One-shot Say you're under my skin [Gakkou Roleplay | Joey & Alisha]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Amane, 11 Abril 2021.

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    Amane

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    Título:
    Say you're under my skin [Gakkou Roleplay | Joey & Alisha]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1479
    n/a: no, pero gabi, ¿tú no tenías un tfg que hacer? sí, mi tfg va a proceder a ser sobre lo mucho que adoro a estos pendejos (?)

    Gigi Blanche oli. Actually this is super shorty y una tontería PERO estaba escuchando la canción, se me ocurrió toda esta escena de repente y NECESITÉ escribirla, so eso.





    | Alisha Welsh |
    | Joey Wickham |

    .
    .
    .

    Sin lugar a dudas, la llegada de la primavera tenía que ser una de mis épocas favoritas. De hecho, podría decir que me gustaba incluso más que la llegada del verano. Hacer el cambio de armario, el sol, ¡el buen tiempo!

    Solo había un pequeño inconveniente a la llegada de la primavera.

    —Venga, Ali-chan, por mucho que mires a la escoba no vas a hacer que se mueva sola.

    This is so unfair, Joey!

    Me giré en redondo, las manos en las caderas y una mueca de pura molestia infantil, encontrándome de lleno con su sonrisa divertida.

    Unfair es que me hayas enredado para ayudarte cuando esta era tu responsabilidad, cariño.

    Fruncí la nariz en cuanto él se acercó para darme golpecitos en la misma, en un nuevo mohín que tenía algún deje más de culpabilidad encima. Cuando volví a abrir los ojos para buscar los suyos, lo hice con aquella mirada inocentona, enganchándome a su brazo.

    Sorry~ Te prometo que luego te recompenso~

    Recibí su sonrisa socarrona mutando mi expresión hasta lograr reflejar la suya y, para demostrar mi predisposición a recompensarle después, alcé la cabeza lo suficiente para intentar buscar sus labios.

    —No te distraigas.

    Me eché para atrás apenas un segundo después, abriendo de nuevo los ojos para comprobar que el cabrón había colado un trapo entre nosotros antes de poder alcanzarlo, haciéndome así besar la tela y provocando que acabase haciendo muecas de puro disgusto.

    —¡Solo por eso ya no te voy a devolver la camiseta!

    Con un movimiento de lo más dramático, indignada como nunca, me giré de nuevo para coger la escoba y pasé al lado del chico sin dirigirle ni una mirada. De todas formas, ya me imaginaba a la perfección la expresión de suficiencia que tendría plasmada sobre todo el rostro y el recorrido que me tuvo que echar con la vista mientras me alejaba.

    Sabía que las quejas que me había echado cuando llegó y me vio con una camiseta suya que le había robado era pura mierda, como si al jodido no le gustase verme con ella puesta o algo.

    Para recapitular, mi abuela había huido como una cobarde a Osaka para no sé qué asuntos y, aprovechando que estaba de vacaciones, me dejó encargada de la limpieza general de primavera de la casa. Y yo, que odiaba limpiar con todas mis fuerzas, por supuesto que había llamado a Joey para que viniese a ayudarme.

    No me tragaba ni de coña que se hubiese creído la excusa barata de que me apetecía verlo sin más, así a plena luz del día, pero igual acabó viniendo porque, aunque no lo pareciese, él también tenía una tendencia a decirme que sí a cualquier cosa. Igual nunca había sido muy buena mintiéndole, otra cosa era que nos hiciésemos los tontos y dejásemos pasar de largo cuando sabíamos que no nos estábamos diciendo la verdad.

    Y así fue como acabamos en aquella situación.

    Al menos podía aprovechar que no había nadie en casa para conectar el teléfono a la televisión y poner algo de música que nos amenizase la tarea. Seguramente algo de ruido acabaría saliendo de la casa, siendo que estábamos con las ventanas y las puertas abiertas, pero ya los vecinos se habían acabado acostumbrando a mi presencia ruidosa en general. ¡Encima de que les alegraba el día a estos abuelitos!

    ¿Alguna vez había dicho que mi attention span era inexistente? Porque la verdad, era un jodido desastre.

    Había aguantado unos cinco minutos relativamente tranquila, quitando el polvo de algunos muebles del salón con un trapo, simplemente tarareando el par de canciones que pasaron. Pero fue recoger de nuevo la escoba para empezar a barrer que, bueno, fue inevitable no comenzar a hacer el estúpido.

    Empezó a sonar una canción que, la verdad, sí me gustaba mucho. El inicio era un instrumental bastante largo, perfecto para ir entrando en calor y prepararse para el show, por lo que estuve barriendo a su ritmo durante el tiempo necesario, aprovechando para acercarme a la posición de Joey de manera disimulada.

    Boy, I will be your sexy silk. Wrap me around, round, round~

    Bueno, muy disimulada no había sido, claramente, porque el chico pilló mis intenciones casi al instante y no logré sorprenderlo como había planeado. ¡Pero no importaba! Me recibió con una sonrisa de pura diversión y yo no iba a cortar el espectáculo por un pequeño inconveniente, así que no tardé en hacerme con su mano y me lo arrastré hacia el centro del salón.

    La canción siguió sonando, yo ya había entrado en el mood de hacer el estúpido y Joey me siguió el rollo con una facilidad ridícula, así que ahí estábamos, bailando como si estuviésemos en un club de medianoche a… mediodía.

    Will you be my sugar rush? Make me get high with just one touch~

    Me apreté contra su cuerpo al cantar esa parte, rodeando su cuello con los brazos en el proceso, y aproveché la cercanía para prácticamente susurrar contra sus labios. Noté como enganchaba sus manos en mi cintura, pura inercia el asunto, y me sonreí antes de llevar las mías sobre su pecho y empujarlo suavemente, obligándolo a alejarse un par de centímetros.

    But oh no, no no, woah woah, go slow, baby don’t.

    Se me colaron un par de risas suaves en la letra, comprobando que efectivamente se había sorprendido algo ante mi repentino rechazo, pero el estribillo vino de nuevo y no tardé en pegarme de nuevo a su cuerpo. Me recibió de nuevo, claro, porque estábamos los dos en nuestra puta salsa, a decir verdad.

    Me di la vuelta cuando se acercó el final de la estrofa, asegurándome de seguir pegada a su figura, y me deslicé un par de centímetros hacia abajo cuando sonó el “oh~”, con claras intenciones dobles.

    Now let’s play a little game —murmuré, habiéndolo ya empujado sobre el sofá, clavando las rodillas a ambos lados de sus piernas para sentarme encima—. Close your eyes and count to five. Open your mouth for me sugar.

    Me sacó una sonrisa ligeramente enternecida ver como obedecía a lo que decía, a pesar de que bueno, solo estaba siguiendo la letra de la canción. Poco me duró la ternura, sin embargo, porque tampoco me hice de rogar y me eché hacia delante en busca de sus labios.

    Tal y como le había dicho, los había acabado entreabriendo, así que no fue muy difícil colar la lengua apenas nos juntamos. Había buscado que fuese algo superficial, solo para seguir la letra de la canción y luego seguir la tontería de bailar por ahí, pero fue empezar a besarnos y de repente ya no me apetecía soltarlo.

    Él tampoco pretendió dejarme ir, por cierto, porque noté como de repente colaba sus manos dentro de la camiseta para acariciarme la piel de la espalda y acabar empujándome para pegarme más a su cuerpo.

    Un suspiro pesado fue a parar contra su boca y acabé por profundizar más el beso, enredando los dedos en su mata como venía acostumbrado.

    I think I like you~

    La letra hacía tiempo que había acabado y creo que capté un par de notas del instrumental final sonando de fondo, pero poca atención le estábamos prestando ya al asunto. Aun así, no pude controlarlo y canturreé aquello contra sus labios cuando nos separamos en busca de aire, simple y llanamente porque me salió del coño y ya.

    Con vacaciones y todo, lo cierto era que llevábamos ya unos cuantos días sin vernos y un par más sin liarnos, y la tensión acumulada de todo eso nos cayó encima como una losa pesada en ese mismo momento. No era que no disfrutásemos estando con otros, porque lo hacíamos, lo disfrutábamos como unos jodidos cabrones.

    La cuestión era que, aunque no lo necesitábamos, siempre acabábamos volviendo el uno con el otro. Había algo simplemente diferente entre nosotros, algo que nos atraía y que nos impedía alejarnos, con sus ventajas y sus inconvenientes.

    Me sonrió contra los labios, lo reflejé de la manera que solo con él hacía y volvimos a besarnos.

    De todas formas, mi abuela estaría fuera casi una semana, tendríamos tiempo de terminar aquella limpieza~
     
    Última edición: 11 Abril 2021
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