirada del cabecilla de la irish mob en el momento en que asumió que seguiría hablando. El resto de los presentes también se bajaron un trago de alcohol, adelantándose a la posibilidad de que el viejo les fuese a enlistar toda la hoja de delincuencia a cada uno.

    El hombre siguió observando a Minami unos segundos, luego desvió la vista a su segundo al mando y parpadeó con lentitud. Sus ojos de resina, cálidos, escanearon a Turusuke como si quisieran sacarle fotocopia y solo después habló.

    —Tu segundo al mando lleva sangre Harima en las venas, eso por sí solo tiene peso también. Que yo sepa está entrenado para la guerra real, no la de las calles, pero sigue aquí —argumentó para luego deslizar la vista al trío conformado por Ikari, Pierce y Shimizu; las reacciones de cada uno variaron entre la calma, la confusión y la molestia pero se quedaron callados—. El trío de los metales es curioso por sí mismo. Ikari relevó a su hermano mayor en el control de Bunkyō y mantuvo el barrio en orden desde entonces, Shimizu así como Minami se desprende de la costilla de Chiyoda y se ha dedicado a la venta de información, objetos robados y cuchillos desde hace mucho… La señorita Pierce entró por el portal como dama de compañía y supo sacarle provecho, inició la sociedad como la conocen. Las imitaciones de Rowan circulan por todo el Triángulo desde hace tiempo, ha sabido confundir a catadores de gran categoría… Intuyo que el flujo de dinero es inmaculado.

    La pelirroja se reacomodó en la silla, cruzó una pierna sobre la otra y no rompió el contacto con Shimizu que ahora le servía de distracción a ella también. Dunn tenía más información de la que le concernía, la ponía nerviosa a pesar de que todos esos infelices eran iguales entre sí y se valían de eso, de los datos que recababan, para evitar que los individuos se movieran demasiado. Era una estrategia vieja como el universo mismo y nunca perdía su efecto.

    Todos los hijos de puta disparaban arpones como si cazaran ballenas en mar abierto.

    —¿Y los desconocidos? —preguntó Yuzuki animándose a interrumpir al anfitrión mientras miraba hacia uno de sus costados, donde estaban los tres tipos que no eran parte de la planilla clásica—. Me parece que usted es una persona precavida como para meter aquí a cualquiera.

    —Necesito mano de obra, por decirlo de alguna manera —atajó el hombre desviando la atención un segundo a los aludidos, parecían ser más jóvenes en comparación a Pierce, que era la menor, y en líneas generales tenían pinta de no estar tan metidos en la mierda. Lucían relativamente limpios, vaya, pero seguro era puro teatro teniendo en cuenta que las compañeras de Sasha y ella misma habían estado a su lado hace apenas un momento—. Lo más seguro que pude conseguir, sin duda. Son contactos de Swallowtail.

    ¿Hijos de algunos grandes de la yakuza, quizás? Ni idea.

    —¿Sabe dónde se metió Cay? —preguntó Arata de inmediato, ni siquiera lo filtró, y él asintió con la cabeza—. Lleva meses perdido en algún punto del Triángulo.

    —Perdido es una palabra exagerada, Honeyguide. El niño simplemente es un nómada, hará su comeback cuando le dé la gana, como siempre —contestó el hombre sin demostrar ninguna emoción respecto a su hijo—. Permanecer estático nunca fue una de sus cualidades y luego de tantos meses en la sombra posiblemente encienda todos los reflectores de Tokyo en cualquier momento. Te aconsejo que no te pierdas el espectáculo, seguramente le partirías el corazón.

    Sonaba a que lo tenía cronometrado, ¿no? El famoso comeback del que hablaba no era suyo ni por asomo pero lo mencionaba cómo si supiera cuándo sucedería y era que por improbable que fuese que los resentimientos del pasado se hubiesen arreglado, ambos Dunn eran criaturas de vicios muy particulares y como tales a veces podían llegar a acuerdos, tomaban una pausa en su guerra para aliarse y lanzar pólvora al cielo en un recordatorio de que los conflictos les importaban más bien poco, pero querían ser observados de todas formas.

    Este mundo decidió ignorarme, decían.

    Ahora entenderán que el error fue suyo.

    Exactamente lo mismo podía decirse de los individuos alrededor de la mesa, en mayor o menor medida, la parte de que eran criaturas de vicios. No estarían allí en caso contrario y Dunn padre lo sabía con tal certeza que los había llamado a sabiendas de que no rechazarían su oferta, no de primera mano por lo menos; ya eran lo bastante maduros para entender que merecían algo mejor en sus vidas, que ya habían sido pisoteados suficiente tiempo y entendían que este mundo oscuro y manchado no era lo que habían deseado sus versiones más jóvenes, pero era lo que había. Sin embargo, tenían la juventud justa para que los fines justificaran los medios.

    Era eso lo que aprovechaba el viejo, lo había hecho desde que él tenía la edad de los mayores de esa mesa.

    —Decía sobre la oferta, señor… —habló Sasha por fin, alzando una suerte de bandera blanca entre el fuego helado de Reaper y la tormenta eléctrica de Arata, que ya se había activado con la respuesta que había recibido respecto a su amigo.

    Yuzuki respiró con cierta pesadez, a su lado Ginshō había comprimido los gestos con algo más de fuerza, los desconocidos parecían mudos y Liam bebió antes de atender a nada más. Para el cuento de que la astilla nunca caía lejos del árbol lo cierto era que el árbol en cuestión reaccionaba demasiado poco como para ser comparable con la astilla, pero de todo había en la viña del Señor. Igual la frialdad del tipo era de señalar, seguro le estallaba una bomba C-4 al lado y el cabrón no reaccionaba.

    Cuando regresó el vaso a la mesa echó la espalda hacia atrás en la silla, apoyó el codo en el reposabrazos y volvió a mirar a los presentes. Luego de tomar aire se dignó a comenzar a hablar por fin.

    —En realidad son dos ofertas más o menos separadas, depende de cómo ustedes, los implicados, deseen verlo. —Se corrigió a sí mismo, serio—. Logré hacerme con dos locales amplios en Chiyoda, luego de años de negociaciones con la yakuza y sus peleas por un territorio que al final dejaron morir… Acordé con los viejos oyabun, los que quisieron tomar Chiyoda en los tiempos de Yako y las generaciones de chacales anteriores, que si mis inversiones en el barrio tenían éxito un porcentaje les pertenecería, pero no reactivarían el tablero en tanto mis negocios estuviesen funcionando. Es decir, no podrán meter pandillas de críos a funcionar en Chiyoda, permanecerá intacto y limpio de sangre, como lo quería el nieto del Dragón, pero volverá a producir dinero para mí principalmente y para ellos en tanto me dejen tranquilo, como hicieron en Shibuya hace más de veinte años y a lo que accedieron en menor medida al dejarme ramificar mi negocio en los barrios en tanto no amenazara sus respectivos reinados.

    —¿Y solo acceden? —preguntó Ikari, confundido.

    —Hace falta labia, dinero y cierta cuota de desinterés por las guerras de los viejos clanes para poder negociar con ellos. Es equiparable a un bardo que se mete a beber con los soldados, digamos, obtiene cosas de ellos y ellos de él, pero no se trata de una figura bélica en lo más mínimo. Dunn ha sabido usar eso desde que comenzó a mover a los irlandeses radicados aquí en Japón —explicó el General junto a Yuzuki aún con la molestia en la cara, aunque quizás esa era su expresión de siempre—. Ha demostrado que no quiere superarlos ni luchar por su territorio, solo quiere dinero y un lugar seguro para su sangre aunque esté en medio del campo de guerra. Si le permiten conseguirlo no luchará contra ellos, si no a su favor, después de todo las fuerzas necesitan recursos, ¿o me equivoco?

    —Para nada, Ginshō. Fue una explicación bastante acertada —confirmó el hombre—. El punto es que tengo el espacio físico y el pase de la yakuza.

    —Pero tiene un pub en Chiyoda, Yako lo usaba de cueva —apañó Shimizu cuando logró conectar neuronas.

    —La existencia de ese pub es previa a los chacales de Yako e incluso anterior a la generación que, muy posiblemente, crió a tu padre apenas un par de años antes de que tú nacieras —respondió Dunn sin cambiar de expresión—. Era de mi padre y es el único local que se limita a, bueno, servir alcohol, comida, aceptar músicos underground y observar las partidas de póker de los ancianos nostálgicos. No apuestan más que los cinco mil yenes que les sobran cada noche, así que el sitio no reporta ganancias resaltables y a la yakuza le da lo mismo en tanto siga así. Nació limpio y morirá limpio. El muchacho Kurosawa solo aparecía allí cuando necesitaba hablar algo y no quería que fuese a los cuatro vientos. ¿Algo más que quieras saber, Honeyguide?

    —Puede continuar, señor —dijo Rowan evitando que su Capitán siguiera escarbando en la mierda de antes de que ellos hubieran nacido.

    —Ambos espacios están en los alrededores del Hibiya que la mayoría ya conoce bien, cerca del hotel Imperial además. Son ubicaciones maravillosas con buen flujo de personas, de extranjeros y locales de los que manejan buen capital —continuó hablando y comenzó a tamborilear la mesa con los dedos—. Uno es más discreto que el otro a pesar de eso y responde a necesidades diferentes y públicos distintos. Mi intención es abrir un casino de características premium, por decir algo, rozando la naturaleza de una casa de apuestas. La tapadera sería un bar refinado de los de toda la vida. Lo siguiente es condensar la labor de falsificación de joyas en un espacio físico donde se combinen con joyas legítimas y metales originales de Ikari, el dinero resultante que se reporte a las entidades financieras sería menos y el resto pasaría, junto al de la casa de apuestas, a una empresa fantasma.

    —Lavado de dinero en su definición más clásica, ¿eso lleva haciendo todos estos años? —Había sido Arata de nuevo, incapaz de quedarse callado, Sasha renunció a intentar pausar sus intercambios y en su lugar comenzó a absorber información—. Es bastante codicioso.

    —No estás equivocado en la pregunta ni en la afirmación, no. Eras malo en la escuela, ¿no, muchacho?

    —Era malo en todo —apañó Shimizu, brusco, ante lo que Rowan le dio un rodillazo por debajo de la mesa y Pierce casi se lo come de una mirada por estar tensando demasiado las cuerdas de uno de los grandes—. ¿Qué importa?

    —Que la escuela no estaba hecha para ti, eso es lo que insinúo. Vives en dos mundos siendo un paria en ambos, pero tus capacidades de lectura del ambiente y procesamiento de la información no memorística son, de hecho, bastante buenas —argumentó sin reaccionar al mal genio del rubio en lo más mínimo o fingió no hacerlo más bien—. Ves el mundo, lo fracturas y encuentras cada falla en donde puedas encajar el cuchillo para ser una molestia de forma premeditada, para estorbar, incomodar y mortificar. Usas una gran habilidad en un propósito mediocre.

    La forma en que construyó la frase hizo que Shimizu bufara por lo bajo y ambos sostuvieron miradas varios segundos, en silencio. ¿Acaso el infeliz insinuaba que se cobraba sus desgracias con absolutamente todo el que lo rodeaba? No le faltaba razón, pero decirlo era bastante innecesario.

    Sobre todo viendo la clase de padre que (no) era.

    El rubio sintió la mirada de Sasha encima, la chica lo conocía hace años, sabía sus manías y el problema general que tenía con la ley y las figuras de autoridad. Lo que acababa de decir Dunn sobre él no era un secreto para ella, pero era posible que fuese la primera persona que lo decía de manera tan específica y directa.

    —Era nuestro Capitán después de todo —soltó Yuzuki en un burdo intento de traer la conversación de regreso, pero Liam mantuvo los ojos puestos en Arata—. Es bueno en lo que sea que haga, aunque los medios sean cuestionables.

    Honeyguide sirve de ejemplo para la mayoría de los presentes, excepto quizás por la señorita Minami y su General. Grandes habilidades al propósito de fines que no sirven para la gran cosa, que no cambian el curso de sus vidas de forma real y solo les dan una sensación de control ilusoria —continuó el cabecilla irlandés sin inmutarse y ambos pelirrojos apostados a cada lado de Arata tuvieron que contener el impulso de comprimir los gestos, como si el jodido los hubiese abofeteado—. Lo que les ofrezco es una posibilidad verdadera para cambiar el curso de sus vidas. No me estoy haciendo más joven, las generaciones que me siguen tienen imperios que crear, heredar o usurpar y yo debo darle estabilidad a un monstruo que he criado con celo por poco más de dos décadas. Extenderé las ramas de Yggdrassil tanto como pueda y alimentaré sus raíces, a falta de un heredero formal que tome mi lugar.

    —¿Swallowtail no iba a-

    La pregunta la había hecho uno de los desconocidos, el más próximo a Yuzuki. La reacción de los socios fue casi idéntica, ambos pelirrojos y Arata miraron al extraño como si se le hubiese volado la pinza, Yuzuki no lo reprendió solo para no alzar la voz frente a Dunn padre, quien soltó un suspiro bastante hastiado. Fue la primera reacción medianamente emocional que le arrancaron, más allá de las risas de suficiencia, y no anunciaba nada bueno.

    —Cuidado con la información que consumes, hijo. Ninguna fuente confiable ha dicho que la mariposa tenga interés alguno en tomar las riendas de este negocio y sé de primera mano que nunca lo haría, que no es lo que quiere —respondió con firmeza—. Y si es un delirio personal porque lo tienes en estima, te aconsejo que lo corrijas si quieres trabajar para mí. Él te envió bajo su criterio, así que ajústate a los estándares.

    El joven se revolvió en la silla con cierta incomodidad, pero murmuró un "sí, señor" que sonó ridículamente sumiso. En comparación a cuando los idiotas estaban acompañados por las chicas que habían dejado el salón ahora parecían un poco a la deriva, frágiles incluso, algo que no pasó desapercibido para Sasha que conocía las manías de los hombres con una precisión que en otro contexto podía resultar extraño. De hecho la muchacha los repasó con la vista de la forma más discreta que le fue posible, solo para notar que uno tamborileaba los dedos en su regazo bajo la mesa, el otro traqueteaba la pierna suavemente y el restante tenía los ojos puestos en un punto muerto de la mesa, por sereno que pareciera.

    Vaya, con los aires que se daban antes.

    —Quiero cederle el control administrativo del casino a Minami y aunque no haya sido mi estilo, lo cierto es que Japón está lleno de viejos tristes que disfrutan de pasar el rato con jovencitas que en otro contexto no deberían ni mirar —comenzó a explicar Liam cuando todo el mundo cerró la boca de nuevas cuentas y al final de la primera parte miró a Sasha directamente—. La experiencia de la señorita Pierce sería vital para entrenar a un grupo de damas de compañía sin que ella forme parte necesariamente más que para clientes… particulares. Lo que mantendría funcionando el mecanismo de réplica, reemplazo y venta de joyas.

    —Quiere que endulce a los que tienen más dinero y despilfarran en nosotras —atajó Sasha, seria.

    La joven miró al cabecilla, sostuvo sus ojos de plata líquida contra el ámbar añejado del viejo y se mantuvo así. Tardó unos segundos, pero a él una sonrisa prepotente le alcanzó los labios y asintió con la cabeza sin prisa, encantado. Cuando Arata lo había llamado codicioso se había quedado corto, sin duda.

    —Es correcto. Allí entra en funcionamiento el segundo local bajo el mando administrativo del Alquimista, una joyería —explicó con calma luego de darle un trago al whiskey—. Ya no se trata solo de tomar joyas, imitarlas para reemplazarlas y venderlas al mejor postor. Vamos a venderlas nosotros al precio que nos deje una verdadera ganancia y vamos a mezclar originales con copias cada cierto tiempo. La clientela que no pueda diferenciar unas de otras nunca falta y esa, en esencia, sería la que nos interesa mayoritariamente.

    Todos los presentes habían escuchado las ofertas como si aquello fuese una clase dada por un catedrático y puede que realmente no fuese demasiado diferente. Liam Dunn tenía ya más de veinticinco años administrando esa clase de negocios a menor escala, repartidos como células en todo el territorio de la yakuza que nunca había aspirado a dominar en lo más mínimo, si podía hablar desde algún lugar era desde la experiencia.

    El despliegue que quería realizar parecía ser un intento por hacerle ver a la mafia nacional el error que habían cometido al no tomar Chiyoda luego de la muerte de Kurosawa y no haber alimentado los esfuerzos de los chacales restantes al pretender arrastrar a Altan Sonnen al tablero, algo que no había ocurrido finalmente. A ojos de Dunn era otro potencial desperdiciado, claro, pero la cantidad de información que el hijo del Emperador manejaba en sus bases seguía siendo de utilidad aunque el crío se mantuviese limpio.

    Era una réplica de la justicia al servicio ocasional de las sombras.

    El asunto era que los japoneses habían dejado un territorio pausado, ahora les mostraría lo que la tierra de Chiyoda era capaz de proveer todavía. Una pequeña pincelada de lo que se podía lograr con interés y algunas inversiones.

    —¿Para qué quiere a Arata y a los demás entonces? —Se atrevió a preguntar Sasha al ver que todos habían guardado silencio.

    —Seguridad privada por una parte, mensajeros por la otra —respondió mirándola y después sus ojos volvieron a Shimizu—. Pero más que todo necesito excelentes sabuesos en ambos locales, observadores constantes que sepan lo que pasa y cuándo. Shimizu estuvo asociado al dot&blue de Minato hace tiempo, ¿no? Incluso con esa cara tiene habilidades de atención al cliente ya, lo necesito intercambiándose en los locales de forma más o menos aleatoria. Que vea las caras, que escuche las conversaciones y resguarde la información… los otros tres serán extensiones suyas. Comenzarán a esparcir la voz de la inauguración de ambos negocios. Ya sabes cómo funciona, ¿no, muchacho? Serás el repetidor de esta red.

    —Exactamente lo mismo que hacía para Yako, sí —respondió el rubio bastante seco y cerró la boca por fin.

    —¿Y qué nos ofrece a cambio? —La voz que se alzó, firme, fue la de Yuzuki otra vez.

    —Un porcentaje de la ganancia que negociaremos otro día y una sombra.

    El peso de esa última palabra le tensó el cuerpo con particular peso a dos individuos: Sasha y Arata. Podía parecer una estupidez, pero se habían pasado bastante tiempo con el asunto de la sombra y la protección que ofrecía, la capacidad que tenía de atacar por ese mismo motivo. La dichosa sombra era lo que los mantenía unidos para bien y para mal, Arata se la había ofrecido a la pelirroja y desde entonces se negaba a retraer su figura para exponerla a la luz artificial de este mundo que podía quemarla hasta dejarla irreconocible. Era voluntario, claro, pero la penumbra de Honeyguide se había enredado en el cuerpo de la chica y se había negado a dejarla ir; ella, en compensación, había puesto a su alcance algo muy parecido, de naturaleza menos agresiva pero con el mismo objetivo: protegerlo.

    Era un espacio seguro, nadie lo cuestionaba, pero su naturaleza era siempre de dudosa procedencia por un motivo u otro. En este caso provenía directo de la boca del Infierno, surgía de allí y se expandía lentamente para cubrirlos de todo mal, era la extensión de un cuerpo físico que reaccionaba ante el peligro.

    Protegía y atacaba.

    Como un arma con sensor de movimiento.

    —¿Una sombra? —El tono dudoso de uno de los desconocidos sonó hasta extraño pero Reaper atendió.

    —Serán reconocidos como mis asociados y por ende la yakuza no querrá tocarlos, pues implicaría una guerra que ninguno quiere realmente, ni ellos ni yo. Serán adoptados por mi árbol, ni más ni menos, Minato y Bunkyō como barrios también recibirán esa protección por rebote. Negociaré una alianza con sus demonios específicos.

    —Minato no responde a ninguno de los oyabun —apañó Minami, molesta.

    —Bunkyō responde a la Kokusui-kai, la rama que fue absorbida por la Yamaguchi-gumi. No nos representa el oyabun directamente si no un kyodai conectado a él sin escalas entre tenientes.

    —Señorita Minami, bajo mi lógica eso la vuelve a usted la única autoridad que debe decidir cómo proceder. La autonomía de Minato le pertenece ya que los viejos siguen negándose a aceptar mujeres en lo alto de la estructura —completó Dunn luego de una pausa más significativa—. Respecto a Bunkyō, Alquimista, sé que la rama de Kokusui-kai es más calma que el centro de la Yamaguchi-gumi… Hablaré con el kyodai que los representa. Los altos mandos ya conocen cómo nos movemos los de Death Valley, muchos de los negocios pasan por los mandos más bajos sin demasiado problema por el mismo motivo. Con eso dicho…

    —Ya no podemos dejar este cuarto sin firmar los papeles —interrumpió Ginshō, con los brazos cruzados sobre el pecho.

    —No pueden, no —afirmó Dunn y alzó una mano para hacerle una seña a Mad Wolf, quien rompió postura detrás de él y fue a escarbar en un maletín que estaba al fondo de la sala para repartirle una copia a cada uno—. Es un acuerdo de confidencialidad que establece que no pueden mencionarle esta conversación a nadie externo al círculo, nombres, apellidos y apodos de cada uno especificados en el mismo papel. De hacerlo deberán pagarme más dinero del que han visto en todas sus vidas y créanme que sabré si abren la boca. Ahora son libres, si hablan… Me pertenecen. Se tirarán el resto de sus vidas pagando una deuda sin ver una sola ganancia. Tienen una semana para pensarlo mejor y tomar las decisiones que crean necesarias.

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    El aire que recibió a Sasha Pierce al poner un pie en la acera luego de esa reunión era frío, de hecho una ventisca venida de ninguna parte amenazó con cortarle la piel al impulsar la tela del vestido hacia un costado por la abertura de la pierna. Fue suficiente para que un escalofrío le recorriera la espalda, como un baldazo de agua helada.

    Arata había salido tras ella, pero se quedó unos pasos atrás y silbó para llamar la atención de Ikari, quien se había quedado adentro intercambiando algunas palabras con Minami entre el movimiento reducido de personas en el lobby. El aludido concluyó la conversación de forma cortés, se despidió de Yuzuki y su General con una reverencia y se retiró del hotel en el preciso momento en que un coche negro se detenía frente a Sasha.

    —¿Cortesía de Ro? —preguntó hacia Arata mirándolo con el rabillo del ojo.

    La vista de la muchacha se había alzado al cielo unos segundos, estaba manchado de naranja por las luces artificiales y no había una sola estrella visible. Al notarlo había regresado la mirada al frente, al flujo de vehículos, así que vio llegar el coche.

    Su pregunta alcanzó al objetivo, pero el rubio no respondió de inmediato y todo lo que alcanzó a Pierce fue el sonido casi perdido del rozar de la tela. Apenas unos segundos más tarde, el saco que Arata llevaba encima le cubrió los hombros y el joven consumió la distancia al auto para abrirle la puerta trasera.

    —Como siempre, amor. Entra, que de la nada se puso frío aquí afuera —apañó con suavidad desde el exterior mientras ella ingresaba al vehículo y buscó a Rowan con la mirada—. ¿Listo, boss?

    El chico se había distraído enviando un par de textos, pero pronto asintió así que Shimizu subió al coche y su socio le siguió, tomando el asiento delantero junto al chófer. El viaje transcurrió en un silencio bastante pesado, pero así como antes Rowan había hablado poco por la presencia de una persona externa al embrollo, ahora directamente tenía un papel firmado que decía que su culo le pertenecería a la mafia irlandesa si abría la boca.

    Ikari no era especialmente imprudente de por sí y Arata le guardaba recelo a Liam Dunn desde hace muchos años, romper un contrato con él no estaba en las opciones y Sasha ya había liado bastante con los acuerdos de confidencialidad como para querer faltar a uno con el cabecilla irlandés. En resumidas a cuentas a ninguno de los tres le quedaba estupidez suficiente en el cuerpo para meter la pata.

    La primera parada del chófer del pelirrojo fue frente a una torre de apartamentos en Shinjuku, no era ni por asomo una de las modernas pero tampoco era un chiquero. No sería la gran cosa, pero era lo que había podido permitirse Arata hace un par de años para salir de su casa y dejarle más espacio a sus hermanos menores, para que tuvieran cada uno su habitación desde que entraron a la universidad con becas.

    Shimizu suspiró con cierta pesadez, Rowan lo miró por el retrovisor y el rubio desvió la vista a Sasha que hasta entonces había estado cabeceando, pero se había espabilado apenas el coche se detuvo. Hubo una toma de decisiones silenciosa, fue más bien un intercambio de miradas, y unos segundos más tarde la chica asintió con la cabeza y Arata abrió la puerta.

    —Piénsenlo hasta mediados de semana, podemos reunirnos a conversarlo entonces —advirtió Ikari desde su asiento, sereno, pero luego se permitió una sonrisa—. Les recomiendo que descansen en vez de quedarse haciendo el tonto, pero cada quién se mata como quiere. See ya.

    That’s kinda rude, Ro —apañó Sasha mientras bajaba detrás de Arata—. Descansa, ¿sí?

    Al muchacho se le soltó una risilla, pero asintió con la cabeza y antes de que la pelirroja cerrara la puerta del coche Arata asomó la cabeza. El idiota tenía la sonrisa de siempre pegada en la cara y soltó la estupidez de turno.

    —No te preocupes, hombre. Seguro el tigrecito llega a hacerte compañía, no sería tu marido de lo contrario.

    En vez de enfadarse Rowan soltó una carcajada, negó con la cabeza y le hizo una seña a su socio para que cerrara la puerta de una vez. Lo cierto era que Shimizu estaba entrenado en tocar las pelotas, pero a él le importaba poco y más bien le daba risa nueve de diez veces, digamos que era el privilegio de todo bufón. Podía tirársela burlándose del rey sin consecuencias y ya.

    Arata cerró la puerta del coche, que arrancó de inmediato para llevarse al chico de allí, y volcó su atención en Sasha que estaba ajustándose mejor el saco sobre los hombros. Al verla se permitió una sonrisa algo cansada, pero sonrisa al fin y al cabo, antes de acercarse a ella y tomarla de la mano para entrar al edificio.

    En la recepción no había un alma, pero la luz estaba encendida y el teléfono timbró un par de veces antes de silenciarse. Ninguno le llevó mucho el apunte, siguieron caminando en silencio, subieron por las escaleras al segundo piso y el muchacho escarbó en el bolsillo con la mano libre hasta que dio con la llave.

    Al llegar a la puerta del apartamento abrió, dejó ir la mano de Sasha para que ella pasara primero y cuando la muchacha estuvo dentro él la siguió, cerró la puerta, le echó llave y la dejó en un mueblecillo que tenía en el pasillo que guiaba a la cocina. Era estrecho que daba gusto, pero al menos la habitación, la cocina y el pequeño salón eran un poco más amplios en compensación.

    La pelirroja caminó, el traqueteo de los tacones se abrió paso por el silencio del espacio, y su cuerpo giró en la primera entrada a su derecha: el salón. Ni siquiera dijo nada, sabía que él la seguiría y así fue; las piernas le reaccionaron en automático, llegó al salón unos segundos después que ella y la vio quitándose el saco de los hombros para dejarlo en el sofá, viejo que daba gusto. Había encendido la luz al entrar.

    Arata siguió sus movimientos con la vista, observó la piel de sus hombros, el cabello que caía en bucles desde el peinado y la silueta de su cuerpo en el vestido. Fue cosa de un instante, se acercó a ella y rodeó su cintura con la mano desde atrás, antes de hacerla girar en su dirección. La tontería la hizo sonreír, se dio cuenta cuando sus ojos se encontraron y ella estiró los brazos para rodear su cuello.

    —¿Estás bien, cielo? —preguntó ella casi de inmediato.

    Él soltó el aire por la nariz, pero antes de responder comenzó a marcar un vaivén suave, en una suerte de baile improvisado. Las piernas de Pierce reaccionaron, dejándose llevar, pero no apartó la mirada del rostro del chico y esperó con la paciencia que la caracterizaba a su alrededor. La luz blanca enfrió los tonos del cabello rojizo de Sasha un poco más, dándole un tinte casi violeta, e hizo lo mismo con los ojos de Arata haciendo que el marrón se volviera casi negro.

    —Estoy cansado, eso es todo. Llevo dando vueltas con Rowan desde la tarde y luego tuvimos que ir a meternos allí —respondió mientras repasaba sus facciones y subió la mano por su cintura hasta afirmarla entre sus omóplatos—. ¿Tú estás bien? El viejo es… pues un dolor en el culo.

    —¿Qué vamos a hacer? —soltó ella de inmediato, a la vez que recostaba la cabeza en su hombro. No respondió a la pregunta como tal, pero Arata tomó sus movimientos como una señal de que también estaba agotada—. ¿No es algo demasiado grande? Que el bar, que las damas, que las joyas y las ventas. Dicen que el que mucho abarca poco aprieta.

    —Por eso el hijo de puta está relegando tareas. Si quiere darle el control administrativo a Yuzu, a ti colocarte a entrenar a las chicas y a Rowan a producir, lo que él va a hacer es más bien poco. Pues eso, que para él no es la gran cosa y para nosotros es un huevo.

    La reflexión la dijo en un murmuro, sonó casi a secreto y Sasha inhaló profundamente, dándole vueltas. Había hilado ideas mientras le dedicaba caricias en la espalda, suaves, como si fueran una distracción para ambos y cuando terminó giró el rostro para darle un beso en la frente, lo que hizo que ella cerrara los ojos unos instantes.

    —Lo que sale mal una vez, no sale mal dos veces —susurró Arata cuando separó los labios de su piel, eran las palabras que habían repetido hace seis años en el observatorio del Sakura, antes de empezar a trabajar con Ikari—. Dios quiere que hagamos su trabajo una vez más.

    En un chispazo de lucidez o de cansancio, la muchacha renunció a la posibilidad de tomar una decisión de forma inmediata o de pensarlo mucho más a esas horas. Despegó la cabeza del hombro ajeno, también aflojó los brazos alrededor del cuello y posó las manos en las mejillas de Arata, lo acarició primero, lo hizo con un cariño inmenso, y acto seguido buscó sus labios. El beso fue lento, profundo y la onda de calor que lanzó sobre sus cuerpos tuvo el poder de silenciar el desastre en el que estaban metidos.

    Callarlo, sí, porque nunca podrían abandonarlo. Era ese u otro, no había manera de salir, ya no.

    Embrasse le chaos, mon chéri.
     
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
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    27 Agosto 2011
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    Escritora
    Título:
    Searching for that power that don’t exist [Gakkou Roleplay]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    7167
    Otra disculpa por la tardanza, osi osi. Será tradición *c muere*

    Lo que es la esencia del fic, o lo que dejé para el final más que todo, ya lo tenía bien marcado en la cronología mental que tengo de este mess (?) desde que me propuse a escribirlo, cuando hice las primeras averiguaciones. Lo demás está auspiciado por Gigi Blanche que me permitió meterlo aquí y al final se quedó como el centro del capítulo porque imagina no usar alto drama. Cuando empecé a escribir el capi lo pensé de una manera (más que todo las reacciones de mis pendejos) pero sobre la marcha me fueron hablando, me hicieron cambiarlo y la cosa quedó así, bueh, que hay un huevo de libertades narrativas alrededor de la cosa central. No digo más porque alto spoiler JAJAJAJA

    Para el grueso del fic usé la canción que puse, de ahí sale el título también, pero a lo largo de idk digamos el climax (?) la fui intercambiando con
    All I Wanted de Paramore y Ozone de Chase Atlantic. Al final igual todo me despedazó mucho el corazón, entonces quedó Flower Face porque siempre que lloro lo hago con Flower Face what can i say, pero mientras escribía esto le puse atención for real a Ozone y me hizo trizas jsjsj así que voy a combinar los lyrics de ambas.

    En medio hay otra canción colada de la que mantuve su letra en el idioma original porque si no me hacía ruido. se ve medio raro pero meh.

    Con Arata conecto en pocos momentos, su personalidad en general me resulta insoportable, pero cuando lo alcanzo, cuando los cables conectan, me hace pedazos. Lo sentí cuando le dejaron la foto en el casillero, su furia y su miedo, la incapacidad que tiene de darle forma real al afecto que le guarda a las personas. Lo cierto es que lo odio por necesitar de tales descargas de terror para arrancarse del papel del bufón porque yo misma requiero de esa violencia para despertar de algo que se le parece a la catatonia. El caso es que llegué a la conclusión de que no es una buena persona, pero tampoco es tan malo como yo misma lo imaginé en un principio. De alguna manera Sasha me ayudó a hacer las pases con la imagen difusa que tenía de Arata cuando lo saqué del background de Altan y en momentos como este, que me siento a escribirlo aunque no sea narrando desde su perspectiva como sí lo hago al rolearlo, lo agradezco profundamente.

    En fin, nada más que añadir. Dejo el tochaco, llevo dos horas aquí god save me




    [​IMG]
    .
    .
    .


    .
    I want the parts of you
    you only show to the corner of your bathroom mirror

    I want the parts of your hand grenade heart
    that beat slowly with anger and fear

    .
    She told me she loved me, but I do not deserve your love
    I put me above you and honestly I think I fucked it up
    I don't know why

    .
    I want your quiet, your screaming and thrashing
    the salt on your lips and the hands that God gave you
    and I want your violence, your silent sedation
    your moon eyes, your telescope, morbid fixation

    .
    I wish I was more of a man
    I know you don't understand
    I am your lover and I am your jailor


    .
    .
    .


    III

    I am your lover and I am your jailor


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    Apartamento de Arata Shimizu, Shinjuku
    Madrugada del 22 de junio, 2026




    Por la ventana de la habitación se colaba la luz amarillenta del poste de alumbrado público más próximo, una de las persianas había quedado entreabierta y el haz tuvo la precisión para alcanzar los ojos de Arata. Quedaba poco para el amanecer, la noche estaba en su punto más oscuro antes de que el sol se alzara por el horizonte y había pasado si acaso una hora desde que habían caído rendidos.

    El muchacho comprimió los gestos con molestia, adormilado, y al final la condenada luz fue lo suficientemente necia para hacerlo abrir los ojos. Lo primero que vio fue el origen de la molestia, lo siguiente el techo del apartamento, blancuzco, y finalmente la hora en un reloj digital en el mueblecillo frente a la cama, daban casi las cinco de la mañana.

    Vete a saber si era culpa de la luz en la cara o de la charla con el viejo Dunn, pero apenas abrió los ojos se dio cuenta de lo espabilado que estaba para la hora que era y maldijo en voz baja. Su mirada siguió paseándose por la habitación hasta que finalmente fue a dar a la cama, al espacio junto a él, donde descansaba el cuerpo de Sasha. Su respiración pesada y lenta era constante, dejaba claro que seguía en el quinto sueño y aunque una parte ínfima del rayo de luz le rozaba el cuerpo no era suficiente para interrumpir su descanso.

    Dormía de costado, cubierta a medias por la colcha, pero hacia el lado de Arata y por ello el muchacho pudo repasar sus facciones con calma. El cabello caía hacia el lado contrario, el del borde de la cama, pero algunos mechones se le habían revuelto en la cara y la poca luz que se reflejaba en ellos, que no era tan intensa al no alcanzarla directamente, los hacía ver como hilachas rojizas.

    Kaoru Kurosawa de vez en cuándo hablaba del hilo rojo. Una hebra carmesí que unía a aquellos destinados a encontrarse, podía enredarse, pero no reventarse ni cortarse.

    El rojo era el color del destino.

    Shimizu giró el cuerpo lentamente, lo suficiente para poder descansar en su propio costado, y estiró la mano izquierda hacia la chica, sus dedos acariciaron la cascada de vino tinto con cuidado para no despertarla. Ella se removió apenas bajo su tacto, pero su respiración no cambió y el muchacho continuó observándola en silencio.

    Bajo la penumbra de la habitación las imágenes se amalgamaron, le sucedía de vez en cuándo y era una mierda compararlo con los flashazos traumáticos de los soldados en el campo de guerra u otras cosas, pero sucedía. Sucedía y no podía hacer mucho por detenerlo. No estaban allí, pero pudo ver las marcas en la piel de su cuello y los incontables cortes, pequeños pero prácticamente infinitos y el estado en el que la habían dejado.

    Sobre esa ilusión, aunque más bien debería llamarla alucinación, se superponía también la del año anterior a ese evento, en el instituto, la de la foto quemada y las palabras con marcador escritas sobre su piel. Un evento era más violento que el otro, pero en los recuerdos del muchacho ambos se habían revuelto, chocaban entre sí y se negaban a desaparecer. Eran como la visión de un féretro, como si le hubiesen puesto un contador sobre la cabeza que se encargaba de recordarle los días que le quedaban en este mundo.

    A veces el número parecía lejano y otras, como esas dos, había descendido hasta alcanzar un solo dígito de golpe.

    La imagen superpuesta le aceleró el corazón dentro del pecho, le regresó el miedo al cuerpo y tuvo que parpadear varias veces para intentar desvanecerla. Su mano se mantuvo en el cabello de la muchacha, fue una suerte de ancla, y se concentró en la calidez que se desprendía de ella y la suavidad de los rizos para tener un punto de conexión con el mundo. Era lo que le había dicho Yuzuki que hiciera si los pensamientos irrumpían, así podría lograr mantenerse atado al presente y lo que sí estaba allí. Al hecho de que no importaba lo que había pasado, ella seguía viva.

    Sin embargo, las manos ajenas sobre el cuerpo de Sasha nunca desaparecerían y esa era la verdad.

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    Alrededores del santuario Fukutoku, Nihombashi, Chūō
    Alguna fecha de 2021



    La llamada pilló a Tessa Myska terminando con un cliente que había sacado cita en la madrugada, como era usual, justo cuando estaba colocándole al tipo la membrana que ayudaría al tatuaje a cicatrizar sin problema. Concluyó eso, se excusó con él y se apartó un poco para poder atender el teléfono.

    —Myska. Dig-

    —No hay tiempo. Tengo que llevarla a un lugar seguro, a Pierce, ella me hizo llamarte a ti. —Hubo una pausa ínfima en las palabras del desconocido, apenas para pasar saliva—. Dime la dirección.

    Tessa no estaba hundida en el mismo mundo que ellos, no a esa profundidad al menos, pero conocía el olor del azufre y al escuchar esas palabras la peste le alcanzó el fondo del cerebro como el hedor de un cadáver. Sus músculos se tensaron de pies a cabeza, pero vomitó la dirección del estudio inmediatamente y el desconocido colgó dejándola completamente perdida. Conocía a la chica hace un año, había seguido pasando a saludarla fuese con Arata o sola, era buena… era buena.

    ¿Por qué necesitaría un lugar seguro a mitad de la noche?

    El miedo que le asoló el cuerpo pronto mutó, giró sobre sí mismo y le mordió la yugular con violencia. Eran mujeres al final del día, lo eran y por horrible que fuese admitirlo se trataba de una condena de muerte. Podía haberle pasado de todo y las opciones eran cada una peor que la anterior. Esos pensamientos tuvieron la fuerza para detonar una molestia inmensa, un hastío incontenible, y se volvió hacia el cliente luego de haber dejado caer el brazo con el que sostenía el móvil a un costado de su propia silueta.

    —Pagas mañana, por transferencia. Fuera —dijo con firmeza, pero el idiota no se movió y la observó extrañado—. ¡Fuera!

    El tipo recogió sus pertenencias a velocidad, vio a Tessa como si tuviera monos en la cara y dejó el estudio prácticamente corriendo. La puerta se cerró tras él dejando a la joven sola, rodeada por las paredes rojizas y el sonido distante de la música saliendo de los altavoces de la computadora. No tardó en comenzar a dar vueltas por el espacio como un animal encerrado, incapaz de abandonar los barrotes tras los que lo mantenían cautivo.

    Con cada paso que daba su cabello seguía el impulso del movimiento, como un látigo que no encontraba su objetivo, y sus músculos no hacían más que seguir anudándose sobre sí mismos. En algún punto recordó que tenía los guantes de látex puestos todavía, se los quitó sin cuidado alguno y los lanzó al tacho de basura, pero tenía el pulso afectado y fueron a dar varios centímetros más allá. De haberlo notado habría soltado una maldición en voz alta, pero había seguido girando alrededor del espacio como una ruleta. Una donde el disparo todavía no golpeaba ninguna sección.

    ¿Cuántos minutos pasaron? ¿Diez, treinta? ¿Una hora o dos? No pudo saberlo, el flujo del tiempo parecía haberse vuelto alquitrán y avanzaba tan lento que fue imposible para ella calcularlo, ni siquiera pudo intentar averiguarlo contando canciones pues había dejado de prestarle atención a la música de fondo y en algún momento YouTube pausó la reproducción automática, dejándola con el ritmo acelerado de su corazón como única compañía. Sin embargo, el sonido del timbre le activó todo el cuerpo y prácticamente se lanzó sobre la puerta, la superficie se quejó ante el peso que le cayó encima y la muchacha tuvo dificultades para abrir de inmediato, a pesar de que estaba sin llave.

    Escuchó el coche cuando se fue, apenas unos segundos más tarde luego de que pudiese abrir, pero el alma le cayó a los pies al ver a Sasha Pierce en el pasillo, inconsciente y en un estado que no anunciaba nada bueno. El pánico la asoló, sintió que iba a irse de boca al suelo, pero se mantuvo en pie, arrastró a la chica dentro como le fue posible y cerró la puerta, recostándola en la pared contigua al darse cuenta que no podía levantarla sin hacerle más daño.

    Al enderezarse la miró desde allí, trató de oxigenar la mente y unos segundos más tarde recordó las menciones sueltas de Yuzuki Minami en las conversaciones con Arata. Ella había tatuado los kanji de su cuello y la camelia de su espalda, así que tenía el número.

    ¿La chica estaba estudiando medicina? ¿Era así? Daba igual, era la única esperanza que tenía, la madre de los perros salvajes era la única que podía acudir con la inmediatez necesaria.

    .

    El rugido de la motocicleta que consumió el silencio de la callejuela fue incluso más fuerte que el del motor de Arata, Tessa lo sintió vibrar en el cuerpo y en las paredes del estudio como el preludio de un terremoto antes de asolar la tierra. Anunció la llegada Minami, quien subió la escaleras corriendo y estaba por tocar la puerta cuando la castaña abrió dejándola pasar de inmediato.

    No hubo saludos, no hubo preguntas, Licaón se precipitó sobre Sasha en un parpadeo, dejando un maletín al costado de su cuerpo. Hizo una primera revisión, quiso asegurarse de que no tuviese una contusión que hiciera que seguir moviéndola fuese un peligro y fue cuando lo notó.

    Las marcas en el cuello.

    —Intentaron matarla —murmuró, repentinamente furiosa.

    —¿Qué?

    —Intentaron matarla, Tess. Llámalo —ordenó de inmediato, pero antes le hizo una seña para que la ayudara a levantarla—. En la camilla que usas para tatuar, es lo más limpio que hay.

    Entre las dos consiguieron levantar a la pelirroja para recostarla con cuidado en la camilla cubierta por papel limpio y plástico, Minami no pasaba del metro con sesenta y cinco y Tessa no tenía demasiada musculatura a pesar de ser más alta, ninguna hubiese podido sin la otra. La pausa que hizo Yuzuki en las acciones que seguían fue para colarse en el apartamento de Myska, la puerta estaba abierta también, y lavarse las manos hasta los codos para volver y colocarse unos guantes de los que usaba la mayor para tatuar.

    —¡Llámalo, Tess! —insistió cuando retomó la tarea de revisar el cuerpo de Sasha, ahora a profundidad—. Esta chica está bajo su absoluta protección, si algo le pasa… Si algo le pasa y él no está aquí no tienes idea de qué tan mal pueden ponerse las cosas.

    —Hay que llevarla al hospital —murmuró la castaña, su voz estuvo a nada de quebrarse—. Si intentaron m-

    —¡Llama a Arata, Tessa! —ordenó Minami alzando la voz, fue suficiente para hacer que la tatuadora cerrara la boca, reaccionara y marcara el número de Shimizu con dedos temblorosos—. No podemos llevarla al hospital, la persona que vino a dejarla aquí sabía eso. Mierda, es solo una niña. ¡Es solo una niña!

    Los eventos volvieron a fusionarse, la voz de Minami adquirió el mismo tono que había usado un año atrás mientras atendía las heridas que la paliza de Sugino había provocado sobre Altan Sonnen. Había angustia en su timbre y aunque hacía uso de su conocimiento como tantas otras veces el dolor que le causaba era demasiado evidente. Conocía las manías de los demonios, de los monstruos que pretendían dominar el Triángulo y todo el territorio a su alrededor, pero eso… La sangre de una chica que nunca debió alcanzar ese fragmento del mundo era un pecado capital. Un crimen imperdonable.

    Era una injusticia, una demostración absoluta de la desdicha que los rodeaba.

    Si algo le pasaba Arata iba a morir intentando cobrar su vida.

    Era el mismo que había investigado por meses, que había recabado toda la información posible para sacar la duda de que la muerte del mayor de los Kurosawa había sido ordenada por la yakuza. No descansó hasta que pudo entender que los demonios no habían tenido nada que ver, que había sido un desafortunado accidente. Si algo le sucedía a Pierce repetiría el proceso, esta vez completamente seguro de que habían manos físicas, culpables materiales, que le habían arrancado a alguien de los brazos. Acabaría en la misma fosa que ella, pero pretendería probar la sangre de su ejecutor antes, justo como había intentado ahorcar al inglés y a la rubia consigo.

    Era esa la clase de persona que era.

    Las manos de Yuzuki trabajaban con velocidad y precisión, completamente desconectadas del estado de su mente, porque bastaba echar un vistazo para darse cuenta de que estaba conteniendo el llanto a duras penas. La joven que estaba revisando no solo había estado por ser estrangulada, directamente la habían torturado por un motivo que se le escapaba y luego qué, ¿la habían salvado por los pelos? ¿Se habían arrepentido? La habían dejado en un sitio donde, por suerte, podían atenderla, ¿pero y si no?

    Arata, ven ya mismo.

    ¿Qué coño quieres, Tess? Tengo sueño.

    Ven ya. Es… es Sasha, tuve que llamar a tu amiga. A Minami.


    La conversación entre Shimizu y Myska la alcanzó como venida de otro mundo, lejana, y cuando la mayor soltó la bomba el silencio que quedó al otro lado de la línea fue tan pesado que por un segundo casi detuvo los movimientos de Yuzuki. Arata no era imbécil, no cuando se trataba de las personas que apreciaba por lo menos, escuchar el apellido de Licaón en la misma oración que el nombre de la pelirroja lo dejó congelado.

    Yuzuki era como los cuervos en un campo de guerra. Aparecía porque había sangre derramada.

    Un presagio de muerte.

    Tessa tuvo que terminar la llamada, escuchó el movimiento al otro lado del teléfono, las maldiciones en voz baja y la carrera apresurada del chico. Al rubio ni siquiera le dio el cerebro para colgar, pero la desesperación que se proyectó a ella en cada ruido que escuchó le partió el corazón y le dio al botón rojo mientras giraba el cuerpo hacia la camilla en que Minami atendía a Sasha. Le había descubierto la piel a cómo fue capaz, con cada trozo que quedaba a la vista el dolor que le provocaba solo notar lo que le habían hecho crecía y a la vez Tess pudo jurar que en el cuerpo de Yuzuki, a pesar de lo menudo que podía llegar a parecer, se gestaba una ira tan cruda, tan visceral, que le estaba agarrotando las extremidades aunque seguían funcionando. Daba la sensación de que quería arrancarse la piel a jirones y gritar, pero se mantenía firme.

    Hablaba de Arata, de lo que haría si a la niña le pasaba algo, ¿pero ella?

    Su cuerpo no lo soportaría, no sin reventar.

    Ninguna de las dos fue capaz de llevar un conteo del tiempo, pero el segundo rugido de un motor rasgó el silencio de la noche y siguió cargando el cuerpo de Yuzuki como una batería pegada a los cables. Los pasos que se escucharon afuera, o más bien la carrera, fueron pesados, violentos, y la escena anterior volvió a repetirse. La castaña abrió un segundo antes de que Shimizu se lanzara como un salvaje, de hecho la apartó con toda la fuerza del cuerpo y Myska tuvo que sujetarse de la puerta para no caerse, ni siquiera pudo reclamarle.

    Ella los había visto, por Dios. Lo sabía mejor que nadie.

    Minami evitó la suerte de correr el mismo destino porque se apartó en automático, todo su sistema estaba funcionando de esa manera y apenas escuchó que Arata irrumpía en el estudio cambió de lado. Había seguido limpiando los cortes con cuidado, eran demasiados como para correr el riesgo de que alguno se infectara, y aunque la chica ya se encontraba estable la imagen no era agradable, para nada.

    Fue cuestión de que los ojos del muchacho encontraran el cuerpo de su amiga para que todo el color de su piel se desvaneciera, se puso blanco como un papel y las piernas le fallaron un instante. Si algo caracterizaba a Arata era su capacidad para seguir moviéndose como un torbellino cargado de fuego y electricidad, pero había eventos particulares que tenían la fuerza suficiente para detenerlo, para anular sus corrientes de aire y convertirlo en un cascarón lleno de pánico. Para volverlo un mocoso asustado y frágil.

    La muerte de su Yako.

    Y el contador sobre la cabeza de Sasha.

    —Sujétalo —dijo Yuzuki de repente sin detener sus labores, haciendo que Tessa la mirara confundida—. Sujétalo o saldrá corriendo y tendremos suerte si lo encontramos para el mediodía.

    A la castaña la pregunta se le quedó atorada en la garganta, porque apenas unos segundos antes Arata comenzó a retroceder con movimientos rígidos, automatizados, y no tuvo tiempo para pensar en nada. Myska se había quedado cerca de la puerta luego de que Arata se la llevara en banda, había quedado entreabierta, así que cuando percibió el retroceso de Shimizu lo primero que hizo fue lanzar el cuerpo para terminar de cerrar la salida.

    El rubio se volteó con intenciones de salir pitando, Tessa prácticamente lo tacleó entonces y apenas él percibió la fuerza ajena se revolvió como un poseído, absolutamente fuera de sí. Maldiciones fueron y vinieron en el japonés hosco de Arata y el ruso casi olvidado de Myska; cuando el chico estuvo por sacársela de encima de una hostia ella estiró el brazo para poner distancia. El forcejeo hizo que la espalda de Arata encontrara la puerta ahora cerrada y cuando Tess se preparaba para seguir con el desastre con tal de no dejarlo irse lo escuchó.

    El sollozo quebrado que le surgió del pecho.

    Toda la fuerza le abandonó las extremidades entonces, apartó a la mayor como pudo ya no porque quisiera irse, fue que no soportó el tacto ajeno sobre él, y se llevó las manos al rostro en un burdo intento por ocultarse. Tessa lo miró a través de su cabello alborotado como si fuese un extraterrestre, conocía a Arata desde que era un mocoso con cara de viejo, desde que apenas llegaba al metro con sesenta y ocho; pero en todos esos años no lo había visto derramar una lágrima. Aparecía sin dormir o sin haber comido, llegaba luego de la muerte de uno de sus mejores amigos, se tatuaba por diez horas seguidas y no decía una palabra, absorbía sus tragedias y las usaba de combustible para ser lo que era.

    Pero se había fracturado.

    ¿Había querido irse para que no lo viesen así?

    —Hace diez años hizo lo mismo —empezó a explicar Minami, absolutamente desconectada—. Cuando Kao murió él llevó la noticia, pero en el momento en que yo estallé él corrió, se ocultó en uno de los puntos donde todos nos reuníamos y lloró. Cuando lo encontraron, horas después, seguía llorando… El amor de Arata es un caos, es opresivo y absurdo, pero Kao confió en él, en la fuerza de ese sentimiento corrupto. Desde que me pidió ayuda para pagar la deuda de esta chica supe que sería capaz de amarla como si fuese sangre de su sangre, que sería su guardián y como tal debe quedarse. Esta niña nunca debió cruzar el portal, nunca, pero ahora no puede estar sola. Aquí Arata es todo lo que ella tiene, pero cuando sale el sol y él debe pretender ser parte del resto del mundo... Sasha es su único puente.

    Shimizu había seguido sollozando, sonaba como un niño que intenta detener la marejada sin éxito y a sus esfuerzos por respirar se le habían sumado palabras inconexas. Seguía pegado a la puerta como mosca aplastada, limpiándose las lágrimas con las manos a pesar de que no se detenían, y comenzó a balbucear cosas a las que solo Yuzuki logró darles forma. Todo se había acumulado y la presa se había roto por fin.

    Perdóname.

    Todo empezó por el puto teléfono.

    Se podía retrasar.

    Perdóname.

    Dios, ayúdala, es lo único que pido.

    Ayúdala.

    Arata no era religioso, no de manera abierta o consciente, y en general mantenía una distancia prudencial entre cualquier cosa relacionada a un dios o a varios. Era posible que se sintiera abandonado por todos ellos, algo de lo que nadie podía culparlo, pero en medio de su desesperación ambas entendieron que era lo primero que debía estarle pidiendo a una entidad en años, porque su súplica no estaba dirigida a Yuzuki ni por asomo.

    Pedía clemencia divina para Sasha, una que nunca había pedido para él.

    —Habría acabado en la oscuridad a pesar de todo —murmuró Minami sin desatender a la pelirroja, lo dijo con tal certeza que sus propias emociones se revolvieron y su voz fluctuó, amenazando con quebrarse—. Por ti no está sola. Por ti llamaron a Tessa y ella pudo llamarme a mí, tiene un lugar seguro por ti.

    Nadie supo a ciencia cierta si a Pierce la fue despertando el revuelo, la atención que recibió en el cuerpo magullado o la llegada de Arata, quizás fueron todas juntas pero algo parecido a una queja le salió del pecho o lo intentó. Yuzuki suspiró, le dedicó una caricia en la mata de cabello y aunque no dijo nada sabía que la pelirroja tenía las cuerdas vocales hechas una desgracia, no iba a poder hablar ni aunque quisiera.

    Fue un chispazo de conciencia, no le duró demasiado, volvió a desvanecerse y Shimizu se quedó plantado en su posición, observándola. Era su amiga, era la estúpida que había insistido en quedarse con él y de la que no había huido, era la puta loca que se inventaba ideas de venta de cosas robadas, falsificación de joyas, también la que luchaba contra viento y marea por sus hermanitos y la misma que preparaba comida casera. Era la torre de roca y el mar de fuego, era la inflexibilidad absoluta y la calidez condensada en una persona.

    No podían haberle hecho eso, era imperdonable.

    Tessa y Yuzuki comenzaron a debatir en voz baja la posibilidad de mover a la chica a la cama de Myska para que pudiese descansar mejor el cuerpo, lo hicieron ignorando la existencia de Arata porque era evidente que no necesitaba ojos encima, pero el rubio reaccionó. Su caos no desapareció ni mermó, pero su voz se coló temblorosa entre los diálogos de las mayores, haciéndolas guardar silencio, para decir una sola cosa. Yuzuki pudo jurar que había pasado de tener veinte años a retroceder a los quince. Lucía pequeño, agotado y perdido como cuando lo encontraron en el Hibiya llorando a moco tendido, pero esta vez había podido hablar.

    —Lo haré yo.

    ¿Qué si seguía llorando como un crío? Sí, pero movió la camilla del estudio hasta el interior del apartamento de Myska y ya al estar más cerca de la cama, cargó a Sasha como si estuviera hecha de porcelana y con el mismo cuidado la acomodó en la nueva superficie. Su peso se hundió suavemente en el colchón y él retrocedió, quedando de pie en la habitación donde las mayores lo dejaron solo luego de llevarse el otro armatoste.

    Pasados unos segundos empuñó el borde de la camiseta, se lo llevó a la cara y se limpió el desastre, estaba en eso cuando percibió el movimiento del cuerpo ajeno. Toda su atención se volcó en ella entonces, primero en lo desubicada que parecía, de hecho se sobresaltó antes de reconocerlo y luego intentó hablar cuando claramente no podía, fueron dos intentos, tampoco le daba la vida para más. Al segundo Arata bufó hastiado porque nada podía ser tan urgente, pero le alcanzó el móvil, abrió las notas y le puso el teclado en inglés.

    —Escribe —murmuró luego de hincarse junto a la cama—. ¿Es sobre lo que te pasó? ¿Quién y por qué?

    Si la chica notó lo gangosa que le salió la voz también se quedaría en el misterio, su cerebro desgastado y su cuerpo no le permitían tanta atención, mucho menos con la información que debía traspasar, la que casi le había costado la vida. Tecleó con dificultad, fue lo más concisa que pudo y le regresó el aparato de un movimiento lento. Arata tradujo la cosa lo más rápido que le fue posible.

    Sé quiénes son los fantasmas.

    Por eso habían intentado matarla.

    Shimizu leyó las palabras, le alcanzaron el fondo de la mente, pero el contador sobre Sasha parpadeaba como las luces de una ambulancia y no supo qué decir, porque esa información la tenía allí, con el cuello marcado, los ojos ensangrentados y el cuerpo lleno de cortes; pero ahora sabía quiénes estaban detrás de la mierda, la suya y la que había orquestado al ataque a Cayden. Dejó el teléfono en el piso, ni siquiera lo bloqueó y trepó a la cama con movimientos lentos, no hizo ningún ruido y los ojos enrojecidos de Pierce observaron todo, al menos hasta que se le empañaron al sentir que el muchacho se las arreglaba para acercar su cuerpo y abrazarla, atrayéndola a su pecho. No presionó, no la movió más de lo necesario, ni dijo nada, pero ese gesto lo dejó claro.

    No valía esto.

    Estoy aterrado.

    No lo valía.

    Pero gracias.

    El resto de la noche Arata no pegó ojo, ni siquiera cuando se separó de Sasha y se apostó junto a la puerta de la habitación de Tessa, con los brazos apoyados en las rodillas reflexionadas. Todo era justo como cuando había montado guardia al cuidar de Altan Sonnen luego del incidente de Taitō, cómo había permanecido en el descanso de las escaleras luego de apuñalar a Ryouta y antes de eso cómo había observado la torre de apartamentos de Usui y cómo había permanecido despierto mientras su madre trabajaba horas extra.

    Era un maldito guardián, no importaba qué tanto lo negara.

    Su cabeza descansaba en una posición incómoda, con la barbilla casi pegando al pecho y en medio de la oscuridad, apenas unos minutos antes de que el amanecer comenzará a clarear el cielo, su voz apagada entonó una melodía lejana. Una canción de cuna que había aprendido de voz de la madre de los perros salvajes.

    Mori no iyagaru bon kara saki nya —cantó en voz baja sin moverse de su posición—. Yuki mo chiratsukushi ko mo naku shi.

    No quiero cuidar de este niño hasta el festival de Bon.
    Empieza a nevar y está llorando.

    Desde el estudio una segunda voz, mucho más suave y afinada, llegó a través de las puertas abiertas que conectaban el espacio convirtiéndolo en uno solo. Minami tenía memorizada la nana desde que podía recordar, la había cantado para sus hermanas, su propia madre y para quién sabe cuántos más. La cantó durante días luego de la muerte de su padre, cuando perdió a su Yako y cuando Turusuke recibió la herida que le había marcado el rostro. Había viajado por su linaje por generaciones, había nacido del dolor, y ahora que ella la entonaba con esa tristeza tan marcada bastó para que Arata volviera a comprimir los gestos, descompuesto en un llanto silencioso.

    Bon ga kita tote nani ureshikaro —continuó Licaón con suavidad, como un verdadero arrullo—. Katabira wa nashi obi wa nashi. Kono ko you nako mori wo baijiru.

    ¿Cómo podré ser feliz cuando llegue el festival?

    No tengo ropas bonitas ni lazo que ponerme.

    El niño sigue llorando y es malo conmigo.

    Sasha Pierce no estaba muerta, no, pero la naturaleza del evento y lo que implicaba en la mente de la propia chica, lo que implicaba en la de cada uno de los que la habían visto, sin dudas se le había parecido lo suficiente. En un mundo perfecto la muchacha no debía haber pasado por eso, pero en esa clase de idilio tampoco habrían sucedido los eventos que habían tirado la primera pieza de dominó.

    Era la definición de cajón del Efecto Mariposa.

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    Apartamento de Arata Shimizu, Shinjuku
    Mañana del 23 de junio, 2026



    El ruido proveniente de la cocina despertó a Arata luego de que hubiese logrado conciliar el sueño cuando ya el cielo comenzaba a iluminarse. Para que Sasha estuviese levantada dio por asumido que serían las diez de la mañana como mucho y se revolvió entre las sábanas, negándose a dejar la cama tan fácil, pero escuchó una queja proveniente de la chica así que no le quedó más remedio que abrir los ojos con pereza.

    —¿Se puede vivir siquiera en estas condiciones? —La escuchó decir para sí misma—. Tiene fideos instantáneos una semana, la otra también y arroz con nada. ¿Ni siquiera huevos? Dear God.

    —Hay huevos en la nevera —contestó el otro sin moverse de la cama—, seguro quedaron detrás de una taza o algo.

    —¡Acabo de revisar!

    —Revisa otra vez.

    Le pareció oírla refunfuñar, pero abrió la refrigeradora entre sus quejas y llevaba media frase de “Te digo que no hay” cuando se quedó callada, dejando claro que había encontrado lo que buscaba. Al chico se le escapó una risa nasal mientras se enderezaba para salir de la cama, abrió las persianas de un tirón de la cuerda y dejó la habitación en dirección a la cocina donde Sasha seguía haciendo cosas.

    El chisporroteo del sartén, el olor a comida y el tarareo suave, distraído, le hicieron pensar que fuese lo que fuese eso, o ellos más bien, le era suficiente. Era lo más parecido a una amistad sostenida en el tiempo, a un hogar o a una pareja, todo junto. Quizás desde el inicio fue así.

    No la ataba. No la juzgaba.

    ¿Qué era él si no una sombra?

    Al entrar a la cocina pasó cerca de la estufa donde estaba Pierce haciéndose el mejor desayuno que podía en el apartamento de un idiota que había vivido toda su vida a base de comida rápida recalentada, fideos y arroz blanco. Shimizu le pellizcó la cadera por la pura gracia, ella dio un respingo y lo miró de costado.

    Morning, babe. ¿Vas a querer de esto? —preguntó aunque no parecía muy segura de lo que era el “esto” en cuestión.

    —¿Imagino que son huevos revueltos y arroz porque soy un marginal que no compra nada más? —cuestionó el otro tragándose la risa—. O arroz frito.

    We’re gonna starve!

    —Yo sigo vivito y coleando, no sé tú —respondió el joven mientras abría la nevera para sacar una taza de arroz del día anterior, media cebolla y un triste cebollín—. Ten el arroz.

    Para estarse quejando tanto de la ausencia de ingredientes Sasha atendió con rapidez, recibió la taza y luego de abrirla volcó su contenido en la sartén después de haber revuelto los huevos con la espátula. ¿Estaba haciendo arroz frito para desayunar? Pues ni modo, literalmente era eso o tirarse parte del día sin gasolina en el cuerpo.

    Un minuto más tarde Shimizu dejó caer la cebolla y el cebollín picados en la sartén con lo demás, que no era Cuchillos Locos por las risas de por sí. Sasha revolvió todo, le añadió algo de sal y se dio por servida. Al menos se veía presentable, ¿no?

    —Bueno, ¿y vamos a bajarnos un plato de arroz frito con agua supongo? —cuestionó mientras apagaba la estufa—. It's like a depression meal, I promise.

    —¿Pero tú me robaste el título de quejumbroso profesional o qué? Dios, que te compré té a inicios de semana, ya para de sufrir. ¡Si aquí vives como una princesa!

    Shouldn't I live like a queen? —insistió pero soltó la risa cuando lo escuchó bufar hastiado—. Okay, take it easy, hon.

    Apartando el circo que siempre sucedía alrededor de ambos cuando se juntaban el desayuno sucedió sin mayores percances, Arata calentó el agua del té y pudieron librarse de la incontable queja sobre morir de inanición. El humor se mantuvo así, como si no hubiesen dejado atrás una sala de negocios, a un viejo arrogante de la mafia y un acuerdo de confidencialidad.

    Tendrían que lidiar con esas decisiones pronto, era inevitable, pero ahora que la noche había quedado atrás y la luz del sol anulaba las sombras podía ignorarlo por unas horas. Además, había otro asunto que atender, para decirlo de alguna forma.

    Sasha se estaba lavando los dientes con la puerta del baño abierta mientras el rubio escarbaba en el armario por una camiseta limpia cuando la voz del chico se alzó. El tema que arrojó sobre la mesa hizo las veces de recordatorio aunque era improbable que ella olvidara algo como eso; en cualquier caso bastó para detener sus movimientos y luego de enjuagarse la boca la muchacha suspiró. El gesto no cargó molestia, más bien sonó a preocupación.

    —Vuelve en dos días, ¿no? —Había preguntado Arata desde la habitación al otro lado del pasillo—. ¿Se fue hace cuánto? ¿Cinco años y medio?

    —Más o menos —respondió ella, algo parecido a los nervios se le coló en la voz—. Nos graduamos y se fue antes de entrar a una universidad aquí. Quiere que vaya por él al aeropuerto de Haneda.

    —Deberías. El tío no tiene a nadie aquí, ¿cierto? Da igual, que viene por ti de todas formas, ¿a qué coño vendría si no? Nunca le gustó la ciudad y su madre se regresó a Estados Unidos o eso fue lo que te entendí a ti.

    —¿Y piensas que lo iba a rechazar o algo? —replicó la pelirroja, molesta ahora sí—. Pero es que cinco años son un montón, ¿qué se supone que haga?

    —Ir a traerlo al aeropuerto, pararte con un cartel que ponga su nombre —comenzó a enlistar Shimizu mientras salía de la habitación y cuando estuvo en el marco de la puerta soltó la tontería—, que ponga también el nombre de una empresa muy cuestionable, rollo una industria porno o algo. Luego obviamente le comes la boca al tío, la boca y lo que quieras me da igual, y traes su culo de regreso al Triángulo. Dale un recorrido, ten una cita o algo, el cabrón tiene que haberte extrañado un huevo, pobre desgraciado.

    —¡Ponte serio! —reclamó ella, sonó como una niña y él soltó la risa en consecuencia—. Yo aquí contándote algo importante y tú haciendo el imbécil.

    —Estoy siendo muy serio. Ah, tan bonito que era verlo dejándote postrecitos en el casillero. ¿Vas a decirme que después de cinco añotes no vas a recibirlo con un beso? ¡Un gran beso de Sasha Pierce! Seguro se mea encima de la emoción.

    El otro no se puso serio, claramente, hasta imitó el beso más sonoro y exagerado que pudo antes de soltar la carcajada. La estaba molestando de lo lindo, pero en medio de su estupidez había verdades que la chica podía reconocer aunque las renegara incluso a estas alturas del partido.

    Sasha suspiró, negó con la cabeza a la vez que abrió el grifo para mojarse la mano y le lanzó una lluvia de gotitas heladas encima al rubio. El idiota en cuestión dio un respingo, como un gato mojado con un aspersor, y regresó dentro del cuarto con la misma expresión de regañado que uno.

    —No sé con qué cara recibirlo con esta mierda de Dunn encima. —Se quejó la muchacha mientras salía del baño—. Nunca sé con qué cara recibirlo cuando pasan estas cosas.

    —Ya va siendo hora de que te dejes de liar con eso, ¿no crees? A mí me da que puedes decirle que mataste a alguien y le va a dar igual. En plan, no que le dé igual del todo, lo que digo es que parece del tipo que en vez de salir corriendo te pregunta dónde quieres esconder el cuerpo. Se preocupaba por ti hace cinco años, se preocupa por ti ahora y fin de la historia, aunque no puedas contarle nada de la mierda del viejo Dunn sí que puedes pasar tiempo con él y aprovechar que está aquí otra vez. —Fue sorpresivo que esas palabras salieran de Arata, había que reconocerlo, porque llevaba razón en cierta manera—. Tómate un descanso estos días, pásalo bien y luego nos reunimos con Rowan a hablar lo que tengamos que hablar. Saluda al chico de mi parte, aunque según recuerdo le caigo peor que los frijoles del Taco Bell a las tres de la mañana.

    La comparación fue asquerosa por decir poco, pero describió el asunto en sus elementos esenciales. En lo que Arata le concernía Mason había comenzado a celar a Sasha sin siquiera saberlo, mucho menos tenía idea de si se lo habría dicho a la chica o no, pero el punto era que no lo soportaba y había comenzado a manifestarlo poco después de que Sasha estuviese metida en el negocio. Había sido un progreso en la personalidad del otro, eso sí, porque hasta entonces no había mostrado molestia de forma tan directa, ni siquiera aunque en defensa del pelirrojo la mera presencia de Honeyguide servía para tensarlo desde el inicio.

    Había tenido cinco años para procesar su trauma con los pandilleros.

    También para reflexionar sobre sus propias emociones.

    Aún así, los nervios de Pierce delataban que era perfectamente posible que ninguno se hubiese sentado a analizarse a sí mismo en ese período de tiempo a pesar de que habían seguido en contacto. Tampoco se les podía culpar, ¿no? Cuando había tanta tierra y agua de por medio, tantos otros obstáculos, ignorar ese tipo de cosas parecía ser la opción más sensata.

    Sin embargo, durante la ausencia de Mason siempre habían sucedido cosas. Tenía conocimiento del cobro, de la venganza de Wickham y Welsh, ¿pero del día que casi matan a Sasha cuando él estaba en el otro extremo del mar?

    El destino se empeñaba en fragmentar su terrario, su paisaje estático.
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    BUENO, BUENO, BUENO no tengo idea cuándo voy a largar esto porque estimo que me va a quedar un comentario bien pinche largo de los tres capis que ya hay, aunque pensándolo ahora porque improvisar es mi pasión probablemente fusione el comentario de los dos primeros, que tienen una continuación muy marcada entre sí. De hecho el otro día estaba pensando que debía comentarte y estaba CONVENCIDÍSIMA de que había sólo dos capítulos, cosa que no me cuadraba cuz recordaba que el primer capi usaba SLIDE y el del dramón tenía una rolita de Flower Face, pero que tAMBIÉN había algo, lo que fuera, musicalizado con PARANOID. El trip estuvo interesante hasta que me metí aquí y recordé que, en realidad, lo que recordaba como un mismo capi estaba dividido en dos. Explicación absolutamente innecesaria para justificar mis decisiones.

    Antes de colarme en las cuestiones específicas de la trama quería decirte, reiterar bah, en la tremenda ilusión que me hace que estés escribiendo esto. I am a punk and i do ballet, el rosa me gusta un montón pero llevo media vida fixeadísima con las tramas oscuras y asociadas al mundo del crimen organizado. Desde los doce años que pretendí llevar adelante una historia colectiva basada en Assassin's Creed (que si lo piensas con detenimiento (!!!) comparte muchos elementos with your average mafias and shady shits plot), los catorce que me mandé de cabeza a escribir una novela sobre mafias y logias secretas, y ahora, hasta Gakkou. Lo de las pandillas no lo había explorado hasta ahora, la verdah, fue un condimento interesante y de esta montaña ya no me bajé nunca. Justo hoy, de hecho, hablaba con mamá al respecto y le decía lo absurdamente interesante que me resulta este mundo que respira, late y se despliega como una realidad paralela a la nuestra. Es... muy loco si te detienes a pensarlo, pero weno, me estoy yendo mucho por las ramas JAJAJA. El asunto es que llevamos los tres años de Gakkou compartiendo el "tablero" del underworld de Tokyo, o al menos yo lo siento así, y llegados a este punto es un mundo que siento increíblemente vivo.

    Quiero agradecerte por estar escribiendo esto, entonces, pero también por haber construido este lore kilométrico a mi lado. En líneas generales nos hemos kinda repartido los barrios y rellenado el mapa de forma relativamente independiente, pero en determinados momentos los hilos se entrecruzan y surgen cosas que me encanta explorar y desarrollar, so thank u for that.

    Como me dijiste tú el otro día del fic de Yuta, las vibes de este UA son *chef kiss* inmaculadas. Los niños ya están grandes, enterradísimos en la mierda, y es oscuro y pesado. Siento que respiran un aire denso y que lógicamente ya se acostumbraron, pero cada vez que tienen que salir corriendo recuerdan lo difícil que es oxigenarse el cuerpo. Más que un acto consciente, el mundo en sí mismo es el que se los barre en la cara. Y bueno, delirio a un lado, que me encanta la ambientación y lo oscuro and kinda doomed que se siente todo JAJAJA what can i say, i am a punk and i do ballet x2. Soy el embodiment de Barbenheimer (???

    Con la intro finalizada, ahora sí me meto en los comentarios específicos de los capis *abre el telón*

    I. I don't wanna say that I'm God & II. We're old enough to know better

    Me da un poco de vergüenza pensar en la forma en que voy a simpear a Arata a partir de este momento preciso, but what can i do. Encima me lo tengo que imaginar CRECIDITO y ya sabemos que los hombres son como el vino, no??? Y ENCIMA de eso, ta vestido como muñequito de torta. Es un poco contradictorio, yes, pero como pone el capi, da toda la pinta de hijo de la yakuza y debo reiterar en lo mucho que me gustan las tramas de mafias???? Obviamente el 50% es culpa de la AESTHETIC

    No debería soltarlo acá, creo, pero ya que toy y que ya le vendí mi alma a los sincericidios. NO DEBERÍA hacer falta decir que Arata me gusta mucho como personaje y que el cariño que le agarré al tremendo imbécil desde que empezó a relacionarse for real con Sasha escaló exponencialmente. No voy a salir a defenderlo con capa y espada, así como no defendería a muchos de mis personajes, porque son diablos totalmente grises y ni merecen ni necesitan el trabajito de caridad. Justamente por eso y acabo de decir esto en el comentario de Gabi lmao me siento alta ladrona de espacio, ver a ese tipo de personajes en sus pequeñas zonas de confort es algo que me resulta precioso y super meaningful. Estoy super... como orgullosa de cómo se ha desarrollado la relación de Sasha y Arata, ¿sabes? Al principio no creía ni de coña que iría a adquirir tanta profundidad o que se complejizaría tanto, but it did and its a journey i enjoyed so, so, so much. Y que sigo disfrutando, vaya. Desde el concepto de la sombra con la cual él la protege, los cuchillos que le entregó, y también esta noción que mencionas en el tercer capi de que encontraron una familia, un amigo y una pareja en el otro (quizá se me escapó alguna categoría, estoy jalando de mi memoria de pescado). Idk sis, its so beautiful and it really gets me. De por sí, una de las razones por las que más disfruto rolear a Sasha es porque, a diferencia de Anna, tiene una personalidad muy resolutiva, ¿fresca? y libre de compromisos/ataduras. Lo he puesto hasta el cansancio en sus posts, ella no pretende nada de los demás y sólo quiere lo mismo a cambio. Con Arata encontró y forjó el equilibrio justo, como dices, entre una familia, un amigo, una pareja, un cómplice, y sé, gosh, lo ridículamente importante que Arata es para ella. I feel it in every bone of my body... que ta chikito, pero igual son muchos. A la niña le gusta adoptar gente JAJAJA pero lo de Arata está a otro nivel. Siento que, de alguna forma, ya lo lleva metido en la sangre, en un modo que se le escapa y es diferente a, por ejemplo, su vínculo con Maze. PERO BUENO, MIRÁ EL TAMAÑO DE ESTE PÁRRAFO Y NI SIQUIERA ESTOY HABLANDO DE LOS CAPIS EN SÍ

    Debo insistir en las vibes inmaculadas porque uhlala, la clasiness de esa reunión en *brillitos* ginza *brillitos*. Con esta relectura se perdió el excitement del big reveal pero recuerdo que cuando lo publicaste fui a decirte por wha que no creía que Sasha fuera a aparecer en el primer capi y lo mucho que me había emocionado cuando sí lo hizo JAJAJA. I MUST INSIST im a sucker for this shits e imaginarlos a todos bien vestidos y peinaditos en un hotel de lujo, uff.

    Aún lo conozco poco y nada a Rowan, y de hecho cuando leí esto por primera vez todavía ni habíamos roleado la charla de negocios en la azotea, pero creo que su dinámica con Arata y todo se mantuvo super en línea. Y cuando aparece Sasha y- ohgod, no, im so weak, sister. Que a Arata se le relaja la carita y ella se va AUTOMÁTICAMENTE a echarle mano encima cuz thats what they are, y el besito en la mejilla, y el abrazo y los achuches y nononono, cómo pueden estar en un hotel a punto de negociar con un mafioso irlandés y ser tan frickin cutes???? But also que le mete mano en la pierna, el imbécil JAJAJA y me recordó al observatorio cuando ya se estaban yendo y le pellizcó debajo de la falda for the funsies. A sucker for them, thats what i am, y que se tomen esas libertades de teasearse así its also beautiful. Im a big shipper, father, i am guilty, pERIOD.

    Y BUENO, ARRANCA LA TOLE TOLE. Bueno, no la tole tole, vamos a decir el preludio de la tole tole. Voy a insistir con las vibes inmaculadas como una porfiada porque fue que los chicos pusieran un pie en esa habitación y que el aire se viciara al instante. Yo también me preguntaba qué coñito hacía Sasha ahí metida, la verdad, y me hizo gracia que simplemente estuviera TRABAJANDO porque era lo más obvio del mundo JAJAJA. Also, yo sé que a Arata le chupa un huevo y es incapaz de sentir celos and i respect him for that, pero la miradita que le lanzó al dude que había contratado a Sasha me hizo chillar como bitch for i am a simple girl. Me dan igual los motivos JAJAJA i just *enmarca la frase* listo, my ship

    La verdad que me gustó un montón el breve intercambio de Sasha y papa Dunn, porque encima las señoritas ya se estaban yendo y no me esperaba PARA NADA que la detuviera a ella. Ohboy, i felt all the tension y ese fuckin stare contest JAJAJA but mah girl did it and im so proud of her cuz i wOULD NEVER *shivers* Vibeé un montón con Arata ahí, que a mí también me cayeron todos los nervios y le choqué el puñito imaginario cuz same, bro, same.

    Pequeño espacio publicitario para decir que PARANOID me está musicalizando esta biblia y es absurdo lo intensas que siento las vibes de todo el desastre con esta canción JAJAJA pero like, desde que la aventé en el observatorio por los loles, ¿sabes? No sé explicarlo bien, siento que la rolita tiene la cuota justa de oscuridad, depresión y violencia para complementarse con este mundo, pero sin olvidarse cómo ser hot porque imagina ser Chase Atlantic y no hacer una canción sexy

    UUUH estoy releyendo el segundo capi y necesito parar para soltar esto antes de que se me olvide. No tenía el más mínimo recuerdo de que ponías aquí que Takano es soldado, o como mínimo que recibió entrenamiento militar, cuz como ya sabes fue lo que establecí en la trama de Yuta y chale, yo cREYENDO QUE ESTABA SIENDO ORIGINAL :<

    belu: y si metemos al ejército en el gakkouverse?
    pau: hold my npcs

    cOMO LAS VIBES

    ahora sí, business talk osi osi. Estaba super invested siguiendo la cátedra de papa Dunn mezclada con todas las puyitas y las hojas de delincuencia JAJAJA. El señor no dejó títere con cabeza, como dicen por acá. Por cierto, me hace como gracia ver que en este universo se replica y extiende la idea falopa que Sasha (o sea yo) tuvo en algún momento de delirio, porque en el fondo la niña no es ni medio normal y en vez de preocuparse por sobrevivir en un cLUB DE LA YAKUZA se está maquillando y dice "hmm, ¿y si robo estas joyas y las falsifico?". Bitch. La cuestión es que su existencia acá implica que llevan seis años en el negocio y me resulta muy satisfactorio, la verdad JAJAJA. Ni te digo la satisfacción de Sasha, debe concebir la empresa como su pequeño bebé, aunque al mismo tiempo... es lo que dice papa Dunn, vaya. De forma más o menos directa, y aún hablando desde mi personaje, Sasha es una persona ambiciosa, y no me creo ni por un segundo que, seis años después, esté satisfecha con seguir falsificando joyas y teniendo que comerle la oreja a viejos decrépitos para llegar a fin de mes. Por los demás no hablo porque no estoy muy segura, la verdah, sólo conozco bien a Arata y creo que él no tiene demasiado problema en activar el piloto automático y seguir trabajando con la mierda por tiempo indefinido. Cada uno tiene un propósito que cumplir, i guess, una función en la que destacan, y estas características suelen desprenderse de cualidades específicas. Sea como Capitán de los chacales, como socio de Sasha o como mano ¿izquierda? ¿La derecha es Tora? (???) bueno, como MANO de Rowan, el propósito de Arata no es orquestar ni gobernar. Y esto se le nota particularmente en el flujo de sus trabajos, kinda, como que lo van llevando de acá para allá y él rasca los beneficios y ya JAJAJA. Again, de Rowan no opino porque no sé (?

    la mención estelar a Cayden me hizo hacerme una pregunta muy importante no y que no le interesa a nadie, but now im wondering qué será de la vida de Kohaku en este UA JAJAJA. Sé que no lo tienes pensado ni nada, si no es la idea de la historia, pero como pusiste que Cay estaba desaparecido del mapa pues me pregunté qué onda el otro estúpido

    Y LA MENCIÓN ESTELAR DE ALTAN (!!!) que btw

    BATMAN

    dios mío estoy escribiendo mucho, bueno. Bruuuh la estructura del negocio está muy interesante, i really like it, well done papa Dunn. La tontería que me hizo mucha gracia fue lo de que Rowan se encargaría de la joyería porque JAJAJA tuve esta imagen instantánea del dude con gafas de ancianito atendiendo detrás del mostrador like an old man, y me meé la verdah

    Y AHORA MIS BEBÉS. I just live for the details, como al principio, cuando Sasha le toca el muslo básicamente para que no vaya a cagarla JAJAJA y cuando papa Dunn se la picantea a Arata y Sasha lo mira cuz sabe el peso que pueden tener sus palabras. Se conocen un montón we, qué bonitos son. Y como la simp que soy, obviamente disfruté un montón el final del segundo capítulo. Me hace gracia cuz, again, esto fue antes de la charla de negocios in-rol, entonces ahora sé que en vez de decirle "that's rude, Ro", Sasha a Rowan le habría dicho "that's rude, Rowie" JAJAJA así que son tonterías que edito en mi mente sobre la marcha (??). Debo volver a confesar que chillé mucho cuando Sasha y Arata se bajaron juntos porque sabía que eso significaba mimir juntitos and (!!!) No sé si se sabrosearon o no, la verdah, porque ALGUIEN lo dejó en el aire, pero por cómo inicia el tercer capi vamos a decir que sí.

    Qué bonitos son.

    III. I am your lover and I am your jailor
    Hermana, llevo aquí una eternidad y encima este capítulo es, like, hEAVY STUFF, U KNOW??? Recuerdo que cuando lo aventaste te mencioné por wha que no había esperado que fueras a narrar la wea, like, in real time, sino que lo incorporarías como un evento del pasado y sha. BUT YOU DID, Y FUE MUY DOLOROSO POR TODOS LOS MOTIVOS Y DESDE TODAS LAS DIRECCIONES???? shame on you

    i loved it

    ah, en este n/a mencionabas lo de Arata y su relación con Sasha. BUENO aprovecho para hablar un poquito también *carraspea* En determinadas ocasiones he llegado a pensar que Sasha y Yuzuki se parecen un poco? Incluso siendo muy diferentes, cuz Yuzu es mucho más brusca y tal, pues siento que en el núcleo las mueve algo parecido. What i mean is, creo que ambas encontraron un balance bastante atípico entre el poder de conservarse a sí mismas y la deformación que el underworld les amerita. Se adaptan y muerden si hace falta, pero sin descuidar el amor inmenso que le profesan a quienes mantienen cerca. ¿Recuerdas en el primer capi, cuando Sasha sale al pasillo y de repente la wea se puso super cute? Creo que se relaciona con esto, con la capacidad que tienen ambas de ¿conservar? su naturaleza cálida y maternal a pesar de las circunstancias. And i admire them for that, tbh. A QUÉ VOY CON TODO ESTO? A que siempre supe que quería desarrollar con Sasha en Gakkou lo que le había establecido en Amnesia, su rol anterior, y no fue hasta que topó con Arata que encontré la excusa perfecta para hacerlo. De ahí las cosas se fueron decantando y eso, que fue un proceso que disfruté y disfruto mucho. Pero así como vos pudiste definir a Arata en base a su relación, pues que a mí me pasó lo mismo con Sasha.

    ahora sí, estoy preparada para releer el tercer cap? no, i am not, Y ESO QUE FUE MI IDEA

    SISTER FLOWER FACE SIEMPRE ME CAGA MUCHO??? sus vibes también son *brillitos* inmaculadas *brillitos* porque se avienta las canciones más chill y disturbing del puto mundo con su vocecita de ángel AND ITS UNFAIR. Recuerdo que usé Baby teeth en un capítulo de Wolves & Silhouettes y siempre me quedó una sensación muy gris y angustiante pegada al cuerpo al hacer la asociación o recordar alguna de las dos cosas, cuz (creo) era el capítulo donde Anna salía de la comisaría, llegaba a su casa sola y tal, cuando Altan se le aparecía después. Y bueno, Spiracle es de mis favoritas de su último disco, la wea es super disturbing pero *chef kiss*. Total que recién estaba releyendo la primera parte, cuando a Arata le caen los demonios encima, y fue justo sobre el final de la canción que es bastante más intenso y como... ¿terrorífico? Not exactly, but something like that. The thing is, lo sentí con tanta claridad, ¿sabes? El miedo que le atenazó el cuerpo y la necesidad de parpadear, una y otra vez, porque las imágenes se superponen y por un segundo estás ahí, sólo esforzándote por mantenerte anclado al presente. My poor boy, de veras quedó traumaditto *lo achucha*

    Y MIENTRAS, LA OTRA EN EL QUINTO SUEÑO, TE PARECE BONITO SASHA???? No, pero sabes qué es bonito? Los bebés durmiendo juntitos, pls

    Sabes qué cosa tampoco es bonita? Lo que le hice a Sasha :D Es una idea que tengo totalmente demarcada desde hace meses pero su puta madre está mentalmente preparada para escribir eso, si ya de por sí leer el aftermath y las reacciones de los demás me destrushó. Efe Tessa y Yuzuki que acabaron arrastradas al mess JAJAJA pero bruh, y encima con Spiracle de fondo. Me dolió un huevo la primera vez que lo leí y me dolió un huevo y medio ahora. Y Arata, Dios. La criatura es un desastre con patas pero la forma en que siente determinadas cosas es visceral y arrolladora. Encima acabo de venir del episodio llamado Altan shorando como bebé, ahora revivo el Arata shorando como bebé y ya está, entiérrenme, dont wanna live anymore.

    PUROS CRYBABIES

    Quería citar esta frasecita que me gustó un montón:
    En especial la parte de "absorbía sus tragedias y las usaba de combustible". No sé muy bien por qué me gustó tanto, but it did. Supongo que fue una forma concisa, contundente y muy visual de esbozar lo que Arata es, cómo funciona y sobrevive en el mundo que se empeña en rechazarlo.

    AH y esta también me gustó mucho, like la elección de palabras y así.

    Sabes, esto me hace pensar en lo que ocurrió luego de tremendo trauma jsjsjs. Me gusta pensar que, como te mencioné en su momento, este evento fue el principio del fin de los fantasmas, y obviamente necesito que la justicia divina le haya permitido a Arata encargarse personalmente de Frank para que el grupo se haya desvanecido de la escena de Tokyo. Una parte de mí lo necesita y a la otra le da mucho miedo imaginarlo JAJAJAJA siento que sería /something/ si ocurre, y no sé si estoy lista para ello (??

    Otra boludes, creo que nunca te lo dije pero la tontería de que estrangularan a Sasha y ksyo kinda se la robé a la segunda parte de Sinsajo JAJAJA. Luego de que rescatan a Peeta, que el Capitolio le había lavado el cerebro, que están en el Distrito Trece y ataca a Katniss. Luego Katniss está internaditta e intenta hablar pero no puede y blablabla #dato

    Ya para cuando acaba el flashback y volvemos a los bebés being domestic tuve que cambiarme la canción para dejar atrás al trauma (? ITS A NEW MORNING, AMERICA, RISE AND SHINE. And i must insist, them being domestic. Por favor, me leería 30k palabras de los imbéciles amaneciendo, Sasha quejándose del inventario de Arata y el otro molestándola palabra sí y palabra no *sobbing*

    AH decía hogar, no familia, pero weno es casi lo mismo (?

    Además, u know, el corte tan abrupto entre un EPISODIO TRAUMÁTICO y un GOOD MORNING AMERICA te hace apreciar aún más que desayunen juntos y charlen del clima. This is also funny, porque el otro día visité a mi hermano y su heladera/nevera LITERALMENTE TENÍA un tomate sobre un platito, la puerta llena de bebidas energizantes, un pote de mermelada/jalea Y YA ESTÁ JAJSAJ POR QUÉ LOS HOMBRES SON ASIIII

    Ah, Arata picando verduras, algo que nunca supe que necesitaba *lo enmarca*

    Y QUÉ ES ESO DE QUE LE COMPRÓ TÉ A PRINCIPIO DE SEMANA??? AAAA NOOOOO SO DOMESTIC *c muere*

    Ay mi bebito JAJAJAJA pobrecito. My guess es que, spoiler alert: he didnt

    nO BUT FOR REAL, repito lo que dije en wha en su momento, at some point pensé que al final habías descartado la idea de incluir a Maze Y CUANDO LLEGUÉ AL FINAL DEL CAPI CHILLÉ UN MONTÓN. Encima *recuerda la imagen que encontró de Maze de veintiseis* holy shit. Yo también voto porque lo reciba en el aeropuerto con un besote *levanta la manita con Arata*

    Terminé???? No puedo creerlo JAJAJAJA BUENO, tremendo trip and no regrets. Desde que empezaste a publicar quería comentarte y siempre me hacía la pajera, so im happy :D Este comentario es un absolute mess pero ta hecho con amor, hope u enjoy it uwu Disfruté un montón leyendo y releyendo ahora, así que aquí seguiré *c sienta like a good girl a esperar nuevos capis*
     
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  5. Threadmarks: IV. Filthy impetuous soul
     
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Searching for that power that don’t exist [Gakkou Roleplay]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
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    Tenía esto atascadísimo por el lío de siempre, que me cuesta más meterme en el mindset de Maze que del resto de mis personajes (Pau, han pasado tres años, qué te pasa. I don't know JAJAJA it is what it is) pero disfruté mucho escribirlo. Lo que me terminó de dar el empujón fue la canción que puse para el capi, que me saltó hace poco en Instagram y solo supe que tenía que musicalizar esto porque gritaba Maze en sus mid 20's con violencia

    Absolutamente nada que ver acá, pero mi memoria es una cosa rara y me acordé que esta rolita también me cayó cuando ya tenía escrito en cuarenta piedras distintas el mess de Cayden, de hecho acabo de recordar que me cayó después de Devil's Backbone, so I was screaming, crying, throwing up in this heartbreaking folkish mood. No me toquen, quiero perderme en el bosque y escupir los pulmones

    Back on track, me quedó bastante más corto que los anteriores, pero es que había un montón de heavy shit en esos (?) Encima que tenía al viejo Dunn *lo patea* parloteando y luego el caos de Sasha y holy shit that was such a trip JAJAJA

    Sé que me vas a leer porque basically este long-fic existe para nosotras y nosotras nomás, así que te agradezco de nuevo el comentario y la paciencia <3 En ese momento te chillé, pero siempre repito las gracias cuz aprecio mucho mucho que saques el tiempo para comentarme incluso si sabes que yo me alegro con ratings nomás, it just warms my heart. Este AU, el the TW y otras cosillas sueltas que he ido posteando here and there me han ayudado a recuperar un poco una confianza que había perdido para usar a los personajes de otras personas. En cierta medida ha sido terapéutico (?) Espero que te guste y well, imagino que el siguiente capi me saldrá para 2024 JAJAJAJ dont know, pero tengo varias ideas anotadas que ya visualizan un quinto y sexto capítulo de este AU. Lo dicho, que incluso si me toma mucho tiempo quiero terminarlo

    EN FIN, tremendo speech así de gratis. Que ruede el capi *rueda ella*




    [​IMG]
    .
    .
    .


    .
    if I get too close
    and I'm not how you hoped
    forgive my northern attitude
    oh, I was raised out in the cold
    if the sun don't rise
    'til the summertime
    forgive my northern attitude
    oh, I was raised on little light

    .
    bought some shit, you search online
    you're gettin' lost, you're gettin' high
    all alone, late in life
    scared to live, scared to die


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    IV

    Filthy impetuous soul


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    .

    Aeropuerto Internacional de Haneda, Ōta, Tokyo
    Tarde del 25 de junio, 2026


    Había llegado temprano aunque el último mensaje que había recibido decía que el vuelo no tenía adelantos ni retrasos, pero los nervios le estaban carcomiendo el cuerpo y aprovechando que tenía el día libre lo que le pareció mejor fue estar allá con anticipación; era eso o comerse la cabeza con el asunto de Dunn padre también, así que puestas en una balanza la mejor opción era evidente. Antes de subir al coche para dirigirse al aeropuerto de Haneda había pasado a dejarle una tanda de galletas monstruosa a sus hermanos, quienes no echarían en falta algunas que habían desaparecido pues ni siquiera habían visto el total.

    La taza descansaba en el asiento del pasajero, ajena al mundo que la rodeaba, la ansiedad de la cocinera y el hecho de que era un regalo para el pobre tipo que se estaría comiendo un jetlag de puta madre. Claro, porque las galletas, para su fortuna, no poseían conciencia alguna de todas esas cosas.

    Sasha entró al estacionamiento del aeropuerto, tuvo la suerte de encontrar un lugar por ser entre semana y cuando apagó el coche se quedó varios minutos en el asiento mirando la pared de enfrente. Tenía el cuerpo inundado de una mezcla de preocupación, temor y alegría, era suficiente para que se sintiera tensa, así que aprovechó los minutos de gloria para beber algo de agua, acomodarse el cabello con ayuda del retrovisor y hacer no sé cuántas respiraciones.

    Cuando se sintió más tranquila, aunque fuese mentira, salió del auto en dirección al punto de reunión. Al zambullirse las llaves del coche en el bolsillo del pantalón también sintió su móvil vibrando, así que revisó el mensaje solo para darse cuenta que era del pelirrojo anunciando que ya estaba dejando la zona de salidas. Ella le contestó con un de acuerdo de lo más escueto, el otro respondió con un sticker y otra breve espera inició.

    Se tiró los diez minutos observando el reloj en el teléfono con la sensación de que el tiempo no avanzaba hacia ningún lado, observando los alrededores y traqueteando la pierna a pesar de estar de pie. Entre el ruido de las personas, los saludos, los pasos y las voces nada la alertó particularmente de la presencia del muchacho, quien la había visto antes que ella a él.

    Tuvo que pedirle espacio a algunas personas, pero apenas estuvo a un par de metros apresuró el paso y cuando los ojos de Sasha encontraron su silueta, sonriéndole, directamente se echó a correr. Las maletas se le quedaron a medio camino, una se fue al suelo provocando un golpe sordo y la chica lo miró entre enternecida y divertida.

    Ni siquiera pretendió frenar, saludarla con menos efusividad o lo que fuese, para nada. Apenas la tuvo al alcance le echó los brazos encima, la arrastró consigo y prácticamente la despegó del suelo al dar algunos pasos hacia atrás. La abrazó con fuerza y Pierce, cuando se libró de la sorpresa inicial, destrabó las articulaciones para corresponder el gesto de la misma manera; lo estrujó, hundió el rostro en su cuello y se tragó una correntada de lágrimas de puro milagro.

    God, I've missed you so so much. —Lo escuchó murmurar, fue lo primero que le dijo sin que su voz fuese imitada por un aparato y no pudo hacer otra cosa que abrazarlo con más fuerza. La suavidad de su tono no había cambiado ni un poco en esos cinco años y medio—. I love you, my baby.

    That's cheating —murmuró ella cuando logró formular palabra, no era la primera vez que recurría a esa frase por algo que él hacía o decía.

    Maybe it is.

    El agarre alrededor del cuerpo de Sasha adquirió algo más de fuerza, como si pretendiera fusionarse con ella, y la muchacha pudo sentir como él inhalaba con fuerza. La verdad era que David Mason nunca había sido bueno con las emociones de ninguna clase, ni siquiera cuando comenzó a reconocer en sí mismo las huellas de la ira o los celos. No se sabía si era que prefería no sentir nada en absoluto o no le parecían justificables sus propias emociones, como si tuviese que presentarle un argumento elaboradísimo a un abogado o algo para decir: estoy triste, molesto o confundido.

    Bajo esa lógica, entonces prefería no decir nada.

    Sasha conocía esa armonía autoimpuesta, le había dado miedo romperla al contarle lo que había sucedido, aunque fuese a medias, en el maldito cuarto oscuro del club de fotografía del Sakura y ni siquiera había sabido cómo contarle lo que había pasado en 2021 cuando él ya no estaba en Japón. Mason vivía en un eterno terrario y al dejar este país se había llevado esa esfera de cristal consigo. No había dado señales de cambiar demasiado desde entonces.

    Al menos esa fue la sensación que dio hasta que sorbió por la nariz de forma audible.

    En consecuencia del nudo en la garganta de la muchacha se negó a desaparecer, se le atoró allí y la presión se le proyectó al pecho. Un cristal de lágrimas bastante grueso le empañó los ojos, pero tomó aire, parpadeó y consiguió que no se rompiera antes de tiempo. Se separó con cuidado de Maze, sus manos encontraron su rostro, le barrieron las lágrimas con cuidado y casi al mismo tiempo se inclinó para dejarle un beso en los labios. Fue delicado, sutil, pero alcanzó para hacerlo sonreír.

    Such a crybaby —murmuró ella, se le escapó una risa que sonó algo amortiguada y le dejó otro beso idéntico esta vez en la mejilla.

    Él desenredó un brazo del cuerpo de Sasha, se limpió las lágrimas que lo habían traicionado y después coló lo mano en el espacio entre ellos para pellizcarle la nariz a la muchacha, que arrugó los gestos en consecuencia. Medio sin querer, algo del cristal cedió y algunas gotas saladas, rebeldes, descendieron por su rostro.

    Al notarlo Mason sonrió, comprensivo, y entonces desocupó también la otra mano para poder sujetar su rostro con cuidado. Lo hizo con un mimo exagerado, le dejó un beso en los labios y otro en la frente. Al separarse volvió a atraer a Sasha en un abrazo, la meció suavemente y tomó aire despacio, cerrando los ojos.

    —Ya estoy aquí —murmuró regresando el chip al japonés, no se había permitido el privilegio de dejar que el idioma se oxidara con el tiempo. Después de todo debía volver por ella, eso lo había tenido claro desde el primer momento—. Ya estoy aquí, mi vida. I’ll be here as long as you need.

    .
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    Lágrimas más, lágrimas menos pronto levantaron el equipaje de Mason para caminar al estacionamiento donde acomodaron ambas en el maletero. La taza de galletas lo esperó en el asiento delantero, así que apenas subió al coche la tomó entre las manos y sin siquiera preguntar la destapó para comer una en un par de bocados bastante importantes.

    En lo que masticaba su cuerpo prácticamente se derritió en el asiento, cerró los ojos, respiró con pesadez y entonces comió un poco más despacio. No era que hubiese pasado cinco años muriéndose de hambre al otro lado del mar, era un buen cocinero y había aprendido un secreto o dos al conversar con los chefs de las grandes cadenas hoteleras, pero la comida de Sasha era algo completamente distinto. Extrañaba el sabor de sus almuerzos y sus galletas casi tanto como la extrañaba a ella.

    Dear God, ¿pero no comías en Estados Unidos? ¿Estás bien? —le preguntó ella cuando se acomodó en el asiento del conductor.

    I’m okay —apañó el otro con la boca medio llena y pescó otra galleta de la taza—, pero allá no tenía galletitas de Sash, ¿te puedes imaginar semejante tragedia?

    Una tragedia, sin dudas, pero él era quien había tomado la decisión.

    Eso siempre estaba presente.

    —Hmh, puede que te veas más delgado que antes —respondió ella y el comentario hizo que Maze volteara a verla, ofendido—. Just saying!

    —¿Estás diciendo que parezco un desnutrido, Sasha Pierce?

    —¡Nunca dije eso!

    Él siguió haciéndose el ofendido, pero volvió la atención a la taza de galletas y siguió comiendo como si fuese su último día en la tierra. Sasha soltó una risilla para sí misma, arrancó el coche y antes de salir del estacionamiento estiró la mano sobre Maze, haciéndose con el cinturón de seguridad para abrochárselo.

    Lo notó parpadear, confuso con el gesto al principio, pero se dejó hacer y a pesar de que se le notaba cansado la alegría que proyectaba, sin permiso de nadie, parecía genuina. Era la felicidad de los niños al volver a casa luego de un día de escuela, una que sabía jamás habría sentido entre los edificios de Japón sin la presencia de Sasha.

    Esta vez no era un niño perdido de catorce años.

    Tenía un ancla.

    La muchacha sabía que para poder funcionar de manera más o menos decente necesitaría al menos un día para dormir, comer y simplemente existir, pero tampoco era la idea ir a meterlo a una habitación nada más. Una comida no estaba pegada al cielo ni una parada en algún sitio donde pudiera tomar aire luego de las incontables horas en el aire y en los aeropuertos. Después de todo el encierro era lo que lo había empujado a irse, la sensación de estar atrapado entre paredes y rascacielos; quizás incluso la percepción de estar atrapado dentro de sí mismo.

    Todo replicaba una cárcel, una donde ya no era capaz de sentir la tierra.

    En algún punto de su adolescencia había aceptado que tendría que volver, que tendría que regresar y enfrentarse a lo que había dejado atrás. Eso nunca había implicado nada hasta que conoció a Sasha, haciendo que regresar a Estados Unidos significara dejar algo atrás. Algo verdaderamente importante y por lo que debería volver, por lo que querría volver más bien.

    Por eso ahora estaba allí en un coche devorando galletas como si tuviese ocho años y a pesar del cansancio el cuerpo se le había relajado. No quedaba rastro de la tensión de su adolescencia, ni de la desconexión que había sentido entonces y que incluso lo había hecho olvidar fragmentos inmensos de los primeros días allí. La experiencia había perdido su capacidad de dañar.

    Por fin, luego de tanto tiempo.

    Para cuando aparcaron cerca del Himon'ya, un parque que quedaba en el camino entre el Haneda y el Triángulo del Dragón, Maze ya había absorbido media taza de galletas y se detuvo apenas para conservar algo de decencia. Dejó las restantes en el asiento cuando bajaron del coche en dirección al parque.

    El estanque Benten tomaba gran parte del espacio, era amplio y le daba al aire cierto olor a humedad a pesar de estar en medio de la ciudad. En cierta medida Sasha respetó el silencio que él mantuvo mientras recorrían el parque, caminando por el borde del reducido cuerpo de agua, y la figura del joven se fundió con el recuerdo que guardaba de él a sus diecisiete años, en el lago Sayama.

    Quizás el error más grande, inconsciente, que se había cometido en la vida de Mason había sido pretender encerrarlo. No se trataba de un loco de la libertad ni nada, tampoco era que rehuyera el compromiso o la estabilidad de forma activa, era solo la prisión física la que lo congelaba en todo lo demás. Era una historia de condenada diferente, menos violenta, pero no por ello menos importante. Puede que Mason nunca llegara a conocer el mundo de sombras por el mismo motivo que ella y Shimizu, pero sin duda había conocido otra oscuridad. Era más parecida a la penumbra de ciertas cegueras que a la negregura del océano a medianoche.

    En cualquier caso, luego de recorrer el parque Sasha lo guió a una pequeña cafetería que había visto en Google la noche anterior en medio de su inquietud. Estaba en la primera planta de un edificio, era pequeña y modesta, pero había sobrevivido en el tiempo en la ciudad. Al entrar Mason se distrajo con los postres en exposición y Sasha se dispuso a ordenar, con calma, en lo que él decidía qué iba a pedir.

    ¿Iba a seguir metiéndose azúcar en el cuerpo luego de la cantidad de galletas que había comido?

    Al final resultó que no, pidió una repostería salada, un café helado y ella pidió lo mismo pero con un té. Un poco se había empalagado solo de verlo atragantándose de galletas, la verdad fuese dicha, pero no era ningún drama. Tomaron asiento, pronto les trajeron el pedido y pasaron un rato conversando de cosas más triviales, más livianas. Que los hermanos de Sasha, que la madre de Maze, que ese invierno del año pasado en Tokyo que quiso convertir a medio mundo en paletas y el verano de Estados Unidos que pretendía quemar vivos a todos.

    Podría haberse quedado así.

    Pero Maze no era el mismo que se había ido.

    —Mamá quería venir, pero al final le atravesaron el caballo como siempre y tuve que comprar solo mi boleto —comentó el pelirrojo mientras recorría el borde del vaso con el índice—. Quería verte. Pregunta por ti casi todos los días.

    Does she? —preguntó la muchacha, una sonrisa enternecida le cruzó el rostro—. ¿Y está bien? ¿Qué pensó de esto? Decidiste volver por un período indefinido, los papeles de migración debieron ser caos.

    La pregunta le estiró una sonrisa a Mason, fue un poco indescifrable y no contestó hasta después de haberle dado un trago al café helado. Las noches largas de eventos en los hoteles habían acabado por acostumbrarle el cuerpo a cierta dosis de cafeína, también cierto grado de alcohol por desgracia, pero eso no hacía falta señalarlo. Tenía el codo anclado en la mesa y descansaba el rostro en sus nudillos, tranquilo. Algo del cansancio se había desvanecido, pero sabía que lo volvería a alcanzar en algunas horas, no había mucho que hacerle.

    —Feliz. Ella… Ah, cuando volvimos a Estados Unidos se disculpó por haberme hecho dejar el pueblo, por haberme arrancado —contestó sin perder la calma, pero Sasha creyó notar que sus ojos se oscurecían—. Luego se disculpó por haberme apoyado con la idea de estudiar en América. Dijo que debió dejarme contigo, que quizás era lo correcto, pero ya entonces había comenzado a sentirse mal por haberme traído aquí. Cuando quise volver, a pesar de lo que implicaba, no supo armar un argumento en contra.

    —¿Te sentiste mejor? —Se atrevió a preguntar ella aunque el tema era medio escabroso—. Al volver.

    I did —confesó Mason aunque la sonrisa que se permitió cargó algo de culpa consigo—. Los primeros meses fueron extraños, como todo. Me costó ajustar el cuerpo al horario, comencé a echar en falta el Sakura y antes de haberme subido al avión te echaba en falta a ti.

    Los ojos de plata líquida de Sasha se detuvieron en el vaso frente a ella, la sonrisa paseó entre la suavidad, la resignación y la melancolía. Fue una respuesta en sí misma y Mason suspiró con algo de pesadez antes de volver a hablar. No quería forzarla, pero tampoco quería mentirle.

    —Volví al pueblo en las primeras vacaciones. Me quedé en una posada que debe ser más vieja que un escupitajo del diablo y la primera noche allí juro que todo pareció volver a su lugar, todo. —Había continuado con la confesión de pecados sin preguntar y ella no fue capaz de detenerlo—. Un cuarto diminuto, todos los negocios cerrados para las diez y el ruido de la línea de bosque, del tren de carbón. Pude ver al David de catorce años que no reaccionó a la noticia de la mudanza y al que cumplió quince en Japón… Me pedí perdón a mí mismo por no haberme dejado sentir lo que debía sentir. Prometí que no repetiría ese error, que no lo repetiría desde ese momento y cuando volviera aquí contigo, sería diferente.

    Sasha se había quedado mirando el espacio entre ellos en silencio, parpadeaba despacio y le daba vueltas a sus palabras. Se preguntaba qué había cambiado en realidad cuando él en sí mismo parecía ser el mismo Maze que había elegido irse, si seguía sonriendo como lo hacía a sus dieciocho años y tenía la misma calidez. Lucía mayor, más cansado, más delgado, pero era el mismo.

    El mismo que había llevado al lago.

    Que se había ido.

    Pero había mantenido contacto como prometió.

    Y había vuelto.

    A Sasha nada le aseguraba que las personas fuesen a cumplir con su palabra o con acuerdos tácitos siquiera. Por uno que cumplía otro desaparecía sin decir palabra y era ella quien debía limpiar los escombros de su torre; el mismo Arata había pretendido huir sin mirar atrás, después Maze había elegido irse y todo lo que había resistido a las inclemencias eran el mundo de sombras y la silueta de Shimizu. Era el que dormía a su lado, le compraba té y siempre estaba allí. Era él el que había llorado como un niño cuando la habían dejado inconsciente en la puerta de Myska.

    Maze seguía en su terrario.

    Si este se rompía de verdad, ¿echaría a correr?

    —Lo necesitabas, ¿no, cielo? —dijo por fin y aunque dolía, escocía, lo cierto era que podía entenderlo. Quizás por eso hacía tanto daño, porque lo entendía—. Me di cuenta en el lago. Puede que solo lo supiera siempre, que tendrías que irte.

    —Hay cosas que solo deben pasar, buenas o malas, solo pasan —añadió el joven antes de llevarse el vaso a los labios.

    Puede que no estuviera tan equivocado, por desgracia así era el mundo y la vida. Las cosas ocurrirían sin importar qué tanta resistencia pusiera uno por evitarlas, ciertas situaciones eran persecutorias y debían ocurrir. Eso mismo aplicaba al negocio de Liam Dunn que ahora tenía Sasha encima, había aplicado a la oferta que recibió del caos por los teléfonos y muchas otras.

    Ciertas decisiones solo aceleraban lo que estaba destinado a suceder.

    Hablar de destino parecía un sueño de opio en pleno siglo XXI, claro, por eso algunos le atribuían esa clase de poder a Dios o cualquier otra cosa. Al final del día quizás solo fuesen el resultado de una verdad más pesada, más dura, la de que no existía en absoluto el libre albedrío en este mundo. Que una decisión condenaba la siguiente y así hasta parar de contar.

    Había psicólogos incluso que negaban la existencia de la libertad de elección, que formulaban la vida alrededor de ideas esquematizadas de experiencias previas, que estaban todos condicionados a ciertas elecciones. Podías pensar que elegías helado de chocolate porque querías y ya, pero quizás era porque evitabas los otros sabores porque cuando tenías cinco años y cambiaste el de chocolate te sentó mal al estómago. Quizás ni siquiera recordaras la base de tu razonamiento, pero tomabas una decisión basada en ello.

    ¿Era igual para su motivo de volver?

    ¿Para la decisión de aceptar o rechazar el negocio del viejo Dunn?

    Las razones escapaban a esa clase de preguntas o se ignoraban a voluntad, no importaba demasiado. Cada uno era ajeno a esa sección de la realidad del otro en cierta medida, porque ahora todo lo que tenían era este fragmento de normalidad. Era ella recogiendo a alguien que apreciaba del aeropuerto y era él tomando un café con la chica de la que se había enamorado siendo un mocoso todavía, pero estaba demasiado entumecido para comprenderlo.

    Era una ilusión de normalidad y libertad.

    Maze alzó lo que le quedaba de café en el vaso, como si se le hubiese ocurrido la tontería de repente, y llevó el objeto hacia el centro de la mesa. Una sonrisa le cruzó el rostro, tranquila otra vez, y miró a Sasha con el inmenso cariño que le guardaba. Ni siquiera lo disimuló.

    —Un brindis, cielo —dijo y ella se permitió una risa—. Por la fortuna que me permite verte con estos ojos de nuevo.
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    IV. Filthy impetuous soul

    me vicié muchísimo con un proyecto de la uni todo el día y recién me empezó a sonar You know me too well y dije bUENO, es un buen momento para comentar el capi del ua mafioso verdah??? ni siquiera recordaba que este capi se llamaba fILTHY IMPETUOUS SOUL *c menea en slowmo*

    es gracioso pensar que le mandé esta rolita de forma totalmente random al fic que escribí de ellos hace siglos Y QUEDÓ, YA ESTÁ, EL ANTHEM DE LA SHIP

    y podés creer, PODÉS CREER que nbt viene al lolla de Argentina el año que viene y no sé si me alcanza la plata???? life is pain

    bueno, a lo que nos compete: los pendejos *mira la canción del capítulo* no, wait, que tAMBIÉN VIENE HOZIER AL LOLLA, PODÉS CREERLO?????

    listo, ahora chi. HOLD UP, el primer párrafo menciona a los hermanos de Sasha y a la fecha tendrían que ser... seis años más grandes, ¿no? Holy moly, los mellizos tendrían once años ya y Danny trece, ESTÁN TAN GRANDES NO PUEDE SER. Also confirmo que Sasha sería un manojo de nervios con patas, ya sabemos que con Maze siempre se pone más nerviosa de lo normal e imagina viéndolo por primera vez luego de cinco años jsjsjs. Tiene que haberse mirado diez millones de veces en cada espejo posible. En el piso de Arata, en su casa, en el retrovisor del coche, en el espejo del asiento, hasta con la cámara frontal de su móvil (?? And that is so unlike her que me gusta mucho el detalle.

    Sasha: plantarme frente a un mafioso de cincuenta largos años? easy peasy
    Also Sasha: volver a ver a Maze????? *panic*

    Y ni siquiera creo que sea porque quiere mucho más a Maze or something, cuz i also know for a fact que adora a Arata con su vida, y llegados a este punto ni te cuento. Supongo que los nervios corren más para el lado del terrario de Maze, de que ella sabe cómo siempre le afectaron las cosas y le mete muchísimo distress pues... la idea de alterar su armonía. En parte le preocupa más lo que Maze vea o piense de ella, and i guess its kinda complex pero creo que la razón principal es esa. También está la... falta de familiaridad, i guess. En plan, para seguir poniendo de ejemplo, con Arata son basically partners in crime y creo que cuando haces un pacto de sangre y te tiras al infierno con un asshole pues ya no queda nada que perder con ese asshole (???) Pero con Maze, más allá del cariño que se tengan, hay una distancia inevitable y hay una familiaridad perdida. So yeah, todo este parrafote innecesario para decir por qué se pone más nerviosa :D

    LA PRIMERA PARTE DE ESTE CAPÍTULO ES CRIMINAL, U BITCH, CRI MI NAL. I cannot explain lo suavecita que me puso, por dios, desde que Maze la ve y cuando conectan miradas se echa a correr. Tengo las partes citadas pero necesito decirlo desde ahora cuz tiene que haber sido mi detalle favorito de todo. I just- Maze es tan tranquilito y aparentemente desapegado que en cierta forma verlo haciendo algo así, idk, speaks volumes? No quiero echarle tantas flores a Sasha, que me da vergüencita, pero ver al otro tonto casi convertido en un niño y permitiéndose expresar la alegría que siente como uno, y que esa alegría sea tan genuina y transparente????

    ESTO ERA LO QUE DECÍA AND THATS, U KNOW WHATS THAT? EXACTLY, THATS CHEATING

    sobbing, crying, screaming on the floor. Vuelvo a lo de antes, llevan cinco gordos años sin verse y que su primera reacción sea esta cosa tan hermosa y preciosa??? yo dije siempre que Maze es boyfriend material Y LO REAFIRMO, SU SEÑORÍA. HES SUCH A CUTIE PIE I CANNOT, MY PRECIOUS BABYBOY SASHA QUÉ HACÉS QUE NO TE CASASTE TODAVÍA

    I LOVE YOU MY BABY LE DICE

    I LOVE YOU MY BABYYYYY

    btw, me gustó mucho que usaras el "thats cheating" JAJAJA ya he usado tantas veces esa frase con Sasha que es casi insignia, so props for that

    fue recién acá cuando empecé a darme cuenta de sus motivos para volver, u know? Hasta ahora no habías hablado al respecto y siempre asumí que volvía pues porque sí, por cualquier razón, pero cuando empecé a caer en cuenta de que LITERALMENTE volvió POR ELLA???? ALO, WEDDING PLANNER????

    es una cosa preciosa and i really wanna cry porque ves a Maze como un chiquillo en Navidad y a Sasha permitiéndose sentir las cosas poco a poco, and thats so... them. Cuando pones que Maze le sonríe, comprensivo, y justamente le dice "ya estoy aquí", its really... ¿Te acuerdas cuando hablamos de esto y te dije lo mucho que debía haberle dolido a Sasha que Maze se fuera? Incluso si lo aceptó y nunca le puso un pero, incluso si sabía que era lo mejor para él, i know for a fact que su corazón tiene que haberse roto de todas las formas posibles and still, she didnt say a word. Y ese dolor seguramente se lo tragó y lo mantuvo así durante los cinco años, ¿pero al volver a verlo? Maze quizá sea el chiquillo en Navidad, sabes, pero Sasha es la niña que se perdió en el supermercado y sus padres por fin la encuentran.

    FIN DE MI ESSAY.

    HES A CHILD, I INSIST *lo adopta*

    this this this, es basically lo que dije antes en chorrocientas palabras. Desde el primer segundo en que apareció Maze desprende child energy and its so goddamn cute *golpea la mesa*

    NOOOOOO SHUT UP SO CUTE yo sé que esta señora in the back también los shippea y está esperando paciente y silenciosamente a que hAGAN ALGO, PEDAZO DE BOLUDOS

    igual entiendo que es complejo y en verdad hay mucha mierda en medio jsjsjs no sólo del lado de Sasha, también del de Maze. Que ahora que lo pienso, no mencionaste nada de la *brillitos* secta *brillitos* pERO YO SÉ COSAS y por esas cosas que sé acabo pensando pensamientos. For example, no dudo que buena parte de su razón para volver a Japón sea Sasha, pero eso es todo??? maybe soy yo montándome historias bUT WHO KNOWS, WHO KNOWS

    ocupo un spin off del spin off con los cinco años de Maze en USA

    ;;

    cité esto porque es básicamente lo que dije arriba pero en palabras más bonitas. Incluso si lo entiende, lo acepta y de por sí lo adora, tiene que haber una pequeña parte de Sasha que sienta rencor, por diminuto que sea. Ya ni siquiera es rencor dirigido explícitamente hacia Maze, sino al condenado hecho de que haya tenido que arrancarse de tantas personas que ella quería. Ya lo hablamos por wha then again, pero que Maze se haya sumado a su colección de gente que se fue alv tiene que haberla golpeado muy fuerte jsjsjs. Y con todo, like u said, Arata es el único que siempre se quedó con ella.

    tHE PLOT THICKENS. Me fusiono con Sasha y honestamente es imposible elegir a uno de los dos JAJAJA

    [​IMG]

    SCREAMING, SOBBING, CRYING, DYING ON THE FLOOR!!!

    LA CHICA DE LA QUE SE HABÍA ENAMORADO DICE NONONONONONONONO *c muere* MY PRECIOUS BEAUTIFUL BABYBOY U CANT DO THIS TO ME NOOOOOO man i lov him so much its illegal, y sabes qué más es ilegal? lo que hizo en USA, im sure of it

    hace como uN MONTÓN DE TIEMPO que no los roleamos en condiciones y en general siento como esa falta? y haber leído esto fue realmente muy, muy, muy bonito. Ellos se reencontraron luego de tantísimo tiempo and somehow también fui yo reencontrándome con ellos. Son hermosos y los quiero mucho muchito, mis bebitos ;;

    como ya te he dicho hasta el cansancio, muchas gracias por estar escribiendo esto <3 i really enjoy it and it warms my heart. Me quedaré así sea hasta el 2025 esperando los demás capis cuz its really worth it *monta campamento*
     
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Título:
    Searching for that power that don’t exist [Gakkou Roleplay]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    6095
    It's a new year IT'S A NEW CHAPTER AND A NEW ME

    Welcome, welcome. Primero quiero RETORCERME públicamente en mi pobreza por NBT y Hozier en Argentina y también en Colombia, bye life this is straight up emotional damage. Bastaaa no quiero vivir en este país donde no viene nadie

    Con eso dicho, quiero hacer un anuncio parroquial. Conforme fui avanzando con los capis hasta llegar a este me di cuenta que se me estaba revolviendo mucho la temporalidad de 2026, en plan, porque nunca dije fechas ni nada así que edité los capis anteriores para añadir fechas específicas con tal de encastrar este de mejor y no marcarme un antifive como el del polaco de The Witcher. El evento de Sasha, cuando casi me la matan, eso sigue como una fecha inespecífica de 2021. Cuando pueda hago una timeline chiquita.

    Creo que no tengo muchas cosas que decir en este N/A inicial más que agradecerte el comentario once again <3 con eso procedo con el primer capi de mis AU del 2024. Nos acercamos cada vez a lo que tengo pensado para el final ehe

    Speech off, que venga el caos. Como siempre, disculpas por cualquier typo que viene por la hora y la magnitud del capi



    [​IMG]
    .
    .
    .


    .
    they're plotting and scheming
    and committing treason
    like it's hunting season
    you better believe

    there ain’t no rest for the wicked
    new blood, better go get vicious
    you better, you better sharpen up your knives

    .
    moon shaped blade in the cut, black cat whip for the luck
    hellhounds, hellhounds
    all my dogs really out for your blood


    .
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    .


    V

    Put a motherfucker in a grave right quick


    .

    .

    Algún lugar de Taitō, Tokyo
    Madrugada del 26 de junio, 2026



    Entró a la torre de apartamentos sin prisa, afuera las farolas iluminaban la callejuela que no tenía buena pinta y en el edificio no había recepcionista alguno ni una mierda. Detrás de un mostrador todo lo que había era un teléfono que parecía de los inicios del 2000 y ya. La luz estaba encendida, pero era amarillenta y vieja, la instalación eléctrica también debía dar pena, porque de tanto en tanto la energía titilaba.

    El pelirrojo tomó las escaleras, angostas, y subió una a una esperando que ninguna tabla cediera a su peso. Las esquinas estaban atestadas de polvo, lo notó incluso con la mala iluminación, pero tampoco iría a pedir tanto. Subió hasta la última planta, recorrió el pasillo pasando una puerta, dos, tres y entró en la cuarta a sabiendas de que no estaría con llave y cerró tras de sí; otro pasillo angostísimo lo llevó a la pequeña sala de estar. En el sofá del fondo estaba sentada la persona que lo había convocado.

    —¿Cómo te fue? —preguntó la voz femenina, paciente—. Con Sasha.

    —¿Qué sentiste la primera vez que volviste a Northwood después de terminar el instituto? —atajó él mientras se sentaba en el sillón de una plaza frente a ella.

    La joven a quien le hizo la pregunta no respondió de inmediato, guardó silencio, pensando, y cerró los ojos unos segundos. Recordaba cómo se había sentido en Japón desde que llegó, los comentarios que recibía y el rechazo de los demás. Aunque había hecho algunas amigas y luego al cambiarse de escuela también se había sentido mejor, lo cierto era que nunca había logrado perder la sensación de extrañeza.

    Estaba siempre allí, le respiraba en la nuca y le recordaba que incluso en un mar de extranjeros ella estaba en una esfera distinta. Tan distinta que se enteró demasiado tarde de la clase de personas con las que compartía salón de clase o grado en la Academia Sakura hasta muchos años después y todavía le faltaban trozos de información vital.

    —Sentí que había vuelto a casa por fin, sentí muchísima paz —respondió la chica por fin—. Como si una pieza hubiese vuelto a su lugar.

    —Pues lo mismo. Sasha tiene un trozo de mi hogar consigo, por eso necesitaba volver.

    Una risa suave escapó de la joven, como si le hubiese dicho una obviedad, y guardaron silencio un rato. Mientras tanto él sacó un porro del bolsillo, un mechero de rueda de los baratos y encendió la hierba para darle una calada ligera.

    >>¿Estás segura de lo que estás hablando, Jade? —preguntó liberando la nube blanquecina que se elevó hacia el techo, entre las viejas luces fluorescentes del cuartucho—. Lo que me dijiste cuando me llamaste antes de que tomara el vuelo.

    Era un apartamento viejísimo, diminuto, que solo funcionaba como punto de reunión y nada más. El edificio que lo contenía estaba deteriorado y el alquiler, barato de por sí, había disminuido por un incidente de pandillas años atrás. Todo estaba conectado, por supuesto, y Tokyo había estado siempre lleno de oportunistas, aunque ahora eran muy diferentes. Era una generación nueva.

    En la luz trémula de los fluorescentes vibraron los ojos rosados, grandes como los de un ciervo, enmarcados por la mata de cabello rubio platinado. La cortina brillante se desparramaba por los hombros de la joven, por el respaldo del sofá y alcanzaba el asiento. Se lo había dejado crecer todavía más desde que todo se fue a la mierda a principios de 2021, cuando mataron a su padre en un intercambio de tiros entre detectives privados y criminales acorralados e incluso desde que la había visto en Estados Unidos, en la visita a Northwood. Se adaptaba a la ciudad, pero algo en ella parecía siempre atado a los recovecos del bosque, como si fuese una ninfa.

    De su cuello colgaba un collar de oro con una figurilla de jade, tenía una forma humanoide un poco extraña que recordaba también un chivo o una cabra, pero era lo que había hecho que comenzaran a llamarla como esa piedra. La chica había dejado Japón casi al mismo tiempo que él pero había regresado a Tokyo años antes, en 2023, y para entonces ya había perdido la cabeza… arrastrando a varios con ella. Había empezado en Northwood, había empezado desde que era niña en realidad, pero lo que escuchaba en los bosques no solo le había prometido prosperidad para su pueblo sino venganza para su padre, al otro puto lado del mar.

    Limpia el mundo, decía.

    Y serás recompensada, hija mía.

    —La información surgió mientras buscaba otra cosa —respondió la chica y despegó la espalda del sillón para colocar una foto sobre la mesilla que los separaba—. Arata Shimizu revolvió demasiado el Triángulo en 2021, debería estar encerrado, pero eso no importa. Tú sabes mejor que nadie por qué él haría semejante despliegue.

    —Sasha —apañó el muchacho y estiró la mano para tomar la fotografía, en la otra sostenía el porro. Era un tipo que no creía conocer de nada, cabello negro, un undercut a medio crecer y con tatuajes asomando por los brazos, el cuello y el pecho—. Jade, no te puedes inventar estas mierdas. No es gracioso.

    —Interrogué a muchas personas en este tiempo, descubrí cosas que no me interesan y pagué por información, justo como los pandilleros, aunque de una fuente más confiable y limpia. Un grupo se desintegró entonces, poco después del revuelo de Shimizu. Casi la matan, Maze, es el recuerdo que guarda el cronista del Triángulo, creí que debías saberlo. Del grupo que se lazó a su ataque este en particular se le escapó a Shimizu, los irlandeses le tienen precio a su cabeza desde entonces, por algo que sucedió alrededor a alguien a quien llaman Kinryū y al que le guardan el mismo respeto que a Reaper, aunque no parece tener lugar en la estructura. El rastro del famoso Kinryū, de cualquier forma, inicia y acaba con la irish mob, sospecho que se hace llamar de otra manera fuera de ellos, pero no nos importa. El único que importa para ti es el de la foto.

    David observó la imagen como si fuese un objeto ajeno a este mundo, confuso, y frunció el ceño sin darse cuenta. Jade lo miró a él mientras regresaba la espalda al sillón, cruzó una pierna sobre la otra y esperó como si tuviera todo el tiempo sobre la tierra. Su cuerpo delgado estaba envuelto por un vestido negro, formal, ¿había estado cenando con alguien acaso? Tenía toda la pinta, pues también llevaba un maquillaje muy ligero.

    Para cuando los ojos verdes se separaron de la fotografía la joven parpadeó, expectante, y Mason dejó caer el peso contra el respaldo de su propio asiento. Miró a Jade como quien no quiere la cosa y acabó soltando una risa resignada.

    —¿Y me das esto por? —Quiso saber antes de darle otra pitada a la hierba.

    —Porque si llegó a mí significa que es tu carta de venganza —replicó ella de inmediato—, y porque creo que debes descubrir más por ti mismo. Confía en mí, ¿te fallé acaso alguna vez desde que entraste al bosque conmigo? ¿Les he fallado a alguno desde entonces?

    Para nada.

    Todos habían tenido éxito desde aquella vez.

    Demasiado para un grupo en el que ninguno alcanzaba los cuarenta años.


    —¿Venganza contra alguien que no fue el atacante?

    —Venganza contra uno que se revolvía con ellos. Es una limpieza, Maze, todos los buenos lugares necesitan una y lo sabes muy bien —sostuvo la rubia, inalterable, y sonrió entre el humo blancuzco—. La Señora de los Bosques nunca nos ha mentido. En este caso particular, sin embargo, el destino de la escoria que ensucia estas tierras reposa en tus manos, David, si es que alcanzas a Hikari Sugino antes que sus perseguidores originales. Estamos demasiado lejos del Centro de Todo, pero ella entenderá… Ella entenderá.

    El verde oliva sostuvo el rosado sin titubear, ambas miradas se quedaron suspendidas la una en la otra como si Ilana Rockefeller no estuviese soltando en pleno siglo XXI que había una entidad de los bosques con la que tenía contacto y que, peor aún, entendería que un sacrificio fuese llevado fuera de su terreno. No había forma de saber cuántos habían sufrido el mismo destino dentro de los territorios que, según Rockefeller, sí le pertenecían a la criatura y Mason no la cuestionó siquiera, había dejado de hacerlo hace tiempo.

    Las miradas se sostuvieron hasta que la rubia se levantó del sofá, los tacones rebotando contra el suelo de madera vieja, y se ajustó el vestido al cuerpo. Rodeó la mesilla, pasó junto a David y reposó su mano delgada en su hombro, con los dedos alargados envolviéndolo y las uñas de un largo medio pintadas de un rojo ensangrentado presionando suavemente cada punto de contacto.

    Mason no se tensó pero tampoco se movió, esperó y ella permaneció allí, con esa conexión física que parecía no responder a nada en realidad. Antes de separarse por completo palmeó su hombro, el gesto guardó un afecto distante, más similar al de unos hermanos demasiado parecidos que al de unos amigos o cualquier otra cosa.

    El joven le alcanzó el porro a medio consumir, ella lo recibió con naturalidad, le dio una sola calada y lo regresó a su dueño. Él lo apagó para poder guardarlo, al hacerlo pudo usar ambas manos para doblar la foto y hundirla en el bolsillo de su pantalón con aparente indiferencia.

    —Embrace it, child —dijo Ilana en su idioma natal mientras caminaba hacia la puerta.

    What exactly?

    Chaos and rage, my dear.

    .
    .

    .
    .
    .

    Algún lugar en el Triángulo del Dragón, Tokyo
    Madrugada del 27 de junio, 2026



    La sangre chorreó de los nudillos ajenos, patinó, se deslizó y finalmente cayó sobre el suelo, pero también sobre el cuerpo del que procedía. Fue un segundo antes de que otro golpe encontrara la carne, mancillándola, abriendo heridas y cobrándose todo. Absolutamente todo e incluso más, había apuñalado a su propio padre, había caído sobre el puto loco que había torturado a Sasha, ¿y este simple peón? Por supuesto que también recibiría su merecido.

    Porque no había honor para los traidores.

    Era este el que había escapado sus radares, el eslabón perdido. Lo buscó por meses bajo el mandato de Dunn hijo y nunca lo encontró, el rastro moría en los repetidores y el muy desgraciado había dejado Tokyo apenas cayó el primero de varios de su calaña. Puede que, así como Arata, el famoso traidor, el Judas de los chacales, siempre hubiese sido bueno para huir. Sin embargo, su error había sido regresar, volver a pisar la tierra que ahora lo alimentaba a él y seguía alimentando a los suyos. Se cobraría todo lo que el desgraciado y los fantasmas habían hecho.

    La traición a Cayden.

    El miedo de Hiradaira.

    El contador sobre la cabeza de Sasha.

    Las sombras que veía cada noche que ella dormía en su cama.

    —Eres un puto traidor, grandísimo infeliz. ¿Qué te enseñó Yako, imbécil? ¡¿Qué se supone que te enseñó nuestro superior?! —siseó el atacante, entre el cabello corto resaltaba la tinta del kanji de tempestad—. Cayden primero, Sasha después… Y antes, incluso antes, la chica Hiradaira, todos los de tu calaña solo hicieron pura mierda. ¿Sabes que Sonnen los habría quemado vivos a todos? ¡¿Lo sabes?! Esa niña es intocable, tan intocable como Cayden, las sombras que los protegen son inmensas ahora.

    La víctima boqueó por aire apenas Honeyguide se irguió, dejándolo en el suelo, y comenzó a recorrer el callejón en círculos, como un animal encerrado. Se pasó la mano izquierda por el rostro, la dominante y la que tenía el indicador tatuado, un rastro de sangre ajena y propia le quedó en la piel, oscura bajo las poquísimas farolas.

    El pecho le subía y le bajaba con tal rapidez que parecía que iba a darle un ataque, la ira rebotaba en él, como los rayos en una esfera de plasma y seguía moviéndose, era incapaz de detenerse un segundo. Desenfundó un cuchillo de caza, la hoja era negra y un destello amarillento rebotó en ella apenas estuvo al alcance de la luz.

    —Yako me enseñó a sobrevivir, eso fue todo —balbuceó el tipo en el suelo, girando sobre el costado para escupir una bocanada de sangre.

    Los brazos tatuados, la tinta corriendo hacia el torso y la espalda bastaban para delatarlo. Llevaba el cabello más largo que cuando todo había sucedido, cuando había enviado a sus fantasmas a atacar a Cayden Dunn sin trastabillar, pero sin duda era él: Hikari Sugino.

    —Y yo envié a mi cachorro a hablar contigo, yo lo envié y luego tú lo atacaste sin más. ¿Cómo se atrevieron a ponerle las putas manos encima? ¡En mi cara, en la cara de Yuzu! ¡Sobre la puta tumba de tu superior, en las ruinas del imperio! ¿No conocías la vergüenza? ¡¿El código de la yakuza al menos?! —bramó Shimizu en respuesta—. Te montaste un jodido teatro. Todo fue un teatro y nos mentiste a todos. Luego los cerdos tocaron a mi Sasha. Eres un puto cáncer, Hikari, lo fuiste siempre.

    Estaba por continuar con las acusaciones o con el ataque, no se sabía con seguridad, pero la intención fue cortada en seco. El cañón de un arma se le pegó a la base de la cabeza, había aparecido de la nada, pero la firmeza del metal contra su piel lo dejó congelado y alzó las manos despacio, sujetando todavía el cuchillo en la izquierda.

    Meterse en una pelea a tiros con un cuchillo era mala idea, eso lo sabía cualquiera. El arma se presionó con algo más de insistencia contra él, así que Arata dejó caer el cuchillo y el tercero que había aparecido habló por fin, haciendo que Shimizu soltara todo el aire por la boca.

    —Él me envió. Te vio salir hecho una tromba del bar luego de ver un mensaje. —Era la voz de Torahiko Sakai, el que ahora fungía más como cazarrecompensas de Bunkyō que como mano derecha de Rowan—. Sugino, ¿no? Reaper le tiene precio a su cabeza desde que se destapó lo de los fantasmas y el cobarde salió pitando del corazón de Tokyo. El viejo lleva años queriendo cumplir la promesa que le hizo a su cachorro. Juró quemar a Judas si alguien averiguaba su paradero y pagarle a quién lo entregue.

    —Por este infeli-

    —No. Gaki traicionó a Kinryū y a los chacales ocultos, sí, pero lo demás no ocurrió por sus manos —dijo Sakai sin quitar el arma de la cabeza de Arata, ese nombre lo usaban sólo los irlandeses para referirse a Cayden. Solo el viejo Dunn no lo usaba, había entendido lo sagrado que era, pero también parecía implicar una jerarquía más marcada. Los irlandeses siempre le habían debido una lealtad absoluta a un dragón, Liam Dunn, y luego entendieron que se la debían a otra criatura escamada: su hijo—. Pierce no tuvo que ver con él, vino de arriba. Vamos a tomar a este hijo de puta y lo llevaremos ante su verdugo, uno que ha esperado su sangre por mucho tiempo.

    —¿Desde cuándo el viejo Dunn se interesa por Cayden? —Se mofó Hikari con la voz gangosa por la sangre atascada en las vías—. Siempre lo ignoró y el cachorro se echó la vida buscando atención de todo puto Dios, seguro por eso se quedó con Yako y se pegó como moco a Ko, porque supieron darle lo que tanto quería, porque le hicieron caso. Luego los ladrones de cuarta hicieron un harem para el imbécil, ¿lo recuerdas, Arata? Había toda una facción de carteristas que aspiraban a ser igual de buenos, existía todavía cuando me fui a la mierda en 2021. Joder, cuando quise darme cuenta se había convertido en una zorra buscando atención y eso lo condenó. ¿Te lo dijo? El estúpido le escupió al que lo atacó, en vez de quedarse quieto. Tuvo lo que merecía, eso es todo.

    ¿Este Hikari era el mismo que se había quedado durmiendo junto al mismo chico que había atacado cuando vio que no lograba conciliar el sueño? ¿Era el mismo que había preguntado por Kohaku cuando Cayden habló con él después del incidente con Sonnen? No lo parecía, era brusco, pero el Hikari que Arata recordaba no habría hablado así de los suyos nunca o eso quiso pensar. Sugino había sido su mejor amigo por mucho tiempo y por eso sabía que tenía un agujero negro en el centro del pecho. Hikari era una bomba de tiempo, lo fue desde que Kaoru murió.

    Nadie había querido aceptarlo.

    Por eso el tiempo se agotó y el explosivo detonó.

    Escucharlo fue la gota que colmó el vaso de Shimizu, porque sí, él había molestado a Cayden por años, toda su adolescencia, se había forzado sobre él y lo había usado en medio del pánico que podía rodearlo de tanto en tanto, pero ya no era así e incluso si lo fuese nadie tenía derecho a hablar de esa manera de los suyos, jamás. Mucho menos un traidor como había resultado ser Sugino, nada justificaba lo que había hecho y con quiénes se había metido.

    Cayden había puesto su lealtad ciega en todos ellos, Hikari incluido.

    ¿Cómo había podido solo apuñalarlo por la espalda?

    La ira repicó en el cuerpo de Arata, se olvidó por completo del arma que Sakai presionaba contra él y se arrojó sobre Hikari de nuevas cuentas. Byakko no disparó, pero prácticamente se lanzó contra Shimizu y consiguió pescarlo antes de que alcanzara Sugino de nuevo. Lo sujetó por la ropa, tirando en su dirección, y entonces pudo colar todo el brazo desde atrás, sujetándolo por el cuello. Lo sostuvo contra su cuerpo, le encajó el arma en la sien y respiró con pesadez, las piezas de cabello decolorado que le enmarcaban el rostro junto al resto de cabello negro, ya largo, se revolvieron por el movimiento y su respiración. El cabrón había pegado un último estirón antes de los veintiuno y había ganado fuerza, Arata sabía que era una estupidez pretender resistirse.

    —Tranquilo, Capitán —dijo el tigre en un murmuro—. No escuches al hijo de perra, busca quebrarte. Ya tuvo suficiente con quebrar a tu chico, ¿no? Le daremos lo que merece y cobraremos el precio que le puso Reaper, lo cobraremos justo como estos cerdos compraron a tu viejo. Shimizu padre era otro traidor hijo de puta y recibió lo que merecía, ahora es turno de este imbécil, ¿no crees, pajarito? Hazme caso. Dale el gusto a Kinryū de ver a su Judas quemado y de seguir sangrando a su padre como una res, déjalo cobrar su venganza como quiso hacerlo desde el primer momento. Esto le pertenece a los irlandeses, a nadie más, tú ya te desquitaste.

    Sugino no se atrevió a moverse, la cantidad de sangre que le cubría el rostro y el dolor que le nublaba los sentidos no se lo permitía, pero incluso así había asumido que el desconocido estaba armado. Era la única manera en que Arata dejara de luchar después de todo, no había un alma que fuera lo bastante rápida como para esquivar un tiro si tenía la pistola en la cabeza, ni siquiera Shimizu que siempre había resaltado por su velocidad.

    Por rebote, eso significaba que sí él pretendía levantarse para huir acabaría recibiendo un disparo en quién sabe dónde. Por la conversación su destino era evidente y puede que estuviera escrito hace mucho tiempo, desde el momento en que Minami los había hecho jurar que si no respondían al llamado de Chiyoda serían considerados traidores. Había pretendido responder al supuesto llamado cuando Altan Sonnen había sido considerado como único posible sucesor, incluso si su control sobre Taitō ya era de otra naturaleza, y cuando Sonnen se replegó todo siguió empeorando.

    Hasta que reconoció la cabeza de antorcha en el Shimizudani.

    Y no detuvo a sus fantasmas.

    Ahora su sangre no la cobraría Licaón, pero eso solo volvía su destino incluso más terrible, justo como había ocurrido con Shimizu Ryouta. El viejo Reaper siempre había mantenido a Cayden bajo su sombra, ahora pretendía absorber a los demás con su oscuridad y volverlos prácticamente igual de intocables, pero él estaba fuera. Siempre había estado fuera y esa era su condena desde que había venido al mundo, estaba siempre en la periferia.

    Pasados algunos minutos Sakai aflojó el agarre alrededor de Arata, despacio, hasta que lo liberó al no sentir una pizca de tensión en el cuerpo ajeno, que ya había renunciado a atacar al Judas de Chiyoda. Lo empujó detrás de sí, pateó el cuchillo que había dejado en el suelo en su dirección y se acercó a Gaki, amenazándolo con el arma mientras lo hacía enderezarse y cuando estuvo de pie le aplastó el cañón contra la espalda.

    —Daremos un paseo, Gaki. Lamento avisarte tan tarde, no podrás buscar el traje para conocer al viejo —anunció el joven y giró apenas para observar la silueta de Shimizu de reojo—. Tú no vienes. Llámala y pasaré a dejarte en el coche. Rowan y yo entregaremos a este hijo de puta en tu nombre, no al nuestro. El espectáculo comenzó.

    Torahiko sacó a Sugino de la callejuela, escarbó entre las cosas que tenía en el maletero del coche hasta que dio con una vieja cuerda. Ató al desgraciado, manos y piernas, lo amordazó y lo metió en el maletero sin que el infeliz pusiera una pizca de resistencia, pues sabía que lo merecía. Shimizu no tardó en aparecer minutos más tarde, con el móvil en la mano izquierda y la mirada desorbitada.

    Era posible que hubiera hablado con normalidad al llamar a Sasha, quién sabe, pero también era probable que ella notara el mínimo cambio. El asunto fue que le pidió que llegara al apartamento apenas le fuese posible, que él estaría allí y que no se preocupara por nada, que solo quería verla y le diría qué estaba pasando cuando llegara, pues tampoco quiso mentirle con tal descaro. La chica, que de por sí no parecía tener otra opción y de tenerla no la habría tomado, accedió sin permitirse una cuota de pensamiento.

    Para cuando ambos subieron al coche, en una de las esquinas lejanas, una figura se puso en movimiento también. Ninguno reparó en el desconocido porque solo era un cualquiera fumándose un porro, con la capucha de la chaqueta echada sobre la cabeza.

    Arata subió al asiento del copiloto, se sentó envolviéndose a sí mismo con los brazos y su camiseta absorbió la sangre ajena embarrada en sus manos, pero también la suya proveniente de sus nudillos abiertos. No dijo nada y empezó a tamborilear la pierna contra el duelo del auto, inquieto, ansioso y desconectado; no hacía falta que lo dijera para que quedara claro que de no ser por la aparición de Sakai habría matado a Hikari.

    Había faltado muy poco para que lo hiciera.

    Así como había faltado muy poco para que matara a Ryouta.

    Torahiko arrancó el coche, navegó las calles sin decir media palabra y solo detuvo el coche cuando estuvo frente a la torre de apartamentos de Arata. No tenía muy claro qué hora era, pero debían pasar de las dos de la mañana de la mañana.

    Shimizu bajó del auto, tuvo que aflojar el cuerpo a la fuerza para salir y cerró de un portazo. A Sakai le pareció sentir el movimiento de Sugino al revolverse en el maletero, pero fingió locura y se quedó estacionado hasta que la silueta de Shimizu se perdió dentro del edificio; con el trabajo de niñera terminado, el joven cambió la marcha del auto y pisó el acelerador a fondo.

    Al hacerlo sacó un teléfono desechable del bolsillo, marcó un número de memoria y se pegó el aparato al oído. El que contestó al otro lado fue el viejo Dunn, inalterable, mientras él seguía avanzando por las calles a toda velocidad en dirección a Tekné.

    —Ha pasado tiempo, Reaper —dijo haciendo un giro brusco—. ¿Olvidó ya la promesa que le hizo a Kinryū en 2020?

    —Nunca, Byakko —contestó Liam al otro lado del teléfono.

    Honeyguide capturó a Sugino, lo entregaremos el Alquimista y yo pero todo el dinero será del indicador.

    —En media hora en las Catacumbas que le pertenecían, en Taitō. Death Valley llegará pronto —respondió el cabecilla irlandés sin inmutarse y colgó.

    Sakai rió por lo bajo, zambulló el teléfono en el bolsillo y siguió conduciendo hasta Bunkyō, a la callejuela que contenía el bar de Ikari. Ni siquiera tuvo que bajar del auto, Rowan lo esperaba, así que apenas reconoció el coche abrió la puerta, subió casi de un salto y el recorrido de Torahiko continuó, esta vez en dirección a las Catacumbas.

    Ikari no habló durante todo el camino, no dijo una sola palabra y permaneció junto a Sakai con la vista al frente. Su hermano mayor se había salido de este mundo hace años, simplemente renunció, y entendió muchos años después que esa clase de abandono, de traición, solo había sido perdonada por los demonios porque alguien de su misma sangre había tomado su lugar inmediatamente.

    No significaba que su hermano lo había condenado, en absoluto, así como el ingreso de Sasha al mundo de sombras puede que el ingreso de Rowan fuese inevitable. Cuando el cuerpo de uno fallaba tomaba otras formas de control sobre el mundo, las que parecieran más efectivas y sencillas a la vez. El negocio de las joyas había sido un añadido, pero había crecido suficiente para llamar la atención del viejo Reaper.

    La reaparición de Sugino, su captura y entrega, sin embargo, eran un recordatorio de que este mundo no olvidaba nada. Se quedaría en él hasta la muerte con tal de que su hermano pudiera seguir fuera, que a nadie se le ocurriera convocarlo y él no pudiera negarse. Era la única promesa que se había hecho a sí mismo en estos años: seguir sosteniendo a Bunkyō porque eso significaba dejar a su hermano tener una vida calmada, la que había elegido.

    Pronto sería tío por primera vez, después de todo.

    Torahiko condujo hasta una de las zonas más conflictivas de Taitō, hasta que un viejo edificio de una sola planta apareció a uno de sus costados, delatándose como el destino. La puerta que alguna vez había sido de vidrio había desaparecido hace muchísimos años, los marcos metálicos, arrugados y deteriorados no sostenían nada. La ausencia de la puerta permitía observar un pasillo que se extendía hasta el final y al menos otro más lo intersectaba un par de metros más allá de la entrada principal, aunque la luz lo alcanzaba a duras penas, abriendo dos pasillos de longitud desconocida a ambos lados del principal. En vista de plano era posible que desde la acera esa intersección formara una doble cruz ortodoxa invertida, lo que tenía su debida cuota de gracia.

    Sakai detuvo el coche, lo apagó y bajó casi al mismo tiempo que Rowan para abrir el maletero. Sacó a Sugino de allí, que se paseaba entre la consciencia y la inconsciencia, y lo comenzó a arrastrar al interior del territorio que alguna vez había sido suyo, en su momento de gloria y podredumbre. La propiedad debía abarcar un tercio de la cuadra, pero estaba llena de cortinas metálicas que dividían pequeños almacenes en su interior. Solo quienes las habían visitado antes sabían cuántos tenía en total, algunos estaban cerrados, en otros la cortina estaba levantada o había desaparecido, al menos eso anunciaba la negregura que podía observarse. Las paredes por dentro y por fuera estaban bañadas de graffitis de todas clases, bien y mal hechos.

    Dejaron a Sugino en el centro de la primera intersección, Rowan se apostó a la derecha y Byakko a la izquierda. Esperaron alrededor de diez minutos, llegó el primero de los irlandeses, después uno más, otro y otro hasta que hubo al menos siete. El último en aparecer fue Mad Wolf, la mano derecha del viejo Dunn, llevaba puesta una pistola con silenciador sin ninguna clase de disimulo.

    —Las ofensas no expiran, Gaki, ¿se te olvidó? —dijo con una sonrisa espantosa en el rostro, amplia y oscura—. Tenías que haberte quedado escondido fuera de Tokyo. Los mocosos siempre cometen esta clase de errores.

    El tipo cruzó los brazos frente al pecho, rodeó el cuerpo ajeno como quien ve un cerdo colgado en el matadero y silbó, fue una única nota, pero varios de los irlandeses que habían aparecido se le fueron encima a Hikari. Era carne fresca de un traidor, era el fantasma que había atacado al único objeto de protección del hombre al que le guardaban todo su respeto.

    Rowan rodeó el caos sin prisa, pescó a Sakai del brazo y lo arrastró para llevárselo de allí pues ellos ya habían cumplido con lo que les correspondía. Consumieron parte del pasillo, al menos un tercio, pero se detuvieron cuando un primer paso hizo eco en el cemento viejo de las que alguna vez fueron las Catacumbas de Hikari Sugino, surgió en el silencio de la noche y dio lugar a más, ligeros, continuos.

    Todos los que estaban en el centro de la primera intersección de las Catacumbas se quedaron quietos como rocas, los irlandeses alrededor del cuerpo de Hikari se congelaron un instante antes de dar espacio, abriendo el círculo, y solo Mad Wolf permaneció cerca del cuerpo mancillado de Sugino, que todavía respiraba, para su desgracia. Ikari y su amigo también se movieron, haciéndose a un lado; la silueta recién llegada los alcanzó pronto, estiró la mano sin detener su andar y depositó varios rollos de billetes en la mano que se extendió primero: la de Rowan.

    No dijo nada, no los miró y siguió andando pues no debía recordarles a quién pertenecía ese dinero. Sabía que ninguno de los dos iría a traicionar a Shimizu por esa pasta, no luego de todo lo que había sucedido, sería estúpido de parte de ambos. De hecho se dieron cuenta de lo estúpido que sería traicionar a Arata en ese momento.

    La única iluminación provenía de varias linternas en las manos de los demás presentes, cada haz de luz rebotaba en las paredes cercanas y recortaba las sombras otorgándoles bordes afilados, duros. Hikari seguía amordazado, tirado en el suelo, con la sangre de la paliza de Arata comenzando a secarse, pero la de la paliza de los irlandeses comenzando a brotar y los ojos demasiado inflados como para ver bien. Un solo haz de luz rebotó en la pared del fondo de las Catacumbas, fue un instante, pero descubrió el graffiti del inmenso par de alas de mariposa. El mismo que Honeyguide y Sonnen habían visto hace seis años.

    Solo lo vieron el par de Bunkyō, los ojos oscuros de Hikari estaban ocupados en la figura que se acercaba y lo que detectaron antes de que uno de los imbéciles se colara en el espacio para dejarle ir una hostia en la sien con algún objeto contundente fue una silueta delgada. La mata de cabello de tono ensangrentado y los ojos dorados que palpitaron al ritmo del movimiento de las linternas lo hicieron pensar, por culpa de la vista obstruida, que era Liam Dunn. Lo fue hasta que logró enfocar las líneas sólidas de color rojo que envolvían su muñeca izquierda trazando una figura: un dragón.

    Reaper ha extendido su plazo por los eventos recientes —anunció Cayden Dunn medio girando el cuerpo para hablarles a Ikari y Sakai. Su voz sonó suave en semejante contexto, pero sus gestos se mantuvieron tan inalterables y serios que diferenciarlo de Liam fue un esfuerzo desperdiciado—. Eso fue todo lo que dijo.

    Había salido del búnker.



    Cosas que no podía decir arriba sin spoilear algo JAJAJAJ

    Yo: no sé hasta dónde voy a usar lo de los fantasmas y los irlandeses
    También yo desde que me dijiste que casi me matan a Sasha: *todos los capis que le siguieron en mi cabeza*

    Okay, aquí kinda mandé buenas bombas de información (?) Algunas estaban establecidas hace muchísimo tiempo, como esto de Ilana siendo la líder de la secta para hacer el cuento corto (su nombre existe en mis archivos desde antes de que cancelara el rol de NitW) y la venganza por lo de Hikari por parte de Arata, otras las metí luego en el lapso de tiempo entre el capítulo anterior y este (Cayden as Kinryu, to say the least, que lo marqué como canon ya en 2020), también creo haber pescado algo de tus comentarios anteriores.

    Me fui en alto relleno y no llegué a narrar a Sasha y Arata, que es algo que me interesaba a hacer, así que en todo el capi lo que mandé fueron menciones a ella, también acabaron arrastrados en las menciones Ko y Annita porque no tengo remedio. De por sí de Anna se veía venir desde que mencioné a Al y Ko desde que te pregunté y me dijiste que sí iría a visitar al pelotudo de Cay en su búnker *inhales* a

    ALSO desde que posteaste esta canción de Neoni en tu blog supe que tenía que usarla, pero luego mandaste Kool-Aid de BMTH y dudé (?) porque ya se sabe que llevo a BMTH tatuado en el alma, pero al final me di cuenta que no podía dejar por fuera de este AU una canción que literal se llama KNIVES, no sería muy cuchillitos locos de mi parte. Llevo desde la entrada de Neoni escribiendo esto, yes... que me acabo de dar cuenta fue en noviembre, amazing.
     
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